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BIBLIOGRAFIA Y FUENTES……………………………………………………………………………………………………………………..99
3
-Introducción.
“El tupido velo que cubre las infames maquinaciones
de los hombres de arriba contra los de abajo,
presenta muchos temas para escribir,
la historia de la evolución social
en la sociedad chilena”.
-José Arnero, 4 de noviembre de 1905-
Hacia la última década del siglo XIX Chile se posicionó como un país en transición, en el
amplio concepto de la palabra. Desde una perspectiva económica, nos encontramos en la primera
comprende como una “ampliación permanente en las fuerzas productivas, lo que se traduce en
una ampliación permanente de la producción y ganancia, en una espiral que no tiene término
aparente”2. Dicha ampliación debía ser sostenida mediante la inyección directa de capital para
modernizar la capacidad tecnológica de los medios productivos, acción que fue desarrollada por
capitales extranjeros; quienes “constituían, de hecho, el verdadero motor del capitalismo chileno,
y sus socios residentes, la verdadera burguesía del país” que “asumió una función económica
asociada: la de producir (al modo que le pareciese más conveniente) los bienes agrícolas y
mineros que las mismas subsidiaras extranjeras podían exportar al mercado mundial”3. Este
asumió, y mantuvo hasta entrado el siglo XX, el control del proceso económico tanto en su
1
Este proceso está enmarcado dentro de la periodización que realizó Gabriel Salazar, la cual intenta basarse en las
relaciones y procesos internos de la formación económica nacional, en la confianza de que esta perspectiva nos
mostrará el o los modos de producción y acumulación que han existido o existen en la historia de esa formación y, a
la vez las lógicas de acción que han guiado y guían a las clases y grupos sociales que se han movido y mueven
dentro de ese o esos modos sucesivos de producción y acumulación. Véase en: Salazar Vergara, Gabriel; Historia de
la acumulación capitalista en Chile. (Apuntes de clase). Santiago, LOM ediciones, 2003, pág. 26-31.
2
Ibid, pág. 78.
3
Salazar Vergara, Gabriel; Mercaderes, empresarios y capitalistas. Chile, siglo XIX. Santiago, Editorial
Sudamericana, 2009, pág. 674 y 675.
4
dimensión productiva como en cuanto a su manejo a través de la política económica”4. Los
diferentes cambios que se produjeron para facilitar el desarrollo de una economía exportadora de
materias primas, la cual consiste “en la adaptación de la producción de bienes primarios con
escaso grado de elaboración para el mercado externo, fueron mínimos. Los cambios requeridos
había sido la forma tradicional desde la cual se desarrolló el país a lo largo del siglo XIX. Los
vaivenes del sistema capitalista habían favorecido la mantención de la economía nacional dentro
diversificación productiva. La crisis profunda que vivió la economía nacional entre 1874 y 1879,
fue solucionada con la adquisición de terrenos desde donde el sistema económico de Chile podía
producto [el salitre] que le permitiría continuar vinculada a las grandes corrientes del comercio y
las finanzas internacionales, y seguir adquiriendo los bienes y tecnologías que generaba el mundo
poder adquisitivo del gobierno de Chile y de los capitalistas nacionales, lo que se tradujo en una
mayor importación de bienes de capital y de materias primas para la manufactura nacional, con lo
4
Ortega Martínez, Luis; Chile en ruta al capitalismo: cambio, euforia y depresión. 1850-1880. Santiago, LOM
ediciones, DIBAM, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2005, pág. 38.
5
Idem.
6
Ibid, pág. 472-473.
5
cual se pudo sustentar una expansión y aumento de la industria nacional7, de acuerdo a los
durante los últimos veinticinco años del siglo XIX, el proceso de industrialización chileno
los estímulos de la demanda externa. La aceleración de dicho fenómeno marca el inicio del
proceso de transición al capitalismo. Dicha “transición fue compleja e incompleta, [ya que] no
logró adquirir una dinámica tal que le diese la condición de autosustentabilidad y, al mismo
especialmente, del limitado desarrollo de las fuerzas productivas y de las rigideces del sistema
comenzó a fugarse el peonaje de las haciendas hacia las principales zonas de producción y
desarrollo, principalmente las ciudades y las zonas mineras. Es dentro de este proceso en donde
en este caso nos enfocamos solamente en la ciudad de Santiago. Incipiente proletariado que desde
el campo emigró hacia las ciudades, buscando cambiar e inclusive mejorar completamente sus
condiciones de vida.
7
DeShazo, Peter; Trabajadores urbanos y sindicatos en Chile: 1902-1927. Santiago, Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos (DIBAM)- Centro de investigaciones Diego Barros Arana, 2007, pág. 40.
8
Ortega, Luis; Chile en ruta al capitalismo…op cit, pág. 251 y 311.
6
Principalmente con el proceso de migración desde el campo hacia las principales
ciudades, como Santiago, éstas comenzaron a llenarse de hombres y mujeres buscando hogar y
ciudad ofrecía, desde esta óptica hubo una cantidad considerable de personas que pueden ser
englobaría a otras categorías sociales distintas. Es dentro de esta perspectiva que utilizamos un
concepto más amplio, como lo es el de “pueblo” o “mundo popular” para denominar a aquel
sector que sufre la alienación producto de los espacios de posibilidad que impone la realidad
social, estructurada por espacios políticos, económicos, sociales y culturales. Es así como
algunos contextos históricos comienza a desarrollar un proceso vivo que busca alcanzar su propia
9
Definición sustentada en la proposición teórica de: Salazar, Gabriel; Labradores, peones y proletarios. Formación
y crisis de la sociedad popular chilena del siglo XX. Santiago, Ediciones SUR, Colección Estudios Históricos, 1989.
Pág. 7-20.
7
El comienzo del siglo XX en Chile estuvo marcado por condiciones económicas que no
lograban otorgar prosperidad a toda la población por igual, lo que se tradujo en la existencia de
el punto desde donde se aprehendió toda nueva coyuntura o contexto de la realidad social. Estas
condiciones objetivas son las que, no sólo determinaban o limitaban, sino también otorgaron el
se entiende dentro del marco de transformaciones que los acontecimientos –políticos y/o los
distinta forma la realidad específica de la Cuestión Social, y la reflexión que se realizó sobre los
diversos procesos o acontecimientos, produjo divergentes efectos en los análisis y juicios de los
10
Se entiende la Cuestión Social desde dos perspectivas. Por un lado, como un espacio político regulado con una
creciente participación de sectores anteriormente marginados, el cual permitió enfrentar los problemas sociales sin
cuestionar la legitimidad del sistema social. Por otro lado, tenemos la doble manifestación del concepto: como el
deterioro de las condiciones de subsistencia y la protesta en contra de las mismas posibilidades que otorgan las
estructuras objetivas de la realidad social. Yáñez Andrade, Juan Carlos; Estado, consenso y crisis social. El espacio
público en Chile 1900-1920. Santiago, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM)-Centro de
investigaciones Diego Barros Arana, 2003, pág. 20. Y Garcés, Mario; Crisis social y motines populares en el 1900.
Santiago, LOM ediciones, 2003. Pág. 10, respectivamente.
11
“La realidad social se aprehende y se transmuta en acción mediante los recursos culturales disponibles –mediación
simbólica-, pero dicha realidad impone unos límites estructurales que los sujetos no pueden trascender (…). Entre
posición social y acción existe un espacio de indeterminación que hace que aunque los individuos estén constreñidos
por unas condiciones sociales no elegidas, los procesos sociales sean el resultado de las elecciones que los propios
individuos realizan”. Cabrera, Miguel Ángel; Historia, lenguaje y teoría de la sociedad. Valencia, Frónesis Cátedra
Universitat de Valéncia, 2002. Pág. 33 y 35.
12
Sewell Jr., William; Trabajo y revolución en Francia. El lenguaje del movimiento obrero desde el Antiguo
Régimen hasta 1848. Madrid, Taurus Humanidades, 1992, pág. 24, 30 y 31. Dentro de la misma línea, plantea
entender “la conciencia de clase no como la imposición de las ideas de los teóricos burgueses sobre una clase obrera
intelectualmente inerte, sino como un logro conceptual colectivo de miles de trabajadores que lo desarrollaron o
descubrieron como un modo más satisfactorio de articular (sic) su experiencia inevitablemente construida”.
8
mismos13, es decir sobre las representaciones que se elaboraron de la realidad social. Dentro de la
conocimiento permite que “las personas respondan mental y emocionalmente, sea como
individuos o en grupos, a lo que les sucede [es decir, que pueden] interpretar las situaciones que
Santiago específicamente, se desprende desde este continuo deterioro de las condiciones sociales
y económicas en las cuales habitaba el pueblo y cómo es interpretada y analizada esa misma
estructuras objetivas de la realidad social, desde los espacios que posibilitan las mismas.
Desde una perspectiva social y política, Sergio Grez plantea que esencialmente con la
Huelga General de 1890 se evidencia la entrada sangrienta del movimiento obrero a la escena
social del país15. Este proceso se desarrolló en el cambio que sufrió el frente de las
los trabajadores portuarios y los mineros del salitre y del carbón -los trabajadores de las nuevas
fuerzas productivas que desarrollaban la economía nacional- desplazaron a los artesanos, quienes
habían constituido el motor organizativo del movimiento durante gran parte del siglo XIX.
13
La experiencia tiene como resultado un conocimiento. “Cuando llamamos experiencia a una situación, lo que
normalmente queremos decir es que la persona que ha disfrutado o sufrido dicha situación ha reflexionado sobre ella.
La experiencia, como dice Clifford Geertz, es algo interpretado”. En la misma línea, parafraseando a Thompson,
Sewell propone que “la experiencia de clase es la que establece la mediación histórica entre relaciones de
producción y conciencia de clase (…) incluye todo el conjunto de respuestas subjetivas que los trabajadores dan a su
explotación no sólo en los movimientos de lucha” sino también, en la amplitud cotidiana. Sewell, Jr., William;
“Cómo se forman las clases: reflexiones críticas en torno a la teoría de E. P. Thompson sobre la formación de la
clase obrera”. En: VV. AA.; E. P. Thompson: diálogos y controversias. Valencia, Biblioteca de Historia Social,
2008. Pág. 96 y 82.
14
Idem.
15
Grez Toso, Sergio; De la “regeneración del pueblo” a la huelga general. Génesis y evolución histórica del
movimiento popular en Chile. 1810-1890. Santiago, Centro de investigaciones Diego Barros Arana, 1998. Pág. 745
9
El desenvolvimiento histórico del movimiento popular, a lo largo del siglo XIX puede
entenderse como: “la movilización permanente tras ciertos objetivos claramente identificables
por los propios protagonistas, continuidad que frecuentemente es alcanzada si existe organización
identidad social, que apelaba a un programa político propio y que se encontraba en formación
dentro del contexto de la Cuestión Social. Una de las hipótesis centrales del presente trabajo es
encuentro entre el “bajo pueblo” no adscrito a ninguna organización política con los trabajadores
alimentación de las clases subalternas. Como establece Daniel Palma: “los alimentos nos
impulsan a la acción. En ese período [hacia el 1900] la carestía del pan motivó sucesivas
protestas en las cuales mucha gente participó debido al hambre antes que por alguna preferencia
ideológica. El estómago manda a menudo a la hora de abanderarse por alguna causa”17. Las
problemáticas suscitadas con el acceso a los productos alimenticios, tuvieron directa relación con
el alto costo que fueron adquiriendo éstos18. La diferenciación social que marca la comida es
clara, ya que “la escasez alimentaria marcó la cotidianidad de los sectores populares urbanos en
esta época y no permitía una gran variedad en su dieta, de manera que la alimentación se
16
Ibid. Pág. 32-33.
17
Palma Alvarado, Daniel; “De apetitos y de cañas. El consumo de alimentos y bebidas en Santiago a fines del siglo
XIX”. Historia N° 37, Volumen II Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile., julio-diciembre
2004. Pág. 392. Edición electrónica disponible en: http://www.scielo.cl/pdf/historia/v37n2/art05.pdf
18
“La carne de res y los porotos, aparte de ser la principal fuente proteica de la clase obrera, causaron mucha
discusión y controversia durante el período 1902-1927”. Pero como establece el autor, “muchas fuentes aseguran que
los trabajadores sólo comían carne cuando sus salarios subían y los precios permanecían estables”. DeShazo, Peter;
Trabajadores urbanos… op cit. pág. 110
10
componía principalmente de platos baratos”19. Es dentro de este ámbito de la Cuestión Social
manifestación para pedir la abolición del impuesto que gravaba la internación del ganado
argentino. Antes de continuar, tenemos que hacer una pausa para analizar los escritos
de la Carne”.
buscó analizar cuidadosamente todos los pequeños hechos que conformaron “el episodio
dramático que ocurrió en Santiago en octubre de 1905 [y] hurgar en otro aspecto de interés (…)
la culminación de un clima de inquietud y agitación social y que, por otra parte, le permite a uno
aproximarse a las motivaciones profundas que mueven a los hombres, a las masas, en los
de la Cuestión Social pero sin adentrarse en las diferentes interrelaciones que pueden
contextualización que están detrás de las acciones de violencia que conformaron “la Huelga de la
Carne”.
trabajo cuantitativo articuló ciertos datos que le permitieron explicar el nivel estacionario de los
salarios y el aumento del costo de vida durante 1905. Pero a su vez estableció que “equivocado
19
Palma Alvarado, Daniel; De apetitos y de cañas…op cit. pág. 399
20
Pinto Vallejos, Julio y Argudín, María Luna (compiladores); Cien años de propuestas y combates. La
Historiografía chilena del siglo XX. México D. F., Universidad Autónoma Metropolitana, 2006. Pág. 23.
21
Izquierdo, Gonzalo; “Octubre de 1905. Un episodio en la historia social chilena”, en Historia, N° 13, Santiago,
1976. Pág. 55
11
sería pensar que el malestar social proveniente fundamentalmente de la angustiosa condición
relación con el precio de la carne y con ocasión del desfile programado para octubre”22. Las
diversas manifestaciones que hubo a lo largo de 1905 fueron más allá de lo salarial, más allá del
aumento del nivel de vida, “se mezclaron propósitos políticos, religiosos, reivindicacionistas y de
protesta social”23. A su vez dichas peticiones y manifestaciones fueron motivadas por diversas
“sociedades obreras (…) que celebran actividades culturales y al mismo tiempo intentan crear
que muchas peticiones se transformaron en huelgas y otras veces, como en la jornada de octubre
se puede apreciar que “aparte de los móviles que impulsaron a la protesta iniciada el 22 de
violencia”. Desde esta perspectiva, Izquierdo establece que “los sucesos de octubre de 1905
corresponden a una acción espontánea de turbas que no están inspiradas por una ideología
Gonzalo Vial, desde una historiografía conservadora de signo derechista, en donde éste es
uno de los principales exponentes25, aborda la problemática de lo que para él es la ruptura de los
consensos que quebraron la unidad nacional, entre 1891 y 1973. Dichos consensos que harían
posible la unidad nacional serían tres: el doctrinario, que es de un fondo casi natural; la
conducción social compatible con el régimen político y con la realidad del país26. La ruptura de
22
Ibid, pág. 90
23
Ibid, pág. 92
24
Ibid, pág. 91 y 92.
25
Pinto Vallejos, Julio; Cien años de propuestas y combates... op cit. pág. Pág. 23
26
Ibid, 72 y 73.
12
dichos consensos es claramente identificable durante la Cuestión Social, según Vial, ya que “la
violencia y represión fueron el paso postrero en la ruptura definitiva de la unidad nacional (…)
una enorme mayoría numérica –los trabajadores- perdió (y con suficiente motivo) el concepto de
solidaridad nacional”27.
Dentro de este contexto de la Cuestión Social, Vial destaca las principales movilizaciones
de inicios del siglo XX: Valparaíso 1903, Santiago 1905, Antofagasta 1906 e Iquique en 1907. La
que nos ocupa en la presente investigación, la de octubre de 1905 en Santiago, Vial la analiza
desde el problema esencial que resultaba el aumento del precio de la carne y las razones que
existían para la existencia de la ley que gravaba la internación del ganado argentino hacia el
mercado chileno. El aumento de la demanda por carne en el mercado, no podía ser suplida por el
sector agropecuario nacional por lo que la importación de ganado argentino, era una de las
principales fuentes desde donde se obtenía dicho producto y se suplía el aumento de la demanda
Desde esta misma perspectiva, Vial analiza la situación económica de 1905, en donde uno
de los principales problemas resultó ser el movimiento inflacionario de ese año. Dicho contexto
desorbitada la vida, creando un agudo malestar entre los sectores modestos”28. Vial establece que
los mutualistas articularon una acción pública para obtener la derogación del impuesto, que
gravaba la internación de ganado argentino. “El mitin era con mucho la mayor reunión pública
27
Vial Correa, Gonzalo; Historia de Chile (1891-1973). Volumen 1, Tomo II. Santiago, Editorial Santillana, 1981.
Pág. 496
28
Ibid, pág. 890-891.
13
que hubiera visto la capital (…) esa protesta no visaba únicamente un impuesto: apuntaba hacia
sociedad”29. Dentro de la misma línea, analizando el desenvolvimiento del mitin establece que
“en un clima espiritual como el vivido por Santiago el 22 y 23-todos cometieron excesos: turbas,
policías, secretos [Sección de Seguridad, que llevaba ropa civil] aun los bomberos, y ello debido
a las pasiones repentinamente desatadas y sin freno: odio, resentimiento, codicia, venganza,
Vial articula una conclusión bastante tajante, para explicar el quiebre del consenso social
dentro de la ciudad de Santiago en octubre de 1905: “terminó por formularse una verdad
indiscutible: la culpa entera recaía sobre los anarquistas. Estos habrían arrastrado con su
demagogia infernal a un pueblo ingenuo y todavía poco civilizado, magnificando para ellos unas
deficiencias cuya realidad el establishment reconocía, generosamente, pero, en fin, ni tantas ni tan
importantes, y todas camino a solucionarse”31. El quiebre del consenso social, según Vial Correa,
fue debido a la propagación de ideas revolucionarias por agitadores dentro del mundo obrero,
habría sido parte fundamental para explicar las jornadas de octubre de 1905; el quiebre del
supuesto consenso social, para Vial es mucho más importante que el contexto socioeconómico de
Desde una perspectiva en donde predomina el análisis de las problemáticas políticas, por
sobre las sociales…o desde una denominada “Historia Política y Social”, Sergio Grez nos acerca
a la “Huelga de la Carne” desde una visión comparativa, en relación con la “Huelga de los
29
Ibid, pág. 892
30
Ibid, pág. 894-895.
31
Ibid, pág. 896.
14
Tranvías” del 29 de abril de 188832. Y desde esta comparación de las dos asonadas proyecta una
mirada sobre el movimiento popular de fines del siglo XIX e inicios del XX, de acuerdo a las
lógicas de protesta y reivindicación que coexistían dentro del mismo, como lo eran la asonada
callejera y la huelga pacífica. Dentro del caso específico de la “Huelga de la Carne”, como la
entiende Grez, uno de los fenómenos que resalta con gran énfasis es la “dialéctica entre
agitadores que incitaban a la violencia, durante la manifestación para abolir el impuesto que
carencia de coordinación de todos los hechos violentos durante las jornadas de la “semana roja de
octubre de 1905”, y por otro lado a que los líderes, emergieron de la propia revuelta. Grez nos
hace comprender que el papel del Comité Abolicionista fue mínimo a la hora del surgimiento de
Desde esta perspectiva, y en comparación con las jornadas de abril de 1888, Grez propone
analizar al movimiento popular desde una diferencia nítida entre “las vanguardias sociales y
rebeldías primitivas”34.
y Valparaíso, destaca el logro asociativo que logró la clase obrera organizada. Dentro de esta
32
Grez Toso, Sergio; “Una mirada al movimiento popular desde dos asonadas callejeras (Santiago, 1888-1905)”,
en Cuadernos de Historia, N°19, Santiago, diciembre 1999. Versión electrónica disponible en:
http://www.bibliotecaobrera.cl/wp-content/uploads/2009/03/1888-1905.pdf
33
Ibid, pág. 14
34
Ibid, pág. 25
15
nueva fase del movimiento obrero, DeShazo resalta al anarcosindicalismo como uno de los
principales movimientos dentro de la clase obrera. En lo que a nosotros nos convoca, DeShazo
plantea una serie de afirmaciones que nos aportan mucho de acuerdo a nuestra investigación.
Plantea la importancia de los temores de la élite ante una inminente revuelta social dirigida por
las clases subordinadas, y que desde la comprensión de dicho miedo se puede comprender la
continua violencia con que la oligarquía reprimió la “Huelga de la Carne”. A su vez, afirma que
el Partido Demócrata en conjunto con el Congreso Social Obrero –el cual se celebraba cada dos
años y su institución permanente era el Centro Social Obrero fundado en 1896- en vista de la
carestía de la vida que venía incrementándose a lo largo de 1905, fue una de las principales
DeShazo plantea que debido al relativo aumento del precio de la carne, en contraposición a otros
el “impuesto a la carne argentina” fue una opción política, con miras a proyectar una buena
impresión en la opinión pública, para así obtener una mejor votación en las elecciones de 190635.
Mario Garcés, quien plantea una historia social popular en donde lo político está
condicionado “desde abajo”, nos aporta en la conceptualización que venimos desarrollando y que
hemos adoptado de Cuestión Social. Y a su vez, aporta en una concepción del proceso de
politización del movimiento popular, condicionado desde abajo, “desde los movimientos sociales
populares que en la medida que han alcanzado mayores grados de desarrollo y articulación han
obligado a los partidos a tomar posiciones y a cumplir roles históricamente más eficaces”36. Este
proceso de politización, Garcés lo entiende desde aspectos que se verifican dentro del mismo
mundo popular, los cuales si bien se relacionan con las contradicciones sociales y políticas de la
35
DeShazo, Peter; Trabajadores urbanos…op cit. Pág. 187.
36
Garcés, Mario; Crisis social…op cit. pág. 8
16
sociedad, también poseen grados importantes de autonomía. “Existen tradiciones, valores,
marco de una agudización de los conflictos sociales. La politización del mundo popular, en este
sentido, conlleva no solo la adopción de una determinada actitud frente al Estado o los
empleadores, sino que también una modificación de actitudes y relaciones al interior del propio
campo popular”37.
línea que DeShazo, plantea la relevancia de la relación entre el Partido Demócrata y el Congreso
Social Obrero a la hora del llamamiento a la manifestación para pedir la abolición al impuesto
que gravaba la internación del ganado argentino. Pero yendo más allá, establece que el Congreso
Social Obrero el cual se conformó en 1900, logró impulsar varias “campañas en contra del alza
del costo de la vida, por la enseñanza primaria obligatoria y también por poner fin al impuesto
que gravaba al ganado argentino”38. Dentro de la argumentación que desarrolla, Garcés sostiene
impuesto, pero en el capítulo final atribuye dicha tarea al Congreso Social Obrero.
Dentro del Centro Social Obrero dieron “sus primeros pasos y aprendizajes políticos
algunos anarquistas de renombre, como el poeta Carlos Pezoa Véliz, el dirigente obrero Magno
de la procedencia común desde dicho Centro Social, en donde existía una matriz común de
discusión sobre diversas problemáticas asociativas del mundo popular, como: “unificación de las
37
Ibid, pág. 133.
38
Ibid, pág. 137.
39
Ibid. Pág. 144.
17
clases obreras, combate a los partidos históricos”40. Pero lo que es más importante, desde esa
matriz común donde se desarrolla una de las principales influencias hacia el movimiento popular
–en proceso de formación-, es desde donde proviene el editor del periódico José Arnero, estamos
hipótesis que la irrupción de la asonada popular mutó las representaciones sociales elaboradas por
carestía de la vida -esencialmente en el relativo aumento del precio de la carne-, elaborando dos
representaciones contrarias42. Una que desde el horror con el que percibe, tanto el periódico El
Chileno –muy cercano al PD- como el Diario Popular –de línea editorial católica-, al bajo pueblo
Por otro lado, el periódico José Arnero es la matriz desde donde comprendemos una
visión particular sobre la posición subordinada del pueblo dentro de las diferentes relaciones que
se estructuran al interior de la sociedad, una mirada específica de una amplitud mucho mayor que
40
Idem.
41
Cabe mencionar que dentro de las páginas del “órgano de los intereses de los rotos”, existe una línea temática en
donde continuamente los problemas de la carestía de la vida, la importancia de la educación laica obligatoria, entre
otros, se desarrollan con una profunda crítica hacia la institucionalidad oligárquica del período. Y son esas mismas
categorías de análisis, esas problemáticas estructurales las que también criticaba y combatía el Centro Social Obrero.
Lo cual no se traduce en que el periódico José Arnero sea la voz de dicho Centro Social Obrero, por ningún motivo.
42
“Las relaciones [dentro de una sociedad] presuponen una diferencia, alguna separación entre los factores de la
relación. Y esto también implica la posibilidad de una relación imperfecta, de tensiones y contradicciones, que un
enfoque “unitario” no puede encajar”. Meiksins Wood, Ellen; “Entre las fisuras teóricas: E. P. Thompson y el
debate sobre la base y la superestructura”. En: E. P. Thompson…op cit. Pág. 135. Dentro de la relación entre el PD
y el movimiento popular, el Partido Demócrata planteaba la vía “legalista que presuponía la viabilidad de una
solución política a los problemas sociales, así como la conveniencia de que el mundo popular actuase políticamente”.
Pinto Vallejos, Julio;“¿Cuestión Social o Cuestión Política?. La lenta politización de la sociedad popular
tarapaqueña hacia el fin de siglo (1889-1900). En: Trabajos y Rebeldías en la pampa salitrera. Santiago, Editorial
Universidad de Santiago, 1998. Pág. 258 Por el contrario, desde el diario José Arnero –que se autodefinía como “el
órgano de los intereses de los rotos”- esa vía se planteó relativamente, pero tras la asonada popular y el análisis que
plantearon sobre dicho acontecimiento, se instaba a seguir desarrollando las prácticas populares de socialización y de
regeneración, siendo sostenidas sin la implicación del Partido Demócrata.
18
se podría catalogar de representación popular. En las páginas del José Arnero se planteó tras la
“Asonada Popular de la Carne” la profunda distancia que los desmarcaba con el PD, proyectando
que las prácticas de asociación se entenderían desde un apoliticismo partidista, y a la vez se instó
miseria. Como irá demostrando la visión específica del periódico José Arnero, la problemática
del alto precio de los alimentos es una parte específica de un problema mucho mayor que atiende
a las limitaciones económicas, sociales y políticas dentro de las cuales habitaba el mundo
popular. Las expectativas que generó el análisis del periódico que defendía “los intereses de los
Arnero, desde la irrupción de la asonada popular que produjo un profundo quiebre en dicha
aprehensión (capítulos 1 y 2). Se hizo pertinente comprender cuáles eran las principales
divergencias en los análisis de las representaciones43, las que estaban presentes en el José Arnero
y en los diarios El Chileno y el Diario Popular. Comprender cómo percibían la relación entre el
Estado y la sociedad, y cuáles eran las principales problemáticas en torno a las cuales elaboraban
sus representaciones (capítulos 3 y 4). Desde esta óptica se plantea que las representaciones
sociales pueden mutar de acuerdo a las lógicas de acción que actúan en la realidad, ya sean
procesos sociales, como las irrupciones violentas del mundo popular. El comprender cómo se
43
“Es característicos de los seres humanos que evalúen de modo rutinario lo que hacen como medio de hacerlo, y
que sean capaces discursivamente de describir tanto lo que hacen como las razones que tienen para hacer lo que
hacen. Pueden articular tales características en una descripción”. Es decir, es común que los seres humanos
reflexionen sobre la realidad dentro de la cual están inmersos y que articulen una descripción sobre la misma, que
puedan articular una representación o aprehensión de la realidad, ya sea en su esfera social, económica, política, etc.
Giddens, Anthony; “Fuera del mecanicismo: E. P. Thompson sobre conciencia e historia”. En E. P. Thompson…op
cit. Pág. 224-225.
19
percibe, desde la óptica popular del José Arnero, el continuo reposicionamiento violento del
mundo popular en su deteriorada condición estructural, es uno de los principales objetivos de este
trabajo.
primarias impresas y una revisión de bibliografía secundaria. Las fuentes primarias forman la
parte central, ya que desde el agrupamiento de las mismas se ha podido reconstruir las
periódico de perspectiva anarquista El Alba, El Proletario que es cercano al ala socialista del PD,
el anticlerical periódico José Arnero y las décimas de los poetas populares de la Lira Popular
Chilena44. Por otro lado, el periódico El Chileno cercano al PD, el católico periódico el Diario
Popular conforman la otra representación en cuestión. Cabe mencionar que los partes de la
Policía o los Bandos ministeriales, eran reproducidos in extenso en ambos periódicos. Por otro
lado, los Boletines de la Sociedad Nacional de Agricultura nos permitieron tener una
44
Agradezco profundamente al profesor e historiador Daniel Palma A. por la recomendación de utilizar las Liras, y
por darme a conocer la existencia del periódico José Arnero. Por otro lado, agradezco todos los comentarios que ha
hecho al texto y las recomendaciones bibliográficas al profesor e historiador Marcos Fernández L.
20
1.- “Lei maldita i oprobiosa que condenaba al hijo del pueblo a la miseria mas
cruel i dolorosa”.
“La carne es un artículo de lujo”.
de ellos fue la carne que hacia octubre alcanzaba unos valores altos y amenazaba con encarecer
todavía más. Este hecho es significado de manera unívoca por algunas fuentes, como el periódico
El Chileno –cercano al Partido Demócrata- y el anticlerical diario José Arnero, quienes asignaron
la causa del aumento del precio de la carne al impuesto que gravaba la internación del ganado
argentino, significándolo como una “lei maldita i oprobiosa que condenaba al hijo del pueblo a la
Dicho impuesto fue fijado por ley el 23 de diciembre de 1897, y desde su puesta en
vigencia, la Sociedad Nacional de Agricultura sostuvo que el objetivo principal de dicha ley que
proteger la ganadería nacional”46. Desde el momento en que dicho impuesto comenzó a ser el
objeto de todo tipo de análisis, de representaciones sociales que marcaron sus respectivos
ganadera nacional que estaba detrás de la puesta en vigencia del gravamen. Dentro de esta
aduaneros, como una medida paliativa ante el aumento del precio de la carne y sobre esta base
45
“¡Levántate pueblo! ¡carne, carne!”, José Arnero, Santiago, 16 de octubre de 1905.
46
“ABOLICIÓN del impuesto que grava la internación de ganado”, El Chileno, Santiago, 2 de octubre de 1905.
21
elaboraron cinco principios fundamentales47. Éstos sostenían el paradigma económico capitalista
que trascendía a la SNA, ya que pretendía desde la continua inyección de capital –en el sentido
acrecentar las fuentes de producción y de riquezas desde las cuales podía beneficiarse la nación.
necesidades materiales de toda la población del país, ya que como sostuvo la misma SNA: es “un
hecho que el pueblo sufre cierto malestar, no precisamente por el alza de precio de la carne, sino
Uno de los emisores del Partido Demócrata, el periódico El Chileno, establecía una
relación directa del impuesto al ganado argentino fijado en 1897 con anteriores leyes que
gravaban la internación de ganado que fueron derogadas, debido al alto precio que alcanzó la
primera necesidad, como la carne, y cuyo resultado es en último término poner este alimento
fuera de los alcances de los pobres, no son más que una provocación imprudente y peligrosa de
47
El primero establecía que el impuesto no influía en el precio, ya que había aumentado en tres centavos el valor del
kilo de carne (llegando hasta los 49 centavos). En segundo lugar, la mantención del impuesto era el camino para
tener carne abundante y barata, debido al desarrollo de la ganadería nacional. En tercer lugar, la supresión del
impuesto significaría acabar con la ganadería nacional, lo que se traduciría en el encarecimiento de la carne y el
empeoramiento de la calidad de la misma. En cuarto lugar, el impuesto al proteger la ganadería nacional aprovechaba
y hacía productivos extensos terrenos del territorio chileno, “dejando anualmente en el país ese capital de diez
millones de pesos, el impuesto acrecienta en grande escala la riqueza pública, aumenta el bienestar jeneral, modifica
las condiciones del trabajo i del salario, i hace refluir estos beneficios sobre la clase trabajadora”. En quinto lugar, se
sostenía que la supresión del impuesto encarecería la alimentación general, debido a que los agricultores se verían
obligados a subir sus productos. Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura (en adelante BSNA). 2 de noviembre
de 1905.
48
BSNA., 23 de noviembre de 1905.
49
“La primera lei sobre impuesto es de fecha 18 de octubre de 1832; pero fue derogada mui poco después, en razón
del alto precio a que llegó la carne. (…) Los cambios de gobiernos y el olvido de aquellos hechos tan elocuentes
como decisivos, hicieron pensar por segunda vez en el malhadado impuesto. Así fue como se dictó la lei de 1835,
que corrió la misma suerte de la anterior. Y para abreviar diremos que después vinieron las otras leyes de 1851, 1868
22
El principal objeto de análisis, del José Arnero y del PD, se centraba en la problemática
del impuesto que gravaba la internación del ganado argentino. Desde este núcleo interpretativo,
tanto el “órgano de defensa de los rotos”, como el Partido Demócrata, establecían una serie de
acerca de las principales problemáticas, ya sean económicas, sociales o políticas que vivían y
social y cómo están subordinadas las clases sociales va quedando reflejada cuando enuncian que
el “cuadro de hambre i miseria que, día tras día, vienen exhibiendo ante los ojos del pueblo, los
ganaderos, hacendados, comerciantes, azucareros i en fin, todos los miserables capitalistas que
tienen en sus manos la explotación de nuestros alimentos”50. Se representa claramente a las clases
que manejan los destinos económicos del país, la oligarquía capitalista, como una clase que se
Desde esta representación que se ha ido forjando de los capitalistas, con el problema de la
carestía de la carne se fue elaborando una visión acerca de cómo ésta clase utiliza al Estado, para
sacar provecho económico del gravamen y de cómo sus intereses económicos se superponían al
bienestar social, económico e inclusive del porvenir del pueblo chileno, que no lograba obtener
una buena alimentación. Enrique Fernández, en un estudio sobre la relación entre el Estado y la
Sociedad entre 1891-1931, propone comprender la articulación de la lógica estatal oligarca desde
tres prácticas –política, administrativa y legal- gracias a las cuales, “las oligarquías reprodujeron
los privilegios que gozaban: generaron marcos legales que les permitieron amortiguar sus
y 1888, que resucitaban el gravamen tan dañoso para el pueblo”. “De nuevo el impuesto. La internación de ganado”,
El Chileno, 12 de septiembre de 1905.
50
“La carne, el azúcar i la tolerancia del pueblo”, José Arnero, 16 de octubre de 1905.
51
Idem.
23
conflictos de grupo, tender a la igualación de sus oportunidades y reproducir y potenciar sus
privilegios económicos”52. Una de las principales prácticas de los capitalistas que comenzó a ser
criticada, es sin duda el desarrollo de los monopolios, que fueron apuntados como uno de los
“Los monopolios vienen sembrando la miseria i el horror entre los hijos del trabajo. Los
capitalistas, esos tigres inhumanos sedientos de oros i de víctimas, han atrapado con sus
capitales los alimentos, las industrias i todo cuanto creen necesario para la existencia sin
que les importe un bledo que el pueblo se muera de hambre”53.
amparados y protegidos legalmente, siendo los mismos ganaderos nacionales quienes pedían la
mantención del impuesto para proteger la ganadería nacional, como una prolongación de los
bienes personales según la lógica estatal oligárquica. Es decir, amparados por el impuesto al
ganado argentino “se constituye el escandaloso monopolio de ganadería que ejercen algunos
hacendados chilenos, con la complicidad directa i criminal de los altos funcionarios públicos”,
pero que en realidad dicho gravamen “no vino a favorecer al pueblo, ni mucho menos a la
ganadería nacional sino que a locupletar [llenar, rebalsar sic.] los bolsillos de unos cuantos
hacendados sinvergüenzas, que han visto acrecentarse sus capitales a costa del hambre i miseria
popular”54.
Si los monopolios habían sido caracterizados como uno de los principales causantes de la
deteriorada situación de la clase subalterna, uno de los puntos aún más criticados es el de la
52
La lógica estatal oligarca presuponía, “por una parte el sentimiento de superioridad moral de las oligarquías,
heredado de su supuesto pasado aristocrático, que se expresó en la autodenominación clases superiores o clases
dirigentes, y que justificaba su monopolio del Estado. Por otra, una concepción patrimonial de las prácticas política,
administrativa y legal, es decir, una forma de interpretarlas como una prolongación de sus bienes personales”.
Fernández, Enrique; Estado y Sociedad en Chile, 1891-1931. El Estado Excluyente, la lógica estatal oligárquica y la
formación de la sociedad. Santiago, LOM ediciones, 2003. Pág. 64 y 69.
53
“¿Hasta cuándo soportamos? El país de los latrocinios. La fiebre de los monopolios”, José Arnero, 19 de octubre
de 1905.
54
“Un monopolio escandaloso. El impuesto al ganado argentino”, Ibid.14 de septiembre de 1905.
24
función que debía desarrollar el Estado, en su relación con la sociedad. Se criticó que el impuesto
solamente favorecía a los hacendados ganaderos con el amparo estatal, que la carne “hoy por hoy
los pobres no podemos comerla i solo disfrutan de su sabor los pudientes, o sean los zánganos de
la colmena social”55. Dentro de esta misma perspectiva, el principio proteccionista del impuesto y
los argumentos que había sostenido la SNA fueron criticados e inclusive satirizados56. El Partido
Demócrata exponía los hechos irrefutables que había significado dicho gravamen:
“carestía de la carne hasta ser artículo de lujo para las familias de algunos recursos;
privación absoluta para la gran mayoría de los pobres; ruina amenazadora para un
numeroso gremio de jentes de trabajo, los abasteros y tenedores de puestos; y por fin,
ilusiones falaces acerca de la pretendida ganadería nacional”57.
Si bien los argumentos que sostenía la SNA se movían entre las justificaciones del
porvenir de la ganadería nacional y el aumento de las rentas de la nación, los opositores a dicho
gravamen sostenían que el proteccionismo “es en último término no más que la facultad
concedida a ciertos ciudadanos para imponer una contribución sobre el resto de los suyos”58. Pero
cuando dicha facultad priva al pueblo de una “alimentación sana y barata (…) hai que condenar
como el acto más arbitrario e ignominioso el que ahora estamos cometiendo con el ausilio de la
específico, los opositores sostenían que significaba privaciones y ayunos para el pueblo, hambre
55
“La carne, el azúcar…” op cit., José Arnero.
56
“En la imposibilidad de negarlos rotundamente, trátase de justificarlos en nombre del porvenir. A falta de razones
sólidas, se hace literatura poética. ¡Tened paciencia! Se le dice al pueblo hambreado. Ese impuesto, doloroso hoy,
será mañana benéfico. El le permitirá a este país tener ganadería propia, suficiente para abastecer todo el consumo.
Entonces bajará la carne”. “Hechos y no palabras. El censo ganadero”, El Chileno, 14 de septiembre de 1905.
57
Idem.
58
“Altas i distinguidas personalidades se valieron del impuesto para poder, mediante la influencia oficial, introducir
por los boquetes de la cordillera, una gran cantidad de ganado de contrabando”. “Levántate pueblo…” op cit. José
Arnero
59
“El impuesto al ganado. Movimiento popular”, El Chileno, 27 de septiembre de 1905.
25
y miseria sostenida mediante el amparo del aparato estatal60. Es dentro de esta perspectiva que el
PD se pregunta “¿Es humano hacerles pagar a centenares de miles de trabajadores los cimientos
de una futura prosperidad?” a lo cual responden sobre la naturaleza del proteccionismo, que
“salga la protección de las arcas fiscales; pero que no salga del estómago de las clases menos
favorecidas de la sociedad”61.
El aumento del precio de la carne62 recaía en última instancia sobre los consumidores,
pero lo que se recalcaba con profundo énfasis, es que si los ganaderos necesitaban de protección a
recaer sobre el mismo Estado, ya que si el gobierno seguía sosteniendo y afirmando una doctrina
de esa índole, “en verdad que se coloca fuera de la lei, porque ya se dejenera en tiranía”63. Y es
en directa relación con el continuo discurso que sostenía la SNA, que dirigiendo sus palabras al
gobierno el PD exponía de que “si el Estado existe para los individuos, el nuestro debe
representación del país”. Pero como sostenían, “un gobierno que se pone en pugna con las nueve
décimas partes de sus representados, por complacer a un grupo reducido, sin ninguna
Aquí podemos comprender de forma clara que el PD sostiene una visión sobre el Estado
60
“Un puñado de hacendados i capitalistas sin conciencia, viles mercaderes públicos, obtuvieron el despacho de la
lei que debía encarecer el alimento de consumo mas indispensable para la vida, como lo es la carne”. “Levántate
pueblo…” op cit. José Arnero
61
“Hechos y no palabras…” op cit. El Chileno
62
“Con el impuesto, la carne, naturalmente, aumentó de precio, tanto por la escasez del artículo como por la
contribución que se pagaba por la internación”. “Levántate pueblo…”op cit.
63
“Siempre el impuesto. Defensa interesada y absurda”, El Chileno, 18 de septiembre de 1905.
64
“Impuesto al ganado…” op cit.
26
círculo de capitalistas hacendados. Exclamando directamente hacia el gobierno, declaraban que el
no acceder a las peticiones que emergían desde el mismo pueblo, significaba claramente que no
estaban ejerciendo su deber, de que no se estaría correspondiendo con la naturaleza del Estado,
que debe su existencia a todos los individuos que componen la nación65. Es dentro de esta lógica
que el PD sostenía que “razón existe para protestar contra ciertas medidas gubernativas, por más
que se trate de revestirlas con apariencia de justicia y hasta de conveniencia nacional”. Pero el
hecho irrefutable para ellos era que “el pueblo trabajador no tiene cómo aumentar sus rentas ni
cómo hacer ahorros con alguna facilidad; y en medio de esta situación casi angustiosa, van
subiendo de precio todos los artículos de consumo”. Y más aún, de acuerdo a la lógica con la que
había actuado el gobierno, éste “contribuye a negar los artículos de primera necesidad”66.
Dentro de la representación que realizó el PD, y de acuerdo con la lógica que sustentaba
la naturaleza del Estado y las relaciones que éste articulaba con la sociedad, el Comité Central de
la abolición del impuesto al ganado argentino, en una carta abierta difundida por el periódico El
Jefe Supremo de la Nación y que no debe anteponer el beneficio de unos cuantos ante la
ganado”67. En esta declaración podemos vislumbrar dos puntos de suma importancia, por un lado
se seguía sosteniendo (como ya se ha demostrado más arriba) que el Estado debía existir para
todos los ciudadanos, y que las legislaciones, antes que privar al pueblo debían beneficiarlo; y por
65
Esta es una consideración totalmente Republicana del Estado. Este tipo de representación, en la presente
investigación, se complementará con la visión católica desde el momento en que el movimiento de petición se
quiebre debido a la irrupción de la asonada popular. Esta representación “Católica-Republicana” expresará análisis
sobre la realidad social muy diferentes a los de la representación expresada en las páginas del José Arnero y El Alba.
66
“La voz de las provincias. Situación del pueblo”, El Chileno, 30 de septiembre de 1905.
67
Carta del Comité Central de abolición del impuesto al ganado dirigida al presidente Riesco. En: “ABOLICIÓN…”
op cit. El Chileno
27
otro lado, la clara alusión a ganarse el cariño y el favor del pueblo al intervenir en la abolición de
un impuesto impopular.
Si bien el Comité Central recalcaba los puntos antes descritos, también es claro en poner
en duda los argumentos que sostenía la SNA al punto de declarar que si dicha Sociedad seguía
nacional, “bien se puede perder toda esperanza de que la mayoría del pueblo vuelva a comer
carne”. Esta declaración la sostenían en el hecho del “alza progresiva en el valor de la carne
profunda relación en pugna, de diferentes significados que se han ido construyendo sobre las
problemáticas que suscitó el impuesto al ganado argentino. Tanto el Partido Demócrata como el
periódico anticlerical José Arnero –el cual se define a sí mismo como el “órgano de los intereses
de los rotos”- construyeron relaciones significativas, sustentadas en los efectos negativos que
utilizaban al Estado para mantener en opresión a las clases subalternas69. Si bien se reconocían
68
Como se sostiene en otro artículo “es que una mala causa, tan mala que signifique hambre, dolores y miserias para
la jente más desvalida y menesterosa, no puede tener a su favor argumentos serios y de peso”. “El colmo de las
defensas. ¿El impuesto abarata la carne? Ibid, 5 de octubre de 1905.
69
“He visto en invierno llorar a los pobres/ de ver las miserias que hai en el hogar;/ he visto mas tarde reir los
burgueses/ de ver como lloran los pobres sin pan// Desde entonces sueño con mucho delirio/ que al fin algun día yo
podré escapar/ de aquellos tiranos que en triste martirio/ mantienen al pueblo sin su bienestar”. “La futura avecilla
del pueblo. Canción de los proletarios, José Arnero, 7 de octubre de 1905.
28
períodos en donde se soportaban sueldos escasos, o se habían soportado períodos en donde
faltaba el trabajo, se significaba como un momento crítico el que el pueblo estuviese sitiado por
el hambre, porque “el azúcar se convirtió en un objeto de lujo para el hogar del pobre y la carne
Ante esta situación, que tanto el PD como el diario José Arnero la significaban como un
crítico contexto de hambre y miseria, a mediados de septiembre se creó el Comité Central para
lograr la abolición del impuesto al ganado argentino71. Desde su creación se fijó el 22 de octubre
entretanto se efectuó una ardua tarea por difundir públicamente en los diarios las problemáticas
Dentro del contexto anterior a la manifestación, podemos evidenciar ciertos análisis que
son muy autocríticos a la hora de ver la impasibilidad con que las clases subalternas eran
podría entenderse por las continuas represiones que había sufrido el movimiento popular, antes
de la manifestación del 22 de octubre. La supuesta abolición del impuesto que gravaba al ganado
argentino atentaba contra los intereses de algunos grupos oligarcas, éstos “en el fondo –y a
70
“A pesar de tan aflictivas condiciones de existencia, quedaba para la jente laboriosa el recurso de los clásicos
frejoles. Pero en la actualidad ese cereal que era la fibra del trabajador y su alimento exclusivo, ha subido
fabulosamente de precio ($ 22 fanega) hasta el punto de ser en materia de alimentación lo que la seda en materia de
vestuario”. El País de Concepción, citado en El Chileno 30 de septiembre de 1905.
71
Mario Garcés reconoce al Comité Central para la Abolición del Impuesto al Ganado Argentino, como la entidad
que decidió realizar la manifestación y pedirle formalmente la abolición de la ley. Pero a su vez, reconoce la
importancia del Congreso Social Obrero por impulsar “diversas campañas en contra del alza del costo de la vida (…)
y también por poner fin al impuesto que gravaba el ganado argentino”. Garcés, Mario; Crisis Social… op cit. Pág.
137
72
“Los hijos del pueblo, que tan valiente i heroicos se han portado en los campos de batalla, son indefensos corderos
dentro de su propio suelo. I de esto se aprovechan los audaces i sinvergüenzas para esplotarlos i robarles el fruto de
su trabajo”. “Un monopolio escandaloso…”José Arnero, op cit.
29
producción y el monopolio del Estado les daba. Y ello lo hicieron con una violencia que no
conoció límites”73. Y es dentro de esta perspectiva que se puede plantear que, la experiencia de la
violencia estatal que habían sufrido las primeras oleadas de reivindicación económica y social al
comienzo del siglo XX, directamente ante los patrones o frente al Estado, ponía en entredicho la
convocatoria que esperaba tener el movimiento abolicionista. Desde esta óptica podemos
petición de abolición al Presidente Germán Riesco. Al mismo tiempo en que se lamentaban por el
comportamiento del pueblo, se mantenían las esperanzas de que todas las personas adhirieran a
dicha manifestación, como una demostración de “la solidaridad preciosa que en ésta como en
muchas otras materias debiera existir entre esos seres de común labor y friega, que sólo conocen
de la existencia sus dolores más acerbos y que ya ni siquiera están teniendo derecho para
Este llamado de solidaridad para todos “los hijos del trabajo”, se fundía dentro de la
común experiencia de sufrimiento y hambre que los ligaba. A la par se indicaron las principales
instituciones que mantenían en común interés el impuesto, y contra las cuales “tienen que
batallar, contra todo el Congreso, contra el presidente de la República i contra los espíritus
apáticos”. Pero esta batalla se debía efectuar dentro del marco institucional del Parlamentarismo,
utilizando la petición formal como instrumento político; dicha visión legalista era compartida
tanto por el PD como también el Comité Abolicionista (articulado entre varios círculos obreros
de Santiago, pero aún así las doctrinas del PD eran influyentes dentro del Comité). Pero hay que
destacar que no era la única vía desde donde el “pueblo” expresaba su descontento, ya que “la
73
Fernández, Enrique; Estado y Sociedad en Chile…op cit. pág. 100
74
“El impuesto al ganado…” El Chileno, op cit.
30
asonada callejera se convirtió desde fines del siglo XIX en un punto de conjunción momentánea
de los de abajo, lugar de encuentro y de disociación que convergían aparentemente en pos del
logro de una reivindicación común, pero que eran en realidad, el enunciado de tendencias
profundas hacia la disgregación”75. Es dentro de la lógica legalista que se efectúa una petición
formal al presidente para la abolición del impuesto. Es más, dentro del mismo periódico José
Arnero se hizo un llamado a las clases subalternas: “solo se conseguirá su abolición, si los
entre las clases subalternas, y demostrar su descontento dentro de los márgenes que permitía el
“Esta será una demostración del sentimiento popular que los poderes públicos deberán
tomar mui en cuenta para otorgar la abolición del impuesto.
Si esta vez la manifestación será de orden y petición (sic), ¡ai! del día en que se levante
airada la gran masa popular, para imponer lo que se le ha negado cuando lo pidió con
respeto.
¡El pueblo soporta todo, menos el hambre en sus hogares”77.
una clara justificación en el hecho de que “el gobierno y las autoridades en general están
acostumbrados a mirar con insolente desdén las peticiones del pueblo”78. Y es en contra de esta
75
Grez Toso, Sergio; “Una mirada al movimiento”…op cit. Pág. 1 y 2.
76
“Un monopolio escandaloso…”José Arnero, op cit. Peter DeShazo, dentro de esta misma línea plantea que “los
demócratas y los mutualistas decidieron enfocar su atención sólo en el impuesto a la carne, esperando ganar mayor
prestigio y mayor cantidad de votos si se lograba abolir. Éste parecía ser un objetivo capaz de producir una apropiada
recompensa política”. En: DeShazo, Peter; Trabajadores urbanos…op cit . Pág. 187
77
“Levántate pueblo…” op cit. José Arnero
78
“La gran manifestación de mañana. Su significado”. Ibid, 19 de octubre de 1905.
31
actitud del gobierno que la violencia se vería justificada, al mantener la situación de hambre y
“¿Es posible que un pueblo consciente como el de Chile, tolere que un centenar de
capitalistas ambiciosos, roben i esploten tan miserablemente los frutos de nuestro
trabajo? No, mis amigos, pongámonos de pie, sacudamos nuestra inercia i abandonemos
el indiferentismo causante de nuestros males.
Unámonos como un solo hombre i probemos a los infames ganaderos i azucareros, que
ya estamos cansado de sus desmanes i que si continúan en su tarea de asesinarnos por el
hambre, estamos dispuestos a hacernos respetar. El látigo de la justicia está en nuestras
manos i con él sabremos arrojar del templo de este país, a los mercaderes i ladrones que
roban amparados por las leyes i viven en la opulencia mediante el sudor de nuestra
frente.
La huelga es uno de los medios que debemos hechar mano los sitiados del hambre. Si los
burgueses disponen, gracias al dinero, de las bayonetas i los sables, nosotros, los
hambrientos, contamos con otros medios de defensa que en buena lid sabrían también
darnos el triunfo.
El petróleo, el puñal i la dinamita, están al alcance del pueblo i ¡ai! de los miserables el
día que se empleen estos elementos para castigar vuestros latrocinios! Ojo por ojo, diente
por diente, debe ser la consigna de todos los esplotados”79.
violencia, el problema crucial al cual se veían sometidas las clases subalternas es que “de esta
criminal indiferencia gubernativa son culpables, única i exclusivamente, los hijos del pueblo.
Cuando se le llama a comicios públicos para protestar alguna arbitrariedad o para pedir alguna
garantía para el pueblo, los obreros se retraen: prefieren la diversión i los placeres antes que el
económicos y sociales desde la esfera política -“motivados por captar un electorado más masivo
79
“La carne, el azúcar…” Ibid, 16 de octubre de 1905.
80
“Así hemos visto fracasar muchos meetings de gran importancia, porque la concurrencia no ha llegado ni a
quinientas personas”. “La gran manifestación…” Ibid, 19 de octubre de 1905.
81
Pinto, Julio; “¿Cuestión Social o Cuestión Política?. …op cit. Pág. 310-311.
32
solidaridad entre los hijos del pueblo es sumamente importante, en un principio, como ciertas
popular, lo serán después. Y es dentro de esta misma lógica que los llamamientos se centraban en
puede cambiar la opinión estatal y no se abole el impuesto que gravaba la internación del ganado
argentino, aún quedaban en las manos de los hijos del pueblo la huelga e incluso la violencia.
82
En la circular que difundió el Comité Central, finaliza exponiendo: “Pedimos al pueblo de Santiago que haga
memorable el 22 de octubre, observando el más completo orden y compostura durante el desfile, que no haya gritos e
incidentes que denigren nuestra cultura y civilización”. En “El impuesto al ganado argentino”, El Chileno, 13 de
octubre de 1905.
33
2.- “El desfile del pueblo hambriento y humillado”.
Las representaciones sociales son construcciones que pueden ser transformadas, desde el
conocimiento, debido a que la entendemos “en el sentido riguroso de cómo se vive una situación
o unos sucesos, cómo se siente y el efecto que produce en nuestros juicios y sentimientos”83.
Efecto que produce en los juicios expresados a través de las páginas de los periódicos de la época
esencialmente.
presente capítulo se ocupará del inicio de la mutación de las opiniones expresadas en las páginas
83
Sewell, Jr., William; “Cómo se formas las clases…” op cit. pág. 95
34
de los distintos periódicos. También se demostrará cómo las aprehensiones expresadas en
periódicos populares, como José Arnero y El Alba, se irán volviendo cada vez más críticas,
elaborando un discurso que da cuenta de cómo la sociedad se relaciona con el Estado. Mientras
que una cantidad importante del pueblo, no el trabajador sino el ocioso, es marginado por las
representaciones que elabora el Partido Demócrata debido a sus prácticas de violencia. Cabe
señalar que este proceso de cambio en los juicios, se irá intensificando a medida que pasen los
días posteriores al 22 de octubre, por lo que como se señaló más arriba este capítulo será una
problemática del impuesto a la carne. Antes de entrar al análisis del inicio de las mutaciones de
las representaciones, tenemos que elaborar una breve descripción de la manifestación del día 22
de octubre de 1905.
El comienzo de la manifestación estaba estipulado para las 14:30 horas, del día domingo
22 de octubre. Pero como se evidencia en diferentes fuentes, desde mucho antes de la hora fijada,
a lo largo de la calle Alameda, entre Bandera y San Martín se había posicionado una gran
cantidad de manifestantes. El ordenamiento de la gran masa de adherentes había sido pensado por
el Comité Central, dejando un lugar para los habitantes de cada una de las comunas invitadas,
quienes iban detrás del correspondiente espacio destinado para todas las sociedades obreras que
avanzando hacia el norte por la calle Morandé, en donde doblaron hacia el poniente por Moneda
hasta llegar al palacio de gobierno, en donde se entrevistarían con el presidente Germán Riesco.
84
Izquierdo, Gonzalo; “Octubre de 1905”.. op cit. Pág. 57.
35
La Moneda presentaba el aspecto de que no había nadie en su interior, desde fuera se veían todas
las ventanas cerradas y solamente estaba abierta la puerta de entrada hacia donde se dirigió el
Comité Central, quienes encabezaban la inmensa columna de manifestantes, entre veinte a treinta
informó al Comité que Riesco se encontraba en su casa, en las calles de Teatinos esquina
Morandé, hacia donde se comenzó a movilizar la masa de manifestantes. Es con este hecho, con
este pequeño cambio de planes que comenzó a “circular [el rumor] entre los concurrentes al
meeting que el presidente de la república se negaba a oír las peticiones de los obreros sobre la
demostrar los manifestantes. Este rumor se tradujo en que el grupo que iba en el inicio de la gran
masa que conformaba el desfile, se dirigió a la casa del presidente Riesco, mientras que las
personas que iban más atrás se encontraron con este tipo de noticias que comenzaron a caldear
los ánimos. Una cantidad importante de manifestantes se quedó en las afueras de la Moneda y a
los pocos minutos comenzaron a apedrear el palacio de gobierno y a los pocos policías que
conformaban el escuadrón de escolta. Estos hechos fueron breves, ya que la policía pudo
siguieron su camino hacia la casa de Riesco, en donde el Comité se entrevistó con él.
85
Izquierdo plantea el número de manifestantes, entre veinticinco y treinta mil, e inclusive llega a insinuar que
solamente seis o siete mil personas fueron las que efectivamente marcharon, y que el resto permanecieron
deambulando en la Alameda. Ibid. Pág. 59-60.
86
“Los sucesos del domingo. Se inicia el movimiento subversivo”, El Chileno, 24 de octubre de 1905.
87
Izquierdo, Gonzalo; “Octubre de 1905”.. op cit. Pág. 60. Grez también plantea el mismo argumento como el inicio
de la espiral de violencia. Véase en: Grez Toso; “Una mirada al movimiento popular…” op. cit. Pág. 9
36
En este caso, efectivamente el presidente recibió al Comité Central y les dio como
respuesta que tenía que consultar la problemática de la abolición de la ley que gravaba la
internación del ganado argentino con el Congreso. Esta respuesta fue agradecida por el Comité,
quienes al salir de la casa de Riesco siguieron con la manifestación por la calle Huérfanos. Pero,
afueras de la casa del presidente también se comenzaron a desarrollar incidentes, ya que hubo
personas que alentaban a otros para que intentaran entrar por la ventana a la casa de Riesco88.
Estos incidentes fueron entrelazándose poco a poco, la gente que se fue quedando más
atrás volvía hacia la Alameda, ya que había un gran número de personas en las calles cercanas.
comerciales, los incidentes comenzaron a volverse cada vez más violentos. En la Alameda, los
“revoltosos” comenzaron a externalizar sus sentimientos en contra de los carros de tranvías, hasta
el punto que la empresa a cargo de este servicio decidió, aproximadamente a las 16 horas,
suspender la circulación de este medio de transporte. Los incidentes que surgieron a partir de la
manifestación en contra del impuesto al ganado argentino fueron declinando al tiempo en que la
tarde iba transcurriendo; al mismo tiempo que el Comité Central “nombró una comisión (…) para
que trataran de contener a los exaltados en diversos puntos de la población [ciudad sic.],
horas, el orden fue restablecido.Los hechos del domingo fueron totalmente distintos a los que se
efectuaron el día lunes 23, los que se desarrollaron el 22 están inmersos dentro de un espacio de
88
Los pormenores de este incidente, en: “Sucesos del domingo. En casa de S.E. “, El Chileno, 24 de octubre de
1905.
89
“El desorden comienza”, El Diario Popular, 24 de octubre de 1905.
37
violencia como su mecanismo de expresión. La petición debía enmarcarse en un margen de
respeto a la legalidad y al orden. Pero con el quiebre del día 22, los hechos del día 23 ya no
que salieron el día lunes a las calles de Santiago, sabían muy bien a lo que se enfrentarían. “Los
manifestantes de buena parte del 23 de octubre portaban el sello del movimiento obrero
organizado, expresándose prácticas, tendencias y confluencias de más largo arrastre que la mera
Movimiento popular,
de todas las clases que producen y trabajan.
Durante los dos primeros días que siguieron a la manifestación del día 22 de octubre, los
periódicos no lograron dar cuenta de cómo logró transformarse una manifestación de orden y de
petición, en una asonada de violencia y saqueo del centro de Santiago. Solamente el periódico El
Diario Popular comenzó un detallado desglose de los sucesos de violencia a lo largo y ancho de
la ciudad. Dentro de esta perspectiva, podemos comprender el por qué de los tonos
esperanzadores acerca de la manifestación, sobre todo en los periódicos que circularon el día
unión y solidaridad que demostró el pueblo de Santiago91. Desde esta perspectiva se planteó lo
imponente que resultó el movimiento popular, que se unió con un objetivo claro y preciso como
90
Grez Toso; “Una mirada al movimiento popular…” op. cit. Pág. 18
91
La “unidad de la clase obrera sigue siendo una contingencia de la agitación política”. Debido a la “intersección
dinámica y contradictoria de tendencias cohesionadas y disgregadoras dentro de la clase en su conjunto”. Eley,
Geoff; “Edward Thompson, historia social y cultura política: la formación de un espacio público de la clase obrera,
1780-1850”. En E. P. Thompson…op cit. pág. 45
38
lo era la derogación del impuesto que gravaba la internación del ganado argentino. Es así como
todos los barrios, elementos de todas las ideas, una muchedumbre en fin formada por todas las
clases que producen y trabajan”, y es esta gran masa heterogénea la que se “había unido en un
solo pensamiento y en una sola aspiración”92. Esta demostración de unidad y solidaridad se veía
reflejada en el orden que demostró la manifestación, que los reunía para pedir pacíficamente “la
abolición de una lei que ha llegado a ser lei de hambre, que no ha traído sino males a la mayoría
Es este movimiento popular de todas las clases que producen y trabajan las que se unían
en un solo pensamiento y una aspiración, es la misma base que mantenía a su favor “la justicia de
popular y en la demostración de que “cuando todo un pueblo entero se levanta como ahora para
pedir una cosa en forma tan elevada y tan imponente, es que ese pueblo tiene razón y debe
oírsele”94. Esta manifestación de solidaridad y unión también se analizaba como “la más
significado que debía entender el Estado, comprender que es todo el pueblo quien pedía la
de los temores de los periódicos populares, que se reproducían días antes de la manifestación, ya
92
“El movimiento de ayer”, El Chileno, 23 de octubre de 1905.
93
Idem.
94
Idem.
95
“La manifestación de ayer. ¿Se nos hará justicia?”, José Arnero, 23 de octubre de 1905.
39
que se resaltaban los meetings que habían fracasado por la poca asistencia de personas. Y desde
esta nueva coyuntura que lograba representar la unidad de clase del “pueblo”, desde la
experiencia común del hambre y la miseria que ligaba a comunidades diversas de personas desde
una petición inspirada en puros sentimientos de justicia, el gobierno no puede denegarla sin
hacerse acreedor a las más enérgicas recriminaciones i al odio reconcentrado de las masas
populares”96.
La idea de que el gobierno debía favorecer a todo el pueblo seguía latente, y se refuerza
aún más en los periódicos más cercanos a las clases trabajadoras. Es dentro de esta perspectiva
que se sostenía que “hasta hoy el pueblo siente por el gobierno únicamente una antipatía lógica i
justificada, por el desdén con que lo tratan las autoridades”. Pero solamente se expresó en
sentimientos internos, en una antipatía hacia el Estado, pero se mantenía la idea-fuerza de que:
de una respuesta violenta, determinada por la acción que llevase a cabo el gobierno es una forma
desde un inicio ordenado y pacífico en el desfile del pueblo hambriento y humillado. “El pobre,
harapiento, escuálido, se dirije a los poderes públicos, pidiendo sea abolido un impuesto odioso,
96
Idem.
97
Idem.
40
que lo perjudica directamente; i el orgulloso i tirano feudal de la hacienda sostiene que debe
mantenerse la carestía de la carne”. Ante este análisis se sostenía indudablemente la forma en que
trabajadoras, ya que “el gobierno está en poder de este último [el tirano feudal de la hacienda];
sentimientos de opresión, frente a la dependencia del aparato estatal, se mantenía aún el análisis
que refería hacia las relaciones entre éste y la sociedad. “Las funciones fundamentales de los
nación entera, antes que el beneficio de unos cuantos”99. Ante este continuo énfasis en las
naturalización de dichas funciones, es decir, en manifestar los deberes inherentes que debería
específica, octubre de 1905, tanto el PD como las fuentes populares expresan la desnaturalización
de las funciones estatales100, al no legislar a favor de la sociedad entera. Entendían que las leyes,
en este sentido la ley que gravaba la internación del ganado argentino, protegían y eran dictadas
por los hacendados capitalistas, por los ganaderos. “El pueblo sabe mui bien que la lei del
Impuesto fue dictada por los ganaderos, quienes en su lejítimo interés de acrecentar sus capitales,
98
Idem.
99
“Movimiento de ayer…”, op cit, El Chileno.
100
Este tipo de desnaturalización del Estado, podemos entenderlo desde las dos acepciones contrapuestas de
Naturaleza. Lo natural, un modo de ser que le es propio y que hay conocer tal como efectiva y naturalmente es, y por
otro lado lo que es por convención, un modo de ser que ha sido determinado de acuerdo con un propósito humano.
De acuerdo a ambas afirmaciones, la desnaturalización se entiende como las conductas desde las cuales se puede
comprender que no se están cumpliendo los propósitos a los cuales debe atender naturalmente algo, el Estado en este
caso. Ferrater Mora, José; Diccionario de Filosofía. Vol. 3. Alianza Editorial. 1984. Pág. 2309.
41
primera calidad”101. Dentro de la misma perspectiva, Enrique Fernández plantea que: “reproducir
las situaciones de privilegio significó al menos dos cosas [para la oligarquías]: primero, generar
las oligarquías. Segundo, por omisión, dejar fuera de ella al pueblo, lo cual en sentido inverso era
Las prácticas económicas de los hacendados en relación con el Estado, que tenían como
resultado acrecentar sus capitales, son representadas por las fuentes populares como la causa de la
conformación de “un abismo entre los proletarios i los señores feudales que forman las
Sociedades de Agricultura”103. Y es para acortar esta brecha entre estas clases sociales que el
pueblo ve representados sus intereses en el Comité Central para pedir formalmente la abolición
del impuesto que gravaba la internación de ganado argentino, para que el pueblo no convirtiera su
antipatía en un odio profundo y rencoroso, que solamente traería la tea del anarquismo.
Como se ha demostrado más arriba, las primeras impresiones que se elaboraron acerca de
violencia. Ésta estaba determinada por el accionar del Estado, es decir por la respuesta que el
presidente le entregase a los representantes del Comité Central en la petición para la abolición del
101
“Manifestación de ayer…”op cit, José Arnero.
102
“El Estado en manos de las oligarquías, actuó como el garante de esa realidad. Operó, institucional y
territorialmente, como un mecanismo que reprodujo la estructura de privilegios existente, excluyendo de ellos al
resto de la población”. Fernández, Enrique; Estado y Sociedad…op cit. pág. 65-66.
103
“Manifestación de ayer…”op cit, José Arnero.
42
vida…esencialmente de la carne. La manifestación demostró el grado de solidaridad y unión de
por el Comité Central de la abolición del impuesto al ganado104, pero adhirieron un gran número
obreras respetables, sociedades que cuentan con muchos años de existencia, y cuyos fines
primordiales son el socorro mutuo”106. El énfasis que se demuestra en establecer que las
medida entendible dentro de las distinciones que los diferencian y los oponían de las sociedades
de resistencia, las cuales se albergaban bajo las diferentes lecturas que se desarrollaron del
anarquismo a principios del siglo XX107. Pero aún así, dentro de las diversas asociaciones que
104
La Mesa Directiva del “Comité Central de la abolición del impuesto”, estaba compuesto por: Fernín Sánchez
(Presidente del Comité y Presidente del gremio de abastos); Carlos Cornejo (vice-presidente); Santiago Baeza,
Octaviano Huerta y Roberto Parragué (Miembro de las Sociedad de Fomento Fabril y Cámara Industrial de Chile.
Regidor por Santiago entre 1907 y 1909. Miembro del Partido Radical) (Secretarios). “El Comité Central”, El Diario
Popular, 24 de octubre de 1905. Datos de los miembros del Comité extraídos del anexo de: Izquierdo, “Octubre de
1905”…op cit, pág. 91-93.
105
Entre las que son identificadas, están: Unión Cívica Obrera, Unión Andrés Bello, Centro Social de Socorros
Mutuos, Filarmónica La Democracia, Socorros Mutuos Eulojio Altamirano, Comerciantes del Mercado Central,
Defensa y Socorros Mutuos, Socorros Mutuos José Manuel Balmaceda, Sociedad de Pintores Miguel Anjel, de
Socorros Mutuos Independencia, Unión de Carroceros, Unión de los Tipógrafos, Colón de Zapateros, Socorros
Mutuos Diego Barros Arana, de Hojalateros y Gasfiters, Igualdad y Trabajo, La Proteccion Mutua, Círculo Santo
Domingo, Union y Proteccion de Estucadores, Ateneo Obrero, Centro Social de Obreros El Arte, Chilena
Cooperativa de Artes y Oficios, Centro de Tapiceros de Santiago, Carpinteros y Ebanistas Fermín Vivaceta,
Sociedad de Socorros Mutuos Proteccion de la Mujer, La Aurora, Socorros Mutuos Bernardo O´Higgins, Benjamín
Vicuña Mackenna de Cigarreros, Union de Talabarteros, Transportes de Carga, , Artes Mecánicas, Artesanos La
Union, Santiago de Zapateros, Centro Obrero de Instrucción Manuel Antonio Matta, Obreros de San José y muchas
otras. En: “Los últimos sucesos”, El Chileno, 24 de octubre de 1905.
106
Idem.
107
La principal diferencia entre el mutualismo y las sociedades de resistencia, es que las primeras buscaban “la
seguridad financiera de sus miembros, a través de los pagos de cuotas”, en cambio las sociedades de resitencia
buscaban “mejorar la suerte material de los trabajadores utilizando la huelga”. DeShazo, op. cit., pág. 149. Como
establece Grez, “las sociedades de resistencia –sin descartar los tradicionales objetivos de ilustración y regeneración
popular- nacieron para desarrollar la lucha económica de los trabajadores contra los capitalistas y por eso concitaron
la animosidad de la clase dirigente y de su aparato estatal”. Grez Toso, Sergio, Los anarquistas y el movimiento
obrero. La alborada de “la Idea” en Chile, 1893-1915. Santiago, LOM ediciones, 2007, pág. 79
43
estaban presentes en la manifestación, habían diversos gremios y sociedades de resistencia de
En la carta entregada por el Comité Central al presidente Germán Riesco -en donde se
solicitaba la abolición del impuesto al ganado- podemos desprender ciertas categorías de análisis
“pueblo”. En esta oportunidad se conformaba como el argumento central, “la virilidad que
necesitan los hijos del trabajo para empujar vigorosamente el carro del progreso a la sombra de la
paz”108, sustentada gracias a una alimentación nutritiva y abundante. Esta imagen que se
presentaba, estaba precedida por una afirmación que hacía referencia a la puesta en marcha de la
ley que gravaba la internación del ganado argentino, “en 1897, impelidos por nuestro patriotismo
y henchidos nuestros corazones de entusiasmo, aplaudíamos que se dictara una ley de protección
para asegurar el desarrollo de la ganadería nacional”109. Pero al mismo tiempo, se sostenía que el
apoyo a dicha ley se contraponía a los supuestos que argumentaban su puesta en marcha, y que
aún sostenía la SNA: “en ocho años de vigencia de la ley que grava la internación de ganado, ha
quedado demostrado, con hechos tan reales, como el alza progresiva de la carne hasta llegar al
Como hemos podido evidenciar, los argumentos que se habían construido para promover
la abolición del impuesto al ganado argentino centraban el análisis en el alza del precio de la
carne hasta mantenerla alejada del alcance de las clases subalternas. Ahora se agregaba con más
108
Carta del Comité Central entregada al presidente Germán Riesco, reproducido en: El Diario Popular, 24 de
octubre de 1905.
109
Idem.
110
Idem.
44
fuerza, que el sustento del progreso del país necesitaba de una alimentación nutritiva y
abundante, dentro de la cual hacían ver que la carne ocupaba un lugar central. Y la petición al
gobierno mantenía una imagen aún más clara de la concepción política que sostenía el Comité (y
que demostraba su profunda conexión con el Partido Demócrata): “si hay actos de los cuales
pueda enorgullecerse un gobierno, es, sin disputa, el de oír y acudir en auxilio de su pueblo,
presentándose como ángel de salvación cuando la necesidad golpea a su puerta y días de miseria
y sufrimiento se dibujan en el horizonte”111. Esta es una imagen muy elocuente de la relación que
debía existir entre el Estado y la sociedad, aún más clara que las que se habían construido hasta el
momento, ya que recalcaba la dependencia económica y social bajo la cual estaban sujetas las
clases subalternas. Y resaltaba el papel del gobierno ante la demanda popular, manteniendo la
idea de que el Estado debía atender las demandas populares que se efectuaban dentro de los
Aún así, la respuesta del gobierno era tajante, “por tratarse de la derogación del impuesto
establecido por ley, el asunto no era del exclusivo resorte del poder ejecutivo, pues le
presidente le entregó al Comité Central, la cual fue comunicada entre la masa de los
manifestantes que esperaban fuera de la casa de Riesco ese día 22 de octubre. Pero la respuesta
de los manifestantes no fue unívoca, se fracturó el movimiento popular de las clases subalternas
que hasta ese momento se había mantenido en orden, demostrando su cultura y su civilización,
111
Idem.
112
“El Comité Central…”, op cit, El Chileno.
45
comprende desde el comienzo de una asonada de violencia, de saqueo ante la propiedad pública y
privada, que se comenzó a extender en Santiago y que se mantuvo por dos días.
espontánea de personas que no estaban adscritas dentro de las sociedades obreras, con las formas
convergencia de las expresiones reivindicativas espontáneas con la huelga. Como hemos visto
quiebre dentro del movimiento se hizo latente con la irrupción de una asonada violenta y
espontánea. La huelga se plantea como una expresión diferente a la asonada, DeShazo la entiende
como: “el abandono del trabajo por los miembros de la clase obrera por períodos de tiempo que
no han sido predeterminados antes de comenzar la huelga, y por razones que no tienen que ver
con la política”, y en la misma línea plantea que: “tampoco se considera como huelga el faltar al
trabajo durante los períodos de desorden público, como la protesta en Santiago en octubre de
1905, a menos que los trabajadores presentasen peticiones de quejas a sus patrones”115.
Es decir, las jornadas del 22 y 23 de octubre pueden ser entendidas como la manifestación
como una asonada popular, que externalizó los sentimientos de hambre y miseria mediante la
acción violenta. Si bien algunos gremios se declararon en huelga el lunes 23, no fue en directa
relación con la reivindicación que se manifestó el día domingo, si no más bien fueron peticiones
113
Concepto desarrollado por Hobsbawm, Eric; Rebeldes Primitivos. Estudio sobre las formas arcaicas de los
movimientos sociales en los siglos XIX y XX. Barcelona, Editorial Ariel, 1983
114
Grez Toso, “Una mirada al movimiento popular…op cit, pág. 1
115
DeShazo, Trabajadores urbanos y sindicatos… op cit, pág. 160 –especificación en la cita número 367.
46
específicas de cada gremio. Y la paralización de la ciudad se debió a los hechos de violencia, no a
asonada de violencia en que resultó la manifestación, podemos desprender una clara imagen de
desvinculación y marginalización sobre quienes son apuntados como los agitadores y quienes
Al tratarse de una manifestación de las clases subalternas, de “todas las clases que
producen y trabajan”, es común que también adhieran “elementos anónimos que existen en toda
ciudad grande, que no forman en las filas de ninguna institución y que, irresponsables y audaces,
en todo movimiento popular dan la nota extremada, arrojan la primera piedra y lanzan las
fractura, al desligar del movimiento a quienes son denominados como los “elementos anónimos”,
“los descamisados que viven en la ociosidad y suelen hacer víctimas a los mismos obreros de sus
audaces golpes de manos”117. Esta representación del ocioso, que su único fin era el saqueo y el
pillaje, es excluida y marginalizada de todas las clases subalternas, ya que como sostuvo el PD:
“no se confunda al pueblo sano, laborioso y trabajador, que ejercitaba su derecho constitucional,
con esos elementos dañinos que constituyen los bajos fondos sociales y salen a la superficie ante
116
“Los últimos sucesos…”op cit, El Chileno, 24 de octubre de 1905.
117
Idem.
118
“Interrogamos –dice El Diario Ilustrado, en relación con los sucesos- a algunos guardianes sobre quiénes eran los
que incitaban al pueblo a cometer los atropellos a la propiedad y a la policía, y varios nos dieron respuestas como la
siguiente: “Entre los que arman la camorra, andan unos inmigrantes de esos que trae el Gobierno para trabajar. Esos
son los peores de todos; aleonan a la jente y después se quedan detrás de los árboles, escondidos, cuando vienen las
cargas. Echan delante a los chilenos a recibir los sablazos y ellos mui bien que saben guardarse.”
47
Dicha demostración de unidad y solidaridad, mantenida dentro de los lazos de hambre y
miseria que ligaban a las clases subalternas, son extendidos (luego de los hechos de violencia)
sobre las sociedades obreras y las personas que se mantuvieron alejadas de la asonada; pero las
personas que sufrían las mismas condiciones económicas y sociales, que expresaron su
descontento y su miseria dentro de otros tipos de prácticas comunes al movimiento popular (las
huelga119), fueron representadas de forma marginal y excluyente del movimiento que se proponía
representar a todas las clases subalternas. La desvinculación de los marginales puede entenderse
desde la perspectiva política que ostentaba el PD, ese legalismo que condensaba todas sus
condición bajo el proteccionismo paternalista de un partido político. Julio Pinto, plantea que la
politización del mundo popular estuvo condicionada desde arriba, desde los partidos políticos
como el Demócrata. Pinto plantea la escaza autonomía del movimiento popular tarapaqueño, de
acuerdo a esta politización desde arriba120. Por otro lado, Mario Garcés plantea que ese mismo
proceso de politización popular estuvo condicionado desde abajo, desde los movimientos
explotación económica y social. La política vino después; el partido fue un segundo momento en
la gestión de una política popular”121. Esta politización desde abajo contiene una serie de aspectos
esencialmente populares, y a pesar de estar interrelacionados con las distintas esferas que
Querría decir entonces, agregamos nosotros, que nuestros pobres rotos chilenos estarían sirviendo de carne de cañon
a los malos elementos extranjeros”. Citado en Idem.
119
Véase Grez Toso, “Una mirada al movimiento popular…” op. cit, pág. 12
120
Pinto, Julio; “¿Cuestión Social o Cuestión Política”...op cit. pág. 253 y 311.
121
Garcés, Mario; Cuestión Social…op cit. pág. 9.
48
conforman la sociedad, los espacios desde donde se desarrolló este proceso contiene grados
importantes de autonomía.
Desde esta perspectiva, podemos comprender la tensa relación entre el modo en que el PD
intenta politizar desde arriba al pueblo, y las propias prácticas y expresiones sociales que
desarrollaba el movimiento popular desde los espacios de autonomía que tenía. Como sostiene
Geoff Eley: “dentro del contexto básico de relaciones productivas capitalistas, se puede imaginar
comprenderla, en nuestra coyuntura específica, entre las prácticas sociales que proponía el PD y
las que desarrolló el mismo movimiento popular, las que se tradujeron en una continua
exclusión del “bajo pueblo” llegó a conformarse desde una oposición con el “pueblo”, en su
violencia.
Los hechos de violencia desarrollados por los ociosos, estuvieron alentados por
vociferaciones de ideas libertarias, que solamente servían para “exaltar los ánimos y a infundir a
las multitudes el odio a nuestras autoridades, y, en una palabra, a todas nuestras instituciones
ya que en la circular que difundieron para llamar a la concurrencia de todas las clases subalternas,
hacían un énfasis claro en que no existieran discursos ni mucho menos incidentes, que afectaran
122
Eley, Geoff; “Edward Thompson…” op cit. Pág. 65.
123
“El Comité Central…”, op cit, El Diario Popular, 24 de octubre de 1905.
49
de forma directa la demostración de unidad y solidaridad de las mismas clases. Aún cuando
existían ciertos temores sobre estas incitaciones espontáneas y sobre los mismos hechos
violentos, que se pueden rastrear en las publicaciones de los días anteriores a la manifestación –
asonada- del día 22 de octubre, los hechos demuestran que esos temores se hicieron realidad.
pasiones mal comprimidas”. Mario Garcés plantea que en el contexto de la Cuestión Social se
evidencia una violencia social dirigida especialmente contra el Estado, los sectores de la
aristocracia y el gran comercio dentro de la ciudad; es dentro de este análisis que hemos podido
evidenciar, que tal como establece el autor, durante la asonada del 22 de octubre la ola de
violencia se dejó caer, principalmente sobre “la propiedad privada y los guardianes encargados
Esta ola de violencia que arrasó con la ciudad de Santiago fue duramente sancionada por
el Comité Central, al punto de que los miembros que lo componían salieron a recorrer las calles
para impedir que los hechos de violencia y el enfrentamiento con la policía siguieran sucediendo.
Dentro de esta perspectiva (el control de la violencia) cabe señalar que el gobierno desde el
primer momento expuso que “no se dejará humillar. O se procede con moderación, o la
autoridad, lejos de acceder a lo que el pueblo pide, se hará respetar de él por los medios a su
124
“La Empresa de Tranvías fue sin duda quien con mayor crudeza fue víctima de los desmanes de los exaltados (…)
En la Alameda de las Delicias, frente a la calle de Morandé, una multitud se apoderó de dos tranvías que hacían viaje
al centro, y dándoles impulso contrario a uno contra otro, los hizo chocar con tal fuerza que se rompieron en mil
pedazos”. En: “Los sucesos del domingo. Carros despedazados”, El Chileno, 24 de octubre de 1905. “Durante el
combate empeñado entre la policía y los revoltosos (…) uno de los desanimados lanzó una pedrada a un guardián de
a caballo que pasaba al trote a reunirse con algunos de sus compañeros que iban más adelante.
El guardián cayó pesadamente a tierra, visto lo cual por la turba, se abalanzó hacia él y principió entonces con la
brutal escena. Cada cual dirigía un golpe de muerte al desgraciado, lanzándole adoquines que concluyeron por
destrozarle la cabeza por completo (…) se ensañaron aún con el cadáver, despedazándole a golpes, pisoteándole
furiosamente”. En : “El Comité Central. Una escena salvaje”, El Diario Popular, 24 de octubre.
50
alcance. La calma es el medio de conseguir lo que el pueblo pide”125. Pero esa calma que exigía
el gobierno, fue lo último que llegó126, debido a que la policía apoyada por un número importante
125
Palabras del Ministro de Relaciones Exteriores, Federico Puga, dirigidas a un grupo de manifestantes, publicadas
en: “Habla el gobierno”, El Diario Popular, 24 de octubre de 1905.
126
El lunes 23, mediante un bando, el notario de Hacienda Florencio Márquez informó sobre “la prohibición de la
formación de grupos en las calles, plazas y vías públicas de la capital; la prohibición del tráfico de toda clase de
vehículos desde las 6PM hasta las 6AM; y la prohibición en Santiago de la apertura de todo establecimiento en
donde se expenden bebidas alcohólicas”. Difundido en: “El Bando”. Idem.
51
3.- “Una tempestad humana, compuesta por la hez más corrompida del
populacho”.
Como hemos afirmado en el capítulo anterior, los hechos ocurridos durante el día
domingo 22 desbordaron los límites dentro de los cuales debía enmarcarse el desfile de petición
para la abolición del impuesto al ganado. Dentro de esta perspectiva, el presente capítulo
abordará cómo la irrupción de la asonada logró transformar las representaciones sociales, tanto de
los periódicos El Chileno y El Diario Popular, ahondando los análisis en la problemática del roto
representación afirmará profundamente el carácter republicano que ostentaba el PD, y por otro
Diario Popular, como agente religioso para la regeneración moral y espiritual del pueblo.
La violencia espontánea sobrepasó el accionar del Comité Central, el cual desde el día
domingo 22 se diluyó como eje central del movimiento abolicionista. El día lunes 23 se enmarcó
dentro de otra lógica de acción, desde muy temprano la ciudad se encontraba en movimiento, “se
esparcen voces sobre el pronunciamiento de la huelga general de todos los gremios”127. Desde la
periódico del PD planteaba el temor que también compartía la oligarquía chilena: el de una
huelga general. Este temor estaba sustentado en la potencialidad revolucionaria que los
127
“El día de ayer”, El Chileno, 24 de octubre de 1905.
128
“El conseguir beneficios materiales por parte de los patrones a través de la movilización, era la primera etapa en
el plan a largo plazo de los anarquistas, seguido de la consolidación de la fuerza de la clase obrera y la eliminación
del sistema capitalista por medio del acto revolucionario. La manera como debía ocurrir la derrota final del
capitalismo se mantuvo indefinida hasta 1905, cuando se aceptó en forma generalizada el concepto de la huelga
general revolucionaria”. DeShazo, op cit, pág. 149. En el mismo sentido “la huelga general revolucionaria, sería el
52
tanto dicho temor que ostentaba, tanto la clase política como la clase terrateniente, evidenciaba la
continua criminalización que recaía sobre los anarquistas, al igual que sobre el roto ocioso –como
veremos más adelante- sin ser los ácratas quienes organizaron el movimiento de petición.
La violencia de la tarde del día domingo y del día lunes, produjo “nubes de
incertidumbres que se ciernen sobre el porvenir”129. El lunes comenzó desde temprano con
que algunas comisarías de la Policía de Aseo se habían declarado en huelga, y que “por todos los
Seguían en la misma línea “los obreros de la fundición Libertad, de Strickler y Kuffer, los
empleados de la Maestranza y operarios de otros talleres de los Ferrocarriles del Estado, los de
las Cervecerías Unidas, los de la Tracción Eléctrica, del Alcantarillado, los de edificios en
construcción, etc., abandonaron el trabajo poco antes de las 8, juntándose a los huelguistas”130.
Según Grez, estas manifestaciones “portaban el sello del movimiento obrero organizado,
expresándose prácticas, tendencias y confluencias de más largo arrastre que la mera protesta
trabajadores de la Tracción Eléctrica y los panificadores, éstos habían apoyado a los tranviarios
en la huelga que desarrollaron a principios del mes de Octubre. Pero, ante la violencia “la
principio de la Revolución Social. El problema era que entre la huelga –parcial o total- y el triunfo de la Causa no
había una mediación clara, un objetivo nítido, realista y atractivo que proponerle al pueblo. No existía, en rigor, una
distinción y un enlazamiento entre estrategia y táctica”. Grez Toso, Los anarquistas y el movimiento obrero…op cit,
pág. 91.
129
“La lección” op cit, El Diario Popular.
130
Parte de la Prefectura de Policía N° 1502. Citado completamente en El Diario Popular, 27 de octubre de 1905.
131
Grez, “Una mirada al movimiento popular”…op cit. pág. 18
53
espontaneidad primó por sobre cualquier conducción inicial de gremios y grupos de trabajadores
específicamente por el asunto central de la jornada anterior, es decir para la abolición del
impuesto al ganado argentino. Este es un hecho muy importante, ya que con el correr de los días
posteriores a la asonada había una clara aceptación al hecho de que el precio de la carne, no era
exclusivamente por causa del impuesto, ya que éste gravaba sólo en tres centavos más el kilo de
carne.
Los trabajadores de los Ferrocarriles del Estado comenzaron a agruparse durante el lunes
23 en la Estación Central, desvinculándose del eje central que movilizó a la ciudad el día
domingo. Esto se evidencia en un estandarte que decía “los trabajadores de los Ferrocarriles del
Estado piden el 25% de aumento de sus jornales”133. Ante este ejemplo de reivindicaciones
específicas, totalmente alejada del motivo de la manifestación del domingo 22, Sergio Grez
establece que “ilustran el paso de las viejas asociaciones de corte mutualista, que encarnaban el
proyecto de regeneración del pueblo, hacia formas de organización de tipo sindical, que
Central se logró juntar a una cantidad considerable de gente, 3.500 aproximadamente, quienes
comenzaron a avanzar hacia el centro de la ciudad vigilados muy de cerca por la policía, ya que
se podían visualizar “grupos de obreros, de turba de los arrabales y de gente venida de las
132
Ibid, pág. 19.
133
Parte de la Prefectura…op cit.
134
Grez, Sergio; Una mirada al movimiento popular…op cit. pág. 26
54
comunas rurales, vecinas a Santiago, con la intención de aprovechar del desorden (…) en actitud
subversiva”135.
La representación que desarrolló la Policía, acerca de los hechos del domingo y del lunes,
“el aspecto de la mayor parte de los individuos (…) era siniestro y revelaba claramente
su procedencia de las últimas capas sociales del pueblo, y no era difícil distinguir entre
ellos a muchos rateros, ladrones y delincuentes conocidos de antemano por la policía, a
mucha gente de malvivir, a agitadores de profesión, y a la chusma que siempre está lista
para acompañar cualquiera manifestación contra el orden público, en donde pueda ella
entregarse al libertinaje del robo y del saqueo”136.
La policía hacía un fuerte énfasis en declarar que las personas que eran parte de esas
“turbas” que desfilaban por Santiago, eran personas de la más baja condición social. Pero al
mismo tiempo, afirmaban que “también andaban mezclados con estas turbas, conocidos obreros y
hombres de trabajo”, pero cuando empezó la represión a los disturbios “los obreros se habían
separado de la chusma y entró ésta a dar expansión francamente a sus propósitos de saqueo”137.
centro, en todos los barrios de la ciudad se desarrollaron desórdenes, “las depredaciones de las
turbas se hicieron sentir también en las propiedades y elementos de servicios de las policías; así
135
Parte de la Prefectura... op cit,
136
Idem. Este extracto también es citado por Grez Toso en: Una mirada al movimiento popular…op cit. Pág. 11.
137
Idem.
55
la 7ª Comisaría, fue víctima de un conato de asalto, y los teléfonos los inutilizó en muchas partes
la chusma”138.
La policía hacía referencia a que fueron objeto de la violencia de las turbas, e incluso
llegan a manifestar que “el movimiento (…) comenzó a crecer en intensidad y audacia en
propiedades”139. Como podemos evidenciar, la lógica de acción sobre la cual se desarrollaban los
la jornada del día 22 en lo relativo a la abolición del impuesto al ganado argentino. El ejemplo de
salario, es decir se puede contemplar la reivindicación específica desde diferentes gremios, pero
no una unión de fuerzas y objetivos claros, como sí lo representó la jornada del día 22. La jornada
del lunes comenzó con rumores de una huelga general, pero no había una comunidad de objetivos
desenvolvimiento del día lunes se fue intensificando aún más, ya que la violencia espontánea del
miseria.
simplemente subvertidores del orden público, sino chusma de la más baja y peligrosa condición
social, a cuyas hazañas quedaría entregada la ciudad durante la noche, si la policía no procedía a
138
Idem.
139
Idem.
56
gastar todo el rigor de su energía para contenerlas, intimidarlas y dispersarlas”140. Esta expresión
como “chusma de la más peligrosa condición social” como una justificación compartida por todas
las fuentes –a excepción de las ligadas al mundo popular como José Arnero, El Proletario, El
Alba y la Lira Popular141- para una represión violenta y sin compasión. Esta justificación se basó
en la imagen que se construyó del roto ocioso, como se ha demostrado anteriormente, sustentada
El diario que representaba las expresiones políticas del Partido Democrático, El Chileno,
La forma violenta para imponer el restablecimiento del orden público, era justificada
como un mecanismo doloroso pero necesario. En otro tono, el Comité Abolicionista que había
designado a algunos hombres para que recorrieran las calles tratando de calmar a la gente, en una
proclama divulgada en el periódico El Chileno, hablaban del profundo malestar con el que han
asumido la crítica situación en la cual se encontraba la ciudad, ya que “la actitud del pueblo, que
140
Idem.
141
Las representaciones sociales del mundo popular, que analizan el choque de las expectativas propuestas antes del
domingo 22 con la adversa realidad, que se manifiesta en expresiones de violencia inherentes a una clase social,
contestadas con mucha mayor violencia por el Estado, serán analizadas en el siguiente capítulo.
142
“En la hora presente: que les corresponde hacer a las autoridades y que les corresponde hacer a los obreros”, El
Chileno, 25 de octubre de 1905.
57
ha ido hasta atacar la propiedad privada, produciendo desórdenes que comprometen la causa en
que estamos empeñados (…) puede hacerse odiosa si no se respeta el orden y la propiedad”143.
Como hemos advertido, la actitud legalista del Comité queda evidenciada en dicha
protesta mediante la violencia. Como atestigua una declaración del PD, muy cercano al Comité,
establece que las asonadas sólo servían para ser reprimidos por la policía causando un inútil
derramamiento de sangre, por eso llaman a sus adherentes a que propaguen “nuestras ideas de
amor y de respeto al orden social, y condenarán con toda energía las propagandas subversivas de
Este respeto al orden social, llega hasta el punto en que el periódico El Chileno, construyó
una imagen de la policía en la cual los llenaban de elogios y alabanzas. Para aminorar un poco el
tenso ambiente social que se vivía durante los días posteriores al domingo y lunes, “hai que
decirle al pueblo que no debe odiar a la policía ni a la sociedad por su actitud en los últimos
sucesos”, debido a que “no hizo otra cosa en el cuerpo social que lo que hace el cirujano con el
cuerpo humano: cauterizar aun las partes dañadas, a fin de salvar el resto del organismo”.145
Esta alabanza a la policía iba aún más allá, se reproducía la asimilación del policía como
un hijo más del pueblo que solamente cumplía con un “sagrado deber: defender la propiedad y
defender el orden público. Y con esta defensa amparaba por igual al rico y al pobre”146. A pesar
verse enfrentados con una turba inconsciente, que solamente desfilaba destruyendo, saqueando la
143
“Proclama del Comité Abolicioinista del Impuesto”, Ibid, 24 de octubre de 1905.
144
Proclama del Directorio del Partido Demócrata, Ibid, 25 de octubre de 1905.
145
“Armonía Social”, Ibid, 26 de octubre de 1905.
146
Idem.
58
ciudad, apedreando a la policía y atacando todo tipo de establecimiento extranjero y/o comercial.
Dentro de esta línea, el Diario Popular propone “un proyecto de ley que mejore los sueldos de los
guardianes y oficiales que se les haga gozar de beneficios de jubilación y pensión para los que
Si bien la policía es representada como un hijo del pueblo que cumplió con su sagrado
deber reprimiendo a sus mismos hermanos, pero inconscientes y llevados por sus pasiones al
saqueo, el látigo de las consecuencias golpeaba en la espalda de todo el mundo popular. Esto está
en relación a que todas las empresas extranjeras, que sufrieron daños materiales en los días de la
asonada, cobraron los perjuicios al Municipio y al Fisco, “es decir, contra el mismo pueblo, ya
que de su bolsillo salen los dineros públicos”148. Sobre la pérdida de vidas humanas, estimada por
Izquierdo entre 200 y 250 personas, sumadas las 825 personas que fueron arrestadas y los más de
500 heridos que dejaron las dos jornadas149, ante esta realidad, el Diario Popular declara
resignadamente que: “el hambre estará pintada en el rostro de sus hijos y la desolación reinará en
sus hogares”150.
de un desfile de petición en una asonada popular de violencia, que logró extenderse durante todo
el día lunes, y en una medida totalmente menor durante los siguientes días, se proyectaron dos
147
“Los gravísimos sucesos del domingo. Vergüenza nacional”, El Diario Popular, 24 de octubre de 1905.
148
“El balance de dos días de anarquía”, Idem, 25 de octubre de 1905.
149
Izquierdo, “Octubre de 1905”.. op cit. Pág. 68
150
“Los gravísimos…” op cit, El Diario Popular.
59
Estas son el resultado de las diferentes posiciones desde donde se representó la coyuntura de la
la postura católica que emanaba desde El Diario Popular. Cabe destacar que la conjunción entre
ambas posturas se desarrolló después de los hechos, ya que durante los días anteriores había una
legalista condenaba directamente cualquier tipo de accionar que se alejara de los límites
impuestos por el contexto del Parlamentarismo, como lo era la práctica social de las asonadas
populares. El camino encausado por el PD fue claramente el derecho de petición formal que
amparaba constitucionalmente a todos los ciudadanos, y que les permitía hacer llegar las
solicitudes a las distintas esferas del poder político151. Por otra parte, el periódico El Diario
Popular nos entrega una visión de la élite que Luis Alberto Romero, estudiando la última mitad
del siglo XIX, denomina como la mirada horrorizada152. Ésta observación estaba sustentada en
el impacto que resultó para la oligarquía el crecimiento urbano, con un aumento considerable de
la población y de los barrios populares en los arrabales de Santiago. El problema que presentaba
la ciudad se analizó desde perspectivas europeas, las cuales veían en las pésimas condiciones en
las cuales vivía el “bajo pueblo” y asumían la desmoralización de las personas que habitaban bajo
151
Fernández Labbé, Marcos; “Los usos de la taberna: renta fiscal, combate al alcoholismo y cacicazgo político en
Chile. 1870-1930”. En: Historia N° 39, Vol. 2, Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile,
Santiago, 2006, pág. 416.
152
Romero, Luis Alberto; ¿Qué hacer con los pobres? Elite y sectores populares en Santiago de Chile. 1840-1895.
Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1997, págs. 171-174.
60
dentro de la cual vivía “la hez más corrompida del populacho” era una de las principales causas
acerca de los hechos acontecidos en Santiago ya que establecen que “una especie de tempestad
humana (…) acaba de cernerse sobre la ciudad, produciendo la destrucción y la muerte”. Los
sentimientos de odio y de desprecio contra la sociedad, contra la autoridad, “una nube de odio
Este odio incitado por agitadores153 demostró la inconsciencia del pueblo, según esta
una rabiosa sed de exterminio [sic.] de los corazones”154. Es dentro de esta perspectiva, que Grez
plantea que los agitadores actuaron dentro de un contexto general de gran espontaneísmo, ya que
caracteres sociales y no políticos155. Las ansias de emborracharse de sangre fueron saciadas por el
exterminio, por la destrucción material –según esta visión- ya que durante la asonada se pudo
observar “un pueblo inconsciente (…) sembrando el espanto y el horror por todas partes (…) un
y caracterizado con una violencia y discriminación explícita hacia los autores de los desmanes.
153
Denominados como: “los zánganos que presiden [sic.] a las abejas para saborearse con la deliciosa miel de sus
panales”. “¡Viva la huelga!”, Ibid, 24 de octubre de 1905. Es decir, los agitadores son ahora los ociosos que no hacen
otra cosa que incitar a las clases laboriosas a la violencia, aún cuando también son tildadas de ociosas las personas
del bajo pueblo que efectuaron los hechos de destrucción.
154
“El deber del momento…” op cit, El Chileno.
155
Grez Toso, “Una mirada al movimiento popular…” op cit, pág. 17
156
“Los gravísimos…”op cit, El Diario Popular.
61
Todos los acontecimientos dejaron una “huella vergonzosa de la hez más corrompida”, ya que
“estos atentados criminales (…) son la obra de la hez del populacho, de ese populacho que vive
escondido en el fango y que sale a entregarse al robo y al pillaje en los días negros o
muy directa en la acción de denostar a quienes son apuntados como los responsables de la
asonada, yendo más allá de la imagen que representó a dichas personas como un sedimento del
“pueblo”, se expresaba que los acontecimientos: “son la obra de la ralea que entra y sale de los
presidios, aguijoneada por esa clase de víboras que se llaman los agitadores sociales, gente sin
dios ni ley, cobardes que se esconden después de lanzar a la chusma contra las bayonetas de la
de los mecanismos represivos y detentadores del orden público de los cuales ostentaba el
gobierno, ya que: “individuos que atentan a la vida y a la propiedad, que destruyen por el gusto
de destruir, no son pueblo, son criminales escapados de las cárceles y con los cuales se debe
Si antes habíamos dado cuenta de las expresiones de marginalización del PD sobre el roto
ocioso, con esta representación se traspasaban los límites que se habían estructurado con dicha
imagen, ya que los diferentes protagonistas de los hechos que atentaban contra la vida y la
propiedad, privada y pública, fueron directamente interpelados como unos criminales. La imagen
del roto criminal, proveniente del fango del fondo social del mundo popular, se superpuso en la
representación católica-republicana como una masa inconsciente, que se dejó llevar por sus
157
“En plena barbarie”, Ibid.
158
Idem.
159
Idem.
62
La representación de la cual estamos dando cuenta, en su continua mutación que le fue
dando forma, logró dar una clara especificación de sus objetivos políticos y de los mecanismos
que se debían seguir para conseguirlos. En esta línea, hay una clara denostación y repudio frente
a la huelga como medio de lucha, muy por el contrario de lo que pensaban los anarquistas, ésta es
entendida desde el republicanismo católico como “la cesación del trabajo, la cesación del jornal y
mucho menos como un vehículo de presión sobre el Estado o sobre los patrones para obtener
mejoras económicas o sociales; muy por el contrario, fue considerada como un mecanismo que
va contra los medios de subsistencia del obrero, al no poder acceder a su sustento diario. Es
dentro de esta consideración de la huelga, anteriormente entendida como una clara demostración
ganadero, que ahora es entendida como un desfile de personas que “iban arrastrados por las
ineludibles imposiciones del compañerismo mal entendido por las vergonzosas debilidades del
temor”161.
accionar social de un colectivo en la realidad. Las expectativas que unían a las clases trabajadoras
son devastadas por la irrupción de las turbas y la asonada, la demostración de la conciencia de las
clases populares ahora es entendida como un compañerismo mal entendido, como la expresión de
temor frente a los iguales y desde ahí se entendería la gran adhesión del desfile del pueblo
hambriento y humillado. Pero las mutaciones que sufrieron las representaciones sociales del
160
“¡Viva la huelga!”, Ibid.
161
Idem.
63
republicanismo católico, desde la irrupción de la violencia en la realidad, se tradujeron en una
desvinculación tajante con el movimiento de las turbas. Esta divergencia se produce al momento
en que la asonada no es un mecanismo válido dentro del imaginario republicano. Dentro de esta
el mundo popular, ya que sus propias expresiones políticas y reivindicativas son tratadas de
política dentro de las urnas. Es decir, el espíritu republicano inherente al Partido Demócrata trató
–desde fines del siglo XIX- de llevar a cabo la politización de las masas populares desde arriba,
desde los mismos partidos políticos162. Pero este proceso no ponía acento en las particularidades
de estas clases, ya que se criminalizó y se discriminó las expresiones sociales de protesta de las
mismas.
clases”163. Si bien se reafirmaba la existencia de una profunda división entre las clases sociales,
las expresiones sociales como las asonadas eran entendidas como una continua ampliación de
fuerte hincapié en la cooperación de las distintas clases sociales para acortar dicha brecha. Ya que
la contribución de las élites, efectuada mediante la caridad, podría perderse al momento en que
las relaciones que se efectuaban al interior de la sociedad tomaran una perspectiva de lucha de
clases.
162
La politización de la pampa salitrera, desde donde proviene este argumento, es analizada en: Pinto Vallejos,
“¿Cuestión Social o Cuestión Política?”… op cit, pág. 311.
163
“Armonía Social”, op cit, El Chileno, 26 de octubre de 1905.
64
El llamamiento a la armonía social -propuesto por el PD- tenía como un objetivo
específico el emplazar al pueblo para que vuelva al trabajo, ya que “las demasías no conducen
sino a los desastres. La acción del pueblo no debe ejercitarse jamás en otro terreno que el mui
amplio que le abren nuestras leyes y nuestra Constitución Política (…) para hacer triunfar sus
ideales por medio de las urnas”164. Esta consideración republicana, que además entendía que el
Estado –como objetivo esencial- debía subsanar la condición de las clases desheredadas, se
basaba en que las transformaciones, políticas, sociales y económicas, debían desarrollarse desde
las urnas, “llevando a la representación política mandatarios que hagan leyes de protección a
estas ramas [industria, comercio y trabajo] de la actividad nacional”165. El objetivo político del
PD, dentro de una lectura republicana, se basaba en el respeto al orden y a la legalidad que
imponía el Estado.
La lucha política debía efectuarse desde las urnas, ya que ha quedado demostrado que “las
asonadas no hacen otra cosa que traer la represión enérjica de la autoridad y causan un inútil
la degeneración de un movimiento que se había iniciado con una fuerza que fue creciendo día a
día. Pero la incorporación de elementos anónimos, de la hez del populacho, de esos criminales
utilizó para designar a esa parte del “pueblo”, que externalizó sus sentimientos de hambre y
164
“En la hora presente…” Ibid, 25 de octubre de 1905.
165
Proclama del Directorio del Partido Demócrata, en: Ibid, 25 de octubre de 1905.
166
Idem.
65
“En el espacio de menos de un año en tres ocasiones hemos visto recorrer las calles de
Santiago a la misma chusma, que no es el pueblo obrero, culto, honrado y digno; la
hemos visto a fines de 1904 en el desfile de honor de la enseñanza laica; la hemos visto
siguiendo al Pope Julio y apedreando procesiones el Viernes Santo; la hemos visto en
estos días saqueando, destruyendo y asesinando”167.
colectiva en el contexto de 1905, es algo que iba contra los objetivos políticos del PD, porque
libertad de trabajo, la vida y seguridad de las personas y perturbe gravemente el orden público: es
algo que está contra todo derecho”168. Este abuso de los derechos constitucionales, que se
manifestó en la asonada, se entendió también como un arma política por aquellos que quisieron
sacar provecho del pueblo, por quienes alentaban al pueblo para que efectuara los hechos de
violencia. Son los “infelices instrumentos de ajitadores subterráneos”, quienes son caracterizados
como inmigrantes anarquistas y socialistas argentinos, y que deben ser expulsados del país “como
Esta imagen del anarquista extranjero que se adentraba en los círculos populares, es una
idea-fuerza dentro del contexto de la Cuestión Social, desde donde antes de entender las lógicas
representaciones que no hacían otra cosa que observar el mundo popular como un otro diferente,
incluso ajeno. Este recurso de observar a un “otro extranjero” dentro del pueblo, cegó a las
167
“Responsables”, El Diario Popular, 26 de octubre de 1905. El Pope Julio (Juan José Julio Elizalde) era un cura
disidente de la Iglesia Católica que venía desarrollando a lo largo de 1905 una inédita agitación entre los sectores
populares, basada en un encendido verbo populista. En uno de sus presentaciones públicas en el Teatro Lírico de
Santiago, se derrumbaron las galerías del mismo, muriendo numerosas personas. Los clericales fueron apuntados
como los responsables por lo seguidores del Pope Julio. Grez, Los Anarquistas y el movimiento obrero…op cit. págs.
155 y 243.
168
“Los gravísimos sucesos…”Ibid.
169
Idem.
66
pueden ser observadas en un movimiento complejo, en donde convergen diversas lecturas sobre
el anarquismo, sobre el socialismo, sobre la misma democracia y sobre los mecanismos de lucha
plantea que “durante el medio siglo transcurrido desde 1870 hasta 1920, muy pocos extranjeros
ayudaron al crecimiento de las organizaciones laborales en Chile”. Yendo más allá, expone que
“las ideas libertarias y socialistas fueron transmitidas a Chile por medio de fuentes impresas y a
través del contacto con trabajadores argentinos”170. Pero este contacto se desarrollaba de una
forma material, más que personal, es decir a través de la libre circulación de material impreso de
carácter o influencia ácrata, el cual llegaba a Chile desde Argentina y salía desde Chile hacia el
exterior. Si bien se ha demostrado que famosos anarquistas extranjeros pasaron por Chile171, no
ha existido una correlación entre dicha realidad con que hayan sido quienes organizaron el
movimiento obrero en el país a inicios del siglo XX. En la misma perspectiva, dentro de la
asonada popular de Octubre ha quedado demostrado por Grez que los ácratas sólo cumplieron el
Desde fines de siglo XIX las elites comenzaron a preocuparse por la situación de las
clases populares, siguiendo las lógicas organizativas que venían desarrollando desde mediados
del mismo siglo, pero con un carácter netamente religioso –católico- basado esencialmente en la
170
DeShazo; Trabajadores urbanos… op cit. Pág. 144
171
Véase en, Ibid. Pág. 148.
172
Grez, “Una mirada al movimiento popular…” op cit. pág. 16-18.
67
caridad. Ante la protesta en contra del continuo deterioro de las condiciones económicas y
sociales de las clases desheredadas, la élite dirigente desarrolló dos mecanismos de respuesta
originada desde el temor a una revuelta social, más que por una verdadera preocupación de las
elites por el bienestar del pueblo173, lo que se evidenciaría –desde nuestra perspectiva- en el
accionar de los mecanismos represivos del gobierno y de la juventud aristocrática que formó la
forma adecuada. (…) Cuando fueron molestados sus intereses y vieron amenazado el orden por
Desde un contexto más amplio al analizado en esta investigación, Gabriel Salazar plantea
político nacional que experimentó un jaque social múltiple y a fondo, que dejó a la vista pública
habían sembrado desde el siglo XIX. El parlamentarismo aseguró la sobrevivencia de “las élites
173
Ibid, pág. 185.
174
Fernández, Enrique; Estado y Sociedad…op cit. pág. 65
68
constitucional que esas élites habían establecido en 1833”175. La ilegitimidad se expresaba en el
“viejo miedo a la historia, dado el evidente fracaso de las estructuras de dominación”, que
la mayor parte de la sociedad. Las diferentes relaciones que el Estado mantenía con la sociedad,
se desarrollaban con las principales oligarquías económicas y políticas, las cuales a su vez,
controlaban el aparato estatal. Desde esta perspectiva, Fernández sostiene que “no hubo una crisis
de legitimidad exactamente por la misma razón que no hubo consensos ni rupturas: los grupos
oligárquicos no llegaron a acuerdos con el resto de la población acerca de la forma como debían
estructurarse las prácticas política, administrativa y legal”177 que articulaban la lógica del Estado.
sociedad, se sustentó en la continua exclusión del resto de la sociedad, aún más del mundo
La caridad se desarrollaba dentro de otra lógica, desde una perspectiva que atendía a
prevenir desde la raíz la división entre las clases sociales. Las élites desde una mirada
moralizadora analizaban a los pobres dentro de una situación natural, la cual se sustenta en el
derecho inherente de los descamisados a pedir limosna, ya que “los ricos tienen el deber de darla,
y con ella ganar su salvación”178. A través de la caridad se intentaba moralizar al “bajo pueblo”,
alejarlo de los vicios que lo corrompían, posicionando como ejemplo a la parte que denominaban
175
Salazar, Gabriel; La violencia política popular en las “Grandes Alamedas”. La violencia en Chile 1947-1987
(Una perspectiva histórico popular). Santiago, LOM ediciones, 2006, pág. 72
176
Ibid, pág. 73
177
Fernández, Enrique; Estado y Sociedad…op cit. pág. 99
178
Romero, Luis Alberto; ¿Qué hacer con los pobres?...op cit, pág. 178
69
“civilizada” del pueblo, como eran considerados los artesanos y los trabajadores organizados.
Como se ha evidenciado anteriormente, quienes son apuntados como los causantes de los hechos
son marginalizados, imaginados como criminales, como la hez del pueblo. Desde esta
perspectiva, se perciben como una parte enferma de la gran masa popular. Esta patogénesis de
inconsciencia, de conducirse a la acción por causa de pasiones y odios, tendría que solucionarse
esta parte enferma, no tenía que desarrollarse desde las propias lógicas que había desarrollado el
movimiento popular durante el siglo XIX, y que durante el contexto en cuestión se entendió
conversión, tiene directa relación con el reforzamiento de la unidad entre las diferentes clases
sociales, ya que “no es camino de obtener nada de los poderes públicos, rompiendo
Para acortar ese abismo entre las diferentes clases sociales, desde la caridad se proponía la
conversión del roto ocioso en pueblo: “hagamos que el populacho sea pueblo. (…) Hai que
llegar hasta el paria y oir sus clamores, hacerle justicia y dispensarle caridad”180. Pero esta
caridad ostentaba un sello peculiar, el “abismo si no se colma por medio de la caridad cristiana,
sólo podrá colmarse con las ruinas y escombros de las instituciones sociales”181. Para esta
representación católica, el pueblo estaba carente de corazón, era un ser inconsciente que se dejaba
llevar por los impulsos de sus pasiones, de sus odios, de todos los sentimientos que lo oprimían
179
“La lección”, op cit, El Diario Popular.
180
“Armonía Social”, op cit, El Chileno.
181
“La lección”, op cit, El Diario Popular.
70
católica-republicana proponía aplicar de “raíz el remedio con energía, eficaz: sanemos el alma del
empujes caritativos tenían como objetivo alejar al pueblo de los vicios, que pudieran sentir la
escondió, es que la caridad “es la demostración práctica de que las clases altas aman al pueblo, y
de que si reprimen sus desmanes, no lo hacen por odios ni por venganzas”183. La demostración de
que existía un interés común en la sociedad, de que las clases que ostentaban el poder económico
y político debían ir en ayuda de las clases desheredadas, pero ya no desde una acción estatal que
protegiera a éstas. Sino, por el contrario, la protección se desarrollaba desde una lógica
absolutamente privada, sin ser el Estado el principal promotor de iniciativas más particulares para
La caridad, antes de entenderse como la respuesta ante un problema inherente del pueblo,
se entendió como una demostración de los temores de una revuelta social por parte de las clases
desheredadas. Desde algunas de las fuentes que expresan la lectura en clave popular, de los
problemas sociales inherentes al Chile de principios del siglo XX184, como lo son los pliegos de
la Lira Popular, podemos comprender y caracterizar de una mejor manera la acción social de la
caridad. Desde los versos del poeta popular Daniel Meneses, se expresa que “más que sean cuatro
182
Idem.
183
“Armonía Social”, op cit, El Chileno.
184
Palma Alvarado, Daniel; “La ley pareja no es dura”. Representaciones de la criminalidad y la justicia en la Lira
Popular chilena. En: Historia, N° 39, Vol. 1, enero-junio 2006. Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica
de Chile, Santiago. Pág. 214. Versión electrónica en:
http://www.scielo.cl/pdf/historia/v39n1/art06.pdf
71
reales/ se agradecen si nos vienen/ i a muchos pobres mantienen/ varios ricos industriales”185.
Como podemos observar, desde los versos populares se agradece que “varios ricos industriales/
viendo la calamidad/ han hecho la caridad/ de minorar nuestros males”. La caridad se observaba
como una realidad, desde esta óptica no se deduce la correlación netamente católica que los
periódicos le denotaban, pero sí desde algunas iniciativas estatales, ya que “asilos el intendente/
han hecho establecer/ donde encuentra de comer/ todita clase de gente”. La caridad se basaba en
la alimentación, hasta el otorgar un poco de dinero a los desheredados, como podemos observar a
continuación: “El gañán i el artesano/ Causa de que no hai trabajo/ Recorre de arriba abajo/ Con
un tarrito en la mano/ Todo rico buen cristiano/ De nuestra hermosa ciudad/ Juntos con la
autoridad/ Oyendo tantos clamores/ Por todas partes señores/ Han hecho la caridad”186.
mecanismo de reconversión del pueblo hacia la fe cristiana, la parte enferma de él. Pero como
apuntamos, brevemente más arriba, la reconversión moral debía desarrollarse alejando al pueblo
de los vicios, para poder entregarle nuevamente la “alegría de vivir” bajo el alero de la caridad.
185
“La protección de los ricos que les hacen a los pobres. Inundados que han quedado sin abrigo i sin hogar i aun sin
tener un pan que comer”. Col. A.A., 36. En Navarrete, Micaela y Palma A., Daniel; Los Diablos son los mortales. La
obra del poeta popular Daniel Meneses. Santiago,DIBAM y Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2008,
pág. 205.
186
Idem.
72
73
4.- “Las causas que determinarán nuevos rumbos”.
reconocida como una visión válida por el PD, quien mantenía su posición republicana de llegar al
poder mediante las elecciones. La alternativa política popular, que se expresó en las páginas de
sociedades de resistencia, en donde se pudieran agrupar los hombres y mujeres de trabajo. Y aún
Asonada Popular del 22 de octubre. La visión popular quedó sumida en su específica posición
subordinada, en los bajos fondos sociales tratando de comprender y analizando la crítica situación
en la cual se encontraba el “pueblo” luego de las asonadas de los días 22 y 23 de octubre de 1905.
Desde esta perspectiva, y dando cuenta de los sucesos, se comenzaron a desentrañar las
es la insistencia que el movimiento no tenía como único fundamento el aumento del precio de la
carne. Es un error comprender la tendencia del “bajo pueblo” de forzar una salida humanizadora
a su específica condición social como “una reacción dependiente ante el aumento del nivel de
74
partidos o agitadores profesionales”187. Los intentos de salida del mundo popular desde su
encierro estructural, se comprenden en relación con los diferentes problemas inherentes a las
estructuras económicas y sociales dentro de las cuales habitaba. Es así que durante el
económicas y sociales del pueblo, mientras las élites mercantiles intentaban salvarse a sí mismas
de ese contexto económicamente adverso. Es la misma oligarquía que percibió horrorizada desde
sectores populares forjada en los conventillos, en los talleres y en la calle, argumentadas con
ideas anarquistas y del incipiente socialismo, pero golpeada brutalmente con políticas represivas
Desde esta perspectiva, el movimiento errante que se evidenció en octubre de 1905 estaba
determinado por “el hambre y la miseria”189. Estas causantes son las responsables del “estallido
de la ira del pueblo contra sus tiranos i verdugos”190. Como ya se evidenció más arriba, la
violencia del “bajo pueblo” se desató contra objetivos específicos, como la autoridad y las
no tomar precauciones para evitarlos, ya que había sido advertido según sostiene Izquierdo191.
que uno de los deberes inherentes del Estado era proveer bienestar a toda la población. Los
diferentes periódicos populares sostenían que “no es acto de un buen gobierno i mas de un
187
Salazar, La violencia política popular…op cit. Pág. 53-54.
188
Romero, “¿Qué hacer con los pobres?...op cit. pág. 183.
189
“Reflexiones. Un consejo laudable”, El Alba, 1ª quincena de Noviembre de 1905.
190
“Los últimos sucesos. Experiencia”, José Arnero, 26 de octubre de 1905.
191
Izquierdo, Gonzalo; “Octubre de 1905”…op cit. Pág. 72
75
gobierno popular representativo, el que tenga a sus gobernados muriéndose de hambre”192. Una
de las salidas a esa situación era la abolición del impuesto al ganado argentino, porque “la miseria
país”193.
Las causas de los sucesos no sólo estaban dirigidas hacia el gobierno. La sangre
derramada en las calles de Santiago fue expresada como una experiencia que fomentaba el
camino hacia el progreso del pueblo, ya que desde ese momento conoce a sus verdugos: “no
podían ser otros que sus mismos opresores, los mismos que le chupan la sangre por medio de la
explotación de su trabajo; los mismos que engordan hambreando al pueblo por medio de los
impuestos a los artículos alimenticios”194. Desde los periódicos populares se hacía latente el
miedo que la oligarquía le tenía al “bajo pueblo”, ya que las jornadas de Octubre expresaron un
“pequeño sacudimiento que la fiera ha dado a la jaula, con el cual ha producido este enorme
estremecimiento que ha puesto en tan grande alarma a los esplotadores”. Desde esta perspectiva
se manifestó que “la aristocracia es su mas grande enemigo”, ya que “la juventud aristocrática de
La asonada de los días 22 y 23 de octubre de 1905, desde las diversas fuentes populares se
expresó como un asesinato de la oligarquía santiaguina, que demostró el odio que esta clase tiene
ante el “bajo pueblo”. Desde una reciprocidad de violencia “los charcos de sangre con que se han
regado las calles serán chispas incendiarias de odio a los tiranos i asesinos”196. La moraleja,
192
“Los últimos sucesos…” op cit, José Arnero.
193
“Hambreando al pueblo. ¿Qué es lo que quieren?”, Ibid, 20 de noviembre de 1905.
194
Artículo de un nuevo diario de Valparaíso, citado en: “Al mes de la última matanza”, José Arnero, 23 de
noviembre de 1905.
195
Idem.
196
“Otra sangrienta jornada”, El Alba, 2ª quincena de octubre de 1905.
76
evidenciada en las páginas de dichos diarios, que extraen desde los acontecimientos, “escrita
el convencimiento de no confiar nunca más en ningún partido político que diga representar al
pueblo:
“¡Todo es pura farsa! Convenzámonos alguna vez! (…); no esperemos que los radicales
ni los conservadores; los balmacedistas ni los monttinos; los doctrinarios ni los
demócratas aportarán sus fuerzas a favor del despacho de este proyecto.
Los demócratas, que han salido del seno de la colectividad obrera forman también parte
de la farsa: pronuncian discursos en la certidumbre que no se le hará caso; pero no
agotan medios estremos como es de su deber, por que se bajan, piden los pactos…
¡Primeramente las conveniencias personales que el bienestar de la colectividad! ¡Cómo
descendemos! ¡Cómo se han corrompido hasta los representantes de la Democracia!”198.
Este abandono de la política partidista, está acompañada por una reafirmación de una
contrapone a las directrices generales y estáticas del partidismo político, ya que –como sostiene el
periódico de perspectiva ácrata El Alba- “el interés de los ricos es mantener en el hambre i la
miseria i en la ignorancia a los pobres; porque así jamás se darán cuenta de su situación que como
seres humanos tienen derecho de exijir a los que violentamente se han acaparado todo lo que
nunca obraría a favor del pueblo. Desde esta perspectiva, se afirmaba que “somos una entidad
distinta”201.
que criticaban los caminos por los cuales había avanzado el movimiento. Uno de los principales
197
“Las jornadas del pueblo. enseñanzas sangrientas”, El Proletario, 11 de noviembre de 1905.
198
“Como se burlan del pueblo. El impuesto ganadero”, José Arnero, 22 de enero de 1906.
199
Salazar, La violencia política popular…op cit. Pág. 49
200
“Inútil espera”, El Alba, 1ª quincena de diciembre de 1905.
201
Idem.
77
argumentos es declarar que la derrota de las jornadas de octubre, se debía única y exclusivamente
mecanismos de organización del “pueblo”, lo cual se debía a los ataques que sufrían sus
hai escépticos que no solo ponen en duda la generosidad de los trabajadores, sino que gritan a los
cuatro vientos que aquellas ideas son perturbadoras i antisociales”202. Y la moraleja que
extrajeron los ácratas, es la de “reaccionar por energía i decisión de los oprimidos, (…) no
Este proceso de reafirmación de una identidad popular particular, que se alejaba de los
partidos políticos y que llamaban hacia la unificación de las clases productoras tenía su sustento
en la idea de que “los proletarios han notado que ellos no poseen intereses que vigilar i que
siempre, hasta hoy, solo han sido mercenarios de los dueños de la riqueza”. El vigilar intereses
ajenos, escondidos como intereses generales de la nación, es uno de los puntos que el “pueblo”
tendría que comenzar a desentenderse, ya que deberían luchar por su dignidad humana y
comprender que “los intereses deben ser defendidos por sus poseedores”204.
aspectos por los periódicos populares. Uno de los argumentos centrales, atendía al hecho de la
falta de organización del movimiento, ya que la asonada había sido sofocada sin esfuerzo, lo cual
202
“Amarga lección”, Ibid.
203
Idem.
204
“Guardia del Orden”, Ibid.
78
está en el hecho de que se quería solamente destruir i vengar”205. Este fue un estallido de
desbordó los límites legalistas de la organización. El argumento que se sostenía como el causante
del estallido de odio contra la burguesía, según las páginas del José Arnero, era la obstinada
negación a instaurar de forma obligatoria la instrucción popular y laica por parte del aparato
estatal. Desde esta perspectiva, “todos los obreros deben construir asociaciones gremiales de
resistencia”206, las cuales tienen dentro de sus principales tareas el desarrollo de mecanismos
popular, llegó a la conclusión de que la única arma con la cual contaba el obrero para defender su
características de la identidad popular del contexto. Se afirmó una desvinculación con los
partidos políticos, que expresaban la representación de las clases populares, como el Partido
Demócrata. Este quiebre entre el movimiento popular y el PD, se confirmó con la disolución de
santiaguino se entiende como un quiebre similar al que hemos venido presentando a lo largo de la
investigación, la postura republicana no era compartida por todos los miembros, ya que existía
una corriente demócrata-socialista que era mucho más cercana a las representaciones populares
que hemos evidenciado207. Junto con esta desvinculación partidista, se puede destacar la
reafirmación de una entidad social distinta, que emana desde la situación estructural de estar en el
205
“Los últimos sucesos…” op cit, José Arnero.
206
“La mano negra”, Ibid, 13 de noviembre de 1905.
207
Grez, Sergio; Una mirada al movimiento popular…op cit. Pág. 24
79
fondo social y que se desenvuelve en deterioradas condiciones económicas y sociales de hambre
y miseria.
profundamente la hostilidad entre las clases sociales, desde las representaciones de la realidad
social presentes en los periódicos populares, uno de los aspectos cruciales en esta división es la
articulación de la “Guardia del Orden”, que fue conformada por la juventud de la oligarquía de
Santiago. Este hecho es muy ilustrativo, ya que como veremos a continuación, se podrá
evidenciar cómo cambiaron los clamores populares después de la primera jornada del domingo,
ya que después de apelar a la abolición del impuesto al ganado argentino se orientó la petición
hacia un llamamiento a la justicia social, debido al alto número de personas muertas y heridas
Cuando las expectativas del movimiento popular eran entendidas como protesta por las
autoridades, éstas últimas hacen aparecer su “mano brutal (…), con la espada i rifle por derecho, i
pueblo viviendo en la miseria, lograba satisfacer “su vano orgullo, inmolando en nombre de la
muchas familias”209. Este asesinato indiscriminado es representado por la visión popular como un
acto inconsciente, argumento que se estructura dentro de los mismos márgenes que la
causante de la violencia. “Las clases dirijentes i los poderes gubernativos han puesto el grito en el
208
“Los sucesos de Santiago. La última carnicería”, El Proletario, 28 de octubre de 1905.
209
“Otra sangrienta jornada”, El Alba, 2ª quincena de octubre de 1905.
80
cielo por la destrucción simplemente material, no importándoles ni poco ni mucho la sangre
inocente de las víctimas del pueblo”210. A la vez se ha establecido que la violencia de la policía
fue sustentada desde los periódicos, al representar al roto ocioso marginado de las relaciones
Para los periódicos populares no era extraña la actitud que tuvo la policía, lo más
“Guardia del Orden”. Se recalcó que la policía sólo hizo uso de sus armas cuando fue necesario,
pero “no hai que admirarse de la acción de la policía, pues, sabemos mui bien que los militares
evidenciar la asimilación que se efectuó de la policía con el mismo pueblo. Las páginas del
“órgano de los intereses de los rotos” efectuó, por su parte, una interpelación directa a los
mismos:
“Oídme por favor vosotros los que componeis el ejército i la policía de todo el país,
considerais vosotros dignas i honrosas las recompensas que nuestros eternos enemigos
piensan daros por la sangre que habeis hecho derramar en las calles de Santiago
sacrificando a vuestros hermanos, por defender la propiedad de esos miserables
parásitos que se ríen de nosotros en los días de miseria”212.
popular, ya que se reconoció que dentro del ejército existían hombres provenientes del mundo
popular, por lo que “los rotos deben ir con los rotos y jamás debemos prestarnos para favorecer a
los que nos usurpan escandalosamente el fruto de nuestro trabajo”213. Este llamamiento a la
210
“Refleciones…” op cit, El Alba.
211
“La Guardia del Orden”, op cit, El Alba.
212
“Desigualdad Social. Unos ríen y otros lloran”, José Arnero, 28 de octubre de 1905.
213
Idem.
81
policía, denotaba claramente la reafirmación de una identidad inherentemente popular, que se
Mientras no se recriminaba a la policía que “caía derramando sablazos sobre la cabeza del
pueblo”214, el hecho que mayormente se criticó fue la articulación de la “Guardia del Orden”.
quienes fueron a exigir rifles al Ministerio de Guerra para defender la ciudad. “La conducta
criminal y cobarde” de la Guardia del Orden, tuvo su origen en el Club de la Unión, desde donde
se dirigieron al Ministerio para exigir las armas, para lanzarse a “las calles armados de rifles i
carabinas”. La violencia con la que actuaron los jóvenes de la oligarquía se confirmó con el
hecho de que ellos fueron quienes salieron a las calles el día lunes a matar, la policía es
reconocida porque actuó cuando debió hacerlo. “La matanza del lunes” fue causada por dicha
Guardia, y su accionar no hizo otra cosa que “ahondar el abismo de odio que separa a los pobres
de los ricos, como si no se dieran cuenta que la sangre de las víctimas clama venganza i que la
El quiebre de la armonía social, para la representación social del mundo popular lo suscitó
presenciar que el rotaje, esa canalla (como la llaman los ricos) que ha ido a conquistarle riquezas
en los campos de batalla, se ha permitido sublevarse contra los amos”, lo cual conllevó a que las
élites lanzaran a las calles “con el arma homicida al brazo, a centenares de muchachos orgullosos
i pedantes que no conocen el trabajo ni la virtud, con la consigna de matar a los rotos sin
214
“La mano negra”, op cit, José Arnero.
215
“La guardia del orden”, op cit, El Alba.
82
compasión”216. Y este accionar oligárquico, frente al miedo que le producían los movimientos
populares, no es sino la expresión de “la explosión del odio del futre contra el roto trabajador”217.
“el temor a la irreductibilidad histórica del bajo pueblo, es lo que ha regido y sigue
rigiendo la nerviosa vigilancia armada de las capas dirigentes sobre su monopolizado
sistema ´G´ [de dominación]. Es ese miedo, más que otros. Ya que no es lo mismo
monopolizar las estructuras y sistemas, que monopolizar la historia. (…) No pueden
hacer mucho frente a las erupciones históricas que revientan de repente desde el bajo
fondo externo (social) de los sistemas”218.
Ese miedo a que el “bajo pueblo” pueda salir de su deteriorada celdilla estructural en la
que se encontraba a principios del siglo XX, es uno de las principales motivaciones de la
violencia estatal frente al pueblo. Ya que “nadie puede negar que el orgullo i el despotismo de la
burguesía ha llegado a establecer una línea marcada que separa una clase de la otra”219. El
accionar de la oligarquía fue expresado como “un nuevo sistema de asesinato legal”, ya que los
crímenes que cometieron, en nombre de la tranquilidad pública, fueron aplaudidos por las
autoridades. En contra de esta injusticia, las páginas del José Arnero nos muestran a los
“Los futres, los pijes que forman esa juventud dorada de la pseuda aristocracia chilena!
Esos siúticos, hijos en su mayoría del vicio i del oro mal adquirido, que se han criado a la
orjia i la ociosidad, que no han sabido honrar su vida con el trabajo que dignifica al
hombre, que viven del sablazo i del clavo, que no han sabido contribuir al progreso de la
Nación con un adarme de esfuerzo i de talento; esa juventud, en fin, que pasa su vida en
taberna i prostíbulos, fue la que formó en Santiago la Guardia del Orden en Octubre i la
que acaba de repetir sus miserables hazañas en Antofagasta”220.
Como el accionar de la “Guardia del Orden” no fue recriminado, sino por el contrario fue
públicamente aplaudido por la prensa conservadora y por las autoridades, los periódicos
216
“Peor el remedio que la enfermedad”, José Arnero, 28 de octubre de 1905.
217
“Los últimos sucesos. Cortina descorrida”, Ibid, 2 de noviembre de 1905.
218
Salazar, La violencia política popular…op cit. Pág. 60
219
“Los últimos disturbios. Descorriendo la cortina”, José Arnero, 4 de noviembre de 1905.
220
“Los futres i los rotos. Las guardias del orden”, Ibid, 12 de febrero de 1906.
83
populares establecían que con el silencio de la autoridad se justifica claramente la obra de los
“asesinos del pueblo”. En directa relación con el silencio de las autoridades, frente a los
asesinatos de la Guardia, las páginas del José Arnero expresaron resignadamente que “en este
país, en vano clama justicia el pobre; las quejas y lamentaciones de los que sufren miseria i
hambre, son acallados a fuerza de sable i bayoneta”221. La justicia es uno de los aparatos que
dispone el Estado desde donde se puede comprender la continua desigualdad social propia del
contexto de la Cuestión Social, que se puede analizar desde “la revelación pública del carácter
irregularidades en las distintas fases del proceso penal”222. Las páginas de los periódicos
ante la justicia para “los asesinos del pueblo, el estricto cumplimiento de las leyes
señores burgueses: en primer lugar encareceis los artículos de consumo, conculcais [quebrantar
una ley. Sic] el derecho de reunión en seguida, i luego sableais al pueblo con cualquier pretesto
221
“La jornada del pueblo. Despertar del león”, Ibid, 6 de noviembre de 1905.
222
Palma Alvarado, Daniel; “La justicia al banquillo: la mirada de los pobres (1880-1910)”. En: Cornejo, Tomás y
González, Carolina (comp.) Justicia, poder y sociedad en Chile: recorridos históricos. Santiago, Ediciones
Universidad Diego Portales, 2007, pág. 145.
223
“Hambreando al pueblo”, op cit, José Arnero.
224
“Los últimos sucesos…”op cit, José Arnero.
84
“Cuestión Social y Lucha de Clases”.
Las representaciones sociales expresadas en algunos periódicos del mundo popular, desde
antes de la manifestación de petición del 22 de octubre de 1905 hasta principios de 1906, pueden
ser caracterizadas dentro del denominado Profetismo Popular. Éste es entendido como las
justificaciones y activaciones ideológicas que se suscitan desde los reventones sociales y las
eventos catastróficos, pero buenos, que advienen por sí mismos en algún tiempo indeterminado
(no se los entiende como hechos socialmente construidos)226 –un ejemplo de ello es las
expectativas que se le adhieren a la Huelga General Revolucionaria, pero sin tener una clara
definición de cómo se debería construir la sociedad después de dicha acción. “Se trata de
demostración de una cultura elaborada por el pueblo, que se pensó en oposición al Estado y a las
clases dominantes, surgida desde la pobreza y la escasez, elaborada por “hombres de pluma y no
de espada, de periódico y de elección: para ellos no hay verdadera lucha popular que no pase por
la educación y la organización”228.
225
“Los últimos sucesos”, El Alba, 1ª quincena de noviembre de 1905.
226
Salazar, La violencia política popular…op cit. Pág. 61
227
Idem.
228
Devés, Eduardo; “La cultura obrera ilustrada y algunas ideas en torno a nuestro quehacer historiográfico” En:
Mapocho, N° 30, Santiago, 2° semestre 1991. Pág. 132
85
Desde esta perspectiva, los periódicos populares comenzaron a expresar ideas para la
proceso que es socialmente construido, como lo son los mecanismos para aliviar la condición del
“mundo popular”- ya sean dentro del mutualismo o de las sociedades de resistencia. Pero la
mitificación de la realidad es un aspecto que trascendía las representaciones del bajo fondo social.
Hay un reiterado llamamiento a las autoridades exponiéndoles que: “el último estallido popular
no es mas que el precursor del gran cataclismo social, que al fin i al cabo [sic.], tendrá que
producirse si los encargados de llenarse los bolsillos a costa del hambre del pobre, no tratan de
dar alivio a las clases oprimidas”229. Este cataclismo social era expresado “como el resultado
lójico de la tiranía i opresión en que mantienen al pueblo los que poseen dinero”230. Estas
advertencias que giraban en torno al desarrollo proporcionalmente inverso de las élites, debido a
que el pueblo de 1905, no era el mismo de antes. Los continuos “sablazos” que había sufrido el
“bajo pueblo” habrían producido una acumulación de experiencias que se entendían como
Es dentro de esta lógica que podemos comprender las continuas expectativas de un cataclismo
social que enfrentaría a las élites con el “pueblo”. Los sectores populares rebalsaron los límites
geográficos que las élites le habían impuesto dentro de la ciudad, la sobreposición de la mirada
horrorizada logró que se hiciera común dentro de la sociedad, la continua segregación espacial y
229
“La desigualdad social…”, op cit, José Arnero.
230
“La jornada del pueblo…”, op cit, José Arnero.
86
visión higienista que percibía el ambiente en el cual vivían los pobres como el principal foco de
Estos anuncios de una inminente lucha de clases, eran sustentados desde la idea que
“existe aquí, en el seno de nuestra falsa democracia republicana, una clase privilejiada i una clase
desheredada”232. Estos elementos que constituían la democracia que es puesta en duda, van aún
más allá, debido a que la existencia de las profundidades que separaban a ambas clases es aún
más manifiesta en la desigualdad ante la ley, la cual lejos de gozar del favor de los desposeídos se
legitimidad233; ya que: “al roto se le mira como a perro sin amo, que al pobre, cuando comete una
simple falta se le trata con todo rigor i se le encierra en un inmundo calabozo mientras que al
hijito de rico, aunque cometa crimen se le considera i aun se le facilita la fuga o la Casa de
Orates”234. Esta desigualdad de la ley entre la élite y las clases populares, también fue denunciada
por los poetas populares: “Hai una desigualdad/ En el Código Penal,/ Porque al rico criminal/ Lo
miran con más piedad./ Al pobre digo en verdad/ No le tienen compasión;/ Las leyes de la
nación”235. Esta visión negativa de las leyes es rematada cuando Daniel Meneses expresaba que:
“Por fin, pues la mala suerte/ No es ofensa ninguna,/ El pobre hace su fortuna/ Cuando se
encuentra la muerte;/ El rico opulento y fuerte/ En nuestra nación chilena, / Jamás nunca siente
pena/ Con los bienes que atesora;/ Pero llegando la hora/ Se muere i se condena”236.
231
Romero, ¿Qué hacer con los pobres?...op cit. pág. 172.
232
“Las jornadas del pueblo…”, op cit, El Proletario.
233
Palma, “La justicia al banquillo…” op cit, pág. 144.
234
“Siguen oprimiendo al pueblo…”, op cit, José Arnero.
235
Col. Lenz, VII, 24, mic. 42. Col. Am., I, 12, mic. 2. Col. A.A., 118. Citado en: Navarrete y Palma, Los Diablos
son los mortales… op cit. Y en: Palma, “La ley pareja no es dura”…op cit. pág. 200-201.
236
Idem.
87
Se recalcó reiteradamente el desprecio con que las autoridades trataban al “pueblo”,
expresando que “la clase dirigente cada día se complace mas en demostrar su desden por las
miserias de los trabajadores; a ellos nada les importa el clamor de los rotos (…) todo lo quieren
mirar bajo el punto de vista subversivo, negando que hai miseria i asegurando que el trabajo
sobra”237. La negación de la existencia de una Cuestión Social, por parte de las autoridades está
negación de la Cuestión Social, Mario Garcés la plantea desde la molestia que para la élite
resultaba ese tema. “Algunos de ellos cuando negaban la existencia de la Cuestión Social lo
hacían porque o les parecía natural la condición de pobreza en el pueblo o porque no podían
aceptar que éstos se organizaran y demandaran cambios económicos y sociales”239. Si por un lado
se negó la existencia de la Cuestión Social, por otro lado ésta fue sofocada por la mano brutal de
la autoridad “para hacer callar con la fuerza los gritos de la miseria”. Estos son hechos, que a la
representación popular le permitieron concluir que: “vivimos en plena tiranía, en abierta lucha de
clases” 240.
acallaban los movimientos populares de protesta y por otro lado, porque las autoridades
prefirieron derrochar el dinero antes que utilizarlo para reflexionar detenidamente en cómo
mejorar la precaria situación del “bajo pueblo”. Desde el Congreso, se discutió el cómo premiar a
la “Guardia del Orden”, ante lo cual, el periódico José Arnero declaró que estaban derrochando
237
“A las reuniones del pueblo las llaman desórdenes, a su prensa, pasquines y a sus protestas rebelión”. “Siguen
oprimiendo al pueblo…”, op cit, José Arnero.
238
“Las jornadas del pueblo”, op cit, El Proletario.
239
Garcés, Mario; Cuestión Social…op cit. pág. 132
240
“Siguen oprimiendo al pueblo…”op cit, José Arnero.
88
los dineros nacionales, premiando “las hazañas de los victimarios con el dinero acaparado a costa
de los inmolados”241. Dentro de la misma perspectiva, se denunciaba que las autoridades estaban
de hombros encogidos, sin hacer nada, sólo entregaban “bayonetas i amparan con ellas a los
empresarios, hacendados i patrones, i conducen a las cárceles a todos aquellos consciente, que
por un rasgo de humanidad se ponen al frente de los movimientos para exijir el pan que les
Desde esta continua crítica profunda a las autoridades, que se expresaban en las páginas
de los periódicos populares, se articuló una propia definición de pueblo. Parten de la pregunta de
si el populacho, la chusma, los descamisados, las últimas capas sociales son seres irracionales:
“¿acaso esos descamisados son seres irracionales, acaso ellos no sienten también el
hambre i la miseria como lo sentiría cualquier obrero? ¿Acaso esos seres abandonados
no son también trabajadores, que a costa de inmensos sacrificios ganan el pan de cada
dia? Es indudable, pues, que es hasta cierto punto ridículo el querer hacer una
separación tan absoluta entre la clase obrera i lo que han dado en llamar la chusma”243.
Las diferenciaciones que la prensa conservadora, y también la perspectiva católica-
republicana como vimos en el capítulo anterior, desarrollaron para tratar de distinguir a las masas
contrario, para los periódicos populares las diferencias se expresaban desde características
morales e intelectuales, ya que “no hai populacho, sino individuos sin educación (…) no hai
chusma, sino jentes que se han desarrollado en un ambiente social insano e impuro, i no hai
descamisados, sino infelices abandonados a toda clase de miserias i de brutalidades, sin que nadie
directamente el considerar como gente inconsciente al “bajo pueblo”, dentro del período en
241
“La desigualdad social…”, op cit, José Arnero.
242
“Período de huelgas. Lo que significa”, Ibid, 30 de octubre de 1905.
243
“Reflexiones…”, op cit, El Alba.
244
Idem.
89
cuestión el problema de la educación era fundamental245, ya que consideraban que por causa de
los gobernantes y de la clase dirigente existía una parte considerable del mundo popular que
permanecía en la ignorancia.
Aún cuando se afirmaba la existencia de una parte considerable del mundo popular que se
de la explotación, les permitiría comprender que “trabajar para que parásistos i holgazanes vivan
de nuestro producto, no es natural, (…) que son todas gabelas i patrañas, grillos i eslabones de la
pesada cadena con que tiramos el carro del progreso i el carro de la miseria que corren paralelos,
estructural, que se representaba proféticamente con posibles salidas revolucionarias, que cuando
trataron de llevarlas a la acción en la realidad, el mismo encierro “devuelve todo hacia adentro,
esperanzas, rabias, reventones sociales, etc., todo intento de salida humanizadora es bloqueada
desde fuera, y devuelto, hacia el fondo del mismo encierro”247. La conciencia social e histórica
del “bajo pueblo” tiende, así, a girar en torno a una misma y larga identidad, cargándose una y
245
El problema de la educación de las masas populares, era una problemática que desde mediados del siglo XIX se
trataba de palear mediante las “clases para obreros”. Este era uno de los tópicos comunes que provienen desde el
movimiento de artesanos del siglo XIX y que perduraron durante la coyuntura en cuestión, todos dentro del ideario
popular del liberalismo que se expresó en el proyecto de la “Regeneración del Pueblo”. Véase: Grez; De la
“regeneración del pueblo” a la huelga general…op cit.
246
“Otra sangrienta jornada”, El Alba, 2ª quincena de octubre de 1905.
247
Salazar, Gabriel; “Chile, Historia y ´Bajo Pueblo´: de la irracionalidad y la violencia”. En: La Historia desde
abajo y desde dentro. LOM ediciones- Facultad de Artes. Universidad de Chile. Departamento de Teoría de las
Artes. Santiago. 2003. Pág. 153-154
248
“La ira sorda, la agresión lateral, la adicción alcohólica o lúdica y la violencia delictual o política han sido
“expresiones” frecuentes de ese forzado encierro histórico”. Idem.
90
La continua ampliación de la brecha que separaba a la élite oligarca del “pueblo” sería
sangre que se sucede en cada manifestación popular-, que las editoriales del José Arnero
“Cesen las tiranías, venga la abolición de los impuestos a los alimentos, apruébese la
instrucción obligatoria i laica en el Estado, venga el aumento de los salarios,
reemplácense las pocilgas en que habitan los trabajadores, por habitaciones hijiénicas i
baratas, disminúyanse las horas de trabajo i acuérdese por fin que los dineros
derrochados, en empleados inútiles, en ejército i policías, i en la fabricación de templos
guaridas, donde se albergan los cuervos de la humanidad, sean destinados a la
construcción de ferrocarriles i al fomento de la industria nacional, i se habrá logrado
extirpar la discordia entre el Trabajo i el Capital, sin apelar al crimen ni al
derramamiento de sangre que tantas lágrimas i miserias cuesta a la clase indigente, de
esta desgraciada tierra”249.
Cuestión Social, el deterioro de las condiciones sociales y económicas dentro de las cuales
habitaba el “pueblo”, y al lugar que fue obligado a volver cuando intentó buscar una salida
humanizadora, “un proceso vivo, propio de sujetos que para superar la negación que los aniquila,
de reafirmación de una identidad popular que ha girado en torno a problemáticas similares, desde
mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX, se apeló a superar la ignorancia para poder
comprender la miseria en la cual estaban inmersos. Entender que el capital es una de las causas
que originaban la miseria y el hambre, que el Estado solamente protegía el despotismo de los
capitalistas, “mientras el hambre va invadiendo los hogares desvalidos (…) Todas estas causas
249
“La desigualdad social…”, José Arnero.
250
Salazar, Gabriel; “La Historia como ciencia popular: despertando a los weupifes”. En: La Historia… op cit. Pág.
166-167
251
“Otra sangrienta jornada…”, op cit, El Alba.
91
El “pueblo” es quien resistió la desesperación de la pobreza, a quien “nadie lleva un
consuelo a tanto corazón desolado, que llora en silencio, bajo los harapos de la miseria, allá en
los tugurios de los barrios apartados”252. En contra de estos sentimientos se intentó reafirmar una
identidad que surgió desde esa contextualización desolada, un proceso de humanización desde
abajo “para superar la negación que los aniquila, antes [sic] que sea una obra planificada y
ejecutada por un sistema de dominación”253. Las salidas humanizadoras del “bajo pueblo” han
sido devueltas violentamente hacia su deteriorada posición estructural, aún cuando no “olvidan
los de arriba el miedo que les produjo el 23 de octubre el levantamiento de un pueblo hambreado
i vejado”254.
252
“Las jornadas del pueblo…”, op cit, El Proletario.
253
Salazar, Gabriel; “La Historia como ciencia popular…” op cit. Pág. 167
254
El Alba, 2ª quincena de octubre de 1905. Extracto, fuente incompleta.
92
5.-Reflexiones en torno a la Cuestión Social y a la posición que en ella
mantienen las clases populares.
mutar de acuerdo a las lógicas de acción que operan dentro de la realidad. De esto no se deduce
que las estructuras objetivas de la realidad, en determinados contextos históricos operen de una
manera determinante sobre las conciencias de alguna colectividad específica. Se ha sostenido que
dichas estructuras, no sólo limitan o determinan, también posibilitan el accionar de las personas.
de la carestía de la vida -esencialmente con el relativo aumento del precio de la carne-, para
ocioso y criminal. Y por otro lado, las páginas del José Arnero expresaron las diferentes
personas del pueblo, que aún vivían en la ignorancia producto de que el Estado no ofrecía una
Ambas representaciones centrales nos entregan una particular visión sobre cómo se
estructuraban las diferentes relaciones dentro de la sociedad santiaguina a principios del siglo
XX. Una de las particularidades que se ha podido desarrollar, a lo largo de esta investigación, es
93
la comprensión desde diferentes ópticas de cómo se percibió y se experimentó la Asonada
articular diversos juicios y opiniones sobre un mismo acontecimiento. Es más, cómo esos juicios
la ley que gravaba la internación de ganado argentino en los mercados chilenos, la cual fue
unívocamente representada como “una ley de hambre”, tanto por el Partido Demócrata como por
promulgado dicha ley. El gravamen al ser aprehendido como una ley oprobiosa, que condenaba al
“pueblo” a la miseria más cruel y dolorosa, nos entrega ciertas perspectivas que permiten
acuerdo a las funciones naturales que debía desarrollar, debía proteger a los más desposeídos de
inflación, como lo fue el año 1905, el intento de la abolición del impuesto al ganado argentino fue
comprendido como una de las mejores formas de demostrar que el Estado amparaba a las clases
desheredadas. Los continuos argumentos que presentó el Comité Central, sostenían que si bien no
estaban contra la protección a la industria nacional, cuando una ley no permitía el libre acceso a
todas las personas a determinados productos, el gobierno debía obrar en beneficio de los más
desposeídos, ya que el Estado de acuerdo a sus funciones naturales debía proteger a todas las
94
Como se ha sostenido, la petición formal para la abolición del impuesto que gravaba la
internación de ganado argentino, fue apoyada y promovida por el Partido Demócrata bajo un
pretexto político para quedar bien evaluados socialmente y así ganar apoyo para las próximas
elecciones de 1906. Desde esta misma óptica, hemos asegurado que dicho impuesto no era el
principal causante del leve aumento del precio de la carne. Es más, el mismo movimiento popular
dejaba entrever problemáticas más profundas que terminaron por explotar el día 22 de octubre de
1905.
Gabriel Salazar concibe al Estado en cuanto sistema de dominación, el cual no posee una
historicidad profunda, solamente genera alienación en las clases subordinadas que conviven
proyectos que se imponen desde la violencia no cuentan con una legitimidad social amplia, es esa
desarrollar el Estado en amparo de la sociedad entera. Pero la exclusión que ejerce el Estado
sobre pueblo, el cual construyó en la Cuestión Social una identidad surgida desde el hambre y la
miseria, se hace visible en el momento en que se evidencia la continua respuesta violenta del
Estado frente a las manifestaciones y peticiones del mundo popular a principios del siglo XX, en
Valparaíso 1903, Antofagasta 1906, en la escuela Santa María en Iquique 1907 y la que se ha
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Salazar, Gabriel; La violencia política popular…op cit. pág. 81
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La fractura del movimiento popular ante la irrupción de la asonada fue representada de
una manera divergente por el Partido Demócrata y el Diario Popular -influido por ideas católicas.
El análisis que se sostuvo estaba fuertemente sustentado en la mirada horrorizada con la cual la
élite había percibido al pueblo, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. Ese horror impregnó
más corrompida del populacho”, como denominaban al bajo pueblo, a quienes culpaban de la
la Asonada Popular de la Carne, una representación de “la parte enferma del bajo pueblo” que se
estructuraba en torno al roto ocioso y criminal. Esta caracterización se sustentaba en que para el
PD, desde la lógica de la politización desde arriba, le resultaba bastante problemático comprender
y asimilar en su naturaleza específica a los vastos sectores que componían el mundo popular,
menos aún intentaron adherirlos a las formas de organización social que promovió el mismo
partido; por el contrario, su discurso legalista era dirigido esencialmente a los artesanos y a los
esencialmente por ser hombres y mujeres que desarrollaban trabajos ocasionales no cualificados.
mejorar la condición material y moral del “bajo pueblo” desde la caridad cristiana. Pero sin
siquiera desarrollar iniciativas que hayan pretendido subsanar realmente la deteriorada condición
mecanismo era la caridad, argumentada como el ejemplo concreto de que las élites amaban al
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“bajo pueblo”. La marginalización de la “hez más corrompida del populacho” es argumentada
desde las principales problemáticas que eran inherentes al pueblo a lo largo de la Cuestión Social.
Por otro lado, los periódicos populares expresan una perspectiva de análisis muy
educación. Para las fuentes populares la ignorancia en la cual vivía gran parte del pueblo, fue
esencialmente justificada por la falta de preocupación del gobierno por entregar educación a toda
la sociedad, pero sobre todo una educación laica, la cual había sido integrada al movimiento
popular durante el siglo XIX. El problema de la educación fue una problemática que lentamente
emergió en las fuentes y que sería muy interesante analizar en otra ocasión, sobre todo desde la
comprensión que los mismos sujetos populares tenían sobre este tipo de problemáticas
vincula al Estado con la Sociedad. Dentro de esta perspectiva, cabe señalar la importancia de la
desvinculación, que proyectaron los editores del José Arnero y El Alba, dentro de la esfera
política con el Partido Demócrata. Desde la irrupción de la asonada popular violenta surgida
desde el hambre y la miseria, se puede evidenciar el proceso de auto percepción del “pueblo” de
Santiago como una identidad propia en busca de humanización. Las continuas divergencias entre
el PD y algunas corrientes del mundo popular, como lo evidenciaron las páginas de los periódicos
José Arnero y El Alba, nos aporta una evidencia importante en el proceso de construcción de
identidad dentro del movimiento popular, como lo es la reafirmación del apoliticismo partidista.
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resistencia. Que se continuaran desarrollando las prácticas de resistencia económica desde dichas
sociedades, y que por otro lado, se siguieran desarrollando las prácticas de socialización en donde
Comité Central y en el Partido Demócrata es continuamente criticada por las páginas de estos
periódicos. La postura legalista que se estructura en una fe ciega en los mecanismos que el Estado
1905 para el movimiento popular. La petición formal a los poderes públicos para la abolición del
objetiva y lo que hemos podido evidenciar, es que el hambre y la miseria es la perspectiva desde
donde el mismo mundo popular pudo vivir, percibir y expresar todo nuevo contexto dentro de la
98
Bibliografía y Fuentes.
Fuentes impresas.
-El Alba, Santiago.
-Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura.
-El Chileno, Santiago.
-El Diario Popular, Santiago.
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