Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
En 1893, después del Congreso de Zurich, Landauer publica su novela "El predicador
de la muerte", pero sus actividades literarias fueron interrumpidas por una estancia en
prisión por diseminar "materiales sediciosos" en El socialista, cuya publicación fue
temporalmente suspendida. Aunque fue enviado a la cárcel más veces -una por criticar
al jefe de policía de Berlin- continuó publicando El Socialista hasta el fin de la década,
haciendo una revista de alta calidad intelectual pero de limitado valor para la agitación.
Su creciente orientación teórica y filosófica le impedían ganar audiencia en la clase
obrera. La revista resultaba cada vez mas atractiva para intelectuales y profesionales,
pero no a trabajadores industriales y campesinos. Ello provocó discusiones con los
trabajadores miembros del grupo redaccional, que objetaban que la revista estaba
perdiendo su efectividad como instrumento de propaganda anarquista. Landauer intenta
cambiar su línea sin conseguirlo suficientemente y en 1899 se cierra la publicación.
Durante los años anteriores a la primera guerra mundial, Landauer era una figura
familiar en los círculos intelectuales y artísticos alemanes. Siempre luchando por la
verdad, Landauer evitaba sistemáticamente cualquier tipo de dogma. "Cuando hablaba,
uno sentía -escribía R. Rocker- que cada palabra salía de su alma con el sello de la
integridad absoluta". Pero no era profeta en su tierra. Ganó la antipatía de muchos
compatriotas por su oposición a la guerra y su acusación a los alemanes como agresores.
"La guerra es un acto de poder, de asesinatos, de latrocinios" escribió ya en 1912
anticipándose a Randolph Bourne, "es la expresión mas agria y clara del estado". En la
navidad de 1916 escribió una carta a Woodrow Wilson señalando la necesidad no solo
de la paz, sino de una asociación de naciones que controlara las armas y asegurara la
protección de los derechos humanos a través del mundo.
Pero sus esperanzas, aunque limitadas fueron cortadas pronto. Siguiendo al asesinato de
Eisner (cuya muerte se añadía a las de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht en Berlin),
Landauer fue nombrado¡ ministro de educación en un nuevo consejo de la república
proclamado en Munich el 7 de abril de 1919, a sus 45 años. Era un puesto para un
discípulo de Ferrer, para un hombre que valoraba tanto la educación capaz de lograr la
revolución espiritual de sus sueños. Pero su trabajo en la cartera solo duró una semana,
colapsado por la toma del poder por los comunistas, su programa de una educación
libertaria para ciudadanos de todas las edades adultos y niños, jamás fue puesto en
práctica.
El 1 de mayo de 1919, el ministro de defensa de Berlin envió unidades para acabar con
la revolución bávara, al día siguiente Landauer fue arrestado. En el patio de la prisión
un oficial nervioso le golpeó, y ello fue la señal para una salvaje masacre. Atacado por
los soldados, Landauer fue golpeado con porras y culatas, pateado y pisoteado.
"¡Matadme -gritó- para que pueda pensar que sois seres humanos!". Fue tiroteado hasta
morir. Su cuerpo fue desnudado y tirado en la lavandería.