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PICCHU, UNA LLACTA INCAICA.

Muchos años después (1533), este valle fue refugio y última morada de los Incas de
Vilcabamba, que resistieron, por algunas décadas, a la dominación del poder español luego
de la conquista del Cusco.

Las llactas son la mejor prueba del espíritu imperial de los Incas y su afán de dominar
permanentemente las naciones que conquistaban. Estas llactas fueron grandes
asentamientos construidos en la ruta del Cápac Ñan (Camino Real Incaico) con la finalidad
de controlar y administrar la economía de las diferentes regiones conquistadas. Fueron
construidas siguiendo un planificado orden respondiendo a la necesidad de controlar y
retener sus conquistas. En esencia, las llactas fueron localidades burocráticas donde
residían los administradores incas y todos los funcionarios de su entorno, junto a sirvientes
y artesanos.

Picchu (nombre original de Machu Picchu) fue una de estas llactas, pero retuvo para sí un
papel especial. Es la única alejada del Cápac Ñan y se construyó en un lugar recóndito e
inexpugnable del valle de Tampu, en tierras de la panaca de Pachacútec, fundador del
Tahuantinsuyo. Fue la más bella del imperio porque fue construida para ser el refugio y
morada de lo más selecto de la aristocracia. Los caminos que conducían a Picchu eran
prohibidos para el común de la población, pues su ubicación era un secreto militar. Los
profundos barrancos y agrestes montañas eran la mejor defensa natural. Según los restos
que se encuentran en la ciudad inca, durante su apogeo la población tuvo algunos miles de
habitantes.

Como toda llacta importante, no dejaron de estar presentes en Picchu un acllawasi -casa de
las escogidas-, un intiwatana -reloj solar, que marca las estaciones del año-, kallancas -
galpones vivienda para los guerreros-, baños y acueductos, así como amplias áreas con
andenerías para los cultivos.

El 80% (109 esqueletos) de las 135 momias encontradas en una excavación arqueológica
realizada por la expedición de Bingham correspondían a mujeres, lo que ha hecho suponer
la idea de que existieron los aqllawasi -casa de mujeres escogidas, elegidas del Inca-,
consideradas como las esposas del Sol, y que huyeron del Cusco antes de la llegada de los
españoles, o que Machu Picchu fue habitado casi exclusivamente por mujeres.

Muchos estudiosos modernos sugieren que, puesto que el heredero al trono tenía que ser
hijo de Inca y de su hermana, gran parte de ellas también eran esposas del Inca.
Considerando que él era el hijo del Sol, por consiguiente, era un dios viviente. Así, el Inca
vivió en su propiedad, junto a sus esposas. Era normal para el Inca tener centenares de
concubinas. Por ejemplo, la historia narra que Wayna Cápac, que era padre de Huáscar y
Atahualpa, tenía más de 400 niños. No obstante, su esposa principal debe haber sido su
propia hermana, pues solo así preservarían la "sangre del Sol".

Aún hoy las razones que llevaron a la despoblación de Machu Picchu son desconocidas,
aunque se perfilan algunas hipótesis dentro de un marco lógico. Se esgrime como una
opción que hubo una epidemia que llevó al abandono de la ciudadela, construida en una
zona húmeda con abundancia de insectos. Incluso hasta las primeras décadas del siglo XX
hubo frecuentes epidemias en esta área, sobre todo de malaria.

Otra posibilidad sugiere que tuvo que ser abandonada y cerrada después de la muerte del
soberano que construyó y vivió en la ciudad, aunque es descartada por la afirmación que al
menos tres generaciones de Incas la habitaron.

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