Nuñez Salinas Andrea Samantha

21 de mayo 2019
Política Exterior de México I
Ensayo final

Crecimiento económico de México a partir de las relaciones diplomáticas con China

durante el porfiriato: inmigrantes como factor de crecimiento

Introducción

Luego de la independencia de México y como resultado de la herencia colonial dejada por

los tres siglos de conquista, se propagó por diversos sectores de la sociedad la idea de atraer
inmigración extranjera para promover el desarrollo del país y consolidar el proyecto de
nación, poblando el norte del país, que debido a las pocas fuentes de comunicación y
transporte estaba bastante deshabitado.

Sin embargo, se buscaba únicamente atraer inmigración de nacionalidades europeas,

razón suficiente para deducir los principales indicios del arquetipo del ideal de extranjeros
buscados para ayudar al desarrollo nacional, inmigrante blanco, europeo y cristiano
representaban el modelo deseado. Todos estos elementos se reflejaron en los diversos
instrumentos jurídicos de la época en torno a la inmigración y a las restricciones a ésta por el
auge del nacionalismo.

Si bien, plantear un pensamiento en torno al fenómeno de la migración nos remota a

la situación política, social y económica, del país expulsor, la cual puede entenderse como el
“desplazamiento forzado de personas que buscan refugiarse en otros países a causa de la
violencia”1, u otras situaciones difíciles. La migración que en el presente texto se abarcará es
la china, en donde un gran número de inmigrantes de esta nacionalidad llegaron al norte
despoblado del país, específicamente a la ciudad de Torreón, enfrentando diversas
violaciones a sus derechos humanos, discriminación y xenofobia por parte de los pobladores
mexicanos.

1
Beatriz Rivas, Jamás, nadie, Alfaguara, México, 2017, pág. 89.
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Lo anterior es el tema principal que se aborda en “Jamás, nadie” de Beatriz Rivas, la
discriminación racial sufrida por parte de mexicanos a población china en los inicios de la
Revolución Mexicana del siglo XX.

En el presente ensayo, se tratará el tema de las migraciones de población china a

México, haciendo énfasis en el crecimiento económico que éstas provocaron para la
economía porfiriana, la cual avanzaba a la modernización. Lo anterior, tomando en cuenta
además el entorno internacional confuso, definido por las relaciones de México con Europa
y Estados Unidos, cuya importancia se volvió vital para la configuración de rutas comerciales
hemisféricas, esto para recalcar las relaciones diplomáticas realizadas por México para tener
reconocimiento internacional, analizando un nuevo actor emergente en la vida política de
México: China.

Hipótesis:

La inmigración china durante el porfiriato respondía a intereses de desarrollo del país debido
a que eran mano de obra más barata y productiva, además de que se produjo un mayor
desarrollo de las relaciones amistosas diplomáticas entre México y China como resultado de
dicha inmigración.

Desarrollo:

Con la llegada al poder de Porfirio Díaz en 1976, tras triunfar el Plan de Tuxtepec, México
emprendió un proceso de modernización caracterizado por el desarrollo económico, en donde
los sectores más prometedores de la economía mexicana a finales del siglo XIX, a medida
que ésta se desarrollaba, necesitaban de mano de obra barata para trabajar en las minas, en
los cultivos de algodón y otros bienes, y la construcción de ferrocarriles. Había que conseguir
para ello “trabajadores extranjeros selectos que hicieran posible la realización de esta
empresa económica, al tiempo que se aprovechaba esta oportunidad histórica para sembrar
en el país una semilla genética de calidad superior, la cual “mejoraría la raza” y elevaría la
condición humana del pueblo mexicano”2

2
Octavio N. Rebolledo Kloques, “Extranjeros, nacionalismo y política migratoria en
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Durante el porfiriato, un aspecto importante a señalar, es la injusticia entre las clases
sociales, en donde la política de atraer europeos para colonizar al país no sólo obedecía al
propósito de obtener la mano de obra necesaria, sino además de aprovechar el conocimiento
técnico más avanzado que esos campesinos ya dominaban, para trasmitirlos a la población
nacional para así incentivar la modernización tan deseada. Pero, en realidad, más que una
escasez de población, de lo que el país carecía era de trabajadores, es decir, de personas
dispuestas a tolerar las miserables condiciones que las clases privilegiadas imponían a sus
peones y obreros3, es así que la población china se convierte en el inmigrante perfecto que
soportaba los abusos y aceptaba un bajo salario.

Aunado a lo anterior, la política exterior de México durante el gobierno de Díaz se

basó principalmente en la búsqueda de crecimiento económico a través de capitales para el
avance industrial, diversificando las relaciones exteriores del país, y como mencioné
anteriormente, atrayendo inmigración. 4 Para lograr esto, hacia 1875, Matías Romero, quien
entonces era ministro plenipotenciario de México en Estados Unidos, vio con interés la
migración china, ya que existían rumores de que eran mano de obra en extremo barata y
trabajadora 5, capaz de producir un crecimiento económico a bajo costo.

Más adelante, y con la continuación de los intereses en la mano de obra proveniente

de China, el gobierno mexicano tomó iniciativa de realizar tanteos diplomáticos favoreciendo
su Política Exterior. Es así como se propuso a la dinastía Qing realizar negociaciones para
firmar convenios de reclutamiento de obreros chinos y establecer relaciones diplomáticas
entre ambos países. Finalmente, el 14 de diciembre de 1899 se formalizó la relación bilateral
mediante la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre China y México,
en donde se establecía que los habitantes podían establecerse y trabajar libremente en ambos

el México independiente, 1821-2000”, Universidad de Granada, España, 2016, pág. 207.

3
Ibídem.
4
Paul Garner, Porfirio Díaz. Del héroe al dictador. Una biografía política, Capítulo 6, Planeta, México,
2010.
5
Xu Shicheng, Los chinos a lo largo de la historia de México, Universidad Autónoma de México, México,
2002.
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países. Después de la firma de este tratado, aumentó la cantidad de inmigrantes de esta
nacionalidad en México. 6

Los inmigrantes comenzaron a poblar el norte del país, ocupando los estados de Baja
California, Coahuila, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Sinaloa y Sonora principalmente, pero
también existió una gran cantidad de chinos en el entonces Distrito Federal. Esto responde a
que en esta parte geográfica se encontraban las principales minas del país, así como el sector
de la agricultura y la construcción de ferrocarriles, en donde la mano de obra era ocupada,
explotada y discriminada, esto debido a que claramente estos hombres representaban un freno
al proyecto modernizador racial a través del mestizaje.

Sin embargo, y a pesar de la permanencia de comunidades asiáticas en esta parte del

país, el principal interés era poder abrirse paso a Estados Unidos, debido a que las
condiciones de prohibición de flujo de migrantes dificultaban cada vez más su paso a aquel
país, en donde al igual que en México, existía xenofobia, pero en nuestro país fue llevada a
niveles más extremos.

Aunado al crecimiento económico que representaban los chinos en México, y como

menciona la autora Beatriz Rivas, la mayoría de los inmigrantes que llegaban tenían intereses
en formar pequeños negocios, eran dueños de almacenes, lavanderías, restaurantes de comida
típica de su país, entre otras pequeñas sucursales que favorecían a la economía de las
comunidades en las que se encontraban, pero que provocaban el recelo de los mexicanos, en
donde la Revolución impulsó un nacionalismo exagerado lo cual desató la xenofobia.

Conclusiones:

Para finalizar, me parece relevante destacar la importancia de la novela “Jamás, nadie”, para
entender otro contexto ocurrido durante el porfiriato y la Revolución Mexicana, en donde la
xenofobia a la sociedad china se hizo evidente en la matanza ocurrida en Torreón, y en las
medidas discriminatorias impulsadas por la sociedad mexicana en torno a la prohibición de

6
Ibídem.
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matrimonios entre mexicanos y chinos, las deportaciones, el aislamiento de las comunidades
y la violencia.

Sin embargo, me parece aún más relevante la hipótesis desarrollada en el presente

ensayo, en donde el interés de entablar relaciones diplomáticas con China surge a partir de
un interés económico en la mano de obra, para lo cual, la Política Exterior de México durante
el porfiriato contempló el crecimiento y el desarrollo económico, así como la apertura al
extranjero, para diversificar sus relaciones económicas y no sólo depender de Europa y
Estados Unidos.

Como mencioné en el cuerpo de este texto, durante el porfiriato se necesitaba de mano

de obra capaz de resistir los constantes abusos por parte de los hacendados, por lo cual el ver
la inmigración de chinos hacia México representó un interés en el desarrollo económico del
país, sin dejar de lado los constantes intereses de mostrar a México con una buena imagen a
nivel internacional.

Después del establecimiento de relaciones diplomáticas, China y México propiciadas

por dicho interés en el mejoramiento de la economía nacional, actualmente mantienen sus
relaciones de cooperación amistosa en pie de igualdad, incrementándose constantemente los
intercambios bilaterales.
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Referencias:

 Beatriz Rivas, Jamás, nadie, Alfaguara, México, 2017.

 Guillermo Espinoza Mendoza, Los inmigrantes chinos en México: una lección
histórica contra la discriminación [en línea], Asociación Cultural para la
Investigación sobre Asia, México, 2010, Recuperado de
http://www.acia.com.mx/los-inmigrantes-chinos-en-mexico-una-leccion-historica-
contra-la-discriminacion/ [consultado 20 de mayo 2019]
 Paul Garner, Porfirio Díaz. Del héroe al dictador. Una biografía política, Capítulo 6,
Planeta, México, 2010.
 Xu Shicheng, Los chinos a lo largo de la historia de México, [en línea],Universidad
Autónoma de México, México, 2002, Recuperado de:
http://sgpwe.izt.uam.mx/files/users/uami/mcheca/LECTURAS_CHINA/LECTURA_3.6C.p
df. [consultado 20 de mayo 2019]