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La presión y la vela

Hay un experimento casero clásico que consiste en poner una vela en un plato con un poco de agua y taparla con un
vaso. La vela va consumiendo oxígeno hasta que se apaga, y el agua entra en el vaso, dado que allí ha disminuido mucho
la presión. Sale siempre, sale muy bien y es muy agradecido… lo que no está tan claro es lo que realmente ocurre, y cual
es la razón de esa variación de presión. Javier Fernández Panadero, hace unos días publicaba sobre eso aquí mismo en
Naukas (ver) dejando claro que la explicación “clásica” no es la buena.
A ver si podemos aclarar esto un poco más.
Hay tres fenómenos que ocurren en el interior del vaso mientras arde la vela: (1) cambio de la composición química de
los gases, (2) cambios de temperatura y (3) condensación de vapor de agua al apagarse la vela.

Fenómenos
implicados
En la reacción, la parafina de la vela se combina con oxígeno para dar lugar a dióxido de carbono y agua (y alguna otra
cosa como carbón elemental o “carbonilla” que podemos olvidar. Para que la reacción quede ajustada, la parafina ha de
aportar carbón e hidrógeno en la misma proporción que el metano (ver figura). La explicación clásica se fija en el lado
izquierdo de esta reacción para decir que el oxígeno va desapareciendo a medida que se produce la reacción, hasta que
se agota y solo queda nitrógeno (4/5 de la cantidad original, por la composición del aire).
Por tanto el agua sube para rellenar ese hueco, de 1/5 del volumen original. Es obvio que esta explicación no tiene en
cuenta que por cada molécula de O2 desaparecida aparecen una y media más de gases (una de H2O y media de CO2).
Visto así, más que disminuir la presión debería aumentar. Más importante para lo que veremos a continuación es que
debería hacerlo de forma continua, al ritmo al que se produce la reacción.
¿Qué ocurre en el interior?
La explicación basada en el segundo fenómeno no
tiene en cuenta variaciones en la composición del
gas, y se centra en los cambios de temperatura. Así,
cuando la vela está encendida va aportando calor al
interior del vaso, lo que hace que el gas se dilate y
vaya saliendo el exceso (ver la figura). Cuando se
apaga la vela y deja de aportar calor, el gas se
contrae, y es esa contracción la que genera una
disminución de presión que hace subir al agua. Si
esta explicación es la correcta, mientras la vela está
encendida ha de aumentar la presión de forma
continua, y al apagarse disminuir al ritmo del
enfriamiento. Como veremos, no es eso lo que
ocurre.
Con el fin de dilucidar estas cuestiones se pueden hacer cálculos de estos dos fenómenos, suponiendo gases ideales y
simplificaciones parecidas, y lo que parece es que con la vela encendida ha de aumentar bastante la presión, tanto por
un efecto como por otro. Y para calibrar cuánto es “bastante” hacen falta más datos. Lo que me resultó más fácil de
forma doméstica, fue construir un manómetro, un medidor de presión de columna de agua conectado a un recipiente
hermético (un bote de vidrio de conserva) en el que poner la vela a arder.

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