Vous êtes sur la page 1sur 2

DISPARIDADES REGIONALES Y DESARROLLO TERRITORIAL

El modelo del Foro Económico Mundial como esquema de medición de la competitividad


y el desarrollo ha sido adaptado en América Latina y Colombia por la CEPAL y el
Consejo Privado de Competitividad. Toma como base los niveles intermedios del
ordenamiento territorial, departamentos y distritos capital, para dar como resultado un
indicador global, índices por factor y un ranking por regiones.

Sin embargo esta metodología omite las diferencias y desequilibrios propios de cada
departamento. En general el indicador global y los índices específicos se ven sesgados
por el efecto de los grandes centros urbanos y algunos centros intermedios, que en la
mayor parte de los casos, muestran mejores resultados dada la concentración de la
actividad productiva y académica, las mejores condiciones de infraestructura física y de
servicios y el tamaño y diversificación de los mercados.

Dicha situación es común en casi todas las regiones del país, donde las capitales de
departamento y ciudades intermedias incrementan su primacía relativa respecto a los
demás centros poblados, lo que aumenta la situación de disparidad en cuanto a desarrollo
y bienestar.

En Boyacá la dinámica productiva, demográfica y espacial indica la existencia de un


patrón similar, con un eje central de desarrollo integrado por dos zonas económicas
principales, el eje urbano Duitama-Sogamoso y Tunja. A este se articulan algunos
municipios emergentes en las provincias de Centro, Ricaurte, Occidente, Tundama y
Sugamuxi. De otra parte se encuentran amplias zonas situadas en la periferia del
departamento, desvinculadas en términos de la organización del territorio y de los
procesos productivos y sociales.

Desde el punto de vista de la teoría económica el análisis de los desequilibrios


interregionales plantea dos posibles escenarios. Uno de convergencia, con tendencia al
cierre progresivo en las brechas de desarrollo, que acercan las zonas de menor desarrollo
a los estándares generales. Y otro de divergencia, con una ampliación gradual de las
diferencias a favor de los centros de mayor desarrollo. En ambos casos el parámetro
utilizado es el PIB per cápita, que no constituye, indubitablemente, un indicador adecuado
para medir el bienestar. Un análisis más completo debería incluir otras variables de tipo
económico, social, espacial y demográfico.

La situación considerada plantea tres cuestiones básicas, el papel del Estado a través de
los gobiernos nacional y departamental y su incidencia en el aumento de los desequilibrios
regionales, el modelo de desarrollo estandarizado que elude la construcción de esquemas
diferenciados para cada territorio y la necesidad de avanzar en procesos de integración
donde los municipios y subregiones asuman ordenadamente y con responsabilidad
iniciativas de desarrollo común.

Estos procesos de integración no deben estar sujetos a los límites fijados para los
territorios intermedios (provincias), aunque en determinadas situaciones puedan
coincidir. Por ejemplo, el área conurbada entre Sogamoso y Duitama agrupa una serie de
municipios con fuertes vínculos espaciales, productivos y de conectividad, lo cual
constituye una oportunidad para consolidar un proceso de integración que no
necesariamente se enmarque en una agenda político-administrativa.
La construcción de macroproyectos de infraestructura, la solución de problemas
subregionales, la protección de recursos naturales vitales y la reconversión productiva y
social, deben ser objetivos de un plan común que afiance mayores estándares de
competitividad, desarrollo y bienestar para el departamento.

Henry Ernesto González Becerra


Economista Universidad Nacional de Colombia
Master in Management Central Queensland University, Australia
Docente Investigador Universidad Antonio Nariño y UPTC Duitama

Vous aimerez peut-être aussi