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2019

ETIQUETAS…ACCIÓN
QUE TANTO DAÑO
HACEN!!!
Trabajo final de seminario de
problemáticas regionales

Suriano Griselda Natalia


Prof: Celaya Gabriela
ETIQUETAS…ACCIÓN QUE TANTO DAÑO HACEN!!!

LAS ETIQUETAS… UNA ACCION QUE TANTO DAÑO HACEN!!!

Día a día nos encontramos con padres, colegas, que tienen algún sobrino, hijo o simplemente
nuestros propios hijos, que en alguna oportunidad presentan o presentaron, algún tipo de dificultad
en el ámbito escolar, por su puesto, lo primero que uno piensa es que el chico no estudia, que es vago
o en algunos casos se los etiqueta de burros, argumentando que no le da la cabeza (dichos
comentarios muchas veces los escuche por parte de colegas). O que no sirven para esa escuela.
Ahora… ¿nos pusimos en algún momento a pensar en que dicha situación, no siempre es a causa de
la vagancia del alumno, o como dicen algunos, porque no les da la cabeza?
Me gustaría detenerme en este apartado, no sé si a analizar dicha situación porque no soy
profesional de la salud, ni psicóloga social, pero si me parece de vital importancia mirar con
detenimiento dicha problemática, y aportar un análisis sobre la misma, basándome en los diferentes
autores que he leído a lo largo de mi carrera como docente y la experiencia personal que he tenido
con este tipo de caso.
A continuación les presentare un caso, en el cual intentare realizar su posterior análisis el cual se
fundamentara a través de diferentes autores y basándome en la experiencia personal.
El caso corresponde a un adolescente de 19 años, el cual se encuentra en la actualidad
cursando el último año de la escuela secundaria técnica.
Ya desde muy pequeño docentes y familiares le decían a su madre que él era diferente, porque era
disperso, y tocaba todo, comentarios como… “él no es para esa escuela”, no le va a dar la cabeza,
etc. Fueron algunos de los que tuvieron que soportar a lo largo de unos cuantos años. A lo cual su
madre siempre respondía que no era así, que si bien él era un poco acelerado, en cuanto al
aprendizaje no presentaba ningún tipo de dificultad, a lo cual ella siempre argumentaba que el
comenzó a leer desde muy pequeño y muy bien.
Situación dentro de la escuela…Una vez comenzada la escuela primaria al cabo de unos años los
docentes lo derivaron a la psicóloga, al neurólogo y por consiguiente a la psicopedagoga…por
supuesto su madre lo llevo, tanto en el psicólogo, como en el neurólogo, le hicieron todos los
estudios y tratamientos correspondientes. Los cuales arrojaban valores normales.
Luego de realizar dichas pruebas, llega el momento de asistir a la psicopedagoga y la misma
corrobora la hipótesis de su madre, la misma le realizo pruebas de aprendizaje y atención, lo cual si
bien arrojo valores negativos en la parte visor motriz y en la parte de atención, a nivel intelectual no
presentaba ninguna dificultad sino que al contrario, la misma comenta a la madre que si bien debido
a su hiperactividad el paciente presenta un grado de dispersión, por el contrario, a nivel cognitivo
tiene un valor elevado de aprendizaje por lo que esto le provoca aburrimiento en clase si las mismas
son iguales durante un tiempo sostenido, por lo que la psicopedagoga realiza el informe para la
escuela en donde argumenta que su paciente presentaba un nivel cognitivo normal, pero al presentar
un grado de dispersión, se solicita que se le den actividades salteadas, que no duren más de 15
minutos, ya que el necesita cambiar su atención a otro foco debido a su dispersión.
Por supuesto en la escuela no recibieron muy bien dicho informe, ya que algunas docentes
pretendían que se lo lleve a una escuela especial, argumentando que ellos no podían realizar
actividades solo para él. Ante esta negativa la madre propone trabajar en paralelo junto a ellos

Suriano Griselda – 1° año 1


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desde su casa, esta propuesta se la realizo especialmente al profesor de matemática ya que era una
asignatura que meritaba de un acompañamiento más complejo, por lo que la madre le propuso
trabajar con un cuaderno viajero o algo por el estilo, para que él le diera actividades extras y
trabajarlas de la manera que recomendó la psicopedagoga. Al principio el docente puso resistencia,
pero luego acepto dicha propuesta, por lo que ese año con un trabajo conjunto se logró que dicha
cursada sea completamente exitosa. No se logro lo mismo con historia y otras áreas, ya que no
aceptaron realizar dichas actividades solicitadas por la psicopedagoga. Argumentando que ellos no
tenían la manera de realizar dicho pedido, que tenían muchos cursos y que era una locura lo que se
pretendía que hagan.
Viendo que los docentes no podían realizar lo que la profesional les pedía y observando la
madre que él, al ver toda esta situación, en varias oportunidades manifestó que no servía para
estudiar, que si los profesores y su tía decían eso, seguro era así, y que se daba cuenta que ella
creía en él porque era su madre, pero que no quería ir más porque no servía, que era un burro. Esos
preconceptos internalizados que su hijo tenia junto a que veía que las puertas se le cerraban cada día
mas, fueron detonantes que la motivaron a dirigirse nuevamente hacia la psicóloga, pero esta vez
para solicitarle orientación para ayudar a su hijo desde su rol de madre conjuntamente con la
escuela. En medio del dialogo, la madre comenta que alguno de los docentes le insinuó que por ahí
esa escuela no era para su hijo, que debía pensar en la posibilidad de que seria mejor llevarlo a
alguna escuela especial. A lo cual la profesional respondió “dígales a esos docentes que vayan ellos a
una escuela especial, y que si no se sienten capaces de buscar diferentes estrategias, que piensen bien
su profesión”.
Si bien la madre no les comunico dicho comentario a los docentes, les manifesté su completa
seguridad de que su hijo tenia la capacidad para seguir en esa escuela y que lo iba a acompañar en
lo que sea necesario si ellos lo solicitaban y si no, tambien.
Cabe destacar que , si bien no fue fácil transitar esos años de su vida escolar, ya que cada año
siempre había algún que otro docente que no aceptaba que las tareas para el debían ser de igual grado
de dificultad que la de sus compañeros, pero con tiempos más acotados. Juntos lograron recorrer su
trayecto escolar de manera exitosa y con una actitud sumamente positiva.
De hecho hoy en día él logro controlar su dispersión y continuar con su carrera de manera totalmente
independiente. A razón de ello y de todo el esfuerzo y dedicación que todo este proceso conllevo,
este año se recibe de técnico químico, por lo que debemos destacar que eso da cuenta de que cada
alumno es un ser único e irrepetible y completamente especial dentro del proceso de aprendizaje.

Es por ello que debemos ser conscientes de que dentro del proceso de aprendizaje tenemos delante
nuestro a sujetos de derecho, únicos e irrepetibles, los cuales tienen sentimientos, vienen con
realidades diferentes. Como nos dice Freire, “…El aprendizaje del educador, al enseñar, no se da
necesariamente a través de la rectificación de los errores que comete el aprendiz. El aprendizaje del
educador al educar se verifica en la medida en que éste, humilde y abierto, se encuentre
permanentemente disponible para repensar lo pensado, para revisar sus posiciones; se percibe en
cómo busca involucrarse con la curiosidad del alumno y los diferentes caminos y senderos que ésta
lo hace recorrer. Algunos de esos caminos y algunos de esos senderos que a veces recorre la
curiosidad casi virgen de los alumnos están cargados de sugerencias, de preguntas que el educador
no había notado antes…”, también debemos tener la capacidad de manejar los diferentes relojes de
aprendizajes de nuestros alumnos, por lo que también me gustaría citar a Larry Cuban cuando nos
dice “… se debería atender a los relojes del alumno y de los profesionales de la educación, de ritmo

Suriano Griselda – 1° año 2


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menos vertiginoso, que se focalice en las cuestiones sustanciales del aprendizaje. Un estudio del
tiempo como el que plantea Cuban nos permite detenernos para reflexionar acerca de los tiempos de
los aprendizajes de los estudiantes; los de los profesores para preparar las clases, hacer el
seguimiento, ajustar las propuestas y evaluarlas…”, también sabemos que nuestros estudiantes se
encuentran inmersos en una sociedad sobre informada en la cual hay muchos estímulos los cuales
provocan que ellos tengan un periodo de atención a la clase muy corto, esto lo afirma Perrenaud
cuando nos dice “…implicar a los alumnos en sus aprendizajes y en su trabajo, es un compromiso
mayor porque el deseo de aprender, con los estímulos que hoy en día hay con los medios
tecnológicos, dejan ver que los estudiantes tienen periodos de atención a la clase muy cortos y no
porque sean diferentes, sino, porque los estímulos hacen que su atención sea diferente, y eso hace
que los docentes tengamos que repensar nuevos estímulos…” (Perrenaud, diez nuevas competencias
para enseñar). por todo esto y mucho más, creo que es de vital importancia que como docentes desde
nuestro rol, el cual es un pilar muy importante en la vida de nuestros alumnos, debemos trabajar a
partir de sus realidades sin tratarlos de diferentes y tener en cuenta lo importante que son y buscar
formas de generar empatía con ellos ya que una palabra nuestra puede generarles diferentes tipos de
sentimientos, las cuales si son negativas estas pueden ser muy peligrosas hasta el punto de marcarlos
de por vida, por lo que puedo afirmar que caracterizarlos de esta manera y tratarlos como tales,
deriva muchas veces en la asunción de este tipo de roles por parte de los ellos, que finalmente se
terminan comportando tal y como les marca esa “etiqueta”.

Esto ya lo pusieron de manifiesto Rosenthal y Jacobson (1968), con el llamado “Efecto


Pigmalión”. Resumidamente, lo que Rosenthal y Jacobson hicieron, fue elegir al azar a unos
estudiantes, y aunque éstos habían sido elegidos azarosamente, dijeron a los profesores que unos
tenían mayores capacidades intelectuales que otros. De esta manera, se comprobó, que efectivamente
los resultados del grupo que se suponía poseía unas mayores capacidades intelectuales, fueron
mejores que los del otro grupo Todo esto pone de manifiesto que nuestras expectativas afectan al
modo en que nos comportamos ante determinadas situaciones, y así actúan las etiquetas que les
asignamos casi de manera inconsciente a los estudiantes

Cuando denominamos repetidamente a una persona de una determinada manera, termina por asumir
que es así; y ante esta situación debemos tener mucho cuidado, ya que somos una mezcla de genética
y entorno y este último nos puede influir potenciando o “debilitando” nuestras “capacidades base”.

Puede decirse que nuestra identidad se va configurando poco a poco a lo largo de la vida, siendo la
infancia una etapa clave en la que nuestros referentes nos pueden influir enormemente, es más,
podemos decir que según éstos nos definan y según cómo describan nuestros comportamientos,
nuestra personalidad se verá marcada por unas u otras directrices.

Etiquetar a un niño, le va a llevar a comportarse según los dictámenes de esa etiqueta que va a
terminar asumiendo, pero no sólo eso, sino que además, el resto de adultos y niños que vayan
conociéndole y sepan de la existencia de esa “etiqueta”, serán susceptibles de caer en el sesgo de
observar únicamente, los comportamientos que éste emita y que sean descriptivos de ella, volviendo
así al tema del “Efecto Pigmalión” (o profecía auto cumplida).

La personalidad infantil se encuentra en constante cambio, con lo cual, etiquetar a un niño es algo tan
delicado que podría incluso repercutir de manera negativa en el correcto desarrollo del mismo.

Queda así claro, que las opiniones de los padres, de los maestros/ as, del grupo de iguales etc.,
pueden fomentar el surgimiento de etiquetas susceptibles de influir en los niños/as.

Suriano Griselda – 1° año 3


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Para ello, teniendo en cuenta la indiscutible influencia del entorno, se debería procurar que éste fuera
lo más estimulante posible, es decir, trabajar para conseguir potenciar y fomentar al máximo las
capacidades del niño/a, de manera que se las orientase a la consecución de sus metas y propósitos.
Asimismo, se debería empatizar con los posibles errores que como toda persona, pueda cometer,
haciéndole entender que errar es humano y que de los errores incluso se pueden obtener grandes
aprendizajes.

En esta línea, es importante también que el niño se sienta escuchado y comprendido por sus
referentes; que sienta libertad para expresar qué siente, piensa y necesita, pues esto nos llevará a
poder conocerle y ayudarle a trabajar sus debilidades y fortalezas. Y el conocer estas últimas, el
desarrollarlas y sobre todo el potenciarlas, contribuirá a la superación y/o aceptación de sus
debilidades, a las que como todo ser humano tendrá que hacer frente.

Por todo lo anteriormente dicho es que debemos trabajar con ellos, junto a sus familias, creyendo
en cada uno de ellos, en sus capacidades, apoyándolos, guiándolos, haciéndoles sentir importantes en
este proceso, que es el de aprender, si “aprender juntos”, trabajar a partir del respeto hacia el otro y
las diferencias, les dará seguridad y les permitirá ver las cosas de una manera positiva y así lograr
todo aquello que se propongan.

Me parece importante citar a cullen, quien nos habla sobre la importancia del respeto hacia el otro,
él nos dice “... La realidad del niño constituye un continuo e inestable vaivén entre su posibilidad
evolutiva de poder o no decir, decidir, hacer. Desde el punto de vista ético, cuando el niño se expresa
de diferentes modos nos alerta -nos hace responsables-sobre su vulnerabilidad y sobre la necesidad
creciente de autonomía, de poder ser un complejo psíquico que vaya desplegando su potencia, su ser
capaz…” (Ricoeur, 1997; Cullen, 2004).

“…entendiendo la educación como proceso que opera simultáneamente con el hombre y el


ciudadano y sabiendo que la socialización, cuando se produce mediando el conocimiento, no sujeta
al sujeto, lo libera, y que cuando la madurez se produce, mediando el reconocimiento, no sólo se
tolera al otro, sino que además se aprende de él y con él. Las marcas de la alteridad en el discurso
pedagógico…”
Otro punto muy importante que cullen nos habla es el de Hacerse cargo de las diferencias. “…Una
cuestión frecuente en el discurso pedagógico contemporáneo, tiene que ver con una apelación a
“hacerse cargo de las diferencias”. Esto circula en tres sentidos. El primero sentido, tiene que ver con
tomar conciencia de que la “igualdad de oportunidades educativas” no es real sin una atención
especial a los diferentes puntos de partida, buscando “compensar” lo que se evalúa como peores
condiciones para el aprendizaje. Esto se relaciona con un problema de justicia distributiva. El
segundo sentido, se vincula a la cuestión de las diferencias “culturales” o los modos concretos en que
aparece la identidad del otro. Aquí se muestra el tema de la dificultad de aprender a escuchar al otro,
el problema de si basta la tolerancia o los programas educativos deben trabajar también el
aprendizaje mutuo. El tercer sentido, tiene que ver con la capacidad dialógica, es decir, el poder
aceptar opiniones diferentes, argumentaciones diversas y tener la posibilidad de tomar todos la
palabra, y dejar que todos la tomen. Ello constituye uno de los aprendizajes más fuertes para la
convivencia democrática, que se relaciona, con una convivencia de disensos y consensos
“argumentados”. En los tres sentidos es enriquecedor tener en cuenta las diferentes perspectivas
sobre el otro. Por un lado, entender el “hacerse cargo de las diferencias” desde las reglas de juego
claras, estableciendo procedimientos y formas de resolver los conflictos, tiene que ver con el modelo
“contractual” en la comprensión del otro. Por otro lado entender el “hacerse cargo de las diferencias”

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desde la aceptación interna y manifiesta de que el otro es siempre un diferente de sí mismo, en el


sentido de poder acontecer de otra manera que la habitual, de tener una reserva de sentidos que
pueden emerger como abriendo alternativas nuevas a la comprensión. Finalmente entender “hacerse
cargo de las diferencias”, cuando se entiende al otro desde la alteridad misma, es saberse responsable
de él, y, en algún sentido, interpelado. Es saberse “vulnerables”, en el sentido estricto de dejar que
una exterioridad nos interpele y nos haga responsables…”,cullen.

Las etiquetas son solo para los objetos, dejemos de estigmatizar a nuestros estudiantes, y empecemos
a ver en cada uno de ellos un futuro excelente, porque lo que nosotros le digamos con nuestra boca,
los marcara para su vida…

BIBLIOGRAFÍA

 Cullen, C. “Perfiles ético-político de la educación”. Paidós, México, 2004. (Ficha Bibliográfica).


 Freire “cartas a quien pretende enseñar”,
 [1] Rosenthal, R., & Jacobson, L: Pygmalion in the classroom: Teacher expectation and pupils’ intellectual
development. New York, NY, US: Holt, Rinehart & Winston, 1968
 https://www.educapeques.com/escuela-de-padres/el-peligro-de-etiquetar-como-evitarlo.html

• CUBAN, Larry (2011), “The Myth of Failed School Reform”. Disponible en:
http://larrycuban.wordpress.com/2011/02/02/the-myth-of-failed-schoolreform-part-1/ y
http://larrycuban.wordpress.com/2011/02/04/myth-offailed-school-reform-part-2/

(última consulta: 5/8/2012). Trad: Cecilia Magadán.

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