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Jacotot PDF
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Palabras Clave
Jacques Ranciére, pedagogía, igualdad, intelectual crítico, Joseph Jacotot
Jacques Ranciére, pedagogy, equality, critical intellectual, Joseph Jacotot
Jacotot o el desafío de una
ESCUELA DE IGUALES
Inés Dussel*
vención, y debe exiliarse con la restauración Jacotot fue el único igualitario que percibió la
borbónica de 1815. Y es en su estancia en los representación e institucionalización del pro
Países Bajos que Jacotot “descubre”, por acci greso como un renunciamiento de la aventura
dente, un método de enseñanza que permite, moral e intelectual de la igualdad, y a la ins
dice él, la emancipación intelectual, cuando trucción pública como lo que quedó del duelo de
la emancipación (2003, 172).
empieza a enseñar francés sin saber nada de
cómo enseñarlo y, peor aún, sin saber una
Jacotot asiste a esta nueva configuración de
palabra de flamenco para hablar con sus es
los saberes y los poderes que desembocarán
tudiantes. Usa al Telémaco de Fénelon, por
en la escuela pública obligatoria, en la univer
que consigue una edición bilingüe que per
sidad estatal, en la pedagogía ilustrada. Y tie
mite comparar palabra por palabra ambos idio
ne bien en claro las jerarquías que instauran,
mas; y les dice a sus alumnos que lo estudien,
las exclusiones que las fundan, las injusticias
que comparen, que verifiquen, que compon
que causan.
gan lo que entienden. Sus alumnos lo sorpren
den escribiendo en francés. Jacotot dice: po
Vale la pena dejarse inquietar por este texto
dría haber sido cualquier texto. Podría haber
provocador. La fábula de Jacotot, contada por
sido cualquier enseñanza. Lo que importó fue
Ranciére, es un impresionante tratado sobre
mi voluntad de enseñarles, de que podían
la igualdad, tejido a través de la crítica a las
aprender. Los consideré como iguales, y apren
relaciones pedagógicas que construyó la mo
dieron.
dernidad. Ese primer anudamiento entre edu
cación y desigualdad pega duro al corazón
Jacotot llama a su método la enseñanza univer
del mito pedagógico, que siempre se creyó
sal, edita libros sobre la enseñanza de la len
igualitario. Plantear que la educación ha ser
gua materna, la lengua extranjera, la música
vido para embrutecer y eternizar las desigual
y la matemática,1 entre otros, y funda una
dades es ir contra dos siglos y medio, al me
revista, el Journal de l’émancipation intellectuelle.
nos, de políticas y reflexiones pedagógicas que
Tiene discípulos, escribe libros, y hasta dirige
sostuvieron estar haciendo lo contrario. Pero
una escuela militar. Pero sabe que la emanci
es precisamente la radicalidad de su crítica lo
pación es tarea de un hombre con otro hom
que permite al texto de Ranciére volver a co
bre (así, en masculino), y que las institucio
locar en el centro de las preocupaciones la
nes sociales no toleran bien a los hombres li
cuestión de la igualdad. Una igualdad que,
bres.
en el debate educativo latinoamericano, está
acorralada por hambres urgentes que dicen
Jacotot es interesante porque fue testigo de
que sólo hay que ocuparse de dar de comer, y
cómo se gestaron y cómo sucumbieron los
por la amenaza de muertes prematuras, siem
ideales igualitarios de 1789, y a pesar de eso
pre violentas, que sobrevuela las escuelas, cuyo
siguió sosteniéndolos. Dice Ranciére sobre
dramatismo dificulta pensar en otros plazos,
Jacotot:
otras construcciones, otras políticas. Una
su locura fue haber percibido [...] [que el suyo] igualdad que también está borroneada por las
era el momento en que lajoven causa déla eman retóricas de la equidad y la educabilidad que
cipación, la de la igualdad de los hombres, era pululan en los discursos educativos, que sa
transformada en la causa delprogreso social. [...] caron hace rato de sus presupuestos la posi-
bilidad de considerar a los pobres, los margi en ellos tanto como en otros (95 y ss.). Es esta
nales o los perdedores como iguales y se con base igualitaria y este “hacer” lo que seduce a
forman, en el mejor de los casos, con gerenciar Rancière como proto-ordenamiento de los
la crisis y silenciar los conflictos. Aunque no saberes y los poderes.
tuviera más méritos que ése, el ensayo de
Rancière ya hace un aporte fundamental al Hay que señalar que Rancière construye su
recolocar a la igualdad en el centro del debate texto de una manera extraña. No siempre re
pedagógico contemporáneo. sulta fácil distinguir quién habla, y eso tam
bién lo hace atractivo y desafiante. Rancière
El segundo anudamiento entre educación y teje sus palabras en las frases de Jacotot, a
desigualdad que plantea Rancière pasa por la quien llama, a veces él, a veces sus fuentes, el
figura del intelectual crítico, del intelectual Fundador, el Maestro. Es un monólogo a dos
emancipador, que en la Francia de 1820 y 1830 voces, una voz con eco, un texto que habla
estaba representado por los Boutmy, de con el pasado, con la herencia de la Revolu
Giradin o Saint-Simon, y en la Francia de 1980 ción de 1789, y con la Francia que sigue a 1968,
en la que escribe Rancière por Althusser y con las pedagogías progresistas y críticas, con
Bourdieu. Este anudamiento también es in el poder estudiantil y el poder profesoral. En
quietante para quien se reconoce heredera de esa confusión de voces, pareciera a veces que
las tradiciones críticas. El profesor que se no importa si Jacotot existió o no, si las con
anuncia como emancipador de las mentes, movedoras frases del Journal de 1émancipation
dicen Jacotot-Ranciére, está reproduciendo la intellectuelle fueron alguna vez publicadas; al
misma jerarquía desigual de saberes y pode final de cuentas, como el Telémaco de Fénelon,
res; sigue sin renunciar a ubicarse en el esca el libro es una excusa para incitarnos a pen
lón superior de las inteligencias, señalando el sar, a contrastar, a construir un sentido.
conocimiento y el método verdaderos, des
preciando la inteligencia de los otros. El inte Jacotot dijo que la enseñanza universal no iba
lectual crítico no desmantela las jerarquías; a triunfar, pero tampoco iba a perecer. No
antes bien, las consagra, aunque sea por me podía hacer escuela, pero seguiría escuchán
dio de la condena y la crítica. Al denunciar dose. Quiso poner en su epitafio: «Creo que
que los pobres y marginales son privados del Dios creó al alma humana capaz de enseñar
único conocimiento que vale, que es el que él se a sí misma, y sin un maestro» (178). Jacotot
detenta, eterniza la desigualdad y la división fue el Maestro que no era maestro, o que no
del trabajo que garantiza su lugar de privile quería serlo; el maestro que no quería fundar
gio. una escuela. Pero, ¿puede haber una enseñan
za sin maestro? Y también, ¿puede haber un
Lo interesante, a nuestro juicio, de la postura maestro sin escuela?
de Rancière es que no se deja tentar por el
populismo, por poner arriba a quien estaba Rancière parece responder la primera pregun
abajo en la jerarquía y viceversa. Busca desar ta negativamente: no hay enseñanza sin maes
ticular esa relación político-pedagógica, no tro, aunque la enseñanza de ese maestro sea
invirtiéndola, sino construyendo otra, con el distinta a la didáctica o la pedagogía que esta
predominio de la política y la voluntad por mos acostumbrados a ver, y tenga más que
sobre el saber sabio. No está claro qué saberes ver con transmitir una voluntad, una posibi
portará ese intelectual, si será político, filóso lidad, una confianza en que el otro es un igual
fo o poeta. En otra sección, Rancière dice que y puede llegar por sí solo adonde yo, el maes
la comunidad de iguales será una sociedad tro, he llegado. Los artesanos flamencos que
de artistas, porque los artistas hacen, hablan aprendieron el francés podían aprender so
de lo que hacen, y transforman sus obras en los, pero fue la acción de Jacotot de decirles
formas de demostrar que la humanidad está que eran capaces de aprenderlo la que les abrió