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Materia

DERECHO
POLITICO

Materiales de práctico

CAMBIOS en el PODER JUDICIAL.

La experiencia de BOLIVIA

Contenidos
Páginas

Luis Pásara
Elecciones judiciales en Bolivia Una experiencia inédita ……………………. 1

Gonzalo Kodelia
Elección popular de jueces en el estado plurinacional de Bolivia:
un avance en la democracia …………………………………….……..……………..… 79

Ramiro Orias Arredondo


Reforma judicial en Bolivia Elementos para el diagnóstico y desafíos …. 89

Horacio Andaluz Vegacenteno


La posición constitucional del poder judicial en Bolivia …………….……..…. 193

Josafat Cortez Salinas


El Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia.
Como se distribuye el Poder Institucional ……….…………………………………. 215

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF)


Artículos varios …………………………………………………………………………….….. 225

Constitución Política del Estado Boliviano ………………….…………..……..… 253

AÑO 2019
Elecciones
judiciales en Bolivia
Una experiencia
inédita

Luis Pásara

1
2
Elecciones
judiciales en Bolivia
Una experiencia
inédita
Luis Pásara

1779 Massachusetts Ave., NW, Suite 710 Calle Lisímaco Gutiérrez Nº379
Washington, D.C. 20036 (entre Av. 20 de octubre y Av. 6 de Agosto)
Estados Unidos Sopocachi, La Paz, Bolivia
T: (202) 462 7701 | F: (202) 462 7703 T. F. (591-2) 2432732 - (591-2) 2004424
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3
©2014 Due Process of Law Foundation
Todos los derechos reservados
Impreso en los Estados Unidos de América
Publicado por la Fundación para el Debido Proceso (Due Process of Law Foundation)
Washington D.C., 20036
www.dplf.org

ISBN: 978-0-9912414-0-8

Diseño gráfico: ULTRAdesigns

4
Contenido

Presentación .............................................................................................................. 1

Introducción: Insuficiencias institucionales y dependencia política ....................... 3


Nombramientos, carrera y falta de independencia judicial ............................... 4
Endebleces del sistema de justicia ..................................................................... 6
La opción de elegir a las altas autoridades judiciales ........................................ 7
El presente informe ............................................................................................ 9

1. El diseño normativo ............................................................................................ 11


1.1 De la Comisión Judicial al texto constitucional .................................................. 11
1.2 Las normas sobre la preselección ...................................................................... 15
1.3 Una opción polémica: prohibición de hacer campaña electoral ........................ 17

2. El proceso eleccionario ....................................................................................... 21


2.1 Las comisiones seleccionan ............................................................................... 21
2.2 La Asamblea Legislativa Plurinacional vota ....................................................... 28
2.3 Falta de interés ciudadano y papel del gobierno ................................................ 31

3. Balance de las elecciones judiciales y sus resultados ...................................... 34


3.1 Los resultados; los elegidos ............................................................................... 36
3.2 Enfrentadas valoraciones de la elección judicial ................................................ 36

4. El trabajo de los elegidos .................................................................................... 39


4.1 El desempeño del Consejo de la Magistratura ................................................... 39
4.2 En torno a la independencia del Tribunal Constitucional .................................. 42
4.3 La independencia judicial y las voces del gobierno ............................................ 46

5. El desencanto y las alternativas......................................................................... 49


5.1 Coincidencia en un juicio negativo sobre el proceso electoral judicial .............. 50
5.2 De las críticas al pedido de revocación del mandato ......................................... 54
5.3 ¿Qué hacer con la elección judicial? ................................................................... 60

Conclusiones y recomendaciones ............................................................................. 62


Conclusiones ....................................................................................................... 62
Recomendaciones ............................................................................................... 65

Anexo A: Relación de entrevistados.......................................................................... 65

Anexo B: Publicaciones y textos consultados .......................................................... 66

5
6
/1

Presentación

E
l adecuado funcionamiento del sistema de justicia es un elemento esencial para la existencia de
una democracia efectiva, en la cual exista una relación de pesos y contrapesos entre poderes y se
respete el Estado de derecho1. Para que un sistema de justicia funcione de manera adecuada, la
independencia de la judicatura es imprescindible. Por esta razón, varios tratados internacionales —como
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la Convención Americana sobre Derechos Hu-
manos— establecen el derecho de toda persona a ser oída por un juez independiente cuando se le acuse
de un delito o para determinar los alcances de sus derechos u obligaciones.
En ese cuadro, los procesos de selección y nombramiento de juezas y jueces son una pieza clave para
lograr la independencia judicial: de su calidad depende que los designados reúnan las condiciones que les
permitan resistir injerencias indebidas y fallar imparcialmente. Estos procesos cobran especial relevancia
en el caso de las más altas autoridades judiciales, en razón de las importantes facultades jurisdiccionales
y administrativas que tienen en el sistema de justicia2. Solamente con procesos transparentes y participa-
tivos, basados en la evaluación de méritos de las y los candidatos, y cuyos requisitos y contenidos estén
claramente definidos3, se puede garantizar que las y los mejores profesionales sean seleccionados.
Diferentes instrumentos internacionales, como los Principios Básicos de las Naciones Unidas rela-
tivos a la independencia de la Judicatura, abordan ese tema, para establecer que juezas y jueces deben
ser ‘personas íntegras e idóneas’ y tener ‘la formación o las calificaciones jurídicas apropiadas’, y que los
procesos de selección deben estar orientados a la verificación de estas calidades4. Por su parte, el sistema
interamericano de derechos humanos ha sostenido en su jurisprudencia, que los procesos de selección
judicial deben reunir ‘ciertos parámetros básicos’ para garantizar que las personas escogidas sean las más
idóneas. Los estándares interamericanos se pueden resumir en los siguientes criterios:
1. Garantizar la igualdad de condiciones y la no-discriminación en los procesos de selección.
2. Hacer la selección con sobre la base del mérito y las capacidades de las y los candidatos.
3. Brindar publicidad y transparencia a los procesos.
4. Otorgar una duración suficiente en el cargo para el que se produce el nombramiento.
5. Garantizar que la intervención de órganos políticos en los procesos no afecte la independencia
judicial5.
En nuestro continente, existe una diversidad de sistemas de selección de autoridades judiciales. En
algunos países, como Costa Rica y Uruguay, interviene sólo —o principalmente— el Legislativo. En

1
Ver: Fundación para el Debido Proceso (DPLF), Lineamientos para una selección de integrantes de altas cortes de ca-
rácter transparente y basada en los méritos, Washington, D.C., 2013, disponible en: http://dplf.org/sites/default/files/
seleccion_de_integrante_de_altas_cortes.pdf.
2
Ver: Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Garantías para la independencia de las y los operadores
de justicia. Hacia el fortalecimiento del acceso a la justicia y el estado de derecho en las Américas, Washington, D.C.,
2013, párr. 56.
3
Ver: DPLF, Lineamientos, op. cit.
4
Principio 10 de los Principios Básicos de las Naciones Unidas relativos a la independencia de la judicatura, adoptados
por el Séptimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado
en Milán, Italia, del 26 de agosto al 6 de septiembre de 1985, confirmados por la Asamblea General en sus resoluciones
40/32 de 29 de noviembre de 1985 y 40/146 de 13 de diciembre de 1985.
5
Ver: CIDH, Garantías para la independencia de las y los operadores de justicia, op. cit., párr. 56-108.

7
otros, como en Jamaica, Barbados, y Canadá, es principalmente el Ejecutivo. También se encuentran
sistemas, en países como Estados Unidos, Nicaragua, y Argentina, donde participan tanto el Ejecutivo y
el Legislativo. En otros modelos, el Legislativo actúa en conjunción con otros actores —la sociedad civil,
como es el caso en Honduras, o la comunidad jurídica, en el caso de Guatemala—, y en otros, como Perú,
Colombia, y República Dominicana, un consejo de la judicatura (o magistratura), con determinado nivel
de autonomía, tiene el rol principal.
En Bolivia, la Constitución promulgada en febrero de 2009 estableció un sistema sin precedentes: la
elección de las autoridades judiciales por voto popular. Aunque en países como Estados Unidos y Suiza
existen experiencias de elección de jueces por voto popular, no se eligen a las autoridades judiciales me-
diante ese sistema, sino sólo a jueces de menor rango.
Precisamente por tratarse de un modelo único en el mundo y con el afán de contribuir al estudio
de los procesos de selección judicial y de aportar sugerencias concretas para las autoridades bolivianas,
DPLF y la Fundación Construir nos propusimos analizar la experiencia de elección de autoridades judi-
ciales llevada a cabo en 2011 y sus impactos en el sistema de justicia. Si a esto le sumamos que en 2014,
varias autoridades políticas bolivianas expresaron su insatisfacción con este nuevo de selección judicial
y sus resultados, una investigación seria que documentara el único proceso electoral que se ha realizado
en América Latina bajo ese sistema, así como el desempeño de las autoridades elegidas, parecía oportuna
y relevante.
El informe que ahora presentamos sugiere, a partir de información documental y empírica que
recoge la mirada de distintos actores, que a tres años del primer proceso eleccionario judicial popular
la justicia no parece haber sido sustancialmente modificada; no obstante, la experiencia deja algunas
lecciones aprendidas y diferentes opciones para el cambio.
Es oportuno destacar es que para DPLF y Fundación Construir, como para otras voces expertas,
no existe un sistema ideal para designar a los jueces. Lo que resulta esencial es que se respeten ciertos
parámetros en un proceso de selección, que tienen como base tanto el derecho internacional como la
experiencia adquirida a lo largo de las últimas décadas, sea cual sea el modelo que cada país considera el
más adecuado para su realidad. Tales parámetros corresponden esencialmente a la necesidad de designar
jueces sobre la base de sus méritos, demostrados en un proceso de selección transparente.
Esperamos que esta investigación dé luces para diseñar los siguientes pasos en la revisión del proce-
so de selección de altas autoridades en Bolivia. De igual manera, esperamos que aliente el debate, en los
sectores académicos y las organizaciones sociales bolivianas, acerca del mecanismo más adecuado para
escoger y designar a las más altas autoridades judiciales, teniendo en mente el propósito de asegurar la
independencia judicial.
DPLF y la Fundación Construir expresamos nuestro especial reconocimiento a Luis Pásara, experto
en temas de justicia en América Latina y senior fellow de DPLF, quien tuvo a su cargo la investigación
de campo y el laborioso trabajo de redacción. De igual manera, agradecemos a los funcionarios estatales
entrevistados para este informe, listados en uno de los anexos de esta publicación, y a las y los colegas de
organizaciones bolivianas por sus aportes imprescindibles. Finalmente, nuestro agradecimiento para la
Fundación Tinker por hacer posible esta publicación con su apoyo financiero.

Katya Salazar Ramiro Orías


Directora Ejecutiva Director Ejecutivo
Fundación para el Debido Proceso (DPLF) Fundación Construir

8
/3

Introducción
Insuficiencias institucionales
y dependencia política

“La mayoría de los análisis realizados por expertos en la temática


y por instituciones de derechos humanos en Bolivia,
coinciden en señalar a la justicia como el área donde
se evidencia una de las más profundas crisis heredadas del sistema republicano. (…)
La crisis del sistema judicial y su afectación directa sobre los derechos humanos
se evidencia en una serie de datos y factores como la retardación de justicia,
la falta de transparencia, la aparente permeabilidad a la influencia del poder político,
la carencia de recursos, el excesivo e irracional formalismo de los procesos
que afecta al debido proceso, entre otros”.
Defensoría del Pueblo, XV Informe a la Asamblea Legislativa Plurinacional, La Paz, 2013, p. 75.

C
omo resultado de la visita que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hizo
a Bolivia en 2007, produjo un informe en el que se registró que “de los 327 municipios de Bolivia
tan sólo 180, es decir el 55%, cuenta con algún juez; tan sólo 76, es decir el 23%, cuenta con algún
fiscal; y tan sólo 11, es decir el 3%, cuenta con algún defensor público”6. Dos años después, en el capítulo
de su informe anual dedicado a seguimiento, la CIDH reiteró en torno al caso de Bolivia que “la falta de
cobertura judicial perpetúa la exclusión de ciertos sectores de la sociedad” y “fomenta la impunidad de
violaciones de derechos humanos y alienta su repetición”. En ese texto, la Comisión recordó
al Estado boliviano que de conformidad con el artículo 25 de la Convención Americana, todas las
personas bajo su jurisdicción deben tener la posibilidad de acudir a las instancias judiciales y obtener
de ellas una respuesta a sus reclamos dentro de las garantías del debido proceso. El ejercicio de estos
derechos supone la existencia de un sistema judicial que cubra todo el territorio del Estado7.
Aún en 2012, el panorama que recogió un informe de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para
los derechos humanos no resultó muy distinto del señalado por la CIDH cinco años antes: “de acuerdo
a los datos del Consejo de la Judicatura existen 764 jueces y tribunales en todo el territorio nacional, de
los cuales 341 el 44% se encuentran en provincias, y cubren sólo el 47,6% de los municipios de Bolivia”8.
Como señaló en 2013 el informe de la Defensoría del Pueblo citado en el epígrafe, diversas evi-
dencias y múltiples factores han concurrido tanto a la endeblez del aparato institucional como a la in-
suficiencia de su producción. Entre ellos, el reporte de la CIDH destacó la “corrupción de los jueces”, a

6
CIDH. Acceso a la justicia e inclusión social: el camino hacia el fortalecimiento de la democracia en Bolivia. OEA/Ser.
L/V/II. Doc. 34. 28 de junio de 2007. Resumen ejecutivo, párr. 14.
7
CIDH. Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2009. OEA/Ser.L/V/II. Doc. 51 corr. 1, 30
diciembre de 2009, cap. 5, párr. 61.
8
Consejo de Derechos Humanos, 19º periodo de sesiones, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos sobre las actividades de su oficina en el Estado Plurinacional de Bolivia, A/HRC/19/21/Add.2,
2 de febrero de 2012, párr. 52.

9
4 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

propósito de la cual señaló “la injerencia política y el tráfico de influencias como el único medio para
obtener resultados” en el aparato de justicia9.

Nombramientos, carrera y falta de independencia judicial


En Bolivia, como en casi todos los países latinoamericanos, el nombramiento de los jueces ha sido histó-
ricamente una atribución del poder político y en el ejercicio de esa facultad —constitucional y legalmen-
te reconocida— se encuentra el eslabonamiento entre aquéllos que detentan el poder y quienes deben
decidir sobre la libertad y el patrimonio de los ciudadanos. Según esa larga tradición, en el caso boliviano
hasta la reforma constitucional de 1994 los Ministros de la Corte Suprema de Justicia eran designados
por la Cámara de Diputados de ternas propuestas por la Cámara de Senadores; los vocales de la Corte
Superior de Justicia eran designados por la Cámara de Senadores de ternas propuestas por la Corte
Suprema de Justicia; y los jueces de instancia eran designados por la Corte Suprema de Justicia10.
La reforma constitucional de 1994 dispuso que los ministros de la Corte Suprema fueran designados
por el Congreso mediante el voto de dos tercios del total de sus miembros; los vocales de corte superior
debían ser designados por la sala plena de la Corte Suprema, y finalmente, los jueces serían designados
por la sala plena de la respectiva corte superior; pero en los tres casos la designación debía hacerse a
partir de nóminas formuladas por el Consejo de la Judicatura. Acerca de la selección y designación de los
magistrados de las altas cortes bolivianas —Corte Suprema y Tribunal Constitucional— y del fiscal ge-
neral, en 2007 el informe de la CIDH registró información según la cual “estas designaciones continúan
realizándose mediante procedimientos sin garantías de transparencia, y la reforma constitucional de
1994 sobre los dos tercios de voto no ha contribuido a eliminar esta situación”. Al tiempo que la carrera
judicial no se había implementado efectivamente, sus objetivos resultaban erosionados por “la perma-
nencia de sistemas tradicionales de selección en los cuales primarían los intereses políticos”.
Según el informe, en la “selección de jueces tras el envío de las nóminas por parte del Consejo de la
Judicatura a otros órganos encargados de la designación”, éstos utilizaban en la práctica criterios distin-
tos, para dejar “de lado la mayoría de las veces la evaluación técnica inicialmente obtenida a partir de los
concursos de oposición”; esto es, que “con independencia de los resultados obtenidos en las evaluaciones
previas, los órganos designadores tienen libertad para seleccionar de la lista de nominados con sus pro-
pios parámetros”.
En el mismo sentido, en un balance sobre el tema se ha considerado que, pese a la modificación en
el sistema de nombramientos y “salvando honradas excepciones, las designaciones no fueron realizadas
sobre la base de la comprobación objetiva de la idoneidad y probidad profesional sino por favores polí-
ticos”11. En otras palabras, “los partidos políticos se repartieron los nombramientos de magistrados en el
Parlamento” y, como resultado, “Seguramente hubo algunos meritorios, pero la gran mayoría estuvieron
en el marco del tutelaje político para ejercer sus funciones”12.

9
CIDH. Acceso a la justicia e inclusión social: el camino hacia el fortalecimiento de la democracia en Bolivia. OEA/Ser.
L/V/II. Doc. 34. 28 de junio de 2007. Cap. II, párr. 57.
10
Rivera S., J. A. (2011, diciembre). La democratización del sistema judicial del Estado. Documento de discusión. Cocha-
bamba: Proyecto de Fortalecimiento Democrático.
11
Rivera S., J. A. (2011, diciembre). La democratización del sistema judicial del Estado. Documento de discusión. Cocha-
bamba: Proyecto de Fortalecimiento Democrático.
12
Pinto Quintanilla, J. C. (2011). Bolivia: lecciones de una elección inédita. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurina-
cional de Bolivia, p. 6.

10
Introducción / 5

El prolijo informe elaborado por la CIDH recogió diversos problemas existentes en la carrera de
las instituciones del sistema de justicia. De un lado, “la persistencia de vacancias por largos periodos
en las más altas autoridades judiciales, así como la amplia utilización de la situación de ‘interinato’ para
suplir las deficiencias en los nombramientos de aquéllas según los procedimientos constitucionales”, y de
otro, “irregularidades en el sistema de ingreso y ascenso de jueces y de falencias en la implementación
de la carrera fiscal” que contaminaban también “la aplicación de los sistemas disciplinarios de jueces y
fiscales”13. La información recabada por la CIDH en 2007 indicaba que “desde 1998 no se ha efectuado
ninguna evaluación” y que los procedimientos de control disciplinario de jueces y fiscales estaban ca-
racterizados por “la falta de efectividad”14. Específicamente, en relación con la independencia judicial, la
Comisión dijo haber observado “diversos elementos que pueden cuestionar la independencia, imparcia-
lidad e idoneidad de los jueces en Bolivia” y dio cuenta de la existencia de
una percepción muy fuerte de que los poderes Ejecutivo y Legislativo no respetan la independencia
judicial. En tal sentido se recibieron denuncias sobre la continuidad de la injerencia desde las más al-
tas autoridades del Estado mediante declaraciones públicas manifestando oposición directa a ciertas
decisiones judiciales, o posicionándose sobre casos pendientes de decisión, particularmente los de
mayor sensibilidad para la opinión pública15.
La justicia boliviana parece haber arrastrado históricamente una situación de la misma naturaleza:
“La ineficiencia, la corrupción y la injerencia política han sido habituales a lo largo de nuestra historia
republicana”16. En esa condición, el estado deficiente del sistema de administración de justicia aparece
causalmente vinculado a su dependencia del poder: “Uno de nuestros grandes males institucionales ha
sido y es aún la existencia de una justicia subordinada al poder político y económico que convirtió a todo
un sistema de administración judicial en ineficiente, corrupto, discriminador, partidizado y prebendi-
zado”17. Un juez entrevistado durante la preparación de este informe sintetizó el proceso seguido por el
país en este aspecto:
En la justicia, en esencia no ha variado nada desde 1825. Se han intentado reformas pero no una
profunda porque ningún gobierno ha formulado una política judicial. En todos los programas de
gobierno la parte judicial es la más débil. Los políticos siempre tienen la tentación de ejercer influen-
cia en el judicial, en democracia o en dictadura. En la Constitución se reconoce la independencia
judicial, la autonomía presupuestaria y la carrera judicial. Nada se cumple18.
Varios de nuestros entrevistados pusieron énfasis en las severas limitaciones del sistema de nombra-
mientos tradicional: “La elección por el congreso era prebendal, no avanzó en calidad ni en independen-
cia. Se dio un paso cualitativo cuando se aprobó la regla de los dos tercios [en octubre de 1992] pero no

13
CIDH. Acceso a la justicia e inclusión social: el camino hacia el fortalecimiento de la democracia en Bolivia. OEA/Ser.
L/V/II. Doc. 34. 28 de junio de 2007. Resumen ejecutivo, párr. 14 y 15.
14
CIDH. Acceso a la justicia e inclusión social: el camino hacia el fortalecimiento de la democracia en Bolivia. OEA/Ser.
L/V/II. Doc. 34. 28 de junio de 2007. Cap. II, párr. 77, 81, 83, 85 y 101.
15
CIDH. Acceso a la justicia e inclusión social: el camino hacia el fortalecimiento de la democracia en Bolivia. OEA/Ser.
L/V/II. Doc. 34. 28 de junio de 2007. Cap. II, párr. 70 y 71.
16
Quiroga T., J. A. (2014, 16 de abril). El colapso del sistema judicial, síntoma de la crisis del Estado corporativo. Nue-
va Crónica y Buen Gobierno, 142. http://www.nuevacronica.com/politica/el-colapso-del-sistema-judicial-sinto-
ma-de-la-crisis-del-estado-corporativo/
17
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales. La Paz: Muela del Diablo Editores, p. 5.
18
Sánchez Morales, R. Entrevista, La Paz, 5.6.14.

11
6 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

se cambió el sistema; se mantuvo el cuoteo”19. Más aún, “los operadores políticos partidarios utilizaban
el cuoteo no sólo para el partido sino en provecho propio desde los años cincuenta”20.
Quienes han abordado el tema insisten en señalar el núcleo del problema: “la designación de las
principales autoridades del Órgano Judicial, siempre fue política y estaba sujeta a las negociaciones,
‘cuoteo’ o repartija, entre las fuerzas políticas con mayoría parlamentaria”21. Desde ese punto de partida,
la independencia judicial, más allá de lo que declarasen las normas legales, ha adoptado en el país un
perfil severamente limitado: “En los hechos, el Órgano Judicial tiene la independencia que los políticos
estén dispuestos a cederles o, lo que es lo mismo, siempre ha tenido una ‘independencia controlada’. (…)
La independencia judicial ha estado, por tanto, condicionada políticamente, más que determinada por
las reglas y estructuras formales”22.

Endebleces del sistema de justicia


Como resultante de la acción de los factores enunciados, el rendimiento institucional ha sido pobre.
De esto último es evidencia la propuesta firmada por el presidente de la Corte Suprema, en octubre de
2006, con ocasión de los trabajos de la Asamblea Constituyente, instalada en Sucre dos meses antes. La
propuesta declara “el propósito de adecuarse a los cambios que se avecinan para hacer más eficiente,
oportuna y transparente la administración de justicia” y refleja las conclusiones del encuentro “El Poder
Judicial en la Nueva Constitución”, en el que participaron —en julio del mismo año—, los ministros de
la Corte Suprema, presidentes de las cortes de distrito, representantes de vocales y jueces, así como de-
legados de la Asociación de Magistrados de Bolivia. El texto refleja la incapacidad de la judicatura para
pensar la institución y su tarea, más allá de los límites heredados.
Para los jueces bolivianos, cuya opinión expresa el texto, la independencia judicial es un asunto de
raíz económica: “para llegar a una real independencia del Poder Judicial, se hace necesario que la nueva
Constitución Política del Estado le otorgue plena autonomía económica al Poder Judicial”. La propuesta
que se formula consiste en que: “Debe asignarse al Poder Judicial el monto del 5% del Presupuesto Ge-
neral de la República”. Además, el texto “considera necesario suprimir el Consejo de la Judicatura y en su
reemplazo se propone la creación” de tres direcciones administrativas dentro de la Corte Suprema, cuyas
funciones se propone ampliar para que abarque todo el manejo administrativo del Poder Judicial. Una de
las direcciones propuestas —la Dirección de Recursos Humanos, Formación y Capacitación— debería
encargarse “de efectuar el proceso de convocatoria, selección, clasificación y elaboración de nóminas de
postulantes a Ministros de la Corte Suprema de Justicia; Magistrados del Tribunal Constitucional; Voca-
les de las Cortes Superiores de Justicia y Jueces”. Entregado así a la entonces Corte Suprema el manejo del
aparato judicial, en el proyecto se plantea también ampliar de doce a dieciocho el número de integrantes
de la Corte y mantener su designación por el Congreso, con dos tercios de votos, estableciéndose que la
mitad de ellos provengan de la carrera judicial. El cordón umbilical de los nombramientos, que históri-
camente aseguró la relación entre el poder político y los jueces, permaneció inalterado en la propuesta.

19
Valda Martínez, L. Entrevista, Sucre, 9.6.14.
20
Borth, C. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
21
Herrera Añez, W. (2013). El estado de la justicia boliviana. Del Estado Republicano al Estado Plurinacional. Cocha-
bamba: Grupo Editorial Kipus, pp. 44-45.
22
Herrera Añez, W. (2013). El estado de la justicia boliviana. Del Estado Republicano al Estado Plurinacional. Cocha-
bamba: Grupo Editorial Kipus, pp. 44-45.

12
Introducción / 7

En el cuadro de debilidad del sistema de justicia que se ha trazado debe incorporarse un hecho sig-
nificativo: Bolivia es uno de los países de América Latina que, después de Guatemala, exhibe el más alto
número de linchamientos. El Defensor del Pueblo interpretó ese dato, en julio de 2013, como expresión
de “un alto grado de insatisfacción con el acceso a la justicia; por eso el linchamiento es como el ‘trámite
más rápido’”. Un analista ha observado que “La medición del Barómetro de las Américas indica que la
aprobación de ‘hacer justicia por mano propia’, se ha incrementado notablemente desde el año 2010,
alcanzando en 2012 el nivel más alto de aprobación registrada desde el 2004 y revirtiendo una tendencia
de cuatro años de reducción en los niveles de aprobación de esta práctica”23.
En 2013, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas expresó “su preocupación ante el
elevado número de casos de linchamiento” y subrayó que “los informes recibidos (…) dan cuenta de los
escasos procesos penales contra los posibles responsables”24. Oporto, el analista antes citado, coincide
con el Defensor del Pueblo al concluir que el fenómeno es “una de las consecuencias de la debilidad
institucional del sistema judicial más negativas para la sociedad boliviana”25. Resulta forzoso concordar
en que, cualquiera sea la interpretación que se dé a este fenómeno, ni su gestación ni su falta de sanción
pueden ser desvinculadas del funcionamiento del aparato de justicia.
En conjunto, se está ante el hecho de que en Bolivia “la administración de justicia se ve afectada por
algunas prácticas vulneradoras de derechos que subsisten y desembocan muchas veces en impunidad”26.
De ahí que un entrevistado sostuviera enfáticamente que “El Estado de derecho en Bolivia está en el
papel”27.
En el centro de esa falencia aparece la justicia que se intentó reformar a partir de la Constitución de
2008. En este propósito se adjudicó un rol clave a la elección popular de los integrantes de las más altas
instancias del sistema, en el entendido de que “la independencia e imparcialidad de las instituciones de
justicia están relacionadas estrechamente con la selección democrática de sus titulares”28.

La opción de elegir a las altas autoridades judiciales


Bolivia es el único país donde, a partir de 2011, se elige a los integrantes de los más altos tribunales de
justicia y a los miembros de la entidad rectora que tiene a su cargo la carrera judicial. En varios otros
países se elige a los jueces de paz o de nivel equivalente; es el caso de Perú, Colombia, Venezuela y de
algunos municipios franceses. Y Japón “es el único país del mundo en el que el pueblo vota, ratificando o
rechazando, las designaciones de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y es esta Corte
la que confecciona la nómina de los jueces a ser designados para los tribunales inferiores”29. En efecto, el
artículo 79 de la Constitución japonesa dispone que los jueces de la Corte Suprema, “con excepción del
Presidente, serán designados por el Gabinete”, pero somete tales nombramientos a una votación popular:

23
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, pp. 28-29.
24
Comité de Derechos Humanos (2013, 14 de octubre-1 de noviembre, párr. 11). Observaciones finales sobre el tercer
informe periódico del Estado Plurinacional de Bolivia.
25
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, pp. 28-29.
26
XIV Informe de la Defensoría del Pueblo a la Asamblea Legislativa Plurinacional (2012). La Paz.
27
Yáñez, A. Entrevista, Sucre, 11.6.14, p. 20.
28
Paredes Zárate, R. (2012). La ampliación del derecho al sufragio y la cuestión judicial. La Paz: Tribunal Supremo Elec-
toral, p. 14.
29
Posse Molina, I. (2003). Elección de los jueces de la corte suprema por el voto directo del pueblo. La ley, tomo 2003-C,
p. 1377.

13
8 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

La designación de los jueces de la Corte Suprema será sometida a la consideración de los electores en
la primera elección general de miembros de la Cámara de Representantes que se realice después de
sus nombramientos, y este procedimiento se repetirá nuevamente, una vez transcurridos diez (10)
años, en la primera elección general de miembros de dicha Cámara, y así sucesivamente.
En Estados Unidos y en Suiza se elige a los jueces, pero no a las autoridades judiciales del nivel más
encumbrado. En el caso estadounidense, ningún juez federal es elegido popularmente; tratándose del
nivel estadual, “solo cinco de los 50 estados”, afirmó Champagne en 2009, “no prevén elecciones judicia-
les”30; en ese mismo año, otro autor calculó que “más del 80% de los jueces que integran los tribunales es-
tatales y locales dependen de elecciones públicas. Los pormenores de estos procesos electorales, al igual
que la duración de su mandato judicial, varían según el tribunal y el estado”31. Tratándose de la materia
penal, en 39 estados los jueces de sentencia deben enfrentar procesos electorales para permanecer en el
cargo32. Un informe referido sólo a la elección de cortes supremas estaduales dio cuenta de que, sobre un
total de 51 entidades federativas —50 estados más el distrito de Columbia—, en 22 estados existe, para
este efecto, elección popular; en 13 de ellos se “eligen los jueces de su tribunal supremo a través de elec-
ciones ‘apartidarias’ (es decir, sin que incida la afiliación a partidos políticos) y otros 9 estados celebran
elecciones partidarias”33.
Se ha dado atención a las elecciones judiciales estadounidenses en numerosos y extensos análisis
que han permitido, entre otros aspectos, concluir en que las diferencias entre jueces elegidos o designa-
dos por otra vía son mínimas34 y destacar que el carácter formalmente “no partidario” de las elecciones
judiciales, que se halla establecido normativamente en algunos estados, no impide que de hecho en las
elecciones participen las agrupaciones políticas, aunque no aparezcan como tales35. Es de interés el punto
de vista de Robert Alsdorf, quien se desempeñó como juez en el estado de Washington durante quince
años, habiendo sido elegido en cuatro comicios, y apunta acerca de los cargos judiciales de carácter
vitalicio: “Este tipo de seguridad permite que los jueces apliquen las leyes (…) sin la preocupación de
que serán removidos de su cargo cuando sus decisiones irriten al poder de turno”36 y, en relación con las
elecciones judiciales añade:
Cuando los jueces dependen de elecciones, los votantes deben contar con suficiente información
para poder realizar una elección inteligente entre los distintos candidatos. Esto suscita numerosos
interrogantes. ¿Quién seleccionó o nominó a este candidato? ¿Quién apoya a este candidato? ¿Goza
el candidato de prestigio profesional? ¿Tiene el candidato una postura intolerante o parcial? ¿A qué
posturas se adhiere el candidato? ¿Existe un comité o grupo apartidario que pueda pronunciarse
públicamente sobre el candidato y calificar su capacidad con claridad?37.

30
Champagne, A. (2009, julio). La elección de jueces en los Estados Unidos. Aportes, 10, p. 12.
31
Alsdorf, R. H. (2009, julio). Elecciones judiciales: una opinión personal. Aportes, 10, p. 15.
32
Huber, G. A. & Gordon S. C. (2004, abril). Accountability and Coercion: Is Justice Blind when It Runs for Office? Ame-
rican Journal of Political Science, vol. 48, Issue 2, pp. 247-263.
33
Kirkland & Ellis (s/f). El desafío de seleccionar a los mejores. La selección de altas autoridades judiciales en Estados
Unidos, Europa y Asia. Washington, D.C.: Due Process of Law Foundation, p. 12.
34
Sobre la base del extenso trabajo empírico disponible, sostiene enfáticamente esta tesis Webster, P. D. (1995-1996).
Selection and Retention of Judges: Is there One “Best” Method? 23 Florida State University Law Review.
35
Champagne, A. (2009, julio). La elección de jueces en los Estados Unidos. Aportes, 10, p. 12.
36
Alsdorf, R. H. (2009, julio). Elecciones judiciales: una opinión personal. Aportes, 10, p. 16.
37
Alsdorf, R. H. (2009, julio). “Elecciones judiciales: una opinión personal”. Aportes, 10, p. 17.

14
Introducción / 9

En términos más generales, se ha sostenido que “la persistencia de las elecciones judiciales en los
EE.UU. se debe más a la inercia y a los intereses creados que a sus impactos positivos. En la mayoría de
casos se considera negativa esta forma de selección judicial por su tendencia a repolitizar la justicia”38.
En Suiza, los cantones tienen autonomía para establecer, en sus propias constituciones y leyes de
organización judicial, la forma de designar a los jueces. Los artículos 122 y 123 de la Constitución “atri-
buyen explícitamente a los veintiséis cantones suizos la competencia en materia de ‘organización ju-
dicial’”; el artículo 191b precisa que los cantones “deberán crear autoridades judiciales”. “Se diseña así
un variopinto organigrama judicial, que presenta diferencias significativas entre los distintos cantones”.
Como resultado, “el régimen de elección de los jueces varía sustancialmente de un cantón suizo a otro”39.
Según Idón Chivi, alto funcionario del gobierno boliviano, en el Ministerio de Justicia se elaboró
en 2006 el proyecto que el Poder Ejecutivo hizo llegar a la Asamblea Constituyente con la propuesta de
que se eligiera a los jueces. El proyecto consideraba dos variantes; la primera era la que en definitiva fue
adoptada, de elegir a los integrantes de las cúpulas de las instituciones del sistema; la segunda incluía
también la elección de los vocales de cortes departamentales. Se optó por la primera porque, si bien “se
trató de romper el cuoteo partidario, que controlaban genealogías judiciales y logias masónicas”, hubo de
reconocerse que “elegir a todos los jueces era muy complicado”. El entrevistado reveló que “la idea surgió
en Evo [Morales] durante un viaje a Suiza, donde supo que elegían a los jueces”40. La forma normativa
que el planteamiento adoptó en el caso boliviano será materia de examen en la primera sección de este
informe.

El presente informe
Dado el carácter único de la elección popular de altas autoridades judiciales en Bolivia, el interés del
tema y el propósito de examinar sus resultados resultan evidentes. Sobre la base de un trabajo de campo
efectuado en junio de 2014, el presente informe está centrado en esa elección, que tuvo lugar en octubre
de 2011, según lo establecido en la Constitución de 2008. En lo que se refiere al seguimiento de los he-
chos, el informe concluyó el recojo de información el 31 de julio de 2014.
La preparación de este informe no hubiera sido posible sin el apoyo constante de la Fundación
Construir y, en particular, de su director, Ramiro Orías. Debe destacarse la apertura y generosidad de los
entrevistados, cuya relación aparece en el anexo A41. Varios de ellos, además de responder las cuestiones
que les fueron planteadas, colaboraron con el estudio mediante la entrega de antecedentes y documentos
de importancia. Lamentablemente, cuatro personalidades no respondieron positivamente la solicitud
de entrevista que les fuera formulada: Jorge von Borries, presidente del Tribunal Supremo; Héctor Arce,
procurador general del Estado; Ramiro Guerrero, fiscal general, y Sandra Gutiérrez, ministra de Justi-
cia. Ruddy Flores, magistrado del Tribunal Constitucional, aceptó la entrevista y luego se excusó. En el
análisis de casos, Juan Pappier aportó una colaboración significativa. Diana Cornejo se hizo cargo de la
edición del texto.

38
Hammergren, L. (2009, julio). “Selección de jueces por voto popular en América Latina: ¿Servirá el ejemplo de las elec-
ciones estadounidenses?”. Aportes, 10, p. 19.
39
Plá, A. (2013). “El federalismo judicial en Suiza”. En Gerpe Landína M. y Cabellos Espiérrez, M. A. (Coords.), Poder
judicial y modelo de Estado. Barcelona: Atelier Libros Jurídicos, pp. 79, 81 a 83.
40
Entrevista, La Paz, 6 de junio de 2014.
41
Alguno de los entrevistados solicitó que sus declaraciones no le fueran atribuidas textualmente y esa condición ha sido
respetada al redactar este informe.

15
10 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

El presente informe se halla organizado en cinco secciones, precedidas de esta introducción y segui-
das de unas breves conclusiones y recomendaciones42. En la primera sección se examina el conjunto de
normas, desde las constitucionales hasta las reglamentarias, que enmarcaron la elección de autoridades
judiciales. La segunda pasa revista al proceso eleccionario, con especial énfasis en la fase de preselección
de los candidatos, que estuvo a cargo de la Asamblea Legislativa Plurinacional. En la tercera sección se
da cuenta de las elecciones realizadas el 16 de octubre de 2011, sus resultados y las valoraciones efec-
tuadas en torno a los comicios por diversos actores. La cuarta sección explora el trabajo realizado por
las autoridades elegidas, utilizando algunos elementos de juicio disponibles acerca del desempeño del
Consejo de la Magistratura y del Tribunal Constitucional Plurinacional. La última sección comprueba el
desaliento que desde diferentes posiciones se compartía en 2014 con respecto a los frutos de la elección
judicial y se examina las proposiciones públicamente formuladas para reformar o sustituir el mecanismo
de elección de autoridades judiciales, prestándose particular atención a las propuestas gubernamentales.
Finalmente, se extrae algunas conclusiones y se formula unas breves recomendaciones.

42
Las citas de textos publicados que se incluyen en el presente informe reproducen estrictamente el original; esto es, no
se ha editado ni modificado la versión publicada. La relación de textos consultados aparece en el anexo B.

16
/ 11

1. El diseño normativo

“Finalmente, será la sociedad civil la que elija a los y las magistrados”.


“Glosario de la nueva Constitución Política del Estado”.
En Idón Moisés Chivi Vargas (Coord.) (2010).
Bolivia. Nueva Constitución política del Estado.
Conceptos elementales para su desarrollo normativo,
La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional, p. 210.

“son personas que no cargan el peso de elección


producida en sede legislativa y ejecutiva
(…) Sienten, por lo tanto, que no tienen deuda alguna con
las sedes legislativa y ejecutiva,
ni deben favores a las organizaciones políticas”.
Paredes Zárate, R. (2012). La ampliación del derecho al sufragio y la cuestión judicial,
La Paz: Tribunal Supremo Electoral, p. 303.

1.1 De la Comisión Judicial al texto constitucional

E
l examen del Informe por unanimidad, consenso o en disenso de la Comisión Judicial de la Asam-
blea Constituyente43 indica que el 12 de julio de 2007 se sometió a votación, artículo por artículo,
la propuesta que el Movimiento al Socialismo (MAS) formuló en la subcomisión de Justicia Or-
dinaria. El artículo 6 de este proyecto decía al inicio: “SELECCIÓN, ELECCIÓN DE MAGISTRADOS.-
Los Magistrados serán elegidos mediante voto popular sobre la base de la participación ciudadana, que
garantice la legalidad, legitimidad e idoneidad en el desempeño de sus delicadas funciones”. En la Co-
misión fue aprobado por siete votos a favor —seis de ellos pertenecientes al MAS—; los tres votos en
contra pertenecieron a la oposición. La propuesta alternativa fue la de Podemos-MNR y en su artículo 3
establecía que los miembros del Tribunal Supremo de Justicia serían “elegidos y designados por el Con-
sejo Nacional de la Magistratura”. Desde luego, la votación de este otro proyecto dio como resultado el
contrario al obtenido por la propuesta del MAS.
En lo referido al Consejo Nacional de la Magistratura, el proyecto del MAS adoptó una elaboración
más restringida: “Bajo el principio de control de la justicia; debe depender de la voluntad y decisión del
pueblo boliviano; conformado por 5 personas, designadas de forma corporativa regulada por ley expre-
sa”. Obtuvo cinco votos, frente a tres en contra y una abstención. La fórmula de la minoría, de Podemos
- MNR, propuso integrar el Consejo con nueve miembros, en representación de diversas instituciones
(dos por la Asociación de Magistrados y Jueces de Bolivia, dos por el Colegio Nacional de Abogados,
uno por las universidades públicas, uno por las universidades privadas acreditadas, uno por la Confede-

43
Enciclopedia histórica documental del proceso constituyente boliviano (s/f). Informes de comisiones, tomo III, vol. 1,
La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, pp. 727 y ss.

17
12 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

ración de Profesionales de Bolivia, uno por la Federación de Empresarios Privados de Bolivia y uno por
la Central Obrera Boliviana). Obtuvo tres votos a favor y seis en contra.
En la misma sesión se aprobó por unanimidad la composición del Tribunal Constitucional, “inte-
grado por nueve magistrados y nueve suplentes, designados por cada departamento, oriundos del lugar”.
Pero cuando se abordó la forma de designación, los miembros de la Comisión se dividieron de la for-
ma usual. La proposición del MAS, aprobada con el respaldo de siete votos, incluyó la misma fórmula
propuesta para el Tribunal Supremo: “Los Magistrados serán elegidos por voto popular, sobre la base
de la participación ciudadana que garantice la legalidad, legitimidad e idoneidad en el desempeño de
sus delicadas funciones”. En cambio, la propuesta minoritaria planteó: “Los magistrados del Tribunal
constitucional serán nombrados por el Congreso Nacional, por 2/3 de votos del total de sus miembros,
respetando la prelación de las ternas numeradas propuestas del Consejo de la Magistratura, dichas ter-
nas serán el resultado de calificación curricular y convocatoria a exámenes de competencias públicos”.
Respecto de la designación de los miembros del Tribunal Agrario y Agroambiental, el MAS aprobó con
siete votos los mismos términos que para las otras dos instancias.
Según uno de nuestros entrevistados —un experimentado ex parlamentario que siguió el proceso—,
en la gestación constitucional “no se discutió en serio; en general, el texto de la nueva Constitución no se
discutió mucho. En la Asamblea Constituyente no hubo ni una sola sesión plenaria y de la Comisión de
Constitución tampoco salió el texto finalmente aprobado. Había un equipo del gobierno con dos aseso-
res españoles. Los textos llegaban prefabricados y se aprobaban”44. El trabajo de la Comisión Judicial ha
merecido un juicio bastante severo de parte de quien historió el desenvolvimiento de la Asamblea Cons-
tituyente: “el caos también destacó en esta comisión que finalmente jamás aclaró sus nuevas perspectivas
sobre la administración de justicia porque repitió lo ya conocido en la Constitución de 2004”45.
Tal opinión aparece algo extrema, aunque debe reconocerse que la revisión de las actas de la Comi-
sión no proyecta mucha luz sobre las discusiones en torno al asunto de la designación de los integrantes
de las cúpulas institucionales del sistema de justicia. Algunos aspectos del tema aparecen en las actas de
modo eventual, sin que la discusión llegue a ser exhaustiva. Así, en los registros se encuentra un diálogo
algo enconado en el que se oponen, de un lado, la propuesta de hacer lugar a indígenas en las cúpulas
judiciales y, de otro, la insistencia en que se reconozca los méritos de quienes postulen a ocupar los car-
gos46. Desde esta última posición, el constituyente Freddy Ibáñez (MNR) puso énfasis en que
se tiene que escoger a los mejores, y que se de un examen de competencia publicó (…). Me parece
absurdo que en pleno siglo XXI no se reconozcan, los títulos, el conocimiento, el estudio, la prepa-
ración, la ciencia, la tecnología, esto es una atrocidad. (…) no podemos pisotear a aquellas personas
que sean empresarios, académicos, estudiantes, intelectuales, por el solo hecho de haberse preparado
y estudiado y vamos a privilegiar a los indígenas por el solo de ser indígenas se les da un sinfín de
privilegios.

44
De la Parra, A. Entrevista, La Paz, 5.6.14. El papel desempeñado por los asesores españoles, encabezados por Roberto
Viciano Pastor, ha sido abordado por diversas publicaciones periodísticas; véase: http://lapatriaenlinea.com/index.
php?t=espanol-que-asesoro-en-constituyente-defiende-control-politico-de-constitucion&nota=75600; http://www.
levante-emv.com/comunitat-valenciana/2014/06/19/fundacion-valenciana-nutre-ideas-gobiernos/1127279.html.
45
Gamboa Rocabado, F. (2009). Dilemas y conflictos sobre la Constitución en Bolivia. Historia política de la Asamblea
Constituyente. La Paz: Konrad Adenauer Stiftung, p. 199.
46
Enciclopedia histórica documental del proceso constituyente boliviano (s/f). Informes de comisiones, tomo III, vol. 1.
La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, p. 770-772.

18
1. El diseño normativo / 13

Como respuesta, el constituyente Víctor Borda expuso, entre otros argumentos, que:
Me parece que el proyecto que ha propuesto PODEMOS y el MNR es excluyente, porque ustedes sa-
ben que el hecho de que el Congreso siga siendo el que elija a las altas autoridades del poder judicial
es una barbaridad, porque saben que jamás van a votar por un indígena (…) ustedes proponen que
siga así, la justicia en Bolivia primero ha sido de los empresarios privados, y después los políticos.
(…)
Respecto a los miembros de Consejo de la Judicatura ya, (…) que este la gente profesional, hagamos
una ley de la meritocracia, que el que sabe entre en las instituciones, si un originario le gano en me-
rito a este señor blanco, mestizo que entre.
La réplica de Ibáñez revela que el enfrentamiento de posiciones giraba en torno a si dar o no un
espacio propio a los candidatos de origen indígena: “No se puede premiar la incultura ni y una raza, sino
la idoneidad (…) no se puede hacer que los indígenas campesinos sean ciudadanos de primera y que los
que no somos indígenas seamos ciudadanos de segunda (…) sin privilegios solo por ser una raza”.
El peso a ser asignado en la designación a ser indígena y el reconocido a los méritos del candidato
concentró la atención de los constituyentes. No consta que se discutiera si debía exigirse la condición
de abogado que, en definitiva, fue requerida por el texto constitucional para integrar los tres tribunales
sometidos a la competencia electoral (Tribunal Supremo, art. 182, VI; Tribunal Agroambiental, art. 187;
Tribunal Constitucional Plurinacional, art. 199, I), pero no en el caso del Consejo de la Magistratura (art.
194, II).
La discusión de la Comisión se hace más precisa cuando se debate acerca de la instancia que debería
nombrar a los magistrados. El constituyente Osvaldo Ulloa (Podemos) plantea “que la designación sea
realizada previa examen y lleve a la terna del congreso nacional y elija”. La constituyente Rebeca Delgado
(MAS) defiende “la independencia del poder judicial y que no tengan relación política del congreso”. El
constituyente Óscar Urquizu (Podemos) intenta aclarar: “lo que planteamos en un consejo de preselec-
ción”47. El sector mayoritario de la Comisión abunda en razones para sostener su posición. El constitu-
yente Gildaro Flores (MBL) es enfático: “tiene que ser mediante voto popular, pero, no tienen que tener
partido y tiene que ser legalmente la selección”. Lo apoya su colega Víctor Borda: “estamos acogiendo
inclusive de los propios autoridades de justicia que es que no quieren depender ni de legislativo ni del
ejecutivo, el pueblo es el que de manera directa debe elegir”; este mismo constituyente adelantó entonces
la fórmula que habría de ser aplicada posteriormente, en el trámite a cargo de la Asamblea Legislativa:
“todos los que cumplan los requisitos mínimos están habilitados, la comisión va hacer una preselección”.
El reclamo de una consideración de los candidatos según sus méritos quedó, pues, postergado desde el
debate en la Asamblea Constituyente aunque el texto constitucional vino a decir algo distinto.
En verdad, el texto de la Constitución de 2008 pasó por varios filtros y negociaciones antes de arribar
a una versión final. “La Asamblea Constituyente aprobó en diciembre de 2007, en la ciudad de Oruro, el
proyecto de Constitución” en el que se adjudicó a la entidad denominada Control Administrativo Dis-
ciplinario de Justicia —que debía sustituir al Consejo de la Judicatura y que en el texto definitivo vino a
ser el Consejo de la Magistratura— la tarea de preseleccionar a los postulantes; “esto fue modificado por
los acuerdos MAS - PODEMOS de manera que se delegó a la Asamblea Legislativa Plurinacional la pre-
selección” de candidatos48, incluidos los correspondientes al nuevo Consejo de la Magistratura, instancia

47
Enciclopedia histórica documental del proceso constituyente boliviano (s/f). Informes de comisiones, tomo III, vol. 1,
La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, pp. 793-794.
48
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales, La Paz: Muela del Diablo Editores, pp. 10-13.

19
14 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

en cuya redefinición resultó competente para todo lo relativo a la carrera judicial, pero no se le adjudicó
la administración del Órgano Judicial, que volvió al Tribunal Supremo.
En consecuencia, lo referido a la designación de los magistrados de las altas cortes y a los integran-
tes del Consejo quedó bajo una fórmula común: la de elección popular49. Acerca de esta opción, un
magistrado entrevistado observó: “Se llama al pueblo a elegir sin considerar que la mayoría no tiene
conocimiento o experiencia para medir la calidad de magistrados que necesita”50. Un alto funcionario
entrevistado admitió: “Se idealizó el mandato popular”51.
Quienes fueran elegidos como magistrados recibirían un mandato de seis años de duración, con
prohibición de reelección, según dispuso el artículo 183.I de la Constitución. En concordancia con el
criterio adoptado en diversas disposiciones del texto constitucional, en las listas de candidatos de las
que la ciudadanía escogería a las autoridades judiciales, se incluyó igual número de hombres y mujeres.
En todo caso, tal como había anticipado la posición mayoritaria en el debate desarrollado en la
Comisión Judicial, la preselección de quiénes irían a la elección como candidatos fue reservada a la
Asamblea Legislativa:
Artículo 182. I. Las Magistradas y los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia serán elegidas y
elegidos mediante sufragio universal.
II. La Asamblea Legislativa Plurinacional efectuará por dos tercios de sus miembros presentes la pre-
selección de las postulantes y los postulantes por cada departamento y remitirá al órgano electoral la
nómina de los precalificados para que éste proceda a la organización, única y exclusiva, del proceso
electoral. (…)
IV. Las magistradas y magistrados no podrán pertenecer a organizaciones políticas.
V. Serán elegidas y elegidos las candidatas y los candidatos que obtengan mayoría simple de votos. La
Presidenta o el Presidente del Estado ministrará posesión en sus cargos. (…)
A una primera mirada, la opción adoptada podría haber sido considerada como una vía para des-
politizar o “despartidizar”, cuando menos, la designación de los magistrados de altas cortes, bajo el cri-
terio de que “a menor participación o ausencia de las organizaciones políticas en la constitución de las
autoridades judiciales, mayores probabilidades de una justicia independiente e imparcial”52. No obstante,

49
Aunque dentro de los límites del presente informe no ha sido posible reconstruir el debate sobre la elección popular
de magistrados que tuvo lugar fuera de la Asamblea Constituyente, es necesario puntualizar que hubo diversas voces
en desacuerdo. Así, por ejemplo, se observó que: “Si convertimos al juez en político o al político en juez [mediante la
propuesta elección popular y la posibilidad de revocatoria], estaremos introduciendo un elemento de desorden en la
sociedad que debilitará el sistema democrático. Las situaciones de conflicto de intereses en las que se encontrará un
juez-político serán numerosas y recurrentes. Los intereses del electorado que lo eligió pueden resultar contrarios a la
verdad y consecuencias de los hechos ocurridos. Si el juez, dejando de lado la verdad y la justicia, opta por su electorado
(…), deja de ser juez en esencia y actúa como político; a la inversa, si interviene como verdadero juez de acuerdo con
la ley y su conciencia, en contra de su electorado, se expone a una revocatoria de mandato y a otro tipo de presiones y
coacciones de las organizaciones que conforman el denominado control social. Por estas razones, no es conveniente el
sistema de elección de los jueces, ni el de revocatoria de su mandato, ni el de la injerencia del control social en el ejer-
cicio de sus funciones judiciales. Todos estos elementos, aisladamente considerados, representan cada uno de ellos un
riesgo para la independencia judicial” (Alarcón Mondonio, C. (2008). Democracia y estado de derecho en el proyecto
de nueva Constitución. En Börth C. et al., Hacia una Constitución democrática, viable y plural. Tres miradas. La Paz:
Fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria, p. 181).
50
Sánchez Morales, R. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
51
Pinto, J. C. Entrevista, La Paz, 7.6.14.
52
Paredes Zárate, R. (2012). La ampliación del derecho al sufragio y la cuestión judicial. La Paz: Tribunal Supremo Elec-
toral, p. 298.

20
1. El diseño normativo / 15

la intervención de la Asamblea Legislativa —una instancia inherentemente política y partidaria— en la


fase de preselección sugería una contradicción entre los principios declarados y el mecanismo adoptado:
la modalidad adoptada por el Constituyente no reconoce plenamente a los ciudadanos y ciudadanas
el derecho de definir qué profesionales asumirán las funciones de magistrados de los altos Tribunales
de Justicia, sino que los relega a la función de meros votantes; toda vez que concurren a las urnas a
votar por candidatos que son seleccionados por una instancia política como es la Asamblea Legisla-
tiva Plurinacional53.
Puede entenderse que, al optar por que fuera la Asamblea Legislativa la instancia donde se debía
efectuar la preselección definitoria de los candidatos, se abrió paso a que en los hechos se produjera una
vuelta atrás: “La intervención de la Asamblea Legislativa supone un nuevo manoseo político”54. En pala-
bras de quien fuera titular de la Defensoría del Pueblo y actualmente es rector de la Universidad Mayor
de San Andrés, de este modo, “implícitamente se está retornando al anterior sistema para que sean los
políticos afines al gobierno los que finalmente definan quienes llegarán a ocupar estos cargos”55. Uno
de nuestros entrevistados interpretó: “La Constitución tenía que ser atractiva pero, conscientes de que
tienen apoyo, se trataba de controlarlo todo”56.

1.2 Las normas sobre la preselección


El texto constitucional ubicó, entre las atribuciones de la Asamblea Legislativa establecidas en el artí-
culo 158, la de “Preseleccionar a las candidatas y a los candidatos para la conformación del Tribunal
Constitucional Plurinacional, Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental y Consejo de la
Magistratura. (…)”. El artículo 182 detalló los requisitos para optar a la magistratura en las altas cortes
e introdujo en su inciso VI “la calificación de méritos”, dando así nivel constitucional a la obligación de
que los méritos de los postulantes fueran calificados en la preselección de candidatos.
El Reglamento interno de preselección de candidatas y candidatos para la conformación del Tribu-
nal Constitucional Plurinacional, Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental y Consejo de la
Magistratura (en adelante, el Reglamento interno) fue aprobado el 6 de mayo de 2011 por la Asamblea
Legislativa. En el texto se dispuso que la Comisión Mixta de Constitución, Derechos Humanos, Legis-
lación y Sistema Electoral fuera la “encargada de la habilitación y evaluación de las postulaciones al
Tribunal Constitucional Plurinacional y al Tribunal Agroambiental”, al tiempo que la Comisión Mixta
de Justicia Plural, Ministerio Público y Defensa Legal del Estado debía hacer lo propio respecto de “la
habilitación y evaluación de las postulaciones al Tribunal Supremo de Justicia y al Consejo de la Magis-
tratura” (artículo 2. II). En la presidencia de la Asamblea recayó la responsabilidad de emitir la convoca-
toria a las postulaciones (artículo 3).
En relación con los requisitos comunes a la postulación a las cuatro entidades, el Reglamento in-
terno delimitó temporalmente el mandato del artículo 182.IV de la Constitución (“Las magistradas y
magistrados no podrán pertenecer a organizaciones políticas”) al establecer, en su artículo 5, como con-
dición de los postulantes, “No tener militancia en alguna organización política, hasta un año antes al

53
Rivera S., J. A. (2011, diciembre). La democratización del sistema judicial del Estado, Documento de discusión. Cocha-
bamba: Proyecto de Fortalecimiento Democrático.
54
Herrera Añez, W. (2013). El estado de la justicia boliviana. Del Estado Republicano al Estado Plurinacional, Cocha-
bamba: Grupo Editorial Kipus, p. 45.
55
Albarracín Sánchez, W. La crisis en el Órgano Judicial. La Razón. Tiempo político, 2 de marzo de 2014, p. E 12.
56
Yáñez, A. Entrevista, Sucre, 11.6.14.

21
16 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

momento de su postulación” y “No haber sido dirigente o candidato de alguna organización política en
los cinco años anteriores a la fecha de elección”. Además, incluyó entre los requisitos “No haber ocupado
cargos directivos en empresas extranjeras transnacionales que tengan contratos o convenios con el Es-
tado o haber renunciado al menos cinco años antes al día de la elección”, restricción esta que reproduce
un párrafo de la disposición constitucional que establece diversas prohibiciones para acceder a cargos
electivos (artículo 238).
En cuanto a los requisitos específicos, tratándose del Tribunal Constitucional Plurinacional, el Tri-
bunal Supremo y el Tribunal Agroambiental, el Reglamento interno introdujo varias prohibiciones adi-
cionales; entre ellas, dos que han sido cuestionadas por comprometer el derecho a la defensa: no haber
patrocinado a personas que “resultaren culpables de la comisión de delitos contra la unidad del Estado”
o “que hayan sido condenadas con sentencia ejecutoriada por delitos de narcotráfico, con excepción de
los defensores de oficio y defensores públicos” (artículo 6). En referencia a la primera prohibición, que
tiene base en el artículo 19 de la Ley 025, Ley del Órgano Judicial, de junio de 2010, Amnistía Interna-
cional observó: “Esta disposición no sólo afecta a los abogados individuales que deseen postularse, sino
que, al disuadir en la práctica a los abogados de defender a personas acusadas de esos delitos, perjudica
el derecho de esas personas a ser defendidas por un abogado de su elección, y destaca así la necesidad de
una reforma de la legislación”57.
El Reglamento interno dispuso que la calidad de “indígena originario campesino” se acreditaría
por cada postulante con la “auto-identificación personal o pertenencia a una nación o pueblo indígena
originario campesino sin necesidad de otro requisito probatorio” (artículo 7, III). Asimismo, se abrió la
posibilidad de que las candidaturas al Tribunal Constitucional Plurinacional y al Consejo de la Magis-
tratura pudieran ser propuestas “a través de Organizaciones de la sociedad civil o de naciones o pueblos
indígena originario campesinos”. En el caso del Consejo de la Magistratura, esa facultad de proponer
candidaturas comprendió a “universidades públicas o privadas, asociaciones profesionales e institucio-
nes civiles debidamente reconocidas” (artículo 8).
La “evaluación de méritos y entrevista” a cargo de las comisiones de la Asamblea, según definió el
Reglamento interno, “se llevarán adelante en sesiones de carácter público, ampliamente difundidas y con
registro videográfico” y las entrevistas debían ser “insertadas inextenso en la página Oficial de Internet
de la Asamblea Legislativa Plurinacional” (artículo 15). El artículo 16 del Reglamento interno estable-
ció que “La evaluación de méritos comprende tres (3) categorías: Formación Académica, Producción
Intelectual y Experiencia”, cuyos criterios de comprobación fueron asimismo definidos (artículo 16).
“Concluida la evaluación —ordenó el artículo 18 del Reglamento interno—, la Comisión Mixta corres-
pondiente elaborará un informe de la evaluación de méritos y la entrevista que deberá incluir los ante-
cedentes generales del proceso, el listado en orden alfabético y por departamento, cuando corresponda,
por cada cargo convocado de las y los postulantes”.
El Reglamento interno optó entonces por disponer que la Comisión preparara “un informe de la
evaluación de méritos” —para que el pleno de la Asamblea Legislativa elija, con una mayoría de dos
tercios, a quienes sean los candidatos en la elección popular—, sin mantener la “calificación de méritos”
dispuesta por el artículo 182 de la Constitución. Los efectos prácticos de esta diferencia en el lenguaje
normativo habrían de ser percibidos en el proceso mismo de la preselección, conforme se verá en la
segunda sección de este informe.

57
Amnistía Internacional (2013, 14 de octubre-1 de noviembre). Bolivia. Información para el Comité de Derechos Huma-
nos de las Naciones Unidas. 109 periodo de sesiones del Comité de Derechos Humanos. Madrid, p. 26.

22
1. El diseño normativo / 17

1.3 Una opción polémica: prohibición de hacer campaña electoral


El texto constitucional dispuso la prohibición de llevar a cabo campañas electorales: “Art. 182. (…) III.
Las y los postulantes o persona alguna, no podrán realizar campaña electoral a favor de sus candidaturas,
bajo sanción de inhabilitación. El Órgano Electoral será el único responsable de difundir los méritos de
las candidatas y los candidatos. (…)”. Esta disposición constituyó la base para la definición normativa de
un marco electoral que, como ha destacado un vocal del Tribunal Supremo Electoral, está “caracterizado
por la ausencia de la participación de las organizaciones políticas, la promoción de candidatos indepen-
dientes y postulados por la sociedad civil, y la interdicción de propaganda electoral”58.
Las peculiaridades del proceso electoral judicial se ampliaron en la medida en que el marco legal,
que desarrolló la norma constitucional citada, fue definiéndose. La ley 026, de Régimen Electoral, dis-
puso en su artículo 82 una serie de prohibiciones que ampliaron sustancialmente las restricciones a los
postulantes:
a) Efectuar directa o indirectamente cualquier forma de campaña o propaganda relativa a su postu-
lación, en medios de comunicación radiales, televisivos, escritos o espacios públicos;
b) Manifestar opinión ni tratar temas vinculados directa o indirectamente a su postulación en foros
públicos, encuentros u otros de similar índole;
c) Emitir opinión a su favor, o a favor o en contra de otros postulantes, en medios de comunicación
radiales, televisivos, escritos o espacios públicos;
d) Dirigir, conducir o participar en programas radiales o televisivos, o mantener espacios informati-
vos o de opinión en medios escritos; o
e) Acceder a entrevistas, por cualquier medio de comunicación, relacionadas con el cargo al que
postula.
El Reglamento del régimen especial de propaganda para el proceso de elección de autoridades del
Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional (en adelante, el Reglamento del régimen
especial), aprobado por el Tribunal Supremo Electoral el 30 de junio de 2011, señaló como objetivo el de
“garantizar” una “elección sin campaña o propaganda electoral”, en la cual “la difusión de los datos per-
sonales y méritos” de los candidatos estuviese exclusivamente a cargo del Tribunal Supremo Electoral”
(artículo 2), con el propósito de elegir “autoridades independientes e imparciales, sin injerencia políti-
ca partidaria, económica o de otra índole” (artículo 3). Definió como “Campaña o propaganda: Todo
mensaje difundido (…) con el propósito de promover candidaturas, y/o solicitar el voto. (…)” (artículo
5). Dispuso que: “Los medios de comunicación, deben observar y cumplir los preceptos de igualdad de
oportunidades, imparcialidad, objetividad y veracidad, en las entrevistas a las y los candidatos y en la
información periodística” (artículo 4) y conceptualizó como “igualdad de oportunidad” la participación
de los candidatos en entrevistas “en forma equitativa en cuanto a condiciones técnicas, trato, oportuni-
dad, tiempo y espacios concedidos” (artículo 5). Finalmente, reservó al Tribunal Supremo Electoral la
calidad de ser “la única instancia autorizada para suscribir contratos con los medios de comunicación,
para la difusión de datos personales y méritos de las y los candidatos” (artículo 9), dentro de los 45 días
previos a la votación (artículo 10).

58
Paredes Zárate, R. (2012). La ampliación del derecho al sufragio y la cuestión judicial, La Paz: Tribunal Supremo Elec-
toral, p. 17.

23
18 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

El Reglamento del régimen especial prohibió a los candidatos (artículo 16), “a través de cualquier
medio de comunicación masivo, alternativo o espacios públicos”:
a) Realizar toda forma de campaña o propaganda electoral, (…)
b) Solicitar el voto, directamente, (…)
c) Elogiar o resaltar cualidades sobre sí mismo o de otro postulante, (…)
d) Desmerecer o denostar a otra candidata o candidato (…)
e) Dirigir o conducir programas radiales o televisivos, mientras sea candidata o candidato.
f) Tener sus propios espacios informativos o de opinión en medios escritos.
g) Contratar directamente o por medio de terceros, espacios para campaña o propaganda electoral
o para generar información sobre su persona.
En el caso de los medios de comunicación, la Ley 026, de Régimen Electoral, prohibió (artículo 82)
“bajo sanción y sin perjuicio de su responsabilidad penal”:
a) Difundir documentos distintos a los producidos por el Órgano Electoral.
b) Referirse específicamente a una o un postulante, en forma positiva o negativa.
c) Generar espacios de opinión de ninguna índole sobre los postulantes.
d) Dar espacios de opinión, conducción o participación en programas a cualquier postulante.

El Reglamento del régimen especial detalló (artículo 24) las prohibiciones a los medios: “Generar
espacios (…) sobre las y los candidatos, destinados a calificar o descalificar a las y los candidatos” y “dar
espacios de dirección o conducción directa a uno o más candidatos (…)” o “mantener espacios a cargo
de ellos”. Asimismo, prohibió “difundir resultados de encuestas o sondeos preelectorales referidos a la in-
tención de voto sobre las y los candidatos”. La sanción prevista consiste en “la inhabilitación para emitir
campaña o propaganda electoral en los siguientes dos procesos electorales, referendos o revocatorias de
mandato, de carácter nacional” (artículo 25).
En cuanto a las entrevistas, el Reglamento del régimen especial dispuso que los medios “deben in-
vitar de manera pública, a través de su medio de comunicación, a todas y todos los candidatos de una
o más franjas de postulación a la que desee entrevistar con indicación del día y hora” (artículo 19)
(subrayado añadido). De esta forma, quedó excluida la posibilidad de que los medios escogiesen a qué
candidatos invitar y a qué otros, no.
Complementariamente, y en elaboración del mandato constitucional del artículo 182. III, la Ley
026 estableció (artículo 82) que “ninguna persona particular, individual o colectiva, organización social,
colegiada o política, podrá realizar campaña o propaganda a favor o en contra de alguna o algún postu-
lante, por ningún medio de comunicación, incluyendo internet y mensajes masivos de texto por telefo-
nía celular, constituyendo falta electoral sin perjuicio de su calificación penal”. Paralelamente, la misma
norma dispuso que “A partir de la convocatoria, ninguna autoridad o institución pública podrá emitir
opiniones o realizar acciones que favorezcan o perjudiquen a alguna de las postulaciones, constituyendo
falta electoral sin perjuicio de su calificación penal”. En igual sentido, el Reglamento especial dispuso,
en su artículo 13, referido a las prohibiciones a personas individuales y colectivas: “Ninguna persona
individual o colectiva, organización social, colegiada o política, podrá realizar campaña o propaganda
electoral a favor o en contra de uno o varias candidatas o candidatos. (…)”.
La Ley de Régimen Electoral prohibió asimismo (artículo 135) “la difusión de estudios de opinión
cuando:
a) Sean anónimos.
b) No se identifique claramente a las personas, naturales o jurídicas, que los hayan encargado, fi-
nanciado, realizado, solicitado o dispuesto su difusión.
24
1. El diseño normativo / 19

c) Hayan sido encargados, financiados o realizados por organizaciones políticas, candidaturas, mi-
siones nacionales o internacionales de acompañamiento electoral y organismos internacionales.
d) Hayan sido encargados o realizados por entidades estatales de cualquier nivel o financiadas con
fondos públicos, salvo las realizadas por el Órgano Electoral Plurinacional a través del Servicio
Intercultural de Fortalecimiento Democrático (SIFDE).
e) Hayan sido elaboradas por empresas especializadas de opinión pública, medios de comunica-
ción, instituciones académicas o cualquier otra entidad no registrada y habilitada por el Órgano
Electoral Plurinacional.
f) Hayan sido elaboradas sin cumplir los criterios técnicos y metodológicos establecidos en Regla-
mento por el Tribunal Supremo Electoral.
La misma ley prohibió “la difusión de datos de encuestas preelectorales o de cualquier estudio de
opinión en materia electoral, en los mensajes de propaganda electoral”. Entre las sanciones se estipuló
(artículo 136): “Las misiones nacionales e internacionales de acompañamiento electoral que difundan
resultados de estudios de opinión en materia electoral, por cualquier medio, serán sancionadas con la
inmediata cancelación de su acreditación”.
Según la consideración de quienes estiman que este marco normativo corresponde al propósito de
que se elija libremente a los integrantes de las cúpulas institucionales del sistema de justicia,
En el caso de las elecciones judiciales (…) la competitividad, la oportunidad de elegir entre diferentes
opciones y la libertad de elección adquieren modalidades diferentes a las que se observan en los otros
procesos electorales. (…) la competitividad se da bajo la forma de concurso y evaluación de méritos
personales (…) la oportunidad de elegir (…) se abre materialmente con la difusión de los méritos de
cada uno de los candidatos y la papeleta electoral59.
La Relatora especial para la Libertad de Expresión, de la Comisión Interamericana de Derechos Hu-
manos no fue de la misma opinión. En su informe anual correspondiente a 2010, la Relatora se refirió a
la prohibición a los candidatos de realizar campaña electoral y la reserva de la difusión de méritos de los
candidatos a favor del órgano electoral, respecto de las cuales manifestó “preocupación”:
si bien es cierto que el Estado tiene buenas razones para intentar establecer reglas que aseguren la
equidad electoral, también lo es que el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión cumple
un rol fundamental en los procesos eleccionarios, ya que a través de su ejercicio los ciudadanos pue-
den acceder a información vital para conocer las distintas propuestas de los candidatos y candidatas
a acceder a cargos públicos. Según lo ha explicado la Corte Interamericana: el derecho a la libertad
de expresión tiene una función especial en dichos contextos (i) al ser herramienta esencial para la
formación de la opinión pública de los electores, que fortalece la contienda entre los distintos par-
ticipantes, provee instrumentos de análisis de las propuestas de cada uno de ellos y permite así una
mayor transparencia y fiscalización de las futuras autoridades y su gestión; y (ii) nutre la formación
de la voluntad colectiva manifestada en el sufragio.
(…) en los contextos electorales, la libertad de expresión se liga directamente a los derechos políticos
y a su ejercicio, y ambos tipos de derechos se fortalecen recíprocamente. El sano debate democrático
exige que exista el mayor nivel de circulación de ideas, opiniones e informaciones respecto de los
candidatos, sus aptitudes y capacidades, durante el periodo que precede a unas elecciones, principal-
mente a través de los medios de comunicación. Es necesario que todos puedan cuestionar e indagar
sobre la capacidad e idoneidad de los candidatos, disentir y confrontar sus propuestas, ideas y opi-
niones, para que los electores puedan formar su criterio para votar60 (subrayado añadido).

59
Paredes Zárate, R. (2012). La ampliación del derecho al sufragio y la cuestión judicial. La Paz: Tribunal Supremo Elec-
toral, p. 288.
60
CIDH. Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2011. Informe de la Relatoría Especial

25
20 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

La Ley 0125, de 27 de mayo de 2011, modificó la ley del Régimen Electoral en el sentido de derogar
“las prohibiciones a los postulantes de acceder a entrevistas de los medios de comunicación y manifestar
opinión en foros públicos”, así como las prohibiciones a los medios de “difundir documentos distintos
a los producidos por el Órgano Electoral” y “referirse específicamente a una o un postulante, en forma
positiva o negativa”. Al mismo tiempo, se derogó otra prohibición previamente existente: “ninguna au-
toridad o institución pública podrá emitir opiniones o realizar acciones que favorezcan o perjudiquen
a alguna de las postulaciones”. La consecuencia del levantamiento de esta última prohibición consistió
en que “un conjunto de autoridades nacionales y municipales ingresaron al campo electoral y realizaron
campañas a favor o en contra de los candidatos”61.
En su informe anual correspondiente a 2011, la Relatoría especial para la Libertad de Expresión, de
la CIDH, tomó nota de las modificaciones legales introducidas “que responden a la necesidad de que los
y las candidatos puedan ser escuchados antes de la correspondiente elección”. Sin embargo, observó: “No
obstante, persisten prohibiciones ambiguas como aquellas que impiden que los medios puedan ‘generar
espacios de opinión de ninguna índole sobre los postulantes’”62.
Dos meses antes del acto electoral, un pronunciamiento público del Colegio Nacional de Abogados
de Bolivia advirtió:
las elecciones judiciales del 16 de octubre se realizarán sin una adecuada difusión de la información
sobre las capacidades, habilidades, destrezas y el pensamiento jurídico de los candidatos; ello porque
en franca violación del derecho a la libertad de información y la libertad de expresión y opinión, se
está restringiendo la difusión de información; de manera que el proceso electoral del 16 de octubre
solo servirá para convalidar una decisión política que fue adoptada en la Asamblea Legislativa Plu-
rinacional63.
En concordancia con estos señalamientos, un diputado de oposición sostuvo, luego de realizado el
proceso electoral, que, como resultado del marco normativo examinado, “lo que tuvimos fue un proceso
electoral con POSTULANTES MUDOS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN SILENCIADOS Y CIUDA-
DANÍA DESINFORMADA” (mayúsculas en el original)64.

para la Libertad de Expresión, OEA/Ser. L/V/II., Doc. 5, 7 de marzo de 2011, cap. II, párr. 55 y 56.
61
Observatorio Ciudadano de Medios (s/f). Elección de autoridades del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional Plu-
rinacional. Memoria final, Bolivia Transparente, pp. 11-12, 24.
62
CIDH. Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2011. Informe de la Relatoría Especial
para la Libertad de Expresión, OEA/Ser. L/V/II. Doc. 69, 30 de diciembre de 2011, cap. II, párr. 48.
63
Colegio Nacional de Abogados de Bolivia (2011, agosto). Al Pueblo boliviano. La Paz.
64
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales. La Paz: Muela del Diablo Editores, p. 25.

26
/ 21

2. El proceso eleccionario

“Un proceso electoral inédito y complejo para la población,


se volvió confuso y difuso”.
OEA, Misión de Observación Electoral en Bolivia,
Informe verbal del jefe de Misión presidente Martín Torrijos,
Washington D.C., 10 de noviembre de 2011, p. 4.

E
l 13 de mayo de 2011, la sala plena del Tribunal Supremo Electoral, mediante la resolución nº 079-
11, convocó “al proceso electoral de elección de Magistradas y Magistrados del Tribunal Supremo
de Justicia, Magistradas y Magistrados del Tribunal Agroambiental, Consejeras y Consejeros del
Consejo de la Magistratura y Magistradas y Magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional”, fijó
“para el día domingo 16 de octubre de 2011 la realización del acto de votación” y declaró “abierta la ju-
risdicción y competencia del Órgano Electoral Plurinacional para la organización y administración del
proceso electoral”. El 15 de mayo de 2011, la Asamblea Legislativa convocó públicamente a los postulan-
tes a los cargos que debían ser elegidos en las cuatro entidades.
Los cargos a elegir eran 56. Se contó con 581 aspirantes inscritos (393 varones y 188 mujeres): 78
eran postulantes al Tribunal Constitucional Plurinacional, 82 al Tribunal Agroambiental, 222 al Tribu-
nal Supremo de Justicia y 199 al Consejo de la Magistratura65. Producidas las postulaciones, se constató
que un sector profesional había decidido no postular a los cargos debido a que impugnaban el proceso
eleccionario de las autoridades judiciales: “Sí hubo gente calificada que se negó a legitimar un procedi-
miento político”66. La segunda constatación, señalada genéricamente por varios entrevistados, se refirió
a la calidad de los aspirantes: “No postuló gente con formación, con una carrera”67.

2.1 Las comisiones seleccionan


Como se ha visto en la sección anterior del presente informe, el texto final de la Constitución confió a
la Asamblea Legislativa Plurinacional la tarea de preseleccionar a quienes debían comparecer ante el
electorado como candidatos en las elecciones judiciales. Tal encargo hubo de cumplirse en dos etapas. La
primera de ellas fue encomendada, por el Reglamento interno, a dos comisiones de la Asamblea —la Co-
misión Mixta de Constitución, Derechos Humanos, Legislación y Sistema Electoral y la Comisión Mixta
de Justicia Plural, Ministerio Público y Defensa Legal del Estado— y consistió en: (i) verificar el cumpli-
miento de los requisitos exigidos a los candidatos, (ii) efectuar “la calificación de méritos” según el man-
dato constitucional, para lo cual los postulantes deberían ser entrevistados, y (iii) alcanzar al pleno de
la Asamblea un informe “de la evaluación de méritos y la entrevista que deberá incluir los antecedentes
generales del proceso, el listado en orden alfabético y por departamento, cuando corresponda, por cada
cargo convocado de las y los postulantes”, según dispuso el Reglamento interno, como ya se indicado. En

65
Cambio y La Razón (2011, 14 de junio).
66
Entrevista, La Paz, 3 .6.14.
67
Zolá, W. Entrevista, Sucre, 12.6.14.

27
22 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

la segunda etapa, el pleno de la Asamblea procedería a elegir, de la lista enviada por las comisiones, a los
candidatos cuyas postulaciones se someterían a votación popular el 11 de octubre de 2011.
En la tarea de verificación del cumplimiento de requisitos surgieron las primeras dificultades. “La no
definición precisa en el Reglamento de cómo debían ser valorados el cumplimiento o incumplimiento
de los requisitos comunes como específicos establecidos, para cada uno de los cargos, generó compli-
caciones al proceso”68 y dio lugar a que en diferentes subcomisiones, u ocasiones, se aplicara distintos
criterios. Específicamente, “no hubo criterio uniforme respecto al cómputo de los años de experiencia”69;
“el requisito “referido a la experiencia de 8 años (…) ha sido aplicado con dificultades y contradicciones
entre los diferentes grupos de trabajo”70. El informe del jefe de la Misión de observación electoral de la
OEA registró tanto este problema como sus efectos: “cada Comisión asumió una metodología de trabajo
propia lo que produjo errores en la verificación de requisitos. Estos errores tuvieron como consecuencia
que tomando en consideración las mismas fuentes de verificación para el cumplimiento de requisitos,
algunos postulantes fuesen habilitados y otros inhabilitados”71.
Algo similar ocurrió en la tramitación de las impugnaciones: “No se observó que haya habido coor-
dinación entre las comisiones para uniformar criterios para la resolución de impugnaciones, principal-
mente las relacionadas al cumplimiento de los requisitos generales y específicos y cuál sería o debería ser
el procedimiento para efectuar los análisis y evaluaciones de las distintas impugnaciones”. Como con-
secuencia, “las impugnaciones, no tuvieron un trato uniforme en las distintas subcomisiones” y, desde
luego, también en este caso, los afectados fueron los postulantes: “La no existencia de una uniformidad
de los criterios para valorar las distintas impugnaciones, ocasionó que el tratamiento a los postulantes no
tenga un trato igualitario, en especial en la Comisión Mixta de Constitución”72.
En la evaluación de méritos debía considerarse el perfil y la experiencia profesional: “el proceso de
preselección flexibilizó tanto este requerimiento que en muchos casos se verificaba sólo si el postulante
cuenta con título de abogado u otra profesión (en el caso del Consejo de la Magistratura) [y] que tenga
al menos una antigüedad de ocho años, sin importar en muchos casos si ésta persona no haya ni siquiera
ejercido su profesión”73. Más allá de la experiencia profesional, las comisiones se encontraron con que
apenas “un 10% de postulantes” tenían producción intelectual, esto es, libros u otras publicaciones; en
cuanto al carácter “indígena originario campesino” bastó la propia identificación, conforme se había es-
tablecido normativamente; por último, “las Sub comisiones no le dieron mucha importancia a los títulos
adicionales, como maestrías, doctorados, y otros” —según apreció un juez que postuló en el concurso
público—74, hasta el punto de que este aspecto no apareció en el informe que fue entregado a los asam-
bleístas para que en el pleno se escogiera a los candidatos75.

68
Veeduría ciudadana de observación al proceso de postulación y preselección de candidatos y candidatas a magistrados.
Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia, p. 63.
69
Observación ciudadana de las elecciones judiciales 2011.Memoria final (s/f). Bolivia Transparente, p. 19.
70
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales. La Paz: Muela del Diablo Editores, p. 21.
71
OEA, Misión de Observación Electoral en Bolivia (2011, 10 de noviembre). Informe verbal del jefe de Misión presiden-
te Martín Torrijos, Washington D.C., p. 2.
72
Veeduría ciudadana de observación al proceso de postulación y preselección de candidatos y candidatas a magistrados.
Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia, p. 94.
73
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales. La Paz: Muela del Diablo Editores, p. 136.
74
Iván Campero, uno de los jueces entrevistados para este informe, testimonió que, cuando él manifestó que tenía un
doctorado, un miembro del panel le replicó: “Aquí no queremos sabios” (entrevista, La Paz, 4 de junio de 2014).
75
Veeduría ciudadana de observación al proceso de postulación y preselección de candidatos y candidatas a magistrados.
Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia, pp. 100, 103.

28
2. El proceso eleccionario / 23

Para la fase de las entrevistas se preparó un conjunto de 117 preguntas; cada postulante debía elegir
dos bolos y responder a las dos preguntas referidas en ellos; los miembros de la comisión que se hallasen
presentes escuchaban las respuestas y le preguntaban al postulante por las lenguas que hablara. Según
un ex parlamentario que siguió de cerca el proceso, “la entrevista fue muy manipulada”76. Otro observa-
dor de los trámites que se siguieron observó que “en las entrevistas públicas, en determinado momento
algunos candidatos pasaban a hablar en un idioma originario, con lo que los demás no podían seguir la
entrevista”77.
Otros entrevistados se refirieron a la calidad de las respuestas con expresiones como “Las entrevistas
daban ganas de llorar”78 o “Las entrevistas eran una lágrima”79. La lectura de los registros de las entrevis-
tas80 sugiere que, en verdad, el nivel jurídico promedio de los postulantes era pobre. El jefe de la Misión
de observación electoral de la OEA puso énfasis, más bien, en la desigualdad entre los candidatos:
Algunas/os sobresalían tanto en los méritos como en las respuestas dadas en la entrevista, demos-
trando conocimiento técnico-jurídico, un entendimiento de la justicia comunitaria indígena cam-
pesina y de la aplicación del pluralismo jurídico establecido por la Constitución Política del Estado.
Por otro lado, se presentaron postulantes que poseían bases jurídicas limitadas y tuvieron dificultad
contestando las preguntas81.
Según un alto funcionario gubernamental, “en un contexto de democracia comunitaria, la [pres]
elección se basó no en cualidades académicas sino en que se haya vivido experiencias. (…) esto llevó
a (…) que en el Congreso se comprobara el compromiso”82. Pero, en definitiva, “tanto en la evaluación
como en la entrevista, no se efectuaron por parte de los miembros de las comisiones, valoraciones y
análisis que ayude a calificar o evaluar efectivamente a los postulantes”83. Esta falta de ponderación tuvo
origen en que: “En esta primera preselección no existió una escala de calificación para las credenciales de
los/las postulantes y para las respuestas dadas en las entrevistas”84. Como observó José Antonio Rivera,
“la comprobación de la formación profesional y la experiencia, realizada mediante el concurso de méri-
tos, no fue con la asignación de puntajes, solamente se redujo a la comprobación de sí cumplen o no con
los requisitos, lo que en el fondo no constituye un concurso de méritos”85. Al renunciar de este modo a
la evaluación precisa de los méritos de cada candidato, las comisiones de la Asamblea Legislativa dejaron
de cumplir el mandato constitucional del artículo 182. VI que dispuso una “calificación de méritos” en
esta etapa previa a la escogencia de candidatos por el pleno.

76
Cardozo Saravia, A. Entrevista, Sucre, 9.6.14.
77
Ardaya, S. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
78
De la Parra, A. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
79
Pando, A. Entrevista, 5.6.14.
80
La transcripción de un importante número de entrevistas se encuentra en: Veeduría ciudadana de observación al pro-
ceso de postulación y preselección de candidatos y candidatas a magistrados. Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia,
pp. 117 a 174.
81
OEA, Misión de Observación Electoral en Bolivia (2011, 10 de noviembre). Informe verbal del jefe de Misión presiden-
te Martín Torrijos, Washington D.C., p. 3.
82
Pinto, J. C. Entrevista, La Paz, 7.6.14.
83
Veeduría ciudadana de observación al proceso de postulación y preselección de candidatos y candidatas a magistrados.
Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia, pp. 115, 174.
84
OEA, Misión de Observación Electoral en Bolivia (2011, 10 de noviembre). Informe verbal del jefe de Misión presiden-
te Martín Torrijos, Washington D.C., p. 5.
85
Rivera S., J. A. (2011, diciembre). La democratización del sistema judicial del Estado, Documento de discusión, Proyec-
to de Fortalecimiento Democrático, Cochabamba.

29
24 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

La mayor parte de los balances disponibles en torno a la fase de preselección no son positivos. El que
efectuó Bolivia Transparente, inmediatamente después de producida la elección, apuntó a las debilidades
de esta etapa a cargo de las comisiones de la Asamblea:
Las Comisiones Mixtas de Constitución y de Justicia Plural no han establecido criterios comunes de
interpretación y aplicación de las normas, afectado a la igualdad de oportunidades en la considera-
ción y tratamiento de las postulaciones.
La falta de control de calidad y rigor en el manejo de la documentación ha dado lugar a que se eludan
varios filtros establecidos en el Reglamento.
La flexibilización de los criterios de interpretación de los requisitos comunes y específicos y la inexis-
tencia de criterios de ponderación en la evaluación de méritos y entrevistas, han afectado a postu-
lantes meritorios86.
Por su parte, la Observación ciudadana de las elecciones judiciales formuló el siguiente recuento:
Las Subcomisiones han flexibilizado los criterios de interpretación de los requisitos comunes y es-
pecíficos para la habilitación de postulantes. Este hecho ha generado varias consecuencias: (i) no se
han filtrado debidamente las postulaciones de perfil muy bajo; (ii) se ha dificultado la evaluación de
méritos; (iii) se ha sobrecargado el trabajo de las Comisiones al incrementar el número de postulan-
tes convocados a entrevistas; (iv) se ha dificultado la preselección meritocrática de candidatos en el
seno de la Asamblea Legislativa.
La inexistencia de criterios de ponderación en la evaluación de méritos y en las entrevistas han
afectado a los postulantes más meritorios y han favorecido a los demás postulantes. Al poner en
condiciones de igualdad al conjunto de los postulantes, la preselección de los candidatos por los
asambleístas no ha considerado como central el elemento meritocrático, conforme mandato consti-
tucional. (…) los informes de las Comisiones Mixtas (…) contienen sólo una relación de lo actuado
y concluyen con la presentación de las nóminas de postulantes87.
Luego de la enumeración transcrita, el informe subraya que así “se explica que en la nómina de can-
didatos varios de los postulantes de alto perfil no hayan resultado seleccionados”88. Para un ex Defensor
del Pueblo, este desenlace corresponde a que “no se hizo el mínimo esfuerzo para cualificar el perfil de
los profesionales que ejercerán este cargo” y, a cambio, “los postulantes para las cuatro instituciones fue-
ron depurados exclusivamente en base a la instrucción política emanada del Gobierno”89.
El único informe algo discordante, que no tuviera como origen una fuente gubernamental, fue el
presentado por la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos al Consejo de De-
rechos Humanos, en febrero de 2012. El texto sostuvo que “El procedimiento de evaluación de méritos
de los postulantes se desarrolló de manera transparente”, si bien reconoció que “podrían haberse incluido
criterios meritocráticos con ponderaciones para un procedimiento de evaluación más completo”, lo que
llevó a sugerir simplemente que el proceso se revisara90.

86
Bolivia Transparente (2011, octubre). Elección judicial 2011: Construyamos institucionalidad. La Paz, p. 2.
87
Bolivia Transparente (s/f). Observación ciudadana de las elecciones judiciales 2011. Memoria final, p. 20.
88
Bolivia Transparente (s/f). Observación ciudadana de las elecciones judiciales 2011. Memoria final, p. 20, p. 21.
89
Albarracín Sánchez, W. (2014, 2 de marzo). “La crisis en el Órgano Judicial”. La Razón. Tiempo político, p. E 12.
90
Consejo de Derechos Humanos (2012, 2 de febrero). Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos sobre las actividades de su oficina en el Estado Plurinacional de Bolivia, A/HRC/19/21/Add.2,
párr. 49. 19º periodo de sesiones.

30
2. El proceso eleccionario / 25

Concluido su trabajo, de los 581 postulantes iniciales, “Las comisiones de la Asamblea declararon
habilitados a 348 (234 hombres y 114 mujeres), cuyo listado fue remitido al pleno”91.

2.2 La Asamblea Legislativa Plurinacional vota


Los miembros de la Asamblea recibieron el 11 de julio las listas de habilitados92, de las cuales al día si-
guiente debían escoger a quienes serían los candidatos en la elección judicial de octubre.
El 12 de julio se produjo en la Asamblea un debate previo a la votación. En el curso de la discusión93,
la diputada Elizabeth Reyes se refirió a la fase de preselección y dijo haber sentido “vergüenza de sen-
tarse a ver una entrevista (…) Esta va ser una historia donde el que se aplazó puede ser magistrado. Se
ha fijado en el país que vale la mediocridad no la capacidad” y atribuyó el tener “candidatos mediocres”
a que “La gente capaz no se presento para ser manipulado políticamente”. La diputada Marcela Revollo
fue algo más allá al señalar: “El Proceso tiene grave irregularidades, es que los que estaban inhabilitados
aparecieron habilitados, algunos técnicos se dedicaron a cambiar de fotocopias simples a originales (…)
se han habilitado de manera irregular a personas que no cumplen los 8 años de experiencia”.
Desde el sector mayoritario en la Asamblea, la respuesta —que puso de lado las observaciones for-
muladas al proceso— vino primero del senador Adolfo Mendoza: “Este es un proceso político en el que
se define la ampliación de la democracia, no debemos preocuparnos solo por los procedimientos como
un conjunto de actividades que llevan a un resultado, la democracia es algo más que eso, no debemos
quedarnos en la lectura procedimental debemos ser amplios”. Finalmente, el presidente de la Asamblea
Legislativa Plurinacional, Álvaro García Linera intervino para restar importancia a “deficiencias” y “erro-
res”, de cara a la trascendencia del cambio a producirse en el país mediante la elección de las cúpulas
judiciales, e invalidar el reclamo de una justicia independiente:
hace 5, 10, 15 años el parlamento elegía a los miembros del Órgano Judicial, ahora será el pueblo, en
el mundo nadie puede venir a dar lecciones a los bolivianos, una experiencia es la de la Comuna de
Paris, cuando los jueces fueron elegidos en Asamblea fue la democracia más radical y a eso se llamo
comunismo, desde esa vez nunca el mundo entrego a la votación del ciudadano la elección de jueces,
autoridades máximas, nosotros damos lecciones al mundo, democracia no solo es distribución de la
riqueza sino que las autoridades elijan a magistrados del órgano judicial esto se irá corrigiendo en el
camino las deficiencias errores se mejoraran. No hay elección judicial del mundo que no sea políti-
ca, en otros países el Presidente de país elige al Presidente de la Magistratura, el pueblo dirá si o no,
desde octubre no habrá un juez que diga yo le debo un favor a Héctor Arce o al Vicepresidente, un
Juez no deberá hacer inflexión ante una autoridad política. Es falso que la justicia sea independiente,
la justicia está subordinada a la riqueza y a la propiedad, ojala logremos que la justicia sea indepen-
diente del dinero, de la riqueza de la corrupción, ojala sea subordinada al pueblo, al bien común a la
transparencia.
Producida la votación, fueron designadas como candidatas 118 personas, esto es, aproximadamente
el doble de las plazas a ser ocupadas en las cúpulas de las instituciones judiciales. Los escogidos se ha-
llaban divididos por mitades entre hombres y mujeres, y, tanto entre ellos como entre ellas, 22 se habían

91
Tribunal Supremo Electoral (s/f). El ejercicio fundacional de la democracia intercultural. Informe de rendición de
cuentas de la Gestión 2011 y Plan de Trabajo para la Gestión 2012. La Paz, p. 18.
92
Veeduría ciudadana de observación al proceso de postulación y preselección de candidatos y candidatas a magistrados.
Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia, p. 180.
93
Veeduría ciudadana de observación al proceso de postulación y preselección de candidatos y candidatas a magistrados.
Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia, p. 182, 183.

31
26 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

identificado como “indígena originario campesino”94. Una candidata elegida para postular al Consejo de
la Magistratura, que era madre de la jefa de gabinete del presidente Morales, renunció a la candidatura
unos días después de la votación.
Con respecto al proceso de selección de candidatos, concluido en la Asamblea Legislativa, se ha
formulado dos líneas de observación críticas. De un lado, se ha notado que, dado que “no existieron
parámetros de elección”, la Asamblea careció de criterios para elegir a los candidatos según “sus logros y
méritos”95. Más todavía, se ha sostenido que, como “no existió un adecuado proceso de evaluación por
parte de los asambleístas para proceder a la preselección de los postulantes (…), los asambleístas votaron
sin conocer ni estar debidamente informados de quien era cada postulante”. Según esta apreciación, el
problema de raíz estuvo en la “etapa de preselección de los postulantes”, que “no fue realizada de forma
responsable”, de modo se permitiera luego a cada asambleísta “formarse un criterio sobre quienes con-
sidera cada uno es o son los mejores para ocupar los altos cargos del sistema de justicia en el país”. En
suma, problemas y errores “deslegitiman el proceso y le quitan credibilidad”96.
De otro lado, se ha puesto en relieve el carácter político del proceso, en el que se ha señalado “in-
jerencia política”: “ese proceso tuvo su base en la afinidad política y la imposición de la mayoría que
ostenta el movimiento político en función de gobierno, no en la comprobación pública y objetiva de
la idoneidad y probidad de los postulantes”97. El informe del jefe de la misión de la OEA registró: “El
Movimiento al Socialismo (MAS) contando con dos tercios de votos en la plenaria aprobó las listas de
118 preseleccionados en bloque”98. Es de interés notar que, en el caso de la votación para designar los
candidatos a una de las altas cortes, “La oposición anticipó el voto de los asambleístas del Movimiento
Al Socialismo (MAS) antes de iniciarse la votación, ya que repartió a los periodistas una lista de los y
las postulantes que serían seleccionados por el partido de Gobierno”. Al terminar la votación se pudo
verificar que, en efecto, “los nombres que brindó la oposición coincidían con los seleccionados. El jefe
de bancada de [la opositora] Convergencia Nacional en la Cámara de Senadores, Bernard Gutiérrez
repudió el voto ‘consigna’ que ejercen los asambleístas del MAS en la sesión de selección de candidatos”.
Posteriormente, “el presidente de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, Lucio Marca
(MAS), (…) admitió que el partido de Gobierno definió quiénes serán los postulantes que serán elegidos
como candidatos para las elecciones de octubre”99.
Luego de la decisión adoptada por la Asamblea Legislativa, el Colegio Nacional de Abogados de
Bolivia formuló un pronunciamiento público en el que
como institución que aglutina a todos los abogados del país, cumple su deber de prevenir a la ciuda-
danía sobre la irregularidad de este proceso electoral que lo hará nulo de hecho y de derecho (…).

94
Tribunal Supremo Electoral (s/f). El ejercicio fundacional de la democracia intercultural. Informe de rendición de
cuentas de la Gestión 2011 y Plan de Trabajo para la Gestión 2012. La Paz, p. 18.
95
Solángeles Ortiz Bedregal (2013). Una elección inédita, con un resultado inédito. Las causas del voto nulo, dentro de
elecciones judiciales el 16 de octubre del 2011 en Bolivia. Tesis de grado. La Paz: Universidad Católica Boliviana San
Pablo, carrera de Ciencias Políticas, p. 112.
96
Veeduría ciudadana de observación al proceso de postulación y preselección de candidatos y candidatas a magistrados.
Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia, p. 195.
97
Rivera S., J. A. (2011, diciembre). La democratización del sistema judicial del Estado. Documento de discusión, Proyec-
to de Fortalecimiento Democrático, Cochabamba.
98
OEA (2011, 10 de noviembre). Misión de Observación Electoral en Bolivia, Informe verbal del jefe de Misión presiden-
te Martín Torrijos, Washington D.C., p. 3.
99
La Razón (2011, 14 de julio), cit. por: Veeduría ciudadana de observación al proceso de postulación y preselección
de candidatos y candidatas a magistrados. Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia, p. 194.

32
2. El proceso eleccionario / 27

El proceso de preselección de postulantes y selección de candidatos a magistrados realizado por la


Asamblea Legislativa Plurinacional, se ha desarrollado con graves vicios de inconstitucionalidad,
con absoluta falta de transparencia, y no ha tenido su base en la comprobación pública de las capa-
cidades, habilidades, destrezas y pensamiento jurídico de los postulantes; al contrario solamente ha
respondido a consignas político-partidistas impartidas desde el Gobierno100.
Un diputado de oposición, al efectuar su recuento del proceso, ha sostenido que en la Constitución
vigente “Los actores políticos (…) sellaron un acuerdo (…) que incorporó (…) la modalidad previa de
preselección por 2/3 en la Asamblea Legislativa Plurinacional. (…) Nadie habría previsto entonces que
los 2/3 los tendría solo el MAS, que ahora los utilizó para imponer al país su lista de preseleccionados”,
con lo que “la decisión de a quienes preseleccionar recayó exclusivamente en este partido político”. Según
este actor, “la lista de preseleccionados definida fue resultado de ‘negociaciones’ internas entre las ban-
cadas departamentales del MAS siguiendo otro tipo de criterios más políticos, de afinidad, de amistad”.
Como testigo de lo ocurrido en la Asamblea, Yaksic asegura que “al momento de la votación en el pleno
(…) a los diputados y senadores del MAS, para asegurar disciplinadamente los 2/3 se les pasaba una
lista previa preseleccionada que debieron copiar en las papeletas de votación”101. En coincidencia, otro
analista ha sostenido que
la pre-selección de candidatos en la Asamblea Legislativa fue en gran medida una farsa, un simulacro
de evaluación y calificación de méritos, para justificar una lista políticamente cocinada con militan-
tes y allegados del partido de gobierno, los más de ellos carentes de méritos académicos o profesio-
nales, sin experiencia en juzgados y tribunales y, consiguientemente, sin preparación para conducir
la ansiada reforma judicial y asegurar una buena administración de la justicia102.
Uno de nuestros entrevistados introdujo una adición: “Con la ley que impuso los dos tercios para
nombrar y el triunfo del MAS con los dos tercios, la disputa por los cargos se hizo interna”103. Pero entre
los entrevistados predominó la opinión de que “el MAS hizo lo que todos los partidos: seleccionó a los
más afines”104, esto es, que “la selección de candidatos fue política y de compadrazgo”105. Un magistrado
del Tribunal Supremo, elegido con el voto popular, discrepó radicalmente de estas apreciaciones al ser
entrevistado, pero al preguntársele: “¿La preselección no se parece al cuoteo?”, respondió: “Se parece
bastante. Pero tiene base en que el sistema está en la Constitución que fue aprobada por el 64%. Ésa es
nuestra legitimidad”106.

100
Colegio Nacional de Abogados de Bolivia (2011, agosto). Al pueblo boliviano. La Paz.
101
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales. La Paz: Muela del Diablo Editores, pp. 6, 16 y 7. La actual presidenta del Consejo de la Magistratura, Cristina
Mamani —quien obtuvo la más alta votación individual en las elecciones de autoridades judiciales—, ha negado ro-
tundamente que su elección tuviera un carácter político: “Yo no soy del MAS, no fui candidata del MAS. Teníamos que
cumplir los requisitos y acreditar que no somos de ningún partido político, que lo hemos acreditado, por lo menos yo
he acreditado que nunca he trabajado con ningún partido político. (…) Creo que fue un pretexto de la oposición decir
que teníamos que ser gente allegada al MAS. La convocatoria ha sido amplia y abierta a sola condición de que uno se
postule y cumpla todo los requisitos. Yo me presenté sola, no me presente con el apoyo de las organizaciones sociales,
como hicieron algunos candidatos” (“¿Por qué no cambió la justicia? Porque sólo se cambió las cabezas”. Página Siete,
2014, 20 de julio). http://www.paginasiete.bo/nacional/2014/7/20/por-cambio-justicia-porque-solo-cambio-cabe-
zas-27227.html).
102
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, p. 16.
103
Borth, C. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
104
Pando, A. Entrevista, 5.6.14.
105
Sánchez Morales, R. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
106
Hurtado, G. Entrevista, Sucre, 10.6.14.

33
28 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

Dos magistrados elegidos, que estuvieron entre los más votados en los comicios judiciales, accedie-
ron a responder a los cuestionamientos planteados respecto de la preselección. “En la pre selección no
hubo error”, sostuvo la presidenta del Consejo de la Magistratura, Cristina Huamani, quien explicó cómo
llegó al cargo:
Fui oficial de diligencias durante cinco años. Había convocatorias para ascensos y me presenté pero
nunca me dieron la oportunidad. Ya no creía en los concursos; pensaba: “Van a entrar los del MAS y
la convocatoria es una formalidad”. Me llamó la ex directora del CDIMA [Centro de Desarrollo Inte-
gral de la Mujer Aymara], donde trabajé entre 2000 y 2009, y me dijo: “tú tienes el perfil, preséntate”,
y me presenté sola, sin apoyo de organizaciones como otros tuvieron. No tuve plata para hacer cam-
paña. En la Asamblea había dos egresadas del CDIMA pero yo no conocía a ningún asambleísta107.
El magistrado Bernardo Huarachi, quien fue elegido como integrante del Tribunal Agroambiental,
declaró: “No tenía relación con el MAS. En la preselección impresionó el poncho y la vara de autoridad.
Cuando me vieron, el diputado que presidía mandó transmitir la entrevista en vivo por televisión. Lo
que dije, lo dije en español pero lo repetí en quechua, aymara y puquina. (...) No tenía cola de paja”. El
magistrado se levantó, tomó su poncho y añadió: “Con esto es lo que he ganado… A un principio nos
idolatraban”108.

2.3 Falta de interés ciudadano y papel del gobierno


La elección no suscitó un gran entusiasmo entre el electorado. En particular, “las nóminas [preparadas
por la Asamblea] no generaron confianza en importantes sectores de clase media”109. Los veedores ciuda-
danos apostados en ocho regiones del país reportaron: “En general hay falta de interés en la ciudadanía,
no muestra interés en cuando será la elección, a quien tendrán que elegir, no comprenden el proceso de
preselección de postulantes. (…) En las regiones no causa interés el proceso de elección de magistrados,
sus agendas locales son más importantes”110.
No obstante, como se ha indicado, destacadas figuras políticas de gobierno y oposición tomaron
parte activa en la campaña; los primeros, para alentar el voto por los candidatos elegidos por la Asamblea
Legislativa, y los segundos, para propiciar el voto en blanco o el voto nulo. En esta dirección, grupos de
oposición incluso hicieron circular folletos en los que se inducía a la anulación del voto, en vez de de-
jarlo en blanco, como precaución ante un posible fraude gubernamental111. Como resultado, “El proceso
electoral se desarrolló en un ambiente de extrema polarización política entre el partido de gobierno y los
sectores de oposición (…) la oposición política promovió el voto nulo”112. El principal efecto de esta po-
larización probablemente consistió en la concentración de “la atención de los ciudadanos a esa polémica
y la campaña desatada en torno a ello”113.
El presidente Evo Morales fue uno de los principales protagonistas del proceso. Al llamar a votar y
hacerlo a favor de los candidatos propuestos por la Asamblea, hizo suyas explícitamente las candidatu-

107
Mamani, C. Entrevista, Sucre, 9.6.14.
108
Huarachi, B. Entrevista, Sucre, 10.6.14.
109
Entrevista, La Paz, 3.6.14.
110
Veeduría ciudadana de observación al proceso de postulación y preselección de candidatos y candidatas a magistrados.
Bolivia 2011 (2011). Red Paz y Justicia, p. 32.
111
Driscoll, A. & Nelson, M. J. (2012). The 2011 judicial elections in Bolivia. Electoral Studies, vol. 31, p. 630.
112
Observación ciudadana de las elecciones judiciales 2011. Memoria final (s/f). Bolivia Transparente, p. 9.
113
Rivera S., J. A. (2011, diciembre). La democratización del sistema judicial del Estado. Documento de discusión, Proyec-
to de Fortalecimiento Democrático, Cochabamba.

34
2. El proceso eleccionario / 29

ras; en agosto de 2011, aseguró: “vamos a ganar con el 60%, 70% en las áreas rurales, con el 90% en las
comunidades campesinas”114. Al mes siguiente insistió, asemejando la elección a un acto plebiscitario:
“Ahora tenemos que llegar al 70 por ciento con el Sí… De manera que de frente hago campaña, voy hacer
campaña no sólo por una persona, pero por el voto Sí, el pueblo boliviano el 16 de octubre demostrará y
otra vez ganaremos ampliamente como hicimos en seis elecciones”115.
Dado que la votación no consistiría precisamente en optar por un sí o por un no, la adopción de ese
discurso revela que el presidente, al tiempo que intentaba combatir con sus intervenciones el voto blanco
o nulo —por el que hacía campaña la oposición, en rechazo del proceso electoral judicial—, buscaba en
los comicios una suerte de afirmación y respaldo a su gobierno. De esta manera, aquello “que pretendía
ser una elección circunscrita a los predios judiciales […] devino por la fuerza de los hechos políticos y
sociales en un plebiscito; una contienda abierta aceptada por todos los actores como tal”116. Abonó el
carácter contencioso del proceso la represión con la que el gobierno respondió a una marcha masiva, en
defensa del derecho a la consulta y de los territorios indígenas del TIPNIS, un área territorial bajo un
régimen especial. Este hecho controvertido “causó una fractura en el Pacto de Unidad, principal aliado
del partido de gobierno” pero, más importante que eso, “El debate político en torno a este conflicto, cam-
bio el foco de atención pública y preocupación ciudadana, en desmedro de la calidad del debate sobre el
perfil meritos y propuestas de los candidatos a los puestos judiciales”117.
De acuerdo con el mandato constitucional, desarrollado en leyes y reglamentos que han sido exami-
nados en la primera sección de este informe, la difusión de los méritos de los candidatos escogidos por
la Asamblea debía estar a cargo del Órgano Electoral. La información producida por esta instancia fue
distribuida a través de los medios de comunicación y, según datos oficiales,
cada candidata/o apareció en las pantallas de TV de todos los canales en un promedio de 90 veces
durante un mes y medio, y habló cerca a 200 veces en las 300 radios que fueron parte del circuito
contratado. Se contrataron alrededor de 200 vallas publicitarias y se publicaron más de 3 millones
de cartillas informativas (…) aproximadamente 2 millones y medios de cartillas (…) contenían los
méritos de cada candidata/o118.
Juan Carlos Pinto, responsable de ese trabajo de difusión, en el balance publicado se pregunta “por
la calidad de la información en un proceso electoral tan distinto”119. Cuando menos en parte, la interro-
gante puede ser respondida con la información del trabajo realizado por el Observatorio Ciudadano de
Medios. El reporte120 asegura que en la prensa escrita se produjo, en cinco medios monitoreados por el
Observatorio, un total de 813 notas o informaciones referidas al proceso electoral judicial. De ese con-
junto, a la experiencia profesional de los candidatos se refirieron 4 informaciones; a su formación acadé-

114
“Evo Morales: ‘Ganaremos las elecciones judiciales con el 70%’”, eju, 23/08/2011-21:43. http://eju.tv/2011/08/evo-mo-
rales-ganaremos-las-elecciones-judiciales-con-el-70/
115
“Evo: De frente voy hacer campaña por el Si para ganar con 70% las elecciones”, Los Tiempos, 15/09/2011. Recuperado
de http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/politica/20110915/evo-de-frente-voy-hacer-campana-por-el-si-pa-
ra-ganar-con-70-las_141887_291793.html
116
Ortiz Bedregal, S. (2013). Una elección inédita, con un resultado inédito. Las causas del voto nulo, dentro de elecciones
judiciales el 16 de octubre del 2011 en Bolivia. Tesis de grado, Universidad Católica Boliviana San Pablo, carrera de
Ciencias Políticas. La Paz, p. 114.
117
Observación ciudadana de las elecciones judiciales 2011. Memoria final (s/f). Bolivia Transparente, p. 10.
118
Pinto Quintanilla, J. C. (2011). Bolivia: lecciones de una elección inédita. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurina-
cional de Bolivia, p. 13.
119
Pinto Quintanilla, J. C. (2011). Bolivia: lecciones de una elección inédita. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurina-
cional de Bolivia, p. 13.
120
Observatorio Ciudadano de Medios (s/f). Elección de autoridades del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional Plu-
rinacional. Bolivia Transparente.

35
30 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

mica, 38; a su producción intelectual, 5, y a su experiencia en el cargo de autoridad indígena originaria,


1. En radio, en las tres emisoras que fueron objeto de seguimiento por el Observatorio, se produjo un
total de 1121 notas. De ellas, una se refirió a formación académica de candidatos, una a su producción
intelectual y otra a su experiencia profesional. En televisión, cuatro emisoras fueron monitoreadas por el
Observatorio y produjeron un total de 2264 informaciones relativas al proceso. La formación académica
de los candidatos fue materia de 156 notas; la experiencia profesional, de 140; la producción intelectual,
de 67, y la experiencia en el cargo de autoridad indígena originaria, de 36.
Como muestran tales datos, pese al esfuerzo oficial, acerca de los candidatos, “no ha existido la sufi-
ciente difusión de información de sus perfiles o trayectoria”, dado que “El número de veces en la que los
ciudadanos pueden escuchar información de cada uno de los candidatos tanto a través de información
oficial como escrita llega a ser reducida”121.
Juan Carlos Pinto traza el cuadro ante el que se vio la ciudadanía con ocasión de las elecciones judi-
ciales, a las que concurrían candidatos que
eran ampliamente desconocidos para la población por cuanto no habían tenido carrera ni recorrido
político. Había mucha similitud en relación al perfil y exposición de méritos. (…) para la mayoría
era difícil decidir sobre los mejores representantes para el Órgano Judicial. (…) los y las votantes se
encontraban ante cerca de 70 candidatos/as, cuyos méritos no les decían mucho o bien le generaban
interrogantes y en algunos casos desconcierto122.
De allí que el indulgente informe sobre las elecciones judiciales bolivianas rendido por la Alta Co-
misionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, antes citado, incluyera “el proceso de infor-
mación al público sobre las candidaturas” como uno de los dos aspectos que sugirió “ser revisados en el
futuro”123.
Pero, ciertamente, la dificultad ciudadana no guardaba relación sólo con su desconocimiento de los
candidatos y, en particular, de sus méritos para ser elegidos. Más allá de esos problemas estaba el hecho
de que “el tema de la justicia y su funcionamiento fue ajeno a la vida de la mayoría de la ciudadanía (…).
La explicación realizada, por su complejidad, sólo contribuía a exaltar la ajenitud de los que serían elegi-
dos en relación a la vida cotidiana de las personas”124.

121
Observatorio Ciudadano de Medios (s/f). Elección de autoridades del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional Plu-
rinacional, Bolivia Transparente, pp. 61, 88.
122
Pinto Quintanilla, J. C. (2011). Bolivia: lecciones de una elección inédita. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurina-
cional de Bolivia, p. 14-15.
123
Consejo de Derechos Humanos (2012, 2 de febrero). Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos sobre las actividades de su oficina en el Estado Plurinacional de Bolivia, A/HRC/19/21/Add.2,
párr. 49. 19º periodo de sesiones,
124
Pinto Quintanilla, J. C. (2011). Bolivia: lecciones de una elección inédita. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurina-
cional de Bolivia, p. 14.

36
/ 31

3. Balance de las elecciones judiciales


y sus resultados

“el 16 de octubre de 2011 la ciudadanía votó mayoritariamente


expresando su disconformidad con la lista masista”.
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo.
Análisis y resultados de las elecciones de autoridades judiciales,
La Paz: Muela del Diablo Editores, p. 8.

“las nuevas autoridades judiciales tienen toda la legalidad de su victoria electoral,


y nadie puede poner en juicio la legitimidad de un proceso en el que
el 80% de los bolivianos y bolivianas aceptamos participar”.
Pinto Quintanilla, J. C. (2011). Bolivia: lecciones de una elección inédita,
La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, p. 16.

D
iversos aspectos de la elección de autoridades judiciales han estado sujetos a debate desde el 16
de octubre de 2011. Acaso el primero de ellos sea la ausencia en los comicios de personas de
quienes se conociese una posición discrepante con “el cambio”, esto es, el proceso político plan-
teado por el Movimiento al Socialismo, en el gobierno desde enero de 2006. A partir del examen de las
apreciaciones críticas acerca del proceso de preselección que ejecutó la Asamblea Legislativa, tal ausencia
podría ser interpretada como resultado de esa fase, en la que habrían primado criterios políticos. La pre-
sidenta del Consejo de la Magistratura ha negado tajantemente esa interpretación: “La oposición no ha
estado de acuerdo, no es que no ha tenido oportunidad, no le ha dado la gana de presentar candidatos.
Ellos tuvieron la misma oportunidad porque la convocatoria fue pública y podían haber presentado”125.
Acerca de la falta de información del electorado se ha producido algún nivel de debate, si bien pa-
rece haber coincidencia en torno a esa insuficiencia, que un alto funcionario explicó a partir de que “el
desafío fue cómo construir equidad en los medios”126. Las discrepancias aparecen, más bien, cuando se
busca la raíz de la escasez de información. Para Bolivia Transparente, “el voto informado” encontró di-
ficultades en “las restricciones normativas sobre información de los candidatos y la centralización de la
información por el Órgano Electoral”127. Un entrevistado que tomó parte en la observación del proceso
testimonió: “Se quiso publicar las hojas de vida de los candidatos pero la Asamblea no las entregó”128.
En un sentido similar, la Asociación Nacional de la Prensa formuló un largo reproche al gobierno,
precisamente en torno a las dificultades de información sobre las elecciones judiciales, que redundaron
en “el desconcierto ciudadano” producido en ellas:
El derecho al acceso a la información y la libertad de expresión han quedado seriamente lesionados
tras la primera experiencia de las elecciones judiciales en Bolivia, según opiniones coincidentes de

125
Página Siete (2014, 20 de julio). “¿Por qué no cambió la justicia? Porque sólo se cambió las cabezas”. Recuperado de
http://www.paginasiete.bo/nacional/2014/7/20/por-cambio-justicia-porque-solo-cambio-cabezas-27227.html
126
Pinto, J. C. Entrevista, La Paz, 7.6.14.
127
Bolivia Transparente (2011, octubre). Elección judicial 2011: Construyamos institucionalidad. La Paz, p. 2.
128
Ardaya, S. Entrevista, La Paz, 6.6.14.

37
32 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

periodistas entrevistados por la Unidad de Monitoreo y Vigilancia de la Libertad de Prensa de la


Asociación Nacional de la Prensa (ANP), en las ciudades de La Paz y Santa Cruz de la Sierra.
Las restricciones impuestas a través de un reglamento de propaganda, por el ente rector de la con-
sulta popular, impidieron a los periodistas entrevistar con libertad a los 118 candidatos y ello motivó
reclamos de organizaciones periodísticas que alertaron sobre la vulneración de elementales derechos
constitucionales. (…) “Los medios actuaron tímidamente por temor a infringir la ley, mermó el en-
tusiasmo y por lo tanto la Libertad de Expresión se debilitó”, afirmó la comunicadora Jenny Osinaga,
de la red local de televisión PAT. (…)
El secretario ejecutivo de la Federación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Santa Cruz, Roberto
Carlos Hurtado, afirmó que “las restricciones en el acceso a la información repercutió en la ciudada-
nía que no supo cómo votar por desconocer a la mayoría de los aspirantes al Poder Judicial”. (…) La
jefa de noticias de la Red PAT, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Mónica Salvatierra, afirmó que
“al final todas las restricciones han perjudicado a la democracia. Las restricciones han impedido que
la ciudadanía pueda conocer a los candidatos. Se ha puesto obstáculo a los medios para entrevistar
libremente y el TSE ha perjudicado a la democracia”.
La ANP, en alianza con otras organizaciones periodísticas, rechazó en reiteradas oportunidades la
aplicación de normas restrictivas al trabajo de los medios de comunicación y advirtió que la vulnera-
ción de derechos de acceso a la información tendrían como consecuencia el desconcierto ciudadano
observado en la jornada electoral129.
En cambio, quienes están situados en posiciones gubernamentales han hecho notar, acerca del problema
de información del elector, los obstáculos propios de una elección de esta naturaleza:
la dificultad de explicar a la ciudadanía (…) las responsabilidades de las autoridades a ser elegidas
(…); la dificultad real (…) de entusiasmar a la población para participar, con candidatos/as descono-
cidos, con perfiles académicos que no decían mucho y con los que la ciudanía no podía interactuar
(…), por las reglas establecidas en este proceso electoral. (…) la complejidad de elegir y entender lo
que se elegía (…); la ausencia de debate (…) reducía el interés130.
En términos más abarcadores, se ha aducido que las elecciones judiciales enfrentaron un obstáculo
en la formación misma del pueblo boliviano: “se dieron en un contexto cultural (…) bajo la fuerte creen-
cia de que la misma no debe ser objeto de elección popular y la ausencia de una cultura electoral judicial
entre las ciudadanas y los ciudadanos”; esto es, la admisión, desde el lado oficial, de que las elecciones
judiciales se produjeron en circunstancias en las que “la cultura que no hemos desarrollado, menos aun
consolidado, es la cultura electoral de elección judicial”131.
Dos observaciones concretas más, en torno a las elecciones, se refirieron al “grado de confusión”
creado por el alto número de candidatos que postulaban a cuatro instituciones diferentes132 —en una de
las cuales, el Tribunal Supremo, se votaba separadamente por los candidatos de cada sexo— y al hecho
de que “a pesar de las prohibiciones normativas, candidatas y candidatos realizaron campaña electoral de

129
Asociación Nacional de la Prensa (2014, 17 de octubre). “Organizaciones periodísticas lamentan restricciones, falta de
información en elecciones judiciales”. Recuperado de http://www.ifex.org/bolivia/2011/10/17/elecciones_judiciales/
es/
130
Pinto Quintanilla, J. C. (2011). Bolivia: lecciones de una elección inédita. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurina-
cional de Bolivia, p. 19-20.
131
Paredes Zárate, R. (2012). La ampliación del derecho al sufragio y la cuestión judicial. La Paz: Tribunal Supremo Elec-
toral, pp. 234, 348.
132
Ortiz Bedregal, S. (2013). Una elección inédita, con un resultado inédito. Las causas del voto nulo, dentro de elecciones
judiciales el 16 de octubre del 2011 en Bolivia. Tesis de grado, Universidad Católica Boliviana San Pablo, carrera de
Ciencias Políticas. La Paz, p. 113.

38
3. Balance de las elecciones judiciales y sus resultados / 33

manera directa o a través de terceros, antes y durante la propia jornada electoral”133. Apenas producida
la elección judicial, una ONG internacional formuló un balance que, además de observar que “el Órga-
no Electoral no fue muy cuidadoso en mantener la suficiente distancia respecto del Ejecutivo en la fase
preelectoral y electoral”, advirtió:
En el curso del evento electoral se han puesto de manifiesto una serie de falencias (…): Insuficiente
información sobre los candidatos y la modalidad de voto. Insuficiente preparación de los jurados
electorales y aún de los delegados de los Tribunales Electorales Departamentales.
Improvisación en los aspectos operativos en los recintos electorales.
Propaganda en cercanía de los recintos electorales y diversas formas de inducción al voto.
Cómputo a puertas cerradas.
Incompatibilidad entre el diseño de la hoja electrónica para el cómputo de votos y el acta de escru-
tinio de los mismos134.
En torno a la inducción del voto, varios entrevistados coincidieron en señalamientos de cierta gra-
vedad. “Hubo voto por números, un voto ciego”, dijo un observador del proceso135. “En el altiplano había
consigna”, atestiguó un juez que fue aspirante en la preselección136. Un ex parlamentario ratificó: “El voto
fue con consigna y se marcó a gente que no se conocía”137, y un abogado detalló en Sucre: “a través de las
organizaciones sociales instruyeron. Se repartieron, por ejemplo, calendarios con el número”138. Interro-
gado sobre este punto, un alto funcionario gubernamental admitió de algún modo la veracidad de los
señalamientos: “Sí hubo campaña por el voto por la identidad indígena”139.

3.1 Los resultados; los elegidos


Como se indicó antes en este informe, inicialmente se presentaron 581 personas en calidad de postu-
lantes en el proceso de las elecciones judiciales: 78 aspiraban a ocupar un cargo en el Tribunal Consti-
tucional Plurinacional, 82 en el Tribunal Agroambiental, 222 en el Tribunal Supremo de Justicia y 199 en
el Consejo de la Magistratura. Concluida la etapa de preselección, la Asamblea Legislativa Plurinacional
designó a 118 candidatos: 28 para el Tribunal Constitucional, otros 28 para el Tribunal Agroambiental,
14 para el Consejo de la Magistratura y 48 para el Tribunal Supremo de Justicia. Cada grupo de candi-
datos estaba dividido por mitades entre mujeres y varones. Antes de la elección, dos de los candidatos
presentaron su renuncia, de modo que en la papeleta electoral fueron incluidos 116 candidatos para los
56 cargos a ser provistos.
En las elecciones judiciales del 16 de octubre de 2011 se hallaban legalmente en condiciones de votar
algo más de cinco millones de bolivianos: “El Padrón Electoral para este proceso electoral, tuvo un total
de 5.243.375 personas habilitadas para ejercer su derecho al voto”140. No obstante, aproximadamente uno

133
Bolivia Transparente (2011, octubre). Elección judicial 2011: Construyamos institucionalidad. La Paz, p. 2.
134
IDEA (2011, 17 de octubre). Elección de autoridades judiciales en Bolivia, ms.
135
Entrevista, La Paz, 3.6.14.
136
Campero, I. Entrevista, La Paz, 4.6.14.
137
De la Parra, A. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
138
Cardozo Saravia, A. Entrevista, Sucre, 9.6.14.
139
Chivi, I. Entrevista, 6.6.14.
140
Tribunal Supremo Electoral (s/f). El ejercicio fundacional de la democracia intercultural. Informe de rendición de
cuentas de la Gestión 2011 y Plan de Trabajo para la Gestión 2012. La Paz, p. 16.

39
34 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

de cada cinco votantes potenciales no lo hizo; más precisamente, hubo una abstención de 20.94%, que es
similar al promedio de abstención en las cinco últimas elecciones generales: 21. 12%141.
Según dispuso el artículo 161 de la Ley 026 del Régimen Electoral, como “voto válido” debía consi-
derarse “aquel que se realiza por una candidatura, para cada nivel de representación o gobierno, o una
postulación en procesos electorales, o por una opción en referendos o revocatorias de mandato”. En otras
palabras, los votos emitidos en blanco o los que debía considerarse nulos, de acuerdo a la ley, habrían de
estimarse como “no válidos”. El resultado más llamativo de la elección de autoridades judiciales realizada
en 2011 fue que, de cada cinco votos emitidos, tres fueron blancos o nulos —esto es, “no válidos”—, y
sólo dos de los cinco respaldaron alguna candidatura. El porcentaje de votos válidos fue algo menor en el
caso de las votaciones por los miembros del TSJ —pese a que las candidaturas para esta instancia estaban
planteadas por departamento— y, como resultado, creció en ese caso el voto blanco.
Los votos nulos, en promedio entre las cinco entidades que se elegía, alcanzaron 40,78% de los votos
emitidos, algo más que los votos válidos (40,72%). Al sumarse votos blancos y nulos, el promedio para
las cinco entidades llegó a 59,27%.
Tratándose de votos blancos y nulos, la comparación con las cinco últimas elecciones generales ofre-
ció un marcado contraste, según se constata en el cuadro 1.

Cuadro 1
Votos válidos, nulos y blancos en las últimas cinco elecciones generales en Bolivia
y en las elecciones judiciales (%)
Votos 1993 1997 2002 2005 2009 2011
C de la TAM TCP TSJ TSJ
M hombres mujeres
Válidos 95,18 93,80 85,44 92,63 94,30 41,99 42,34 42,10 38,86 38,32
Nulos 2,68 2,90 2,46 3,37 2,48 42,20 42,60 44,03 37,77 37,32
Blancos 2,14 3,30 12,10 4,00 3,22 15,81 15,06 13,87 23,37 24,36
Nulos + 4,82 6,20 14,56 7,37 5,70 58,01 57,66 57,90 61,14 61,68
Blancos
Fuente: Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades judiciales.
La Paz: Muela del Diablo Editores, pp. 51, 53.

Elaboración propia.

En el análisis comparativo se nota que, en las últimas cinco elecciones generales, los votos nulos no
alcanzaron el nivel de 4%; los votos blancos no superaron el nivel de 4% en cuatro de las cinco ocasiones,
aunque en una sumaron 12,1%. Esto hizo posible que “El promedio de votos válidos, en las cinco últi-
mas elecciones generales, llegaron a más del 92%”142, en contraste con el 40,72% que correspondió a las
elecciones judiciales de 2011.
Como resultado, ningún candidato obtuvo una votación mayor a diez por ciento de los electores
y la mayoría de quienes fueron elegidos como autoridades judiciales alcanzaron alrededor de seis por

141
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales. La Paz: Muela del Diablo Editores, pp. 51, 53.
142
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales. La Paz: Muela del Diablo Editores, pp. 51, 53.

40
3. Balance de las elecciones judiciales y sus resultados / 35

ciento de los votos143. En lo que se refiere a los candidatos que fueron elegidos, la mayoría (35 de los 56)
provinieron del “altiplano andino” y la mitad del total se había identificado en el proceso de selección
“como indígena originario campesino”. Además, debe notarse que “los cuatro postulantes más vota-
dos” fueron “personas que simbólicamente, por la vestimenta utilizada, y su origen” habían optado por
esa identificación: Cristina Mamani Aguilar, Bernardo Huarachi Tola, Gualberto Cusi Mamani y Efrén
Choque Capuma. En cuanto a trayectoria laboral, 21 de los 56 elegidos habían acreditado experiencia en
el Órgano Judicial o el Tribunal Constitucional; 13 tenían su mayor experiencia laboral como asesores
de organizaciones sociales o sindicales; 11 habían ejercido profesionalmente en “entidades del Órgano
Ejecutivo”, y 8 “en Entidades Territoriales Autónomas”144.
Varios de los entrevistados para preparar este informe se refirieron a la calidad profesional de los
elegidos. “Ningún candidato era una personalidad reconocida en lo judicial y, como resultado, en el Tri-
bunal Constitucional no hay constitucionalistas”, observó un ex parlamentario145. Una periodista radial
agregó: “Ha llegado al Tribunal Supremo gente sin experiencia”146; un abogado ratificó ese criterio en
Sucre: “La gente que ha salido elegida no tiene la formación y sí muchas debilidades. Los letrados hacen
los fallos”147. Con él concordó un magistrado en La Paz: “Los fallos no son malos porque los hacen los
letrados. Pero no hay avances ni desarrollos nuevos” en el terreno jurisprudencial; en relación con los
integrantes del Consejo de la Magistratura, el entrevistado añadió: “la formación de los cinco es pobrí-
sima” y, refiriéndose a quienes participaron en la preselección de quienes en definitiva fueron elegidos,
sostuvo: “No les interesa la calidad de la gente que entra a la justicia” 148.
El presidente del Colegio de Abogados de La Paz formuló una comparación con la situación tradi-
cional: “En la práctica, la Corte estaba integrada por los representantes de los partidos; pero la ventaja era
que escogían a sus mejores hombres. Eran gente capaz pero subordinada a los partidos. El MAS impuso
a su gente pero incorporó a quienes no son los más adecuados. (…) de sus afiliados han escogido a los
peores. Les cayó muy grande el cargo”149. De manera equivalente, en Sucre, un periodista especializado
en temas de justicia argumentó: “La independencia siempre ha sido cuestionada. Es ahora mucho más
evidente; la diferencia es que ahora no saben sustentar sus fallos”150. Finalmente, un abogado con expe-
riencia en el sistema de justicia sostuvo que los elegidos “no han demostrado idoneidad profesional” y
agregó una explicación: “Es verdad que gente capaz no participó. Pero es que pertenecer al poder judicial
es un desprestigio; la gente menos idónea es la que tiende a ocupar estos cargos”151.
Sólo la senadora Soriano, actora principal en el proceso de preselección, negó terminantemente: “No
hay baja calidad profesional en los elegidos”, pero añadió: “La formación académica es acorde con las
reformas que hemos emprendido”152. Interrogado sobre este mismo punto, un magistrado del Tribunal
Supremo respondió defensivamente: “Tampoco la Corte anterior eran unas lumbreras. Esto se ha mane-
jado por logias”153.

143
Driscoll, A. & Nelson, M. J. (2012). The 2011 judicial elections in Bolivia. Electoral Studies, vol. 31, p. 631.
144
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales. La Paz: Muela del Diablo Editores, pp. 51, 53.
145
De la Parra, A. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
146
Pando, A. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
147
Yáñez, A. Entrevista, Sucre, 11.6.14.
148
Sánchez Morales, R. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
149
Jiménez Sanjinés, R. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
150
Zolá, W. Entrevista, Sucre, 12.6.14.
151
Imaña, R. Entrevista, La Paz, 4.6.14.
152
Soriano, S. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
153
Hurtado, G. Entrevista, Sucre, 10.6.14.

41
36 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

3.2 Enfrentadas valoraciones de la elección judicial


Conforme sugieren los textos reunidos en el epígrafe de esta sección del informe, los frutos de la
elección fueron objeto de valoraciones muy distintas, de algún modo incorporadas en un informe de la
Alta Comisionada de Naciones Unidas: “El resultado de este novedoso proceso electoral proyecta una
composición intercultural con equidad de género en los altos tribunales de justicia. Sin embargo, se
registró un notable porcentaje de votos nulos y blancos, así como críticas por parte de la oposición del
proceso en su conjunto”154.
Se ha insistido poco en la posible relación entre la ya señalada falta de información del elector y el
alto porcentaje de votos nulos, que acaso pudieran ser explicados por errores cometidos por el votante.
La senadora Soriano, al ser entrevistada, adujo: “La boleta fue muy compleja”155. Pero, en general, las in-
terpretaciones provenientes de la orilla gubernamental han echado mano a los mencionados obstáculos
culturales y han responsabilizado a la campaña negativa hecha por la oposición. En cambio, las inter-
pretaciones de carácter opositor han reiterado que votos nulos y blancos expresan el rechazo popular al
proceso electoral judicial.
Desde el lado gubernamental se resaltó “la legitimidad de la participación de cerca del 80 por ciento
del electorado, que dio lugar a la legalidad de que los elegidos lo sean, según la norma lo establece, por
simple mayoría”156. La Defensoría del Pueblo, complementariamente, buscó apoyo en la observación
internacional pese a que, cuando menos en el caso del jefe de Misión de la OEA, se expresaron reservas
sobre el proceso; para la Defensoría, la elección fue un “inédito proceso a escala nacional y mundial,
que a pesar de la campaña por el ‘voto nulo’, las críticas y cuestionamientos por su implementación,
legitimidad y legalidad e incluso por la preselección de candidatos, contó con el aval de observadores
internacionales que destacaron la transparencia del proceso”157.
El tema de la legitimidad de los elegidos adquirió centralidad en la discusión. Los actores oficiales
tuvieron que hacerse cargo del asunto: “Muchos actores políticos e incluso analistas cuestionaron la elec-
ción de las máximas autoridades judiciales, señalando que las y los electos carecían de legitimidad, (…)
tomando como referencia la cantidad de votos nulos y blancos”, pero la respuesta a los cuestionamientos
se amparó en la simple legalidad de la elección: “Es que estos tipos de voto carecen de validez o efecto
jurídico en el régimen constitucional y electoral boliviano”; es decir, en una perspectiva marcadamente
tradicional, se pretendió equivalencia entre legalidad y legitimidad: “La legitimidad de las y los electos
está relacionada con la legalidad”158.
En el lado oficial, se puso en relieve que la elección concretó el tránsito “del viejo sistema de selec-
ción elitista de las autoridades judiciales, vigente desde el siglo XIX, en Bolivia, a una modalidad de
constitución democrática de las autoridades que ejercerán las funciones de justicia ordinaria, justicia
constitucional y el gobierno judicial. Este es un hecho de dimensiones históricas no solo para Bolivia,
sino también, para el mundo democrático”. Tal interpretación culminó en considerar a la elección judi-

154
Consejo de Derechos Humanos (2012, 2 de febrero). Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos sobre las actividades de su oficina en el Estado Plurinacional de Bolivia, A/HRC/19/21/Add.2,
párr. 48. 19º periodo de sesiones.
155
Soriano, S. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
156
Ramírez Santiesteban, H. Presentación. En Pinto Quintanilla, J. C. (2011). Bolivia: lecciones de una elección inédita. La
Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, p. 4.
157
XIV Informe de la Defensoría del Pueblo a la Asamblea Legislativa Plurinacional (2012). La Paz, p. 19.
158
Paredes Zárate, R. (2012). La ampliación del derecho al sufragio y la cuestión judicial. La Paz: Tribunal Supremo Elec-
toral, p. 233, 349.

42
3. Balance de las elecciones judiciales y sus resultados / 37

cial como “el punto de partido de la historia de la democracia intercultural, es por eso que ha marcado el
ejercicio fundacional del nuevo modelo democrático vigente en Bolivia”159. No obstante, hubo también
un reconocimiento de “ausencias y debilidades”:
a) La ausencia de costumbre de participar en un proceso electoral donde no participan líderes ca-
rismáticos de organizaciones políticas. En este proceso, al electorado seguramente le ha costado
seguir el proceso sin tener en la televisión, en las radios y otros medios a estos líderes, y solo ver
los méritos de los más de cien candidatos. La ciudadanía no tiene la costumbre de votar en estas
condiciones, es decir, no tiene una cultura electoral de elección de las máximas autoridades judi-
ciales.
b) La falta de hábito para elegir de entre muchos candidatos y en una papeleta de tamaño extraordi-
nario. (…) Nunca el electorado tuvo que votar en una papeleta con más de 100 candidatos.
c) La ausencia de costumbre de elegir sobre la base de la difusión de méritos. El electorado está
acostumbrado a elegir en el marco de la difusión de programas y proyectos, mensajes y discursos
políticos, y la lucha entre los candidatos. El electorado no ha desarrollado la cultura del análisis
de los méritos y decidir sobre la base de la trayectoria profesional de las personas160.
Desde el lado contrario, un entrevistado sostuvo: “Con los resultados de la elección, la legitimi-
dad es nula”161. Un diputado de oposición encontró en la realización de los comicios la oportunidad de
impugnar el conjunto del proceso electoral judicial y subrayar que, si bien “Idoneidad, transparencia e
independencia, debieron haber sido los objetivos a conseguir del proceso de preselección y elección de
las máximas autoridades del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional”, “nada de esto se logró por la
manera como el MAS ha definido las reglas del juego y la imposición de las listas preseleccionadas de
postulantes a magistrados…”162.
Otra voz crítica de las elecciones judiciales resaltó que en esta primera elección “no sólo fueron ele-
gidos los candidatos del partido gobernante, sino que el proceso electoral está bajo sospecha y termina-
ron como máximas autoridades judiciales personas afines al partido gobernante”. Este autor puntualizó
que, de esta manera, “no sólo que no se garantiza la independencia judicial ni serán elegidos los mejores
profesionales (porque los buenos profesionales no se someterán, mientras no haya reglas claras y trans-
parentes), sino que así el remedio parece peor que la enfermedad”163. De la misma opinión ha sido un
trabajo reciente: “la evidencia es abrumadora en cuanto a que todo el proceso de selección de candidatos
así como el verificativo del acto electoral y la validación de sus resultados, fueron diseñados” para con-
trolar políticamente los altos cargos judiciales. Según esta interpretación, la raíz del asunto reside en que
el MAS ha optado por un privilegiar el compromiso con su proyecto partidario, la lealtad y sumisión
a los dictados del poder político, sin importar si las personas escogidas reúnen o no las condiciones
de idoneidad, conocimientos, experiencia y honestidad, para ejercer dignamente sus cargos. El re-
sultado de esta aventura es un sistema judicial marcado por la mediocridad, una mayor corrupción e
incapaz de asegurar el cumplimiento de la ley y de proveer justicia a los bolivianos164.

159
Ovando Rojas, W. Presentación. En Tribunal Supremo Electoral (s/f). El ejercicio fundacional de la democracia inter-
cultural. Informe de rendición de cuentas de la Gestión 2011 y Plan de Trabajo para la Gestión 2012. La Paz, pp. 2-3.
160
Ovando Rojas, W. Presentación. En Tribunal Supremo Electoral (s/f). El ejercicio fundacional de la democracia inter-
cultural. Informe de rendición de cuentas de la Gestión 2011 y Plan de Trabajo para la Gestión 2012. La Paz, pp. 4-5.
161
Dérpic, C. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
162
Yaksic, F. II (2012). Interpelación silenciosa del voto blanco y nulo. Análisis y resultados de las elecciones de autoridades
judiciales. La Paz: Muela del Diablo Editores, p. 5.
163
Herrera Añez, W. (2013). El estado de la justicia boliviana. Del Estado Republicano al Estado Plurinacional, Cocha-
bamba: Grupo Editorial Kipus, p. 47.
164
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, p. 16.

43
38 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

En opinión de un ex parlamentario, en el gobierno “se hizo un cálculo: ¿cómo podemos legitimar un


poder judicial controlado?”165. Como resultado del proceso, “se ha legalizado al poder judicial del gobier-
no”, sostuvo un magistrado166. La misma idea fue expresada por el presidente del Colegio de Abogados de
La Paz: “El Ejecutivo hizo su Judicial”167. Un entrevistado se preguntó, acerca del proceso de elecciones
judiciales: “¿fue un cambio estructural o una estrategia de copamiento?” y respondió: “Fueron ambas
cosas: el MAS podía ganar legitimidad mediante la elección y poner gente de su confianza. El gobierno
tenía un grado de legitimidad que no necesitaba manejar el órgano judicial. Pero predominó la lógica
del poder. El proceso nació de una lógica esencialmente política que se llevó a través de procesos no
transparentes”168. Curiosamente, un alto funcionario gubernamental en el sistema de justicia coincidió:
el voto popular exige: un alto grado de objetividad en el proceso para preseleccionar, y un alto grado
de legitimidad en el proceso electivo. La deficiencia mayor en la elección ha sido que no hubo el
primer requisito y, debido a las regulaciones electorales, no se ha sabido nada acerca de los méritos
del candidato. El voto blanco/nulo fue consigna política para rechazar la forma de selección que ha
sido más de lo mismo: prebendal.
¿Ha operado en Bolivia una nueva forma de elegir jueces? En realidad, no. El mecanismo se ha per-
vertido antes de nacer. Ha sido un experimento fallido. La tentación de los políticos ha sido como
las anteriores169.
Desde este tipo de mirada, se ha pretendido anticipar qué consecuencias tendría la elección produ-
cida sobre la independencia judicial de los magistrados:
es previsible que el Órgano Judicial, en general, y los magistrados y jueces, en particular, no man-
tendrán independencia con relación al Órgano Ejecutivo y al Órgano Judicial, toda vez que, de un
lado, en el proceso de selección de los candidatos hubo una fuerte injerencia política del partido en
función de gobierno, al grado que (…) la selección tuvo su base en la afinidad política e ideológica
de los postulantes; y, de otro, en el proceso de las elecciones hubo una fuerte influencia política del
gobierno, con un Presidente del Estado haciendo campaña por el voto válido y los movimientos so-
ciales afines al gobierno imponiendo el voto consigna170.

165
De la Parra, A. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
166
Sánchez Morales, R. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
167
Jiménez Sanjinés, R. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
168
Entrevista, La Paz, 3.6.14.
169
Valda Martínez, L. Entrevista, Sucre, 9.6.14.
170
Rivera S., J. A. (2011, diciembre). La democratización del sistema judicial del Estado. Documento de discusión, Proyec-
to de Fortalecimiento Democrático, Cochabamba.

44
/ 39

4. El trabajo de los elegidos

“en todo proceso de inclusión social es fundamental


la plena independencia de los poderes públicos
y, particularmente, la garantía de imparcialidad del poder judicial”.
CIDH. Comunicado de prensa 46/06. cit. por
CIDH (2007, 28 de junio). Acceso a la justicia e inclusión social:
el camino hacia el fortalecimiento de la democracia en Bolivia.
OEA/Ser. L/V/II. Doc. 34. Cap. II, párr. 46.

“No creo en la independencia de poderes u órganos,


que es la teoría liberal que viene en la Constitución.
Vengo de una cultura donde las funciones se concentran”.
Cusi, G. Entrevista, Sucre, 11.6.14.

E
n el momento de preparar el presente informe —a casi tres años de la elección popular de autori-
dades judiciales—, no se cuenta con análisis de base empírica que hayan abordado el rendimiento
de los elegidos. Pese a la importancia crucial de la cuestión, en el trabajo de campo sólo se pudo
explorarla en entrevistas y en algunos textos. Con tales limitaciones, los resultados de la indagación se
presentan en esta sección, referida primero al caso del Consejo de la Magistratura y luego al Tribunal
Constitucional Plurinacional, respecto del cual se centrará la atención en el aspecto de su independencia.

4.1 El desempeño del Consejo de la Magistratura


La información disponible sobre el trabajo del Consejo de la Magistratura durante los dos años poste-
riores a la elección de los nuevos consejeros —esto es, 2012 y 2013— indica que en el periodo se “in-
crementó en un 5% el número de jueces, con relación a 2011”. En 2013, “el presupuesto aprobado para
las instituciones judiciales se incrementó en un 13% con relación a 2012”, pese a lo cual “el presupuesto
global de la justicia alcanza sólo un 0,53% del Presupuesto General del Estado”171.
Según el propio Consejo, en el periodo que cubre los años 2012 y 2013 “ha creado un total de 98 juz-
gados entre ordinarios y agroambientales”, pero con 330 548 causas a su cargo en septiembre de 2013, se
reconoció que “la capacidad de resolución rápida y efectiva de causas ha llegado a su límite en el sistema
judicial, que no es capaz de recibir más procesos y resolverlos con mayor celeridad”. En medio de esa
situación crítica, el Consejo puso énfasis en el planeamiento de un sistema de ingreso a la carrera judicial
cuya tercera fase sería un curso de inducción de dos meses de duración y en su aporte a “la construcción

171
Consejo de Derechos Humanos (2014, 3 de marzo). Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre las actividades de su oficina en el Estado Plurinacional de Bolivia, A/HRC/25/19/Add.2,
párr. 52, 53. 25º periodo de sesiones.

45
40 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

del Reglamento de Carrera Judicial, que fue elaborado por una consultora independiente contratada por
el Alto Comisionado de las Naciones Unidas”172.
En su Memoria de gestión institucional, el Consejo también dio cuenta de su rol disciplinario, con
1988 denuncias recibidas en 2013, 446 “procesos resueltos” entre 2012 y 2013, que habían logrado san-
ciones efectivamente ejecutadas en 175 casos, las que incluyeron la destitución de tres jueces y un vocal.
Se señalaba, sin ofrecer pormenores, que 220 procesos penales contra autoridades jurisdiccionales se
hallaban en curso a fines de 2013.
Se ha sostenido que, en el Consejo de la Magistratura, al tiempo que existen “procedimientos bu-
rocráticos que impiden llenar los cargos acéfalos de forma rápida”, se da un “manejo político en la de-
signación de jueces, fiscales y personal administrativo”173. De irregularidades en los nombramientos se
han hecho eco incluso autoridades gubernamentales. Sin embargo, no se ha documentado tales cargos.
En la entrevista realizada para este informe, la presidenta del Consejo, Cristina Mamani, explicó
que, dado que legalmente no es posible todavía organizar concursos, para realizar designaciones de
jueces se ha adoptado la práctica de que un consejero proponga un candidato y el pleno del Consejo
designe. Informó que, desde que los miembros elegidos se hicieron cargo a comienzos de 2012, se habían
producido catorce destituciones, pero que de ellas, sólo seis se hallaban ejecutoriadas. Añadió que cuan-
do no se puede probar el cargo formulado contra un juez se recurre a la rotación, es decir, se le destina a
un lugar distinto. En el diálogo, compartió dificultades internas: “En el Consejo, los miembros hoy dicen
y mañana se desdicen (…). Hay una pugna por ser presidente. Todos querían ser presidente por un año.
Por eso es que no apoyan la gestión de la presidenta, porque esperan sustituirla. Entonces, hay presiones
desde adentro que se unen a las de afuera”. Como logros del Consejo bajo su gestión, señaló:
1) cubrimos las acefalías [plazas sin proveer]; 2) creación de 98 plazas: 88 en el fuero ordinario y 10
en el agrario-medio ambiental; 3) desconcentramos juzgados, especialmente en Santa Cruz; 4) el
registro público de propiedad; y 5) establecimos juzgados disciplinarios (21 en las nueve provincias)
en casos de faltas gravísimas, para que el Consejo no sea única instancia en procesos disciplinarios.
El juzgado es integrado por un juez y dos ciudadanos, que se sortean del padrón electoral174.
Al ser entrevistado para este informe, otro integrante del Consejo, Wilber Choque, puso énfasis en
que: “El político ya no puede llamar para que se designe a alguien como juez”175.
Para alcanzar una mayor profundidad en el examen del trabajo del Consejo, es de mucho valor un
informe de consultoría preparado por Soraya Santiago Salame al que se tuvo acceso durante el trabajo de
campo efectuado en Bolivia y que consiste en “un análisis de los procedimientos aplicados por el Consejo
de la Magistratura para la designación de las autoridades jurisdiccionales denominadas provisionales
desde la gestión 2012 hasta junio de 2013, en el marco de lo previsto en la Ley Nº 212”.
Entre los hallazgos más relevantes de ese estudio, debe destacarse que, tratándose del primer pro-
ceso de nombramientos analizado, no fueron “claros los parámetros mediante los cuales se realizaron
las designaciones”, si bien pudo establecerse que “no respetan los criterios de género y plurinacionalidad
transversales en nuestro texto constitucional y tampoco responden al orden de prelación de la lista de

172
Consejo de la Magistratura. Memoria de gestión institucional 2013. Recuperado de http://magistratura.organojudi-
cial.gob.bo/index.php/2014-02-06-14-45-43/2014-02-07-13-03-51/publicaciones/finish/6-publicaciones/53-memo-
ria-de-la-gestion-institucional-2-2013, pp. 6, 7, 9, 21, 52.
173
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, p. 15.
174
Mamani, C. Entrevista, Sucre, 9.6.14.
175
Choque Cruz, W. Entrevista, La Paz, 4.6.14.

46
4. El trabajo de los elegidos / 41

postulantes” (p. 27). En el segundo proceso de nombramientos resalta la baja exigencia de nivel profesio-
nal consagrada en “el Reglamento Transitorio de Preselección de Jueces Ordinarios y Agroambientales
del Órgano Judicial, aprobado por el Consejo de la Magistratura el 22 de noviembre de 2013”, cuando
“señala: ‘tendrán derecho a conformar la nómina, los postulantes que hayan obtenido en el examen de
conocimiento un puntaje mínimo de 36 sobre 70 puntos’” (pp. 28-29).
Adicionalmente, el trabajo nota que “no se pueden establecer parámetros claros de cómo se evalua-
rá la experiencia laboral de los postulantes, lo cual nuevamente comporta un criterio discrecional a la
hora de puntuar este aspecto” (p. 48), al tiempo que resalta que “entre los parámetros de evaluación de
los méritos de los postulantes no se encuentren fijados el conocimiento de idiomas de manera general
y de idiomas reconocidos por nuestra Constitución como oficiales dentro de nuestro territorio” (p. 49).
Como resultado de que “para la designación de los jueces no es necesario seguir el orden de prelación de
acuerdo al puntaje obtenido de la sumatoria de la calificación de méritos y del examen de competencia”
(p. 58), en el estudio se subraya que, de hecho, “en muchos casos el Consejo de la Magistratura ha de-
signado como jueces a postulantes que no tenían las calificaciones más altas del banco de datos” (p. 60).
De las conclusiones del trabajo debe ponerse especial atención a las siguientes:
resulta preocupante que el sistema de concurso establecido, de un lado, no busque que sea designado
para el cargo de juez quien demuestre objetivamente las mejores aptitudes y, de otro, haya dejado a
la ciudadanía un estrechísimo espacio para expresar opinión acerca de la trayectoria y la idoneidad
de los candidatos (p. 91).
[Destaca] la omisión por parte del Consejo de la Magistratura de formular una propuesta de profe-
sional del derecho que deba asumir la magistratura en tanto componente esencial y actor principal
del proceso de reforma del sistema de justicia. (…) [En] ningún artículo del Reglamento Transito-
rio de Preselección y Designación de Jueces Ordinarios y Agroambientales del Órgano Judicial se
encuentra una sola alusión conceptual a la reforma o al cambio del sistema de administración de
justicia, por lo que no se evidencia una voluntad de cambio de ese sistema (p. 91).
Los conocimientos no jurídicos no se mencionan ni siquiera en el Reglamento Transitorio de Prese-
lección y Designación de Jueces Ordinarios y Agroambientales del Órgano Judicial; de igual forma
las responsabilidades de la función jurisdiccional, la comprensión de la realidad social y el conoci-
miento de los derechos humanos son temas ausentes de los criterios de evaluación explícitos en el
citado Reglamento. Estas omisiones significan que el mecanismo de selección puesto en funciona-
miento es incapaz de diferenciar a aquellos postulantes que sean portadores de concepciones reno-
vadoras y conocimientos distintos a los tradicionales (p. 92).
De particular gravedad resulta el hecho de que el trabajo del Consejo, encabezado desde 2012 por
autoridades popularmente elegidas, no realice en los procesos de nombramiento de jueces un trabajo
diferente, ni mejor, al antiguo Consejo de la Judicatura, cuya designación no tenía base en la votación
ciudadana:
El Consejo de la Magistratura boliviano en las designaciones de jueces mediante la Ley Nº 212 no
está efectuando una selección distinta a la que se venía efectuando antes de su implementación, es
más se ha podido establecer que el antes Consejo de la Judicatura tenía mecanismos más transpa-
rentes en la designación de jueces, que los que actualmente desarrolla el Consejo de la Magistratura
(p. 90).

47
42 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

4.2 En torno a la independencia del Tribunal Constitucional


Plurinacional
Como se ha referido al terminar la tercera sección de este informe, los críticos del proceso político que
encabeza el presidente Morales afirman enfáticamente que, dado el carácter político de los comicios ju-
diciales, los magistrados que fueron elegidos en octubre de 2011 carecen de independencia. “No parece
que se haya elegido gente independiente; la mayoría responden al partido gobernante y no han demos-
trado independencia”, subrayó un entrevistado176. Por esta vía, un autor como Herrera Añez señala que
Aunque la Constitución en vigor (art. 12), prevé un cierto equilibrio formal puesto que “el Estado
se organiza y estructura su poder público a través de los órganos Legislativo, Ejecutivo, Judicial y
Electoral” y esta “organización está fundamentada en la independencia, separación, coordinación y
cooperación de estos órganos”, en la realidad concreta el Presidente Evo Morales (como la mayoría
de los Jefes de Estado), controla a la Asamblea Legislativa, y a los órganos Judicial y Electoral177.
El razonamiento se completa con la suposición de que los elegidos tendrán que someterse, en el ejer-
cicio de la función, a la voluntad gubernamental: “Si los magistrados debían su elección al padrinazgo
político, en adelante el ejercicio de sus funciones e incluso su sostenimiento en el cargo, dependería de
que pudieran conservar la confianza del gobierno”. Específicamente, tratándose del Tribunal Constitu-
cional Plurinacional (TCP), la tesis se ha desarrollado en esa dirección:
Maniatado políticamente, el Tribunal Constitucional ha sido anulado para ejercer el control de cons-
titucionalidad de las leyes, decretos y otras normas administrativas, con sujeción a los principios
de independencia, imparcialidad, probidad y equidad, que señala la CPE [Constitución Política del
Estado], precautelando el respeto y vigencia de los derechos y garantías constitucionales.
Neutralizada su independencia, y despojado de su condición de guardián de la Constitución, el Tri-
bunal Constitucional se ha reducido a un órgano funcional a las necesidades del poder político, vali-
dando con sus fallos actos notoriamente inconstitucionales, tal como ha sucedido con la habilitación
de Evo Morales y Alvaro García Linera para buscar la re-reelección178.
El investigador que quiera profundizar en el asunto de la independencia de los magistrados cons-
titucionales, en su calidad de máximos vigilantes del respeto a la principal norma del orden jurídico,
encuentra que no se dispone de un análisis sistemático de las decisiones adoptadas en el TCP. Con pos-
terioridad al trabajo de campo hecho en Bolivia para este informe, se pudo solicitar a una magistrada del
Tribunal que indicara algunas de aquellas decisiones en las que esta instancia hubiese contribuido, según
su criterio, a renovar la jurisprudencia constitucional. La magistrada Neldy Virginia Andrade Martínez
remitió en julio de 2014 una respuesta en la que se refirió a varias resoluciones adoptadas por el TCP179,
algunas de las cuales muestran con claridad el ejercicio de independencia judicial en ese órgano.
Tal es el caso de la Sentencia Constitucional Plurinacional (SCP) 1250/2012 que en septiembre de
2012 declaró inconstitucional el tipo penal de desacato. Entre las consideraciones en las que se basó el
Tribunal, destacan: que el estándar para evaluar si una restricción a la libertad de expresión es compa-
tible con el derecho internacional de los derechos humanos es el de “necesidad social imperiosa”, según
ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos; que en el caso del delito de desacato tal

176
Imaña, R. Entrevista, La Paz, 4.6.14.
177
Herrera Añez, W. (2013). El estado de la justicia boliviana. Del Estado Republicano al Estado Plurinacional. Cocha-
bamba: Grupo Editorial Kipus, p. 17.
178
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, pp. 17-18.
179
El texto de las sentencias citadas en este texto puede ser consultado en el portal del TCP: http://www.tcpbolivia.bo/tcp/
index.php, valiéndose al efecto de los buscadores disponibles en él.

48
4. El trabajo de los elegidos / 43

necesidad no es evidente puesto que existen otros tipos delictivos —calumnia e injuria— que restringen
los abusos de la libertad de expresión, y que el tipo penal de desacato limita la posibilidad de denunciar
hechos de corrupción, lo cual debe ser “prácticamente irrestricto”. Cabe notar que esta decisión fue
adoptada cuando el tipo penal de desacato había sido utilizado en casos que sectores adversos al gobier-
no han calificado como persecución política de opositores mediante el sistema judicial; de hecho, Roger
Pintos, Rubén Costa y la senadora Carmen Eva González habían sido procesados penalmente con este
tipo penal180. Paralelamente, algunas autoridades habían defendido la figura del desacato, meses antes de
dictarse la sentencia181.
Ese mismo mes, la SCP 1512/2012 confirmó la resolución que amparó a quienes recurrieron a la jus-
ticia en un caso de manifiesto abuso policial —allanamiento de domicilio sin orden judicial, detención
ilegal y lesiones— y tomó la precaución de disponer “la remisión de una copia de la presente Sentencia
al Ministerio Público para que investigue los hechos denunciados”, importante mandato que no es una
práctica generalizada cuando estos casos son conocidos en tribunales latinoamericanos. Asimismo, la
resolución estableció que en acciones de libertad procede la inversión de la carga de la prueba, que co-
rresponde entonces a la parte demandada, que debe desmentir o al menos negar los hechos en razón de
encontrarse en poder de la información o prueba.
En noviembre del mismo año, la SCP 2299/2012 concedió “la tutela solicitada, por persecución
indebida” en un caso notorio de exceso policial en el uso de las armas. La decisión, que abordó los ele-
mentos de legalidad, absoluta necesidad, proporcionalidad, la interdicción de impunidad y control juris-
diccional de las actuaciones policiales en uso de la fuerza pública, incluyó la previsión de que su contenido
fuera comunicado:
a) A la Policía Boliviana, para que considere lo desarrollado a momento de emprender sus operativos;
b) A la Academia Nacional de Policías, para que la presente Sentencia Constitucional Plurinacional,
ingrese dentro de la instrucción policial;
c) A las Fuerzas Armadas del Estado; para que consideren los alcances argumentativos a momento
de hacer uso de la fuerza; y,
d) A Los jueces cautelares de todo el país; para que al momento de hacer el control de legalidad rea-
licen el correspondiente test sobre uso de las armas
También en noviembre de 2012, la SCP 2468/2012 otorgó la tutela a un procesado por “terrorismo”,
poniendo énfasis en que las solicitudes que se realicen a una autoridad judicial o administrativa, que ten-
gan como finalidad la protección del derecho a la vida, deben ser resueltas por éstas sobre la base de un
análisis exhaustivo que considere, sobre cualquier otro aspecto, la protección de la vida del ser humano.
La decisión ordenó que, en el caso,
se efectúe una nueva y exhaustiva compulsa de los elementos existentes y/o en su caso, se pidan nuevos
estudios médicos que acrediten y permitan considerar el estado actual de salud del accionante cons-

180
Véase al respecto: http://www.vicepresidencia.gob.bo/Vicepresidencia-se-querella-contra; Fundación Nueva Demo-
cracia, “Reporte cronológico a las violaciones a los derechos humanos sucedidas en Bolivia: septiembre 2011-agosto
2012”, p. 33, y “Ejecutan orden de aprehensión contra senadora opositora Carmen González”: La Razón, 26.1.2012:
http://www.la-razon.com/nacional/Ejecutan-aprehencion-opositora-Carmen-Gonzales_0_1548445222.html
181
Cecilia Ayllón, entonces ministra de Justicia, y la presidenta de la Cámara de Diputados, Rebeca Delgado, defendieron
en febrero de 2012 la figura legal a propósito de la crítica contenida en un comunicado de la Oficina local del Alto Co-
misionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos: “Gobierno defiende figura de desacato en legislación del
país”. El País Plus, 25.2.13. Recuperado de http://www.elpaisonline.com/index.php/2013-01-15-14-16-26/campeon/
item/24706-gobierno-defiende-figura-de-desacato-en-legislacion-del-pais

49
44 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

tatable, en una resolución debidamente fundamentada, no pudiendo en ese ínterin desarrollarse actos
procesales (…) que pongan en riesgo el derecho a la salud y vida del ahora representado y que respalde
la posición de garante de las autoridades demandadas respecto al derecho a la vida del mismo.
Además de los casos propuestos por la magistrada Andrade Martínez, otras decisiones examinadas
manifiestan igualmente independencia en la actuación del TCP. Así, en agosto de 2012, la sentencia
0770/2012 recortó la aplicación retroactiva en materia penal, que la Ley 004 había introducido en marzo
de 2010, al disponer algunas modificaciones al Código Penal, referidas a figuras delictivas de corrupción;
la Disposición final primera de la ley dispuso su aplicación retroactiva, remitiéndose al artículo 123 de la
Constitución, que autoriza la aplicación retroactiva de la ley “en materia de corrupción, para investigar,
procesar y sancionar los delitos cometidos por servidores públicos contra los intereses del Estado”. Al
promulgar la ley, el presidente Evo Morales sostuvo que “la única forma de recuperar bienes estatales
robados por funcionarios públicos es con una ley retroactiva”182 y, de hecho, la norma fue empleada para
procesar a un ex presidente del Banco Central183.
Planteada la inconstitucionalidad de la disposición legal por cuatro ciudadanos procesados en apli-
cación de la misma, el TCP consideró que: “Una interpretación sistemática, teleológica y literal de la
norma contenida en el art. 123 CPE no debe ser entendida en el sentido que sea posible sancionar
retroactivamente conductas que no estuviera previamente establecidas en una ley” y que la expresión
“Estado de derecho” contenida en el artículo 1 de la Constitución incluye la irretroactividad de la ley
penal más gravosa como parte del principio de legalidad, en concordancia con el artículo 116.II, que
prevé que “Cualquier sanción debe fundarse en una ley anterior al hecho punible”. La decisión —apoyada
en instrumentos internacionales de derechos humanos, en la jurisprudencia de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos y en la Convención Interamericana contra la Corrupción— declaró la consti-
tucionalidad de la Disposición final primera, “siempre y cuando se interprete conforme a los criterios
expuestos” por el Tribunal en su sentencia.
Otros dos casos conocidos por el TCP se refirieron a la suspensión temporal en el cargo de aquéllos
que fueren sometidos a un proceso. En un caso (SCP 2055/2012, 16.10.12) se comprendió a autoridades
elegidas y en el otro (SCP 0137/2013, 5.2.13), a los jueces que hubiesen sido imputados. El artículo 127 de
la ley Marco de Autonomías se refirió a “la máxima autoridad ejecutiva” que podría ser suspendida “si se
hubiera dictado Acusación Formal en su contra que disponga su procesamiento penal, o resolución por
la que se le atribuya responsabilidad administrativa o civil”; el artículo 144 abarcó en la figura de la sus-
pensión temporal a “Gobernadoras, Gobernadores, Alcaldesas y Alcaldes, Máxima Autoridad Ejecutiva
Regional, Asambleístas Departamentales y Regionales, Concejalas y Concejales de las entidades territo-
riales autónomas”. En el caso de los jueces, la suspensión temporal fue introducida, como atribución del
Consejo de la Magistratura, en el artículo 183.I.4 de la Ley del Órgano Judicial y en el artículo 392 del
Código de Procedimiento Penal.
En el primer caso, la SCP 2055/2012 recordó en octubre de 2012 la propia jurisprudencia del TCP en
el sentido de que la presunción de inocencia es aplicable a todo proceso, sea judicial o administrativo; se
apoyó en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en cuanto “la presunción
de inocencia se vulnera si antes de que el acusado sea encontrado culpable una decisión judicial relacio-
nada con él refleja la opinión de que es culpable”, y distinguió entre “medidas preventivas” y “sanciones”

182
El Diario Exterior (2010, 31 de marzo). Morales promulga la nueva ley contra la corrupción en Bolivia que preten-
de recuperar 10.000 millones de dólares. Recuperado de http://www.eldiarioexterior.com/boliviamorales-promul-
ga-la-nueva-ley-22298_noticia.htm
183
Fundación Nueva Democracia. Reporte cronológico a las violaciones a los derechos humanos sucedidas en Bolivia:
septiembre 2011-agosto 2012, p. 19.

50
4. El trabajo de los elegidos / 45

puntualizando que las primeras tienen como “fin mantener una situación inalterable en tanto se tramita
un proceso”, pero que dejan de ser medidas preventivas y se convierten en sanción “cuando se trata,
por ejemplo, de una suspensión de haberes”. La decisión consideró como “restricción irrazonable” la
suspensión sin plazo “con pérdida del periodo en el cual el servidor público fue elegido para consumar
su mandato” y, en consecuencia, sostuvo que los artículos impugnados violaban la “presunción de ino-
cencia, estableciendo una imposición sin previo proceso, con graves consecuencias en el ejercicio de los
derechos políticos”, por lo que declaró su inconstitucionalidad.
Los artículos declarados inconstitucionales habían sido utilizados en algunos procesos judiciales en-
tablados contra opositores políticos; entre ellos, el ex gobernador Ernesto Suárez Satorri, los concejales
Leonardo Roca, Manuel Saavedra, Cibeles Ortiz, Yanine Parada, Enrique Landivar, Óscar Vargas, y Ar-
minda Vázquez (concejales de Santa Cruz), y los alcaldes Jorge Morales y Erwin Méndez184. La decisión
del TCP fue criticada por algunas personalidades gubernamentales. El segundo secretario de la Cámara
de Diputados, Galo Bonifaz, señaló que la decisión “está desprotegiendo al Estado, está desprotegiendo
a la sociedad boliviana”185 y el vicepresidente García Linera anticipó que la aplicación retroactiva de la
decisión podría generar “un terrible desorden institucional”186.
En el segundo caso, la SCP 0137/2013 resolvió acerca de la constitucionalidad de la suspensión tem-
poral de los jueces por el Consejo de la Magistratura, en razón de una imputación formal en un proceso
penal, impugnada como violatoria de la presunción de inocencia. La decisión del TCP razonó que la
independencia es una garantía constitucional de las autoridades jurisdiccionales que limita la potestad
administrativa sancionatoria del Estado y, como en el caso recién examinado, se apoyó en la Corte Inte-
ramericana de Derechos Humanos en su señalamiento de que “el principio de inocencia se vulnera si an-
tes de que el acusado sea encontrado culpable una decisión judicial relacionada con él refleja la opinión
de que es culpable”. Concluyó, por lo tanto, en que las normas en cuestión eran inconstitucionales, “ya
que se estaría anticipando una sanción sin que exista una decisión con calidad de cosa juzgada emergen-
te de un proceso penal previo”.
No obstante la evidencia que estos casos ofrecen acerca del uso efectivo de la independencia judicial
en casos en los que interviene el interés o la actuación gubernamental, los críticos aducen que “el Tri-
bunal Constitucional ha hecho jugadas inteligentes en las que contradice al gobierno en temas que no
interesan al gobierno”187 e insisten en referirse especialmente al caso de la decisión del órgano acerca de
la reelección presidencial. En efecto, el 25 de abril de 2013 el TCP adoptó la Declaración Constitucio-
nal Plurinacional 0003/2012, en la consulta sobre la constitucionalidad del proyecto “Ley de aplicación
normativa”, sometida por Álvaro García Linera, vicepresidente del Poder Ejecutivo y presidente de la
Asamblea Legislativa Plurinacional. El artículo 4 del proyecto determinaba:
I. De conformidad a lo establecido en el Artículo 168 de la Constitución Política del Estado, el Pre-
sidente y el Vicepresidente elegidos por primera vez a partir de la vigencia de la Constitución, están
habilitados para una reelección por una sola vez de manera continua.

184
Fundación Nueva Democracia. Reporte cronológico a las violaciones a los derechos humanos sucedidas en Bolivia:
septiembre 2011- agosto 2012, pp. 52, 82; Reporte cronológico a las violaciones a los derechos humanos sucedidas en
Bolivia: septiembre-diciembre 2012, p. 51; Fundación Nueva Democracia. Reporte cronológico a las violaciones a los
derechos humanos sucedidas en Bolivia: enero- abril 2013, p. 78.
185
El Diario (2013, 8 de febrero). MAS elaborará otra norma contra suspensiones. Recuperado de http://www.eldiario.
net/noticias/2013/2013_02/nt130208/politica.php?n=100&-mas-elaborara-otranorma-para-suspensiones
186
Los Tiempos (2013, 13 de diciembre). Gobierno dice que fallo del TCP no es retroactivo y no se debe restituir a auto-
ridades suspendidas. Recuperado de http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/nacional/20130213/gobierno-di-
ce-que-fallo-del-tcp-no-es-retroactivo-y-no-se-debe-restituir-a_202051_431614.html
187
Caijas, G. Entrevista, La Paz, 3.6.14.

51
46 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

II. La prescripción contenida en la Disposición Transitoria Primera, parágrafo II de la Constitución


Política del Estado es aplicable a las autoridades que después del 22 de enero de 2010, continuaron
ejerciendo cargos públicos, sin nueva elección, designación o nombramiento.
El artículo 168 del texto constitucional dispone: “El periodo de mandato de la Presidenta o del Pre-
sidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas
o reelectos por una sola vez de manera continua”. La disposición transitoria citada por el proyecto esta-
blece en el parágrafo II: “Los mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en
cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos periodos de funciones”, originados en las elecciones del 6
de diciembre de 2009. El proyecto de ley consultado al TCP proponía, pues, una interpretación de ambas
disposiciones constitucionales, con el fin de dar un marco legal a la reelección de Evo Morales, quien
ya había ganado los comicios presidenciales de 2005 y de 2009, y que, para postular como candidato en
2014 requería de un ejercicio interpretativo de este tipo.
El TCP declaró la constitucionalidad del proyecto. El razonamiento se fundó principalmente en
considerar como inexistente, para los efectos de la disposición constitucional aplicable, el periodo de
ejercicio de los cargos de presidente y vicepresidente previo a la Constitución de 2009, sobre la base del
siguiente razonamiento:
la Asamblea Constituyente en Bolivia, cuyo proceso fue iniciado el 2006, concluyendo el 2009, tuvo
inequívocamente un carácter originario, con origen en la voluntad democrática popular, caracterís-
tica a partir de la cual, se entiende su autonomía en mérito de la cual, el nuevo orden es diferente al
pre-existente, el nuevo orden implica una nueva era jurídico-política basada en la refundación del
Estado, por ello se concluye que es absolutamente razonable y acorde con la Constitución, realizar
el computo del plazo para el ejercicio de funciones tanto del Presidente como del Vicepresidente del
Estado Plurinacional de Bolivia, desde el momento en el cual la función constituyente refundo el
Estado y por ende creo un nuevo orden jurídico-político.
Para completar la argumentación, en el texto adoptado por el TCP se agregó que: “la función pública
ejercida por servidores públicos, que después del 22 de enero de 2010, hubieren continuado en el ejerci-
cio de sus cargos sin nueva elección, designación o nombramiento, asegura la continuidad y consiguien-
te eficacia de la gestión pública destinada al cumplimiento de los fines esenciales del Estado”. El Tribunal
deja de explicar por qué la existencia de un “nuevo orden” hace que sea razonable que el inicio de los
plazos deba recomenzar, y no elabora el fundamento por el que la reelección de las más altas autoridades
es el camino apropiado para la “continuidad y consiguiente eficacia de la gestión pública”.
La Declaración no fue firmada por el magistrado Cusi, quien tampoco había intervenido en el acuer-
do de la Comisión de Admisión de la consulta, debido a “encontrarse con baja médica”, según recogió el
texto respectivo.

4.3 La independencia judicial y las voces del gobierno


En el informe producido por la CIDH en 2007, luego de su visita a Bolivia, se resaltó la importancia de
la independencia judicial, tal como se ha referido en el epígrafe de esta sección. La independencia de los
jueces, como recordó entonces la CIDH, es la imprescindible garantía de su imparcialidad al decidir con-
flictos entre particulares y al ejercer el control de constitucionalidad y legalidad de los actos de gobierno.
En términos conceptuales, desde el lado gubernamental o progubernamental, las posiciones en tor-
no a la independencia judicial son diversas. De un lado, se ha sostenido que la elección de jueces hace
posible no sólo la independencia judicial sino el juego democrático de pesos y contrapesos, puesto que
52
4. El trabajo de los elegidos / 47

“las instituciones estatales, al tener una misma fuente de legitimidad, pueden relacionase en condiciones
de igualdad”, esto es, que “la fuente de legitimidad del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional
Plurinacional es la misma que la de los Órganos Ejecutivo y Legislativo”188.
De otro lado, ha habido algunas afirmaciones de descreimiento acerca de la posibilidad —o la con-
veniencia— de que exista independencia judicial. Además de la afirmación del magistrado Gualberto
Cusi al ser entrevistado, que se recoge en el epígrafe de esta sección del informe, el vicepresidente Álvaro
García Linera ha elaborado una posición acerca de la independencia de los jueces, que considera una
“ilusión y creencia”, propia de lo que denomina un “Estado sólido”, construida para ocultar el predomi-
nio de determinados intereses:
Los críticos se rasgan las vestiduras reclamando “independencia de poderes”. Nos preguntamos: ¿in-
dependencia respecto a quién?, ¿respecto al pueblo boliviano?, ¿respecto al dinero, a la gran pro-
piedad? El sistema judicial en cualquier parte del mundo siempre tendrá una vinculación directa a
una determinación social ineludible. Por eso no es una institución celestial sino es parte del Estado.
(…) La llamada “independencia de los poderes”, en este caso del Poder Judicial, es una ilusión liberal
creada para encubrir la dependencia real de la justicia hacia el poder económico moderno189.
Este razonamiento conlleva un colofón inquietante: el Estado surgido del “Proceso de Cambio” debe
triunfar siempre en los litigios judiciales; esto es, “si bien falta muchísimo para construir un nuevo siste-
ma judicial transparente y al servicio de la sociedad, en esta etapa de transición lo que predomina es la
lógica de que el pueblo trabajador, el Estado, como síntesis del interés común, no puede ni debe perder
ante nadie”190.
En el terreno de los hechos y las prácticas, precisamente el magistrado Cusi ha sostenido, pública-
mente y en varias oportunidades, que sobre el TCP se ejerce presión “cuando son decisiones que pueden
afectar actos del Gobierno”, mediante la intervención de la ministra de Justicia y de quien era presidente
del órgano, el magistrado Ruddy Flores, a quien atribuyó “la coordinación directa” con las autoridades
del Poder Ejecutivo191. Un observador de la escena judicial explicó el contexto interno de estos señala-
mientos: “En el Tribunal Constitucional hay grupos que responden a ciertos intereses. Con ocasión de la
reelección presidencial, la decisión la ha manejado Ruddy Flores pero los [magistrados] indígenas (…)
no estaban de acuerdo. Ellos son más radicales y ahora están marginados del MAS. Eso se ve en los fallos.
Por eso denuncian”192.
En el trabajo de campo fue posible interrogar a un alto funcionario entrevistado, acerca de las pre-
siones atribuidas a la actuación de la ministra de Justicia, Idón Chivi respondió: “Ocurre”193. Por su lado,
la presidenta del Consejo de la Magistratura negó, en declaraciones periodísticas, que se ejerciera presión

188
Paredes Zárate, R. (2012). La ampliación del derecho al sufragio y la cuestión judicial. La Paz: Tribunal Supremo Elec-
toral, pp. 72 y 248.
189
García Linera, Á. (¿2011?). El “oenegismo”, enfermedad infantil del derechismo. (O cómo la “reconducción” del Proceso
de Cambio es la restauración neoliberal), La Paz: Vicepresidencia del Estado. Presidencia de la Asamblea Legislativa
Plurinacional, pp. 117-118.
190
García Linera, Á. (¿2011?). El “oenegismo”, enfermedad infantil del derechismo. (O cómo la “reconducción” del Proceso
de Cambio es la restauración neoliberal). La Paz: Vicepresidencia del Estado. Presidencia de la Asamblea Legislativa
Plurinacional, p. 117.
191
Página 7 (2014, 17 de febrero). Cusi denuncia presión política en el TCP y pide investigar a Flores. Recuperado de
http://www.paginasiete.bo/nacional/2014/2/17/cusi-denuncia-presion-politica-pide-investigar-flores-14156.html.
Como se ha indicado en la introducción de este informe, el magistrado Flores aceptó ser entrevistado y, en el día con-
cordado al efecto, se excusó.
192
Zolá, W. Entrevista, Sucre, 12.6.14.
193
Chivi, I. Entrevista, La Paz, 6.6.14.

53
48 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

sobre los jueces desde esa instancia: “injerencia, decir: quiero que haga esto mañana o quiero que destitu-
ya a este juez pasado, no tenemos absolutamente. Nosotros tenemos independencia. Nosotros no damos
línea. Nunca le hemos pedido a un juez, a un vocal, por alguien o por alguna organización o por algún
detenido. (…) No podemos torcer la ley”194.

194
Página 7 (2014, 20 de julio). ¿Por qué no cambió la justicia? Porque sólo se cambió las cabezas. Recuperado de http://
www.paginasiete.bo/nacional/2014/7/20/por-cambio-justicia-porque-solo-cambio-cabezas-27227.html

54
/ 49

5. El desencanto y las alternativas

“Cuando algún jurista me dice:


‘Evo te estás equivocando jurídicamente, eso que estás haciendo es ilegal’,
bueno, yo le meto, por más que sea ilegal; después les digo a los abogados:
‘Si es ilegal, legalicen ustedes, para qué han estudiado’… y tienen que legalizar”.
Evo Morales, 30 de julio de 2008.
Disponible en: www.youtube.com/watch?v=iQgppmweyOg

“[Para la justicia] Yo quiero un modelo Evo”.


Senadora Sandra Soriano. Entrevista, La Paz, 5.6.14.

S
i se atiende a las cifras, las referidas a las “causas pendientes” pueden proveer una entrada objetiva
para evaluar la situación de la justicia boliviana. “Al inicio de la gestión 2013, las causas pendientes
representaban el 62%”. La tendencia de los últimos años es la de un aumento creciente de causas
pendientes y se ha acentuado desde que se conformaron “los altos tribunales de justicia mediante elec-
ción popular, junto con la profusa generación de leyes cada vez más duras y la ampliación de plazos para
resolver casos”195. En efecto,
Según reporta el Anuario Estadístico Judicial, elaborado en el Consejo de la Judicatura, las Causas
Pendientes más las Causas Ingresadas anualmente, han crecido entre el 2006 y 2012 a una tasa media
anual de 18,27%, prácticamente el doble de la tasa media anual de 9,77% en el avance de las Causas
Resueltas, con lo cual se ha ido abriendo una brecha creciente entre la cantidad cada vez mayor de
causas que deben ser atendidas y la escasa resolución de causas. (… ) [El] crecimiento de expedientes
en situación de Causas Pendientes, (…) de 168,977 en 2006 subió a 322,545 en 2012, poco menos que
el doble en tan solo siete años196.
Al mismo tiempo, como se ha visto con los datos del propio Consejo de la Magistratura, el número
de juzgados y tribunales creció apenas, lo que ha redundado en una creciente sobrecarga judicial: “para el
año 2012, un juzgado debe resolver un 63% más de causas que en 2007” y, tratándose de las instrucciones
en materia penal, “el promedio nacional en materia de Instrucción Cautelar Penal, es de 2.470 casos por
juez”197.
A partir de datos de ese tipo, la tesis de que las elecciones judiciales realizadas en octubre de 2011 en
Bolivia no han producido un cambio sustancial en la justicia boliviana ha sido reconocida por muy di-
versos actores a lo largo de 2013 y, sobre todo, en 2014. A partir de la unanimidad resultante, la discusión
pública se ha encaminado, de una parte, hacia los términos que deben sustituir al mecanismo actual y, de
otra, al destino que debe darse a los magistrados que fueron elegidos hace casi tres años y que desempe-
ñan actualmente los cargos de las más altas instituciones del sistema de justicia.

195
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, pp. 2, 3.
196
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, p. 4.
197
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, pp. 8 y 7.

55
50 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

5.1 Coincidencia en un juicio negativo sobre el proceso electoral judicial


Entre quienes habían mostrado reservas o críticas abiertas frente al proceso electoral judicial, luego de
que los magistrados así elegidos cumplieran su primer año en los cargos, Herrera Añez formuló un ba-
lance: “la primera elección popular de estas autoridades (realizada el domingo 16 de octubre de 2011),
no ha resuelto aún la independencia judicial, ni ha erradicado la intromisión política, ni la retardación,
ni la corrupción, etc. […] se tiene un Órgano Judicial, subordinado, erosionado por la corrupción, co-
lapsado”; en definitiva, “el Órgano Judicial padece de una enfermedad terminal (crisis profunda)”198. Este
autor no dudó en responsabilizar de la situación, y de la carencia de independencia judicial, al gobierno
del presidente Morales:
En los hechos, el ‘proceso de cambio’ que enarbola el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia,
no ha cambiado nada la centenaria organización ‘colonial’, ‘centralista’ y ‘presidencialista’ del Órgano
Ejecutivo, donde su figura encarna el poder total. (…) Mientras no se erradique este viejo sistema
político (presidencialista, concentrado y autoritario) y su pesada carga ideológica y cultural, será
muy difícil resolver el principal problema —la falta de independencia— del Órgano Judicial199.
En mayo de 2013, según da cuenta la Memoria institucional 2013 del Tribunal Departamental de Jus-
ticia de La Paz, se reunieron en las instalaciones del Colegio de Abogados de la Paz “430 representantes de
más de 100 instituciones y organizaciones sociales con la finalidad de deliberar sobre el estado de situación
de la justicia en el Departamento”. Entre los asistentes se encontraban “el Presidente del Tribunal Consti-
tucional Plurinacional (TCP) Ruddy Flores, la magistrada electa por el Departamento de La Paz, Maritza
Suntura y la Presidenta del Consejo de la Magistratura, Cristina Mamani”. En los acuerdos adoptados en
esta reunión en torno al Eje temático Nº 2: Independencia judicial, se puntualizó que: “No obstante haberse
cambiado al personal jurisdiccional, de apoyo jurisdiccional y administrativo en un 85 a 90% a nivel nacio-
nal, no se advierten mejoras o cambio sustancial”. Asimismo, en los acuerdos se reclamó:
Se debe respetar la carrera judicial conforme establece la CPE (Arts. 178-179) y la Ley de Órgano
Judicial (Art. 215), debiendo tomarse en cuenta (…) la trayectoria profesional (méritos). (…)
La inamovilidad en los cargos es esencial para que el Juez pueda decidir sin temor a ser removido.
(…) La amenaza de destitución por cualquier medio directo o indirecto, frente a sentencias que no
conforman a un determinado grupo, constituyen una afectación de esa garantía y una seria lesión a
la independencia judicial (…)200.
A fines de octubre de 2013, dos años después de la elección popular de magistrados, una informa-
ción publicada en Los Tiempos bajo el título “Voto directo no resuelve males del Órgano Judicial” recabó
diversas opiniones acerca de la situación de la justicia que se mostraron coincidentes:
no se advierten los resultados esperados de esa modalidad de elección. La estructura judicial del país
no cambió sustancialmente. La gestión es calificada como negativa y profundizó la crisis, según juris-

198
Herrera Añez, W. (2013). El estado de la justicia boliviana. Del Estado Republicano al Estado Plurinacional. Cocha-
bamba: Grupo Editorial Kipus, pp. 44, 304.
199
Herrera Añez, W. (2013). El estado de la justicia boliviana. Del Estado Republicano al Estado Plurinacional. Cocha-
bamba: Grupo Editorial Kipus, pp. 297, 299. En esta misma dirección, otro autor ha anotado: “La injerencia política en
la justicia es similar al poder discrecional que ejerce el MAS sobre todos los órganos del Estado. Un ‘gabinete jurídico’,
cuya existencia es reconocida por el propio gobierno, se encarga de la gestión no sólo de los casos relacionados con la
seguridad del Estado sino de una infinidad de juicios contra dirigentes opositores” (Quiroga T., J. A. (2014). El colap-
so del sistema judicial, síntoma de la crisis del Estado corporativo. Nueva Crónica y Buen Gobierno, 142, 16 de abril
de 2014. Recuperado de http://www.nuevacronica.com/politica/el-colapso-del-sistema-judicial-sintoma-de-la-cri-
sis-del-estado-corporativo/).
200
Órgano Judicial de Bolivia, Tribunal Departamental de Justicia de La Paz. Memoria institucional 2013, pp. 36-37.

56
5. El desencanto y las alternativas / 51

tas y los propios magistrados. (…) especialistas del campo judicial califican de “fracaso” la iniciativa
del actual Gobierno nacional, pues consideran que durante todo este tiempo “nada ha cambiado
y la crisis se ha agudizado”, como señaló el abogado constitucionalista y expresidente del Tribunal
Constitucional, Antonio Rivera.
Para el magistrado del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), Gualberto Cusi (MAS), si bien
se ganó en el campo de la legitimidad de los jueces y magistrados, los problemas persisten pues en es-
tos dos años no se lograron cumplir las expectativas de la población. (…) “Son dos años sin cambios
y la dependencia de los jueces magistrados hacia el poder constituido se ha profundizado”, señaló
por su parte el presidente del Colegio de abogados de Cochabamba, Jorge Pinto. (…) La idea de la
reforma era sustituir la injerencia política, que se manifestaba a través del “cuoteo político”, por la
legitimación democrática directa, algo que no está sucediendo en la práctica. Pinto afirmó que optar
por el sistema de sufragio popular fue un “error” pues “siempre” se debe tratar de que “esos cargos
sean ocupados mediante concurso de méritos, (por lo que) el voto no es la manera más idónea”.
Tanto para Rivera como para Pinto, la elección de jueces y magistrados profundizó la relación de
injerencia del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial y, por consiguiente, también profundizó la
dependencia del órgano judicial en relación al Ejecutivo. Ambos especialistas coincidieron también
en que existe una marcada relación partidaria entre algunos magistrados elegidos y el gobernante
Movimiento Al Socialismo (MAS), lo que deriva en la politización de la justicia. (…) Para Cusi, (…)
“Hay una clara tendencia, el Órgano Ejecutivo pretende controlar al Órgano Judicial, no podemos
hablar de independencia cuando tenemos jueces amenazados, eso deberá cambiar”, dijo201.
De este modo, la calificación de las elecciones judiciales como un “error” y sus resultados en el sis-
tema de justicia como “fracaso” entró en circulación. Como actor internacional, el Comité de Derechos
Humanos de Naciones Unidas se hizo eco de ese balance a fines de 2013: “El Comité reitera sus anteriores
observaciones finales (CCPR/C/79/Add.74, párr.19) y observa con preocupación que persisten los infor-
mes según los cuales las injerencias políticas y la corrupción en el sistema judicial son generalizadas”202.
Desde el gobierno abrió los fuegos el vicepresidente Álvaro García Linera, también en las últimas se-
manas de 2013, cuando calificó: “de ‘muy pobres’ los resultados de la gestión de los magistrados del órgano
judicial plurinacional, que fueron elegidos en octubre de 2011. El mandatario dijo que la administración de
justicia no ha cambiado en los últimos 20 años. ‘Es una barbaridad’, dijo”. El vicepresidente indicó que, “si
bien existe un sistema judicial renovado, las prácticas heredadas del Poder Judicial anterior siguen vigentes
y que hasta el momento no se notan cambios”. “Eso está en manos de jueces y fiscales, de voluntad judicial,
de amor por la justicia, están conminados”, agregó imperativamente. “Hoy hay un sistema judicial heredado
de tiempos neoliberales corrupto en su mayor parte con algunas pequeñas excepciones y no se ha dado y
paso para superar eso”, sostuvo y, finalmente propuso un balance: “Modificado con las personas que hacen
justicia se ha democratizado la condición social de los jueces y fiscales, excelente, pero el resultado prácti-
co frente al litigante sigue igual que antes, es decir sigue una pena y una lagrima, está muy mal la justicia,
estuvo muy mal antes y hoy sigue igual”203. Unos días después García Linera insistió en el tema y sostuvo
públicamente que “la justicia está en ‘estado de coma, en terapia intensiva’ y es urgente dar ‘un golpe de
timón’”; al referirse al retardo judicial “propuso encarcelar a todos los jueces y fiscales que demoran en un

201
Los Tiempos (2013, 28 de octubre). Voto directo no resuelve los males del Órgano Judicial. Recuperado de http://
www.lostiempos.com/diario/actualidad/nacional/20131028/voto-directo-no-resuelve-males-del-organo-judi-
cial_233233_505319.html
202
Comité de Derechos Humanos (2013, 14 de octubre -1 de noviembre). Observaciones finales sobre el tercer informe
periódico del Estado Plurinacional de Bolivia, párr. 22. 109º periodo de sesiones.
203
Álvaro García y Claudia Fernández blogspot.com (2012, 18 de diciembre). El Vicepresidente dice que la justicia bo-
liviana es una “lágrima, una pena”. Recuperado de http://alvarogarciayclaudiafernandez.blogspot.com.es/2013/12/
el-vicepresidente-dice-que-la-justicia.html

57
52 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

proceso más de seis meses”204. En lo que puede considerarse el lanzamiento de una campaña gubernamen-
tal, el vicepresidente amplió su visión del tema en una entrevista:
admitimos un error nuestro. No nos dimos cuenta de la profundidad de la crisis. El paso de elegir
jueces mediante el voto fue un buen paso, audaz, porque democratizó la condición social de las auto-
ridades. (…) Sin embargo los hechos nos han enseñado que el democratizar no fue suficiente; si bien
ahora hay una benigna y plural identidad cultural de los jueces supremos, la calidad de la justicia
sigue siendo la misma205.
En los mismos días, con el informe anual de la Defensoría del Pueblo llegó, algo más formalmente,
un reconocimiento similar:
La elección por voto directo de magistrados del Tribunal Constitucional, Tribunal Agroambiental,
Tribunal Supremo de Justicia y Tribunales Departamentales de Justicia significó un hecho sin prece-
dentes no sólo en Bolivia sino a nivel mundial, buscando la independencia de las autoridades judi-
ciales respecto al poder político; sin embargo resulta insuficiente para generar un cambio profundo
en el sistema donde además de evidencian permanentes vulneraciones a los derechos humanos206.
En enero de 2014, desde el más alto nivel del Ministerio de Justicia se sumaron críticas. Primero fue
la ministra saliente, Cecilia Ayllón, quien se refirió a las elecciones judiciales: “no ha sido una de las me-
jores decisiones el hecho de haber llevado adelante este proceso”, y señaló especialmente al Consejo de la
Magistratura: “es quien tiene la mayor responsabilidad de hacer una redistribución de la carga procesal,
de controlar los plazos procesales de jueces y de vocales y sobre todo de dotar a los jueces las condiciones
mínimas necesarias para el trabajo y eso no lo ha hecho”207. Quien la reemplazó en el cargo hizo suya
la apreciación: “Pudimos ver que no está funcionando, creo que se debería elegir a los miembros del
Consejo de la Magistratura del Tribunal bajo méritos. Fue un desacierto”, declaró la ministra Elizabeth
Gutiérrez, quien también se refirió específicamente al Consejo de la Magistratura: “somos autocríticos,
para ser miembro del Consejo de la Magistratura se tiene que tener un amplio conocimiento de la nor-
mativa y al parecer ellos desconocen mucho este tipo de situaciones”208. Luego de tales pronunciamientos
oficiales, una voz del periodismo crítico se extendió sobre el tema:
El pasado 16 de octubre de 2011, al igual que 10 millones de bolivianos, fue engañado con la llama-
da ‘revolución judicial’. La Asamblea Legislativa nos hizo creer que había seleccionado a excelentes
personas y profesionales como candidatos a magistrados. Dos años después, queda demostrado que
fuimos engañados. (…) nos mintieron, no son las mejores personas ni los excelentes profesionales
que esperábamos y nos robaron el sueño de tener una mejor justicia para vivir bien209.
Varios de los entrevistados para este informe se refirieron también a la ausencia de variaciones de
significación en la justicia. “El resultado no exhibe ningún cambio cualitativo relevante. A todos los ma-

204
Álvaro García y Claudia Fernández blogspot.com (2013, 22 de diciembre). García Linera: La justicia está en estado de coma.
Recuperado de http://alvarogarciayclaudiafernandez.blogspot.com.es/2013/12/garcia-linera-la-justicia-esta-en.html
205
Cosas (s/f). Álvaro García Linera: “Necesitamos un Estado muy fuerte ideológica y económicamente”. Recuperado de
http://www.cosasbolivia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=557:alvaro-garcia-linera-necesita-
mos-un-estado-muy-fuerte-ideologica-y-economicamente&catid=58&Itemid=8
206
Defensoría del Pueblo (2013). XV Informe a la Asamblea Legislativa Plurinacional. La Paz, p. 75.
207
Opinión.com.bo (2014, 21 de enero. Gobierno admite que elección de magistrados no fue una de las mejores decisio-
nes. Recuperado de http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2014/0121/noticias.php?id=117732
208
Página Siete (2014, 27 de enero). Ministra: fue un desacierto la elección de los magistrados. Recuperado de http://www.
paginasiete.bo/sociedad/2014/1/27/ministra-desacierto-eleccion-magistrados-12381.html
209
Gómez Vela, A. (2014, 24 de enero. ¿Tienen autoridad moral para seguir? Erbol Digital. Recuperado de http://www.
erbol.com.bo/opinion/tinku_verbal/tienen_autoridad_moral_para_seguir

58
5. El desencanto y las alternativas / 53

les existentes en la justicia se agregó la inexperiencia de los elegidos”, señaló un observador210. Un miem-
bro del Consejo de la Magistratura reconoció la situación, incorporando elementos explicativos: “La
justicia no ha cambiado. El cambio en la justicia no puede ser de uno o dos años. Necesitamos mayores
recursos económicos”211. Este alegato fue respaldado por otro entrevistado: “A los magistrados les piden
resultados pero no les dan las condiciones”212. Un funcionario de ONG fue más explícito al referirse a la
situación de los magistrados elegidos: “Han sido abandonados a su suerte por el gobierno”213.
Como colofón, otros entrevistados señalaron la gravedad de una situación que la elección de ma-
gistrados no ha aliviado: “Nunca antes la crisis judicial había llegado a tanto en 30 años de democracia,
de los cuales casi diez son del MAS en el gobierno. De allí que haya una decepción general, incluido el
partido de gobierno”, indicó un periodista214. Con él concordó un juez de larga trayectoria en el Órgano
Judicial: “Nunca ha tenido tantos problemas la administración de justicia. Del periodo de la república,
ésta es la peor época”215.
Al plantearse este cuadro a los magistrados elegidos, se recibió dos respuestas de diverso tipo. De un
lado, un integrante del Tribunal Supremo, desplegó un conjunto de explicaciones destinadas a eximir de
responsabilidad a los magistrados sobre el estado de la justicia:
(1) Hemos entrado con las mismas leyes de siempre. La reforma procesal penal ha sido desfigurada
con reformas. (2) La ley 025 prohibió despedir gente. (3) Las políticas judiciales las hace el Ministerio
de Justicia. (4) El Órgano Judicial recibe 0.15% del presupuesto nacional. (5) El Consejo de la Magis-
tratura no ha establecido políticas internas, ni evaluaciones. Lo que hace es perseguir a jueces. Ellos
[desde el Consejo] deben identificar debilidades y decir cuántos jueces necesita Bolivia y dónde.
Preguntado por el uso, por el Tribunal Supremo, de la iniciativa legislativa —a través de la cual
podría promoverse cambios y reformas— el juez entrevistado señaló: “Hemos aprobado dos iniciativas
legislativas” y explicó que la primera “busca desconcentrar las resoluciones del contencioso-administra-
tivo, que actualmente corresponden al pleno” y la segunda “recoge el pedido del Tribunal Agroambiental
de ampliar el plazo del periodo liquidador”. Advirtiendo probablemente la escasa entidad de ambos
temas, añadió: “Pero no tenemos [en el TSJ] una unidad de formación normativa”216.
De otro lado, el magistrado Huarachi, del Tribunal Agroambiental, a quien también se le preguntó
por la situación de conjunto, ofreció elementos de un balance más personal:
Estoy medio decepcionado. Sí valió la pena porque antes se tenía una élite que incluso dejaba los
cargos en herencia a los parientes. Nos han visto como usurpadores; nos decían que éramos “azules”,
afines al partido de gobierno. Pero han aflorado intereses personales y grupales. Hay una confronta-
ción permanente [en el Tribunal Agroambiental]. (…) Me decepciona tanta corrupción. Me dieron
golpe de estado cuatro miembros de la sala —que no sumaban dos tercios— con el respaldo del
Ministerio de Justicia217.
No obstante, dos de los entrevistados consideraron que hacer un balance es prematuro. Así lo
sostuvo un alto funcionario gubernamental: “El tiempo transcurrido es demasiado corto para evaluar

210
Entrevista, La Paz, 3.6.14.
211
Choque Cruz, W. Entrevista, La Paz, 4.6.14.
212
Zolá, W. Entrevista, Sucre, 12.6.14.
213
Cóndor, E. Entrevista, Sucre, 8.6.14.
214
Gómez, A. Entrevista, La Paz, 4.6.14.
215
Campero, I. Entrevista, La Paz, 4.6.14.
216
Hurtado, G. Entrevista, Sucre, 10.6.14.
217
Huarachi, B. Entrevista, Sucre, 10.6.14.

59
54 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

resultados”218. Con él concordó un consultor independiente: “Una experiencia de elección no es suficiente.


Si cambian las condiciones políticas, luego de las elecciones de [octubre de] 2014, la elección popular de
magistrados podría funcionar de otra manera”219.

5.2 De las críticas al pedido de revocación del mandato


Instalado el debate en 2014, a partir de las declaraciones de autoridades del gobierno, la presidenta del
Consejo de la Magistratura pidió respeto en un boletín de prensa emitido días después de las declaracio-
nes de la nueva ministra de Justicia: “nos merecemos respeto como autoridades judiciales electas por el
pueblo boliviano, que ha confiado en un proceso de cambio”220. El magistrado del Tribunal Constitucio-
nal, Gualberto Cusi, comentó las críticas de la ministra de Justicia atribuyéndoles el propósito de ocultar
los problemas “graves” de la justicia y añadió: “es como lavarse las manos, lo mismo podría decir que los
bolivianos y bolivianas nos hemos equivocado al elegir de presidente a Evo Morales”221.
Poco después, el propio presidente Morales asumió, en febrero de 2014, las críticas adelantadas por
el vicepresidente y las ministras, a partir de su propio diagnóstico del problema: “Traté de entender por
qué tiene mala imagen la justicia boliviana y llegué a la siguiente conclusión: la retardación y la corrup-
ción son el cáncer de la justicia boliviana”. Al abordar el tema de la elección judicial, el presidente alegó
haber confiado en que la llegada de indígenas a las cúpulas de las instituciones judiciales conllevaría una
transformación: “Creo que en vano incorporamos poncho, pollera y sombreros porque no cambia nada,
esa es mi pequeña evaluación”. Por último, identificó el ámbito de la solución: “Siento que no depende de
(la) infraestructura, depende de la mentalidad de los operadores de la justicia boliviana”222.
Al mes siguiente de que el presidente Morales se hubiera referido a la falta de cambios en la justicia
y cuestionara la elección judicial, el informe periódico de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para
los Derechos Humanos se refirió al asunto, anteponiendo una referencia imprecisa a los cambios adop-
tados por las autoridades elegidas:
si bien las autoridades judiciales elegidas en 2011 han adoptado numerosas e importantes medidas,
estas aún no han podido revertir la profunda crisis en la administración de justicia, caracterizada por
problemas estructurales tales como la corrupción, los retrasos, la insuficiente cobertura de servicios
judiciales en el país y el acceso limitado a la justicia por parte de los sectores más vulnerables. Estos
problemas, entre otros, generan un preocupante rezago judicial y, en última instancia, impunidad.
(…) La insuficiente cobertura del sistema judicial penal es crítica. Únicamente el 23% de los munici-
pios cuentan con un fiscal, sólo hay 69 defensores públicos en todo el país (…)223.

218
Chivi, I. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
219
Borth, C. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
220
La Razón (2014, 28 de enero). Magistratura exige respeto de la nueva Ministra de Justicia. Recuperado de http://
www.la-razon.com/index.php?_url=/nacional/seguridad_nacional/Magistratura-exige-respeto-Ministra-Justi-
cia_0_1988201196.html
221
Correo del Sur.com (2014, 28 de enero). Judiciales piden respeto y coordinación a Ministra. Recuperado de http://www.
correodelsur.com/2014/01/28/9.php
222
La Razón (2014, 11 de febrero). Evo Morales: “En vano incorporamos poncho, pollera y sombreros (a la Justicia) porque
no cambia nada”. Recuperado de http://www.la-razon.com/nacional/Presidente-incorporamos-pollera-sobreros-Jus-
ticia_0_1996600397.html
223
Consejo de Derechos Humanos (2014, 3 de marzo). Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre las actividades de su oficina en el Estado Plurinacional de Bolivia, A/HRC/25/19/Add.2,
párr. 45, 47. 25º periodo de sesiones.

60
5. El desencanto y las alternativas / 55

El 7 de marzo de 2014, el Colegio de Abogados de Chuquisaca dio a conocer un pronunciamiento


en el que se admitió: “Es innegable que el sistema judicial se ha visto afectado por una diversidad de
problemas que han incidido negativamente en su funcionamiento y su credibilidad frente a la sociedad”,
al tiempo que se consideró “evidente que a partir de la elección de magistrados esta crisis ha llegado a
niveles inaceptables, como nunca en la historia de nuestro país, denigrando al extremo la administración
de justicia”. El planteamiento sostuvo:
Consideramos que en buena parte, el punto álgido de la crisis actual tiene su origen en el sistema de
preselección, selección y elección de sus altas autoridades, el mismo que es inadecuado y ajeno a la
naturaleza del Órgano Judicial, y que no obstante haberse presentado como una modalidad inno-
vadora y prometedora —incluso para ser exportada fuera de nuestras fronteras—, culminó con un
marcado rechazo del electorado en las urnas (abstención y votos blancos), hecho que ha deslegitima-
do el mandato de los actuales magistrados, y pese a que el Gobierno en principio se negó a admitir el
fracaso de esta transición, los hechos que se han presentado recientemente han sido tan fehacientes y
burdos que el propio presidente y autoridades del legislativo, se han sumado a la mayoría de sectores
sociales inconformes. (…)
El influjo político que se permitió en la preselección de los postulantes a magistrados, por la Asam-
blea Legislativa Plurinacional, con criterios que no se ciñeron a los aspectos eminentemente meri-
tocráticos, derivó en la preselección de profesionales que no cumplían mínimamente los requisitos
para ocupar los más altos cargos del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional, ni el nivel de capaci-
dad y alta preparación académica, y tampoco se tomó en cuenta la honestidad y formación en valores
y principios que debe demostrar todo administrador de justicia.
Desde una postura progubernamental se admitió, a estas alturas del debate, la gravedad de la si-
tuación —“una crisis que evidencia ser de decadencia e incertidumbre colectiva”—, antes de abordar la
pregunta política: “¿es la elección de autoridades judiciales mediante voto popular la causa objetiva de
esta crisis de decadencia por la que atraviesa, de manera profunda y recurrente, nuestro Órgano Judi-
cial?”. Así formulada la cuestión, la respuesta pudo absolver de responsabilidad a quienes incorporaron
el mecanismo de elección y, en ese momento de la discusión, dejar fuera de cuestionamiento también a
los magistrados elegidos:
La elección popular no es por sí misma una fórmula mágica que vaya a generar transformaciones
inmediatamente. En todo caso, si alguien creyó que esta resolvería por sí misma la profunda crisis
que arrastra el Órgano Judicial desde su nacimiento, simplemente, estaba equivocado. Suponer que
el cambio en la “forma” de elegir a las máximas autoridades podría resolver los problemas de “fondo”
en este importante órgano de administración de justicia es un error de cálculo político, más no cons-
titucional. En ese sentido, no es correcto juzgar a los actuales magistrados como directos responsa-
bles de la actual crisis del Órgano Judicial (…)
Un proceso legítimamente establecido por la Constitución y denunciado, no por inconstitucional,
sino por cuestionamientos en el proceso de preselección de candidaturas y en la supuesta falta de
legitimidad obtenida de los resultados de la primera elección judicial en Bolivia, es una exageración
llevada a la parodia. Esta crisis no es reciente y tampoco los argumentos. Pero sí los tiempos, los ac-
tores y el proceso de cambios y transformaciones que nos afectan a todos. Por tanto, es indispensable,
casi vital, asumir el desafío de los nuevos tiempos y generar las condiciones para proyectar nuevas
salidas, nuevas respuestas ante viejos problemas, ante recurrentes males224.

224
Flores Mamani, A. N. La crisis institucional y la designación de magistrados. La Razón. La Gaceta Jurídica (2014, 25
de marzo). Recuperado de http://www.la-razon.com/suplementos/la_gaceta_juridica/crisis-institucional-designa-
cion-magistrados-gaceta_0_2021197963.html#.UzRwmvedCVw.blogger

61
56 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

Pero, al parecer, el gobierno del presidente Morales tenía puesta la mira en otra dirección. El ministro
de Gobierno, Carlos Romero, reiteró la gravedad de la situación en abril de 2014: “es el peor problema
que arrastramos en toda la historia de este país, yo creo que es el peor momento del sistema judicial en
Bolivia”225. Antes de que terminara ese mes, el presidente mismo insistió: “Creo y siento personalmente
que el pueblo boliviano va cansándose de sus autoridades del Órgano Judicial (…) el pueblo está decep-
cionado”226 y —no obstante que, hasta el 19 de febrero de 2014, en el Comité de Ministerio Público de la
Cámara de Diputados, existían tres denuncias contra magistrados del TCP, tres contra magistrados del
TSJ, seis contra magistrados del TA y tres contra miembros del Consejo de la Magistratura227— planteó
una idea nueva en el debate, que tres meses después habría de tener aplicación práctica: “La Asamblea
(Legislativa Plurinacional) profundamente debería evaluar a quienes han escogido para someter al voto
del pueblo boliviano”228.
En junio, el presidente volvió a traer el tema a la atención pública al decir: “No sé si es el término
exacto (pero) nos hemos estancado en la justicia” y en seguida adelantar otra propuesta: “quiero plan-
tearles, hay que hacer una profunda revolución en la justicia boliviana (…) pero va a ser con el pueblo
organizado sobre ciertas políticas y programas mediante referéndums. El pueblo decide con su voto para
esta revolución en la justicia boliviana”. La propuesta fue inmediatamente secundada por Julio Salazar,
jefe de bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS) en la Cámara de Senadores, quien invocó el prin-
cipio de la revocación de mandato establecido en el parágrafo I del artículo 25 de la Ley de Régimen Elec-
toral como “el mecanismo constitucional a través del cual el pueblo soberano decide, mediante sufragio
universal, sobre la continuidad o el cese de funciones de las autoridades elegidas por voto ciudadano” y
que permite que el electorado pueda “destituir del cargo a un funcionario antes de que concluya el perio-
do de su mandato”. No obstante, dado que el parágrafo II del mismo artículo dispone que el mecanismo
revocatorio “No procede respecto de las autoridades del Órgano Judicial ni del Tribunal Constitucional
Plurinacional”, varios entrevistados por los medios de comunicación admitieron que se requeriría un
cambio legal229.
Entre las reacciones a las declaraciones presidenciales, la de la presidenta del Consejo de la Magis-
tratura consistió en señalar que si “la justicia se ha estancado, es porque tampoco hubo acompañamiento
del Ejecutivo ni del Legislativo en los esperados cambios”. Ese señalamiento concuerda con el de quien,
luego de indicar que “en la gestión 2013, el presupuesto programado del Sector Justicia (Poder Judicial,
Ministerio Público y Ministerio de Justicia) (…) es apenas el 0.36% del Presupuesto General de la Na-
ción” (pp. 13-14), ha sostenido que “La justicia no ha sido (y no es) una prioridad para el actual gobier-
no”230.
Por otra parte, Silvia Salame, ex presidenta del Tribunal Constitucional y presidenta del Colegio de
Abogados de Chuquisaca, al reaccionar contra la propuesta presidencial del referéndum revocatorio,

225
Erbol digital (2014, 15 de abril). Romero: Sistema judicial asalta a la gente en tribunales. Recuperado de http://erbol.
com.bo/noticia/seguridad/15042014/romero_sistema_judicial_asalta_la_gente_en_tribunales
226
Página 7 (2014, 29 de abril). Evo posesiona a Iván Lima como nuevo magistrado del TSJ. Recuperado de www.pagina-
siete.bo/sociedad/2014/4/29/posesiona-ivan-lima-como-nuevo-magistrado-20172.html
227
Base de Datos del Comité de Ministerio Público de la Cámara de Diputados. Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere
(documento borrador). Fundación Pazos Kanki, p. 14.
228
La Razón (2014, 28 de abril). Evo posesiona a Iván Lima como magistrado suplente del TSJ y pide a Asamblea fiscalizar
a autoridades judiciales elegidas en 2011. Recuperado de http://www.la-razon.com/index.php?_url=/seguridad_na-
cional/Evo-Ivan-Lima-TSJ-Asamblea_0_2042195845.html
229
Correo del Sur (2014, 29 de junio). Evo propone referéndum judicial. Recuperado de http://www.correodelsur.
com/2014/06/29/18.php
230
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, pp. 13-14, 20.

62
5. El desencanto y las alternativas / 57

acusó al Gobierno de pretender un golpe al Órgano Judicial y Constitucional contraviniendo a la


Constitución Política del Estado que protege la inamovilidad de los jueces y establece cómo se puede
quitar el mandato de una alta autoridad judicial y constitucional. “Como (Evo) consiguió que lo
reelijan, ahora ya no les sirve, quiere otra gente servil y que no sea respondona”, señaló Salame231.
Cuando se preguntó a los entrevistados para este informe por el señalamiento del presidente Mora-
les de las elecciones judiciales como un error, la senadora Soriano interpretó: “Ha sido un lapsus ante la
decepción” y agregó: “Su idea era romper la dedocracia. ¡Cómo podemos arrepentirnos de un proceso
de democratización inclusivo!”232. Dos magistrados elegidos explicaron la postura de Morales por el
entorno presidencial. “Hay intelectuales alrededor del presidente que no le dan la visión sobre la justicia.
El error está en cómo ven al Órgano Judicial”, replicó un integrante del Consejo de la Magistratura233. El
magistrado del Tribunal Agroambiental que fue entrevistado formuló un comentario similar: “La infor-
mación no llega a Evo. Yo no tengo acceso al presidente; me he parado en su puerta, le he escrito cartas
y me manda a la ministra de Justicia”234. En cambio, un tercer magistrado, del Tribunal Constitucional,
descalificó al presidente Morales: “Evo nunca entendió. Ha sido parte del sindicalismo, que es parte de la
modernidad. Él nunca vivió lo originario”235.
En todo caso, desplazado el debate al referéndum de revocación planteado desde el gobierno, el pro-
curador general del Estado, Héctor Arce —quien, según varios entrevistados para el presente informe,
desde su función como parlamentario tuvo un papel central en el proceso de designación de candidatos
para las elecciones judiciales236— de inmediato respaldó y amplió la propuesta presidencial: “Ante la tre-
menda crisis de la justicia vale la palabra, no sólo un referéndum revocatorio, sino un referéndum para
ver qué se va a hacer con la justicia en Bolivia”237.
Mientras diversos participantes se sumaban a la discusión del tema238, algunos magistrados manifes-
taron aceptación de la propuesta. El presidente del Tribunal Agroambiental, Lucio Fuentes, afirmó: “Si el
Legislativo aprueba o reforma, si saca una nueva ley, estamos para someternos, no hay ningún problema
al respecto porque, al final, de lo que se trata es de mejorar el sistema judicial boliviano”. Asimismo, la
magistrada del Tribunal Supremo de Justicia Maritza Suntura adelantó: “si el pueblo boliviano considera
que los magistrados debemos irnos tendríamos que hacerlo, esto si es que se incorpora el referendo en
la norma, yo no voy a decir no porque el pueblo es sabio”239. Algo similar, pero con un matiz propio,
fue declarado por la presidenta del Consejo de la Magistratura, Cristina Mamani: “si el pueblo en algún
momento te dice que tienes que irte (pues) que planteen una (consulta) revocatoria de acuerdo con un

231
Correo del Sur (2014, 30 de junio). Propuesta de referendos judiciales genera debate. Recuperado de http://www.co-
rreodelsur.com/2014/06/30/11.php
232
Soriano, S. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
233
Choque Cruz, W. Entrevista, La Paz, 4.6.14.
234
Huarachi, B. Entrevista, Sucre, 10.6.14.
235
Cusi, G. Entrevista, Sucre, 11.6.14.
236
Según varios entrevistados, Héctor Arce conserva un rol decisivo en asuntos judiciales. Un entrevistado llevó este
señalamiento hasta sostener que el bufete del Procurador general es hoy “el dueño del Órgano Judicial” (Borth, C.
Entrevista, 6.6.14). Como se ha indicado en la Introducción de este informe, durante el trabajo de campo realizado en
Bolivia Héctor Arce no aceptó ser entrevistado.
237
Los Tiempos (2014, 4 de agosto). Apoyan revocatorio para autoridades judiciales. Recuperado de http://www.lostiem-
pos.com/diario/actualidad/nacional/20140701/apoyan-revocatorio-para-autoridades-judiciales-_264932_580254.
html
238
Véase, por ejemplo, La Razón (2014, 7 de julio). Revocatoria. Recuperado de http://www.la-razon.com/opinion/co-
lumnistas/Revocatoria_0_2084191582.html
239
La Razón (2014, 1 de julio). Magistrados electos se abren a un referendo revocatorio. Recuperado de http://www.la-ra-
zon.com/seguridad_nacional/Justicia-magistrados-electos-abren-referendo-revocatorio_0_2080591970.html

63
58 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

procedimiento, yo no tengo ningún problema y mis colegas tampoco. Pero el pueblo no está pidiendo
(en este momento) la renuncia de las autoridades y el día que lo hagan se hará el análisis”240.
Unos días después, la misma autoridad encaró el señalamiento acerca de la falta de cambios en la
justicia: “Nos han dicho: ahí están las autoridades electas, están peor que antes. Creo que no” y, a conti-
nuación se planteó una pregunta central:
¿Por qué no cambió la justicia? Porque sólo se cambió a las cabezas del Órgano. Cuando dijeron,
pollera y ponchos no sirven, no es que no sirvan, sino ¿cuántos que están ahí son indígenas? Los
indígenas somos tres o cuatro. No somos muchos. Fue el Presidente quien dijo “en vano incorpora-
mos poncho, pollera y sobrero, porque no cambia nada…”. Está bien, pero no es así; que no sirvan.
(…) Es que no hay acompañamiento estructural, porque no hubo una revolución, como se dio en el
Ecuador, por ejemplo. Con voluntad política en el Ecuador se cambió a un 50% del personal. (…)
Estamos trabajando con los que tenemos. Si hubiera normas, habría cambios, cambiaríamos a todas
las autoridades, quizá apostar por gente joven241.
Paralelamente, el presidente Morales incidió nuevamente en demandar una “revolución judicial”,
pero especificó su crítica, haciendo mención de decisiones contrarias al gobierno. Con ocasión de una
reunión internacional organizada por el Ministerio Público, el presidente impugnó algunas decisiones
judiciales. En particular, cuestionó un fallo del Tribunal Constitucional “que declaró inconstitucional
la medida de cierre de locales” que omiten emitir facturas: “Morales acusó a ‘algunos magistrados’ que
hacen gran daño económico al Estado”242. A fines de julio, la ministra de Justicia, Sandra Gutiérrez, con-
firmó que en el gobierno se analizaba el asunto del referendo de revocación de mandato a las autoridades
judiciales elegidas: “No será una situación unilateral, el Gobierno no actuará a dedazo, ni arbitrariamen-
te, será el pueblo quien decida si estas autoridades judiciales se tienen que ir o se quedan” 243.
Cuando se preguntó a los magistrados elegidos que fueron entrevistados cómo interpretaban los
pasos que había dado el gobierno en este tema, tres de ellos dijeron creer que existía, de una parte, una
explicación y, de otra, un plan en gestación244. “¿Por qué dicen que la justicia no cambia?”, se preguntó el
magistrado Hurtado, del Tribunal Supremo, y respondió: “Es una prueba del efecto del voto: ahora [en
el TSJ] no se le contesta al diputado o al senador que antes pedía una decisión favorable”. Más adelante,
agregó: “Están buscando un chivo expiatorio. (…) Cuando uno no sirve a los intereses, le ven defectos”.
El magistrado Cusi, en el Tribunal Constitucional, respondió: “Muchas de las autoridades no están claras
en sus ideas. Como las cosas no van bien, quieren desprestigiarnos. Los críticos no le gustan al gobierno”.
El magistrado Huarachi, en el Tribunal Agroambiental, anticipó el propósito gubernamental de volver
al mecanismo de elección por el congreso: “Quieren volver a lo de antes porque se sienten dueños del
poder. Después de [las elecciones de] octubre habrá cambios. Estoy informado de que se va a hacer una
ley de acortamiento del mandato. No pasamos a 2015”. El magistrado Cusi anticipó: “No vería con sor-
presa que nos intervengan” y el magistrado Hurtado imaginó formas concretas de intervención: “Pueden

240
La Razón (2014, 2 de julio). MAS debate un referendo revocatorio para magistrados. Recuperado de http://www.la-ra-
zon.com/seguridad_nacional/debate-referendo-revocatorio-magistrados_0_2081191896.html
241
Página Siete (2014, 20 de julio). ¿Por qué no cambió la justicia? Porque sólo se cambió las cabezas. Recuperado de
http://www.paginasiete.bo/nacional/2014/7/20/por-cambio-justicia-porque-solo-cambio-cabezas-27227.html
242
Los Tiempos (2014, 20 de julio). Evo pide “revolución judicial” y “antes que el pueblo reaccione”. Recuperado de
http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/nacional/20140722/evo-pide-%E2%80%9Crevolucion-judi-
cial%E2%80%9D-y-%E2%80%9Cantes-que-el-pueblo_267459_586568.html
243
El Deber.com.bo (2014, 30 de julio). Crisis judicial aviva la polémica sobre la relección de Evo Morales. Recuperado de
http://www.eldeber.com.bo/nota.php?id=140729235305
244
Hurtado, G. Entrevista, Sucre, 10.6.14; Huarachi, B. Entrevista, Sucre, 10.6.14; Gualberto Cusi, Entrevista, Sucre,
11.6.14.

64
5. El desencanto y las alternativas / 59

acortarnos el mandato o traer diez mil personas a pedir la renuncia”. El proyecto de ir a la elección por
el congreso fue adjudicado, por un alto funcionario gubernamental entrevistado en junio, a “un sector
en el gobierno” que “cree que hay que volver al viejo sistema; no dar presupuesto al PJ es una manera de
hacer caer el sistema de elección. Ellos quieren controlar”245.
El 28 de julio, la Asamblea Legislativa Plurinacional acordó —en concordancia con el pedido for-
mulado en abril por el presidente Morales— abrir un juicio de responsabilidades a las magistradas del
Tribunal Constitucional Soraide Chánez y Ligia Velásquez, debido a la postura que ambas adoptaron en
un caso resuelto por el Tribunal; como consecuencia, fueron suspendidas del ejercicio del cargo. El vi-
cepresidente de la República, Álvaro García Linera, justificó la decisión de la Asamblea: “El Tribunal no
ha emitido una sentencia sobre la ley [de Notariado], pero la paralizó y eso es una locura, eso es poner
la legalidad de cabeza, por lo tanto a los responsables de esa ilegalidad que hace daño al Estado y a los
ciudadanos, hay que enjuiciarlos porque eso manda la Constitución”. En cambio, una de las magistradas
suspendidas, “[Soraide] Chánez denunció que la suspensión de ella y de Velásquez es una estrategia del
oficialismo para asumir el control del TCP [Tribunal Constitucional Plurinacional] a fin de impulsar
cambios en la Constitución para revocar a las autoridades judiciales elegidas por el voto popular e impul-
sar la relección indefinida del presidente Evo Morales”246. Por su parte, García Linera sostuvo que las ma-
gistradas procesadas “atentaron contra la población y el Estado, por lo que dijo que espera que el Senado,
como tribunal de sentencia en este proceso, emita una condena ‘fuerte’”, calificó la actuación de ellas
como “aberración” y “Demandó además al TCP enmendar la decisión de las magistradas procesadas”247.
Al final de julio —término del periodo examinado en este informe—, Héctor Arce, procurador ge-
neral del Estado, ahondó las críticas a la elección judicial: “cuando uno ve los resultados, cuando uno ve
esas pugnas internas en la justicia, cuando uno ve que los nombramientos de jueces se filtran y aparecen
negociándose los nombramientos, a veces uno se pregunta y dice: parece que esta situación no funciona”.
Según la información publicada, el alto funcionario señaló a “autoridades judiciales que quieren evadir la
justicia con problemas de salud, aludiendo al magistrado Gualberto Cusi quien permanece hospitalizado
[debido a padecer tuberculosis]”, y siempre en mención tácita de este magistrado, añadió: “cuando uno
ve a magistrados que dicen que van a leer la suerte y el destino de un fallo en la coca”, sólo queda decir
que “ojalá el pueblo no se haya equivocado pero obviamente el indicativo no es para nada alentador”. Al
referirse al caso de las magistradas procesadas y suspendidas, Arce consideró que el daño que han cau-
sado las magistradas suspendidas del Tribunal Constitucional es “irreversible”248.
De este modo, en algo más de medio año, el gobierno fue desenvolviendo su cuestionamiento a las
autoridades judiciales elegidas en octubre de 2011. Diversas figuras participaron en ese proceso y apor-
taron en cada fase, desde la formulación del cargo por “la falta de cambios” y la admisión de un “error” al
haberse recurrido a la elección popular, hasta el planteamiento de una “revolución” en la justicia que de-
bería pasar por la revocación de los mandatos de aquéllos que fueron elegidos. Sin duda, en ese proceso,
el presidente Evo Morales tuvo el papel de mayor protagonismo. Paradójicamente, las críticas que desde
posiciones críticas u opositoras se habían formulado contra las elecciones judiciales y los magistrados

245
Chivi, I. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
246
El Deber.com.bo (2014, 30 de julio). Juezas creen que el proceso es político; el Gobierno lo niega. Recuperado de
http://www.eldeber.com.bo/Pais/juezas-creen-que-el-proceso-es-politicoel-gobierno-lo-niega-/140729234856
247
La Razón (2014, 30 de julio). García Linera espera “sentencia fuerte” contra magistradas suspendidas y pide al TCP
enmendar su error. Recuperado de http://www.la-razon.com/seguridad_nacional/Vicepresidente-magistradas-sus-
pendidas-TCP-resolucion_0_2097990253.html
248
Los Tiempos (2014, 1 de agosto). Procurador admite que elección de magistrados por voto no funciona. Recuperado de
http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/nacional/20140801/procurador-admite-que-eleccion-de-magistra-
dos-por-voto-no_268636_589276.html

65
60 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

elegidos fueron aprovechadas para dar el giro en la postura gubernamental sobre el tema y, al ser asu-
mido oficialmente su contenido, de algún modo quedaron absorbidas por los nuevos objetivos oficiales.

5.3 ¿Qué hacer con la elección judicial?


A lo largo de los tres últimos años, diversas propuestas han sido formuladas para encarar de otra manera
el asunto de los más altos cargos en el sistema de justicia. Apenas producida la elección de octubre de
2011, el Observatorio Ciudadano que monitoreó ese proceso formuló algunas recomendaciones para
mejorar el procedimiento, que no requerían modificaciones legales. Entre esas proposiciones se incluyó
la de que el primer paso de la preselección de candidatos, la “revisión de los documentos presentados por
los postulantes debiera realizarse en una instancia técnica”. El propio Observatorio planteó que
la difusión pública del informe de evaluación presentado por cada una de las dos comisiones (…)
debería contener la información necesaria (formación académica, producción intelectual, docencia
universitaria, experiencia, especificar si fue autoridad indígena originaria campesina y algunos cri-
terios sobre la entrevista) a objeto de dar condiciones para el voto informado de los asambleístas.
Además, el Observatorio sugirió “desarrollar otras iniciativas o metodologías (ejemplo: debates, fo-
ros, etc.) que permitan a los ciudadanos conocer masivamente no sólo los datos que hacen a los candi-
datos sino sobre todo sus méritos, deméritos, publicaciones, trayectoria, criterios y pensamiento sobre
distintas temáticas”249.
En marzo de 2014 —mientras el gobierno se hallaba desenvolviendo su propuesta que en julio ha-
bría de desembocar en la “revolución en la justicia” mediando un referéndum revocatorio de los actuales
magistrados250— el Colegio de Abogados de Chuquisaca concluyó el “Pronunciamiento” antes citado
con varias propuestas, unas “de aplicación inmediata” y otras “de aplicación a largo plazo”. Entre las pri-
meras, planteó:
- Renuncia las autoridades judiciales electas; por lo acontecido y apelando a la dignidad personal y
sentido de responsabilidad de las autoridades electas del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional
Plurinacional, les exhortamos a presentar renuncia a sus cargos.
- Renovación del Sistema Judicial; ante la acefalía, se procedería a la renovación inmediata, garanti-
zando que la nueva preselección de magistrados se realice por una comisión de notables conformada
por representantes de las Universidades Públicas, Academias de Derecho reconocidas y Colegios de
Abogados.
Si bien no es una solución definitiva, constituye una medida preventiva para evitar la debacle in-
minente del sistema judicial, que de otro modo, ocasionaría una grave crisis de Estado, y también
representa el primer paso para lograr el cambio que tanto anhela el pueblo boliviano.
Entre las “propuestas de aplicación a largo plazo”, el Colegio proyectó “Reformar la forma de elec-
ción de autoridades judiciales en la Constitución Política del Estado”.

249
Observatorio Ciudadano de Medios, Elección de autoridades del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional Plurinacio-
nal (s/f). Memoria final. Bolivia Transparente, p. 60.
250
Concluido el periodo de recojo de información para el presente informe, la ministra de Justicia, Sandra Gutiérrez, con-
firmó en agosto de 2014 que en el Poder Ejecutivo se trabajaba en “un plan que tenemos [y] ya una vez que tengamos
completo y definido vamos a dar a conocer. Estamos viendo el revocatorio, una vez que tengamos el lineamiento jurídi-
co vamos a dar a conocer” (Erbol.com.bo (2014, 12 de agosto). Gobierno prepara el revocatorio de los magistrados del
Órgano Judicial. Recuperado de http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2014/0812/noticias.php?id=135824)

66
5. El desencanto y las alternativas / 61

En fecha más reciente, un analista sumamente crítico de la actuación gubernamental en el ámbito


del sistema de justicia ha incorporado el planteamiento de la revocación del mandato de las autoridades
judiciales dentro de una propuesta mayor que, tácitamente, se apoya en el consenso político existente
sobre el tema, pero deja de resolver el asunto constitucional:
Las máximas autoridades judiciales podrían facilitar la puesta en práctica del Plan de Regeneración
e Institucionalización, presentando renuncia de sus cargos. Si no lo hacen, la Asamblea Legislativa
debería determinar la revocatoria de mandato de los miembros del Órgano Judicial, del Tribunal
Constitucional y del Consejo de la Magistratura. Esto lo puede hacer, mediante una ley interpretativa
del artículo 195 de la Constitución, que faculta al Consejo de la Magistratura, promover la revoca-
toria de mandato de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y del Tribunal Agroambiental
por faltas gravísima en el ejercicio de sus funciones. La renuncia o revocatoria de las autoridades
superiores de justicia, sería seguida de la recomposición de los órganos judiciales, a través de un acto
de elección de la Asamblea Legislativa, sustentada en el voto consensuado de todas las fuerzas parla-
mentarias, y como parte del acuerdo político para encarar la crisis de la justicia251.
En cambio, varios de nuestros entrevistados sugirieron cambios que, sin modificar las disposiciones
constitucionales sobre elección de autoridades judiciales, podrían mejorar la calidad del proceso. “Hay
que ajustar el reglamento de pre-selección para darle carácter meritocrático”, apuntó un alto funciona-
rio gubernamental252. Un ex parlamentario que siguió de cerca el proceso de 2011 sugirió: “El listado
seleccionado por una comisión idónea sería aprobado por el parlamento, que lo sometería a consulta
popular”253. El presidente del Colegio de Abogados de La Paz concordó: “La idea de elegir no era mala.
La selección es el punto. La deben hacer las universidades y los colegios de abogados”254.
En declaraciones ofrecidas públicamente al terminar el periodo comprendido en este informe, el
vicepresidente Álvaro García Linera adelantó que “en el debate de mejoras están ‘medidas de emergencia’
como ajustes en el procedimiento constitucional o correcciones en la forma de selecciones o preselección
de candidatos”255.
Preguntado por los cambios en el proceso que consideraría deseables, el funcionario que estuvo a
cargo de la organización de la elección judicial se planteó: “Habría que ver si se necesita sólo cambios
operativos o también legales” y luego señaló dos cambios deseables: “Se debe buscar [en los candidatos]
el equilibrio entre lo académico y lo representativo. El debate es necesario para saber qué se propone; que
los candidatos puedan explicarse en público”, y se preguntó: “¿Podrían hacer campaña con determinadas
adhesiones?”256.
Por último, otro entrevistado sostuvo: “El problema no está en elegir” y ofreció en seguida una alterna-
tiva distinta a la incorporada en la Constitución: “Se podría haber elegido a los jueces de primera instancia.
Pensar en las cúpulas es pensar en términos monárquicos, en jueces superiores y jueces inferiores”257.
De estos y de otros comentarios y observaciones, puede esbozarse tres escenarios posibles, según el
nivel normativo de los cambios a ser introducidos. El primero es el más sencillo y corresponde a modi-

251
Oporto, H. (s/f). La justicia se nos muere (documento borrador). Fundación Pazos Kanki, p. 32.
252
Chivi, I. Entrevista, La Paz, 6.6.14.
253
De la Parra, A. Entrevista, La Paz, 5.6.14.
254
Jiménez Sanjinés, R. Entrevista, 6.6.14.
255
La Razón (2014, 30 de julio). García Linera espera “sentencia fuerte” contra magistradas suspendidas y pide al TCP
enmendar su error. Recuperado de http://www.la-razon.com/seguridad_nacional/Vicepresidente-magistradas-sus-
pendidas-TCP-resolucion_0_2097990253.html
256
Pinto, J. C. Entrevista, La Paz, 7.6.14.
257
Imaña, R. Entrevista, La Paz, 4.6.14.

67
62 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

ficaciones del procedimiento, en la dirección planteada por el Observatorio Ciudadano de Medios, que
lo mejoren sin cambiar el marco normativo; probablemente, el debate ha sobrepasado el punto en el que
este tipo de cambios hubiera parecido satisfactorio o suficiente. El segundo escenario supone un cambio
legal en el procedimiento, a fin de introducir en la fase de preselección —que está a cargo de la Asam-
blea Legislativa— un filtro académico-técnico que cribe a los aspirantes espontáneamente presentados
y, sometiéndolos a pruebas y exámenes, los califique según sus méritos. Este cambio supone, cuando
menos, la sustitución del actual Reglamento interno de preselección, aprobado por la Asamblea. El tercer
escenario implicaría el cambio normativo de mayor calado: una modificación constitucional destinada
a modificar o sustituir el actual mecanismo de elección popular. En el apartado de Conclusiones y reco-
mendaciones estos tres escenarios son objeto de alguna elaboración.

68
/ 63

Conclusiones y recomendaciones

“[R]esulta imprescindible que las altas cortes


estén integradas por los profesionales más capaces e idóneos.
La vía para garantizarlo es un proceso de selección transparente
y basado en los méritos de quienes postulan.
Esto es, no en sus vínculos con el gobierno u otros sectores de poder”.
DPLF, Lineamientos para una selección de integrantes de altas cortes
de carácter transparente y basada en los méritos.

El 16 de octubre de 2011 se eligió en Bolivia, por votación popular, a los integrantes de las cúpulas de
cuatro instituciones judiciales: el Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Medioambiental, el Tribunal
Constitucional Plurinacional y el Consejo de la Magistratura. La experiencia, única en el mundo, se
planteó como una forma distinta de resolver los viejos dilemas y las muchas tensiones correspondientes
al nombramiento de los jueces de altas cortes.
A casi tres años de esa elección, el presente informe ha intentado examinar la experiencia para ex-
traer de ella el aprendizaje que puede ser de utilidad no sólo en el país sino en América Latina. En las
conclusiones que en seguida se proponen y en las subsiguientes recomendaciones se resume lo esencial
del ejercicio realizado.

Conclusiones
1. Como en la mayoría de los países latinoamericanos, la historia de la designación de las altas cortes
en Bolivia, en manos del poder político, no exhibe resultados satisfactorios para el sistema de justicia.
Esto, tanto en razón de la insuficiente calidad profesional de una porción de los escogidos como la
demostrada deficiencia de las altas cortes en términos de independencia con respecto a determinadas
fuentes de poder.
2. La designación de jueces mediante votación popular es un método utilizado en algunos países,
pero en ningún otro caso se ha usado para escoger a magistrados de las más altas cortes. La elección de
autoridades judiciales fue introducida en Bolivia por la Constitución de 2009.
3. Las principales objeciones formuladas en Bolivia al proceso de elección popular de magistrados
de altas cortes han girado en torno a la previa selección de candidatos realizada por el cuerpo legislativo.
Acerca de esa preselección, las impugnaciones más frecuentes han señalado la ausencia de una evalua-
ción técnica de méritos y el carácter predominantemente político del proceso.
4. Asimismo, en relación con el proceso electoral judicial, resultó cuestionada la serie de disposicio-
nes encaminadas a distanciar el estilo de esta elección del que es propio de una campaña de competencia
partidaria y a procurar que los candidatos tuvieran igual acceso a la ciudadanía. El conjunto de limita-
ciones y prohibiciones terminó por limitar severamente el conocimiento ciudadano del proceso y, en
particular, de los candidatos, según han venido a reconocer diversos actores bolivianos.

69
64 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

5. En la votación misma, el porcentaje de abstención fue el usual en las elecciones generales de época
reciente pero el porcentaje resultante de sumar votos nulos y en blanco rozó el sesenta por ciento de los
votos emitidos. Sean cuales fueren las razones explicativas de ese porcentaje y, sin perjuicio de la legali-
dad de la elección —desde que la ley boliviana no considera al voto en blanco y al voto nulo como “votos
válidos”—, tal resultado planteó un problema de legitimidad de los elegidos, que ha sido discutido una y
otra vez a lo largo del debate de los tres últimos años.
6. El trabajo de los elegidos, durante dos años y medio de desempeño, no pudo ser suficientemente
evaluado para este informe, debido a la carencia de trabajos de base que lo hayan analizado. En el nivel
del conocimiento público, resaltan diversos conflictos y enfrentamientos internos producidos en las cú-
pulas de las instituciones del sistema de justicia, especialmente en los casos del Consejo de la Magistratu-
ra, del Tribunal Agroambiental y del Tribunal Constitucional Plurinacional. Tratándose del Consejo de
la Magistratura se debe tomar nota de diversos cuestionamientos existentes y de la escasez de resultados
que se puede constatar al examinar la propia documentación oficial. En el caso del Tribunal Constitu-
cional Plurinacional (TCP) existen determinadas objeciones a su falta de independencia, que se ilustra
principalmente con la decisión adoptada por este cuerpo en 2013 en torno a la reelección presidencial.
Pese a ello, el examen de algunas otras decisiones del TCP revela una actividad jurisprudencial que ha
puesto claros límites al accionar de los órganos del Poder Ejecutivo.
7. Acerca de la independencia judicial, altas personalidades gubernamentales se han expresado de
una manera que, cuando menos, resulta equívoca. Si de tales conceptos se desprendiera una línea de
acción gubernamental que intentase controlar o manipular a los tribunales —como denuncian algunos
críticos—, se estaría ante un riesgo no sólo para la independencia de los jueces —y su consiguiente im-
parcialidad— sino para el sistema de pesos y contrapesos que caracteriza al régimen democrático.
8. Sobre la base de argumentos muy distintos, y en grados asimismo diversos, los principales actores
del arco político boliviano manifiestan su insatisfacción con la elección de autoridades judiciales pro-
ducida en 2011 y coinciden en la necesidad de introducir cambios significativos en la forma de designar
a las cúpulas de las instituciones del sistema de justicia. La expresión “error” para referirse a la elección
judicial, y la de “fracaso” para sus resultados, tienden a generalizarse en el debate público. Al tiempo
de que las organizaciones sociales han tenido un papel secundario en ese debate, los participantes más
activos coinciden en señalar la ausencia de cambios en la justicia durante los últimos tres años; además,
desde el gobierno se pone énfasis en ciertas decisiones cuestionables y, desde los críticos, en la falta de
independencia judicial.
9. Desde algunas posiciones, entre las que sobresalen las manifestadas por personalidades de gobierno,
se sostiene que las autoridades judiciales elegidas en 2011 deberían ser cesadas en un plazo más corto que
aquél para el cual fueron designadas. Las razones de esa posible medida son diversas y, de similar manera,
las vías propuestas para adoptarla son diferentes y, en ciertos casos, de una juridicidad discutible.
10. De cara al futuro, a mediados de 2014 aparecían tres escenarios posibles, correspondientes a dife-
rentes niveles normativos de los cambios a ser introducidos. El primero era el más sencillo, por referirse
a modificaciones del procedimiento que lo mejoren sin cambiar el marco normativo; probablemente, el
debate del tema había sobrepasado el punto en el que este tipo de cambios hubiera parecido satisfacto-
rio o suficiente. El segundo escenario suponía un cambio legal en el procedimiento, a fin de introducir
en la fase de preselección, actualmente a cargo de la Asamblea Legislativa, un filtro académico-técnico
que cribe a los aspirantes sometiéndolos a pruebas y exámenes, a fin de calificarlos según sus méritos.
El tercer escenario implicaba el cambio normativo de mayor calado: una modificación constitucional
destinada a modificar o sustituir el mecanismo de elección popular.
70
Conclusiones y recomendaciones / 65

Recomendaciones
1. Siendo la independencia judicial un elemento esencial para el funcionamiento de un régimen en
el que se respeta el Estado de derecho, sería oportuno que el gobierno de Bolivia pusiera fin a afirma-
ciones e interpretaciones oscuras, confusas o ambiguas, provenientes de algunos de sus principales vo-
ceros, acerca de este principio cuya vigencia hace posible contar con jueces imparciales en una sociedad
democrática.
2. Pese al amplio debate existente desde hace mucho sobre el tema, muchos expertos han coincidido
en que no existe un sistema ideal para designar a los jueces. No obstante, conviene tener presentes ciertos
criterios que encuentran su base tanto en las normas del derecho internacional como en la experiencia
adquirida a lo largo de las últimas décadas, a partir de los diversos intentos de reformar la justicia que se
han desarrollado en la región. Entre esos criterios destaca la necesidad de designar jueces sobre la base
de sus méritos, demostrados en un proceso de selección transparente.
3. Más allá de quién designe a los jueces de los más altos cargos, los méritos de los aspirantes deben
ser calificados de manera independiente por una instancia integrada por personas muy competentes y
que gocen de un reconocimiento amplio. Hasta donde resulta posible, estas personas no deben repre-
sentar intereses o sectores políticos. A tal efecto, en varios países de la región se ha optado por constituir
consejos o comisiones encargadas de la preselección de candidatos.
4. Esa instancia autónoma, responsable del proceso de preselección, debe legitimarse socialmente
mediante una actuación caracterizada por la objetividad y transparencia de los procedimientos. A tal
efecto, resulta de la mayor importancia que:
• El perfil de magistrado sea clara y previamente establecido.
• Las reglas del proceso de selección y evaluación se encuentren antelada e inequívocamente defi-
nidas.
• La instancia responsable abra mecanismos de recepción de observaciones sobre los postulantes,
las que deben ser investigadas.
• Se realicen audiencias públicas con los postulantes en las que se pueda evaluar efectivamente sus
capacidades.
• La preselección procure reflejar, en la composición de las instituciones del sistema de justicia, la
diversidad social del país.
• La entidad a cargo de la preselección motive su decisión final.
5. En cuanto a la idoneidad de los integrantes de altas cortes, parece de especial importancia identi-
ficar en los aspirantes:
• Independencia e imparcialidad, como características de su trayectoria profesional.
• Honorabilidad y una historia personal de conducta intachable.
• Conocimiento jurídico de un nivel y suficiencia mayores al promedio profesional.
• Compromiso demostrado con la protección de los derechos humanos, los intereses colectivos, los
valores democráticos y la transparencia.
6. Finalmente, cuando corresponda decidir acerca del futuro de los actuales integrantes de la más
alta jerarquía en las instituciones del sistema de justicia, no puede perderse de vista que, al tiempo de que
se está ante un asunto altamente politizado y polarizador en Bolivia, debe procurarse el mayor esfuerzo
en beneficio de la institucionalidad y la institucionalización. Este objetivo implica, entre otras exigencias,
el respeto a las reglas establecidas, aunque se considere que los resultados de su vigencia no hayan sido
71
66 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

los mejores o los más deseables. Los magistrados elegidos en octubre de 2011 recibieron un mandato
cuya duración se halla establecida en las normas vigentes. Salvo que mediase una renuncia, interrumpir
ese mandato —por buenas que sean las intenciones que se hallen detrás de la medida de interrupción—
conlleva mantener la falta de respeto a las normas que, como fenómeno más general, es uno de los com-
ponentes del imperfecto estado de la justicia en nuestros países.

72
/ 67

Anexo A

Relación de entrevistados

Magistrados elegidos*: Funcionarios de ONG:


Gualberto Cusi, magistrado del Tribunal Sergio Ardaya (Bolivia Transparente).
Constitucional Plurinacional. Eddie Cóndor (Comisión Andina de Juristas,
Gonzalo Hurtado, magistrado del Tribunal Construir).
Supremo. Alfonso Ferrufino (IDEA).
Bernardo Huarachi, magistrado del Tribunal Armando de la Parra (FUNDAPPAC).
Agroambiental. Susana Saavedra (Construir).
Iván Lima, magistrado del Tribunal Supremo. Moira Vargas (Construir).
Cristina Mamani, presidenta del Consejo
de la Magistratura. Funcionarios internacionales y consultores:
Wilber Choque Cruz, consejero del Consejo Carlos Borth.
de la Magistratura. Jennifer Guachalla (OADCH).

Vocales y jueces: Periodistas:


Iván Campero, vocal del Tribunal departamental Guadalupe Caijas.
de La Paz. Andrés Gómez, director de Radio Erbol.
Elena Lowenthal, vocal del Tribunal departamental Amalia Pando.
de Chuquisaca. William Zolá, El Correo del Sur.
Ramiro Sánchez Morales, vocal del Tribunal
departamental de La Paz. Políticos y altos funcionarios:
Jimena Mendizábal, jueza cautelar, Sucre. Idon Chivi, director general de Estudios y
Proyectos, Ministerio de Comunicación.
Abogados: Juan Carlos Pinto, director nacional del Servicio
Raúl Jiménez Sanjinés, presidente del Colegio Intercultural de Fortalecimiento Democrático
de Abogados de La Paz. (SIFDE).
Armando Cardozo Saravia. Sandra Soriano, senadora.
Carlos Dérpic. Lucio Valda Martínez, director departamental
Reynaldo Imaña. de la Procuraduría General del Estado,
Álvaro Melgarejo. Chuquisaca.
Arturo Yáñez.

*
La magistrada Neldy Virginia Andrade Martínez, del Tribunal Constitucional Plurinacional, no pudo ser entrevistada
en Sucre pero remitió gentilmente un memorándum como respuesta a una pregunta específica que le fue formulada.

73
68 / Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia inédita

Anexo B

Publicaciones y textos consultados

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de derecho en el proyecto de nueva Constitución. En de Derechos Humanos 2011. Informe de la Relatoría
Börth, C. et al. (Eds.), Hacia una Constitución demo- Especial para la Libertad de Expresión, OEA/Ser.L/V/
crática, viable y plural. Tres miradas (pp. 135-219). II. Doc. 69, 30 de diciembre de 2011.
La Paz: Fundación Boliviana para la Democracia
Comité de Derechos Humanos (2013, 14 de octu-
Multipartidaria.
bre-1 de noviembre). Observaciones finales sobre el
Albarracín Sánchez, W. (2014, 2 de marzo). La crisis tercer informe periódico del Estado Plurinacional de
en el Órgano Judicial. La Razón. Tiempo político (p. Bolivia. 109º periodo de sesiones.
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Consejo de Derechos Humanos (2012, 2 de febrero).
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para el Comité de Derechos Humanos de las Nacio-
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Derechos Humanos (14 de octubre-1 de noviembre de Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Uni-
2013). Madrid. das para los Derechos Humanos sobre las actividades
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via. OEA/Ser. L/V/II. Doc. 34. 28 de junio de 2007. http://www.dplf.org/sites/default/files/seleccion_
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CIDH. Informe anual de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos 2009. OEA/Ser.L/V/II. Doc. Enciclopedia histórica documental del proceso consti-
51 corr. 1, 30 diciembre de 2009. tuyente boliviano (s/f). Informes de comisiones, tomo
III, vol. 1. La Paz: Vicepresidencia del Estado Pluri-
CIDH. Informe anual de la Comisión Interamericana nacional de Bolivia.
de Derechos Humanos 2011. Informe de la Relatoría
Especial para la Libertad de Expresión, OEA/SerL/V/ Fundación Nueva Democracia. Reportes cronológi-
II., Doc. 5, 7 de marzo de 2011. cos periódicos sobre violaciones de derechos huma-
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74
Anexo B / 69

Gamboa Rocabado, F. (2009). Dilemas y conflictos Pinto Quintanilla, J. C. (2011). Bolivia: lecciones de
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Paredes Zárate, R. (2012). La ampliación del derecho
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premo Electoral.

75
76
77
El 16 de octubre de 2011 la ciudadanía boliviana fue a las urnas para elegir a los integrantes
del Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Constitucional Plurinacional, el Tribunal
Agroambiental y el Consejo de la Magistratura. La Constitución de 2008 hizo de Bolivia el
único país del mundo donde se ha elegido a las máximas autoridades judiciales por voto
popular. Tres años después, diversos actores consideraban que la justicia no había sido
sustancialmente modificada; las autoridades gubernamentales mismas sostenían que la
elección judicial fue un “error” y su resultado “un fracaso”. ¿Qué puede aprenderse de
esta experiencia singular? El informe Elecciones judiciales en Bolivia. Una experiencia
inédita examina el proceso de designación de los magistrados, registra opiniones del
debate en torno a él y presenta el cuadro de opciones disponibles al país.

La Fundación para el Debido Proceso (DPLF, por sus siglas en inglés) es una organización regional
integrada por profesionales de diversas nacionalidades, cuyo mandato es promover el Estado de
derecho en América Latina. DPLF fue fundada por Thomas Buergenthal, ex presidente de la Corte
Internacional de Justicia (La Haya, Holanda) y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(San José, Costa Rica) y tiene como áreas de trabajo el fortalecimiento de la independencia judicial,
la lucha contra la impunidad, y el respeto de derechos fundamentales en el marco de la extracción de
recursos naturales. DPLF realiza su trabajo a través de la investigación aplicada, la cooperación con
organizaciones e instituciones públicas, y las acciones de cabildeo e incidencia.

El Programa de independencia judicial de DPLF promueve el fortalecimiento de los poderes judiciales


mediante el monitoreo y análisis de la independencia y transparencia judiciales, los procesos de
selección de autoridades judiciales, y el impacto de las presiones indebidas en el uso excesivo de la
prisión preventiva. El presente informe se publica en el marco de las actividades de este programa.

La Fundación Construir es una organización civil boliviana sin fines de lucro que desarrolla labores
de investigación, capacitación, comunicación, deliberación, monitoreo e incidencia social, con
la finalidad de contribuir los procesos de participación ciudadana para fortalecer el acceso a la
justicia transparente e independiente con equidad de género. Su misión institucional se centra en
lograr cambios democráticos en la sociedad mediante la aplicación del derecho y el ejercicio de la
ciudadana. Desarrolla su trabajo mediante tres programas: acceso a la justicia penal, promoción de
los derechos Indígenas y defensa de los derechos humanos.

78
gonzalo kodelia

elección popular de jueces en el estado plurinacional de


Bolivia...

Elección popular de jueces


en el estado plurinacional
de Bolivia: un avance
en la democracia
por Gonzalo Kodelia (1)

“Todo el mundo estará de acuerdo en que el poder de nombrar


en casos ordinarios debe asumir cualquiera de las tres modalidades
siguientes: Debe encomendarse a un solo hombre o a una asamblea
escogida, integrada por un número moderado; o a un solo hombre
con la cooperación de dicha asamblea. En cuanto al ejercicio
de este poder por la masa del pueblo, se convendrá desde luego
en que es irrealizable…”
Alexander Hamilton

1 | Una constitución con respuestas


El 22 de enero de 2013 tuvieron lugar en La Paz los festejos principales
por el 2° Aniversario del Estado Plurinacional de Bolivia. La Plaza Murillo
y sus alrededores se colmaron de representantes de los movimientos
sociales, sindicatos obreros y organizaciones indígena originaria cam-
pesinas, dispuestos a ratificar su compromiso con el reto histórico de
construir colectivamente el Estado Unitario Social de Derecho Plurina-

 (1) Abogado (UBA), Maestrando en Derecho Administrativo y Administración Pública (UBA).


Doctrina

Docente de Derecho Administrativo, Constitucional y Ciencia Política (UBA). Investigador en


formación (DECYT-UBA), con publicaciones en libros y revistas especializadas. Gerente de
Derecho Financiero, Cambiario y Comercial del BCRA.

357

79
gonzalo kodelia

cional Comunitario, al que alude el Preámbulo de la Constitución Polí-


tica de 2009.

Así, esa nueva institucionalidad que fue conquistada, empujada por quie-
nes sufrieron el racismo desde los funestos tiempos de la colonia, (2) se
hizo cargo y dio respuesta a la pregunta que todo movimiento consti-
tuyente debe hacerse: una constitución ¿para qué?, es decir, “... cuál es
el principal mal que ellas vienen a remediar (…) una nueva Constitución
como contribución institucional clave a una empresa social más vasta,
orientada a remover a la sociedad de la peculiar situación de crisis por la
que atravesaba“. (3)

Y fueron esos siglos de marginación y opresión, de altanera indiferencia,


de invisibilización de los pueblos y culturas indígenas, los problemas a
los que la nueva constitución vino a dar respuesta, fue a esa tara social a
la que enfrentó. Por eso, justo es reconocer “... que la pregunta-objetivo
planteada por los constituyentes bolivianos era, cuanto menos, una muy
relevante, bien escogida (…) En tal sentido, es un mérito del constituyente
boliviano el haber salido a la búsqueda, y el de haberle hecho frente, a tal
decisiva cuestión“. (4)

2 | Necesaria relación entre derechos,


economía e institucionalidad
Ciertamente, las reformas constitucionales suelen entramparnos en “el
discurso de los derechos“. Es decir, analizamos como buena o mala una
reforma de la constitución, en orden a la mayor o menor amplitud adqui-
rida por la lista de derechos. Pero si la consagración de nuevos derechos
no va acompañada de cambios en su base material de realización, ni de la
intervención transformadora del aparato institucional, la reforma quedará
“diluida”, fagocitada por estructuras jurídicas que asimilarán el cambio,
absorbiendo y neutralizando la incorporación constitucional.

 (2) Preámbulo, Constitución Política.

 (3) Gargarella, Roberto, “El nuevo constitucionalismo latinoamericano. Algunas reflexiones


preliminares”, Crítica y Emancipación, n° 3, Bs. As., CLACSO, 2010, p. 172.

 (4) Gargarella, Roberto, Ibid., p. 175.

358

80
elección popular de jueces en el estado plurinacional de Bolivia...

Los viejos mecanismos que han sido puestos en práctica durante siglos
de práctica no dudarán en repeler impulsivamente al intruso, al que con-
siderarán de una ajenidad intolerable. (5)

Resulta una falacia desentenderse del impacto que necesariamente debe


operarse en los vectores económico e institucional si creemos en la realiza-
bilidad de los derechos. Agregar derechos no resulta del todo problemá-
tico, transformar las bases económicas e institucionales de la constitución
es una apuesta a su efectivización, a tomar los derechos en serio, a su
plena realización y, por ello, mucho más dificultoso.

Por más generosas en prédica de derechos que sean las nuevas constitu-
ciones, sabemos que:

“... las reformas no se ponen de pie por sí solas, sino que re-
quieren de la colaboración del resto de la Constitución, que
se ‘activa’ cada vez que una nueva cláusula resulta incorpora-
da. Y allí —en el marco constitucional dominante— las nuevas
reformas pueden encontrar ayuda capaz de dotarlas de vida
y fuerza; o trabas, capaces de dificultar o hacer imposible su
crecimiento“. (6)

3 | “Lo inédito” y “lo abigarrado”


en el proceso boliviano
El proceso político boliviano generó un nuevo “momento constituyen-
te“. Su condición de existencia puede atribuirse al tránsito por la posibi-
lidad de construir “lo inédito”, es decir, la confluencia de los horizontes
indígena y nacional-popular que hasta el presente corrieron paralelos
sin tocarse.

La insuficiencia de los movimientos que constituyeron el Estado-Nación,


en base a las alianzas mestizas del horizonte nacional-popular —aun en
su variante revolucionaria de 1952— quedó demostrada en la forma de
Doctrina

 (5) Ibid., p. 176.

 (6) Ibid., p. 177.

359

81
gonzalo kodelia

enfrentar el “hecho nacional-colonial“. Estos movimientos no privilegiaron


la articulación con el sujeto indígena, en una relación sin subordinación,
sino que “acabaron en la reproducción del Estado-Nación moderno que
continuó la dominación colonial y también la capitalista“. (7)

Este dramático desencuentro produjo el “abigarramiento” de la sociedad


boliviana, es decir, “... sujetos que viven diferentes condiciones de domi-
nación (étnica, de clase, de género) frente al sistema y cuya relación con el
otro es la de una (auto)negación encadenada (uno sobre y contra el otro)“. (8)

“Lo inédito” está dado por la posibilidad actual de convertir “lo abiga-
rrado” en una articulación sin dominación de los horizontes indígena y
nacional-popular.

La transformación del aparato judicial en la nueva constitución es una


muestra de confluencia.

4 | El “asalto” al poder judicial


Si los nuevos derechos iban a estar sujetos a la concreción que hubiesen
querido darles las viejas estructuras judiciales, la reforma hubiese sido una
gran estafa a las aspiraciones populares. Pero precisamente por haber sur-
gido el movimiento constituyente de las entrañas de la opresión y discrimi-
nación de millones de bolivianos y bolivianas, la intervención del aparato
judicial demuestra que el constituyente boliviano comprendió la necesaria
relación entre derechos y marco institucional ya apuntada.

La nueva estructura de órganos judiciales presenta novedades dignas de


ser calificadas como adherentes a la confluencia de horizontes. Así, el ar-
tículo 190 consagró la jurisdicción indígena originaria campesina en los
siguientes términos:

“I. Las naciones y pueblos indígena originario campesinos ejer-


cerán sus funciones jurisdiccionales y de competencia a través
de sus autoridades, y aplicarán sus principios, valores culturales,

 (7) Soruco Sologuren, Ximena, “Estado plurinacional-pueblo, una construcción inédita en


Bolivia”, OSAL, n° 26, Bs. As., CLACSO, 2009, p. 20.

 (8) Soruco Sologuren, ibid., p. 20.

360

82
elección popular de jueces en el estado plurinacional de Bolivia...

normas y procedimientos propios. II. La jurisdicción indígena


originaria campesina respeta el derecho a la vida, el derecho
a la defensa y demás derechos y garantías establecidos en la
presente Constitución“.

Por su parte, la efectividad de las decisiones de la jurisdicción indígena


originaria campesina y la coordinación con el ámbito de la jurisdicción or-
dinaria quedan garantizadas por el artículo 192 al establecer:

“I. Toda autoridad pública o persona acatará las decisiones de


la jurisdicción indígena originaria campesina. II. Para el cumpli-
miento de las decisiones de la jurisdicción indígena originario
campesina, sus autoridades podrán solicitar el apoyo de los ór-
ganos competentes del Estado. III. El Estado promoverá y forta-
lecerá la justicia indígena originaria campesina. La Ley de Deslin-
de Jurisdiccional, determinará los mecanismos de coordinación
y cooperación entre la jurisdicción indígena originaria campesi-
na con la jurisdicción ordinaria y la jurisdicción agroambiental y
todas las jurisdicciones constitucionalmente reconocidas“.

Y lo más importante: el establecimiento de una plena igualdad jerárquica


de las jurisdicciones en el art. 179, inc. II.

Además, el nuevo molde constitucional establece la garantía de composi-


ción plural, considerando criterios de plurinacionalidad, en los procesos
de preselección legislativa de las candidatas y candidatos a integrar el Tri-
bunal Agroambiental y el Tribunal Constitucional Plurinacional, aseguran-
do para este último la representación del sistema ordinario y del sistema
indígena originario campesino (arts. 187 y 197). (9)

Y lo fundamental: las magistradas y magistrados del Tribunal Supremo de


Justicia, del Tribunal Agroambiental, del Tribunal Constitucional Plurinacio-
nal y del Consejo de la Magistratura son elegidos por sufragio universal,
duran seis años en sus funciones y no pueden ser reelectos (arts. 182, 183,
188, 194, 198 y 200).

 (9) Si bien no integra el Órgano Judicial —constituyendo un cuarto poder denominado


Doctrina

Órgano Electoral Plurinacional— se prevé una cuota indígena originaria campesina de dos
miembros, sobre un total de siete, para la integración del Tribunal Supremo Electoral, el que
se erige como cabeza de este cuarto poder (art. 206).

361

83
gonzalo kodelia

Esta intervención ciudadana en el poder prototípicamente contramayo-


ritario, (10) resulta un avance democrática frente al departamento institucio-
nal menos sensible a la participación popular.

5 | Una primera experiencia


valiosa, pero con límites
El 16 de octubre de 2011 se desarrollaron las primeras elecciones popula-
res de magistradas y magistrados que pusieron en disputa 56 cargos: nue-
ve titulares y nueve suplentes para el Tribunal Supremo de Justicia, siete
titulares y siete suplentes para el Tribunal Constitucional, siete titulares y
siete suplentes para el Tribunal Agroambiental y diez (titulares y suplentes)
para el Consejo de la Magistratura.

Más de 520 postulantes se inscribieron para ser parte de la elección que,


de acuerdo a la Constitución y a las leyes, 018 del Órgano Electoral Plu-
rinacional y 026 del Régimen Electoral, debían ser preseleccionados en
primera instancia por la Asamblea Legislativa Plurinacional. Dicha prese-
lección arrojó 116 postulantes sobre los cuales recayó el voto popular.

La elección vedaba la participación de los partidos políticos, las candida-


tas y candidatos se presentaban en su persona y tenían prohibido hacer
campaña proselitista. El Órgano Electoral y los medios de comunicación
se limitaron a divulgar la carrera profesional de los postulantes preselec-
cionados por la Asamblea Legislativa Plurinacional. (11)

Dos fueron las objeciones al proceso electoral, por un lado, la preselec-


ción llevada a cabo por un parlamento dominado por el Movimiento al
Socialismo (MAS) —el partido del presidente Evo Morales Ayma— y por

 (10) Sesgo contramayoritario es aquel que califica a las instituciones políticas que en lugar
de facilitar y alentar la expresión de la ciudadanía, se han dirigido a desfavorecerla. Ello,
fundamentalmente, al cortar muchos de los posibles lazos vinculantes entre representantes
y representados (Gargarella, Roberto, “El contenido igualitario del constitucionalismo“, en
Roberto Gargarella (coord.), Teoría y crítica del derecho constitucional. Democracia, Bs. As.,
Abeledo-Perrot, 2008, t. I, p. 21).

 (11) Arballo, Gustavo, Saber leyes no es saber derecho, [en línea] http://www.saberderecho.
com/2011/10/sobre-las-elecciones-de-jueces-en.html#more. En este blog pueden verse los
spots de los postulantes preseleccionados.

362

84
elección popular de jueces en el estado plurinacional de Bolivia...

otro, el altísimo porcentaje de votos nulos y en blanco que, en algunos


casos, alcanzó al 60% del total.

Por supuesto que una primera etapa del proceso a cargo de una Asam-
blea Legislativa poco fragmentada, trae aparejada una poco seductora
pluralidad de propuestas, ya que quienes aspiren a ser preseleccionados
se verán tentados a simpatizar con el partido predominante. De ahí que
las críticas de la oposición operaron en favor del abstencionismo electo-
ral, ya que consideraban que los candidatos ya estaban elegidos y que el
proceso de elección popular era una simple pantalla legitimadora de la
cooptación del aparato judicial por el MAS.

Pero no debe desconocerse que si la Asamblea Legislativa Plurinacional


llegó a integrarse en esa proporción predominante, lo fue por el voto de las
bolivianas y bolivianos que optaron por una alternativa inédita, contraria a la
aristocracia de los partidos tradicionales, en elecciones sin cuestionamien-
tos. Es decir, no niego la voracidad parlamentaria del partido predominan-
te en el proceso de preselección, que pudo haber existido en algún grado,
ni que el arreglo institucional plasmado en la constitución que expropia al
pueblo de la elección directa de candidatos, relegándolos a una lista tami-
zada, no merezca ser cuestionado. Pongo énfasis en que algo pasó antes,
en que ese parlamento funcional a la dominación haya sido el resultado de
elecciones limpias que siguieron a siglos de olvido y desprecio.

Esta predominancia, también, es consecuencia del relegamiento sosteni-


do, de la exclusión constante. Quienes hoy se quejan, ayer hicieron posi-
ble el actual estado de situación. (12)

6 | Alguna evaluación del proceso


El desarrollo del proceso eleccionario contó con el aval de los observado-
res de la Organización de Estados Americanos (OEA). En este sentido, el
jefe de la delegación —el ex presidente de Panamá, Martín Torrijos— afir-
mó que los bolivianos participaron en la contienda electoral “sin ningún
tipo de coerción” y agregó: “para nosotros en el tema de la transparencia
Doctrina

 (12) Actualmente, el Estado Plurinacional de Bolivia lleva a cabo una masiva campaña para
dotar a sus ciudadanos de una credencial identificatoria, recién ahora el Estado se dio cuenta
que había muchos más bolivianos y bolivianas.

363

85
gonzalo kodelia

se ha cumplido con los reglamentos electorales”, dispuestos por el go-


bierno de Evo Morales Ayma. (13)

Algo que llama profundamente la atención es el enorme porcentaje de


votos negativos (nulos y en blanco). Pero esto no debe trasladarse auto-
máticamente a una militancia opositora del total de esas expresiones. La
anulación del voto o la decisión por votar en blanco son opciones perfec-
tamente legítimas, pero no debe caerse en una lectura sesgada que haga
decantar ese caudal en el arco opositor o contrario al proceso elecciona-
rio; como tampoco creer que el voto afirmativo fue una expresión contun-
dente de apoyo a la nueva institucionalidad judicial.

Siempre es saludable la convocatoria al pueblo para que manifieste su volun-


tad en uno u otros sentidos, en un marco de información adecuada, plurali-
dad de opciones, igualdad en la palabra y libertad de postulación, reglas mí-
nimas de cualquier proceso eleccionario para que sea legítimo. Pero pocas
deducciones podemos sacar de lo que ese voto en verdad está eligiendo o
prefiriendo. Como signo muy rudimentario, la opción electoral manifestada
en el voto debe ser cautelosa en las conclusiones que intente plasmar.

Lo que sí debe decirse es que “... la decisión judicial está muy vinculada
con quién decide (…) en todo caso, que la Constitución boliviana reconoz-
ca el punto de la vinculación de quién decide, cómo y qué se decide, es
muy importante“. (14) Y no sólo eso, llevar el postulado constitucional a la
práctica también es un avance, un primer gran paso.

7 | Destino de los votos válidos


El total de la participación (entre votos afirmativos y negativos) alcanzó
al 80% del cuerpo electoral, lo que implica una mayoritaria concurrencia
al acto comicial. Los resultados marcaron una preferencia popular por el
“voto sombrero” y el “voto pollera”, es decir, “el voto de la mayoría de

 (13) AVN, Agencia Venezolana de Noticias, 17/10/11, http://www.avn.info.ve/node/82566

 (14) Gargarella, Roberto (coord.), Seminario de Teoría Constitucional y Filosofía Política,


[en línea] http://www.seminariogargarella.blogspot.com/search?updated-max=2011-10-
26T17:25:00-03:00&max-results=25

364

86
elección popular de jueces en el estado plurinacional de Bolivia...

los válidos tuvo una inclinación clara por los que representaban a los IOC
(indígenas, originarios, campesinos)“. (15)

La preferencia mayoritaria

“... expresa dos elementos, primero, el que incluso más allá


de las personas existe una clara inclinación por la inclusión y
la interculturalidad por parte de una gran parte del electorado
que a su vez se sintió identificado con esos candidatos/as por
ser parte de su propia identidad. Segundo, en el conjunto de
candidaturas eran sobresalientes quienes ostentaban su propia
vestimenta e identidad al momento de postularse, así como
el tema de género permitió que un mayor número de mujeres
fueran elegidas“. (16)

Puede pensarse, ciertamente, en los límites del proceso e incluso inte-


rrogarse acerca de la existencia de mayores credenciales democráticas
del aparato judicial así integrado. Acepto, incluso, el alerta puesto en que
esto “... no implica una sincera invitación al ciudadano a comprender u
optar entre visiones distintas sobre asuntos de la justicia. Lejos de algo
medianamente deliberativo, todo parece limitarse al semblanteo y al es-
quemático currículum vitae“. (17)

Pero no puede negarse la posibilidad resultante de esta reforma, tendien-


te a ir agrietando la sólida muralla construida alrededor del departamento
del poder históricamente más aristocrático y más visceralmente contrario
a la participación popular.

Vuelvo, no se trata de no ver las deficiencias, sino de trabajar contra ellas


pero en la senda que empezó a recorrerse. Si antes el sujeto indígena
originario campesino tenía prohibida la entrada en calidad de visita a Pla-
za Murillo —sede del Palacio Quemado—, es decir, si antes resultaba un
sujeto ajeno a las esferas del poder, hoy lucha por derribar la granítica
resistencia del poder judicial.

 (15) Pinto Quintanilla, Juan Carlos, “Bolivia: lecciones de una elección inédita”, El Dipló,
n° 43, La Paz, Le Monde diplomatique, ed. boliviana, 2011, p. 4.
Doctrina

 (16) Pinto Quintanilla, Juan Carlos, Ibid.

 (17) Arballo, Gustavo, op. cit.

365

87
gonzalo kodelia

8 | Cargos perpetuos, nunca más


El sufragio universal para integrar los órganos máximos del poder judi-
cial, no es una medida constitucional aislada. A ella se suman, al menos,
la perentoriedad en el ejercicio del cargo (seis años) y la imposibilidad
de reelección.

Pocas instituciones podemos reputar más antirrepublicanas que la perpe-


tuidad en el ejercicio del cargo, pocas más expropiatorias del poder del
pueblo, ya que, “mientras podemos expulsar, electoralmente, a los legis-
ladores o presidentes con los que estamos fuertemente en desacuerdo,
nos encontramos incapacitados para hacer lo propio con los jueces“. (18)

Pues esto ya no sucede en Bolivia. Jueces repudiados por el pueblo, se


van. Jueces irresponsables ante el pueblo, no más. En Bolivia no encaja ya
la afirmación de que:

“... todos los titulares de cargos públicos son personalmente


responsables al igual que las instituciones y los Poderes consti-
tucionales. Todos, menos la Administración de Justicia y el Po-
der Judicial. El Poder Ejecutivo responde ante el Poder Legis-
lativo y éste ante los electores: mientras que el Poder Judicial
no responde ante nadie y hasta los daños producidos por sus
errores se cargan al Ejecutivo“. (19)

En suma, la elección popular de jueces en el Estado Plurinacional de Boli-


via resulta un hecho a celebrar, sin embargo, no debemos caer de rodillas
y rendirnos ante sus incuestionables virtudes. Al contrario, es necesario
enfrentar sus desaciertos, atrevernos a proponer el recorrido de un camino
similar que no repita sus errores, sabiendo que únicamente serán legítimas
nuestras críticas si tenemos en claro desde dónde hablamos, si partimos
desde el entendimiento de que lo más importante es devolverle al pue-
blo sus trincheras de poder, su capacidad de autogobierno, en definitiva,
nuestro posicionamiento responde a una perspectiva democrática.

 (18) Gargarella, Roberto, Crítica de la constitución. Sus zonas oscuras, Bs. As., Capital Intelectual,
2004, p. 68.

 (19) Nieto, Alejandro, El malestar de los jueces y el modelo judicial, Madrid, Trotta, 2010,
p. 173.

366

88
Reforma judicial en Bolivia
Elementos para el diagnóstico y desafíos
Ramiro Orias Arredondo

89
Reforma judicial en Bolivia
Elementos para eldiagnóstico y desafíos
Primera edición: septiembre de 2015
© Friedrich Ebert Stiftung
Friedrich Ebert Stiftung-Bolivia (FES)
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Tel. 591-2- 2750005
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La Paz, Bolivia
Cuidado de edición: Carmen Luz Calvo Ojeda
Diseño de tapa: Juan Francisco Taborga
D.L.: 4-1-2876-15
ISBN: …………
Impresión: Impresión Digital
La Paz, Bolivia

90
Contenido

Glosario 7

Presentación

Resumen ejecutivo 9

Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el


diagnóstico y desafíos 13

1. Introducción 13

2. Un modelo teórico para la reforma judicial 15

3. El itinerario de la reforma judicial en Bolivia 17


3.1 La Reforma Constitucional de 1994 (1992-2003) 17
3.2 El plan Justicia para Todos (2003-2005) 22
3.3 Estado Plurinacional y Justicia Plural (2006-2014) 27
3.4 El caso de la justicia penal y el hacinamiento en las cárceles 36
4. Contexto político institucional 46
5. La reforma constitucional de la justicia 49
6. La reforma legislativa de la justicia 52
7. La reforma organizacional de la justicia 60
8. Acceso a la justicia y reforma judicial 62
8.1 El acceso a la justicia como derecho 63
8.2 El acceso a la justicia como política pública 65
8.3 Inclusión social y acceso a la justicia 67
9. Los desafíos clave: la visión de los actores 72

91
10. Bases para la política pública de la justicia en Bolivia 74
10.1 Estrategia de implementación 76
10.2 Definición de metas y objetivos 78
10.3 Componentes 78
10.4 Líneas de acción 95
11. Conclusiones y recomendaciones 98

Bibliografía 102

92
Glosario

CAJ Comisión Andina de Juristas


CEJA Centro de Estudios de Justicia de las Américas
CIDES Centro de Investigación para el Desarrollo
CIJ Centro Integrado de Justicia
CIDH Comisión Interamericana de Derechos Humanos
CNNA Código Niña Niño Adolescente
COSUDE Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación
CPE Constitución Política del Estado
DD. HH. Derechos Humanos
DANIDA Agencia Danesa para el Desarrollo Internacional
DNA Defensorías de la Niñez y Adolescencia
DNRP Dirección Nacional de Régimen Penitenciario
DPLF Fundación para el Debido Proceso Legal
ILANUD Instituto Latinoamericano para la Prevención del
Delito
INE Instituto Nacional de Estadísticas
LAPOP Proyecto de Opinión Pública de América Latina
LOJ Ley del Órgano Judicial
MAS Movimiento al Socialismo
OACNUDH Oficina del Alto Comisionado de Naciones Uni-
das para los DD. HH.
ODM Objetivos de Desarrollo del Milenio
OEA Organización de Estados Americanos
ONU Organización de las Naciones Unidas

93
PNUD Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
SENADEP Servicio Nacional de Defensa Pública
SIJPLU Servicios Integrados de Justicia Plurinacional
SLIM Servicio Legale Integral Municipal
SPDP Servicio Plurinacional de Defensa Pública.
TCP Tribunal Constitucional Plurinacional
UNCITRAL Comisión de las NN. UU. para el Derecho
Mercantil Internacional
UMSA Universidad Mayor de San Simón
USAID Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional
VMJ Viceministerio de Justicia

94
Resumen ejecutivo

Desde que la República de Bolivia recuperó la democracia en 1982, has-


ta hoy, uno de los mayores desafíos ha sido la reforma del sistema de
administración de justicia. Renovar la justicia no consiste solamente en
cambiar leyes, como si las modificaciones legales por sí mismas fueran
a transformar la realidad judicial. Aquí se propone que la reforma de
la justicia hace parte de un proceso más amplio de rectificación de las
organizaciones del sector, signado por un cambio cultural en la forma
de administrar la solución de los conflictos en la sociedad, que debe ser
abordado integralmente, desde la adecuación normativa, la gestión ins-
titucional y la eficiencia de los servicios en beneficio de los ciudadanos;
en el marco de una política pública sostenida, planificada y evaluada
periódicamente, con la participación de múltiples actores.
El acceso a la justicia en Bolivia está estrechamente vinculado a la
institucionalización del sistema judicial. Es decir, así como el acceso a la
justicia para las personas es un derecho, al Estado le recae la obligación
de prestar un servicio público, y como tal debe estar sometido a los
procesos de formulación, planificación, gestión, evaluación e incluso
control social que corresponde a todas las políticas públicas. Así, se
hace necesario desarrollar una agenda pública de reforma judicial que,
en aplicación de la nueva normativa, siente las bases de una política pú-
blica de acceso a la justicia plural, intercultural, transparente e indepen-
diente, enfocada en la tutela de los derechos humanos de los grupos de
la sociedad más vulnerables y excluidos. En efecto, el principal desafío
tiene que ver con cómo garantizar el acceso igualitario a la justicia, ar-
ticulando justicia ordinaria, justicia indígena y sistemas alternativos de
solución de conflictos.
El presente documento busca proveer elementos para el diagnóstico
e identificación de los principales retos de la reforma judicial en Bolivia,
con el objetivo de contribuir al análisis y diseño de una propuesta de
política pública para la justicia. Con ese fin se desarrollan las bases para
un modelo teórico que encuadre holísticamente las distintas dimensio-

95
10 Reforma judicial en Bolivia

nes del proceso de reforma de la justicia, que intenta operacionalizar


los principios constitucionales que rigen la función judicial del Estado.
Luego se presenta una reseña y trayectoria histórica de lo judicial en
Bolivia, en las dos décadas anteriores, a fin de proponer un estado del
arte o de situación sobre el debate en relación a la administración, re-
forma y acceso a la justicia. Se señalan las principales características del
contexto político institucional en que se sitúa la reforma de la justicia en
el país, y las condiciones previas para iniciar un camino de mejora judi-
cial genuinamente democrático. Se abordan los principales aspectos del
nuevo diseño constitucional del sistema de justicia y sus leyes, marcan-
do la necesidad de profundizar el proceso de desarrollo, organización,
gestión e implementación de las reformas en curso. Se pasa a dibujar
la ruta crítica de la transición institucional del sistema de justicia en
Bolivia. A continuación, el trabajo plantea que el problema central que
enfrenta el modelo es el referido al acceso a la justicia independiente
y define los desafíos claves. Finalmente, se proponen algunos elemen-
tos para desarrollar las bases de la política pública de administración
de justicia en Bolivia, con definición de objetivos, líneas de acción y
componentes, recomendando acciones y modalidades operativas para
su estrategia de implementación. El texto concluye señalando los pasos
a seguir.

96
Presentación

D Las tasas de rezago judicial, la limitada cobertura de los servicios, los


niveles de corrupción y la aplicación excesiva de la prisión preventiva,
entre otros, son características que reflejan la situación del sistema de
administración de justicia en Bolivia, y explican su baja credibilidad en
el país: 43%, como refleja una encuesta realizada dentro del Proyecto
de Opinión Pública en América Latina (LAPOP) durante gestión 2014.
Esta situación no es nueva. Puede afirmarse que son más de dos dé-
cadas en las que el Estado boliviano ha promovido reformas de carác-
ter constitucional, políticas y normativas para fortalecer el sistema y
adecuarlo a las necesidades de ciudadanos y ciudadanas. Pero a pesar
de los esfuerzos, en la actualidad, la efectividad del sistema mantiene
una brecha amplia respecto a los lineamientos normativos, lo que pre-
sumiblemente ha inspirado los esfuerzos para iniciar el tránsito hacia
nueva reforma con amplia participación de la sociedad civil y sectores
sociales, en una “cumbre judicial” y de diálogo nacional a realizarse en
el segundo semestre de 2015, en que se discutirá las bases para la cons-
trucción de una nueva justicia.
Sin embargo, considerando los antecedentes, este proceso debe cons-
tituir además un escenario de evaluación sobre los avances y retrocesos
en la materia, permitiendo que las medidas adoptadas a continuación
aborden integralmente las dificultades estructurales en el sistema de ad-
ministración de justicia, para una tutela efectiva de los derechos de las
personas que no se agota en lo normativo, sino que, por el contrario,
recae fundamentalmente en la política pública y en las acciones nece-
sarias para materializar los fundamentos de la legislación en las prácti-
cas, las lógicas y el funcionamiento de las instituciones, hasta lograr un
efectivo acceso a la justicia de la población boliviana.
Es en este contexto que la Fundación Friedrich Ebert (FES) decide
contribuir al debate público sobre la reforma a la justicia y brindar los
elementos necesarios para apoyar en la toma de decisiones, permitien-
do vislumbrar la ruta crítica hacia un sistema de justicia accesible, plu-
ral, participativo, transparente e independiente.

97
El trabajo de la FES en esta área forma parte del Proyecto de Coope-
ración en Seguridad Regional, que está concebido como una respuesta
a los múltiples y diversos problemas de seguridad en América Latina.
Esto sobre todo porque los problemas asociados a la seguridad cons-
tituyen un desafío a la gobernabilidad democrática de los países de
la región, en especial de aquellos que, si bien cuentan con gobiernos
legítimos, elegidos en procesos democráticos, son institucionalmente
débiles en el ejercicio de la gobernabilidad. Los problemas de seguridad
--internos y externos-- constituyen una de las dimensiones primordiales
de la política en los países de la región, dado que ni los actores políticos
tradicionales ni la sociedad civil se encuentran suficientemente prepara-
dos para responder a los desafíos que se plantean.
Luego de haber trabajado en el tema de reforma policial y en el de
políticas de drogas, se quiere completar el apoyo a las reformas insti-
tucionales relativas a la seguridad, tocando la reforma en los sistemas
de justicia. Se entiende que este es un tópico bastante amplio y que
trasciende el tema de la seguridad, motivo por el cual la base de este
profundo e impecable análisis, realizado por Ramiro Orías, se centra en
los sistemas penales y carcelarios.
Esperamos de esta manera ofrecer insumos para el debate venidero,
que buscará reformar la justicia en el país. Esperamos también que esta
reforma se base en evidencia y tenga como principio fundamental el
respeto a los derechos humanos fundamentales.

Anja Dargatz Daniel Agramont


Directora FES Bolivia Coordinador del Foro de Seguridad
FES Bolivia

98
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el
diagnóstico y desafíos

1. Introducción
La reforma de la justicia en Bolivia no es algo nuevo. Se podría decir
que el país ha vivido al menos un proceso de veinticinco años de re-
forma judicial en el período democrático, con sus avances y fracasos,
con sus luces y sombras. Se ha ensayado transformar la justicia desde
diversas perspectivas y agendas; en un primer momento se focalizó en
cambiar su diseño organizacional, luego se intentó mejorar la gestión
judicial, también se ha buscado reformar sus procedimientos, e incluso
se han experimentado los más diversos modelos de designación de sus
máximas autoridades: por mayoría calificada del Legislativo, largos inte-
rinatos por decreto supremo del Órgano Ejecutivo y, recientemente, por
la vía electoral; sin embargo, la sociedad boliviana mantiene el signo
del desasosiego y la desconfianza. Parecería que hemos hecho de todo,
pero nada nos ha satisfecho. Hoy, la justicia boliviana se encuentra
entre las de menor aprobación y confianza ciudadana en la región. Se-
gún el estudio de opinión pública Latinobarómetro, solo un 43% de los
ciudadanos confía en la justicia boliviana. Lo señala, además, la encues-
ta regional del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (Latin
American Public Opinion Project, LAPOP) del 2014, donde un escaso
36.3% de la sociedad boliviana confía en la capacidad de respuesta del
sistema de justicia.
La situación es calificada, por opositores y oficialistas, como de crisis1
y colapso2 judicial. Hay quienes dicen que “la justicia se nos muere3”,
y otros que hoy se “encuentra en su peor momento en la historia del

1 Héctor Arce, La justicia afronta su peor crisis, Página Siete, La Paz, 16 de diciembre de 2014.
2 José Antonio Quiroga, El colapso del sistema judicial, en Nueva Crónica, La Paz, 16 de
abril de 2014.
3 Henry Oporto, La Justicia se nos muere, Fundación Pazos Kanki, La Paz, 2014.

99
14 Reforma judicial en Bolivia

Gráfica 1
Los 10 países de América en los que menos confían en la Justicia (Escala del 0 al 100)

Paraguay
Perú
Ecuador
Haití
Bolivia
Argentina
Venezuela
Trin. y Tob.
Chile
Guatemala
32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45

Fuente: Infobae con datos del Barómetro de las Américas de LAPOP (2004-2014)

país”4; lo cual refleja lo grave del problema, pero también el amplio


consenso nacional y la visión compartida sobre la necesidad de proce-
der a su reforma integral.
Las recientes reformas constitucionales del sistema de justicia y su mayor
innovación con la elección popular de magistrados, no parecen haber in-
fluido de forma positiva en mejorar su desempeño y confiabilidad.
El propio presidente Evo Morales, al cuestionar la eficiencia y la ho-
nestidad de la administración de justicia, ha anunciado que promoverá
un nuevo intento de reforma judicial, esta vez mediante un referéndum
que incluso defina una nueva modificación de la Constitución Política
del Estado. “Me voy a quejar al pueblo y [que] el pueblo defina, me-
diante un referéndum, una profunda revolución dentro de la Justicia
boliviana. Si hay que hacer una reforma a la Constitución, hay que
hacerlo mediante el referéndum” 5. En ocasión de su acto de posesión
presidencial a un tercer mandato consecutivo, anunció la convocatoria
a una cumbre nacional: “Vamos a convocar a una cumbre para hacer
la revolución dentro de la Justicia boliviana. Están convocados todos
los sectores sociales, para esta profunda transformación de la Justicia
boliviana”6.
Surgen entonces varias cuestiones: ¿qué significa reformar la justi-
cia?, ¿cómo organizar dicha cumbre nacional?, ¿cuáles deberían ser las

4 Carlos Romero, El sistema judicial en su peor momento, en La Razón, 2 de marzo de


2014.
5 La Razón, Evo anuncia referéndum para otro intento de reforma judicial, La Paz, 6 de
enero de 2015
6 La Razón, Evo asume mandato con misión de una revolución judicial, La Paz, 22 de enero
de 2015.

100
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 15

prioridades de este proceso? ¿Qué ruta seguir?, ¿la del referéndum o la


reingeniería institucional?
En el presente trabajo, intentaremos responder a esas preocupacio-
nes, proponiendo un modelo teórico comprehensivo, que guíe la re-
forma integral de la justicia, en términos del proceso de formulación
de una política pública; describiremos el proceso que ha seguido la
construcción institucional del sector y señalaremos algunos elementos
críticos que deberían considerarse en la hoja de ruta del proceso que
el país debe seguir para la construcción de una justicia independiente,
transparente, accesible e intercultural, capaz de proteger los derechos
fundamentales de los ciudadanos.

2. Un modelo teórico para la reforma judicial


El sistema de justicia boliviano enfrenta múltiples desafíos políticos que
hacen a la gobernabilidad democrática del país. Su credibilidad, efecti-
vidad, independencia frente a los otros poderes del Estado, su contri-
bución a la protección de los derechos humanos y sociales, particular-
mente de grupos de la sociedad en situación o riesgo de vulnerabilidad,
su rol en la construcción de un ambiente institucional predecible y
transparente que genere certidumbres, y en la resolución pacífica de las
controversias, hacen que la función judicial se constituya en uno de los
pilares fundamentales de la democracia en el país (CEJA, 2003).
El presente documento aplica algunos de los conceptos utilizados en
el marco teórico desarrollado por Douglass C. North (1990) sobre ins-
tituciones, organizaciones y cambio institucional. North ha hecho una
contribución fundamental al explicar el desempeño económico de las
sociedades a partir de la evolución de sus instituciones. La naturaleza de
las formaciones políticas condiciona las características y trayectoria de
las organizaciones. North sostiene que los cambios institucionales son
más relevantes que los tecnológicos para explicar el desarrollo econó-
mico. Factores políticos, sociales y económicos inciden sobre las insti-
tuciones y los grupos sociales; son aquellos grupos que ocupan posi-
ciones sociales dominantes los que, si detectan que las instituciones no
responden a sus intereses, fuerzan los cambios. Desde esta perspectiva,
las instituciones están inmersas en un contexto histórico y constituyen
todas las restricciones creadas por el hombre para dar forma a sus in-
teracciones.
Las limitaciones institucionales comprenden no solo aquellas normas
que prohíben a las personas realizar determinadas actividades, sino
principalmente son reglas por las que el poder político se autocontrola
y se fija límites en el ejercicio del poder. Por ello, es crucial distinguir

101
16 Reforma judicial en Bolivia

entre las reglas del juego que dan forma al funcionamiento de la es-
tructura judicial y la estrategia organizacional de la justicia, orientada
hacia el logro de ciertos objetivos comunes. Así, la reforma del sistema
de justicia es un cambio en las organizaciones, pero sobre todo es un
proceso orientado a identificar y determinar reglas o restricciones for-
males e informales que enmarcan el funcionamiento de lo judicial, a fin
de que el Estado pueda cumplir con su rol de arbitrar los conflictos de
la sociedad.
Hay que señalar que este proceso de cambio institucional no siem-
pre sigue un curso que razonablemente permita el logro de beneficios
totales, es decir, en el que todos los actores ganan; el mercado perfecto
dirían los economistas. La ruta crítica del cambio institucional suele ser
un proceso complejo y difícil, los actores frecuentemente operan sobre
la base de información incompleta, existen diversas agendas, abiertas
y ocultas, intereses heterogéneos; todo lo cual genera decisiones inefi-
cientes. Se refuerza la necesidad de que el proceso político de la mejora
judicial sea planificado, abierto y basado en información evidente.
Esto nos plantea más interrogantes: ¿cuáles son las determinantes
que hacen de la reforma judicial en Bolivia un reto que se escurre pe-
riódicamente? ¿Son factores de tipo institucional (las reglas formales e
informales del juego), o de naturaleza organizacional (el gobierno ju-
dicial y sus estrategias de desarrollo) los que priman en los resultados?
El problema de la efectividad de un plan de innovación judicial pasa,
en gran medida, por entender que las respuestas no vienen solamen-
te de aplicar instrumentalmente procedimientos técnicos de ingeniería
legal o del rediseño de las organizaciones, sino de analizar las institu-
ciones en conexión con las prácticas sociales de su contexto político.
Por tanto, es un proceso integral, donde confluyen múltiples variables.
En ese sentido, el estudio en curso comparte la premisa planteada
por Luis Pásara (2004) que reformar la justicia no consiste en solamente
cambiar leyes, en una suerte de “fetichismo legal”, por el que se cree
que las reformas legales por sí mismas van a cambiar la realidad del
sistema de justicia. Se suele pensar que los problemas de la justicia
tienen origen y explicación en la normatividad legal vigente, por lo
que se cae en la fácil tentación de planear una revisión completa de
la legislación nacional; tarea enorme, compleja y difícil 7. Aquí se pro-
pone que la reforma de la justicia en Bolivia hace parte de un proceso
más amplio de cambio cultural en la forma de administrar la solución

7 Por ejemplo, la Ley del Órgano Judicial establece un proceso de transición máximo
de dos años para que los distintos códigos que rigen la administración de justicia
sean modificados y aprobados por la Asamblea Legislativa Plurinacional (disposición
transitoria tercera).

102
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 17

de los conflictos en la sociedad, que debe ser abordado integralmente,


desde la adecuación normativa, el desarrollo de las organizaciones, la
gestión institucional y la eficiencia de los servicios en beneficio de los
ciudadanos, en el marco de una política pública sostenida, planificada
y evaluada periódicamente, con la participación de múltiples actores,
en un entorno de instituciones políticas y prácticas sociales –formales e
informales– enraizadas en los valores democráticos. Es decir, la reforma
judicial deseada solo es posible en un contexto de instituciones demo-
cráticas robustas.
Desde esa perspectiva holística, se propone un modelo de reforma
integral de la justicia basado en los ejes definidos por la propia Consti-
tución boliviana, en su artículo 178, cuando señala que:
La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta
en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica,
publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico, intercul-
turalidad, equidad, servicios a la sociedad, participación ciudadana, ar-
monía social y respeto a los derechos.
El modelo propuesto está organizado en lo que identificamos como
los principios/ejes más importantes que orientan la actividad judicial y
que de alguna manera agrupan esas múltiples cualidades que la Cons-
titución Política del Estado (CPE) establece. Estos son independencia
y transparencia, accesibilidad e interculturalidad. Para estudiar cómo
trabajan estos principios dentro de la agenda judicial hemos desarrolla-
do tres campos analíticos, que contienen múltiples componentes que
sugieren características específicas que debería cumplir el sistema de
administración de justicia, en cuanto a normas, organización y prácticas
(ver tabla 1).
La matriz de análisis que figura en la tabla 1 busca orientar y contri-
buir al mapeo e identificación de líneas de trabajo en la reforma judicial,
por lo que no es un listado exhaustivo de temas ni pretende ser una
receta; de hecho algunos de sus componentes atienden varios de los
campos. Su finalidad es mostrar la complejidad de cuestiones que invo-
lucra un proceso integral de mejora de justicia; y cómo los principios
constitucionales que orientan la función judicial podrían ser operacio-
nalizados en el campo de las normas, organización y prácticas.

103
18 Reforma judicial en Bolivia

Tabla 1
Matriz de análisis para la reforma judicial
Independencia y
Accesibilidad Interculturalidad
transparencia
Principios

Imparcialidad, probidad, Celeridad, gratuidad, equidad, Pluralismo jurídico,


seguridad jurídica, publicidad, servicios a la sociedad, respeto interculturalidad, armonía
participación ciudadana. a los derechos. social.

Separación de poderes. Igualdad ante la ley. Reconocimiento y


Normas

respeto de la
Predictibilidad judicial. Tutela efectiva. diversidad cultural.

Carrera judicial, capacitación, Capacidad instalada. Plurilingüismo.


nombramientos basados en Cobertura geográfica. Intérpretes.
méritos. Carga procesal y plazos. Peritaje cultural.
Métodos alternativos de Formación plural.
Organización

Autonomía presupuestaria y resolución de conflictos


sistemas de gestión. (MARC), defensa pública.
Gratuidad, oralidad.
Controles disciplinarios. Protocolos de atención.

Rendición de cuentas,
escrutinio público y publici-
dad de las resoluciones.

Capacitación y méritos. Servicios de atención legal Diálogo, coordinación y


para el ciudadano, especializa- cooperación entre
Normas

Evaluación de desempeño. dos en mujeres, menores y jurisdicciones.


jóvenes.
Promoción y ascensos. Difusión de las leyes.
Comunicación a la sociedad.

Fuente: Elaboración propia.

3. El itinerario de la reforma judicial en Bolivia


Desde que la República de Bolivia recuperó la democracia en 1982, en
su proceso de construcción del Estado de derecho, uno de los mayores
desafíos ha sido la consolidación institucional y reforma del sistema
de administración de justicia. En la primera década de continuidad de-
mocrática, no hubo intentos significativos de cambio. A pesar de que
el país reconstruía su institucionalidad democrática, el sector judicial
continuó funcionando bajo los “Códigos Banzer” y la lógica autoritaria
que dejó como legado el periodo anterior de las dictaduras militares 8.
Luego se abriría un largo recorrido, de vastos esfuerzos, un verdadero
itinerario por buscar la transformación de la justicia, que llega hasta
nuestros días.

3.1 La Reforma Constitucional de 1994 (1992-2003)

A principios de los años noventa, la realidad que mostraba el sector


justicia era verdaderamente crítica, si no dramática. El Instituto Lati-
8 La recuperación de la trayectoria histórica de la reforma judicial, amplía y actualiza el
texto preparado por el autor en el documento Propuesta de Política Pública de la Justicia
en Bolivia, CAJ/COSUDE, La Paz, diciembre de 2011.

104
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 19

noamericano para la Prevención del Delito (ILANUD, 1992) efectuó un


profundo diagnóstico sobre la justicia penal en Bolivia, el cual puso en
evidencia los problemas de retardación de justicia, la vulneración de
garantías constitucionales; corrupción, discriminación y selectividad en
contra de sectores desaventajados, además de barreras económicas al
acceso a la justicia.
Frente a este cuadro, se gestó un conjunto de pactos políticos para
llevar a cabo la reforma de la justicia. El 9 de julio de 1992, los partidos
políticos con representación parlamentaria concertaron una estrategia
de modernización del Estado y suscribieron el denominado Acuerdo
Nacional para la Reforma y Modernización del Estado. Un elemento
substancial de ese acuerdo fue impulsar una primera generación de
reformas a la Constitución Política de 1967, que incluyó modificacio-
nes importantes para el sistema de administración de justicia. Como
efecto de este primer acuerdo político, las reformas parciales al texto
constitucional aprobadas en 1994 establecieron la creación del Tribu-
nal Constitucional, Consejo de la Judicatura, el Defensor del Pueblo,
además de un nuevo sistema para la designación de magistrados y el
reconocimiento de las normas propias de las comunidades indígenas,
como mecanismo de solución alternativa de conflictos.
Asimismo, se aprobó una nueva ley de Organización Judicial9, por
la que se integró como parte del poder judicial, a las Cortes Nacionales
del Trabajo y de Minería, así como los Tribunales en materias adminis-
trativa, coactiva fiscal y tributaria, formando la Sala Social, de Minería y
Administrativa de la Corte Suprema de Justicia. Con esto se dio un paso
fundamental hacia la unidad jurisdiccional, ya que dichos tribunales,
hasta ese entonces, eran parte de la jurisdicción especial administrativa.
El año 1993 se creó el Ministerio de Justicia, que alentó diversas
iniciativas legislativas orientadas a reformar la justicia, como la Ley n.º
1602 de Abolición de Prisión y Apremio Corporal por Obligaciones Pa-
trimoniales del 15 de diciembre de 1994, la Ley n.º 1685 de Fianza Jura-
toria contra la Retardación de la Justicia Penal del 2 de febrero de 1996,
la Ley n.º 1760 de Abreviación Procesal Civil y Asistencia Familiar de
28 de febrero de 1997, y la Ley n.º 1770 de Arbitraje y Conciliación del
10 de marzo de 1997. Aquí hay que destacar el liderazgo personal que
impuso la figura del ministro René Blatmann en promover y adelantar
estas iniciativas de cambio.
Por otra parte, se aprobó también la Ley n.º 1674 Contra la Violencia
en la Familia o Doméstica de 15 de diciembre de 1995, que plantea el
desafío de cómo enfrentar la violencia que se da al interior de una fa-
9 República de Bolivia, Ley n.º 1455 de Organización Judicial, La Paz, 18 de febrero de
1993.

105
20 Reforma judicial en Bolivia

milia y, particularmente, aquella dirigida a las mujeres. Posteriormente,


mediante Decreto Supremo n.º 25087 de 6 de Julio de 1998, se aprueba
su reglamento, que introduce la formulación de políticas de prevención
de agresiones, así como el establecimiento de los Servicios Legales Inte-
grales Municipales (SLIM); organismos especializados de apoyo para la
lucha contra la violencia en la familia, como parte integrante de los Pro-
gramas Municipales de la Mujer (PMM), siendo un servicio permanente
de defensa psicosocial y legal en favor de las mujeres, para brindar un
tratamiento adecuado a las denuncias de violencia y discriminación ba-
sadas en género. Mediante Ley n.º 2026 de fecha 19 de octubre de 1999
se aprueba un nuevo Código del Niño, Niña y Adolescente, que regula
el régimen de prevención, protección y atención integral que el Estado
y la sociedad deben garantizar a todo menor de edad, así como dispo-
ne la creación de las Defensorías de la Niñez y Adolescencia, como un
servicio municipal gratuito de protección y defensa sociojurídica depen-
diente de cada gobierno municipal.
La implementación de aquellas reformas constitucionales de 1994
tuvo un hito importante a fines de 1998, con la aprobación de las leyes
del Tribunal Constitucional, Consejo de la Judicatura, el Defensor del
Pueblo, y la designación de sus máximas autoridades por dos tercios de
votos del Congreso Nacional, que fue quizás uno de los pocos casos de
designación de altas cortes donde primaron criterios basados en méritos
e idoneidad profesional, sobre la sola decisión política.
La elección de las nuevas autoridades implicó un conjunto de cam-
bios institucionales significativos en la administración de justicia. Se
creó el Instituto de la Judicatura y se inició un vasto proceso de insti-
tucionalización del ingreso a la carrera judicial. El Consejo de la Judi-
catura asumió la conducción del régimen administrativo y disciplinario
del poder judicial. Por su parte, el Tribunal Constitucional transformó el
sistema de control de la constitucionalidad y la garantía de los derechos
de las personas, generando una profusa jurisprudencia.
Al poco tiempo, el 25 de marzo de 1999, mediante la Ley 1970, se
promulgó un nuevo Código de Procedimiento Penal; que implicó uno
de los mayores cambios en el sistema de enjuiciamiento penal, transfor-
mando un sistema inquisitivo hacia uno de tipo acusatorio, garantista y
oral, que incluyó la participación de jueces ciudadanos (Gálvez y Verás-
tegui, 2010). La reforma procesal penal buscó fortalecer:
(a) Un efectivo cumplimiento de las garantías constitucionales.
(b) Excepcionalidad y proporcionalidad en la detención preventiva.
(c) Eficiencia en la investigación.

106
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 21

(d) Oralidad plena.


(e) Revalorización de la víctima.
(f) Participación ciudadana.
(g) Respeto a la diversidad cultural.
(h) Control sobre la retardación de justicia.
(i) Simplificación del proceso.
(j Control judicial en la ejecución de la pena.
Lo novedoso de este proceso es que no se abocó solamente a em-
prender aquellos cambios normativos, sino que se aplicó un plan es-
tratégico de largo plazo para la implementación de la reforma procesal
penal, coordinado por un Comité Ejecutivo presidido por el ministro de
Justicia, que incluyó la adecuación institucional y administrativa de los
órganos de justicia, la capacitación de los operadores y el acompaña-
miento de la sociedad civil.
En marzo del año 2000, se convocó a un encuentro entre represen-
tantes de la sociedad civil y el Estado, denominado “Diálogo por la
nueva justicia” 10, que retroalimentó el proceso de reforma de la justicia
penal y que se pronunció sobre la necesidad de continuar avanzando y
profundizando las reformas, fortaleciendo los mecanismos de acceso a
la justicia; la independencia judicial, la participación social, el respeto a
los derechos humanos y la interculturalidad. Esta experiencia, aunque
no constituyó necesariamente un proceso de deliberación sostenido o
amplio, fue un primer intento de construir una política pública integral
y concertada.
Paralelamente, se avanzó también en la adecuación institucional de
las entidades encargadas de administrar justicia a sus nuevos roles den-
tro del proceso penal reformado. El 20 de diciembre de 2001, se aprobó
la Ley de Ejecución Penal y Supervisión, a fin de alinear el régimen pe-
nitenciario al nuevo Código Procesal Penal. Igualmente se firmó una ley
para el Ministerio Público (Ley n.º 2175 del 13 de febrero de 2001), que
le atribuye la responsabilidad estatal de ejercer de oficio la acción penal
pública, así como la dirección funcional de la actuación policial en la
investigación de los delitos, además de velar por la legalidad de estas
investigaciones. Con esto, se avanzó en un proceso de fortalecimiento
del Ministerio Público, que significó inicialmente la institucionalización
de la carrera fiscal, la apertura de su Instituto de Capacitación, la crea-
ción del Instituto de Investigaciones Forenses y el establecimiento de
plataformas para la atención a las víctimas. Con la Ley n.º 2496 del 4 de
10 Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Diálogo por la nueva Justicia, La Paz, octubre
de 2000.

107
22 Reforma judicial en Bolivia

agosto de 2003 se crea el Servicio Nacional de Defensa Pública, con la


finalidad de promover la igualdad entre las partes en el juicio penal y
garantizar la inviolabilidad de la defensa, proporcionando defensa téc-
nica penal a todo imputado carente de recursos económicos y a quienes
no designen abogado para su defensa.
Al poco tiempo de la vigencia plena del nuevo Código de Proce-
dimiento Penal, en el país se abre un debate público –que en alguna
medida dura hasta el presente– sobre el espíritu garantista del pro-
cedimiento penal reformado, cuestionando el efecto de las medidas
cautelares. Mediante Ley n.º 2494 del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana, de 4 de agosto de 2003, se aprueba el incremento de penas,
así como se insertan algunas restricciones al régimen de medidas caute-
lares, constituyendo una primera contrarreforma que hasta hoy contri-
buye al incremento de los casos de detención preventiva en las cárceles
de Bolivia. La raíz política de esta reforma legal, tenía mucho más que
ver con el cuadro político de protesta social que vivía el país, que con
responder genuinamente a las demandas ciudadanas de seguridad pú-
blica. Al poco tiempo, en octubre de ese año, renunciaba el presidente
Sánchez de Lozada, y la política nacional basada en la “democracia pac-
tada” empezaba a cambiar de rumbo.
En grandes líneas, puede decirse que en este periodo existieron tres
tipos de iniciativas que convergen sobre el ámbito judicial de Bolivia:
(i) las constitucionales, que se tradujeron en una reforma de la Consti-
tución en 1994; (ii) las estrictamente legislativas, que se materializaron
en una serie de leyes y códigos y; (iii) las dirigidas a reformar procedi-
mientos de gestión y administración. Como se puede apreciar, durante
este tramo recorrido entre las reformas constitucionales de 1994, pasan-
do por la puesta en marcha del Tribunal Constitucional y Consejo de la
Judicatura, la implementación del nuevo Código Procesal Penal y sus
modificaciones del año 2003; la reforma de la justicia boliviana transitó
una ruta de reformas progresivas, parciales, dispersas y algunas veces
contradictorias entre sí, que buscaban dar respuestas a los difíciles pro-
blemas que hasta hoy enfrenta. Al parecer esos grandes acuerdos po-
líticos de inicios de los noventas, que permitieron construir una visión
común entre los actores, se habían agotado, y se hacía necesario volver
a construir unos consensos básicos.

3.2 El plan Justicia para Todos (2003-2005)

Desde el año 2003 al 2005, los poderes públicos: legislativo, judicial y


ejecutivo, impulsaron una serie de acciones vinculadas a la construc-
ción de una política pública para la reforma judicial, contenida en la
propuesta de “Justicia para Todos: Consolidación Institucional del Sis-

108
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 23

tema Judicial”, como parte del proceso de construcción de una política


de acceso a la justicia, que intentaba “constituir un esfuerzo que abre
el desafío a los poderes públicos, a la sociedad civil y a la cooperación
internacional para sumarse a una tarea extraordinaria y urgente necesi-
dad para los bolivianos: Justicia para Todos”.
Este Plan se planteaba sobre la base de:
La seguridad jurídica, debe ser compatible con los procesos de desarro-
llo, los derechos humanos, la realidad nacional, regional y global y los
procesos de transformación del rol y responsabilidades del Estado. Tie-
ne que ser entendida desde una perspectiva más amplia que comprenda
al conjunto de derechos políticos, económicos y sociales del total de la
población, existe la necesidad de examinar, por una parte, si el servicio
de administración de justicia que provee el Estado corresponde a las
necesidades y dimensiones de una población cuyas características de
amplia diversidad cultural, social y étnica revelan las graves deficiencias
de los modelos tradicionales y, por otro lado, evaluar si los emprendi-
mientos de reformas o programas de fortalecimiento apuntan a solucio-
nes efectivas (Rodríguez, 2003).
El marco de referencia en el que se define la reforma judicial parte
de un balance de situación, estableciendo la capacidad institucional y
la demanda de servicio, en relación con la necesidad de la reforma,
sus alcances y limitaciones. Vinculado a los contenidos de este balan-
ce, se realiza un diagnóstico normativo e institucional que establece el
estado de situación de sus distintos órganos, así como las percepciones
políticas y de la sociedad civil. A partir de este análisis de situación, se
propone la estrategia de la reforma judicial, determinando sus áreas de
intervención como reformas horizontales y verticales, la conducción
institucional y los mecanismos de implementación.
Como se identifica de manera clara en el Plan Justicia para Todos,
el acceso a la justicia de los sectores vulnerables y excluidos de la so-
ciedad nunca antes se constituyó en un objetivo central de las reformas
judiciales. Situación mucho más crítica si se evidencia que el acceso ge-
neral de la población a la justicia, especialmente el de los más pobres,
está limitado por un amplio y complejo esquema de barreras, entre las
que se puede mencionar las siguientes: (a) escasa cobertura territorial
de los juzgados, (b) la concentración de las instancias judiciales en las
capitales de departamento, (c) deficiente distribución territorial de los
jueces, (d) insatisfacción con la calidad de los servicios, e) judicializa-
ción de los conflictos, (f) el ritualismo excesivo, (g) costos legales, (h)
intermediación extensa de los abogados y creación de redes de interés,

109
24 Reforma judicial en Bolivia

(i) uso dominante del castellano y discriminación a la población rural


y migrante, (j) además de otras barreras estructurales que hacen a la
geografía y economía del país.
La propuesta ponía de manifiesto que uno de los principales proble-
mas que afecta a vastos sectores de la población boliviana es el hecho
de permanecer excluidos de los servicios de justicia: “Las falencias en la
distribución del servicio y las barreras estructurales a su acceso por to-
das las personas en el territorio de la República”. Y definía las priorida-
des, dónde concentrar los esfuerzos y recursos: “Se trata de cubrir una
deuda de servicio a grandes sectores de la población que, en algunos
casos, se encuentran excluidos del servicio judicial aún desde épocas
prerrepublicanas”. Se sostenía con firmeza: “Es preciso lograr un sistema
judicial que, en la diversidad cultural, étnica y lingüística, garantice los
principios universales que procuren la equidad y paz social.”
Entre los años 2003-2005 se generaron diversas iniciativas orientadas
a ampliar y diversificar la oferta judicial. La apuesta principal se con-
centró en el acceso a la justicia. Así, se dictó el Decreto Supremo n.º
28471 (29-noviembre-2005), que reglamenta el sistema conciliatorio en
Bolivia, como medio alternativo de solución de conflictos.
Asimismo, sobre la base de la propuesta del plan Justicia para Todos,
se dicta el Decreto Supremo n.º 28586, del 17 de enero de 2006, que
crea el Programa Nacional de Acceso a la Justicia, como mecanismo
para posibilitar el acceso a la justicia de los sectores vulnerables de la
población boliviana, a través de la promoción de la educación y cultura
para la paz, el empoderamiento de los sectores más vulnerables de la
sociedad; la aplicación de la Resolución Alternativa de Conflictos y la
coordinación con la justicia formal.
Así, el Programa Nacional de Acceso a la Justicia reconocía los si-
guientes componentes:
1. Centros de Acceso a la Justicia11.
2. Centros Integrados de Justicia.
3. Otros, que en el marco del Programa puedan diseñarse y ejecutar-

11 El artículo 5° del D. S. n.º 28586 estableció el funcionamiento de Centros de Acceso a la


Justicia como “espacios de encuentro entre la justicia y el ciudadano desde una óptica no
formal. Para la instalación de un Centro de Acceso a la Justicia deberá existir un acuerdo
previo entre el gobierno municipal respectivo y el Viceministerio de Justicia, mediante
el cual se halle consensuada y garantizada la provisión de actividades de capacitación
interna y vecinal, coordinación interinstitucional, sistema de voluntariado, espacio físico
de funcionamiento, cobertura de gastos esenciales de funcionamiento e incorporación
progresiva del Centro de Acceso a la Justicia en la estructura del Municipio”; sin embargo,
este servicio no prosperó y posteriormente, en los hechos se sustituyó esta iniciativa por
las denominadas “Casa de Justicia”, como oficinas desconcentradas del Ministerio de Jus-
ticia en capitales del interior del país.

110
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 25

se por el Viceministerio de Justicia, el poder judicial, los gobiernos


municipales u otras instancias vinculadas a la temática.
Derivado de lo anterior, se implementan los Centros Integrados de
Justicia; un espacio de esfuerzo conjunto entre el Poder Judicial, el
Poder Ejecutivo y el gobierno municipal, cuya finalidad principal es
brindar un servicio integral de justicia que posibilite a la población
una solución pronta y oportuna a sus conflictos. Se trata de puntos de
encuentro orientados a posibilitar al ciudadano, en forma gratuita: (a)
información legal básica, (b) orientación jurídica; (c) difusión sobre de-
rechos; (d) educación en derechos; (e) resolución alternativa de conflic-
tos; e incluía (f) la resolución judicial de conflictos a través de los jueces
de los Centros Integrados de Justicia.
En el 2005, los Centros Integrados de Justicia –con el apoyo de la
Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional [United
States Agency for International Development, USAID– se iniciaron como
experiencias piloto en seis distritos de la ciudad de El Alto. Luego, entre
2006 y 2008 se instalaron en Chimoré y en Yungas, en la Villa 1° de
Mayo (ubicada a las afueras de la ciudad de Santa Cruz), y en la popu-
losa zona de Max Paredes, en la ciudad de La Paz. En el 2010, con la
cooperación de la Embajada Real de Dinamarca, el Ministerio de Justicia
planificó expandir este modelo hacia veinte nuevos municipios del área
rural. Al presente, se tiene información que el proyecto se halla en una
etapa previa de construcción de infraestructura, pero no se conoce aún
que hayan ingresado a la prestación de servicios al público.
Como otro elemento de este programa, se planteó la creación de un
sistema de justicia de paz, que aunque llegó a tener reconocimiento
normativo, no fue puesto en práctica. Así, mediante Ley n.º 3324, de
18 de enero de 2006, de reformas a la Ley de Organización Judicial, se
incorpora, como integrantes del poder judicial, a los jueces de paz, para
la resolución de conflictos en la vía conciliatoria y de equidad. Esta Ley
otorgaba a los jueces de paz jurisdicción y competencia para promover
la conciliación en los conflictos individuales, comunitarios o vecinales
que les sean presentados; y resolver en equidad el conflicto, cuando
no se logre la conciliación, sin más limitaciones que las derivadas del
orden público y las que emanen de la Constitución Política del Estado.
Como se puede ver, se hicieron esfuerzos dispersos y variados para
mejorar la oferta de servicios públicos que facilite el acceso a la justicia.
Por una parte, SLIM para atención de mujeres víctimas de la violencia,
Defensorías para la atención legal a los niños y adolescentes, se institu-
yó el Servicio Nacional de Defensa Pública (SENADEP), para la defensa
penal gratuita de sectores de bajos recursos económicos. Por otra parte,

111
26 Reforma judicial en Bolivia

se ensayó acercar la justicia hacia grupos marginados; se intentó –sin


mucho éxito– vincular el órgano ejecutivo con los municipios, mediante
los Centros de Acceso a la Justicia, y luego incluir al poder judicial, con
la presencia de jueces en los Centros Integrados de Justicia, lo que sig-
nificó, en su momento, algunos avances focalizados en aquellos lugares
donde la cooperación internacional pudo financiar el esfuerzo. Esta
variedad en la oferta de atención legal gratuita tuvo sus luces y sus som-
bras. Por una parte, se buscó brindar respuestas adecuadas a diferentes
problemáticas, lo que generó una multiplicidad de servicios institucio-
nales bastantes heterogéneos, especialmente en calidad de atención al
ciudadano; por otro, no se pudo consolidar un modelo de atención
integral, que articule todas esas modalidades. Finalmente, no hubo o al
menos no se conocen, experiencias de evaluación de los resultados de
todos estos servicios.
Con la meta de mejorar el servicio al ciudadano, se continuaron y
reforzaron algunos avances organizacionales; como el funcionamiento
del Instituto de la Judicatura, la adopción de unos reglamentos para la
carrera judicial y el régimen disciplinario, convocatorias a concursos
públicos, etc., que aunque tuvieron un nacimiento promisorio, duraron
poco; los vientos de cambio congelaron el proceso. Aquí también hubo
liderazgo para la reforma, el del Dr. Eduardo Rodríguez Veltzé, primero
como presidente de la Corte Suprema de Justicia y luego como presi-
dente de la República.
El Plan Justicia para Todos constituyó uno de los principales esfuer-
zos orientados a plantear la reforma judicial como política pública para
el acceso a la justicia. A pesar de que logró armonizar positivamente
una visión común entre los tres poderes del Estado, no se pudo soste-
ner en el largo plazo. Por una parte, su base de legitimación social fue
débil: se planteó como parte de los esfuerzos públicos para mejorar la
oferta estatal, siendo más bien débil su gestión como demanda social.
Faltó una mayor concertación, acompañamiento y participación de la
sociedad civil organizada. Por otra parte, elementos de corte presu-
puestario e institucional también afectaron. Esos fueron años de crisis
económica y déficit público, y políticamente difíciles; la erosión del sis-
tema institucional era creciente. La respuesta fue buena, quizás tardía.
Claro, el contexto en el que se planteó esta reforma fue determinante,
la democracia boliviana pasaba por un momento crítico de inestabilidad
institucional y alta movilización social. Factores determinantes en el fra-
caso de esas medidas.

112
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 27

3.3 Estado plurinacional y justicia plural (2006-2014)

En las elecciones generales de diciembre de 2005 se produjo un cam-


bio fundamental en la democracia boliviana. El ciudadano Evo Mora-
les Ayma ganaba la elección presidencial con una mayoría absoluta,
junto a su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), apoyado por
una verdadera coalición de movimientos sociales y organizaciones
indígenas. Se gestó un nuevo cuadro político, que a pesar de conte-
ner los rasgos de una alta polarización, significó la construcción de
una mayoría política que le daba una gran base social de respaldo
y apoyo ciudadano a su programa de cambio político. Una de sus
principales ofertas electorales fue la convocatoria a una asamblea
constituyente, para proceder con una reforma total de la Constitu-
ción Política del Estado.
Al efecto, entre junio de 2006 y enero de 2009, el país vivió un dilata-
do proceso constituyente, que se concretó con la aprobación, mediante
referéndum nacional, de una nueva Constitución Política del Estado,
con un apoyo ciudadano expresado en las urnas superior al 60%, lo que
le daba una gran legitimación social. Al mismo tiempo, el poder judicial
vivía una de las etapas de mayor crisis institucional, afectado por pre-
siones del órgano ejecutivo, que culminaron en renuncias de varios de
sus principales magistrados; acefalías que dejaron paralizado por casi
tres años al Tribunal Constitucional y generaron una mora procesal en
el despacho de causas. Paradójicamente, se vivía un cuadro inverso al
periodo anterior; había un proyecto de cambio judicial con apoyo so-
cial, pero los actores políticos y operadores del sector justicia estaban
enfrentados y habían perdido la visión común que guiara la política
pública de reforma y acceso a la justicia.
En este acápite describiremos las principales políticas orientadas a la
reforma del sistema de administración de justicia desarrolladas en este
último período.
Mediante Decreto Supremo n.º 29272 (12 de septiembre de 2007),
el gobierno nacional aprobó el Plan General de Desarrollo Económi-
co y Social de la República, denominado “Plan Nacional de Desarro-
llo: Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien,
Lineamientos Estratégicos”. Uno de sus ejes fundamentales incluía un
conjunto de iniciativas para la reforma de la justicia.
La propuesta del cambio se orientó a construir una justicia plural,
participativa, transparente, esencialmente restaurativa, con equidad e
igualdad. Se plantea descolonizar la esfera judicial construyendo, de
manera participativa y comunitaria, un sistema de justicia plural e inte-
gral. El Plan promueve la participación, el control social y la inclusión

113
28 Reforma judicial en Bolivia

de los sectores poblacionales, históricamente marginados, en el acceso


a la justicia y el ejercicio de los derechos fundamentales.
La propuesta está orientada a:
[…] transformar el Estado colonial, neoliberal y patriarcal en un Estado
comunitario, donde las mujeres, grupos generacionales y las personas
con capacidades diferentes ejerzan plenamente sus derechos en todas
las dimensiones y ámbitos que hacen al desarrollo de sus existencias,
desterrando toda forma de discriminación, marginación, exclusión y vio-
lencia.
Para ello, se plantean las siguientes líneas estratégicas de acción:
1. Nacionalizar la justicia descolonizando el derecho, que consiste
en transformar el sistema judicial tomando en cuenta la realidad
económica, social, política y cultural del país en base a principios
y valores de igualdad, equidad, tolerancia, respeto a la diferencia,
participación social y no discriminación.
2. Institucionalizar la plena vigencia de la justicia comunitaria, me-
diante la promoción del respeto, ejercicio y reconocimiento del
sistema de derecho indígena existente en Bolivia, de tal forma
que las decisiones emanadas de los pueblos indígenas originarios
y comunidades sean valoradas y asumidas, principalmente por el
poder judicial, con ese horizonte de construir una sociedad plu-
rinacional comunitaria, buscando ante todo la reafirmación de la
identidad cultural de los pueblos indígenas. Para ello, se propo-
ne la compatibilidad, complementariedad y coordinación entre el
ejercicio de la justicia ordinaria y la justicia comunitaria.
3. Erradicar la corrupción institucionalizada, implementando medidas
administrativas, judiciales y legislativas. Con ese fin se buscará im-
plementar mecanismos de participación y control social, para trans-
parentar la gestión pública y de los servidores públicos, constituyén-
dose en instrumentos por los cuales el pueblo organizado participa
y controla las acciones de la administración estatal, sustentado en
alianzas estratégicas con movimientos indígenas y sociales.
4. Reducir las brechas sociales, económicas, políticas y culturales
por razón de género, generacional y personas con discapacidad.
Consiste en la restitución de los derechos de la población más
vulnerable en la perspectiva de establecer una cultura de igualdad
y equidad respetando las diferencias; que destierre toda forma de
discriminación, marginación, exclusión y violencia que afecta a las
mujeres, jóvenes, adolescentes, adultos mayores, niñas, niños y
personas con capacidades diferentes.

114
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 29

5. Promover el pleno ejercicio de los derechos fundamentales de


la persona, desde una visión multicultural, que priorice los dere-
chos sociales, políticos, económicos y culturales, que adquieren
una importancia de primer grado en las políticas públicas; recon-
ceptualizando lo jurídico a partir de los derechos individuales y
colectivos, acorde a la realidad actual del país, contraponiendo
un sistema judicial que reconozca la justicia como un modo de
convivencia inclusiva y solidaria, que promueva el bien común, el
mayor beneficio público y su gran relevancia para la realización
efectiva de los derechos, exigibles por sus titulares.
Es así que, de conformidad a lo establecido en aquel Plan Nacional
de Desarrollo, se estableció la necesidad de promover el acceso a una
justicia plural, participativa, transparente, esencialmente restaurativa
con equidad e igualdad. El Plan Nacional de Derechos Humanos, 2009-
2013, aprobado por Decreto Supremo n.º 29851 de 10 de diciembre de
2008, define el derecho de acceso a la justicia como uno de sus objeti-
vos para:
Promover que la administración de justicia como servicio público ju-
dicial, esté sometida a procesos de planificación, gestión, evaluación y
control social, bajo los principios de equidad e igualdad en defensa y
protección de los derechos humanos de la población litigante, obede-
ciendo a un cambio de justicia integral con justicia plural, participativa,
transparente, principalmente restaurativa, preventiva y descolonizadora.
Bajo este nuevo marco, el Ministerio de Justicia creó las Casas de
Justicia, con el objeto de viabilizar el acceso a la justicia de los sectores
vulnerables de la sociedad boliviana, cuyas atribuciones, de acuerdo a
la Resolución Ministerial n.º 79/06, de 27 de octubre de 2006, son las
siguientes:
(a) Orientación y/o asistencia legal gratuita, asistencia psicológica,
médica y social, conciliación y patrocinio legal gratuito para casos
administrativos y judiciales de filiación.
(b) Resolución alternativa de conflictos en el marco de los derechos
humanos y las garantías constitucionales de las personas.
(c) Defensa y restitución de derechos, acompañando y representan-
do. Exigencia de sanciones ante los tribunales y autoridades com-
petentes.
(d) Fortalecimiento de los conocimientos y la participación de las
organizaciones de la sociedad civil, generando procesos planifica-
dos y sistemáticos encaminados a motivar a ciudadanos y ciudada-
nas, a adoptar nuevas actitudes o comportamientos en el ámbito
de los derechos humanos y las garantías constitucionales.

115
30 Reforma judicial en Bolivia

(e) Promoción y procesamiento de las iniciativas de la sociedad civil


sobre las reformas a la normativa jurídica vigente.
(f) Ejercer representaciones del Ministerio de Justicia en el ámbito
departamental.
Al presente, las Casas de Justicia se han constituido en una suerte de
brazo social del Ministerio de Justicia en las capitales de departamento,
teniendo presencia solamente en la ciudad de La Paz y Cochabamba;
constituyendo una iniciativa con escasa cobertura para la atención de
poblaciones rurales.
Luego de un referéndum nacional, el 7 de febrero de 2009, se pro-
mulga la nueva CPE, que define a Bolivia como un Estado unitario social
de derecho plurinacional comunitario; libre, independiente, soberano,
democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías, fundado
en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y
lingüístico (art. 1º). “Define que entre los fines y funciones del Estado,
este debe garantizar […] la protección e igualdad de las personas y pue-
blos, […] así como fomentar el respeto mutuo y diálogo intercultural”
(art. 9-2). El nuevo texto constitucional reconoce un amplio catálogo
de derechos fundamentales (individuales, colectivos y de los pueblos
indígenas) así como garantías jurisdiccionales, estableciendo la vigencia
y preeminencia de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos
en el orden interno. La vigencia plena, realización y respeto de estos
derechos es el gran desafío del Estado boliviano.
La nueva CPE abre vías pertinentes al sistema de administración de
justicia del Estado Plurinacional. El modelo de gestión judicial respon-
de al principio del “pluralismo jurídico”, estableciendo que la función
judicial es única y que se ejerce mediante la jurisdicción ordinaria, la ju-
risdicción agroambiental, la jurisdicción constitucional y la jurisdicción
indígena originario campesina (art. 179). Se presenta un Consejo de la
Magistratura que es parte del Órgano Judicial, encargado del régimen
disciplinario, así como del control y fiscalización de su manejo admi-
nistrativo y financiero; además de responsable de la formulación de
políticas para su gestión (art. 193).
La nueva Constitución define que la potestad de impartir justicia
emana del pueblo boliviano (art. 178). Entre las innovaciones más lla-
mativas del nuevo texto constitucional se tiene la elección de las más
altas autoridades del Órgano Judicial mediante voto popular y sufragio
universal, y el reconocimiento constitucional de la justicia indígena
originario campesina, que tiene igual jerarquía a la justicia ordinaria.
Dentro de este nuevo marco constitucional, la Asamblea Legislativa
Plurinacional ha tenido la tarea de proceder al desarrollo legislativo de

116
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 31

la esfera judicial. En los últimos años se han aprobado diferentes leyes


destinadas a reorganizar el sistema de justicia.
Primero, mediante la Ley n.º 004 de Lucha contra la corrupción, en-
riquecimiento ilícito e investigación de fortunas “Marcelo Quiroga Santa
Cruz”, del 31 de marzo de 2010, se crean los Tribunales y Juzgados
Anticorrupción, los cuales tendrán competencia para conocer y resolver
procesos penales en materia de corrupción y delitos vinculados, todo
inspirado en el respeto al pluralismo jurídico. Al presente, esta jurisdic-
ción especial no se ha implementado.
Luego se aprobó la Ley n.º 007, de 18 de mayo de 2010, de mo-
dificaciones al sistema normativo penal, que introduce reformas
al Código Penal y al Código Procesal Penal, constituyendo una
segunda contrarreforma, ya que entre otros cambios, se amplían
los plazos legales de detención preventiva, lo que ha generado un
colapso en el sistema carcelario por las condiciones de sobrepobla-
ción y hacinamiento.
Por la Ley n.º 025 del Órgano Judicial, de 24 de junio de 2010, se re-
gula la estructura, organización y funcionamiento del “nuevo” Órgano
Judicial. Lo propio mediante Ley n.º 027, de 6 de julio de 2012, por la que
se establece la organización del Tribunal Constitucional Plurinacional.
En fecha 29 de diciembre de 2010, se promulga la Ley n.º 073 de
Deslinde Jurisdiccional, a objeto de regular los ámbitos de vigencia
entre la jurisdicción indígena originaria campesina y las otras jurisdic-
ciones reconocidas constitucionalmente; y determinar los mecanismos
de coordinación y cooperación entre estas jurisdicciones, en el marco
del pluralismo jurídico.
A la par de definir la nueva organización de la esfera judicial, se
diseñó un proceso de transición para pasar del poder judicial fundado
en la Constitución reformada de 1994, hacia los nuevos órganos de la
justicia establecidos en la nueva CPE de 2009. Al efecto, inicialmente se
aprueba la Ley n.º 003 de Necesidad de Transición a los nuevos entes
del Órgano Judicial y Ministerio Público, de 13 de febrero de 2010, a
objeto de disponer el período de transición para la implementación de
las nuevas leyes,
[…] a fin de garantizar el funcionamiento y la continuidad del servicio
de administración de justicia, así como efectuar la convocatoria a elec-
ciones de Magistradas y Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia,
del Tribunal Agroambiental, del Tribunal Constitucional Plurinacional y
de los Miembros del Consejo de la Magistratura.

117
32 Reforma judicial en Bolivia

Derivado de ese alcance, se declaran transitorios todos los cargos


judiciales, otorgando al presidente del Estado, facultades extraordinarias
para que, por decreto supremo, designe autoridades interinas de dichos
entes jurisdiccionales 12. A partir de aquello, algunos sectores políticos y
de la opinión pública expresaron cuestionamientos a la independencia
de aquellas autoridades así nominadas frente al órgano ejecutivo 13. Par-
ticularmente ha llamado la atención de ciertos observadores externos,
la actuación de algunos fiscales en casos de interés político, así como el
procesamiento de múltiples autoridades públicas de anteriores gestio-
nes gubernamentales14.
Destacar también que se aprueban las Leyes del Órgano Electoral y
de su Régimen para los procedimientos electorales 15, entre los que se
reglamentan los procesos de elección por voto popular de los magistra-
dos del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional; para luego proceder
a la convocatoria a las elecciones del 16 de octubre de 2011, para la
elección de las máximas autoridades nacionales de los nuevos entes del
sistema de justicia. El proceso transitó un camino accidentado. Diversos
sectores políticos de la oposición y de la sociedad objetaron la fase de
preselección de candidatos, a cargo de la Asamblea Legislativa, que
lejos de efectuar una calificación de méritos, resolvió en base a una vo-
tación política de mayoría. La insatisfacción se tradujo en una campaña
por el voto nulo y en blanco, que se impuso en las urnas sobre los votos
válidos a favor de los electos16.
Pasadas las elecciones judiciales, en fecha 23 de diciembre, se pro-
mulga la Ley n.º 212, de Transición para el Tribunal Supremo de Justicia,
Tribunal Agroambiental, Consejo de la Magistratura y Tribunal Constitu-
cional Plurinacional, que dispone la conclusión de funciones y extinción
institucional de la Corte Suprema de Justicia, Tribunal Agrario Nacional,
Consejo de la Judicatura y Tribunal Constitucional al 31 de diciembre de
2011 y regula la transición, traspaso, transferencia y funcionamiento or-
denado y transparente de la administración financiera, activos, pasivos,
así como de las causas pendientes a los nuevos órganos.

12 Presidencia del Estado Plurinacional, Decreto Supremo n.º 432, de 17 de febrero de 2010.
13 Con esta ley, el ejecutivo designó por decreto supremo a 18 altas autoridades del Poder
Judicial; en (Aitor Airtor Iraegui, La democracia en Bolivia, Ed. Plural, La Paz, diciembre
de 2012, p.194).
14 Comunidad Europea preocupada por juicio a expresidentes, Semanario Pulso n.º 544, 20
de marzo de 2010. La ONU preocupada por la proliferación de acusaciones de desacato
en Bolivia, La Razón, La Paz, 10 de febrero de 2012.
15 Ley n.º 018 del Órgano Electoral Plurinacional de 16 de junio de 2010 y Ley n.° 026 del
Régimen Electoral de 30 de junio de 2010.
16 Luis Pásara, Elecciones judiciales en Bolivia: Una experiencia inédita, La Paz: Fundación
para el debido proceso/Fundación Construir, 2014.

118
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 33

El 2 de enero de 2012 juraban a sus cargos los nuevos magistrados


y consejeros electos por voto popular. En sus tres años de funciones,
pese a intentos encomiables por avanzar en la agenda de la justicia
plural, ciertos hechos de corrupción, redes de extorsión, opacidad en
nombramientos interinos inferiores y deficiencias administrativas, junto
a una escasa capacidad de planificación y trabajo conjunto de los orga-
nismos de la justicia, dejan el sello de una amplia insatisfacción en la
administración judicial.
Por ejemplo, dichos órganos del sistema judicial han aprobado sus
planes estratégicos institucionales definiendo cada uno sus prioridades,
pero no existe un plan maestro del sector justicia concertado entre ellos.
Se intentó la creación de un consejo superior del sistema de justicia, que
no ha podido generar un plan nacional de reforma judicial, lo que ha
paralizado el compromiso de la cooperación internacional para acompa-
ñar este proceso. Al interior de los cuatro cuerpos colegiados, las pugnas
de poder se han reflejado en la rotación de las respectivas presidencias,
debilitando el liderazgo y continuidad institucional en los planes de re-
forma. Este período habría adolecido de un referente claro, un champion
que fuera vocero de las reformas. El liderazgo político se difuminó, entre
la rotación e intermitencia de una serie de ministras de Justicia que suce-
dieron al cargo, legisladores que no defendían las reformas y finalmente
autoridades judiciales electas por el voto que no formaron el capital po-
lítico suficiente para implementarlas y expandirlas.
En el 2012 el Ministerio de Justicia presentó el Plan Sectorial de
Justicia Plural 2013-2015, que propone desarrollar seis pilares estraté-
gicos de acción: 1) formación y capacitación de recursos humanos,
2) desarrollo normativo, 3) desconcentración judicial, 4) infraestructura
tecnológica, 5) recursos económicos, y 6) fortalecimiento de la justicia
indígena. Este Plan no fue concertado con los órganos operadores de
la justicia, y resulta muy difícil comprender cómo esta cartera de Estado
podría ser cabeza de sector, cuando al frente tiene un Órgano del Esta-
do a cargo de la función judicial.
En diciembre de 2012 las máximas autoridades nacionales de la justi-
cia convocaron a la Primera Cumbre Judicial Plurinacional, realizada en
La Paz, y luego reiterada en julio de 2013, que contó con la participa-
ción de diversas organizaciones sociales, la que entre sus conclusiones
demandó subir del 0,15% al 3% del Presupuesto General del Estado
(PGE), lo que significa incrementar 19 veces los fondos que recibe; me-
diante la incorporación de recursos económicos del Impuesto Directo a
los Hidrocarburos (IDH) para una autonomía económica. Este proceso
fue deslegitimado por el Ejecutivo, cuando la ministra de Justicia lo
calificó como un “total fracaso” y que sus conclusiones constituían un

119
34 Reforma judicial en Bolivia

pliego petitorio al erario nacional17. Lo cierto es que el encuentro no ter-


minó en un plan de implementación o una agenda común entre todos
los órganos judiciales, ni recibió el apoyo político necesario para poder
avanzar en sus metas trazadas.
En julio de 2014, el Ministerio Público presentó su Plan Estratégico
Institucional 2014-2018, que traza diez objetivos estratégicos: 1) política
criminal, 2) acceso a la justicia, 3) autonomía institucional, 4) cultura
de Paz, 5) incremento de la cobertura, 6) protección y asistencia de
víctimas y testigos, 7) capacidades de investigación penal, 8) tecnología
y comunicaciones, 9) recursos humanos idóneos y ética, y 10) moder-
nización de los sistemas de gestión. Este es un Plan comprensivo y
ambicioso, pero que de manera clara orienta la gestión estratégica de la
institución en el área de su competencia.
A nivel normativo, en este período se continuó con la obra legisla-
tiva. En marzo de 2013 se aprobó la Ley n.° 348 Integral para garanti-
zar a las Mujeres una Vida libre de Violencia. Sin embargo, pese a los
avances e instrumentos que crea la nueva Ley, las limitaciones y brechas
en el sistema judicial subsisten, como la existencia de pocos juzgados
especializados, además de la escasez de fiscales y médicos forenses,
sobrecarga procesal, capacitación deficiente de los operadores, y bajas
asignaciones presupuestarias para los servicios de atención y albergue
de las mujeres víctimas (Roosta y otros, 2014).
En este tiempo también se aprobó el Código Procesal Constitucional,
por Ley n.º 254 de 5 de julio de 2012, con la finalidad de regular los pro-
cesos ante la jurisdicción constitucional. En fecha 19 de diciembre de
2013, se promulga la Ley n.° 463 de creación del Servicio Plurinacional
de Defensa Pública, bajo tuición del Ministerio de Justicia, como insti-
tución descentralizada encargada del régimen de defensa penal pública
de las personas denunciadas, imputadas o procesadas penalmente.
Se han aprobado importantes códigos en diversas materias, como el
nuevo Código de Procedimiento Civil (Ley n.º 439 de 19 de noviembre
de 2013), el Código de Familias (Ley n.º 603 de 19 de noviembre de
2014) y el Código Niña, Niño, Adolescente (Ley n.º 548 de 23 de julio
de 2014). Los tres códigos establecen que se deberá elaborar y ejecutar
el correspondiente Plan de implementación, incluyendo componentes
de gestión, reglamentación, creación y redistribución de juzgados en las
tres materias, infraestructura y tecnología, formación y reclutamiento de
jueces, en fin, en sí mismo, un verdadero programa de reforma judicial,
sin embargo, al presente su nivel de implementación es mínimo o ha
sido diferido.

17 La Razón, Cumbre sugiere aumentar 19 veces el presupuesto judicial, 25 de julio de 2013.

120
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 35

Dentro de la reforma de la justicia civil, se promulgó la Ley n.º 483


del Notariado, de 25 de enero de 2014, que organiza y regula el ejer-
cicio de la función notarial, con la innovación de introducir la “vía no-
tarial voluntaria”, que permitiría desjudicializar diversos procesos don-
de no haya contención. Así podrían resolverse, por acuerdo de partes
ante esa vía, desde divorcios consentidos hasta trámites menores que
usualmente requerían una orden judicial; lo que se espera contribuya a
reducir la carga judicial.
Esta Ley fue impugnada ante el Tribunal Constitucional, y ocasionó el
juzgamiento y destitución, por parte de la Asamblea Legislativa, de tres
magistrados que admitieron la causa y adoptaron la suspensión de la
norma como medida cautelar; lo que claramente afectó las condiciones
de independencia de dicho órgano constitucional.
El 30 de octubre de 2014, se promulgó la Ley n.º 586 de 30 de octubre
de 2014 de Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Procesal
Penal, con el fin de agilizar las causas penales y reducir la retardación de
justicia. Esta norma establece un conjunto de modificaciones al proceso
penal; como por ejemplo el archivo de causas inactivas por más de un
año, la eliminación de los jueces ciudadanos en los tribunales de Senten-
cia, así como la reducción del plazo máximo de detención preventiva, de
36 meses a 24 meses si no se hubiera dictado sentencia, a la vez que se
establecen delitos inexcarcelables −de manera indefinida− como corrup-
ción, seguridad del Estado, femicidio, asesinato, violación a menores e
infanticidio. Al momento de escribir la presente investigación, la medida
está en progreso e inicialmente ha logrado algunos avances en el despa-
cho de causas rezagadas de los juzgados cautelares. Queda la pregunta,
¿el gran problema de la justicia penal es solo de congestión de causas?
Finalmente, volviendo al campo de las políticas públicas, se ha apro-
bado la Ley 650 del 15 de enero de 2015, que adopta la “Agenda Patrió-
tica del Bicentenario 2025” como un nuevo plan nacional de desarrollo.
Entre los trece pilares que plantea, se refiere a lo judicial en el 11º: “So-
beranía de la Transparencia en la Gestión Pública, bajo los principios de
no mentir, no robar y no ser flojo”; a través de una de sus metas: “Bolivia
cuenta con un sistema judicial transparente, sin burocracia, con ética y
compromiso con la verdad, con idoneidad, respeto y cumplimiento pleno
de las leyes que garantiza justicia en plenitud para todos y todas”. Con
ese fin, las “Directrices de Planificación de Mediano y Largo Plazo hacia
la Agenda Patriótica 2025”, tienen como uno de sus objetivos específicos:
“2.3.5.: Constituir una sociedad intercultural segura, justa y armoniosa,
con plena justicia plural, sin discriminación ni explotación”. Aunque al
presente no se conocen sus contenidos, el nuevo plan parece otorgarle
un rol menor a la reforma judicial entre los grandes objetivos estratégicos

121
36 Reforma judicial en Bolivia

del desarrollo nacional, ya que no le asigna un eje específico al tema,


relegándolo al grupo de materias de tratamiento prescindible.

3.4 El caso de la justicia penal y el hacinamiento en las cárceles

La realidad judicial de Bolivia muestra múltiples facetas de crisis y


debilitamiento institucional; constituyendo el campo penal uno de
los más sensibles porque expresa el espacio de coerción del Estado
sobre sus ciudadanos. Un índice de más del 70% de rezago en las
causas muestra la grave situación de retardación de justicia (Oficina
del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos hu-
manos, OACNUDH, 2013). Hechos de corrupción que obligaron al
fiscal del Estado a intervenir la Fiscalía del departamento de La Paz.
Redes de extorsión y un abultado número de denuncias a jueces en
el sistema disciplinario, reflejan el estado de relajamiento y descon-
trol en el sistema.
El rostro más dramático de esta situación lo muestra el sistema
penitenciario, quizás la consecuencia más grave de este proceso de
descomposición. Bolivia actualmente cuenta con una población car-
celaria de 14 415 privados de libertad (INE, 2013) de los cuales 11 996
(83%) se encuentran en detención preventiva. Esta situación se agra-
va en las ciudades del eje central del país, puesto que concentran
más del 70% de la carga procesal a nivel nacional. Así, mientras que
en departamentos con menor carga procesal, como Beni, la tasa de
presos sin condena es del 66%, en la ciudad de Santa Cruz esta cifra
es del 89%, y en la ciudad de La Paz un 87%, llegando a estimarse
que prácticamente casi nueve de cada diez internos e internas en las
ciudades de La Paz y Santa Cruz se encuentran en situación de pri-
sión preventiva 18. El año 2012 la Red Regional de Justicia Previa al
Juicio publicó las tasas de prisión preventiva en la región y expuso
la grave situación en Bolivia, que se encuentra en el primer lugar
en cuanto al uso excesivo de esta medida coercitiva, según indica la
gráfica 2.

18 De acuerdo a datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística de Bolivia,


a diciembre de 2013 el departamento de Beni tuvo una población carcelaria de 743
personas, de las cuales 491 (66%) se encontraron en situación de prisión preventiva,
mientras que en Santa Cruz la población fue de 5.578 personas, de las cuales 4.969
(89%) estaba en situación de prisión preventiva. En la ciudad de La Paz, la población
carcelaria es de 2.909 internos(as) de los(as) cuales 2.537 (87%) está en situación de
prisión preventiva.

122
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 37

Gráfica 2
Índices de prisión preventiva en la región

Bolivia 16 84

Perú 42 58

Argentina 48 52

Brasil 58 42

Mexico 59 41

Colombia 70 30

Chile 75 25

0 20 40 60 80 100 120

Presos % Presos Preventivos%

Fuente: Red Regional de Justicia Previa al Juicio 2012.

A continuación, la tabla 2 refleja el incremento de la población car-


celaria en el país los últimos diez años:
Tabla 2
Población carcelaria en Bolivia y niveles de hacinamiento
Población carcelaria Población carcelaria con Total población Porcentaje de
Año con sentencia detención preventiva carcelaria hacinamiento
20

2001 1 830 3 747 5 577 119%


2002 2 133 3 932 6 065 129%
2003 1 235 4 434 5 669 121%
2004 1 705 4 790 6 495 138%
2005 1 764 5 029 6 793 145%
2006 1 799 5 232 7 031 150%
2007 2 011 5 672 7 683 163%
2008 2 193 5 240 7 433 158%
2009 1 999 6 074 8 073 172%
2010 2 147 7 259 9 406 200%
2011 1 890 9 626 11 516 245%
2012 2 109 12 163 14 272 304%
2013 2 419 11 996 14 415 298%

19
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional del Régimen Penitenciario.

Al incremento del porcentaje de hacinamiento en las cárceles de


Bolivia, consignado en la tabla 2, se suman los efectos negativos de
esta cifra, como la sobrepoblación carcelaria; los últimos diez años en
Bolivia, el número de presos se ha duplicado, pero las capacidades ins-
taladas en los penales se han mantenido, lo que genera condiciones de
hacinamiento cercanos al 300%, el segundo más alto de América Latina.
Una reciente investigación desarrollada por la Pastoral Social Cáritas
19 Los recintos carcelarios en Bolivia tienen capacidad para albergar a 4 700 internos (CIDH,
2007).

123
38 Reforma judicial en Bolivia

Bolivia (2013), expone que los casos más graves de hacinamiento se


dan en las cárceles de Quillacollo (Cochabamba), construida para 30
personas y que actualmente alberga a 320; San Roque (Chuquisaca) con
capacidad para 60 y actualmente con 402; Palmasola (Santa Cruz) que
tiene 5 000 privados de libertad y cuya capacidad es de 600 personas;
San Pedro (La Paz) con capacidad para 800 personas y actualmente con
una población de 2 300 personas. Los casos de Riberalta, Guayaramerín,
Trinidad y San Sebastián son igualmente críticos.
El Informe “La crisis del sistema penitenciario en Bolivia” del Defensor
del Pueblo en 2103, establece una relación de los niveles de hacinamien-
Tabla 3
Hacinamiento carcelario en Bolivia: datos detallados por prisiones
Ocupación de
Departamento Recinto Capacidad actual Población actual
cárceles en %
La Paz San Pedro 800 2 158 270%
Chonchocoro 103 177 172%
Qalauma 150 106 71%
C.P.F. Miraflores 100 85 85%
C.O.F. Obrajes 245 292 119%
Santa Cruz Palmasola V. 600 4 732 789%
Palmasola M. 200 429 215%
Montero 30 262 873%
Portachuelo 20 28 140%
Puerto Suárez 30 84 280%
Cochabamba S. Sebastián V. 602 659 109%
S. Sebastián M. 128 223 174%
San Antonio 343 411 120%
El Abra 400 542 136%
S. Pablo Quillacollo 30 309 1,030%
S. Pedro Sacaba V. M. 103 188 183%
Beni Mocoví – V. 120 428 357%
Trinidad 20 32 160%
Riberalta 40 156 390%
Guayaramerín 20 146 730%
Pando Villa Busch V. M. 80 296 370%
Tarija Morros Blancos 160 420 263%
Yacuiba 70 245 350%
Chuquisaca San Roque 60 457 762%
Cantumarca 150 331 221%
Potosí San Miguel Uncía 140 79 56%
Oruro San Pedro 140 596 426%
Total 4 884 13 871 284%

Fuente: Elaboración propia con datos proporcionados por el Defensor del Pueblo y el Servicio Plurinacional de Defensa Pública.

to en cárceles del país, como se puede apreciar en la tabla 3.


Esto tiene diversas causas; unas externas, que hacen a los cambios

124
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 39

normativos en el sistema penal, y otras internas ligadas a la gestión


judicial. En los últimos años se han generado diversas modificaciones
al ordenamiento jurídico penal boliviano, algunas tendientes a la crea-
ción de nuevos tipos penales y al incremento de penas, otras a am-
pliar las facultades de los jueces y fiscales para solicitar y aplicar la
detención preventiva, y finalmente una reforma específica amplía los
plazos procesales fijados para la investigación preliminar, el estudio de
las actuaciones policiales y cesación de la detención preventiva (Orias,
2013). Las modificaciones introducidas por estas reformas significan un
retorno al sistema inquisitivo donde el juez tenía amplias facultades dis-
crecionales, y también han generado hasta nuestros días un incremento
en la población carcelaria que se encuentra en situación de detención
preventiva en el país (Orias, 2012).
En el frente interno, los problemas de la justicia penal se relacionan
con las deficiencias de la gestión institucional y el limitado control ju-
risdiccional, incluyendo los frecuentes cambios de fiscales y suspensio-
nes de audiencias; escasa incidencia del procedimiento abreviado; uso
abusivo del sistema de excusas, recusaciones y otros recursos dilatorios
por las partes; y paralización de los procesos en los que no existe
una parte interesada (generalmente la víctima) que impulse el proceso
(OACNUDH, 2013). Por otra parte, esta lógica punitiva se impregnó en
la práctica de fiscales y jueces. Durante los últimos años de la crisis judi-
cial, se ha generado una disminución en el uso de medidas sustitutivas
a la par de un incremento en el uso de la detención preventiva como
expone la tabla 4.

Tabla 4
Relación: aplicación de la detención preventiva y salidas alternativas
durante el período 2008 - 2010
Población carcelaria con Aplicación de medidas
Departamento
detención preventiva sustitutivas
2008 5 240 3 586
2009 6 074 3 603
2010 7 259 3 120

Fuente: Elaboración propia en función a datos proporcionados por el Servicio Plurinacional de Defensa Pública y
Fundación CONSTRUIR en su investigación “Reforma Procesal Penal y Detención Preventiva de 2012”.

En relación a los criterios que, a grandes rasgos, concurren como


generadores de la crisis en la administración de justicia penal, y conse-
cuentemente a la aplicación de la prisión preventiva como respuesta a
la demanda ciudadana de justicia, puede mencionarse a la acumulación
de causas o sobrecarga procesal y a una insuficiencia de recursos hu-
manos, técnicos y financieros. Empero, cada institución que forma parte
de la administración de justicia penal y penitenciaria tiene una situación
particular y diferenciada relacionada a estos criterios.

125
40 Reforma judicial en Bolivia

La sobrecarga procesal está vinculada directamente a la concentra-


ción de causas en un número reducido de funcionarios. Una investi-
gación desarrollada por la Fundación CONSTRUIR (2012), expuso los
niveles alarmantes de carga procesal en actores jurisdiccionales dentro
de la etapa preparatoria a juicio oral, cifras que además evidenciaron
la situación desigual entre la Defensa Pública y el Ministerio Público
en cuanto a la asignación de causas. Además, mientras los fiscales son
asistidos por un conjunto de actores en la investigación, los defenso-
res públicos deben darse medios para reunir las pruebas de descargo,
pero además tienen en contra diversos factores como la insuficiencia de
medios económicos y tecnológicos para realizar su trabajo, y el acceso
a información pronta respecto a su defendido. En relación a las capaci-
dades instaladas en los juzgados penales cautelares, la tabla 5 expone
la cantidad de jueces disponibles para atender las causas que ingresan
en la etapa previa a juicio oral, escenario donde se define el uso de la
prisión preventiva.

Tabla 5
Número de juzgados de Instrucción Penal Cautelar en Bolivia (2008-2013)

Número de Número de Número de Número de Número de Número de


Ciudades juzgados juzgados juzgados juzgados juzgados juzgados
gestión 2008 gestión 2009 gestión 2010 gestión 2011 gestión 2012 gestión 2013

Sucre 3 3 3 3 3 3
La Paz 10 10 10 10 10 10
El Alto 5 5 5 5 5 5
Cochabamba 7 7 7 7 7 7
Oruro 3 3 3 3 3 3
Potosí 3 3 3 3 3 3
Tarija 3 3 3 3 3 3
Santa Cruz 14 14 14 14 14 14
Trinidad 2 2 2 2 2 2
Cobija 2 2 2 2 2 2
Total 52 52 52 52 52 52

Fuente: Fundación CONSTRUIR, en base a datos proporcionados por el Consejo de la Magistratura (período 2008-2013).

La tabla 6 expone el hecho de que en los últimos años la carga pro-


cesal que ingresa a juzgados se amplificó en un 42%, pese a que en
2013 el número de jueces de Instrucción Penal Cautelar incrementó en
un 33%, lo que supone −en un sistema ya saturado por la sobrecarga
procesal− que esta medida fue insuficiente para lograr cambios en la
eficiencia del sistema.

126
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 41

Tabla 6
Carga procesal por juzgado de Instrucción Penal Cautelar (2011-2013)

2011 2012 2013


Ciudades Número de causas Número de causas Número de causas
ingresadas ingresadas ingresadas

Sucre 6 546 9 275 12 834


La Paz 24 610 30 229 38 106
El Alto 16 543 16 950 27 441
Cochabamba 25 625 29 980 30 932
Oruro 6 127 7 189 5 786
Potosí 3 847 2 766 5 300
Tarija 4 183 5 058 7 511
Santa Cruz 48 729 58 360 69 709
Trinidad 7 457 6 011 6 289
Cobija 2 976 3 438 4 609
Total 146 643 169 256 208 517

Fuente: Fundación CONSTRUIR, en base a datos proporcionados por el Consejo de la Magistratura.

En cuanto al Ministerio Público, cabe mencionar que un diagnóstico


de 2012 respecto a las capacidades instaladas en las fiscalías distritales
permitió desarrollar un plan estratégico de fortalecimiento institucional,
que derivó en un incremento del 200% en su presupuesto de gestión,
que permitió fortalecer las capacidades instaladas en términos de in-
fraestructura, tecnología y recursos humanos 20. Así, en 2013 hubo un
aumento en el número de fiscales de materia del 17% a nivel nacional
(tabla 7), pero además evidencia que a partir de 2010 se atiende la ne-
cesidad de incrementar el recurso humano disponible para cursar las
causas penales que ingresan a juzgados.
Tabla 7
Número de fiscales de materia a nivel nacional (2008-2013)

Número de Número de Número de Número de Número de Número de


fiscales fiscales fiscales fiscales fiscales fiscales
gestión 2008 gestión 2009 gestión 2010 gestión 2011 gestión 2012 gestión 2013

414 414 414 424 424 498

Fuente: Fundación CONSTRUIR (2014).

Asimismo, la Fiscalía General del Estado Plurinacional ha buscado


soluciones para la sobrecarga procesal generada por las reformas pe-
nales, particularmente el impacto de la Ley 007 en el incremento de
causas, a partir de un sistema que pone en práctica la aplicación de
criterios de oportunidad provistos por la ley y también la aplicación de
procedimientos abreviados en los casos que proceda.

20 Fiscalía General del Estado Plurinacional, Plan Estratégico Institucional, disponible en:
http://virtual.fiscalia.gob.bo/serfiscal/plan_estrategico_institucional.pdf

127
42 Reforma judicial en Bolivia

Pese a ello, la carga procesal asignada a cada fiscal ha continuado en


ascenso, puesto que, de acuerdo a datos proporcionados por la Fiscalía
General del Estado Plurinacional en el Plan Estratégico Institucional, en
2013 la carga procesal nacional asignada a cada fiscal fue aproximada-
mente de 466 casos en total durante todo el procedimiento penal. En
2011 la carga procesal para fiscales de materia en la etapa preparatoria
a juicio oral era de 179 casos, situación que permite aseverar también
que pese a los esfuerzos desarrollados por mejorar las capacidades res-
pecto de la carga procesal, esta ha sufrido un incremento notable para
la gestión 2013 (Fundación Construir, 2014).
En relación a las capacidades instaladas en el Servicio Plurinacional de
Defensa Pública, los datos existentes exponen que su situación es mucho
más crítica que la del Ministerio Público y Órgano Judicial, puesto que el
número de defensores es ampliamente más estrecho que el de fiscales y
jueces y su carga procesal incluye tanto casos atendidos en sede policial,
como aquellas causas penales que patrocinan en juzgados.
La tabla 8 evidencia que entre el 2008 y el 2012 no hubo variación en
términos de capacidad humana para la atención de casos dentro del Servi-
cio Plurinacional de Defensa Pública. El 2013 marcó un aumento de defen-
sores en un 27%, sin embargo esta cifra apenas representa un incremento
de dos defensores por departamento, exceptuando los departamentos de
Pando y Cochabamba en los que no se asignaron nuevos ítems para de-
fensores, situación que llama la atención porque el último es uno de los
distritos con mayor carga procesal a nivel nacional. A partir de los datos
expuestos, podríamos establecer que existe un defensor por cada seis fisca-
les; constituyendo el promedio más bajo de la región de cantidad de defen-
sores públicos por cada 100 000 habitantes, como se constata en la tabla 9.
Tabla 8
Defensores públicos a nivel nacional (2008-2013)

Ciudades Número de Número de Número de Número de Número de Número de


defensores defensores defensores defensores defensores defensores
gestión 2008 gestión 2009 gestión 2010 gestión 2011 gestión 2012 gestión 2013

Chuquisaca 4 4 4 4 4 7
La Paz 18 18 18 18 18 20
Cochabamba 16 16 16 16 16 16
Oruro 4 4 4 4 4 6
Potosí 4 4 4 4 4 7
Tarija 3 3 3 3 3 5
Santa Cruz 12 12 12 12 12 16
Beni 3 3 3 3 3 5
Pando 2 2 2 2 2 2
Total 66 66 66 66 66 84

Fuente: Fundación CONSTRUIR en relación a datos proporcionados por el Servicio Plurinacional de Defensa Pública.

128
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 43

Tabla 9
Defensores públicos cada 100 000 habitantes en la región
Número de defensores por
País Defensores públicos
C/100.000 habitantes
Costa Rica 223 5,73
El Salvador 278 4,26
Guatemala 471 3,92
Honduras 233 3,30
Chile 192 2,10
Paraguay 96 1,70
Bolivia 66 0,80

Fuente: Fundación CONSTRUIR en relación a datos proporcionados por el Servicio Plurinacional de Defensa Pública.

En relación a la carga procesal, de acuerdo a datos proporcionados


por el Servicio Plurinacional de Defensa Pública, la carga por defensor a
nivel nacional para el 2013 fue de 111 aproximadamente. Sin embargo,
una mirada por departamento permite ver que, mientras en las grandes
ciudades el cálculo final establece un promedio de 66 casos penales por
defensor en La Paz, 100 casos en Santa Cruz y 77 casos en Cochabam-
ba; en las ciudades fuera del eje con menor número de defensores, el
promedio de casos es mayor, como en Tarija, donde la carga promedio
es de 292 casos y en Pando cuya carga por defensor tiene un promedio
de 208 casos atendidos.
Tabla 10
Relación carga procesal Ministerio Público y Defensa Pública año 2011
Número de Número de Número de causas
Entidad
funcionarios causas por funcionario
Defensores
21 públicos 66 17 50922 265
Fiscales de materia 412 55 799 179

La insuficiente cobertura del sistema judicial penal es crítica. Úni-


camente el 23% de los municipios cuentan con un fiscal, solo hay 69
defensores públicos en todo el país y el Instituto de Investigaciones
Forenses (IDIF) cuenta con 65 peritos y 54 forenses a nivel nacional.
En suma, el sistema de Justicia Penal muestra un cuadro de colapso,
una creciente carga procesal que ha duplicado su responsabilidad; no
ha tenido los recursos necesarios para el mejoramiento suficiente de sus
capacidades instaladas para atenderla22.
Otro de los factores de esta situación crítica, es que el Estado boliviano
ha venido implementando algunas medidas de política criminal, orien-

21 Incluye casos atendidos en sede policial.


22 El presupuesto global de la justicia en 2013 representó solo un 0,53% del Presupuesto
General del Estado.

129
44 Reforma judicial en Bolivia

tadas a responder al discurso de seguridad ciudadana con medidas de


mano dura, de corte punitivo, como el incremento de penas, la creación
de nuevos tipos delictivos y la restricción al uso de medidas cautelares
sustitutivas al encarcelamiento. La aprobación del nuevo Código de Pro-
cedimiento Penal, el 25 de marzo de 1999, mediante la Ley 1970, implicó
uno de los mayores cambios en el sistema de enjuiciamiento penal, trans-
formando un sistema inquisitivo hacia uno de tipo acusatorio, garantista y
oral. Dicha Ley, inicialmente estableció que la aplicación de la detención
preventiva tendrá un carácter excepcional y solo debería cumplir fines
procesales para asegurar la averiguación de la verdad; evitar la fuga del
imputado y la obstrucción de la investigación. El procedimiento penal
reformado también amplió la gama de medidas cautelares aplicables al
imputado, dando mayores posibilidades para que el imputado se defien-
da en libertad, a través de la inclusión de medidas sustitutivas, como el
arresto domiciliario, la obligación de presentación periódica, la prohibi-
ción de salir del país, la fianza juratoria, personal y real, etc. Esta fue sin
duda la mayor reforma democrática de la justicia, ya que se fundó en la
vigencia de las garantías constitucionales del ciudadano; presunción de
inocencia, debido proceso y derecho a la defensa.
Gráfica 3
Población carcelaria por delitos predominantes

Ley 1008 26%


Robo 23%
Violación 17%
Asesinato 9%
Otros delitos 7%
Homicidio 5%
Estafa y otras 3%
Lesiones Graves y Leves 2%
Hurto 2%
Tentativa de Homicidio 2%
Abuso Deshonesto 2%
Tentativa de Violación 1%
Asistencia Familiar 1%
Falsedad Material 1%

0 5 10 15 20 25 30

Fuente: Dirección Nacional de Régimen Penitenciario (octubre de 2014).

En el país se abre un debate público que dura hasta el presente, cues-


tionando el espíritu garantista del procedimiento penal reformado y el
alcance de las medidas cautelares. Se asienta, en la percepción del públi-
co, la idea de que la reforma procesal penal era demasiado complaciente
con los imputados y que había que endurecer la norma. Mediante Ley
n.º 007 de Modificaciones al Sistema Penal de mayo de 2010, se aprue-

130
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 45

ban algunas restricciones adicionales al régimen de medidas cautelares,


retornando a criterios subjetivos y discrecionales sobre la peligrosidad
social del imputado, lo que ha contribuido al incremento de las tasas de
encarcelamiento.
Pese a que la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional, apro-
bada en febrero de 2009, en su artículo 23 constitucionaliza el garantismo
al definir que la detención solo persigue “asegurar el descubrimiento de
la verdad histórica”, es decir fines procesales, en los últimos años se han
aprobado al menos quince nuevas leyes regresivas y punitivas. Leyes que
han ido creando situaciones −casi casuísticas− de excepción a la regla. Así,
bajo la ideología de leyes duras y penas altas, se ha desdibujado el espíritu
democrático que inspiró a la Reforma Procesal Penal boliviana, con graves
consecuencias para los derechos ciudadanos y con muy poca efectividad.
Si el país quiere atacar el problema del hacinamiento en las cárceles, debe
trabajar en sus causas y no solo en atenuar sus consecuencias.
Esta realidad ha merecido diversas evaluaciones, externas e indepen-
dientes, que explican y resumen la situación de la justicia. Entre las obser-
vaciones finales del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas al
tercer Informe Periódico presentado por Bolivia en 2013, concluyó que:
[…] observa con preocupación que persisten los informes según los cua-
les las injerencias políticas y la corrupción en el sistema judicial son ge-
neralizadas. Se inquieta también el Comité por las grandes demoras en la
administración de justicia y la insuficiente cobertura geográfica del siste-
ma judicial, así como el reducido número de defensores públicos.
La Oficina del Alto Comisionado de NN. UU. para los DD. HH., en su
informe anual del 2013 sobre la situación de los DD. HH. en Bolivia ha
señalado:
…no se ha podido revertir la profunda crisis en la administración de jus-
ticia, caracterizada por problemas estructurales tales como la corrupción,
los retrasos, la insuficiente cobertura de servicios judiciales en el país y
el acceso limitado a la justicia por parte de los sectores más vulnerables.
Estos problemas, entre otros, generan un preocupante rezago judicial y,
en última instancia, impunidad.
En su informe anual del 2014, la Oficina del Alto Comisionado de NN.
UU. para los DD. HH. en Bolivia, resume la situación:
Los principales problemas estructurales de la justicia mencionados en los
últimos informes del Alto Comisionado continúan y se han agravado:
escasa cobertura, altos índices de rezago judicial, impunidad, poca con-
fianza de la ciudadanía en las instituciones judiciales, falta de acceso a
la justicia, escasa independencia judicial y una clara incapacidad para

131
46 Reforma judicial en Bolivia

garantizar el debido proceso. El presupuesto de las instituciones del sec-


tor justicia es insuficiente. Además, el sector es susceptible de corrupción
y de influencias políticas. A comienzos del año, la crisis se profundizó
como resultado de los cambios en las presidencias de las principales
instituciones judiciales, lo que provocó descontento público y declaracio-
nes de altas autoridades de los Órganos Ejecutivo y Legislativo sobre el
desempeño de las autoridades judiciales elegidas en 2011. Se dio inicio a
una discusión en medios sobre el recorte de sus mandatos. La reforma de
la justicia, iniciada hace casi cinco años, no ha arrojado hasta la fecha los
resultados esperados para revertir los profundos y persistentes problemas
estructurales que afectan a la administración de justicia.
Recientemente, la misma Oficina 23, en ocasión de la presentación del
informe sobre Bolivia al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ob-
servó que las “deficiencias estructurales en la administración de Justicia
de Bolivia siguen siendo un desafío mayor en el país” y al mismo tiem-
po pidió “concluir y profundizar la reforma en el sistema judicial para
garantizar su independencia”, resaltando que “La reforma del sistema
judicial, iniciada hace al menos cinco años, no ha eliminado problemas
crónicos como el excesivo y prolongado uso de la detención preventiva
y la impunidad”, afirmando que “Bolivia debe concluir y profundizar la
reforma del sistema judicial para garantizar su efectiva independencia”,
siendo necesario un plan de reforma de la Justicia “que promueva efec-
tivamente la independencia judicial”. Es frente a la magnitud de este
cuadro histórico, de avances y retrocesos, que el proceso de reforma
judicial debe asumir múltiples desafíos.

4. Contexto político institucional


Con la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, de 7 de
febrero de 2009, se inició un proceso de transición constitucional orien-
tado a implementar y poner en marcha los nuevos Órganos del Estado
Plurinacional. En relación a las reformas del sistema de administración
de justicia, como se ha visto en el anterior apartado, se procedió primero
con una fase de desarrollo legislativo: se aprobó la Ley del Órgano Ju-
dicial, Ley del Tribunal Constitucional y Ley de Deslinde Jurisdiccional.
Luego se ingresó a una segunda fase, de conformación o integración de
los nuevos órganos de justicia, mediante la elección por voto directo de
sus máximas autoridades. Ahora se hace necesario seguir adelantando
la transición constitucional, mediante el desarrollo de la nueva agenda
de justicia para la construcción de una política pública de acceso a una
justicia plural, intercultural, transparente e independiente.
23 Los Tiempos, ONU ve fallas en la justicia y pide independencia, Cochabamba, 26 de mar-
zo de 2015.

132
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 47

El contexto político en el que se sitúa la reforma está marcado por


cuatro factores, que deben orientar el proceso de cambio judicial.
Democracia y Estado de derecho. El proceso de reforma del sistema
de justicia, debe ser un proceso de reforma democrática. No solo en sus
formas y procedimientos, sino también en sus contenidos; por lo que
debe constituir un proceso participativo, basado en el diálogo público y
la deliberación entre todos los actores, entre el Estado y la sociedad civil.
El sistema de administración de justicia materializa la función arbitral
del Estado en la solución de conflictos que se dan entre los miembros de
la sociedad, y entre estos y los poderes públicos. Específicamente, la CPE
define que la carrera judicial constituye garantía de la independencia judi-
cial. Por ello, es fundamental garantizar el acceso igualitario a una justicia
independiente, transparente y predecible, puntal para fortalecer el Estado
Social de Derecho y el orden democrático sobre la base del imperio de la
constitución, que obliga a todos por igual, a gobernantes y gobernados.
Derechos humanos. El proceso de reforma del sistema de justicia,
debe ser un proceso orientado a crear condiciones que garanticen la
tutela efectiva de los derechos fundamentales y las garantías constitu-
cionales, frente a eventuales abusos o vulneraciones provenientes de
autoridades públicas, judiciales o administrativas, así como de los par-
ticulares. En esta materia, la nueva CPE deja claro que el bloque de
constitucionalidad está integrado por los tratados y convenios interna-
cionales de DD. HH., que tienen prevalencia en el orden interno.
Plurinacionalidad e interculturalidad. El proceso de reforma del sis-
tema de justicia hace parte del proceso integrador de construcción del
Estado Plurinacional. En ese sentido debe construir las condiciones que
garanticen los derechos de los pueblos indígenas, originarios y campe-
sinos, así como la interculturalidad y plurilingüismo de los órganos de
administración de justicia.
Inclusión y equidad. El proceso de reforma del sistema de justicia
debe también enfocar sus esfuerzos en contribuir a la cohesión e in-
clusión social, eliminando situaciones de discriminación y desigualdad
de oportunidades, creando condiciones de equidad para los grupos
sociales más desfavorecidos y con menores recursos para la defensa de
sus derechos, como las mujeres, niños, adolescentes, adultos mayores
y personas con alguna discapacidad, además de pueblos indígenas y
afrodescendientes.

Condiciones políticas para la reforma judicial

Como se ha dicho al principio de este documento, el presidente Mora-


les, en ocasión de su tercera posesión presidencial ha convocado a un

133
48 Reforma judicial en Bolivia

proceso de reforma profunda del sistema de administración de justicia,


luego de declarar como fracaso las elecciones judiciales ensayadas en
el país haciendo eco a la creciente demanda social.
Es necesario construir las condiciones políticas que aseguren que
la reforma del sistema de justicia sea un proceso genuino de reforma
democrática. No solo en sus formas y procedimientos, sino también en
sus contenidos; por lo que debe abrir un proceso ampliamente partici-
pativo, basado en la concertación política, el diálogo público y la deli-
beración entre todos los actores, entre el Estado y la sociedad civil. Para
asegurar la sostenibilidad y credibilidad de las reformas, sus principales
lineamientos deben reflejar un gran acuerdo nacional entre los prin-
cipales actores políticos; caso contrario el proceso de cambio judicial
repetirá los vicios del cálculo político de corto plazo.
Específicamente, la CPE define que la carrera judicial constituye ga-
rantía de la independencia judicial, como elemento del principio de
separación de poderes, mandato que deberá guiar este proceso.
Así, el principal desafío político tiene que ver con cómo garantizar el
acceso igualitario a la justicia para la tutela de los derechos humanos,
articulando justicia ordinaria, justicia indígena y sistemas alternativos de
solución de conflictos.
La reforma judicial debe ser un proceso planificado, a partir de un
diagnóstico empírico, basado en evidencia, del que se pueda construir
una propuesta técnica, financiera y políticamente viable, con claridad
en los objetivos, con una estrategia de implementación, con metas me-
dibles, que puedan ser monitoreadas y evaluadas periódicamente.
Finalmente, está la voluntad política y la cuestión de quién lidera
la reforma. A nivel institucional el contexto actual también presenta
diversos desafíos. Por una parte, por primera vez desde la recupera-
ción de la democracia, Bolivia tiene un gobierno electo por el 64% de
votos, lo que ha permitido obtener más de dos tercios en la Asamblea
Legislativa, alterando el equilibrio; los pesos y contrapesos constitu-
cionales. Hoy, se cuenta con un Órgano Ejecutivo dominante, lo que
ha creado oportunidades para una mayor centralización del poder y la
posibilidad de influir en la composición de los otros órganos del Esta-
do, afectando el principio de independencia y separación de poderes
para un debate pluralista.
Por otra parte, el denominado proceso de cambio tiene una amplia
legitimación social, expresada en las altas votaciones obtenidas por el
partido de gobierno y en el referéndum constitucional; pero este apoyo
social no logró transmitirse hacia los candidatos seleccionados para las
elecciones judiciales de octubre de 2011. Asimismo, en la región los

134
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 49

poderes judiciales no siempre han sido propensos a autorreformarse, y


suelen encapsularse en sí mismos; pero no puede haber reforma judi-
cial sin jueces, ya que ellos serán los encargados de su implementación
práctica. En los resultados finales, los magistrados electos obtuvieron
menor votación que los votos nulos, a la vez que no hubo un alto índi-
ce de abstencionismo. Es decir, los ciudadanos bolivianos participaron,
concurrieron a las urnas y votaron para que se construya una nueva
institucionalidad en la esfera judicial.
Esto plantea el doble reto de cómo construir la credibilidad pública
de los órganos judiciales y darle eficiencia institucional en su funciona-
miento, a un sistema judicial recibido en situación muy precaria, colap-
sado históricamente por la retardación de justicia y estigmatizado por
la corrupción.
Ha llegado el momento de que la sociedad civil organizada; universi-
dades, colegios profesionales, entidades civiles, contribuyan al desarrollo
de la nueva agenda de justicia para la construcción de una política pública
de acceso a una justicia plural, intercultural, transparente e independiente.

5. Reforma constitucional de la justicia


La nueva CPE define al pluralismo jurídico como uno de los ejes del
sistema de administración de justicia del Estado Plurinacional, que com-
prende dos elementos centrales concatenados: (a) garantías constitucio-
nales y (b) organización del sistema de justicia.
Con las primeras se protegen y hacen valer los derechos humanos
del ciudadano frente a la potestad pública de administrar justicia, y con
la segunda se le da estructura y organización a esta potestad jurisdic-
cional del Estado. En un Estado de Derecho, la una no se entiende sin
la otra. La organización judicial está hecha para realizar los derechos de
las personas, por ello la justicia constituye un servicio público. Es desde
este enfoque, centrado en derechos, que se debe orientar todo proceso
de reforma democrática de la justicia.
El nuevo texto constitucional, en su Título IV, establece un marco de
garantías jurisdiccionales y acciones de defensa de los derechos de las
personas, individuales y colectivas. Se establece un verdadero derecho
de acceso a la justicia y protección legal efectiva, que se expresa en su
art. 115: “Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los
jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos”,
así como es deber del Estado “garantizar el derecho al debido proceso,
a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transpa-
rente y sin dilaciones”.

135
50 Reforma judicial en Bolivia

En ese espíritu se establece, además, el derecho a la reparación de


las víctimas (art. 113), la presunción de inocencia (art. 116), el debido
proceso (art. 117), el derecho a la defensa (art. 11) y el derecho a ser
juzgado por una “autoridad jurisdiccional competente, independiente
e imparcial” (art. 120), así como el derecho a la asistencia legal gratuita
(art. 121).
La organización constitucional del sistema de impartición de justicia
se sustenta en los principios de independencia, probidad, celeridad,
gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la
sociedad, participación ciudadana y respeto a los derechos (art. 178).
Se adopta un sistema de justicia plural, formulada en una sola justicia
con diversas expresiones. La CPE establece que la función judicial es
única, con diversas jurisdicciones; la jurisdicción ordinaria, la jurisdicción
agroambiental y la jurisdicción indígena, originaria y campesina, que en
igual jerarquía entre ellas, están todas bajo el control de constitucionali-
dad ejercido por el Tribunal Constitucional Plurinacional (art. 179).
La jurisdicción ordinaria se funda en los principios procesales de
gratuidad, publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad,
honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia, accesibilidad, inmediatez,
verdad material, debido proceso e igualdad de las partes (art. 180).
Esta se ejerce por el Tribunal Supremo de Justicia, los tribunales de-
partamentales de justicia, los tribunales de Sentencia y los jueces. Es
competencia de la jurisdicción ordinaria impartir justicia en materia
penal, civil, comercial, familiar, niñez y adolescencia, tributaria, admi-
nistrativa, trabajo y seguridad social y anticorrupción. Las y los magis-
trados del Tribunal Supremo de Justicia se eligen mediante sufragio
universal, previa preselección de los postulantes a cargo de la Asam-
blea Legislativa. El resto de los jueces se desempeñarán de acuerdo a
un régimen de carrera judicial.
El Consejo de la Magistratura es la instancia responsable del régi-
men disciplinario de la jurisdicción ordinaria y agroambiental, así como
del control y fiscalización de los recursos, además de la formulación
de políticas para su gestión. Esta instancia se rige por el principio de
participación ciudadana, (art. 193). Entre sus atribuciones tiene la de
“designar, mediante concurso de méritos y exámenes de competencia
a los jueces de partido y de instrucción”, así como preseleccionar a las
candidatas y candidatos para la conformación de los Tribunales depar-
tamentales de Justicia; además de evaluar el desempeño de los admi-
nistradores de justicia, elaborar auditorías jurídicas, así como realizar
estudios y estadísticas (art. 195).

136
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 51

La jurisdicción agroambiental es ejercida por el Tribunal y jueces


agroambientales, con competencia para resolver cuestiones en materia
agraria, forestal, ambiental, de aguas, derechos de uso y aprovechamiento
de los recursos naturales renovables y de la biodiversidad (art. 189).
La jurisdicción indígena originaria campesina se ejerce por sus pro-
pias autoridades y aplicarán sus principios, valores culturales, normas
y procedimientos propios. Se establece expresamente que esta jurisdic-
ción “respeta el derecho a la vida, el derecho a la defensa y las garantías
constitucionales” (art. 190).
También se señala que “El Estado promoverá y fortalecerá la justi-
cia indígena originaria campesina”. La Ley de Deslinde Jurisdiccional,
determinará los mecanismos de coordinación y cooperación entre la
jurisdicción indígena originaria campesina con la jurisdicción ordinaria,
agroambiental y todas las jurisdicciones constitucionalmente reconoci-
das” (art. 192 - III).
El Tribunal Constitucional Plurinacional vela por la supremacía de
la Constitución, ejerce el control de constitucionalidad, y precautela el
respeto y la vigencia de los derechos y las garantías constitucionales
(art. 196). Lo innovador en la nueva CPE es que este Tribunal debe ser
integrado por magistrados elegidos mediante sufragio universal, con
criterios de plurinacionalidad, con representación del sistema ordinario
y del sistema indígena de justicia. Tiene como competencia resolver
asuntos de puro derecho sobre la constitucionalidad de las normas le-
gales, así como conflictos de competencias entre los poderes públicos,
las autonomías, y las jurisdicciones establecidas.
Se establece que el Ministerio Público defenderá la legalidad y los
intereses generales de la sociedad, y ejercerá la acción penal pública;
funciones que cumplirá de acuerdo con los principios de legalidad,
oportunidad, objetividad, responsabilidad, autonomía, unidad y jerar-
quía (art. 225), bajo la conducción de un Fiscal General del Estado,
designado por dos tercios de votos de la Asamblea Legislativa, previa
convocatoria pública y calificación de capacidad profesional y méritos,
a través de concurso público (art. 227).
Finalmente, mencionar que la nueva CPE incluye un capítulo sobre
“Participación y Control Social”, que establece que la sociedad civil
organizada ejercerá el control social a la gestión pública en todos los
niveles del Estado (art. 241), por lo que comprende a las entidades del
sistema de administración de justicia.
Este régimen establece que las entidades del Estado generarán espa-
cios de participación y control social, y se define que la participación
social deberá darse en la formulación de las políticas, en la transparen-

137
52 Reforma judicial en Bolivia

cia de la información pública, y en los procedimientos de observación


pública para la designación de los cargos que correspondan (art. 242).
Van seis años de vigencia de la nueva constitución, un plazo breve
como para una evaluación de sus resultados. Lo cierto es que el sistema de
elección judicial por voto no ha satisfecho las expectativas, y el propio Pre-
sidente ha convocado públicamente a una cumbre nacional para analizar
su reforma y, eventualmente, un referéndum para aprobar su modificación.

6. La reforma legislativa de la justicia


La propia CPE fija algunos elementos para la transición constitucional
del sistema de justicia. En efecto, la disposición transitoria segunda se-
ñala que la Asamblea Legislativa Plurinacional sancionará la Ley del
Órgano Judicial, la Ley de Tribunal Constitucional, entre otras. Procede-
remos a estudiar algunos aspectos de estas normas legales, en relación
a la política pública de acceso a la justicia.
Ley n.º 025 del Órgano Judicial
En cumplimiento de ese mandato se aprobó a Ley n.º 025 del Órgano
Judicial, de 24 de junio de 2010, que regula la estructura, organización y
funcionamiento del “nuevo” Órgano Judicial. Uno los principios que esta-
blece la Ley, es el de accesibilidad, entendido como “La obligación de la
función judicial de facilitar que toda persona, pueblo o nación indígena
originaria campesina, ciudadano o comunidad intercultural y afrobolivia-
na, acuda al Órgano Judicial, para que se imparta justicia” (art. 30-9).
Se afirma, respecto del principio de gratuidad, lo siguiente:
[…] el acceso a la administración de justicia es gratuito, sin costo alguno
para el pueblo boliviano; siendo esta la condición para hacer realidad el
acceso a la justicia en condiciones de igualdad. La situación económica
de las partes, no puede colocar a una de ellas en situación de privilegio
frente a la otra, ni propiciar la discriminación (art. 3-8).
En aplicación de este principio se establece la supresión de timbres,
valores y aranceles judiciales que gravan a los litigantes24.
Por otra parte, se establece la conciliación como “medio de solución
inmediata de conflictos y de acceso directo a la justicia, como primera
actuación procesal”. Se determina que “los jueces están obligados a pro-
mover la conciliación de oficio o a petición de parte, en todos los casos
permitidos por ley” (arts. 65 al 67). La ley otorga competencia a los
jueces en materia civil y comercial “para aprobar el acta de conciliación,
24 La Ley 212 establece que: I) A partir del 3 de enero de 2012, se suprime y elimina todo
pago por concepto de timbres, en todo tipo y clase de proceso y 2) A partir del 3 de enero
de 2013, se suprime y elimina todo pago por concepto de formularios de notificación y
papeletas de apelación, en todo tipo y clase de proceso.

138
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 53

en las demandas orales o escritas en pretensiones personales, reales y


mixtas sobre bienes inmuebles, muebles, dinero y valores”, lo que cons-
tituye un enorme retroceso con relación a la Ley 1770 de Conciliación
y Arbitraje, que le daba valor de cosa juzgada al acta de conciliación
suscrita por las partes, sin necesidad de este trámite de homologación
judicial posterior para que tenga eficacia jurídica. Además, esto que se
presentó como un avance, mediante la Ley n.º 212, de fecha 23 de di-
ciembre de 2011, denominada Ley de Transición Judicial, se pospone y
establece que:
El requerimiento, convocatoria y designación, de las conciliadoras y los
conciliadores, se harán de forma posterior a la entrada en vigencia de
los nuevos códigos procesales.
Por lo que esta iniciativa ha sido diferida al menos hasta agosto
de 2015.
Igualmente, no ha sido del todo asertivo atribuir a los jueces civiles
competencia para “conocer y decidir de los procesos de rectificación
o cambio de nombre, ordenando la inscripción en el registro civil, así
como en la oficina de identificación respectiva”; ya que se podrían ha-
ber delegado a la vía administrativa. Un diagnóstico del propio Poder
Judicial sobre la justicia civil, realizado el 2005 refleja que el 66% de la
carga procesal, en materia civil, constituyen demandas contra el registro
civil, en la vía voluntaria, precisamente con solicitudes de tipo docu-
mentario, que podrían ser atendidas por el mismo Servicio del Registro
Civil, evitando esa congestión procesal.
Una de las mayores innovaciones, en relación a la organización ju-
dicial es la creación de los juzgados públicos en materia de violencia
intrafamiliar o doméstica y pública, con atribuciones para aplicar medi-
das de protección que permitan a las víctimas de violencia, su acceso
a centros de acogida, separación temporal de los cónyuges y/o convi-
vientes y prevención de nuevas agresiones, cuando se trate de hechos
flagrantes de violencia o cuando sea evidente la repetición del hecho
(art. 72). Lo mismo se les asigna a los juzgados en materia de niñez y
adolescencia: competencia para disponer la utilización de instrumentos
que eviten la revictimización de niñas, niños y adolescentes en el pro-
ceso de investigación del proceso penal y civil (art. 71).
En su artículo 82 establece juzgados en materia de contravenciones,
con competencia para conocer y resolver de los asuntos establecidos
por ley, en materia de policía, de seguridad y de tránsito. Esta figura
que ya constaba en anteriores leyes de organización judicial, pero que
nunca se implementó, puede ser una interesante opción para la aten-
ción de los denominados delitos de bagatela o escasa relevancia social,

139
54 Reforma judicial en Bolivia

ya que la ausencia de una vía judicial para su tratamiento ha generado


insatisfacción ciudadana.
Otro mecanismo de relacionamiento con la ciudadanía es la imple-
mentación de una plataforma de atención al público en cada sede de
Corte, con el número necesario de ventanillas, las que tendrán como
funciones: 1) Operar y prestar información extraída del sistema infor-
mático judicial; 2) Operar y prestar los servicios de internet e intranet
a fin de informar al mundo litigante sobre el estado de sus causas; y 3)
Otras que le señale la Sala Plena del Tribunal Departamental de Justicia
y el Consejo de la Magistratura (art. 111).
Se dispone que toda persona demandada tiene derecho a ser asistido
por defensoras o defensores de oficio de turno, cuando carezca de uno
propio, para que presten asistencia jurídica al imputado, procesado o
demandado (art. 113), repitiendo el modelo vigente, que presenta diver-
sos problemas debido al escaso control de su trabajo, discrecionalidad y
dispersión de esfuerzos, frente al Servicio de Defensa Pública.
Entre otros servicios de apoyo judicial, establece que los adminis-
tradores de justicia contarán con el apoyo técnico de un equipo profe-
sional interdisciplinario y especializado en distintas ciencias y materias.
Lo que significa una oportunidad para llevar a la esfera judicial otros
saberes, como los de antropólogos, sociólogos y politólogos, que pue-
den tener un rol clave en temas de interculturalidad. Junto a ello, se
dispone que en cada sede judicial deba haber un Registro Público de
peritos, intérpretes y traductores que acrediten su idoneidad de acuerdo
al reglamento.
En aplicación de los principios de publicidad y transparencia, se
establece que la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia y fa-
llos de los Tribunales Departamentales de Justicia, según corresponda,
serán publicados física y electrónicamente, a través de la Gaceta Judi-
cial, dependiente del Consejo de la Magistratura. También se dispone
que el Tribunal Supremo de Justicia y los Tribunales Departamentales
cuenten con una Unidad de Comunicación Social, Relaciones Públicas
y Protocolo.
En relación a servicios de información, se prevé que los tribunales y
juzgados podrán utilizar medios informáticos, electrónicos, magnéticos,
archivos de imagen, programas, bancos de datos y otras aplicaciones de
medios que posibiliten la tecnología para garantizar la autenticidad, in-
tegridad y seguridad de la documentación y las actuaciones procesales.
Estos servicios serán implementados por el Consejo de la Magistratura,
en mérito a los requerimientos jurisdiccionales y de la administración
de justicia, previo informe aprobatorio sobre su vulnerabilidad, presen-
tado por una empresa especializada, conforme al reglamento (art. 121).

140
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 55

En cuanto a la rendición pública de cuentas, el Tribunal Supremo


de Justicia y los Tribunales Departamentales de Justicia, dentro de los
primeros diez (10) días del mes de enero de cada año, en acto público
y solemne informarán sobre la gestión judicial cumplida, destacando los
aspectos más relevantes del ejercicio de la función judicial.
En materia agroambiental, además de las competencias propias del
régimen de tierras, se atribuyen a esta área el conocimiento de accio-
nes para precautelar y prevenir la contaminación de aguas, del aire, del
suelo o daños causados al medio ambiente, la biodiversidad, la salud
pública o al patrimonio cultural respecto de cualquier actividad pro-
ductiva, extractiva, o cualquier otra de origen humano, así como para
establecer responsabilidad ambiental y para la reparación, rehabilita-
ción, o restauración por el daño surgido o causado, sin perjuicio de las
competencias administrativas establecidas en las normas especiales que
rigen cada materia.
Se establece el funcionamiento de juzgados itinerantes, que ejerce-
rán sus labores en una o más sedes temporales y dispone que se deba
aprobar una ley Especial de la Jurisdicción Agroambiental.
En cuanto a las otras jurisdicciones especializadas, serán creadas y
reguladas mediante ley especial sancionada por la Asamblea Legislativa
Plurinacional, según el procedimiento establecido en la Constitución,
aún pendiente en materia administrativa, coactiva y fiscal. Así, la actual
Ley del Órgano Judicial no establece juzgados en esta materia, produ-
ciéndose un vacío jurisdiccional.
El Consejo de la Magistratura se dividirá en dos salas: (a) La Sala
Disciplinaria, que tendrá competencia para resolver todos los trámites
relacionados con temas disciplinarios; (b) Los temas de control y fisca-
lización y todos los demás, serán conocidos y resueltos por la Sala de
Control y Fiscalización.
Se le otorga al Consejo de la Magistratura el desarrollo de las polí-
ticas de gestión del Órgano Judicial, como la formulación de políticas
de gestión judicial y gestión administrativa; realizar estudios técnicos
y estadísticos relacionados a las actividades del Órgano Judicial; crear,
trasladar y suprimir los Juzgados Públicos, de Instrucción y Tribunales
de Sentencia en cada uno de los departamentos o Distritos Judiciales,
de acuerdo a las necesidades del servicio; así como desarrollar políticas
de información sobre la actividad de la administración de justicia e im-
plementar políticas de participación ciudadana y de control social, con
la incorporación de ciudadanas y ciudadanos de la sociedad civil orga-
nizada. También se le encarga disponer de un sistema de información
actualizada y accesible al público, acerca de las actividades tanto del

141
56 Reforma judicial en Bolivia

Consejo como de los tribunales, a los fines de elaborar las estadísticas


de su funcionamiento y contribuir a la evaluación de su rendimiento;
pudiendo al efecto suscribir convenios interinstitucionales en materias
que tengan relación con la administración de justicia, con instituciones
públicas y privadas, nacionales e internacionales.
El artículo 63 de la Ley señala que “Las juezas y los jueces, en el ejer-
cicio de sus funciones, estarán sujetos a la carrera judicial. La evaluación
de su desempeño formará parte del sistema de la carrera judicial”. El
Consejo de la Magistratura tiene competencia para preseleccionar, a tra-
vés de concurso de méritos y examen de competencia, a las candidatas
y candidatos para la conformación de los Tribunales Departamentales
de Justicia y presentar listas ante el Tribunal Supremo de Justicia, para
su correspondiente designación; así como designar, mediante concurso
de méritos y exámenes de competencia, y evaluar el desempeño de los
jueces y las jueces titulares y suplentes de los Tribunales de Sentencia,
de Partido que son los jueces públicos, en todas las materias, y de Ins-
trucción en materia penal.
En cuanto al régimen de carrera judicial, se establece un procedi-
miento de selección y designación de juezas y jueces. El Consejo de la
Magistratura emitirá en los medios escritos de circulación nacional y/o
departamental, según corresponda, convocatoria pública abierta. La ca-
lificación de antecedentes y méritos, así como el examen de competen-
cia, que constituyen requisitos imprescindibles para la selección de pos-
tulantes, se realizarán de manera pública con participación ciudadana.
Se dispone que las organizaciones sociales, entidades de la sociedad ci-
vil legalmente constituidas y la ciudadanía en general, podrán participar
en las distintas fases del proceso de selección y designación de juezas
o jueces y servidoras o servidores de apoyo judicial; y en las audiencias
públicas habilitadas para la selección de las y los postulantes a juezas,
jueces y servidoras o servidores de apoyo judicial, tendrán derecho a
participar sin restricción alguna las organizaciones de la sociedad civil,
a objeto de realizar acciones de observación y control social, con el al-
cance establecido en el numeral 9 del artículo 242 de la CPE (art. 214).
La carrera judicial garantiza la continuidad y permanencia de juezas
y jueces en el desempeño de la función judicial, en tanto demuestre
idoneidad profesional y ética, además de ser evaluado positivamente. El
Consejo de la Magistratura aprobará el reglamento que regule el siste-
ma de ingreso a la carrera judicial, estabilidad, evaluación, promoción,
traslados y permutas, suspensión y destitución de juezas y jueces, y las
y los vocales (art. 215). Otra innovación institucional es la adopción del
sistema escabinado o mixto en la integración de los Tribunales Disci-
plinarios, que estarán compuestos por la jueza o el juez Disciplinario y

142
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 57

dos (2) jueces ciudadanos elegidos del Padrón Electoral, conforme a las
reglas señaladas en el procedimiento penal (art. 192).
Se crea el Defensor del Litigante, dependiente del Órgano Ejecutivo
como una unidad especializada que tendrá atribuciones para hacer se-
guimiento y velar por el buen desarrollo de los procesos disciplinarios
y penales contra autoridades judiciales. Si bien esto podría prevenir
retrasos en la justicia y reducir la endémica corrupción en el sistema de
justicia, la ubicación de este nuevo puesto dentro de la rama ejecutiva
podría afectar a la independencia judicial (OACNUDH, 2011).
En reemplazo del Instituto de la Judicatura, se crea la Escuela de Jue-
ces del Estado, como una entidad descentralizada del Órgano Judicial,
que tiene “por objeto la formación y capacitación técnica de las y los
servidores judiciales, con la finalidad de prestar un eficaz y eficiente
servicio en la administración de justicia”.
Ley Nº 027 del Tribunal Constitucional Plurinacional
Mediante Ley n.º 027, de 6 de julio de 2012, se establece la organi-
zación del Tribunal Constitucional Plurinacional. La justicia constitu-
cional es ejercida por el Tribunal Constitucional Plurinacional y tiene
la finalidad de velar por la supremacía de la Constitución Política del
Estado, ejercer el control de constitucionalidad y precautelar el respeto
y vigencia de los derechos y garantías constitucionales. Asimismo, los
juzgados y tribunales de la jurisdicción ordinaria conocerán las acciones
de Libertad, Amparo Constitucional, Protección de Privacidad, Popular
y de Cumplimiento.
Por otra parte, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), resuelve
los conflictos constitucionales tanto de competencias entre los órganos
públicos del Estado, de las entidades territoriales autónomas y jurisdiccio-
nales, así como también da respuesta a las consultas y recursos realizados
por las autoridades y por quienes estén legitimados para hacerlo.
Considerando que el actual texto constitucional define como tarea
fundamental del TCP, velar y precautelar el respeto y vigencia de los de-
rechos humanos y garantías constitucionales, se hace necesario promover
un proceso de amplia difusión y socialización hacia los poderes públicos
y quienes ejercen funciones jurisdiccionales sobre los instrumentos inter-
nacionales de los derechos humanos, que actualmente forman parte del
bloque de constitucionalidad y son de aplicación preferente frente a la
normativa interna, es decir tienen efecto vinculante y primacía.
Desde que inició sus funciones, la justicia constitucional ha desa-
rrollado una importante jurisprudencia que ha guiado al resto de la
magistratura en relación a la protección de los derechos y garantías

143
58 Reforma judicial en Bolivia

constitucionales; ello define el carácter forzoso de efectuar una organi-


zación y difusión de aquella jurisprudencia, con relación a precedentes
aplicables en materia de procedimientos jurisdiccionales.
Esto cobra particular relevancia en relación a la jurisprudencia que
emita sobre pluralismo jurídico y justicia indígena; que marcará la pauta
en el desarrollo de un sistema de justicia plural e intercultural. Su im-
pulso obliga a reforzar las capacidades del TCP, en relación a contar con
un equipo técnico de peritos culturales.
Es urgente desarrollar una tarea amplia de pedagogía y difusión del
texto constitucional, de sus virtudes y de los principios democráticos
que enarbola, los derechos fundamentales consagrados y la concordan-
cia de estos con la normativa internacional sobre derechos humanos.
Bajo esa perspectiva, el TCP no puede limitarse a desarrollar una labor
meramente jurisdiccional y administrativa; debe promover la difusión
de los derechos previstos en el texto constitucional, las características
de las acciones previstas desde el art. 125 hasta el 136, relacionadas a
la Acción de Libertad, Amparo, Protección de Privacidad, de Inconsti-
tucionalidad, Cumplimiento y Popular; así como promover campañas
informativas, referidas al valor democrático de la Constitución y el res-
peto a los DD. HH.
Ley Nº 073 de Deslinde Jurisdiccional
En fecha 29 de diciembre de 2010 se promulga la Ley n.º 073 de
Deslinde Jurisdiccional, a objeto de regular los ámbitos de aplicación,
entre la jurisdicción indígena originaria campesina y las otras jurisdic-
ciones reconocidas constitucionalmente; y determinar los mecanismos
de coordinación y cooperación entre estas jurisdicciones, en el marco
del pluralismo jurídico.
Se establecen como principios que rigen la justicia plural: (a) respeto
a la unidad e integridad del Estado Plurinacional, (b) relación espi-
ritual entre las naciones y pueblos indígena originario campesinos y
la Madre Tierra, (c) diversidad cultural, (d) interpretación intercultural,
(e) pluralismo jurídico con igualdad jerárquica, (f) complementariedad,
(g) independencia, además de otros dos principios sobre equidad, que
transcribimos textualmente:
• Equidad e igualdad de género. Todas las jurisdicciones reconocidas
constitucionalmente, respetan, promueven, protegen y garantizan la
igualdad entre hombres y mujeres, en el acceso a la justicia, el acce-
so a cargos o funciones, en la toma de decisiones, en el desarrollo
del procedimiento de juzgamiento y la aplicación de sanciones.
• Igualdad de oportunidades. Todas las jurisdicciones garantizan
que las niñas, niños y adolescentes, jóvenes, adultos-mayores y

144
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 59

personas en situación de discapacidad, tengan las mismas posibi-


lidades de acceder al ejercicio de sus derechos sociales, económi-
cos, civiles y políticos.
Se deja establecido que esta jurisdicción respeta y ampara el ejer-
cicio de los derechos humanos y garantías constitucionales, así como
se prohíbe y sanciona toda forma de violencia contra las niñas, niños,
adolescentes y mujeres. De igual forma, se proscribe la pena de muerte
y el linchamiento.
En cuanto al alcance de la competencia material, el artículo 10, si
bien deja claro que las demás jurisdicciones no son competentes sobre
los asuntos que juzga la jurisdicción indígena; en materia penal presen-
ta una larga lista de delitos que no pueden ser conocidos por aquella.
Entre estos tenemos, exclusiones respecto a situaciones en las que el
orden público se encuentra afectado y crímenes de lesa humanidad, a
los cuales se añaden delitos contra el derecho internacional, delito de
terrorismo, trata o tráfico de personas. Se precisa, además, que la juris-
dicción indígena no tiene competencia sobre ningún delito cuya víctima
sea el Estado. Además de estos delitos, la Ley de Deslinde excluye de
la jurisdicción indígena los delitos cometidos en contra de la integridad
corporal de niños, niñas y adolescentes y los delitos de violación, ase-
sinato u homicidio.
De igual forma, tampoco se permite que los indígenas tengan juris-
dicción sobre temas de Derecho Público como “Derecho Laboral, Dere-
cho de la Seguridad Social, Derecho Tributario, Derecho Administrativo,
Derecho Minero, Derecho de Hidrocarburos, Derecho Forestal, Derecho
Informático, Derecho Internacional público y privado, y Derecho Agra-
rio”, excepto la distribución interna de tierras en las comunidades que
tengan posesión legal o derecho propietario colectivo sobre las mismas.
Aquí queda una zona gris que genera confusión y eventuales con-
flictos de competencia, ya que por una parte, según el art. 10 de la
Ley: “La jurisdicción indígena originaria campesina conoce los asun-
tos o conflictos que histórica y tradicionalmente conocieron bajo sus
normas, procedimientos propios vigentes y saberes, de acuerdo a su
libre determinación”.
Por otra, se excluye un conjunto amplio de materias. Quizás varias
de ellas, por su complejidad y régimen de regulación nacional no han
sido ancestralmente conocidas por el sistema de justicia indígena, pero
otras que tienen que ver con la vida en comunidad y que hacen a la
relación entre miembros de la misma, como material penal, civil o agra-
ria, son parte de la competencia que históricamente han ejercido sus
autoridades naturales. De hecho, significa un retroceso con relación a lo

145
60 Reforma judicial en Bolivia

que establece el Código Procesal Penal vigente que, en su artículo 28,


prevé la extinción de la acción penal para un delito que ya haya sido
sancionado por la justicia indígena, para evitar el doble juzgamiento.
La Ley también establece que la jurisdicción indígena originaria cam-
pesina, la ordinaria, la agroambiental y las demás jurisdicciones reconoci-
das, en el marco del pluralismo jurídico, concertarán medios y esfuerzos
para lograr la convivencia social armónica, el respeto a los derechos
individuales y colectivos y la garantía efectiva del acceso a la justicia de
manera individual, colectiva o comunitaria (art. 13), que para ello se con-
certarán mecanismos de coordinación y cooperación entre las autorida-
des de las diferentes jurisdicciones. Los mecanismos buscan, entre otros,
garantizar información transparente y espacios de diálogo sobre la apli-
cación de derechos humanos y la resolución de conflictos (CAJ, 2011a).

7. La reforma organizacional de la justicia


El proceso de implementación de la nueva justicia plural se encuentra
aún en una fase de transición constitucional. Para el cambio del “poder
judicial” hacia el nuevo “Órgano Judicial”, existe aún una fase interme-
dia de traspaso y adecuación institucional, que tiene que ver con un
conjunto de diversos aspectos administrativos y jurisdiccionales. Así,
entre las disposiciones transitorias de la Constitución, se establece que
“en el plazo de un año después que entre en vigencia la Ley del Órgano
Judicial, y de acuerdo con esta, se procederá a la revisión del escalafón
judicial”. Por lo que una de las tareas inmediatas tiene que ver con la
reglamentación de este proceso de revisión de la carrera judicial.
La Ley del Órgano Judicial deja marcado algunos hitos próximos en
esta ruta. Se define que los vocales, jueces, funcionarios judiciales y
administrativos, así como las y los notarios, actualmente en ejercicio,
deberán continuar en sus funciones hasta la designación de las y los
nuevos servidores judiciales. Podrán participar en los próximos proce-
sos de selección y designación que lleven adelante. Lo mismo se esta-
blece en relación al régimen de carrera en el TCP:
Todas las servidoras y servidores del Tribunal Constitucional deberán
continuar en sus funciones hasta la designación de las servidoras y ser-
vidores del Tribunal Constitucional Plurinacional. Podrán participar en
los procesos de selección y designación que lleve adelante el Tribunal
Constitucional Plurinacional, en el marco de sus atribuciones.
El Tribunal Constitucional Plurinacional deberá dictar los reglamentos
necesarios para su organización y funcionamiento, y específicamente se
dispone que, en el término de noventa días de la toma de posesión de los
nuevos magistrados se emitirá el Reglamento de Funciones y Requisitos

146
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 61

de Designación, para convocar de forma pública nacional a concurso de


méritos y examen de competencia para seleccionar y designar en pleno,
a la secretaria o secretario general, directora o director administrativo,
cuerpo de asesores y demás servidoras o servidores necesarios.
Se establece un proceso de transición de dos años para que los dis-
tintos códigos que rigen la administración de justicia sean modificados
y adecuados a esta Ley. La Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional
también señala, como una de sus prioridades, que “en un plazo no ma-
yor de dos años de publicada la presente Ley, se promulgará el Códi-
go de Procedimientos Constitucionales”. Por otra parte, “los juzgados y
salas en materia administrativa, coactiva, tributaria y fiscal, continuarán
ejerciendo sus competencias hasta que sean reguladas por ley como
jurisdicción especializada”. De igual forma, los juzgados contravencio-
nales entrarán en vigencia a partir de la aprobación de una ley especial.
También se dejó sentado que el Instituto de la Judicatura funcionará
de manera transitoria en base a la normativa actual hasta la posesión de
las nuevas autoridades del Consejo de la Magistratura, quienes imple-
mentarán la Escuela de Jueces; que en la actualidad ya se encuentra en
funcionamiento.
Todas las causas pendientes de resolución que se encuentren en la
Corte Suprema de Justicia y Tribunal Agrario de la Nación, al momen-
to de la toma de posesión de las nuevas autoridades, serán resueltas
por las magistradas y magistrados suplentes, hasta su liquidación y sin
perjuicio de que ellos asuman la suplencia cuando sean requeridos. A
efectos de esta labor, los suplentes ejercerán la titularidad como titulares
liquidadores.
Mediante Ley n.º 212, de fecha 23 de diciembre de 2011 se promulga
la denominada Ley de Transición Judicial, con el objeto de regular la
transición, traspaso, transferencia y funcionamiento ordenado y trans-
parente de la administración financiera, activos, pasivos, y causas de la
Corte Suprema de Justicia al Tribunal Supremo de Justicia, del Tribunal
Agrario Nacional al Tribunal Agroambiental, del Consejo de la Judicatu-
ra al Consejo de la Magistratura y del Tribunal Constitucional al Tribunal
Constitucional Plurinacional respectivamente. El artículo 4º-II de la Ley
establece que La Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Agrario Nacio-
nal, el Consejo de la Judicatura y el Tribunal Constitucional entregarán
el inventario de las causas pendientes de resolución al 31 de diciembre
de 2011, clasificadas cronológicamente. También se establece que las
Direcciones y Unidades, que actualmente tienen a su cargo el manejo
administrativo y financiero, bajo tuición del Consejo de la Judicatura,
pasarán de manera transitoria, hasta que se apruebe la nueva estructura

147
62 Reforma judicial en Bolivia

de la Dirección Administrativa Financiera, a depender de la Dirección


Administrativa y Financiera del Órgano Judicial, bajo tutela del Tribunal
Supremo de Justicia.
En relación a las acefalías de vocales, jueces y servidores de apoyo ju-
dicial del Tribunal Supremo de Justicia, Consejo de la Magistratura, Tribu-
nales Departamentales de Justicia; la Sala Plena del Tribunal Supremo de
Justicia y del Consejo de la Magistratura, según corresponda y excepcio-
nalmente, tendrán la facultad de designar a dichas autoridades y personal
de forma provisional, de las nóminas aprobadas por el pleno del Consejo
de la Judicatura; lo que ha abierto las puertas a un amplio margen de
discrecionalidad en la designación de funcionarios provisionales.
Uno de los temas más complejos de la transición tiene que ver con
el despacho de las causas pendientes de resolución a cargo de los ante-
riores entes del poder judicial. Al 2012, e inicio de la transición al nuevo
sistema judicial, el Tribunal Supremo de Justicia tenía que resolver cerca
de nueve mil procesos, el Tribunal Constitucional 2 200 acciones de
tutela y 800 demandas de inconstitucionalidad, y el Tribunal Agroam-
biental tenía cerca de otras 800 causas acumuladas 25. Al respecto, la Ley
de Transición Judicial (Artículo 8) establece que: los magistrados electos
como suplentes conformarán Salas Liquidadoras, hasta su liquidación
final en el plazo de treinta y seis meses, pudiendo la Sala Plena del Tri-
bunal Supremo de Justicia, de manera excepcional, ampliar este plazo
hasta un máximo de doce meses adicionales. Debiendo al efecto, otor-
garles a las Salas Liquidadoras, los recursos técnicos y humanos para las
labores de liquidación de causas. Las causas nuevas, aquellas ingresadas
al Tribunal Supremo de Justicia a partir del 3 de enero de 2012, serán
conocidas y resueltas por las magistradas y los magistrados titulares. Lo
mismo se establece para el Tribunal Agroambiental.
En cuanto el Tribunal Constitucional Plurinacional, la Sala Plena
constituirá una Sala Liquidadora Transitoria, conformada por cinco ma-
gistrados suplentes, quienes serán responsables de la liquidación de
hasta la última acción tutelar ingresada al 31 de diciembre de 2011, en
el marco de la Ley n.° 1836, cuyo plazo no deberá exceder de veinti-
cuatro meses. Las causas ingresadas a los Tribunales de Garantías hasta
el 31 de diciembre de 2011 en sus respectivos asientos judiciales serán
revisadas y resueltas por la Sala Liquidadora del Tribunal Constitucional
Plurinacional.
La nueva Dirección Administrativa del Órgano Judicial, que sustituye
las funciones gerenciales del anterior Consejo de la Judicatura, elabora-
rá el Reglamento Interno del Personal del Tribunal Constitucional Plu-
25 Los Tiempos, Nuevo Órgano Judicial resolverá en tres años miles de causas pendientes,
Cochabamba, 4 de enero de 2012.

148
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 63

rinacional, así como todos los reglamentos necesarios para su correcto


funcionamiento, que serán aprobados por el pleno del Tribunal Cons-
titucional Plurinacional. Mientras se elaboran los reglamentos señala-
dos para el funcionamiento del Tribunal Constitucional Plurinacional,
se mantendrán vigentes los reglamentos internos del anterior Tribunal
Constitucional.
Por otra parte, el Tribunal Supremo de Justicia deberá implementar y
regular progresivamente, la Plataforma de Atención al Público, el Buzón
Judicial y otros servicios. En tanto estos servicios sean regulados e insti-
tucionalizados continuarán en funcionamiento con su personal, bajo la
reglamentación establecida con anterioridad.
En suma, la organización de la justicia en la actualidad se encuentra
en un proceso de metamorfosis institucional. El antiguo poder judicial
se ha extinguido pero no acaba de morir, a la vez que los nuevos órga-
nos de la justicia han nacido, pero no tienen una vida plena aún. Por
un lado debió procesar causas pendientes y rezagadas, como una pe-
sada herencia de retardación de justicia, y por otro un amplio abanico
de nuevos desafíos institucionales por asumir. Se aprobaron las leyes
de creación de los nuevos entes judiciales, pero no se prepararon a las
organizaciones para asumir sus nuevos retos.
En los últimos años, la reforma organizacional de las instituciones
judiciales fue discreta y tuvo un escaso avance de implementación. Por
una parte, externamente, el Ejecutivo bloqueó presupuestariamente va-
rias de sus iniciativas y no se le aseguraron los recursos necesarios, pero
también internamente muchos de sus avances, como las convocatorias
a la institucionalización de cargos, fueron atacados con amparos consti-
tucionales que estancaron los procesos, y los concursos para el ingreso
a la carrera judicial tuvieron tropiezos y fueron fallidos.

8. Acceso a la justicia y reforma judicial

8.1 El acceso a la justicia como derecho

Si bien el derecho de acceso a la justicia no está explicitado textualmen-


te en nuestra Constitución Política vigente, este se desprende −además
de los pactos internacionales suscritos por Bolivia− de la aplicación del
art. 115, que manda:
Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces
y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos. Y
fija, como responsabilidad del Estado, garantizar el derecho al debido
proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones.

149
64 Reforma judicial en Bolivia

El acceso a la justicia es un derecho que permite hacer efectivos


otros derechos que han sido vulnerados o que deben ser reconocidos
a quienes acuden ante el sistema de justicia para solucionar sus conflic-
tos jurídicos. Asimismo, el derecho de acceso a la justicia se configura
como una garantía del derecho de igualdad en la medida que supone
que los Estados deben asegurar que todos los ciudadanos tengan igual-
dad de oportunidades, y hagan efectivo su derecho sin sufrir discrimi-
nación alguna. Así, el derecho de acceso a la justicia se configura como
una garantía fundamental de igualdad ante la ley para la tutela de sus
derechos, con reconocimiento nacional e internacional en el ámbito
regional y universal (Bigien y Kohen, 2006).
El Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, en el art.
14.1 consagra el derecho de acceso a la justicia, al establecer que:
Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia.
Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas
garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial, esta-
blecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de carác-
ter penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos
u obligaciones de carácter civil.
Similar redacción se encuentra en el art. 8.1 de la Convención Ameri-
cana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, que
determina que:
Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y den-
tro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, inde-
pendiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para
la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral,
fiscal o de cualquier otro carácter.
El derecho de acceso a la justicia, también está inmerso en el art. 25
de la Convención, que establece la obligación positiva del Estado de
conceder a todas las personas bajo su jurisdicción, un recurso judicial
efectivo contra actos violatorios de sus derechos fundamentales. La nor-
ma dispone:
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales com-
petentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fun-
damentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas
que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.

150
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 65

2. Los Estados Partes se comprometen:


a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema
legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que
interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de
toda decisión en que se haya estimado procedente el recurso.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha catalogado al
derecho de acceso a la justicia como un derecho fundamental, al seña-
lar que “el acceso a la jurisdicción de parte de la víctima de un delito, en
los sistemas que lo autorizan deviene en un derecho fundamental del
ciudadano y cobra particular importancia en tanto impulsor y dinamiza-
dor del proceso criminal”, también ha destacado que “el derecho a un
proceso judicial independiente e imparcial implica no solo el derecho
a tener ciertas garantías observadas en un procedimiento ya instituido;
también incluye el derecho a tener acceso a los tribunales, que puede
ser decisivo para determinar los derechos de un individuo” (Marabotto,
2003), y que “los tribunales, como mecanismo principal para interpretar
y aplicar la ley, desempeñan una función fundamental para asegurar la
efectividad de todos los derechos y libertades protegidos. Las deficien-
cias del sistema judicial y de la administración de justicia reducen la po-
sibilidad del individuo de tener acceso a la justicia en todas las esferas
de la vida” (CIDH, 2007b).

8.2 El acceso a la justicia como política pública

El acceso a la justicia en Bolivia está estrechamente vinculado a la ins-


titucionalización del sistema judicial. Es decir, así como el acceso a la
justicia para las personas es un derecho, al Estado le recae la obligación
de prestar un servicio público, y como tal debe estar sometido a los
procesos de formulación, planificación, gestión, evaluación e incluso
control social que corresponde a todas las políticas públicas.
Desde ese enfoque, planteamos que la política pública de acceso
a la justicia debe ser comprendida como una política de Estado para
el desarrollo humano, y no solamente como una política orientada al
desarrollo institucional y la gobernabilidad del país, para brindar segu-
ridad jurídica a las inversiones y los negocios.
El desarrollo humano se refiere a un enfoque que se centra más
en la persona humana que en el crecimiento económico. Enfatiza el
desarrollo del potencial humano a través de estrategias que permiten
a las personas y comunidades desarrollar sus capacidades, superar las

151
66 Reforma judicial en Bolivia

condiciones de su exclusión, e integrarse plenamente en sus respectivas


sociedades. Es reconocido que no puede darse solamente por la vía del
desarrollo de las capacidades humanas individuales, sino que requiere
cambios substantivos en el contexto social e institucional en el cual se
verifica.
Desde 1990, los Informes sobre Desarrollo Humano −que anualmente
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) emite–
han analizado los desafíos que plantean la pobreza, las cuestiones de
género, la democracia, los derechos humanos, las desigualdades, la di-
versidad cultural, la globalización, la tecnología, la escasez de agua y el
cambio climático. Durante los últimos años, los Informes sobre Desarro-
llo Humano han señalado con insistencia que estas cuestiones son tanto
políticas como económicas y que se trata tanto de la protección de los de-
rechos humanos, como del fortalecimiento de las instituciones de la de-
mocracia. El principal objetivo del desarrollo humano es permitir que las
personas puedan elegir la clase de vida que desean llevar y brindarles las
herramientas y las oportunidades necesarias para tomar esas decisiones.
En la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas del año 2000,
los jefes de Estado de los países miembros de las Naciones Unidas se
comprometieron a intensificar sus esfuerzos para erradicar la pobre-
za, promover la dignidad humana y la igualdad y fomentar la paz, la
democracia y la sostenibilidad ambiental. La Declaración del Milenio
compromete a los países a llevar a cabo más acciones para combatir la
desigualdad de ingresos, el aumento del hambre, la desigualdad entre
los géneros, el deterioro del medio ambiente y la falta de educación, de
servicios sanitarios y de agua limpia. También incluyen acciones para
reducir la deuda y aumentar la ayuda, el comercio y la transferencia de
tecnología a los países pobres. En ese sentido, por ejemplo, el Informe
2003 analiza las dificultades que interfieren en el desarrollo humano
sostenible e identifica, de forma particular, la necesidad de contar con
instituciones sólidas y un gobierno eficaz para garantizar el Estado de
Derecho y controlar la corrupción.
Al presente, las Naciones Unidas se encuentra en un proceso de consul-
ta y construcción de una nueva serie de objetivos para el desarrollo soste-
nible, una especie de “nuevos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)”,
que guiarán las políticas de desarrollo 2015–2030, y es destacable señalar
que en la síntesis de este proceso, documento denominado “El camino ha-
cia la dignidad para 2030” presentado por el Secretario General de la ONU,
en diciembre de 2014 se incluye como un nuevo objetivo:
Justicia: promover sociedades seguras y pacíficas e instituciones sólidas;
se define que el acceso a los sistemas de justicia imparciales es elemen-

152
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 67

to integral del desarrollo sostenible, y que se debe fortalecer el estado


de derecho en los planos nacional e internacional a fin de garantizar
la justicia para todos; lo que abre nuevas oportunidades para el sector.

8.3 Inclusión social y acceso a la justicia

La reducción de la pobreza constituye el objetivo prioritario de los Ob-


jetivos del Milenio; para ello, los procesos de reforma del Estado deben
garantizar el acceso a la justicia de los sectores más vulnerables de la
sociedad. Al efecto, se debe promover y establecer sistemas jurídicos e
institucionales en los que los sectores de menores recursos y más vul-
nerables vean representados sus intereses y sus derechos protegidos.
Si se pretende encarar cabalmente el objetivo de la erradicación de
la pobreza, hay que enfrentar a todos los factores que la generan o
perpetúan, entre los que desempeña un papel fundamental la falta de
acceso a la justicia. El hecho de que la gran mayoría de las personas que
padece una situación de pobreza, viva al margen del funcionamiento de
las instituciones y de las regulaciones estatales es un indicador evidente
de la conexión existente entre pobreza y acceso a la justicia.
Tal como se pone de relieve en el “Informe de la Comisión para el
Empoderamiento Legal de los Pobres” (PNUD, 2008) las fuentes de ex-
clusión legal son numerosas y, a menudo, específicas para cada país. No
obstante, existen cuatro características comunes que se destacan. En pri-
mer lugar, no es posible alcanzar el empoderamiento legal cuando los
pobres se ven privados de contar con un sistema de justicia eficiente. En
segundo término, la mayoría de los pobres del mundo están desprovis-
tos de derechos de propiedad efectivos, por tanto el poder económico
intrínseco de su propiedad permanece desaprovechado. En tercer lugar,
las personas pobres, particularmente las mujeres y los niños, trabajan en
condiciones de riesgo porque sus empleadores muchas veces funcionan
fuera del sistema jurídico formal. Por último, las oportunidades econó-
micas no están al alcance de los pobres debido a que sus propiedades
y actividades comerciales no están formalmente reconocidas. No tienen
acceso al crédito o la inversión, ni a los mercados mundiales y locales.
Hay una causalidad recíproca entre la persistencia y acentuación de
la pobreza, la violación de los derechos humanos y la falta de acceso
igualitario a la justicia. La Alta Comisionada de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos amplía esta noción, relacionando la po-
breza con la falta de equidad. En su concepto, significa también mayor
vulnerabilidad al delito y la violencia, acceso inadecuado o carencia de
acceso a la justicia y los tribunales, así como la exclusión del proceso
político y de la vida de la comunidad (OACNUDH, 2004).

153
68 Reforma judicial en Bolivia

La escasez de recursos económicos y la desprotección de los dere-


chos son dos carencias que se potencian mutuamente, ya que la pobre-
za es una barrera para el acceso a la justicia y la falta de esta perpetúa la
pobreza de quienes ven sus derechos desprotegidos. Por consiguiente,
participar de la justicia constituye un instrumento para superar la ex-
clusión y la pobreza de los más necesitados, asegurando el desarrollo
humano de los integrantes de una sociedad. Una política de acceso a
la justicia implica entonces crear o fortalecer toda instancia, estatal o
comunitaria, nacional o local, que coadyuve a garantizar el ejercicio de
los derechos y que sea capaz de dar respuesta, con imparcialidad e in-
tegridad, a las demandas de las personas, en especial de las de aquellas
más pobres y desfavorecidas.
En ese sentido, el Informe de Desarrollo Humano 2002 ha señalado
una ruta:
A fin de mejorar el acceso a la justicia y reforzar la protección de los
derechos humanos, es necesario responder a las peticiones de los países
que buscan ayuda para simplificar y agilizar los sistemas legales; hacer
más profesionales y accesibles a los tribunales, la policía y los regis-
tros públicos; mejorar la ayuda legal a los pobres; promover técnicas
alternativas de solución de controversias; apoyar la integración de las
obligaciones jurídicas internacionales a efectos de su incorporación al
derecho nacional, e integrar los derechos humanos en la programación
del desarrollo.
El concepto de acceso a la justicia es mucho más amplio que sola-
mente poder recurrir como usuario a los tribunales. Implica, por una
parte, la obligación del Estado de proteger y garantizar el ejercicio de
derechos de las personas en igualdad de condiciones y sin discrimina-
ción alguna y, por la otra, la administración de justicia pronta y cum-
plida. Se trata de que los titulares de esos derechos obtengan una reso-
lución justa a sus pretensiones, en un plazo razonable y conforme a la
ley. En su sentido más profundo, el acceso a la justicia implica también
que la legislación sustantiva aplicable tenga en cuenta las necesidades
de todos, y no solo los intereses de grupos privilegiados o, dicho de
otra forma, que responda a la situación y problemas reales de una so-
ciedad concreta, asumida en su diversidad, y no a una parcela de ella o
a contextos foráneos en que se hayan gestado cuerpos normativos que
pretenden ser extrapolados.
El acceso a la justicia es un concepto que hace referencia a las posi-
bilidades de las personas, sin distinción de sexo, raza, edad, identidad
sexual, ideología política, creencias religiosas, de obtener una respuesta
satisfactoria a sus necesidades jurídicas. Sin embargo, respecto a los ser-

154
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 69

vicios de administración de justicia, cuando se es pobre o se pertenece


a una minoría desprotegida, las expectativas de solución de conflictos
se ven muchas veces postergadas, debido a la marginación, estigmatiza-
ción y la desigualdad que suele regir las partes en conflicto. Entonces, si
el desarrollo humano busca una efectiva redistribución de los recursos,
capaz de disminuir la brecha de la desigualdad que sigue caracterizan-
do a la sociedad boliviana, esa verificación de la justicia es uno de los
instrumentos necesarios para garantizar y fortalecer la protección jurídi-
ca de los grupos vulnerables y la tutela de sus derechos.
Urge revertir el hecho de que los sectores sociales más pobres y vul-
nerables enfrentan obstáculos estructurales para acceder, en condicio-
nes razonables de igualdad, al sistema de justicia. Cabe hacer notar que
una buena parte de la población en situación de pobreza se encuentra
en un estado mayor de vulneración y exclusión que otros; como las
mujeres, los jóvenes y los indígenas. Por esta razón se deben focalizar
esfuerzos y recursos para fortalecer las políticas dirigidas a mejorar la
situación que con respecto a la justicia tienen las personas pertenecien-
tes a dichos grupos.
Numerosas cuestiones vinculadas con el efectivo acceso a la justicia,
como la disponibilidad de la defensa pública gratuita para las perso-
nas sin recursos para asumir los costos del proceso, resultan asuntos
de inestimable valor instrumental para la exigibilidad de los derechos
económicos, sociales y culturales. En este sentido, es común que la
desigual situación económica o social de los litigantes se refleje en una
desigual posibilidad de defensa en juicio. Un primer aspecto en rela-
ción con los alcances del derecho a acceder a la justicia está dado por
los obstáculos económicos o financieros en el ingreso a los tribunales,
y por el alcance de la obligación positiva del Estado de remover esos
obstáculos, para garantizar un efectivo y básico derecho a ser oído por
un tribunal.
Las políticas que apuntan a garantizar servicios jurídicos a perso-
nas carentes de recursos actúan como mecanismos para compensar
situaciones de desigualdad material, que afectan la defensa eficaz
de los propios intereses. Por tal motivo, las políticas judiciales se
relacionan con las políticas sociales. Se trata, entonces, de un tema
en el que vale la pena precisar el alcance de los deberes estatales, y
los principios que deben caracterizar la organización y prestación de
este tipo de servicios, como herramienta indispensable para asegurar
el ejercicio de los derechos humanos por los sectores excluidos o en
situaciones de pobreza (CIDH, 2007a). La pobreza económica de la
población se traduce en una de sus peores expresiones, la pobreza
legal, que muchas veces impide y limita una verdadera atención y

155
70 Reforma judicial en Bolivia

solución de los conflictos que enfrentan en el desarrollo de sus ac-


tividades cotidianas.
La pobreza legal puede ser definida como aquella situación de ca-
rencia, en que no se puede utilizar el derecho como medio efectivo
para solucionar un conflicto o ejercer un determinado derecho. Las
causas de la pobreza legal o las barreras del derecho al acceso a la
justicia son diversas: económicas, geográficas, lingüísticas, escasa in-
formación sobre los derechos, entre otras que afectan especialmente
a los sectores más pobres y excluidos. La pobreza legal es una de las
consecuencias de la pobreza socioeconómica. Supone que la relación
entre los recursos y el acceso a la justicia es directamente proporcio-
nal, es decir: a menos recursos menos acceso a la justicia y menos
conocimiento de los derechos y garantías de las víctimas e imputados.
Dicho fenómeno es producto de la exclusión jurídica de amplios sec-
tores de la sociedad y les impide hacer uso material e informado de la
ley y sus instituciones.
El Sistema Interamericano de Derechos Humanos ha reconocido el
rol esencial que le compete a la realización del derecho de acceder a la
justicia en la garantía de los derechos fundamentales en general, y de
los derechos de los grupos vulnerables de la sociedad en particular, y
ha fijado una serie de estándares y orientaciones para la promoción del
acceso a la justicia en las políticas públicas que buscan el desarrollo hu-
mano y la reducción de la pobreza, con impacto en el funcionamiento
de los sistemas judiciales en la región (CIDH, 2007a).
El “Manual de Políticas Públicas para el Acceso a la Justicia” del
PNUD (2005), recomienda la necesidad de generar una oferta integral
e integrada de mecanismos de acceso a la justicia. Establece que el sis-
tema debería responder a las necesidades de la población, de manera
que el efecto que las barreras estructurales tienen sobre los diferen-
tes segmentos de la población se vea compensado por instrumentos
específicamente orientados a cada tipo de necesidad. Esto implica la
instauración de un sistema que dé cabida a tanta diversidad de instan-
cias como la equiparación en el acceso exija. Por ello hay que conocer
el porqué de la necesidad de esta diversidad, así como el alcance de
la misma y los mecanismos de los que el sistema puede nutrirse para
que el conjunto de los mismos resulte efectivo.
Se deben garantizar las condiciones de acceso efectivo a la justicia de
las personas en condición de vulnerabilidad, sin discriminación alguna,
englobando el conjunto de políticas, medidas, facilidades y apoyos que
permitan a dichas personas el pleno goce de los servicios del sistema
judicial. Urge proceder a la elaboración, aprobación, implementación y

156
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 71

fortalecimiento de políticas públicas que garanticen el acceso a la justi-


cia de las personas en condición de vulnerabilidad 26.
Este es el reto al que se enfrenta Bolivia en materia de acceso
igualitario a la justicia y al que se debe responder a través de un
conjunto amplio de acciones de naturaleza plural, integral y comple-
mentaria, que comprende intervenciones en los siguientes ámbitos:
mejoramiento de los servicios de atención al ciudadano en el sistema
formal, establecimiento de Centros Integrados de Justicia en zonas
marginadas, participación de la sociedad civil en impulsar las refor-
mas del sector de justicia, promoción de mecanismos alternativos de
resolución de conflictos y desarrollo del sistema de justicia de los
pueblos indígenas.
Este enfoque integral entiende el acceso a la justicia como un ob-
jetivo y como un medio al mismo tiempo. Siendo un fin en sí mismo,
se constituye en un instrumento para la transformación de las rela-
ciones de poder que perpetúan la exclusión, la pobreza y la subordi-
nación de grupos tales como mujeres, presos, indígenas, migrantes,
personas con discapacidad, menores, ancianos, población de bajos
ingresos, entre otros.
La transformación de los sistemas de justicia hacia mecanismos más
inclusivos, que contribuyan a garantizar el pleno ejercicio de los dere-
chos humanos de las personas pasa por la adopción de una estrategia
asentada sobre tres pilares interdependientes:
(a) ampliación y mejora de la cobertura y provisión de servicios ju-
diciales,
(b) fortalecimiento del sistema de justicia indígena y de los mecanis-
mos comunitarios de resolución de conflictos y
(c) focalización de las políticas públicas en los grupos más vulnera-
bles y desprotegidos de la sociedad civil (PNUD, 2005).

9. Los desafíos clave: la visión de los actores


¿Cómo ven los bolivianos desde fuera a la justicia? Según la encuesta de
opinión pública LAPOP (2014) se evidencia un declive gradual y soste-
nido de la confianza ciudadana en las instituciones judiciales, cayendo
del 44% alcanzado en el 2008 a un 38% en el 2014; solo ligeramente

26 Se consideran en condición de vulnerabilidad aquellas personas que, por razón de su


edad, género, estado físico o mental, o por circunstancias sociales, económicas, étnicas
y/o culturales, encuentran especiales dificultades para ejercitar con plenitud, ante el sis-
tema de justicia, los derechos reconocidos por el ordenamiento jurídico. Véase Reglas
de Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas que se encuentran en condición de
vulnerabilidad, XIV Cumbre Judicial Iberoamericana, Brasilia, 4 a 6 de marzo de 2008.

157
72 Reforma judicial en Bolivia

mayor al de la Policía Nacional, que recibe un 36% de aprobación so-


cial entre las instituciones encargadas de proteger derechos ciudadanos,
ocupando uno de los indicadores más bajos del continente. Solo el
31% de los entrevistados registra tener algo o mucha confianza en que
la justicia castiga a los culpables. Una amplia mayoría entiende que el
Órgano Judicial no es efectivamente independiente y considera que
uno de sus problemas más graves es la corrupción pública. De hecho,
en la última década el poder judicial ha venido recibiendo uno de los
menores índices de aprobación ciudadana y confianza social entre las
instituciones del Estado boliviano 27.
Para una mirada desde dentro, recurrimos a un estudio cualitativo,
encomendado por COSUDE a la Comisión Andina de Juristas (CAJ) en
el 2012, basado en la entrevista a un amplio grupo de actores y opera-
dores de justicia, los que identifican a la corrupción (30%), la retarda-
ción de justicia (28%) y la falta de acceso a la justicia (13%) como los
problemas más graves de Bolivia. Es preocupante que, según la percep-
ción casi unánime de los encuestados, hay actos de corrupción en la
administración de la justicia (ver gráfica 4). Este parece ser uno de los
aspectos más críticos en relación a la confianza ciudadana, más que la
insatisfacción por sus servicios.
Gráfica 4
Cree que existe corrupción en la administración de la Justicia
6.32 %

93.68 %

No sabe/No Opina Sí

Fuente: Comisión Andina de Juristas, “Diagnóstico de la Justicia en Bolivia” (2012).

Específicamente, y tal como indica la tabla 11 cuando se indaga so-


bre las prioridades para el diseño de una política pública de justicia que
haga frente a los problemas de equidad citados, el 45% de la muestra
señala que lo principal es promover el acceso a la justicia, con transpa-
rencia judicial y diálogo intercultural.
27 Bolivia presenta uno de los tres puestos más bajos de satisfacción ciudadana con el
sistema judicial, del 21%: en Latinobarómetro (2011); y Transparencia Internacional, en
su Informe Global sobre Corrupción (2009), reflejaba que el 80% de los encuestados en
Bolivia percibe que el poder judicial es corrupto.

158
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 73

Tabla 11
Tema que considera proritario para el diseño de una política
pública de justicia

Frecuencia Porcentaje

Válidos Promover el acceso a la justicia, la transparencia judicial y 45 45.0


el diálogo en el sistema de justicia
Devolver la confianza en la justicia a la gente 24 24.0
Construcción de un sistema de justicia plural e intercultural 19 19.0
Diseño e implementación de políticas en justicia con pertinencia 9 9.0
cultural y de género
Transición judicial bajo el liderazgo del Órgano Judicial 2 2.0
Total 99 99.0
Perdidos Sistema 1 1.0
Total 100 100.0

Fuente: Comisión Andina de Juristas “Diagnóstico de la Justicia en Bolivia” (2012).

El estudio refleja que una gran parte de los encuestados (67%) opi-
na que las últimas reformas constitucionales realizadas sí coadyuvan
y colaboran a fortalecer la institución judicial. Se asume, pues, que la
agenda de reformas del sistema de justicia que plantea la nueva CPE
tiene una amplia base de legitimación social entre los actores e infor-
mantes entrevistados; por lo que partimos del supuesto que existe una
base conceptual común y un consenso en la orientación general de
las reformas en el sistema de justicia, a partir de la expectativa de una
nueva justicia sentada en tres valores: transparencia, acceso equitativo
e interculturalidad.
Por otra parte, el sondeo revela que −a la par de la adecuación insti-
tucional− una amplia mayoría de los encuestados ve como muy impor-
tante una reforma de la legislación penal y civil, para mejorar el sistema
de justicia, dato que consigna la gráfica 5.

159
74 Reforma judicial en Bolivia

Gráfica 5
Grado de importancia en el que contribuiría una reforma de la legislación penal,
civil, entre otras, para mejorar el sistema de justicia
1.14 %

13.64 %

13.64 %
68.18 %

Muy Importante Importante Indiferente Poco Importante

Fuente: Op. cit. CAJ/COSUDE (2012).

En relación al primer eje: corrupción/transparencia se constata con


preocupación que, pese a algunos esfuerzos efectuados en el último
tiempo 28, la percepción ciudadana y el reconocimiento público no han
incrementado en términos de una mayor credibilidad social.
Al indagar sobre el grado de autonomía de los órganos de justicia
respecto a los otros órganos del Estado se observa que los de justicia
son medianamente autónomos respecto de los otros poderes públicos,
según la opinión recogida. Por lo que, junto a la agenda de transpa-
rencia en la justicia, se manifiesta también el tema de la independen-
cia judicial. Dentro de las medidas que los encuestados sugieren para
mejorar la transparencia de la función judicial en Bolivia destacan: un
proceso de selección idóneo, control social, capacitación, informática,
digitalización y tecnología, implementación orgánica de la CPE, carrera
judicial, e institucionalización de la elección de jueces por la población.
En relación a los temas de exclusión/acceso a la justicia, un dato fun-
damental es que en opinión de los actores citados, “la relación entre DD.
HH. y Sistema de Justicia debe ser muy estrecha y cercana”; particular-
mente en relación al ejercicio de las garantías jurisdiccionales establecidas
en la CPE. Se identifica que el derecho más vulnerado dentro del sistema
de justicia es el derecho a una justicia pronta, como efecto de la retar-
dación de justicia. Un reporte reciente sobre la retardación de justicia en
Bolivia muestra una situación de mora judicial cercana al colapso, que
en materia penal fluctúa entre el 60% y el 90% en los distintos distritos
judiciales, en los nueve departamentos del país (Böhrt, 2012).
28 Se han dado avances institucionales orientados a abrir los sistemas judiciales a los ciuda-
danos, mediante la incorporación del juicio oral, audiencias públicas, desarrollo de siste-
mas de información y comunicación, plataformas de atención al ciudadano, y procesos de
designación de magistrados sujetos al escrutinio público.

160
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 75

Respecto a la valoración de la frecuencia con que las personas en


situación de vulnerabilidad acuden a los órganos de administración de
justicia, se identificó a las personas privadas de libertad como los más asi-
duos y a las minorías étnicas como las que acuden con menor frecuencia.
Pero, ¿cuáles son los problemas más comunes que condicionan des-
favorablemente que las personas en situación de vulnerabilidad recu-
rran a la administración de justicia? Se distinguieron como prioritarios
el tema económico, el desconocimiento y el temor. En la valoración del
grado de dificultad que tienen los grupos de mujeres para lograr una
adecuada protección de sus derechos en la administración de justicia,
resalta el grupo de mujeres en comunidades indígenas como grupo con
mayor dificultad.
En la estimación de la gravedad de las barreras de acceso a la justicia
predominan la escasa cobertura, distancia alejada y débil presencia de
los servicios judiciales en las zonas rurales más aisladas, como las de
mayor envergadura. Como resultado de la valoración de alternativas de
solución a las barreras que dificultan el acceso a la justica, según opi-
nión de los encuestados sobresale el fortalecimiento de la jurisdicción
indígena originaria campesina como prioritaria. Otro dato revelador es
la alta credibilidad de los medios alternativos de solución de controver-
sias, como la conciliación. Los encuestados afirman que las personas
tienen una mayor probabilidad de resolver sus conflictos buscando la
intervención de un tercero. En los pareceres consignados, las personas
preferirían asistir a una conciliación extrajudicial en razón de, una vez
más, el tiempo, el dinero y la falta de confianza en el sistema de justicia.
Finalmente, analizando el tema de la interculturalidad se hace patente
el alto grado de credibilidad de las autoridades indígenas en la solución
de conflictos. Los actores entrevistados también de forma amplia identi-
fican, como una barrera cultural muy importante que afecta el acceso a
la justicia, la falta de criterios de pluralismo jurídico e interculturalidad
en decisores y gestores de justicia. Esto abre toda una agenda de forta-
lecimiento de la justicia indígena, así como de apoyo al desarrollo de
los mecanismos de cooperación y coordinación con la justicia ordinaria.

10. Bases para la política pública de la justicia en Bolivia


Como se ha dicho, la construcción de una política pública de acceso a
la justicia debe tener un enfoque sistémico e integral. Necesita compro-
meter a todos los actores que participan de la administración de justicia
y en la solución de conflictos de la sociedad. Particularmente, le com-
pete la tarea de ofrecer vías o alternativas a los diferentes usuarios o
beneficiarios del sistema, respetando la diversidad de sus necesidades.

161
76 Reforma judicial en Bolivia

Luego de haber analizado las condiciones del contexto político e


institucional que marca la transición constitucional del sector justicia, así
como las necesidades de los operadores de justicia y de los ciudadanos,
específicamente de aquellos grupos con mayor vulnerabilidad por razo-
nes económicas, y con miras a sugerir algunas directrices en materia de
política pública, en términos generales se concluye que hay una amplia
demanda por una justicia accesible, transparente e intercultural, capaz
de tutelar los derechos de los grupos más vulnerables de la sociedad,
como son mujeres y niños indígenas en zonas rurales. Siguiendo esta
premisa se trazarán algunos elementos de una agenda estratégica, sobre
la que deberá construirse un proceso de diseño, concertación y efectiva
implementación de políticas públicas de carácter integral, orientadas a
mejorar el acceso a la justicia, particularmente de las personas más des-
favorecidas y en riesgo de vulnerabilidad en sus derechos.
Esquema 1
Modelo de gestión Integrada del Sistema de Justicia

Justicia
Constitucional
TCP
Órgano Judicial
justicia Indígena
Justicia Ordinaria
Originaria
Justicia Agro
Campesina
Ambiental
Medio Alternativos de
Solución de Conflictos
Centros integrados de Justicia,
Conciliación Institucional,
Vecinal y Comunitaria
Justicia de Paz
Ministerio Público
Defensa Pública
SLIMS, Defensoría
NNA

Fuente: Elaborado y editado por el autor en su texto de 2012, publicación de CAJ/COSUDE.

El enfoque de la política pública del sistema de administración de


justicia busca la articulación de un modelo de gestión integrada de la
justicia plural, basada en cuatro esferas interrelacionadas o componen-
tes estratégicos: 1) ampliar y mejorar el acceso a los servicios de aten-
ción, puerta de ingreso al sistema y eje central del mismo; 2) fortalecer
las condiciones y capacidades para administrar justicia de las autorida-
des judiciales, así como de 3) las autoridades indígenas, originario y
campesinas. Finalmente, como instancia de cierre y control del sistema,
4) apoyar el desarrollo de la jurisdicción constitucional en su rol de tu-
tela de los DD. HH.

10.1 Estrategia de implementación

Se ha visto que las reformas judiciales introducidas por la nueva Cons-


titución Política del Estado establecen un marco común para la agenda

162
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 77

pública del sistema de administración de justicia. Ahora corresponde


generar un consenso básico sobre cómo implementar esas reformas.
Para ello, se requiere construir las bases de un nuevo acuerdo nacional
para la justicia plural.
Hay un conjunto de medidas de tipo normativo, de gestión institu-
cional y de requerimientos de servicios, que deberían gestarse, no de
manera aislada y dispersa, sino dentro de un plan estratégico amplia-
mente consensuado, que fije un rumbo y una meta, cuyos indicadores
de desempeño deberán estar sujetos a seguimiento y control de la
ciudadanía. Es necesario impulsar un acuerdo amplio en materia de
acceso a la justicia, que comprenda al conjunto de los operadores de
justicia, a las organizaciones de la sociedad civil y a la ciudadanía en
general, y que facilite el consenso con el Gobierno, materializándose
en un calendario con un programa de actuación.
Del liderazgo y convocatoria de este proceso depende la viabilidad
de construir una instancia plural y amplia, creando espacios de diá-
logo abiertos, públicos y plurales, con la participación de los propios
órganos, que refuercen la independencia judicial, en el marco de una
agenda de desarrollo legislativo con el Parlamento y coordinando, con
el Órgano Ejecutivo, el financiamiento y gestión de la política pública,
así como poniendo en marcha una instancia nacional de diálogo políti-
co sobre justicia plural con las principales organizaciones indígenas del
país. De igual forma, es importante posibilitar y promover el monitoreo
y acompañamiento de la sociedad civil, a fin de rescatar las demandas
de acceso y reforma de la justicia, particularmente teniendo como lec-
ción aprendida previa que los entes operadores de justicia suelen mos-
trar tensiones internas y resistencia al cambio, y son poco inclinados a
la autorreforma institucional.
Como toda política pública, se deberá desarrollar un sistema de se-
guimiento y evaluación, abierto al escrutinio público y a la participación
social. El seguimiento de las actuaciones definidas en esta propuesta
de política pública, y la evaluación del nivel de consecución de los ob-
jetivos y las actividades constituyen parte fundamental en el éxito del
proceso de reforma del sistema integrado de administración de justicia.
El seguimiento permitirá conocer en qué medida se cumplen los objeti-
vos y se obtienen los resultados perseguidos dentro de un plazo dado.
También contribuirá a la toma de decisiones posteriores y al control de
las actuaciones a lo largo de todo el proceso.
Para desarrollar un sistema de seguimiento y evaluación de la política
pública conviene considerar tres aspectos centrales. En primer lugar,
contar con indicadores claros y mensurables. En segundo lugar, definir

163
78 Reforma judicial en Bolivia

un sistema de seguimiento y evaluación de los avances y resultados


obtenidos. En tercer lugar, precisar las instituciones encargadas de con-
trolar la ejecución y el grado de avance de los diferentes componentes.

10.2 Definición de objetivos

Objetivo general

• Garantizar el acceso igualitario a un sistema de justicia plural, in-


dependiente y transparente a fin de proteger los derechos huma-
nos.

Objetivos estratégicos

a) Ampliar la cobertura y mejorar el acceso igualitario a la justicia,


focalizando servicios a favor de los grupos más vulnerables de la
sociedad.
b) Fortalecer la transparencia, independencia y rendición de cuentas
del sistema judicial.
c) Apoyar la justicia indígena, originaria y campesina, así como esta-
blecer los mecanismos de articulación intercultural con la justicia
ordinaria.
d) Desarrollar mayores capacidades de la justicia constitucional en
su rol de protección de los derechos humanos, en el marco del
pluralismo jurídico.
Esquema 2
Política pública para el fortalecimiento de la justicia plural

Justicia
Constitucional
Para la Tutela de los DDHH y
el Pluralismo Jurídico

Acceso
Igualitario a los
Justicia Servicios de Justicia
Ordinaria Justicia Plural Indígena
Transparente e Empoderada y
Independiente Articulada

Fuente: Elaborado y editado por el autor en su texto de 2012, publicación de CAJ/COSUDE.

10.3 Componentes

Ampliar la cobertura y mejorar el acceso igualitario a la justicia, focali-


zando servicios a favor de los grupos más vulnerables de la sociedad

164
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 79

La concentración de los servicios judiciales en las capitales de de-


partamento, junto a la escasa presencia, cobertura y distribución de los
operadores de justicia en las áreas rurales, configuran una de las prin-
cipales barreras al acceso a la justicia. Datos del propio poder judicial
daban cuenta de la inexistencia de jueces en más de la mitad de los
municipios del país. El abordaje de este problema no debe consistir en
ofrecer solamente más jueces, sino más y múltiples vías de acceso al sis-
tema, a fin de generar una oferta plural y diferenciada de servicios para
las múltiples necesidades de solución de conflictos. Esto como parte de
lo que la nueva Constitución manda: Bolivia es un Estado… que pro-
mueve la cultura de la paz (art. 10-1) y como deber de los bolivianos y
bolivianas de “fomentar la cultura de paz” (art. 108-4). Específicamente,
la Ley del Órgano Judicial define como uno de sus principios la Cultu-
ra de la paz, señalando que “La administración de justicia contribuye a
la promoción de la cultura de la paz y el derecho a la paz, a través de
la resolución pacífica de las controversias entre los ciudadanos y entre
estos y los órganos del Estado” (art. 3-13).
El acceso a la justicia consiste en la capacidad de los ciudadanos y
grupos de la sociedad, de hacer uso del sistema de administración de
justicia para resolver eficientemente sus conflictos. Así, para ejercer esa
capacidad se requiere desarrollar dos condiciones básicas: 1) que el
ciudadano conozca sus derechos y obligaciones (¿cómo acudirá a la
justicia si no sabe qué reclamar?) y 2) que el ciudadano conozca su juez
natural (¿cómo acudirá a la justicia si no sabe dónde reclamar?).
En ese sentido, para incrementar y mejorar las condiciones de ac-
ceso a la justicia, lo recomendable es trabajar en dos dimensiones: 1)
educación de las personas sobre sus derechos ciudadanos, atención y
asistencia jurídica en la defensa de esos derechos y 2) desarrollo de
mecanismos que permitan un acceso oportuno, equitativo y universal a
la justicia para hacer valer esos derechos.

Asistencia legal gratuita

Concurren un conjunto amplio de iniciativas de servicios de asistencia


legal gratuita que, desde la sociedad civil organizada y el Estado, se
están implementando y que deberían reforzarse y expandirse. Por una
parte, existen algunas organizaciones no gubernamentales, universida-
des y asociaciones profesionales, que han desarrollado una importante
experiencia en la ejecución de planes y programas de capacitación,
información, difusión y educación ciudadana acerca de los derechos de
acceso a la justicia; proyectos de orientación jurídica, patrocinio judicial
pro bono [locución latina: para el bien público], y asistencia legal gra-
tuita mediante brigadas móviles de apoyo legal y centros especializados

165
80 Reforma judicial en Bolivia

de atención a víctimas, buscando facilitar el ejercicio de los derechos


de los colectivos vulnerables, que muchas veces quedan aislados del
sistema formal de justicia.
Por otra parte, cabe destacar algunos esfuerzos públicos que se han
hecho en el ámbito municipal, como los SLIM y las Defensorías de la
Niñez, que se han constituido respectivamente en instancias de apoyo
a mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar y de asistencia al niño,
niña y adolescente víctimas de maltrato. Asimismo, las acciones del
Servicio Nacional de Defensa Pública son ejemplo de cómo el Estado
puede intervenir positivamente en esta materia, que deberían reforzar y
ampliarse, especialmente a nivel rural.
Hay que mencionar que, en relación al desarrollo de mecanismos
de acceso a la justicia, además de los propios esfuerzos institucionales
que se han venido haciendo para desjudicializar, descongestionar y des-
concentrar la justicia ordinaria, para llevarla a las zonas periurbanas y
rurales, que son las poblaciones más alejadas del sistema formal; se han
gestado algunas iniciativas para devolverle a la sociedad su capacidad
de resolver los conflictos en el ámbito local y comunitario.
Con el fin de brindar a los bolivianos un mayor acceso a la justicia,
especialmente a aquellas poblaciones excluidas, se han generado y de-
sarrollado un conjunto de emprendimientos e iniciativas orientadas a
construir, abrir, crear y reconocer nuevas y otras formas de administrar
justicia, donde la sociedad civil y la propia comunidad va ocupando,
cada vez más, un rol protagónico, consolidando así una diversa gama
de sistemas de solución de controversias; varios de ellos son esfuerzos
conjuntos, alternativos y complementarios a la justicia ordinaria; tales
como los Centros Integrales de Justicia, las Casas de Justicia, la conci-
liación vecinal, la mediación comunitaria y los jueces de paz. En todos
estos medios se identifica un hilo conductor que se refleja, con distinto
grado, en la presencia de medios de resolución alternativa de justicia,
equidad y participación activa de la sociedad civil.

Conciliación extrajudicial

Existe un grupo de organizaciones no gubernamentales que, varios


años atrás desarrolló Centros de conciliación social, comunitaria o
vecinal y Centros de conciliación institucionales, proceso que ha me-
recido el apoyo −en su momento− del Programa Sociedad Civil y
Acceso a la Justicia ejecutado por el Viceministerio de Justicia, con
apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Programa
Ciudadanos Trabajando por la Justicia, de Compañeros de las Améri-
cas (Partners of the Americas). Dentro de este último, destacamos las

166
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 81

principales experiencias de conciliación social, comunitaria o vecinal


desarrolladas a partir del trabajo efectuado por la Fundación Gregoria
Apaza (El Alto), la organización Capacitación y Derechos Ciudadanos,
la Fundación La Paz, la universidad NUR en Santa Cruz; así como la
experiencia de los Centros Integrados de Justicia (El Alto), en que or-
ganizaciones de base y juntas de vecinos han conformado equipos de
ciudadanos voluntarios capacitados en mediación y conciliación, que
prestan servicios en sus comunidades.
La conciliación comunitaria, social o vecinal consiste en el aprove-
chamiento de los recursos humanos notables del grupo social, que por
el conocimiento de su entorno, sus habilidades de conciliación innatas
y por el prestigio del cual gozan, pueden desarrollar las funciones de
conciliador para solucionar conflictos surgidos en el ámbito vecinal, sin-
dical, gremial, cívico o en el de las comunidades religiosas o educativas,
etc., en zonas urbanas o periurbanas.
Cabe apuntar que, al presente, estas modalidades de servicios con-
ciliatorios no están siendo promovidas activamente desde el Estado, e
incluso normativamente han sufrido un retroceso, como el ya citado por
la Ley del Órgano Judicial, que judicializa la eficacia de los acuerdos
conciliatorios.
La conciliación institucional. En la actualidad, dada una larga pausa
establecida por anteriores ministros de Justicia que congelaron el re-
gistro y las acreditaciones de centros de conciliación, son escasos los
centros de conciliación institucionales promovidos por organizaciones
de la sociedad civil (fuera de los colegios de profesionales y las cáma-
ras de comercio) que se encuentran registrados ante el Viceministerio
de Justicia 29, a pesar de que existen muchas más organizaciones de la
sociedad civil que prestan servicios jurídicos y promueven un elevado
número de acuerdos transaccionales al año. Sería momento de dejar de
pensar en los usuarios de dichos centros como personas de clase media
alta con conflictos de naturaleza comercial, porque en realidad la mayor
necesidad de acceso a la justicia se encuentra presente en personas de
escasos recursos, pertenecientes a algún tipo de población vulnerable,
con conflictos fácilmente conciliables.
En relación a la mejora de la calidad de los servicios judiciales, tam-
bién se podría replicar la experiencia positiva que tiene la Corte del
Distrito de Cochabamba, en relación a la conciliación judicial mediante
un centro anexo a los juzgados, habida cuenta que el sistema de con-
ciliación judicial, originalmente previsto, de un conciliador dentro de
cada juzgado, está en suspenso.
29 Actualmente otras seis organizaciones se encuentran en proceso de registro de centros de
conciliación ante el Viceministerio de Justicia.

167
82 Reforma judicial en Bolivia

Este trabajo se ha venido haciendo bajo el amparo de la Ley 1770 de


Arbitraje y Conciliación, que establece la conciliación institucional, con-
sagrada en su art. 86: “La conciliación podrá ser desarrollada y aplicada
por instituciones especializadas en medios alternativos de solución de
controversias” y reglamentada en base a el art. 88, que dispone: “Las
personas jurídicas podrán constituir, desarrollar y administrar Centros de
Conciliación Institucional, estableciendo en sus documentos constituti-
vos: 1) El carácter no lucrativo de la institución responsable del Centro
de Conciliación. 2) La finalidad constitutiva especializada en concilia-
ción o de representación gremial” y el art. 93: “El Ministerio de Justicia
ejercerá tuición en la institucionalización, desarrollo y aplicación de la
conciliación como medio alternativo de solución de controversias”.
La Ley 1770 fue inspirada en la Ley Modelo de la Comisión de las
Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (United Na-
tions Commission on International Trade Law, UNCITRAL) y por tan-
to es funcional para controversias comerciales y civiles, quedando un
margen de cuestionamiento sobre la capacidad de estos centros para
atender conciliaciones en materia penal, familiar, agraria o laboral. Es
por ello que se hace necesario avanzar en el desarrollo de un proyecto
de Decreto Supremo Reglamentario, que contemple de manera especí-
fica el caso de la conciliación vecinal o comunitaria, administrada por
organizaciones ciudadanas y/o ONG, con un espectro más amplio de
materias y con formalismos menos rígidos que los centros de concilia-
ción y arbitraje institucional, como son los de las cámaras de comercio.

Jueces de paz

Los jueces de paz son autoridades de justicia con jurisdicción y com-


petencia local, que pueden resolver, vía conciliación y mediación, los
conflictos que los vecinos de una comunidad presentan, especialmente
aquellos de poca cuantía o de escasa relevancia social, entre los que
se podrían incluir el procesamiento de faltas y contravenciones 30. Son
aquellas controversias que afectan a la convivencia y buena vecindad
de la comunidad y que hoy el sistema los califica de “escasa relevancia
social”, no los atiende adecuadamente, o terminan en las comisarías o
brigadas policiales.
En varios países de la región, dichos jueces prestan un servicio ad
honorem, “para honor”, en infraestructura provista por el municipio;
son electos por las comunidades respectivas, bajo supervisión del or-
30 Como una muestra de la preocupación creciente de los municipios por los servicios de
justicia, cabe resaltar uno de los puntos incluidos en la Declaración de Principios de la
Asociación de Municipios de Bolivia, suscrita en Santa Cruz el 27 de julio de 2004, que
dispone: “Implementar los Juzgados Municipales de Contravenciones, de acuerdo al art.
188-195 de la Ley 1455 de 1993”.

168
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 83

ganismo de control electoral y su nombramiento proviene del poder


judicial. Es un interesante modelo para aquellas pequeñas comunidades
o localidades con escasa población indígena y lejanas a las capitales de
provincia, que existen en el país de forma dispersa (según datos del
último censo el 36% de la población del país −aproximadamente 3 mi-
llones de personas– vive en localidades de menos de 2 000 habitantes
y existirían 12 250 organizaciones comunitarias31 con una población
menor a 250 habitantes).
En el documento “Justicia para todos”, ya se destacó la importancia
de impulsar propuestas normativas y de reforma que promuevan la jus-
ticia de paz, dirigidas a poner a disposición de los ciudadanos alternati-
vas de resolución de conflictos en forma pacífica. Así, la Corte Suprema
de Justicia logró la inclusión de la siguiente disposición en las modi-
ficaciones de la anterior Ley de Organización Judicial (hoy abrogada):
Art. 2. Órganos de la Administración de Justicia: Se incorpora el servicio
de justicia de paz a cargo de jueces de paz, que serán designados por
las Cortes Superiores de Distrito a sugerencia de las instituciones y or-
ganizaciones sociales de su jurisdicción, de los ciudadanos que tengan
respetabilidad y legitimidad social para resolver los problemas por la vía
conciliatoria, evitando en lo posible las acciones contenciosas. Con un
arancel mínimo conforme a Reglamento.
Sin embargo, la nueva Ley del Órgano Judicial ha abrogado estas
disposiciones, por lo que se hace necesario recuperar la discusión sobre
el alcance que debería tener la justicia de paz, que estuvo presente en
la Asamblea Constituyente. Por ejemplo, en el Informe final de la Co-
misión de Justicia Plural se sugería la desconcentración de la justicia en
zonas periurbanas y barrios alejados de los centros urbanos.

Servicios Integrados de Justicia

Con el propósito de desconcentrar los servicios judiciales y acercarlos


más a los ciudadanos que habitan lugares alejados de centros urbanos
y ciudades intermedias, el Ministerio de Justicia, desde el año 2004 ha
venido impulsando e implementando los Centros Integrados de Justicia,
ahora denominados Servicios Integrados de Justicia, donde los ciuda-
danos de escasos recursos pueden acceder con facilidad a la atención y
solución de sus controversias, en lugares cercanos a sus comunidades.
Este modelo busca ofrecer gratuitamente los siguientes servicios:
31 El INE define como organizaciones comunitarias a todas aquellas comunidades menores
a un cantón, y cuya organización está estructurada según sus usos, costumbres o disposi-
ciones estatutarias, conocida por un nombre común, cuyos límites geográficos son iden-
tificables en el terreno y con autoridades jurisdiccionales reconocidas por sus habitantes
y sus vecinos. Con este nombre también se incluye a comunidades campesinas, centrales,
subcentrales, colonias, rancheríos, brechas, sindicatos, exhaciendas, etc.

169
84 Reforma judicial en Bolivia

• Información y orientación legal a los ciudadanos.


• Patrocinio y asistencia legal.
• Policía preventiva, mediante funcionarios policiales que coordinan
con los retenes policiales, incluyendo a las brigadas de protección
a la familia.
• Facilitación de los trámites administrativos y judiciales voluntarios
de alto impacto social (declaratorias de herederos, trámites en el
Registro Civil, rectificación de nombres, inscripción de partidas de
nacimiento).
• Conciliación entre partes, a través de arreglos pacíficos y volunta-
rios en materia penal, civil, familiar, de contravenciones policiales
y de tránsito.
• Acceso a la justicia ordinaria mediante jueces Mixtos y Fiscales.
• Convenios con instituciones como el Instituto de Investigaciones
Forenses, Defensa Pública, Fiscalía, PTJ, entre otras.
• Talleres de capacitación, cursos y seminarios sobre derechos ciu-
dadanos.
• Material informativo y educativo.
Así, los Centros Integrados de Justicia desde sus inicios fueron
concebidos como centros para la orientación, asistencia legal y re-
solución de los conflictos más cotidianos del ciudadano, conectados
con la “justicia ordinaria” y que facilitan el concurso de la sociedad
civil organizada. Estos Centros no solo fueron diseñados como un
espacio físico de concurrencia de los operadores de justicia; se cons-
tituyen en un punto de encuentro de los actores públicos y privados
del sistema de justicia, en una especie de eje nodal de cooperación,
articulación y auxilio entre el poder judicial, Ministerio Público, la
conciliación y los servicios legales integrales para la mujer, en aque-
llos lugares donde no exista la justicia indígena y en aquellas cir-
cunstancias que correspondan.
Los Centro Integrados de Justicia fueron institucionalizados mediante
D.S. n.° 28586, de 17 de enero de 2006, y por Resolución 92/12 de mayo
de 2012 del Ministerio de Justicia se transforman en Servicios Integrados
de Justicia Plurinacional (SIJPLU), que se encuentran bajo la dependen-
cia del Ministerio de Justicia (D. S. n.º 304 de 16 de septiembre de 2009).
En el último tiempo, se han ido asignado mayores labores a estos ser-
vicios. Así, el D. S. n.° 1807, de 28 de febrero de 2013, que reglamenta
la Ley n.° 369 general de los Derechos de las Personas Adultas Mayores,
establece que “El Ministerio de Justicia, implementará progresivamente

170
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 85

los Servicios Integrados de Justicia Plurinacionales en todo el país a fin


de brindar asistencia jurídica preferencial y gratuita, en su idioma ma-
terno a las personas adultas mayores” (artículo 9°). Dicha asistencia jurí-
dica incluye: a) representación y patrocinio legal, b) orientación jurídica
necesaria a las personas adultas mayores sobre trámites administrativos
y procesos judiciales, y c) la resolución de conflictos se realizará a tra-
vés de la conciliación (artículo 10°).
Asimismo, la Ley n.° 348, de nueve de marzo de 2013, en materia de
atención a las mujeres víctimas de la violencia, establece lo siguiente:
ARTÍCULO 48. (SERVICIOS INTEGRADOS DE JUSTICIA PLURINACIO-
NAL).
I. Los Servicios Integrados de Justicia Plurinacional dependientes del
Ministerio de Justicia, reciben denuncias y brindan orientación y patro-
cinio legal gratuito, deberán aplicar un enfoque de derechos humanos a
mujeres en situación de violencia.
II. El Ministerio de Justicia deberá crear e implementar progresivamente
estos servicios en todo el país.
De igual forma, se les ha asignado a los Servicios Integrados de
Justicia Plurinacional las labores de asistencia legal y recepción de de-
nuncias, servicio que emerge de la obligación del Estado de garantizar
a las víctimas el acceso gratuito a la prestación de servicios integrales
y a la administración de justicia, que señala la Ley n.° 263 Integral de
Trata y Tráfico del 31 de julio de 2012; la Ley n.° 243 contra el Acoso y
Violencia política hacia las Mujeres y la Ley n.° 45 contra toda forma de
Discriminación y Racismo. Si bien esto remarca la importante labor de
estas instancias, también puede contribuir a su congestión o, peor aún,
a su colapso, debido a los escasos recursos humanos que se les otorga
para la atención de casos.
Al presente, se está buscando ampliar este proyecto a nivel de algu-
nas ciudades intermedias en municipios del área rural. En una primera
fase piloto, mediante la entonces cooperación de USAID, se establecie-
ron estos centros en las localidades de Chapare, Yungas, El Alto, y en
la Villa 1º de Mayo de la ciudad de Santa Cruz. Luego, esta iniciativa se
ha venido ampliando a favor de otros municipios del área rural con el
apoyo de la Cooperación al Desarrollo de Dinamarca, DANIDA32. Des-
de esa perspectiva, está pendiente el desarrollar un modelo de gestión
integral de los Servicios Integrados de Justicia Plurinacional, que arti-
cule asistencia y orientación legal y conciliación, con justicia ordinaria

32 En la actualidad existen 9 en La Paz, 4 en Cochabamba, 2 en Santa Cruz, 1 en Oruro, 1 en


Potosí, 2 en Chuquisaca y 2 en Tarija, y en total cuentan con 33 abogados, que en 2014
recibieron 19 905 casos.

171
86 Reforma judicial en Bolivia

y mecanismos de cooperación y coordinación con la justicia indígena,


ya que los nuevos Centros se ubicarán en zonas rurales, con población
indígena.
Así vemos que las formas de hacer justicia desde la comunidad, como
la solución alternativa de controversias mediante la conciliación, contri-
buyen positivamente a ampliar las posibilidades de acceso a la justicia,
y pueden encontrar su punto de conexión con la Justicia Ordinaria en
los Servicios Integrados de Justicia Plurinacional (SIJPLU), convirtiéndo-
se en un espacio de coordinación y cooperación entre la comunidad y
el municipio; de trabajo conjunto entre la sociedad civil y los operado-
res del sistema de justicia, pero principalmente de convivencia pacífica
y armoniosa entre los ciudadanos.
Otro de los desafíos para ampliar la cobertura territorial de los SIJPLU
pasa por incentivar una incorporación más activa de los municipios, a
fin de que lleven recursos para el desarrollo de infraestructura, mante-
nimiento y sostenibilidad. Consideramos que una oportunidad factible
es que los gobiernos municipales establezcan instancias de conciliación
ciudadana para la resolución de conflictos entre vecinos, sobre asuntos
de nivel local, previsto en el artículo 299.I-6 de la Constitución Política
del Estado. Gestión que se podría relacionar con una jurisdicción con-
travencional, pendiente de creación, de base municipal, superando el
régimen actual que se mantiene en la esfera policial, como es el régi-
men de bebidas alcohólicas; situación que requiere ser corregida.
Además de desconcentrar y ampliar la cobertura de los juzgados en
el país, la mejora de la gestión y calidad de los servicios judiciales exige
adoptar iniciativas en función del usuario; por ejemplo, la disposición
de equipos multidisciplinarios de asesoría social o peritaje cultural, in-
térpretes o traductores en lenguas originarias, entre otras que contribui-
rían a un mejor abordaje de los cada vez más complejos problemas de
tipo intercultural, género, violencia y equidad.

Conciliación judicial

Como ya se ha señalado, la Ley del Órgano Judicial establece, como


una de sus mayores innovaciones, la conciliación como “medio de so-
lución inmediata de conflictos y de acceso directo a la justicia, como
primera actuación procesal”, para lo cual –una vez entre en vigencia
el nuevo código procesal civil– se deberá proceder al requerimiento,
convocatoria y designación de los conciliadores. Aquí hay muchas lec-
ciones aprendidas del Centro de Conciliación anexo a la entonces Corte
Superior de Justicia de Cochabamba, que valdría la pena examinar, ya
que en su momento fue un verdadero modelo de éxito y hoy de po-

172
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 87

tencial réplica. Asimismo, es todo un desafío la posibilidad de incluir,


entre estos servicios, la conciliación en materia penal, que constituye un
instrumento efectivo de extinción de la acción penal mediante la repa-
ración integral del daño a las víctimas, conforme establece el Código de
Procedimiento Penal (art. 377).
En suma, en todos estos medios se identifican algunos elementos
a modo de un hilo conductor que se refleja, con distinto grado, en la
presencia de la conciliación como medio de resolución de conflictos,
basado en la equidad y la participación activa de la comunidad.
De todo lo expuesto deviene la propuesta de un programa nacional de
fortalecimiento de la conciliación en Bolivia, que debería contemplar tres áreas:
1. Implementación de la conciliación judicial.
2. Desarrollo de la conciliación como mecanismo alternativo de so-
lución de controversias, con Servicios Integrados de Justicia, ONG
diversas, universidades y organizaciones comunitarias.
3. Fortalecimiento de los mecanismos originarios y comunitarios de
solución de conflictos de los pueblos indígenas.

Provisión de servicios judiciales y políticas públicas especiales a favor


de los grupos más vulnerables y desprotegidos de la sociedad

Los nuevos códigos, como el Procesal Civil, el Niña, Niño y Adoles-


cente y el de Familias, establecen un conjunto amplio de dispositivos
y medidas institucionales que deben adoptar los órganos de la justicia
en simultáneo para su implementación, que por sí mismos ya delinean
un ambicioso plan de acceso y reforma de la administración de justicia;
que incluye al menos:
• Plan especial de descongestión, incluyendo el previo inventario
real de los procesos clasificados por especialidad, tipo de proceso,
afinidad temática, cuantías, fecha de reparto y estado del trámite
procesal, entre otras.
• Nuevo modelo de gestión, estructura interna y funcionamiento de
los juzgados, así como de las oficinas judiciales.
• Reglamentación de los asuntos de su competencia que guarden
relación con las funciones atribuidas en este Código.
• Creación y redistribución de los juzgados, ajustes al mapa judicial
y desconcentración según la demanda y la oferta de justicia.
• Uso y adecuación de la infraestructura física y tecnológica de los
despachos, salas de audiencias y servicios, que garanticen la segu-
ridad e integridad de la información.

173
88 Reforma judicial en Bolivia

• Selección de nuevos jueces, en los casos a que haya lugar, de


acuerdo con el perfil requerido para la implementación del nuevo
Código.
• Programa de formación y capacitación para la transformación en
base a los principios y valores establecidos en la Constitución y
el desarrollo, en los servidores judiciales, de las competencias re-
queridas para la implementación del nuevo Código, con énfasis
en la oralidad, las nuevas tendencias en la dirección del proceso
por audiencias y el uso de las tecnologías de la información y las
comunicaciones.
• Modelo de atención y comunicación con los litigantes.
• Formación de servidores judiciales en procesos regidos por la ora-
lidad.
• Planeación, control financiero y presupuestario de acuerdo con el
estudio de costos y beneficios para la implementación del presen-
te Código.
• Sistema de seguimiento y control de la ejecución del plan de im-
plementación.
Lo mismo podemos decir para la implementación de la Ley 348 In-
tegral para garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, que
establece la realización de las siguientes políticas públicas y reformas
institucionales:
• Se crean, nuevas instancias de atención para las mujeres en si-
tuación de violencia en los diferentes niveles autonómicos del
Estado. Las universidades públicas deben crear los Servicios de
Atención Integral coordinando y articulando con los Servicios Le-
gales Integrales Municipales.
• Se establece la creación de Casas Comunitarias de la Mujer en el
área rural con apoyo de los gobiernos autónomos municipales.
Adicionalmente prevé la creación de servicios de rehabilitación de
los agresores.
• Los gobiernos departamentales tienen la obligación de crear, sos-
tener, equipar y mantener las Casas de Acogida y Refugio Tempo-
ral para Mujeres en Situación de Violencia.
• Se determina la creación de la Fuerza de Lucha contra la Violencia,
incluida en la estructura de la Policía Boliviana, jerarquizando la
instancia policial de atención a delitos de violencia contra las mu-
jeres; encargada de tareas de prevención, auxilio e investigación,
identificación y aprehensión de los responsables de hechos de

174
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 89

violencia hacia las mujeres y la familia. Desarrollará plataformas


de atención y recepción de denuncias, crearán unidades móviles
especializadas para acudir a las mujeres en situación de violencia.
• El Ministerio de Justicia es la entidad responsable de coordinar la
realización de políticas integrales de prevención, atención, sanción
y erradicación de la violencia hacia las mujeres. Tiene a su cargo
el Sistema Integral Plurinacional de Prevención, Atención, Sanción
y Erradicación de la Violencia en razón de Género (SIPPASE).
• El Ministerio de Justicia creará Servicios Integrados de Justicia
Plurinacional, que tienen obligatoriedad de atender a mujeres en
situación de violencia al igual que el Servicio Plurinacional de De-
fensa a las Víctimas.
• Los servidores públicos, de las instancias públicas de atención a
mujeres en situación de violencia deberán ser formados y sensi-
bilizados sobre los derechos de las mujeres y en la temática de la
violencia contra las mujeres.
• El Consejo de la Magistratura deberá implementar, gradual y pro-
gresivamente, los Juzgados contra la Violencia hacia las Mujeres,
incluyendo en el currículo de la Escuela de Jueces del Estado, cur-
sos de especialización en materias de género, derechos humanos
y violencia.
• Se crean instancias especializadas para el tratamiento de la in-
vestigación de las situaciones de violencia hacia las mujeres en
el Ministerio Público, Fiscalías Especializadas y en el Instituto de
Investigación Forense.
Como se ve, existe ya un conjunto amplio de políticas públicas, no
solo de las entidades judiciales, que de cumplirse contribuirán de ma-
nera importante a mejorar los servicios dirigidos a la sociedad, el acceso
a la justicia en favor de grupos en situación de riesgo y vulnerabilidad.
Una vez más constatamos que el nudo crítico de los problemas de
acceso a la justicia pasa por aspectos de gestión institucional, planifi-
cación, organización y presupuesto, que por necesidades de nuevas o
mayores reformas legales o constitucionales.

Fortalecer la transparencia, independencia y rendición de cuentas judicial

Los principales desafíos para la consolidación institucional de los


nuevos órganos de justicia tienen que enfocarse en fortalecer la transpa-
rencia, independencia e imparcialidad de la justicia ordinaria. Es más, el
año 2007 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su In-
forme sobre Bolivia (CIDH, 2007c), ya llamaba la atención sobre “diver-

175
90 Reforma judicial en Bolivia

sos elementos que pueden cuestionar la independencia, imparcialidad e


idoneidad de los jueces en Bolivia”. Dicho documento observó algunas
falencias en relación a la transparencia del proceso de designación de
funcionarios judiciales y del Ministerio Público, debilidades en el siste-
ma disciplinario, injerencia política sobre la judicatura e incertidumbre
en la carrera judicial.
Considerando que el acceso a una justicia independiente, imparcial y
transparente es un derecho de las personas −más que una prerrogativa
del gremio− orientado a garantizar el debido proceso para un juicio jus-
to, oportuno y cumplido; el propio poder judicial, en su Plan Estratégico
Institucional 2009–2012, ya delineó una agenda amplia de acciones es-
tratégicas para avanzar en este objetivo; que hoy se hacen más urgentes
considerando que el proceso de transición constitucional de justicia ha
delineado una revisión del escalafón judicial. Este Plan Estratégico Institu-
cional proponía, como uno de sus objetivos permanentes, el “precautelar
la independencia y autonomía del poder judicial”, mediante el desarrollo
de mecanismos que promuevan la transparencia, medición del desempe-
ño y rendición de cuentas en todos los niveles de la judicatura.
El punto de partida de este proceso es promover una cultura institu-
cional de transparencia en los sistemas de ingreso, evaluación y ascenso
dentro del servicio judicial, la idoneidad profesional en base al mérito,
así como la publicidad de la decisión y resoluciones de todas las instan-
cias. La presente coyuntura de cambio en el sistema de justicia ofrece
diversas ventanas de oportunidad, que sobre la base de voluntad políti-
ca, participación ciudadana y criterios técnicos previos pueden generar
avances en diversos campos.
En materia de legislación existen diversas leyes pendientes que de-
ben complementar el sistema. Se hace necesario apoyar el desarrollo
legislativo de los nuevos códigos procesales en materia constitucional,
penal y civil, además de agroambiental, donde por ejemplo se podría
incluir la oralidad. Están en carpeta los proyectos de Ley sobre la Juris-
dicción especial administrativa, coactiva fiscal, el régimen legal conten-
cioso administrativo, como la Ley sobre Faltas y Contravenciones.
Con la aprobación de una nueva Ley del Ministerio Público, queda
pendiente (re)iniciar la institucionalización del sistema de la carrera fis-
cal. Se deberá proceder a la designación de fiscales de distrito y fiscales
de materia, dentro de un proceso de selección competitivo abierto al
escrutinio público, que asegure la autonomía funcional y el desarrollo
de capacidades técnicas y forenses en la persecución penal. Tal un reto
urgente y ojalá próximo a asumir.
Los nuevos órganos de justicia también requieren fortalecer sus pro-

176
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 91

cesos de planificación estratégica institucional, programación de ope-


raciones y el desarrollo de sistemas administrativos; junto a la regla-
mentación y convocatorias para institucionalizar la carrera del servidor
judicial; área donde se ha identificado una gran necesidad y demanda
de asistencia técnica.
La puesta en marcha de la Escuela de Jueces, sucesor del Instituto de
la Judicatura, también requiere de un enorme apoyo en su desarrollo
académico y organizacional, donde la variable de interculturalidad debe
jugar un rol central, en tanto su misión es formar jueces con capacidad
de desempeñarse bajo el pluralismo jurídico base de la justicia plural
y de aplicación directa del control de convencionalidad en materia de
derechos humanos, como parte del bloque de constitucionalidad. Fren-
te a los retos que plantea la mora judicial en el despacho de causas, se
debe hacer una reingeniería de la gestión institucional de los servicios
judiciales; la puesta en marcha de plataformas de atención al ciudada-
no, central de diligencias y nuevos sistemas de gestión de audiencias,
son fundamentales.
En cuanto a la rendición de cuentas; la publicidad de las resoluciones
judiciales vía internet, la aplicación de sistemas informáticos, el procesa-
miento y difusión pública de estadísticas judiciales, resultan imposterga-
bles. Como en varios de los países de la región, el Órgano Judicial está
encapsulado en sí mismo, por lo que el impulso democratizador de la
justicia que significaron las elecciones judiciales debe ser ahora com-
plementado con espacios institucionalizados y periódicos de diálogo
social y consulta pública, sobre las políticas de administración, acceso y
transparencia judicial. Finalmente, como complemento a estas acciones
de desarrollo institucional, a nivel externo se hace necesario trabajar
con medios de comunicación social, colegios profesionales, universi-
dades, organizaciones sociales y ONG, en procesos de debate público
plural, acceso a la información pública, participación social, monitoreo
ciudadano y evaluación técnica permanente en la implementación de
estas medidas.

Apoyar la justicia indígena, originaria y campesina, así como establecer


los mecanismos de articulación con la justicia ordinaria

Bolivia ha avanzado en consolidar el reconocimiento oficial de los


sistemas de justicia indígena, tanto en la adopción de instrumentos in-
ternacionales, como en la misma Constitución. En ese marco, en diciem-
bre de 2010 se aprobó la “Ley de Deslinde Jurisdiccional”, que si bien
concreta algunos avances en relación a la cooperación y coordinación
con la justicia ordinaria, ha sido también cuestionada, ya que en su ar-
tículo 10º, que delimita la competencia material, cercena muchas de las

177
92 Reforma judicial en Bolivia

materias donde, tradicional y ancestralmente, las autoridades indígenas


han venido administrando justicia, como son la delimitación de linderos
y la sanción de ciertos delitos, que hoy han quedado bajo esfera de la
justicia ordinaria. Se hace necesario evaluar la aplicación de la ley, así
como promover un proceso de revisión y modificación legislativa, ade-
cuándola al texto constitucional. Así lo recomienda el Comité para la
Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU en su último informe
sobre Bolivia, en el examen a los Estados miembros33.
Si bien la Ley de Deslinde fue una reivindicación de las organizacio-
nes indígenas, su actual contenido no ha sido lo suficientemente divul-
gado, tanto entre autoridades comunitarias, como entre operadores de
la justicia formal, por lo que se hace necesario un proceso amplio de
difusión pública, sensibilización y capacitación. Lo que sí deja claro la
ley es el cumplimiento de los DD. HH., particularmente de los derechos
de debido proceso y derecho a la vida, proscribiendo toda forma de
violencia hacia niños y mujeres, exigiendo respeto al adulto mayor, y
prohibiendo las expresiones de justicia por mano propia o linchamien-
to. En el mismo sentido, también se hace esencial difundir esos valores
y límites de la justicia indígena, a fin de prevenir excesos y arbitrarieda-
des que tanto han contribuido a estigmatizar su reconocimiento, al re-
lacionarla con el linchamiento y otras expresiones de justicia por mano
propia; cuando las raíces de estas desviaciones más bien las encontra-
mos en entornos de anomia estatal y ausencia de derecho, en zonas
donde el sentido de comunidad se encuentra más bien desestructurado.
La enseñanza del pluralismo jurídico en la formación de los nuevos
abogados resulta crucial para el desarrollo de la nueva justicia plural.
Por ello, abrir una línea de trabajo con las facultades de Derecho del
país es fundamental, para que los operadores judiciales desde su inicio
profesional tengan una mayor comprensión y sensibilidad intercultural.
Según una encuesta realizada por el Instituto de la Judicatura, un 55%
de los jueces y vocales demanda capacitarse en temas de jurisdicción
indígena originaria campesina ( JIOC), lo que evidencia la necesidad de
fortalecer la enseñanza del pluralismo jurídico en la formación de los
jueces, reto que deberá asumir la nueva Escuela de Jueces (Instituto de
la Judicatura, 2012).
El marco legal ofrece oportunidades de avanzar en la agenda del
diálogo intercultural entre la justicia indígena y las otras jurisdicciones,
por lo que promover el desarrollo de buenas prácticas y mecanismos
institucionalizados de coordinación y cooperación a nivel local es una
33 Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, Examen de los informes presen-
tados por los Estados partes de conformidad con el artículo 9 de la Convención, Obser-
vaciones finales del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial sobre Bolivia,
CERD/C/BOL/CO/17-20, 10 de marzo de 2011.

178
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 93

iniciativa que debe ser adelantada, extendida y replicada por los Tribuna-
les de Justicia. En ese sentido, se deberá hacer un esfuerzo particular en
conocer y comprender las diversas expresiones y lógicas culturales de los
pueblos indígenas, en sus modos originarios de solución de conflictos y
prácticas ancestrales de administración de justicia. Para ello, el desarrollo
de un Mapa de la Justicia Indígena, podría contribuir a precisar el alcance
y ámbito de esta jurisdicción en las diversas regiones del país.
Otro gran tema tiene que ver con las condiciones de interculturali-
dad en la propia justicia ordinaria. Cuando un miembro de un pueblo
indígena es juzgado fuera de su jurisdicción, se deberá considerar y
comprender su condición cultural de diferencia al momento de juzgarlo
y sancionarlo. Conforme los criterios establecidos en la Recomendación
General n.º 31 (2005), sobre la prevención de la discriminación racial
en la administración y el funcionamiento de la justicia penal, del Co-
mité para la Eliminación de la Discriminación Racial que, en relación
al tema, presenta unas reglas mínimas o estándares que se deberían
considerar en los sistemas de justicia penal, a fin de evitar sus efectos
discriminatorios sobre grupos étnicos y culturales, garantizando “los de-
rechos fundamentales de defensa enunciados, como el derecho a los
servicios de un intérprete, el derecho a la asistencia letrada, el derecho
a comparecer en breve plazo ante un juez o autoridad facultada por la
ley para ejercer funciones judiciales”. Aquí se abre toda una línea de
trabajo en relación a peritajes culturales, intérpretes en lenguas origina-
rias y plurilingüismo en los servicios judiciales, así como formación de
jueces y fiscales en el respeto a los derechos de diversidad cultural y la
cosmovisión indígena.
Hay que señalar que el Convenio n.º 169 de la OIT (Organización
Internacional del Trabajo), sobre Pueblos Indígenas de 1989 establece
que, por ejemplo: al aplicar la legislación nacional a los pueblos indí-
genas deberán tomarse debidamente en consideración sus costumbres
o su derecho consuetudinario (artículo 8. 1.) y que en la medida en
que ello sea compatible con el sistema jurídico nacional y con los de-
rechos humanos, se buscará respetar los métodos a los que los pueblos
interesados ocurren tradicionalmente para la represión de los delitos
cometidos por sus miembros (artículo 9. 1.). Además que, cuando se im-
pongan sanciones penales previstas por la legislación general a miem-
bros de dichos pueblos, se tendrán que considerar obligatoriamente sus
características económicas, sociales y culturales, así como deberá darse la
preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento (artículo 10).
Las cárceles de Bolivia son quizás el lugar donde menos se ha avan-
zado en materia de diversidad cultural. En materia de penas, si bien los
estándares internacionales definen que son los mismos pueblos indí-

179
94 Reforma judicial en Bolivia

genas, conforme a normas y procedimiento propios, los que tienen el


derecho a imponer sanciones a sus miembros, y que cuando se fijen
sanciones penales en la justicia ordinaria, estas deberán ser preferible-
mente diferentes a las de encarcelamiento; el país no ha marcado dife-
rencia sustantiva en esta materia.
Para hacer efectivo el respeto a los derechos de diversidad cultural de
los pueblos indígenas, más aún en Estados plurinacionales como Boli-
via, las leyes deberán incluir y adelantar algunos criterios y salvaguardas
para asegurar una interpretación intercultural de los derechos humanos
dentro el enjuiciamiento penal; a fin de que los jueces y fiscales, en el
ámbito de sus labores de administración de justicia, puedan aplicar –si-
guiendo la denominación de una de las líneas de análisis del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos– un margen de apreciación que per-
mita establecer cuándo esas particularidades culturales son aceptables,
razonables y equitativas, de tal manera que, ante contextos, identidades
culturales, cosmovisión, valores y pautas de comportamiento diferentes,
también haya un tratamiento jurídico-criminal diferenciado.

Desarrollar mayores capacidades de la justicia constitucional en


su rol de protección de los derechos humanos en el marco del pluralismo jurídico

La puesta en marcha del Tribunal Constitucional Plurinacional, impli-


ca también un conjunto de diversos desafíos institucionales. El primero
tiene que ver con su rol protector y garante de los derechos fundamen-
tales sobre todas las jurisdicciones, ordinarias e indígenas, originaria
campesina. La consideración y resolución de las acciones de defensa
de los derechos individuales y colectivos tiene un papel central en ase-
gurar el buen funcionamiento del sistema de justicia. En ese sentido,
el desarrollo de programas permanentes de capacitación en DD. HH.
con operadores de justicia, particularmente en relación a la aplicación
preferente de los Convenios y Tratados Internacionales de DD. HH.,
como parte del bloque de constitucionalidad, se hace muy necesario.
El desarrollo de una “pedagogía constitucional” hacia y con la sociedad
civil, a partir de la jurisprudencia que se desarrolle en aplicación del
nuevo texto constitucional, especialmente en casos emblemáticos o de
interés público, puede ser una herramienta que contribuya al desarrollo
de una cultura constitucional de respeto a los derechos.
La contribución de la jurisprudencia constitucional al desarrollo de la
reforma procesal penal durante la década anterior fue fundamental, por
lo que el control de constitucionalidad que pueda efectuar el TCP sobre
la implementación de la nueva justicia, sería un elemento significativo
para evitar retrocesos en la vigencia de las garantías jurisdiccionales
que la nueva Constitución reconoce. En especial, en su rol de tutela

180
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 95

del “Derecho de Acceso a la Justicia”, en ocasión de la revisión de la


resoluciones emitidas en acciones de Libertad, Amparo Constitucional,
Protección de Privacidad, Popular y de Cumplimiento, conforme a los
procedimientos establecidos en el Código de Procedimientos Constitu-
cionales y la aplicación de los estándares internacionales de DD. HH.
como parte del bloque de constitucionalidad.
Otro desafío importante se relaciona con la función de control cons-
titucional, consulta en casos concretos y de resolución de conflictos de
competencia entre la justicia indígena originaria campesina y la jurisdic-
ción ordinaria y agroambiental. El abordaje que se haga de estos casos
desde un enfoque de interculturalidad e interlegalidad es esencial. Para
ello, la conformación de una unidad técnica de apoyo en peritaje in-
tercultural se hace indispensable; no solo para apoyar la sala especial
sobre derechos indígenas, sino transversalmente en otras áreas, como la
penal, agroambiental y de recursos naturales.
Entre otras cuestiones, las funciones de control de constitucionalidad
que tiene el TCP dentro del proceso autonómico del país, como son sus
atribuciones para resolver conflictos entre niveles autonómicos, el con-
trol previo de los Estatutos Autonómicos, particularmente de aquellas
Autonomías Indígenas Originarias Campesinas en formación, hacen que
este Tribunal requiera de ciertas capacidades adicionales.

10.4 Líneas de acción

La formulación de una política pública de acceso a la justicia que


contribuya a incrementar la llegada al sistema de justicia plural, a fin de
garantizar los derechos humanos de los grupos más vulnerables de la
sociedad deberá articular, de manera integral, tres líneas de acción en
los cuatro objetivos interdependientes definidos:
Tabla 12
Marco estratégico y líneas de acción para la reforma judicial

1. Acceso igualitario a la justicia plural

Objetivo estratégico: Ampliar la cobertura y mejorar el acceso igualitario a la justicia plural,


focalizando servicios a favor de los grupos más vulnerables de la sociedad.

Líneas de acción: Acciones operativas

Desarrollo normativo • Proyecto de Ley de Faltas y Contravenciones.


• Proyecto de Ley de Justicia de Paz.
• Reforma a la LOJ y MARC.
• Ajustes en competencias para abrir el acceso a la justicia en municipios
y áreas rurales.

Sistemas de gestión • Diagnóstico de necesidades de servicios. judiciales, por región, población y


materia.
• Reordenamiento territorial de juzgados.
• Modelo de gestión de juzgados.
• Gestión de audiencias.
• Desarrollo de sistemas de registro y estadísticas.
181
• Protocolos de atención a grupos vulnerables.
Objetivo estratégico: Ampliar la cobertura y mejorar el acceso igualitario a la justicia plural,
focalizando servicios a favor de los grupos más vulnerables de la sociedad.

Líneas de acción: Acciones operativas

Desarrollo normativo • Proyecto de Ley de Faltas y Contravenciones.


96 Reforma judicial en Bolivia • Proyecto de Ley de Justicia de Paz.
• Reforma a la LOJ y MARC.
• Ajustes en competencias para abrir el acceso a la justicia en municipios
y áreas rurales.

Sistemas de gestión • Diagnóstico de necesidades de servicios. judiciales, por región, población y


materia.
• Reordenamiento territorial de juzgados.
• Modelo de gestión de juzgados.
• Gestión de audiencias.
• Desarrollo de sistemas de registro y estadísticas.
• Protocolos de atención a grupos vulnerables.
• Programas de capacitación permanente.
• Planes de implementación de los nuevos códigos de Procedimiento Civil,
Familias y NNA (Justicia penal juvenil) y violencia a las mujeres.
• Estrategia contra el hacinamiento carcelario.

Servicios al ciudadano • Fortalecimiento de los MARC.


• Centros de conciliación judicial.
• Desarrollo de la conciliación vecinal.
• Implementación de la justicia de paz.
• Ampliación de la cobertura de los SIJPLU
• Apoyo a la creación de SLIM y Defensorías de la NNA en municipios rurales.
• Brigadas Móviles de la Defensoría Pública rural.
• Programas de capacitación, información, difusión y educación ciudadana.
• Proyectos de orientación jurídica, patrocinio judicial y asistencia legal
gratuita, brigadas móviles de apoyo legal.
• Clínicas legales universitarias y servicios legales pro bono.
• Centros especializados de atención a víctimas.
• Programas de prevención de la Violencia hacia los Mujeres y NNA.

2. Justicia independiente, transparente, con rendición de cuentas

Objetivo estratégico: Fortalecer la transparencia, independencia y rendición de cuentas del


sistema judicial.

Líneas de acción: Acciones operativas

Desarrollo normativo • Crear una Comisión Nacional Especial de Desarrollo legislativo del sistema
judicial.
• Establecimiento de una Agenda de Coordinación con la Asamblea
Legislativa para el tratamiento de los Proyectos de ley vinculados al
Sistema de Justicia.
• Proyecto de Ley de Procedimientos Agroambientales.
• Proyecto de Ley del Contencioso Administrativo.
• Proyecto de Ley Jurisdicción Especial administrativa, coactiva y fiscal.
• Implementar la desjudicialización de procesos en materia de registro civil
y la oralidad en materia civil.

Sistemas de gestión • Elaboración de un plan estratégico del Órgano Judicial.


• Aplicación del sistema de carrera judicial en la revisión del escalafón
judicial.
• Implementación de sistemas de ingreso, evaluación y ascenso dentro del
servicio judicial.
• Fortalecimiento de la Escuela de Jueces.
• Convocatoria pública a concurso de méritos para la designación de fiscales
de Distrito.
• Continuación del proceso de carrera fiscal en el Ministerio Público.
• Plan Nacional de Transparencia Judicial.
• Implementación del nuevo régimen disciplinario, con jueces ciudadanos.
• Código de Ética Judicial.
• Sistemas de información y estadística judicial.
182 • Unidades de transparencia y anticorrupción.
• Evaluación del desempeño.
• Aplicación del sistema de carrera judicial en la revisión del escalafón
judicial.
• Implementación de sistemas de ingreso, evaluación y ascenso dentro del
servicio judicial.
• Fortalecimiento de la Escuela de Jueces.
• Convocatoria pública a concurso de méritos para la designación de fiscales
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 97
de Distrito.
• Continuación del proceso de carrera fiscal en el Ministerio Público.
• Plan Nacional de Transparencia Judicial.
• Implementación del nuevo régimen disciplinario, con jueces ciudadanos.
• Código de Ética Judicial.
• Sistemas de información y estadística judicial.
• Unidades de transparencia y anticorrupción.
• Evaluación del desempeño.

Servicios al ciudadano • Defensor del Litigante.


• Plataformas de atención al público.
• Diseñar e implementar una estrategia de comunicación institucional.
• Publicidad de las resoluciones judiciales.
• Audiencias públicas sobre administración de justicia.
• Monitoreo ciudadano a la carrera judicial.
• Apoyo a la resolución de causas pendientes por los magistrados liquidadores.
• Acceso público a la información judicial.

3. Justicia indígena empoderada y articulada

Objetivo estratégico: Fortalecer la justicia indígena, originaria y campesina, así como establecer los
mecanismos de articulación con la justicia ordinaria.

Líneas de acción: Acciones operativas

Desarrollo normativo • Revisión y modificación de la Ley de Deslinde.

Sistemas de gestión • Protocolos de actuación judicial con pertinencia intercultural e interlegalidad.


• Mapeo de la jurisdicción indígena.
• Programas de capacitación permanente a operadores de justicia.
• Programas de capacitación permanente con autoridades indígenas.
• Programas de difusión pública.
• Desarrollo curricular sobre pluralismo jurídico para universidades e
institutos de capacitación.

Servicios al ciudadano • Mecanismos de coordinación y cooperación con la justicia ordinaria y


agroambiental.
• Articulación de la JIOC con SLIM, DNA y SIJPLU.

4. Justicia constitucional para la tutela de los DD. HH. y el pluralismo jurídico

Objetivo estratégico: Desarrollar mayores capacidades de la justicia constitucional en su rol de protección


de los derechos humanos en el marco del pluralismo jurídico.

Líneas de acción: Acciones operativas

Desarrollo normativo • Ratificación de Tratados internacionales de DD. HH. pendientes.

Sistemas de gestión • Elaboración de reglamentos internos.


• Capacitación por parte de la Escuela de Jueces en materia de Derecho
Internacional de los DD. HH. como parte del bloque de constitucionalidad.
• Desarrollo del pluralismo jurídico.

Servicios al ciudadano • Ampliar y fortalecer las labores de la Defensa Pública en materia de


acciones de defensa constitucional.
• Difusión de la Ley de Procedimientos Constitucionales.
• Desarrollo de capacidades en litigio estratégico de alto impacto con
organizaciones de la sociedad civil, para la defensa de casos emblemáticos.
• Difusión, observación, monitoreo ciudadano y análisis de la jurisprudencia
constitucional.

Fuente: Elaboración propia en base a propuesta del autor en CAJ/COSUDE, 2012

183
98 Reforma judicial en Bolivia

11. Conclusiones y recomendaciones


Con el retorno a la democracia en 1982, el país ha vivido un largo pro-
ceso, con sus luces y sombras, de construcción de sus instituciones po-
líticas. Podríamos decir que, así como en esos años los problemas que
enfrentó la administración de justicia en Bolivia no estaban aislados de
aquellos que confrontó la transición democrática después de muchos
años de gobiernos militares (Gamarra, 1991), hoy la reforma de la jus-
ticia boliviana tampoco está al margen del proceso de cambio político
que vive el país, signado por la contradicción entre una constitución
enormemente garantista e inclusiva y prácticas autoritarias de concen-
tración del poder y dominio político. En ese contexto, una primera pre-
misa es que solo es posible una reforma genuinamente democrática de
la justicia en una democracia robusta y plural, con pesos y contrapesos
al poder. El centro de la reforma deberá ser el acceso igualitario a una
justicia plural, independiente y transparente.
De la trayectoria histórica estudiada podemos concluir que las ini-
ciativas más notables de reforma de la institucionalidad democrática
boliviana −aunque escasas– fueron aquellas donde hubo mayores con-
sensos políticos. Así como los acuerdos políticos del año 1990 viabili-
zaron cortes electorales imparciales, también posibilitaron las reformas
constitucionales de 1994, 2004 y 2009. Cada cual, en su medida, signi-
ficó avances democráticos para la ciudadanía. Solo así, en el ámbito de
la construcción de grandes consensos, la reforma judicial se convertirá
en política de Estado.
Aquí el gesto político y liderazgo le corresponde al Ejecutivo que,
en la persona del presidente del Estado, contiene todo el capital políti-
co, apoyo social, reconocimiento internacional y liderazgo para avan-
zar hacia ese objetivo nacional; quien además ya demostró dotes de
estadista y pragmatismo al invitar a reconocidas personalidades, que
no formaban parte del partido de gobierno, para asumir altas respon-
sabilidades en funciones críticas que requerían de un talento diplomá-
tico personal, como en el caso de la demanda marítima en La Haya, o
de experticia técnica especial, como en la reorganización del sistema
de identificación personal o en las actividades del Instituto Nacional
de Estadísticas.
En ese sentido, la convocatoria a la próxima cumbre judicial marca
el inicio de un proceso largo de concertación política, diálogo social,
diseño técnico, apropiación institucional, así como de planificación, or-
ganización, implementación y evaluación.
Desde la perspectiva de los actores, este proceso debe implicar un
diálogo y coordinación de múltiples agentes. Se plantea como requisito

184
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 99

de toda reforma exitosa, que sea respaldada por una alianza de diver-
sos sectores, incluidos los políticos, líderes de opinión, académicos,
organizaciones sociales, civiles y operadores del sistema. Entre ellos, los
miembros de la judicatura, que tradicionalmente ha jugado un rol más
bien discreto y tímido, muchas veces con resistencia al cambio; ahora
son los llamados a implementar, desde dentro, las próximas reformas.
También hay que señalar que el proceso parte con un consenso bási-
co o inicial, y es que el país entero siente la necesidad de una reforma,
y todos los sectores políticos convienen en que, frente a la crisis judicial
se debe dar una respuesta política urgente. La crítica compartida, de
oficialismo y oposición, respecto a los resultados de las elecciones ju-
diciales marcan una oportunidad y punto de arranque para un acuerdo
nacional por la justicia.
La cumbre judicial deberá producir como resultado unos acuerdos
básicos, traducidos en una agenda de grandes temas críticos, que luego
deberán pasar por unas mesas técnicas a fin de generar las soluciones
concretas, y así construir un plan integral de la reforma judicial. Es ne-
cesario partir de un diagnóstico rápido, basado en evidencia empírica
y confiable; que visibilice de manera confiable la situación actual de la
administración de la justicia, detectando los aspectos críticos que per-
mitan la elaboración de una propuesta. Luego, formular un plan con
objetivos de corto y de largo plazo, buscando impactos inmediatos a la
vez que procesos de maduración más progresivos. Con una estrategia
de implementación y con indicadores de éxito capaces de ser medidos.
Se plantea la adopción de un sistema de seguimiento y evaluación para
la medición basada en indicadores de la política pública de reforma y
acceso a la justicia.
La Cumbre debería también concluir con la formación de un Consejo
Plurinacional para la Reforma Judicial, que se encargue de la elabora-
ción del plan y seguimiento de la implementación de las reformas. Este
Consejo estaría conformado por representantes de las instituciones del
sistema de justicia y de la sociedad civil, guardando los equilibrios nece-
sarios. La participación de los presidentes del Tribunal Supremo, Conse-
jo de la Magistratura, Tribunal Agroambiental, y Tribunal Constitucional
es clave, así como del fiscal del Estado, Ministerio de Justicia, procu-
rador y el Defensor del Pueblo. También habría que involucrar a los
presidentes de las comisiones de Justicia de ambas cámaras legislativas,
así como a representantes designados por las organizaciones sociales,
sindicales, empresariales, académicas, colegios de abogados, facultades
de Derecho y entidades civiles especializadas en justicia y derechos
humanos; que funcionarían con el apoyo técnico y administrativo de

185
100 Reforma judicial en Bolivia

una secretaría ejecutiva, designada por el presidente del Estado, de una


terna que presente dicho Consejo.
La información pública juega un rol clave. Se deberá diseñar e im-
plementar un plan de concienciación (campaña) hacia la ciudadanía,
promoviendo su participación en los espacios donde se discutan las ba-
ses de la reforma, toda vez que la sociedad civil, especialmente aquella
que trabaja directamente con la población más necesitada, guarda un
conocimiento concreto sobre la problemática y las medidas necesarias
para su alivio.
Otro aspecto crítico es ¿qué reformar? La Cumbre puede concluir con
un pliego de demandas dispersas, o convertirse en un intercambio de
criterios generales o de anécdotas personales. Se debe ser estratégico
en identificar prioridades. La reforma judicial, por sí, no resolverá todos
los males del sistema. Lo que hace la reforma es, en realidad, dotar de
nuevas condiciones para que las instituciones funcionen de manera
diferente. Delimitar qué es posible hacer, o establecer los límites de
aquello que es factible, mediante un proceso de reforma es algo que
solo puede ser determinado sobre la base de un buen conocimiento
de la realidad (Pasara; 014, p.269). No es posible hacerlo todo a la vez.
Finalmente, uno de los debates es si la reforma judicial requiere un
cambio estructural del sistema, mediante una revisión del diseño cons-
titucional que modifique, por ejemplo, las funciones y composición
de los órganos de la función judicial, para lo que se requiere un refe-
réndum nacional para la reforma de esta parte de la constitución. Hay
quienes sostienen que las competencias administrativas y financieras
deberían volver al Consejo de la Magistratura, o que el Tribunal Cons-
titucional debería ser una sala especializada del Tribunal Supremo, e
incluso cuestionan la necesidad de mantener el tribunal agroambiental.
Sobre el particular, la evidencia de la presente investigación permi-
te concluir que la crisis judicial más que un problema de disfuncio-
nalidad en su estructura y organización, tiene que ver con problemas
en la gestión institucional. Se han creado nuevos órganos, se han
aprobado nuevas y muchas leyes, pero no se han reformado las ins-
tituciones, no se han asignado presupuestos ni se han cambiado las
prácticas de la administración de justicia. En este trabajo proponemos
la premisa o tesis que no es necesario una renovación constitucional
por referéndum nacional para iniciar con las reformas, que son más
institucionales que constitucionales.
Se hace necesario adoptar políticas públicas, medidas administrativas
y modelos de gestión institucional de los órganos del sistema judicial,
de tal manera que la propia organización del sistema de justicia mejore

186
Reforma judicial en Bolivia: Elementos para el diagnóstico y desafíos 101

sus servicios, cualifique sus recursos humanos y facilite el acceso a la


justicia de las personas en condición de vulnerabilidad.
Un tema que sí merece una reflexión particular sobre una eventual
modificación constitucional es la vigencia del sistema de elección judi-
cial por voto popular. Pero esto no es una condición previa para avan-
zar en la agenda amplia de reforma judicial que ya hemos descrito.
El centro del problema ha sido la fase de preselección de candidatos,
donde no se ha cumplido con la calificación de méritos que la propia
constitución establece; y la solución pasa por un nuevo reglamento
de la Asamblea Legislativa que corrija esta falencia e inserte una fase
intermedia y externa de evaluación curricular basada en méritos. Hay
diversas experiencias sobre “autolimitación” de órganos del Estado
en el ejercicio de algunas atribuciones para designar funcionarios pú-
blicos. Por ejemplo, el expresidente Ernesto Kirchner, el año 2003,
teniendo la prerrogativa de proponer una terna al Congreso para la
designación de ministros de la Corte Suprema Argentina, mediante
decreto supremo abrió una fase previa de consulta con la sociedad
civil, y finalmente pasó la terna validada por dichos filtros, la que él
no había conformado. En Bolivia, antes de la última reforma consti-
tucional, el presidente Carlos Mesa en el 2005, también por decreto
supremo, teniendo la facultad plena para designar prefectos de depar-
tamento, convocó a elección democrática para estas funciones, para
luego proceder a su designación presidencial. Una voluntad política
similar podría expresarse y normarse cuando corresponda la elección
de próximas autoridades nacionales de la justicia.

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192
LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL
DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA
HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO

193
SUMARIO

I. PODER JUDICIAL Y SEPARACIÓN DE PODERES. II. LEGITIMI-


DAD DEMOCRÁTICA DE LOS TRIBUNALES. III. INDEPENDENCIA
JUDICIAL. IV. DERECHO ORDINARIO. V. EL JUEZ PRECONSTITUI-
DO POR LEY EN LA JURISPRUDENCIA

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N.o 80, enero-abril 2011, págs. 261-282

194
Fecha recepción: 20.09.2010
Fecha aceptación: 10.01.2010

LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL
DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA
POR

HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO*

Profesor de Derecho
Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra

I. PODER JUDICIAL Y SEPARACIÓN DE PODERES

1. O el poder judicial es independiente o es subordinado. Si es lo primero, es


el poder judicial de un Estado de Derecho. Si es lo segundo, no hay Estado de
Derecho.
2. Es independiente si está habilitado para hacer inexequibles los actos del
poder público. Significa que participa del sistema de frenos y contrapesos. Está
posicionado a la par de los poderes ejecutivo y legislativo. En la tradición cons-
titucional anglo-americana, el poder judicial ocupa este lugar por mérito propio.
El rule of law (Estado de Derecho) fue una creación histórica de los tribunales1.

*
Master of Laws (Harvard Law School). Árbitro (Cámara de Industria, Comercio y Turismo de
Santa Cruz). Antiguo alumno de la Academia de La Haya de Derecho Internacional. Publicación
vinculada a este tema: Aplicación judicial de la constitución (El País/2010).
1
En su sentido formal al menos, la idea de un Estado de Derecho es de los tribunales ingleses.
Su formulación teórica vino dos siglos después, en Alemania, de la mano de Von Mohl (1844) y,
entre otros, de Bähr (1864): «el Derecho y la ley sólo pueden adquirir significado y poder real don-
de encuentran un pronunciamiento judicial dispuesto para su realización» (BÄHR, Otto; El Estado
de Derecho, 1864, p. 12, cit. por SOMMERMANN, Kart-Peter; El papel de la Ley alemana de la Justicia
Administrativa para la realización del Estado de Derecho, en ABERASTURI, Pedro (coordinador); Ley de
la Justicia Administrativa Alemana, 1ª edición, Buenos Aires, Konrad Adenauer/Abeledo Perrot,
2009, p. 4).

© UNED. Revista de Derecho Político 263


N.o 80, enero-abril 2011, págs. 261-282

195
HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO

Significaba (1) su vinculación al common law (derecho común) y (2) su indepen-


dencia de las órdenes del monarca o sus delegados.
Esto arraigaba en las doctrinas inglesas de (1) la supremacía del common law
y (2) el debido proceso. Ambas se deben al juez Coke (1552-1634). En la pri-
mera puso al common law como fundamento del sistema jurídico británico. La
aplicó en el asunto Bonham (1610), que revocó una decisión de naturaleza ad-
ministrativa con pié en que violaba el principio del common law según el cual
ningún hombre debe ser juez de su propia causa2. En la segunda hizo equiva-
lentes el debido proceso y la expresión law of the land (ley del país), que venía
de la Carta Magna (1215) como una limitación al poder del rey para encarcelar
o desposeer a una persona de sus bienes, «a no ser por un juicio legal de sus pa-
res y por la ley del país» (párrafo 39). De aquí concluyó que el debido proceso
incluía las garantías procesales contra el ejercicio arbitrario del poder (procedu-
ral due process) y la limitación sustantiva del poder gubernamental (substantive
due process). La aplicó en el asunto Prohibitions (1607), que negó que el rey pu-
diese juzgar directamente. Sólo podía hacerlo a través de los tribunales, «de
acuerdo con el derecho y la costumbre de Inglaterra»3 y en el asunto Procla-
mations (1611), que negó que pudiese crear nuevos delitos: ese era un mono-
polio del poder legislativo, y lo suyo un acto de usurpación4.
Hasta aquí el derecho inglés. Las colonias americanas independizadas (1776)
dieron a sus tribunales la misma competencia que tenían sus pares ingleses para
(1) imponer a la administración el cumplimiento de un acto debido (writ of man-
damus) y (2) cuestionar la legalidad de sus actos (quo warranto). Se trataba de rei-
vindicar el derecho de los colonos de ejercer el mismo grado de libertad del que
gozaban los ingleses. El control de constitucionalidad estaba ad portas. Apareció
primero como un argumento de parte en las judicaturas estaduales de Rhode Is-
land (Trevett v. Weeden, 1786)5 y Carolina del Norte (Bayard v. Singleton, 1787)6.
Luego como un dictum de la Corte Suprema de Justicia (Hylton v. United States,

2
Cit. por KELLY, Alfred H; HARRISON, Winfred A.; BELZ, Herman; The American Constitution.
Its Origins and Development (Volumen I, 7ª edición, Nueva York, W.W. Norton & Company,
1991), p. 61.
3
Cit. por GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo; La lengua de los derechos. La formación del derecho pú-
blico europeo tras la Revolución Francesa (2ª reimpresión, Madrid, Alianza, 2001), p. 148.
4
Cit. por GARCÍA PELAYO, Manuel; Derecho constitucional comparado (1ª edición, Madrid,
Alianza, 1999), p. 262.
5
Cf. KELLY, Alfred H; HARRISON, Winfred A.; BELZ, Herman; en ob. cit. en nota al pie 2, p.
170.
6
HAINES, Charles Grove; The American Doctrine of Judicial Supremacy (1ª edición, Nueva York,
Russell & Russell, 1959), pp. 105-106 y 115-117.

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LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA

1796)7. Y finalmente fue aplicado en Marbury v. Madison8 (1803), cuando Wi-


lliam Marbury solicitó a la Corte un mandamus para que el Secretario de Estado le
entregase su nombramiento de juez de paz.
3. El poder judicial concebido por la Revolución Francesa no podía contra-
ponerse al ejercicio del poder. Nació histórica e ideológicamente subordinado. (1)
Los tribunales estaban identificados con el estamento nobiliario, derrotado en
1789. A pesar de su cuna, en los últimos tiempos del Antiguo Régimen habían
enjuiciado los actos de la administración real, oponiéndose. Los revolucionarios
no querían que sus actos corriesen la misma suerte. Su enjuiciamiento fue asi-
milado al prevaricato, prohibiéndoselo. (2) Esta posición venía de una lectura es-
quemática de la ideología de la división de poderes. Montesquieu aplicaba el sis-
tema de frenos y contrapesos a los poderes legislativo y ejecutivo. Y como el
primero lo disgregaba en dos cuerpos (el de nobles y el del pueblo), los dos po-
deres sumaban tres. A los tribunales correspondía la ejecución de las leyes. Eran
el «poder ejecutivo de los que dependen del derecho civil». Quedaban subordi-
nados al poder que les autorizaba a ejecutarlas9.
Esta posición no podía sostenerse. Violaba la Declaración de Derechos del
Hombre y del Ciudadano de 1789. Su artículo 7 positivó el principio de legali-
dad, en sentido lato10. Si los poderes públicos sólo podían hacer aquello para lo
cual habían sido habilitados, entonces los actos no autorizados eran arbitrarios. La
libertad general de actuación nacía del artículo 511. Y el artículo 16 asentaba el
régimen constitucional en la garantía efectiva de los derechos12. Si los actos ar-
bitrarios no podían ser enjuiciados, el principio de legalidad caería por su base. Y
con él, la garantía efectiva de la libertad general de actuación de los ciudadanos.
De quedarse así, la Revolución habría dado un rodeo para llegar al mismo pun-
to: el enseñoramiento de la administración sobre los ciudadanos. Se instituyó un
remedio, pero la cura no fue completa. Siguió asumiendo que los tribunales no
podían enjuiciar los actos del poder público. La salida consistió en que la admi-

7
3 U.S. 171 (1796).
8
5 U.S. (1 Cranch) 137 (1803).
9
Cf. MONTESQUIEU, Ch.; El espíritu de las leyes (reimpresión, Madrid, Tecnos, 1987), pp. 107
y 113.
10
«(…). Los que solicitan, facilitan, ejecutan o hacen ejecutar órdenes arbitrarias deben ser cas-
tigados; pero todo ciudadano llamado o requerido en virtud de lo establecido en la Ley debe obe-
decer inmediatamente (…)».
11
«(…). Todo lo que no está prohibido por la Ley no puede ser impedido, y nadie puede ser
obligado a hacer lo que la Ley no ordena».
12
«Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de
poderes establecida, no tiene constitución».

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HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO

nistración juzgue a la administración, porque, dijeron, «juzgar a la administra-


ción es administrar». La Constitución napoleónica del año VIII (1799) creó el
Consejo de Estado. Se ocuparía de las reclamaciones patrimoniales contra la ad-
ministración y del control de legalidad de sus actos (exceso de poder). Pronto
tomó características judiciales. Fue la causa moderna de que en el sistema con-
tinental las acciones contra la administración estén reservadas a tribunales espe-
cializados, distintos a los tribunales civiles.
El control judicial de los actos de la administración se había impuesto en Eu-
ropa para el siglo XIX. Pero el control de constitucionalidad tardó más en llegar.
Como en la tradición continental no se usaba respetar el carácter vinculante de
los precedentes, confiar la tarea a la jurisdicción ordinaria ponía en peligro la uni-
dad del sistema jurídico13. La creación de un tribunal especializado en la guarda
de la constitución se produjo en Austria y Checoslovaquia en 1920, y en España
en 1931. Ninguno de ellos resistió la crisis liberal que terminó con la post-gue-
rra. La aplicación judicial de la constitución maduró en los sistemas de cuño ro-
mano-germánico recién luego de los ejemplos de la Corte Constitucional italia-
na (1947) y del Tribunal Constitucional Federal alemán (1949).
4. En la Constitución de Bolivia el poder judicial participa del sistema de fre-
nos y contrapesos. Es titular de (1) la defensa de la Constitución (acciones cons-
titucionales) y (2) del control de las actuaciones administrativas (proceso con-
tencioso-administrativo).
De lo primero pueden rastrearse antecedentes hasta las reformas constitu-
cionales de 1861. Ya aquí la Corte Suprema «[conocía] de los negocios de puro
derecho, cuya decisión depend[ía] de la constitucionalidad o inconstituciona-
lidad de las leyes» (artículo 65.2). Pero la guarda de la Constitución recién fue
eficaz en las reformas de 1994, que se la confiaron al Tribunal Constitucional
(artículos 119-121). Recién aquí la Constitución rigió como una auténtica nor-
ma jurídica. La supremacía de la constitución es una cuestión de hecho. Es la
norma fundacional del sistema jurídico en la medida de su efectividad para do-
tar de validez a la pluralidad de normas que lo integran. Este es el dato fáctico

13
«Aunque los tribunales en Estados Unidos sólo tienen el poder para inaplicar al caso con-
creto la norma que declaran inconstitucional, el peligro de un práctica contradictoria entre los ór-
ganos de aplicación no es aquí ni remotamente tan grave como lo era en Austria antes del esta-
blecimiento del Tribunal Constitucional. (…). [Como] las decisiones de la Corte Suprema vinculan
a todos los demás tribunales, en tanto los tribunales americanos se consideren obligados por los pre-
cedentes de la Corte rechazando la aplicación de una norma a un caso concreto debido a su in-
constitucionalidad, la decisión tiene prácticamente los mismos efectos que la anulación general de
tal norma» (KELSEN, Hans; Judicial Review of Legislation: A Comparative Study of the Austrian and the
American Constitution, 4-2 The Journal of Politics, 1942, pp. 188-189).

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LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA

de su acatamiento por parte de los poderes públicos. Sólo la adjudicación de sus


normas da cuenta de la subordinación de los poderes públicos a su imperio.
Esta es la razón de la primacía constitucional. De esto, las cláusulas de supre-
macía son sólo una descripción, no su fundamento. Fundar la primacía de la
constitución en su cláusula de supremacía es incurrir en un razonamiento cir-
cular: es afirmar que la constitución es suprema porque ella dice que lo es.
De lo segundo el rastro es más antiguo. Ya en 1831 el contencioso-admi-
nistrativo estaba en la Constitución (artículo 113.3)14. Y la Constitución an-
terior se refería expresamente a él como jurisdicción especializada (artículo
116.III)15, como recurso (artículo 118.3)16 y como proceso (artículo 118.7)17.
Salvo lo referido a la jurisdicción agroambiental (artículo 189.3), nada de
esto está hoy. La redacción no dice nada, pero la norma lo dice todo. La regla
constitucional es que las actuaciones administrativas son enjuiciables judi-
cialmente. Aquí la herencia republicana lo define todo. (1) Si no lo fueran, este
no sería un Estado de Derecho (artículo 1). (2) Para que no lo fuesen, la Cons-
titución tendría que prohibirlo expresamente (porque hace a la mismidad del
Estado de Derecho). Como no hay tal prohibición, su enjuiciamiento es válido.
Y (3), como tampoco hay prohibición constitucional que pese sobre la causa de
pedir, son enjuiciables las actuaciones en general de la administración (actos
administrativos, hechos administrativos, vías de hecho, omisión de actos y
prestaciones debidas), y no sólo su manifestación en la forma de actos (decisión
formal). Aquí la competencia del poder judicial la define el silencio de la
Constitución (ausencia de norma contraria) y el derecho a la tutela judicial
efectiva (artículo 115.I de la Constitución): por sus fines, el proceso conten-
cioso-administrativo no pretende el saneamiento per se del sistema jurídico,
sino la tutela de los derechos del administrado (plena jurisdicción). Para esto,
la anulación del acto administrativo dañoso es un remedio (control objetivo),
pero no el único.

14
«Son atribuciones de la Corte Suprema de Justicia: (…). Conocer de las causas que resulten
de los contratos o negociaciones del Poder Ejecutivo».
15
«La facultad de juzgar en la vía ordinaria, contenciosa y contencioso-administrativa y la de
hacer ejecutar lo juzgado corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales y jueces respectivos,
bajo el principio de unidad jurisdiccional».
16
«Son atribuciones de la Corte Suprema: (…). Resolver los recursos de nulidad y casación en
la jurisdicción ordinaria y administrativa».
17
«Son atribuciones de la Corte Suprema: (…). Resolver las causas contenciosas que resulten
de los contratos, negociaciones y concesiones del Poder Ejecutivo y las demandas contencioso-ad-
ministrativas a las que dieren lugar las resoluciones del mismo».

© UNED. Revista de Derecho Político 267


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HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO

II. LEGITIMIDAD DEMOCRÁTICA DE LOS TRIBUNALES

5. Que la justicia emane del pueblo (artículo 178.I) es un indicio de la in-


dependencia del poder judicial. Pero no es suficiente. Esta declaración es una rei-
teración del artículo 7. Ha estado siempre en la Constitución. Se trata del prin-
cipio de base de la república. Acá la «soberanía emana del pueblo y su ejercicio
reside en los poderes [públicos]» (artículo 8 de la Constitución de 1826), que lo
reciben por delegación. Esto hace al delegante contralor del poder judicial. No
controla a los tribunales: el derecho aplicable in casu sólo lo deciden ellos. Con-
trola la justificación de sus decisiones.
6. La justificación de las decisiones judiciales es connatural al Estado de De-
recho. Es la fuente de legitimidad democrática de los tribunales. Sólo en el Es-
tado de Derecho se considera que una decisión no está suficientemente justificada
por el solo hecho de haber sido dictada por una autoridad competente (determi-
nismo metodológico). Aquí, a la estabilidad formal de las decisiones, debe agre-
gársele la corrección racional de su justificación. Hay corrección racional cuando
las decisiones son justificables por su universalidad, su coherencia y su conse-
cuencia con los valores del sistema (MacCormick)18. La decisión judicial está obli-
gada a demostrar que la razón está objetivada en el derecho. Si este es un go-
bierno sub lege, la decisión judicial debe justificar que su voz viene del derecho
(bueno o malo), no de la arbitrariedad19. Esta es la vía que el sistema jurídico da
a los tribunales para que se posicionen a la par de los poderes ejecutivo y legis-
lativo, con la sola autoridad de sus decisiones.
7. La justificación significa control democrático por dos razones. (1) Porque
es la precondición de toda segunda instancia y de toda vía recursiva. Aquí los
afectados accionan fundándose en la justificación de la decisión objetada. Piden
que un órgano autorizado para enjuiciar los actos de otro se pronuncie al res-
pecto. Se trata del sistema de frenos y contrapesos aplicado intra organum y pro-

18
Cf. MACCORMICK, Neil; Legal Reasoning and Legal Theory (1ª edición, Nueva York, Claren-
don Press, 1978).
19
El siguiente es un ejemplo de un argumento (un dictum específicamente) que no viene del
derecho: «(…) la emisión del Decreto Supremo 29836 tiene el principio de legalidad, por lo que
los recurrentes no desconocen dicho principio, sino que, por tratarse de una coyuntura de la reali-
dad social, solamente piden el tránsito de sus vehículos adquiridos en otros continentes o que se en-
cuentran en tránsito al territorio nacional». «(…) cuando se observa colusión entre el derecho y la
realidad social, debe aplicarse la justicia, que consiste en dar a cada cual lo que le corresponde, prin-
cipio este que debe ser sustentado aplicando también el principio de favorabilidad, máxime si nos
encontramos en un gobierno de los pobres, en un gobierno revolucionario» (CSD-LP, Resolución-
AC Sala Civil Segunda No. 8/09, 4 de febrero).

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200
LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA

movido como contenido de una pretensión procesal. Constituye el derecho a ob-


tener una sentencia fundada, que nace de la tutela judicial efectiva y del debido
proceso (artículo 115 de la Constitución, STC 937/2006-RAC, 25 de septiem-
bre, párrafo III.3.120, y STC 1163/2006-RAC, 20 de noviembre, párrafo III.221).
(2) Porque es la precondición para la creación judicial del derecho. Un precedente
se afirma por la fuerza de su justificación. Y se lo cambia cuando la fuerza de otra
justificación articula mejor en el sistema jurídico. Acá la justificación de las de-
cisiones judiciales es una exigencia que viene del derecho a la igualdad ante la ley
(artículos 8.II y 14.III) y de la garantía de seguridad jurídica (artículo 178.I).
8. El control democrático no es control social. El primero lo ejercen los indi-
viduos ex parte. El segundo lo ejerce la sociedad civil organizada (artículo 241.I). Y
no es un control democrático. Es en sí mismo una contradicción. Se trata de ejercer
la libertad de asociación a la fuerza. Todo intento de institucionalización de la so-
ciedad civil la desnaturaliza como fuente de legitimidad democrática. Cuanta
mayor institucionalidad se le brinde, menos sociedad civil es, y, por tanto, menos
representación genuinamente civil. Al organizarla oficialmente se la asimila al apa-
rato público y pasa a ser un poder político. Siempre que sea desde el Estado que se
la organice, fortalecerla es debilitarla, y afirmarla, negarla22.

20
«(…) cuando un juez omite la motivación de una resolución, no sólo suprime una parte es-
tructural de la misma, sino también en los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vul-
nera de manera flagrante el debido proceso (…)». «(…) Esta exigencia de fundamentar las decisiones,
se torna aún más relevante cuando el juez o tribunal debe resolver en apelación la impugnación de las
resoluciones pronunciadas por las autoridades de primera instancia; (…) es imprescindible que dichas
resoluciones sean suficientemente motivadas y expongan con claridad las razones y fundamentos legales
que las sustentan y que permitan concluir, que la determinación sobre la existencia del agravio sufri-
do fue el resultado de una correcta y objetiva valoración de las pruebas (…)».
21
«La motivación de los fallos judiciales está vinculada al derecho al debido proceso y a la tu-
tela jurisdiccional eficaz, (…), y se manifiesta como el derecho que tienen las partes de conocer las
razones en que se funda la decisión del órgano jurisdiccional, de tal manera que sea posible a tra-
vés de su análisis, constatar si la misma está fundada en derecho o por el contrario es fruto de una
decisión arbitraria (…)». «(…) se tendrá por satisfecha [la motivación] aún cuando estando re-
dactadas de manera escueta, es decir breve pero concisa, permitan conocer de manera indubitable
las razones que llevaron al juez a tomar la decisión en tal o cual sentido; de tal modo que las par-
tes sepan los motivos en se fundó la resolución; y así, dada esa comprensión, puedan ser revisados
los fundamentos a través de los medios impugnativos establecidos en el ordenamiento».
22
Aquí tiene razón Sartori. «Para que el pueblo tenga poder (en serio), la condición irrenun-
ciable es que el pueblo impida cualquier poder ilimitado. Esta condición debe ser mantenida in-
transigentemente, cualquiera que sea la maximización esperada para atribuir al pueblo más poder.
En términos de feedback monitoring, esto quiere decir que el principio todo el poder al pueblo se
debe transformar, poco a poco, en el principio todo el poder a ninguno» (SARTORI, Giovanni; ¿Qué
es democracia?, 1ª edición, Madrid, Taurus, 2003, p. 80).

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201
HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO

III. INDEPENDENCIA JUDICIAL

9. La eficacia del Estado de Derecho depende de sus tribunales. La naturale-


za autoritativa de sus decisiones les permite imponer el gobierno sub lege a los po-
deres públicos y a los civiles. A condición de que (1) sean independientes, espe-
cialmente del poder ejecutivo, (2) sus jueces sean independientes de los poderes
públicos y de los órganos internos del gobierno judicial, (3) se rijan por el prin-
cipio de unidad jurisdiccional, y (4) estén sometidos sólo al derecho positivo del
sistema jurídico.
10. La independencia del poder judicial significa que tiene (1) un gobierno
propio y (2) un presupuesto autónomo. De lo primero se encarga el Consejo de la
Magistratura (artículo 195). Lo segundo es una garantía de su paridad constitu-
cional con los poderes ejecutivo y legislativo (artículo 178.II.1). Si el gobierno
judicial no estuviese a cargo de un órgano propio de carácter administrativo, ha-
bría que encargárselo al poder ejecutivo o habría que convertir a los tribunales en
administradores. Las dos son opciones inaceptables. La primera porque hace al
poder judicial dependiente del ejecutivo. La segunda porque desnaturaliza las
funciones de los órganos de línea de la judicatura.
11. Los tribunales son independientes cuando su estatus jurídico los hace in-
munes a las presiones del poder. El derecho anglo-americano lo consigue ha-
ciéndolos inamovibles en sus cargos. En el sistema inglés es una garantía que en
tiempos modernos viene de la Ley de Establecimiento (1701), que comisionaba
a los jueces quamdiu se bene gesserint (en tanto se comporten bien). El sistema ame-
ricano la tomó para sí y la introdujo en su Constitución (artículo III.1)23. Los pro-
yectos presentados a la Convención de Filadelfia (1787) por los estados de Vir-
ginia y de Nueva Jersey y por Hamilton ni siquiera innovaron el lenguaje. Y la
moción de Dickinson de añadir «no obstante podrán ser removidos por el Eje-
cutivo por decisión del Senado y de la Cámara de Representantes», sólo tuvo el
favor de su propio voto24, a pesar de inspirarse en el antecedente inglés25. Los pa-

23
«(…). Los jueces, tanto de la Corte Suprema como de los inferiores, continuarán en sus
puestos mientras observen buena conducta y recibirán, en períodos fijos, una remuneración por sus
servicios, que no será disminuida durante el tiempo de su cargo».
24
MADISON, James; Notes of Debates in the Federal Convention of 1787 reported by James Madison
(1ª edición, Nueva York, 1987), pp. 32, 120, 138, y 536-537.
25
El párrafo completo decía: «Que una vez entren en vigor las limitaciones previamente ci-
tadas, las comisiones de jueces se realizarán quamdiu se bene gesserint, y se determinarán y fijarán sus
salarios. Ello no obstante, podrán ser legalmente removidos por decisión de ambas Cámaras del
Parlamento».

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LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA

dres fundadores de la Unión vieron con claridad la relación entre la eficacia del
Estado de Derecho y el estatus jurídico de sus tribunales. «Esa adhesión unifor-
me e inflexible a los derechos de la Constitución y de los individuos, que com-
prendemos que es indispensable en los tribunales de justicia, manifiestamente no
puede esperarse de jueces que estén en posesión de sus cargos en virtud de de-
signaciones temporales. Los nombramientos periódicos, cualquiera que sea la for-
ma como se regulen o la persona que los haga, resultarían fatales para esa im-
prescindible independencia» (Hamilton)26. También lo vio Bolívar: «Durarán los
magistrados y jueces tanto cuanto duraren sus buenos servicios» (artículo 100 de
la Constitución de 1826). En las primeras reformas constitucionales (1831) este
texto fue suprimido.
En el sistema continental la independencia de los jueces significa (1) que las
causales para su remoción son cerradas (numerus clausus), (2) que están sujetos a un
régimen de incompatibilidades y (3) que siguen una carrera judicial.
Lo primero no está en la Constitución. Respecto de los jueces de los altos tri-
bunales (Supremo, Agroambiental y Constitucional), hay causales de remoción en
el artículo 183.II, y en los artículos 188.III y 200 por remisión a aquél, y en el
artículo 195.1. Los primeros disponen su cesación por sentencia ejecutoriada pro-
nunciada en juicio de responsabilidades, y el artículo 195.1 por revocatoria po-
pular de su mandato. Los jueces del Tribunal Constitucional quedan al margen
de esta causal. (1) El Consejo de la Magistratura no tiene competencia para
promover la revocatoria en su contra. (2) Están cubiertos por la exclusión gene-
ral del artículo 240.I, que exceptúa la revocatoria popular de los cargos del poder
judicial. Pero ninguno de estos artículos cierra las causales de remoción. El artí-
culo 183.II permite a la Asamblea Legislativa crear nuevas causales; y el artícu-
lo 195.1 la obliga a hacerlo, dándole competencia para determinar las faltas ad-
ministrativas «gravísimas» que justifiquen convocar al electorado en una
revocatoria. Como causal de remoción, la revocatoria popular expone injustifi-
cadamente a los jueces a las presiones de la opinión pública (párrafo 13). Su adop-
ción es consecuencia del simplismo de creer que, para que tengan legitimidad de-
mocrática, los jueces de los altos tribunales deben tener origen popular (párrafo
6). Respecto de los jueces de los tribunales superiores y de los de instancia, la
Constitución los deja expuestos a lo que disponga la Asamblea Legislativa para su
remoción (artículo 195.2). Que la Asamblea Legislativa cree nuevas causales de
remoción hace vana su regulación constitucional. Lo mismo pasó en las reformas

26
HAMILTON, Alexander – MADISON, James – JAY, John; The Federalist Papers (1ª edición,
Nueva York, Buccaneer Books, 1993), p. 335.

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HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO

constitucionales de 1961 (artículo 126)27, y ya desde 1851 se arrastraba la misma


debilidad, pero referida a las causales de suspensión (artículo 90)28. Para que las
causales de remoción fuesen cerradas debía volverse al pasado. Ya en 1843 la
Constitución decía: «Ningún empleado del ramo judicial podrá ser depuesto de
su destino, sea temporal o perpetuo, sino por sentencia ejecutoriada; ni suspen-
so, sino por auto en que se declare haber lugar a la formación de causa» (artícu-
lo 75). Ya respecto de ésta la Constitución anterior conllevaba un retroceso, por-
que con su silencio encomendaba la regulación de las causales de suspensión a
otro poder (artículo 116.VI)29. Pero, respecto de ambas, la Constitución vigente
es la más atrasada. En las otras la causal de remoción cubría a todos los jueces, al
margen de su grado. En ésta no cubre a ninguno. O por su silencio o porque lo
encomienda expresamente, la remoción y suspensión de todos queda abierta a lo
que disponga otro poder.
Lo segundo está en los artículos 236 y 239. El primero regla las prohibicio-
nes para el ejercicio de la función pública y el segundo las causales de incompa-
tibilidad. Ambos son aplicables a los jueces de los altos tribunales por remisión
de los artículos 182.VII, 188.II y 201, y a todos los demás jueces por aplicación
del artículo 233 (juzgar es una función pública). Acá el poder legislativo no tie-
ne competencia. Los artículos 236 y 239 son cláusulas cerradas: todo lo que el
sistema jurídico podía decir sobre el tema, se agotó en su regulación constitu-
cional. Y lo tercero está en el artículo 178.II.1, que hace a los jueces funcionarios
públicos de carrera.
12. Hay unidad jurisdiccional cuando la justicia que emana del pueblo (ar-
tículo 178.I) sólo la ejerce el órgano por él delegado. Dice de su monopolio por
parte del Estado y de su encargo al poder judicial. Arraiga en la división de po-
deres. Viene de la prohibición de delegación de las competencias públicas (artí-
culo 12.III). Está en la declaración de unicidad de la función judicial (artículo
179.I) y en la prohibición de tribunales de excepción (artículo 180.III, como de-
recho, artículo 120.I).
El poder judicial está formado por una pluralidad de órganos indepen-
dientes entre sí (jueces y tribunales). Forman una unidad si sus decisiones son
revisables, directa o indirectamente, por un único órgano supremo. En los sis-
temas que vienen del common law, la unidad la dan las cortes supremas. Aunque

27
«(…), ningún magistrado o juez podrá ser destituido sino por sentencia ejecutoriada, a no
ser en los casos determinados por ley».
28
«Ningún magistrado o juez puede ser privado de su destino, sino por sentencia ejecutoria-
da, ni suspenso, sino conforme a las leyes».
29
«(…). No podrán ser destituidos de sus funciones, sino previa sentencia ejecutoriada».

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LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA

en los niveles inferiores la jurisdicción es especializada, la competencia de las


cortes supremas no queda cercenada. El único alto tribunal son ellas. En los sis-
temas que evolucionaron de la Revolución Francesa, la unidad la dan los tri-
bunales constitucionales. Acá no hay diferencia con los sistemas del common
law: mientras que en la tradición romano-germánica la defensa de la constitu-
ción se encarga a un tribunal especializado, el mundo anglo-americano la
confía a sus cortes supremas. En ambos casos la unidad de la jurisdicción vie-
ne de la unidad de la norma fundacional del sistema jurídico. Sólo puede venir
de allí. Esa norma es la constitución. Y la unidad jurisdiccional es la repre-
sentación funcional de su defensa. No hay decisión judicial que no pueda ser
enjuiciada por violaciones constitucionales: todas están sujetas al imperio de la
constitución. Y, por tanto, lo están a la competencia de su custodio: las deci-
siones de la jurisdicción ordinaria y de sus jurisdicciones especializadas, de la
jurisdicción militar (artículo 180.III), de la jurisdicción agroambiental y de la
jurisdicción indígena originario campesina30, son todas enjuiciables por el
Tribunal Constitucional Plurinacional.

30
«El derecho indígena originario campesino es una costumbre secundum legem. Existe como
derecho porque la Constitución remite a él (artículos 30.II.14, 190.I y 191.I). Esto lo subordina a
la Constitución y condiciona su validez a los términos de su remisión. Según estos términos, para
ser válido debe (1) respetar los derechos y garantías constitucionales (artículo 190.II) y (2) debe li-
mitarse a regular las materias de competencia de los subsistemas indígena originario campesinos.
Hasta aquí llega el derecho de las naciones o pueblos indígena originario campesinos al ejercicio de
su sistema jurídico de acuerdo a su cosmovisión (artículo 30.II.14). Este es su ámbito de validez
material. Fuera de él se vuelve conducta ilícita». (…). «Esto significa que (1) las decisiones de la ju-
risdicción indígena originario campesina son controvertibles en la jurisdicción constitucional. El
límite de la obligación de «toda autoridad pública o persona [de acatar] las decisiones de [esta] ju-
risdicción» (artículo 192.I) son los derechos garantizados por la Constitución. De violárselos, la ju-
risdicción constitucional está autorizada a tutelarlos. (2) El ejercicio de la jurisdicción indígena ori-
ginario campesina puede ser contestado por las jurisdicciones ordinaria y agroambiental. Acá es el
Tribunal Constitucional Plurinacional el que decide el asunto (artículo 202.11). Y, (3) que si el
asunto controvertido es la existencia misma de una práctica consuetudinaria (precondición para el
ejercicio de la jurisdicción), la misma deberá probarse. Por su propia naturaleza, la regla iura novit
curia no es aplicable a la costumbre. Al estar formada por hechos, las reglas consuetudinarias son
objeto de prueba. Esto garantiza que lo aplicado sea una costumbre válida como derecho. De otro
modo no puede diferenciarse su existencia del alegato de la parte que la invoca. Así es en el dere-
cho internacional. Acá la carencia de órganos productores centralizados hace que la costumbre tenga
el protagonismo que otrora lo tuvo en el derecho interno. En el asunto de la Delimitación de la fronte-
ra marítima en la región del Golfo de Maine (Canadá/Estados Unidos) (1984), la Corte Internacional de
Justicia dijo: «[en] las reglas consuetudinarias la existencia de la opinio iuris de los Estados se prueba
por vía de inducción, tomando como punto de partida el análisis de una práctica suficientemente am-
plia y convincente, y no por vía de deducción a partir de ideas concebidas a priori»30. También los de-

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No hay antinomia entre la unidad jurisdiccional y (1) el arbitraje, (2) la fun-


ción jurisdiccional de la administración (procedimientos y recursos administra-
tivos) y (3) las decisiones de naturaleza judicial tomadas por órganos políticos
(vg. enjuiciamiento a los jueces de los altos tribunales, artículo 160.6 de la
Constitución). Respecto a lo primero, porque la competencia de los árbitros no
emana del pueblo. Actúan por mandato de la voluntad de las partes, que en ejer-
cicio de su libertad general de actuación (artículo 14.IV de la Constitución) dis-
ponen (por derivación, artículo 56.I de la Constitución) de sus derechos, encar-
gando la resolución de sus controversias a un tercero. Respecto a lo segundo,
porque las decisiones tomadas en sede administrativa son enjuiciables por los tri-
bunales. El administrado puede consentirlas o enjuiciarlas. Si se decide por lo
primero, su consentimiento es en naturaleza jurídica un acto de disposición sobre
sus derechos. Si se decide por lo segundo, la decisión que causa estado la toman
los tribunales. Respecto a lo tercero, porque cuando dictan decisiones de natu-
raleza judicial, los órganos políticos actúan, funcionalmente, como órganos ju-
diciales. Y respecto de los tres en común, porque todo acto de aplicación del de-
recho está sujeto a las garantías constitucionales para el ejercicio de la
jurisdicción y, por tanto, a la competencia del Tribunal Constitucional para su
enjuiciamiento. Si no fuera así, estarían fuera del sistema jurídico.
13. El sometimiento de los tribunales al derecho positivo del sistema jurídico
significa (1) que sus decisiones sólo están justificadas si es que sus argumentos
son jurídicos y (2) que están obligados por sus precedentes. Acá son ellos mismos
los garantes de su independencia.
Lo primero hace de los jueces funcionarios independientes (i.e. vinculados
sólo al derecho positivo del sistema jurídico), aún cuando su fuente de origen sea
electiva. Que un órgano sea electo por voto popular no significa que tenga poder
de decisión política. La decisión política se justifica en los fines que persigue. La
opción por una entre varias alternativas se apoya en los efectos previsibles de la
decisión, con relación al fin que le sirve de fundamento. «La moral política se
ocupa principalmente de crear las condiciones que propicien el desarrollo de gus-
tos y temperamentos deseables»31. Por definición, esto no ocurre con la judica-
tura. Aquí las decisiones sólo pueden estar justificadas si es que sus argumentos
son de derecho positivo (párrafo 6). En términos de la eficacia del sistema, sin

rechos estatales exigen la prueba de la costumbre. Dice el Código Civil de España: «La costumbre
sólo regirá en defecto de ley aplicable, siempre que no sea contraria a la moral o al orden público y
que resulte probada» (artículo 1.3)» (ANDALUZ, Horacio; Aplicación judicial de la constitución, 1ª edi-
ción, Santa Cruz, El País/Iuris Tantum/UPSA, 2010, pp. 63 y 64).
31
RAZ, Joseph; On the Autonomy of Legal Reasoning, en Ethics in the Public Domain (1ª edición,
Oxford, Clarendon Press, 1994), p. 360.

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LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA

embargo, la elección por voto popular de los jueces de los altos tribunales (artí-
culos 182.I, 188.I y 198) puede devenir en contra del diseño institucional del po-
der judicial. Si del voto depende el nombramiento, granjearse la opinión favo-
rable del elector es asunto decisivo. Con esto, la independencia judicial puede
ceder ante la opinión pública, haciendo del sometimiento al derecho el someti-
miento a las corrientes de opinión preponderantes.
Lo segundo abona a la confianza en el poder judicial. La precondición para
que los tribunales sean verdaderamente inmunes a las presiones de poder es
que existan con la dignidad de un auténtico poder del Estado ante el ciudadano.
Esto lo construye el carácter vinculante de sus decisiones. (1) La unidad de la ju-
risprudencia beneficia al ciudadano. Redunda en certeza y previsibilidad respecto
de las decisiones de los poderes públicos, incluyendo las judiciales: «aún cuan-
do los predecesores hubiesen sido malos, ignorantes, tontos o parcializados, la
certeza de que sus sucesores seguirán sus precedentes da la base para que se pue-
da prever las acciones de los tribunales»32. (2) Las garantías del ciudadano penden
del supuesto de que el poder frene al poder. El derecho es en naturaleza un sis-
tema de seguridad. El carácter vinculante de los precedentes trabaja a favor de
esto. El decisor que basa sus acciones en normas anticipa el sentido de sus futu-
ras decisiones. Esto satisface un principio general de consistencia, que hace a la
esencia misma de la seguridad jurídica. Y (3) el tema envuelve la unidad del sis-
tema jurídico. Al conllevar la realización de sus premisas conceptuales mismas,
la unidad redunda en la eficacia del sistema. Y la premisa por excelencia de cual-
quier sistema normativo, incluso de uno totalitario, es que la sola existencia de
normas de aplicación cierta ya supone limitar la arbitrariedad.
El carácter vinculante de los precedentes lo da la Constitución. (1) La Cons-
titución es una norma dotada de contenido, y (2) parte de ese contenido es la
igualdad de las personas ante la ley (artículos 8.II y 14.III) y la garantía de se-
guridad jurídica (artículo 178.I). (3) Esto significa que ante todos los hechos «A»
el derecho debe ser «B» («A» supone la identidad fáctica del supuesto y sus cir-
cunstancias y «B» las mismas consecuencias jurídicas). (4) En consecuencia, de la
propia Constitución nace el respeto a los precedentes, en sus respectivas materias,
del Tribunal Constitucional Plurinacional, del Tribunal Supremo de Justicia y
del Tribunal Agroambiental. (5) A contrario, si ante los hechos «A» el derecho
no fuera «B», sino indistintamente «C», «D» o «E», entonces no habría igual-
dad ante la ley ni seguridad jurídica.

32
LLEWELLYN, Karl; The Bramble Bush (reimpresión, Nueva York, Oceana/Oxford University
Press, 1961), p. 65.

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HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO

La obligatoriedad de los precedentes tiene el mismo fundamento en los sistemas


del common law y en los que son herederos de la tradición continental. Si acá su ca-
rácter vinculante no es respetado, no es por razones de derecho positivo. Lo es por
una suma de equívocos, y el error no engendra derecho. (1) La violencia de la Re-
volución Francesa llevó la división de poderes al equívoco de asumir que sólo el cuer-
po legislativo creaba derecho. Hasta tiempos prerrevolucionarios, los tribunales
continentales actuaban de manera similar a los ingleses. Iban desarrollando un
cuerpo de normas de creación judicial y su propia doctrina del precedente33. La Re-
volución los interrumpió. Reclamaba el monopolio en la producción jurídica para
consolidar sus reformas por medio del derecho. Quería asegurarse el acompaña-
miento de los tribunales al proceso revolucionario juridizado por la Asamblea Na-
cional. La dramática separación conceptual entre creación y aplicación del derecho
respondía a la necesidad ideológica de legitimación del poder público. La imagen de
una autoridad creando derecho, pero no derivando su poder de la elección del pue-
blo soberano, rompía con el simplismo que se asumió la división de poderes. (2) La
ideología de la codificación, como producto del naturalismo racionalista de los siglos
XVII y XVIII, creyó haber encontrado unas leyes universales llamadas a regir el
comportamiento humano. Esto degeneró en la exageración de la importancia de los
códigos, y del derecho de fuente legislativa en general, como si fueran los deposita-
rios de todo el derecho. Y (3), como consecuencia de (1) y (2), el predominio de la
Escuela de la Exégesis dio el soporte filosófico para reducir a los tribunales a la pura
aplicación mecánica del derecho. No podían participar en el proceso de creación nor-
mativa porque eso correspondía a las legislaturas (aserto 1). Y no tenían motivos para
hacerlo. El alto grado de perfección de los códigos excluía la necesidad de su inter-
pretación (aserto 2). Un discurso que sonaba coherente, pero que en verdad contra-
ría la coherencia del sistema, arrebató a los tribunales su poder normativo.

IV. DERECHO ORDINARIO

14. Hasta aquí la Constitución. Pero el derecho ordinario está fuera de ella.
Objetivamente, ha legislado para un poder judicial subordinado.
Ya en mayo de 2007 el poder ejecutivo dirigió contra el judicial el que fue,
hasta ese momento, su embate más fuerte, por sus efectos. A raíz de la decisión
del Tribunal Constitucional de cesar en sus funciones a cuatro ministros de la

33
Cf. MERRYMAN, John Henry; La tradición jurídica romano-canónica (8ª reimpresión, México
D.F., Fondo de Cultura Económica, 2003), pp. 47-59, 72-80.

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LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA

Corte Suprema, nombrados interinamente por el Presidente de la República34, el


ejecutivo inició un juicio de responsabilidades contra cuatro de los cinco magis-
trados del Tribunal35. El juicio terminó siendo archivado por la Cámara de Se-
nadores. Pero, en tanto acción de hostigamiento, por igual concluyó en el aleja-
miento de los cuatro magistrados. Esto, sumado a la no designación por el
Congreso de los nuevos magistrados, mantuvo al Tribunal en estado de inope-
rancia hasta el 2010. En términos de eficacia, durante ese tiempo Bolivia no tuvo
Constitución. Luego, el 17 de febrero de 2010, el poder ejecutivo cubrió con in-
terinos los cargos vacantes del Tribunal Constitucional, la Corte Suprema y el
Consejo de la Judicatura (Decreto Supremo 432). El resultado: si el efecto propio
de un interinato es la libertad de nombramiento y remoción del interno, el poder
bajo autoridad interina depende del poder habilitado para disponer de él. Con
esto, la independencia del poder judicial queda sujeta a la templanza del ejecu-
tivo para no subordinarlo efectivamente. Todo lo contrario al sistema de frenos y
contrapesos constitutivo de un gobierno de poderes limitados.
Como habilitación normativa, el poder ejecutivo se apoyaba en la Ley de
necesidad de transición a los nuevos entes del Órgano Judicial y Ministerio Pú-
blico (Ley 3), dictada días antes (13 de febrero de 2010). Ya aquí el poder le-
gislativo había dispuesto (1) que el ejecutivo cubriría las vacancias dichas (ar-
tículo 3.2), (2) declarar transitorios de los cargos de los altos tribunales
(Constitucional, Supremo y Agrario) y del Consejo de la Judicatura (artículo
3.1 original), lo que prontamente fue ampliado a todo el poder judicial, ex-
tendiéndose la declaratoria de transitoriedad a las Cortes Superiores de Distrito
y los juzgados (artículo 3.1 modificado por Ley 40), y (3) prorrogar la suplen-
cia del Fiscal General de la República (artículo 5.1). La Constitución en vigor
calla en lo que respecta a los cargos interinos. No obstante el argumento del
tránsito hacia el nuevo orden constitucional, lo cierto es que el poder legisla-
tivo estaba normando inconstitucionalmente. (1) En cuanto a la prórroga del
Fiscal General, lo que le correspondía era designar al titular, que es compe-
tencia reservada al propio legislativo (artículo 161.8). (2) En cuanto a las va-
cancias de los altos tribunales y del Consejo de la Judicatura lo que corres-
pondía era poner en movimiento las propias disposiciones transitorias de la
Constitución, con docentes a la designación por voto popular en sus titulares
(dispsiciones transitorias segunda y cuarta). La Constitución anterior permitía

34
Cf. STC 0018/2007-RDI (9 de mayo).
35
El Presidente de la República justificó el inicio del juicio diciendo: «algunas instituciones
del Estado están por demás» (http://www.padep.org.bo/www/index.php?pg=actualidad/rnoti-
cias/Anteriores/160507/).

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el nombramiento de interinos en caso de renuncia o muerte, correspondiendo


tal competencia al poder ejecutivo (artículo 96.16). Esta constitución calla al
respecto. El significado jurídico de su silencio es simple: si la Constitución no
está habilitando con competencia a ningún órgano para desiguar interinos, en-
tonces ningún órgano puede designarlos. De lo contrario, ya no sería un go-
bierno de poderes limitados, sino uno en el que arrogarse competencias que no
nacen de la Constitución sería válido. Si esto fuera así, la Constitución saldría
sobrando. Ni siquiera en un supuesto de estado de necesidad podría el poder
ejecutivo designar interinos. Si los titulares de dichos cargos deben ser electos
por voto popular de entre los preseleccionados por la Asamblea Legislativa (ar-
tículos 158.I.5, 182.I, 188.I, 194 y 198), sus interinos debieran ser nombrados
por el órgano que ostenta la representación democrática más cercana a la del
elector que elige a los titulares, y como tal elector es el pueblo soberano, tal ór-
gano debiera ser el legislativo. (3) En cuanto a la declaratoria de transitoriedad
de los cargos, respecto a los funcionarios afectados, la Ley viola la regla de irre-
troactividad asumida por la Constitución (artículo 123), que les garantiza la
permanencia en su puesto hasta la finalización del período para el que fueron
designados, aunque lo hubiesen sido conforme a la Constitución anterior. Y,
respecto a lo que entraña como acto de desconocimineto del estatus jurídico
que hace a los tribunales inmunes a las presiones del poder, por el solo dictado
de la Ley, la declaratoria de transitoriedad supone desde ya violar su indepen-
dencia (artículos 12.I y 178.I), aún cuando no hubiese una voluntad efectiva de
dominación.
15. A esto deben sumarse otras dos disposiciones, que también son «indicio
de situaciones críticas para la Constitución»36. (1) El Decreto Supremo 138 (20 de
mayo de 2009), que hizo a la ciudad de La Paz sede exclusiva para el juzgamien-
to de los delitos de terrorismo, sedición y alzamientos armados contra la seguridad
y soberanía del Estado (artículo 2), a despecho, en lo formal, de la reserva de ley
para la regulación de los derechos (artículo 109.II de la Constitución) y, en lo ma-
terial, del derecho al juez natural (artículos 115.II, 117.I y 120.I de la Constitu-
ción). (2) La Ley Marco de Autonomías y Descentralización (Ley 31, de 19 de ju-
lio de 2010), que autoriza la suspensión de los titulares de los órganos ejecutivos
y legislativos autónomos (departamentales y municipales) con la sola acusación
formal en su contra (artículo 144), dictada por el fiscal asignado al caso.

36
Tomo, por su elocuencia, el párrafo de apertura del El Tribunal del Reich como Guardián de la
Constitución (1929): «La demanda de un protector, de un defensor de la constitución es, en la ma-
yoría de los casos, indicio de situaciones críticas para la constitución» (SCHMITT Carl; La defensa de
la Constitución, 2ª edición, Madrid, Tecnos, 1998, p. 27).

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210
LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA

Y a esto, a su vez, debe agregársele el ropaje de juridicidad con que el Tri-


bunal Constitucional ha dado cobija a decisiones que, objetivamente, limitan el
ejercicio de los derechos. Tal es el caso del juez preconstituido por ley.

V. EL JUEZ PRECONSTITUIDO POR LEY EN LA JURISPRUDENCIA

16. El Tribunal Constitucional ha producido un nuevo precedente sobre el


juez preconstituido por ley37 (STC 99/2010-RAC, 10 de mayo, párrafos III.4 a
III.7, luego aplicado en la STC 966/2010-RAC, 17 de agosto, párrafo III.3).
Dice que a esta garantía le corresponde un «resguardo reforzado». Esto es co-
rrecto. Pero el mismo se desdice: su interpretación importa, al cabo, negar que
esta sea una garantía de fuente constitucional, porque sólo no siéndola se justifica
que no la tutele, y como el Tribunal de hecho le ha esquivado la prestación de
tutela, ha terminado diciendo, a pesar suyo, que no nace de la Constitución.
El juez preconstituido por ley (juez natural competente) es parte del conte-
nido de la garantía general del debido proceso (artículos 115.II, 117.I y 120.I de
la Constitución). Como tal, su regulación está reservada al poder legislativo
(artículo 109.II). Jurídicamente, significa que (1) los juzgados y tribunales sólo
pueden ser creados por ley, (2) que, además, su composición personal sólo pueden
ser determinada por una ley que establezca el procedimiento para la designación
de sus miembros, (3) que sólo una ley puede investirlos de jurisdicción y com-
petencia (con anterioridad al hecho que motiva su actuación), y (4) que, en defi-
nitiva, quedan prohibidos los tribunales de excepción (artículos 120.I y 180.III).
Por tanto, la violación de cualquiera de estos supuestos habilitaría al Tribunal
para tutelar al afectado. Pero esto es lo que la nueva línea jurisprudencial acaba
por impedir.
17. Reconstruido, así discurre el argumento del Tribunal: (1) La violación de
cualquiera de los supuestos anteriores significa una actuación sin competencia.

37
Para el Tribunal Constitucional el juez natural incluye las garantías de competencia, inde-
pendencia e imparcialidad (STC 491/2003-RAC, 15 de abril), de acuerdo a los artículos 8 de la
Convención Americana de Derechos Humanos y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, que son parte del bloque de normas constitucionales. Acá sólo me refiero al juez natural
competente. Uso la denominación de juez preconstituido por ley para evitar que mis críticas a los
nuevos precedentes constitucionales sobre la competencia del juez natural sean equívocamente ex-
tendidas a los elementos de imparcialidad e independencia, a causa del error, entendible por
compartir el mismo sustantivo, de confundir el género (juez natural) con la especie (competencia).
Los textos entrecomillados corresponden a la STC 99/2010-RAC, 10 de mayo, párrafos III.4 a
III.7.

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HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO

Cierto. (2) Los actos ultra vires (sin competencia) son materia «específica» del re-
curso directo de nulidad. Falso: no cuando violan un derecho fundamental. (3)
Por tanto, este es el «mecanismo idóneo, inmediato, eficaz y específico para [la]
protección» del juez preconstituido por ley. Falso. Y (4) si la vía es el recurso di-
recto de nulidad, entonces, por exclusión, la acción de amparo constitucional no
tutela esta garantía. Falso.
Se trata de una falacia de accidente (tratar lo accidental como esencial): con-
sidera que aquellas propiedades que accidentalmente se encuentran en una cate-
goría conceptual, definen su esencia (como inferir de Bach y Pachelbel, como
compositores barrocos alemanes, que los compositores barrocos fueron siempre
alemanes).
Aquí está el error. Se confunde la razón de la pretensión procesal de la ac-
ción de amparo (causa de pedir) con su objeto (el efecto que produce el proce-
dimiento). Como en la acción de amparo contra un acto de juez incompetente
y en el recurso directo de nulidad el objeto de la pretensión es el mismo (ge-
néricamente, la declaratoria de incompetencia), el Tribunal asume que la ra-
zón de la pretensión de los dos procedimientos es también la misma. Pasa por
alto que la coincidencia en el objeto es aquí un accidente. Lo que hace que la
acción de amparo y el recurso directo de nulidad no sean lo mismo es, preci-
samente, la razón de sus respectivas pretensiones procesales. Esa es la esencia
de cada cual.
En el recurso directo de nulidad la razón de la pretensión es la integridad
objetiva de la distribución constitucional de competencias. La causa de la im-
pugnación es la actuación ultra vires. Acá, el solo hecho de la falta de compe-
tencia asegura una decisión estimativa de la pretensión. La expresión de agra-
vios que se exige al recurrente es tan solo un presupuesto procesal para la
admisión del recurso. A contrario: aún cuando no se viole un derecho consti-
tucional, habrá decisión estimativa siempre que haya actuación sin compe-
tencia.
En la acción de amparo, en cambio, la razón de la pretensión es la tutela
de los derechos constitucionales. Es una acción de defensa. Acá lo que importa
no es si los derechos fueron lesionados por un acto sin competencia (ultra vi-
res), sino, desnudamente, el hecho de que hayan sido lesionados. La expresión
de agravios es aquí a la vez un presupuesto procesal y un presupuesto sustan-
tivo para la obtención de una decisión estimativa de la pretensión. Sin daño a
un derecho constitucional, no hay decisión estimativa. Ergo, si el juez pre-
constituido por ley es una garantía constitucional, entonces cualquier lesión a
esta garantía debe remediarse por la acción de amparo, sea que haya o no sido
causada por una actuación sin competencia. Negar esto ya es bastante error:

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N.o 80, enero-abril 2011, págs. 261-282

212
LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN BOLIVIA

equivale a decir que el juez natural competente no es una garantía constitu-


cional, porque lo que no es defendible por la acción de amparo, no es un de-
recho constitucional.
18. Pero no es el único. El Tribunal también ha confundido dos presupues-
tos procesales distintivos de ambos procedimientos, equiparando el del recurso
directo de nulidad con el de la acción de amparo, sin reparar en que el recurso di-
recto de nulidad es, por definición, directo.
Según el Tribunal, para la procedencia del recurso directo de nulidad «se de-
ben agotar previamente los mecanismos internos efectivos para la restitución de
la garantía de competencia». Esto se llama subsidiaridad, y es un presupuesto
para la procedencia de la acción de amparo. El recurso directo de nulidad, en
cambio, desde que es tal (directo), no supone el agotamiento de ninguna vía pro-
cesal previa, habida cuenta que sólo procede ante la falta de previsión de vías por
parte del sistema jurídico. De haber una vía que remedie la cuestión de compe-
tencia, ésta excluye la procedencia del recurso. Lo que, llevado al juez precons-
tituido por ley, significaría que la jurisdicción constitucional jamás podría tu-
telarlo, porque de hecho todas las leyes de procedimiento consideran mecanismos
excluyentes del recurso directo de nulidad (i.e. excepción de incompetencia,
inhibitoria, declinatoria).
Si a consecuencia de la falacia de accidente resulta que el juez preconsti-
tuido por ley no es tutelable en vía de amparo, a consecuencia de desplazarlo
hacia el recurso directo de nulidad, resulta que ni siquiera sería de origen
constitucional, porque sólo lo que no nace de la Constitución no puede ser co-
nocido por el Tribunal Constitucional, de donde el «resguardo reforzado»
enunciado por el Tribunal, termina desguarneciendo a una garantía funda-
mental de tutela constitucional.

Title:
ON THE CONSTITUTIONAL POSSITION OF THE JUDICIARY
POWER IN BOLIVIA

Summaty:
I. Judiciary and separation of powers. II. Democratic legitimacy of the
courts. III. Judicial independence. IV. Ordinary Law.V. The judge pre-
constituted by law in case law.

Resumen:
En el Estado de Derecho, el poder judicial se posiciona a la par de los
poderes legislativo y ejecutivo. Esto lo consigue a través de su inde-

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N.o 80, enero-abril 2011, págs. 261-282

213
HORACIO ANDALUZ VEGACENTENO

pendencia. Este artículo explica eso desde el punto de vista doctrinal y


lo aplica al análisis de la regulación en la materia en la Constitución de
Bolivia de 2009.

Abstract:
In the Rule of Law the judiciary power is positioned on the same level
than the legislative and executive powers. This is so because of its in-
dependence. This article explains that from the doctrinal point of
view while analyzing the regulation of the 2009 Bolivian Constitution
on the subject.

Palabras Clave:
Estado de Derecho, poder judicial, independencia judicial, precedente.

Key Words:
Rule of Law, judiciary power, independence of the judiciary, prece-
dent.

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N.o 80, enero-abril 2011, págs. 261-282

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EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL


DE BOLIVIA. CÓMO SE DISTRIBUYE EL PODER
INSTITUCIONAL

Josafat CORTEZ SALINAS*


SUMARIO: I. Introducción. II. La fragilidad de la Suprema Corte y el Tribunal
Constitucional frente al presidente. III. El Tribunal Constitucional distribuyendo el
poder institucional. IV. Conclusiones. V. Bibliografía.

I. INTRODUCCIÓN

¿Bajo qué condiciones el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia


decidió respaldar la reelección del presidente Evo Morales y de su vicepre-
sidente Álvaro García Linera? En América Latina, la historia de margina-
lidad del Poder Judicial y en específico de los tribunales constitucionales y
de las cortes supremas, se ha modificado paulatinamente con las reformas
institucionales de las últimas dos décadas, otorgándoles un lugar central
en los regímenes políticos al ejercer no sólo como un árbitro entre el Poder
Ejecutivo y el Poder Legislativo, sino también como un órgano que garan-
tiza los derechos humanos.1
Hoy en día se coloca atención a los fallos judiciales y a las condiciones
en las cuales fueron tomados. En este contexto, tiene relevancia la decisión
del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia del 25 de abril de
2013 sobre la constitucionalidad de la Ley de Aplicación Normativa, que
en su artículo 4 habilita al presidente y al vicepresidente para presentarse
en las elecciones para el periodo de gobierno 2015-2020. De esta forma,
Evo Morales se presentaría para un tercer periodo presidencial.

* Politólogo, máster en estudios latinoamericanos por la Universidad de Salamanca y


estudios de maestría en derecho por la UNAM.
1 Gretchen, Helmke y Ríos Figueroa, Julio, “Introducción”, en Ríos Figueroa, Julio

y Gretchen, Helmke (coords.), Tribunales constitucionales en América Latina, México, Suprema


Corte de Justicia de la Nación, 2010, pp. 1-46.

Boletín Mexicano de Derecho Comparado,


nueva serie, año XLVII, núm. 139,
enero-abril de 2014, pp. 287-296.
D. R. © 2014. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas.

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288 JOSAFAT CORTEZ SALINAS

La reelección del presidente recayó en los jueces constitucionales, los


cuales en su lectura de la Constitución de Bolivia argumentaron que la
norma fundamental de 2009 refundó el Estado boliviano y creó un nuevo
orden constitucional, por lo que es posible que el presidente pueda com-
petir de nueva cuenta por el cargo.
El objetivo de este comentario es describir la decisión del Tribunal
Plurinacional de Bolivia indicando las condiciones en las cuales se tomó.
En primer lugar el contexto institucional y político en el que la relación
entre la figura presidencial y el Poder Judicial, en específico la Suprema
Corte y el Tribunal Constitucional, ha sido tensa y en muchos casos con-
flictiva, sobre todo porque jueces y magistrados constitucionales no han
tenido estabilidad en el cargo en los últimos años —el Tribunal Consti-
tucional fue desmantelado en 2006-2009— y en segundo lugar a través
de esta decisión el Tribunal está distribuyendo el poder institucional en el
régimen político boliviano favoreciendo al Poder Ejecutivo.

II. LA FRAGILIDAD DE LA SUPREMA CORTE Y EL TRIBUNAL


CONSTITUCIONAL FRENTE AL PRESIDENTE

Actualmente se pueda afirmar que en América Latina las supremas


cortes de justicia y los tribunales constitucionales son actores fundamen-
tales en la vida política nacional. La debilidad del Poder Judicial frente a
las ramas electas —sobre todo en su relación con el Poder Ejecutivo— se
ha transformado.
El cambio que revitalizó al Poder Judicial fueron las reformas políticas
que se hicieron en las últimas décadas, las cuales se concentraron en el
diseño institucional, en generar independencia del Poder Judicial de fac-
tores externos y de las ramas electas que pudieran afectar su desempeño.
La estabilidad en el cargo, el método de elección y las causas de remoción
fueron modificadas y adicionadas para generar mejores condiciones en su
labor; asimismo, se reconstruyó el poder que tienen a través del control de
constitucionalidad.2
Al transformarse la independencia y el poder de las cortes y tribuna-
les, el Poder Judicial se volvió una línea de investigación dentro de los es-

2 Ríos Figueroa, Julio, “Instituciones para la justicia constitucional en América Lati-

na”, en Ríos Figueroa, Julio y Gretchen, Helmke (coords.), op. cit., pp. 47-85.
D. R. © 2014. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 139, pp. 287-296.

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EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL DE BOLIVIA 289

tudios latinoamericanos. En los trabajos sobre la región resaltan tres áreas


que subrayan las preocupaciones de los investigadores: 1) la relación de
las supremas cortes con los demás poderes del Estado, 2) su papel como
actores con poder veto y la forma en la que deciden, pues interpretan la
Constitución; 3) la clasificación y la descripción de las estructuras de las
cortes y de la forma de ejercer el control de la constitucionalidad de forma
comparada
En los estudios que abordan las relaciones de las cortes con los presi-
dentes, se busca explicar por qué fallan contra el gobierno o por qué deci-
den apoyarlos y bajo qué circunstancias.3
No obstante, las reformas políticas que fortalecieron al Poder Judicial
y la centralidad de las cortes y tribunales en los regímenes democráticos,
siguen existiendo obstáculos y amenazas por parte del poder político al
trabajo de los jueces. En el periodo de 1985-2008, se registran más de 50
ejemplos de ataques a los jueces (juicios de responsabilidad, despidos indi-
viduales) o a la institución como órgano (disolución) que provocan crisis.
Entre los países con más vulnerabilidad e inestabilidad sobresalen Ecua-
dor, Bolivia, Argentina, Venezuela y Perú.4
En este sentido, históricamente en Bolivia el Poder Judicial y la Su-
prema Corte de Justicia han sido inestables y endebles. Durante el siglo
XX, la Suprema Corte fue reorganizada en más de 20 ocasiones y en el
periodo de 1900 a 2009, estuvo en labores sin el total de sus miembros
el 53%, y entre 1900 y 2008, solamente el 8% de los jueces cumplió con
su periodo en el cargo.5
El Tribunal Constitucional boliviano se planteó en la Constitución de
1995, pero comenzó a funcionar en el periodo 1998-1999. Se concibió
como un órgano con independencia pero incrustado en el Poder Judicial,
con cinco integrantes elegidos por las dos terceras partes del Congreso,
para un lapso de 10 años sin reelección inmediata.6

3 Kapiszewski, Diana y M. Taylor, Matthew, “Doing Courts Justice? Studying Judicial

Politics in Latin America”, Perspectives on Politics, 2008, 6, pp. 741-767


4 Gretchen, Helmke y Staton, Jeffrey K., “El rompecabezas de la política judicial en

América Latina: una teoría sobre el litigio, las decisiones judiciales y los conflictos entre
poderes”, en Ríos Figueroa, Julio y Gretchen, Helmke (coords.), op. cit., pp. 1-46.
5 Castagnola, Andrea y Pérez-Liñán, Aníbal, “Bolivia: el ascenso (y caída) del control

constitucional”, en Ríos Figueroa, Julio y Gretchen, Helmke (coords.), op. cit., pp. 1-46.
6 Idem.

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290 JOSAFAT CORTEZ SALINAS

Una vez que Evo Morales llegó al poder, en enero de 2006, comenzó
una etapa de fragilidad e inestabilidad para la Corte y el Tribunal Cons-
titucional. Vulnerar al Poder Judicial ha sido una práctica recurrente en
la región no sólo durante el presidencialismo sino también en contextos
democráticos, utilizando tanto prácticas informales como informales para
influir en las Cortes. Los presidentes para impulsar su proyecto político
gubernamental buscan nombrar jueces cercanos o en su caso neutralizar
o desmantelar Cortes que no tienen su misma mirada sobre los problemas
nacionales mermando la independencia judicial.7
Lo que sucedió en Bolivia fue una estrategia en la que el presidente
forzó la renuncia y la salida de jueces constitucionales, como condición
suficiente para evitar decisiones contrarias a los intereses presidenciales,
sin designar nuevos jueces. Existieron constantes remociones de jueces y el
Tribunal Constitucional y la Suprema Corte no estuvieron completos en
sus funciones durante el gobierno Evo Morales.8
En 2007, la Corte estaba trabajando solamente con siete de 12 miem-
bros ya que los jueces habían dejado el cargo por distintas presiones del
gobierno, y el inicio de juicios por responsabilidad a causa de tomar deci-
siones en favor de la oposición. El Tribunal en 2006 funcionaba solamente
con dos jueces titulares y tres suplentes. En 2007, no había quórum por-
que sólo estaban en funciones dos jueces suplentes y en 2008 sólo quedó
un juez.9
Posteriormente, con la elaboración de la nueva Constitución, en 2009,
se estableció el método de elección de jueces y magistrados mediante el
voto. Un método de elección único en la región y en el mundo, pero con
antecedentes regionales. En el pasado, en América Latina el sufragio para
elegir a los jueces se implementó en México en la Constitución de 1857,
en Nicaragua y Honduras en el siglo XIX.10 Sin embargo, hoy en día no
7 Idem.
8 Idem.
9 El caso de Eduardo Rodríguez Veltze, ex presidente de la Suprema Corte de Justi-

cia, ilustra la fragilidad del Estado de derecho y de las prácticas informales para debilitar
a la Corte y al Tribunal Constitucional de Bolivia. En este sentido, véase Carey, John,
“Palace Intrigue: Missiles, Treason and the Rule of Law en Bolivia”, Perspectives on Politics 7
(2), 2009.
10 Idem. En México durante el siglo XIX, la designación de los ministros de la Supre-

ma Corte de Justicia fue un problema en la Constitución de 1857. Los jueces constitucio-


nales eran elegidos por el voto popular, por lo que los magistrados al llegar vía sufragio
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EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL DE BOLIVIA 291

existe otro país en el cual los jueces y magistrados de la Corte y el Tribu-


nal se elijan mediante el sufragio. El vicepresidente Álvaro García Linera
sostuvo que el método de elección de los jueces anterior a la Constitución
de 2009,

... se lo hacía sin convocatoria, sin reglamento alguno. Se reunían los jefes
de bancada de los partidos conservadores, se distribuían entre sus amiguitos
abogados, que los iban a proteger en sus actos de corrupción, venían al Con-
greso y elegían a los magistrados.11

Para el vicepresidente boliviano, el método de elección de los jueces


y magistrados estaba viciado por las prácticas existentes y las relaciones
entre los abogados y el Congreso. Se optó por cambiar la ruta por la cual
llegaban los jueces al cargo y hacerlo a través del sufragio.
En la integración de las cortes, el método de nombramiento en Amé-
rica Latina es heterogéneo. La literatura ha caracterizado cinco diferentes
modelos para el nombramientos de jueces: en la primera un solo actor
político tiene la facultad para decidir quiénes son los ministros de las cor-
tes supremas en la segunda participan dos actores uno propone y el otro
aprueba los candidatos; la tercera dispersa el poder de nominación y nom-
bramiento en varios actores en los dos procedimientos; la cuarta (en los
tribunales constitucionales) señala que varios actores políticos nominen
y nombren a varios integrantes de la totalidad de los jueces, es un meca-
nismo de cuotas institucionales, y la quinta establece la integración de los
tribunales constitucionales a partir de órganos y actores ya constituidos.12
En Bolivia, la ciudadanía eligió a jueces y magistrados el 16 de octu-
bre de 2011 para formar parte del Tribunal Agroambiental, Consejo de la
Magistratura y el Tribunal Constitucional Plurinacional.
Se debe de anotar que existe la prohibición de hacer campaña electo-
ral de los candidatos y existe un reglamento que especifica las condiciones

asumían un carácter político que no se diferenciaba del Legislativo o el Ejecutivo. El en-


cargo duraba seis años y era de carácter transitorio. Pero lo que más tensión ocasionó fue
que en caso de ausencia, el presidente de la República era sustituido por el presidente de la
SCJN. Véase, Rabasa, Emilio, La Constitución y la dictadura. Estudio sobre la organización política
de México, México, Conaculta, 2002.
11 http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-05-05&idn=44518
12 Lara-Borges, Oswald et al., “Estructura institucional e inestabilidad en las cortes
latinoamericanas”, Política y Gobierno, México, vol. XIX, 2012, pp. 3-40.
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292 JOSAFAT CORTEZ SALINAS

en las cuales se considera campaña por parte de los candidatos. Después


de que se desmanteló el antiguo Tribunal Constitucional, y con la nueva
Constitución que estableció una distinta ruta metodológica para elegir
jueces y magistrados, el Tribunal autorizó que el presidente y el vicepresi-
dente puedan competir por la Presidencia para otro periodo más.13

III. EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DISTRIBUYENDO


EL PODER INSTITUCIONAL

Una de las funciones que cumplen los tribunales constitucionales es


la distribución del poder institucional entre las ramas electas mediante el
control constitucional. El Poder Ejecutivo es una de las instituciones con
más fortaleza en los sistemas presidenciales al cumplir con el doble papel
de jefe de Estado y jefe de gobierno.
En algunos países, las normas relativas a la reelección han pasado en
los últimos años por las cortes y no por un procedimiento legislativo de
reforma a la Constitución. Por ejemplo en Centroamérica, Óscar Arias
en Costa Rica y Daniel Ortega en Nicaragua, al no contar con mayo-
rías legislativas para reformar la Constitución, llevaron la decisión sobre
la reelección a la Corte. Ambos casos tenían condiciones semejantes: el
respaldo de la opinión pública y de la Corte. La decisión fue favorable y
lograron aparecer en las boletas presidenciales de nueva cuenta.14
No sólo las Cortes están decidiendo en materia de reelección sino que
también están imprimiendo su mirada en las atribuciones que les corres-
ponden a cada poder y sobre los derechos de los ciudadanos respecto al
poder político.
El panorama en la región es heterogéneo y diverso; por un lado, hay
cortes y tribunales que se han centrado en fungir como árbitros entre po-
deres, como la de México, Chile y Brasil, y otras en garantizar los dere-

13 Los integrantes que lograron convertirse en magistrados mediante el voto y que


decidieron la reelección del presidente y el vicepresidente son los siguientes: Ligia Mónica
Velásquez Castaños, Efrén Choque Capuma, Mirtha Camacho Quiroga, Ruddy José Flo-
res Monterrey, Neldy Virginia Andrade Martínez, Soraida Rosario Chanez Chire, Gual-
berto Cusi Mamani. http://www.oep.org.bo/oep/archivos/elecciones2011/separata_resultados.pdf
14 Martínez-Barahona, Elena, “Las cortes supremas como mecanismo de distribución

de poder: el caso de la reelección presidencial en Costa Rica y Nicaragua”, Revista de Cien-


cia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile, vol. 30, 2010, pp. 723-750.
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Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 139, pp. 287-296.

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EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL DE BOLIVIA 293

chos humanos, como Costa Rica o Colombia. Decisiones como el aborto,


la muerte asistida, o la posibilidad de reelegirse en la Presidencia por parte
de los presidentes, pasa por las cortes y los jueces, por lo que su actividad
se ha convertido en objeto de renovados estudios y análisis por parte de
los especialistas.15
En Bolivia, en 2013, después de la elección de los magistrados por
medio del voto, el Tribunal tuvo que decidir sobre la reelección del presi-
dente Evo Morales.
El artículo 96 de la Constitución señala los rasgos del Tribunal Cons-
titucional Plurinacional: “El Tribunal Constitucional Plurinacional vela
por la supremacía de la Constitución, ejerce el control de constitucio-
nalidad y precautela el respeto y la vigencia de los derechos y garantías
constitucionales”.
Existe un control constitucional a priori, de acuerdo con el artículo 202
de la Constitución en el cual se consulta al Tribunal sobre la constitucio-
nalidad de proyectos de ley, las consultas pueden hacerlas el presidente de
la República, el presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, del
Tribunal Supremo de Justicia o el Tribunal Agroambiental.
En este sentido, el 22 de febrero de 2013 la Cámara de Senadores de
la Asamblea Legislativa Plurinacional, acordó por más de dos tercios
de los senadores, consultar al Tribunal sobre la constitucionalidad de la
Ley de Aplicación Normativa que habilita a la fórmula del presidente y el
vicepresidente para competir por otro periodo presidencial.
El artículo 4 del proyecto señala:

I. De conformidad a lo establecido en el artículo 168 de la Constitución Polí-


tica del Estado, el presidente y vicepresidente elegidos por primera vez a par-
tir de la vigencia de la Constitución, están habilitados para una reelección
por una sola vez de manera continua. II. La prescripción contenida en la
Disposición Transitoria Primera, parágrafo II de la Constitución Política del
Estado es aplicable a las autoridades que después del 22 de enero de 2010,
continuaron ejerciendo cargos públicos, sin nueva elección, designación o
nombramiento.

El artículo 168 de la Constitución era el que se tenía que interpretar


por parte de los magistrados y verificar si la Ley de Aplicación Normativa

15 Gretchen, Helmke y Ríos Figueroa, Julio, “Introducción”, cit., pp. 1-46.


D. R. © 2014. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 139, pp. 287-296.

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294 JOSAFAT CORTEZ SALINAS

no lo violentaba. El artículo dice: “… el periodo de mandato del presiden-


te o del vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectos
por una sola vez de manera continua”.
En la primera disposición transitoria de la Constitución de 2009, en
el párrafo dos se indica: “Los mandatos anteriores a la vigencia de esta
Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los
nuevos periodos de funciones”.
En este contexto, el Tribunal Constitucional debía decidir si, de acuer-
do con el nuevo marco jurídico, el presidente podía presentarse de nue-
va cuenta en las urnas. Pese a que en el artículo transitorio se indicaba
que los mandatos anteriores a la Constitución de 2009 serían tomados en
cuenta, el Tribunal determinó lo siguiente:

Se concluye que es absolutamente razonable y acorde con la Constitución,


realizar el cómputo del plazo para el ejercicio de funciones tanto del presi-
dente como del vicepresidente del Estado plurinacional de Bolivia, desde el
momento en el cual la función constituyente refundó el Estado y por ende
creó un nuevo orden jurídico político.16
En ese contexto, si bien es cierto que la función constituyente refundó el
Estado (2009) y creó un nuevo orden jurídico-político, no es menos evidente
que el cumplimiento de los fines esenciales del Estado, implica el reconoci-
miento de mecanismos idóneos para asegurar una eficaz gestión pública en
el periodo inter-orgánico de transición hacia la implementación plena de la
nueva estructura estatal. En consecuencia, de acuerdo a una interpretación
teleológica se tiene que la función pública ejercida por servidores públicos,
que después del 22 de enero de 2010, hubieren continuado en el ejercicio de
sus cargos sin nueva elección, designación o nombramiento, asegura la conti-
nuidad y consiguiente eficacia de la gestión pública destinada al cumplimien-
to de los fines esenciales del Estado, por tanto, en este marco, el contenido
del artículo 4.II del proyecto de Ley de Aplicación Normativa, no sólo que es
razonable y coherente, sino también compatible con el orden constitucional
vigente.

El periodo de gobierno 2010-2015 es el primero en el marco de la


nueva Constitución Política del Estado, que refundó el país cuando fue
aprobada en 2009, por lo tanto es constitucional que el presidente se pre-

16 Declaración Constitucional Plurinacional 0003/2013; Sucre, 25 de abril de 2013.

Expediente 02856-2013-06-CCP.
D. R. © 2014. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 139, pp. 287-296.

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EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL DE BOLIVIA 295

sente de nueva cuenta en las urnas junto con su vicepresidente. Después


de la anuencia del Tribunal, se aprobó la Ley de Aplicación Normativa y
se promulgó el 20 de mayo de 2013.

IV. CONCLUSIONES

La pregunta que recorre una buena parte de los estudios sobre el Po-
der Judicial es por qué las cortes respaldan al gobierno, o por qué deci-
den desafiarlo. En el caso de Bolivia, las condiciones en las que el Tribu-
nal Constitucional decidió apoyar al presidente son: a) un reciente marco
constitucional en el que se plasmaron los ejes sociales y económicos del
proyecto político de Evo Morales; b) un contexto de inestabilidad en el
Tribunal Constitucional y la Suprema Corte propiciado porque el pre-
sidente aplicó mecanismos informales para que los jueces y magistrados
constitucionales renunciaran a su cargo y no hubiera quórum para poder
sesionar, y c) un método de elección de los jueces por medio del sufragio,
los magistrados que recientemente llegaron al cargo por medio de las elec-
ciones respaldaron al presidente.
La decisión judicial sostiene que con la nueva Constitución surgió un
nuevo pacto político, un reacomodo de las piezas en el tablero político por
lo que la reelección fue permitida. No se violentó el marco jurídico ni la
Constitución. El gobierno de Evo Morales evitó la reforma constitucional
y por medio de una ley secundaria logró conseguir la reelección.
En un contexto democrático se requiere un Poder Judicial indepen-
diente como condición de un Estado de derecho, en el que se garantizan
los derechos humanos y se limita el ejercicio del poder político. El presi-
dente Evo Morales intervino informalmente para desmantelar la Corte y
el Tribunal Constitucional, y así evitar decisiones contrarias a la coalición
en el gobierno; con el nuevo marco constitucional el método de elección
de jueces y magistrados por medio del sufragio, le permitió reconfigurar
la integración del Tribunal Constitucional, dos años después de las elec-
ciones se autoriza la constitucionalidad de la reelección del presidente.

D. R. © 2014. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,


Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 139, pp. 287-296.

223
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296 JOSAFAT CORTEZ SALINAS

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D. R. © 2014. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,


Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 139, pp. 287-296.

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Número 10, Año 3, julio de 2009

Revist a de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DP LF)

Editorial

El sistema judicial en la nueva


Constitución boliviana
Este número de AportesDPLF incluye varios artículos que desde distintas miradas ex-
DPLF co-auspicia evento en Santiago de Chile plican los principales cambios al sistema de justicia incorporados en la nueva Consti-
sobre Transparencia y Rendición de Cuentas
tución Política de Bolivia, promulgada en febrero del presente año. De esta manera,
del Poder Judicial junto a la Cumbre Judicial
Iberoamericana, el Instituto del Banco Mundial continuamos abordando las principales reformas constitucionales que han tenido lugar
y CEJA p4 recientemente en algunos países de América Latima.
Eduardo Rodríguez Veltzé, quien fuera presidente de la Corte Suprema de Bolivia
En este número y presidente de la República, nos explica de manera muy clara como está diseñado
El sistema judicial en el nuevo el sistema judicial en el nuevo orden constitucional boliviano. El magistrado Eddy Fer-
orden constitucional boliviano nandez, quien se desempeñaba como Presidente de la Corte Suprema de Bolivia al
Eduardo Rodríguez Veltzé p2 momento de escribir el artículo, hace un ejercicio similar donde además resalta las
El valor de la jurisdicción indígena
principales diferencias con el sistema anterior a la Constitución. Por otro lado, Idón
originario campesina en Bolivia Chivi, en representación del Vice Ministerio de Justicia y Derechos Fundamentales,
Idón Moisés Chivi Vargas p5 nos explica los alcances de la jurisdicción indígena originario campesina. Finalmente,
Julieta Montaño, Directora de la Oficina Jurídica para la Mujer (Cochabamba) sintetiza
El sistema judicial boliviano de
acuerdo a la nueva Constitución
en su artículo los principales puntos que se abordaron durante una audiencia temática
Eddy Wálter Fernández Gutiérrez p7 ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de dere-
chos humanos en Bolivia, realizada en marzo del presente año.
La situación de los derechos humanos
Con la finalidad de dar un aporte a la discusión sobre la elección de jueces por
en Bolivia
Julieta Montaño p9
voto popular, mecanismo novedoso y polémico incorporado en la nueva Constitución
boliviana, invitamos a Anthony Champagne, Profesor de Ciencias Políticas de la Uni-
La elección de jueces en los Estados
versidad de Texas y Robert H. Alsdorf, ex Juez y Profesor de la Escuela de Derecho
Unidos
de la Universidad de Seattle, a compartir con nuestros lectores sus puntos de vista —y
Anthony Champagne p12
en el caso de Alsdorf también su experiencia personal— sobre el proceso de elección
Elecciones judiciales: una opinión de jueces por voto popular. Linn Hammergren, ex funcionaria del Banco Mundial y
personal
experta en temas de reforma judicial, comenta estos dos últimos artículos y reflexiona
Robert H. Alsdorf p15
sobre el impacto que este nuevo sistema podría tener en América Latina.
Selección de jueces por voto popular Continuando con la discusión sobre transparencia judicial que DPLF ha venido
en América Latina: ¿Servirá el ejemplo promoviendo durante los últimos años, Molly Moore, abogada de la firma de abogados
de las elecciones estadounidenses?
Ropes & Gray de Washington D.C., resume un informe elaborado por su firma donde se
Linn Hammergren p18
analizan las leyes y prácticas de 15 países del mundo y de la Unión Europea en materia
Incrementar la transparencia del Poder de transparencia y acceso a la información judicial. Finalmente María Clara Galvis, ex-
Judicial: el derecho a la información perta en derecho interamericano y consultora de DPLF, reflexiona sobre la elección de
y la justicia
los nuevos miembros de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos
Molly Moore p20
en la reciente Asamblea General de la OEA llevada a cabo en San Pedro Sula, en junio
La elección de los nuevos miembros de de este año.
la Comisión y la Corte Interamericana Esperamos que este número de la revista aporte a una mejor comprensión de los
María Clara Galvis Patiño p24
cambios que la nueva Constitución boliviana incorpora en materia de justicia y que pro-
mueva una discusión informada. Como siempre, esperamos sus comentarios.

Katya Salazar
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Directora Ejecutiva
Envíenos un e-mail a aportes@dplf.org
225
El sistema judicial en el nuevo orden
constitucional boliviano
Eduardo Rodríguez Veltzé
Ex Presidente de la Corte Suprema de Bolivia y ex Presidente de Bolivia

E
l 7 de febrero de 2009 se promulgó la Nueva Cons- nes pueda ser reunida en un solo órgano ni que sean delegables
titución Política del Estado (NCPE) de Bolivia. Esta entre sí.
Constitución fue elaborada por la Asamblea Constitu- El Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional Plurina-
yente elegida en 2006 y posteriormente sometida a un Refe- cional han sido regulados por la NCPE en un solo título con
réndum Constituyente celebrado el 25 enero de 2009, que la seis capítulos que comprenden: las disposiciones generales; la
aprobó por el voto favorable del 61,43% de la población. Por sus Jurisdicción Ordinaria y el Tribunal Supremo de Justicia; la Ju-
características de gestación y aprobación política y fundamen- risdicción Agroambiental; la Jurisdicción Indígena Originaria
talmente por su contenido, esta Constitución marca un profun- Campesina; el Consejo de la Magistratura y el Tribunal Consti-
do cambio en las estructuras jurídico-constitucionales que rigie- tucional Plurinacional. Una composición relativamente similar
ron el país desde la aprobación de la Constitución de 1967, la a la prevista en la anterior Constitución, aunque con algunas
que fue objeto de varias enmiendas parciales durante los últimos innovaciones importantes vinculadas al concepto de pluralismo
años de vigencia democrática. jurídico y a las modalidades de elección de las
El primer artículo de la NCPE es el autoridades de los principales tribunales.
que caracteriza la naturaleza del nuevo Es- La nueva Constitución La NCPE define que la función judicial
tado y define los fundamentos o principios define que la función judicial es única, pero prevé también la coexistencia
que lo rigen: “Bolivia se constituye en un Es- es única, pero prevé también de la jurisdicción ordinaria a cargo de los tri-
tado Unitario Social de Derecho Plurinacional
la coexistencia de la jurisdicción bunales previstos en la norma, con la juris-
Comunitario, libre, independiente, soberano, dicción indígena originario campesina a cargo
democrático, intercultural, descentralizado y ordinaria a cargo de los de sus propias autoridades, gozando ambas
con autonomías. Bolivia se funda en la plurali- tribunales previstos en la norma, jurisdicciones de igual jerarquía. Esta última
dad y el pluralismo político, económico, jurídico, con la jurisdicción indígena conoce los asuntos propios de la comunidad
cultural y lingüístico, dentro del proceso inte- originario campesina a cargo y en el ámbito territorial de cada pueblo o
grador del país.” de sus propias autoridades, nación. La NCPE libra a una ley secundaria
El ingrediente del “pluralismo jurídico”,
gozando ambas jurisdicciones de “deslinde jurisdiccional” la definición del
como base conceptual para el desarrollo del ámbito material y de los mecanismos de co-
nuevo sistema jurídico, tiene relación con la
de igual jerarquía. ordinación y cooperación entre la jurisdicción
calidad de “plurinacional” del nuevo Estado, indígena originario campesina con otras.
conformado por las naciones y pueblos originario-campesinos y Asimismo, la NCPE reconoce al Tribunal Constitucional
las comunidades interculturales, y con el expreso reconocimien- Plurinacional la atribución de conocer las consultas de las auto-
to de la forma “comunitaria” con la que estas naciones y pueblos ridades indígena originario campesinas sobre la aplicación de sus
pueden elegir o designar a sus autoridades, además de ejercer normas jurídicas aplicadas a un caso concreto y de resolver los
otros derechos reconocidos en la NCPE. conflictos de competencia entre la jurisdicción indígena origi-
Concurren en la estructura y organización del poder público naria con las jurisdicciones agraria y agroambiental. El Tribunal
los Órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial (antes denomina- Constitucional tendrá, además, una composición “plurinacional”
dos Poderes), incorporándose el Órgano Electoral y preserván- con representación del sistema ordinario y del sistema indígena
dose los atributos de independencia, separación, coordinación originario campesino.
y cooperación así como las funciones de control, defensa de la Se trata así de un ordenamiento que jerarquiza los espacios
sociedad y defensa del Estado, sin que ninguna de estas funcio- de justicia indígena originario campesina que tiene múltiples orí-

226 2 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


El sistema judicial e el nuevo orden constitucional boliviano

genes y son preexistentes, en muchos casos, a la propia Repú- ni participa en la sucesión constitucional a la Presidencia del
blica. La NCPE los incorpora a un régimen de función única y Estado en caso de fallecimiento o renuncia de los titulares de los
sometida a la preeminencia constitucional del nuevo Estado, en otros órganos, como establecía la Constitución anterior. En el
una visión singular y práctica del novedoso “pluralismo jurídico”, ámbito de sus competencias se han eliminado sus atribuciones
basamento constitucional del Estado. como máximo tribunal de la jurisdicción contenciosa y conten-
La elección de los magistrados del Tribunal Supremo de cioso-administrativa, las que han sido asignadas parcialmente
Justicia, del Tribunal Agroambiental, del Tribunal Constitucio- al Tribunal Agroambiental (antes Tribunal Agrario Nacional),
nal Plurinacional y de los miembros del Consejo de la Magistra- que tiene las facultades para conocer causas y recursos referi-
tura está sujeta una modalidad de sufragio universal precedida dos básicamente a los asuntos de tierras y recursos naturales.
de una preselección de postulantes votada por dos tercios de la Tampoco ha incorporado referencia alguna a los Juzgados de
Asamblea Legislativa Plurinacional. El proceso está a cargo del Paz u otras jurisdicciones que, se entiende, podrán ser creadas y
Órgano Electoral que tendrá la responsabilidad de difundir los reguladas por ley secundaria.
méritos de los candidatos, quienes no podrán realizar campaña El Tribunal Constitucional Plurinacional (antes Tribunal
electoral a favor de sus candidaturas bajo sanción de inhabili- Constitucional) preserva su condición de garante, contralor
tación. El período de mandato ha sido reducido de diez a seis e intérprete de la Constitución. En esta última atribución, la
años, con el agregado de que tampoco pueden ser reelegidos. NCPE ha eliminado la capacidad de interpretación “auténtica”
Los vocales de los Tribunales Departamentales son elegi- por el Órgano Legislativo y define como criterios de interpre-
dos por el Tribunal Supremo de Justicia previa preselección del tación la voluntad del constituyente y el tenor literal del texto
Consejo de la Magistratura. El resto de los jueces son elegidos constitucional. Sus decisiones son vinculantes, obligatorias y no
por el mismo Consejo mediante concurso de méritos y exáme- admiten recurso ulterior. Además de las facultades de conocer
nes de competencia. las acciones sobre constitucionalidad, se agregan otras referidas
Se prevé que la conformación del Órgano Judicial comen- a la competencia para resolver los conflictos de competencias
zará después de que la Asamblea Legislativa Plurinacional, una entre el gobierno plurinacional, las entidades territoriales autó-
vez electa en diciembre de 2009, dentro del plazo máximo de nomas y descentralizadas y entre estas, y la revisión de las ac-
un año apruebe la Ley del Órgano Judicial que deberá definir, ciones de Libertad (antes Habeas Corpus), Amparo Constitu-
entre otros temas sustantivos, el número de integrantes de los cional, Protección de Privacidad (antes Habeas Data), Popular
Tribunales y el Consejo, no señalado en la NCPE y cuyas dis- y de Cumplimiento.
posiciones transitorias prevén además la revisión del Escalafón El Consejo de la Magistratura (antes Consejo de la Judi-
Judicial o registro del Sistema de Carrera Judicial vigente. catura) mantiene sus atribuciones de orden disciplinario y ad-
La NCPE reduce notablemente la representatividad del ministrativo. En su nueva conformación prescinde de la partici-
Tribunal Supremo de Justicia (antes Corte Suprema de Justi- pación de magistrados e introduce el principio de “participación
cia). Este ya no ostenta la representación del Órgano Judicial, su ciudadana”, en el ejercicio de sus funciones.
Presidente ya no preside ni integra el Consejo de la Judicatura,

Los últimos diagnósticos sobre los problemas del sistema judicial en Bolivia apun-
tan a la falta de acceso a servicios judiciales más sencillos y eficientes que procuren
soluciones pacíficas y legítimas para todas las personas; a mayores espacios de justicia
administrativa que resuelvan de manera expedita los cuestionamientos ciudadanos
frente a la actuación de las entidades públicas; a la injerencia política en el sistema que
provoca una desmesurada politización de la justicia y judicialización de la política, a la
falta de políticas públicas comprensivas y eficientes en relación a la seguridad pública
y a la violación de las reglas del debido proceso, cuando no al régimen universal de
los derechos humanos. Con la NCPE se abren estos y otros desafíos para mejorar y
renovar un sistema judicial haciéndolo más independiente, eficiente y accesible – ele-
mentos imprescindibles para recuperar la seguridad jurídica como valor democrático
del nuevo Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario. n

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 3 227


Eventos

DPLF co-auspicia evento


en Santiago de Chile sobre
Transparencia y Rendición
de Cuentas del Poder
Judicial junto a la Cumbre
Judicial Iberoamericana,
el Instituto del Banco
Mundial y CEJA

En Santiago de Chile, los días


14 y 15 de mayo, DPLF parti-
cipó en el Programa Regional
sobre Transparencia, Rendición
de Cuentas e Integridad en los
Poderes Judiciales. Este en-
cuentro tuvo lugar en el marco Foto oficial de los participantes en el evento de Chile: altas autoridades judiciales y representantes de las
de la Cumbre Judicial Ibero- organizaciones co-auspiciadoras. A la izquierda: Mirte Postema, Coordinadora del Programa de Rendición
americana, organización que de Cuentas y Transparencia Judicial de DPLF.
fomenta la cooperación entre una lista de recomendaciones Audiencia ante la CIDH Eduardo Bertoni, ex Director
los poderes judiciales de los para mejorar la transparencia, sobre independencia Ejecutivo, quien manifestó la
23 países que comprenden la rendición de cuentas e integri- judicial en Venezuela preocupación existente sobre
comunidad iberoamericana de dad de los poderes judiciales. las decisiones del Tribunal Su-
naciones, promoviendo la adop- Usando este documento como El día 24 de marzo, DPLF con- premo de Justicia de Venezuela
ción de proyectos y acciones punto de partida, los participan- juntamente con la organización que impulsan al desconocimien-
concertadas para fortalecer los tes debatieron durante dos días venezolana REVAPAZ (Red to de las sentencias de la Cor-
sistemas judiciales nacionales. y trabajaron en la elaboración Venezolana de Activistas por la te Interamericana de Derechos
El evento fue inaugurado por de una lista oficial de recomen- Paz) y la Comisión Internacional Humanos. Ese mismo día se
Michelle Bachelet, Presidenta de daciones para ser aprobadas de Juristas, participó en una au- llevó a cabo una presentación
Chile, y Sanjay Pradhan, Vicepre- de manera oficial durante la si- diencia temática ante la CIDH pública sobre la situación del
sidente del Banco Mundial, quie- guiente Cumbre Judicial Ibero- sobre la situación del poder Poder Judicial en Venezuela or-
nes subrayaron los compromisos americana que se llevará a cabo judicial en Venezuela. Durante ganizada por DPLF y Freedom
de sus respectivas instituciones a fines de 2009. la audiencia se hizo entrega de House Durante el evento, David
paran promover la transparencia DPLF considera que es un un informe elaborado por las López y Theresly Malave de RE-
y la rendición de cuentas en los paso importante y digno de elo- organizaciones en el que se VAPAZ, y Eduardo Bertoni de
poderes judiciales. La presencia gio que las más altas autorida- incluía abundante información DPLF, ampliaron la información
de más de 70 expertos de alto des de los poderes judiciales de que respaldaba la información presentada ante la CIDH duran-
nivel, entre ellos Presidentes y la región se hayan comprometi- contenida en el mismo. En re- te la audiencia.
magistrados de las Cortes Su- do a transparentar los sistemas presentación de DPLF estuvo
premas y máximas autoridades judiciales de sus respectivos paí-
de los Consejos de la Judicatura ses y a mejorar los mecanismos
de Argentina, Bolivia, Chile, Cos- de rendición de cuentas dentro
ta Rica, El Salvador, Honduras, de sus instituciones. Es funda-
Panamá, República Dominicana mental que además se haya dis-
y Uruguay evidenció el interés y cutido las diversas maneras de
compromiso por parte de las au- enfrentar estos desafíos. DPLF
toridades en promover estos te- continuará cooperando con las
mas. Por parte de DPLF, estuvie- autoridades en estos temas.
ron presentes Eduardo Bertoni,
Katya Salazar y Mirte Postema. De izquierda a derecha: Eduardo
DPLF preparó el documento Bertoni de DPLF, Theresly Malave
y David López de REVAPAZ, y
base que se presentó durante el Viviana Giacamán de Freedom
encuentro, el mismo que incluyó House.

228 4 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


El valor de la jurisdicción indígena originario
campesina en Bolivia
Idón Moisés Chivi Vargas
Coordinador del programa de reforma penal integral del Vice Ministerio de Justicia y Derechos Fundamentales de Bolivia

H
ace mucho tiempo vengo sosteniendo que el proble- preciables a la hora de la evaluación de los resultados.
ma principal del sistema judicial en Bolivia, y por ex- Bolivia está enfrentando un nuevo tiempo político, sin recetas
tensión en América Latina, no es lo que las agencias de por medio, sabiendo que un nuevo Estado es la base de un nuevo
de cooperación nos hacen ver y menos lo que los propios auto- derecho y una nueva institucionalidad. Bolivia está enfrentando el reto
diagnósticos judiciales señalan. En el primer caso, las agencias de descolonizar el Estado desde el Estado; descolonizar el derecho y
de cooperación sólo ven problemas en la formación de los ope- nacionalizar la justicia. O se mantiene a los poderes judiciales en ca-
radores, corrupción institucional, ineficiente personal de apoyo, lidad de rehenes de los otros poderes o enfrentamos sinceramente el
tecnología inadecuada, etc., lo que incidiría claramente en la reto de su verdadera independencia política. O se asume la igualdad
falta de “acceso a la justicia”. En cuanto a los auto-diagnósticos, jerárquica de la jurisdicción indígena originario campesina con las demás
estos señalan que el problema principal es el presupuestario y, jurisdicciones o todo lo que se habla de pluralismo y pluralidad es una
en escala descendente, la formación judicial y los sistemas de verdadera hipocresía.
selección de jueces; todos ellos problemas en el “acceso a la jus- El problema no somos nosotros los indígenas, el problema está en
ticia”. Sin duda, estas dos miradas han sido las que marcaron las el lugar donde estuvo desde su nacimiento: en la justicia liberal y sus sa-
agendas de modernización de los sistemas de administración de beres, en sus prácticas perversas e indolentes ante el sufrimiento ajeno.
justicia en América Latina desde hace casi 50 años, pero espe- Ahí está la cuestión inicial de una larga lucha por la justicia.
cialmente en la era neoliberal. La jurisdicción indígena originario campesina se encuentra regula-
Epistemológicamente hablando, se perdió de vista un dato que da en los artículos 190, 191 y 192 de la Nueva Constitución Política
viene de la profundidad histórica: los orígenes de los sistemas judicia- del Estado,1 los que junto a otras disposiciones supranacionales de de-
les en América Latina. Y es que los sistemas judiciales contemporá- recho comunitario y de la misma Constitución hacen del “bloque de
neos están pagando caro una herencia colonial: estructuras subjetivas constitucionalidad”,2 un bloque —para decirlo metafóricamente— que
e institucionales colonizadas, colonizadoras y colonizantes, y una elite “amarra” a la jurisdicción indígena en los “marcos políticos liberales” de
atrapada en el tutelaje anglo–eurocéntrico. Estos datos de poder son un los derechos humanos.
déficit enorme en los estudios contemporáneos sobre la administración Por otra parte, la Constitución incorpora un principio de
de justicia en América Latina. Ergo, los sistemas de administración reserva legal, encargándole al futuro Órgano Legislativo Plu-
de justicia en América Latina ofrecen un excelente campo de lucha rinacional la elaboración de una Ley de Deslinde Jurisdiccional
para comprender el funcionamiento de la colonialidad institucional, donde se establezca: a) los límites de la competencia material de
el orden de saberes y, por supuesto, la solución de sus problemas más las autoridades indígena originario campesinas (sean estos límites
recurrentes. generales o restrictivos), y; b) los mecanismos de coordinación y
La oleada neoliberal no hizo mas que reforzar estructuras colonia- cooperación con todas las demás jurisdicciones (las constitucio-
les con barniz de modernización y los resultados, después de gastar una nalmente establecidas y las que puedan crearse mas adelante).
obscena cantidad de millones de dólares en la región, son evidentes: En síntesis, puede decirse que:
las reformas judiciales neoliberales son un fracaso que le han costado
mucho a nuestros pueblos, aunque los aprendizajes no son nada des- n El igualitarismo jurisdiccional entre la jurisdicción

1 Disponible en http://pdba.georgetown.edu/Constitutions/Bolivia/bolivia09.html.
2 Art. 8, Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes (Convenio 169) de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT); Arts. 34 y 35, Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas (ONU); Art. 38, Carta Andina para la Promoción y Protec-
ción de los Derechos Humanos; Arts. 120(1) y 203(8) y (11), Nueva Constitución Política del Estado, Bolivia.

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 5 229


El valor de la jurisdicción indígena originario campesina en Bolivia

Viene de la página 5

ordinaria y la indígena constituye una parte impor- El bloque de constitucionalidad en su conjunto evidencia la
tante en el proceso de descolonización del derecho generosidad y la ciudadanía de alta intensidad del movimiento
liberal y su institucionalidad de matriz colonial (Art. indígena originario campesino en Bolivia. Uno de los principios
179-II NCPE). rectores emergentes del bloque de constitucionalidad plurinacional’
es el derecho al debido proceso. Ese derecho comprende el
n En el caso de la Nueva Constitución Política del Es-
derecho a ser juzgado por tribunales competentes, independientes
tado de Bolivia, las autoridades indígenas, al aplicar e imparciales, la presunción de inocencia, el derecho a la
sus principios, valores culturales, normas y procedi- defensa y la asistencia letrada, el derecho a ser informado sobre
mientos propios (Art. 190(I)) tienen que tomar como el motivo de la detención y el derecho a la “acción de libertad”.
reglas de aplicación previa, las garantías materiales y Otros principios rectores son el principio de jurisdicción, el cual
garantías procesales que se encuentran en las nor- determina que el lugar del hecho define la acción jurisdiccional
mas de derechos humanos en vía de igualdad y no de la autoridad indígena, la garantía de ejecución legal de la
de supremacía cultural, ni de un lado ni del otro (Art. pena por parte de autoridad indígena originario campesina (y
119(II)). De este modo el debido no por otra), y la garantía de cooperación y
proceso legal en la jurisdicción indí- coordinación jurisdiccional entre la indígena
gena originario campesina es – al igual originario campesina y las otras jurisdicciones.
que en la jurisdicción ordinaria – el El ruido mediático producido por casos
lugar donde un justiciable hace valer O se asume la igualdad aislados de excesos en la aplicación de las
sus derechos y defiende sus intereses
jerárquica de la jurisdicción sanciones por parte de autoridades indígenas,
en forma efectiva y en condiciones de son eso: casos aislados que además han
igualdad procesal e igualdad mate- indígena originario campesina recibido inmerecidamente una amplificación
rial. Como se sabe, el debido proceso con las demás jurisdicciones
política perversa por parte de la derecha
es un medio para asegurar la solución o todo lo que se habla boliviana. En relación a los “chicotazos
justa de una controversia y no el fin de pluralismo y pluralidad o azotes”, tenemos que esperar una
mismo del proceso, es un medio para es una verdadera hipocresía. modulación jurisprudencial a nivel interno,
garantizar los derechos de las partes y pues la doctrina constitucional comparada
no un mecanismo de impunidad. no es consistente al respecto. Los sistemas
judiciales latinoamericanos están pagando
n La aplicación de la jurisdicción in- caro no haber incluido entre sus variables de
dígena a personas no indígenas no auto-diagnóstico la pesada herencia colonial. La descolonización
procede, sólo se aplica a miembros de la comunidad del derecho y la nacionalización de la justicia constituyen, por
(Art. 191(II)) y sólo en su jurisdicción territorial, separado y en conjunto, un marco estratégico que inaugura un
no existiendo por tanto la extraterritorialidad (Art. proceso emancipatorio del sistema judicial.
191(II)). Su cumplimiento estricto y de mayor ca- La jurisdicción indígena originario campesina en su diseño
lidad está en manos del proceso de fortalecimiento constitucional, explicita la convivencia democráticamente radi-
(Art. 192(III)). cal entre dos modelos para lograr la paz social. Finalmente,
tengo que repetirlo de modo insistentemente: nosotros los indí-
n La jurisdicción indígena originario campesina está so- genas no somos el problema. El problema de la justicia está en
metida a control constitucional por dos vías: a) por otro lugar, está en la jurisdicción ordinaria. Es esta jurisdicción
vía de consulta de las mismas autoridades indígenas la que merece una atención muy particular, por sus resultados
originario campesinas (Arts. 202-8) y; b) por con- y por los dolores que nos genera… Dolores que deben ser re-
flicto de competencias entre jurisdicciones (Art. sueltos de una vez, por la dignidad humana y la de la Madre
202(11)). Tierra. n

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230 6 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


El sistema judicial boliviano de acuerdo
a la nueva Constitución
Eddy Wálter Fernández Gutiérrez
Presidente de la Corte Suprema de Justicia de Bolivia3

D
espués de un largo transitar lleno de vicisitudes, la cultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la
Nueva Constitución Política del Estado de Boli- pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y
via (NCPE) fue promulgada por el Presidente de la lingüístico, dentro del proceso integrador del país.”
República, luego de haber sido aprobada en El pluralismo jurídico es reiterado en el
referéndum el 25 de enero del año en curso. La jurisdicción ordinaria nuevo texto constitucional con el reconoci-
Dentro de las modificaciones en la estructu- miento de dos sistemas de justicia: la justicia
se ejerce por el Tribunal
ra del Estado, los denominados Poderes del ordinaria y la justicia comunitaria, que fueron
Estado ahora se constituyen en Órganos de
Supremo de Justicia mientras incorporadas como tales desde las reformas
Estado, entre los que se incorpora el Órgano que la jurisdicción constitucionales de 1994, en cumplimiento
Electoral. agroambiental se ejerce por del Convenio 169 de la OIT y por el reco-
La Segunda Parte de la nueva Consti- el Tribunal Agroambiental, nocimiento objetivo de nuestra identidad,
tución tiene el nomen juris de Estructura y la jurisdicción indígena condensado en lo pluri y lo multi.
Organización Funcional del Estado, en cuyo originaria campesina El mecanismo de convivencia o de so-
título tercero se incorpora al Órgano Judicial breposición de un sistema respecto al otro lo
se ejerce por sus propias
y Tribunal Constitucional Plurinacional. Ahí determinará una Ley de Deslinde Jurisdiccional
se señala que la potestad de impartir justicia
autoridades, y la justicia que será la que determine los mecanismos de
“emana del pueblo boliviano,” y en ese marco, constitucional por el Tribunal coordinación y cooperación entre ambas ju-
la jurisdicción ordinaria se ejerce por el Tri- Constitucional Plurinacional. risdicciones. Esta tarea es encomendada a la
bunal Supremo de Justicia mientras que la futura Asamblea Legislativa Plurinacional,
jurisdicción agroambiental (incorporada en la Nueva Consti- que deberá ser instalada, de acuerdo al cronograma, a princi-
tución) se ejerce por el Tribunal Agroambiental, la jurisdicción pios del año 2010. A continuación, se describe los principales
indígena originaria campesina se ejerce por sus propias autorida- cambios incorporados en materia de justicia en el nuevo texto
des, y la justicia constitucional por el Tribunal Constitucional constitucional.
Plurinacional.
El Consejo de Magistratura, antes de la Judicatura, es la El nuevo sistema de selección de miembros
instancia responsable del régimen disciplinario de la jurisdic- de la Corte Suprema
ción ordinaria, agroambiental y de las jurisdicciones especiali-
zadas, del control y fiscalización de su manejo administrativo y La selección de los magistrados se hará por sufragio universal.
financiero, y de la cumulación de políticas de su gestión. Este sistema tiene la dificultad de afectar el profesionalismo de
La estructura del Órgano Judicial descrita tiene su sustento los escogidos pues su elección no sería por su capacidad profe-
ideológico en las bases fundamentales del Estado señaladas en sional sino por simpatías o antipatías de los electores, dejando
el Artículo 1° de la NCPE que a la letra dice que “Bolivia se de lado a notables juristas y destacados miembros del Poder Ju-
constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional dicial, que no podran culminar su carrera en los más altos cargos
Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, inter- del mismo.

3 Entre la entrega de este artículo y la publicación de la revista, el Magistrado Eddy Fernández fue suspendido de sus funciones por la Cámara de
Diputados de Bolivia. A la fecha de cierre de edición, la Decana de la Corte Suprema venía ejerciendo temporalmente la Presidencia.

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 7 231


El sistema judicial boliviano de acuerdo a la nueva Constitución

Viene de la página 7

La Asamblea Legislativa Plurinacional, órgano político los sectores sociales que tengan algún interés a ser definido
por excelencia, efectuará por 2/3 de sus miembros presentes la jurisdiccionalmente.
preselección de las postulantes y los postulantes por cada de- Nuestro texto actual establece que la soberanía reside en el
partamento. Con esto, el avance que se logró con las reformas pueblo, que es diferente a la concepción del texto constitucional
constitucionales de 1994-1995 hacia la meritocracia sufre un aprobado en el Congreso de la República que utiliza la fórmula
nuevo y grave retroceso con el retorno a un sistema partidocrá- de que la soberanía “emana del pueblo.”
tico. Por otro lado, la remisión al Organo Electoral de la nómina Por todo lo dicho líneas arriba, el Numeral II del Artículo
de los precalificados para que éste proceda a la organización, 178 del Proyecto de Texto Constitucional, que formalmente
única y exclusiva, del proceso electoral, no va a impedir, pese a garantiza la independencia judicial y establece la carrera judicial
la prohibición expresa, que a través de variados mecanismos se en el desempeño de las funciones de los jueces, podría vulnerar,
activen los partidos políticos en campañas de candidatos, que o en su caso debilitar, este principio por la sobreposición de la
luego de ser elegidos desfigurarán la independencia del Órgano concepción de comunidad, pluralidad y pluralismo jurídico,
Judicial con adscripciones y lealtades a sus electores y a los par- y participación ciudadana en las funciones propiamente
tidos políticos. jurisdiccionales.
En la calificación de méritos se tomará en cuenta el haber
sido autoridad originaria, cosa que no sucede en la elección de Tribunal Constitucional Plurinacional
autoridades de la justicia comunitaria. La edad requerida para
ser magistrado disminuye de 35 a 30 años. Se suprime la reelec- La primera consecuencia de agregar preferentemente la categoría
ción y no se establece ningún tipo de excepción. Esto podría plurinacional está en su composición. Los magistrados serán
ocasionar el “golondrineo”4 de los candidatos a diferentes órga- elegidos con criterios de plurinacionalidad, lo cual plantea un
nos, limitando el ingreso de nuevas generaciones y provocan- primer problema. Si en Bolivia hay 35 nacionalidades, ¿cómo
do el copamiento político partidario en extremo. Este “golon- se elegirán a sus representantes? y ¿cuál es la proporción de
drineo” se confirma con el tiempo de mandato, pues seis años representantes del sistema ordinario frente al sistema indígena
pueden ser insuficientes para las aspiraciones de los ciudadanos originario campesino?
interesados, lo que además obligará a una mayor relación de de- Parece que la respuesta a esta pregunta será de orden político
pendencia con los partidos políticos. y en función a cómo esté integrada la Asamblea Legislativa
Plurinacional, que será la que dicte la norma secundaria que
Impacto del nuevo sistema en la independencia determine la organización, estructura y atribuciones de este
judicial Tribunal.

De todos los atributos del Estado boliviano sobresale la categoría Ordenamiento jurídico
plurinacional comunitaria, elaboración teórica que plantea la
contradicción entre democracia liberal y democracia comunitaria Finalmente, el ordenamiento jurídico anterior no ha sido
con la que se propone desmonopolizar el Estado. derogado ni abrogado. Por el contrario, está en plena vigencia,
Según esta afirmación, la desmonopolización, desde por lo que es previsible la presencia de discordancias con el
la democracia liberal, nos lleva a la igualdad del ciudadano nuevo texto constitucional por un lapso de cerca de dos años
ante la ley y a la meritocracia. Empero, desde la democracia a partir de su promulgación —en la medida que la norma
comunitaria al Estado plurinacional, en el que se sobrepone constitucional limita las competencias y facultades al actual
lo colectivo a lo individual y la práctica deliberativa sobre la Congreso Nacional y expresamente otorga facultades legislativas
electiva, la coerción a la libre adscripción, la personalización a la futura Asamblea Legislativa Plurinacional.
del poder a la institucionalidad y la rotación de cargos a la Pese a estas dificultades, el Poder Judicial en todas sus
permanencia reiterada – sistema que ha sido incorporado en el instancias ha asumido el reto de cumplir con el mandato de la
nuevo texto constitucional. Dada la incorporación de lo que es norma constitucional y contribuir de esta manera a consolidar el
democracia comunitaria, es previsible sostener que el Órgano Estado Democrático de Derecho. n
Judicial va a estar sometido a múltiples presiones externas de

4 Esta metáfora se refiere a las golondrinas que siempre buscan buen clima y así están donde más les conviene. A los candidatos les puede suceder
lo mismo: cambiar de fracción política guiados por sus intereses personales.

232 8 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


La situación de los derechos humanos en Bolivia
Julieta Montaño
Directora de la Oficina Jurídica para la Mujer, Cochabamba, Bolivia

E
l 23 de marzo pasado, durante su 43º período de sesio- manos y c) corrupción y el narcotráfico como fenómenos que
nes, la Comisión Interamericana de Derechos Huma- facilitan las violaciónes a los derechos humanos.
nos (CIDH) recibió a una delegación de organizaciones La fragilidad institucional se refleja en hechos como la
de la sociedad civil boliviana, conformada por representantes desactivación del proceso de institucionalización de la admi-
del Colegio de Abogados de La Paz y la Directora de la Oficina nistración pública, proceso que costó al país sumas elevadas de
Jurídica de la Mujer, con sede en Cochabamba. El objetivo de la dinero, pero que, por razones de orden político-ideológico y de
audiencia fue informar a la CIDH sobre la situación general de coyuntura de la actual administración gubernamental, no sólo se
los derechos humanos en Bolivia, en el marco del seguimiento paralizó, sino que además se desconoció lo logrado.6 Este des-
de las observaciones y recomendaciones contenidas en el infor- conocimiento se debe al resurgimiento de prácticas anteriores,
me elaborado por la CIDH, titulado Acceso a la Justicia e Inclu- reemplazando el sistema de carrera administrativa por el de co-
sión Social. El camino hacia el fortalecimiento de la democracia en optación política y prebendal, violando así los derechos sociales
Bolivia.5 de los funcionarios que llegaron al cargo por concurso de méri-
Bolivia se encuentra actualmente gobernada por autori- tos y exámenes de competencia.
dades elegidas por amplia mayoría y ratificadas en referéndum El fundamento del Estado de Derecho constituye la inde-
realizado el año 2008. Las experiencias negativas que le tocó pendencia de los poderes y el sometimiento a la ley por parte de
vivir en el plano económico y social en las últimas dos décadas gobernantes y gobernados. Sin embargo, en el caso boliviano, a
y media de vida democrática, impulsaron a las organizaciones partir del año 2006 se observa un sistemático incumplimiento
populares a apostar por una fórmula encabezada por un dirigen- de las normas constitucionales por parte de los poderes Legis-
te social, formado en la lucha por la reivindicación de la coca y lativo y Ejecutivo, así como de las autoridades regionales, cuyos
su oposición a la erradicación de ésta. Algunas de las medidas miembros —de manera expresa y abierta— infringen las nor-
adoptadas por el gobierno nacional en sus cuatro años de ges- mas contenidas en la Constitución.7
tión, tienen por objetivo paliar la crisis que azota a la mayoría de La parálisis total del Tribunal Constitucional, producto de
los hogares bolivianos. A la vez, políticas erráticas en el plano acciones de hecho, presiones, y procesos penales ilegales a sus
político, económico y social han puesto en peligro el respeto magistrados, ejercidos por autoridades del Poder Ejecutivo y
para los derechos humanos. de la mayoría parlamentaria en el Legislativo, ha tenido como
La motivación para la petición de esta audiencia fue el sis- resultado la anulación del control de constitucionalidad, tanto
temático deterioro de los derechos humanos y las garantías de normativo como tutelar, lesionando gravemente el derecho de
las personas en Bolivia, producto de las tensiones políticas entre acceso a la justicia. Tal es así, que a la fecha, son 4.000 los ex-
el oficialismo y la oposición, el ahondamiento de la crisis econó- pedientes en espera de resolución, afectando a más de 25.000
mica y el debilitamiento del Estado Democrático de Derecho. accionantes. Asimismo, las persistentes presiones al Poder Judi-
A lo largo de la exposición, reconociendo los avances logrados cial, a través de reducción de sueldos, recortes presupuestarios,
por la actual gestión gubernamental, se presentaron tres bloques amenazas, intimidaciones y procesos judiciales contra magistra-
de problemas: a) fragilidad institucional y debilitamiento del dos, tienen como objetivo minar su independencia.
Estado de Derecho, b) sistemática violación de derechos hu- Otra expresión del debilitamiento del Estado de Derecho

5 Disponible en: www.cidh.org/countryrep/Bolivia2007sp/Bolivia07indice.sp.htm.


6 Por ejemplo en la Aduana Nacional, la Contraloría General de la República, el Servicio de Impuestos Nacionales y el Servicio Nacional de Cami-
nos.
7 Mediante el proceso constituyente, la aprobación de estatutos autonómicos en los departamentos del sur y oriente, y los procesos a magistrados
del Tribunal Constitucional.

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 9 233


Audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Bolivia

Viene de la página 9

constituye el desconocimiento de resoluciones judiciales contra- sociales afines al gobierno.


rias a la voluntad del Poder Ejecutivo, emitidas en acciones tu- Un problema que es motivo de preocupación del movi-
telares como amparos constitucionales y hábeas corpus.8 Existe miento social de mujeres es el referido al incremento alarmante
un sometimiento del Ministerio Público al Órgano Ejecutivo de casos de violencia sexual, la mayoría de los cuales queda en la
para criminalizar a la oposición política, desplegando una sis- impunidad (más del 90%) por la negligencia de los organismos
temática persecución penal a líderes cívicos y políticos críticos encargados de la investigación (Policía y Ministerio Público), la
al gobierno central, con total vulneración del derecho al debido insensibilidad de quienes tienen la obligación de atender a las
proceso y al juez natural independiente, competente e impar- víctimas, las falencias en la investigación y la falta de compren-
cial.9 Esto, sumado a la prácticamente inexistencia del Tribunal sión de la especificidad de estos delitos por parte de las autori-
Constitucional, deja sin posibilidad de acceso a la justicia a la dades judiciales.
población boliviana. En lo que se refiere a los derechos sexuales y reproductivos,
La impunidad por los graves atentados a los derechos hu- existe un aumento del número de abortos mal practicados en
manos de las personas, como el derecho a la vida, la integridad, adolescentes que son reportados por los hospitales públicos, sin
la intimidad, la libertad y a la propiedad, re- que las políticas diseñadas para la prevención
sulta también violatoria del derecho de acce- La motivación para la del embarazo adolescente y la planificación
so a la justicia y la no discriminación. Asi-
10
petición de esta audiencia familiar dispongan de recursos suficientes
mismo, existe un incremento significativo de
fue el sistemático deterioro —tanto humanos como materiales— para
atentados a los derechos humanos por fun- garantizar su funcionamiento. Asimismo, es-
cionarios estatales que violan los derechos de de los derechos humanos tudios realizados por instituciones especiali-
las personas a través de acciones u omisiones y las garantías de las personas zadas señalan que la fecundidad no deseada
frente a agravios de particulares, incumplien- en Bolivia, producto de las afecta de manera especial a las mujeres más
do la obligación impuesta por el Art. 1.1 de la tensiones políticas entre el pobres, sin educación y que residen en las
Convención Interamericana sobre Derechos oficialismo y la oposición, zonas rurales del país. En cuanto al uso de
Humanos (Pacto de San José) de respetar y
el ahondamiento de la crisis anticonceptivos, solamente el 18% de las mu-
garantizar todos los derechos humanos des- jeres sin instrucción usa algún método de pla-
critos en la Convención sin discriminación
económica y el debilitamiento nificación familiar. Estos datos demuestran el
alguna a toda persona bajo la jurisdicción del Estado Democrático deficiente ejercicio de los derechos reproduc-
del Estado. Las violaciones más recurrentes de Derecho. tivos en el pais.
y debidamente documentadas se describen a Las organizaciones de defensa de los
continuación. derechos de las personas portadoras del VIH hicieron llegar a
El derecho a la libertad de información y comunicación la CIDH documentación que da cuenta de la desorganización
son violentados mediante ataques directos del Presidente de la en la distribución de medicamentos retrovirales, al extremo de
República y ministros a periodistas y medios de comunicación provocar la caducidad de los mismos en un país donde el acceso
social. Existe una incitación a la violencia contra la prensa, agre- para los portadores continúa siendo prohibitivo.
siones físicas contra periodistas y amenazas de violación sexual Durante el verano pasado, Bolivia enfrentó situaciones de
contra mujeres reporteras de prensa. Estas acciones no han sido alto riesgo a raíz de la epidemia de dengue que llegó a cobrar
investigadas para identificar y sancionar a sus autores por ser és- la vida de más de 20 personas y contagiar al menos a 50.000.
tos militantes o simpatizantes del partido de gobierno. También La falta de una política preventiva y de reacción temprana en
se infringe al derecho a la libertad de expresión a través de una el campo de la salud, sumada al descuido de las autoridades,
permanente descalificación social, moral y económica de perso- fueron la causa para la propagación de la epidemia afectando a
nas, líderes cívicos, y políticos críticos a la gestión gubernamen- los sectores más pobres del país.
tal, así como mediante acciones y agresiones de organizaciones Las violaciones a los derechos sociales de los trabajadores

8 Como por ejemplo en los casos de los presos políticos de Pando y de los profesores institucionalizados y despedidos ilegalmente.
9 Unos ejemplos de esto son los casos de los cívicos de Tarija, Prefecto y cívicos de Pando y Cívicos de Santa Cruz.
10 Algunos ejemplos son los casos de Christian Urresty, Pando, Calancha, la violencia contra campesinos en Sucre, los linchamientos justificados
como expresión de la “justicia comunitaria”, los ataques y despojo de la vivienda de Víctor Hugo Cárdenas por expresar abiertamente su discre-
pancia con la política gubernamental y violencia contra su familia, las agresiones físicas sufridas por la diputada disidente del partido de gobierno
Marlene Paredes y los innumerables casos de detenciones arbitrarias.

234 10 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


Audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Bolivia

se expresan en la precarización del trabajo, la implantación del son privativos de la presente gestión gubernamental, su creci-
sistema de contratación por consultorías para trabajos desde se- miento incontrolable resulta preocupante, toda vez que mien-
cretaria, telefonista y mensajería, hasta cargos de mayor respon- tras la corrupción ha logrado penetrar a los niveles más altos de
sabilidad como forma de eludir las responsabilidades sociales y la estructura gubernamental ocasionando pérdidas millonarias
privar de los beneficios de la seguridad social de largo y corto al país, el narcotráfico constituye una peligrosa amenaza para la
plazo. En Bolivia se ha generalizado el despido injustificado de seguridad y la salud de la población. La diseminación de facto-
empleados y empleadas de la administración pública por moti- rías grandes y pequeñas donde se elabora y cristaliza la cocaína,
vos político-partidarios, despidos que alcanzan a personal que tanto en las zonas urbanas, como suburbanas y rurales, cons-
no se halla catalogado como de confianza de la autoridad jerár- tituye una amenaza al medio ambiente, problema que ya fue
quica. De esta manera, se atenta contra el derecho al trabajo y alertado por comunidades indígenas y campesinas que ven con
la seguridad social. preocupación el deterioro de sus suelos y la contaminación de
El magisterio urbano y rural en la presente gestión ha sido los ríos y fuentes de aprovisionamiento de agua. Preocupación
objeto de avasallamiento por parte de las autoridades y los movi- que, en algunos casos, ha dado lugar a enfrentamientos entre
mientos sociales afines al partido de gobierno. Profesores rurales comunidades con resultado de muertos y heridos.
han sido expulsados de sus centros de trabajo por los líderes sin- Bolivia se ha acercado poco al Sistema Interamericano de
dicales y políticos, debido a que acataron la huelga declarada por Derechos Humanos. Posiblemente esta falta de experiencia en
la máxima organización del magisterio. La exclusión arbitraria ser sometido al escrutinio de la sociedad civil sobre la situación
de directores institucionalizados que ganaron sus puestos a tra- de los derechos humanos en democracia hizo que el Gobierno
vés de un proceso de institucionalización de la anterior gestión de Bolivia —a través del Presidente de la República11 y funcio-
gubernamental, a favor de militantes del actual gobierno que narios de menor jerarquía12— reaccione violentamente contra
salieron de un nuevo concurso convocado por este gobierno, y los defensores y defensoras de derechos humanos que expusie-
la resistencia de las autoridades del Ministerio de Educación a ron ante la Comisión, con expresiones dirigidas a amedrentar y
cumplir la resolución del Tribunal de Garantías que ordena de- descalificar su labor, sin comprender que los derechos humanos
jar sin efecto la medida impugnada, es la evidencia más clara de no hacen distinciones por ideología, religión, origen étnico ni
una política de desconocimiento de los derechos sociales. credo religioso, que son los límites al poder del Estado sin im-
Con referencia a la corrupción y el narcotráfico, si bien no portar quién lo esté ejerciendo. n

11 Diario La Razón, 24 de marzo 2009.


12 Diario El Deber de Santa Cruz, 25 de mayo 2009.

Eventos

DPLF participa en un vo integrado además por José


evento sobre el juicio a Ugaz, abogado peruano experto
Fujimori en la Universidad en derecho penal y ex procura-
de Seattle dor anti-corrupción para el caso
Fujimori-Montesinos; y Abraham
El 14 de abril, Katya Salazar, Siles, profesor de derecho cons-
Directora Ejecutiva de DPLF, titucional y teoría general del de-
participo como expositora en un recho en la Universidad Católica
evento titulado “El juicio de un del Perú. Ronald Slye y Thomas
ex presidente y la búsqueda de Antkowiak, profesores de la Es-
justicia en el Perú” organizado cuela de Derecho de la Universi-
por la Escuela de Derecho de la dad de Seattle, comentaron las De izquierda a derecha: Thomas Antkowiak, Katya Salazar, Ronald
presentaciones. Slye, José Ugaz y Abraham Siles.
Universidad de Seattle, estado
de Washington. El panel estu-

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 11 235


La elección de jueces en los Estados Unidos
Anthony Champagne
Profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Texas, EEUU

L
a elección de jueces por voto popular (o elecciones judi- votante responde con un voto afirmativo o negativo. Asimismo,
ciales) es un fenómeno poco frecuente en casi todos los en las elecciones de retención los jueces no se postulan bajo la
países, a excepción de los Estados Unidos de América. rúbrica de un partido. En otros nueve estados existen distintas
En muchos estados de este país, la elección de jueces constituye combinaciones de sistemas de selección (sistemas híbridos) que
un mecanismo común para la selección de jueces. De hecho, contemplan al menos algún tipo de elección judicial.
solo cinco de los 50 estados cuentan con sistemas de selección Son muy pocos los jueces que pierden las elecciones de re-
que reconocen a los gobernadores o al Órgano Legislativo la tención, en parte debido a que no se enfrentan a ningún opositor.
facultad de nombrar a los jueces y no prevén Los casos excepcionales en que los jueces no
elecciones judiciales. Todos los demás esta- resultan favorecidos en la elección, por lo ge-
dos cuentan con algún tipo de mecanismo de neral se deben a la existencia de algún escán-
elección judicial. A su vez, esta forma de elec- dalo o de algun grupo de interés organizado
ción puede adoptar distintas formas. De hecho, solo cinco que moviliza al electorado en contra de cierto
Según la American Judicature Society de los 50 estados cuentan candidato en razón de las opiniones o decisio-
(Sociedad Americana de la Judicatura), una con sistemas de selección nes controvertidas que haya emitido el juez
reconocida organización que trabaja temas en cuestión. Sin embargo, en las elecciones
de reforma judicial, siete estados seleccionan
que reconocen a los de retención los jueces no suelen recaudar una
inicialmente a sus jueces mediante elecciones gobernadores o al Órgano gran cantidad de fondos para sus campañas, y
partidarias. En este tipo de elecciones, los Legislativo la facultad tampoco es común que exista una oposición
candidatos puestos en la judicatura estatal se de nombrar a los jueces y no organizada.
incluyen en una boleta electoral bajo el lema prevén elecciones judiciales. Las principales controversias que plantean
de un determinado partido político y se be- las elecciones judiciales tienen que ver con las
nefician (o perjudican) con el apoyo electoral elecciones partidarias; no obstante, hay casos
generado por su afiliación a dicho partido. de elecciones apartidarias que alcanzan deci-
En 14 estados, la selección de los jueces beles similares a las que involucran a partidos
se realiza inicialmente mediante elecciones apartidarias. En estas políticos. Esto se debe a que en algunos estados que prevén elec-
elecciones, los candidatos postulan sin que se consigne ningu- ciones apartidarias las elecciones tienen efectivamente este carác-
na afiliación partidaria en la boleta electoral. Por consiguiente, ter, mientras que en otros las elecciones tienen un profundo sesgo
a diferencia de las elecciones partidarias, los votantes no pueden partidario y la única distinción con las elecciones abiertamente
basarse en la afiliación partidaria para orientar su elección de un partidarias radica en la falta de indicación de partidos políticos
determinado juez. Si bien este sistema efectivamente atenúa la en las boletas electorales. Cada estado presenta su propia cultura
importancia de la afiliación partidaria en la elección de los jueces, política, y algunos tienen campañas judiciales más estridentes que
también reduce la proporción de votos que reciben los jueces y la otros.
cantidad de información que se difunde a los votantes sobre los La variedad de sistemas electorales responde a las caracte-
jueces. rísticas del sistema federalista estadounidense, en el cual cada
Otros 16 estados emplean una forma de selección judicial estado puede establecer libremente su propio sistema judicial
en la que los jueces son nombrados inicialmente en sus cargos, estatal. Otra de las razones del amplio espectro de sistemas de
pero luego deben presentarse a reelección si desean continuar en elecciones judiciales es que los estados fueron incorporados a los
sus funciones. En las llamadas elecciones de retención, los jueces Estados Unidos en diferentes momentos históricos, en los que
no se enfrentan a opositores. En la boleta electoral simplemente prevalecían distintos sistemas de selección judicial. Por ejem-
se pregunta al votante si el juez debe continuar en su cargo, y el plo, muchos de los estados más antiguos del este de los Estados

236 12 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


La elección de los jueces en los Estados Unidos

Unidos prevén un sistema de nombramiento para los jueces. Otro acontecimiento que se produjo en los Estados Unidos
Los estados de la región oeste generalmente celebran elecciones durante los últimos 25 años ha sido la gran discusión acerca de
apartidarias. Los estados del sur, por su parte, suelen realizar la responsabilidad civil extracontractual (tort law). En estos ca-
elecciones partidarias. sos, las personas o las empresas enfrentan demandas por indem-
Los movimientos de reforma judicial que se manifestaron nizaciones como consecuencia de los daños que presuntamente
en distintas épocas en los Estados Unidos han dado lugar a los provocaron. Tanto las empresas como las compañías asegurado-
diversos sistemas de selección judicial que existen actualmente. ras que les brindan cobertura contra este tipo de acciones judi-
En un principio, los jueces eran nombrados por el gobernador ciales tienen un natural interés en minimizar la cantidad de de-
o el órgano legislativo. A mediados de 1800, las elecciones ju- mandas y las indemnizaciones. Los abogados que representan a
diciales cobraron gran popularidad, en tanto proporcionaban a estas empresas y compañías aseguradoras actúan en su defensa y,
los jueces una base política independiente, libre de la influencia ciertamente, comparten los intereses de sus clientes. Por el con-
de los funcionarios responsables de su nombramiento. Posterior- trario, los ingresos del segmento de abogados que representan a
mente, como reacción a la influencia que ejercían los partidos los demandantes son un porcentaje de las indemnizaciones que
políticos y la maquinaria política respecto de los jueces, se creó perciben sus clientes en los juicios por daños. Los abogados de
la elección apartidaria de los jueces. Finalmente, a fin de atenuar los demandantes generalmente están alineados con grupos de
la importancia de las maquinarias de los partidos políticos y de consumidores y sindicatos que suelen percibir a sus propios in-
incrementar la independencia del Poder Ju- tereses como contrarios a los de las empresas.
dicial, se desarrolló un sistema de selección al Estos grupos opuestos se han involucrado en
que se denomina comúnmente Plan Missouri, las elecciones judiciales financiando fuerte-
dado que fue éste el primer estado en adoptar Durante los últimos mente a aquellos candidatos que apoyan sus
el sistema. Con el Plan Missouri, una comisión 25 años, el principal intereses a favor o en contra a la responsabi-
integrada tanto por abogados como por legos debate en torno a los lidad extracontractual.
recomienda a un grupo de personas para una poderes judiciales estatales Esta pugna sobre la responsabilidad ex-
magistratura y es el gobernador quien nombra tracontractual, sumada al alto grado de par-
a uno de los integrantes de ese grupo para el
ha estado vinculado tidismo que prevalece en varios estados, ha
cargo. Luego de desempeñarse durante un de- con problemas en las logrado alterar la naturaleza de las elecciones
terminado período, el juez se presenta a una elecciones judiciales, judiciales. Actualmente, en varios estados se
elección de retención para conservar su cargo. en especial las de recaudan inmensas cantidades de dinero, en
Durante los últimos 25 años, el principal naturaleza partidaria. especial cuando se trata de la Corte Suprema
debate en torno a los poderes judiciales estatales de un estado. No es inusual que en algunos
ha estado vinculado con problemas en las elec- casos los candidatos judiciales a las cortes
ciones judiciales, en especial las de naturaleza supremas recauden más de un millón de dó-
partidaria. Esta controversia se ha suscitado como consecuencia lares para sus campañas. En las contiendas por los cargos en
de distintos acontecimientos. Varios estados, en especial los esta- las cortes supremas de algunos estados llegan a gastarse incluso
dos del sur, han experimentado una profunda transformación po- decenas de millones de dólares.
lítica, y han dejado de ser estados mayormente demócratas para No obstante, existen otros factores que también inciden en la
convertirse en estados netamente republicanos. Como resultado lucha por la elección de los jueces. En algunos estados, la justicia
de esto, en las décadas de 1980 y 1990 las elecciones judiciales penal se ha convertido en un tema importante que puede movili-
en distintos estados despertaron fuertes disputas ante el triun- zar a los votantes tanto a favor como en contra de determinados
fo cada vez más frecuente de los candidatos republicanos frente candidatos judiciales. Cada vez es más habitual que los opositores
a sus contrincantes demócratas en las elecciones por los cargos de un juez se concentren en una decisión dictada en un caso de
judiciales. En algunos estados esta transformación resultó drásti- derecho penal que haya generado controversia y utilicen esta de-
ca, con decenas de jueces demócratas excluidos de los cargos en cisión para desacreditar al juez en cuestión con fines políticos. Por
una única elección. Eso fue lo que sucedió, por ejemplo, en 1984 lo tanto, un juez que haya dispuesto la libertad bajo fianza de un
en Texas, donde la popularidad del candidato presidencial por el delincuente que posteriormente cometió un asesinato o que haya
Partido Republicano Ronald Reagan bastó para que numerosos impuesto una pena poco severa en un caso de abuso de menores
jueces demócratas que se postulaban para ser reelectos mediante puede tener que rendir cuentas por su decisión durante la próxi-
elecciones partidarias debieran abandonar sus cargos. ma campaña política. Ciertamente, los jueces emiten cientos de

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 13 237


La elección de los jueces en los Estados Unidos

Viene de la página 13

pronunciamientos y siempre habrá algunos que puedan ser usa- Missouri, pero no hay pruebas de que existan diferencias en la
dos en su contra durante una campaña. idoneidad de los jueces en lo que respecta a ciertas caracterís-
Las contribuciones económicas de quienes participan en ticas, como la calidad de la facultad de derecho a la que han
esta pugna en torno a la responsabilidad extracontractual se asistido o la experiencia que adquirieron antes de convertirse
han vuelto necesarias, ya que la naturaleza de las campañas ju- en jueces.
diciales ha cambiado durante los últimos 25 años. En muchos El conflicto relativo a la selección de los jueces en los Estados
estados, quienes se postulan a la corte suprema deben recurrir Unidos se relaciona en gran medida con una controversia teórica
a la publicidad televisiva a fin de movilizar a los votantes en las sobre el grado en que los jueces deben responder a los votantes
elecciones. La producción de este tipo de publicidad es costosa, o actuar con independencia del control electoral. Por cierto, la
y más aún su difusión. Y además, dado que los avisos deben ser controversia también tiene un aspecto político, ya que a ciertos
impactantes, a menudo por este medio se acusa a los opositores intereses les resultará beneficioso que los jueces respondan a
de favorecer a personas con antecedentes de abuso de menores, sus electores antes que jueces más independientes. El partido
o a las compañías aseguradoras de poner sus intereses por sobre mayoritario en un estado, por ejemplo, probablemente prefiera
las personas enfermas, o bien se formula cualquier otra acusa- a los jueces electos, ya que el sistema asegurará que el partido
ción que despierte la atención del público. obtenga más cargos políticos para sus miembros.
Los partidarios de reformas que desean impulsar cambios No obstante, pese a los problemas que plantean las elecciones
en las elecciones judiciales por lo campañas políticas, el alto judiciales, como campañas indecorosas, publicidad de campaña
grado de partidismo y el carácter malicioso que frecuentemente maliciosa e inmensas contribuciones por parte de sectores que
adquieren las campañas, los partidarios de la reforma manifies- aspiran a determinar el resultado de los litigios, en la mayoría de
tan su preocupación general proponen que los estados aban- los estados aún gozan de gran aceptación entre los votantes. Al-
donen tanto las elecciones partidarias como apartidarias y que gunos líderes de la comunidad jurídica estadounidense, como la
este sistema sea reemplazado por el Plan Missouri, en el que ex jueza de la Corte Suprema de Justicia Sandra Day O’Connor,
los jueces participan exclusivamente en elecciones de retención, han trabajado arduamente para que los estados adopten el Plan
normalmente sin ningún tipo de contienda. Además de criticar Missouri. La Jueza O’Connor y otros líderes de la profesión
las elecciones judiciales sobre la base de las contribuciones que legal han expresado su preocupación sobre la imparcialidad de
requieren las de que los jueces seleccionados mediante un siste- la justicia y la apariencia de imparcialidad en un contexto de
ma de elecciones competitivas no serán igualmente idóneos que estrechas conexiones entre los candidatos judiciales y los grupos
los elegidos según el Plan Missouri. Puede ser que la persona- de interés. Sin embargo, pese a estas iniciativas de reforma, es
lidad de los jueces designados mediante sistemas de elecciones probable que se continúen celebrando elecciones judiciales reñi-
competitivas sea distinta a la de los elegidos en virtud del Plan das en los Estados Unidos durante muchos años más. n

Eventos

DPLF participa en Plurales), auspiciado por el Pro-


reunión sobre acceso a grama de Estado de Derecho de
la justicia organizada la Fundación Konrad Adenauer
por la Fundación Konrad (KAS, Alemania). El objetivo de
Adenauer en Quito, la reunión fue discutir algunas
Ecuador iniciativas que vienen siendo
promovidas por el grupo, como
Del 11 al 13 de marzo, Katya la capacitación y elaboración de
Salazar, Directora Ejecutiva de materiales para jueces de la re-
DPLF, participó en una reunión gión y el diseño de un observato-
en Quito, Ecuador, del grupo rio de pueblos indígenas. Duran-
PRUJULA (Grupo Latinoame- te la reunión, DPLF fue invitada a De izq. a der: Rudolf Huber, Fundación Konrad Adenauer; Gisela Elsner,
formar parte activa del grupo. Directora del Programa de Estado de Derecho para Latinoamérica
ricano por Sistemas Jurídicos
de la Fundación Konrad Adenauer, Juan Carlos Martínez, FUNDAR y
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, México; Guillermo
Padilla, CIESAS, México, Katya Salazar, DPLF, José Regalado, PROJUR,
Perú y Marcelo Bonilla, Universidad Andina Simón Bolivar, Ecuador.

238 14 Aportes DPLF — Número 10, Año3,3,marzo


9, Año julio de
de 2009
2009
Elecciones judiciales: una opinión personal
Robert H. Alsdorf
Juez y Profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Seattle, EEUU14

L
a Constitución de los Estados Unidos dispone que los de dicho mandato. Por lo tanto, para mantenerme en el cargo,
jueces que sean nominados por el Presidente para los debía presentarme inmediatamente a elecciones.
tribunales federales de la nación y confirmados por el Había sido designado para ocupar el cargo luego de que un
Senado conserven sus cargos “mientras mantengan su buena comité apartidario del Colegio de Abogados de Seattle-King
conducta.” La interpretación generalizada de esta disposición County evaluara los antecedentes de todos los abogados que ha-
constitucional es que, a menos que sean destituidos, los jueces bían manifestado su voluntad de convertirse en jueces y recomen-
federales tienen cargos vitalicios; sin embargo, este recurso de dara al Gobernador a los cerca de diez candidatos que consideraba
destitución prácticamente no ha sido puesto en práctica en más más idóneos para las vacantes judiciales. Estos candidatos fueron
de 200 años. Si bien la selección inicial de los jueces federales entrevistados por el Gobernador y sus colaboradores y, a medi-
está sujeta a la aprobación de los representantes de los ciudada- da que se presentaron nuevas vacantes judiciales, el Gobernador
nos, es decir, el Senado de los Estados Unidos, ésta no depende realizó la selección. Sin embargo, este proceso cuidadosamente
de ningún tipo de proceso electoral.15 diseñado no controlaba totalmente el proceso electoral. Cualquier
Los tribunales estatales y locales, en cambio, tienen carac- abogado que tuviera interés en postularse para el cargo al que yo
terísticas bastante diferentes. Desde principios y hasta mediados había sido designado podía presentar su candidatura antes del fin
del siglo XIX, como parte de un rebrote populista contra el poder de julio de 1990, y ambos competiríamos por el puesto durante la
percibido de las corporaciones y los operadores políticos cercanos elección general que había sido programada para septiembre de
al poder, la gran mayoría de los estados optó por que los miem- 1990. Este tipo de oponentes no estaban sujetos a ningún tipo de
bros del Poder Judicial fueran elegidos mediante el voto de los examen ni aprobación previa.
ciudadanos de cada jurisdicción. A medida que nuevos estados se Anticipándose a la posibilidad de este proceso, varios de
sumaban a la Unión, la mayoría de ellos continuó con esta prác- mis amigos integraron un comité de abogados de todas las ver-
tica. Actualmente, más del 80% de los jueces que integran los tientes políticas que se abocó a preparar propaganda, escribir
tribunales estatales y locales dependen de elecciones públicas. Los cartas, hacer declaraciones en mi nombre y recaudar fondos para
pormenores de estos procesos electorales, al igual que la duración solventar los gastos de la campaña. Finalmente, ningún candi-
de su mandato judicial, varían según el tribunal y el estado. dato se presentó para competir por mi cargo, y fui elegido sin
oposición. Me sometí a este proceso electoral en 1990, 1992,
Mi experiencia personal en relación 1996 y 2000. En general, el promedio de jueces cuyos cargos
a las elecciones judiciales son disputados en cualquier elección es del 10% y, en mi caso,
Durante 15 años me desempeñé como juez de primera instan- nadie se presentó para competir por mi cargo en ninguna de
cia con competencia general en el estado de Washington, en estas contiendas electorales.
la región noroeste ribereña del Pacífico en los Estados Unidos. No obstante, en una ocasión sí participé en una contienda
Luego de trabajar durante diecisiete años como abogado liti- electoral por un cargo. En 2004, decidí organizar una campaña
gante, fui designado por el Gobernador de Washington para para ocupar una vacante en la Corte Suprema del Estado de Was-
ocupar una vacante judicial el 1 de julio de 1990. Si bien el cargo hington. Otros seis candidatos competían por este cargo. Tuve
tenía una duración de cuatro años, solo debían cubrirse dos años la suerte de recibir el apoyo del ámbito profesional y de ambos

14 Entre 1990 y 2004 se desempeñó como juez para asuntos civiles y penales en los tribunales de 1ª instancia de Seattle, estado de Washington.
Durante este período también cumplió un mandato como presidente del tribunal civil. En el año 2005 se jubiló como juez. Actualmente ocupa
el cargo de jurista distinguido residente en la Escuela de Derecho de la Universidad de Seattle y, a través de Alsdorf Dispute Resolution se desem-
peña como árbitro, mediador y auxiliar judicial especial (special master) por designación del tribunal o por acuerdo de las partes. En 1973, se
graduó de la Escuela de Derecho de la Universidad de Yale.
15 Existen varias organizaciones destacadas que investigan y ofrecen asistencia en temas vinculados con la realización y la ética de las elecciones
judiciales. Entre ellas, cabe mencionar las siguientes: American Judicature Society (www.ajs.org); Brennan Center for Justice (www.brennan-
center.org); Justice at Stake Campaign (www.justiceatstake.org); National Center for State Courts (www.ncsconline.org).

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 15 239


Elecciones judiciales: una opinión personal

Viene de la página 13
partidos, así como de contar con el respaldo de distintos grupos Cuando los jueces se someten a elecciones públicas, necesaria-
con interés en la política pública. Si bien en los sectores urbanos mente se dan cuenta de ese interés público.
del Estado gané por un amplio margen en las elecciones de sep- Soy consciente de que esta realidad me afectó como juez, y
tiembre de 2004, obtuve tan solo una posición rezagada en las aún más cuando las elecciones se aproximaban. Solía preguntarme
zonas rurales y, en el conteo del total de los votos, se frustró mi “¿Qué pensará el público de esta sentencia? Si me expreso de este
intención de llegar al tribunal supremo. Casi en forma simultá- modo, ¿votarán por mi remoción?” Este tipo de planteamientos
nea, el mandato de cuatro años como juez de primera instancia tiene un aspecto positivo y otro negativo. El aspecto negativo es el
para el que había sido reelegido en 2000 expiró en enero de 2005, siguiente: si me preocupa demasiado conservar mi cargo, es posi-
y finalmente abandoné el Poder Judicial para jubilarme. ble que no me exprese según lo exige la ley y que simplemente me
pronuncie como desea la mayoría. Esta postura tendría un efecto
Las consecuencias de optar por un sistema devastador e injusto para las minorías menos favorecidas. El as-
de elecciones judiciales pecto positivo es este otro: tengo en claro que debo proporcionar
En los Estados Unidos, la mayoría de los estados prevén un una explicación pública de mi sentencia, a fin de que las personas
sistema de elecciones judiciales. La duración de los mandatos puedan comprender por qué me pronuncié de este modo. Des-
de los jueces estatales va desde los cuatro hasta incluso los doce de hace ya tiempo, estoy convencido de que la persona más im-
años. En mi estado, Washington, los jueces de primera instancia portante frente al Estado no es la parte vencedora, sino la parte
eran elegidos por mandatos de cuatro años, en tanto los jueces perdedora. Esta última merece saber que su pretensión ha sido
de apelación se elegían por el plazo de seis años. En algunos escuchada, que todos los argumentos han sido considerados. La
estados, los jueces están sujetos a elecciones de retención; es decir, parte obligada tiene derecho a saber por qué su argumento más
los votantes deben aprobar o desaprobar el desempeño de un persuasivo resultó insuficiente. Si la posibilidad de estar sujetos a
juez en ejercicio, y sólo se declara una vacante y se permite que elecciones nos obliga como jueces a tener en cuenta el derecho a
otros candidatos se postulen al cargo en las siguientes elecciones saber del público, entonces se trata de un fenómeno positivo.
generales si una mayoría de los votantes no aprueba al actual Yo mismo experimenté esta tensión en gran medida en re-
juez. Algunas de estas elecciones judiciales estatales tienen un lación con una sentencia que dicté pocos meses después del pe-
carácter estrictamente apartidario, y se prohíbe que los candida- ríodo electoral de 2000. En esa ocasión, determiné que una ley
tos identifiquen o manifiesten cualquier afiliación política. En que había recibido gran aceptación entre el público y que había
otros estados, se espera que los candidatos se identifiquen como sido aprobada por una mayoría de más de un millón de votos
demócratas o republicanos, o como miembros de otro partido. ciudadanos en una elección abierta era inconstitucional. Se tra-
Como cualquier persona, me hubiera gustado que mi cargo taba de una medida que contemplaba una reducción impositiva.
fuera absolutamente estable y que no estuviera sujeto a la revi- Mi sentencia significó el restablecimiento de un impuesto al que
sión constante de los votantes. A menudo he envidiado a los se oponía la mayoría de la población. Honestamente, esperaba
abogados que conozco y que han logrado ser designados para que como resultado de esa sentencia el público votara en mi
ocupar cargos vitalicios en los tribunales federales de Estados contra en la siguiente elección, pero como juez sabía que tenía
Unidos. Este tipo de seguridad permite que los jueces apliquen que actuar según el mandato de la ley. Y, como persona que cree
las leyes tal cual fueron redactadas, sin ningún temor ni favori- que la parte perdedora es la más importante, decidí que aún si se
tismo, y sin la preocupación de que serán removidos de su cargo trataba de mi última sentencia, debía ser la mejor.
cuando sus decisiones irriten al poder de turno. No obstante, Si bien tuve la precaución de incluir los fundamentos legales
estoy convencido de que la elección de los jueces no es un fe- necesarios para que la decisión fuera confirmada durante la in-
nómeno negativo, aun cuando en mi última elección no logré evitable apelación que se presentaría ante la Corte Suprema del
obtener un escaño en el máximo tribunal de nuestro estado. Estado, mi decisión no fue redactada teniendo en cuenta princi-
palmente a los abogados. Me expresé en un lenguaje que, a mi cri-
El aspecto positivo de las elecciones: terio, pudiera ser comprendido fácilmente por los ciudadanos con
la transparencia educación secundaria. Una vez dictada la sentencia, di a conocer
¿Por qué creo que las elecciones judiciales pueden ser beneficio- su contenido en una audiencia pública y me encargué de que se
sas? Existe una razón fundamental. Para tener el respeto de la publicara en Internet. La decisión fue reimpresa en los periódi-
ciudadanía, un sistema de justicia debe ser transparente y justo; cos de todo el estado, y fue descargada y copiada por decenas de
debe ser percibido por los ciudadanos como imparcial e inde- miles de ciudadanos. Algunos periódicos la calificaron como una
pendiente de otros centros de poder político. Debe aplicar las “lección cívica” para la población. Para mi sorpresa, a pesar del
normas equitativamente, a ricos y pobres por igual. Debe ade- descontento inicial que era esperable que despertara esta decisión,
más aplicar normas neutras y justificar sus decisiones y senten- nadie se postuló para competir por mi cargo.
cias en un lenguaje que pueda ser entendido por los ciudadanos.

240 16 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


Elecciones judiciales: una opinión personal

Los riesgos de las elecciones: dinero y promesas te de si votaron o no por el candidato en cuestión.
de campaña Las elecciones plantean un problema adicional: el del dis-
Por consiguiente, creo que uno de los efectos positivos de las elec- curso judicial y las promesas de campaña. Cuando los jueces de-
ciones es lograr que los jueces tengan en cuenta a la ciudadanía y, penden de elecciones, los votantes deben contar con suficiente
de este modo, los tribunales sean más transparentes. Como con- información para poder realizar una elección inteligente entre
trapartida, las elecciones también suponen ciertos peligros. Las los distintos candidatos. Esto suscita numerosos interrogantes.
campañas para ocupar cargos judiciales pueden ser costosas. Ten- ¿Quién seleccionó o nominó a este candidato? ¿Quién apoya
go la suerte de vivir y trabajar en un estado en el que existe una a este candidato? ¿Goza el candidato de prestigio profesional?
antigua tradición de elecciones profesionales y apartidarias para ¿Tiene el candidato una postura intolerante o parcial? ¿Cómo
el Poder Judicial y en el que los abogados hacen campaña para los podemos saber qué candidato es idóneo? ¿A qué posturas se
jueces (y donde los mismos jueces respetan la premisa ética de no adhiere el candidato? ¿Existe un comité o grupo apartidario que
solicitar fondos); sin embargo, en otros estados las presiones son pueda pronunciarse públicamente sobre el candidato y calificar
gigantescas, el grado de partidismo es evidente, y la necesidad de su capacidad con claridad?
fondos y la influencia del dinero son imperantes. En nuestro estado, existe una antigua tradición por la cual
Al momento de la redacción de este artículo, la Corte Su- son numerosos los grupos políticos y de interés público que
prema de Justicia de la Nación está analizando si un juez que abordan estas interrogantes y ofrecen su opinión sobre el can-
había sido elegido para integrar la corte suprema de un estado y didato a la prensa y a todos aquellos que estén interesados. Esto
que había recibido importantes fondos de campaña de un único ayuda a que los ciudadanos puedan decidir por quién votar. La
partido debía excusarse y abstenerse de participar en un caso en pregunta acerca de cómo puede el público obtener información
el que estaba involucrado ese importante donante.16 Espero que, sobre los candidatos y tomar decisiones coherentes debe ser exa-
en el interés de la justicia y de la imagen de la justicia, la Corte minada y respondida cada vez que una jurisdicción decida cele-
Suprema determine que efectivamente, un juez que ha recibido brar elecciones judiciales. Este tema particular también plantea
importantes fondos de campaña no puede ver el caso, y por ende el interrogante de qué es lo que puede decir un candidato judi-
debe excusarse, en aquellos casos en los que una persona razo- cial durante una campaña electoral.
nable creería que la donación es lo suficientemente cuantiosa Considero que los jueces deben abstenerse de comprome-
como para influir en su decisión. terse o generar la apariencia de que se comprometen respecto de
Si bien ésta puede parecer una premisa simple, esconde en cualquier cuestión que posiblemente deba ser decidida por ellos;
realidad una pregunta compleja: cuando uno se postula a un car- de no ser así, la parte perdedora, independientemente de quién
go mediante una campaña, ¿cómo se supone que debe solven- sea, siempre creerá que la decisión ya estaba determinada, que el
tarla? Posiblemente, los jueces o funcionarios públicos honestos juez se negó a escuchar y que no hubo justicia. Las elecciones son
no cuenten con fondos suficientes para organizar una campaña una ocasión pertinente para que los jueces expliquen las funciones
por sí solos. En la mayoría de los estados, los partidarios de los neutrales de los tribunales y no para que asuman algún compro-
jueces tienen la tarea de recaudar fondos; en otros, las elecciones miso previo de pronunciarse de una forma específica o a favor de
se financian exclusivamente con fondos públicos. una determinada cuestión, si bien es difícil resistir la tentación de
Me preocupa cuál será el argumento al que recurra la Corte decir más de lo necesario, contentar a la opinión pública y ganar
Suprema para permitir un financiamiento que no exija que el popularidad. Todo proceso electoral debe abordar la pregunta de
juez se aparte en aquellos casos en los que una de las partes ha qué límites se aplican al discurso electoral.
recaudado fondos para la campaña, ya que en los años anteriores
ha eliminado otras restricciones éticas aplicables a quienes se Una conclusión personal
postulan para la magistratura en el Estado, argumentando bá- Ningún sistema de justicia es perfecto. Ningún sistema de elec-
sicamente que si se presentan como candidatos a un cargo pú- ción o selección es perfecto. Incluso los sistemas de selección “pu-
blico, entonces son equiparables a los políticos. Creo que, como ros” basados en la idoneidad pueden ser manipulados o influen-
potenciales depositarios de la confianza pública, y como garan- ciados. No obstante, he comprobado que las elecciones pueden
tes del sistema de justicia, los jueces y los candidatos judiciales desempeñar un rol valioso al generar mayor conciencia entre los
por igual deben actuar conforme a un estándar más elevado que candidatos y jueces acerca de las necesidades de la población en su
el que se aplica a otros funcionarios electos. Los políticos tienen totalidad, y una mayor responsabilidad frente a este deber —que
el deber de representar al sector que los eligió, de intentar cum- les compete como garantes de la justicia— de explicar las senten-
plir sus promesas. Los jueces electos, por el contrario, tienen el cias de manera clara e imparcial. Estos objetivos, si se cumplen,
deber de impartir justicia a todos los ciudadanos, populares o redundarán en beneficio de toda la población. n
impopulares, mayoritarios o minoritarios, e independientemen-
16 Efectivamente, el 8 de junio de 2009 la Corte Suprema de Estados Unidos decidió de este modo, con una mayoría de 5-4: Caperton v. A.T.
Massey Coal Co., Inc., 129 S.Ct. 2252 (2009).

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 17 241


Selección de jueces por voto popular en América
Latina: ¿Servirá el ejemplo de las elecciones
estadounidenses?
Linn Hammergren
Experta en reforma judicial y ex funcionaria del Banco Mundial

C
on la redemocratización de los años ochenta, la reforma los demás, probablemente eran menos decisivas que antes. Hay
judicial tomó una importancia jamás experimentada en países donde la entidad encargada de la selección, sea consejo,
América Latina. Aunque el mayor interés estaba en la corte suprema o congreso, simplemente ha “dividido la torta”
justicia penal, con la redacción de constituciones garantistas y entre las distintas fracciones, pero la tendencia mayoritaria ha
la creación de nuevas entidades (defensa pública, ministerios sido una suerte de negociación que parece haber garantizado
públicos, cortes o salas constitucionales, etc.) la atención tam- una calidad mínima.
bién se volcó hacia cómo aumentar la independencia judicial y No obstante estos eventos positivos, la satisfacción ciuda-
terminar así una larga tradición de subordinación política. Una dana con “sus jueces” o con la justicia que producen no ha mejo-
respuesta casi universal fue cambiar la manera de seleccionar a rado mucho. Hay muchas explicaciones para este fenómeno, y la
los jueces, reemplazando un sistema netamente politizado y a mayoría no tiene nada que ver con cómo se les selecciona, pero
veces corrupto por uno más técnico, transparente y neutro. El una parte sí responde a la sensación de que los jueces, por sus
mecanismo preferido, pero no siempre adoptado, fue la creación características personales o por sus términos de trabajo, están
de un consejo judicial, compuesto por representantes del propio aislados de las preferencias, valores y necesidades de la mayoría
Poder Judicial, los demás poderes del Estado, los colegios de del pueblo. Por una parta hay una crítica hacia la baja cultura de
abogados y a veces la sociedad civil. La mayoría de los países de servicio al cliente – demostrada por el horario judicial corto y
la región adoptaron una variante de este mecanismo, usualmen- las vacaciones largas en muchos países y el frecuente incumpli-
te para la preselección de candidatos, dejando la selección final miento aun con esta régimen “especial,” una aparente falta de
a la corte suprema, el Poder Ejecutivo o el congreso. Al mismo preocupación por los retrasos en llegar a una sentencia firme o
tiempo, se buscó fortalecer la estabilidad laboral de los jueces, tasas de productividad en el suelo, un manejo ineficiente y a ve-
aumentar sus salarios y transparentar los sistemas de promo- ces corrupto del presupuesto institucional, privilegios insólitos
ción, traslado y disciplina. (la exención del impuesto a la renta en Argentina por ejemplo),
Por requisito establecido en la ley o por propia iniciativa, y una interpretación abusiva de su independencia (compartida
los órganos de preselección (inclusive las cortes supremas que por muchos otros “servidores” públicos). De otro lado, hay acu-
tenían esta función) también desarrollaron criterios e instru- saciones de su no-colaboración con las metas nacionales —sea
mentos para ayudar su tarea. En la mayoría de casos, los nuevos su obstaculización a programas políticos o su supuesta inaten-
sistemas se apoyaban en un concurso de méritos (comparación ción a las necesidades de la mayoría pobre. Los tiros vienen de
de antecedentes profesionales), un concurso de oposición (mu- muchos frentes y vale decir que no son del todo consistentes—
chas veces un examen de conocimiento y también una prueba una corte que declara inconstitucional un programa político lo
psicométrica) y una entrevista personal. Poco a poco fue sur- puede hacer con la intención de beneficiar a los de abajo, igual
giendo la tendencia a abrir el proceso al conocimiento de los que un esfuerzo de acelerar las sentencias podría pasar por enci-
ciudadanos, publicando incluso los resultados e invitando a en- ma de derechos fundamentales.
viar comentarios sobre los candidatos. Lo cierto es que los jueces no han manejado muy bien la
Aun en los países menos sinceros en introducir estos cam- situación. Como resultado, ahora se encuentran frente a pro-
bios, es probable que la calidad de los jueces haya mejorado. puestas a veces radicales para aumentar su accountablity ante la
Por lo menos los realmente inservibles salieron temprano de la sociedad política y civil. Una de ellas es elegir a los jueces igual
lista, y si hubo (y hubo) influencias políticas en la selección de que a los congresistas y algunos miembros del Poder Ejecutivo.

242 18 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


Selección de jueces por voto popular en América Latina: ¿Servirá el ejemplo de las elecciones estadounidenses?

Perú ya ha adoptado la práctica para sus jueces de paz (antes introducción de elecciones o de maneras más burdas de crear
jueces de paz legos), y México la tiene para una clase de jueces cortes afines con las tendencias políticas del momento podría
municipales. Las propuestas en otros países van más allá apun- servir de incentivo para que los jueces propongan sus propios
tándose a incluir todo el poder judicial. Cabe decir que aun en planes para mejorar el servicio. Lo que se necesita no es una
Perú y México, la implantación es bastante incompleta e im- corte acorde sino una corte y jueces conscientes de las necesida-
perfecta y su impacto completamente desconocido así que cual- des del usuario —acceso, rapidez, previsibilidad, y respeto a los
quier argumento a favor o en contra tendría que funcionar con derechos fundamentales— y cosa aparte, pero importante, una
base en experiencias ajenas (EEUU) y la imaginación. corte no dispuesta a reclamar un respeto que no merece (como
Creo que los artículos escritos por expertos estadouniden- en el caso del juez brasilero quien enjunció a sus vecinos por no
ses han delineado bastante bien los problemas y los argumentos tratarle de “Doctor”).
a favor en ese país. Cabe decir sin embargo, que la persistencia El otro problema en juego —el balance entre los poderes
de las elecciones judiciales en los EEUU se debe más a la iner- del Estado— realmente requiere un dialogo más amplio antes
cia y a los intereses creados que a sus impactos positivos. En la de reflejarse en el sistema de selección. Para gobiernos que gozan
mayoría de casos se considera negativa esta forma de selección ahora de una apoyo automático encima de 50%, hay una tenta-
judicial por su tendencia a repolitizar la justicia. Sin desmere- ción de adoptar esta medida y así eliminar el obstáculo principal
cer la importancia de aumentar el “accountability” judicial en a sus programas. Sin embargo, esto sería poner fin al dialogo que
América Latina, me parece que la solución está por otro lado. sí se necesitar tener – no sobre el sistema de selección de jueces
A pesar de su realización imperfecta en varios países, el énfasis sino sobre las reglas de la gobernanza. Seria desafortunado con-
en aumentar la independencia judicial ya llegó a sus límites y lo fundir los dos problemas, cuyas soluciones ideales podrían ser
que se necesita es insertar una dosis de cultura de servicio, la que muy diferentes. n
hace falta en casi todos los funcionarios. Aquí la amenaza de la

Eventos

DPLF co-auspicia Seminario Internacional en México DPLF participa en evento


El 23 de abril, DPLF co-auspició y FLACSO-México. El seminario organizado por la Comisión
el “Seminario Internacional so- tuvo lugar en la Secretaría de Re- de Derechos Humanos del
bre Aplicación de las Normas laciones Exteriores en la Ciudad Distrito Federal
Internacionales de Derechos de México y en la inauguración
Humanos en el ambito nacional”, participaron Juan Carlos Gutié- Los días 23 y 24 de abril, DPLF
conjuntamente con la Comisión rrez, Director de la CMDPDH, participó en el Encuentro Inter-
Mexicana de Defensa y Promo- Daniel Vásquez de Flacso y nacional “Derechos Humanos
ción de los Derechos Humanos Katya Salazar, Directora Ejecuti- y Metrópolis”, organizado en la
(CMDPDH), la Secretaría de va de DPLF. Ciudad de México por la Co-
Emilio Álvarez Icaza, Presidente
Relaciones Exteriores de México misión de Derechos Humanos de la Comisión de Derechos
del Distrito Federal en México y Humanos del Distrito Federal,
la Defensoría del Pueblo de la durante la inauguración del
Ciudad de Buenos Aires en Ar- evento.
gentina.
El evento se enfocó en los zar, Directora Ejecutiva de DPLF,
problemas de seguridad huma- participó en una mesa de traba-
na, seguridad pública y justicia jo que analizó los problemas en
que enfrentan las metrópolis ac- las metrópolis en las áreas de
tualmente, y las consecuencias seguridad pública y justicia, y el
que tienen para el diseño insti- diagnóstico de la situación de
tucional de las Defensorías del derechos humanos relativos a
Pueblo y sobre todo, para que este tema.
De izq. a der: Katya Salazar, Juan Carlos Gutiérrez, CMDPDH y Daniel puedan ejercer sus labores de
Vásquez, FLASCO México. una manera efectiva. Katya Sala-

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 19 243


Incrementar la transparencia del Poder Judicial:
el derecho a la información y la justicia
Molly Moore
Abogada de la firma Ropes & Gray, LLP, Washington D.C.

E
l acceso a los archivos judiciales y a la información so- Categorías de información judicial
bre el poder judicial representa un aspecto importante, El informe analiza tres categorías de información que resultan
aunque no siempre reconocido, de la transparencia y el relevantes para la transparencia judicial. La primera y la más im-
acceso a la información. Si bien tanto en el ámbito legislati- portante se vincula con las facultades decisorias de los tribunales
vo como académico la atención se ha centrado mayormente en e incluye sentencias y resoluciones de instancias intermedias y
la promoción de la libertad de información y el acceso a los aquellas definitivas (que establecen cosa juzgada), transcripcio-
registros en relación con las facultades ejecutivas del gobierno, nes, documentos presentados ante el tribunal (tanto durante el
no han sido igualmente enérgicos los intentos por asegurar o juicio como en la etapa previa y posterior), pruebas, grabaciones,
siquiera evaluar el acceso a la información judicial. Un infor- acuerdos y expedientes. Esta información es, en general, la prin-
me preparado recientemente por la firma de abogados Ropes & cipal categoría analizada en el informe.
Gray LLP para la Iniciativa Pro-Justicia de la Sociedad Abierta La siguiente categoría es la información de naturaleza ad-
(Open Society Justice Initiative), que se basa en otro documento ministrativa. Esta clasificación incluye información sobre pre-
elaborado por DPLF en 2007 sobre acceso a la información ju- supuestos de los tribunales, personal y recursos humanos, con-
dicial en países de América Latina,17 da el puntapié inicial para tratos de construcción, mantenimiento, provisión de insumos de
la construcción de un diálogo sobre el acceso a la información oficina o similares entre el tribunal y terceros, y otros aspectos
judicial y, para ello, resume los principios clave y ofrece una re- relacionados con la organización. Sin embargo, dentro de estas
seña del acceso a este tipo de información en una muestra de categorías amplias, existen profundas variaciones de un país a
países de todo el mundo.18 otro, y pareciera no existir un acuerdo claro acerca del significa-
Si bien muchos países han sancionado leyes nacionales so- do de información “administrativa”.
bre acceso a la información (freedom of information), en la ma- La tercera categoría comprende la información sobre los
yoría de los casos estas leyes no se aplican al poder judicial de jueces. Abarca información sobre salarios, finanzas personales
manera expresa ni en la práctica. Por consiguiente, la mayoría de (como deudas e inversiones), vacantes, asuntos disciplinarios y
los tribunales ha elaborado sus propias políticas, reglas y prác- selección de los jueces.
ticas sobre el acceso a los archivos judiciales y a la información
sobre el Poder Judicial, en muchos casos sin seguir ningún tipo Principios rectores de la transparencia judicial
de directrices del Poder Legislativo. El informe preparado por Al igual que con cualquier régimen de acceso a la información,
Ropes & Gray LLP analiza las leyes y prácticas de 15 países el concepto de transparencia en el ámbito judicial debe evo-
y de la Unión Europea,19 los cuales fueron seleccionadas para lucionar y contemplar determinados intereses que pueden ser
ejemplificar las distintas perspectivas que han prevalecido en opuestos. Por ejemplo, al permitir consultar documentos sobre
este ámbito. casos penales en los que estén involucrados menores se presen-

17 Fundación para el Debido Proceso Legal, Disclosing Justice: A study on access to judicial information in Latin America, junio de 2007, disponible
en: www.dplf.org/uploads/1196288391.pdf.
18 El informe Access to Judicial Information around the World (2009), puede consultarse en: www.right2info.org. Las recomendaciones formuladas
en el informe no reflejan necesariamente la opinión de la Iniciativa Pro-Justicia de la Sociedad Abierta (Open Society Justice Initiative).
19 Los países incluidos en el informe son Australia, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Canadá, Croacia, Irlanda, Israel, Japón, Nueva Zelandia,
Sudáfrica, España, Suecia, Turquía, el Reino Unido y Estados Unidos.

244 20 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


Incrementar la transparencia del Poder Judicial: el derecho a la información y la justicia

tan cuestiones de privacidad, mientras que la divulgación de in- ejemplo, por medio del Poder Legislativo o del máximo órgano
formación personal sobre los jueces puede plantear problemas judicial del país) puede ayudar a los tribunales a equilibrar los
de seguridad (en especial en países en donde los jueces han sido intereses contrapuestos analizados precedentemente y garan-
víctimas de represalias). tizar la coherencia, la legitimidad y la confianza pública en el
Al igual que con el desarrollo de regímenes de acceso apli- poder judicial.
cables al Poder Ejecutivo, un régimen que permita el acceso a El informe concluye que una ley efectiva sobre acceso a la
la información en el ámbito judicial debe apuntar a promover información debería:
la transparencia e incrementar la eficiencia, la efectividad y la 1. abordar específicamente el acceso a la información en pose-
confianza pública en el sistema judicial. El informe señala que, sión del poder judicial;
al desarrollar un sistema que permita acceder a la información 2. basarse en la premisa de que todos los documentos de un
judicial, deben evaluarse y ponderarse las siguientes metas: (i) expediente deberían poder ser consultados por el público,
proteger el derecho del público a saber; (ii) garantizar la inde- salvo algunas excepciones específicamente definidas;
pendencia del poder judicial respecto de otras ramas del go- 3. exigir la publicación proactiva de todas las decisiones de to-
bierno; (iii) garantizar una administración de justicia imparcial dos los tribunales, y los fundamentos que las sustentan;
(esto incluye la percepción pública sobre el Poder Judicial y las 4. exigir el registro y la indexación de todos los documentos
determinaciones judiciales); (iv) promover una administración oficiales, e impulsar la publicación mediante bases de datos
eficiente de la justicia; (v) proteger la privacidad de los jueces, electrónicas;
las partes de un procedimiento o caso y los terceros; y (vi) ga- 5. establecer las mismas condiciones para la consulta de docu-
rantizar la seguridad de los jueces, las partes y otros actores del mentos tanto en casos civiles como penales, si bien pueden
sistema judicial. requerirse algunas restricciones adicionales para proteger los
Debido a estos intereses contrapuestos —que se analizan derechos del debido proceso y privacidad, como se señala
en el informe— y el carácter sensible de gran parte de la infor- más adelante;
mación judicial (así como la ausencia de controles de los tri- 6. exigir la designación de un funcionario público encargado
bunales al respecto), son pocos los sistemas judiciales que pa- de responder las solicitudes de documentos que no se en-
recen haber desarrollado un sistema exhaustivo y uniforme de cuentren disponibles en las bases de datos y de proporcionar
divulgación de información. Como se demuestra en el informe, tales documentos a quienes los soliciten.
los esquemas de acceso a menudo son de naturaleza ad hoc y se
basan en diversas fuentes —principios constitucionales, códigos La mayoría de los países relevados en el informe han im-
de procedimiento penal y civil, leyes, y reglas de procedimien- plementado algunas de estas buenas prácticas, si bien no todas
to del tribunal.Sólo algunos tribunales han creado sistemas de han sido adoptadas. Por ejemplo, los máximos tribunales de la
acceso a la información judicial que contemplen cabalmente los mayoría de los países estudiados suelen dar a conocer al menos
principios anteriores. las resoluciones de carácter definitivo, y si bien reconocen que
El informe recomienda que los regímenes de acceso en to- debido a razones presupuestarias los gobiernos posiblemente
das las jurisdicciones nacionales y supranacionales prevean al- prioricen la organización de los expedientes de los tribunales de
gún tipo de acceso a los archivos judiciales. Para junio de 2008, apelación, en principio estas mismas reglas generales deberían
al menos 76 países habían desarrollado un marco para facilitar el aplicarse a todos los tribunales del país. Por otra parte, una fa-
acceso a la información en poder del gobierno, y es fundamental lencia generalizada que se advirtió en los países analizados en el
que se impulse también un marco integral de divulgación de informe es la falta de coherencia entre las políticas que aplican
información para el Poder Judicial, aun cuando se trate de un los tribunales de un mismo sistema al proporcionar documen-
objetivo ambicioso.20 tos. Los países deben asegurarse, ya sea mediante la adopción de
En algunos países, las leyes sobre acceso a la información se leyes o por otros medios, de que todos los tribunales apliquen
aplican expresamente, al menos a algunos tipos de información los mismos criterios de acceso a documentos.
que mantiene el poder judicial. En la mayoría de los países re- Otra falencia que se comprobó que es bastante común, tie-
levados en el presente informe, el acceso a la información y los ne que ver con el grado de acceso a los documentos que ofrecen
archivos judiciales es discrecional de los tribunales y, a menudo, los distintos países. Para ello, se basan en mecanismos que no
el tema se regula a nivel local o en forma ad hoc. El informe están vinculados con leyes o artículos constitucionales y, como
sugiere que articular los principios en el ámbito nacional (por consecuencia, se imponen políticas que carecen de la coheren-

20 Ver: http://right2info.org/access-to-information-laws.

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 21 245


Incrementar la transparencia del Poder Judicial: el derecho a la información y la justicia

Viene de la página 20

cia y la claridad que se lograría mediante aquellos. En Bélgica, leyes diferentes que se aplican a distintos aspectos de la infor-
una ley de 1994 permite que las personas soliciten documentos mación judicial. La ley también debe ser uniforme dentro de
a los funcionarios del Poder Ejecutivo, entre ellos algunos do- cada país y ser aplicada de manera homogénea por los distintos
cumentos judiciales, pero no existe ninguna ley que contemple tribunales. La falta de uniformidad atenta contra la eficiencia
específicamente las solicitudes de documentos ante el Poder y la imparcialidad. La ley también debe ser clara, para impedir
Judicial.21 En Canadá, las leyes no prevén el acceso público a cualquier aplicación arbitraria. Por último, la ley debe prever las
los documentos. En lugar de esto, los tribunales se rigen por el condiciones para su aplicación. Así, por ejemplo, deben existir
“principio del tribunal abierto”, una política de origen jurispru- fondos suficientes para crear y mantener una base de datos en
dencial que, pese a considerar el acceso al poder judicial como línea siempre que la ley establezca esta modalidad. La finalidad
un principio fundamental, no ofrece servicios coherentes y prác- de estas propuestas es favorecer un acceso exhaustivo y signifi-
ticos al público que permitan su acceso efectivo. Por ejemplo, la cativo a la información judicial. Así como las leyes de acceso a la
mayoría de los tribunales canadienses permite consultar sólo los información mejoran la calidad de las decisiones de las institu-
documentos en formato impreso dentro de los juzgados.22 ciones ejecutivas y administrativas del gobierno e incrementan
En resumen, el informe concluye que las leyes de acceso la confianza que el público deposita en tales instituciones, la
a la información, además de aplicarse al poder judicial, deben aplicación de estas propuestas sobre acceso a la información al
ser exhaustivas, uniformes dentro de cada país, claras y de fácil ámbito judicial también promoverá una administración de jus-
implementación. Con respecto a la exhaustividad, para que una ticia imparcial y eficiente y, a la vez, fortalecerá la confianza del
ley de acceso a la información reúna esta característica es impor- público en los tribunales. n
tante que, por ejemplo, incluya el acceso a los documentos judi-
ciales y los archivos administrativos, en lugar de recurrir a varias

21 Loi du 11 avril 1994 relative à la publicité de l’administration. Modifieé par Loi 25 Juin 1998 et Loi 26 Juin 2000, disponible en http://www.
privacyinternational.org/countries/belgium/loi-publicite.rtf.
22 Model Policy for Access to Court Records in Canada, Judges Technology Advisory Committee, Canadian Judicial Council, septiembre de
2005, en vi, disponible en http://www.ciaj-icaj.ca/english/publications/ModelPolicyAccess_CJC_Septe.pdf.

Eventos

DPLF participa en la Asamblea General DPLF participa en evento “Justicia en los Andes” en
de la OEA realizada en San Pedro Sula, Lima
Honduras
El día 8 de abril, Eduardo Bertoni de DPLF participó como expositor
Los días 2 y 3 de junio, DPLF participó en la en un evento en Lima titulado “Justicia en los Andes”, organizado por
Asamblea General de la OEA que se llevó a Freedom House y la Coordinadora Nacional de Derechos Huma-
cabo en San Pedro Sula, Honduras con el tema nos de Perú. Durante el evento se analizó los diferentes procesos
“Hacia una Cultura de la No Violencia”. Mirte de reforma judicial que han tenido lugar en América Latina. Aunque
Postema, Coordinadora del Programa de Rendición de Cuentas y en muchos países andinos existen problemas comunes, se puede
Transparencia Judicial de DPLF, participó en diversas actividades constatar que resulta difícil compartir un solo balance y una sola
realizadas en el marco de la Asamblea General, entre ellas un en- perspectiva del estado actual de los sistemas de justicia en la re-
cuentro informal de la sociedad civil con el Secretario General de gión, y de su relación con el poder político. Los expositores, ade-
la OEA, José Miguel Insulza, y un encuentro entre la sociedad civil más de Eduardo Bertoni de DPLF, fueron Julieta Montaño (Bolivia),
y las delegaciones diplomáticas. Además del levantamiento de la Michael Reed (Colombia), David Lovatón (Perú), Rocío San Miguel
suspensión de Cuba, otros temas importantes de la agenda fueron (Venezuela), Viviana Giacaman y Alejandro Silva (Freedom House),
los derechos de los pueblos indígenas, los derechos sexuales y re- quienes presentaron algunos de los más importantes problemas, di-
productivos y los derechos de las personas discapacitadas. Con su ficultades, avances y retos que los sistemas de justicia en los países
participación en la Asamblea General, DPLF aprovechó un espacio de la región han tenido y tendrán en los próximos años, además de
importante de consulta y cabildeo dentro de la OEA, asi como el dar propuestas para fortalecer lo desarrollado y corregir las defi-
contacto e intercambio con organizaciones de derechos humanos ciencias.
de toda la región.

246 22 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


Eventos

DPLF organiza Seminario Internacional sobre la situación de los defensores y defensoras


de derechos humanos en el Estado de Guerrero, México

Los días 20 y 21 de abril, DPLF Participantes en


y sus contrapartes del Estado de la conferencia.
En la fila central,
Guerrero, la Red Guerrerense
segunda de la
de Organismos Civiles de De- izquierda, Emilie
rechos Humanos, el Centro de Joly de DPLF,
Derechos Humanos de la Mon- Luz María Pérez
taña Tlachinollan, el Centro Re- Cabrera de la
Red Guerrerense,
gional de Defensa de Derechos
Francisco Soberón
Humanos “José Ma. Morelos y (Perú), Carolina
Pavón” y el Instituto Guerrerense Aldana (Colombia)
de Derechos Humanos, en cola- y Belissa Guerrero
boración con la Red Nacional de la CIDH.
Todos los Derechos para Todos
y Todas, organizó en la ciudad
de Chilpancingo un seminario in-
ternacional sobre la situación de
los defensores de los derechos
humanos en México, particular-
mente en el estado de Guerrero.
Esta actividad se organizó como
seguimiento de la audiencia te-
mática sobre criminalización del
trabajo de los defensores de los
derechos humanos en Guerrero,
que se llevo a cabo ante la CIDH
en octubre del 2008.
La conferencia contó con la
presencia de números repre-
sentantes de organizaciones
sociales de Guerrero, DF y otros
Luz María Pérez, secretaria
estados mexicanos. Con la finali- ejecutiva de la Red Guerrerense
dad de compartir su experiencia, de Derechos Humanos y Emilie
particularmente en periodos de Joly de DPLF.
Francisco Soberón, Director de la Asociación Pro Derechos Humanos
riesgo para el trabajo de los de-
(APRODEH) de Perú y Mario Solórzano de la CMDPDH.
fensores de derechos humanos,
DPLF invitó a Francisco Sobe- Un día antes de empezar el sos de violaciones de derechos rechos Humanos. El taller fue
rón, Director de la Asociación seminario, DPLF llevo a cabo humanos por los que acaba de una oportunidad única para los
Pro Derechos Humanos (APRO- un taller sobre litigio estratégi- ser condenado el ex presidente defensores de derechos huma-
DEH) de Perú, y Carolina Alda- co con organizaciones de de- peruano Alberto Fujimori; y Ma- nos mexicanos —especialmente
na, coordinadora del Programa rechos humanos de Guerrero, rio Solórzano, abogado de la de Chiapas, Oaxaca y Guerrero,
No-Gubernamental de Protec- Oaxaca, Chiapas, Nuevo León, Comisión Mexicana de Defensa los tres estados donde DPLF
ción a Defensores de Derechos Guanajuato y el DF. Los defen- y Promoción de los Derechos concentra sus esfuerzos en
Humanos, de Colombia. Asimis- sores de derechos humanos que Humanos y a cargo del primer México— de intercambiar expe-
mo, participaron Chris Shultz, de compartieron su experiencia con caso de desaparición forzada riencias, discutir de estrategias
la Obra Diakonía de Alemania y los colegas mexicanos fueron ocurrido durante la “guerra su- nacionales e internacionales de
Belissa Guerrero, abogada de la Francisco Soberón, quien des- cia” en el estado de Guerrero litigio, y fomentar redes más sóli-
Unidad de Defensores de Dere- de APRODEH representa a las que se discute actualmente ante das con otras organizaciones de
chos Humanos de la CIDH. familias de las víctimas en los ca- la Corte Interamericana de De- la región.

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 23 247


La elección de los nuevos miembros de la Comisión
y la Corte Interamericana
María Clara Galvis Patiño
Abogada colombiana, consultora de DPLF

L
os días 2, 3 y 4 de junio de 2009 la Organización de iniciarán su segundo mandato, por otros 6 años, en enero de
Estados Americanos (OEA) celebró en San Pedro 2010. Los jueces chileno y uruguayo reemplazarán a la jueza
Sula, Honduras, su trigésima novena Asamblea Gene- chilena Cecilia Medina Quiroga y al juez mexicano Sergio
ral. Dentro de los numerosos puntos de la agenda acordada por García Ramírez, cuyos mandatos vencen en diciembre de 2009.
los Estados estaba la elección de tres miembros de la Comisión El juez García Ramírez deja la Corte luego de haberla integrado
Interamericana de Derechos Humanos y de cuatro de la Corte durante 12 años y haber sido su presidente entre 2002 y 2007
Interamericana de Derechos Humanos. En y la jueza Medina Quiroga hace lo propio
la madrugada del 4 de junio, los Estados de Los nuevos integrantes luego de seis años de integrar el más alto
la OEA eligieron, por votación, tres nuevos de la Comisión y la Corte tribunal americano y haber sido su presidenta
miembros de la Comisión Interamericana cumplen con los requisitos de 2008 a 2009.
entre los cuatro candidatos presentados para El comisionado mexicano es profesor
fijados en la Convención
llenar tres vacantes. Igualmente, eligieron, e investigador de la Universidad Nacional
por aclamación, a cuatro jueces de la Corte
Americana de tener versación Autónoma de México, UNAM, en las áreas
Interamericana entre los cuatro candidatos en materia de derechos de derecho constitucional, derechos humanos,
presentados para llenar igual número de va- humanos, en el caso de los derecho comparado y sistema judicial y ha sido
cantes. comisionados, y de ser juristas magistrado del Tribunal Federal Electoral de
Los nuevos integrantes de la Comisión con reconocida competencia México. Como magistrado, ha diseñado
Interamericana son el mexicano José de Jesús en materia de derechos procedimientos especiales para que el tribunal
Orozco Henríquez, el colombiano Rodrigo electoral pueda garantizar que los partidos
Escobar Gil y la estadounidense Dinah
humanos, en el caso políticos incluyan a mujeres e indígenas como
L. Shelton. Los nuevos integrantes de la de los jueces. candidatas y candidatos y que los segundos
Comisión obtuvieron, respectivamente, 32, puedan usar sus usos y costumbres para elegir
29 y 20 votos. El candidato argentino y actual comisionado, sus autoridades. El comisionado colombiano es doctor en derecho
Víctor Abramovich obtuvo 19 votos. Los tres nuevos integrantes administrativo y profesor de la materia en varias universidades
de la Comisión iniciarán su mandato en enero de 2010 y del país. Fue magistrado de la Corte Constitucional de Colombia
reemplazarán a los comisionados Clare K. Roberts, de Antigua de 2001 a 2009. Entre las muchas sentencias de las cuales fue
y Barbuda, Víctor Abramovich, de Argentina y Paolo Carozza, ponente, puede mencionarse la C-030 de 2008, mediante la cual
de Estados Unidos, cuyos mandatos vencen en diciembre de la Corte declaró la inconstitucionalidad de la Ley General Forestal
2009. El comisionado Roberts dejará la Comisión luego de (Ley 1021 de 2006) debido a la falta de consulta previa con las
ocho años de haberla integrado y de haber sido su presidente. comunidades indígenas y afrodescendientes. La comisionada
Los comisionados Abramovich y Carozza dejarán la Comisión estadounidense es una reconocida académica, autora de numerosos
luego de cumplir un mandato de 4 años y de haber sido relatores libros y artículos en las áreas de derecho internacional, derecho
para Colombia, Costa Rica, Cuba y Guatemala y para Perú, de los derechos humanos y derecho ambiental internacional,
Chile y Paraguay, respectivamente. dentro de los que se destacan el primer libro en inglés sobre el
Los cuatro jueces elegidos por aclamación son el Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos; es
costarricense Manuel E. Ventura Robles, el peruano Diego profesora de la Universidad George Washington e integrante del
García Sayán, el uruguayo Alberto Pérez Pérez y el chileno Consejo Directivo del American Journal of International Law.
Eduardo Vio Grossi. Los dos primeros fueron reelegidos e La llegada a la Comisión de una reconocida experta

248 24 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


Incrementar la transparencia del Poder Judicial: el derecho a la información y la justicia

en derecho internacional y de dos profesores universitarios de manera brillante el juez García Ramírez y la jueza Medina
con trayectoria en la judicatura de sus países y, en el caso Quiroga, quienes con su solidez y formación jurídica aportaron
del comisionado colombiano, en una de las cortes con mas muchísimo al desarrollo de la jurisprudencia interamericana.
reconocimiento en América Latina, permite avisorar que Desde el punto de vista geográfico, la llegada de los
los nuevos integrantes podrán hacer importantes aportes a la candidatos colombiano y uruguayo implica la ampliación de
continuidad y consolidación de las líneas de decisión en temas la representación geográfica en ambos órganos. Luego de diez
cruciales para el continente como la independencia judicial años, Colombia tiene nuevamente un comisionado y Uruguay
así como al fortalecimiento institucional de la Comisión en vuelve a tener presencia en el sistema interamericano luego de
tanto cuerpo colegiado. Lo anterior no obsta para recordar la 19 años de haber tenido su primer juez en la Corte y de 37 años
sensación de aire fresco y renovador que significó la llegada de de haber tenido un comisionado. Si bien México tenía presencia
los comisionados Abramovich y Carozza, así como los valiosos en la Corte con el juez Sergio García Ramírez, hacía 24 años
aportes que han hecho a la Comisión con su compromiso y con que un mexicano no integraba la Comisión.
sus rigurosos y juiciosos análisis políticos y jurídicos. En cuanto a la composición de género, la Comisión sigue
Los nuevos jueces de la Corte tienen importantes trayectorias con un equilibrio bastante precario: solo hay una mujer, la
académicas: el uruguayo Alberto Pérez Pérez es doctor en derecho comisionada venezolana y actual Presidenta de la CIDH, Luz
comparado, es profesor titular de derecho constitucional, derecho Patricia Mejía. Y la Corte pasa del hecho histórico e inédito
internacional y ciencia política en la Universidad de la República, de contar con tres mujeres juezas a tener una composición de
en Montevideo, y en la Universidad Nacional de Buenos Aires cinco hombres y dos mujeres: la jamaiquina Margarette May
y de derecho latinoamericano en la Universidad de Columbia. Macaullay y la dominicana Rhadys Abreu Blondet.
Ha sido consultor de la Naciones Unidas, la Organización Los nuevos integrantes de la Comisión y la Corte cumplen
Internacional del Trabajo y y la Corte Internacional de Justicia. con los requisitos fijados en la Convención Americana de tener
El chileno Eduardo Vio Grossi es doctor en derecho público versación en materia de derechos humanos, en el caso de los
y profesor de derecho internacional en la Universidad Diego comisionados, y de ser juristas con reconocida competencia en
Portales y ha sido miembro del Comité Jurídico Interamericano materia de derechos humanos, en el caso de los jueces. Ahora
de la OEA. Dadas las importantes trayectorias académicas de toca esperar que sus conocimientos y trayectorias sean puestos,
los nuevos jueces, la conformación de la Corte a partir de 2010 en la práctica, al servicio de la protección eficaz de los derechos
cuenta con las condiciones para asegurar la continuidad de su humanos de todas las personas que habitan el hemisferio
importante labor jurídica, a cuyo cumplimiento contribuyeron americano. n

Publicaciones
Comentarios sobre las Entre la alarma y la
propuestas de reforma del expectativa: el reto de
Sistema Interamericano fortalecer la independencia
de Protección de Derechos judicial en Panamá
Humanos
Este documento aborda algunos
El documento contiene los elementos importantes para
comentarios y reflexiones del IDL evaluar la independencia judicial en
(Perú), la CNDH (Perú), el CELS Panamá, particularmente aquellos
(Argentina) y DPLF sobre las relacionados con la selección
propuestas de reforma al sistema de jueces y magistrados, la
Interamericano de Derechos independencia económica del Poder
Humanos. Judicial y la remuneración de los
jueces.
IDL – CNDH – CELS – DPLF

Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 25 249


Eduardo Bertoni se despide de DPLF

E
l 15 de mayo, Eduardo Bertoni dejó su cargo de Director Ejecutivo de
DPLF para regresar con su familia a Argentina, su país natal. Eduardo
asumió la dirección de DPLF en mayo de 2006, después de haberse
desempeñado como Relator para la Libertad de Expresión de la Organización de
Estados Americanos. En DPLF, Eduardo realizó un trabajo extraordinario, asumiendo
grandes desafíos y cosechando muchos éxitos para la organización.

Ante su alejamiento, la junta directiva designó a Katya Salazar, Directora de


Programas, como nueva Directora Ejecutiva. Bajo la dirección de Katya, DPLF
seguirá trabajando con sus colegas y contrapartes, promoviendo el Estado de
Derecho y los derechos humanos en América Latina. El personal y la junta directiva
de DPLF están muy agradecidos con el gran aporte de Eduardo al trabajo de la
institución y le desean muchos éxitos en la nueva etapa profesional que inicia.

Te vamos a extrañar Eduardo!

250 26 Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009


DPLF presente en la lectura
de sentencia del ex Presidente Alberto Fujimori

E
l día 7 de abril, Eduardo Bertoni presenció la lectura de de la decisión, sino también de la apreciación del colectivo social
sentencia del ex Presidente de Perú, Alberto Fujimori. acerca de que quienes han juzgado y sentenciado. En el caso del
Durante el proceso, DPLF realizó una misión de ob- juicio a Fujimori, el ex Presidente fue juzgado y condenado por
servación que concluyó en un informe que señaló que el juicio jueces peruanos, no por jueces extranjeros. De igual manera, es de
respetaba principios y estándares internacionales sobre transpa- mucha relevancia que la condena se haya fundado en el derecho
rencia como garantía básica del debido proceso (el informe está vigente peruano y no solamente en el derecho internacional,
disponible en nuestro sitio Web). lo cual demuestra que es posible para las víctimas alcanzar la
El juicio y la sentencia fueron hitos históricos: por primera justicia en sus propios países.
vez en América Latina, un ex Presidente, extraditado por Finalmente, el juicio y la sentencia son importantes porque
otro país latinoamericano para que comparezca a juicio, y que son un llamado de atención para quienes ejercen el poder, ya sea
además, había sido elegido democráticamente, estaba sentado en el Perú como en otros países. Han demostrado que a la hora
en el banquillo de los acusados esperando oír la sentencia por de analizar hechos criminales que ni el poder, ni la aceptación
violaciones a los derechos humanos. Por otro lado, también de las políticas del ex Presidente fue gravitante. La Sala Penal
demuestran que en América Latina tenemos jueces y fiscales juzgó a un ex Presidente por delitos contra las personas y de la
que son capaces de estar a la altura de las circunstancias, por máxima gravedad. Por ello, quienes gobiernan saben, a partir de
haberse mostrados ajenos de cualquier tipo de presión. la condena a Fujimori, que podrán ser condenados con penas
Otro factor relevante de destacar es que se trata de un juicio de la máxima gravedad si cometen hechos que violan la ley. Y
y una sentencia emitida por un tribunal peruano, lo cual le da un saben que las víctimas y familiares de víctimas no cesarán en
amplio margen de legitimidad. Las decisiones de los tribunales su búsqueda por la justicia en el marco del Estado de Derecho,
no sólo derivan su legitimidad de la pulcritud e imparcialidad como lo demostraron en el caso objeto de esa condena. n

Eventos

DPLF co-auspicia discusión sobre


impacto del juicio a Fujimori

El día 8 de junio, DPLF y el Dialogo Interamerica-


no organizaron una presentación pública sobre el
significado de la sentencia recientemente emitida
por un tribunal nacional contra el ex presidente
peruano Alberto Fujimori. El panel estuvo confor-
mado por Carlos Rivera, abogado del Instituto de
Defensa Legal y representante de algunas de las
víctimas en el juicio, y Antonio Maldonado, ex Pro-
curador Especial para el caso Fujimori-Montesi-
nos. Doug Cassel, Presidente de DPLF comento
las presentaciones resaltando el impacto regional
e internacional de la decisión, especialmente en
lo relacionado con la lucha contra la impunidad
por violaciones de derechos humanos cometidas De izquierda a derecha: Carlos Rivera, Antonio Maldonado y Douglass Cassel, Presidente
por funcionarios públicos de alto nivel. de DPLF.

Aportes DPLF — Número 10, Año 3, julio de 2009 Revista de la Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF) 27 251
Consejo Directivo Personal La Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF,
Reinaldo Figueredo Katya Salazar por sus siglas en inglés) es una organización sin fi-
Planchart Directora Ejecutiva nes de lucro fundada en 1996 por Thomas Buergen-
Presidente de la Directiva Laura Park thal, actual juez de la Corte Internacional de Justicia,
Alejandro Garro Directora de Operaciones y sus colegas de la Comisión de la Verdad de Nacio-
Vicepresidente de la y Promoción
nes Unidas para El Salvador, cuyo mandato es pro-
Directiva Emilie Joly mover el desarrollo de políticas públicas dirigidas a
Douglass Cassel Coordinadora del Área de
Presidente de la Fundación Acceso Igualitario a la
mejorar los sistemas nacionales de justicia y de esa
Justicia manera fortalecer el estado de derecho en América
Susan Popkin
Tesorera Mirte Postema Latina.
Coordinadora del Área de
Jorge Carpizo Rendición de Cuentas y
Christopher Jochnick Transparencia Judicial
Helen Mack María Clara Galvis
Alain Philippson Consultora Por favor, envíe sus comentarios sobre esta
Jeremy Popkin publicación, y posibles contribuciones
Margaret Roggensack para su consideración a aportes@dplf.org.
Ronald Scheman

Due Process of Law Foundation


1779 Massachusetts Ave., NW Suite 510-A
Washington, D.C. 20036
Tel.: (202) 462.7701 – Fax. (202) 462.7703
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Constitución Política del Estado (CPE) (7-Febrero-2009)


(Vigente)

PREÁMBULO

PREÁMBULO

En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonia,
nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores. Poblamos esta
sagrada Madre Tierra con rostros diferentes, y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas
las cosas y nuestra diversidad como seres y culturas. Así conformamos nuestros pueblos, y jamás
comprendimos el racismo hasta que lo sufrimos desde los funestos tiempos de la colonia.

El pueblo boliviano, de composición plural, desde la profundidad de la historia, inspirado en las luchas del
pasado, en la sublevación indígena anticolonial, en la independencia, en las luchas populares de liberación, en
las marchas indígenas, sociales y sindicales, en las guerras del agua y de octubre, en las luchas por la tierra y
territorio, y con la memoria de nuestros mártires, construimos un nuevo Estado.

Un Estado basado en el respeto e igualdad entre todos, con principios de soberanía, dignidad,
complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la distribución y redistribución del producto social,
donde predomine la búsqueda del vivir bien; con respeto a la pluralidad económica, social, jurídica, política y
cultural de los habitantes de esta tierra; en convivencia colectiva con acceso al agua, trabajo, educación, salud
y vivienda para todos.

Dejamos en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal. Asumimos el reto histórico de construir
colectivamente el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, que integra y articula los
propósitos de avanzar hacia una Bolivia democrática, productiva, portadora e inspiradora de la paz,
comprometida con el desarrollo integral y con la libre determinación de los pueblos.

Nosotros, mujeres y hombres, a través de la Asamblea Constituyente y con el poder originario del pueblo,
manifestamos nuestro compromiso con la unidad e integridad del país.

Cumpliendo el mandato de nuestros pueblos, con la fortaleza de nuestra Pachamama y gracias a Dios,
refundamos Bolivia.

Honor y gloria a los mártires de la gesta constituyente y liberadora, que han hecho posible esta nueva historia.

EVO MORALES AYMA


PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA

Por cuanto, el Pueblo Boliviano a través del Referéndum de fecha 25 de enero de 2009, ha aprobado el
proyecto de Constitución Política del Estado, presentado al H. Congreso Nacional por la Asamblea
Constituyente el 15 de diciembre de 2007 con los ajustes establecidos por el H. Congreso Nacional. Por la
voluntad del soberano se proclama lo siguiente:
253
http://bolivia.infoleyes.com/shownorm.php?id=469[12/28/2011 4:30:59 PM]
Constitución Política del Estado (CPE) - Bolivia - InfoLeyes - Legislación online

CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO

PRIMERA PARTE

BASES FUNDAMENTALES DEL ESTADO

DERECHOS, DEBERES Y GARANTÍAS

TÍTULO I

BASES FUNDAMENTALES DEL ESTADO

CAPÍTULO PRIMERO

MODELO DE ESTADO

Artículo 1.

Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente,
soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el
pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país.

Artículo 2.

Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos y su dominio ancestral
sobre sus territorios, se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en
su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la
consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución y la ley.

Artículo 3.

La nación boliviana está conformada por la totalidad de las bolivianas y los bolivianos, las naciones y pueblos
indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen
el pueblo boliviano.

Artículo 4.

El Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de acuerdo con sus
cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión.

Artículo 5.

I. Son idiomas oficiales del Estado el castellano y todos los idiomas de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos, que son el aymara, araona, baure, bésiro, canichana, cavineño, cayubaba,
chácobo, chimán, ese ejja, guaraní, guarasu’we, guarayu, itonama, leco, machajuyai-kallawaya,
machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén, movima, pacawara, puquina,
quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona, uru-chipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré y
zamuco.

II. El Gobierno plurinacional y los gobiernos departamentales deben utilizar al menos dos idiomas oficiales.
Uno de ellos debe ser el castellano, y el otro se decidirá tomando en cuenta el uso, la conveniencia, las
circunstancias, las necesidades y preferencias de la población en su totalidad o del territorio en cuestión.

254
http://bolivia.infoleyes.com/shownorm.php?id=469[12/28/2011 4:30:59 PM]
Constitución Política del Estado (CPE) - Bolivia - InfoLeyes - Legislación online

Los demás gobiernos autónomos deben utilizar los idiomas propios de su territorio, y uno de ellos debe
ser el castellano.

Artículo 6.

I. Sucre es la Capital de Bolivia.

II. Los símbolos del Estado son la bandera tricolor rojo, amarillo y verde; el himno boliviano; el escudo de
armas; la wiphala; la escarapela; la flor de la kantuta y la flor del patujú.

CAPÍTULO SEGUNDO

PRINCIPIOS, VALORES Y FINES DEL ESTADO

Artículo 7.

La soberanía reside en el pueblo boliviano, se ejerce de forma directa y delegada. De ella emanan, por
delegación, las funciones y atribuciones de los órganos del poder público; es inalienable e imprescriptible.

Artículo 8.

I. El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla,
ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida
armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble).

II. El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad,
reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades,
equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social,
distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien.

Artículo 9.

Son fines y funciones esenciales del Estado, además de los que establece la Constitución y la ley:

1. Constituir una sociedad justa y armoniosa, cimentada en la descolonización, sin discriminación ni


explotación, con plena justicia social, para consolidar las identidades plurinacionales.

2. Garantizar el bienestar, el desarrollo, la seguridad y la protección e igual dignidad de las personas, las
naciones, los pueblos y las comunidades, y fomentar el respeto mutuo y el diálogo intracultural,
intercultural y plurilingüe.

3. Reafirmar y consolidar la unidad del país, y preservar como patrimonio histórico y humano la diversidad
plurinacional.

4. Garantizar el cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados en


esta Constitución.

5. Garantizar el acceso de las personas a la educación, a la salud y al trabajo.

6. Promover y garantizar el aprovechamiento responsable y planificado de los recursos naturales, e


impulsar su industrialización, a través del desarrollo y del fortalecimiento de la base productiva en sus
diferentes dimensiones y niveles, así como la conservación del medio ambiente, para el bienestar de las
generaciones actuales y futuras.

Artículo 10.

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I. Bolivia es un Estado pacifista, que promueve la cultura de la paz y el derecho a la paz, así como la
cooperación entre los pueblos de la región y del mundo, a fin de contribuir al conocimiento mutuo, al
desarrollo equitativo y a la promoción de la interculturalidad, con pleno respeto a la soberanía de los
estados.

II. Bolivia rechaza toda guerra de agresión como instrumento de solución a los diferendos y conflictos entre
estados y se reserva el derecho a la legítima defensa en caso de agresión que comprometa la
independencia y la integridad del Estado.

III. Se prohíbe la instalación de bases militares extranjeras en territorio boliviano.

CAPÍTULO TERCERO

SISTEMA DE GOBIERNO

Artículo 11.

I. La República de Bolivia adopta para su gobierno la forma democrática participativa, representativa y


comunitaria, con equivalencia de condiciones entre hombres y mujeres.

II. La democracia se ejerce de las siguientes formas, que serán desarrolladas por la ley:

1. Directa y participativa, por medio del referendo, la iniciativa legislativa ciudadana, la revocatoria
de mandato, la asamblea, el cabildo y la consulta previa. Las asambleas y cabildos tendrán
carácter deliberativo conforme a Ley.

2. Representativa, por medio de la elección de representantes por voto universal, directo y secreto,
conforme a Ley.

3. Comunitaria, por medio de la elección, designación o nominación de autoridades y


representantes por normas y procedimientos propios de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos, entre otros, conforme a Ley.

Artículo 12.

I. El Estado se organiza y estructura su poder público a través de los órganos Legislativo, Ejecutivo,
Judicial y Electoral. La organización del Estado está fundamentada en la independencia, separación,
coordinación y cooperación de estos órganos.

II. Son funciones estatales la de Control, la de Defensa de la Sociedad y la de Defensa del Estado.

III. Las funciones de los órganos públicos no pueden ser reunidas en un solo órgano ni son delegables entre
si.

TÍTULO II

DERECHOS FUNDAMENTALES Y GARANTÍAS

CAPÍTULO PRIMERO

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 13.

I. Los derechos reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales, interdependientes,

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indivisibles y progresivos. El Estado tiene el deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos.

II. Los derechos que proclama esta Constitución no serán entendidos como negación de otros derechos no
enunciados.

III. La clasificación de los derechos establecida en esta Constitución no determina jerarquía alguna ni
superioridad de unos derechos sobre otros.

IV. Los tratados y convenios internacionales ratificados por la Asamblea Legislativa Plurinacional, que
reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los Estados de Excepción prevalecen
en el orden interno. Los derechos y deberes consagrados en esta Constitución se interpretarán de
conformidad con los Tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Bolivia.

Artículo 14.

I. Todo ser humano tiene personalidad y capacidad jurídica con arreglo a las leyes y goza de los derechos
reconocidos por esta Constitución, sin distinción alguna.

II. El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, color, edad,
orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo
religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil, condición económica o social, tipo de
ocupación, grado de instrucción, discapacidad, embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado
anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de
toda persona.

III. El Estado garantiza a todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna, el libre y eficaz
ejercicio de los derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los tratados internacionales de
derechos humanos.

IV. En el ejercicio de los derechos, nadie será obligado a hacer lo que la Constitución y las leyes no
manden, ni a privarse de lo que éstas no prohíban.

V. Las leyes bolivianas se aplican a todas las personas, naturales o jurídicas, bolivianas o extranjeras, en el
territorio boliviano.

VI. Las extranjeras y los extranjeros en el territorio boliviano tienen los derechos y deben cumplir los
deberes establecidos en la Constitución, salvo las restricciones que ésta contenga.

CAPÍTULO SEGUNDO

DERECHOS FUNDAMENTALES

Artículo 15.

I. Toda persona tiene derecho a la vida y a la integridad física, psicológica y sexual. Nadie será torturado,
ni sufrirá tratos crueles, inhumanos, degradantes o humillantes. No existe la pena de muerte.

II. Todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual o
psicológica, tanto en la familia como en la sociedad.

III. El Estado adoptará las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género y
generacional, así como toda acción u omisión que tenga por objeto degradar la condición humana,
causar muerte, dolor y sufrimiento físico, sexual o psicológico, tanto en el ámbito público como privado.

IV. Ninguna persona podrá ser sometida a desaparición forzada por causa o circunstancia alguna.

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V. Ninguna persona podrá ser sometida a servidumbre ni esclavitud. Se prohíbe la trata y tráfico de
personas.

Artículo 16.

I. Toda persona tiene derecho al agua y a la alimentación.

II. El Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad alimentaria, a través de una alimentación sana,
adecuada y suficiente para toda la población.

Artículo 17.

Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita,
integral e intercultural, sin discriminación.

Artículo 18.

I. Todas las personas tienen derecho a la salud.

II. El Estado garantiza la inclusión y el acceso a la salud de todas las personas, sin exclusión ni
discriminación alguna.

III. El sistema único de salud será universal, gratuito, equitativo, intracultural, intercultural, participativo, con
calidad, calidez y control social. El sistema se basa en los principios de solidaridad, eficiencia y
corresponsabilidad y se desarrolla mediante políticas públicas en todos los niveles de gobierno.

Artículo 19.

I. Toda persona tiene derecho a un hábitat y vivienda adecuada, que dignifiquen la vida familiar y
comunitaria.

II. El Estado, en todos sus niveles de gobierno, promoverá planes de vivienda de interés social, mediante
sistemas adecuados de financiamiento, basándose en los principios de solidaridad y equidad. Estos
planes se destinarán preferentemente a familias de escasos recursos, a grupos menos favorecidos y al
área rural.

Artículo 20.

I. Toda persona tiene derecho al acceso universal y equitativo a los servicios básicos de agua potable,
alcantarillado, electricidad, gas domiciliario, postal y telecomunicaciones.

II. Es responsabilidad del Estado, en todos sus niveles de gobierno, la provisión de los servicios básicos a
través de entidades públicas, mixtas, cooperativas o comunitarias. En los casos de electricidad, gas
domiciliario y telecomunicaciones se podrá prestar el servicio mediante contratos con la empresa
privada. La provisión de servicios debe responder a los criterios de universalidad, responsabilidad,
accesibilidad, continuidad, calidad, eficiencia, eficacia, tarifas equitativas y cobertura necesaria; con
participación y control social.

III. El acceso al agua y alcantarillado constituyen derechos humanos, no son objeto de concesión ni
privatización y están sujetos a régimen de licencias y registros, conforme a ley.

CAPÍTULO TERCERO

DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS

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SECCIÓN I

DERECHOS CIVILES

Artículo 21.

Las bolivianas y los bolivianos tienen los siguientes derechos:

1. A la autoidentificación cultural.

2. A la privacidad, intimidad, honra, honor, propia imagen y dignidad.

3. A la libertad de pensamiento, espiritualidad, religión y culto, expresados en forma individual o colectiva,


tanto en público como en privado, con fines lícitos.

4. A la libertad de reunión y asociación, en forma pública y privada, con fines lícitos.

5. A expresar y difundir libremente pensamientos u opiniones por cualquier medio de comunicación, de


forma oral, escrita o visual, individual o colectiva.

6. A acceder a la información, interpretarla, analizarla y comunicarla libremente, de manera individual o


colectiva.

7. A la libertad de residencia, permanencia y circulación en todo el territorio boliviano, que incluye la salida
e ingreso del país.

Artículo 22.

La dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber primordial del
Estado.

Artículo 23.

I. Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal. La libertad personal sólo podrá ser
restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de la verdad histórica en
la actuación de las instancias jurisdiccionales.

II. Se evitará la imposición a los adolescentes de medidas privativas de libertad. Todo adolescente que se
encuentre privado de libertad recibirá atención preferente por parte de las autoridades judiciales,
administrativas y policiales. Éstas deberán asegurar en todo momento el respeto a su dignidad y la
reserva de su identidad. La detención deberá cumplirse en recintos distintos de los asignados para los
adultos, teniendo en cuenta las necesidades propias de su edad.

III. Nadie podrá ser detenido, aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas
establecidas por la ley. La ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad
competente y que sea emitido por escrito.

IV. Toda persona que sea encontrada en delito flagrante podrá ser aprehendida por cualquier otra persona,
aun sin mandamiento. El único objeto de la aprehensión será su conducción ante autoridad judicial
competente, quien deberá resolver su situación jurídica en el plazo máximo de veinticuatro horas.

V. En el momento en que una persona sea privada de su libertad, será informada de los motivos por los
que se procede a su detención, así como de la denuncia o querella formulada en su contra.

VI. Los responsables de los centros de reclusión deberán llevar el registro de personas privadas de libertad.
No recibirán a ninguna persona sin copiar en su registro el mandamiento correspondiente. Su

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incumplimiento dará lugar al procesamiento y sanciones que señale la ley.

Artículo 24.

Toda persona tiene derecho a la petición de manera individual o colectiva, sea oral o escrita, y a la obtención
de respuesta formal y pronta. Para el ejercicio de este derecho no se exigirá más requisito que la identificación
del peticionario.

Artículo 25.

I. Toda persona tiene derecho a la inviolabilidad de su domicilio y al secreto de las comunicaciones


privadas en todas sus formas, salvo autorización judicial.

II. Son inviolables la correspondencia, los papeles privados y las manifestaciones privadas contenidas en
cualquier soporte, éstos no podrán ser incautados salvo en los casos determinados por la ley para la
investigación penal, en virtud de orden escrita y motivada de autoridad judicial competente.

III. Ni la autoridad pública, ni persona u organismo alguno podrán interceptar conversaciones o


comunicaciones privadas mediante instalación que las controle o centralice.

IV. La información y prueba obtenidas con violación de correspondencia y comunicaciones en cualquiera de


sus formas no producirán efecto legal.

SECCIÓN II

DERECHOS POLÍTICOS

Artículo 26.

I. Todas las ciudadanas y los ciudadanos tienen derecho a participar libremente en la formación, ejercicio y
control del poder político, directamente o por medio de sus representantes, y de manera individual o
colectiva. La participación será equitativa y en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres.

II. El derecho a la participación comprende:

1. La organización con fines de participación política, conforme a la Constitución y a la ley.

2. El sufragio, mediante voto igual, universal, directo, individual, secreto, libre y obligatorio,
escrutado públicamente. El sufragio se ejercerá a partir de los dieciocho años cumplidos.

3. Donde se practique la democracia comunitaria, los procesos electorales se ejercerán según


normas y procedimientos propios, supervisados por el Órgano Electoral, siempre y cuando el acto
electoral no esté sujeto al voto igual, universal, directo, secreto, libre y obligatorio.

4. La elección, designación y nominación directa de los representantes de las naciones y pueblos


indígena originario campesinos, de acuerdo con sus normas y procedimientos propios.

5. La fiscalización de los actos de la función pública.

Artículo 27.

I. Las bolivianas y los bolivianos residentes en el exterior tienen derecho a participar en las elecciones a la
Presidencia y Vicepresidencia del Estado, y en las demás señaladas por la ley. El derecho se ejercerá a
través del registro y empadronamiento realizado por el Órgano Electoral.

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II. Las extranjeras y los extranjeros residentes en Bolivia tienen derecho a sufragar en las elecciones
municipales, conforme a la ley, aplicando principios de reciprocidad internacional.

Artículo 28.

El ejercicio de los derechos políticos se suspende en los siguientes casos, previa sentencia ejecutoriada
mientras la pena no haya sido cumplida:

1. Por tomar armas y prestar servicio en fuerzas armadas enemigas en tiempos de guerra.

2. Por defraudación de recursos públicos.

3. Por traición a la patria.

Artículo 29.

I. Se reconoce a las extranjeras y los extranjeros el derecho a pedir y recibir asilo o refugio por
persecución política o ideológica, de conformidad con las leyes y los tratados internacionales.

II. Toda persona a quien se haya otorgado en Bolivia asilo o refugio no será expulsada o entregada a un
país donde su vida, integridad, seguridad o libertad peligren. El Estado atenderá de manera positiva,
humanitaria y expedita las solicitudes de reunificación familiar que se presenten por padres o hijos
asilados o refugiados.

CAPÍTULO CUARTO

DERECHOS DE LAS NACIONES Y PUEBLOS INDÍGENA ORIGINARIO CAMPESINOS

Artículo 30.

I. Es nación y pueblo indígena originario campesino toda la colectividad humana que comparta identidad
cultural, idioma, tradición histórica, instituciones, territorialidad y cosmovisión, cuya existencia es anterior
a la invasión colonial española.

II. En el marco de la unidad del Estado y de acuerdo con esta Constitución las naciones y pueblos indígena
originario campesinos gozan de los siguientes derechos:

1. A existir libremente.

2. A su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades, prácticas y costumbres, y a su propia


cosmovisión.

3. A que la identidad cultural de cada uno de sus miembros, si así lo desea, se inscriba junto a la
ciudadanía boliviana en su cédula de identidad, pasaporte u otros documentos de identificación
con validez legal.

4. A la libre determinación y territorialidad.

5. A que sus instituciones sean parte de la estructura general del Estado.

6. A la titulación colectiva de tierras y territorios.

7. A la protección de sus lugares sagrados.

8. A crear y administrar sistemas, medios y redes de comunicación propios.

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9. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su medicina tradicional, sus idiomas, sus
rituales y sus símbolos y vestimentas sean valorados, respetados y promocionados.

10. A vivir en un medio ambiente sano, con manejo y aprovechamiento adecuado de los
ecosistemas.

11. A la propiedad intelectual colectiva de sus saberes, ciencias y conocimientos, así como a su
valoración, uso, promoción y desarrollo.

12. A una educación intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el sistema educativo.

13. Al sistema de salud universal y gratuito que respete su cosmovisión y prácticas tradicionales.

14. Al ejercicio de sus sistemas políticos, jurídicos y económicos acorde a su cosmovisión.

15. A ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en particular a través de sus


instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de
afectarles. En este marco, se respetará y garantizará el derecho a la consulta previa obligatoria,
realizada por el Estado, de buena fe y concertada, respecto a la explotación de los recursos
naturales no renovables en el territorio que habitan.

16. A la participación en los beneficios de la explotación de los recursos naturales en sus territorios.

17. A la gestión territorial indígena autónoma, y al uso y aprovechamiento exclusivo de los recursos
naturales renovables existentes en su territorio sin perjuicio de los derechos legítimamente
adquiridos por terceros.

18. A la participación en los órganos e instituciones del Estado.

III. El Estado garantiza, respeta y protege los derechos de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos consagrados en esta Constitución y la ley.

Artículo 31.

I. Las naciones y pueblos indígena originarios en peligro de extinción, en situación de aislamiento


voluntario y no contactados, serán protegidos y respetados en sus formas de vida individual y colectiva.

II. Las naciones y pueblos indígenas en aislamiento y no contactados gozan del derecho a mantenerse en
esa condición, a la delimitación y consolidación legal del territorio que ocupan y habitan.

Artículo 32.

El pueblo afroboliviano goza, en todo lo que corresponda, de los derechos económicos, sociales, políticos y
culturales reconocidos en la Constitución para las naciones y pueblos indígena originario campesinos.

CAPÍTULO QUINTO

DERECHOS SOCIALES Y ECONÓMICOS

SECCIÓN I

DERECHO AL MEDIO AMBIENTE

Artículo 33.

Las personas tienen derecho a un medio ambiente saludable, protegido y equilibrado. El ejercicio de este

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derecho debe permitir a los individuos y colectividades de las presentes y futuras generaciones, además de
otros seres vivos, desarrollarse de manera normal y permanente.

Artículo 34.

Cualquier persona, a título individual o en representación de una colectividad, está facultada para ejercitar las
acciones legales en defensa del derecho al medio ambiente, sin perjuicio de la obligación de las instituciones
públicas de actuar de oficio frente a los atentados contra el medio ambiente.

SECCIÓN II

DERECHO A LA SALUD Y A LA SEGURIDAD SOCIAL

Artículo 35.

I. El Estado, en todos sus niveles, protegerá el derecho a la salud, promoviendo políticas públicas
orientadas a mejorar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso gratuito de la población a los
servicios de salud.

II. El sistema de salud es único e incluye a la medicina tradicional de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos.

Artículo 36.

I. El Estado garantizará el acceso al seguro universal de salud.

II. El Estado controlará el ejercicio de los servicios públicos y privados de salud, y lo regulará mediante la
ley.

Artículo 37.

El Estado tiene la obligación indeclinable de garantizar y sostener el derecho a la salud, que se constituye en
una función suprema y primera responsabilidad financiera. Se priorizará la promoción de la salud y la
prevención de las enfermedades.

Artículo 38.

I. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado, y no podrán ser privatizados ni
concesionados.

II. Los servicios de salud serán prestados de forma ininterrumpida.

Artículo 39.

I. El Estado garantizará el servicio de salud público y reconoce el servicio de salud privado; regulará y
vigilará la atención de calidad a través de auditorías médicas sostenibles que evalúen el trabajo de su
personal, la infraestructura y el equipamiento, de acuerdo con la ley.

II. La ley sancionará las acciones u omisiones negligentes en el ejercicio de la práctica médica.

Artículo 40.

El Estado garantizará la participación de la población organizada en la toma de decisiones, y en la gestión de


todo el sistema público de salud.

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Artículo 41.

I. El Estado garantizará el acceso de la población a los medicamentos.

II. El Estado priorizará los medicamentos genéricos a través del fomento de su producción interna y, en su
caso, determinará su importación.

III. El derecho a acceder a los medicamentos no podrá ser restringido por los derechos de propiedad
intelectual y comercialización, y contemplará estándares de calidad y primera generación.

Artículo 42.

I. Es responsabilidad del Estado promover y garantizar el respeto, uso, investigación y práctica de la


medicina tradicional, rescatando los conocimientos y prácticas ancestrales desde el pensamiento y
valores de todas las naciones y pueblos indígena originario campesinos.

II. La promoción de la medicina tradicional incorporará el registro de medicamentos naturales y de sus


principios activos, así como la protección de su conocimiento como propiedad intelectual, histórica,
cultural, y como patrimonio de las naciones y pueblos indígena originario campesinos.

III. La ley regulará el ejercicio de la medicina tradicional y garantizará la calidad de su servicio.

Artículo 43.

La ley regulará las donaciones o trasplantes de células, tejidos u órganos bajo los principios de humanidad,
solidaridad, oportunidad, gratuidad y eficiencia.

Artículo 44.

I. Ninguna persona será sometida a intervención quirúrgica, examen médico o de laboratorio sin su
consentimiento o el de terceros legalmente autorizados, salvo peligro inminente de su vida.

II. Ninguna persona será sometida a experimentos científicos sin su consentimiento.

Artículo 45.

I. Todas las bolivianas y los bolivianos tienen derecho a acceder a la seguridad social.

II. La seguridad social se presta bajo los principios de universalidad, integralidad, equidad, solidaridad,
unidad de gestión, economía, oportunidad, interculturalidad y eficacia. Su dirección y administración
corresponde al Estado, con control y participación social.

III. El régimen de seguridad social cubre atención por enfermedad, epidemias y enfermedades catastróficas;
maternidad y paternidad; riesgos profesionales, laborales y riesgos por labores de campo; discapacidad
y necesidades especiales; desempleo y pérdida de empleo; orfandad, invalidez, viudez, vejez y muerte;
vivienda, asignaciones familiares y otras previsiones sociales.

IV. El Estado garantiza el derecho a la jubilación, con carácter universal, solidario y equitativo.

V. Las mujeres tienen derecho a la maternidad segura, con una visión y práctica intercultural; gozarán de
especial asistencia y protección del Estado durante el embarazo, parto y en los periodos prenatal y
posnatal.

VI. Los servicios de seguridad social pública no podrán ser privatizados ni concesionados.

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SECCIÓN III

DERECHO AL TRABAJO Y AL EMPLEO

Artículo 46.

I. Toda persona tiene derecho:

1. Al trabajo digno, con seguridad industrial, higiene y salud ocupacional, sin discriminación, y con
remuneración o salario justo, equitativo y satisfactorio, que le asegure para sí y su familia una
existencia digna.

2. A una fuente laboral estable, en condiciones equitativas y satisfactorias.

II. El Estado protegerá el ejercicio del trabajo en todas sus formas.

III. Se prohíbe toda forma de trabajo forzoso u otro modo análogo de explotación que obligue a una
persona a realizar labores sin su consentimiento y justa retribución.

Artículo 47.

I. Toda persona tiene derecho a dedicarse al comercio, la industria o a cualquier actividad económica lícita,
en condiciones que no perjudiquen al bien colectivo.

II. Las trabajadoras y los trabajadores de pequeñas unidades productivas urbanas o rurales, por cuenta
propia, y gremialistas en general, gozarán por parte del Estado de un régimen de protección especial,
mediante una política de intercambio comercial equitativo y de precios justos para sus productos, así
como la asignación preferente de recursos económicos financieros para incentivar su producción.

III. El Estado protegerá, fomentará y fortalecerá las formas comunitarias de producción.

Artículo 48.

I. Las disposiciones sociales y laborales son de cumplimiento obligatorio.

II. Las normas laborales se interpretarán y aplicarán bajo los principios de protección de las trabajadoras y
de los trabajadores como principal fuerza productiva de la sociedad; de primacía de la relación laboral;
de continuidad y estabilidad laboral; de no discriminación y de inversión de la prueba a favor de la
trabajadora y del trabajador.

III. Los derechos y beneficios reconocidos en favor de las trabajadoras y los trabajadores no pueden
renunciarse, y son nulas las convenciones contrarias o que tiendan a burlar sus efectos.

IV. Los salarios o sueldos devengados, derechos laborales, beneficios sociales y aportes a la seguridad
social no pagados tienen privilegio y preferencia sobre cualquier otra acreencia, y son inembargables e
imprescriptibles.

V. El Estado promoverá la incorporación de las mujeres al trabajo y garantizará la misma remuneración que
a los hombres por un trabajo de igual valor, tanto en el ámbito público como en el privado.

VI. Las mujeres no podrán ser discriminadas o despedidas por su estado civil, situación de embarazo, edad,
rasgos físicos o número de hijas o hijos. Se garantiza la inamovilidad laboral de las mujeres en estado
de embarazo, y de los progenitores, hasta que la hija o el hijo cumpla un año de edad.

VII. El Estado garantizará la incorporación de las jóvenes y los jóvenes en el sistema productivo, de acuerdo

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con su capacitación y formación.

Artículo 49.

I. Se reconoce el derecho a la negociación colectiva.

II. La ley regulará las relaciones laborales relativas a contratos y convenios colectivos; salarios mínimos
generales, sectoriales e incrementos salariales; reincorporación; descansos remunerados y feriados;
cómputo de antigüedad, jornada laboral, horas extra, recargo nocturno, dominicales; aguinaldos, bonos,
primas u otros sistemas de participación en las utilidades de la empresa; indemnizaciones y desahucios;
maternidad laboral; capacitación y formación profesional, y otros derechos sociales.

III. El Estado protegerá la estabilidad laboral. Se prohíbe el despido injustificado y toda forma de acoso
laboral. La ley determinará las sanciones correspondientes.

Artículo 50.

El Estado, mediante tribunales y organismos administrativos especializados, resolverá todos los conflictos
emergentes de las relaciones laborales entre empleadores y trabajadores, incluidos los de la seguridad
industrial y los de la seguridad social.

Artículo 51.

I. Todas las trabajadoras y los trabajadores tienen derecho a organizarse en sindicatos de acuerdo con la
ley.

II. El Estado respetará los principios sindicales de unidad, democracia sindical, pluralismo político,
autosostenimiento, solidaridad e internacionalismo.

III. Se reconoce y garantiza la sindicalización como medio de defensa, representación, asistencia,


educación y cultura de las trabajadoras y los trabajadores del campo y de la ciudad.

IV. El Estado respetará la independencia ideológica y organizativa de los sindicatos. Los sindicatos gozarán
de personalidad jurídica por el solo hecho de organizarse y ser reconocidos por sus entidades matrices.

V. El patrimonio tangible e intangible de las organizaciones sindicales es inviolable, inembargable e


indelegable.

VI. Las dirigentas y los dirigentes sindicales gozan de fuero sindical, no se les despedirá hasta un año
después de la finalización de su gestión y no se les disminuirán sus derechos sociales, ni se les
someterá a persecución ni privación de libertad por actos realizados en el cumplimiento de su labor
sindical.

VII. Las trabajadoras y los trabajadores por cuenta propia tienen el derecho a organizarse para la defensa de
sus intereses.

Artículo 52.

I. Se reconoce y garantiza el derecho a la libre asociación empresarial.

II. El Estado garantizará el reconocimiento de la personalidad jurídica de las asociaciones empresariales,


así como las formas democráticas organizativas empresariales, de acuerdo con sus propios estatutos.

III. El Estado reconoce las instituciones de capacitación de las organizaciones empresariales.

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IV. El patrimonio de las organizaciones empresariales, tangible e intangible, es inviolable e inembargable.

Artículo 53.

Se garantiza el derecho a la huelga como el ejercicio de la facultad legal de las trabajadoras y los trabajadores
de suspender labores para la defensa de sus derechos, de acuerdo con la ley.

Artículo 54.

I. Es obligación del Estado establecer políticas de empleo que eviten la desocupación y la subocupación,
con la finalidad de crear, mantener y generar condiciones que garanticen a las trabajadoras y los
trabajadores posibilidades de ocupación laboral digna y de remuneración justa.

II. Es deber del Estado y de la sociedad la protección y defensa del aparato industrial y de los servicios
estatales.

III. Las trabajadoras y los trabajadores, en defensa de sus fuentes de trabajo y en resguardo del interés
social podrán, de acuerdo con la ley, reactivar y reorganizar empresas en proceso de quiebra, concurso
o liquidación, cerradas o abandonadas de forma injustificada, y conformarán empresas comunitarias o
sociales. El Estado podrá coadyuvar a la acción de las trabajadoras y los trabajadores.

Artículo 55.

El sistema cooperativo se sustenta en los principios de solidaridad, igualdad, reciprocidad, equidad en la


distribución, finalidad social, y no lucro de sus asociados. El Estado fomentará y regulará la organización de
cooperativas mediante la ley.

SECCIÓN IV

DERECHO A LA PROPIEDAD

Artículo 56.

I. Toda persona tiene derecho a la propiedad privada individual o colectiva, siempre que ésta cumpla una
función social.

II. Se garantiza la propiedad privada siempre que el uso que se haga de ella no sea perjudicial al interés
colectivo.

III. Se garantiza el derecho a la sucesión hereditaria.

Artículo 57.

La expropiación se impondrá por causa de necesidad o utilidad pública, calificada conforme con la ley y previa
indemnización justa. La propiedad inmueble urbana no está sujeta a reversión.

SECCIÓN V

DERECHOS DE LA NIÑEZ, ADOLESCENCIA Y JUVENTUD

Artículo 58.

Se considera niña, niño o adolescente a toda persona menor de edad. Las niñas, niños y adolescentes son
titulares de los derechos reconocidos en la Constitución, con los límites establecidos en ésta, y de los derechos
específicos inherentes a su proceso de desarrollo; a su identidad étnica, sociocultural, de género y

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generacional; y a la satisfacción de sus necesidades, intereses y aspiraciones.

Artículo 59.

I. Toda niña, niño y adolescente tiene derecho a su desarrollo integral.

II. Toda niña, niño y adolescente tiene derecho a vivir y a crecer en el seno de su familia de origen o
adoptiva. Cuando ello no sea posible, o sea contrario a su interés superior, tendrá derecho a una familia
sustituta, de conformidad con la ley.

III. Todas las niñas, niños y adolescentes, sin distinción de su origen, tienen iguales derechos y deberes
respecto a sus progenitores. La discriminación entre hijos por parte de los progenitores será sancionada
por la ley.

IV. Toda niña, niño y adolescente tiene derecho a la identidad y la filiación respecto a sus progenitores.
Cuando no se conozcan los progenitores, utilizarán el apellido convencional elegido por la persona
responsable de su cuidado.

V. El Estado y la sociedad garantizarán la protección, promoción y activa participación de las jóvenes y los
jóvenes en el desarrollo productivo, político, social, económico y cultural, sin discriminación alguna, de
acuerdo con la ley.

Artículo 60.

Es deber del Estado, la sociedad y la familia garantizar la prioridad del interés superior de la niña, niño y
adolescente, que comprende la preeminencia de sus derechos, la primacía en recibir protección y socorro en
cualquier circunstancia, la prioridad en la atención de los servicios públicos y privados, y el acceso a una
administración de justicia pronta, oportuna y con asistencia de personal especializado.

Artículo 61.

I. Se prohíbe y sanciona toda forma de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, tanto en la familia
como en la sociedad.

II. Se prohíbe el trabajo forzado y la explotación infantil. Las actividades que realicen las niñas, niños y
adolescentes en el marco familiar y social estarán orientadas a su formación integral como ciudadanas y
ciudadanos, y tendrán una función formativa. Sus derechos, garantías y mecanismos institucionales de
protección serán objeto de regulación especial.

SECCIÓN VI

DERECHOS DE LAS FAMILIAS

Artículo 62.

El Estado reconoce y protege a las familias como el núcleo fundamental de la sociedad, y garantizará las
condiciones sociales y económicas necesarias para su desarrollo integral. Todos sus integrantes tienen
igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades.

Artículo 63.

I. El matrimonio entre una mujer y un hombre se constituye por vínculos jurídicos y se basa en la igualdad
de derechos y deberes de los cónyuges.

II. Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas

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entre una mujer y un hombre sin impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio
civil, tanto en las relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a
las hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas.

Artículo 64.

I. Los cónyuges o convivientes tienen el deber de atender, en igualdad de condiciones y mediante el


esfuerzo común, el mantenimiento y responsabilidad del hogar, la educación y formación integral de las
hijas e hijos mientras sean menores o tengan alguna discapacidad.

II. El Estado protegerá y asistirá a quienes sean responsables de las familias en el ejercicio de sus
obligaciones.

Artículo 65.

En virtud del interés superior de las niñas, niños y adolescentes y de su derecho a la identidad, la presunción
de filiación se hará valer por indicación de la madre o el padre. Esta presunción será válida salvo prueba en
contrario a cargo de quien niegue la filiación. En caso de que la prueba niegue la presunción, los gastos
incurridos corresponderán a quien haya indicado la filiación.

Artículo 66.

Se garantiza a las mujeres y a los hombres el ejercicio de sus derechos sexuales y sus derechos
reproductivos.

SECCIÓN VII

DERECHOS DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES

Artículo 67.

I. Además de los derechos reconocidos en esta Constitución, todas las personas adultas mayores tienen
derecho a una vejez digna, con calidad y calidez humana.

II. El Estado proveerá una renta vitalicia de vejez, en el marco del sistema de seguridad social integral, de
acuerdo con la ley.

Artículo 68.

I. El Estado adoptará políticas públicas para la protección, atención, recreación, descanso y ocupación
social de las personas adultas mayores, de acuerdo con sus capacidades y posibilidades.

II. Se prohíbe y sanciona toda forma de maltrato, abandono, violencia y discriminación a las personas
adultas mayores.

Artículo 69.

Los Beneméritos de la Patria merecerán gratitud y respeto de las instituciones públicas, privadas y de la
población en general, serán considerados héroes y defensores de Bolivia y recibirán del Estado una pensión
vitalicia, de acuerdo con la ley.

SECCIÓN VIII

DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

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Artículo 70.

Toda persona con discapacidad goza de los siguientes derechos:

1. A ser protegido por su familia y por el Estado.

2. A una educación y salud integral gratuita.

3. A la comunicación en lenguaje alternativo.

4. A trabajar en condiciones adecuadas, de acuerdo a sus posibilidades y capacidades, con una


remuneración justa que le asegure una vida digna.

5. Al desarrollo de sus potencialidades individuales.

Artículo 71.

I. Se prohibirá y sancionará cualquier tipo de discriminación, maltrato, violencia y explotación a toda


persona con discapacidad.

II. El Estado adoptará medidas de acción positiva para promover la efectiva integración de las personas
con discapacidad en el ámbito productivo, económico, político, social y cultural, sin discriminación
alguna.

III. El Estado generará las condiciones que permitan el desarrollo de las potencialidades individuales de las
personas con discapacidad.

Artículo 72.

El Estado garantizará a las personas con discapacidad los servicios integrales de prevención y rehabilitación,
así como otros beneficios que se establezcan en la ley.

SECCIÓN IX

DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD

Artículo 73.

I. Toda persona sometida a cualquier forma de privación de libertad será tratada con el debido respeto a la
dignidad humana.

II. Todas las personas privadas de libertad tienen derecho a comunicarse libremente con su defensor,
intérprete, familiares y personas allegadas. Se prohíbe la incomunicación. Toda limitación a la
comunicación sólo podrá tener lugar en el marco de investigaciones por comisión de delitos, y durará el
tiempo máximo de veinticuatro horas.

Artículo 74.

I. Es responsabilidad del Estado la reinserción social de las personas privadas de libertad, velar por el
respeto de sus derechos, y su retención y custodia en un ambiente adecuado, de acuerdo a la
clasificación, naturaleza y gravedad del delito, así como la edad y el sexo de las personas retenidas.

II. Las personas privadas de libertad tendrán la oportunidad de trabajar y estudiar en los centros
penitenciarios.

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SECCIÓN X

DERECHOS DE LAS USUARIAS Y LOS USUARIOS Y DE LAS CONSUMIDORAS Y LOS


CONSUMIDORES

Artículo 75.

Las usuarias y los usuarios y las consumidoras y los consumidores gozan de los siguientes derechos:

1. Al suministro de alimentos, fármacos y productos en general, en condiciones de inocuidad, calidad, y


cantidad disponible adecuada y suficiente, con prestación eficiente y oportuna del suministro.

2. A la información fidedigna sobre las características y contenidos de los productos que consuman y
servicios que utilicen.

Artículo 76.

I. El Estado garantiza el acceso a un sistema de transporte integral en sus diversas modalidades. La ley
determinará que el sistema de transporte sea eficiente y eficaz, y que genere beneficios a los usuarios y
a los proveedores.

II. No podrán existir controles aduaneros, retenes ni puestos de control de ninguna naturaleza en el
territorio boliviano, con excepción de los que hayan sido creados por la ley.

CAPÍTULO SEXTO

EDUCACIÓN, INTERCULTURALIDAD Y DERECHOS CULTURALES

SECCIÓN I

EDUCACIÓN

Artículo 77.

I. La educación constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado, que tiene
la obligación indeclinable de sostenerla, garantizarla y gestionarla.

II. El Estado y la sociedad tienen tuición plena sobre el sistema educativo, que comprende la educación
regular, la alternativa y especial, y la educación superior de formación profesional. El sistema educativo
desarrolla sus procesos sobre la base de criterios de armonía y coordinación.

III. El sistema educativo está compuesto por las instituciones educativas fiscales, instituciones educativas
privadas y de convenio.

Artículo 78.

I. La educación es unitaria, pública, universal, democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de


calidad.

II. La educación es intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el sistema educativo.

III. El sistema educativo se fundamenta en una educación abierta, humanista, científica, técnica y
tecnológica, productiva, territorial, teórica y práctica, liberadora y revolucionaria, crítica y solidaria.

IV. El Estado garantiza la educación vocacional y la enseñanza técnica humanística, para hombres y

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mujeres, relacionada con la vida, el trabajo y el desarrollo productivo.

Artículo 79.

La educación fomentará el civismo, el diálogo intercultural y los valores ético morales. Los valores incorporarán
la equidad de género, la no diferencia de roles, la no violencia y la vigencia plena de los derechos humanos.

Artículo 80.

I. La educación tendrá como objetivo la formación integral de las personas y el fortalecimiento de la


conciencia social crítica en la vida y para la vida. La educación estará orientada a la formación individual
y colectiva; al desarrollo de competencias, aptitudes y habilidades físicas e intelectuales que vincule la
teoría con la práctica productiva; a la conservación y protección del medio ambiente, la biodiversidad y el
territorio para el vivir bien. Su regulación y cumplimiento serán establecidos por la ley.

II. La educación contribuirá al fortalecimiento de la unidad e identidad de todas y todos como parte del
Estado Plurinacional, así como a la identidad y desarrollo cultural de los miembros de cada nación o
pueblo indígena originario campesino, y al entendimiento y enriquecimiento intercultural dentro del
Estado.

Artículo 81.

I. La educación es obligatoria hasta el bachillerato.

II. La educación fiscal es gratuita en todos sus niveles hasta el superior.

III. A la culminación de los estudios del nivel secundario se otorgará el diploma de bachiller, con carácter
gratuito e inmediato.

Artículo 82.

I. El Estado garantizará el acceso a la educación y la permanencia de todas las ciudadanas y los


ciudadanos en condiciones de plena igualdad.

II. El Estado apoyará con prioridad a los estudiantes con menos posibilidades económicas para que
accedan a los diferentes niveles del sistema educativo, mediante recursos económicos, programas de
alimentación, vestimenta, transporte, material escolar; y en áreas dispersas, con residencias
estudiantiles, de acuerdo con la ley.

III. Se estimulará con becas a estudiantes de excelente aprovechamiento en todos los niveles del sistema
educativo. Toda niña, niño y adolescente con talento natural destacado tiene derecho a ser atendido
educativamente con métodos de formación y aprendizaje que le permitan el mayor desarrollo de sus
aptitudes y destrezas.

Artículo 83.

Se reconoce y garantiza la participación social, la participación comunitaria y de los padres de familia en el


sistema educativo, mediante organismos representativos en todos los niveles del Estado y en las naciones y
pueblos indígena originario campesinos. Su composición y atribuciones estarán establecidas en la ley.

Artículo 84.

El Estado y la sociedad tienen el deber de erradicar el analfabetismo a través de programas acordes con la
realidad cultural y lingüística de la población.

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Artículo 85.

El Estado promoverá y garantizará la educación permanente de niñas, niños y adolescentes con discapacidad,
o con talentos extraordinarios en el aprendizaje, bajo la misma estructura, principios y valores del sistema
educativo, y establecerá una organización y desarrollo curricular especial.

Artículo 86.

En los centros educativos se reconocerá y garantizará la libertad de conciencia y de fe y de la enseñanza de


religión, así como la espiritualidad de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y se fomentará el
respeto y la convivencia mutua entre las personas con diversas opciones religiosas, sin imposición dogmática.
En estos centros no se discriminará en la aceptación y permanencia de las alumnas y los alumnos por su
opción religiosa.

Artículo 87.

Se reconoce y respeta el funcionamiento de unidades educativas de convenio con fines de servicio social, con
acceso libre y sin fines de lucro, que deberán funcionar bajo la tuición de las autoridades públicas, respetando
el derecho de administración de entidades religiosas sobre dichas unidades educativas, sin perjuicio de lo
establecido en disposiciones nacionales, y se regirán por las mismas normas, políticas, planes y programas del
sistema educativo.

Artículo 88.

I. Se reconoce y respeta el funcionamiento de unidades educativas privadas, en todos los niveles y


modalidades, éstas se regirán por las políticas, planes, programas y autoridades del sistema educativo.
El Estado garantiza su funcionamiento previa verificación de las condiciones y cumplimiento de los
requisitos establecidos por la ley.

II. Se respeta el derecho de las madres y padres a elegir la educación que convenga para sus hijas e hijos.

Artículo 89.

El seguimiento, la medición, evaluación y acreditación de la calidad educativa en todo el sistema educativo,


estará a cargo de una institución pública, técnica especializada, independiente del Ministerio del ramo. Su
composición y funcionamiento será determinado por la ley.

Artículo 90.

I. El Estado reconocerá la vigencia de institutos de formación humanística, técnica y tecnológica, en los


niveles medio y superior, previo cumplimiento de las condiciones y requisitos establecidos en la ley.

II. El Estado promoverá la formación técnica, tecnológica, productiva, artística y lingüística, a través de
institutos técnicos.

III. El Estado, a través del sistema educativo, promoverá la creación y organización de programas
educativos a distancia y populares no escolarizados, con el objetivo de elevar el nivel cultural y
desarrollar la conciencia plurinacional del pueblo.

SECCIÓN II

EDUCACIÓN SUPERIOR

Artículo 91.

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I. La educación superior desarrolla procesos de formación profesional, de generación y divulgación de


conocimientos orientados al desarrollo integral de la sociedad, para lo cual tomará en cuenta los
conocimientos universales y los saberes colectivos de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos.

II. La educación superior es intracultural, intercultural y plurilingüe, y tiene por misión la formación integral
de recursos humanos con alta calificación y competencia profesional; desarrollar procesos de
investigación científica para resolver problemas de la base productiva y de su entorno social; promover
políticas de extensión e interacción social para fortalecer la diversidad científica, cultural y lingüística;
participar junto a su pueblo en todos los procesos de liberación social, para construir una sociedad con
mayor equidad y justicia social.

III. La educación superior está conformada por las universidades, las escuelas superiores de formación
docente, y los institutos técnicos, tecnológicos y artísticos, fiscales y privados.

Artículo 92.

I. Las universidades públicas son autónomas e iguales en jerarquía. La autonomía consiste en la libre
administración de sus recursos; el nombramiento de sus autoridades, su personal docente y
administrativo; la elaboración y aprobación de sus estatutos, planes de estudio y presupuestos anuales;
y la aceptación de legados y donaciones, así como la celebración de contratos, para realizar sus fines y
sostener y perfeccionar sus institutos y facultades. Las universidades públicas podrán negociar
empréstitos con garantía de sus bienes y recursos, previa aprobación legislativa.

II. Las universidades públicas constituirán, en ejercicio de su autonomía, la Universidad Boliviana, que
coordinará y programará sus fines y funciones mediante un organismo central, de acuerdo con un plan
de desarrollo universitario.

III. Las universidades públicas estarán autorizadas para extender diplomas académicos y títulos
profesionales con validez en todo el Estado.

Artículo 93.

I. Las universidades públicas serán obligatoria y suficientemente subvencionadas por el Estado,


independientemente de sus recursos departamentales, municipales y propios, creados o por crearse.

II. Las universidades públicas, en el marco de sus estatutos, establecerán los mecanismos de participación
social de carácter consultivo, de coordinación y asesoramiento.

III. Las universidades públicas establecerán mecanismos de rendición de cuentas y transparencia en el uso
de sus recursos, a través de la presentación de estados financieros a la Asamblea Plurinacional
Legislativa, a la Contraloría General y al Órgano Ejecutivo.

IV. Las universidades públicas, en el marco de sus estatutos, establecerán programas de desconcentración
académica y de interculturalidad, de acuerdo a las necesidades del Estado y de las naciones y pueblos
indígena originario campesinos.

V. El Estado, en coordinación con las universidades públicas, promoverá en áreas rurales la creación y el
funcionamiento de universidades e institutos comunitarios pluriculturales, asegurando la participación
social. La apertura y funcionamiento de dichas universidades responderá a las necesidades del
fortalecimiento productivo de la región, en función de sus potencialidades.

Artículo 94.

I. Las universidades privadas se regirán por las políticas, planes, programas y autoridades del sistema

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educativo. Su funcionamiento será autorizado mediante decreto supremo, previa verificación del
cumplimiento de las condiciones y requisitos establecidos por la ley.

II. Las universidades privadas estarán autorizadas para expedir diplomas académicos. Los títulos
profesionales con validez en todo el país serán otorgados por el Estado.

III. En las universidades privadas, para la obtención de los diplomas académicos en todas las modalidades
de titulación, se conformarán tribunales examinadores, que estarán integrados por docentes titulares,
nombrados por las universidades públicas, en las condiciones establecidas por la ley. El Estado no
subvencionará a las universidades privadas.

Artículo 95.

I. Las universidades deberán crear y sostener centros interculturales de formación y capacitación técnica y
cultural, de acceso libre al pueblo, en concordancia con los principios y fines del sistema educativo.

II. Las universidades deberán implementar programas para la recuperación, preservación, desarrollo,
aprendizaje y divulgación de las diferentes lenguas de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos.

III. Las universidades promoverán centros de generación de unidades productivas, en coordinación con las
iniciativas productivas comunitarias, públicas y privadas.

Artículo 96.

I. Es responsabilidad del Estado la formación y capacitación docente para el magisterio público, a través
de escuelas superiores de formación. La formación de docentes será única, fiscal, gratuita, intracultural,
intercultural, plurilingüe, científica y productiva, y se desarrollará con compromiso social y vocación de
servicio.

II. Los docentes del magisterio deberán participar en procesos de actualización y capacitación pedagógica
continua.

III. Se garantiza la carrera docente y la inamovilidad del personal docente del magisterio, conforme con la
ley. Los docentes gozarán de un salario digno.

Artículo 97.

La formación post-gradual en sus diferentes niveles tendrá como misión fundamental la cualificación de
profesionales en diferentes áreas, a través de procesos de investigación científica y generación de
conocimientos vinculados con la realidad, para coadyuvar con el desarrollo integral de la sociedad. La
formación post-gradual será coordinada por una instancia conformada por las universidades del sistema
educativo, de acuerdo con la ley.

SECCIÓN III

CULTURAS

Artículo 98.

I. La diversidad cultural constituye la base esencial del Estado Plurinacional Comunitario. La


interculturalidad es el instrumento para la cohesión y la convivencia armónica y equilibrada entre todos
los pueblos y naciones. La interculturalidad tendrá lugar con respeto a las diferencias y en igualdad de
condiciones.

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II. El Estado asumirá como fortaleza la existencia de culturas indígena originario campesinas, depositarias
de saberes, conocimientos, valores, espiritualidades y cosmovisiones.

III. Será responsabilidad fundamental del Estado preservar, desarrollar, proteger y difundir las culturas
existentes en el país.

Artículo 99.

I. El patrimonio cultural del pueblo boliviano es inalienable, inembargable e imprescriptible. Los recursos
económicos que generen se regularán por la ley, para atender prioritariamente a su conservación,
preservación y promoción.

II. El Estado garantizará el registro, protección, restauración, recuperación, revitalización, enriquecimiento,


promoción y difusión de su patrimonio cultural, de acuerdo con la ley.

III. La riqueza natural, arqueológica, paleontológica, histórica, documental, y la procedente del culto
religioso y del folklore, es patrimonio cultural del pueblo boliviano, de acuerdo con la ley.

Artículo 100.

I. Es patrimonio de las naciones y pueblos indígena originario campesinos las cosmovisiones, los mitos, la
historia oral, las danzas, las prácticas culturales, los conocimientos y las tecnologías tradicionales. Este
patrimonio forma parte de la expresión e identidad del Estado.

II. El Estado protegerá los saberes y los conocimientos mediante el registro de la propiedad intelectual que
salvaguarde los derechos intangibles de las naciones y pueblos indígena originario campesinas y las
comunidades interculturales y afrobolivianas.

Artículo 101.

Las manifestaciones del arte y las industrias populares, en su componente intangible, gozarán de especial
protección del Estado. Asimismo, disfrutarán de esta protección los sitios y actividades declarados patrimonio
cultural de la humanidad, en su componente tangible e intangible.

Artículo 102.

El Estado registrará y protegerá la propiedad intelectual, individual y colectiva de las obras y descubrimientos
de los autores, artistas, compositores, inventores y científicos, en las condiciones que determine la ley.

SECCIÓN IV

CIENCIA, TECNOLOGÍA E INVESTIGACIÓN

Artículo 103.

I. El Estado garantizará el desarrollo de la ciencia y la investigación científica, técnica y tecnológica en


beneficio del interés general. Se destinarán los recursos necesarios y se creará el sistema estatal de
ciencia y tecnología.

II. El Estado asumirá como política la implementación de estrategias para incorporar el conocimiento y
aplicación de nuevas tecnologías de información y comunicación.

III. El Estado, las universidades, las empresas productivas y de servicio públicas y privadas, y las naciones
y pueblos indígena originario campesinos, desarrollarán y coordinarán procesos de investigación,
innovación, promoción, divulgación, aplicación y transferencia de ciencia y tecnología para fortalecer la

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base productiva e impulsar el desarrollo integral de la sociedad, de acuerdo con la ley.

SECCIÓN V

DEPORTE Y RECREACIÓN

Artículo 104.

Toda persona tiene derecho al deporte, a la cultura física y a la recreación. El Estado garantiza el acceso al
deporte sin distinción de género, idioma, religión, orientación política, ubicación territorial, pertenencia social,
cultural o de cualquier otra índole.

Artículo 105.

El Estado promoverá, mediante políticas de educación, recreación y salud pública, el desarrollo de la cultura
física y de la práctica deportiva en sus niveles preventivo, recreativo, formativo y competitivo, con especial
atención a las personas con discapacidad. El Estado garantizará los medios y los recursos económicos
necesarios para su efectividad.

CAPÍTULO SÉPTIMO

COMUNICACIÓN SOCIAL

Artículo 106.

I. El Estado garantiza el derecho a la comunicación y el derecho a la información.

II. El Estado garantiza a las bolivianas y los bolivianos el derecho a la libertad de expresión, de opinión y de
información, a la rectificación y a la réplica, y el derecho a emitir libremente las ideas por cualquier medio
de difusión, sin censura previa.

III. El Estado garantiza a las trabajadoras y los trabajadores de la prensa, la libertad de expresión, el
derecho a la comunicación y a la información.

IV. Se reconoce la cláusula de conciencia de los trabajadores de la información.

Artículo 107.

I. Los medios de comunicación social deberán contribuir a la promoción de los valores éticos, morales y
cívicos de las diferentes culturas del país, con la producción y difusión de programas educativos
plurilingües y en lenguaje alternativo para discapacitados.

II. La información y las opiniones emitidas a través de los medios de comunicación social deben respetar
los principios de veracidad y responsabilidad. Estos principios se ejercerán mediante las normas de ética
y de autorregulación de las organizaciones de periodistas y medios de comunicación y su ley.

III. Los medios de comunicación social no podrán conformar, de manera directa o indirecta, monopolios u
oligopolios.

IV. El Estado apoyará la creación de medios de comunicación comunitarios en igualdad de condiciones y


oportunidades.

TÍTULO III

DEBERES

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Artículo 108.

Son deberes de las bolivianas y los bolivianos:

1. Conocer, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes.

2. Conocer, respetar y promover los derechos reconocidos en la Constitución.

3. Promover y difundir la práctica de los valores y principios que proclama la Constitución.

4. Defender, promover y contribuir al derecho a la paz y fomentar la cultura de paz.

5. Trabajar, según su capacidad física e intelectual, en actividades lícitas y socialmente útiles.

6. Formarse en el sistema educativo hasta el bachillerato.

7. Tributar en proporción a su capacidad económica, conforme con la ley.

8. Denunciar y combatir todos los actos de corrupción.

9. Asistir, alimentar y educar a las hijas e hijos.

10. Asistir, proteger y socorrer a sus ascendientes.

11. Socorrer con todo el apoyo necesario, en casos de desastres naturales y otras contingencias.

12. Prestar el servicio militar, obligatorio para los varones.

13. Defender la unidad, la soberanía y la integridad territorial de Bolivia, y respetar sus símbolos y valores.

14. Resguardar, defender y proteger el patrimonio natural, económico y cultural de Bolivia.

15. Proteger y defender los recursos naturales y contribuir a su uso sustentable, para preservar los derechos
de las futuras generaciones.

16. Proteger y defender un medio ambiente adecuado para el desarrollo de los seres vivos.

TÍTULO IV

GARANTÍAS JURISDICCIONALES Y ACCIONES DE DEFENSA

CAPÍTULO PRIMERO

GARANTÍAS JURISDICCIONALES

Artículo 109.

I. Todos los derechos reconocidos en la Constitución son directamente aplicables y gozan de iguales
garantías para su protección.

II. Los derechos y sus garantías sólo podrán ser regulados por la ley.

Artículo 110.

I. Las personas que vulneren derechos constitucionales quedan sujetas a la jurisdicción y competencia de

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las autoridades bolivianas.

II. La vulneración de los derechos constitucionales hace responsables a sus autores intelectuales y
materiales.

III. Los atentados contra la seguridad personal hacen responsables a sus autores inmediatos, sin que pueda
servirles de excusa el haberlos cometido por orden superior.

Artículo 111.

Los delitos de genocidio, de lesa humanidad, de traición a la patria, crímenes de guerra son imprescriptibles.

Artículo 112.

Los delitos cometidos por servidores públicos que atenten contra el patrimonio del Estado y causen grave
daño económico, son imprescriptibles y no admiten régimen de inmunidad.

Artículo 113.

I. La vulneración de los derechos concede a las víctimas el derecho a la indemnización, reparación y


resarcimiento de daños y perjuicios en forma oportuna.

II. En caso de que el Estado sea condenado a la reparación patrimonial de daños y perjuicios, deberá
interponer la acción de repetición contra la autoridad o servidor público responsable de la acción u
omisión que provocó el daño.

Artículo 114.

I. Queda prohibida toda forma de tortura, desaparición, confinamiento, coacción, exacción o cualquier
forma de violencia física o moral. Las servidoras públicas y los servidores públicos o las autoridades
públicas que las apliquen, instiguen o consientan, serán destituidas y destituidos, sin perjuicio de las
sanciones determinadas por la ley.

II. Las declaraciones, acciones u omisiones obtenidas o realizadas mediante el empleo de tortura,
coacción, exacción o cualquier forma de violencia, son nulas de pleno derecho.

Artículo 115.

I. Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos.

II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna,
gratuita, transparente y sin dilaciones.

Artículo 116.

I. Se garantiza la presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso duda sobre la norma aplicable,
regirá la más favorable al imputado o procesado.

II. Cualquier sanción debe fundarse en una ley anterior al hecho punible.

Artículo 117.

I. Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un debido

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proceso. Nadie sufrirá sanción penal que no haya sido impuesta por autoridad judicial competente en
sentencia ejecutoriada.

II. Nadie será procesado ni condenado más de una vez por el mismo hecho. La rehabilitación en sus
derechos restringidos será inmediata al cumplimiento de su condena.

III. No se impondrá sanción privativa de libertad por deudas u obligaciones patrimoniales, excepto en los
casos establecidos por la ley.

Artículo 118.

I. Está prohibida la infamia, la muerte civil y el confinamiento.

II. La máxima sanción penal será de treinta años de privación de libertad, sin derecho a indulto.

III. El cumplimiento de las sanciones privativas de libertad y las medidas de seguridad están orientadas a la
educación, habilitación e inserción social de los condenados, con respeto a sus derechos.

Artículo 119.

I. Las partes en conflicto gozarán de igualdad de oportunidades para ejercer durante el proceso las
facultades y los derechos que les asistan, sea por la vía ordinaria o por la indígena originaria campesina.

II. Toda persona tiene derecho inviolable a la defensa. El Estado proporcionará a las personas denunciadas
o imputadas una defensora o un defensor gratuito, en los casos en que éstas no cuenten con los
recursos económicos necesarios.

Artículo 120.

I. Toda persona tiene derecho a ser oída por una autoridad jurisdiccional competente, independiente e
imparcial, y no podrá ser juzgada por comisiones especiales ni sometida a otras autoridades
jurisdiccionales que las establecidas con anterioridad al hecho de la causa.

II. Toda persona sometida a proceso debe ser juzgada en su idioma; excepcionalmente, de manera
obligatoria, deberá ser asistida por traductora, traductor o intérprete.

Artículo 121.

I. En materia penal, ninguna persona podrá ser obligada a declarar contra sí misma, ni contra sus
parientes consanguíneos hasta el cuarto grado o sus afines hasta el segundo grado. El derecho de
guardar silencio no será considerado como indicio de culpabilidad.

II. La víctima en un proceso penal podrá intervenir de acuerdo con la ley, y tendrá derecho a ser oída antes
de cada decisión judicial. En caso de no contar con los recursos económicos necesarios, deberá ser
asistida gratuitamente por una abogada o abogado asignado por el Estado.

Artículo 122.

Son nulos los actos de las personas que usurpen funciones que no les competen, así como los actos de las
que ejercen jurisdicción o potestad que no emane de la ley.

Artículo 123.

La ley sólo dispone para lo venidero y no tendrá efecto retroactivo, excepto en materia laboral, cuando lo
determine expresamente a favor de las trabajadoras y de los trabajadores; en materia penal, cuando beneficie

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a la imputada o al imputado; en materia de corrupción, para investigar, procesar y sancionar los delitos
cometidos por servidores públicos contra los intereses del Estado; y en el resto de los casos señalados por la
Constitución.

Artículo 124.

I. Comete delito de traición a la patria la boliviana o el boliviano que incurra en los siguientes hechos:

1. Que tome armas contra su país, se ponga al servicio de estados extranjeros participantes, o entre
en complicidad con el enemigo, en caso de guerra internacional contra Bolivia.

2. Que viole el régimen constitucional de recursos naturales.

3. Que atente contra la unidad del país.

II. Este delito merecerá la máxima sanción penal.

CAPÍTULO SEGUNDO

ACCIONES DE DEFENSA

SECCIÓN I

ACCIÓN DE LIBERTAD

Artículo 125.

Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es
indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de
manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier
juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución
indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad.

Artículo 126.

I. La autoridad judicial señalará de inmediato día y hora de la audiencia pública, la cual tendrá lugar dentro
de las veinticuatro horas de interpuesta la acción, y dispondrá que la persona accionante sea conducida
a su presencia o acudirá al lugar de la detención. Con dicha orden se practicará la citación, personal o
por cédula, a la autoridad o a la persona denunciada, orden que será obedecida sin observación ni
excusa, tanto por la autoridad o la persona denunciada como por los encargados de las cárceles o
lugares de detención, sin que éstos, una vez citados, puedan desobedecer.

II. En ningún caso podrá suspenderse la audiencia. En ausencia del demandado, por inasistencia o
abandono, se llevará a efecto en su rebeldía.

III. Conocidos los antecedentes y oídas las alegaciones, la autoridad judicial, obligatoriamente y bajo
responsabilidad, dictará sentencia en la misma audiencia. La sentencia podrá ordenar la tutela de la
vida, la restitución del derecho a la libertad, la reparación de los defectos legales, el cese de la
persecución indebida o la remisión del caso al juez competente. En todos los casos, las partes quedarán
notificadas con la lectura de la sentencia.

IV. El fallo judicial será ejecutado inmediatamente. Sin perjuicio de ello, la decisión se elevará en revisión,
de oficio, ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, en el plazo de las veinticuatro horas siguientes a
su emisión.

Artículo 127.

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I. Los servidores públicos o personas particulares que resistan las decisiones judiciales en los casos
previstos por esta acción, serán remitidos por orden de la autoridad que conoció de la acción ante el
Ministerio Público para su procesamiento penal por atentado contra las garantías constitucionales.

II. La autoridad judicial que no proceda conforme con lo dispuesto por este artículo quedará sujeta a
sanción, de acuerdo con la Constitución y la ley.

SECCIÓN II

ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL

Artículo 128.

La Acción de Amparo Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los
servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o
suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley.

Artículo 129.

I. La Acción de Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su
nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante
cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección
inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados.

II. La Acción de Amparo Constitucional podrá interponerse en el plazo máximo de seis meses, computable
a partir de la comisión de la vulneración alegada o de notificada la última decisión administrativa o
judicial.

III. La autoridad o persona demandada será citada en la forma prevista para la Acción de Libertad, con el
objeto de que preste información y presente, en su caso, los actuados concernientes al hecho
denunciado, en el plazo máximo de cuarenta y ocho horas desde la presentación de la Acción.

IV. La resolución final se pronunciará en audiencia pública inmediatamente recibida la información de la


autoridad o persona demandada y, a falta de ésta, lo hará sobre la base de la prueba que ofrezca la
persona accionante. La autoridad judicial examinará la competencia de la servidora pública o del servidor
público o de la persona demandada y, en caso de encontrar cierta y efectiva la demanda, concederá el
amparo solicitado. La decisión que se pronuncie se elevará, de oficio, en revisión ante el Tribunal
Constitucional Plurinacional en el plazo de las veinticuatro horas siguientes a la emisión del fallo.

V. La decisión final que conceda la Acción de Amparo Constitucional será ejecutada inmediatamente y sin
observación. En caso de resistencia se procederá de acuerdo con lo señalado en la Acción de Libertad.
La autoridad judicial que no proceda conforme con lo dispuesto por este artículo, quedará sujeta a las
sanciones previstas por la ley.

SECCIÓN III

ACCIÓN DE PROTECCIÓN DE PRIVACIDAD

Artículo 130.

I. Toda persona individual o colectiva que crea estar indebida o ilegalmente impedida de conocer, objetar u
obtener la eliminación o rectificación de los datos registrados por cualquier medio físico, electrónico,
magnético o informático, en archivos o bancos de datos públicos o privados, o que afecten a su derecho
fundamental a la intimidad y privacidad personal o familiar, o a su propia imagen, honra y reputación,
podrá interponer la Acción de Protección de Privacidad.

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II. La Acción de Protección de Privacidad no procederá para levantar el secreto en materia de prensa.

Artículo 131.

I. La Acción de Protección de Privacidad tendrá lugar de acuerdo con el procedimiento previsto para la
acción de Amparo Constitucional.

II. Si el tribunal o juez competente declara procedente la acción, ordenará la revelación, eliminación o
rectificación de los datos cuyo registro fue impugnado.

III. La decisión se elevará, de oficio, en revisión ante el Tribunal Constitucional Plurinacional en el plazo de
las veinticuatro horas siguientes a la emisión del fallo, sin que por ello se suspenda su ejecución.

IV. La decisión final que conceda la Acción de Protección de Privacidad será ejecutada inmediatamente y
sin observación. En caso de resistencia se procederá de acuerdo con lo señalado en la Acción de
Libertad. La autoridad judicial que no proceda conforme con lo dispuesto por este artículo quedará sujeta
a las sanciones previstas por la ley.

SECCIÓN IV

ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD

Artículo 132.

Toda persona individual o colectiva afectada por una norma jurídica contraria a la Constitución tendrá derecho
a presentar la Acción de Inconstitucionalidad, de acuerdo con los procedimientos establecidos por la ley.

Artículo 133.

La sentencia que declare la inconstitucionalidad de una ley, decreto o cualquier género de resolución no
judicial, hace inaplicable la norma impugnada y surte plenos efectos respecto a todos.

SECCIÓN V

ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO

Artículo 134.

I. La Acción de Cumplimiento procederá en caso de incumplimiento de disposiciones constitucionales o de


la ley por parte de servidores públicos, con el objeto de garantizar la ejecución de la norma omitida.

II. La acción se interpondrá por la persona individual o colectiva afectada, o por otra a su nombre con
poder suficiente, ante juez o tribunal competente, y se tramitará de la misma forma que la Acción de
Amparo Constitucional.

III. La resolución final se pronunciará en audiencia pública, inmediatamente recibida la información de la


autoridad demandada y, a falta de ésta, lo hará sobre la base de la prueba que ofrezca el demandante.
La autoridad judicial examinará los antecedentes y, si encuentra cierta y efectiva la demanda, declarará
procedente la acción y ordenará el cumplimiento inmediato del deber omitido.

IV. La decisión se elevará, de oficio, en revisión ante el Tribunal Constitucional Plurinacional en el plazo de
las veinticuatro horas siguientes a la emisión del fallo, sin que por ello se suspenda su ejecución.

V. La decisión final que conceda la Acción de Cumplimiento será ejecutada inmediatamente y sin

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observación. En caso de resistencia, se procederá de acuerdo con lo señalado en la Acción de Libertad.


La autoridad judicial que no proceda conforme con lo dispuesto por este artículo quedará sujeta a las
sanciones previstas por la ley.

SECCIÓN VI

ACCIÓN POPULAR

Artículo 135.

La Acción Popular procederá contra todo acto u omisión de las autoridades o de personas individuales o
colectivas que violen o amenacen con violar derechos e intereses colectivos, relacionados con el patrimonio, el
espacio, la seguridad y salubridad pública, el medio ambiente y otros de similar naturaleza reconocidos por
esta Constitución.

Artículo 136.

I. La Acción Popular podrá interponerse durante el tiempo que subsista la vulneración o la amenaza a los
derechos e intereses colectivos. Para interponer esta acción no será necesario agotar la vía judicial o
administrativa que pueda existir.

II. Podrá interponer esta acción cualquier persona, a título individual o en representación de una
colectividad y, con carácter obligatorio, el Ministerio Público y el Defensor del Pueblo, cuando por el
ejercicio de sus funciones tengan conocimiento de estos actos. Se aplicará el procedimiento de la Acción
de Amparo Constitucional.

CAPÍTULO TERCERO

ESTADOS DE EXCEPCIÓN

Artículo 137.

En caso de peligro para la seguridad del Estado, amenaza externa, conmoción interna o desastre natural, la
Presidenta o el Presidente del Estado tendrá la potestad de declarar el estado de excepción, en todo o en la
parte del territorio donde fuera necesario. La declaración del estado de excepción no podrá en ningún caso
suspender las garantías de los derechos, ni los derechos fundamentales, el derecho al debido proceso, el
derecho a la información y los derechos de las personas privadas de libertad.

Artículo 138.

I. La vigencia de la declaración del estado de excepción dependerá de la aprobación posterior de la


Asamblea Legislativa Plurinacional, que tendrá lugar apenas las circunstancias lo permitan y, en todo
caso, dentro de las siguientes setenta y dos horas a la declaración del estado de excepción. La
aprobación de la declaración indicará las facultades conferidas y guardará estricta relación y proporción
con el caso de necesidad atendida por el estado de excepción. Los derechos consagrados en la
Constitución no quedarán en general suspendidos por la declaración del estado de excepción.

II. Una vez finalizado el estado de excepción, no podrá declararse otro estado de excepción dentro del
siguiente año, salvo autorización legislativa previa.

Artículo 139.

I. El Ejecutivo rendirá cuentas a la Asamblea Legislativa Plurinacional de los motivos que dieron lugar a la
declaración del estado de excepción, así como del uso que haya hecho de las facultades conferidas por
la Constitución y la ley.

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II. Quienes violen los derechos establecidos en esta Constitución serán objeto de proceso penal por
atentado contra los derechos.

III. Los estados de excepción serán regulados por la ley.

Artículo 140.

I. Ni la Asamblea Legislativa Plurinacional, ni ningún otro órgano o institución, ni asociación o reunión


popular de ninguna clase, podrán conceder a órgano o persona alguna facultades extraordinarias
diferentes a las establecidas en esta Constitución.

II. No podrá acumularse el Poder Público, ni otorgarse supremacía por la que los derechos y garantías
reconocidos en esta Constitución queden a merced de órgano o persona alguna.

III. La reforma de la Constitución no podrá iniciarse mientras esté vigente un estado de excepción.

TÍTULO V

NACIONALIDAD Y CIUDADANIA

CAPITULO I

NACIONALIDAD

Artículo 141.

I. La nacionalidad boliviana se adquiere por nacimiento o por naturalización. Son bolivianas y bolivianos
por nacimiento, las personas nacidas en el territorio boliviano, con excepción de las hijas y los hijos de
personal extranjero en misión diplomática; y las personas nacidas en el extranjero, de madre boliviana o
de padre boliviano.

Artículo 142.

I. Podrán adquirir la nacionalidad boliviana por naturalización las extranjeras y los extranjeros en situación
legal, con más de tres años de residencia ininterrumpida en el país bajo supervisión del Estado, que
manifiesten expresamente su voluntad de obtener la nacionalidad boliviana y cumplan con los requisitos
establecidos en la ley.

II. El tiempo de residencia se reducirá a dos años en el caso de extranjeras y extranjeros que se
encuentren en una de las situaciones siguientes:

1. Que tengan cónyuge boliviana o boliviano, hijas bolivianas o hijos bolivianos o padres sustitutos
bolivianos. Las ciudadanas extranjeras o los ciudadanos extranjeros que adquieran la ciudadanía
por matrimonio con ciudadanas bolivianas o ciudadanos bolivianos no la perderán en caso de
viudez o divorcio.

2. Que presten el servicio militar en Bolivia a la edad requerida y de acuerdo con la ley.

3. Que, por su servicio al país, obtengan la nacionalidad boliviana concedida por la Asamblea
Legislativa Plurinacional.

III. El tiempo de residencia para la obtención de la nacionalidad podrá ser modificado cuando existan, a
título de reciprocidad, convenios con otros estados, prioritariamente latinoamericanos.

Artículo 143.

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I. Las bolivianas y los bolivianos que contraigan matrimonio con ciudadanas extranjeras o ciudadanos
extranjeros no perderán su nacionalidad de origen. La nacionalidad boliviana tampoco se perderá por
adquirir una ciudadanía extranjera.

II. Las extranjeras o los extranjeros que adquieran la nacionalidad boliviana no serán obligados a renunciar
a su nacionalidad de origen.

CAPITULO II

CIUDADANÍA

Artículo. 144.

I. Son ciudadanas y ciudadanos todas las bolivianas y todos los bolivianos, y ejercerán su ciudadanía a
partir de los 18 años de edad, cualesquiera sean sus niveles de instrucción, ocupación o renta.

II. La ciudadanía consiste:

1. En concurrir como elector o elegible a la formación y al ejercicio de funciones en los órganos del
poder público, y

2. En el derecho a ejercer funciones públicas sin otro requisito que la idoneidad, salvo las
excepciones establecidas en la Ley

III. Los derechos de ciudadanía se suspenden por las causales y en la forma prevista en el artículo 28 de
esta Constitución.

SEGUNDA PARTE

ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL ESTADO

TÍTULO I

ÓRGANO LEGISLATIVO

CAPÍTULO PRIMERO

COMPOSICIÓN Y ATRIBUCIONES DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA PLURINACIONAL

Artículo 145.

La Asamblea Legislativa Plurinacional está compuesta por dos cámaras, la Cámara de Diputados y la Cámara
de Senadores, y es la única con facultad de aprobar y sancionar leyes que rigen para todo el territorio
boliviano.

Artículo 146.

I. La Cámara de Diputados estará conformada por 130 miembros.

II. En cada Departamento, se eligen la mitad de los Diputados en circunscripciones uninominales. La otra
mitad se elige en circunscripciones plurinominales departamentales, de las listas encabezadas por los
candidatos a Presidente, Vicepresidente y Senadores de la República.

III. Los Diputados son elegidos en votación universal, directa y secreta. En las circunscripciones
uninominales por simple mayoría de sufragios. En las circunscripciones plurinominales mediante el

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sistema de representación que establece la ley.

IV. El número de Diputados debe reflejar la votación proporcional obtenida por cada partido, agrupación
ciudadana o pueblo indígena.

V. La distribución del total de escaños entre los departamentos se determinará por el Órgano Electoral en
base al número de habitantes de cada uno de ellos, de acuerdo al último Censo Nacional, de acuerdo a
la Ley. Por equidad la ley asignará un número de escaños mínimo a los departamentos con menor
población y menor grado de desarrollo económico. Si la distribución de escaños para cualquier
departamento resultare impar, se dará preferencia a la asignación de escaños uninominales.

VI. Las circunscripciones uninominales deben tener continuidad geográfica, afinidad y continuidad territorial,
no trascender los límites de cada departamento y basarse en criterios de población y extensión territorial.
El Órgano Electoral delimitará las circunscripciones uninominales.

VII. Las circunscripciones especiales indígena originario campesinas, se regirán por el principio de densidad
poblacional en cada departamento. No deberán trascender los límites departamentales. Se establecerán
solamente en el área rural, y en aquellos departamentos en los que estos pueblos y naciones indígena
originario campesinos constituyan una minoría poblacional. El Órgano Electoral determinará las
circunscripciones especiales. Estas circunscripciones forman parte del número total de diputados.

Artículo 147.

I. En la elección de asambleístas se garantizará la igual participación de hombres y mujeres.

II. En la elección de asambleístas se garantizará la participación proporcional de las naciones y pueblos


indígena originario campesinos.

III. La ley determinará las circunscripciones especiales indígena originario campesinas, donde no deberán
ser considerados como criterios condicionales la densidad poblacional, ni la continuidad geográfica.

Artículo 148.

I. La Cámara de Senadores estará conformada por un total de 36 miembros.

II. En cada departamento se eligen 4 Senadores en circunscripción departamental, por votación universal,
directa y secreta.

III. La asignación de los escaños de Senadores en cada departamento se hará mediante el sistema
proporcional, de acuerdo a la Ley.

Artículo 149.

Para ser candidata o candidato a la Asamblea Legislativa Plurinacional se requerirá cumplir con las
condiciones generales de acceso al servicio público, contar con dieciocho años de edad cumplidos al momento
de la elección, haber residido de forma permanente al menos los dos años inmediatamente anteriores a la
elección en la circunscripción correspondiente.

Artículo 150.

I. La Asamblea Legislativa Plurinacional contará con asambleístas suplentes que no percibirán


remuneración salvo en los casos en que efectivamente realicen suplencia. La ley determinará la forma
de sustitución de sus integrantes.

II. Los asambleístas no podrán desempeñar ninguna otra función pública, bajo pena de perder su mandato,

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excepto la docencia universitaria.

III. La renuncia al cargo de asambleísta será definitiva, sin que puedan tener lugar licencias ni suplencias
temporales con el propósito de desempeñar otras funciones

Artículo 151.

I. Las asambleístas y los asambleístas gozarán de inviolabilidad personal durante el tiempo de su mandato
y con posterioridad a éste, por las opiniones, comunicaciones, representaciones, requerimientos,
interpelaciones, denuncias, propuestas, expresiones o cualquier acto de legislación, información o
fiscalización que formulen o realicen en el desempeño de sus funciones no podrán ser procesados
penalmente.

II. El domicilio, la residencia o la habitación de las asambleístas y los asambleístas serán inviolables, y no
podrán ser allanados en ninguna circunstancia. Esta previsión se aplicará a los vehículos de su uso
particular u oficial y a las oficinas de uso legislativo.

Artículo 152.

Las asambleístas y los asambleístas no gozarán de inmunidad. Durante su mandato, en los procesos penales,
no se les aplicará la medida cautelar de la detención preventiva, salvo delito flagrante.

Artículo 153.

I. La Vicepresidenta o el Vicepresidente del Estado presidirá la Asamblea Legislativa Plurinacional.

II. Las sesiones ordinarias de la Asamblea Legislativa Plurinacional serán inauguradas el 6 de Agosto de
cada año.

III. Las sesiones ordinarias de la Asamblea Legislativa Plurinacional serán permanentes y contarán con dos
recesos de quince días cada uno, por año.

IV. La Asamblea Legislativa Plurinacional podrá sesionar en un lugar distinto al habitual dentro el territorio
del Estado, por decisión de la Plenaria y a convocatoria de su Presidenta o Presidente.

Artículo 154.

Durante los recesos, funcionará la Comisión de Asamblea, en la forma y con las atribuciones que determine el
Reglamento de la Cámara de Diputados. De manera extraordinaria, por asuntos de urgencia, la Asamblea
podrá ser convocada por su Presidenta o Presidente, o por la Presidenta o el Presidente del Estado. Sólo se
ocupará de los asuntos consignados en la convocatoria.

Artículo 155.

La Asamblea Legislativa Plurinacional inaugurará sus sesiones el 6 de Agosto en la Capital de Bolivia, salvo
convocatoria expresa de su Presidenta o Presidente.

Artículo 156.

El tiempo del mandato de las y los asambleístas es de cinco años pudiendo ser reelectas y reelectos por una
sola vez de manera continua.

Artículo 157.

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El mandato de asambleísta se pierde por fallecimiento, renuncia, revocatoria de mandato, sentencia


condenatoria ejecutoriada en causas penales o abandono injustificado de sus funciones por más de seis días
de trabajo continuos y once discontinuos en el año, calificados de acuerdo con el Reglamento.

Artículo 158.

I. Son atribuciones de la Asamblea Legislativa Plurinacional, además de las que determina esta
Constitución y la ley:

1. Aprobar autónomamente su presupuesto y ejecutarlo; nombrar y remover a su personal


administrativo, y atender todo lo relativo a su economía y régimen interno.

2. Fijar la remuneración de las asambleístas y los asambleístas, que en ningún caso será superior
al de la Vicepresidenta o Vicepresidente del Estado. Se prohíbe percibir cualquier ingreso
adicional por actividad remunerada.

3. Dictar leyes, interpretarlas, derogarlas, abrogarlas y modificarlas.

4. Elegir a seis de los miembros del Órgano Electoral Plurinacional, por dos tercios de votos de sus
miembros presentes.

5. Preseleccionar a las candidatas y a los candidatos para la conformación del Tribunal


Constitucional Plurinacional, Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental y Consejo de
la Magistratura.

6. Aprobar la creación de nuevas unidades territoriales y establecer sus límites, de acuerdo con la
Constitución y con la ley.

7. Aprobar el plan de desarrollo económico y social presentado por el Órgano Ejecutivo.

8. Aprobar leyes en materia de presupuestos, endeudamiento, control y fiscalización de recursos


estatales de crédito público y subvenciones, para la realización de obras públicas y de necesidad
social.

9. Decidir las medidas económicas estatales imprescindibles en caso de necesidad pública.

10. Aprobar la contratación de empréstitos que comprometan las rentas generales del Estado y
autorizar a las universidades la contratación de empréstitos.

11. Aprobar el Presupuesto General del Estado presentado por el Órgano Ejecutivo. Recibido el
proyecto de ley, éste deberá ser considerado en la Asamblea Legislativa Plurinacional dentro del
término de sesenta días. En caso de no ser aprobado en este plazo, el proyecto se dará por
aprobado.

12. Aprobar los contratos de interés público referidos a recursos naturales y áreas estratégicas,
firmados por el Órgano Ejecutivo.

13. Aprobar la enajenación de bienes de dominio público del Estado.

14. Ratificar los tratados internacionales celebrados por el Ejecutivo, en las formas establecidas por
esta Constitución.

15. Establecer el sistema monetario.

16. Establecer el sistema de medidas.

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17. Controlar y fiscalizar los órganos del Estado y las instituciones públicas.

18. Interpelar, a iniciativa de cualquier asambleísta, a las Ministras o los Ministros de Estado,
individual o colectivamente, y acordar la censura por dos tercios de los miembros de la
Asamblea. La interpelación podrá ser promovida por cualquiera de las Cámaras. La censura
implicará la destitución de la Ministra o del Ministro.

19. Realizar investigaciones en el marco de sus atribuciones fiscalizadoras, mediante la comisión o


comisiones elegidas para el efecto, sin perjuicio del control que realicen los órganos
competentes.

20. Controlar y fiscalizar las empresas públicas, las de capital mixto y toda entidad en la que tenga
participación económica el Estado.

21. Autorizar la salida de tropas militares, armamento y material bélico del territorio del Estado, y
determinar el motivo y tiempo de su ausencia.

22. Autorizar excepcionalmente el ingreso y tránsito temporal de fuerzas militares extranjeras,


determinando el motivo y el tiempo de permanencia.

23. A iniciativa del Órgano Ejecutivo, crear o modificar impuestos de competencia del nivel central del
Estado. Sin embargo, la Asamblea Legislativa Plurinacional a pedido de uno de sus miembros,
podrá requerir del Órgano Ejecutivo la presentación de proyectos sobre la materia. Si el Órgano
Ejecutivo, en el término de veinte días no presenta el proyecto solicitado, o la justificación para no
hacerlo, el representante que lo requirió u otro, podrá presentar el suyo para su consideración y
aprobación.

II. La organización y las funciones de la Asamblea Legislativa Plurinacional se regulará por el Reglamento
de la Cámara de Diputados.

Artículo 159.

Son atribuciones de la Cámara de Diputados, además de las que determina esta Constitución y la ley:

1. Elaborar y aprobar su Reglamento.

2. Calificar las credenciales otorgadas por el Órgano Electoral Plurinacional.

3. Elegir a su directiva, determinar su organización interna y su funcionamiento.

4. Aplicar sanciones a las diputadas o a los diputados, de acuerdo con el Reglamento, por decisión de dos
tercios de los miembros presentes.

5. Aprobar su presupuesto y ejecutarlo; nombrar y remover a su personal administrativo y atender todo lo


relativo con su economía y régimen interno.

6. Iniciar la aprobación del Presupuesto General del Estado.

7. Iniciar la aprobación del plan de desarrollo económico y social presentado por el Órgano Ejecutivo.

8. Iniciar la aprobación o modificación de leyes en materia tributaria, de crédito público o de subvenciones.

9. Iniciar la aprobación de la contratación de empréstitos que comprometan las rentas generales del
Estado, y la autorización a las universidades para la contratación de empréstitos.

10. Aprobar en cada legislatura la fuerza militar que ha de mantenerse en tiempo de paz.

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11. Acusar ante la Cámara de Senadores a los miembros del Tribunal Constitucional Plurinacional, del
Tribunal Supremo y del Control Administrativo de Justicia por delitos cometidos en el ejercicio de sus
funciones.

12. Proponer ternas a la Presidenta o al Presidente del Estado para la designación de presidentas o
presidentes de entidades económicas y sociales, y otros cargos en que participe el Estado, por mayoría
absoluta de acuerdo con la Constitución.

13. Preseleccionar a los postulantes al Control Administrativo de Justicia y remitir al Órgano Electoral
Plurinacional la nómina de los precalificados para que éste proceda a la organización, única y exclusiva,
del proceso electoral.

Artículo 160.

Son atribuciones de la Cámara de Senadores, además de las que determina esta Constitución y la ley:

1. Elaborar y aprobar su Reglamento.

2. Calificar las credenciales otorgadas por el Órgano Electoral Plurinacional.

3. Elegir a su directiva, determinar su organización interna y su funcionamiento.

4. Aplicar sanciones a las Senadoras y los Senadores, de acuerdo al Reglamento, por decisión de dos
tercios de los miembros presentes.

5. Aprobar su presupuesto y ejecutarlo; nombrar y remover a su personal administrativo, y atender todo lo


relativo con su economía y régimen interno.

6. Juzgar en única instancia a los miembros del Tribunal Constitucional Plurinacional, del Tribunal
Supremo, del Tribunal Agroambiental y del Control Administrativo de Justicia por delitos cometidos en el
ejercicio de sus funciones, cuya sentencia será aprobada por al menos dos tercios de los miembros
presentes, de acuerdo con la ley.

7. Reconocer honores públicos a quienes lo merezcan por servicios eminentes al Estado.

8. Ratificar los ascensos, a propuesta del Órgano Ejecutivo, a General de Ejército, de Fuerza Aérea, de
División y de Brigada; a Almirante, Vicealmirante, Contralmirante y General de Policía Boliviana.

9. Aprobar o negar el nombramiento de embajadores y Ministros plenipotenciarios propuestos por el


Presidente del Estado.

Artículo 161.

Las Cámaras se reunirán en Asamblea Legislativa Plurinacional para ejercer las siguientes funciones, además
de las señaladas en la Constitución:

1. Inaugurar y clausurar sus sesiones.

2. Recibir el juramento de la Presidenta o del Presidente del Estado, y de la Vicepresidenta o del


Vicepresidente del Estado.

3. Admitir o negar la renuncia de la Presidenta o del Presidente del Estado, y de la Vicepresidenta o del
Vicepresidente del Estado.

4. Considerar las leyes vetadas por el Órgano Ejecutivo.

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5. Considerar los proyectos de ley que, aprobados en la Cámara de origen, no fueran aprobados en la
Cámara revisora.

6. Aprobar los estados de excepción.

7. Autorizar el enjuiciamiento de la Presidenta o del Presidente, o de la Vicepresidenta o del Vicepresidente


del Estado.

8. Designar al Fiscal General del Estado y al Defensor del Pueblo.

CAPÍTULO SEGUNDO

PROCEDIMIENTO LEGISLATIVO

Artículo 162.

I. Tienen la facultad de iniciativa legislativa, para su tratamiento obligatorio en la Asamblea Legislativa


Plurinacional:

1. Las ciudadanas y los ciudadanos.

2. Las asambleístas y los asambleístas en cada una de sus Cámaras.

3. El Órgano Ejecutivo.

4. El Tribunal Supremo, en el caso de iniciativas relacionadas con la administración de justicia.

5. Los gobiernos autónomos de las entidades territoriales.

II. La ley y los reglamentos de cada Cámara desarrollarán los procedimientos y requisitos para ejercer la
facultad de iniciativa legislativa.

Artículo 163.

El procedimiento legislativo se desarrollará de la siguiente manera:

1. El proyecto de ley presentado por asambleístas de una de las Cámaras, iniciará el procedimiento
legislativo en esa Cámara, que la remitirá a la comisión o comisiones que correspondan para su
tratamiento y aprobación inicial.

2. El proyecto de ley presentado por otra iniciativa será enviado a la Cámara de Diputados, que lo remitirá
a la comisión o las comisiones.

3. Las iniciativas legislativas en materia de descentralización, autonomías y ordenamiento territorial serán


de conocimiento de la Cámara de Senadores.

4. Cuando el proyecto haya sido informado por la comisión o las comisiones correspondientes, pasará a
consideración de la plenaria de la Cámara, donde será discutido y aprobado en grande y en detalle.
Cada aprobación requerirá de la mayoría absoluta de los miembros presentes.

5. El proyecto aprobado por la Cámara de origen será remitido a la Cámara revisora para su discusión. Si
la Cámara revisora lo aprueba, será enviado al Órgano Ejecutivo para su promulgación.

6. Si la Cámara revisora enmienda o modifica el proyecto, éste se considerará aprobado si la Cámara de


origen acepta por mayoría absoluta de los miembros presentes las enmiendas o modificaciones. En caso

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de que no las acepte, las dos Cámaras se reunirán a requerimiento de la Cámara de origen dentro de los
veinte días siguientes y deliberarán sobre el proyecto. La decisión será tomada por el Pleno de la
Asamblea Legislativa Plurinacional por mayoría absoluta de sus miembros presentes.

7. En caso de que pasen treinta días sin que la Cámara revisora se pronuncie sobre el proyecto de ley, el
proyecto será considerado en el Pleno de la Asamblea Legislativa Plurinacional.

8. El proyecto aprobado, una vez sancionado, será remitido al Órgano Ejecutivo para su promulgación
como ley.

9. Aquel proyecto que haya sido rechazado podrá ser propuesto nuevamente en la Legislatura siguiente.

10. La ley sancionada por la Asamblea Legislativa Plurinacional y remitida al Órgano Ejecutivo, podrá ser
observada por la Presidenta o el Presidente del Estado en el término de diez días hábiles desde el
momento de su recepción. Las observaciones del Órgano Ejecutivo se dirigirán a la Asamblea. Si ésta
estuviera en receso, la Presidenta o el Presidente del Estado remitirá sus observaciones a la Comisión
de Asamblea.

11. Si la Asamblea Legislativa Plurinacional considera fundadas las observaciones modificará la ley
conforme a éstas y la devolverá al Órgano Ejecutivo para su promulgación. En el caso de que considere
infundadas las observaciones, la ley será promulgada por la Presidenta o el Presidente de la Asamblea.
Las decisiones de la Asamblea se tomarán por mayoría absoluta de sus miembros presentes.

12. La ley que no sea observada dentro del plazo correspondiente será promulgada por la Presidenta o
Presidente del Estado. Las leyes no promulgadas por el Órgano Ejecutivo en los plazos previstos en los
numerales anteriores serán promulgadas por la Presidenta o el Presidente de la Asamblea.

Artículo 164.

I. La ley promulgada será publicada en la Gaceta Oficial de manera inmediata.

II. La ley será de cumplimiento obligatorio desde el día de su publicación, salvo que en ella se establezca
un plazo diferente para su entrada en vigencia.

TÍTULO II

ÓRGANO EJECUTIVO

CAPÍTULO PRIMERO

COMPOSICIÓN Y ATRIBUCIONES DEL ÓRGANO EJECUTIVO

SECCIÓN I

DISPOSICIÓN GENERAL

Artículo 165.

I. El Órgano Ejecutivo está compuesto por la Presidenta o el Presidente del Estado, la Vicepresidenta o el
Vicepresidente del Estado, y las Ministras y los Ministros de Estado.

II. Las determinaciones adoptadas en Consejo de Ministros son de responsabilidad solidaria.

SECCIÓN II

PRESIDENCIA Y VICEPRESIDENCIA DEL ESTADO

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Artículo 166.

I. La Presidenta o el Presidente y la Vicepresidenta o el Vicepresidente del Estado serán elegidas o


elegidos por sufragio universal, obligatorio, directo, libre y secreto. Será proclamada a la Presidencia y a
la Vicepresidencia la candidatura que haya reunido el cincuenta por ciento más uno de los votos válidos;
o que haya obtenido un mínimo del cuarenta por ciento de los votos válidos, con una diferencia de al
menos diez por ciento en relación con la segunda candidatura.

II. En caso de que ninguna de las candidaturas cumpla estas condiciones se realizará una segunda vuelta
electoral entre las dos candidaturas más votadas, en el plazo de sesenta días computables a partir de la
votación anterior. Será proclamada a la Presidencia y a la Vicepresidencia del Estado la candidatura que
haya obtenido la mayoría de los votos.

Artículo 167.

Para acceder a la candidatura a la Presidencia o a la Vicepresidencia del Estado se requiere cumplir con las
condiciones generales de acceso al servicio público, contar con treinta años de edad cumplidos al día de la
elección, y haber residido de forma permanente en el país al menos cinco años inmediatamente anteriores a la
elección.

Artículo 168.

El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del


Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua.

Artículo 169.

I. En caso de impedimento o ausencia definitiva de la Presidenta o del Presidente del Estado, será
reemplazada o reemplazado en el cargo por la Vicepresidenta o el Vicepresidente y, a falta de ésta o
éste, por la Presidenta o el Presidente del Senado, y a falta de ésta o éste por la Presidente o el
Presidente de la Cámara de Diputados. En este último caso, se convocarán nuevas elecciones en el
plazo máximo de noventa días.

II. En caso de ausencia temporal, asumirá la Presidencia del Estado quien ejerza la Vicepresidencia, por
un periodo que no podrá exceder los noventa días.

Artículo 170.

La Presidenta o el Presidente del Estado cesará en su mandato por muerte; por renuncia presentada ante la
Asamblea Legislativa Plurinacional; por ausencia o impedimento definitivo; por sentencia condenatoria
ejecutoriada en materia penal; y por revocatoria del mandato.

Artículo 171.

En caso de revocatoria del mandato, la Presidenta o el Presidente del Estado cesará de inmediato en sus
funciones, debiendo asumir la Presidencia la persona que ejerza la Vicepresidencia, quien convocará de forma
inmediata a elecciones a la Presidencia del Estado a realizarse en el plazo máximo de noventa días.

Artículo 172.

Son atribuciones de la Presidenta o del Presidente del Estado, además de las que establece esta Constitución
y la ley:

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1. Cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes.

2. Mantener y preservar la unidad del Estado boliviano.

3. Proponer y dirigir las políticas de gobierno y de Estado.

4. Dirigir la administración pública y coordinar la acción de los Ministros de Estado.

5. Dirigir la política exterior; suscribir tratados internacionales; nombrar servidores públicos diplomáticos y
consulares de acuerdo a la ley; y admitir a los funcionarios extranjeros en general.

6. Solicitar la convocatoria a sesiones extraordinarias al Presidente o Presidenta de la Asamblea Legislativa


Plurinacional.

7. Promulgar las leyes sancionadas por la Asamblea Legislativa Plurinacional.

8. Dictar decretos supremos y resoluciones.

9. Administrar las rentas estatales y decretar su inversión por intermedio del Ministerio del ramo, de
acuerdo a las leyes y con estricta sujeción al Presupuesto General del Estado.

10. Presentar el plan de desarrollo económico y social a la Asamblea Legislativa Plurinacional.

11. Presentar a la Asamblea Legislativa Plurinacional, dentro de las treinta primeras sesiones, el proyecto de
Ley del Presupuesto General del Estado para la siguiente gestión fiscal y proponer, durante su vigencia,
las modificaciones que estime necesarias. El informe de los gastos públicos conforme al presupuesto se
presentará anualmente.

12. Presentar anualmente a la Asamblea Legislativa Plurinacional, en su primera sesión, el informe escrito
acerca del curso y estado de la Administración Pública durante la gestión anual, acompañado de las
memorias ministeriales.

13. Hacer cumplir las sentencias de los tribunales.

14. Decretar amnistía o indulto, con la aprobación de la Asamblea Legislativa Plurinacional.

15. Nombrar, de entre las ternas propuestas por la Asamblea Legislativa Plurinacional, a la Contralora o al
Contralor General del Estado, a la Presidenta o al Presidente del Banco Central de Bolivia, a la máxima
autoridad del Órgano de Regulación de Bancos y Entidades Financieras, y a las Presidentas o a los
Presidentes de entidades de función económica y social en las cuales interviene el Estado.

16. Preservar la seguridad y la defensa del Estado.

17. Designar y destituir al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y a los Comandantes del Ejército,
de la Fuerza Aérea y de la Armada.

18. Designar y destituir al Comandante General de la Policía Boliviana.

19. Proponer a la Asamblea Legislativa Plurinacional los ascensos a General de Ejército, de Fuerza Aérea,
de División y de Brigada; a Almirante, Vicealmirante y Contralmirante, y a General de la Policía, de
acuerdo a informe de sus servicios y promociones.

20. Crear y habilitar puertos.

21. Designar a sus representantes ante el Órgano Electoral.

22. Designar a las Ministras y a los Ministros de Estado, respetando el carácter plurinacional y la equidad de

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género en la composición del gabinete ministerial.

23. Designar a la Procuradora o al Procurador General del Estado.

24. Presentar proyectos de ley de urgencia económica, para su consideración por la Asamblea Legislativa
Plurinacional, que deberá tratarlos con prioridad.

25. Ejercer el mando de Capitana o Capitán General de las Fuerzas Armadas, y disponer de ellas para la
defensa del Estado, su independencia y la integridad del territorio.

26. Declarar el estado de excepción.

27. Ejercer la autoridad máxima del Servicio Boliviano de Reforma Agraria y otorgar títulos ejecutoriales en
la distribución y redistribución de las tierras.

Artículo 173.

La Presidenta o el Presidente del Estado podrá ausentarse del territorio boliviano por misión oficial, sin
autorización de la Asamblea Legislativa Plurinacional, hasta un máximo de diez días.

Artículo 174.

Son atribuciones de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado, además de las que establece esta
Constitución y la ley:

1. Asumir la Presidencia del Estado, en los casos establecidos en la presente Constitución.

2. Coordinar las relaciones entre el Órgano Ejecutivo, la Asamblea Legislativa Plurinacional y los gobiernos
autónomos.

3. Participar en las sesiones del Consejo de Ministros.

4. Coadyuvar con la Presidenta o el Presidente del Estado en la dirección de la política general del
Gobierno.

5. Participar conjuntamente con la Presidenta o el Presidente del Estado en la formulación de la política


exterior, así como desempeñar misiones diplomáticas.

SECCIÓN III

MINISTERIOS DE ESTADO

Artículo 175.

I. Las Ministras y los Ministros de Estado son servidoras públicas y servidores públicos, y tienen como
atribuciones, además de las determinadas en esta Constitución y la ley:

1. Proponer y coadyuvar en la formulación de las políticas generales del Gobierno.

2. Proponer y dirigir las políticas gubernamentales en su sector.

3. La gestión de la Administración Pública en el ramo correspondiente.

4. Dictar normas administrativas en el ámbito de su competencia.

5. Proponer proyectos de decreto supremo y suscribirlos con la Presidenta o el Presidente del

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Estado.

6. Resolver en última instancia todo asunto administrativo que corresponda al Ministerio.

7. Presentar a la Asamblea Legislativa Plurinacional los informes que les soliciten.

8. Coordinar con los otros Ministerios la planificación y ejecución de las políticas del gobierno.

II. Las Ministras y los Ministros de Estado son responsables de los actos de administración adoptados en
sus respectivas carteras.

Artículo 176.

Para ser designada o designado Ministra o Ministro de Estado se requiere cumplir con las condiciones
generales de acceso al servicio público; tener cumplidos veinticinco años al día del nombramiento; no formar
parte de la Asamblea Legislativa Plurinacional; no ser directivo, accionista ni socio de entidades financieras o
empresas que mantengan relación contractual o que enfrenten intereses opuestos con el Estado; no ser
cónyuge ni pariente consanguíneo o afín dentro del segundo grado de quienes se hallaren en ejercicio de la
Presidencia o la Vicepresidencia del Estado.

Artículo 177.

No podrá ser designada como Ministra o Ministro de Estado la persona que, en forma directa o como
representante legal de persona jurídica, tenga contratos pendientes de su cumplimiento o deudas
ejecutoriadas con el Estado.

TÍTULO III

ÓRGANO JUDICIAL Y TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL

CAPÍTULO PRIMERO

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 178.

I. La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de
independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo
jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana, armonía social y
respeto a los derechos.

II. Constituyen garantías de la independencia judicial:

1. El desempeño de los jueces de acuerdo a la carrera judicial.

2. La autonomía presupuestaria de los órganos judiciales.

Artículo 179.

I. La función judicial es única. La jurisdicción ordinaria se ejerce por el Tribunal Supremo de Justicia, los
tribunales departamentales de justicia, los tribunales de sentencia y los jueces; la jurisdicción
agroambiental por el Tribunal y jueces agroambientales; la jurisdicción indígena originaria campesina se
ejerce por sus propias autoridades; existirán jurisdicciones especializadas reguladas por la ley.

II. La jurisdicción ordinaria y la jurisdicción indígena originario campesina gozarán de igual jerarquía.

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III. La justicia constitucional se ejerce por el Tribunal Constitucional Plurinacional.

IV. El Consejo de la Magistratura es parte del Órgano Judicial.

CAPÍTULO SEGUNDO

JURISDICCIÓN ORDINARIA

Artículo 180.

I. La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de gratuidad, publicidad,


transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia, accesibilidad,
inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de las partes ante el juez.

II. Se garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales.

III. La jurisdicción ordinaria no reconocerá fueros, privilegios ni tribunales de excepción. La jurisdicción


militar juzgará los delitos de naturaleza militar regulados por la ley.

SECCIÓN I

TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

Artículo 181.

El Tribunal Supremo de Justicia es el máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria. Está integrado por
Magistradas y Magistrados. Se organiza internamente en salas especializadas. Su composición y organización
se determinará por la ley.

Artículo 182.

I. Las Magistradas y los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia serán elegidas y elegidos mediante
sufragio universal.

II. La Asamblea Legislativa Plurinacional efectuará por dos tercios de sus miembros presentes la
preselección de las postulantes y los postulantes por cada departamento y remitirá al órgano electoral la
nómina de los precalificados para que éste proceda a la organización, única y exclusiva, del proceso
electoral.

III. Las y los postulantes o persona alguna, no podrán realizar campaña electoral a favor de sus
candidaturas, bajo sanción de inhabilitación. El Órgano Electoral será el único responsable de difundir
los méritos de las candidatas y los candidatos.

IV. Las magistradas y magistrados no podrán pertenecer a organizaciones políticas.

V. Serán elegidas y elegidos las candidatas y los candidatos que obtengan mayoría simple de votos. La
Presidenta o el Presidente del Estado ministrará posesión en sus cargos.

VI. Para optar a la Magistratura del Tribunal Supremo de Justicia será necesario cumplir con los requisitos
generales establecidos para los servidores públicos: haber cumplido treinta años de edad, poseer título
de abogado, haber desempeñado, con honestidad y ética, funciones judiciales, profesión de abogado o
cátedra universitaria durante ocho años y no contar con sanción de destitución del Consejo de la
Magistratura. Para la calificación de méritos se tomará en cuenta el haber ejercido la calidad de
autoridad originaria bajo su sistema de justicia.

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VII. El sistema de prohibiciones e incompatibilidades aplicado a las Magistradas y a los Magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia será el mismo que para los servidores públicos.

Artículo 183.

I. Las Magistradas y los Magistrados, no podrán ser reelegidas ni reelegidos. Su periodo de mandato será
de seis años.

II. Las Magistradas y Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia cesarán en sus funciones por
cumplimiento de mandato, sentencia ejecutoriada emergente de juicio de responsabilidades, renuncia,
fallecimiento y demás causales previstas en la ley.

Artículo 184.

Son atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia, además de las señaladas por la ley:

1. Actuar como tribunal de casación y conocer recursos de nulidad en los casos expresamente señalados
por la ley.

2. Dirimir conflictos de competencias suscitados entre los tribunales departamentales de justicia.

3. Conocer, resolver y solicitar en única instancia los procesos de extradición.

4. Juzgar, como tribunal colegiado en pleno y en única instancia, a la Presidenta o al Presidente del
Estado, o a la Vicepresidenta o al Vicepresidente del Estado, por delitos cometidos en el ejercicio de su
mandato. El juicio se llevará a cabo previa autorización de la Asamblea Legislativa Plurinacional, por
decisión de al menos dos tercios de los miembros presentes, y a requerimiento fundado de la Fiscal o
del Fiscal General del Estado, quien formulará acusación si estima que la investigación proporcionó
fundamento para el enjuiciamiento. El proceso será oral, público, continuo e ininterrumpido. La ley
determinará el procedimiento.

5. Designar, de las ternas presentadas por el Consejo de la Magistratura, a los vocales de los tribunales
departamentales de justicia.

6. Preparar proyectos de leyes judiciales y presentarlos a la Asamblea Legislativa Plurinacional.

7. Conocer y resolver casos de revisión extraordinaria de sentencia.

Artículo 185.

La magistratura del Tribunal Supremo de Justicia será ejercida de manera exclusiva.

CAPÍTULO TERCERO

JURISDICCIÓN AGROAMBIENTAL

Artículo 186.

El Tribunal Agroambiental es el máximo tribunal especializado de la jurisdicción agroambiental. Se rige en


particular por los principios de función social, integralidad, inmediatez, sustentabilidad e interculturalidad.

Artículo 187.

Para ser elegida Magistrada o elegido Magistrado del Tribunal Agroambiental serán necesarios los mismos
requisitos que los miembros del Tribunal Supremo de Justicia, además de contar con especialidad en estas

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materias y haber ejercido con idoneidad, ética y honestidad la judicatura agraria, la profesión libre o la cátedra
universitaria en el área, durante ocho años. En la preselección de las candidatas y los candidatos se
garantizará la composición plural, considerando criterios de plurinacionalidad.

Artículo 188.

I. Las Magistradas y los Magistrados del Tribunal Agroambiental serán elegidas y elegidos mediante
sufragio universal, según el procedimiento, mecanismos y formalidades para los miembros del Tribunal
Supremo de Justicia.

II. El sistema de prohibiciones e incompatibilidades aplicado a las Magistradas y los Magistrados del
Tribunal Agroambiental será el de los servidores públicos.

III. El tiempo de ejercicio, la permanencia y la cesación en el cargo establecidos para las Magistradas y los
Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia serán de aplicación a los miembros del Tribunal
Agroambiental.

Artículo 189.

Son atribuciones del Tribunal Agroambiental, además de las señaladas por la ley:

1. Resolver los recursos de casación y nulidad en las acciones reales agrarias, forestales, ambientales, de
aguas, derechos de uso y aprovechamiento de los recursos naturales renovables, hídricos, forestales y
de la biodiversidad; demandas sobre actos que atenten contra la fauna, la flora, el agua y el medio
ambiente; y demandas sobre prácticas que pongan en peligro el sistema ecológico y la conservación de
especies o animales.

2. Conocer y resolver en única instancia las demandas de nulidad y anulabilidad de títulos ejecutoriales.

3. Conocer y resolver en única instancia los procesos contencioso administrativos que resulten de los
contratos, negociaciones, autorizaciones, otorgación, distribución y redistribución de derechos de
aprovechamiento de los recursos naturales renovables, y de los demás actos y resoluciones
administrativas.

4. Organizar los juzgados agroambientales.

CAPÍTULO CUARTO

JURISDICCIÓN INDÍGENA ORIGINARIA CAMPESINA

Artículo 190.

I. Las naciones y pueblos indígena originario campesinos ejercerán sus funciones jurisdiccionales y de
competencia a través de sus autoridades, y aplicarán sus principios, valores culturales, normas y
procedimientos propios.

II. La jurisdicción indígena originaria campesina respeta el derecho a la vida, el derecho a la defensa y
demás derechos y garantías establecidos en la presente Constitución.

Artículo 191.

I. La jurisdicción indígena originario campesina se fundamenta en un vínculo particular de las personas


que son miembros de la respectiva nación o pueblo indígena originario campesino.

II. La jurisdicción indígena originario campesina se ejerce en los siguientes ámbitos de vigencia personal,

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material y territorial:

1. Están sujetos a esta jurisdicción los miembros de la nación o pueblo indígena originario
campesino, sea que actúen como actores o demandado, denunciantes o querellantes,
denunciados o imputados, recurrentes o recurridos.

2. Esta jurisdicción conoce los asuntos indígena originario campesinos de conformidad a lo


establecido en una Ley de Deslinde Jurisdiccional.

3. Esta jurisdicción se aplica a las relaciones y hechos jurídicos que se realizan o cuyos efectos se
producen dentro de la jurisdicción de un pueblo indígena originario campesino.

Artículo 192.

I. Toda autoridad pública o persona acatará las decisiones de la jurisdicción indígena originaria campesina.

II. Para el cumplimiento de las decisiones de la jurisdicción indígena originario campesina, sus autoridades
podrán solicitar el apoyo de los órganos competentes del Estado.

III. El Estado promoverá y fortalecerá la justicia indígena originaria campesina. La Ley de Deslinde
Jurisdiccional, determinará los mecanismos de coordinación y cooperación entre la jurisdicción indígena
originaria campesina con la jurisdicción ordinaria y la jurisdicción agroambiental y todas las jurisdicciones
constitucionalmente reconocidas.

CAPÍTULO QUINTO

CONSEJO DE LA MAGISTRATURA

Artículo 193.

I. El Consejo de la Magistratura es la instancia responsable del régimen disciplinario de la jurisdicción


ordinaria, agroambiental y de las jurisdicciones especializadas; del control y fiscalización de su manejo
administrativo y financiero; y de la formulación de políticas de su gestión. El Consejo de la Magistratura
se regirá por el principio de participación ciudadana.

II. Su conformación, estructura y funciones estarán determinadas por la ley.

Artículo 194.

I. Los miembros del Consejo de la Magistratura se elegirán mediante sufragio universal de entre las
candidatas y los candidatos propuestos por la Asamblea Legislativa Plurinacional. La organización y
ejecución del proceso electoral estará a cargo del Órgano Electoral Plurinacional.

II. Los miembros del Consejo de la Magistratura de Justicia requerirán, además de las condiciones
generales de acceso al servicio público, haber cumplido treinta años de edad, poseer conocimientos en
el área de sus atribuciones y haber desempeñado sus funciones con ética y honestidad.

III. Los miembros del consejo de la Magistratura de Justicia durarán en sus funciones seis años, y no
podrán ser reelegidas ni reelegidos.

Artículo 195.

Son atribuciones del Consejo de la Magistratura de Justicia, además de las establecidas en la Constitución y
en la ley:

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1. Promover la revocatoria de mandato de las Magistradas y de los Magistrados del Tribunal Supremo de
Justicia y del Tribunal Agroambiental, cuando, en el ejercicio de sus funciones, cometan faltas
gravísimas determinadas por la ley.

2. Ejercer el control disciplinario de las vocales y los vocales, juezas y jueces; y personal auxiliar y
administrativo del Órgano Judicial. El ejercicio de esta facultad comprenderá la posibilidad de cesación
del cargo por faltas disciplinarias gravísimas, expresamente establecidas en la ley.

3. Controlar y fiscalizar la administración económica financiera y todos los bienes del Órgano Judicial.

4. Evaluar el desempeño de funciones de las administradoras y los administradores de justicia, y del


personal auxiliar.

5. Elaborar auditorías jurídicas y de gestión financiera.

6. Realizar estudios técnicos y estadísticos.

7. Preseleccionar a las candidatas y a los candidatos para la conformación de los tribunales


departamentales de justicia que serán designados por el Tribunal Supremo de Justicia.

8. Designar, mediante concurso de méritos y exámenes de competencia, a los jueces de partido y de


instrucción.

9. Designar a su personal administrativo.

CAPÍTULO SEXTO

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL

Artículo 196.

I. El Tribunal Constitucional Plurinacional vela por la supremacía de la Constitución, ejerce el control de


constitucionalidad, y precautela el respeto y la vigencia de los derechos y las garantías constitucionales.

II. En su función interpretativa, el Tribunal Constitucional Plurinacional aplicará como criterio de


interpretación, con preferencia, la voluntad del constituyente, de acuerdo con sus documentos, actas y
resoluciones, así como el tenor literal del texto.

Artículo 197.

I. El Tribunal Constitucional Plurinacional estará integrado por Magistradas y Magistrados elegidos con
criterios de plurinacionalidad, con representación del sistema ordinario y del sistema indígena originario
campesino.

II. Las Magistradas y los Magistrados suplentes del Tribunal Constitucional Plurinacional no recibirán
remuneración, y asumirán funciones exclusivamente en caso de ausencia del titular, o por otros motivos
establecidos en la ley.

III. La composición, organización y funcionamiento del Tribunal Constitucional Plurinacional serán regulados
por la ley.

Artículo 198.

Las Magistradas y los Magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional se elegirán mediante sufragio
universal, según el procedimiento, mecanismo y formalidades de los miembros del Tribunal Supremo de
Justicia.

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Artículo 199.

I. Para optar a la magistratura del Tribunal Constitucional Plurinacional se requerirá, además de los
requisitos generales para el acceso al servicio público, haber cumplido treinta y cinco años y tener
especialización o experiencia acreditada de por lo menos ocho años en las disciplinas de Derecho
Constitucional, Administrativo o Derechos Humanos. Para la calificación de méritos se tomará en cuenta
el haber ejercido la calidad de autoridad originaria bajo su sistema de justicia.

II. Las candidatas y los candidatos al Tribunal Constitucional Plurinacional podrán ser propuestas y
propuestos por organizaciones de la sociedad civil y de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos.

Artículo 200.

El tiempo de ejercicio, la permanencia y la cesación en el cargo establecidos para las Magistradas y los
Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia será de aplicación a los miembros del Tribunal Constitucional
Plurinacional.

Artículo 201.

Las Magistradas y los Magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional se regirán por el mismo sistema de
prohibiciones e incompatibilidades de los servidores públicos.

Artículo 202.

Son atribuciones del Tribunal Constitucional Plurinacional, además de las establecidas en la Constitución y la
ley, conocer y resolver:

1. En única instancia, los asuntos de puro derecho sobre la inconstitucionalidad de leyes, Estatutos
Autonómicos, Cartas Orgánicas, decretos y todo género de ordenanzas y resoluciones no judiciales. Si
la acción es de carácter abstracto, sólo podrán interponerla la Presidenta o Presidente de la República,
Senadoras y Senadores, Diputadas y Diputados, Legisladores, Legisladoras y máximas autoridades
ejecutivas de las entidades territoriales autónomas.

2. Los conflictos de competencias y atribuciones entre órganos del poder público.

3. Los conflictos de competencias entre el gobierno plurinacional, las entidades territoriales autónomas y
descentralizadas, y entre éstas.

4. Los recursos contra tributos, impuestos, tasas, patentes, derechos o contribuciones creados, modificados
o suprimidos en contravención a lo dispuesto en esta Constitución.

5. Los recursos contra resoluciones del Órgano Legislativo, cuando sus resoluciones afecten a uno o más
derechos, cualesquiera sean las personas afectadas.

6. La revisión de las acciones de Libertad, de Amparo Constitucional, de Protección de Privacidad, Popular


y de Cumplimiento. Esta revisión no impedirá la aplicación inmediata y obligatoria de la resolución que
resuelva la acción.

7. Las consultas de la Presidenta o del Presidente de la República, de la Asamblea Legislativa


Plurinacional, del Tribunal Supremo de Justicia o del Tribunal Agroambiental sobre la constitucionalidad
de proyectos de ley. La decisión del Tribunal Constitucional es de cumplimiento obligatorio.

8. Las consultas de las autoridades indígenas originario campesinas sobre la aplicación de sus normas

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jurídicas aplicadas a un caso concreto. La decisión del Tribunal Constitucional es obligatoria.

9. El control previo de constitucionalidad en la ratificación de tratados internacionales.

10. La constitucionalidad del procedimiento de reforma parcial de la Constitución.

11. Los conflictos de competencia entre la jurisdicción indígena originaria campesina y la jurisdicción
ordinaria y agroambiental.

12. Los recursos directos de nulidad.

Artículo 203.

Las decisiones y sentencias del Tribunal Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante y de
cumplimiento obligatorio, y contra ellas no cabe recurso ordinario ulterior alguno.

Artículo 204.

La ley determinará los procedimientos que regirán ante el Tribunal Constitucional Plurinacional.

TÍTULO IV

ÓRGANO ELECTORAL

CAPÍTULO PRIMERO

ÓRGANO ELECTORAL PLURINACIONAL

Artículo 205.

I. El Órgano Electoral Plurinacional está compuesto por:

1. El Tribunal Supremo Electoral.

2. Los Tribunales Electorales Departamentales.

3. Los Juzgados Electorales.

4. Los Jurados de las Mesas de sufragio.

5. Los Notarios Electorales.

II. La jurisdicción, competencias y atribuciones del Órgano Electoral y de sus diferentes niveles se definen,
en esta Constitución y la ley.

Artículo 206.

I. El Tribunal Supremo Electoral es el máximo nivel del Órgano Electoral, tiene jurisdicción nacional.

II. El Tribunal Supremo Electoral está compuesto por siete miembros, quienes durarán en sus funciones
seis años sin posibilidad de reelección, y al menos dos de los cuales serán de origen indígena originario
campesino.

III. La Asamblea Legislativa Plurinacional, por dos tercios de votos de los miembros presentes, elegirá a
seis de los miembros del Órgano Electoral Plurinacional. La Presidenta o el Presidente del Estado

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designará a uno de sus miembros.

IV. La elección de los miembros del Órgano Electoral Plurinacional requerirá de convocatoria pública previa,
y calificación de capacidad y méritos a través de concurso público.

V. Las Asambleas Legislativas Departamentales o Consejos Departamentales seleccionarán por dos tercios
de votos de sus miembros presentes, una terna por cada uno de los vocales de los Tribunales
Departamentales Electorales. De estas ternas la Cámara de Diputados elegirá a los miembros de los
Tribunales Departamentales Electorales, por dos tercios de votos de los miembros presentes,
garantizando que al menos uno de sus miembros sea perteneciente a las naciones y pueblos indígenas
originarios campesinos del Departamento.

Artículo 207.

Para ser designada Vocal del Tribunal Supremo Electoral y Departamental, se requiere cumplir con las
condiciones generales de acceso al servicio público, haber cumplido treinta años de edad al momento de su
designación y tener formación académica.

Artículo 208.

I. El Tribunal Supremo Electoral es el responsable de organizar, administrar y ejecutar los procesos


electorales y proclamar sus resultados.

II. El Tribunal garantizará que el sufragio se ejercite efectivamente, conforme a lo dispuesto en el artículo
26 de esta Constitución.

III. Es función del Tribunal Supremo Electoral organizar y administrar el Registro Civil y el Padrón Electoral.

CAPÍTULO SEGUNDO

REPRESENTACIÓN POLÍTICA

Artículo 209.

Las candidatas y los candidatos a los cargos públicos electos, con excepción de los cargos elegibles del
Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional serán postuladas y postulados a través de las
organizaciones de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, las agrupaciones ciudadanas y los
partidos políticos, en igualdad de condiciones y de acuerdo con la ley.

Artículo 210.

I. La organización y funcionamiento de las organizaciones de las naciones y pueblos indígena originario


campesinos, las agrupaciones ciudadanas y los partidos políticos deberán ser democráticos.

II. La elección interna de las dirigentes y los dirigentes y de las candidatas y los candidatos de las
agrupaciones ciudadanas y de los partidos políticos será regulada y fiscalizada por el Órgano Electoral
Plurinacional, que garantizará la igual participación de hombres y mujeres.

III. Las organizaciones de las naciones y pueblos indígena originario campesinos podrán elegir a sus
candidatas o candidatos de acuerdo con sus normas propias de democracia comunitaria.

Artículo 211.

I. Las naciones y pueblos indígena originario campesinos podrán elegir a sus representantes políticos en
las instancias que corresponda, de acuerdo con sus formas propias de elección.

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II. El Órgano Electoral supervisará que en la elección de autoridades, representantes y candidatas y


candidatos de los pueblos y naciones indígena originario campesinos mediante normas y procedimientos
propios, se de estricto cumplimiento a la normativa de esos pueblos y naciones.

Artículo 212.

Ninguna candidata ni ningún candidato podrán postularse simultáneamente a más de un cargo electivo, ni por
más de una circunscripción electoral al mismo tiempo.

TITULO V

FUNCIONES DE CONTROL, DE DEFENSA DE LA SOCIEDAD Y DE DEFENSA DEL ESTADO

CAPÍTULO PRIMERO

FUNCIÓN DE CONTROL

SECCIÓN I

CONTRALORÍA GENERAL DEL ESTADO

Artículo 213.

I. La Contraloría General del Estado es la institución técnica que ejerce la función de control de la
administración de las entidades públicas y de aquéllas en las que el Estado tenga participación o interés
económico. La Contraloría está facultada para determinar indicios de responsabilidad administrativa,
ejecutiva, civil y penal; tiene autonomía funcional, financiera, administrativa y organizativa.

II. Su organización, funcionamiento y atribuciones, que deben estar fundados en los principios de legalidad,
transparencia, eficacia, eficiencia, economía, equidad, oportunidad y objetividad, se determinarán por la
ley.

Artículo 214.

La Contralora o Contralor General del Estado se designará por dos tercios de votos de los presentes de la
Asamblea Legislativa Plurinacional. La elección requerirá de convocatoria pública previa, y calificación de
capacidad profesional y méritos a través de concurso público.

Artículo 215.

Para ser designada Contralora o ser designado Contralor General del Estado se requiere cumplir con las
condiciones generales de acceso al servicio público; contar con al menos treinta años de edad al momento de
su designación; haber obtenido título profesional en una rama afín al cargo y haber ejercido la profesión por un
mínimo de ocho años; contar con probada integridad personal y ética, determinadas a través de la observación
pública.

Artículo 216.

La Contralora o Contralor General del Estado ejercerá sus funciones por un periodo de seis años, sin
posibilidad de nueva designación.

Artículo 217.

I. La Contraloría General del Estado será responsable de la supervisión y del control externo posterior de

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las entidades públicas y de aquéllas en las que tenga participación o interés económico el Estado. La
supervisión y el control se realizará asimismo sobre la adquisición, manejo y disposición de bienes y
servicios estratégicos para el interés colectivo.

II. La Contraloría General del Estado presentará cada año un informe sobre su labor de fiscalización del
sector público a la Asamblea Legislativa Plurinacional.

CAPÍTULO SEGUNDO

FUNCIÓN DE DEFENSA DE LA SOCIEDAD

SECCIÓN I

DEFENSORÍA DEL PUEBLO

Artículo 218.

I. La Defensoría del Pueblo velará por la vigencia, promoción, difusión y cumplimiento de los derechos
humanos, individuales y colectivos, que se establecen en la Constitución, las leyes y los instrumentos
internacionales. La función de la Defensoría alcanzará a la actividad administrativa de todo el sector
público y a la actividad de las instituciones privadas que presten servicios públicos.

II. Corresponderá asimismo a la Defensoría del Pueblo la promoción de la defensa de los derechos de las
naciones y pueblos indígena originario campesinos, de las comunidades urbanas e interculturales, y de
las bolivianas y los bolivianos en el exterior.

III. La Defensoría del Pueblo es una institución con autonomía funcional, financiera y administrativa, en el
marco de la ley. Sus funciones se regirán bajo los principios de gratuidad, accesibilidad, celeridad y
solidaridad. En el ejercicio de sus funciones no recibe instrucciones de los órganos del Estado.

Artículo 219.

I. La Defensoría del Pueblo estará dirigida por la Defensora o el Defensor del Pueblo, que ejercerá sus
funciones por un periodo de seis años, sin posibilidad de nueva designación.

II. La Defensora o el Defensor del Pueblo no será objeto de persecución, detención, acusación ni
enjuiciamiento por los actos realizados en el ejercicio de sus atribuciones.

Artículo 220.

La Defensora o el Defensor del Pueblo se designará por al menos dos tercios de los presentes de la Asamblea
Legislativa Plurinacional. La designación requerirá de convocatoria pública previa y calificación de capacidad
profesional y méritos a través de concurso público, entre personas reconocidas por su trayectoria en la defensa
de los derechos humanos.

Artículo 221.

Para ser designada Defensora o ser designado Defensor del Pueblo se requerirá cumplir con las condiciones
generales de acceso al servicio público, contar con treinta años de edad cumplidos al momento de su
designación y contar con probada integridad personal y ética, determinada a través de la observación pública.

Artículo 222.

Son atribuciones de la Defensoría del Pueblo, además de las que establecen la Constitución y la ley:

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1. Interponer las acciones de Inconstitucionalidad, de Libertad, de Amparo Constitucional, de Protección de


Privacidad, Popular, de Cumplimiento y el recurso directo de nulidad, sin necesidad de mandato.

2. Presentar proyectos de ley y proponer modificaciones a leyes, decretos y resoluciones no judiciales en


materia de su competencia.

3. Investigar, de oficio o a solicitud de parte, los actos u omisiones que impliquen violación de los derechos,
individuales y colectivos, que se establecen en la Constitución, las leyes y los instrumentos
internacionales, e instar al Ministerio Público al inicio de las acciones legales que correspondan.

4. Solicitar a las autoridades y servidores públicos información respecto a las investigaciones que realice la
Defensoría del Pueblo, sin que puedan oponer reserva alguna.

5. Formular recomendaciones, recordatorios de deberes legales, y sugerencias para la inmediata adopción


de correctivos y medidas a todos los órganos e instituciones del Estado, y emitir censura pública por
actos o comportamientos contrarios a dichas formulaciones.

6. Acceder libremente a los centros de detención e internación, sin que pueda oponerse objeción alguna.

7. Ejercer sus funciones sin interrupción de ninguna naturaleza, aun en caso de declaratoria de estado de
excepción.

8. Asistir con prontitud y sin discriminación a las personas que soliciten sus servicios.

9. Elaborar los reglamentos necesarios para el ejercicio de sus funciones.

Artículo 223.

Las autoridades y los servidores públicos tienen la obligación de proporcionar a la Defensoría del Pueblo la
información que solicite en relación con el ejercicio de sus funciones. En caso de no ser debidamente atendida
en su solicitud, la Defensoría interpondrá las acciones correspondientes contra la autoridad, que podrá ser
procesada y destituida si se demuestra el incumplimiento.

Artículo 224.

Cada año, la Defensora o el Defensor del Pueblo informará a la Asamblea Legislativa Plurinacional y al Control
Social sobre la situación de los derechos humanos en el país y sobre la gestión de su administración. La
Defensora o Defensor del Pueblo podrá ser convocada o convocado en cualquier momento por la Asamblea
Legislativa Plurinacional o el Control Social, para rendir informe respecto al ejercicio de sus funciones.

SECCIÓN II

MINISTERIO PÚBLICO

Artículo 225.

I. El Ministerio Público defenderá la legalidad y los intereses generales de la sociedad, y ejercerá la acción
penal pública. El Ministerio Público tiene autonomía funcional, administrativa y financiera.

II. El Ministerio Público ejercerá sus funciones de acuerdo con los principios de legalidad, oportunidad,
objetividad, responsabilidad, autonomía, unidad y jerarquía.

Artículo 226.

I. La Fiscal o el Fiscal General del Estado es la autoridad jerárquica superior del Ministerio Público y ejerce

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la representación de la institución.

II. El Ministerio Público contará con fiscales departamentales, fiscales de materia y demás fiscales
establecidos por la ley.

Artículo 227.

I. La Fiscal o el Fiscal General del Estado se designará por dos tercios de votos de los miembros
presentes de la Asamblea Legislativa Plurinacional. La designación requerirá de convocatoria pública
previa, y calificación de capacidad profesional y méritos, a través de concurso público.

II. La Fiscal o el Fiscal General del Estado reunirá los requisitos generales de los servidores públicos, así
como los específicos establecidos para la Magistratura del Tribunal Supremo de Justicia.

Artículo 228.

La Fiscal o el Fiscal General del Estado ejercerá sus funciones por seis años, sin posibilidad de nueva
designación.

CAPÍTULO TERCERO

FUNCIÓN DE DEFENSA DEL ESTADO

SECCIÓN I

PROCURADURÍA GENERAL DEL ESTADO

Artículo 229.

La Procuraduría General del Estado es la institución de representación jurídica pública que tiene como
atribución promover, defender y precautelar los intereses del Estado. Su organización y estructura serán
determinadas por la ley.

Artículo 230.

I. La Procuraduría General del Estado está conformada por la Procuradora o el Procurador General, que la
dirigirá, y los demás servidores públicos que determine la ley.

II. La designación de la Procuradora o el Procurador General del Estado corresponderá a la Presidenta o al


Presidente del Estado. La persona designada debe cumplir con los requisitos exigidos para la
Magistratura del Tribunal Supremo de Justicia.

III. La designación podrá ser objetada por decisión de al menos dos tercios de los miembros presentes de
la Asamblea Legislativa Plurinacional, en un plazo no mayor a sesenta días calendario desde su
nombramiento. La objeción tendrá por efecto el cese en las funciones de la persona designada.

Artículo 231.

Son funciones de la Procuraduría General del Estado, además de las determinadas por la Constitución y la ley:

1. Defender judicial y extrajudicialmente los intereses del Estado, asumiendo su representación jurídica e
interviniendo como sujeto procesal de pleno derecho en todas las acciones judiciales y administrativas,
en el marco de la Constitución y la ley.

2. Interponer recursos ordinarios y acciones en defensa de los intereses del Estado.

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3. Evaluar y velar por el ejercicio de las acciones diligentes de las unidades jurídicas de la Administración
Pública en los procesos que se sustancien ante autoridades jurisdiccionales o administrativas. En caso
de acción negligente, debe instar al inicio de las acciones que correspondan.

4. Requerir a las servidoras públicas o a los servidores públicos, y a las personas particulares, la
información que considere necesaria a los fines del ejercicio de sus atribuciones. Esta información no se
le podrá negar por ninguna causa ni motivo; la ley establecerá las sanciones correspondientes.

5. Requerir a la máxima autoridad ejecutiva de las entidades públicas el enjuiciamiento de las servidoras
públicas o los servidores públicos que, por negligencia o corrupción, ocasionen daños al patrimonio del
Estado.

6. Atender las denuncias y los reclamos motivados de ciudadanos y entidades que conforman el Control
Social, en los casos en que se lesionen los intereses del Estado.

7. Instar a la Fiscalía General del Estado al ejercicio de las acciones judiciales a que hubiera lugar por los
delitos cometidos contra el patrimonio público de los cuales tenga conocimiento.

8. Presentar proyectos de ley sobre materias relativas a su competencia.

CAPÍTULO CUARTO

SERVIDORAS PÚBLICAS Y SERVIDORES PÚBLICOS

Artículo 232.

La Administración Pública se rige por los principios de legitimidad, legalidad, imparcialidad, publicidad,
compromiso e interés social, ética, transparencia, igualdad, competencia, eficiencia, calidad, calidez,
honestidad, responsabilidad y resultados.

Artículo 233.

Son servidoras y servidores públicos las personas que desempeñan funciones públicas. Las servidoras y los
servidores públicos forman parte de la carrera administrativa, excepto aquellas personas que desempeñen
cargos electivos, las designadas y los designados, y quienes ejerzan funciones de libre nombramiento.

Artículo 234.

Para acceder al desempeño de funciones públicas se requiere:

1. Contar con la nacionalidad boliviana.

2. Ser mayor de edad.

3. Haber cumplido con los deberes militares.

4. No tener pliego de cargo ejecutoriado, ni sentencia condenatoria ejecutoriada en materia penal,


pendientes de cumplimiento.

5. No estar comprendida ni comprendido en los casos de prohibición y de incompatibilidad establecidos en


la Constitución.

6. Estar inscrita o inscrito en el padrón electoral.

7. Hablar al menos dos idiomas oficiales del país.

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Artículo 235.

Son obligaciones de las servidoras y los servidores públicos:

1. Cumplir la Constitución y las leyes.

2. Cumplir con sus responsabilidades, de acuerdo con los principios de la función pública.

3. Prestar declaración jurada de bienes y rentas antes, durante y después del ejercicio del cargo.

4. Rendir cuentas sobre las responsabilidades económicas, políticas, técnicas y administrativas en el


ejercicio de la función pública.

5. Respetar y proteger los bienes del Estado, y abstenerse de utilizarlos para fines electorales u otros
ajenos a la función pública.

Artículo 236.

Son prohibiciones para el ejercicio de la función pública:

I. Desempeñar simultáneamente más de un cargo público remunerado a tiempo completo.

II. Actuar cuando sus intereses entren en conflicto con los de la entidad donde prestan sus servicios, y
celebrar contratos o realizar negocios con la Administración Pública directa, indirectamente o en
representación de tercera persona.

III. Nombrar en la función pública a personas con las cuales tengan parentesco hasta el cuarto grado de
consanguinidad y segundo de afinidad.

Artículo 237.

I. Son obligaciones para el ejercicio de la función pública:

1. Inventariar y custodiar en oficinas públicas los documentos propios de la función pública, sin que
puedan sustraerlos ni destruirlos. La ley regulará el manejo de los archivos y las condiciones de
destrucción de los documentos públicos.

2. Guardar secreto respecto a las informaciones reservadas, que no podrán ser comunicadas
incluso después de haber cesado en las funciones. El procedimiento de calificación de la
información reservada estará previsto en la ley.

II. La ley determinará las sanciones en caso de violación de estas obligaciones.

Artículo 238.

No podrán acceder a cargos públicos electivos aquellas personas que incurran en las siguientes causales de
inelegibilidad:

1. Quienes ocuparon u ocupen cargos directivos en empresas o corporaciones que tengan contratos o
convenios con el Estado, y no hayan renunciado al menos tres meses antes al día de la elección.

2. Quienes hayan ocupado cargos directivos en empresas extranjeras transnacionales que tengan
contratos o convenios con el Estado, y no hayan renunciado al menos cinco años antes al día de la
elección.

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3. Quienes ocupen cargos electivos, de designación o de libre nombramiento, que no hayan renunciado a
éste, al menos tres meses antes al día de la elección, excepto el Presidente y el Vicepresidente de la
República.

4. Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Boliviana en servicio activo que no hayan
renunciado al menos tres meses antes al día de la elección.

5. Los ministros de cualquier culto religioso que no hayan renunciado al menos tres meses antes al día de
la elección.

Artículo 239.

Es incompatible con el ejercicio de la función pública:

1. La adquisición o arrendamiento de bienes públicos a nombre de la servidora pública o del servidor


público, o de terceras personas.

2. La celebración de contratos administrativos o la obtención de otra clase de ventajas personales del


Estado.

3. El ejercicio profesional como empleadas o empleados, apoderadas o apoderados, asesoras o asesores,


gestoras o gestores de entidades, sociedades o empresas que tengan relación contractual con el
Estado.

Artículo 240.

I. Toda persona que ejerza un cargo electo podrá ser revocada de su mandato, excepto el Órgano
Judicial, de acuerdo con la ley.

II. La revocatoria del mandato podrá solicitarse cuando haya transcurrido al menos la mitad del periodo del
mandato. La revocatoria del mandato no podrá tener lugar durante el último año de la gestión en el
cargo.

III. El referendo revocatorio procederá por iniciativa ciudadana, a solicitud de al menos el quince por ciento
de votantes del padrón electoral de la circunscripción que eligió a la servidora o al servidor público.

IV. La revocatoria del mandato de la servidora o del servidor público procederá de acuerdo a Ley.

V. Producida la revocatoria de mandato el afectado cesará inmediatamente en el cargo, proveyéndose su


suplencia conforme a ley.

VI. La revocatoria procederá una sola vez en cada mandato constitucional del cargo electo.

TÍTULO VI

PARTICIPACIÓN Y CONTROL SOCIAL

Artículo 241.

I. El pueblo soberano, por medio de la sociedad civil organizada, participará en el diseño de las políticas
públicas.

II. La sociedad civil organizada ejercerá el control social a la gestión pública en todos los niveles del
Estado, y a las empresas e instituciones públicas, mixtas y privadas que administren recursos fiscales.

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III. Ejercerá control social a la calidad de los servicios públicos.

IV. La Ley establecerá el marco general para el ejercicio del control social.

V. La sociedad civil se organizará para definir la estructura y composición de la participación y control


social.

VI. Las entidades del Estado generarán espacios de participación y control social por parte de la sociedad.

Artículo 242.

La participación y el control social implica, además de las previsiones establecidas en la Constitución y la ley:

1. Participar en la formulación de las políticas de Estado.

2. Apoyar al Órgano Legislativo en la construcción colectiva de las leyes.

3. Desarrollar el control social en todos los niveles del gobierno y las entidades territoriales autónomas,
autárquicas, descentralizadas y desconcentradas.

4. Generar un manejo transparente de la información y del uso de los recursos en todos los espacios de la
gestión pública. La información solicitada por el control social no podrá denegarse, y será entregada de
manera completa, veraz, adecuada y oportuna.

5. Formular informes que fundamenten la solicitud de la revocatoria de mandato, de acuerdo al


procedimiento establecido en la Constitución y la Ley.

6. Conocer y pronunciarse sobre los informes de gestión de los órganos y funciones del Estado.

7. Coordinar la planificación y control con los órganos y funciones del Estado.

8. Denunciar ante las instituciones correspondientes para la investigación y procesamiento, en los casos
que se considere conveniente.

9. Colaborar en los procedimientos de observación pública para la designación de los cargos que
correspondan.

10. Apoyar al órgano electoral en transparentar las postulaciones de los candidatos para los cargos públicos
que correspondan.

TÍTULO VII

FUERZAS ARMADAS Y POLICÍA BOLIVIANA

CAPÍTULO PRIMERO

FUERZAS ARMADAS

Artículo 243.

Las Fuerzas Armadas del Estado están orgánicamente constituidas por el Comando en Jefe, Ejército, la
Fuerza Aérea y la Armada Boliviana, cuyos efectivos serán fijados por la Asamblea Legislativa Plurinacional a
propuesta del Órgano Ejecutivo.

Artículo 244.

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Las Fuerzas Armadas tienen por misión fundamental defender y conservar la independencia, seguridad y
estabilidad del Estado, su honor y la soberanía del país; asegurar el imperio de la Constitución, garantizar la
estabilidad del Gobierno legalmente constituido, y participar en el desarrollo integral del país.

Artículo 245.

La organización de las Fuerzas Armadas descansa en su jerarquía y disciplina. Es esencialmente obediente,


no delibera y está sujeta a las leyes y a los reglamentos militares. Como organismo institucional no realiza
acción política; individualmente, sus miembros gozan y ejercen los derechos de ciudadanía en las condiciones
establecidas por la ley.

Artículo 246.

I. Las Fuerzas Armadas dependen de la Presidenta o del Presidente del Estado y reciben sus órdenes, en
lo administrativo, por intermedio de la Ministra o del Ministro de Defensa y en lo técnico, del
Comandante en Jefe.

II. En caso de guerra, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas dirigirá las operaciones.

Artículo 247.

I. Ninguna extranjera ni ningún extranjero ejercerá mando ni empleo o cargo administrativo en las Fuerzas
Armadas sin previa autorización del Capitán General.

II. Para desempeñar los cargos de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Jefe del Estado Mayor
General, Comandantes y Jefes de Estado Mayor del Ejército, Fuerza Aérea, Armada Boliviana y de
grandes unidades, será indispensable ser boliviana o boliviano por nacimiento y reunir los requisitos que
señale la ley. Iguales condiciones serán necesarias para ser Viceministra o Viceministro del Ministerio de
Defensa.

Artículo 248.

El Consejo Supremo de Defensa del Estado Plurinacional, cuya composición, organización y atribuciones
determinará la ley, estará presidido por el Capitán General de las Fuerzas Armadas.

Artículo 249.

Todo boliviano estará obligado a prestar servicio militar, de acuerdo con la ley.

Artículo 250.

Los ascensos en las Fuerzas Armadas serán otorgados conforme con la ley respectiva.

CAPÍTULO SEGUNDO

POLICÍA BOLIVIANA

Artículo 251.

I. La Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene la misión específica de la defensa de la sociedad y la
conservación del orden público, y el cumplimiento de las leyes en todo el territorio boliviano. Ejercerá la
función policial de manera integral, indivisible y bajo mando único, en conformidad con la Ley Orgánica
de la Policía Boliviana y las demás leyes del Estado.

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II. Como institución, no delibera ni participa en acción política partidaria, pero individualmente sus
miembros gozan y ejercen sus derechos ciudadanos, de acuerdo con la ley.

Artículo 252.

Las Fuerzas de la Policía Boliviana dependen de la Presidenta o del Presidente del Estado por intermedio de
la Ministra o Ministro de Gobierno.

Artículo 253.

Para ser designado Comandante General de la Policía Boliviana será indispensable ser boliviana o boliviano
por nacimiento, General de la institución, y reunir los requisitos que señala la ley.

Artículo 254.

En caso de guerra internacional, las fuerzas de la Policía Boliviana pasarán a depender del Comando en Jefe
de las Fuerzas Armadas por el tiempo que dure el conflicto.

TÍTULO VIII

RELACIONES INTERNACIONALES, FRONTERAS, INTEGRACIÓN Y REIVINDICACIÓN


MARÍTIMA

CAPÍTULO PRIMERO

RELACIONES INTERNACIONALES

Artículo 255.

I. Las relaciones internacionales y la negociación, suscripción y ratificación de los tratados internacionales


responden a los fines del Estado en función de la soberanía y de los intereses del pueblo.

II. La negociación, suscripción y ratificación de tratados internacionales se regirá por los principios de:

1. Independencia e igualdad entre los estados, no intervención en asuntos internos y solución


pacífica de los conflictos.

2. Rechazo y condena a toda forma de dictadura, colonialismo, neocolonialismo e imperialismo.

3. Defensa y promoción de los derechos humanos, económicos, sociales, culturales y ambientales,


con repudio a toda forma de racismo y discriminación.

4. Respeto a los derechos de los pueblos indígenas originarios campesinos.

5. Cooperación y solidaridad entre los estados y los pueblos.

6. Preservación del patrimonio, capacidad de gestión y regulación del Estado.

7. Armonía con la naturaleza, defensa de la biodiversidad, y prohibición de formas de apropiación


privada para el uso y explotación exclusiva de plantas, animales, microorganismos y cualquier
materia viva.

8. Seguridad y soberanía alimentaria para toda la población; prohibición de importación, producción


y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la
salud y el medio ambiente.

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9. Acceso de toda la población a los servicios básicos para su bienestar y desarrollo.

10. Preservación del derecho de la población al acceso a todos los medicamentos, principalmente los
genéricos.

11. Protección y preferencias para la producción boliviana, y fomento a las exportaciones con valor
agregado.

Artículo 256.

I. Los tratados e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que hayan sido firmados,
ratificados o a los que se hubiera adherido el Estado, que declaren derechos más favorables a los
contenidos en la Constitución, se aplicarán de manera preferente sobre ésta.

II. Los derechos reconocidos en la Constitución serán interpretados de acuerdo a los tratados
internacionales de derechos humanos cuando éstos prevean normas más favorables.

Artículo 257.

I. Los tratados internacionales ratificados forman parte del ordenamiento jurídico interno con rango de ley.

II. Requerirán de aprobación mediante referendo popular vinculante previo a la ratificación los tratados
internacionales que impliquen:

1. Cuestiones limítrofes.

2. Integración monetaria.

3. Integración económica estructural.

4. Cesión de competencias institucionales a organismos internacionales o supranacionales, en el


marco de procesos de integración.

Artículo 258.

Los procedimientos de celebración de tratados internacionales se regularán por la ley.

Artículo 259.

I. Cualquier tratado internacional requerirá de aprobación mediante referendo popular cuando así lo solicite
el cinco por ciento de los ciudadanos registrados en el padrón electoral, o el treinta y cinco por ciento de
los representantes de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Estas iniciativas podrán utilizarse también
para solicitar al Órgano Ejecutivo la suscripción de un tratado.

II. El anuncio de convocatoria a referendo suspenderá, de acuerdo a los plazos establecidos por la ley, el
proceso de ratificación del tratado internacional hasta la obtención del resultado.

Artículo 260.

I. La denuncia de los tratados internacionales seguirá los procedimientos establecidos en el propio tratado
internacional, las normas generales del Derecho internacional, y los procedimientos establecidos en la
Constitución y la ley para su ratificación.

II. La denuncia de los tratados ratificados deberá ser aprobada por la Asamblea Legislativa Plurinacional

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antes de ser ejecutada por la Presidenta o Presidente del Estado.

III. Los tratados aprobados por referendo deberán ser sometidos a un nuevo referendo antes de su
denuncia por la Presidenta o Presidente del Estado.

CAPÍTULO SEGUNDO

FRONTERAS DEL ESTADO

Artículo 261.

La integridad territorial, la preservación y el desarrollo de zonas fronterizas constituyen un deber del Estado.

Artículo 262.

I. Constituye zona de seguridad fronteriza los cincuenta kilómetros a partir de la línea de frontera. Ninguna
persona extranjera, individualmente o en sociedad, podrá adquirir propiedad en este espacio, directa o
indirectamente, ni poseer por ningún título aguas, suelo ni subsuelo; excepto en el caso de necesidad
estatal declarada por ley expresa aprobada por dos tercios de la Asamblea Legislativa Plurinacional. La
propiedad o la posesión afectadas en caso de incumplimiento de esta prohibición pasarán a beneficio
del Estado, sin ninguna indemnización.

II. La zona de seguridad fronteriza estará sujeta a un régimen jurídico, económico, administrativo y de
seguridad especial, orientado a promover y priorizar su desarrollo, y a garantizar la integridad del
Estado.

Artículo 263.

Es deber fundamental de las Fuerzas Armadas la defensa, seguridad y control de las zonas de seguridad
fronteriza. Las Fuerzas Armadas participarán en las políticas de desarrollo integral y sostenible de estas
zonas, y garantizarán su presencia física permanente en ellas.

Artículo 264.

I. El Estado establecerá una política permanente de desarrollo armónico, integral, sostenible y estratégico
de las fronteras, con la finalidad de mejorar las condiciones de vida de su población, y en especial de las
naciones y pueblos indígena originario campesinos fronterizos.

II. Es deber del Estado ejecutar políticas de preservación y control de los recursos naturales en las áreas
fronterizas.

III. La regulación del régimen de fronteras será establecida por la ley.

CAPÍTULO TERCERO

INTEGRACIÓN

Artículo 265.

I. El Estado promoverá, sobre los principios de una relación justa, equitativa y con reconocimiento de las
asimetrías, las relaciones de integración social, política, cultural y económica con los demás estados,
naciones y pueblos del mundo y, en particular, promoverá la integración latinoamericana.

II. El Estado fortalecerá la integración de sus naciones y pueblos indígena originario campesinos con los
pueblos indígenas del mundo.

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Artículo 266.

Las representantes y los representantes de Bolivia ante organismos parlamentarios supraestatales emergentes
de los procesos de integración se elegirán mediante sufragio universal.

CAPÍTULO CUARTO

REIVINDICACIÓN MARÍTIMA

Artículo 267.

I. El Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso
al océano Pacífico y su espacio marítimo.

II. La solución efectiva al diferendo marítimo a través de medios pacíficos y el ejercicio pleno de la
soberanía sobre dicho territorio constituyen objetivos permanentes e irrenunciables del Estado boliviano.

Artículo 268.

El desarrollo de los intereses marítimos, fluviales y lacustres, y de la marina mercante será prioridad del
Estado, y su administración y protección será ejercida por la Armada Boliviana, de acuerdo con la ley.

TERCERA PARTE

ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DEL ESTADO

TÍTULO I

ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DEL ESTADO

CAPITULO PRIMERO

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 269.

I. Bolivia se organiza territorialmente en departamentos, provincias, municipios y territorios indígena


originario campesinos.

II. La creación, modificación y delimitación de las unidades territoriales se hará por voluntad democrática de
sus habitantes, de acuerdo a las condiciones establecidas en la Constitución y la ley.

III. Las regiones formarán parte de la organización territorial, en los términos y las condiciones que
determinen la ley.

Artículo 270.

Los principios que rigen la organización territorial y las entidades territoriales descentralizadas y autónomas
son: la unidad, voluntariedad, solidaridad, equidad, bien común, autogobierno, igualdad, complementariedad,
reciprocidad, equidad de género, subsidiariedad, gradualidad, coordinación y lealtad institucional,
transparencia, participación y control social, provisión de recursos económicos y preexistencia de las naciones
y pueblos indígena originario campesinos, en los términos establecidos en esta Constitución.

Artículo 271.

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I. La Ley Marco de Autonomías y Descentralización regulará el procedimiento para la elaboración de


Estatutos autonómicos y Cartas Orgánicas, la transferencia y delegación competencial, el régimen
económico financiero, y la coordinación entre el nivel central y las entidades territoriales descentralizadas
y autónomas.

II. La Ley Marco de Autonomías y Descentralización será aprobada por dos tercios de votos de los
miembros presentes de la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Artículo 272.

La autonomía implica la elección directa de sus autoridades por las ciudadanas y los ciudadanos, la
administración de sus recursos económicos, y el ejercicio de las facultades legislativa, reglamentaria,
fiscalizadora y ejecutiva, por sus órganos del gobierno autónomo en el ámbito de su jurisdicción y
competencias y atribuciones.

Artículo 273.

La ley regulará la conformación de mancomunidades entre municipios, regiones y territorios indígena originario
campesinos para el logro de sus objetivos.

Artículo 274.

En los departamentos descentralizados se efectuará la elección de prefectos y consejeros departamentales


mediante sufragio universal. Estos departamentos podrán acceder a la autonomía departamental mediante
referendo.

Artículo 275.

Cada órgano deliberativo de las entidades territoriales elaborará de manera participativa el proyecto de
Estatuto o Carta Orgánica que deberá ser aprobado por dos tercios del total de sus miembros, y previo control
de constitucionalidad, entrará en vigencia como norma institucional básica de la entidad territorial mediante
referendo aprobatorio en su jurisdicción.

Artículo 276.

Las entidades territoriales autónomas no estarán subordinadas entre ellas y tendrán igual rango constitucional.

CAPÍTULO SEGUNDO

AUTONOMÍA DEPARTAMENTAL

Artículo 277.

El gobierno autónomo departamental está constituido por una Asamblea Departamental, con facultad
deliberativa, fiscalizadora y legislativa departamental en el ámbito de sus competencias y por un órgano
ejecutivo.

Artículo 278.

I. La Asamblea Departamental estará compuesta por asambleístas departamentales, elegidas y elegidos


por votación universal, directa, libre, secreta y obligatoria; y por asambleístas departamentales elegidos
por las naciones y pueblos indígena originario campesinos, de acuerdo a sus propias normas y
procedimientos.

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II. La Ley determinará los criterios generales para la elección de asambleístas departamentales, tomando
en cuenta representación poblacional, territorial, de identidad cultural y lingüística cuando son minorías
indígena originario campesinas, y paridad y alternancia de género. Los Estatutos Autonómicos definirán
su aplicación de acuerdo a la realidad y condiciones específicas de su jurisdicción.

Artículo 279.

El órgano ejecutivo departamental está dirigido por la Gobernadora o el Gobernador, en condición de máxima
autoridad ejecutiva.

CAPÍTULO TERCERO

AUTONOMÍA REGIONAL

Artículo 280.

I. La región, conformada por varios municipios o provincias con continuidad geográfica y sin trascender
límites departamentales, que compartan cultura, lenguas, historia, economía y ecosistemas en cada
departamento, se constituirá como un espacio de planificación y gestión.

Excepcionalmente una región podrá estar conformada únicamente por una provincia, que por sí sola
tenga las características definidas para la región. En las conurbaciones mayores a 500.000 habitantes,
podrán conformarse regiones metropolitanas.

II. La Ley Marco de Autonomías y Descentralización establecerá los términos y procedimientos para la
conformación ordenada y planificada de las regiones.

Donde se conformen regiones no se podrá elegir autoridades provinciales.

III. La región podrá constituirse en autonomía regional, a iniciativa de los municipios que la integran, vía
referendo en sus jurisdicciones. Sus competencias deben ser conferidas por dos tercios de votos del
total de los miembros del órgano deliberativo departamental.

Artículo 281.

El gobierno de cada autonomía regional estará constituido por una Asamblea Regional con facultad
deliberativa, normativo-administrativa y fiscalizadora, en el ámbito de sus competencias, y un órgano ejecutivo.

Artículo 282.

I. Las y los miembros de la Asamblea Regional serán elegidas y elegidos en cada municipio junto con las
listas de candidatos a concejales municipales, de acuerdo a criterios poblacionales y territoriales.

II. La región elaborará de manera participativa su Estatuto, de acuerdo a los procedimientos establecidos
para las autonomías regionales.

CAPÍTULO CUARTO

AUTONOMÍA MUNICIPAL

Artículo 283.

El gobierno autónomo municipal está constituido por un Concejo Municipal con facultad deliberativa,
fiscalizadora y legislativa municipal en el ámbito de sus competencias; y un órgano ejecutivo, presidido por la

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Alcaldesa o el Alcalde.

Artículo 284.

I. El Concejo Municipal estará compuesto por concejalas y concejales elegidas y elegidos mediante
sufragio universal.

II. En los municipios donde existan naciones o pueblos indígena originario campesinos, que no constituyan
una autonomía indígena originaria campesina, éstos podrán elegir sus representantes ante el Concejo
Municipal de forma directa mediante normas y procedimientos propios y de acuerdo a la Carta Orgánica
Municipal.

III. La Ley determinará los criterios generales para la elección y cálculo del número de concejalas y
concejales municipales. La Carta Orgánica Municipal definirá su aplicación de acuerdo a la realidad y
condiciones específicas de su jurisdicción.

IV. El Concejo Municipal podrá elaborar el proyecto de Carta Orgánica, que será aprobado según lo
dispuesto por esta Constitución.

CAPÍTULO QUINTO

ÓRGANOS EJECUTIVOS DE LOS GOBIERNOS AUTÓNOMOS

Artículo 285.

I. Para ser candidata o candidato a un cargo electivo de los órganos ejecutivos de los gobiernos
autónomos se requerirá cumplir con las condiciones generales de acceso al servicio público, y:

1. Haber residido de forma permanente al menos los dos años inmediatamente anteriores a la
elección en el departamento, región o municipio correspondiente.

2. En el caso de la elección de la Alcaldesa o del Alcalde y de la autoridad regional haber cumplido


veintiún años.

3. En el caso de la elección de Prefecta o Prefecto y Gobernador o Gobernadora haber cumplido


veinticinco años.

II. El periodo de mandato de las máximas autoridades ejecutivas de los gobiernos autónomos es de cinco
años, y podrán ser reelectas o reelectos de manera continua por una sola vez.

Artículo 286.

I. La suplencia temporal de la máxima autoridad ejecutiva de un gobierno autónomo corresponderá a un


miembro del Concejo o Asamblea de acuerdo al Estatuto Autonómico o Carta Orgánica según
corresponda.

II. En caso de renuncia o muerte, inhabilidad permanente o revocatoria de la máxima autoridad ejecutiva
de un gobierno autónomo, se procederá a una nueva elección, siempre y cuando no hubiere transcurrido
la mitad de su mandato. En caso contrario, la sustituta o sustituto será una autoridad ya electa definida
de acuerdo al Estatuto Autonómico o Carta Orgánica según corresponda.

CAPÍTULO SEXTO

ÓRGANOS LEGISLATIVOS, DELIBERATIVOS Y FISCALIZADORES DE LOS GOBIERNOS


AUTÓNOMOS

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Artículo 287.

I. Las candidatas y los candidatos a los concejos y a las asambleas de los gobiernos autónomos deberán
cumplir con las condiciones generales de acceso al servicio público, y:

1. Haber residido de forma permanente al menos los dos años inmediatamente anteriores a la
elección en la jurisdicción correspondiente.

2. Tener 18 años cumplidos al día de la elección.

II. La elección de las Asambleas y Concejos de los gobiernos autónomos tendrá lugar en listas separadas
de los ejecutivos.

Artículo 288.

El período de mandato de los integrantes de los Concejos y Asambleas de los gobiernos autónomos será de
cinco años, y podrán ser reelectas o reelectos de manera continua por una sola vez.

CAPÍTULO SÉPTIMO

AUTONOMÍA INDÍGENA ORIGINARIA CAMPESINA

Artículo 289.

La autonomía indígena originaria campesina consiste en el autogobierno como ejercicio de la libre


determinación de las naciones y los pueblos indígena originario campesinos, cuya población comparte
territorio, cultura, historia, lenguas, y organización o instituciones jurídicas, políticas, sociales y económicas
propias.

Artículo 290.

I. La conformación de la autonomía indígena originario campesina se basa en los territorios ancestrales,


actualmente habitados por esos pueblos y naciones, y en la voluntad de su población, expresada en
consulta, de acuerdo a la Constitución y la ley.

II. El autogobierno de las autonomías indígenas originario campesinas se ejercerá de acuerdo a sus
normas, instituciones, autoridades y procedimientos, conforme a sus atribuciones y competencias, en
armonía con la Constitución y la ley.

Artículo 291.

I. Son autonomías indígena originario campesinas los territorios indígena originario campesinos, y los
municipios, y regiones que adoptan tal cualidad de acuerdo a lo establecido en esta Constitución y la ley.

II. Dos o más pueblos indígenas originarios campesinos podrán conformar una sola autonomía indígena
originaria campesina.

Artículo 292.

Cada autonomía indígena originario campesina elaborará su Estatuto, de acuerdo a sus normas y
procedimientos propios, según la Constitución y la Ley.

Artículo 293.

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I. La autonomía indígena basada en territorios indígenas consolidados y aquellos en proceso, una vez
consolidados, se constituirá por la voluntad expresada de su población en consulta en conformidad a sus
normas y procedimientos propios como único requisito exigible.

II. Si la conformación de una autonomía indígena originario campesina afectase límites de distritos
municipales, el pueblo o nación indígena originario campesino y el gobierno municipal deberán acordar
una nueva delimitación distrital. Si afectase límites municipales, deberá seguirse un procedimiento ante
la Asamblea Legislativa Plurinacional para su aprobación, previo cumplimiento de los requisitos y
condiciones particulares que señale la Ley.

III. La Ley establecerá requisitos mínimos de población y otros diferenciados para la constitución de
autonomía indígena originario campesina.

IV. Para constituir una autonomía indígena originario campesina cuyos territorios se encuentren en uno o
más municipios, la ley señalará los mecanismos de articulación, coordinación y cooperación para el
ejercicio de su gobierno.

Artículo 294.

I. La decisión de constituir una autonomía indígena originario campesina se adoptará de acuerdo a las
normas y procedimientos de consulta, conforme a los requisitos y condiciones establecidos por la
Constitución y la ley.

II. La decisión de convertir un municipio en autonomía indígena originario campesina se adoptará mediante
referendo conforme a los requisitos y condiciones establecidos por ley.

III. En los municipios donde existan comunidades campesinas con estructuras organizativas propias que las
articulen y con continuidad geográfica, podrá conformarse un nuevo municipio, siguiendo el
procedimiento ante la Asamblea Legislativa Plurinacional para su aprobación, previo cumplimiento de
requisitos y condiciones conforme a la Constitución y la ley.

Artículo 295.

I. Para conformar una región indígena originario campesina que afecte límites municipales deberá
previamente seguirse un procedimiento ante la Asamblea Legislativa Plurinacional cumpliendo los
requisitos y condiciones particulares señalados por Ley.

II. La agregación de municipios, distritos municipales y/o autonomías indígena originario campesinas para
conformar una región indígena originario campesina, se decidirá mediante referendo y/o de acuerdo a
sus normas y procedimientos de consulta según corresponda y conforme a los requisitos y condiciones
establecidos por la Constitución y la Ley.

Artículo 296.

El gobierno de las autonomías indígena originario campesinas se ejercerá a través de sus propias normas y
formas de organización, con la denominación que corresponda a cada pueblo, nación o comunidad,
establecidas en sus estatutos y en sujeción a la Constitución y a la Ley.

CAPÍTULO OCTAVO

DISTRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS

Artículo 297.

I. Las competencias definidas en esta Constitución son:

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1. Privativas, aquellas cuya legislación, reglamentación y ejecución no se transfiere ni delega, y


están reservadas para el nivel central del Estado.

2. Exclusivas, aquellas en las que un nivel de gobierno tiene sobre una determinada materia las
facultades legislativa, reglamentaria y ejecutiva, pudiendo transferir y delegar estas dos últimas.

3. Concurrentes, aquellas en las que la legislación corresponde al nivel central del Estado y los
otros niveles ejercen simultáneamente las facultades reglamentaria y ejecutiva.

4. Compartidas, aquellas sujetas a una legislación básica de la Asamblea Legislativa Plurinacional


cuya legislación de desarrollo corresponde a las entidades territoriales autónomas, de acuerdo a
su característica y naturaleza. La reglamentación y ejecución corresponderá a las entidades
territoriales autónomas.

II. Toda competencia que no esté incluida en esta Constitución será atribuida al nivel central del Estado,
que podrá transferirla o delegarla por Ley.

Artículo 298.

I. Son competencias privativas del nivel central del Estado:

1. Sistema financiero.

2. Política monetaria, Banco Central, sistema monetario, y la política cambiaria.

3. Sistema de pesas y medidas, así como la determinación de la hora oficial.

4. Régimen aduanero.

5. Comercio Exterior.

6. Seguridad del Estado, Defensa, Fuerzas Armadas y Policía boliviana.

7. Armas de fuego y explosivos.

8. Política exterior.

9. Nacionalidad, ciudadanía, extranjería, derecho de asilo y refugio.

10. Control de fronteras en relación a la seguridad del Estado.

11. Regulación y políticas migratorias.

12. Creación, control y administración de las empresas públicas estratégicas del nivel central del
Estado.

13. Administración del patrimonio del Estado Plurinacional y de las entidades públicas del nivel
central del Estado.

14. Control del espacio y tránsito aéreo, en todo el territorio nacional. Construcción, mantenimiento y
administración de aeropuertos internacionales y de tráfico interdepartamental.

15. Registro Civil.

16. Censos oficiales.

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17. Política general sobre tierras y territorio, y su titulación.

18. Hidrocarburos.

19. Creación de impuestos nacionales, tasas y contribuciones especiales de dominio tributario del
nivel central del Estado.

20. Política general de Biodiversidad y Medio Ambiente.

21. Codificación sustantiva y adjetiva en materia civil, familiar, penal, tributaria, laboral, comercial,
minería y electoral.

22. Política económica y planificación nacional.

II. Son competencias exclusivas del nivel central del Estado:

1. Régimen electoral nacional para la elección de autoridades nacionales y subnacionales, y


consultas nacionales.

2. Régimen general de las comunicaciones y las telecomunicaciones.

3. Servicio postal.

4. Recursos naturales estratégicos, que comprenden minerales, espectro electromagnético, recursos


genéticos y biogenéticos y las fuentes de agua.

5. Régimen general de recursos hídricos y sus servicios.

6. Régimen general de biodiversidad y medio ambiente.

7. Política Forestal y régimen general de suelos, recursos forestales y bosques.

8. Política de generación, producción, control, transmisión y distribución de energía en el sistema


interconectado.

9. Planificación, diseño, construcción, conservación y administración de carreteras de la Red


Fundamental.

10. Construcción, mantenimiento y administración de líneas férreas y ferrocarriles de la Red


Fundamental.

11. Obras públicas de infraestructura de interés del nivel central del Estado.

12. Elaboración y aprobación de planos y mapas cartográficos oficiales; geodesia.

13. Elaboración y aprobación de estadísticas oficiales.

14. Otorgación de personalidad jurídica a organizaciones sociales que desarrollen Actividades en


más de un Departamento.

15. Otorgación y registro de personalidad jurídica a Organizaciones No Gubernamentales,


Fundaciones y entidades civiles sin fines de lucro que desarrollen actividades en más de un
Departamento.

16. Régimen de Seguridad Social.

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17. Políticas del sistema de educación y salud.

18. Sistema de Derechos Reales en obligatoria coordinación con el registro técnico municipal.

19. Áreas protegidas bajo responsabilidad del nivel central del Estado.

20. Reservas fiscales respecto a recursos naturales.

21. Sanidad e inocuidad agropecuaria.

22. Control de la administración agraria y catastro rural.

23. Política fiscal.

24. Administración de Justicia.

25. Promoción de la cultura y conservación del patrimonio cultural, histórico, artístico, monumental,
arquitectónico, arqueológico, paleontológico, científico, tangible e intangible de interés del nivel
central del Estado.

26. Expropiación de inmuebles por razones de utilidad y necesidad pública, conforme al


procedimiento establecido por Ley.

27. Centros de información y documentación, archivos, bibliotecas, museos, hemerotecas y otros de


interés del nivel central del Estado.

28. Empresas públicas del nivel central del Estado.

29. Asentamientos humanos rurales.

30. Políticas de servicios básicos.

31. Políticas y régimen laborales.

32. Transporte, terrestre, aéreo, fluvial y otros cuando alcance a mas de un departamento.

33. Políticas de planificación territorial y ordenamiento territorial.

34. Deuda pública interna y externa.

35. Políticas generales de desarrollo productivo.

36. Políticas generales de vivienda.

37. Políticas generales de turismo.

38. Régimen de la tierra. La ley determinará las facultades a ser transferidas o delegadas a las
autonomías.

Artículo 299.

I. Las siguientes competencias se ejercerán de forma compartida entre el nivel central del Estado y las
entidades territoriales autónomas:

1. Régimen electoral departamental y municipal.

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2. Servicios de telefonía fija, móvil y telecomunicaciones.

3. Electrificación urbana.

4. Juegos de lotería y de azar.

5. Relaciones internacionales en el marco de la política exterior del Estado.

6. Establecimiento de Instancias de Conciliación ciudadana para resolución de conflictos entre


vecinos sobre asuntos de carácter municipal.

7. Regulación para la creación y/o modificación de impuestos de dominio exclusivo de los gobiernos
autónomos.

II. Las siguientes competencias se ejercerán de forma concurrente por el nivel central del Estado y las
entidades territoriales autónomas:

1. Preservar, conservar y contribuir a la protección del medio ambiente y fauna silvestre


manteniendo el equilibrio ecológico y el control de la contaminación ambiental.

2. Gestión del sistema de salud y educación.

3. Ciencia, tecnología e investigación.

4. Conservación de suelos, recursos forestales y bosques.

5. Servicio metereológico.

6. Frecuencias electromagnéticas en el ámbito de su jurisdicción y en el marco de las políticas del


Estado.

7. Promoción y administración de proyectos hidráulicos y energéticos.

8. Residuos industriales y tóxicos.

9. Proyectos de agua potable y tratamiento de residuos sólidos.

10. Proyectos de riego.

11. Protección de cuencas.

12. Administración de puertos fluviales.

13. Seguridad ciudadana.

14. Sistema de control gubernamental.

15. Vivienda y vivienda social.

16. Agricultura, ganadería, caza y pesca.

Artículo 300.

I. Son competencias exclusivas de los gobiernos departamentales autónomos, en su jurisdicción:

1. Elaborar su Estatuto de acuerdo a los procedimientos establecidos en esta Constitución y en la

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Ley.

2. Planificar y promover el desarrollo humano en su jurisdicción.

3. Iniciativa y convocatoria de consultas y referendos departamentales en las materias de su


competencia.

4. Promoción del empleo y mejora de las condiciones laborales, en el marco de las políticas
nacionales.

5. Elaboración y ejecución de Planes de Ordenamiento Territorial y de uso de suelos, en


coordinación con los planes del nivel central del Estado municipales e indígena originario
campesino.

6. Proyectos de generación y transporte de energía en los sistemas aislados.

7. Planificación, diseño, construcción conservación y administración de carreteras de la red


departamental de acuerdo a las políticas estatales, incluyendo las de la Red Fundamental en
defecto del nivel central, conforme a las normas establecidas por éste.

8. Construcción y mantenimiento de líneas férreas y ferrocarriles en el departamento de acuerdo a


las políticas estatales, interviniendo en los de las Red fundamental en coordinación con el nivel
central del Estado.

9. Transporte interprovincial terrestre, fluvial, ferrocarriles y otros medios de transporte en el


departamento.

10. Construcción, mantenimiento y administración de aeropuertos públicos departamentales.

11. Estadísticas departamentales.

12. Otorgar personalidad jurídica a organizaciones sociales que desarrollen actividades en el


departamento.

13. Otorgar personalidad jurídica a Organizaciones No Gubernamentales, fundaciones y entidades


civiles sin fines de lucro que desarrollen actividades en el departamento.

14. Servicios de sanidad e inocuidad agropecuaria.

15. Proyectos de electrificación rural.

16. Proyectos de fuentes alternativas y renovables de energía de alcance departamental preservando


la seguridad alimentaria.

17. Deporte en el ámbito de su jurisdicción.

18. Promoción y conservación del patrimonio natural departamental.

19. Promoción y conservación de cultura, patrimonio cultural, histórico, artístico, monumental,


arquitectónico, arqueológico, paleontológico, científico, tangible e intangible departamental.

20. Políticas de turismo departamental.

21. Proyectos de infraestructura departamental para el apoyo a la producción.

22. Creación y administración de impuestos de carácter departamental, cuyos hechos imponibles no


sean análogos a los impuestos nacionales o municipales.

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23. Creación y administración de tasas y contribuciones especiales de carácter departamental.

24. Comercio, industria y servicios para el desarrollo y la competitividad en el ámbito departamental.

25. Expropiación de inmuebles en su jurisdicción por razones de utilidad y necesidad pública


departamental, conforme al procedimiento establecido por Ley, así como establecer limitaciones
administrativas y de servidumbre a la propiedad, por razones de orden técnico, jurídico y de
interés público.

26. Elaborar, aprobar y ejecutar sus programas de operaciones y su presupuesto.

27. Fondos fiduciarios, fondos de inversión y mecanismos de transferencia de recursos necesarios e


inherentes a los ámbitos de sus competencias.

28. Centros de información y documentación, archivos, bibliotecas, museos, hemerotecas y otros


departamentales.

29. Empresas públicas departamentales.

30. Promoción y desarrollo de proyectos y políticas para niñez y adolescencia, mujer, adulto mayor y
personas con discapacidad.

31. Promoción y administración de los servicios para el desarrollo productivo y agropecuario.

32. Elaboración y ejecución de planes de desarrollo económico y social departamental.

33. Participar en empresas de industrialización, distribución y comercialización de Hidrocarburos en el


territorio departamental en asociación con las entidades nacionales del sector.

34. Promoción de la inversión privada en el departamento en el marco de las políticas económicas


nacionales.

35. Planificación del desarrollo departamental en concordancia con la planificación nacional.

36. Administración de sus recursos por regalías en el marco del presupuesto general de la nación, los
que serán transferidos automáticamente al Tesoro Departamental.

II. Los Estatutos Autonómicos Departamentales podrán a su vez definir como concurrentes algunas de sus
competencias exclusivas, con otras entidades territoriales del departamento.

III. Serán también de ejecución departamental las competencias que le sean transferidas o delegadas.

Artículo 301.

La región, una vez constituida como autonomía regional, recibirá las competencias que le sean transferidas o
delegadas.

Artículo 302.

I. Son competencias exclusivas de los gobiernos municipales autónomos, en su jurisdicción:

1. Elaborar su Carta Orgánica Municipal de acuerdo a los procedimientos establecidos en esta


Constitución y la Ley.

2. Planificar y promover el desarrollo humano en su jurisdicción.

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3. Iniciativa y convocatoria de consultas y referendos municipales en las materias de su


competencia.

4. Promoción del empleo y mejora de las condiciones laborales en el marco de las políticas
nacionales.

5. Preservar, conservar y contribuir a la protección del medio ambiente y recursos naturales, fauna
silvestre y animales domésticos.

6. Elaboración de Planes de Ordenamiento Territorial y de uso de suelos, en coordinación con los


planes del nivel central del Estado, departamentales e indígenas.

7. Planificar, diseñar, construir, conservar y administrar caminos vecinales en coordinación con los
pueblos indígena originario campesinos cuando corresponda.

8. Construcción, mantenimiento y administración de aeropuertos públicos locales.

9. Estadísticas municipales.

10. Catastro urbano en el ámbito de su jurisdicción en conformidad a los preceptos y parámetros


técnicos establecidos para los Gobiernos Municipales.

11. Áreas protegidas municipales en conformidad con los parámetros y condiciones establecidas para
los Gobiernos Municipales.

12. Proyectos de fuentes alternativas y renovables de energía preservando la seguridad alimentaria


de alcance municipal.

13. Controlar la calidad y sanidad en la elaboración, transporte y venta de productos alimenticios


para el consumo humano y animal.

14. Deporte en el ámbito de su jurisdicción.

15. Promoción y conservación del patrimonio natural municipal.

16. Promoción y conservación de cultura, patrimonio cultural, histórico, artístico, monumental,


arquitectónico, arqueológico, paleontológico, científico, tangible e intangible municipal.

17. Políticas de turismo local.

18. Transporte urbano, registro de propiedad automotor, ordenamiento y educación vial,


administración y control del tránsito urbano.

19. Creación y administración de impuestos de carácter municipal, cuyos hechos imponibles no sean
análogos a los impuestos nacionales o departamentales.

20. Creación y administración de tasas, patentes a la actividad económica y contribuciones


especiales de carácter municipal.

21. Proyectos de infraestructura productiva.

22. Expropiación de inmuebles en su jurisdicción por razones de utilidad y necesidad pública


municipal, conforme al procedimiento establecido por Ley, así como establecer limitaciones
administrativas y de servidumbre a la propiedad, por razones de orden técnico, jurídico y de
interés público.

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23. Elaborar, aprobar y ejecutar sus programas de operaciones y su presupuesto.

24. Fondos fiduciarios, fondos de inversión y mecanismos de transferencia de recursos necesarios e


inherentes a los ámbitos de sus competencias.

25. Centros de información y documentación, archivos, bibliotecas, museos, hemerotecas y otros


municipales.

26. Empresas públicas municipales.

27. Aseo urbano, manejo y tratamiento de residuos sólidos en el marco de la política del Estado.

28. Diseñar, construir, equipar y mantener la infraestructura y obras de interés público y bienes de
dominio municipal, dentro de su jurisdicción territorial.

29. Desarrollo urbano y asentamientos humanos urbanos.

30. Servicio de alumbrado público de su jurisdicción.

31. Promoción de la Cultura y actividades artísticas en el ámbito de su jurisdicción.

32. Espectáculos públicos y juegos recreativos.

33. Publicidad y propaganda urbana.

34. Promover y suscribir convenios de asociación o mancomunidad municipal con otros municipios.

35. Convenios y/o contratos con personas naturales o colectivas, públicas y privadas para el
desarrollo y cumplimiento de sus atribuciones, competencias y fines.

36. Constituir y reglamentar la Guardia Municipal para coadyuvar el cumplimiento, ejercicio y


ejecución de sus competencias así como el cumplimiento de las normas municipales y de sus
resoluciones emitidas.

37. Políticas que garanticen la defensa de los consumidores y usuarios en el ámbito municipal.

38. Sistemas de microriego en coordinación con los pueblos indígena originario campesinos.

39. Promoción y desarrollo de proyectos y políticas para niñez y adolescencia, mujer, adulto mayor y
personas con discapacidad.

40. Servicios básicos así como aprobaciòn las tasas que correspondan en su jurisdicción.

41. Aridos y agregados, en coordinación con los pueblos indígena originario campesinos, cuando
corresponda.

42. Planificacion del desarrollo municipal en concordancia con la planificación departamental y


nacional.

43. Participar en empresas de industrialización, distribución y comercialización de Hidrocarburos en el


territorio municipal en asociación con las entidades nacionales del sector.

II. Serán también de ejecución municipal las competencias que le sean transferidas o delegadas.

Artículo 303.

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I. La autonomía indígena originario campesina, además de sus competencias, asumirá las de los
municipios, de acuerdo con un proceso de desarrollo institucional y con las características culturales
propias de conformidad a la Constitución y a la Ley Marco de Autonomías y Descentralización.

II. La región indígena originario campesina, asumirá las competencias que le sean transferidas o
delegadas.

Artículo 304.

I. Las autonomías indígena originario campesinas podrán ejercer las siguientes competencias exclusivas:

1. Elaborar su Estatuto para el ejercicio de su autonomía conforme a la Constitución y la ley.

2. Definición y gestión de formas propias de desarrollo económico, social, político, organizativo y


cultural, de acuerdo con su identidad y visión de cada pueblo.

3. Gestión y administración de los recursos naturales renovables, de acuerdo a la Constitución.

4. Elaboración de Planes de Ordenamiento Territorial y de uso de suelos, en coordinación con los


planes del nivel central del Estado, departamentales, y municipales.

5. Electrificación en sistemas aislados dentro de su jurisdicción.

6. Mantenimiento y administración de caminos vecinales y comunales.

7. Administración y preservación de áreas protegidas en su jurisdicción, en el marco de la política


del Estado.

8. Ejercicio de la jurisdicción indígena originaria campesina para la aplicación de justicia y resolución


de conflictos a través de normas y procedimientos propios de acuerdo a la Constitución y la ley.

9. Deporte, esparcimiento y recreación.

10. Patrimonio cultural, tangible e intangible. Resguardo, fomento y promoción de sus culturas, arte,
identidad, centros arqueológicos, lugares religiosos, culturales y museos.

11. Políticas de Turismo.

12. Crear y administrar tasas, patentes y contribuciones especiales en el ámbito de su jurisdicción de


acuerdo a Ley.

13. Administrar los impuestos de su competencia en el ámbito de su jurisdicción.

14. Elaborar, aprobar y ejecutara sus programas de operaciones y su presupuesto.

15. Planificación y gestión de la ocupación territorial.

16. Vivienda, urbanismo y redistribución poblacional conforme a sus prácticas culturales en el ámbito
de su jurisdicción.

17. Promover y suscribir acuerdos de cooperación con otros pueblos y entidades públicas y privadas.

18. Mantenimiento y administración de sus sistemas de microriego.

19. Fomento y desarrollo de su vocación productiva.

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20. Construcción, mantenimiento y administración de la infraestructura necesaria para el desarrollo en


su jurisdicción.

21. Participar, desarrollar y ejecutar los mecanismos de consulta previa, libre e informada relativos a
la aplicación de medidas legislativas, ejecutivas y administrativas que los afecten.

22. Preservación del hábitat y el paisaje, conforme a sus principios, normas y prácticas culturales,
tecnológicas, espaciales e históricas.

23. Desarrollo y ejercicio de sus instituciones democráticas conforme a sus normas y procedimientos
propios.

II. Las autonomías indígena originario campesinas podrán ejercer las siguientes competencias compartidas:

1. Intercambios internacionales en el marco de la política exterior del Estado.

2. Participación y control en el aprovechamiento de áridos.

3. Resguardo y registro de los derechos intelectuales colectivos, referidos a conocimientos de


recursos genéticos, medicina tradicional y germoplasma, de acuerdo con la ley.

4. Control y regulación a las instituciones y organizaciones externas que desarrollen actividades en


su jurisdicción, inherentes al desarrollo de su institucionalidad, cultura, medio ambiente y
patrimonio natural.

III. Las autonomías indígena originario campesinas podrán ejercer las siguientes competencias
concurrentes:

1. Organización, planificación y ejecución de políticas de salud en su jurisdicción.

2. Organización, planificación y ejecución de planes, programas y proyectos de educación, ciencia,


tecnología e investigación, en el marco de la legislación del Estado.

3. Conservación de recursos forestales, biodiversidad y medio ambiente.

4. Sistemas de riego, recursos hídricos, fuentes de agua y energía, en el marco de la política del
Estado, al interior de su jurisdicción.

5. Construcción de sistemas de microriego.

6. Construcción de caminos vecinales y comunales.

7. Promoción de la construcción de infraestructuras productivas.

8. Promoción y fomento a la agricultura y ganadería.

9. Control y monitoreo socioambiental a las actividades hidrocarburíferas y mineras que se


desarrollan en su jurisdicción.

10. Sistemas de control fiscal y administración de bienes y servicios.

IV. Los recursos necesarios para el cumplimiento de sus competencias serán transferidos automáticamente
por el Estado Plurinacional de acuerdo a la ley.

Artículo 305.

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Toda asignación o transferencia de competencias deberá estar acompañada de la definición de la fuente de los
recursos económicos y financieros necesarios para su ejercicio.

CUARTA PARTE

ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN ECONÓMICA DEL ESTADO

TÍTULO I

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA DEL ESTADO

CAPÍTULO PRIMERO

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 306.

I. El modelo económico boliviano es plural y está orientado a mejorar la calidad de vida y el vivir bien de
todas las bolivianas y los bolivianos.

II. La economía plural está constituida por las formas de organización económica comunitaria, estatal,
privada y social cooperativa.

III. La economía plural articula las diferentes formas de organización económica sobre los principios de
complementariedad, reciprocidad, solidaridad, redistribución, igualdad, seguridad jurídica,
sustentabilidad, equilibrio, justicia y transparencia. La economía social y comunitaria complementará el
interés individual con el vivir bien colectivo.

IV. Las formas de organización económica reconocidas en esta Constitución podrán constituir empresas
mixtas.

V. El Estado tiene como máximo valor al ser humano y asegurará el desarrollo mediante la redistribución
equitativa de los excedentes económicos en políticas sociales, de salud, educación, cultura, y en la
reinversión en desarrollo económico productivo.

Artículo 307.

El Estado reconocerá, respetará, protegerá y promoverá la organización económica comunitaria. Esta forma de
organización económica comunitaria comprende los sistemas de producción y reproducción de la vida social,
fundados en los principios y visión propios de las naciones y pueblos indígena originario y campesinos.

Artículo 308.

I. El Estado reconoce, respeta y protege la iniciativa privada, para que contribuya al desarrollo económico,
social y fortalezca la independencia económica del país.

II. Se garantiza la libertad de empresa y el pleno ejercicio de las actividades empresariales, que serán
reguladas por la ley.

Artículo 309.

La forma de organización económica estatal comprende a las empresas y otras entidades económicas de
propiedad estatal, que cumplirán los siguientes objetivos:

1. Administrar a nombre del pueblo boliviano los derechos propietarios de los recursos naturales y ejercer

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el control estratégico de las cadenas productivas y los procesos de industrialización de dichos recursos.

2. Administrar los servicios básicos de agua potable y alcantarillado directamente o por medio de empresas
públicas, comunitarias, cooperativas o mixtas.

3. Producir directamente bienes y servicios.

4. Promover la democracia económica y el logro de la soberanía alimentaria de la población.

5. Garantizar la participación y el control social sobre su organización y gestión, así como la participación
de los trabajadores en la toma de decisiones y en los beneficios.

Artículo 310.

El Estado reconoce y protege las cooperativas como formas de trabajo solidario y de cooperación, sin fines de
lucro. Se promoverá principalmente la organización de cooperativas en actividades de producción.

Artículo 311.

I. Todas las formas de organización económica establecidas en esta Constitución gozarán de igualdad
jurídica ante la ley.

II. La economía plural comprende los siguientes aspectos:

1. El Estado ejercerá la dirección integral del desarrollo económico y sus procesos de planificación.

2. Los recursos naturales son de propiedad del pueblo boliviano y serán administrados por el
Estado. Se respetará y garantizará la propiedad individual y colectiva sobre la tierra. La
agricultura, la ganadería, así como las actividades de caza y pesca que no involucren especies
animales protegidas, son actividades que se rigen por lo establecido en la cuarta parte de esta
Constitución referida a la estructura y organización económica del Estado.

3. La industrialización de los recursos naturales para superar la dependencia de la exportación de


materias primas y lograr una economía de base productiva, en el marco del desarrollo sostenible,
en armonía con la naturaleza.

4. El Estado podrá intervenir en toda la cadena productiva de los sectores estratégicos, buscando
garantizar su abastecimiento para preservar la calidad de vida de todas las bolivianas y todos los
bolivianos.

5. El respeto a la iniciativa empresarial y la seguridad jurídica.

6. El Estado fomentará y promocionará el área comunitaria de la economía como alternativa


solidaria en el área rural y urbana.

Artículo 312.

I. Toda actividad económica debe contribuir al fortalecimiento de la soberanía económica del país. No se
permitirá la acumulación privada de poder económico en grado tal que ponga en peligro la soberanía
económica del Estado.

II. Todas las formas de organización económica tienen la obligación de generar trabajo digno y contribuir a
la reducción de las desigualdades y a la erradicación de la pobreza.

III. Todas las formas de organización económica tienen la obligación de proteger el medio ambiente.

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Artículo 313.

Para eliminar la pobreza y la exclusión social y económica, para el logro del vivir bien en sus múltiples
dimensiones, la organización económica boliviana establece los siguientes propósitos:

1. Generación del producto social en el marco del respeto de los derechos individuales, así como de los
derechos de los pueblos y las naciones.

2. La producción, distribución y redistribución justa de la riqueza y de los excedentes económicos.

3. La reducción de las desigualdades de acceso a los recursos productivos.

4. La reducción de las desigualdades regionales.

5. El desarrollo productivo industrializador de los recursos naturales.

6. La participación activa de las economías pública y comunitaria en el aparato productivo.

Artículo 314.

Se prohíbe el monopolio y el oligopolio privado, así como cualquier otra forma de asociación o acuerdo de
personas naturales o jurídicas privadas, bolivianas o extranjeras, que pretendan el control y la exclusividad en
la producción y comercialización de bienes y servicios.

Artículo 315.

I. El Estado reconoce la propiedad de tierra a todas aquellas personas jurídicas legalmente constituidas en
territorio nacional siempre y cuando sea utilizada para el cumplimiento del objeto de la creación del
agente económico, la generación de empleos y la producción y comercialización de bienes y/o servicios.

II. Las personas jurídicas señaladas en el parágrafo anterior que se constituyan con posterioridad a la
presente Constitución tendrán una estructura societaria con un número de socios no menor a la división
de la superficie total entre cinco mil hectáreas, redondeando el resultado hacia el inmediato número
entero superior.

CAPÍTULO SEGUNDO

FUNCIÓN DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA

Artículo 316.

La función del Estado en la economía consiste en:

1. Conducir el proceso de planificación económica y social, con participación y consulta ciudadana. La ley
establecerá un sistema de planificación integral estatal, que incorporará a todas las entidades
territoriales.

2. Dirigir la economía y regular, conforme con los principios establecidos en esta Constitución, los procesos
de producción, distribución, y comercialización de bienes y servicios.

3. Ejercer la dirección y el control de los sectores estratégicos de la economía.

4. Participar directamente en la economía mediante el incentivo y la producción de bienes y servicios


económicos y sociales para promover la equidad económica y social, e impulsar el desarrollo, evitando el
control oligopólico de la economía.

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5. Promover la integración de las diferentes formas económicas de producción, con el objeto de lograr el
desarrollo económico y social.

6. Promover prioritariamente la industrialización de los recursos naturales renovables y no renovables, en el


marco del respeto y protección del medio ambiente, para garantizar la generación de empleo y de
insumos económicos y sociales para la población.

7. Promover políticas de distribución equitativa de la riqueza y de los recursos económicos del país, con el
objeto de evitar la desigualdad, la exclusión social y económica, y erradicar la pobreza en sus múltiples
dimensiones.

8. Determinar el monopolio estatal de las actividades productivas y comerciales que se consideren


imprescindibles en caso de necesidad pública.

9. Formular periódicamente, con participación y consulta ciudadana, el plan general de desarrollo, cuya
ejecución es obligatoria para todas las formas de organización económica.

10. Gestionar recursos económicos para la investigación, la asistencia técnica y la transferencia de


tecnologías para promover actividades productivas y de industrialización.

11. Regular la actividad aeronáutica en el espacio aéreo del país.

Artículo 317.

El Estado garantizará la creación, organización y funcionamiento de una entidad de planificación participativa


que incluya a representantes de las instituciones públicas y de la sociedad civil organizada.

CAPÍTULO TERCERO

POLÍTICAS ECONÓMICAS

Artículo 318.

I. El Estado determinará una política productiva industrial y comercial que garantice una oferta de bienes y
servicios suficientes para cubrir de forma adecuada las necesidades básicas internas, y para fortalecer
la capacidad exportadora.

II. El Estado reconoce y priorizará el apoyo a la organización de estructuras asociativas de micro,


pequeñas y medianas empresas productoras, urbanas y rurales.

III. El Estado fortalecerá la infraestructura productiva, manufactura e industrial y los servicios básicos para el
sector productivo.

IV. El Estado priorizará la promoción del desarrollo productivo rural como fundamento de las políticas de
desarrollo del país.

V. El Estado promoverá y apoyará la exportación de bienes con valor agregado y los servicios.

Artículo 319.

I. La industrialización de los recursos naturales será prioridad en las políticas económicas, en el marco del
respeto y protección del medio ambiente y de los derechos de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos y sus territorios. La articulación de la explotación de los recursos naturales con el aparato
productivo interno será prioritaria en las políticas económicas del Estado.

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II. En la comercialización de los recursos naturales y energéticos estratégicos, el Estado considerará, para
la definición del precio de su comercialización, los impuestos, regalías y participaciones correspondientes
que deban pagarse a la hacienda pública.

Artículo 320.

I. La inversión boliviana se priorizará frente a la inversión extranjera.

II. Toda inversión extranjera estará sometida a la jurisdicción, a las leyes y a las autoridades bolivianas, y
nadie podrá invocar situación de excepción, ni apelar a reclamaciones diplomáticas para obtener un
tratamiento más favorable.

III. Las relaciones económicas con estados o empresas extranjeras se realizarán en condiciones de
independencia, respeto mutuo y equidad. No se podrá otorgar a Estados o empresas extranjeras
condiciones más beneficiosas que las establecidas para los bolivianos.

IV. El Estado es independiente en todas las decisiones de política económica interna, y no aceptará
imposiciones ni condicionamientos sobre esta política por parte de estados, bancos o instituciones
financieras bolivianas o extranjeras, entidades multilaterales ni empresas transnacionales.

V. Las políticas públicas promocionarán el consumo interno de productos hechos en Bolivia.

SECCIÓN I

POLÍTICA FISCAL

Artículo 321.

I. La administración económica y financiera del Estado y de todas las entidades públicas se rige por su
presupuesto.

II. La determinación del gasto y de la inversión pública tendrá lugar por medio de mecanismos de
participación ciudadana y de planificación técnica y ejecutiva estatal. Las asignaciones atenderán
especialmente a la educación, la salud, la alimentación, la vivienda y el desarrollo productivo.

III. El Órgano Ejecutivo presentará a la Asamblea Legislativa Plurinacional, al menos dos meses antes de la
finalización de cada año fiscal, el proyecto de ley del Presupuesto General para la siguiente gestión
anual, que incluirá a todas las entidades del sector público.

IV. Todo proyecto de ley que implique gastos o inversiones para el Estado deberá establecer la fuente de
los recursos, la manera de cubrirlos y la forma de su inversión. Si el proyecto no fue de iniciativa del
Órgano Ejecutivo, requerirá de consulta previa a éste.

V. El Órgano Ejecutivo, a través del Ministerio del ramo, tendrá acceso directo a la información del gasto
presupuestado y ejecutado de todo el sector público. El acceso incluirá la información del gasto
presupuestado y ejecutado de las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana.

Artículo 322.

I. La Asamblea Legislativa Plurinacional autorizará la contratación de deuda pública cuando se demuestre


la capacidad de generar ingresos para cubrir el capital y los intereses, y se justifiquen técnicamente las
condiciones más ventajosas en las tasas, los plazos, los montos y otras circunstancias.

II. La deuda pública no incluirá obligaciones que no hayan sido autorizadas y garantizadas expresamente
por la Asamblea Legislativa Plurinacional.

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Artículo 323.

I. La política fiscal se basa en los principios de capacidad económica, igualdad, progresividad,


proporcionalidad, transparencia, universalidad, control, sencillez administrativa y capacidad recaudatoria.

II. Los impuestos que pertenecen al dominio tributario nacional serán aprobados por la Asamblea
Legislativa Plurinacional. Los impuestos que pertenecen al dominio exclusivo de las autonomías
departamental o municipal, serán aprobados, modificados o eliminados por sus Concejos o Asambleas,
a propuesta de sus órganos ejecutivos. El dominio tributario de los Departamentos Descentralizados, y
regiones estará conformado por impuestos departamentales tasas y contribuciones especiales,
respectivamente.

III. La Asamblea Legislativa Plurinacional mediante ley, clasificará y definirá los impuestos que pertenecen
al dominio tributario nacional, departamental y municipal.

IV. La creación, supresión o modificación de los impuestos bajo dominio de los gobiernos autónomos
facultados para ello se efectuará dentro de los límites siguientes:

1. No podrán crear impuestos cuyos hechos imponibles sean análogos a los correspondientes a los
impuestos nacionales u otros impuestos departamentales o municipales existentes,
independientemente del dominio tributario al que pertenezcan.

2. No podrán crear impuestos que graven bienes, actividades rentas o patrimonios localizados fuera
de su jurisdicción territorial, salvo las rentas generadas por sus ciudadanos o empresas en el
exterior del país. Esta prohibición se hace extensiva a las tasas, patentes y contribuciones
especiales.

3. No podrán crear impuestos que obstaculicen la libre circulación y el establecimiento de personas,


bienes, actividades o servicios dentro de su jurisdicción territorial. Esta prohibición se hace
extensiva a las tasas, patentes y contribuciones especiales.

4. No podrán crear impuestos que generen privilegios para sus residentes discriminando a los que
no lo son. Esta prohibición se hace extensiva a las tasas, patentes y contribuciones especiales.

Artículo 324.

No prescribirán las deudas por daños económicos causados al Estado.

Artículo 325.

El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, el agio, la usura, el contrabando, la evasión impositiva


y otros delitos económicos conexos serán penados por ley.

SECCIÓN II

POLÍTICA MONETARIA

Artículo 326.

I. El Estado, a través del Órgano Ejecutivo, determinará los objetivos de la política monetaria y cambiaria
del país, en coordinación con el Banco Central de Bolivia.

II. Las transacciones públicas en el país se realizarán en moneda nacional.

Artículo 327.

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El Banco Central de Bolivia es una institución de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio
propio. En el marco de la política económica del Estado, es función del Banco Central de Bolivia mantener la
estabilidad del poder adquisitivo interno de la moneda, para contribuir al desarrollo económico y social.

Artículo 328.

I. Son atribuciones del Banco Central de Bolivia, en coordinación con la política económica determinada
por el Órgano Ejecutivo, además de las señaladas por la ley:

1. Determinar y ejecutar la política monetaria.

2. Ejecutar la política cambiaria.

3. Regular el sistema de pagos.

4. Autorizar la emisión de la moneda.

5. Administrar las reservas internacionales.

Artículo 329.

I. El Directorio del Banco Central de Bolivia estará conformado por una Presidenta o un Presidente, y cinco
directoras o directores designados por la Presidenta o el Presidente del Estado de entre las ternas
presentadas por la Asamblea Legislativa Plurinacional para cada uno de los cargos.

II. Los miembros del Directorio del Banco Central de Bolivia durarán en sus funciones cinco años, sin
posibilidad de reelección. Serán considerados servidoras y servidores públicos, de acuerdo con la
Constitución y la ley. Los requisitos particulares para el acceso al cargo serán determinados por la ley.

III. La Presidenta o el Presidente del Banco Central de Bolivia deberá rendir informes y cuentas sobre las
funciones de la institución, cuantas veces sean solicitados por la Asamblea Legislativa Plurinacional o
sus Cámaras. El Banco Central de Bolivia elevará un informe anual a la Asamblea Legislativa y está
sometido al sistema de control gubernamental y fiscal del Estado.

SECCIÓN III

POLÍTICA FINANCIERA

Artículo 330.

I. El Estado regulará el sistema financiero con criterios de igualdad de oportunidades, solidaridad,


distribución y redistribución equitativa.

II. El Estado, a través de su política financiera, priorizará la demanda de servicios financieros de los
sectores de la micro y pequeña empresa, artesanía, comercio, servicios, organizaciones comunitarias y
cooperativas de producción.

III. El Estado fomentará la creación de entidades financieras no bancarias con fines de inversión
socialmente productiva.

IV. El Banco Central de Bolivia y las entidades e instituciones públicas no reconocerán adeudos de la banca
o de entidades financieras privadas. Éstas obligatoriamente aportarán y fortalecerán un fondo de
reestructuración financiera, que será usado en caso de insolvencia bancaria.

V. Las operaciones financieras de la Administración Pública, en sus diferentes niveles de gobierno, serán

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realizadas por una entidad bancaria pública. La ley preverá su creación.

Artículo 331.

Las actividades de intermediación financiera, la prestación de servicios financieros y cualquier otra actividad
relacionada con el manejo, aprovechamiento e inversión del ahorro, son de interés público y sólo pueden ser
ejercidas previa autorización del Estado, conforme con la ley.

Artículo 332.

I. Las entidades financieras estarán reguladas y supervisadas por una institución de regulación de bancos
y entidades financieras. Esta institución tendrá carácter de derecho público y jurisdicción en todo el
territorio boliviano.

II. La máxima autoridad de la institución de regulación de bancos y entidades financieras será designada
por la Presidenta o Presidente del Estado, de entre una terna propuesta por la Asamblea Legislativa
Plurinacional, de acuerdo con el procedimiento establecido en la ley.

Artículo 333.

Las operaciones financieras realizadas por personas naturales o jurídicas, bolivianas o extranjeras, gozarán
del derecho de confidencialidad, salvo en los procesos judiciales, en los casos en que se presuma comisión de
delitos financieros, en los que se investiguen fortunas y los demás definidos por la ley. Las instancias llamadas
por la ley a investigar estos casos tendrán la atribución para conocer dichas operaciones financieras, sin que
sea necesaria autorización judicial.

SECCIÓN IV

POLÍTICAS SECTORIALES

Artículo 334.

En el marco de las políticas sectoriales, el Estado protegerá y fomentará:

1. Las organizaciones económicas campesinas, y las asociaciones u organizaciones de pequeños


productores urbanos, artesanos, como alternativas solidarias y recíprocas. La política económica
facilitará el acceso a la capacitación técnica y a la tecnología, a los créditos, a la apertura de mercados y
al mejoramiento de procesos productivos.

2. El sector gremial, el trabajo por cuenta propia, y el comercio minorista, en las áreas de producción,
servicios y comercio, será fortalecido por medio del acceso al crédito y a la asistencia técnica.

3. La producción artesanal con identidad cultural.

4. Las micro y pequeñas empresas, así como las organizaciones económicas campesinas y las
organizaciones o asociaciones de pequeños productores, quienes gozarán de preferencias en las
compras del Estado.

Artículo 335.

Las cooperativas de servicios públicos serán organizaciones de interés colectivo, sin fines de lucro y
sometidas a control gubernamental y serán administradas democráticamente. La elección de sus autoridades
de administración y vigilancia será realizada de acuerdo a sus propias normas estatutarias y supervisada por el
Órgano Electoral Plurinacional. Su organización y funcionamiento serán regulados por la ley.

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Artículo 336.

El Estado apoyará a las organizaciones de economía comunitaria para que sean sujetos de crédito y accedan
al financiamiento.

Artículo 337.

I. El turismo es una actividad económica estratégica que deberá desarrollarse de manera sustentable para
lo que tomará en cuenta la riqueza de las culturas y el respeto al medio ambiente.

II. El Estado promoverá y protegerá el turismo comunitario con el objetivo de beneficiar a las comunidades
urbanas y rurales, y las naciones y pueblos indígena originario campesinos donde se desarrolle esta
actividad.

Artículo 338.

El Estado reconoce el valor económico del trabajo del hogar como fuente de riqueza y deberá cuantificarse en
las cuentas públicas.

CAPÍTULO CUARTO

BIENES Y RECURSOS DEL ESTADO Y SU DISTRIBUCIÓN

Artículo 339.

I. El Presidente de la República podrá decretar pagos no autorizados por la ley del presupuesto,
únicamente para atender necesidades impostergables derivadas de calamidades públicas, de conmoción
interna o del agotamiento de recursos destinados a mantener servicios cuya paralización causaría
graves daños. Los gastos destinados a estos fines no excederán del uno por ciento del total de egresos
autorizados por el Presupuesto General.

II. Los bienes de patrimonio del Estado y de las entidades públicas constituyen propiedad del pueblo
boliviano, inviolable, inembargable, imprescriptible e inexpropiable; no podrán ser empleados en
provecho particular alguno. Su calificación, inventario, administración, disposición, registro obligatorio y
formas de reivindicación serán regulados por la ley.

III. Los ingresos del Estado se invertirán conforme con el plan general de desarrollo económico y social del
país, el Presupuesto General del Estado y con la ley.

Artículo 340.

I. Las rentas del Estado se dividen en nacionales, departamentales, municipales, e indígena originario
campesinas y se invertirán independientemente por sus Tesoros, conforme a sus respectivos
presupuestos.

II. La ley clasificará los ingresos nacionales, departamentales, municipales e indígena originario
campesinos.

III. Los recursos departamentales, municipales, de autonomías indígena originario campesinas, judiciales y
universitarios recaudados por oficinas dependientes del nivel nacional, no serán centralizados en el
Tesoro Nacional.

IV. El Órgano Ejecutivo nacional establecerá las normas destinadas a la elaboración y presentación de los
proyectos de presupuestos de todo el sector público, incluidas las autonomías.

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Artículo 341.

Son recursos departamentales:

1. Las regalías departamentales creadas por ley;

2. La participación en recursos provenientes de impuestos a los Hidrocarburos según los porcentajes


previstos en la Ley.

3. Impuestos, tasas, contribuciones especiales y patentes departamentales sobre los recursos naturales.

4. Las transferencias del Tesoro General de la Nación destinadas a cubrir el gasto en servicios personales
de salud, educación y asistencia social;

5. Las transferencias extraordinarias del Tesoro General de la Nación, en los casos establecidos en el
artículo 339.I de esta Constitución.

6. Los créditos y empréstitos internos y externos contraídos de acuerdo a las normas de endeudamiento
público y del sistema Nacional de Tesorería y Crédito Público.

7. Los ingresos provenientes de la venta de bienes, servicios y enajenación de activos.

8. Los legados, donaciones y otros ingresos similares.

TÍTULO II

MEDIO AMBIENTE, RECURSOS NATURALES, TIERRA Y TERRITORIO

CAPÍTULO PRIMERO

MEDIO AMBIENTE

Artículo 342.

Es deber del Estado y de la población conservar, proteger y aprovechar de manera sustentable los recursos
naturales y la biodiversidad, así como mantener el equilibrio del medio ambiente.

Artículo 343.

La población tiene derecho a la participación en la gestión ambiental, a ser consultado e informado


previamente sobre decisiones que pudieran afectar a la calidad del medio ambiente.

Artículo 344.

I. Se prohíbe la fabricación y uso de armas químicas, biológicas y nucleares en el territorio boliviano, así
como la internación, tránsito y depósito de residuos nucleares y desechos tóxicos.

II. El Estado regulará la internación, producción, comercialización y empleo de técnicas, métodos, insumos
y sustancias que afecten a la salud y al medio ambiente.

Artículo 345.

Las políticas de gestión ambiental se basarán en:

1. La planificación y gestión participativas, con control social.

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2. La aplicación de los sistemas de evaluación de impacto ambiental y el control de calidad ambiental, sin
excepción y de manera transversal a toda actividad de producción de bienes y servicios que use,
transforme o afecte a los recursos naturales y al medio ambiente.

3. La responsabilidad por ejecución de toda actividad que produzca daños medioambientales y su sanción
civil, penal y administrativa por incumplimiento de las normas de protección del medio ambiente.

Artículo 346.

El patrimonio natural es de interés público y de carácter estratégico para el desarrollo sustentable del país. Su
conservación y aprovechamiento para beneficio de la población será responsabilidad y atribución exclusiva del
Estado, y no comprometerá la soberanía sobre los recursos naturales. La ley establecerá los principios y
disposiciones para su gestión.

Artículo 347.

I. El Estado y la sociedad promoverán la mitigación de los efectos nocivos al medio ambiente, y de los
pasivos ambientales que afectan al país. Se declara la responsabilidad por los daños ambientales
históricos y la imprescriptibilidad de los delitos ambientales.

II. Quienes realicen actividades de impacto sobre el medio ambiente deberán, en todas las etapas de la
producción, evitar, minimizar, mitigar, remediar, reparar y resarcir los daños que se ocasionen al medio
ambiente y a la salud de las personas, y establecerán las medidas de seguridad necesarias para
neutralizar los efectos posibles de los pasivos ambientales.

CAPÍTULO SEGUNDO

RECURSOS NATURALES

Artículo 348.

I. Son recursos naturales los minerales en todos sus estados, los hidrocarburos, el agua, el aire, el suelo y
el subsuelo, los bosques, la biodiversidad, el espectro electromagnético y todos aquellos elementos y
fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento.

II. Los recursos naturales son de carácter estratégico y de interés público para el desarrollo del país.

Artículo 349.

I. Los recursos naturales son de propiedad y dominio directo, indivisible e imprescriptible del pueblo
boliviano, y corresponderá al Estado su administración en función del interés colectivo.

II. El Estado reconocerá, respetará y otorgará derechos propietarios individuales y colectivos sobre la tierra,
así como derechos de uso y aprovechamiento sobre otros recursos naturales.

III. La agricultura, la ganadería, así como las actividades de caza y pesca que no involucren especies
animales protegidas, son actividades que se rigen por lo establecido en la cuarta parte de esta
Constitución referida a la estructura y organización económica del Estado.

Artículo 350.

Cualquier título otorgado sobre reserva fiscal será nulo de pleno derecho, salvo autorización expresa por
necesidad estatal y utilidad pública, de acuerdo con la ley.

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Artículo 351.

I. El Estado, asumirá el control y la dirección sobre la exploración, explotación, industrialización, transporte


y comercialización de los recursos naturales estratégicos a través de entidades públicas, cooperativas o
comunitarias, las que podrán a su vez contratar a empresas privadas y constituir empresas mixtas.

II. El Estado podrá suscribir contratos de asociación con personas jurídicas, bolivianas o extranjeras, para
el aprovechamiento de los recursos naturales. Debiendo asegurarse la reinversión de las utilidades
económicas en el país.

III. La gestión y administración de los recursos naturales se realizará garantizando el control y la


participación social en el diseño de las políticas sectoriales. En la gestión y administración podrán
establecerse entidades mixtas, con representación estatal y de la sociedad, y se precautelará el
bienestar colectivo.

IV. Las empresas privadas, bolivianas o extranjeras, pagarán impuestos y regalías cuando intervengan en la
explotación de los recursos naturales, y los cobros a que den lugar no serán reembolsables. Las regalías
por el aprovechamiento de los recursos naturales son un derecho y una compensación por su
explotación, y se regularán por la Constitución y la ley.

Artículo 352.

La explotación de recursos naturales en determinado territorio estará sujeta a un proceso de consulta a la


población afectada, convocada por el Estado, que será libre, previa e informada. Se garantiza la participación
ciudadana en el proceso de gestión ambiental y se promoverá la conservación de los ecosistemas, de acuerdo
con la Constitución y la ley. En las naciones y pueblos indígena originario campesinos, la consulta tendrá lugar
respetando sus normas y procedimientos propios.

Artículo 353.

El pueblo boliviano tendrá acceso equitativo a los beneficios provenientes del aprovechamiento de todos los
recursos naturales. Se asignará una participación prioritaria a los territorios donde se encuentren estos
recursos, y a las naciones y pueblos indígena originario campesinos.

Artículo 354.

El Estado desarrollará y promoverá la investigación relativa al manejo, conservación y aprovechamiento de los


recursos naturales y la biodiversidad.

Artículo 355.

I. La industrialización y comercialización de los recursos naturales será prioridad del Estado.

II. Las utilidades obtenidas por la explotación e industrialización de los recursos naturales serán distribuidas
y reinvertidas para promover la diversificación económica en los diferentes niveles territoriales del
Estado. La distribución porcentual de los beneficios será sancionada por la ley.

III. Los procesos de industrialización se realizarán con preferencia en el lugar de origen de la producción y
crearán condiciones que favorezcan la competitividad en el mercado interno e internacional.

Artículo 356.

Las actividades de exploración, explotación, refinación, industrialización, transporte y comercialización de los


recursos naturales no renovables tendrán el carácter de necesidad estatal y utilidad pública.

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Artículo 357.

Por ser propiedad social del pueblo boliviano, ninguna persona ni empresa extranjera, ni ninguna persona o
empresa privada boliviana podrá inscribir la propiedad de los recursos naturales bolivianos en mercados de
valores, ni los podrá utilizar como medios para operaciones financieras de titularización o seguridad. La
anotación y registro de reservas es una atribución exclusiva del Estado.

Artículo 358.

Los derechos de uso y aprovechamiento sobre los recursos naturales deberán sujetarse a lo establecido en la
Constitución y la ley. Estos derechos estarán sujetos a control periódico del cumplimiento de las regulaciones
técnicas, económicas y ambientales. El incumplimiento de la ley dará lugar a la reversión o anulación de los
derechos de uso o aprovechamiento.

CAPÍTULO TERCERO

HIDROCARBUROS

Artículo 359.

I. Los hidrocarburos, cualquiera sea el estado en que se encuentren o la forma en la que se presenten,
son de propiedad inalienable e imprescriptible del pueblo boliviano. El Estado, en nombre y
representación del pueblo boliviano, ejerce la propiedad de toda la producción de hidrocarburos del país
y es el único facultado para su comercialización. La totalidad de los ingresos percibidos por la
comercialización de los hidrocarburos será propiedad del Estado.

II. Ningún contrato, acuerdo o convenio, de forma, directa o indirecta, tácita o expresa, podrá vulnerar total
o parcialmente lo establecido en el presente artículo. En el caso de vulneración los contratos serán nulos
de pleno derecho y quienes los hayan acordado, firmado, aprobado o ejecutado, cometerán delito de
traición a la patria.

Artículo 360.

El Estado definirá la política de hidrocarburos, promoverá su desarrollo integral, sustentable y equitativo, y


garantizará la soberanía energética.

Artículo 361.

I. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) es una empresa autárquica de derecho público,
inembargable, con autonomía de gestión administrativa, técnica y económica, en el marco de la política
estatal de hidrocarburos. YPFB, bajo tuición del Ministerio del ramo y como brazo operativo del Estado,
es la única facultada para realizar las actividades de la cadena productiva de hidrocarburos y su
comercialización.

II. YPFB no podrá transferir sus derechos u obligaciones en ninguna forma o modalidad, tácita o expresa,
directa o indirectamente.

Artículo 362.

I. Se autoriza a YPFB suscribir contratos, bajo el régimen de prestación de servicios, con empresas
públicas, mixtas o privadas, bolivianas o extranjeras, para que dichas empresas, a su nombre y en su
representación, realicen determinadas actividades de la cadena productiva a cambio de una retribución o
pago por sus servicios. La suscripción de estos contratos no podrá significar en ningún caso pérdidas
para YPFB o para el Estado.

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II. Los contratos referidos a actividades de exploración y explotación de hidrocarburos deberán contar con
previa autorización y aprobación expresa de la Asamblea Legislativa Plurinacional. En caso de no
obtener esta autorización serán nulos de pleno derecho, sin necesidad de declaración judicial ni
extrajudicial alguna.

Artículo 363.

I. La Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH) es una empresa autárquica de


derecho público, con autonomía de gestión administrativa, técnica y económica, bajo la tuición del
Ministerio del ramo y de YPFB, que actúa en el marco de la política estatal de hidrocarburos. EBIH será
responsable de ejecutar, en representación del Estado y dentro de su territorio, la industrialización de los
hidrocarburos.

II. YPFB podrá conformar asociaciones o sociedades de economía mixta para la ejecución de las
actividades de exploración, explotación, refinación, industrialización, transporte y comercialización de los
hidrocarburos. En estas asociaciones o sociedades, YPFB contará obligatoriamente con una
participación accionaria no menor al cincuenta y uno por ciento del total del capital social.

Artículo 364.

YPFB, en nombre y representación del Estado boliviano, operará y ejercerá derechos de propiedad en
territorios de otros estados.

Artículo 365.

Una institución autárquica de derecho público, con autonomía de gestión administrativa, técnica y económica,
bajo la tuición del Ministerio del ramo, será responsable de regular, controlar, supervisar y fiscalizar las
actividades de toda la cadena productiva hasta la industrialización, en el marco de la política estatal de
hidrocarburos conforme con la ley.

Artículo 366.

Todas las empresas extranjeras que realicen actividades en la cadena productiva hidrocarburífera en nombre y
representación del Estado estarán sometidas a la soberanía del Estado, a la dependencia de las leyes y de las
autoridades del Estado. No se reconocerá en ningún caso tribunal ni jurisdicción extranjera y no podrán
invocar situación excepcional alguna de arbitraje internacional, ni recurrir a reclamaciones diplomáticas.

Artículo 367.

La explotación, consumo y comercialización de los hidrocarburos y sus derivados deberán sujetarse a una
política de desarrollo que garantice el consumo interno. La exportación de la producción excedente incorporará
la mayor cantidad de valor agregado.

Artículo 368.

Los departamentos productores de hidrocarburos percibirán una regalía del once por ciento de su producción
departamental fiscalizada de hidrocarburos. De igual forma, los departamentos no productores de
hidrocarburos y el Tesoro General del Estado obtendrán una participación en los porcentajes, que serán fijados
mediante una ley especial.

CAPÍTULO CUARTO

MINERÍA Y METALURGIA

Artículo 369.
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I. El Estado será responsable de las riquezas mineralógicas que se encuentren en el suelo y subsuelo
cualquiera sea su origen y su aplicación será regulada por la ley. Se reconoce como actores productivos
a la industria minera estatal, industria minera privada y sociedades cooperativas.

II. Los recursos naturales no metálicos existentes en los salares, salmueras, evaporíticos, azufres y otros,
son de carácter estratégico para el país.

III. Será responsabilidad del Estado la dirección de la política minera y metalúrgica, así como el fomento,
promoción y control de la actividad minera.

IV. El Estado ejercerá control y fiscalización en toda la cadena productiva minera y sobre las actividades
que desarrollen los titulares de derechos mineros, contratos mineros o derechos preconstituidos.

Artículo 370.

I. El Estado otorgará derechos mineros en toda la cadena productiva, suscribirá contratos mineros con
personas individuales y colectivas previo cumplimiento de las normas establecidas en la ley.

II. El Estado promoverá y fortalecerá las cooperativas mineras para que contribuyan al desarrollo
económico social del país.

III. El derecho minero en toda la cadena productiva así como los contratos mineros tienen que cumplir una
función económica social ejercida directamente por sus titulares.

IV. El derecho minero que comprende las inversiones y trabajo en la prospección, exploración, explotación,
concentración, industria o comercialización de los minerales o metales es de dominio de los titulares. La
ley definirá los alcances de este derecho.

V. El contrato minero obligará a los beneficiarios a desarrollar la actividad minera para satisfacer el interés
económico social. El incumplimiento de esta obligación dará lugar a su resolución inmediata.

VI. El Estado, a través de sus entidades autárquicas, promoverá y desarrollará políticas de administración,
prospección, exploración, explotación, industrialización, comercialización, evaluación e información
técnica, geológica y científica de los recursos naturales no renovables para el desarrollo minero.

Artículo 371.

I. Las áreas de explotación minera otorgadas por contrato son intransferibles, inembargables e
intransmisibles por sucesión hereditaria.

II. El domicilio legal de las empresas mineras se establecerá en la jurisdicción local donde se realice la
mayor explotación minera.

Artículo 372.

I. Pertenecen al patrimonio del pueblo los grupos mineros nacionalizados, sus plantas industriales y sus
fundiciones, los cuales no podrán ser transferidos o adjudicados en propiedad a empresas privadas por
ningún título.

II. La dirección y administración superiores de la industria minera estarán a cargo de una entidad
autárquica con las atribuciones que determine la ley.

III. El Estado deberá participar en la industrialización y comercialización de los recursos mineralógicos


metálicos y no metálicos, regulado mediante la ley.

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IV. Las nuevas empresas autárquicas creadas por el Estado establecerán su domicilio legal en los
departamentos de mayor producción minera, Potosí y Oruro.

CAPÍTULO QUINTO

RECURSOS HÍDRICOS

Artículo 373.

I. El agua constituye un derecho fundamentalísimo para la vida, en el marco de la soberanía del pueblo. El
Estado promoverá el uso y acceso al agua sobre la base de principios de solidaridad,
complementariedad, reciprocidad, equidad, diversidad y sustentabilidad.

II. Los recursos hídricos en todos sus estados, superficiales y subterráneos, constituyen recursos finitos,
vulnerables, estratégicos y cumplen una función social, cultural y ambiental. Estos recursos no podrán
ser objeto de apropiaciones privadas y tanto ellos como sus servicios no serán concesionados y están
sujetos a un régimen de licencias, registros y autorizaciones conforme a Ley.

Artículo 374.

I. El Estado protegerá y garantizará el uso prioritario del agua para la vida. Es deber del Estado gestionar,
regular, proteger y planificar el uso adecuado y sustentable de los recursos hídricos, con participación
social, garantizando el acceso al agua a todos sus habitantes. La ley establecerá las condiciones y
limitaciones de todos los usos.

II. El Estado reconocerá, respetará y protegerá los usos y costumbres de las comunidades, de sus
autoridades locales y de las organizaciones indígena originaria campesinas sobre el derecho, el manejo
y la gestión sustentable del agua.

III. Las aguas fósiles, glaciales, humedales, subterráneas, minerales, medicinales y otras son prioritarias
para el Estado, que deberá garantizar su conservación, protección, preservación, restauración, uso
sustentable y gestión integral; son inalienables, inembargables e imprescriptibles.

Artículo 375.

I. Es deber del Estado desarrollar planes de uso, conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de
las cuencas hidrográficas.

II. El Estado regulará el manejo y gestión sustentable de los recursos hídricos y de las cuencas para riego,
seguridad alimentaria y servicios básicos, respetando los usos y costumbres de las comunidades.

III. Es deber del Estado realizar los estudios para la identificación de aguas fósiles y su consiguiente
protección, manejo y aprovechamiento sustentable.

Artículo 376.

Los recursos hídricos de los ríos, lagos y lagunas que conforman las cuencas hidrográficas, por su
potencialidad, por la variedad de recursos naturales que contienen y por ser parte fundamental de los
ecosistemas, se consideran recursos estratégicos para el desarrollo y la soberanía boliviana. El Estado evitará
acciones en las nacientes y zonas intermedias de los ríos que ocasionen daños a los ecosistemas o
disminuyan los caudales, preservará el estado natural y velará por el desarrollo y bienestar de la población.

Artículo 377.

I. Todo tratado internacional que suscriba el Estado sobre los recursos hídricos garantizará la soberanía

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del país y priorizará el interés del Estado.

II. El Estado resguardará de forma permanente las aguas fronterizas y transfronterizas, para la
conservación de la riqueza hídrica que contribuirá a la integración de los pueblos.

CAPÍTULO SEXTO

ENERGÍA

Artículo 378.

I. Las diferentes formas de energía y sus fuentes constituyen un recurso estratégico, su acceso es un
derecho fundamental y esencial para el desarrollo integral y social del país, y se regirá por los principios
de eficiencia, continuidad, adaptabilidad y preservación del medio ambiente.

II. Es facultad privativa del Estado el desarrollo de la cadena productiva energética en las etapas de
generación, transporte y distribución, a través de empresas públicas, mixtas, instituciones sin fines de
lucro, cooperativas, empresas privadas, y empresas comunitarias y sociales, con participación y control
social. La cadena productiva energética no podrá estar sujeta exclusivamente a intereses privados ni
podrá concesionarse. La participación privada será regulada por la ley.

Artículo 379.

I. El Estado desarrollará y promoverá la investigación y el uso de nuevas formas de producción de


energías alternativas, compatibles con la conservación del ambiente.

II. El Estado garantizará la generación de energía para el consumo interno; la exportación de los
excedentes de energía debe prever las reservas necesarias para el país.

CAPÍTULO SÉPTIMO

BIODIVERSIDAD, COCA, ÁREAS PROTEGIDAS Y RECURSOS FORESTALES

SECCIÓN I

BIODIVERSIDAD

Artículo 380.

I. Los recursos naturales renovables se aprovecharán de manera sustentable, respetando las


características y el valor natural de cada ecosistema.

II. Para garantizar el equilibrio ecológico, los suelos deberán utilizarse conforme con su capacidad de uso
mayor en el marco del proceso de organización del uso y ocupación del espacio, considerando sus
características biofísicas, socioeconómicas, culturales y político institucionales. La ley regulará su
aplicación.

Artículo 381.

I. Son patrimonio natural las especies nativas de origen animal y vegetal. El Estado establecerá las
medidas necesarias para su conservación, aprovechamiento y desarrollo.

II. El Estado protegerá todos los recursos genéticos y microorganismos que se encuentren en los
ecosistemas del territorio, así como los conocimientos asociados con su uso y aprovechamiento. Para su
protección se establecerá un sistema de registro que salvaguarde su existencia, así como la propiedad

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intelectual en favor del Estado o de los sujetos sociales locales que la reclamen. Para todos aquellos
recursos no registrados, el Estado establecerá los procedimientos para su protección mediante la ley.

Artículo 382.

Es facultad y deber del Estado la defensa, recuperación, protección y repatriación del material biológico
proveniente de los recursos naturales, de los conocimientos ancestrales y otros que se originen en el territorio.

Artículo 383.

El Estado establecerá medidas de restricción parcial o total, temporal o permanente, sobre los usos extractivos
de los recursos de la biodiversidad. Las medidas estarán orientadas a las necesidades de preservación,
conservación, recuperación y restauración de la biodiversidad en riesgo de extinción. Se sancionará
penalmente la tenencia, manejo y tráfico ilegal de especies de la biodiversidad.

SECCIÓN II

COCA

Artículo 384.

El Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la
biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social; en su estado natural no es estupefaciente. La
revalorización, producción, comercialización e industrialización se regirá mediante la ley.

SECCIÓN III

ÁREAS PROTEGIDAS

Artículo 385.

I. Las áreas protegidas constituyen un bien común y forman parte del patrimonio natural y cultural del país;
cumplen funciones ambientales, culturales, sociales y económicas para el desarrollo sustentable.

II. Donde exista sobreposición de áreas protegidas y territorios indígena originario campesinos, la gestión
compartida se realizará con sujeción a las normas y procedimientos propios de las naciones y pueblos
indígena originaria campesinos, respetando el objeto de creación de estas áreas.

SECCIÓN IV

RECURSOS FORESTALES

Artículo 386.

Los bosques naturales y los suelos forestales son de carácter estratégico para el desarrollo del pueblo
boliviano. El Estado reconocerá derechos de aprovechamiento forestal a favor de comunidades y operadores
particulares. Asimismo promoverá las actividades de conservación y aprovechamiento sustentable, la
generación de valor agregado a sus productos, la rehabilitación y reforestación de áreas degradadas.

Artículo 387.

I. El Estado deberá garantizar la conservación de los bosques naturales en las áreas de vocación forestal,
su aprovechamiento sustentable, la conservación y recuperación de la flora, fauna y áreas degradadas.

II. La ley regulará la protección y aprovechamiento de las especies forestales de relevancia

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socioeconómica, cultural y ecológica.

Artículo 388.

Las comunidades indígena originario campesinas situadas dentro de áreas forestales serán titulares del
derecho exclusivo de su aprovechamiento y de su gestión, de acuerdo con la ley.

Artículo 389.

I. La conversión de uso de tierras con cobertura boscosa a usos agropecuarios u otros, sólo procederá en
los espacios legalmente asignados para ello, de acuerdo con las políticas de planificación y conforme
con la ley.

II. La ley determinará las servidumbres ecológicas y la zonificación de los usos internos, con el fin de
garantizar a largo plazo la conservación de los suelos y cuerpos de agua.

III. Toda conversión de suelos en áreas no clasificadas para tales fines constituirá infracción punible y
generará la obligación de reparar los daños causados.

CAPÍTULO OCTAVO

AMAZONIA

Artículo 390.

I. La cuenca amazónica boliviana constituye un espacio estratégico de especial protección para el


desarrollo integral del país por su elevada sensibilidad ambiental, biodiversidad existente, recursos
hídricos y por las ecoregiones.

II. La amazonia boliviana comprende la totalidad del departamento de Pando, la provincia Iturralde del
departamento de La Paz y las provincias Vaca Díez y Ballivián del departamento del Beni. El desarrollo
integral de la amazonia boliviana, como espacio territorial selvático de bosques húmedos tropicales, de
acuerdo a sus específicas características de riqueza forestal extractiva y recolectora, se regirá por ley
especial en beneficio de la región y del país.

Artículo 391.

I. El Estado priorizará el desarrollo integral sustentable de la amazonia boliviana, a través de una


administración integral, participativa, compartida y equitativa de la selva amazónica. La administración
estará orientada a la generación de empleo y a mejorar los ingresos para sus habitantes, en el marco de
la protección y sustentabilidad del medio ambiente.

II. El Estado fomentará el acceso al financiamiento para actividades turísticas, ecoturísticas y otras
iniciativas de emprendimiento regional.

III. El Estado en coordinación con las autoridades indígena originario campesinas y los habitantes de la
amazonia, creará un organismo especial, descentralizado, con sede en la amazonia, para promover
actividades propias de la región.

Artículo 392.

I. El Estado implementará políticas especiales en beneficio de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos de la región para generar las condiciones necesarias para la reactivación, incentivo,
industrialización, comercialización, protección y conservación de los productos extractivos tradicionales.

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II. Se reconoce el valor histórico cultural y económico de la siringa y del castaño, símbolos de la amazonia
boliviana, cuya tala será penalizada, salvo en los casos de interés público regulados por la ley.

CAPÍTULO NOVENO

TIERRA Y TERRITORIO

Artículo 393.

El Estado reconoce, protege y garantiza la propiedad individual y comunitaria o colectiva de la tierra, en tanto
cumpla una función social o una función económica social, según corresponda.

Artículo 394.

I. La propiedad agraria individual se clasifica en pequeña, mediana y empresarial, en función a la


superficie, a la producción y a los criterios de desarrollo. Sus extensiones máximas y mínimas,
características y formas de conversión serán reguladas por la ley. Se garantizan los derechos
legalmente adquiridos por propietarios particulares cuyos predios se encuentren ubicados al interior de
territorios indígena originario campesinos.

II. La pequeña propiedad es indivisible, constituye patrimonio familiar inembargable, y no está sujeta al
pago de impuestos a la propiedad agraria. La indivisibilidad no afecta el derecho a la sucesión
hereditaria en las condiciones establecidas por ley.

III. El Estado reconoce, protege y garantiza la propiedad comunitaria o colectiva, que comprende el territorio
indígena originario campesino, las comunidades interculturales originarias y de las comunidades
campesinas. La propiedad colectiva se declara indivisible, imprescriptible, inembargable, inalienable e
irreversible y no está sujeta al pago de impuestos a la propiedad agraria. Las comunidades podrán ser
tituladas reconociendo la complementariedad entre derechos colectivos e individuales respetando la
unidad territorial con identidad.

Artículo 395.

I. Las tierras fiscales serán dotadas a indígena originario campesinos, comunidades interculturales
originarias, afrobolivianos y comunidades campesinas que no las posean o las posean insuficientemente,
de acuerdo con una política estatal que atienda a las realidades ecológicas y geográficas, así como a las
necesidades poblacionales, sociales, culturales y económicas. La dotación se realizará de acuerdo con
las políticas de desarrollo rural sustentable y la titularidad de las mujeres al acceso, distribución y
redistribución de la tierra, sin discriminación por estado civil o unión conyugal.

II. Se prohíben las dobles dotaciones y la compraventa, permuta y donación de tierras entregadas en
dotación.

III. Por ser contraria al interés colectivo, está prohibida la obtención de renta fundiaria generada por el uso
especulativo de la tierra.

Artículo 396.

I. El Estado regulará el mercado de tierras, evitando la acumulación en superficies mayores a las


reconocidas por la ley, así como su división en superficies menores a la establecida para la pequeña
propiedad.

II. Las extranjeras y los extranjeros bajo ningún título podrán adquirir tierras del Estado.

Artículo 397.

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I. El trabajo es la fuente fundamental para la adquisición y conservación de la propiedad agraria. Las


propiedades deberán cumplir con la función social o con la función económica social para salvaguardar
su derecho, de acuerdo a la naturaleza de la propiedad.

II. La función social se entenderá como el aprovechamiento sustentable de la tierra por parte de pueblos y
comunidades indígena originario campesinos, así como el que se realiza en pequeñas propiedades, y
constituye la fuente de subsistencia y de bienestar y desarrollo sociocultural de sus titulares. En el
cumplimiento de la función social se reconocen las normas propias de las comunidades.

III. La función económica social debe entenderse como el empleo sustentable de la tierra en el desarrollo de
actividades productivas, conforme a su capacidad de uso mayor, en beneficio de la sociedad, del interés
colectivo y de su propietario. La propiedad empresarial está sujeta a revisión de acuerdo con la ley, para
verificar el cumplimiento de la función económica y social.

Artículo 398.

Se prohíbe el latifundio y la doble titulación por ser contrarios al interés colectivo y al desarrollo del país. Se
entiende por latifundio la tenencia improductiva de la tierra; la tierra que no cumpla la función económica
social; la explotación de la tierra que aplica un sistema de servidumbre, semiesclavitud o esclavitud en la
relación laboral o la propiedad que sobrepasa la superficie máxima zonificada establecida en la ley. La
superficie máxima en ningún caso podrá exceder de cinco mil hectáreas.

Artículo 399.

I. Los nuevos límites de la propiedad agraria zonificada se aplicarán a predios que se hayan adquirido con
posterioridad a la vigencia de esta Constitución. A los efectos de la irretroactividad de la Ley, se
reconocen y respetan los derechos de posesión y propiedad agraria de acuerdo a Ley.

II. Las superficies excedentes que cumplan la Función Económico Social serán expropiadas. La doble
titulación prevista en el artículo anterior se refiere a las dobles dotaciones tramitadas ante el ex -
Consejo Nacional de Reforma Agraria, CNRA. La prohibición de la doble dotación no se aplica a
derechos de terceros legalmente adquiridos.

Artículo 400.

Por afectar a su aprovechamiento sustentable y por ser contrario al interés colectivo, se prohíbe la división de
las propiedades en superficies menores a la superficie máxima de la pequeña propiedad reconocida por la ley
que, para su establecimiento, tendrá en cuenta las características de las zonas geográficas. El Estado
establecerá mecanismos legales para evitar el fraccionamiento de la pequeña propiedad.

Artículo 401

I. El incumplimiento de la función económica social o la tenencia latifundista de la tierra, serán causales de


reversión y la tierra pasará a dominio y propiedad del pueblo boliviano.

II. La expropiación de la tierra procederá por causa de necesidad y utilidad pública, y previo pago de una
indemnización justa.

Artículo 402.

El Estado tiene la obligación de:

1. Fomentar planes de asentamientos humanos para alcanzar una racional distribución demográfica y un
mejor aprovechamiento de la tierra y los recursos naturales, otorgando a los nuevos asentados

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facilidades de acceso a la educación, salud, seguridad alimentaría y producción, en el marco del


Ordenamiento Territorial del Estado y la conservación del medio ambiente.

2. Promover políticas dirigidas a eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres en el
acceso, tenencia y herencia de la tierra.

Artículo 403.

I. Se reconoce la integralidad del territorio indígena originario campesino, que incluye el derecho a la tierra,
al uso y aprovechamiento exclusivo de los recursos naturales renovables en las condiciones
determinadas por la ley; a la consulta previa e informada y a la participación en los beneficios por la
explotación de los recursos naturales no renovables que se encuentran en sus territorios; la facultad de
aplicar sus normas propias, administrados por sus estructuras de representación y la definición de su
desarrollo de acuerdo a sus criterios culturales y principios de convivencia armónica con la naturaleza.
Los territorios indígena originario campesinos podrán estar compuestos por comunidades.

II. El territorio indígena originario campesino comprende áreas de producción, áreas de aprovechamiento y
conservación de los recursos naturales y espacios de reproducción social, espiritual y cultural. La ley
establecerá el procedimiento para el reconocimiento de estos derechos.

Artículo 404.

El Servicio Boliviano de Reforma Agraria, cuya máxima autoridad es el Presidente del Estado, es la entidad
responsable de planificar, ejecutar y consolidar el proceso de reforma agraria y tiene jurisdicción en todo el
territorio del país.

TÍTULO III

DESARROLLO RURAL INTEGRAL SUSTENTABLE

Artículo 405.

El desarrollo rural integral sustentable es parte fundamental de las políticas económicas del Estado, que
priorizará sus acciones para el fomento de todos los emprendimientos económicos comunitarios y del conjunto
de los actores rurales, con énfasis en la seguridad y en la soberanía alimentaria, a través de:

1. El incremento sostenido y sustentable de la productividad agrícola, pecuaria, manufacturera,


agroindustrial y turística, así como su capacidad de competencia comercial.

2. La articulación y complementariedad interna de las estructuras de producción agropecuarias y


agroindustriales.

3. El logro de mejores condiciones de intercambio económico del sector productivo rural en relación con el
resto de la economía boliviana.

4. La significación y el respeto de las comunidades indígena originario campesinas en todas las


dimensiones de su vida.

5. El fortalecimiento de la economía de los pequeños productores agropecuarios y de la economía familiar


y comunitaria.

Artículo 406.

I. El Estado garantizará el desarrollo rural integral sustentable por medio de políticas, planes, programas y
proyectos integrales de fomento a la producción agropecuaria, artesanal, forestal y al turismo, con el

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objetivo de obtener el mejor aprovechamiento, transformación, industrialización y comercialización de los


recursos naturales renovables.

II. El Estado promoverá y fortalecerá las organizaciones económicas productivas rurales, entre ellas a los
artesanos, las cooperativas, las asociaciones de productores agropecuarios y manufactureros, y las
micro, pequeñas y medianas empresas comunitarias agropecuarias, que contribuyan al desarrollo
económico social del país, de acuerdo a su identidad cultural y productiva.

Artículo 407.

Son objetivos de la política de desarrollo rural integral del Estado, en coordinación con las entidades
territoriales autónomas y descentralizadas:

1. Garantizar la soberanía y seguridad alimentaria, priorizando la producción y el consumo de alimentos de


origen agropecuario producidos en el territorio boliviano.

2. Establecer mecanismos de protección a la producción agropecuaria boliviana.

3. Promover la producción y comercialización de productos agro ecológicos.

4. Proteger la producción agropecuaria y agroindustrial ante desastres naturales e inclemencias climáticas,


geológicas y siniestros. La ley preverá la creación del seguro agrario.

5. Implementar y desarrollar la educación técnica productiva y ecológica en todos sus niveles y


modalidades.

6. Establecer políticas y proyectos de manera sustentable, procurando la conservación y recuperación de


suelos.

7. Promover sistemas de riego, con el fin de garantizar la producción agropecuaria.

8. Garantizar la asistencia técnica y establecer mecanismos de innovación y transferencia tecnológica en


toda la cadena productiva agropecuaria.

9. Establecer la creación del banco de semillas y centros de investigación genética.

10. Establecer políticas de fomento y apoyo a sectores productivos agropecuarios con debilidad estructural
natural.

11. Controlar la salida y entrada al país de recursos biológicos y genéticos.

12. Establecer políticas y programas para garantizar la sanidad agropecuaria y la inocuidad alimentaria.

13. Proveer infraestructura productiva, manufactura e industrial y servicios básicos para el sector
agropecuario.

Artículo 408.

El Estado determinará estímulos en beneficio de los pequeños y medianos productores con el objetivo de
compensar las desventajas del intercambio inequitativo entre los productos agrícolas y pecuarios con el resto
de la economía.

Artículo 409.

La producción, importación y comercialización de transgénicos será regulada por Ley.

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QUINTA PARTE

JERARQUÍA NORMATIVA Y REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN

TÍTULO ÚNICO

PRIMACÍA Y REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN

Artículo 410.

I. Todas las personas, naturales y jurídicas, así como los órganos públicos, funciones públicas e
instituciones, se encuentran sometidos a la presente Constitución.

II. La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía frente a
cualquier otra disposición normativa. El bloque de constitucionalidad está integrado por los Tratados y
Convenios internacionales en materia de Derechos Humanos y las normas de Derecho Comunitario,
ratificados por el país. La aplicación de las normas jurídicas se regirá por la siguiente jerarquía, de
acuerdo a las competencias de las entidades territoriales:

1. Constitución Política del Estado.

2. Los tratados internacionales.

3. Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el resto de legislación
departamental, municipal e indígena.

4. Los decretos, reglamentos y demás resoluciones emanadas de los órganos ejecutivos


correspondientes.

Artículo 411.

I. La reforma total de la Constitución, o aquella que afecte a sus bases fundamentales, a los derechos,
deberes y garantías, o a la primacía y reforma de la Constitución, tendrá lugar a través de una Asamblea
Constituyente originaria plenipotenciaria, activada por voluntad popular mediante referendo. La
convocatoria del referendo se realizará por iniciativa ciudadana, con la firma de al menos el veinte por
ciento del electorado; por mayoría absoluta de los miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional; o
por la Presidenta o el Presidente del Estado. La Asamblea Constituyente se autorregulará a todos los
efectos, debiendo aprobar el texto constitucional por dos tercios del total de sus miembros presentes. La
vigencia de la reforma necesitará referendo constitucional aprobatorio.

II. La reforma parcial de la Constitución podrá iniciarse por iniciativa popular, con la firma de al menos el
veinte por ciento del electorado; o por la Asamblea Legislativa Plurinacional, mediante ley de reforma
constitucional aprobada por dos tercios del total de los miembros presentes de la Asamblea Legislativa
Plurinacional. Cualquier reforma parcial necesitará referendo constitucional aprobatorio.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Primera.

I. El Congreso de la República en el plazo de 60 días desde la promulgación de la presente Constitución,


sancionará un nuevo régimen electoral para la elección de la Asamblea Legislativa Plurinacional,
Presidente y Vicepresidente de la República; la elección tendrá lugar el día 6 de diciembre de 2009.

II. Los mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del
cómputo de los nuevos periodos de funciones.

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III. Las elecciones de autoridades departamentales y municipales se realizarán el 4 de abril de 2010.

IV. Excepcionalmente se prorroga el mandato de Alcaldes, Concejales Municipales y Prefectos de


Departamento hasta la posesión de las nuevas autoridades electas de conformidad con el párrafo
anterior.

Segunda.

La Asamblea Legislativa Plurinacional sancionará, en el plazo máximo de ciento ochenta días a partir de su
instalación, la Ley del Órgano Electoral Plurinacional, la Ley del Régimen Electoral, la Ley del Órgano Judicial,
la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional y la Ley Marco de Autonomías y Descentralización.

Tercera.

I. Los departamentos que optaron por las autonomías departamentales en el referendo del 2 de julio de
2006, accederán directamente al régimen de autonomías departamentales, de acuerdo con la
Constitución.

II. Los departamentos que optaron por la autonomía departamental en el referéndum del 2 de julio de 2006,
deberán adecuar sus estatutos a esta Constitución y sujetarlos a control de constitucionalidad.

Cuarta.

La elección de las autoridades de los órganos comprendidos en la disposición segunda, se realizarán de


conformidad al calendario electoral establecido por el Órgano Electoral Plurinacional.

Quinta.

Durante el primer mandato de la Asamblea Legislativa Plurinacional se aprobarán las leyes necesarias para el
desarrollo de las disposiciones constitucionales.

Sexta.

En el plazo máximo de un año después de que entre en vigencia la Ley del Órgano Judicial, y de acuerdo con
ésta, se procederá a la revisión del escalafón judicial.

Séptima.

A efectos de la aplicación del parágrafo I del artículo 293 de esta Constitución, el territorio indígena tendrá
como base de su delimitación a las Tierras Comunitarias de Origen. En el plazo de un año desde la elección
del Órgano Ejecutivo y Legislativo, la categoría de Tierra Comunitaria de Origen se sujetará a un trámite
administrativo de conversión a Territorio Indígena Originario Campesino, en el marco establecido en esta
Constitución.

Octava.

I. En el plazo de un año desde la elección del Órgano Ejecutivo y del Órgano Legislativo, las concesiones
sobre recursos naturales, electricidad, telecomunicaciones y servicios básicos deberán adecuarse al
nuevo ordenamiento jurídico. La migración de las concesiones a un nuevo régimen jurídico en ningún
caso supondrá desconocimiento de derechos adquiridos.

II. En el mismo plazo, se dejarán sin efecto las concesiones mineras de minerales metálicos y no
metálicos, evaporíticos, salares, azufreras y otros, concedidas en las reservas fiscales del territorio
boliviano.

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III. Las concesiones mineras otorgadas a las empresas nacionales y extranjeras con anterioridad a la
promulgación de la presente Constitución, en el plazo de un año, deberán adecuarse a ésta, a través de
los contratos mineros.

IV. El Estado reconoce y respeta los derechos pre-constituidos de las sociedades cooperativas mineras, por
su carácter productivo social.

V. Las concesiones de minerales radioactivos otorgadas con anterioridad a la promulgación de la


Constitución quedan resueltas, y se revierten a favor del Estado.

Novena.

Los tratados internacionales anteriores a la Constitución y que no la contradigan se mantendrán en el


ordenamiento jurídico interno, con rango de ley. En el plazo de cuatro años desde la elección del nuevo
Órgano Ejecutivo, éste denunciará y, en su caso, renegociará los tratados internacionales que sean contrarios
a la Constitución.

Décima.

El requisito de hablar al menos dos idiomas oficiales para el desempeño de funciones públicas determinado en
el Artículo 235. 7 será de aplicación progresiva de acuerdo a Ley.

DISPOSICIÓN ABROGATORIA

Disposición abrogatoria.

Queda abrogada la Constitución Política del Estado de 1967 y sus reformas posteriores.

DISPOSICIÓN FINAL

Disposición final.

Esta Constitución, aprobada en referendo por el pueblo boliviano entrará en vigencia el día de su publicación
en la Gaceta Oficial.

Remítase al Poder Ejecutivo, para fines constitucionales.

Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como Ley fundamental del nuevo Estado Unitario Social de
Derecho Plurinacional Comunitario, descentralizado y con autonomías.

Ciudad de El Alto de La Paz, a los siete días del mes de febrero de dos mil nueve años.

FDO. EVO MORALES AYMA


PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA
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