Rujano Lira, C.I. V-16.146.169 Bello Adrián, C.I. V-25.948.294 LOS TEQUES, OCTUBRE DE 2019 PENSAMIENTO ÉTICO DE BOLÍVAR El pensamiento ético de Simón Bolívar (1783-1830), tiene un alcance universal y una gran riqueza ideológica que se materializa en la trascendencia de sus ideas que esbozan un escenario histórico cultural en que se desarrollaron los nuevos Estados Nacionales de América del Sur. Es un pensamiento legitimado en razón de una postura concreta antiimperialista. Plantea la dignificación social, el patriotismo y la independencia nacional; valores que están en la esencia misma de los proyectos que orientaron su acción liberadora. El corpus ético que fundamentan la educación cívica ciudadana y que hoy día se levantan frente a las pretensiones dominadoras de los centros de poder, tiene su cimiento en el espíritu ético del pensamiento de Bolívar. Bolívar tuvo dentro de sus aspiraciones el logro de una patria nueva, no sólo por su riqueza material, sino por la grandeza del alma y del razonamiento de sus hombres. En la realización de este anhelo los valores morales se configuran como la fuerza propulsora hacia la perfección humana. De ahí su marcada connotación humanista y dignificadora que promueven la reflexión del presente trabajo, cuyo propósito es develar la convergencia y vigencia de las ideas en el contexto de la mundialización. La ética Bolivariana constituye la base fundamental de la educación y la ideología, encaminada a transformar la realidad social existente en función de un orden político consecuente y representativo del poder de todos. Resulta difícil esbozar el pensamiento ético de Bolívar sin hacer referencia a su concepción de independencia e integración, pues en su visión revolucionaria lo uno está estrechamente vinculada a lo otro formando una unidad en la práctica social que lo guiara en todas sus acciones. En este sentido, la ética siempre estuvo asociada a la independencia constituyendo el objetivo principal de su vida expresado en valores morales como el respeto, el patriotismo, la dignidad, el honor, la honradez que se configuran en un ideal educativo tendiente a la libertad social y personal. Simón Bolívar tiene un pensamiento ético consagrado en la aspiración de la indecencia y la libertad continental, no es éste precisamente un sistema de normas y principios coherentemente fundamentado y articulado es sencillamente un torrente de ideas que van emanando en sus escritos y discurso y que fueron madurando en su vida cotidiana dejando para la posteridad lecciones morales concretas que lo ha inmortalizado para siempre. La riqueza teórica adquirida por Bolívar, a través de su maestro Simón Rodríguez, tiene sus antecedentes en las ideas del Ilusionismo, el empirismo y el enciclopedismo y especialmente del legado pedagógico de John Locke (1632-1704) y Jean Jacques Rousseau (1712- 1778). El cultivo Bolivariano de la idea de la libertad e independencia estuvo muy vinculado a la educación y la cultura, ambas muy deterioradas en los pueblos latinoamericanos y de lo cual da fe en el Discurso de Angostura, el 15 de Febrero de 1819: “Uncido el Pueblo Americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía, y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido, y los ejemplos que hemos estudiados, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición…” Bolívar fue uno de los primeros en analizar la realidad social latinoamericana, considerando a la educación como una necesidad para el ejercicio de la vida pública vista en dos direcciones: la primera, en la educación que ha de tener el gobernante para orientar los destinos de su nación; y la segunda, en la visión que ha de tener el gobierno para potenciar en los ciudadanos una vida con templanza, sabiduría, y valores morales legítimos. Bolívar hace explícita la concepción de justicia que se articula en la trilogía Roussoniana: Igualdad, Libertad y Fraternidad; la cual fue acogida y defendida en su lucha por la emancipación social. La justicia para Bolívar, era la virtud esencial, siendo ésta el establecimiento de un nuevo orden que ha de tener en su base el reconocimiento de la igualdad de derechos de todos los seres humanos, la oportunidad y la condición externa para una buena vida. El logro de la justicia a costa de sacrificio personal es la más elevada virtud que Bolívar tuvo como revolucionario entregado a una causa que lo acompaño en su vida y sus concepciones alumbrado por el sentido de entrega a la patria y a los ideales más legítimos que haya defendido. El ideal que lo consagró por siempre a la vida sacrificada y entregada a la causa de la liberta está refrendado en su epistolario y que se materializa en ideas muy profundas en torno a la moral y al sacrifico. La moral bolivariana se articula de manera natural con sus aspiraciones de bienestar social y libertad moral; de sus sentencias más diáfanas en relación con el Ideal moral figura: “Nada sino las malas acciones, deben molestar a los hombres sensatos”. Por la trascendencia de sus ideales, Simón Bolívar seguirá siendo paradigmas de los pueblos latinoamericanos que aun tienen el desafío de hacer realidad sus sueños de lograr una América libre e independiente, en el marco de la gigantesca crisis que compartimos con todos los pueblos de la Tierra. Simón Bolívar tiene un pensamiento ético consagrado en la aspiración de la decencia y la libertad continental, siendo este un sistema de normas y principios coherentemente fundamentado y articulado en sus escritos y discurso y que fueron madurando en su vida cotidiana dejando para la posteridad lecciones morales concretas que lo ha inmortalizado para siempre. La riqueza teórica adquirida por Bolívar, a través de su maestro Simón Rodríguez. Bolívar fue uno de los primeros en analizar la realidad social latinoamericana, considerando a la educación como una necesidad para el ejercicio de la vida pública vista en dos direcciones: la primera, en la educación que ha de tener el gobernante para orientar los destinos de su nación; y la segunda, en la visión que ha de tener el gobierno para potenciar en los ciudadanos una vida con templanza, sabiduría, y valores morales legítimos. Cuando los valores, reglas y deberes morales están sujetos a un análisis ético, es particularmente importante su relación con los intereses humanos básicos compartidos por la población, independientemente de su entorno cultural. Los valores morales pueden cambiar y el razonamiento moral se pregunta si las actividades legitimadas tradicionalmente y en la práctica por la religión, el derecho o la política merecen ser reconocidas. En efecto, la evolución de la ética en el siglo pasado se ha caracterizado por la tendencia a cambiar los valores y derrocar las convenciones morales que han guiado las relaciones entre los sexos, entre los seres humanos y los animales y entre los seres humanos y su entorno. Una tarea más reciente de la ética en nuestro país consiste en ofrecer resistencia a esas tendencias a la mundialización, la comercialización y el dominio de la tecnología que erosionan la biodiversidad y aspectos valiosos de la identidad cultural y que incluso podrían llegar a amenazar los derechos humanos. Aunque estas tendencias se presentan a menudo como neutrales en relación con los valores, conllevan hipótesis ocultas que son posibles fuentes de desigualdad y abuso. FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA ÉTICA EN LOS DIVERSOS NÚCLEOS SOCIALES Y EN LAS PROFESIONES. APLICABILIDAD De la ética surge el fundamento teórico de la moralidad de los actos humanos. Sin embargo, la moralidad es una exigencia que ha derivado dé las costumbres de los pueblos y se impone por la conciencia moral nacida de esas costumbres. Esto suele llevar a erróneas conclusiones en tomo a la universalidad de los principios éticos, al confundirse los hechos culturales con principios subyacentes que implican necesariamente una conciencia recta aunque, jamás, absolutamente verdadera; pero, tampoco, plenamente falsa, como puede apreciarse en las diferentes culturas. Es esa conciencia moral la que obliga a actuar responsablemente con el conocimiento ético de que se dispone en una determinada cultura y tiempo histórico. De esta forma, si la ética en cuanto ciencia se atiene a los principios de neutralidad objetiva, la entidad de los actos humanos obliga a actuar responsablemente siempre. La ética profesional, no es otra cosa que la aplicación de los principios universales de moralidad al ejercicio de cualquier profesión y puntualmente, la ética orientada a la interpretación en lengua de señas como un aspecto de la ética aplicada, determinando también cómo se ajustan los principios éticos generales al comportamiento humano de los intérpretes de lengua de señas, ya que todas las profesiones deben tener normas específicas de conducta. Desde este ángulo y a través de los tiempos, la sociedad ha entrado en una decadencia de valores Éticos y Morales, trayendo como consecuencia la aparición de la descomposición social. Siendo moral y ético solo aquello que es útil al hombre. Por lo tanto, es importante para nosotros mismos la revalorización de los valores Éticos y Morales que ya casi se consideran sin importancia para la juventud actual. En cuanto a la Ética Profesional, se debe aplicar en todas las carreras y en la vida diaria, es aquella que nos enseña a hacer las cosas bien dentro de los protocolos establecidos en cada profesión, sin hacer daño a nadie, ni al profesional ni mucho menos a la sociedad. La ética juega un papel sumamente importante, ya que a diferencia de muchas otras ciencias, esta es mucho más aplicable a nuestras vidas, debido a su contenido práctico- técnico, derivado de nuestras propias costumbres y de cómo nos comportamos, siendo que esta las perfecciona.