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Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla 1

Cátedra de Historia de la música III – Prof. Sebastián Tellado

Ficha de cátedra

Karlheinz Stockhausen
Estructura y tiempo vivencial1
(extracto)

Ya que los más elementales procesos de la música serial se han aclarado, los interrogantes más in-
mediatos se refieren a la organización musical. Una composición de Webern provee el paradigma para
uno de los más urgentes: ¿Qué conexión orgánica hay entre estructura y tiempo vivencial?

Por tiempo vivencial entendemos lo siguiente: cuando escuchamos una pieza musical, se suceden a
varias velocidades procesos de alteración. Disponemos de menor o mayor tiempo para aprehender
estas alteraciones. Consecuentemente, algo que es repetido inmediatamente, o que recolectamos, es
aprehendido más rápidamente que lo que cambia. Experimentamos el pasaje del tiempo a través de los
intervalos entre las alteraciones: cuando nada es alterado, perdemos nuestra orientación en el tiempo.
Aun una repetición es una alteración: algo ocurre -luego no ocurre nada- luego algo vuelve a ocurrir.
Aun dentro de un proceso muy simple experimentamos alteraciones: el proceso comienza y termina.

Al intervalo entre el comienzo y el final lo llamamos duración, al intervalo entre los comienzos de
dos procesos sucesivos lo llamamos intervalo de entrada. La percepción de un simple sonido implica
experimentar fluctuaciones periódicas o aperiódicas de presión en el aire. En toda percepción nos en-
contramos con alteraciones variables que tienen una estructura particular; a esas variadas tiempo-
estructuras las experimentamos cualitativamente a través de varios conceptos (parámetros). La repe-
tición tiene el más pequeño grado de alteración, un evento absolutamente sorpresivo, el más grande.

El tiempo vivencial es también dependiente de la densidad de alteración: más eventos sorpresivos


ocurren, el tiempo pasa más rápidamente; más repeticiones ocurren, el tiempo pasa más lentamente.
Pero hay sorpresa únicamente cuando algo inesperado ocurre: sobre la base de eventos previos espe-
ramos una sucesión de alteraciones de cierto tipo y, de pronto, ocurre algo que es totalmente distinto a
lo que esperábamos. En ese momento somos sorprendidos, pero nuestros sentidos son extremada-
mente receptivos para absorber la alteración inesperada, para ajustarse a ella. Por ello, luego de un
tiempo muy breve, una sucesión de contrastes se tornará tan "aburrida” como una repetición constan-
te: cesamos de esperar algo específico, y no podemos ser ya sorprendidos: la información completa de
una sucesión de contrastes desciende al nivel de información simple.

El grado de información es así mayor cuando a cada momento del fluir musical el momentum de sor-
presa (en el sentido en que lo describimos) es mayor: la música tiene constantemente "algo que decir”.
Pero esto significa que el tiempo vivencial fluye alterándose de manera constante a inesperada.

Una evidente paradoja es inmediatamente explicada: cuanto más grande es la densidad temporal de
alteraciones inesperadas más es el tiempo que necesitamos para asimilar eventos, y cuando tenemos
menos tiempo para la reflexión, el tiempo pasa más rápidamente. Cuanto más baja la densidad efectiva
de alteración (no reducida por remisión o por el hecho de que las alteraciones coincidan con nuestras
expectativas), los sentidos necesitan menos tempo para reaccionar, se ubican mayores intervalos de
tiempo vivencial entre los procesos, y el tiempo pasa más lentamente.

El tiempo vivencial depende, principalmente, del tempo medido (determinando la velocidad de la


unidad de medida más breve para los intervalos de tiempo de los procesos) y en la velocidad de los
procesos sucesivos. Puede así transcurrir muy lentamente cuando hay una sucesión de procesos muy
rápida que, sin embargo, no tiene alteraciones (por ejemplo en procesos regulares de tipo periódico) o,
si las hay, son muy pequeñas. Por el contrario, el tiempo vivencial puede pasar muy rápidamente en un
tempo lento o una sucesión lenta de procesos si hay un alto grado de alteración.

Es siempre necesario, para lograr un alto y efectivo grado de alteración y, en consecuencia, un alto
momentum de sorpresa, que obtengamos del tiempo experimentado una cierta lógica de flujo, sobre la
base de la cual comenzamos a experimentar anticipadamente, a esperar algo.

Si advertimos al final de una obra musical -sin considerar cuánto duro, si era rápida o lenta, o si tenía
muchas notas o pocas- que hemos "perdido toda sensación de tiempo", entonces hemos experimenta-
do el tiempo más fuertemente.

Traducción de Pablo di Liscia


publicado en Revista LULÚ, n° 4. Edición facsimilar, Biblioteca Nacional, 2010.

1
El ensayo Struktur un Erlebniszeit (“Estructura y tiempo vivencial”), de Karlheinz Stockhausen, fue publicado en Die
Reihe, vol II, Viena, Universal Edition, 1955.

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