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PLAN DE EVANGELIZACIÓN
JESUCRISTO VERDAD
Tema número II
Proclamación del Reino de Dios
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará
salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los
hombres”.
Luego realiza la invocación inicial: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo.
R/ Amen.
cantamos
Amémonos de Corazón
//Amémonos de corazón, no de labios //Como puedes tu orar, enojado con
solamente// tu hermano//
//para cuando Cristo venga// nos //Dios no escucha la oración// si no
encuentre bien unidos. te has reconciliado.
//para cuando Cristo venga// nos //Dios no escucha la oración// si no
encuentre bien unidos. te has reconciliado.
2. Ambientación/ signo.
El animador prepara una cartelera con la imagen de Jesús y varios personajes
de la vida de farándula, con una inscripción que diga mi modelo es… y
entorno a eso, se abre el dialogo como preguntas como: ¿Cuándo he dejado
de seguir a Jesús?...
Las Bienaventuranzas muestran muy bien que, entre la antigua alianza y la nueva hay, a la
vez, una fuerte continuidad y una novedad profunda. Esto se hace evidente, cuando
notamos la forma discursiva de Jesús, ya que él toma el género literario de la
bienaventuranza y no el lenguaje legislativo. Por lo tanto, no da una serie de
mandamientos, como lo había proclamado Moisés, sino que señala las actitudes que
conducen a la felicidad. El reino de Dios que Jesús anuncia es una buena noticia para los
pobres y necesitados, para los que sufren y para los que trabajan con un corazón limpio
en bien de los demás. Todos estos son los destinatarios de la predilección de Dios. Así lo
habían recordado a menudo los profetas, y en Jesús este anuncio se hace realidad, es por
eso que él es muy enfático cundo dice: “No penséis que he venido para abolir la ley o los
profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir.” Mt 5, 17).
Las Bienaventuranzas son un anuncio gozoso que contienen un programa de vida radical
y exigente, que están construidas bajo el modelo del propio Jesús. Es verosímil afirmar
que Jesús no impone normas estrictas, sino que pide el seguimiento y la imitación. Para el
cristiano, este es el medio para participar en su paso de la muerte a la vida y alcanzar la
felicidad verdadera.
Solo a través de la persona de Jesús, que fue pobre, sufrido, tuvo hambre y sed de justicia,
fue misericordioso y limpio de corazón, trabajo por la paz y la reconciliación, fue
perseguido y murió por causa del bien, se entienden las bienaventuranzas, que este mundo
considera como insensatas, despreciables e imposibles de alcanzar. La felicidad del hombre
no está en afirmarse a sí mismo autosuficiente, sino en estar abierto a Dios y a los
hermanos. Si leemos con atención todo el discurso de las Bienaventuranzas, vemos que en
ellas no se exaltan el dolor o la persecución como valores en sí mismos, sino que se
entregan a Dios y a los demás, aunque esto signifique lágrimas y sacrificios.
Bienaventurado es aquel que se acerca a los demás sin orgullo, siempre dispuesto
a servirlo con sencillez y alegría.
¿Qué aprendimos?