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En un mundo cambiante e innovador, exige a las empresas adoptar estrategias que ayuden
en el crecimiento organizacional por medio de la consecución de objetivos formulados por
cada uno de los procesos que integran la empresa; para alcanzar esto es necesario asumir
unos riesgos que pueden ser tolerables para la organización. La gestión de riesgos nos
permite identificar, evaluar, analizar y mitigar estos riesgos para cumplir con los objetivos
estructurados por las áreas responsables de los procesos utilizando la planeación
estratégica como la herramienta principal para el desarrollo operacional de la empresa.
Cuando la dirección tiene claro para donde debe ir la empresa, se determina cuales son sus
fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de la organización, para estructurar el
plan estratégico; enfocado en el cumplimiento de los objetivos organizacionales, aclarando
que el objetivo principal de toda empresa es la satisfacción del cliente.
Cada uno de los proyectos, planes o programas que quiera implantar una organización debe
estar basado en los riesgos que se puedan presentar durante su desarrollo, con el fin de
establecer cuales de estos riesgos debe la empresa afrontar quiera o no para cumplir con
los objetivos, a esto se le llama “apetito del riesgo”. Cuando se tiene ya identificados y
analizados los riesgos, se establecen las medidas para mitigarlos y convertir el riesgo
inherente en un riesgo residual; así la empresa constituye su tolerancia a los riesgos.
Los riesgos le permiten a la organización fijar aspectos como la asignación de recursos,
personal, equipos y metodologías de transformación e innovación para llegar al éxito y
fortalecerse en los mercados nacionales e internacionales.
En la actualidad, toda acción esta expuesta a algún tipo de riesgo, es decisión de cada
organización determinar si lo debe de afrontar, ya que todo no es perfecto. La organización
debe afrontar los riesgos en el presente para cumplir con los objetivos en el futuro.
CONCLUSIONES.
La gestión del riesgo esta basada en cuatro parámetros importantes, el apetito del riesgo,
el riesgo inherente, la tolerancia del riesgo y el riesgo residual, su finalidad es la
transformación de ese riesgo inherente a un riesgo residual.