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El aparato respiratorio es un conjunto anatómico en el que participan los pulmones, las vías

aéreas, partes del sistema nervioso central, los músculos respiratorios y la caja torácica. Su función
principal es el intercambio gaseoso, aunque también contribuye al mantenimiento del equilibrio
ácido-base, la fonación, la defensa frente a agentes nocivos del aire ambiental y diversas funciones
B metabólicas.

La función principal y reguladora del sistema respiratorio es mantener las presiones normales de
oxígeno y dióxido de carbono, así como la concentración de iones H+ o hidrogeniones, lo cual se
consigue adecuando la ventilación pulmonar a las necesidades metabólicas orgánicas de consumo
y producción de ambos gases, respectivamente. A pesar de las amplias variaciones en los
requerimientos de captación de oxígeno y eliminación de dióxido de carbono, las presiones
arteriales de ambos elementos se mantienen dentro de márgenes muy estrechos por una
compleja regulación de la ventilación de los pulmones mediante determinados sistemas de
control. Por tratarse de un tema muy complicado y disponerse ahora de nuevos conocimientos al
respecto, se decidió describir en este breve artículo la organización morfofuncional general de los
elementos que integran el sistema de control de la función respiratoria humana normal. (htt75)

ESTRUCTURA:

Las estructuras del aparato respiratorio tienen un diseño perfectamente adecuado a la función
Que desarrollan.

Vía aérea
La vía aérea constituye la unión entre el mundo exterior y las unidades respiratorias. Se subdivide
en dos porciones: superior e inferior. La porción superior (figura 47-1) está constituida por la nariz,
cavidad oral y faringe; en tanto que la inferior la conforman laringe, tráquea y árbol bronquial.

Vía aérea superior


La vía aérea superior es fundamental para evitar la entrada de materiales extraños en el árbol
traqueobronquial, a la vez que contribuye a las funciones de fonación y olfacción.

Las vías respiratorias: son las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los
bronquíolos. La boca también es, un órgano por donde entra y sale el aire durante la respiración.

Las fosas nasales:


Son dos cavidades situadas encima de la boca. Se abren al exterior por los orificios de la nariz
(donde reside el sentido del olfato) y se comunican con la faringe por la parte posterior. En el
interior de las fosas nasales se encuentra la membrana pituitaria, que calienta y humedece el aire
que inspiramos. De este modo, se evita que el aire reseque la garganta, o que llegue muy frío
hasta los pulmones, lo que podría producir enfermedades. No confundir esta membrana pituitaria
con la glándula pituitaria o hipófisis.
La faringe:
Se encuentra a continuación de las fosas nasales y de la boca. Forma parte también del sistema
digestivo. A través de ella pasan el alimento que ingerimos y el aire que respiramos. Tubo
musculoso situado en el cuello y revestido de membrana mucosa que conecta la nariz y la boca
con la tráquea y el esófago y por el que pasan tanto el aire como los alimentos. En el hombre mide
unos 13 cm y queda delante de la columna vertebral. Alberga las amígdalas y, en los niños, los
ganglios adenoides. Como arranca de la parte posterior de la cavidad nasal, su extremo más alto
se llama nasofaringe. La inferior u orofaringe ocupa la zona posterior de la boca. Termina en la
epiglotis, un pliegue cartilaginoso que impide la entrada de alimentos en la tráquea, pero no
obstaculiza su paso al esófago. Las llamadas trompas de Eustaquio comunican la faringe con el
oído medio y equilibran la presión del aire a ambos lados del tímpano.

La laringe:
Está situada en el comienzo de la tráquea. Cámara hueca en la que se produce la voz; en
mamíferos y anfibios se encuentra en la parte frontal o superior de la tráquea. En los mamíferos
une la porción inferior de la faringe con la tráquea y ocupa una posición frontal o ventral en
relación con el esófago, por detrás de la piel y el tejido conectivo de la garganta. La laringe está
sujeta por medio de ligamentos al hueso hioides, situado en la base de la lengua.

La tráquea:
Es un conducto de unos doce centímetros de longitud. Se extiende entre la laringe y los
bronquios, y se sitúa por delante del esófago. La tráquea está formada por numerosos hemianillos
cartilaginosos, abiertos por su parte dorsal, que es adyacente al esófago. Estos anillos se
distribuyen unos sobre otros y están unidos por tejido muscular y fibroso. En el ser humano, la
tráquea tiene una longitud de 10 cm y 2,5 cm de diámetro. Su superficie interna está revestida por
una membrana mucosa ciliada.

Los bronquios:
Son los dos tubos en que se divide la tráquea. Penetran en los pulmones, donde se ramifican una
multitud de veces, hasta llegar a formar los bronquiolos. Conducen el aire desde la tráquea a los
alveolos pulmonares. Los bronquios son tubos con ramificaciones progresivas arboriformes (25
divisiones en el hombre) y diámetro decreciente, cuya pared está formada por cartílagos y capas
muscular, elástica y mucosa. Al disminuir el diámetro pierden los cartílagos, adelgazando las capas
muscular y elástica.

Los bronquios principales son histológicamente muy similares a la tráquea. A continuación


aparecen los bronquios lobares primarios (3 en el pulmón derecho y 2 en el izquierdo). Estos
bronquios ya no tienen un cartílago continuo aunque las placas forman un anillo. A continuación
vienen los bronquios secundarios y los terciarios y finalmente los respiratorios los cuales acaban
en los sacos alveolares, lugar donde se realiza la respiración o intercambio gaseoso entre la sangre
y el aire inspirado.

Los Pulmones:
Son órganos pares situados en la cavidad torácica que llevan a cabo la respiración. Están presentes
en mamíferos, aves y reptiles. Muchos anfibios y algunos peces también presentan pulmones.

Parecidos a un par de esponjas, forman uno de los órganos más grandes de tu cuerpo. Su función
esencial, compartida con el sistema circulatorio, es la distribución de oxígeno y el intercambio de
gases. Tienen la capacidad de aumentar de tamaño cada vez que inspiras y de volver a su tamaño
normal cuando el aire es expulsado.

En los seres humanos se localizan en la cavidad torácica, limitada por arriba por el cuello y por
debajo por el diafragma, un músculo con forma de cúpula que separa esta cavidad de la
abdominal. Los pulmones de los recién nacidos son de color rosado mientras que los de las
personas adultas presentan distintas manchas grisáceas como consecuencia de las pequeñas
partículas de polvo presentes en la atmósfera, que acceden a los pulmones con el aire inspirado.

El pulmón derecho es más grande que el izquierdo. Esto, porque está dividido en tres lóbulos –
superior, medio e inferior- y el izquierdo solamente en dos – superior e inferior. Dentro de los
pulmones, los bronquios se subdividen en bronquiolos, que dan lugar a los conductos alveolares;
éstos terminan en unos saquitos llamados alveolos que están rodeados de una tupida red de
capilares sanguíneos. La superficie alveolar total es de 93 m2, casi 50 veces el área de la piel. Cada
pulmón tiene entre 300 y 400 millones de alveolos.

Los alvéolos:
Son considerados la Unidad Funcional del Pulmón, y son sacos terminales del aparato respiratorio
en el que se realiza el intercambio de gases entre la sangre y el aire respirado.

Cada alveolo está envuelto por una tupida red de capilares interconectados entre sí. El
revestimiento interno de los alveolos está compuesto por neumocitos tipo I, aplanados, a través
de los que se produce el intercambio de gases, y neumocitos tipo II, redondeados, que fabrican el
surfactante pulmonar (sustancia que disminuye la tensión superficial de la interfaz aire-líquido
facilitando la expansión alveolar). Las paredes de separación entre alveolos presentan
intercomunicaciones (poros de Kohn), abundantes fibras elásticas (responsables de la contracción
pulmonar durante la espiración) y macrófagos encargados de la primera barrera de defensa
inmune.

Diafragma:
El diafragma es el músculo que permite realizar los movimientos de respiración (Inhalar y exhalar),
este un músculo extenso que separa la cavidad torácica de la abdominal. En los seres humanos el
diafragma está unido a las vértebras lumbares, a las costillas inferiores y al esternón. Las tres
principales aberturas del diafragma permiten el paso del esófago, la aorta, los nervios, y los vasos
linfáticos y torácicos. (htt73)

Las Patologías Generales del sistema respiratorio más comunes son entre otras:

 Insuficiencia respiratoria, Rinosinusitis, Faringoamigdalitis aguda (angina), Difteria,


Enfermedades de la laringe, Bronquitis aguda, Tosferina (tos convulsiva), Enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC), Asma, Bronquiectasias, Bronquiolitis obliterante,
Neumonía causada por microorganismos, Enfermedades pulmonares intersticiales,
Neoplasias pulmonares, Mesotelioma pleural, , Síndrome de apnea e hipopnea
obstructivas del sueño (SAHOS), Derrame pleural, Neumotórax, Neumomediastino,
Enfisema subcutáneo, Tumores y quistes mediastínicos, Mediastinitis

Las enfermedades pulmonares más comunes incluyen:

 Asma

 Colapso parcial o total del pulmón (neumotórax o atelectasia)

 Hinchazón e inflamación de las vías principales (tubos bronquiales) que transportan aire a
los pulmones (bronquitis)

 EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)

 Cáncer pulmonar

 Infección pulmonar (neumonía)

 Acumulación anormal de líquido en los pulmones (edema pulmonar)

 Arteria pulmonar bloqueada (émbolo pulmonar)

Bibliografía
(s.f.). Obtenido de https://bibliotecadeinvestigaciones.wordpress.com/biologia/sistemas-y-
aparatos-del-cuerpo-humano/sistema-respiratorio/

(s.f.). Obtenido de https://empendium.com/manualmibe/chapter/B34.II.3.

(s.f.). Obtenido de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1029-


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