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La conexión entre las grasas trans y un

mayor riesgo de Alzheimer


Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

 14 de Noviembre, 2019
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HISTORIA EN BREVE
 Los tres componentes alimenticios que pueden promover la demencia y la
enfermedad de Alzheimer son el azúcar (especialmente la fructosa procesada),
granos y grasas trans

 La investigación publicada en la edición de octubre de 2019 de Neurology


encontró una fuerte conexión entre el consumo de grasas trans e incidencia de
demencia y sus diversos subtipos, incluyendo la enfermedad de Alzheimer

 Las personas en el cuartil más alto de los niveles de grasas trans tenían una
probabilidad 74 % mayor de desarrollar demencia Las personas en el segundo
cuartil más alto tenían un riesgo 52 % mayor

 Los tipos de alimentación con elevado contenido de carbohidratos están


asociados con un riesgo 89 % mayor de demencia, mientras que los tipos de
alimentación con alto contenido de grasas saludables están relacionados con un
riesgo 44 % menor

 Hasta la mitad del total de los casos de Alzheimer también podrían prevenirse al
abordar otros factores modificables en el estilo de vida, como la inactividad
física, depresión, tabaquismo, presión arterial alta, obesidad y diabetes
Como señaló el neurólogo, Dr. David Perlmutter, autor de "Grain Brain" y
"Brain Maker", su alimentación y otros factores de estilo de vida podrían
influir ampliamente en el riesgo de Alzheimer.

De hecho, según una investigación publicada en la revista Lancet Neurology


en 2011, hasta la mitad del total de los casos de Alzheimer podría prevenirse
al abordar los factores coadyuvantes modificables del estilo de vida, como la
inactividad física, depresión, tabaquismo, presión arterial alta, obesidad en la
mediana edad y diabetes.

Tres componentes alimenticios que promueven esta degeneración neurológica


son el azúcar (especialmente la fructosa procesada), granos y grasas trans. La
investigación de la Clínica Mayo, publicada en Journal of Alzheimer's Disease
en 2012, encontró que los tipos de alimentación con un alto contenido de
carbohidratos esta relacionada con un riesgo 89 % mayor de demencia,
mientras que los tipos de alimentación altos en grasas saludables están
relacionados con un riesgo 44 % menor.

Como señalaron los autores, "un patrón alimenticio con un consumo calórico
relativamente alto de carbohidratos y bajo en calorías de grasas y proteínas
podría elevar el riesgo de deterioro cognitivo leve [MCI] o demencia en
personas de edad avanzada". De igual manera, un estudio realizado en 2013,
publicado en la revista BioMed Research International informó que:

"La acumulación de estudios epidemiológicos sugiere que la alimentación y


la nutrición podrían ser importantes factores de riesgo modificables para la
enfermedad de Alzheimer [EA].

La suplementación alimenticia con antioxidantes, vitaminas B, polifenoles y


ácidos grasos poliinsaturados pueden beneficiar la EA, y el consumo ligero a
moderado de pescado, frutas, vegetales, café y alcohol puede reducir el riesgo
de EA... Llevar una alimentación saludable, como la dieta japonesa y
mediterránea, se relaciona con un menor riesgo de EA".

Consumir grasas trans puede elevar el riesgo de


demencia
Más recientemente, una investigación publicada en la edición de octubre de
2019 de Neurology encontró un fuerte vínculo entre el consumo de grasas
trans e incidencia de demencia y sus diversos subtipos, que incluyen a la
enfermedad de Alzheimer (EA).

El estudio incluyó a 1 628 adultos japoneses de 60 años o mayores. Ninguno


padecía demencia al comienzo del estudio, que se prolongó durante 10 años.
Los niveles de ácido elaídico, un biomarcador para grasas trans industriales,
en la sangre de los participantes se midieron por medio de la cromatografía de
gases/espectrometría de masas.

Con base en esos niveles, la tasa del riesgo de demencia por todas las causas,
EA y demencia vascular se calculó por medio de un modelo de riesgos
proporcionales de Cox. Según informaron los autores:

"Los niveles más altos de ácido elaídico en suero se relacionaron


significativamente con un mayor riesgo de desarrollar demencia por todas las
causas y EA después de ajustar los factores de riesgo tradicionales.

Esta conexión siguió siendo significativa después de ajustar los factores


alimenticios, incluyendo el consumo total de energía, así como ácidos grasos
saturados y poliinsaturados".

El riesgo aumentó de forma evidente. Según informó CNN, las personas en el


cuartil más alto de los niveles de ácido elaídico tenían una probabilidad 74 %
mayor de desarrollar demencia. Las personas en el segundo cuartil más alto
exhibían un riesgo 52 % mayor. No se encontró relación entre las grasas trans
y la demencia vascular.

De los diversos alimentos procesados que contribuyen a los niveles elevados


de ácido elaídico, los productos de repostería fueron los que más
contribuyeron, seguidos por la margarina, dulces, caramelos, croissants,
creamers sin lácteos, helados y rice cakes.

El Dr. Richard Isaacson, neurólogo y Director de la clínica de prevención de


Alzheimer en el centro médico Weill Cornell en Nueva York, quien no
participó en el estudio, comentó los hallazgos para CNN:

"El estudio utilizó niveles de marcadores sanguíneos de grasas trans, en vez


de los cuestionarios alimenticios más tradicionales, lo que mejora la validez
científica de los resultados. Este estudio es importante ya que se basa en
evidencia previa de que el consumo alimenticio de grasas trans puede elevar
el riesgo de demencia de Alzheimer".

¿Qué son las grasas trans?


Como explicó CNN:

“… Las grasas trans artificiales se crean por medio de un proceso


industrializado que agrega hidrógeno a los aceites vegetales líquidos para
hacerlos más sólidos (piense en la margarina semiblanda y manteca).
La industria alimentaria adora las grasas trans porque son baratas de
producir, duran mucho tiempo y les proporcionan a los alimentos un sabor y
textura excelentes. Además de los alimentos fritos, las grasas trans están
presentes en la crema de café, pasteles, pasta de hojaldre, pizza congelada,
galletas, galletas saladas y muchos otros alimentos procesados".

Las grasas trans se diferencian de las grasas no saturadas por una sola
molécula de hidrógeno en el lado opuesto de un enlace de carbono. Este
cambio de posición es responsable de la diferencia en las características de la
grasa y mayor riesgo para la salud.

Además de la demencia, hay una fuerte evidencia que relaciona las grasas
trans con la inflamación y desarrollo de resistencia a la insulina, así como las
enfermedades cardíacas (que también son factores de riesgo para la
enfermedad de Alzheimer).

Ante la abrumadora evidencia de daños, la Administración de Alimentos y


Medicamentos de los Estados Unidos eliminó los aceites parcialmente
hidrogenados (una fuente principal de grasas trans) de la lista de ingredientes
de alimentos "generalmente reconocidos como seguros" (GRAS) en 2015, y a
partir del 18 de junio de 2019, los fabricantes de alimentos ya no pueden
utilizar aceites parcialmente hidrogenados en los alimentos debido a los
riesgos para la salud.

Sin embargo, los alimentos procesados y fabricados antes de esta fecha


pueden permanecer en el mercado hasta el 1 de enero de 2021. (Las fechas de
cumplimiento varían en función de si los fabricantes tienen permiso de "uso
limitado" para aceites parcialmente hidrogenados, pero estas son las fechas
finales para detener su uso).

Sin embargo, eso no significa que las grasas trans hayan sido eliminadas por
completo y no sean motivo de mayor preocupación. Además, siempre que un
alimento contenga menos de 0.5 gramos de grasas trans por porción, los
fabricantes de alimentos pueden etiquetarlo como libre de grasas trans.

El problema es que muchos expertos coinciden en que no hay un límite seguro


inferior que garantice la seguridad de las grasas trans. Para determinar si un
producto aún puede contener grasas trans, lea la lista de ingredientes de forma
cuidadosa.

Cualquier artículo que contenga aceite vegetal parcialmente hidrogenado está


obligado a contener grasas trans, incluso si la etiqueta dice "sin grasas trans".
En general, los alimentos fritos y productos horneados también son
sospechosos. Como autor principal del estudio, el Dr. Toshiharu Ninomiya,
profesor de la Universidad de Kyushu en Fukuoka, Japón, señaló en un
comunicado de prensa:
"En los Estados Unidos, las pequeñas cantidades que aún se permiten en los
alimentos, podrían acumularse si las personas consumen múltiples porciones
de estos alimentos, y las grasas trans aún se permiten en muchos otros
países".

Desde hace mucho tiempo es bien sabido que las grasas


trans pueden afectar la cognición
En las últimas décadas, una cantidad innumerable de personas ha tenido
problemas mentales debido a las grasas trans. Lo cierto es que, el estudio de
Neurology de 2019 no fue el primero en demostrar un vínculo evidente entre
el consumo de grasas trans y riesgo de demencia.

Por ejemplo, en un estudio realizado en 2012, el Dr. Gene Bowman, profesor


asistente de neurología en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon,
informó una fuerte correlación entre las grasas trans y un desempeño
cognitivo.

Las personas con altos niveles de grasas trans tuvieron un desempeño


significativamente más bajo en las pruebas cognitivas, así como un menor
volumen cerebral. Bowman comentó los resultados en HuffPost:

"Está claro que las grasas trans son malas, tanto para la salud cardiaca
como cerebral. Por lo tanto, recomendaría evitar todas las grasas trans.

Si no está seguro si están presentes en algún alimento, solo verifique los


ingredientes... si aparece alguna grasa vegetal parcialmente hidrogenada... ni
siquiera lo compre. Ese es el mensaje más importante".

Del mismo modo, un estudio realizado en 2015 dirigido por la Dra. Beatrice
Golomb encontró que el consumo de grasas trans estaba relacionado con el
deterioro de la memoria en personas menores de 45 años. Cada gramo de
grasas trans que consume al día se relacionó con una disminución de palabras
de 0.76 en el recuerdo de palabras.

En el grupo más alto de grasas trans, los participantes podían recordar en


promedio 11 palabras menos que el grupo con un consumo más bajo de grasas
trans, que recordaba un promedio de 86 palabras. Aunque la investigación no
puede establecer la causa y efecto, sugiere que las grasas trans pueden actuar
como prooxidantes, al contribuir al estrés oxidativo que causa daño celular.
Grasas omega-6 oxidadas: Otro tipo grasa nociva y
riesgosa
Sin duda, es importante evitar las grasas trans, pero como descubrirá el
próximo año en una entrevista que estoy programando con el Dr. Chris
Knobbe sobre su presentación en Ancestral Health Symposium, los aceites
procesados son los principales culpables de casi todas las enfermedades
occidentales. La clave para mantenerse saludable es evitarlos todo el tiempo.

En gran medida, esto se relaciona con las grasas omega-6 oxidadas, presentes
en muchos alimentos procesados, que incluso pueden ser peores que las grasas
trans. Pero, las grasas omega-6 (ácido linolénico) por sí solas no son
problemáticas. El ácido linoléico también está presente en alimentos como
frutos secos, semillas y huevos, y es importante para la salud.

El problema son las grasas omega-6 oxidadas y que la mayoría de las personas
comen demasiada cantidad. Hace más de un siglo, era usual que el consumo
de grasas omega 6 fuera inferior a 5 a 10 gramos al día, y hoy en día, la
mayoría de las personas consume MUCHA mayor cantidad. Durante años, he
destacado la importancia de equilibrar el consumo de grasas omega-3 con
omega-6 para proteger la salud.

Consumir demasiada cantidad de grasas omega-6 dañadas (presentes en los


aceites vegetales procesados de forma abundante), así como muy poca
cantidad de grasas omega-3 de origen marino no solo podría sentar las bases
para la enfermedad de Alzheimer sino también para la diabetes, enfermedades
cardiovasculares, artritis reumatoide, cáncer y depresión, por nombrar algunas
de ellas.

Es muy fácil consumir muchas grasas omega-6. Recientemente cambié de


nueces de macadamia a pecanas, que también son bajas en carbohidratos y
proteínas, pero no me percaté de que, en comparación con las nueces de
macadamia, las pecanas estaban cargadas de grasas omega-6. Lo descubrí al
utilizar el excelente contador de nutrientes Cronometer.com. Desde entonces
comprendí que no es recomendable comer más allá de un puñado de frutos
secos, y no todos los días.

Analizo algunos de los peligros más significativos de los aceites vegetales


ricos en grasas omega-6 en mi artículo "Esta grasa en realidad es peor que las
grasas trans".

La proporción ideal de grasas omega-3 a omega-6 varía de 1:1 a 1:5, pero la


alimentación occidental típica tiende a estar entre 1:20 y 1:50. La mayoría de
las personas, en especial los habitantes de los Estados Unidos, son víctimas de
esta proporción desproporcionada de grasas omega-3 a omega-6, y para
corregirla, por lo general debe tomar dos medidas:

1.Disminuya de forma significativa el consumo de grasas omega-6 dañadas al


evitar los alimentos procesados y alimentos cocinados en aceite vegetal a altas
temperaturas. Diversos estudios han encontrado que las personas que
regularmente consumen alimentos fritos tienen un riesgo significativamente
mayor de derrame cerebral y muerte.

Las fuentes comunes de grasas omega-6 nocivas que debe evitar incluyen el
aceite de maíz, aceite de canola, aceite de soya, grasas hidrogenadas o
parcialmente hidrogenadas, margarina y manteca.

2.Incremente su consumo de grasas omega-3 de origen animal Las fuentes


ideales incluyen pequeños pescados grasos como las sardinas, anchoas y
arenques, junto con el salmón salvaje de Alaska o un suplemento como el
aceite de kril.

Algunos ejemplos de grasas saludables que debe


consumir en mayor cantidad
En términos de grasas alimenticias, debe recordar esta regla básica simple: la
mejor opción es optar por productos naturales. Las siguientes
recomendaciones podrían ayudarle a asegurarse de que consuma las grasas
adecuadas para su salud:

•Utilice mantequilla orgánica (de preferencia un producto hecho con leche


orgánica sin pasteurizar, de animales alimentados con pasto), en vez de
margarinas y productos untables de aceite vegetal, la mantequilla es un
alimento completo y saludable que ha tenido una mala e injustificada
reputación.

•El ghee es aún mejor, ya que no contiene los sólidos lácteos que afectan a
muchas personas. Este se elabora a base de grasa pura sin carbohidratos y, en
lo personal, es el producto que utilizo. La mejor manera de prepararlo es al
colocar un recipiente de vidrio en un deshidratador y calentarlo a una
temperatura inferior a los 100 °F para preservar su calidad.

Puede succionar los sólidos lácteos con un gotero de vidrio para cocina. Una
vez que obtenga el ghee, ni siquiera necesitará refrigerarlo, ya que puede
mantenerse estable a temperatura ambiente durante muchas semanas.

•Utilice manteca de cerdo orgánica, de animales alimentados con pasto, para


cocinar y hornear. Un análisis realizado en 2015 sobre más de 1 000 alimentos
sin procesar clasificó la grasa de cerdo sin procesar y separada, como el
octavo alimento más saludable en una lista de 100 productos. Los nutrientes
valiosos que se encuentran en la manteca incluyen:

◦Vitamina D

◦Grasas Omega-3

◦Grasas monoinsaturadas (las mismas grasas que se encuentran en los


aguacates y aceite de oliva)

◦Grasas saturadas

◦Colina

•El aceite de coco es otro excelente aceite cargado de beneficios.

•Para completar su consumo de grasas saludables, asegúrese de consumir


grasas sin procesar, como las de aguacate, frutos secos sin procesar, productos
lácteos sin procesar y aceite de oliva. También, debe obtener mayor cantidad
de grasas omega-3 de origen animal a través de consumir más sardinas,
anchoas, caballa, arenque o salmón salvaje de Alaska, o tomar un suplemento
como el aceite de kril.

Alimentarse bien puede ayudar a prevenir la demencia


Para finalizar, debe tomar en consideración que por lo general sus elecciones
de estilo de vida cotidianas son las que determinarán si mantendrá un buen
funcionamiento cerebral durante toda su vida o si su función se degenerará
eventualmente en una enfermedad neurológica potencialmente mortal, como
el Alzheimer.

Específicamente, en cuestión de la alimentación, los factores esenciales que


pueden promover la salud cerebral durante toda la vida son los siguientes.
Para obtener una lista que también incluye otras modificaciones sugeridas en
el estilo de vida, consulte mi artículo "Cómo el exceso de hierro aumenta su
riesgo de Alzheimer".

Consuma alimentos reales, idealmente orgánicos. Evite todos los alimentos procesados, ya que contie
cantidad de ingredientes dañinos para el cerebro, incluyendo el azúcar refinada, fructosa procesada, gran
(particularmente gluten), aceites vegetales, grasas trans, ingredientes transgénicos y pesticidas.
Lo ideal sería consumir la menor cantidad de azúcar agregada, y mantener el consumo de fructosa total i
gramos por día, o en una cantidad tan baja como 15 gramos por día, en caso de que ya padezca resistenci
insulina/leptina o cualquier otro trastorno relacionado.

Optar por productos orgánicos le ayudará a evitar pesticidas y herbicidas. Asimismo, la mayoría de las p
beneficiaría al llevar una alimentación sin gluten, ya que este puede producir un intestino más permeable
que las proteínas accedan al torrente sanguíneo, donde podrían sensibilizar al sistema inmunológico y pro
inflamación y autoinmunidad, las cuales desempeñan un rol en el desarrollo del Alzheimer.

Reemplace los carbohidratos refinados por grasas saludables. Es importante percatarse de que su cer
carbohidratos ni azúcares; las grasas saludables, como las grasas saturadas y omega-3 de origen animal,
importantes para mantener una función cerebral óptima.

Llevar una dieta cetogénica cíclica tiene la doble ventaja de mejorar la sensibilidad a la insulina y dismin
Alzheimer. Cuando el cuerpo quema grasas como su combustible principal, se producen cetonas, que no
de manera muy eficiente y son un combustible superior para el cerebro, sino que también generan menos
reactivas del oxígeno, así como menos daño debido a los radicales libres.

Ponga mucha atención en los tipos de grasas que come. Evite todas las grasas trans o hidrogenadas que s
modificado para extender su vida útil. Eso incluye a la margarina, aceites vegetales y diversos productos
similares a la mantequilla. Para conocer algunos ejemplos de grasas saludables que puede incluir en su al
consulte la sección anterior.

Implemente una alimentación de tiempo restringido en un intervalo de seis a ocho horas. El ayuno
una herramienta poderosa para ayudarle al cuerpo a recordar cómo quemar grasas y solucionar la resisten
insulina/leptina que es el factor principal que contribuye al Alzheimer.

Mantenga sus niveles de insulina en ayunas inferiores a 3. Si sus niveles de insulina son elevados, es
consuma demasiada azúcar y necesite disminuirla.

Optimice sus niveles de grasas omega-3. El alto consumo de las grasas omega-3, EPA y DHA, puede a
prevenir el daño celular causado por la enfermedad de Alzheimer, lo que podría ralentizar su progresión
riesgo de desarrollar el trastorno.

Lo ideal es realizar una prueba de índice de grasas omega-3 una vez al año para asegurarse de estar en un
saludable. Su índice de omega-3 debe ser superior al 8 %, mientras que la proporción de omega-6 a omeg
situarse entre 1:1 y 5:1.

Optimice sus niveles de vitamina D. Es imprescindible obtener una cantidad suficiente de vitamina D p
funcionamiento del sistema inmunológico y combatir la inflamación relacionada con la enfermedad de A
hecho, las investigaciones demuestran que las personas que viven en latitudes del norte tienen tasas más
por demencia y Alzheimer que quienes viven en áreas más soleadas, lo que sugiere que la vitamina D o
los rayos del sol son factores importantes.

Si no puede obtener una cantidad suficiente a través de los rayos del sol, tome diariamente suplementos d
para alcanzar y mantener niveles en sangre de 60 a 80 ng/ml. Dicho lo anterior, es importante reconocer
los rayos del sol es importante por razones que no están relacionadas con la vitamina D.
Su cerebro responde a la luz del infrarrojo cercano en la luz solar en un proceso llamado fotobiomodulac
investigaciones demuestran que la estimulación cerebral producida por el infrarrojo cercano aumenta la c
disminuye los síntomas del Alzheimer, incluyendo a etapas más avanzadas de la enfermedad.

Suministrar la luz del infrarrojo cercano a las mitocondrias que se encuentran comprometidas sintetizará
transcripción génica que desencadenan la reparación celular, y el cerebro es uno de los órganos con mayo
mitocondrias en el cuerpo.

Optimice sus niveles de magnesio. Las investigaciones preliminares sugieren fuertemente una disminuc
síntomas de la enfermedad de Alzheimer al haber mayores niveles de magnesio en el cerebro. Tome en c
que el único suplemento de magnesio que aparentemente tiene la capacidad de cruzar la barrera hematoe
treonato de magnesio.

Vitamina B12. Según un estudio realizado en 2010 y publicado en la revista Neurology, las personas qu
alimentos altos en vitamina B12 pueden disminuir el riesgo de Alzheimer en sus últimos años. También,
descubierto que las dosis muy altas de vitaminas B reducen la pérdida de memoria al prevenir la contracc

Consuma muchos alimentos ricos en nitrato. El betabel y otros alimentos ricos en nitrato, como la rúc
poderosos beneficios para el cerebro, y pueden ser un poderoso aliado para combatir la enfermedad de A

Su cuerpo transforma los nitratos de origen vegetal en óxido nítrico, lo que puede mejorar la oxigenación
beneficiosos en sus sistemas circulatorio e inmunológico, y sirve como una señal o molécula mensajera e

La betanina en el betabel también ayuda a prevenir la oxidación, en particular la oxidación causada cuan
beta-amiloide se une al cobre, lo que puede ayudar a prevenir el plegamiento y acumulación de la proteín
amiloide.

Las investigaciones anteriores también han demostrado que el jugo de betabel sin procesar puede ayudar
neuroplasticidad, principalmente porque puede incrementar el flujo sanguíneo y oxigenación de los tejido
nítrico, en su capacidad como molécula de señalización, permite una mejor comunicación entre las célula
importante destacar que los betabeles mejoraron la oxigenación de la corteza somatomotora, un área cere
menudo es afectada durante las primeras etapas de la demencia.

Optimice su microbioma intestinal. Para hacerlo, debe evitar los alimentos procesados, antibióticos y p
antibacterianos, agua fluorada y clorada; así como asegurarse de consumir alimentos fermentados tradici
junto con un probiótico de alta calidad, si es necesario.

Recuerde que la carne de animales criados en granjas industriales podría tener residuos de antibióticos. L
animales criados en granjas industriales también es una fuente sospechosa de priones, que son otra causa
enfermedad de Alzheimer. Podrá obtener más información al respecto, "Un estudio afirma que la enfer
Alzheimer es un trastorno de prión doble".

Los nuevos tratamientos explorados


Las directrices de diagnóstico y estrategias de tratamiento principal se detallan
en mi entrevista con el Dr. Dale Bredesen, que aparece en "ReCODE: La
Reversión del Deterioro Cognitivo". (También, puede descargar el artículo de
casos completo de Bredesen, que detalla su programa de tratamiento
ReCODE).

Como comentario adicional, dos de las alternativas de tratamiento


prometedoras para la enfermedad de Alzheimer incluyen la
fotobiomodulación, que aparece en mi artículo "Cómo sanar el cuerpo con
fotobiomodulación", y un nuevo tratamiento desarrollado en MIT que utiliza
luces parpadeantes y sonido de baja frecuencia para estimular las frecuencias
gamma del cerebro, que parece disminuir la formación de placa.

El neurocientífico de MIT, Li-Huei Tsai, expuso sobre los experimentos en


una reunión reciente de Society for Neuroscience, en la cual indicó que la
terapia parece mejorar la supervivencia y salud neuronal, así como mejorar la
conectividad neuronal y dilatar los vasos sanguíneos en el cerebro. Ahora, su
equipo investiga si de hecho podría ralentizar la enfermedad de Alzheimer en
humanos.

A lo largo de los años, a medida que cada vez más ensayos farmacológicos
han fallado en descubrir una respuesta al Alzheimer, los investigadores
comienzan a percatarse cada vez más de que para poder abordar esta
enfermedad con alguna medida exitosa, tenemos que implementar los
principios básicos de nuevo.

Hay una gran cantidad de datos que demuestran que los factores de
alimentación y estilo de vida influyen en la prevención y tratamiento contra el
Alzheimer, y le otorgan el control de la situación. Hay muchas medidas que
puede implementar para minimizar su riesgo, y el mejor punto para comenzar
es sanear su alimentación

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