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Introducción

El fenómeno del maltrato a los ancianos no es nuevo; sin embargo, no había


llamado la atención de los profesionales sanitarios ni organismos sociales hasta
los últimos años, ya que la mayoría de casos no trascienden del ámbito familiar
y no han constituido un escándalo público, como la violencia contra las mujeres
o los niños. La primera referencia internacional hacia el maltrato al anciano
aparece en 1989, en que se elabora la Declaración de Hong Kong de la
Asociación Médica Mundial sobre el Maltrato de Ancianos, en la cual se reconoce
que los ancianos deben tener los mismos derechos a atención, bienestar y
respeto y se reconoce que es responsabilidad del médico proteger los intereses
físicos y psíquicos de los ancianos, así como velar por que reciban la atención
necesaria. Se reconoce también la obligación por parte del médico de identificar
al anciano que pueda haber sufrido maltrato, proporcionarle tratamiento de los
daños, informar de toda sospecha de casos de maltrato y trabajar conjuntamente
con un equipo multidisciplinar. En España, en 1995, en Almería, se realiza la I
Conferencia Nacional de Consenso sobre el anciano maltratado con el objetivo
de conseguir un consenso entre diferentes expertos, dar a conocer el problema,
conseguir un documento declaratorio final para remitir a instituciones del estado
y promover una Ley de Protección al Mayor.
MALTRATO FÍSICO Y PSÍQUICO
Maltrato físico
Uso de la fuerza física en contra de un adulto mayor que daña su integridad
corporal, puede provocar dolor, lesión y/o discapacidad temporal o permanente,
y en casos extremos, la muerte.
La palabra maltrato se usa para designar todas aquellas acciones que involucran
algún tipo de agresión o violencia. Como dice la misma palabra, el abuso es una
forma de tratar mal a alguien, dirigirse a esa persona o ser vivo de una manera
agresiva, con insultos, gritos e incluso violencia física. El maltrato es perjudicial
para el que lo recibe, ya que puede suponer lesiones graves si la agresión es
física y también heridas emocionales y psicológicas cuando el abuso es verbal.

 Las tasas de maltrato pueden ser mayores entre los ancianos residentes
en instituciones que en los que están en la comunidad.
 El maltrato de las personas mayores puede conllevar graves lesiones
físicas y consecuencias psicológicas prolongadas.
 Se prevé un aumento del problema por el envejecimiento de la población
en muchos países.
 La población mundial de mayores de 60 años se duplicará con creces, de
900 millones en 2015 a unos 2000 millones en 2050.

El maltrato de las personas mayores es un acto único o repetido que causa daño
o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para
evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza. Este tipo de
violencia constituye una violación de los derechos humanos e incluye el maltrato
físico, sexual, psicológico o emocional; la violencia por razones económicas o
materiales; el abandono; la negligencia; y el menoscabo grave de dignidad y la
falta de respeto.

Se lo puede definir como «un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento
a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se
produce en una relación basada en la confianza». Puede adoptar diversas
formas, como el maltrato físico, psíquico, emocional o sexual, y el abuso de
confianza en cuestiones económicas. También puede ser el resultado de la
negligencia, sea esta intencional o no.
En muchas partes del mundo el maltrato de los ancianos pasa casi
inadvertido. Hasta hace poco, este grave problema social se ocultaba a la
vista del público y se consideraba como un asunto esencialmente privado.
Incluso hoy en día, el maltrato de los ancianos sigue siendo un tema tabú, por
lo común subestimado y desatendido por sociedades de todo el mundo. Sin
embargo, cada día hay más indicios de que el maltrato de los ancianos es un
importante problema de salud pública y de la sociedad.

El problema existe en los países en desarrollo y desarrollados y por lo general


no se notifica en grado suficiente en todo el mundo. Tan solo en unos pocos
países desarrollados hay tasas de prevalencia o estimaciones, que se sitúan
entre un 1% y un 10%. Aunque la magnitud del maltrato de los ancianos se
desconoce, su importancia social y moral salta a la vista. En tal virtud, exige
una respuesta mundial multifacética que se centre en la protección de los
derechos de las personas de edad.

Las formas de definir, detectar y resolver el maltrato de los ancianos tienen


que enmarcarse en el contexto cultural y considerarse junto con los factores
de riesgo que tienen una especificidad cultural. Por ejemplo, en algunas
sociedades tradicionales se obliga a las viudas de edad a casarse de nuevo,
mientras que en otras las mujeres mayores que viven solas son acusadas de
practicar la brujería.

Desde los puntos de vista sanitario y social, si los sectores de atención


primaria de salud y servicios sociales no están bien dotados para detectar y
resolver el problema, el maltrato de los ancianos seguirá estando semioculto.

Magnitud del problema

El maltrato de las personas mayores es un problema importante de salud pública.


Aunque hay poca información sobre el alcance del maltrato en la población de
edad avanzada, especialmente en los países en desarrollo, se calcula que 1 de
cada 10 personas mayores ha sufrido malos tratos en el último mes.
Probablemente la cifra esté subestimada, puesto que solo se notifica 1 de cada
24 casos de maltrato a personas mayores, en parte porque los afectados suelen
tener miedo de informar a sus familiares y amigos o a las autoridades. En
consecuencia, es probable que todas las tasas de prevalencia estén
subestimadas.

Aunque los datos rigurosos son escasos, un estudio ha aportado estimaciones


de la prevalencia de los tipos más frecuentes de maltrato en países de ingresos
elevados o medios:

 maltrato físico: 0,2-4,9%


 abuso sexual: 0,04-0,82%
 maltrato psicológico: 0,7-6,3% (basado en criterios liminares sustantivos)
 abuso económico: 1,0-9,2%;
 desatención: 0,2-5,5%.

Los datos sobre el alcance del problema en establecimientos institucionales


como hospitales, hogares de ancianos y otros centros asistenciales de largo
plazo son escasos. Sin embargo, en una encuesta realizada al personal de
hogares de ancianos en los Estados Unidos de América se apunta la posibilidad
de que las tasas sean elevadas:

 un 36% había presenciado al menos un incidente de maltrato físico contra


un paciente de edad avanzada en el año precedente;
 un 10% había cometido al menos un acto de maltrato físico contra un
paciente de edad avanzada;
 un 40% admitió haber maltratado psicológicamente a pacientes.
Más escasos todavía son los datos sobre el maltrato de las personas mayores
en establecimientos institucionales de los países en desarrollo.

En tales establecimientos se cometen actos abusivos como maniatar a los


pacientes, atentar contra su dignidad (por ejemplo, al no cambiarles la ropa
sucia) e impedirles que tomen sus propias decisiones en los asuntos de la vida
cotidiana, negarles premeditadamente una buena asistencia (por ejemplo, al
permitir que se les formen úlceras de decúbito), ofrecerles una medicación
excesiva o insuficiente y retener la medicación que necesitan, y desatenderlos o
someterlos a malos tratos emocionales.

El maltrato de las personas mayores puede conllevar lesiones físicas –desde


rasguños y moratones menores a fracturas óseas y lesiones craneales que
pueden provocar discapacidades– y secuelas psicológicas graves, a veces de
larga duración, en particular depresión y ansiedad. Para las personas mayores
las consecuencias del maltrato pueden ser especialmente graves porque sus
huesos pueden ser más frágiles y la convalecencia más larga. Incluso lesiones
relativamente menores pueden provocar daños graves y permanentes, o la
muerte. Un estudio de seguimiento durante 13 años reveló que los ancianos
víctimas de maltrato tienen una probabilidad de morir dos veces mayor que
aquellos que no refieren maltrato.

En el ámbito mundial, se prevé que el número de casos de maltrato de personas


mayores aumente habida cuenta del rápido envejecimiento de la población en
muchos países y de la posibilidad de que sus necesidades no puedan atenderse
plenamente por falta de recursos. Se calcula que para el año 2050, la población
mundial de mayores de 60 años se habrá duplicado con creces, de 900 millones
en 2015 a unos 2000 millones.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo que pueden incrementar la posibilidad de que una persona
mayor sufra malos tratos se sitúan en el ámbito individual, relacional, comunitario
y sociocultural.

Individuales

Entre los riesgos del ámbito individual se incluyen la mala salud física y mental
de la víctima y los trastornos mentales y abuso del alcohol y las sustancias
psicotrópicas en el caso del agresor. Entre otros factores individuales que
pueden incrementar el riesgo de malos tratos se incluyen el sexo de la víctima y
el hecho de compartir vivienda. Si bien los varones de edad corren el mismo
riesgo de sufrir malos tratos que las mujeres, en algunas culturas en las que las
mujeres tienen una condición social inferior, las mujeres de edad tienen mayor
riesgo de negligencia y abuso económico (como apoderarse de sus propiedades)
cuando enviudan. Las mujeres pueden también correr un mayor riesgo de sufrir
formas más persistentes y graves de maltrato y lesiones.
Relacionales

Compartir la vivienda es un factor de riesgo para el maltrato de las personas


mayores. Está por determinar aún si son los cónyuges o los hijos adultos de las
personas mayores quienes más probabilidades tienen de perpetrar los malos
tratos. Cuando el agresor depende de la persona mayor (a menudo
económicamente) también es mayor el riesgo de malos tratos. En algunos casos,
si hay antecedentes de relaciones familiares disfuncionales la situación puede
empeorar debido al estrés cuando aumenta la dependencia de la persona mayor.
Finalmente, con la incorporación de las mujeres al mundo laboral y la reducción
del tiempo que tienen disponible, atender a los parientes mayores puede pasar
a ser una carga más pesada que incrementa el riesgo de maltrato.

Comunitarios

El aislamiento social de los cuidadores y de las personas mayores, y la


consiguiente falta de apoyo social, es un importante factor de riesgo para el
maltrato de las personas mayores por parte de sus cuidadores. Muchas personas
mayores están aisladas por la pérdida de capacidades físicas o mentales, o por
la pérdida de amigos y familiares.

Socioculturales

Entre los factores socioculturales que pueden afectar al riesgo de maltrato de las
personas mayores se incluyen los siguientes:

 la representación de las personas mayores como frágiles, débiles y


dependientes;
 el debilitamiento de los vínculos entre las generaciones de una misma familia;
 los sistemas sucesorios y de derechos de tierras, que afectan a la distribución
del poder y de los bienes materiales en las familias;
 la migración de las parejas jóvenes, que dejan a los padres ancianos solos en
sociedades en las que tradicionalmente los hijos se han ocupado de cuidar a las
personas mayores;
 la falta de fondos para pagar los cuidados.

En los establecimientos institucionales, es más probable que se produzca


maltrato si:

 los niveles de la atención sanitaria, los servicios sociales y los centros


asistenciales para las personas mayores no son adecuados;
 el personal está mal formado y remunerado, y soporta una carga de trabajo
excesiva;
 el entorno físico es deficiente;
 las normas favorecen más los intereses del centro institucional que los de los
residentes.
Prevención

Son muchas las estrategias que se han aplicado para prevenir el maltrato de las
personas mayores, adoptar medidas para combatirlo y mitigar sus
consecuencias. Entre las intervenciones que se han puesto en práctica –
principalmente en los países de ingresos altos– para prevenir el maltrato cabe
citar las siguientes:

 campañas de sensibilización para el público y los profesionales;


 detección (de posibles víctimas y agresores);
 programas intergeneracionales en las escuelas;
 intervenciones de apoyo a los cuidadores (por ejemplo, gestión del estrés,
asistencia de relevo);
 políticas sobre la atención en residencias para definir y mejorar el nivel de
la atención;
 formación sobre la demencia dirigida a los cuidadores.

Entre los esfuerzos por responder al maltrato e impedir que se repita se incluyen
las siguientes intervenciones:

 notificación obligatoria del maltrato a las autoridades;


 grupos de autoayuda;
 casas refugio y centros de acogida de emergencia;
 programas de ayuda psicológica dirigidos a las personas que infligen
malos tratos;
 teléfonos de asistencia que proporcionen información y derivación;
 intervenciones de apoyo a los cuidadores.

De momento no hay demasiadas pruebas de la eficacia de la mayoría de las


intervenciones. Ahora bien, el apoyo a los cuidadores después de un caso de
maltrato reduce la probabilidad de que se repita y los programas
intergeneracionales en las escuelas (para reducir las actitudes sociales
negativas y los estereotipos hacia los ancianos) han arrojado resultados
prometedores, al igual que el apoyo a los cuidadores para prevenir el maltrato
de las personas mayores antes de que ocurra y la sensibilización de los
profesionales con respecto al problema. Las pruebas sugieren que los servicios
de protección de adultos y las visitas domiciliarias de la policía y los trabajadores
sociales a las personas mayores que han sido víctimas de maltrato pueden de
hecho tener consecuencias adversas, como el aumento del maltrato.

La multisectorialidad y la colaboración interdisciplinaria pueden contribuir a


reducir el maltrato a las personas mayores:

 el sector de servicios sociales (mediante la prestación de apoyo jurídico,


financiero y domiciliario);
 el sector de la educación (mediante campañas de sensibilización y
educación del público);
 el sector de la salud (mediante la detección y el tratamiento de las víctimas
por el personal de atención primaria de salud).
En algunos países, el sector de la salud ha desempeñado una función
protagonista en la sensibilización del público sobre el maltrato de las personas
mayores, mientras que en otros es el sector de los servicios sociales el que ha
tomado la iniciativa.

A nivel mundial, se sabe demasiado poco sobre el maltrato de las personas


mayores y sobre su prevención, especialmente en los países en desarrollo. La
magnitud y naturaleza del problema apenas empieza a perfilarse, muchos
factores de riesgo siguen poniéndose en entredicho, y las consecuencias y los
datos sobre lo que funciona para prevenir el maltrato de las personas mayores
son limitados.

Respuesta de la OMS

La OMS y sus asociados colaboran para prevenir el maltrato de las personas


mayores mediante iniciativas que contribuyen a detectar, cuantificar y atajar el
problema, incluidas las siguientes:

 recopilar datos sobre el alcance y los tipos de maltrato de las personas


mayores en diferentes entornos (a fin de comprender la magnitud y
naturaleza del problema en el ámbito mundial);
 elaborar orientaciones para los Estados Miembros y todos los sectores
pertinentes con objeto de prevenir el maltrato de las personas mayores y
fortalecer las respuestas al problema;
 difundir información a los países y prestar apoyo a las iniciativas
nacionales para prevenir el maltrato de las personas mayores;
 colaborar con organismos y organizaciones internacionales para impedir
que el problema vaya a más en el ámbito mundial.

Maltrato psíquico

Maltrato Psicológico: Acciones que producen angustia, pena, estrés,


sentimientos de inseguridad, baja autoestima, y/o agreden la identidad,
dignidad y respeto de la autonomía de una persona mayor.

• Se manifiesta a través de insultos y agresiones verbales, amenazas de


aislamiento, abandono o institucionalización, intimidaciones, humillaciones,
infantilización, ridiculización, silencios ofensivos, no respeto a sus creencias,
rechazo a sus deseos y falta de respuesta a sus consultas en forma
intencionada.

• Se incluye en la tipología de maltrato psicológico, cualquier otra acción que


supone el confinamiento o cualquier otra interferencia en la libertad personal
del adulto mayor, por ejemplo: negación en la toma de decisiones, encierro
de la persona mayor, aislamiento social de amigos y familiares.

Es una forma de violencia con acciones que producen dolor emocional,


angustia, aflicción en una persona a través de actos verbales o no verbales.
Ejemplos:

 Uso de un lenguaje abusivo.


 Opresión, -manipulación, chantaje.
 Acosar, atemorizar.
 Gritar.
 Humillar.
 Aislar.
 Infantilizar.

Factores de riesgo
En general, la violencia suele ser el resultado de una combinación de
interacciones individuales, relacionales y sociales culturales. Es por ello que son
numerosos los factores que interactúan y confluyen en que se dé una situación
de maltrato en personas ancianas, siendo los factores de riesgo más frecuentes
del maltrato en la vejez:
 Factores individuales
Alteraciones en el comportamiento psicológico. Cuando llegan a la tercera
edad, hay personas que experimentan cambios bruscos en la conducta
psicológica. Estos cambios comprenden conducta agresiva (física, verbal o
psicológica), modificación de la personalidad, conducta demandante, invasiva,
intolerancia a los cambios ambientales (casa/residencia desconocida para la
persona), falta de aceptación de la situación de dependencia, etc. También es
un factor de riesgo sufrir un trastorno psicopatológico cuando se llega a la vejez.
Indefensión aprendida. Se trata de la situación, fruto del aprendizaje según su
historia de vida, en la que el anciano no siente capacidad para defenderse ante
las situaciones amenazantes. Es decir, existe una inhibición por parte de la
persona maltratada en situaciones hostiles o dolorosas.
Carencia o falta de estimulación sensorial. Comprende la falta de audición,
de visión, trastornos de habla o de comprensión.
Déficit neurocognitivo. Personas que sufren o comienzan a sufrir déficits de
naturaleza cognitiva como la demencia o el alzheimer, deterioro del nivel de
conciencia (delirium) o trastornos amnésicos (Psicosis de Korsakoff,
traumatismos craneoencefálicos y amnesia global transitoria) .
El género. En diversos estudios se ha encontrado un mayor porcentaje de
mujeres ancianas maltratadas que de hombres.
Problemas físicos. Existe una gran diversidad de problemas físicos que van
apareciendo en el adulto mayor y que pueden hacerlo más vulnerable. Algunos
de los más comunes son la inmovilidad, incontinencia, insomnio (u otras
alteraciones de sueño), hipertensión o úlceras.
Edad. También se han observado diferencias significativas en cuanto a la edad,
según diversos estudios se producen un mayor riesgo de sufrir maltrato pasados
los 75 años de edad.
 Factores Relacionales
Vivienda compartida. Compartir la vivienda con familiares puede ser un factor
de riesgo para el maltrato de las personas mayores, ya que en ocasiones son los
cónyuges y/o los hijos adultos de las personas mayores los que perpetran los
malos tratos.
Dependencia económica. En dos sentidos, cuando el agresor depende
económicamente de la persona mayor o cuando es la persona mayor la que
depende económicamente del agresor. En ambos caso aumenta el riesgo de
maltrato.
Relaciones disfuncionales previas. En ocasiones, si hay antecedentes de
relaciones familiares disfuncionales, especialmente en lo que a violencia se
refiere, el riesgo de maltrato aumenta a medida que aumenta la dependencia de
la persona mayor.
Sobrecarga en la mujer. Siendo la mujer la que en mayor medida se hace cargo
del cuidado de personas mayores, con la incorporación de las mujeres al mundo
laboral y la reducción de su tiempo disponible, atender a los parientes mayores
puede suponer una pesada carga que incrementa el riesgo de maltrato.
Interdependencia. El grado de dependencia que experimente cuidador-cuidado
también puede repercutir, ya sea dependencia emocional, física, económica o
de otro tipo.
Difícil relación intersubjetiva. Una compleja relación entre cuidador y persona
cuidada puede propiciar un trato inadecuado por parte del cuidador.
 Factores Socioculturales
Percepción negativa sobre la vejez. Representación de los ancianos como
frágiles, débiles y dependientes, pensar que la opinión de las personas mayores
carece de importancia, estereotipos y prejuicios, edadismo (discriminación por
edad), etc.
Entorno familiar. Problemas como el debilitamiento de los vínculos entre las
generaciones de una misma familia, los conflictos que afectan a la distribución
del poder y de los bienes materiales en las familias, la migración de las parejas
jóvenes que dejan a los padres ancianos solos.
Institucionales. Bajo nivel de atención sanitaria en el país de residencia,
escasos servicios sociales para la tercera edad, centros asistenciales para las
personas mayores inadecuados, personal de atención sanitaria mal formado,
mal remunerado y soporta una carga de trabajo excesiva…
Económicos. La falta de fondos para pagar los cuidados, ya sea en el entorno
familiar o en el ámbito institucional.
 Factores de riesgo en el cuidador
También hay que contemplar en el maltrato en la vejez los factores de riesgo
respecto a la persona o personas que cuidan al adulto mayor:
Falta de apoyo. Pertenecer a una unidad familiar con más de un miembro y que
sea una única persona la que brinda los cuidados puede suponer una gran carga.
Asimismo, en los casos en los que las personas maltratadas están
institucionalizadas, el cuidador puede percibir falta de apoyo por parte de otros
profesionales., además de la falta de los recursos necesarios para desarrollar su
trabajo.
Sentir insatisfacción personal. Si el cuidador siente que sus propias
necesidades básicas personales no están cubiertas, o si no ha asumido
adecuadamente experiencias traumáticas, puede enfocar su frustración en la
persona mayor a la que cuida y ejercer maltrato.
Cambio en el ritmo de vida. En algunos casos, la vida de la persona que tiene
que cuidar al adulto mayor experimenta cambios bruscos (horarios excesivos,
abandono del trabajo formal, privación del periodo vacacional…) lo cual puede
repercutir en el equilibrio emocional del cuidador y propiciar el maltrato.
Conflicto familiar. Discusiones que pueden surgir en la unidad familiar entre el
cuidador principal y otros miembros de la familia debidas a la convivencia con el
anciano.
Cansancio. La falta de descanso físico y emocional es uno de los factores de
riesgo que más influyen con respecto al maltrato ejercido.
Estado emocional por el deterioro de la otra persona. Como se ha
mencionado anteriormente, la personalidad del adulto mayor puede
experimentar cambios bruscos con el paso del tiempo. Este hecho provoca
tristeza, pero también enfado y frustración en el que cuidador, lo que puede
propiciar el maltrato.
Sufrir psicopatología o enfermedad física. Al igual que en el caso de los
factores de riesgo en el anciano, en el caso del cuidador también es un factor de
riesgo que este sufra alguna psicopatología o enfermedad física, siendo un
posible elemento desencadenante de la conducta de maltrato.
Uso y/o abuso de alcohol u otras sustancias. El consumo prolongado de
alcohol y otras sustancias produce efectos perjudiciales en el organismo, y
también altera el estado psicológico, lo cual puede favorecer también que el
cuidador maltrate al anciano cuidado.
Rol de cuidador
Cuando un anciano maltratado acude a un servicio sanitario, lo hace para recibir
atención sanitaria, ya sea por lesiones físicas como por otros motivos que
requieren atención y que enmascaran el maltrato al cual están sometidos. Por lo
tanto, el equipo sanitario debe ser capaz de detectar tanto las lesiones físicas
como las psíquicas, sean o no aparentes. Para ello se debe:

— Recibir y atender al anciano maltratado. En todo momento ha de ser respetada


su intimidad y confidencialidad buscando un lugar adecuado para la entrevista.
Ante la sospecha de maltrato, en pacientes sin alteraciones cognitivas en los que
se puede realizar una correcta anamnesis, se ha de pedir que describa lo que le
ha sucedido. No se ha de tener prisa ni se debe violentar al anciano. Se le debe
informar de los recursos públicos que existen y ser respetuosos de las decisiones
que tome

— Nunca se ha de realizar ni la exploración física, ni el interrogatorio delante del


supuesto agresor; en caso de dudas se debe hacer salir a todos los
acompañantes.

— Realizar un informe asistencial con letra legible que certifique las lesiones
objetivadas, necesario para interponer la denuncia. El informe asistencial no ha
de contener la etiología de las lesiones, puesto que podríamos poner en peligro
al anciano, en el caso que no quiera o no esté capacitado para interponer una
denuncia.

— Rellenar la hoja del mapa anatómico para facilitar los datos asistenciales al
médico forense y al juez. Se deberán describir correctamente los hallazgos, pues
influirá en futuras asistencias y ayudará a las autoridades judiciales a acreditar
la situación de malos tratos. Se debe realizar una anotación detallada de las
lesiones incluyendo tipo, tamaño, número, localización, posible causa. En el
anexo 1 se adjunta un modelo de mapa anatómico.

— Realizar un comunicado judicial. El médico, el trabajador social o el centro


activarán los recursos judiciales inmediatamente en caso de constatación de
lesiones graves o muy graves y tendrá que enviar urgente el comunicado judicial
de lesiones especificando que se trata de maltrato a un anciano. Realizar un
parte al juzgado es una obligación legal de todos los trabajadores que tengan
conocimiento de la existencia de algún delito. No constituye una denuncia sino
una notificación.

— Informar al anciano de los recursos públicos disponibles. Una vez detectado


el maltrato por el médico y avisado al trabajador social se tendrá que informar al
anciano de las decisiones que tendría que adoptar, teniendo en cuenta los
recursos sociales, jurídicos que pueden estar a su disposición. El conjunto de
estos recursos y su utilización pretende proporcionar a las víctimas de malos
tratos una protección y/o atención integral. — El objetivo fundamental del
profesional sanitario debe ser la protección del anciano maltratado, por lo que se
debe evitar la posible reacción violenta del agresor en el caso de conocer o
sospechar que el paciente ha comunicado información potencialmente
reveladora de malos tratos; para ello debemos evitar: • Entregar un informe de
asistencia al paciente revelador de la etiología de las lesiones cuando no quiera
o no esté capacitado para interponer la denuncia y/o vuelva con el agresor. •
Facilitar la historia clínica cuando esté acompañado por el supuesto agresor.

• Guardar información potencialmente reveladora en un lugar accesible.

• Si no existe deterioro cognitivo evitar la costumbre de informar y dar la


documentación a la familia y no al anciano.

Es fundamental que ante la sospecha de maltrato a un anciano se actúe de


manera coordinada con el resto de profesionales, tanto del propio centro donde
se está realizando la asistencia, como con el de otros recursos, tanto sanitarios
como sociales y jurídicos. Para facilitar esta actuación coordinada, en los últimos
años se están creando Comisiones de Atención al Maltrato y grupos de trabajo
tanto en los centros sanitarios como en la administración pública.

La importancia de la prevención
Es importante que las instituciones gubernamentales lleven a cabo campañas de
sensibilización sobre esta problemática, enfocadas tanto para el público en
general como específicamente para los profesionales sanitarios. También son
necesarias políticas sobre la atención en residencias para definir y mejorar el
nivel de la atención, así como intervenciones de apoyo a los cuidadores (gestión
del estrés, programas de asistencia…). Asimismo, es primordial otorgar una
buena formación a las personas que cuidan a nuestros ancianos, tanto en el
ámbito profesional como particular.
CONCLUSIONES

El maltrato es sinónimo de inequidad y de una amplia gama de limitaciones frente


a la necesidad de desarrollo humano. En esos términos, en el área del
envejecimiento y la vejez, el tema es de nivel estratégico y de responsabilidad
de todos, especialmente si pensamos que todos estamos envejeciendo.
Asimismo, existen otros factores que contribuyen a que se produzcan
situaciones de maltrato, tales como la pobreza, el desempleo, falta de recursos
sociales, transmisión intergeneracional de malos tratos, etc.

Reconocerlo como problemática social y habilitar lugares para denuncia y


seguimiento, son importantes para su abordaje, lo cual requiere una amplia
sensibilización del tema por parte de la población, así como programas que
apoyen a víctimas y victimarios conjuntamente con grupos de autoayuda y el
desarrollo y fortalecimiento de redes informales de apoyo como parte de una
estrategia contra el abuso, violencia y abandono de las personas mayores. A
menudo las causas de la violencia directa están relacionadas con situaciones de
violencia estructural y/o justificadas por la violencia cultural; muchas situaciones
son consecuencia de un abuso de poder que recae sobre un grupo oprimido o
de una situación de injusticia social (desigualdad en la distribución de los
recursos; desigualdad en la renta de las personas; dificultad de acceso a los
servicios sociales; etc.).

Esto permite comprender las dimensiones de la violencia de tal manera de poder


intervenir con anticipación, a los efectos de minimizar la violencia indirecta o
estructural y la violencia cultural, lo cual puede ser un medio de prevención
efectivo de la violencia directa.
RECOMENDACIONES

 Túrnate con otros familiares para cuidar al adulto mayor.


 Propicia el contacto del adulto mayor con varias personas y salidas con
frecuencia
 Facilita al adulto mayor un cuaderno donde pueda escribir sus vivencias
y expresar sus preocupaciones.
 Bríndale acceso telefónico y los números de una persona de confianza en
caso de emergencia.
 Recuérdale a los cuidadores sus derechos y obligaciones.

Es importante que los familiares y cuidadores sigan estas pautas para prevenir
el maltrato o abuso, que afecta, de acuerdo a las estadísticas mundiales, a 1 de
cada 10 adultos mayores; mientras que a nivel regional se habla de un 30% al
40% de abuso en este grupo etario.
BIBLIOGRAFIA

 https://www.bps.gub.uy/innovaportal/file/1623/1/violencia_maltrato_y_
abuso_en_la_vejez._una_realidad_oculta_una_cuestion_de_derecho
s._c.__sirlin.pdf
 https://www.hogarcorazondejesus.org.ec/blog/item/10-
recomendaciones-prevenir-maltrato-adultos-mayores

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