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Presión Arterial

La presión arterial (PA) o tensión arterial (TA) es la presión que ejerce


la sangre contra la pared de las arterias. Esta presión es imprescindible
para que circule la sangre por los vasos sanguíneos y aporte el oxígeno y
los nutrientes a todos los órganos del cuerpo para que puedan funcionar.

Es un tipo de presión sanguínea. Para que la sangre circule


normalmente por el organismo, es necesario que lo haga con cierta
presión.

Esta presión se debe al efecto de bomba expulsiva del corazón y a la


elasticidad de las arterias, que se ensanchan para aceptar la cantidad de
sangre que expulsa el corazón.

A la presión de la sangre dentro del sistema arterial se llama presión


sanguínea, y que puede ser medida en nuestros brazos, con aparatos
llamados esfigmomanómetros.

La presión de las arterias oscila entre un valor máximo,


correspondiente al sístole ventricular y un valor mínimo o diastólico. La
diferencia entre ambos se conoce como presión del pulso, que en las
personas normales es de 40 m/m Hg (120 máxima, menos 80 mínima).
La presión sanguínea puede aumentar al disminuir con la edad, la
elasticidad de las arterias y en diversos procesos patológicos.
Tipos de Presión Arterial
La tensión arterial varía de un momento a otro por muchos factores.
El factor fundamental que hace cambiar a la tensión arterial es la
contracción de los ventrículos (sístole), que se produce automática y
espontáneamente cada segundo de nuestras vidas, aproximadamente.

Presión arterial sistólica (Presión arterial Alta):

Corresponde al valor máximo de la tensión arterial en sístole (cuando


el corazón se contrae). Se refiere al efecto de presión que ejerce la
sangre eyectada del corazón sobre la pared de los vasos.

Presión arterial diastólica:

Corresponde al valor mínimo de la tensión arterial cuando el corazón


está en diástole o entre latidos cardíacos. Depende fundamentalmente
de la resistencia vascular periférica. Se refiere al efecto de distensibilidad
de la pared de las arterias, es decir el efecto de presión que ejerce la
sangre sobre la pared del vaso.
Cuando se expresa la tensión arterial, se escriben dos números
separados por un guión (Figura 1), donde el primero es la presión
sistólica y el segundo la presión diastólica.
La presión de pulso es la diferencia entre la presión sistólica y la
diastólica
Técnicas para medir la presión arterial
Tradicionalmente la medición de dicha presión se ha llevado a cabo
mediante la utilización conjunta de un fonendoscopio y un
esfigmomanómetro. Sin embargo, a día de hoy se utilizan
fundamentalmente tensiómetros automáticos. Para realizar su medida se
recomienda que el sujeto permanezca relajado, en una habitación
tranquila y con temperatura confortable. El punto habitual de su medida
es el brazo.
También puede utilizarse un manómetro aneroide. La presión arterial
se expresa normalmente en milímetros de mercurio (mmHg) sobre
la presión atmosférica.
Los valores normales de presión arterial varían entre 90/60 y 120/80
mmHg. Valores por encima de 130/90 mm de mercurio son indicativos de
hipertensión o presión arterial alta y por debajo de 90/60 son indicativos
de hipotensión o presión arterial baja. Estos valores dependen de la edad
(se incrementan con el envejecimiento1 ) y del sexo (son menores en las
mujeres2 ). También hay que señalar que estos valores no son constantes
a lo largo del día, sino que presenta una gran variabilidad. Los valores
más bajos se registran durante el sueño.

Condiciones para la toma correcta de la Presión Arterial (PA)

Ambiente:

• Estar en una habitación tranquila.


• Evitar ruidos y situaciones de alarma.
• La temperatura ambiente debe rondar los 20º.

Paciente:

• No comer abundantemente, no fumar, no beber alcohol ni café, ni


hacer ejercicio, al menos media hora antes de la visita.
• No tomar agentes simpaticomiméticos, incluidos los midriáticos.
• No tener la vejiga de la orina llena.
• No haber tomado la medicación antihipertensiva por la mañana,
para hacer la toma de la PA en el periodo “valle” del medicamento
y no en plena fase de acción farmacológica del mismo.

Postura del paciente:

• Colocar el brazo sin ropa que comprima.


• Sentarse cómodamente, con la espalda apoyada (posición
recomendada para las tomas habituales) o bien tumbarse,
poniendo el brazo donde se vaya a medir la PA apoyado y a la
altura del corazón.
• Esperar en esta posición 5 minutos.
• Para descartar hipotensión postural u ortostática debe medirse la
PA al minuto y a los 5 minutos tras ponerse de pie. Se confirma si
hay un descenso de la PAS > 20 mmHg y/o de la PAD > 10 mmHg.
• En embarazadas a partir de las 20 semanas, se recomienda medir
la PA con la paciente en decúbito lateral izquierdo o sentada.
• El aparato de medida más aconsejable es el esfigmomanómetro de
mercurio. Pueden utilizarse también esfigmomanómetros aneroides
recientemente calibrados o aparatos electrónicos validados.
La normativa de la Unión Europea preconiza la retirada paulatina
de los dispositivos clínicos que contienen mercurio, por lo que es
muy probable que en un futuro próximo la medida de PA se realice
con dispositivos automáticos.
• Los tipos de brazal más empleados tienen las siguientes
dimensiones de la cámara hinchable:
1. Adultos:
 12 cm (anchura) x 23-24 cm (longitud). Para brazos
normales.
 15 cm x 31 o 15 x 39 cm: para personas obesas.
 18 cm x 36 a 50 cm: para personas muy obesas o para
tomar la PA en las piernas.
2. Niños:
 3 cm de ancho para neonatos (circunferencia de brazo:
5-7,5 cm).
 5 cm para niños de 1- 4 años (circunf. de brazo: 7,5-13
cm).
 9 cm para niños de hasta 8 años (circunf. de brazo: 13-
20 cm).

Un manguito pequeño sobreestima las cifras de PA y un manguito


demasiado grande las infravalora. En caso de duda es preferible utilizar
un manguito tan grande como sea posible.

Pulsos Arteriales

El pulso arterial refleja básicamente los acontecimientos


hemodinámicas del ventrículo izquierdo del corazón, su característica
depende del volumen sistólico, de la velocidad de eyección sanguínea,
de la elasticidad y capacidad del árbol arterial y de la onda de presión
que resulta del flujo sanguíneo anterógrado.

Esta onda pulsátil de la sangre (originada por la contracción del


ventrículo izquierdo), resulta de la expansión y contracción regular del
calibre de las arterias, la cual representa el rendimiento del latido
cardiaco. Las pulsaciones de una arteria periférica se pueden palpar
fácilmente en pies, manos, cara y cuello. En realmente, se pueden palpar
en cualquier zona donde una arteria superficial pueda ser fácilmente
comprimida contra una superficie ósea o dura, de manera que pueda
sentirse el latido arterial en forma de rebote elástico de la arteria,
sincrónico con la sístole cardiaca, al trasmitirse la presión desde la aorta.
La velocidad del pulso o propagación (latidos por minuto) es de 8-10
m/s, de manera que la onda llega a las arterias más alejadas del corazón
antes de que haya terminado el período de evacuación ventricular.
Asimismo, corresponde a la frecuencia cardiaca, la cual varía con la
edad, sexo, actividad física, estado emocional, fiebre, medicamentos y
hemorragias.
Como se Estudian
Los pulsos pueden palparse en lugares donde las grandes arterias
están cercanas a la superficie de la piel. Los sitios o puntos anatómicos
más comunes donde se estudia la palpación de los pulsos arteriales son
los siguientes:
• Pulso Temporal: la arteria temporal se palpa en la sien. Se trata de
un punto de presión por donde pasa la ramificación externa de la arteria
carótida, que irriga la parte superior y frontal del cráneo, en un trayecto
que va desde la ceja hasta el cuero cabelludo. La presión sobre la misma
es sencilla, en este caso, pues hay una base ósea con músculos de poco
volumen debajo (hueso temporal).

• Pulso Subclavia: localizado en una base ósea clara llamada


clavícula, montando 2 o 3 dedos sobre el tercio proximal de la clavícula y
presionando hacia la cúpula. Para conseguir el pulso, se debe presionar
la arteria en el lugar donde se cruce con un hueso, deteniendo el flujo de
la sangre.

Pulso Braquial: borde interno del bíceps, cerca del pliegue del codo. Se
palpa en la cara interna del músculo bíceps o en la zona media del
espacio antecubital. Se conoce también como pulso humeral

• Pulso Axilar: se palpa profundo en la fosa de la axila, por detrás


del borde posterior del músculo pectoral mayor.

• Pulso Radial: espacio entre el tendón del palmar mayor y el radio.


Esta arteria, es aquella donde se acostumbra a buscar y a estudiar el
pulso. Se palpa realizando presión suave sobre la arteria radial en la zona
media de la cara interna de la muñeca. Es el método clínico más usado.

• Pulso Cubital: localizado en la parte medial de la muñeca sobre la


superficie ventral. Se palpa en la superficie palmar de la articulación de
la muñeca, por arriba y por fuera del hueso pisiforme.

• Pulso Femoral: se palpa la arteria femoral localizada debajo del


ligamento inguinal. En algunos sujetos la arteria puede ser palpada a
cierta distancia más abajo, hasta cerca del canal de Hunter.
• Pulso Poplíteo: localizado den el hueco poplíteo con la pierna en
semi flexionada. Se palpa estando el paciente en decúbito dorsal y con la
rodilla ligeramente flexionada. El pulso se busca ejerciendo presión con
los pulpejos en la fosa poplítea.

• Pulso Pedial Dorsal: se palpa la arteria dorsal del pie sobre los
huesos de la parte alta del dorso del pie. Una palpación transversal a la
dirección de la arteria, con dos o tres dedos, puede facilitar ubicar el
pulso.

Características:
Al palpar el pulso, consideraremos de manera sucesiva su:

• Frecuencia: se refiere al número de pulsaciones de una arteria por


minuto y se estima con el segundero de un reloj. Para determinarla,
suele bastar con contar el número de pulsaciones durante un intervalo de
15 segundos para después multiplicar por 4. También se pueden contar
las pulsaciones durante 30 segundos, sirviendo los 15 últimos segundos
de comprobantes de los primeros. Si el pulso es muy irregular, es
preferible contar durante 1 minuto.

El pulso normal varía de acuerdo a diferentes factores; siendo el


más importante la edad:
NIÑOS DE MESES 130 A 140 Pulsaciones por minuto
NIÑOS 80 A 100 Pulsaciones por minuto
ADULTOS 72 A 80 Pulsaciones por minuto
ANCIANOS 60 menos pulsaciones por minuto

El pulso normal se palpa como una onda fuerte, suave y más rápida en
la parte ascendente de la onda, formando una bóveda y después tiene
un descenso suave, menos abrupto. Básicamente el pulso consiste en
movimientos contráctiles debidos a los cambios de presión y volumen
que experimentan las arterias en su interior, toda vez que pasa una onda
sanguínea impulsada a merced de las contracciones ventriculares.

Un pulso con frecuencia mayor indica que el corazón se contrae más


rápidamente que lo habitual. Esto puede ser consecuencia de fiebre,
presión baja, anemia, estrés, esfuerzo físico, infecciones, insuficiencia
cardiaca, etc.

Un pulso con frecuencia baja aparece en situaciones como las


alteraciones gastrointestinales, pacientes con vómitos, presión
intraocular, hipotiroidismo, pacientes con bloqueos en la conducción
cardíaca, a veces en jóvenes deportistas, etc.

• Ritmo: las pulsaciones normales suceden con intensidad e


intervalos normales; debido a esto, el ritmo es la secuencia de
movimientos interrumpidos, en parte producto de la contracción
ventricular. Cuando el intervalo entre dos movimientos no es regular se
trata de una Arritmia. Existen varios tipos:

a) arritmia sinusal simple


b) arritmia respiratoria
c) arritmia por paro sinusal
d) arritmia extra sistólica

• Amplitud: es la medida de la oscilación de su presión en el tubo


arterial (entre su aumento en la plenitud sistólica y su descenso en la
evacuación diastólica). Guarda relación directa con la amplitud de la
sístole y volumen de la masa y relación inversa con el tono arterial
(aumenta con la relajación de la pared). Si el pulso es voluminoso y
amplio se trata de pulso Magnus, si es pequeño se trata de pulso Parvus
y si adopta la característica de una pequeña línea continuada y débil se
trata de pulso Filiforme (shock).

• Presión: existen tres factores fundamentales que determinan la


presión en el árbol arterial:

a) El volumen sistólico de expulsión del ventrículo izquierdo y


consiguientemente el volumen sanguíneo total.
b) La elasticidad que ofrecen los vasos a la onda sanguínea
sistólica.
c) Las resistencias periféricas, es decir, la mayor o menor
facilidad que los grandes vasos y arteriolas oponen a la corriente
sanguínea en la diástole cardiaca.

• Velocidad: es el tiempo que tarda en ser elevado por cada


pulsación el dedo que palpa. Guarda relación con la sístole cardiaca,
elasticidad vascular y resistencias periféricas. Cuando ésta velocidad
aumenta, el latido cardiaco es intenso, patente, pero de aparición y
desaparición rápidas; el pulpejo del dedo percibe como un latigazo o la
impresión táctil de un resorte metálico que se dispara; éste es el llamado
pulso Saltón, pulso Celer.

TIPOS:

Existen diferentes tipos de pulsos arteriales, pero mencionaremos los


más comunes encontrados en la práctica clínica diaria:

• Pulso Bigeminado: se caracteriza porque se palpan secuencias de


dos latidos, el primero normal, y el segundo de menor amplitud
(habitualmente el segundo latido corresponde a una extrasístole).
• Pulso Céler: es un pulso amplio, de ascenso y descenso rápido. Se
encuentra principalmente en la insuficiencia aórtica de gran magnitud.
Una maniobra que sirve para reconocerlo es tomando el antebrazo del
paciente por la cara anterior, cerca de la muñeca, y levantándolo sobre
el nivel del corazón.

• Pulso Dícroto: se caracteriza por una pequeña onda en la fase


descendente. Se ha descrito en cuadros de fiebre tifoidea, pero, en la
práctica clínica, es casi imposible de palpar.

• Pulso Filiforme: es un pulso rápido, débil, de poca amplitud. Se


encuentra en pacientes con hipotensión arterial, deshidratados, o en
colapso circulatorio (shock).

• Arritmia Completa: es un pulso irregular en todo sentido, tanto en


la frecuencia como en la amplitud. La causa más frecuente es fibrilación
auricular.

• Arritmia Respiratoria: se caracteriza por un aumento de la


frecuencia cardiaca durante la inspiración. Es más frecuente de
encontrar en personas jóvenes y se considera un fenómeno normal.

• Pulso Paradójico: es la acentuación de un fenómeno que


normalmente ocurre durante la inspiración y que consiste en que al
aumentar la presión negativa dentro del tórax, el corazón expele menos
sangre y disminuye la amplitud del pulso. En algunas enfermedades esto
se acentúa, tal como ocurre en pericarditis constrictiva, taponamiento
cardíaco, enfisema importante, o embolias pulmonares que
comprometen el lecho vascular. Este fenómeno se puede documentar
mejor al tomar la presión arterial con un esfigmomanómetro.

Pulso Parvus: se puede encontrar en estenosis aórticas importantes; el


pulso es pequeño (Parvus) y el ascenso es lento.

Pulso Alternante: Se caracteriza porque se aprecia una secuencia de


un pulso de amplitud normal, seguido por otro de menor amplitud, en el
contexto de un ritmo regular. Se ve en insuficiencias cardíacas muy
avanzadas.
Taquicardia: número de pulsaciones superior a 90 por minuto. Las
personas que padecen de taquicardia poseen una vida normal, ya que no
es una enfermedad grave, aunque puede acortar la vida del corazón
debido a su mayor trabajo.

Bradicardia: es una anormalidad en los latidos del corazón. El número


de pulsaciones menor a 60 por minuto.

Pasos y Recomendaciones:
Para este caso, se tomaremos como ejemplo los pasos a seguir para
obtener el pulso radial, dado que es el método clínico más usado.

• Primero, se debe disponer el brazo moderadamente extendido, con


el antebrazo en semipronación y la muñeca algo flexionada.

• Luego localizar y palpar la arteria radial (localizada en la muñeca),


colocando los pulpejos de dedos índice y medio sobre la arteria
radial. No debe usarse el pulgar, porque tiene su propio pulso.

• Realice una ligera presión sobre la arteria. No ejerza presión


excesiva, porque no se percibe adecuadamente.

• Es aconsejable explorar el pulso radial izquierdo con la mano


derecha, y el pulso radial derecho, con la mano izquierda.

• Use un reloj de segundero y cuente la frecuencia del pulso radial en


un minuto completo.

• Registre las cifras para verificar los cambios. Cuente el pulso en un


minuto.

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