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emocional
Los investigadores ahondan en el conocimiento del equilibrio emocional
de las personas a partir del estudio de su comportamiento alimentario,
una conducta regida en buena medida por las emociones
MICHAEL MACHT
1 Las emociones y la
comida se influyen mu-
tuamente. La liberación de
tos alimentarios que el resto. A los voluntarios
que participaron en el estudio de Oliver se les
encargó una tarea que para la mayoría de no-
Ese neurotransmisor abunda en el córtex pre-
frontal y regiones que, entre otras funciones,
participan en la regulación emocional. De ahí
endorfinas o dopamina en el sotros suponía un estrés: echar un discurso que un aumento de serotonina eleve el estado
cerebro produce una intensa en público. A continuación, los participantes de ánimo, como se observa en la práctica.
sensación de placer. Los podían elegir los alimentos que quisieran en En busca de una demostración experimental,
hidratos de carbono y las un buffet. Los “comedores emocionales” se aba- Rob Markus, de la Universidad de Utrecht, pre-
grasas operan en el metabo- lanzaron sobre alimentos dulces y grasos. paró a un grupo de participantes un desayuno
lismo hormonal. En ambos Las conductas alimentarias emocionales sue- y una comida con alimentos ricos en hidratos
casos, el desencadenante es len ponerse de manifiesto en personas obesas, de carbono y pobres en proteínas. A otro grupo
un alimento apetecible. sobre todo en aquellas que, como Ana, padecen les preparó alimentos ricos en proteínas y po-
“ataques de bulimia”. ¿Por qué se da esta rela- bres en hidratos de carbono. Por la tarde, todos
3 El placer requiere un
marco adecuado: el
ambiente debe ser tranquilo
nos sentimos tranquilos y distendidos. Sin
embargo este hecho, por sí solo, no puede ex-
plicar la conducta alimentaria emocional, en
en las personas con un metabolismo de este
neurotransmisor particularmente sensible a
un aumento de los niveles de triptófano. En
y con una temperatura agra- particular la de sus formas extremas. Ana se el resto, el aumento condicionado por la toma
dable. Una compañía grata o lanza al pudín, helado o chocolate, incluso sin de hidratos de carbono, demasiado débil, re-
la luz de unas velas estimu- tener hambre. sultó insuficiente para influir en el estado de
lan la sensación gastronómi- Andrew Hill, psicólogo de la Universidad de ánimo.
ca agradable. Estos factores Leeds, presentó en 2004 un trabajo revelador. En general las comidas ricas en hidratos de
externos condicionan junto Había mostrado a un grupo de voluntarios una carbono lo son también en proteínas. Basta una
con la “sensación en la película de contenido triste y después les in- proporción del 5 % de proteínas para impedir
boca” el agrado con que vitó a tomar chocolates de diversas clases y a el paso selectivo del triptófano a través de la
tomamos cualquier comida. que calificaran los gustos de cada una; podían barrera hematoencefálica y con ello las dispo-
comer toda la cantidad que quisieran. Al cabo nibilidades de serotonina.
de quince minutos, se valoraron las cantidades En breve, la hipótesis de la serotonina pue-
consumidas. Se observó que las personas con de explicar sólo parcialmente una conducta
ánimo decaído comieron más chocolate alimentaria emocional.
que las que en ese momento ofrecían La investigación comienza a dejar claro el
un estado de ánimo neutro. papel decisivo de la alimentación sobre nues-
Richard Wurtman, del Instituto tro sistema nervioso. Cuando nos encontra-
de Tecnología de Massachusetts, mos en una situación de estrés, la corteza
aportó su propia propuesta. En suprarrenal aumenta la secreción de gluco-
animales de experimentación corticoides. Entre estas hormonas se encuen-
demostró que una comida rica tra el cortisol que, en defi nitiva, actúa como
en hidratos de carbono aumen- hormona del estrés. El cortisol forma parte
taba la concentración relativa del de un complejo bucle regulador donde parti-
aminoácido triptófano en sangre. cipan el hipotálamo, la hipófisis y la corteza
El triptófano, un precursor del neu- suprarrenal: el eje hipotalámico-hipofisario-
rotransmisor serotonina, atraviesa sin suprarrenal.
El Cuestionario Holandés sobre Conductas Alimentarias (“Dutch Eating • Quiero comer cuando me aburro
Behavior Questionaire”) es un test para valorar los hábitos alimentarios. • Quiero comer cuando me sucede alguna cosa
Hágase la prueba usted mismo: ¿Cómo contestaría a estas preguntas desagradable
sobre la “conducta alimentaria emocional”? Conviene que responda • Cuando estoy intranquilo o en tensión quiero comer algo
con espontaneidad y honradez. Puntúe en cada caso de 1 a 5 (1 = • Prefiero comer algo cuando estoy enfadado
= “nunca”, 2 = “rara vez”, 3 = “algunas veces”, 4 = “con frecuencia”, • Cuando me siento solo prefiero comer algo
5 = “muy frecuentemente”) • Prefiero comer algo cuando sufro un desengaño
• Prefiero comer algo cuando las cosas se vuelven contra mí Los varones sanos con peso normal obtienen por término medio una
o cuando me salen mal puntuación inferior a las mujeres. En puntuaciones superiores a 24
• Cuando estoy irritado, siento la necesidad de comer algo (para varones) o a 30 (para mujeres) hay que contar con una conducta
• Tengo ganas de comer cuando estoy deprimido o desanimado alimentaria emocional superior a la media. Las pacientes con “ataques
• Quiero comer algo siempre que no tengo nada que hacer de comida” alcanzan los 40 o más puntos.
las de otro grupo control, que sólo había recibi- administraron a lo largo de tres semanas agua
do un placebo. No cabía, pues, dudar del efecto azucarada durante medio ciclo de 24 horas. Du-
estimulante de la cafeína y de la teobromina. rante la otra mitad del ciclo los animales no
recibieron ningún alimento. Las ratas empe-
Amarga tentación zaron pronto a beber cada día más y más agua
En una segunda fase Hendrik Smit comparó los azucarada. Mientras bebían, se eliminaba más
efectos emocionales entre los grupos. El resul- dopamina en el nucleus accumbens.
tado fue sorprendente: sólo pudo comprobarse Es evidente que limitar la administración de
el efecto en quienes habían tomado chocolate. azúcar provoca un aumento de su demanda.
Bastaba una pastilla de 50 g para levantar el En los animales de control que no recibieron
ánimo. Estos efectos tardan en aparecer alrede- agua azucarada, sino un poco de líquido endul-
dor de una hora y son demasiado débiles para zado, la eliminación de dopamina permaneció
que el chocolate pueda considerarse una droga inalterada.
dura. Las adicción potencial que el chocolate En otro experimento los animales recibieron
pueda entrañar se debe a las reacciones sen- también agua azucarada, pero tras ingerirla, se
soriales que desencadena. les extraía a través de una fístula practicada
El azúcar, en determinadas circunstancias, en el estómago. De esta manera se evitaba su
puede provocar en el cerebro alteraciones se- digestión y su aporte energético al organismo.
mejantes a las que genera la droga. Con la ad- Incluso en estas circunstancias en el nucleus
ministración de morfi na se libera dopamina accumbens se eliminaba dopamina. Se eviden-
en el nucleus accumbens. Esta estructura de ciaba que la alimentación podía desencadenar
la parte anterior del cerebro desempeña una procesos de adicción en el cerebro, aun cuan-
función especial en el refuerzo de ciertas con- do el organismo no recibiera nutriente alguno.
ductas. Ratas en las que se ha dispuesto un Bastaba la intervención del sentido del gusto.
estímulo de la actividad neuronal en esa re- En conclusión, la comida puede actuar
gión tras accionar ellas mismas una palanca, la emocionalmente a través de dos mecanismos
oprimen con tal frecuencia que pueden llegar mutuamente complementarios. Por una parte,
a la extenuación. el sabor de los alimentos provoca reacciones
En condiciones normales, el azúcar sólo emocionales que generan secreción de endorfi-
provoca alteraciones muy transitorias en el nas o de dopamina. Por otra parte, los hidratos
nucleus accumbens. En cuanto se limita tempo- de carbono y las grasas provocan alteraciones
ralmente su administración, la imagen cambia. en los sistemas de neurotransmisores y hormo-
En ensayos publicados en 2006, Bartley Hoebel nales que, a su vez, alteran el estado emocio-
y su equipo, de la Universidad de Princeton, nal y atenúan el estrés. El común denominador