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UROLOGÍA V AÑO
2017
Facultad de Medina
Universidad de Chile
04/07/2017
TEMAS
La disfunción eréctil (DE) esta definida como “la incapacidad persistente de lograr y
mantener una erección suficiente y adecuada para llevar a cabo una relación sexual
satisfactoria”.
Si bien se trata de una patología benigna, la DE compromete la salud física y psicosocial del
individuo y afecta la calidad de vida del varón y también de su pareja.
Epidemiología
Factores de riesgo
También existe evidencia que sugiere la asociación entre los síntomas de uropatía
obstructiva baja (LUTS) por hiperplasia prostática benigna y disfunción sexual,
encontrándose una prevalencia de DE en este grupo de pacientes de 49%.
Fisiopatología
- vasculogénicas
- neurogénicas
- anatómicas
- endocrinológicas
- farmacológicas
- psicogénicas
- traumáticas
• disfunción veno-oclusiva
NEUROGÉNICA • causa central Enf. degenerativas (Esclerosis
Múltiple, E.Parkinson )
Lesión Medular o TRM
ACV
Tu de SNC
ENDOCRINOLÓGICA hipogonadismo
hiperprolactinemia
hipo/hipertiroidismo
Hipo / hipercortisolismo
Panhipopituitarismo
FARMACOLÓGICO antihipertensivos
antidepresivos
antisicóticos
antiandrógenos
drogas recreacionales
esteroides / anabólicos
situacional
Dado que la mayoría de las veces se presentan etiologías combinadas se sugiere utilizar los
términos primariamente orgánica y/o primariamente psicogénica.
Evaluación y diagnóstico
Para establecer un diagnóstico e iniciar tratamiento suele ser suficiente la historia médica y
el laboratorio básico. Sólo en casos seleccionados se requiere realizar estudios de mayor
complejidad, como:
Tratamiento
Éstos varían en tiempos de latencia y duración del efecto, pero su eficacia es similar. Así
también los efectos secundarios son similares, existiendo discretas diferencias entre ellos.
Los principales efectos adversos son: rubor facial, congestión nasal, taquicardia, cefalea y
visión azul. Para el Taladafil en particular se describe además lumbalgia.
Es importante que sea administrada al menos una hora antes de la relación sexual y alejada
de las comidas, sin embargo existen presentaciones de administración sublingual que
permiten minimizar estas condicionantes.
Es fundamental insistir al paciente que estos fármacos no son erectógenos y que se requiere
de una estimulación sexual erótica para que ésta ocurra.
Los IPDE5 están contraindicados en pacientes con riesgo cardiovascular intermedio o alto
(requieren evaluación cardiológica) y de forma absoluta en usuarios de nitratos y nitritos,
cuyo uso combinado produce una hipotensión severa.
El uso de drogas vasoactivas fue durante las décadas pasadas una de las principales
opciones de tratamiento. Actualmente es la opción en aquellos que fracasan a terapia oral.
Inyección intracavernosa
Dentro de los efectos adversos se describen: dolor, erecciones prolongadas y priapismo, así
como el desarrollo de fibrosis.
MUSE
Corresponde a una formulación de Alprostadil de aplicación intrauretral
Prótesis peneana
Introducción
Se define como la formación de cálculos en la luz del tracto urinario. Es un problema de
salud bastante frecuente en la atención primaria, por lo que es importante su
reconocimiento, diagnóstico, y correcta derivación cuando corresponda.
Epidemiología
● Sexo: Hasta fines del siglo pasado se estimaba una frecuencia 2 a 3 veces mayor en
hombres. Sin embargo, varios estudios han encontrado que la brecha se ha ido
acortando entre ambos sexos, incluso hasta 1,5:1
● Etnia: sólo existen estudios de población de EEUU, donde se encontró mayor
prevalencia en caucásicos, seguido de hispanos, asiáticos, y en menor medida,
afroamericanos 2.
● Edad:
○ Es rara antes de los 20 años
○ El peak se registra entre la cuarta y sexta década de vida.
○ Las mujeres tienen una distribución bimodal, con un segundo peak en la
menopausia (por el efecto protector de los estrógenos).
● Geografía: se ha visto mayor prevalencia en climas cálidos, áridos y secos, como
lugares montañosos, desierto o áreas tropicales.
● Clima: algunos estudios observaron una mayor incidencia de nefrolitiasis en verano,
en los meses con mayor temperatura. Al parecer estaría relacionado con aumento de
la perspiración y síntesis de vitamina D.
● Ocupación: una mayor prevalencia de cálculos se ha visto en trabajadores expuestos
a altas temperaturas y en trabajos sedentarios.
● Peso: la prevalencia y el riesgo relativo aumentan directamente con el IMC,
especialmente en mujeres. Tanto el peso como el IMC se consideran factores
independientes de riesgo3.
● Ingesta de agua: se relaciona inversamente con la incidencia de nefrolitiasis, por lo
que es un factor protector reconocido.
Patogénesis
Presentación Clínica
Cólico Renal
Diagnóstico diferencial
Estudio
Los exámenes a solicitar dependerán del contexto en que nos encontremos (Consulta
ambulatoria, Urgencia) y si estamos frente a un paciente con un primer episodio de litiasis
urinaria o policonsultante en la materia.
Laboratorio Clínico
Sangre
○ Electrolitos plasmáticos (incluyendo Ca+2, Fósforo, Magnesio)
○ Función Renal
○ PTH
○ Ácido Úrico
Orina
○ pH
■ >7.5: sugerente de urolitiasis infecciosa
■ <5.5: sugerente de urolitiasis por ácido úrico
○ Cultivo: bacterias con actividad ureasa
○ Cistina cualitativa
○ Electrolitos urinarios (24h)
○ Citrato urinario (24h)
En contexto de consulta de servicio de urgencia, los exámenes a solicitar deben apuntar
a confirmar la sospecha de un cólico renal, o evaluar posibles complicaciones secundario
a este.
Imagenología
Ecografía Abdominal
○ Examen de elección en pacientes que no pueden someterse a radiación
ionizante
○ Detecta con buena sensibilidad obstrucciones del tracto urinario
○ Puede detectar cálculos radiolúcidos
○ No es un examen adecuado para detectar cálculos pequeños (<5mm) o
ureterales
● Dolor: si el paciente tiene buena tolerancia oral, se pueden emplear AINEs por esta
vía. Por el contrario, si hay mala tolerancia, o el dolor es incontrolable o hay fiebre, el
manejo debe ser intrahospitalario, con medicación parenteral. En la práctica, no
existiría superioridad de un AINE por sobre otro, por lo que el médico debería indicar
aquel con el que se sienta cómodo en su prescripción (Ketoprofeno, Celecoxib,
Diclofenaco, etc). Para manejo ambulatorio, la asociación de Paracetamol y Tramadol
(ej: Zafín®, Zaldiar®, Zaledor-P®, etc.) es una buena alternativa para el dolor
moderado a severo, como segunda línea cuando los AINE no son suficientes. En
contexto hospitalario, para pacientes que no responden a AINE, se puede utilizar
cualquier opioide en dosis habituales (Petidina, Morfina, Fentanyl, etc.).
● Terapia Médica Expulsiva: el éxito dependerá del tamaño del cálculo. En general,
cuando el tamaño empieza a aumentar sobre los 5mm, la probabilidad de eliminarlo
espontáneamente va decreciendo. Ya sobre los 10mm, es muy improbable que esto
ocurra, por lo que se deberá recurrir a métodos quirúrgicos. En caso de que se
determine que el cálculo podrá pasar por la vía urinaria, se puede administrar una serie
de fármacos para facilitar su eliminación, siendo la primera elección la como
Tamsulosina (Bloqueador adrenérgico α1A), pudiendo utilizarse también Nifedipino
(calcioantagonista), el cual tiene más efectos secundarios.
Derivación al Especialista
Medidas Generales
2) Tratamiento Quirúrgico
c) Ureteroscopía
Cada vez tiene un rol más limitado en el manejo de la urolitiasis. Menos del 1% de
pacientes con cálculos tendrán indicación de cirugía abierta.
El catéter Doble Jota o Pigtail es una sonda ureteral blanda que tiene enrolladas sus
dos terminaciones con el objeto de que éstas queden el la pelvis renal y la vejiga y así
no permitir su deslizamiento. La colocación de este catéter se hace en forma
endoscópica y ayudado con una guía metálica interior y apoyo de rayos X.
Los Pigtails se pueden dejar de 3 a 6 meses según el material que están fabricados, que
es poliuretano y/o silicona. Su extracción es muy fácil a través de una cistoscopía
corriente.
Bibliografía
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12. Wein, Campbell Urology. 12 ed.
MALFORMACIONES URINARIAS
- Edad gestacional al momento del diagnóstico, siendo las de menor edad gestacional
de peor pronóstico
- Si es uni o bilateral
- Si hay dilatación visible de los uréteres y si se ve la vejiga dilatada
- Presencia de oligoamnios
Dentro de las consideraciones en el diagnostico antenatal, hay que tener en cuenta que
dilatación es distinto a obstrucción; dilatación puede ser también por hiperflujo y no
necesariamente patológico, en cambio, obstrucción es restricción al flujo y causa daño renal
progresivo; dentro de las patologías obstructivas que más frecuentemente se dan como
diagnostico antenatal esta la obstrucción pieloureteral, megaureter obstructivo, ureterocele,
uréter ectópico y valvas de uretra posterior, temas que se verán a continuación.
OBSTRUCCION PIELOURETERAL
Si bien más de la mitad de los casos actualmente son por diagnostico antenatal, puede
presentarse con infección urinaria, cuadros de dolor cólico abdominal, hematuria, masa
abdominal palpable o como hallazgo ecográfico ante otras patologías.
El estudio de una OPU se realiza con ecografías, que muestra pelvis y cálices dilatados y
abombados sin dilatación de uréter, puede mostrar adelgazamiento del parénquima y
alteraciones en la diferenciación corticomeduar; se debe realizar para confirmar el
diagnóstico un cintigrama renal dinámico (MAG-3, tc-EC) que nos mostrara función
diferencial y excreción, mostrando una curva aplanada clásica sin eliminación del trazador
en los casos de OPU. La necesidad de otros estudios, como uretrocistografia miccional, se
reserva a pacientes que muestran dilatación de uréter asociada o han debutado como una
infección urinaria. Existen otros estudios que se usaron, pero actualmente están reservados
a casos muy especiales, como pielografia endovenosa, debido a su alta radiación, al igual
que Uro-TAC. La Uro-RNM es un excelente examen en niños, ya que nos da función renal y
detalles anatómicos importantes, sin embargo su uso es restringido por el costo y la
necesidad de anestesia en niños pequeños.
La duplicación del tracto urinario superior (riñón -uréteres) se encuentra hasta en un 2-3% de
la población general; la mayoría son incompletas y asintomáticas; la duplicación completa se
produce cuando se forman 2 yemas ureterales del ducto mesonéfrico que se introducen en
el metanefros, ocurre en menos del 0.1% de la población y no es necesariamente patológica.
- Uréter superior
o Ureterocele en doble sistema
o Ectopia ureteral supra-esfinteriana, en niños puede ser a deferente, glándulas
seminales, conducto eyaculador; en niñas a cuello vesical, uretra proximal.
o Ectopia uretral infra-esfinteriana, que se da solo en niñas y puede ser en
introito o vagina.
- Uréter inferior: Reflujo vesicoureteral
El uréter ectópico en general se asocia a displasia del polo superior, con uréter
frecuentemente dilatado; sin embargo, en algunos casos, sobre todo en ectopia infra-
esfinteriana, puede no verse y presentarse solo como incontinencia urinaria.
EL RVU del sistema inferior se ve hasta en un 50% de los casos de ureterocele, por una
implantación alta y más corta del uréter y por la deformación del piso vesical que produce el
ureterocele.
Dentro del estudio de estas patologías, la ecografía sigue siendo el primer examen de
elección, domde se ve el doble sistema con un “puente” que divide el parénquima renal, se
puede ver dilatación y la desembocadura alterada del uréter, así como al presencia de
ureterocele; posteriormente se agrega el estudio con cintigrama estático (DMSA) que nos
sirve para ver función diferencial (de cada riñón y de cada sistema) y evaluar si hay daño o
displasia del sistema afectado; además dada la alta asociación con RVU se debe realizar
una UCG miccional, que además de evaluar la presencia de reflujo nos sirve para delimitar
ureterocele y su implicancia en la función del piso vesical.
En uréteres ectópicos, sobre todo los infra-esfinterianos el estudio puede incluir pielografia
endovenosa o uro TAC, aunque si está disponible la elección actualmente es Uro-RNM.
El manejo es muy amplio, y va a depender si existe un polo funcionante o no, pero incluye
desde tratamiento endoscópico (punción de ureterocele), heminefrectomia, uréter-
ureteranastomosis, neoimplante ureteral, cirugía antireeflujo y reparación de piso vesical.
MEGAURETER
Se define como megaureter aquel que mide 8 o mas milímetros de diámetro; se clasifica en:
- Obstructivo
- Refluyente
- Obstructivo refluyente
- No obstructivo no refluyente
Megaureter obstructivo primario clásico es aquel en que hay una obstrucción a nivel de la
unión ureterovesical con un segmento estenótico y adinámico, con una dilatación a proximal.
Está comprobado que los megaureteres obstructivos producen daño renal por lo que deben
ser corregidos quirúrgicamente, mientras que los no obstructivos no refluyentes tienden a la
mejoría espontanea; dentro de los tratamientos quirúrgicos existe una amplia variedad, que
van a depender de la edad del diagnóstico, función renal, si hay infección o no; puede
realizarse tratamiento endoscópico (dilatación con balón, doble J), neoimplante
vesicoureteral con resección del segmento estenótico (planteado en general en niños
mayores de 1 año o 10kg de peso) y ureterostomias, para asegurar drenaje y preservar
función renal hasta poder realizar un neoimpante.
Dentro del seguimiento de estos pacientes es importante considerar que la dilatación del
uréter puede persistir, incluso hasta la vida adulta, lo importante es corroborar que no haya
deterioro de la función renal ni obstrucción en cintigramas.
VALVAS DE URETRA POSTERIOR
Es una obstrucción congénita de la uretra posterior, descritas por Morgagni en 1717 y luego
por Lagenback en 1802 en estudio de autopsias (ref)
Es exclusiva de recién nacidos varones, tiene una incidencia de 1:4000-6000 nacidos vivos,
siendo algo mayor en afroamericanos y pacientes con Sd. de Down. (ref)
En etapa prenatal hay hidroureteroneforis bilateral, megavejiga con paredes gruesas, con el
“signo de cerradura” provocado por la uretra proximal dilatada y puede haber ascitis. En el
recién nacido encontramos irritabilidad, mala ingesta alimentaria, letargia, una vejiga
palpable, riñones que pueden ser palpables, débito urinario bajo y puede haber ascitis
urinaria como complicación.
Dentro del manejo de esta patología esta la cirugía antenatal (ablación de valvas in útero o
shunt vesico-amniotico), procedimiento que, si bien ha demostrado éxito en manejo de la
obstrucción, a largo plazo es discutible, por que no mejora el daño renal al compararlo con el
manejo post natal. (ref)
Respecto al pronóstico, las series con mayor número de pacientes muestran insuficiencia
renal crónica en un 30-40% de los pacientes, lo que tiene que ver con el daño renal in útero
y la presencia de reflujo vesicoureteral e infecciones posteriormente.
REFLUJO VESICOURETERAL
Se define como reflujo vesicoureteral (RVU) al flujo retrogrado de orina desde la vejiga a los
uréteres.
El principal objetivo del tratamiento del RVU es preservar la función renal y prevenir
pielonefritis y cicatrices renales.
El RVU puede ser clasificado según etiología en primario y secundario, pero la clasificación
más usada es según el compromiso y dilatación del uréter, y esta es:
El RVU primario se produce por un defecto anatómico en la unión uretero vesical, con una
relación entre el largo del uréter intramural en la vejiga alterado, clásicamente, lo normal es
tener una relación 4-5:1; independiente de esta alteración, la tasa de resolución espontanea
se estima en un 30% por año.
Se ha establecido desde hace muchísimos años la relación entre RVU y pielonefritis aguda
(PNA), además de RVU y daño renal. El RVU aumenta el risgo de PNA con mayor
posibilidad de cicatrices renales y daño renal secundario.
HIPOSPADIAS
Es la malformación urológica más frecuente, con una incidencia de 1:300 nacidos vivos
varones. (ref)
- Anterior o distal (70-80%), con desembocadura en el glande o tercio dislatl del cuerpo
del pene
- Media o intermedia (15-20%), con localización en cuerpo de pene
- Posterior o proximal (<5%), con localización en tercio proximal de cuerpo de pene,
unión escrotal o perineal.
Dentro del manejo, la corrección quirúrgica debe realizarse idealmente entre los 6 y 18
meses de vida. Técnicas quirúrgicas para la reparación de hipospadias hay muchas, pero los
puntos clave son:
TESTICULO NO DESCENDIDO
Introducción:
El cáncer vesical (CV) en una enfermedad compleja que se presenta en edades avanzadas
de la vida y es potencialmente mortal. Uno de los pilares fundamentales del diagnóstico es
reconocer la hematuria macroscópica como su síntoma primordial. A continuación, se
detallan los aspectos más importantes del CV.
Epidemiología:
En el mundo anualmente se diagnostican 430.000 pacientes con CV, siendo particularmente
frecuente en EEUU donde ocupa el cuarto lugar en hombres. En Chile en cambio ocupa el
lugar 15 en incidencia y mortalidad por Cáncer con tasas de 5,1/100.000 y 3,9/100.000
habitantes respectivamente. El CV se caracteriza por ser 3 veces más frecuente en hombres
que en mujeres y su edad promedio de diagnóstico es de 65 años.
Factores de Riesgo:
El tabaquismo el responsable del 65% de los casos en hombres y del 25% en mujeres. Los
fumadores tienen 3 veces más riesgo de padecer CV que los no fumadores. El riesgo
disminuye al dejar de fumar, pero se ha descrito que no regresa hasta el nivel de los no
fumadores.
Anatomía Patológica:
La mayoría de los CV son Carcinomas Uroteliales, previamente denominado Carcinoma de
Células Transicionales, representando un 95% de los casos. El restante son 4% Carcinoma
Escamoso, 1% Adenocarcinoma y menos del 1% Carcinoma de Células Pequeñas. Al
momento del diagnóstico, un 75% de los pacientes presenta un CV no musculo-invasor
(CVNMI), un 20% presenta CV musculo-invasor (CVMI) y 5% metastásico. Los pacientes
con CVNMI en su mayoría se caracterizan por su alto riesgo de recurrencia, pero su bajo
riesgo de mortalidad, a diferencia de los pacientes con CVMI. Se deben comprender 2
elementos básicos en esta enfermedad: estadío tumoral y grado histológico. El estadío se
refiere a la capacidad que ha tenido el tumor en invadir las diversas capas vesicales. Las
lesiones NMI más frecuentes son el pTa que es un tumor papilar confinado al urotelio, el pT1
es un tumor que ha invadido la lámina propia y el CIS que es un tumor plano precursor de
lesiones invasoras. Una vez que se invade la muscular propia (pT2) se denomina CVMI. El
pT3 es la invasión de la grasa perivesical y el pT4 cuando invade órganos vecinos.
El grado histológico es la apariencia de las células tumorales bajo el microscopio que puede
ser dividido de acuerdo a la Clasificación de la OMS del 2004 en alto y bajo.
Tamizaje:
En la población adulta, la hematuria microscópica se encuentra en un 2-7% de los hombres
y en un 3-15% de las mujeres. Debido a que es frecuentemente intermitente y su intensidad
cambia en el tiempo, la utilización del sedimento de orina como tamizaje tiene muy bajo
rendimiento incluso en pacientes de mayor riesgo. La probabilidad de presentar neoplasia de
la vía urinaria en hematuria macroscópica alcanza el 2-5%, a diferencia de la hematuria
macroscópica que llega al 25-30%. En 2015, un análisis de Cochrane concluyó que la
calidad de los estudios de tamizaje era muy baja para recomendar su incorporación clínica.
Diagnóstico:
En pacientes con hematuria macroscópica se recomienda un estudio del tracto urinario
superior y e inspección endoscópica vesical. El UROTAC es un TAC de abdomen y pelvis
con contraste que agrega una fase de excreción que permite evidenciar defectos de llene
endoluminales. En conjunto con la cistoscopía, ambos exámenes permiten evaluar
detalladamente la vía urinaria en casos de hematuria macroscópica. Una vez confirmado el
diagnostico, se programa el paciente para una exploración bajo anestesia y resección de la
lesión sospechosa para estudiarla microscópicamente.
Resección Transuretral (RTU):
El primer paso en el tratamiento del cáncer vesical es la resección endoscópica de todos los
tumores visibles con un margen adecuado y una profundidad que permita evaluar la
muscularis propia (detrusor). Este procedimiento se realiza bajo anestesia en pabellón y
tiene un objetivo diagnóstico y terapéutico. Durante el procedimiento se realiza además una
exploración bimanual para valorar la presencia de masa palpable o fijación vesical a
estructuras contiguas. Una vez analizada la biopsia en diferido de la muestra de RTU-V se
conocerá el estadio T y el grado tumoral. Con esta información se cataloga el caso como
CVNMI o CVMI.
El tratamiento definitivo con intención curativa del CVMI más ampliamente recomendado es
la Cistectomía Radical en conjunto con la Linfadenectomía Pelviana. Esto se debe a que
solo un 10% de los pacientes puede ser curado mediante RTU-V como tratamiento único.
Además, la Cistectomía Radical es el tratamiento de elección en casos seleccionados de
CVNMI de alto riesgo como también en aquellos pacientes con CVNMI en quienes ha fallado
el tratamiento con BCG.
Quimioterapia
El CV es quimiosensible. En pacientes con CVMI se recomienda el uso de quimioterapia
antes de la cirugía (Neoadyuvante) para tratar las micrometástasis que están presentes al
diagnóstico. Esta se ha relacionado con un aumento de la sobrevida. Se utiliza Gemcitabina
mas Cisplatino o MVAC (Metotrexato, Vinblastina, Doxorrubicina, Cisplatino), siendo el
primero el más usado dado su favorable perfil de toxicidad. Luego de la CR si no se ha
utilizado QMT-NA, se puede recomendar el uso de quimioterapia adyuvante que ha
mostrado aumento de la sobrevida libre de progresión.
Conclusión:
El cáncer vesical es una enfermedad que es potencialmente mortal. Se presenta en un 75%
de los casos como CVNMI cuyo pilar de tratamiento es la RTU-V completa seguida de
adyuvancia con inducción y mantención de BCG en casos de alto riesgo. En pacientes que
se presentan con CVMI o progresan desde CVNMI, el tratamiento multimodal con CR y QMT
Neoadyuvante ofrece la mejor chance de cura. Pacientes seleccionados pueden ser curados
con tratamientos conservadores de la vejiga usando Triterapia caracterizada por RTU-V
máxima acompañada de quimiorradiación. El CV avanzado se trata con QMT sistémica
basada en cisplatino.
ADENOMA PROSTÁTICO
Dr. Cristian Acevedo
Introducción y definiciones
La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino del tamaño de una nuez, que
se ubica delante del recto y bajo la vejiga englobando la uretra. Sus relaciones anatómicas
determinan la manifestaciones clínicas y síntomas asociados con la patología prostática, así
también, el fácil acceso a través de un examen digital. En la próstata se distinguen varias
zonas, las que se pueden distinguir a través de ecografía transrectal: estroma fibromuscular,
zona transicional, zona central y zona periférica. La zona transicional es donde se origina la
hiperplasia prostática y la zona periférica es el origen de más del 80% de los casos de
cáncer de próstata (CP).
1. Patológica: asintomática
a. Hiperplasia microscópica: identificable por histología. Presente en 1 de 3 hombres sobre 50
años.
b. Hiperplasia macroscópica: identificable por ecografía y palpable clínicamente. Presente en 2
de 3 hombres sobre 65 años.
2. Clínica: paciente sintomático con STUI
Los STUI son prevalentes, aumentan con la edad en cuanto a frecuencia, severidad y se
asocian a altos costos en salud. Estos son diversos y se pueden agrupar en dos grupos
principales:
1. síntomas de vaciado (que se producen durante la micción) y que incluyen el flujo o chorro
débil, latencia en el inicio de la micción, sensación de vaciamiento incompleto o tenesmo,
flujo intermitente y micción prolongada.
2. Síntomas de llenado (que se producen entre micciones durante el llene vesical) y que
incluyen frecuencia, nocturia, urgencia y urge-incontinencia.
Los síntomas de vaciado, ocasionalmente no son percibidos por el paciente. Por otro lado,
los síntomas de llenado producen un deterioro considerablemente mayor y en muchos casos
severo de la calidad de vida, lo que influye en los motivos de consulta por STUI. Estos
síntomas no son específicos de la HPB y en el diagnóstico diferencial hay que considerar
otras patologías como vejiga hiperactiva, detrusor hipo-activo y la poliuria nocturna
“nocturia”, entre otros. Los STUI asociados a OPB, habitualmente son tratados
efectivamente con la terapia medica o quirúrgica, pero se pueden producir complicaciones
como hematuria recurrente, cálculos vesicales, infecciones urinarias, retención urinaria e
insuficiencia renal post-renal.
Diagnóstico y estudio
En todo paciente que consulta por STUI sugerentes de OPB se requiere una detallada
historia médica y estudio que debe incluir:
3. Antígeno Prostático Específico (APE). En rangos de APE normal, puede ser un predictor
del volumen prostático. Aunque sería mejor predictor de crecimiento prostático y
progresión de la enfermedad (retención aguda de orina y cirugía por OPB)
4. Uroflujometría. Mide el volumen orinado en función del tiempo, obteniendo una gráfica.
Es un indicador indirecto de obstrucción y permite evaluar la respuesta a la terapia
médica y progresión.
Hay nomogramas con los valores de normalidad según edad y sexo. Aunque lo más
utilizado en clínica es el flujo urinario máximo (Qmax), siendo lo normal en hombres sobre
15 mL/s. Entre 10-15 mL/s sería un resultado equívoco y bajo 10 ml/s muy sugerente de
obstrucción.
5. Examen de orina y creatininemia. En todo paciente que consulta inicialmente por STUI se
debe descartar infección urinaria, hematuria microscópica y diabetes.
El tacto rectal sigue siendo parte muy importante del examen físico de los pacientes >40
años que consultan por STUI y como herramienta en el tamizaje y diagnóstico precoz del
CP. En un tacto rectal adecuado es necesario evaluar los siguientes parámetros: tamaño,
consistencia, 38odularidad, movilidad y límites anatómicos. El hallazgo más característico en
HPB/CPB es el aumento de tamaño y consistencia algo aumentada (gomosa) y asimétrico.
La presencia de induración focal o nódulo es sugerente de CP.
Un paciente habitual con CPB, se presentará clínicamente con STUI (cuestionario IPSS) y al
tacto rectal una próstata aumentada de tamaño y consistencia gomosa. El APE
habitualmente es normal (<4,0 ng/mL), aunque hasta en un 25% de los casos puede estar
alterado (4-10 ng/mL). El estudio con uroflujometría puede mostrar una curva aplanada con
un flujo máximo <10 mL/s. En la ecografía pelviana puede haber un residuo post-miccional
aumentado (>20% del volumen pre-miccional).
Tratamiento
En un enfoque de tratamiento “ideal” en pacientes con adenoma prostático (CPB/OPB), se
basa no solamente en el alivio sintomático de los STUI. Sino también, que pueda interferir
con la historia natural y progresión de la enfermedad. De esta manera, reduciendo el
empeoramiento de los síntomas, la aparición de complicaciones y evitar/retardar la necedad
de otras terapias invasivas.
El CPB es una patología de alta prevalencia y consulta frecuente en la atención primaria, por
lo cual, es de relevancia saber en qué casos debiera referirse al especialista. Frente a un
paciente con síntomas severos (IPSS>20) o síntomas de inicio rápido, sobre todo asociado a
dolor lumbar; la presencia de ITU, hematuria o sospecha de cáncer de próstata por un tacto
rectal sospechoso y/o APE>4,0 ng/mL, son las principales razones para derivar al
especialista. También requiere una evaluación por especialista, un paciente con vejiga
palpable al examen físico o un residuo urinario medido en ecografía de >300 mL.
Abreviaturas
Referencias
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(September 11, 2012)
2. Guía de la Asociación Americana de Urología (AUA): BENIGN PROSTATIC HYPERPLASIA,
2010 – Revisada y validada 2014
https://www.auanet.org/education/guidelines/benign-prostatic-hyperplasia.cfm
3. Guía de la Asociación Europea de Urología (EAU): Treatment of Non-neurogenic Male
LUTS. 2017
http://uroweb.org/guideline/treatment-of-non-neurogenic-male-luts/
INFERTILIDAD MASCULINA
Dr. Cristian Palma Ceppi
RESUMEN
El factor masculino juega un rol en aproximadamente la mitad de las parejas que consultan
por infertilidad. Múltiples patologías pre-testiculares, testiculares y post-testiculares pueden
influir en el potencial fértil masculino. Un enfoque diagnóstico adecuado, permitirá identificar
una causa específica en la mayoría de los casos. De esta forma se podrá ofrecer el
tratamiento que otorga la mayor probabilidad de éxito. Diversas parejas con factor masculino
severo, que en el pasado habrían tenido que utilizar semen de donante o considerar la
adopción, han podido tener descendencia mediante la recuperación espermática a través de
diferentes técnicas, asociada a inyección intracitoplasmática de espermatozoides. Sin
embargo, existen situaciones en las cuales será imposible recuperar gametos viables y/o se
transmitirán alteraciones genéticas a la descendencia. Una adecuada discusión entre el
especialista y la pareja es esencial para decidir la mejor conducta en cada caso.
INTRODUCCIÓN
La infertilidad masculina puede ser provocada por una variedad de condiciones. Algunas de
ellas se pueden identificar y tratar, como el hipogonadismo hipogonadatrófo; otras se logran
diagnosticar, pero no cuentan con un tratamiento específico, como alteraciones genéticas o
atrofia testicular. En el 30-40% de los pacientes con alteraciones del espermiograma, el
examen físico y las pruebas de laboratorio no logran objetivar una causa específica de la
infertilidad, clasificando a estos pacientes como portadores de una infertilidad masculina
idiopática (1). Las diferentes técnicas de recuperación espermática, que extraen gametos de
diferentes regiones del sistema reproductor masculino, han logrado que parejas con factor
masculino severo sin tratamiento específico puedan lograr embarazos y descendencia.
El objetivo de esta revisión es presentar la evidencia actual en relación al estudio del hombre
infértil y el manejo específico de las causas más importantes que condicionan dicha
infertilidad. El realizar un estudio completo de estos pacientes, permitirá al especialista (3):
Tratar las alteraciones corregibles
Identificar las condiciones sin tratamiento específico, para ofrecer técnicas de
reproducción asistida utilizando espermatozoides del paciente
Identificar las condiciones donde será imposible recuperar gametos masculinos
viables, pudiendo ofrecer técnicas de reproducción asistida con semen de donante o
adopción
Reconocer las enfermedades graves que pueden estar manifestándose como
infertilidad
Diagnosticar alteraciones genéticas que puedan afectar la salud o potencial
reproductivo de la descendencia
Se debe realizar una evaluación del factor masculino cuando no se logra embarazo después
de un año de relaciones sexuales sin protección. Dicha evaluación se debe realizar antes de
un año si existen factores de riesgo para infertilidad masculina (ej. criptorquidia bilateral) o
femenina (ej. edad mayor a 35 años) dentro de la pareja (3). La edad femenina es la variable
más importante para lograr éxito en reproducción asistida (1,4). Los otros factores
pronósticos son la duración de la infertilidad, si es primaria o secundaria, los tipos de
alteraciones del espermiograma y el estatus de fertilidad del factor femenino (1).
Existen múltiples causas de infertilidad masculina, las que se presentan en la tabla 1.
Pueden ser congénitas o adquiridas. Secundarias a patología pre-testicular (eje hipotálamo-
hipófisis-gónadas), testicular o post-testicular (desde testículo hasta conductos
eyaculadores) (5). Se asume que la infertilidad idiopática está causada por múltiples
factores, como alteraciones endocrinas, estrés oxidativo, alteraciones genéticas y
epigenéticas (1).
La evaluación básica del paciente que consulta por infertilidad incluye (3,5):
1) Anamnesis
2) Examen físico
Se debe iniciar el examen físico con la inspección general del paciente, buscando
alteraciones del hábito corporal, alteraciones de los caracteres sexuales secundarios,
presencia de ginecomastia y/o cicatrices de cirugías previas. Se debe examinar el pene,
incluyendo la posición del meato urinario y estigmas de infecciones de transmisión
sexual. Se deben palpar los testículos, evaluando tamaño, consistencia o presencia de
zonas induradas. Los epidídimos deben ser identificados, evaluando la presencia de
dilatación, induración o dolor a la palpación (5).
Se deben identificar ambos conductos deferentes. La ausencia de ambos conductos
puede estar en el contexto de agenesia congénita bilateral de conductos deferentes
(CBAVD), manifestándose como azoospermia obstructiva. La ausencia de sólo uno de
ellos puede reflejar alteraciones embrionarias del conducto mesonéfrico, lo que se asocia
a agenesia renal ipsilateral. El examen debe finalizar con un tacto rectal, aprovechando
de evaluar la indemnidad de los reflejos espinales a nivel sacro (3,5).
3) Análisis seminal
Astenozoospermia se define, según los criterios de OMS 2010, como una movilidad
progresiva menor a 32% o una movilidad total menor a 40%. Es una variable
inespecífica, que puede estar en el contexto de varicocele, defectos espermáticos
ultraestructurales, anticuerpos anti-espermáticos, o puede ser idiopática (5).
Teratozoospermia se define como menos de 4% de formas normales, y se ha
relacionado con fracaso en técnicas de reproducción asistida como fertilización in vitro
(FIV) o inseminación intrauterina (IUI). No se ha descrito una clara influencia sobre el
éxito en embarazos producto de inyección intracitoplasmática de espermatozoides
(ICSI) o embarazos espontáneos (7,8).
4) Evaluación endocrina
Se debe realizar este examen a todos los pacientes con un volumen seminal menor a 1.5
ml, en los cuales se ha descartado previamente CBAVD e hipogonadismo. Esta prueba
se realiza centrifugando la muestra seminal por 10 minutos a 3000g, con posterior
observación del pellet con una magnificación de 400x. La observación de un número
significativo de espermatozoides es indicativa de eyaculación retrógrada (1).
Se debe realizar un ecodoppler testicular a los pacientes que consultan por infertilidad.
Con este examen se podrá objetivar patología testicular, epididimaria o del cordón
espermático. La ecografía testicular debe ser con modalidad doppler para objetivar la
presencia o ausencia de varicocele.
La ecotomografía transrectal está indicada en el estudio de azoospermia u
oligozoospermia de origen obstructivo. Se debe solicitar en pacientes con azoospermia u
oligozoospermia severa con muestras seminales de bajo volumen, acidóticas, de baja
fructosa. La visualización de vesículas seminales dilatadas (diámetro anteroposterior
mayor a 2 cm), conductos eyaculadores dilatados o quistes prostáticos de línea media
apoyan el diagnóstico de obstrucción parcial o completa de conductos eyaculadores
(3,9).
7) Pruebas genéticas
Setenta por ciento de los pacientes con CBAVD sin síntomas o signos de fibrosis quística
poseen una mutación del gen del receptor de conductancia transmembrana de fibrosis
quística (CFTR) (15,16). Aunque se han descrito más de 1300 mutaciones para CFTR,
las pruebas más utilizadas se basan en la búsqueda de 30 a 50 mutaciones más
comunes; por lo que un resultado negativo no es sinónimo de ausencia de una mutación.
La mayoría de los pacientes con agenesia de conductos deferentes, presentan también
hipoplasia o agenesia de vesículas seminales, presentando bajo volumen de eyaculado.
En pacientes azoospérmicos con agenesia unilateral, la realización de una ecotomografía
transrectal puede confirmar atresia contralateral de conductos deferentes o vesículas
seminales, explicando una azoospermia obstructiva (3,17).
Se les debe ofrecer detección de mutación de CFTR y consejería genética a todos los
hombres con CBAVD. También se le debe ofrecer a la pareja femenina, si es que se
utilizará el semen de un paciente con CBAVD en técnicas de reproducción asistida. Se
debe indicar estudio ecográfico renal a pacientes con agenesia unilateral de conductos
deferentes, para identificar posibles malformaciones renales. Por último, se debe
considerar secuenciar el gen CFTR completo en pacientes con CBAVD con un panel de
mutaciones negativo y una pareja femenina portadora de mutaciones del gen de la
fibrosis quística (3).
8) Pruebas especializadas
Se define como una dilatación excesiva del plexo venoso pampiniforme del cordón
espermático, que puede ser identificado clínicamente o a través de visualización de reflujo
venoso en ecografía doppler. Frecuentemente aparece en la pubertad. La prevalencia es de
12 a 15% de los adolescentes masculinos. Se considera la causa, corregible
quirúrgicamente, más frecuente de infertilidad masculina (1).
Los efectos en el crecimiento testicular y fertilidad podrían ser consecuencia del aumento de
temperatura local, disrupción vascular y desbalance endocrino. En el último tiempo, el estrés
oxidativo ha sido postulado como un elemento importante en la fisiopatología. En pacientes
infértiles, el patrón clásico del espermiograma muestra disminución de la concentración,
movilidad y aumento de las formas anormales de los espermatozoides
(oligoastenoteratozoospermia).
El tratamiento del varicocele ha sido durante años un tema controversial en urología. Aunque
se ha demostrado que mejora la movilidad, concentración y disminuye el daño del DNA; su
real utilidad en aumentar la tasa de recién nacidos no ha sido demostrada (23).
Las disfunciones sexuales pueden interferir con las relaciones sexuales y/o eyaculación
intravaginal. Trastornos de la libido, asociados a baja testosterona, pudieran ser tratados con
moduladores del receptor de estrógenos (clomifeno o tamoxifeno), inhibidores de aromatasa
o gonadotrofina coriónica humana. La disfunción eréctil puede ser tratada con inhibidores de
fosfodiesterasa 5 o inyecciones intracavernosas (5).
En el caso de eyaculación retrógrada, se pueden utilizar agentes simpaticomiméticos como
efedrina o imipramina; o se pueden recuperar espermatozoides desde orina post-
eyaculación. Para pacientes aneyaculatorios, se puede utilizar estimulación peneana
vibratoria, electroeyaculación transrectal o recuperación espermática quirúrgica (31-33).
Tratamiento antioxidante
El tratamiento con antioxidantes orales se basa en múltiples estudios que demuestran una
mayor concentración de ROS y sus productos de degradación, en plasma seminal de
pacientes infértiles, con alteración de diferentes parámetros seminales. Existe evidencia
controversial en relación a los efectos que tienen los antioxidantes sobre la concentración,
movilidad, estructura espermática e integridad del DNA (34). Sin embargo, una revisión
Cochrane del año 2012 que incluyó 34 estudios con 2876 parejas, demostró que la terapia
con antioxidantes orales aumenta la tasa de embarazos y recién nacidos vivos, sin aumentar
los efectos adversos (35). Entre los agentes utilizados, los con mayor evidencia son la L-
carnitina, vitamina C y vitamina E. Las dos últimas, utilizadas en conjunto, lograrían proteger
a las estructuras espermáticas lipídicas (vitamina E) e hidrofílicas (vitamina C), frente al
ataque de ROS.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
La Próstata es una glándula exocrina que aporta el 30% del liquido seminal, se encuentra
detrás del pubis, debajo de la vejiga y por delante del recto y por su interior transcurre la
uretra en su segmento prostático, tiene la forma de una castaña y su peso aproximado es de
unos 25 gr. En su interior tienes diversas zonas destacando la zona de transición (relacionada
con el Crecimiento Prostático Benigno) y la periférica (relacionada con el Cáncer).
Es el segundo cáncer mas frecuente en el hombre, con una tasa ajustada de incidencia de
50.6 por 100 mil hombres y con una tasa bruta de mortalidad en 2010 de 22.7 por 100 mil. Es
una patología de alta incidencia, prácticamente asintomática y aumenta con la edad. La edad
media para el diagnóstico es 72 años. El riesgo es 1 en 6 (16%), pero el de morir por la
enfermedad es de un 2%. Se encuentra cubierto por el programa de garantías explicitas en
salud, GES.
Factores de Riesgo
Edad: Es el más importante, al envejecer la población es mayor la prevalencia.
Factores genéticos: La historia familiar de CaP. aumenta en el riesgo de padecer la
enfermedad. Un familiar de primer grado aumenta al doble el riesgo.
Raza: en Chile el gran % de mestizaje no lo hacen un factor relevante.
Dieta: El elevado consumo de grasa de origen animal y carnes rojas participan en su
desarrollo, al igual que el síndrome metabólico.
Tabaquismo: sólo se ha demostrado aumento de riesgo en grandes fumadores.
ESTUDIO.
Tacto Rectal : es la forma más simple de estimar volumen prostático, tiene un rol en el
screening de cáncer de próstata al detectar alteración de la consistencia y el tono del esfínter
anal aporta información acerca de la indemnidad neurológica.
Es usado para detectar el cáncer prostático. Sin embargo los problemas de sensibilidad y
especificidad lo alejan de ser un marcador perfecto.
Existen numerosas causas que pueden elevar el APE, como por ej. : Hiperplasia Benigna de
la Próstata, infecciones urinarias, instrumentalización de la vía urinaria, prostatitis, infarto
prostático, biopsia y trauma de la próstata, masaje etc.
El APE fue aprobado en 1994 por la FDA para la detección precoz asociado al tacto rectal en
hombres mayores de 50 años. El nivel de corte de 4 ng/mL se estableció como límite para la
recomendación de una biopsia, a pesar que valores más bajos no descartaban la presencia
de una lesión neoplásica.
Fracción libre del APE: El APE está presente de manera conjugada (ligado a
proteínas) y libre. El porcentaje de APE libre por sobre el total es un indicador que
puede utilizarse para la sospecha de CaP. cuando nos encontramos entre 4 y 10 ng/ml
y la próstata tiene una volumetría mayor a 50 cc. Así, un porcentaje bajo (<18%) se
asocia más comúnmente a CaP. mientras que porcentajes altos (>18%) son favorables
a no tener un CaP.
Biopsia de Próstata.
Está indicada con APE elevado y/o Tacto Rectal sospechoso (alteración en la consistencia)
de cáncer son las indicaciones más frecuentes. La técnica es ambulatoria, vía trans-rectal
guiada por ecografía y se toman al menos 12 cilindros, con preparación de antibióticos orales
y una limpieza rectal con enemas evacuantes, aunque la frecuencia de complicaciones
infecciosas es generalmente baja la prostatitis posterior a una biopsia prostática, esta puede
ser una complicación séptica grave.
Anatomía Patológica.
Más del 95% de los casos son Adenocarcinomas, los cuales se originan, generalmente, en
la zona periférica, para su certificación se realiza biopsia por punción trans-rectal ecodirigida.
La diferenciación del cáncer se ha relacionado directamente con la probabilidad de metástasis
y muerte, y la arquitectura tumoral, se ha clasificado con el sistema histológico descrito por
Gleason (Score va de 2 a 10).
El estudio inmunohistoquímica con marcación del antígeno prostático específico se utiliza para
confirmar en los casos dudosos,
Etapificación y Clasificación
Para definir el riesgo y pronóstico del cáncer prostático no metastásico, se utilizan: valor de
APE, tacto rectal y Gleason y volumen tumoral.
Según las características del cáncer se pueden establecer 6 subgrupos de riesgo dentro de 3
grupos (clínicamente localizado, localmente avanzado y metastásico).
1. Muy bajo riesgo: T1c, puntaje Gleason ≤ 6, APE <10 ng/ml. menos de 3 cilindros positivos
y con ≤ 50% cáncer en cada cilindro, densidad de APE <0.15 ng/ml/g.
2. Bajo riesgo: T1-T2a, puntaje Gleason ≤ 6, APE <10 ng/ml.
3. Riesgo Intermedio: T2b-T2c ó puntaje Gleason 7 ó APE 10-20 ng/ml.
4. Alto riesgo: T3a ó puntaje Gleason 8-10 ó APE >20 ng/ml.
5. Muy alto riesgo: T3b-T4, Gleason primario de patrón 5 o más de 4 cilindros con puntaje de
Gleason 8-10
6. Metastásico: Cualquier T, N1 ó Cualquier T, cualquier N, M1
Clasificación TNM
Tx: tumor primario no puede ser evaluado.
To: no hay evidencia de tumor primario.
T1: tumor clínicamente no aparente, no palpable ni visible mediante imágenes.
T1a: descubrimiento histológico incidental del tumor en 5% o menos del tejido
resecado.
T1b: descubrimiento histológico incidental del tumor en más del 5% del tejido resecado.
T1c: tumor identificado por APE elevado solamente.
T2: tumor confinado dentro de la próstata*.
T2a: el tumor afecta la mitad de un lóbulo o menos.
T2b: el tumor compromete más de la mitad de un lóbulo pero no ambos.
T2c: el tumor afecta ambos lóbulos.
T3: el tumor se extiende a través de la cápsula prostática**.
T3a: extensión extra capsular (unilateral o bilateral).
T3b: el tumor invade la(s) vesícula(s) seminal(es).
T4: el tumor está fijo o invade estructuras adyacentes distintas a las vesículas
seminales: el cuello de la vejiga, el esfínter externo, el recto, los músculos
elevadores y/o la pared de la pelvis.
Nx: ganglios linfáticos regionales no pueden evaluarse.
No: no existe metástasis ganglionar linfática regional.
N1: metástasis en ganglio linfático regional o ganglios.
Con cáncer localizado a la próstata y el paciente tenga una expectativa de vida mayor a 10
años podemos ofrecer terapias con fin curativo tales como:
1. Vigilancia activa
2. Prostatectomía radical
3. Radioterapia externa
4. Braquiterapia
Tipos de Tratamientos:
Los pilares de la vigilancia activa son: un monitoreo con APE que cada 4-6 meses,
tacto rectal cada 6-12 meses, biopsia de próstata a los 12-18 meses de vigilancia.
3) Radioterapia (Rö).
b) Braquiterapia primaria
La de baja dosis (LDR) como monoterapia está indicada para pacientes con
cánceres de bajo riesgo y de bajo volumen tumoral.
CPCR no metastásico
En pacientes con CPHR no metastásico no se ha descrito ningún tratamiento que demuestre
una mejoría en la sobrevida global o cáncer especifica.
Cuidados paliativos : Son la base del tratamiento de los pacientes con CPHRm.
Las opciones recomendadas incluyen:
Denosumab y el Acido Zoledrónico previenen las complicaciones del esqueleto relacionadas
con la enfermedad, entre las que se incluyen fracturas, compresión de la médula espinal o la
necesidad de cirugía o radioterapia en los huesos.
Radioterapia paliativa de metástasis, está indicada como tratamiento del dolor óseo.
EN RESUMEN:
No se recomienda el tamizaje poblacional con APE para la detección del cáncer de próstata.
El Tamizaje selectivo debe realizarse en personas con factores de riesgo y síntomas urinarios
mediante APE y TR combinados y puede repetirse cada 1-2 años. (en pacientes con APE
menor a 2 ng/ml la frecuencia de control podría ser cada 2 años).
El límite de edad para dejar de hacer el tamizaje selectivo no está claro en nuestro medio y se
considera realizable en personas con expectativa de vida > 10 a 15 años. (Minsal 2015)
¿a quienes? :
hombres entre 50 a 75 años y con antecedentes de CaP familiar a partir de los 40
años.
¿cómo? :
Antígeno Prostático Específico (APE) y Tacto Rectal
APE:
Tacto Rectal:
Realizarlo siempre!.
Lo más relevante es detectar cambios en la consistencia.
2.- EAU Guidelines ed. 2014, chapter 9 y 13, Prostate Cancer and Benign Prostatic
Hyperplasia. http://www.uroweb.org
3.- Ministerio de Salud. Guía clínica próstata en personas de 15 años y más. Noviembre 2015
http://web.minsal.cl/wp-content/uploads/2015/09/C%C3%A1ncer-de-pr%C3%B3stata-en-
personas-de-15-a%C3%B1os-y-m%C3%A1s-Documento-Actualizado-2015.pdf
Introducción
Las infecciones del tracto urinario (ITU) se encuentran entre las enfermedades infecciosas
más prevalentes, con una carga financiera significativa. En los Estados Unidos, son
responsables de aproximadamente 7 millones de visitas médicas anuales (1).
Aproximadamente el 15% de todos los antibióticos prescritos por la comunidad en los
Estados Unidos son para el tratamiento de ITU. (2) y datos de algunos países europeos
sugieren una tasa similar( 2). En los Estados Unidos, las ITU representan anualmente más
de 100.000 hospitalizaciones, siendo la mas frecuente la pielonefritis (1). Al menos el 40%
de todas las infecciones adquiridas en el hospital son ITUs y la mayoría de los casos están
asociados a catéter (3). Se estima que en Chile el año 2012, las ITU asociada a catéter fue
de 2684 casos (4). La bacteriuria se desarrolla en hasta el 25% de los pacientes que
requieren el uso de un catéter urinario, durante una semana o más con un riesgo diario de 5-
7% (5, 6).
Patogénesis de ITU
Los pacientes que usan catéteres urinarios a permanencia, van a presentar colonización del
sistema y en un plazo de 4 semanas la totalidad de los pacientes presentará presencia de
bacteriuria. El mecanismo es la migración de las bacterias en el espacio entre la sonda y la
uretra que está ocupado por secreción mucopurulenta (7).
No todas las especies de bacterias son igualmente capaces de inducir una infección debida
a la distinta virulencia y patogenicidad de estas y a medida que exista un mayor
compromiso de los mecanismos naturales de defensa de la vía urinaria (Ej. obstrucción o
cateterización de la vejiga) el rol de la virulencia bacteriana es menos relevante. Existe
evidencia bien documentada de que las bacterias aisladas de pacientes con ITU complicada,
frecuentemente no expresan factores de virulencia (7). Existen factores de virulencia, como
la presencia de diferentes tipos de pili, que permiten a las bacterias el ascenso delsde el
introito vaginal hasta el sistema superior, permitiendo lo inducción de una inflamción
sistémica.
Clasificación
Existen diferentes sistemas de clasificación de ITU (7). Los más utilizados son los
desarrollados por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) (8), la
Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (IDSA) (9), la Sociedad Europea de
Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID) (9), así como la Administración
de alimentos y medicamentos (FDA) [9, 10]. (7) Las directrices actuales de la UTI usan
frecuentemente el concepto de ITU no complicada y complicada. En 2011, la Sección de
Infecciones Urológicas de la Sociedad Europea de Urología (EAU) propuso el sistema de
clasificación ORENUC basado en la presentación clínica de la ITU, la categorización de los
factores de riesgo y la disponibilidad de terapia antimicrobiana apropiada [11] (7)
Infección urinaria no complicada: Son las ITU agudas, esporádicas o recurrentes del
tracto urinario inferior (cistitis sin complicaciones) y / o superior (pielonefritis no complicada),
limitada a mujeres premenopáusicas, no embarazadas, sin comorbilidades ni anomalías
anatómicas ni funcionales conocidas dentro del tracto urinario.
Infección urinaria complicada: Todas las ITU que no pueden ser incluidas en la categoría
anterior. Corresponden a las ITU en pacientes con una mayor probabilidad de un curso
complicado, todos los hombres, mujeres embarazadas, pacientes con anomalías anatómicas
o funcionales del tracto urinario, catéteres urinarios permanentes, enfermedades renales y /
o enfermedades que puedan producir inmunodepresión, como por ejemplo, diabetes.
Infección urinaria recurrente: Recurrencias de ITU no complicadas y / o complicadas, con
una frecuencia de al menos tres episodios/año o dos episodios en los últimos seis meses.
Infección urinaria asociada catéter urinario permanente (ITU CUP): ITU que ocurre en
una persona cuyas vías urinarias están cateterizadas o han sido cateterizadas en un plazo
de 48 horas previas.
Urosepsis: Respuesta sistémica, deletérea del hospedero a la infección originada en el
tracto urinario y / o en los órganos genitales masculinos. La urosepsis se acompaña de
signos de inflamación sistémica, presencia de síntomas de disfunción orgánica e hipotensión
persistente asociada con hipoxia del tejido.
Bacteriuria asintomática.
La bacteriuria asintomática ocurre en un 1-5% de mujeres sanas pre-menopáusicas,
aumentando a 4-19% en mujeres mayores, 0.7-27% en pacientes con diabetes, 2-10% en
mujeres embarazadas, 50% en las poblaciones de ancianos institucionalizados y 23-89% en
los pacientes con lesiones de la médula espinal [22] (7). La bacteriuria asintomática en
hombres más jóvenes es infrecuente, pero cuando se detecta, la prostatitis bacteriana
crónica puede ser una causa. El espectro de bacterias en (BA) es similar a las especies
encontradas en ITU no complicadas o complicadas. Estudios clínicos han demostrado que
esta condición puede proteger contra la superinfección de una ITU sintomática y el
tratamiento de la BA debe realizarse sólo en casos de beneficio probado para el paciente y
así evitar el riesgo de producir resistencia antimicrobiana y erradicar una cepa
potencialmente protectora (7).
La BA se define por el crecimiento de 105 unidades formadoras de colonia (UFC)/ ml, en dos
muestras consecutivas de orina de segundo chorro en mujeres y en una sola muestra en
hombres. En una muestra de orina por cateterismo, el crecimiento bacteriano puede ser tan
bajo como 102 UFC/ml, tanto en hombres como mujeres. En pacientes embarazadas, la
evidencia ha demostrado que esta terapia se asocia con una disminución de la tasa de
recién nacidos de bajo peso y de partos de pre término (10, 11).
Por esta razón la BA debe ser buscada y tratada, en este grupo de pacientes. El tipo de
tratamiento debe ser realizado con esquemas estándares de antibióticos, dado que los
esquemas de dosis únicas han demostrado menor eficacia en pacientes embarazadas (12).
El otro grupo de pacientes en los que la BA debe ser identificada y tratada son los que
serán sometidos a alguna cirugía del tracto urinario. En estos el tratamiento de la BA se
asocia a una menor incidencia de ITU durante el período post operatorio.
Cistitis no complicada.
La cistitis sin complicaciones se define como una cistitis aguda, esporádica o recurrente,
limitada a mujeres pre-menopáusicas no embarazadas, sin comorbilidades y sin anomalías
anatómicas y funcionales conocidas dentro del tracto urinario. Es una patología frecuente,
que puede presentarse en hasta el 50% de la mujeres en el curso de la vida y
aproximadamente un tercio de las mujeres de 24 años han experimentado un episodio (13).
Los factores de riesgo indetificados para le presencia de cistitis son: actividad sexual, uso de
espermicidas, presencia de un nuevo compañero sexual, historia de ITU durante la infancia y
antecedente de ITU en la madre.
Los agentes mas frecuentes productores de esta infecciones son las enterobacterias, siendo
la Escherichia coli, la mas frecuenteme aislada. Otros agentes patogenos frecuentes son el
Staphilococus sparophyticus, Klebsiella Pneumoniae y Proteus mirabilis (14).
El estudio debe ser realizado con un examen de orina completa, incluso algunos
recomiendan solo el uso de un examen de orina con tira reactiva (dipstick). El urocultivo no
es obligatorio. Sin embargo, debe ser realizado en sospecha de pielonefritis aguda, síntomas
que no desaparecen o se repiten dentro de dos a cuatro semanas después de la finalización
del tratamiento, mujeres que presentan síntomas atípicos y mujeres embarazadas.
Tratamiento
El tratamiento debe ser realizado con antibióticos que deben ser elegidos de acuerdo a las
siguientes consideraciones:
Espectro y patrones de susceptibilidad de los patógenos etiológicos.
Eficacia para la indicación de acuerdo a estudios clínicos.
Tolerabilidad y reacciones adversas.
Efectos ecológicos adversos.
Costos y disponibilidad.
Dentro de las alternativas están: nitrofurantoina macrocristales 100 mg c/12 hrs via oral (VO)
por 5 días; cotrimoxazol 160/800 mg c/12 hrs. VO por 3 días o trimetropin 200 mg c/12 hrs
VO por 5 dias (siempre que la resistencia antimicrobiana de e. Coli sea <20%).
Fluoroquinolonas como ciprofloxacino o levofloxacino, pueden ser alternativas. Sin embargo,
los efectos adversos y la selección de cepas resistentes son un inconveniente para su uso.
Las aminopenicilinas asociadas a inhibidores de las betalactamasas, pueden ser una
alternativa en algunos casos.
El seguimiento de estos pacientes debe ser clínico y el estudio con un examen de orina
completa y urocultivo debe ser realizado en aquellos con persistencia de los síntomas post
finalización del tratamiento antibiótico o con recurrencia de la sintomatología dos semanas
post terapia (15)
Infección urinaria recurrente
Las ITU recurrentes (ITUR) son recurrencias de ITU no complicadas y/o complicadas, con
una frecuencia de al menos tres/año o dos episodios en los últimos seis meses. Aunque los
ITUR incluyen tanto la infección del tracto inferior (cistitis) como la infección del tracto
superior (pielonefritis), la pielonefritis repetida debe llevar al descarte de una etiología
complicada.
Esta entidad es frecuente y existen factores de riesgo descritos en los distintos grupos
etáreos. En las mujeres jóvenes y pre menopausicas las relaciones sexuales, el uso de
espermicida, una nueva pareja sexual, historia de madre con antecedentes de ITU, historia
de la ITU durante la infancia y el estatus secretor del antígeno del grupo sanguíneo son
factores de riesgo conocidos para ITUR (16).
En pacientes post menopausicas y añosas los factores de riesgo son: la historia de ITU
previa a la menopausia, la presencia de incontinencia urinaria, la vaginitis atrófica por
deficiencia de estrógeno, el cistocele, el aumento del residuo post miccional, el estatus
secretor del antígeno del grupo sanguíneo, el cateterismo urinario y deterioro del estado
funcional en mujeres ancianas institucionalizadas.
Las ITUR deben ser confirmadas con cultivos de orina y deben ser estudiadas extensamente
(imagenologia + cistoscopía) en caso de sospechar una patología urológica subyacente
(litiasis, obstrucción vía urinaria). La prevención y manejo de ITUR se basan en modificacion
de conductas y en el uso de fármacos.
Existen diversas medidas que se sugieren, como aumentar la ingesta de liquidos, micción
post coital y aseo local. Sin embargo, no existe evidencia categórica de su efectividad (15).
El OM-89 (Urovaxom ®), que corresponde a un extracto liofilizado de E. coli, ha sido usado
para la inmunoprofilaxis de ITUR. Existen trabajos que han probado su eficacia solo en
mujeres con ITUR (17). En mujeres post menopáusicas, el uso de estrógenos vaginales, ha
mostrado tendencia a prevenir las ITUR.
El uso de profilaxis antibiótica puede ser realizado a bajas dosis por períodos prolongados
de tiempo (3 – 6 meses) o solamente indicados de manera post coital, dado que ambos
esquemas disminuyen la incidencia de ITUR (18). La nitrofurantoina puede ser usado con
estos fines, con una dosis de 50 o 100 mg/día VO. En algunos pacientes bien informados y
confiables, el auto diagnóstico y tratamiento con esquemas de ITU no complicada, puede ser
indicado. (7)
Pielonefritis no complicada.
Es la pielonefritis que se produce en pacientes del sexo femenino, pre menopáusicas, sin
comorbilidades significativas y sin alteraciones del tracto urinario. Se manifiesta por fiebre (>
38 ° C), calofríos, dolor en el flanco, náuseas, vómitos o sensibilidad en la zona del ángulo
costovertebral, con o sin los síntomas de almacenamiento del tracto urinario inferior. Este
cuadro debe diferenciarse de la pielonefritis aguda complicada, la que en su mayoría se
asocia a obstrucción de la vía urinaria, dado que esta puede rapidamente evolucionar a
urosepsis.
El espectro de bacterias es mas amplio, al comparar con ITU no complicada y las bacterias
pueden tener un perfil distinto, con mayores tasas de resistencia. Las enterobacterias son
las responsables de la mayoría de los casos (60-75%), siendo las E. coli, Proteus spp.,
Klebsiella spp., Pseudomonas spp., Serratia spp. Y Enterococcus spp, las cepas mas
frecuentes (20).
Los pacientes con síntomas sistémicos que requieren hospitalización deberían ser tratados
con aminoglicósidos con o sin amoxicilina, cefalosporinas de 2º con un aminoglicósido o
cefalosporinas de 3º generación(21). El uso de otros antibióticos como carbapenemicos,
dependerá del perfil de resistencia local. El tratamiento definitivo dependerá del resultado de
los cultivos.
Las ITU CUP, son frecuentemente polimicrobianas y causadas por agentes multiresistentes.
Las manifestaciones clínica de ITU CUP son inespecíficas y corresponden a fiebre,
compromiso del estado general, aumento de rigidez, dolor lumbar y presencia de síntomas
de almacenamiento en aquellos que se les ha removido el CUP. Desde el punto de vista
microbiológico, se requieren >103 UFC/ml de una o más especies bacterianas en una sola
muestra de orina de catéter o en una muestra de segundo chorro de un paciente cuyo
catéter ha sido retirado hasta 48 hrs previas a la evaluación. La presencia de piuria en
pacientes cateterizados no es diagnóstico de ITU CUP (24).
El urocultivo, previo al inicio de la terapia debe ser tomado al momento de cambiar el catéter.
La duración del tratamiento debe ser de 7 días en pacientes que presentan resolución rápida
de la sintomatología y hasta 14 día en pacientes en aquellos que la resolución es mas lenta.
La administración de antibióticos para evitar la ITU CUP no está indicada. La permanencia
del catéter debe ser la mínima posible para evitar ITU CUP.
Prostatitis bacteriana
La prostatitis bacteriana es una condición clínica causada por la infección bacteriana de la
glándula prostática. De acuerdo a la clasificación del Instituto Nacional de Diabetes,
Enfermedades Digestivas y del Riñón (NIDDK) de los Institutos Nacionales de Salud (NIH),
se distingue la prostatitis bacteriana con infección confirmada o sospechosa, del síndrome
de dolor pélvico crónico (Tabla 1)
Tipo
I Prostatitis bacteriana aguda
II Prostatitis bacteriana crónica
III Prostatitis bacteriana crónica - síndrome de dolor pélvico crónico
IIIA Síndrome de dolor pélvico crónico inflamatorio (glóbulos blancos en el semen /
secreción prostática expresada / orina urinaria anulada 3)
IIIB Síndrome de dolor pélvico crónico no inflamatorio (sin glóbulos blancos en el
semen / secreción prostática expresada / orina urinaria anulada 3)
IV La prostatitis inflamatoria asintomática (prostatitis histológica)
Tabla 1: Clasificación de prostatitis y dolor pélvico crónico NIDDK/NIH.
Epididimitis infecciosa
La epididimitis infecciona es una patología frecuente, con una incidencia de 25-65/10.000
pacientes adultos por año (28). Se caracteriza clínicamente por dolor, aumento de volumen y
temperatura del epidídimo, que puede comprometer el testículo y la piel circundante. Es
causada por la migración de agentes patógenos desde la uretra o la vejiga. El principal
diagnóstico diferencial en niños y jóvenes es la torsión testicular. Los patógenos
predominantemente aislados son Chlamydia trachomatis, Enterobacteriaceae (típicamente
E. coli) y N. gonorrhoeae (29). Las enterobaterias predominan en los pacientes que tienen
relaciones sexuales anales y en aquellos que presentan anomalías del tracto urinario que
producen bacteriuria. Otras etiologías que deben considerarse de acuerdo al contexto clínico
son el virus de la parotiditis, Mycobacterium tuberculosis, brucella y candida.
El cintigrama nuclear del escroto es el método más preciso para diagnosticar la epididimitis,
pero no está rutinariamente disponible. El ultrasonido debe utilizarse principalmente en
pacientes en los que la clínica y el laboratorio no pueden confirmar una epididimitis o para
descartar la torsión del cordón espermático.
Además el tratamiento con frío local, suspensión escrotal y AINEs es recomedado como
complemento para el manejo sintomatico. Las parejas sexuales de los ultimos 60 días deben
ser referidas para evaluación y eventual tratamiento en caso de confirmarse presencia de
gérmenes transmitidos sexualmente. El paciente y sus parejas sexuales deben abstenerse
de mantener relaciones hasta que hayan sido tratados y los síntomas hayan cedido.
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PATOLOGÍA GENITAL BENIGNA
Dr. Rorigo Canales Rojas
El cuadro de torsión intermitente del cordón espermático, se caracteriza por dolor testicular
intenso, autolimitado, recurrente en el tiempo y asociado a síntomas neurovegetativos. Su
tratamiento también es quirúrgico (orquidopexia bilateral).
Quistes de epidídimo: son la condición quística intraescrotal más frecuente, pudiendo ser
encontrados hasta en un tercio de las ecotomografías testiculares en pacientes
asintomáticos. Corresponden a dilataciones quísticas de túbulos seminíferos y son más
comúnmente encontrados a nivel de la cabeza del epidídimo, siendo infrecuentes a nivel de
la rete testis. Cuando el tamaño supera los 3 cm se les denomina espermatoceles. En
general, no requieren tratamiento. Si se asocian a dolor refractario y localizado, en
pacientes con paternidad cumplida, en que se asume que el dolor es exclusivamente por
esta causa, o en pacientes con espermatoceles de gran tamaño que generan efecto de
masa y dolor por compresión externa, se plantea la resección quirúrgica. Algunos pacientes
pueden persistir con el dolor incluso después de operados, en cuyos casos puede llegar a
plantearse una denervación del cordón espermático o, en situaciones más extremas, una
epididimectomía. Los quistes de epidídimo no se asocian a malignización.
Epididimitis: corresponde a la inflamación del epidídimo, pudiendo ser de origen infeccioso
o no. Se catalogan como agudas cuando su evolución es menor a 6 semanas, o en crónicas
cuando duran 3 ó más meses. Constituyen una causa frecuente de consultas ambulatorias
en hombres, con una mayor frecuencia en el grupo de 20-49 años (43%). Se caracterizan
por dolor intraescrotal, aumento de volumen y cambios inflamatorios locales. En pacientes
mayores de 60 años con epididimitis aguda, más de la mitad de las veces se asocia con la
presencia de uropatía obstructiva baja . También existe mayor riesgo en pacientes con
instrumentación reciente de la vía urinaria. El 80% de las epididimitis agudas son de origen
bacteriano, habitualmente por gérmenes Gram (-), aunque en menores de 35 años debe
considerarse la asociación con infecciones de transmisión sexual. Las epididimitis agudas
serán abordadas con mayor detalle en el capítulo que trata sobre infecciones en urología.
Entre las causas de epididimitis crónica infecciosa, la más frecuente es la tuberculosa, pero
también puede ser producida por Brucelosis y Filariasis. La epididimitis por TBC se adquiere
por vía hematógena (no canalicular ascendente a través del conducto deferente como es lo
habitual en la epididimitis aguda bacteriana), es bilateral en aproximadamente un 25% de los
casos y se asocia a TBC renal concomitante. Debe sospecharse en pacientes con
antecedentes de tuberculosis y en los pacientes sometidos a tratamientos intravesicales con
BCG por tumores vesicales.
Las epididimitis no infecciosas pueden ser causadas por reflujo de orina estéril, estar
asociadas a enfermedades sistémicas o ser de origen farmacológico. La sarcoidosis
representa aproximadamente el 5% de las epididimitis crónicas y se acompaña de
nefrocalcinosis, granulomas testiculares y de los conductos deferentes, pudiendo ser
bilaterales hasta en un tercio de los casos. La enfermedad de Behçet y el Púrpura de
Schönlein-Henoch también pueden acompañarse de epididimitis. Se tratan habitualmente
con corticoesteroides.
La amiodarona puede lograr altos niveles de concentración a nivel del epidídimo y ser
una causa de epididimitis, mediada por una reacción Ag-Ac. Puede verse en alrededor de un
11% de los pacientes tratados con altas dosis del fármaco y el manejo consiste en
suspender o reducir la dosis.
El dolor epididimario o testicular crónico puede ser manejado con suspensión testicular,
analgésicos y antiinflamatorios no esteroidales, frío local, antidepresivos y medicamentos
útiles para el manejo del dolor neuropático, como son la gabapentina o la pregabalina.
Cuando el dolor es refractario, se plantea la denervación del cordón espermático y, en casos
extremos, la epididimectomía u orquiectomía.
Se describe 4,5 veces mayor riesgo de varicocele en hermanos e hijos de hombres con
varicocele, con mayor incidencia de varicocele grado II y III.
Si bien el Gold standard del estudio es la flebografía, en la actualidad este debe realizarse
con una ecotomografía-Döppler testicular. Se indica para objetivar el diagnóstico, mediante
la apreciación de dilatación venosa y flujo retrógrado, y para evaluar el volumen testicular, el
que pudiese estar reducido en niños o adolescentes, por hipotrofia secundaria.
Balanitis: corresponde a la inflamación del glande sin o con compromiso del prepucio
(balanopostitis). Son muy comunes y de diversas etiologías. Entre las más frecuentes están
la balanitis micótica, asociada habitualmente a la proliferación patológica de cándidas spp,
usualmente Cándida albicans, normalmente secundaria a contacto sexual y en pacientes no
circuncidados. Puede ocurrir espontáneamente, principalmente en diabéticos mal
controlados. Se caracteriza por eritema balanoprepucial, exudado blanquecino, edema
prepucial y microfisuras, con prurito y dolor prepucial. Su tratamiento se basa en
antimicóticos tópicos (clotrimazol, econazol, nistatina) u orales (fluconazol), pudiendo
asociarse el uso de corticoides tópicos por 3 a 7 días.
Las balanitis por Gardnerella vaginalis, se caracteriza por síntomas más leves y un típico
"olor a pescado". Se trata con metronidazol. También existen balanitis por diversos otros
agentes, entre los que se incluyen protozoos, espiroquetas o virus (Herpes simplex).
Entre las balanitis no infecciosas, las más habituales corresponden a las irritativas y
alérgicas (frecuentemente vista en relación al uso de preservativos o lubricantes con
espermicidas).
Las erupciones fijas por drogas tienen predilección por el glande y comúnmente se asocian
al uso de antibióticos o antiinflamatorios.
Bibliografía
DEFINICIÓN
Alteración de origen neurológico que afecta al complejo vésico esfinteriano y que se traduce
en fallas en el mecanismo de almacenamiento, retención y/o evacuación de la orina.
ETIOLOGIA:
La etiología puede ser de origen central o periférica
FISIOLOGÍA DE LA MICCIÓN
Clearance de creatinina que nos permita evaluar la función renal que en muchas
ocasiones puede encontrarse deteriorada.
El examen específico que nos permite evaluar la funcionalidad de la vejiga y la del complejo
esfinteriano es el estudio urodinámico, el que se efectúa a través de un complejo equipo que
integra información de manera digital, así es como a través de él podemos:
Por razones didácticas presentamos aquí una clasificación funcional de vejiga neurogénica
de manera simplista y esquematizada dado que dentro de todos estos cuadros existen
matices, es así como podríamos decir que se pueden dar las siguientes posibilidades:
Vejiga normal con esfínter normal
Vejiga normal con esfínter hiperactivo, clínicamente se manifiesta con disuria de
esfuerzo (uropatía obstructiva)
Vejiga normal con esfínter hipoactivo, clínicamente, incontinencia.
Vejiga hiperactiva con esfínter normal (incontinencia)
Vejiga hiperactiva con esfínter hiperactivo (uropatía obstructiva, vejiga de lucha,
incontinencia, máximo riesgo de falla renal cuando la presión que se produce dentro de
la vejiga es superior a 40 cmts. de agua lo que impide el vaciamiento adecuado de los
uréteres)
Vejiga hiperactiva con esfínter hipoactivo (incontinencia máxima)
Vejiga hipoactiva con esfínter normal (retención urinaria o micción por rebalse)
Vejiga hipoactiva con esfínter hipoactivo, micción por rebalse.
Vejiga hipoactiva con esfínter hiperactivo, retención urinaria y riesgo de falla renal
TRATAMIENTO
OBJETIVOS:
Preservación de la función renal que debe ser el objetivo primordial al cual debe
estar dirigido éste.
Confort y adecuado manejo social que permita al paciente desenvolverse en su
medio familiar y laboral sin limitaciones que deriven de sus problemas de evacuación
de la orina.
Orientar al paciente en su desempeño sexual y reproductivo.
TIPOS DE TRATAMIENTO:
Maniobras evacuadoras:
- Credè que consiste en la compresión del hipogastrio, útil en vejigas hipoactivas.
- Cateterismo vesical intermitente 4-5 veces por día, indicado en pacientes retencionistas.
- Automatismo: el estímulo de alguna zona en los genitales, hipogastrio o muslo puede
desencadenar una contracción vesical por mecanismo reflejo.
Farmacológico:
Hiperactividad del cuello: Bloqueadores alfa (doxasozina, terasozina, alfusozina,
tamsulosina)
Hipoactividad del detrusor: Betanechol (colinérgico)
Hiperactividad del detrusor: Cloruro de Trospio (anticolinérgico), Tolterodina
(anticolinérgico) Oxibutinina (anticolinérgico), Solifenacina (anticolinérgico)
Quirúrgico:
COMPLICACIONES:
Litiasis: que se puede dar por infección urinaria a gérmenes que provocan
alcalinización de la orina (especialmente proteus y seudomona) asociado a ectasia
urinaria e inmovilidad que aumenta la reabsorción de hueso y con ello los niveles de
calcio en la orina
Reflujo vésico ureteral: especialmente por daño de la unión urétero vesical así como
por aumento de la presión intravesical.
Divertículos (vesicales y uretrales): en especial en vejigas hiperactivas donde se
consiguen altos niveles de presión de orina dentro de estas cavidades.
Infección urinaria: dado que estos pacientes presentan ectasia urinaria y con
frecuencia son sometidos a procedimientos invasivos existe un alto riesgo de ITU
Pielonefritis crónica que se puede presentar en pacientes portadores de reflujo
vésico ureteral e ITU.
Insuficiencia renal, estado terminal de los pacientes portadores de vejiga
neurogénica tardíamente diagnosticados y/o mal manejados.
Bibliografía:
INTRODUCCIÓN
PRESENTACIÓN CLÍNICA
Los diagnósticos diferenciales del tumor testicular incluyen: torsión testicular, epididimitis e
hidrocele. El tratamiento siempre comienza con la realización de una orquectomía radical,
que consiste en la extracción del testículo afectado y su cordón espermático a través de un
acceso por vía inguinal.
CLASIFICACIÓN E HISTOLOGÍA
III. Teratoma: Originados por células de más de 1 capa germinal, corresponden al 5-10%
de los tumores, sindo más frecuente su aparición antes de los 30 años. Está presente
en el 50% de los tumores mixtos del adulto. Se presenta histológicamente como
teratoma maduro o inmaduro. Tienen la característica de ser insensibles al
tratamiento con quimioterapia.
ETAPIFICACIÓN
La diseminación del cáncer testicular es fundamentalmente linfática hacia el retroperitoneo,
siguiendo luego en pulmones, mediastino, hígado y cerebro.
Para realizar la etapificación, se recomienda el uso de escáner de Tórax y abdomen además
de solicitar los marcadores tumorales (ver más abajo).
3) LDH (lactato deshidrogenasa): Es una enzima presente en todas las células del
organismo y su elevación se correlaciona con el volumen tumoral (‘carga tumoral’). Tiene un
valor pronóstico independiente y se utiliza como factor de riesgo.
Sintetizando la clasificación, se utiliza el TNM, agregando un valor “s”, que corresponde a los
niveles del marcador tumoral (anexo).
TRATAMIENTO
Seguimiento: Destinado tanto a pacientes con seminoma como a pacientes con tumor no
seminomatoso, confinado al testículo (Etapa 1), de bajo riesgo. Consiste en seguimiento
periódico c/ 3 meses durante los primeros 2 años con TAC abdominal, Rx de Tórax y
marcadores, con la intención de la detección precoz de una eventual recidiva y poder
realizar tratamiento en forma oportuna. Pros: se evita el sobretratamiento. Contras: potencial
pérdida del paciente y recidiva de diagnóstico tardío. El paciente debe ser responsable y
ordenado para calificar para seguimiento.
Quimioterapia: Muy efectiva tanto contra seminomas y no seminomas (con excepción del
teratoma que se considera quimioresistente). Se utiliza una combinación de Bleomicina,
Etopósido y Cisplatino (BEP).
Profiláctica:
o 2 ciclos de BEP en los seminomas y no seminomas con factores de riesgo o
malos candidatos a seguimiento. Como alternativa, a los seminomas se les
puede ofrecer un ciclo único de carboplatino, con respuesta equivalente a los 2
ciclos de BEP y con menos efectos secundarios.
Tratamiento:
o 3 ciclos de BEP (no seminomas etapas IIa y IIb)
o 4 ciclos de BEP (no seminomas etapas IIc, III y IV)
o Segunda línea: combinación de Vinblastina, Ifosfamida y Ciplatino (esquema
VIP), utilizado en caso de masa residual post quimioterapia pero con
persistencia de marcadores tumorales elevados.
o
LALA: La linfadenectomía lumboaortica consiste en la disección y resección de los
linfonodos retroperitoneales ubicados entre los límites: arterias renales (limite superior),
uréteres (límites laterales) y arterias iliacas comunes. Ésta puede ser realizada en forma
abierta o laparoscópica.
o Profilactica o primaria: indicado en pacientes con tumores no seminomatosos, etapa I
con factores de riesgo o mal candidato a seguimiento. Si la biopsia es (-), el riesgo de
recidiva es inferior a un 10 a 5%. Especialmente indicado en pacientes con teratoma en
el tumor primario (Quimioresistente).
o Tratamiento: Indicada en la presencia de masas retroperitoneales persistentes posterior
al tratamiento con quimioterapia, generalmente con marcadores tumorales (-). Tiene
intención curativa.
CONTROL Y SEGUIMIENTO POSTERIOR
INTRODUCCION
3% cáncer en adulto.
47-58 años (jóvenes)
40% letalidad
Múltiples variedades y de caracteres muy diferentes
Las neoplasias renales pueden ser de diversos estirpes celulares, comportamiento biológico,
y pronóstico.
I Simple benign cyst with a hairline-thin wall without septa, calcification, or solid components.
Same density as water and does not enhance with contrast medium. Benign
II Benign cyst that may contain a few hairline-thin septa. Fine calcification may be present in
the wall or septa. Uniformly high-attenuation lesions < 3 cm in size, with sharp margins
without enhancement. Benign
IIF These may contain more hairline-thin septa. Minimal enhancement of a hairline-thin
septum or wall. Minimal thickening of the septa or wall. The cyst may contain calcification,
which may be nodular and thick, with no contrast enhancement. No enhancing soft-tissue
elements. This category also includes totally intrarenal, non-enhancing, high attenuation
renal lesions > 3 cm. Generally well-marginated. Follow-up. Some are malignant.
III These are indeterminate cystic masses with thickened irregular walls or septa with
enhancement. Surgery or active surveillance . Over 50% are malignant
IV Clearly malignant containing enhancing soft-tissue components. Surgery. Most are
malignant.
Así, dentro de las lesiones benignas, las más frecuentes son los quistes corticales, los que si
bien son usualmente quistes simples sin potencial de malignizarse, también en ocasiones
presentan características complejas.
Por esta razón se ha elaborado la clasificación de Bosniak (basada en un Scanner con
contraste e.v.) con el fin de estandarizar la conducta a seguir.
CARCINOMA DE CELULAS RENALES
Los tumores de células renales fueron descritos como entidad clínica por primera vez
Lubarch y Doederlein en 1861. Se originan en el túbulo contorneado proximal, y si bien
pueden afectar a toda la población en cualquier momento de la vide, es más frecuente en
Hombres (1,5 : 1), y existen factores de riesgo como la obesidad, el tabaquismo, algunas
exposición industrial (plomo y cadmio), predisposición genética: Gen p53, Retinoblastoma,
enfermedad de Von Hippel Lindeau, y otras.
SOSPECHA:
Los tumores maleignos del riñon pueden presentar variada 34áncer34nografí derivada tanto
del efecto de masa, como del consecuente sndrome paraneoplásico:
DIAGNÓSTICO:
Él diagnóstico de esta patología esta basada en estudios de imágenes, y si bien la
pielografía endovenosa y la angiografía tuvieron un papel, hoy es el scanner con contraste
endovenoso y la Resonancia Magnética con gadolinio endovenoso los exámenes que
cosntituyen el Gold Standard, teniendo un papel el PET –CT para etapificación en casos
seleccionados.
La biopsia de lesiones renales previo al tratamiento no es una conducta habitual, quedando
reservada para casos excepcionales, en especial lesiones pequeñas o en los que una
cirugía resectiva no sea posible de realizar.
PRONOSTICO
Tabla 3. Grado de diferenciación de Fhurman
Estos tumores pueden presentar una
Fhurman 1: Núcleo menor de 10 μm Histología muy diversa (como se muestra
Fhurman 2: Núcleo entre 10 – 15 μm en la tabla 2) las que presentan un
Fhurman 3: Núcleo entre 15 – 20 μm comprtamiento muy diverso, desde “casi”
Fhurman 4: Núcleo mayor de 20 μm benigno (Tumores cromófobos) hasta
J Urol 2010 Apr;183(4):1309-15 muy agresivo (Tumores sarcomatoides)
TRATAMIENTO
Los tratamientos paliativos están destinados a pacientes que presentan enfermedad fuera
de alcance curativo (enfermedad metastásica, enfermedad regional extensa, etc.).
Se han probado sin éxito el uso de Quimioterapia, Radioterapia y tratamientos Hormonales
como esquemas paliativos, estando basados hoy en Inmunoterapia (con malos resutados),
anticuerpos monoclonales, Terapias “target” antineoangiogénesis, e inhibiodres de mTOR ,
todos destinados a prolongar sobrevida.
También se deben considerar tratamientos paliativos la nefrectomía citoreductiva, la
nefrectomía de salvataje o embolizaciones selectivas en caso de hematuria masiva
CONCLUSIONES
El cáncer renal es una patología que puede afectar a población joven y cuya letalidad está
directamente asociada a la precocidad del tratamiento. Por lo tanto debe ser tenida siempre
en cuenta para mantener un alto índice de sospecha, buscarla dirigidamente con los
estudios adecuados, y ser tratada de forma rápida y ragresiva una vez diagnosticada
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INCONTINENCIA URINARIA DE ESFUERZO (IOE)
Dr. Justo Bogado Sánchez
Para entender los mecanismos por los cuales aparece la incontinencia de orina de esfuerzo
en la mujer es necesario comprender la anatomía funcional del piso pélvico.
Piso Pélvico: aquí no veremos la anatomía descriptiva sino la anatomía funcional que es la
que correlaciona estructura y función.
Existen 2 teorías que tratan de explicar la incontinencia de orina de esfuerzo:
Además deben de considerar 3 aparatos que lo atraviesen: Urinaria baja, genital y anorectal.
Los sistemas de suspensión (fascias y ligamentos) y de soporte (capa muscular) son
complementarios. Las fascias y ligamentos estabilizan los
órganos pélvicos y la masa muscular ofrece un soporte
óptimo a los órganos.
El músculo elevador del ano tiene diferentes parte según el libro que se consulte.
Desde el punto de vista de la anatomía funcional tiene 2 porciones:
a) Porción diafragmática: placa del elevador (pubococcígeo e lieococcígeo) que es una
superficie horizontal que forma un estante pélvico ( a nivel del ano) sobre el cual
descansan la vejiga, 2/3 anteriores de la vagina y el recto.
b) Poción pubovisceral: que es una banda gruesa en forma de “U” que forma un
“esfínter” para las estructuras que lo abrazan. Está formado por el músculo
puborectal y el pubo coccígeo (cabestrillo por detrás del recto y a los lados de la
pared pélvica).
Epidemiología:
La incontinencia urinaria es un tema importante en la salud, ya que afecta
aproximadamente a 10 millones de pacientes en USA, en algún grado. 50% de los adultos
mayores en hogares de ancianos y 15 a 30% de las mujeres mayores de 65 años sufren de
incontinencia urinaria.
Fisiopatología:
La incontinencia de orina puede ser transitoria con resolución espontánea, como por
ejemplo después del parto o asociada a una infección vesical aguda; o crónica y progresiva
como resultado de múltiples causas que se pueden agrupar en:
1. Incontinencia urinaria de esfuerzo: ( IUE) ante esfuerzos
2. Enuresis: durante el sueño
3. Incontinencia urinaria de Urgencia (IUU): Acompañada de o inmediatamente
precedida de urgencia miccional. Urgencia: síntoma de un repentino e
irresistible deseo de orinar que es difícil de diferir.
4. Incontinencia Neuropática: a- Vejiga Hiperactiva (diagnóstico sintomático):
Urgencia con o sin incontinencia de urgencia. En general hay polaquiuria y
nicturia, sin ITU u otra patología evidente.
b- Detrusor hiperactivo (hallazgo en estudio
urodinámico): Contracciónes del detrusor involuntario durante el llenado
vesical.
5. Incontinencia Congénita. Ureter ectópico.
6. Incontinencia por rebosamiento: Asociada a vejiga sobredistendida con
grandes volúmenes de orina residual postmiccional.
7. Incontinencia Post traumática o Iatrogénica.
8. Incontinencia de orina mixta (IUE+IUU).
2. Examen físico: test de Marshall Marchetti: en posición ginecológica se infunden 250 – 300
cc de suero por una sonda que luego se saca y se hace toser. 80% de las mujeres con
incontinencia urinaria de esfuerzo tienen escape de orina al toser. Para verificar, el
examinador eleva los fondos de saco vaginales hasta elevar la uretra proximal por sobre la
línea infrapúbica, lo que debiera evitar el escape de orina con la tos. Si no hay escape con la
paciente en posición supina se le debe sentar y toser , un 10% de estas pacientes tienen
escape. Finalmente si esto no ocurre el 10% restante lo hará en posición de pie. . El examen
ginecológico informará si tiene un uretro cistocele (en distintos grados), un rectocele o un
prolapso de cúpula vaginal, los que deben ser corregidos en el mismo acto quirúrgico.
Estudio urodinámico: Este exámen será visto en extenso al tratar Vejiga Neurogénica.
4.- Vejiga hiperactiva: (traumatismos, E.M., Tu.). es aquella desde que el deseo
miccional aparece en forma involuntaria. Hay urgencia con o sin incontinencia de
orina. En general hay polaquiuria y nicturia. (sin ITU). No hay control cerebral.
Electromiografía de la vejiga:
Mide cómo está la parte esfinteriana para ver si es o no una vejiga neurogénica. Sería un
exámen complementario del perfil uretral. El perfil uretral se mide a las pacientes con
incontinencia grado 3 ya que a ese grado la presión uretral es muy baja, alrededor de 20
cms. de agua. En el perfil uretral lo normal es que una mujer tenga más de 40 cc. de agua
de presión. Actualmente es discutida su utilidad.
Tipo I : Escape que ocurre durante el esfuerzo con descenso < 2 cm de la base de la
vejiga(bajo el borde superior de la sínfisis del pubis)
Tipo II : Escape que ocurre durante el esfuerzo con descenso de > 2cm (IIa) o con la
base de la vejiga permanentemente descendida(IIb).
Tipo III: El cuello de la vejiga y la uretra proximal están abiertas en reposo(con o sin
descenso); también conocida como Desficiencia esfinteriana intrínseca.
Diagnóstico diferencial.
Tratamiento
Médico: Cuando pierden poco se les indica ejercicios de Kegel que consisten en ejercitar la
musculatura perineal orinando y cortando la micción.
Existen medicamentos que actúan sobre los receptores alfa adrenérgicos y receptores beta.
Los alfa adrenérgicos contraen el cuello vesical, por lo tanto, los pacientes que toman
antidepresivos y tienen trastornos miccionales tienden a la retención.
También existe la electroestimulación para contraer la musculatura perineal y biofeetback.
Bibliografía
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10-Dr. Justo Bogado S.: Incontinencia de Orina de Esfuerzo en la mujer. Rev. Chil. Cir. 49
(5): 473-476, 1997.
El traumatismo en general, es uno de los flagelos más grandes que afecta en la actualidad
constituyendo la tercera causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares y
oncológicas.
TRAUMA RENAL
Las lesiones traumáticas del riñón son las más frecuentes del sistema urinario. La
evaluación precoz debe incluir el control de la hemorragia y shock. En esta etapa temprana
del politraumatizado es fundamental tener en cuenta el ABC del trauma. (airways,
breathing,circulation).
Dos son los factores esenciales para decidir una conducta óptima y así poder preservar al
máximo la función renal que es lo más importante. Ellas son el reconocimiento inmediato de
la lesión renal y la caracterización adecuada del tipo de lesión. El antecedente de atropellos,
caídas o agresión (arma blanca, de fuego o riñas) y la presencia de hematuria debe hacer
sospechar fuertemente la lesión renal; el examen físico y el estudio por imagen lo
confirmarán.
ETIOLOGÍA.
El mecanismo más frecuente es el traumatismo directo del abdomen, flanco o región lumbar,
lo que explica el 80% de las lesiones (fig.1). En nuestra casuística en 55% de los
traumatismos renales fue producido por agresión, el 25% fue producido por atropellos y el 20
% fue debido a caídas desde alturas. En general el 80% de las lesiones renales penetrantes
se asocia a lesiones de vísceras abdominales y más o menos el 8% de las lesiones
penetrantes abdominales compromete el riñón. El trauma penetrante por arma blanca o
arma de fuego de baja velocidad suele causar daño tisular por laceración o corte, en cambio
las heridas por proyectiles de alta velocidad transfieren mayor energía cinética a las visceras
abdominales, lo que debe ser tenido en cuenta. Las fracturas de las últimas costillas o de las
apófisis transversas de L1 y L2 deben hace pensar en lesiones renales.
CLASIFICACION DE LAS LESIONES Y PATOLOGÍA.
1.- Contusión o lesión parenquimatosa mínima: es el tipo más común de las lesiones renales
y en nuestra casuística ocurrió en el 70% de los casos y consiste en contusión o lesión
mínima de parénquima, también puede observarse un pequeño hematoma subcapsular.
3.- Estallido renal o rotura de pedículo: este tipo de lesiones se observa en traumatismos
graves y en heridas penetrantes, en esta situación hay pérdida completa de la arquitectura
renal y/o rotura parcial o total del pedículo. Este tipo de lesiones es muy difícil de
diagnosticar (10-30% no presentan hematuria), por lo que generalmente se pierde el riñón,
por suerte ello ocurre en pocos casos (5%).
Existe otra clasificación de trauma renal (Moore) que van de grado l a V, considerándose los
G I-II como traumatismos menores y los G III a V como traumatismos mayores.
DIAGNOSTICO.
TRATAMIENTO
1.- Medidas de urgencia: éstas deben orientarse al tratamiento del shock y la hemorragia y
hacia la reanimación completa y a la evaluación de la lesión renal y de las lesiones
asociadas.
En general, cualquier cirugía sobre un riñón traumatizado debe incluír el control temprano
del pedículo antes de abrir la fascia de Gerota, reduciéndose en gran medida la hemorragia
e impidiendo nefrectomías fáciles de otras épocas; por otro lado, no se debe entrar a operar
un riñón lesionado si no se conoce el estado del riñón contralateral.
TÉCNICAS QUIRÚRGICAS
Una vez reanimado y mejorado el estado general del paciente se procederá a la cirugía
cuando ella está estrictamente justificada. La vía de acceso de elección es la incisión
vertical xifopúbica a fin de tener una máxima exposición. Primero se cohiben los principales
puntos sangrantes y se van identificando las lesiones concomitantes las que son tratadas
primero. A continuación se realiza el control precoz del pedículo renal antes de abrir la
fascia de Gerota, siendo este tiempo el más importante de la cirugía del traumatismo renal.
El colon transverso y su meso son movilizados hacia fuera y arriba del abdomen, a
continuación se hace lo mismo con el intestino delgado mediante incisión del peritoneo
parietal posterior es seccionado vertical posterior desde el ciego hasta el ángulo de Treitz.
El peritoneo posterior es seccionado vertical y paralelamente a la vena mesentérica inferior,
inclusive se puede seccionar ésta para mejor exposición de la vena renal izquierda en el
momento que cruza la aorta por delante. La vena renal izquierda es traccionada hacia arriba
para exponer el origen de las arterias renales derecha e izquierda que están exactamente
en el sitio de unión de la vena renal izquierda y la vena cava La posibilidad de arterias
renales múltiples debe tenerse en cuenta cuando la arteria identificada sea menor de lo
esperado; recordar que esto ocurre en el 25% de los casos. Controlada la arteria renal del
lado afectado se abre el parietocólico desde la cara anterior de las fascia de Gerota y se
evacúa el hematoma inspeccionando el riñón a continuación; las heridas puntiformes que
atraviesan todo el órgano (proyectiles de baja velocidad o arma blanca) sólo necesitan
drenaje. Las lesiones tangenciales se desbridan hasta llegar a tejido sano, se ligan los
puntos sangrantes con catgut cromado 4 y 5 cero y luego se sutura el parénquima, se
puede interponer tejido graso o peritoneal. Cuando estas lesiones son provocadas por balas
de alta velocidad pueden requerir un desbridamiento extenso con nefrectomía parcial o total
. Las lesiones del sistema colector deben cerrarse herméticamente con catgut cromado 4 y 5
cero o monocril, se puede aproximar la cápsula renal sobre la zona resecada. (fig3) Los
desgarros de la vena renal pueden ser reparados por venorrafia, usando proleme 5-6 cero,
el lado derecho es muy difícil de reparar ya que es muy corta. Las lesiones arteriales
pueden ser reparadas por diversas técnicas: arteriorrafia, resección y reparación mediante
anastomosis TT o TL con la aorta, se puede usar arteria autóloga con la esplénica o
también usar injerto de vena safena. Es preferible no usar injertos con teflón ya que a
menudo hay contaminación del exterior o del colon. El efecto de estallido, de por si puede
producir trombosis de la arteria renal aunque ésta aparenta estar indemne. Por otro lado,
podemos decir que las complicaciones como el urinoma o hematoma infectado pueden
drenarse eficazmente con método percutáneo. La hemorragia tardía o la formación de un
falso aneurisma de una rama arterial segmentaria puede ser tratada con embolización de
dicha rama afectada.
PRONOSTICO
Con los tratamientos realizados la mayoría de las lesiones renales tienen un pronóstico
excelente con curación total y retorno de la función renal. Sin embargo, los pacientes deben
tener un buen seguimiento para detectar y tratar en forma precoz las complicaciones.
Cuando aparece dolor y fiebre se debe sospechar la presencia de abscesos o urinomas los
que son confirmados por ecotomografías o TAC. Una hipertermia transitoria y dolor lumbar
en ausencia de otros signos de sepsis puede hacernos pensar en un infarto renal debido a
trombosis de la arteria renal. La hipertensión arterial puede aparecer después de un
traumatismo renal pero tiende a desaparecer rápido, en cambio puede ser persistente en
menos del 5% de los casos y esto puede deberse a estenosis de la arteria o a un hematoma
que la comprime, de ahí que el seguimiento debe realizarse hasta los cinco años después de
producido el traumatismo.
TRAUMA URETERAL
No resulta fácil el manejo de un paciente crítico con lesión de uno o los dos ureteres,
después de una intervención quirúrgica ya sea derivada de la cirugía general, ginecológica u
oncológica o de otra etiología. Cuando ocurren las lesiones ureterales se debe actuar lo
más acertado posible y una buena resolución va a depender del número de los ureteres
involucrados, del sitio de la lesión (tercio superior, medio o inferior) del tipo de lesión
(parcial o total) y de la presencia de lesiones concomitantes.
ETIOLOGÍA
1.- Impacto externo: comprende las lesiones provocadas por desaceleraciones bruscas y las
provocadas por bala o arma blanca.
2.- Lesiones quirúrgicas: éstas son las más frecuentes y derivan de la cirugía general.
ginecoobstétrica, oncológica y urológica, además, debemos nombrar a la ruptura
espontánea ureteral por cálculo, que es un cuadro grave ya que generalmente se acompaña
de sepsis.
Las grandes masas pelvianas benignas o malignas pueden desplazar el uréter incluso
encarcelarlo. El intento de extirpación de dicha masa puede lesionar el uréter, los procesos
pelvianos inflamatorios pueden también involucrarlo , lo mismo que la irradiación. El cáncer
de colon puede invadir el uréter y ser incluído en la extirpación, lo mismo ocurre con los
grandes linfonodos tumorales y sobre todo si hay desvascularización por cobaltoterapia y
ello puede provocar fístulas ureterales o estenosis. Las histerectomías, los tumores del
ligamento ancho y las operaciones vaginales también pueden provocar lesiones del órgano.
En las histerectomías el uréter está amenazado en dos zonas, una a nivel del estrecho
superior pelviano al colocar pinzas hemostáticas en el pedículo uterino u ovárico o al
peritonizar la zona y en el cruce ureteral con la arteria uterina al pinzarla a ciegas en un
campo hemorrágico. La manipulación endoscópica de un cálculo ureteral puede causar
ruptura o perforación. En la casuística de treinta pacientes con lesiones ureterales tratados
en el Servicio de Urología en el Hospital del Salvador figuran 16 fístulas ureterovaginales, 5
estenosis ureterales, 5 secciones operatorias, 3 ligaduras y 1 ruptura parcial por curetaje.
DIAGNÓSTICO
1.- Intraoperatorio: el cirujano sospecha la lesión ureteral cuando aparece orina en el campo
quirúrgico o cuando la disección es difícil y se aplican ligaduras profundas. La confirmación
de la orina filtrada se realiza inyectando azul de metileno o índigo carmín por vía
endovenosa. Si hay sospecha de ligadura se debe disecar cuidadosamente el uréter y si
esto no fuera posible se abrirá la vejiga y se cateterizaran los orificios ureterales. No se
debe cerrar la incisión hasta haber disipado toda sospecha de lesión.
3.- Por imagen: El UROTAC es esencial para realizar el diagnóstico de lesión ureteral ya sea
por extravasación o por obstrucción. La pielografía ascendente también confirma la lesión y
es fundamental cuando hay exclusión renal. En algunos pacientes críticos que son
inadecuados para recibir anestesia general, se debe intentar aplicar catéteres retrógrados en
las lesiones parciales o técnicas percutáneas en las obstrucciones completas.
La ecotomografía es muy buen método para descartar lesiones ureterales en el
postoperatorio inmediato, tiene la ventaja de ser no invasiva y ser rápida. El cintigrama renal
tiene su mayor beneficio para evaluar la función renal después de la cirugía. La TAC es de
considerable valor en las lesiones renales (o de otros órganos) concomitantes y puede
mostrar una extravasación de orina.
TRATAMIENTO
4. Neoimplante con vejiga psoica: su uso está indicado cuando el uréter no alcanza a la
vejiga, entonces se libera en parte ésta y se fija al músculo psoas.
5. Neoimplante de Boari: se realiza con un colgajo vesical. Estas tres últimas técnicas
se usan cuando hay lesión de uréter medio.
9. Uréter ileal: se usa en situaciones extremas y en estos casos el uréter debe estar
dilatado.
10. Nefrostomía percutánea o abierta: se reserva cuando el estado general del enfermo
no permite la reparación definitiva.
Para una mejor comprensión del tipo de lesión anatómica uretral, el Committee of the
American Association for the Surgery of Trauma ha creado la Escala de Lesión
Orgánica Uretral. Dicha escala va de I a V,de acuerdo a la gravedad de la lesión:
- G I: Contusión(punto hemático, uretrografía normal),
- G II: Elongación(alargamiento uretral, sin extravasación en la uretrografía),
- GIII: Ruptura parcial (extravasación durante la uretrografía en el sitio de la
lesión y con visualización vesical),
- G IV: Ruptura completa (extravasación durante la uretrografía en el sitio de la
lesión sin visualización de la vejiga, con menos de 2 cm de separación uretral),
- GV: Al igual que la anterior pero con separación de más de 2 cm o extensión a
próstata o vejiga).
CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO:
Medidas Generales
1. El enfoque debe ser multidisciplinario
2. Se deben establecer prioridades terapéuticas (ABC del Trauma)
3. Tratar el shock
4. Tratar las lesiones viscerales asociadas
5. Tratamiento primario uretral si se puede, sino realizar cistostomía.
TRAUMATISMO DE VEJIGA
La lesión vesical es poco frecuente, debido a su localización profunda en la pelvis, suele ser
secundaria a traumatismos cerrados, generalmente asociados a fractura de pelvis ósea y
pocas veces por iatrogenia , por arma blanca o de fuego. La rotura puede ser
extraperitoneal o intraperitoneal.(fig.7). La rotura extraperitoneal es la más frecuente y se
debe a fracturas de la pelvis (esquirlas óseas) .La rotura intraperitoneal es ocasionada por
contusión y estallido (vejiga llena), por maniobra instrumental o por heridas de arma blanca o
de fuego.
CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
En la sala de urgencia el paciente suele referir dolor suprapúbico y dificultad miccional con
hematuria o imposibilidad de realizar la micción, otras veces estos síntomas pueden ser
poco evidentes por estar enmascarados por otras lesiones más severas. El examen físico
revela hipersensibilidad suprapúbica, con o sin irritación peritoneal, según tenga o no
lesiones viscerales asociadas, en pocos casos puede haber shock.
Finalmente, se realiza Urotac para conocer la situación del resto del árbol urinario y de
órganos vecinos.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la rotura vesical consiste básicamente en: 1.derivación de la orina,
2.drenaje perivesical y 3.sutura de la vejiga.
Recordar que el cierre de la vejiga, como el resto de la via urinaria, debe ser siempre
con material reabsorbible para evitar la formación de litiasis.
Las lesiones traumáticas de los genitales externos debido a su movilidad y posición son
poco frecuentes, pero cuando ellas ocurren, requieren un manejo agresivo con reparación
precoz, con el fin de evitar complicaciones y minimizar las secuelas.
Existen otros tipos de lesiones de los genitales externos masculinos más raros, pero es
importante señalarlos, ellos son los causados por quemaduras térmicas, químicas o por
fuerzas eléctricas. Las lesiones térmicas son quemaduras de la piel y celular subcutáneo con
áreas de necrosis tisular más profunda. Las lesiones por quemaduras eléctricas son muy
diferentes ya que el cuerpo se puede convertir en un conductor de corriente eléctrica
transformada en energía térmica al salir por los genitales por ejemplo, con gran isquemia,
necrosis y trombosis, con todo lo que ello significa y conlleva. (analgésicos, antibióticos,
debridamientos, injertos).
Se producen con menor frecuencia que en el sexo masculino y aquí solo se mencionará. La
mayoría ocurre en relación a la actividad sexual o partos, también puede producirse en los
traumatismos perineales (asociados o no a fractura de pelvis) en los que se produce
desgarro vulvar o vaginal. Siempre debe descartarse compromiso asociado a de uretra,
vejiga o recto. El manejo es quirúrgico.
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