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Levín, R.E.: “Hacia un psicoanálisis de lo indecible”. Revista Psicoanálisis APdeBA. Vol. XXVI. Nº 2.
2004. Págs.337-350.
APdeBA - Maure 1850 - Tel. 4775-7985
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Freud, S.: De la historia de una neurosis infantil (el “Hombre de los Lobos”).(1914/1918). Obras Completas.
Tomo XVII. Amorrortu editores. Pág. 10.)
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paciente. “Las inconsistencias entre teorías ofrecen brechas que iluminan nuevos
interrogantes, que una vez resueltos dejarán a su vez abiertos otros, en un
encadenamiento que nunca se clausura. Melanie Klein se introduce en una de esas
brechas que en lo teórico y en lo clínico deja abierta la concepción freudiana. Si
Freud inaugura y sostiene los principios del psicoanálisis de la develación de lo
inconciente a partir del síntoma en el discurso, no dará cuenta de otro campo de lo
humano, como es lo indecible. Tal es el caso de los procesos mentales de la niñez.
Cualquiera podría alegar que la palabra contiene en sí misma su propio alcance, y
que más allá de sus confines no hay nada que decir. Entonces Melanie Klein tendrá
que hacer una segunda operación de la palabra, para hacerla decir algo decible
donde no hay palabra. Es cierto: heurísticamente es un procedimiento distinto
(nuevamente el destacado es mío). ¿Pero esto la invalida?, ¿o representa una
ampliación del campo del psicoanálisis?”.
El 26 de mayo de 1935, Freud envía una carta a Jones en la que dice 3: “...En verdad
su Sociedad ha seguido a la Sra. Klein por un camino equivocado, pero la esfera en
que ella ha hecho sus observaciones me es ajena, de manera que yo no tengo
derecho a tener en nuestra clínica suelen coincidir corrientes, líneas teóricas, que
en lo conceptual difieren ninguna convicción bien establecida”.
El corpus de la teoría psicoanalítica, es un conjunto de caminos equivocados si se
toman unos en relación a otros. Sin embargo han configurado una versión del ser
humano que ha dejado una marca en la subjetividad y en todos los ámbitos de la
cultura que se sostiene desde sus inicios a principios del siglo XIX. Sus
inconsistencias intrínsecas son el más fiel reflejo del sujeto, del que le ha tocado
ocuparse.
3
Jones, E.: Vida y obra de Sigmund Freud. Tomo III. Editorial Nova. Buenos Aires. 1962. Pág. 216)
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o entre las tópicas freudianas, que fueron desarrolladas de acuerdo a los nuevos
avances derivados del devenir del trabajo clínico.
Tampoco es fácil a veces sustentar cual es la supuesta continuidad teórica de
autores que aparentemente suscriben la teoría de otro que lo precedió. ¿Porqué se
considera a Winnicott post-kleiniano si su versión sobre el objeto y la pulsión es
divergente de la de M. Klein? ¿Y en el caso de Fairbairn, que directamente reniega
de la teoría pulsional, central en la postulación kleiniana?
Quiere decir que aún si un analista conjeturalmente se respaldara en la teoría tal
cual la desarrolla un solo autor, tendría que soportar inconsistencias. Sin embargo,
salvo que el analista esté ante una situación clínica que lo exceda, no suele
experimentar como malestar las inconsistencias de la teoría que fundamenta su
práctica.
Debe ser posible alguna argumentación que nos permita acceder a otra lógica que
otorgue unidad al corpus teórico psicoanalítico, ya que a pesar de estar constituido
por una suma de conceptualizaciones no congruentes entre sí, no hacen demasiado
“ruido” en la mente del analista. Al respecto me extendí algo más sobre los puntos
de fricción conceptual entre Freud y Melanie Klein, porque son dos autores que
están muy presentes en nuestra formación.
Me parece entonces que puede ser de interés averiguar si no puede haber otro
punto de vista que podría sustentar la unidad de las diferentes corrientes que en
conjunto conforman el psicoanálisis. Una posibilidad deriva de validar en una
connotación lógica no solo los datos positivos sino también las brechas instauradas
por las diferencias.
En el trabajomio anteriormente citado afirmo que estos cortes entre
conceptualizaciones no compatibles son una fuente constante de interrogantes que
contribuyen a un permanente estado de apertura hacia nuevas respuestas, lo cual
revitaliza el permanente deseo de cuestionamiento e indagación.
Pero creo necesario un paso más. Este sería darle a las inconsistencias entre
teorías el mismo status conceptual que tienen las afirmaciones o datos “positivos”
que éstas aportan.
El corpus de la teoría psicoanalítica está compuesto por múltiples teorías que no
coinciden totalmente entre sí. En su conjunto es como un enorme rompecabezas al
que siempre le faltarán piezas. Además las existentes no van a encajar
perfectamente. De las brechas que quedan entre las piezas que no se acomodan
entre sí, surgen interrogantes derivando en perpetuos movimientos en la
interioridad del psicoanálisis. Pero esas brechas entre conceptos dan lugar a
enunciados epistemológicas de diferente nivel, contribuyendo a dar forma a la idea
de una concepción teórica que nunca será conclusiva, y que para ser válida debe
estar en permanente movimiento y dar lugar a nuevos interrogantes. Sería mortífero
que así no ocurriera. Sería la muerte del psicoanálisis.
Queda por decir algo. ¿Replica el conjunto del corpus teórico del psicoanálisis a su
objeto, el sujeto de lo inconciente? ¿Hay una permanente dialéctica entre el
psicoanálisis y aquel al que refiere, y que es a la vez quien lo enuncia? ¿No hay un
movimiento permanente de circulación entre la teoría y el sujeto del inconciente?
Sin embargo hay un ideal de una teoría psicoanalítica prolija, precisa, sin equívocos
ni paradojas.
Un conjunto de teorías que coincidieran en todo, cuyos significantes tuvieran la
misma acepción (o función), inmovilizadas por la certidumbre, clausuradas por la
falta de misterio e interrogantes, que no dejara brechas sin completar, constituirían
un corpus muerto, un dogma. Estaríamos aludiendo a un estado nirvánico, exento
de tensiones, inhábil para sostenerse en el lenguaje y la metáfora.
Un sujeto humano (si es que en esta condición así puede ser denominado), y la
teoría que lo refiere, colapsados. Inmersos en el efecto destructivo de la pulsión de
muerte.
Temas epistemológicos relacionados al psicoanálisis de niños
Comentarios
Para un tema tan amplio y complejo, y en cierto sentido ambicioso, he debido ser
excesivamente sintético. Considero esta presentación como una introducción a
ideas que merecen una discusión colectiva y más amplia. El alcance del tema me
ha llevado a mí mismo a resignar derivaciones que se fueron presentando, pero que
de tomarlas, hubieran alargado excesivamente el texto y quizás incrementado aún
más las dificultades para ser claro en la presentación.
Pienso que a pesar de ciertas inconsistencias y limitaciones, pude introducir un tema
central en psicoanálisis, que refiere al lugar que ocupa el psicoanálisis de niños en
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Bibliografía:
Freud, S.: De la historia de una neurosis infantil (El hombre de los Lobos)
(1914/1918). Obras Completas. Tomo XVII. Amorrortu Editores.
Jones, E.: Vida y obra de Sigmund Freud. Tomo III. Editorial Nova. Bs.As. 1962.
Levín, R.E.: “Hacia un psicoanálisis de lo indecible”. Revista Psicoanálisis APdeBA.
Vol. XVI. Núm.2. 2004.