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Problema por el cual busca ayuda el paciente: es probable que un estudiante que
antes tenía adecuada adaptación y ahora presenta problemas para adaptarse a la
universidad durante el primer año represente un reto bastante diferente que una
persona agresiva con un historial de brotes violentos.
Circunstancias vitales del paciente: un ejecutivo de 35 años de edad que trabaja
para una empresa y sufre de crisis de ansiedad y que además tiene tiempo y
dinero para asistir a terapia psicoanalítica podría considerarse fácilmente como
candidato para esta terapia. Es probable que las metas fueran bastante diferentes
para un obrero de la misma edad que trabaja ocho horas diarias, cinco días a la
semana y con una educación limitada.
Naturaleza de la personalidad del paciente: ¿Que tan fuerte es el paciente?
¿Puede tolerar ansiedad excesiva? ¿La adaptación general del paciente es
bastante establece o está al borde de un episodio psicótico?
Tipo de ayuda que busca el paciente: un paciente puede buscar comprensión o
considera a la psicoterapia como oportunidad para crecimiento personal o para
elevar la consciencia de sí mismo. Otro puede buscar ayuda para lidiar con una
depresión neurótica paralizante o puede estar interesado principalmente en
técnicas específicas para enfrentar situaciones sociales. Es seguro que difieran las
metas terapéuticas apropiadas para estos individuos.
Entrenamiento del terapeuta : un terapeuta que parte de una tradición centrada en
el cliente establecerá sin duda metas terapéuticas diferentes de aquellas
establecidas por uno entrenado en la psicología individual de Adler. Las
diferencias en entrenamiento y predilecciones teóricas de los terapeutas
conducirán inevitablemente a diferentes metas terapéuticas.
Tiempo disponible: lo que se puede lograr en la terapia puede depender de la
carga de trabajo del terapeuta. El tiempo puede permitir que el terapeuta vea al
paciente solo una vez cada dos semanas o hacer que la terapia grupal se
convierta en una necesidad práctica. El tiempo que tiene disponible el terapeuta
también puede afectar la manera en que conduce la psicoterapia. De igual modo,
por diversas razones el paciente puede ser incapaz de acudir a tres citas a la
semana.
PROCESO DE INTERVENCIÓN
En psicoterapia, es necesario llevar a cabo una serie de etapas que son de
carácter indispensable para el desarrollo de un adecuado proceso
psicoterapéutico, entre ello podemos encontrar el primer contacto,
establecimiento de las metas del tratamiento, proceso y el enfoque en si, etc.
Veamos cada uno de ellos
Contacto inicial: es el primer acercamiento que se tiene con los pacientes o los
clientes
Pipes y Dacenport (1990) describen que cuando los clientes se acercan por
primera vez a la clínica o entran al consultorio del psicólogo, con frecuencia no
saben que esperar exactamente. Algunos estarán ansiosos, otros se mostrarán
suspicaces. Algunos no comprenden con claridad las diferencias entre
entrenamiento médico y psicoterapia. Otros pueden sentirse avergonzados o
inadecuados porque buscan ayuda. Entonces, la primera orden del día es que
alguien explique en términos generales cual es el propósito de la clínica y que tipo
de ayuda se prestará. Este es su paso importante que puede tener una relación
significativa con la actitud del cliente y con su disposición a cooperar. Cuando el
contacto inicial lo realiza un terapeuta, trabajador social, diplomado en psicología o
cualquier otra persona, es importante que el contacto se maneje con habilidad y
sensibilidad.
Una vez que se hayan analizado las razones del cliente para acudir, puede
explicarse el siguiente paso en la secuencia general. En este punto podría ser útil
analizar varios aspectos o temas específicos.
Evaluación
Una vez se ha llegado a un acuerdo mutuo acerca de que el paciente está en
probabilidad de beneficiarse del contacto continuo con la clínica, pueden
arreglarse una o más citas para evaluar los problemas del cliente. Se pueden
seguir una variedad de procedimientos de evaluación que dependen de la
naturaleza exacta del problema que presenta el paciente, orientación del personal
profesional y similares. Con frecuencia se realiza una entrevista de admisión, que
consiste principalmente en la recopilación del historial clínico. Se puede reunir otro
tipo de información mediante la aplicación de varias pruebas psicológicas. En
ocasiones se hacen arreglos para entrevistar a la pareja del paciente en el caso en
el que la tenga, miembros de la familia y amigos. También, en algunos casos se
considera oportuno hacer que el paciente registre sistemáticamente observaciones
acerca de su propia conducta, pensamientos o sentimientos en diferentes
situaciones.
Posterior a la recopilación de información y su posterior análisis según Phares
(1996) se intenta dar una integración preliminar. Lo que es deseable en este caso
no es solo la aplicación de una simple etiqueta diagnostica sino una si no una
construcción de gran alcance acerca de los problemas del paciente a la luz de
todos los datos psicológicos, ambientales y médicos disponibles. De este modo
puede establecerse una conceptuación inicial acerca del paciente. Esto, por su
aprte, proporciona pautas para las intervenciones terapéuticas especificas que han
de desarrollarse. Por supuesto, es probable que a medida que avanza la terapia
ocurran cambios en la conceptuación que se tenga del paciente. Ña evaluación es
un proceso continuo que no cesa con la segunda o tercera entrevista. Bien puede
ser que las metas y técnicas terapéuticas cambien un poco a medica que se altera
la conceptualización.
Metas del tratamiento
Para Phares (1996) también es de vital importancia tan pronto como se integran
los datos de evaluación, terapeuta y paciente pueden comenzar a a analizar de
manera más sistemática la naturaleza de los problemas que es lo que se puede
hacer con ellos. Algunos terapeutas describen esta fase como un periodo de
negociación acerca de las metas del tratamiento. Incluso otros sugieren que el
paciente y terapeuta entran en un “contrato” en el cual este último está de acuerdo
en ayudar a resolver un conjunto específico de problemas del paciente y hacerlo
del modo más efectivo posible. Como es natural, nadie puede prometer
absolutamente una cura o una resolución perfecta de todos los problemas. Los
pacientes por su parte expresarán sus deseos e intenciones. En efecto, su
contrato cubre por lo general aspectos como son metas de la terapia, duración,
frecuencia de las reuniones, costo, formato general de la terapia y
responsabilidades del paciente. Cabe resaltar que dicho contrato se puede
modificar según las necesidades que se presenten a lo largo del proceso
terapéutico.
Después de todo lo anterior se pueden establecer algunas conclusiones de
carácter general como:
Casi todas las modalidades de psicoterapia son en cierta manera más
efectivas que la ayuda informal y no planificada.
En general, no se ha mostrado que alguna clase de terapia sea más
efectiva que otra.
Los pacientes que muestran una mejoría inicial tienden a mantenerla.
Las características del paciente, del terapeuta y de su interacción son más
importantes que la técnica terapéutica.