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Las tasas de maltrato pueden ser mayores entre los ancianos residentes
en instituciones que en los que están en la comunidad.
El maltrato de las personas mayores puede conllevar graves lesiones
físicas y consecuencias psicológicas prolongadas.
Se prevé un aumento del problema por el envejecimiento de la población
en muchos países.
La población mundial de mayores de 60 años se duplicará con creces, de
900 millones en 2015 a unos 2000 millones en 2050.
El maltrato de las personas mayores es un acto único o repetido que causa daño
o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para
evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza. Este tipo de
violencia constituye una violación de los derechos humanos e incluye el maltrato
físico, sexual, psicológico o emocional; la violencia por razones económicas o
materiales; el abandono; la negligencia; y el menoscabo grave de dignidad y la
falta de respeto.
Se lo puede definir como «un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento
a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se
produce en una relación basada en la confianza». Puede adoptar diversas
formas, como el maltrato físico, psíquico, emocional o sexual, y el abuso de
confianza en cuestiones económicas. También puede ser el resultado de la
negligencia, sea esta intencional o no.
En muchas partes del mundo el maltrato de los ancianos pasa casi
inadvertido. Hasta hace poco, este grave problema social se ocultaba a la
vista del público y se consideraba como un asunto esencialmente privado.
Incluso hoy en día, el maltrato de los ancianos sigue siendo un tema tabú, por
lo común subestimado y desatendido por sociedades de todo el mundo. Sin
embargo, cada día hay más indicios de que el maltrato de los ancianos es un
importante problema de salud pública y de la sociedad.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo que pueden incrementar la posibilidad de que una persona
mayor sufra malos tratos se sitúan en el ámbito individual, relacional, comunitario
y sociocultural.
Individuales
Entre los riesgos del ámbito individual se incluyen la mala salud física y mental
de la víctima y los trastornos mentales y abuso del alcohol y las sustancias
psicotrópicas en el caso del agresor. Entre otros factores individuales que
pueden incrementar el riesgo de malos tratos se incluyen el sexo de la víctima y
el hecho de compartir vivienda. Si bien los varones de edad corren el mismo
riesgo de sufrir malos tratos que las mujeres, en algunas culturas en las que las
mujeres tienen una condición social inferior, las mujeres de edad tienen mayor
riesgo de negligencia y abuso económico (como apoderarse de sus propiedades)
cuando enviudan. Las mujeres pueden también correr un mayor riesgo de sufrir
formas más persistentes y graves de maltrato y lesiones.
Relacionales
Comunitarios
Socioculturales
Entre los factores socioculturales que pueden afectar al riesgo de maltrato de las
personas mayores se incluyen los siguientes:
Son muchas las estrategias que se han aplicado para prevenir el maltrato de las
personas mayores, adoptar medidas para combatirlo y mitigar sus
consecuencias. Entre las intervenciones que se han puesto en práctica –
principalmente en los países de ingresos altos– para prevenir el maltrato cabe
citar las siguientes:
Entre los esfuerzos por responder al maltrato e impedir que se repita se incluyen
las siguientes intervenciones:
Respuesta de la OMS
Maltrato psíquico
Factores de riesgo
En general, la violencia suele ser el resultado de una combinación de
interacciones individuales, relacionales y sociales culturales. Es por ello que son
numerosos los factores que interactúan y confluyen en que se dé una situación
de maltrato en personas ancianas, siendo los factores de riesgo más frecuentes
del maltrato en la vejez:
Factores individuales
Alteraciones en el comportamiento psicológico. Cuando llegan a la tercera
edad, hay personas que experimentan cambios bruscos en la conducta
psicológica. Estos cambios comprenden conducta agresiva (física, verbal o
psicológica), modificación de la personalidad, conducta demandante, invasiva,
intolerancia a los cambios ambientales (casa/residencia desconocida para la
persona), falta de aceptación de la situación de dependencia, etc. También es
un factor de riesgo sufrir un trastorno psicopatológico cuando se llega a la vejez.
Indefensión aprendida. Se trata de la situación, fruto del aprendizaje según su
historia de vida, en la que el anciano no siente capacidad para defenderse ante
las situaciones amenazantes. Es decir, existe una inhibición por parte de la
persona maltratada en situaciones hostiles o dolorosas.
Carencia o falta de estimulación sensorial. Comprende la falta de audición,
de visión, trastornos de habla o de comprensión.
Déficit neurocognitivo. Personas que sufren o comienzan a sufrir déficits de
naturaleza cognitiva como la demencia o el alzheimer, deterioro del nivel de
conciencia (delirium) o trastornos amnésicos (Psicosis de Korsakoff,
traumatismos craneoencefálicos y amnesia global transitoria) .
El género. En diversos estudios se ha encontrado un mayor porcentaje de
mujeres ancianas maltratadas que de hombres.
Problemas físicos. Existe una gran diversidad de problemas físicos que van
apareciendo en el adulto mayor y que pueden hacerlo más vulnerable. Algunos
de los más comunes son la inmovilidad, incontinencia, insomnio (u otras
alteraciones de sueño), hipertensión o úlceras.
Edad. También se han observado diferencias significativas en cuanto a la edad,
según diversos estudios se producen un mayor riesgo de sufrir maltrato pasados
los 75 años de edad.
Factores Relacionales
Vivienda compartida. Compartir la vivienda con familiares puede ser un factor
de riesgo para el maltrato de las personas mayores, ya que en ocasiones son los
cónyuges y/o los hijos adultos de las personas mayores los que perpetran los
malos tratos.
Dependencia económica. En dos sentidos, cuando el agresor depende
económicamente de la persona mayor o cuando es la persona mayor la que
depende económicamente del agresor. En ambos caso aumenta el riesgo de
maltrato.
Relaciones disfuncionales previas. En ocasiones, si hay antecedentes de
relaciones familiares disfuncionales, especialmente en lo que a violencia se
refiere, el riesgo de maltrato aumenta a medida que aumenta la dependencia de
la persona mayor.
Sobrecarga en la mujer. Siendo la mujer la que en mayor medida se hace cargo
del cuidado de personas mayores, con la incorporación de las mujeres al mundo
laboral y la reducción de su tiempo disponible, atender a los parientes mayores
puede suponer una pesada carga que incrementa el riesgo de maltrato.
Interdependencia. El grado de dependencia que experimente cuidador-cuidado
también puede repercutir, ya sea dependencia emocional, física, económica o
de otro tipo.
Difícil relación intersubjetiva. Una compleja relación entre cuidador y persona
cuidada puede propiciar un trato inadecuado por parte del cuidador.
Factores Socioculturales
Percepción negativa sobre la vejez. Representación de los ancianos como
frágiles, débiles y dependientes, pensar que la opinión de las personas mayores
carece de importancia, estereotipos y prejuicios, edadismo (discriminación por
edad), etc.
Entorno familiar. Problemas como el debilitamiento de los vínculos entre las
generaciones de una misma familia, los conflictos que afectan a la distribución
del poder y de los bienes materiales en las familias, la migración de las parejas
jóvenes que dejan a los padres ancianos solos.
Institucionales. Bajo nivel de atención sanitaria en el país de residencia,
escasos servicios sociales para la tercera edad, centros asistenciales para las
personas mayores inadecuados, personal de atención sanitaria mal formado,
mal remunerado y soporta una carga de trabajo excesiva…
Económicos. La falta de fondos para pagar los cuidados, ya sea en el entorno
familiar o en el ámbito institucional.
Factores de riesgo en el cuidador
También hay que contemplar en el maltrato en la vejez los factores de riesgo
respecto a la persona o personas que cuidan al adulto mayor:
Falta de apoyo. Pertenecer a una unidad familiar con más de un miembro y que
sea una única persona la que brinda los cuidados puede suponer una gran carga.
Asimismo, en los casos en los que las personas maltratadas están
institucionalizadas, el cuidador puede percibir falta de apoyo por parte de otros
profesionales., además de la falta de los recursos necesarios para desarrollar su
trabajo.
Sentir insatisfacción personal. Si el cuidador siente que sus propias
necesidades básicas personales no están cubiertas, o si no ha asumido
adecuadamente experiencias traumáticas, puede enfocar su frustración en la
persona mayor a la que cuida y ejercer maltrato.
Cambio en el ritmo de vida. En algunos casos, la vida de la persona que tiene
que cuidar al adulto mayor experimenta cambios bruscos (horarios excesivos,
abandono del trabajo formal, privación del periodo vacacional…) lo cual puede
repercutir en el equilibrio emocional del cuidador y propiciar el maltrato.
Conflicto familiar. Discusiones que pueden surgir en la unidad familiar entre el
cuidador principal y otros miembros de la familia debidas a la convivencia con el
anciano.
Cansancio. La falta de descanso físico y emocional es uno de los factores de
riesgo que más influyen con respecto al maltrato ejercido.
Estado emocional por el deterioro de la otra persona. Como se ha
mencionado anteriormente, la personalidad del adulto mayor puede
experimentar cambios bruscos con el paso del tiempo. Este hecho provoca
tristeza, pero también enfado y frustración en el que cuidador, lo que puede
propiciar el maltrato.
Sufrir psicopatología o enfermedad física. Al igual que en el caso de los
factores de riesgo en el anciano, en el caso del cuidador también es un factor de
riesgo que este sufra alguna psicopatología o enfermedad física, siendo un
posible elemento desencadenante de la conducta de maltrato.
Uso y/o abuso de alcohol u otras sustancias. El consumo prolongado de
alcohol y otras sustancias produce efectos perjudiciales en el organismo, y
también altera el estado psicológico, lo cual puede favorecer también que el
cuidador maltrate al anciano cuidado.
Rol de cuidador
Cuando un anciano maltratado acude a un servicio sanitario, lo hace para recibir
atención sanitaria, ya sea por lesiones físicas como por otros motivos que
requieren atención y que enmascaran el maltrato al cual están sometidos. Por lo
tanto, el equipo sanitario debe ser capaz de detectar tanto las lesiones físicas
como las psíquicas, sean o no aparentes. Para ello se debe:
— Realizar un informe asistencial con letra legible que certifique las lesiones
objetivadas, necesario para interponer la denuncia. El informe asistencial no ha
de contener la etiología de las lesiones, puesto que podríamos poner en peligro
al anciano, en el caso que no quiera o no esté capacitado para interponer una
denuncia.
— Rellenar la hoja del mapa anatómico para facilitar los datos asistenciales al
médico forense y al juez. Se deberán describir correctamente los hallazgos, pues
influirá en futuras asistencias y ayudará a las autoridades judiciales a acreditar
la situación de malos tratos. Se debe realizar una anotación detallada de las
lesiones incluyendo tipo, tamaño, número, localización, posible causa. En el
anexo 1 se adjunta un modelo de mapa anatómico.
La importancia de la prevención
Es importante que las instituciones gubernamentales lleven a cabo campañas de
sensibilización sobre esta problemática, enfocadas tanto para el público en
general como específicamente para los profesionales sanitarios. También son
necesarias políticas sobre la atención en residencias para definir y mejorar el
nivel de la atención, así como intervenciones de apoyo a los cuidadores (gestión
del estrés, programas de asistencia…). Asimismo, es primordial otorgar una
buena formación a las personas que cuidan a nuestros ancianos, tanto en el
ámbito profesional como particular.
CONCLUSIONES
Es importante que los familiares y cuidadores sigan estas pautas para prevenir
el maltrato o abuso, que afecta, de acuerdo a las estadísticas mundiales, a 1 de
cada 10 adultos mayores; mientras que a nivel regional se habla de un 30% al
40% de abuso en este grupo etario.
BIBLIOGRAFIA
https://www.bps.gub.uy/innovaportal/file/1623/1/violencia_maltrato_y_
abuso_en_la_vejez._una_realidad_oculta_una_cuestion_de_derecho
s._c.__sirlin.pdf
https://www.hogarcorazondejesus.org.ec/blog/item/10-
recomendaciones-prevenir-maltrato-adultos-mayores