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CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS,

PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA


SAN CRISTÓBAL – EDO. TÁCHIRA
MAESTRIA EN ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA

Desarrollo psicomotor de la niñez

Participantes:

Carlos cárdenas 14.707.304

Ana Arévalo 18.790.463

Laide Sánchez 20.123.897

Betzy rojas18.191.171

Evelin González 18.880.719

San Cristóbal, Mayo del 2017


Introducción

ana
Qué es el desarrollo psicomotor
El término desarrollo psicomotor designa la adquisición de habilidades que se observa en
el niño de forma continua durante toda la infancia.
Corresponde tanto a la maduración de las estructuras nerviosas (cerebro, médula, nervios
y músculos...) como al aprendizaje que el bebé -luego niño- hace descubriéndose a sí
mismo y al mundo que le rodea.
Cuándo empieza el desarrollo psicomotor
Está en continuidad con el desarrollo del embrión y del feto: el sistema nervioso se
configura, las células nerviosas se multiplican, se desplazan y llegan a hacer las conexiones
oportunas en un perfeccionamiento continuo desde la tercera semana después de la
concepción hasta el nacimiento, la infancia y la edad adulta.
Globalmente, las secuencias del desarrollo son las mismas en todos, mientras la velocidad
y fechas de adquisición precisas dependen de cada niño y de factores diversos: su
potencial genético, el ambiente que le rodea, el mismo temperamento del niño, la
existencia o no de enfermedad, etc.

Para Piaget
la motricidad interviene a diferentes niveles en el desarrollo de las funciones cognitivas y
distingue estadios sucesivos en el desarrollo de la cognición, estos son:
 Período sensorio-motriz (0 a 1 y medio aproximadamente)
 Período pre operacional ( 2 a 7 años aproximadamente)
 Período de las operaciones concretas (7 a 11 años aproximadamente)
 Período de las operaciones formales (11 años adelante).

Es importante señalar que es en el primer estadio, donde aparecen las habilidades


locomotrices y manipulativas, cuando el niño, niña aprende a manejar de manera hábil la
información sensorial. Estos traen consigo la capacidad congénita de succionar, agarrar y
llorar, cuyas acciones van a favorecer al desarrollo sensorio-motriz.

(Dupre,
A principios del siglo XX, se introduce el concepto de psicomotricidad para señalar la asociación
estrecha que existe entre el desarrollo de la motricidad, la inteligencia y la afectividad (Dupre,
1.925). Con posterioridad se señala que hasta los 3 años el desarrollo motor, psíquico, intelectual y
afectivo están íntimamente implicados. A partir de los 3 años es posible estudiar separadamente
cada una de estas funciones

JEROME. S. BRUNNER

Brunner señala que el desarrollo psicomotor del niño es la adquisición de capacidades


psicomotrices consideradas como un proceso en el cual éste aprende a construir
secuencias de movimientos adaptados a sus intereses y a los intentos de las acciones
ligándose estrechamente a los demás factores del desarrollo, y muy en particular a la
actividad viso motriz.
Señala que el desarrollo de las capacidades del niño comprende tres componentes
esenciales: la intención, que implica la acción motriz, los mecanismos de percepción y de
coordinación. El feed-back interno, donde intervienen las señales del sistema nervioso y
el feed-back de la acción cuando se ejecuta ésta. Los patrones de acción, donde se
desarrolla la organización de los diferentes movimientos.
La actividad física del infante debe ser aceptada, estimulada y valorada como una
necesidad intrínseca y fundamental para su desarrollo.

Carlos
El recién nacido
El recién nacido duerme la mayor parte del tiempo, pero podemos observar cómo se
mueve cuando llora y cuando toma el biberón o el pecho.
Si algo le inquieta mueve todo su cuerpo.
Los movimientos que el bebé realiza de forma involuntaria se llaman reflejos. Dos de ellos
le son muy útiles y le sirven para orientarse hacia la fuente de alimento y tomarlo. Estos
reflejos son los de succión (el chupar) y el reflejo de orientación de la boca. Este último
consiste en saber dirigir la boca hacia el dedo o hacia el objeto que roce la zona de los
labios.

A las 4 semanas
A las cuatro semanas el bebé no es capaz todavía de aguantar su cabeza.
Si se le pone tumbado sobre la espalda, gira la cabeza hacia un lado, doblando el brazo de
este lado y estirando el brazo del otro.
A esta edad mueve, sobre todo, los ojos y la boca y puede ver cosas de tamaño grande.
Si nos acercamos a él o hacemos algún ruido cuando se está moviendo, sus movimientos
disminuyen.
No es capaz de comprender el lenguaje hablado, pero es sensible al tono en que se le
habla.

De los 2 a los 4 meses


A los dos meses, el bebé despierto tiene normalmente las manos cerradas con el dedo
pulgar fuera.
Puede agarrar un objeto durante un momento, pero se le cae enseguida.
A los tres meses será capaz de agarrarlo y mirarlo durante un ratito.
Todavía no realiza movimientos aislados, es decir, no puede mover solamente su mano,
sino que agita sus brazos y sus piernas.
A partir de los 4 meses, el niño presta atención a la voz humana y reconoce la de su
madre, fundamentalmente.
Antes de llegar a esa edad, a partir de los dos meses, se ha de comprobar si el niño oye
bien. La falta de audición es un problema a todas las edades, pero en esta época puede
ocasionar retrasos en el desarrollo del lenguaje. El niño necesita oír hablar para poder
aprender a hacerlo. Las infecciones de oído se deben tratar rápidamente para evitar
consecuencias posteriores.

Los 4 meses
A partir de los cuatro meses, el niño aguanta la cabeza cuando se le incorpora.
Tumbado gira la cabeza en busca de la voz de alguien o de algún ruido.
Presta más atención a la voz humana que a los ruidos; reconoce ya las voces de las
personas que lo cuidan.
Le gusta estar sentado apoyado durante un breve momento.
Se mira las manos o se las toca una con otra.
Puede tomar objetos si está a su alcance y mirarlos atentamente.
Está en condiciones de ver los objetos pequeños.

Los 7 meses
A partir de los siete meses mueve sobre todo las manos.
Se lo lleva todo a la boca.
Con los objetos hace muchas cosas; los mira, los gira, los golpea, se los pasa de una mano
a la otra. Cualquier objeto puesto en sus manos es motivo de una gran exploración.
A esta edad sus ojos están más perfeccionados que sus manos. Puede distinguir una bolita
pequeña y seguir sus movimientos, pero tiene gran dificultad para agarrarla: no
conseguirá todavía tomarla con sus manos.
Los periodos de tiempo que el niño pasa sentado con apoyo le ayudan a aguantar mejor
su espalda.
Ahora agarra los objetos con la ayuda del dedo pulgar y puede pasarse las cosas de una
mano a la otra.
A esta edad no tiene preferencia por una de sus manos: utiliza tanto la derecha como la
izquierda.
Le gusta jugar con sus pies al igual que a los cuatro meses lo hacía con sus manos.

Laide
Los 9 meses
A los nueve meses no le gusta permanecer tumbado sobre su espalda cuando está
despierto.
Se sienta solo y desde esta posición puede volverse o inclinarse para agarrar algo y
recobrar su posición después sin caerse.
Sus piernas aguantan su peso, pero no guardan equilibrio.
Mueve los dedos con gran facilidad, en especial el pulgar y el índice. Le sirven para
curiosear cualquier objeto de tamaño reducido.
Todavía se lleva a la boca lo que tenga al alcance de su mano. Lo investiga con la lengua
para tener un mejor conocimiento del mundo exterior.
Los objetos pequeños atraen su atención de forma especial. Juega a meterlos y sacarlos
de cualquier otra cosa que le pueda servir de recipiente. Los pequeños detalles despiertan
en el niño un interés especial de su vista y su tacto.
Algunos niños empiezan a gatear a esta edad.

Los 12 meses
A los doce meses algunos niños andan apoyándose en los muebles y objetos que
encuentra a su alcance.
Son capaces de poner un cubo encima de otro, pero no saben dejarlos colocados en esta
posición.
No se debe forzar al niño para que aprenda a andar; cada uno debe seguir su propio ritmo
madurativo, distinto en cada individuo.

Los 14 meses
A los catorce meses la mayoría de los niños son capaces de ponerse en pie y andar
solos. Este nuevo avance del niño le permite desplazarse con plena independencia de los
mayores.
Siente cierta sorpresa con ese progreso, que le proporciona gran alegría.
Poco a poco, la boca va dejando de ser, junto con los ojos, el principal método de
conocimiento de los objetos.
Las manos van adquiriendo mayor importancia. A partir de ahora el niño se convierte en
un personaje que lo toca todo.

Los 18 meses
A los dieciocho meses anda generalmente con cierta seguridad.
Se sienta en su sillita con gran agilidad y es capaz de trepar a la silla del adulto al menor
descuido de éste.
Puede subir las escaleras si se le da la mano y le gusta mucho arrastrar con una cuerda
objetos con o sin ruedas, mientras va andando.
El dominio de sus acciones mejora cada día y puede hacer una torre con tres cubos,
poniéndolos uno encima de otro.
La pelota empieza a llamar su atención y es capaz de empujarla suavemente con el pie.
Se entretiene a ratos mirando cuentos, aunque pase las hojas de dos en dos y algunas
veces se le rompa por falta de agilidad.

Los 2 años
A los dos años corre bien sin caerse, pero no es capaz de detenerse rápidamente.
Cuando se le cae un objeto, se agacha para agarrarlo y puede ponerse de cuclillas al jugar.
Las escaleras no suponen ningún obstáculo en sus desplazamientos; las sube y baja solo,
pero tiene que poner los dos pies en cada escalón.
A menudo expresa sus emociones bailando, saltando o aplaudiendo.
Cuando realiza una actividad de su grado, como recortar con unas tijeras adaptadas a su
edad, puede quedarse sentado.

Betzy
Los 3 años
A los tres años controla su velocidad, siendo capaz de frenar bruscamente.
Ahora ya sube y baja las escaleras alternando los pies y le gusta pedalear con el triciclo.
El control de su cuerpo le permite levantar momentáneamente una pierna sin caerse o
ponerse de puntillas.
Conviene controlar al niño la vista, para evitar problemas que puedan pasar inadvertidos a
los adultos antes de comenzar el colegio.
Si antes no tenía preferencia por ninguna mano, la mayoría de los niños adquieren el
predominio de una de ellas entre los 2 y los 3 años. Pasa lo mismo con el pie.
A partir de los tres años el niño debe tener plena libertad para que maneje la mano que él
quiera.

SIGNOS DE ALERTA EN EL DESARROLLO PSICOMOTOR


Manifestaciones en el desarrollo psicomotor del niño que nos pueden hacer sospechar que
estamos ante una disfunción neurológica y así poder establecer un diagnóstico precoz de daño
cerebral.
A continuación detallamos los principales signos de alerta por orden cronológico:
2 meses de edad
– Persistencia de irritabilidad.
– Sobresalto exagerado ante ruido.
– Aducción del pulgar.
– Ausencia de sonrisa social.
3 meses de edad
– Asimetría de actividad con las manos.
– No sigue con la mirada.
– No respuesta a los sonidos.
– No sostén cefálico.
4 meses de edad
– Pasividad excesiva.
– Manos cerradas.
– No emite risas sonoras.
– Hipertonía de aductores (ángulo inferior a 90º).
– No se orienta hacia la voz.
6 meses de edad
– Presencia de hipertonía en miembros e hipotonía de cuello y tronco.
– No se rota sobre sí mismo.
– Persistencia de reacción de Moro.
– No sedestación con apoyo.
– Ausencia de prensión voluntaria.
– No balbucea ni hace “gorgoritos”.

Evelin
9 meses de edad
– No desplazamiento autónomo.
– Hipotonía de tronco.
– No se mantiene sentado.
– Ausencia de pinza manipulativa.
– No emite bisílabos.
12 meses de edad
– Ausencia de bipedestación.
– Presencia de reflejos anormales.
– No vocabulario de dos palabras con/sin significado.
– No entiende órdenes sencillas.
15 meses de edad
– No camina solo.
– Ausencia de pinza superior.
– No arroja objetos.
– No tiene un vocabulario de tres o cuatro palabras.
– Pasa ininterrumpidamente de una actividad a otra.
18 meses de edad
– No sube escaleras.
– No tiene un vocabulario de 7/10 palabras.
– No conoce partes del cuerpo.
– No garabatea espontáneamente.
– No bebe de un vaso.
– No hace una torre de dos cubos.
24 meses de edad
– No corre.
– No construye torres de 3 ó 6 cubos
– No asocia dos palabras.
– No utiliza la palabra “NO”.
– Presencia de estereotipias verbales.
– Incapacidad para el juego simbólico.

Conclusiones
Las ventajas de amamantar al niño recién nacido son muchas, por lo cual no debe
privársele de la leche materna, salvo muy raras excepciones como enfermedades
trasmisibles que posea la madre. El crecimiento físico es más rápido durante los 3
primeros años, que durante el resto de la vida.
El desarrollo emocional del niño depende de muchos factores, algunos de los cuales son
innatos y visibles en el nacimiento y otros sólo aparecen después de un tiempo. Entre los
tres y los seis años el niño progresa mucho en coordinación y desarrollo muscular. El
crecimiento normal del niño depende de una nutrición adecuada y una buena salud. Los
juguetes no sólo mantienen a los niños entretenidos y felices, sino son un excelente
método de aprendizaje y adiestramiento.

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