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Aunque la litografía fue inventada en 1798 por Aloys Senefelder, esta técnica
era al principio demasiado lenta y costoso para la producción del carteles. La
mayoría de los carteles eran producidos en bloques de madera (xilografía) o
grabados del metal con poco color o diseño.
El desarrollo del proceso litográfico de tres colores de Cheret abrió una brecha
que permitió que los artistas alcanzaran cada color del arco iris con tan sólo
tres piedras -generalmente rojas, amarillas y azul - impresas en un registro
cuidadoso.
Aunque el proceso era difícil, el resultado era una intensidad notable del color y
textura, con sublimación de las transparencias y los matices imposibles en
otros medios (incluso hoy día). Esta capacidad de combinar palabra e imagen
en un formato tan atractivo y económico, finalmente hizo al cartel litográfico,
una innovación de gran alcance. Comenzando en 1870 en París, se convirtió en
el medio dominantes de la comunicación de masa en las ciudades de Europa y
América. Las calles de París, Milán y Berlín fueron transformadas rápidamente
en la "galería de arte de la calle," entrando de lleno en la edad moderna de la
publicidad.
Su cartel del Ajenjo de Maurin Quina en 1906, diablo verde pistacho en un fondo negro
con tipos de palo seco en bloque, marcó la maduración de un estilo que dominaría arte
parisino del cartel hasta el primer cartel de Art Deco de Cassandre en 1923.
Primera Guerra Mundial y la revolución bolchevique
El periodo 1914-18 fue decisivo en la historia del cartelismo, pues la Primera Guerra
Mundial se convirtió en un potente estímulo para que los poderes públicos utilizasen este
medio en sus campanas de alistamiento y en su función de inculcación patriótica y de
descalificación del enemigo. La Revolución Soviética de 1917 continuó desarrollando el
cartelismo político, como medio de agitación de masas en los espacios públicos. En una
primera fase, apareció fuertemente impregnado de las experiencias de vanguardismo
gráfico derivadas del Futurismo, del Suprematismo y del Constructivismo. La importancia
del cartelismo político en la Unión Soviética fue tan grande, que un decreto de marzo de
1931 pasó a regularlo con criterios pedagógicos y formales, según una
filosofía que acabaría por conducirle al chato academicismo del llamado
“realismo socialista”, que fue el dogma estético vigente durante el
estalinismo.
La Staatliches Bauhaus
La Bauhaus sentó las bases normativas y patrones de lo que hoy conocemos como diseño
industrial y gráfico; puede decirse que antes de la existencia de la Bauhaus estas dos
profesiones no existían tal y como fueron concebidos dentro de esta escuela. Sin duda la
escuela estableció los fundamentos académicos sobre los cuales se basaría en gran medida
una de las tendencias más predominantes de la nueva Arquitectura Moderna, incorporando
una nueva estética que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana.
La Bauhaus fue una Escuela de Arquitectura y de Artes Aplicadas creada en 1919 por Gropius,
y cerrada en 1933 por la persecución de los nacionalsocialistas. La historia de esta
revolucionaria institución, comienza y termina con la República de Weimar. “En ese corto
período de tiempo de sólo 14 años no sólo se elaboraron las bases de lo que hoy conocemos por
«diseño», sino que en esta escuela de arte se desarrollan y aplican un nuevo tipo de
concepciones pedagógicas que después de más de 50 años conservan todavía actualidad en
algunos aspectos
El cartelismo utiliza profusamente figuras retóricas, como la metáfora, la alegoría, etc.,
evitando que resulten excesivamente complicadas. Algunos modelos se han hecho celebres,
como la imagen del general británico Kitchener, en 1914, mirando y señalando con el dedo
al espectador del cartel, incitándole a su alistamiento militar. Es este un mensaje
implicativo, en el que la imagen interpela imperativamente al observador, dirigiéndose a el
en segunda persona, para comprometerle y culpabilizarle si no colabora. Este modelo seria
copiado en otros países.