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El siglo XVIII es el siglo de las luces, donde la razón se vuelve protagonista. La burguesía
emergente introduce una nueva visión de mundo, optimista y confiada en el progreso y en
la educación.La literatura Neoclásica es una vuelta a los escritores clásicos grecolatinos y a
las reglas y normas que buscaban el buen gusto, la razón, la sobriedad y la mesura, y nunca
la originalidad. Querían difundir sus ideas, transmitir un mensaje. En España esta corriente
entro con cierto retraso respecto a Europa.
ENSAYO
Es el vehículo de difusión de las ideas ilustradas, que trataban sobre las cuestiones que
inquietaban a los pensadores de la época: la educación, las supersticiones, las corridas de
toros... Destacaron:
· Benito Feijoo: Perteneciente al Posbarroco, era muy moderado en sus afirmaciones, era
monje, defendía el equilibrio y un estilo sencillo y natural. Escribió Cartas Eruditas y
Curiosas y Teatro Crítico Universal.
·José Cadalso: Escribió Cartas Marruecas, inspirado por Montesquieu, donde utiliza la
técnica epistolar para criticar a la España tradicional y sus costumbres. En Noches
Lúgubres introduce el espíritu romántico en nuestra literatura.
TEATRO
Se vuelve al teatro clásico con la regla de las tres unidades (que Lope había roto en el
Barroco), con un único lugar, tiempo y acción. Es un teatro mediocre, poco original, frío, que
imita a los autores clásicos y sigue las normas grecolatinas. Intenta comunicar un mensaje,
enseñar, y se dirige a la burguesía y no a las clases populares.
El Romanticismo, originado en Alemania, llega a España bien entrado el siglo XIX tras la
muerte de Fernando VII. Muchos autores que se habían exiliado al extranjero introducen
este movimiento cultural, artístico, político... al regresar al país, cuando en Europa ya estaba
decayendo. Se caracteriza por el subjetivismo e idealismo, la abundancia de sentimientos,
de ansias de libertad, de amor trágico, pasional, de un destino adverso e inevitable. Cobra
protagonismo el yo, la individualidad, así como el papel de la naturaleza como escenario,
que será un reflejo de los sentimientos del protagonista (cementerios, ruinas, paisajes
nocturnos, tempestades...) y el gusto por lo sobrenatural y misterioso, de aquello que no
tiene explicación racional, la religión, el Más Allá... Se interesan por lo nacional y popular,
por el folklore, las tradiciones y costumbres del pueblo, etc., los lugares exóticos, lejanos, y
épocas históricas, sobretodo medievales.
POESÍA
TEATRO
Destaca el duque de Ribas con Don Álvaro o La fuerza del sino, donde se representa un
mundo caótico, sin sentido ni consuelo, donde el suicidio es un acto de libertad. Es la obra
romántica prototipo.
José Zorrilla con Don Juan Tenorio, donde un joven libertino seduce a varias mujeres hasta
que tiene una experiencia sobrenatural que lo redime Su estructura rompe la regla de las
tres unidades y la acción se desarrolla en dos noches. Dota a la obra de gran dinamismo y
emplea una versificación muy rítmica.
PROSA
Destacan dos géneros:
Este movimiento se desarrolla en España durante la segunda mitad del siglo XIX proveniente
de Francia. Intenta reflejar la realidad en la que vive el país, que ha sufrido grandes cambios
políticos y tecnológicos. Se preocupa por una descripción minuciosa de la realidad y por el
análisis del comportamiento humano. Es un movimiento objetivo, el autor no expresa
sentimientos, no inventa nada, sólo escribe lo que ve. Distinguimos varias etapas:
·Realismo: se inicia en 1870 con la publicación de La fontana de oro de Benito Pérez Galdós.
El autor adopta una actitud más objetiva hacia sus personajes y el retrato psicológico se
convierte en motivo central.
·Naturalismo: Es una corriente mucho más profunda, que llega desde Francia iniciada por
Emilio Zola. Busca en lo más profundo del ser humano, lo más íntimo, lo oculto, la
imposibilidad de cambiar debido a que esta determinado por la herencia biológica y el
ambiente. Tiene especial interés en lo feo, lo sórdido, la enfermedad, la marginación. En
España destaca Emilia Pardo Bazán, escritora gallega que escribe Los Pazos de
Ulloa y Madre Naturaleza.
POESÍA
Los posrománticos siguen publicando, pero la poesía realista tiene poca relevancia. Tiene
un tono didáctico, moral o cívico. El autor más relevante es Campoamor.
TEATRO
Tampoco tiene mucha relevancia al no poder cumplir la característica propia del teatro, que
es la comunicación. Intenta reflejar críticamente la sociedad del momento. Destaca José de
Echegaray (premio Nobel en 1904). Al final de siglo, Galdós adapta sus técnicas narrativas
al teatro.
PROSA
Se distinguen dos etapas: la primera hasta 1896 (Prosas profanas de Rubén Darío) con
preciosismo formal y culto a la belleza; la segunda en la que se intensifica la poesía intimista
y la presencia de temas americanos.
· En la lírica destaca Rubén Darío un con sus obras Azul, Prosas profanas y Cantos de vida
y esperanza; Antonio Machado con Soledades, y Juan Ramón Jiménez con Ninfeas y Arias
Tristes.
· En narrativa, Sonatas de Valle Inclán, Las cerezas del cementerio de Gabriel Miró
y Platero y yo de Juan Ramón Jiménez.
· En teatro, Comedia de ensueño de Valle Inclán, Las hijas de El Cid de Eduardo Marquina
y La noche del sábado, de Jacinto Benavente.
El concepto de Generación del 98 fue creado por Azorín en unos artículos de 1913 y hace
referencia a un grupo de escritores que comparten características en común: afectados por
la crisis intelectual, política y de decadencia que sufre España tras la pérdida de los últimos
restos del imperio colonial en 1898. Sienten que deben volver a la Castilla antigua, con sus
arcaicos valores. Tienen interés por la intrahistoria, la vida callada de los habitantes del país.
Al contrario que en el Modernismo, se hace frente a los problemas y se busca una solución.
Tienen una formación cultural semejante, con influencias de sus contemporáneos. Su estilo
es sobrio, con una forma cuidada y gusto por las palabras tradicionales y el subjetivismo.
Los temas que aparecen son España, el sentido de la existencia, el tiempo, la muerte y el
sentimiento de hastío de vivir.
·Miguel de Unamuno: escribió ensayos, Vida de Don Quijote y Sancho. En sus novelas
describe los dramas internos de los personajes y al deseo de inmortalidad, Niebla. Fue el
aglutinante de todos los miembros del grupo.
·Pío Baroja: Presenta el proceso de aprendizaje por medio de la experiencia y los diálogos,
La Busca, El árbol de la ciencia.
Tras la Primera Guerra Mundial la hegemonía mundial pasó a manos de Gran Bretaña y
Estados Unidos, se dió la Revolución Rusa en 1917 y España estará bajo la dictadura de
Primo de Ribera hasta el triunfo de la Segunda República.
El Novecentismo es un movimiento cultural que surge entorno a 1910 y decae hacia 1930
como rechazo al tono visceral y subjetivo de sus mayores hacia el arte del siglo XIX. Las
principales características de estos escritores son el racionalismo, el antirromanticismo,
defensa del arte puro, el aristocracismo intelectual (escriben para minorías selectas), un
estilo muy cuidado y el europeismo (lo universal frente a lo nacional), aunque se siguen
preocupando por el problema de España. Algunos autores fueron a Ortega y Gasset,
Azaña, Gregorio Marañón, Pérez de Ayala, Gabriel Miró, J. R. Jiménez... Se les conoce
también como la Generación del 14.
El novela destacan Gabriel Miró, con una prosa muy elaborada que buscar la perfección
formal en El Obispo leproso, y Ramón Pérez de Ayala con su novela intelectual, Luna de
miel, luna de hiel.
En ensayo Ortega y Gasset, el más destacado autor y filósofo de esta época, con La
deshumanización del arte, La rebelión de las masas, Manuel Azaña con La Invención del
Quijote y Gregorio Marañón con Don Juan.
Literariamente, conoce la literatura y admiran a los clásicos. Suponen una síntesis entre
tradición (romanceros, cancioneros y coplas) y renovación o vanguardia, de donde toman lo
novedoso, lo provocador, el juego de ingenio y la ruptura humorística. Tienen un gran
equilibrio entre lo intelectual y la sentimental, lo culto y lo popular. Buscaron un léxico
especial, el uso y la reinvención de la metáfora, un amplio desarrollo del verso libre y la
recuperación de esquemas rítmicos clásicos.
- Hasta 1928: la “poesía pura” que busca la belleza absoluta, poesía deshumanizada en la
que se aprecia la influencia de Bécquer, las primeras vanguardias y J. R. Jiménez, así como
el empleo de estrofas tradicionales (soneto, romance, villancico...)
- Hasta 1936: la “poesía humanizada”, más humana y apasionada. Toman elementos del
surrealismo, como L. Cernuda en Los placeres prohibidos.
· Pedro Salinas: es el autor del amor por excelencia con La voz a ti debida.
· Luis Cernuda: reunió diversos libros bajo el título de La realidad y el deseo, y ya en el exilio
escribió Desolación de la quimera.
1.- Comedia burguesa o benaventina: rompe con el énfasis y la ampulosidad de los dramas
de Echegaray y ofrece un teatro mucho más equilibrado, con gran interés por el diálogo
conversacional y construcción dramática de signo realista. Los temas y personajes se
corresponden con las clases medias y altas de la sociedad y los conflictos típicos (amores
insatisfechos, infidelidades, hipocresía, hijos calaveras…), como vemos en La malquerida y
en Los intereses creados de Jacinto Benavente, máximo exponente de esta tendencia.
2.- El teatro poético o histórico modernista, en verso. Se caracteriza por un lenguaje sonoro
y retórico, mundos exóticos y escenografía deslumbrante. Se trata de un teatro de pura
evasión, sin relación inmediata con la realidad. Destacan Las hijas del Cid, de Eduardo
Marquina; El alcázar de las perlas, de Villaespesa; o La Lola se va a los puertos, de los
hermanos Machado.
3.- El teatro cómico (comedia costumbrista): preferida por las clases populares. Se
distinguen la zarzuela y los sainetes. Estos últimos, de Carlos Arniches, siguen la tradición
de los entremeses para presentar la galería de personajes pintorescos de Madrid, los
problemas cotidianos y su forma castiza de hablar. En sus tragedias grotescas denuncia las
lacras sociales, como en La señorita de Trevélez. También pertenecen a esta tendencia los
hermanos Álvarez Quintero, quienes sitúan sus obras en Andalucía. Pedro Muñoz Seca
parodia en verso los dramas históricos neorrománticos, como vemos en La venganza de
don Mendo. Crea el “astracán”, género que con la deformación y exageración de la realidad
consigue un gran efecto cómico mediante los juegos de palabras, dislocaciones lingüísticas,
chistes y parodias.
Por último, señalar otras tendencias, como el teatro de la Generación del 98, en el que
destacan Unamuno, con obras de excesiva desnudez y esquematismo como El otro; Azorín,
con obras entre irreales y simbólicas, Brandy, mucho brandy. Entre los novecentistas, las
piezas irrepresentables de Ramón Gómez de la Serna, Los medios seres y Jacinto Grau,
con El señor de Pigmalión. Además de Lorca, en el grupo del 27 cultivaron teatro R. Alberti,
con El hombre deshabitado; Max Aub, con Narciso; o Pedro Salinas, en Judit y el tirano.
Tras la Guerra Civil, España va a quedar sumida en una depresión que abarca todos los
aspectos. La muerte, el exilio de los escritores, junto a la censura y el aislamiento del país
hicieron que la vida cultural de España fuese muy pobre. Algunos autores exiliados son
Rafael Alberti, R. J. Sender y Max Aub. La censura irá a menos con los años.
-Década de los 40: Distinguimos dos grupos de escritores, los que nacieron antes de la
guerra y los que nacieron después. Los que nacieron antes quedarán mediatizados por la
guerra, limitándose a escribir obras de poca trascendencia, reeditar anteriores o a la
traducción. Quedan todavía autores de la generación del 98, como Azorín y Baroja. Entre
las que nacieron después encontramos al Carmen Laforet, que escribe Nada y a Camilo
José Cela con La familia de Pascual Duarte (habla de la vida en el campo pero sin ubicarla,
lo que le libra de la censura). Con esto empieza el “Tremendismo”, que revela insatisfacción
con la vida, existencialismo, lo feo, desagradable, prostitutas, criminales, tarados... en
definitiva, el pesimismo de la posguerra.
Otros autores el son Ana María Matute y con Los Abel e Ignacio Agustí que escribe Mariana
Rebull.
-Década de los 50: Hay una cierta liberización intelectual y comunicación con el exterior.
Aparece la novela social con La colmena, de Camilo José Cela (Se intenta reflejar el
realidad social tal cual es, las injusticias, la represión, la falta de libertad...) Se nutren del
testimonio, denuncia y crítica. Miguel Delibes escribe Mi idolatrado hijo Sisí, Rafael Sánchez
Ferlosio, El Jarama. Un segundo subtema es el campo y el campesinado (donde serán las
mayores injusticias y desigualdades) R. J. Sender escribe Réquiem por un campesino
español. Un tercer subtema son los viajes. C. J. Cela escribe Viaje a la Alcarria, y un cuarto
sobre la ruptura de los valores convencionales. Juan Goytisolo escribe Señas de identidad y
Luis Martín Santos, Tiempo de silencio.
Aparece el Objetivimos, donde el narrador cuenta la realidad como la ve pero sin aparecer,
como si filmara una película. No trata bien el lenguaje, con frases cortas, sencillas,
vocabulario limitado...(Generación de la Berza.) Una escritora será Ana Mª Matute.
-Década de los 60: Predominio del fondo sobre la forma. Hay diversidad de temas. Es la
década de la experimentación: desaparece el capítulo como única estructura (circular), los
personajes son muy diferentes pero todos están conectados, monólogo interior, diferentes
puntos de vista, desorden cronológico, signos de puntuación alterados... Cinco horas con
Mario, de M. Delibes, San Camilo, de C. J. Cela.
-Década de los 70: Adquiere mayor importancia la técnica en detrimento del argumento o
el tema. Coinciden narradores de las generaciones anteriores como Cela o Delibes. Se
incorporan nuevas formas narrativas. Destacan La saga/fuga de J. B., de Torrente
Ballester, Volverás a la Región de Juan Benet y La oscura historia de la prima Montse, de
Juan Marsé.
-Años 40 y mitad de los 50: Tras la guerra civil el panorama español queda desolado
debido a la muerte de autores (Valle-Inclán, Lorca...) y una censura implacable que sólo
permite obras de diversión, ante las cuales el cine lleva ventaja y aparece una crisis en el
teatro. Las tendencias de los años cuarentas son:
La alta comedia: predominan las comedias de salón o los dramas de tesis, caracterizados
por la preocupación por una obra bien hecha. Destacan Luca de Tena, Edgar Neville,
Joaquín Calvo Sotelo.
-Mediados de los 50 y 60: Es el teatro realista, de protesta y denuncia. Teatro social. Tiene
finalidad política. Sastre se inclina hacia un teatro de denuncia: Muerte en el barrio, La
cornada. Antonio Buero Vallejo pretende reflexionar sobre la situación del hombre en el
mundo, El concierto de San Ovidio.
Aparece la generación realista. Son autores nacidos en torno 1925: Rodríguez Menéndez
con Los inocentes de la Moncloa, Carlos Muñiz con El tintero o Lauro Olmo con La camisa.
Lo común sería el tema de la injusticia social y de la alineación.
- Años 70: Búsqueda de nuevas formas. Hacia 1970 numerosos dramaturgos se lanzaron
a una renovación de la expresión dramática. Se asimilan corrientes de experimentales del
teatro extranjero, del teatro del absurdo. Entre sus representantes destacan: Francisco
Nieva, Fernando Arrabal, José Maria Bellido, Martínez Ballesteros... Su audacia formal les
aleja de escenarios oficiales. Aparece en una corriente de teatro soterrado. Sigue siendo un
teatro de protesta y denuncia, su temática gira en torno a la dictadura, la falta de libertad, la
injusticia, la alineación con enfoques simbólicos y alegóricos, los personajes suelen ser
símbolos del dictador... Se recurrirá a la farsa, a lo grotesco, a deformaciones esperpénticas,
a lo onírico... Aparecerán los grupos de teatro independiente, al margen de las cadenas
comerciales como “Los Goliardos” o “Tábano”.
1.- Posguerra: años 40. Siguiendo la clasificación de Dámaso Alonso distinguimos dos
líneas: la poesía arraigada y la desarraigada. En la primera se inscribe un grupo que ofrece
una imagen armónica del mundo. Es una poesía épica, triunfalista, religiosa, de factura
formal y clasicista. Escriben en revistas como Escorial. Toman a Gracilaso como modelo.
Se agarran a la tierra, la familia y Dios. Destacan Luis Rosales, La casa encendida; Leopoldo
Panero, Escrito a cada instante; Dionisio Ridruejo, Sonetos a la piedra; y José García
Nieto, Tú y yo sobre la tierra.
Para los desarraigados, el mundo es un caos y la poesía el medio para encontrar el orden y
la serenidad. Cultivan una poesía de tono trágico, son existencialistas. Destacan Dámaso
Alonso, con Hijos de la ira, y Vicente Aleixandre, con Sombra del paraíso. Ambos inician el
proceso de rehumanización de la poesía. Destacan también Carlos Bousoño, Gabriel
Celaya, José Hierro y Blas de Otero, con su obra Ángel fieramente humano.
2.- Poesía social: años 50. El intimismo y desarraigo existencial ceden paso al compromiso
cívico, la poesía es un instrumento para reflejar y transformar la sociedad. Los temas son
España, solidaridad, anhelo de libertad, la injusticia social. Se rechaza el esteticismo y el
lenguaje es sencillo, cercano al narrativo. Destacan Blas de Otero, con Pido la paz y la
palabra, y Gabriel Celaya, con Cantos íberos.
3.- Años 60, generación de los 50 o medio siglo. La poesía no es ya comunicación, sino
un medio de conocimiento de la realidad; del yo social al yo poético e íntimo. Es una poesía
de la experiencia, con un tono cálido y cordial. Predomina un tono reflexivo o meditativo, un
estilo conversacional, un lenguaje coloquial y son frecuentes el uso de la ironía y la
intertextualidad. Los temas son la familia, la infancia, el amor, la amistad...Destacan Áspero
mundo, de Ángel González; Las personas del verbo, de J. Gil de Biedma; La memoria y los
signos, de J. A. Valente; Conjuros, de Claudio Rodríguez, J. A. Goytisolo, J. M. Caballero
Bonald, Carlos Barral...
4.- En los años 70 comienza la renovación de mano de los Novísimos: Félix de Azúa,
Guillermo Carnero, Pere Gimferrer (Arde el mar), Molina Foix, Vázquez Montalbán, Leopoldo
María Panero (Poemas del manicomio de Mondragón)... Se trata de una nueva vanguardia,
despreocupación de las formas tradicionales, talante provocador, voluntad rupturista; es un
arte minoritario. Se caracteriza por el rechazo del realismo social, integración de influencias
(cine, publicidad, televisión, literatura anglosajona, surrealismo, poesía de vanguardia…), un
estilo selecto y un contenido culturalista (referencias artísticas, mitológicas e históricas).
Los nuevos autores (Vargas Llosa, Cortázar, Gabriel García Márquez, Donoso... ) continúan
el realismo mágico y el género fantástico y alternan los espacios urbanos con ámbitos
rurales. Practican una literatura critica en el plano social y político, sobre todo de denuncia
a las dictaduras.
Es una novela brillante que debe su calidad literaria a dos factores esenciales:
1ª promoción: Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.
Julio Cortázar: sus obras reflejan el caos que domina la realidad, en ellas predomina lo
insólito y lo absurdo, la innovación técnica. Aparecen temas como la soledad y el enigma de
la existencia humana, como Rayuela. Es el principal renovador del cuento.
Gabriel García Márquez: las primeras obras son novelas cortas en las que va configurando
el espacio mítico de Macondo, espacio que será fundamental en su novela Cien años de
soledad (traducida a 38 idiomas), Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos
del cólera... Recibió el premio Nobel en 1982.
Mario Vargas Llosa: La ciudad de los perros suele considerarse una de las novelas
inaugurales del “boom”. Se distingue por su realismo fundamental, sin introducción de
elementos sobrenaturales propios del realismo mágico. Sus primeras novelas apuestan por
la experimentación más radical : La casa verde, Conversación en la Catedral... en sus
novelas de los años 70 y 80 modera la experimentación y profundiza en los males de
Hispanoamérica, sobre todo a la corrupción política. Escribe La fiesta del Chivo.