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LA CARGA DE LA PRUEBA

Frente a los escritos presentados en oportunidad anterior, se efectúa por parte de otros grupos,
la critica correspondiente, estableciendo en qué forma debe quedar el tema elegido.

LA CARGA DE LA PRUEBA

El Derecho como elemento vital para el desarrollo de los pueblos, se ha


consolidado como una de las principales disciplinas de la vida social y de
desarrollo del hombre, permitiendo que se diriman los conflictos de manera
civilizada y evitando incurrir en vías de hecho o confrontaciones bélicas, como
mecanismo determinante y único para dirimir los conflictos de intereses y
necesidades entre los seres humanos.

Las relaciones interpersonales del hombre y el desarrollo de los pueblos, traen


inmersos las diferencias en los pensamientos, los intereses, las ideologías
políticas, religiosas y todas las resultantes de la convivencia entre los seres
humanos, todo esto hace parte de los elementos que construyen o destruyen las
sociedades, es allí donde se fortalece y se vislumbra la importancia del derecho
a través de los tiempos y en pro del beneficio del hombre.

Pero el derecho por sí sólo, no logra que las sociedades interactúen y diriman
sus conflictos de intereses de la manera más acorde, es necesario analizar la
importancia de los operadores jurídicos, de los sujetos procesales, del máximo
director del proceso y el valor que recogen en cada una de sus actuaciones los
principios del debido proceso, el derecho de defensa, la publicidad entre otros.

Si se entiende que la carga de la prueba etimológicamente hablando está


conceptuada como “Cuando hablamos de carga de la prueba estamos ante la
obligación procesal que le impone el deber de demostrar alguna cosa. Quien tiene
la carga de la prueba es quien ha de demostrar algún hecho. En el marco
de proceso civil, penal o administrativo, quien tiene la carga de la prueba es quien ha
de probar los hechos que son objeto de discusión”.

Es allí donde el rol del abogado defensor, el ente acusador y el máximo director
del proceso, cobran relevancia frente a la adecuada aplicación del saber jurídico,
es allí donde bajo la correcta valoración de las pruebas, la correcta formulación
de posturas de acusación y defensa, las partes tendrán la oportunidad de probar,
que en su intimo concepto contiene la esencia de la actividad litigiosa sin importar
su aplicabilidad.

No es pertinente involucrarnos en redefinir lo definido por los grandes


exponentes de la doctrina jurídica, es importante conocer la relevancia que en
materia procesal contiene la adecuada valoración de la prueba y la necesidad de
lograr convencimiento mediante su adecuada exposición en busca de lograr el
convencimiento del juez ante cada una de las pretensiones existentes.

No se puede concebir que un abogado, no busque que la pretensión que lo liga


con su prohijado, sea valorada con importancia por parte del juez del proceso,
que sea tenida en cuenta mediante el adecuado uso del acervo probatorio, para
lograr el convencimiento.

De igual forma tampoco se puede concebir un Fiscal o representante de la parte


demandante, que no busque por medio del debate jurídico y procesal, aunado a
la investigación judicial, los elementos necesarios para lograr el convencimiento
del juez y obtener la sanción o el reconocimiento de lo pretendido.

De otro lado sería un adefesio jurídico, el hecho de que se traigan ante el juez
director del proceso una serie de elementos de prueba y éste sin realizar ninguna
valoración y análisis, fallara de forma y no de fondo, o fallara inhibitorio, esto
sería desconocer el trabajo realizado por las partes y sería contrario a la Ley.

Es allí donde cobra importancia la aplicación del principio de auto


responsabilidad, donde el ciudadano afectado por el poder punitivo del Estado o
demandado en un negocio civil y contractual, analice el correcto servicio
prestado por cada una de las partes, determinando si la valoración de la prueba
en su caso, si fue objetiva y soportada en las exigencias de las partes y no
gracias a la decidía de varios funcionarios.

Por lo anterior los operadores jurídicos, de manera general tienen la


responsabilidad social y cultural, de generar confianza en los ciudadanos
afectados dentro de algún proceso jurisdiccional de cualquier índole, en pro de
legitimar y dar legalidad a las actividades procesales.

No se debe permitir que por la falta de actuaciones procesales correctas y


desinteresadas, se vean diezmados los intereses y garantías de los ciudadanos,
teniendo en cuenta la importancia que la carga de la prueba tiene en la actividad
judicial y dentro del debido proceso.

La carga de la prueba es aquella que permite que mediante el debate jurídico y


allegamiento del acervo probatorio correcto, el juez sea llevado al sano
convencimiento para la decisión final. Solo así se podrá hablar del derecho a la
defensa, de la publicidad, de la contradicción y aplicación de las correctas
actuaciones procesales, para no convertirse por negligencia y decidía, en los
gestores de la sanción inerme del ciudadano.

Es pues por esto, la carga de la prueba, la vital capacidad para lograr el


convencimiento del juez basado en hechos y situaciones reales soportadas
como pruebas, legales y legitimas.

Por
Jorge Arley Ruiz Taborda
Blanca Eugenia Calderón
Beatriz Elena Sánchez Ospina
Edison Delgado
Fabiola Acevedo Osorno
Edwin Yardany Méndez
Luz Ángela Gómez Osorio

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