El fenómeno de corrosión consiste en el proceso de deterioro de materiales
metálicos mediante reacciones químicas y electroquímicas, debido a que estos materiales buscan alcanzar un estado de menor potencial energético. La corrosión tiene muchas repercusiones a nivel económico, de seguridad y de conservación de materiales, por lo que su estudio y mitigación es de suma importancia. La Corrosión es un término que se utiliza para describir el proceso de deterioro de materiales metálicos (incluyendo tanto metales puros, como aleaciones de estos), mediante reacciones químicas y electroquímicas. Estos materiales metálicos son obtenidos a través del procesamiento de minerales y menas, que constituyen su estado natural, induciéndolos a un estado de mayor energía. El fenómeno de la corrosión ocurre debido a que, con el tiempo, dichos materiales tratan de alcanzar su estado natural, el cual constituye un estado energético de menor potencial, lo que les permite estabilizarse termodinámicamente. La mayoría de procesos de corrosión involucran reacciones de reducción- oxidación (reacciones electroquímicas), donde para que se desarrollen estos procesos, es necesaria la existencia de tres constituyentes: (1) unos electrodos (un ánodo y un cátodo), (2) un electrolito, como medio conductor, que en la mayoría de casos corresponde de una solución acuosa, y (3) una conexión eléctrica entre los electrodos. La figura 1 muestra de forma representativa un esquema de estos elementos, formando lo que se conoce como una celda electroquímica. Las ecuaciones de las reacciones que ocurren en los electrodos son las siguientes: En el ánodo: M^0→ M^n + ne (Oxidación) En el cátodo: M^n + ne → M^0 (Reducción) ¿Por qué es importante prevenir el fenómeno de la corrosión en la ingeniería aeronáutica? El daño por corrosión en los fuselajes de los aviones es un ejemplo de corrosión atmosférica. Los aeropuertos ubicados en ambientes marinos merecen una mención especial en este contexto. El riesgo y el costo del daño por corrosión son particularmente altos en aeronaves envejecidas. Solo en los Estados Unidos, la corrosión de los aviones es un problema multimillonario. En algunos tipos de aviones militares, se sabe que las horas de mantenimiento por corrosión superan las horas de vuelo. El enfoque actual al tratar con la corrosión es eliminarla tan pronto como se encuentre y reparar la estructura corroída o reemplazar el componente. Esto es costoso en términos de mayor tiempo de mantenimiento y menor disponibilidad de aeronave. Tratar la corrosión con compuestos de prevención de corrosión (CPC) y dejarla en su lugar hasta que haya un acceso más fácil a las áreas afectadas durante un servicio programado aumentaría la disponibilidad de la aeronave. La corrosión se manifiesta en muchas formas diferentes. La corrosión de la celda de concentración, o corrosión en grietas, es el tipo más común que se encuentra en los aviones, y ocurre cuando el agua queda atrapada entre dos superficies, como debajo de pintura suelta, dentro de una línea de unión delaminada o en una junta sin sellar. Puede convertirse rápidamente en corrosión por picadura o exfoliación, dependiendo de la aleación, la forma y el temple del material que se está atacando. El daño por corrosión en grietas en las juntas de regazo de las pieles de los aviones se ha convertido en una preocupación importante de seguridad, particularmente después del incidente de Aloha Airlines. El 28 de abril de 1988, un avión Boeing 737 de diecinueve años, operado por las aerolíneas Aloha, perdió una gran parte del fuselaje superior cerca del frente del avión, en pleno vuelo a 24,000 pies. El incidente de Aloha marcó un punto de inflexión en la historia de la corrosión de los aviones.