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Contenido

Presentación: .….……………………………………………….……………………………3

Localización:....………………………………………………….…………………………...4

Plantas tipología A:……………………………………….……………………….…………5

Fachada y corte tipología A:..……………………………………………………………….6

Plantas tipología B:……………………………………….……………………….…………7

Fachada y corte tipología B:..……………………………………………………………….8

Vistas:..………………………….…………………………………………………………….9

Contexto:.........………………………………………………….………………………….10

El lugar:............………………………………………………….………………………….13

La técnica y los materiales:.………………………………………………….…………….15

El habitar:..………………………………………………….……………………………….16

Conclusiones:.….….……………………………………….……………………………….18

Bibliografía:……..……….…………………………………….…………………………….22

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Presentación:

En este trabajo se presentará la información del Conjunto Residencial Paulo VI

construido por los arquitectos Eduardo Londoño y Gabriel Pardo en 1966. Este
proyecto de los arquitectos ubicado en la ciudad de Bogotá y más específicamente en
la localidad de Teusaquillo, fue de gran importancia puesto que en su época fue el
claro ejemplo de vivienda de bajo costo, pero igual calidad arquitectónica y ubicación
estratégica.

El conjunto residencial Paulo VI es pues una obra arquitectónica de 1.119

apartamentos, 546 habitantes por hectárea y recibidora del premio Eternit por ser la
mejor obra construida en 1968.

A continuación, una recopilación de información histórica, estructural y técnica, con

planimetría e imágenes del proyecto.

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Localización:

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Planta tipología A:

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Fachada y corte tipología A:

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Plantas tipología B (Duplex):

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Cortes tipología B (Duplex):

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Vistas:

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!

Contexto:

Ubicado en la localidad de Teusaquillo, el barrio Pablo VI ha sido caracterizado por sus

zonas verdes, jerarquización de calles, distribución de los apartamentos e integración
del comercio. Sin embargo, se debe entender el contexto en el que tuvo lugar dicho
proyecto, por tal motivo, antes de entrar en el análisis del barrio es necesario realizar
una contextualización de la localidad de Teusaquillo, su paulatino crecimiento y de esta
manera, llegar al barrio Pablo VI.

Teusaquillo, ubicado en el centro-occidente de la capital colombiana tuvo sus orígenes

antes de la llegada de los españoles. Se dice que el Zipa de Hunza, Bacatá, tenía una
vivienda de paso en el territorio de Teusacá cerca de la laguna que lleva el mismo
nombre, la cual visitaba para descansar y en la que actualmente, se pueden encontrar
barrios como Nicolás de Federman o Pablo VI.

Las primeras casas que llegaron a esta localidad fueron de corte inglés y obedecieron
al interés de las clases sociales altas por salir del congestionado centro histórico. La
demanda de las viviendas fue creciendo rápidamente y su inicial planeación urbanística
generó que para 1927 se convirtiera en el sector más elegante y privilegiado de

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Bogotá. Algunos personajes como Jorge Eliécer Gaitán, Enrique Santos, Laureano
Gómez vivieron en esta localidad.

A partir de lo anterior, analizaremos de forma independiente los aspectos: político,

social, económico y cultural que llevó al desarrollo del barrio Pablo VI.

Para comenzar, en cuanto al ámbito político nos ubicamos en el periodo histórico

llamado Frente Nacional, dicho acuerdo entre los partidos políticos tradicionales para
alternarse el poder comenzó en el año de 1958 como iniciativa para reorganizar el país
tras la toma del General Rojas Pinilla, este Frente se termina en el año de 1974, con el
periodo del presidente Misael Pastrana. La caracterización del ámbito político que nos
interesa es el del presidente Carlos Lleras Restrepo (1966-1970)

El proyecto político de Lleras se basó en fortalecer a la rama ejecutiva del país,

delimitar el alcance de los estados de excepción, reformas para la aprobación de leyes
en el congreso y planes de recuperación económica, estas iniciativas fueron
impulsados por tecnócratas, quienes fueron bien recibidos en el gobierno Lleras.

A nivel distrital, se encontraba de alcalde Virgilio Barco, quien llegó al cargo en el año
1966 y 1969, durante su administración desarrolló varios programas para el
financiamiento de la Salud Pública y Asistencia Social. Junto con el apoyo nacional y la
creación del Crédito Territorial permitió que muchos trabajadores sociales tuviesen
acceso a crédito para viviendas, que fue crucial a la hora de comprar apartamentos en
Pablo VI.

En cuanto al contexto económico, Lleras tuvo la tarea de afrontar la crisis económica a

causa de la balanza de pagos, la solución fue un préstamo al FMI. Sin embargo, a nivel
distrital, la economía y participación fue creciente y se enmarca en actividades de
comercio y servicios de la época.

Si bien, las personas que habitan la localidad de Teusaquillo eran de clases sociales
altas, a medida que pasa el tiempo otros sectores sociales se fueron mudando a este
territorio, muchas veces por las oportunidades que como se mencionaron otorgaba el
gobierno, y es que según Zilia Reyes, residente del barrio, los apartamentos se podían
adquirir por un costo de 275 mil pesos y la cuota inicial era de 26 o 30 mil pesos, para
lo cual, las ayudas de financiación fueron cruciales para la construcción de la
comunidad del barrio.

Durante esta década, el tejido social colombiano fue forzado a llegar cada vez más a
las zonas urbanas, en consecuencia de la violencia que llegaba de los años 50s, y

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sumándole ahora la creación de grupos armados que despojaron a los campesinos de
sus tierras y que en últimas llegaban a la capital.

Ante la llegada masiva de personas, el Distrito se enfrenta al reto de organizar a estas

familias teniendo en cuenta el déficit de vivienda, y para tal fin se implementa el
concepto de vivienda multifamiliar, lo que dio cabida a la construcción de 1019
apartamentos. Caracterizado por los procesos novedosos de construcción a bajo
costo mediante geometría simple, la relación con las zonas verdes y la distribución de
sus módulos.

Finalmente, en cuanto al contexto cultural, el barrio Pablo VI fue construido con el

principal objetivo de albergar a los feligreses que llegaban a la capital para conocer al
Santo Papa Pablo VI, quien en su honor es nombrado el barrio. Pablo VI fue el primer
santo padre que visitó a Colombia para el mes de agosto de 1968 en marco del
Congreso Eucarístico Internacional, por lo cual, se puede percatar de la importancia de
este acontecimiento y la devoción de los colombianos hacia la fe católica, de esta
forma, la religión ha tomado partida en muchas de las decisiones de las comunidades
y Pablo VI, no sería la excepción.

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El lugar:

Imagen Pablo VI. Etapa I, tomada de google maps

A partir del contexto explicado anteriormente, comprendemos que la intervención se

hizo en un terreno crucial para la ciudad de los años 60s, Pablo VI, ubicado entre las
carreras 55 y 60 y calles 53 y 59, tiene el privilegio de llegar fácilmente a zonas como:
el parque Simón Bolívar, Biblioteca Virgilio Barco, Museo de los niños y el Centro
Coldeportes, por lo cual en principio, brinda a sus residentes un equipamiento
completo de actividades y hace de este conjunto multifamiliar más atractivo para sus
habitantes.

De esta forma, la Zona en la que se desarrolló Pablo VI está caracterizada por su

impacto ambiental al estar rodeada por sitios de esparcimiento natural, para lo cual, la
responsabilidad y el cuidado de estos espacios recae sobre sus habitantes y su
relación con la naturaleza toma gran importancia, pues vemos que los arquitectos
quisieron mantener esta interacción constante. Así que, para la construcción de las
zonas verdes del conjunto fue crucial no romper con los esquemas de la naturaleza
exterior y generar en el habitante la experiencia de la vegetación a sus alrededores
dentro del conjunto.

Con esta idea, los espacios públicos toman mayor fuerza, ejemplo de ello es la plaza
central, en la cual recae la importancia de ordenar los diferentes apartamentos y
espacios comerciales. Dicha plaza permite que los ocupantes y visitantes tengan
lugares de recreación y esparcimiento. Estos espacios como lo explica un habitante

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del barrio: “hacen que el barrio tenga un ambiente de pueblito, en el mejor sentido de
la palabra, que lo hace muy amable y acogedor para los todos”

Por lo anterior, y en una concepción de urbanismo consideramos que es pertinente

traer a colación los 4 principios de Le Corbusier para ordenar las ciudades, los cuales
son: habitar, trabajar, recrear el cuerpo y espíritu y circular en una ciudad. En ese
sentido y entendiendo los parámetros del lugar en el que se construyó Pablo VI,
podemos afirmar que este conjunto llega a cumplir con dichos principios, configurando
una unidad de barrio moderna a partir de los principios del urbanismo siendo ejemplo
de los multifamiliares que posterior a este llegarán a ser más atractivos.

Por otro lado, en cuanto a la relación de la infraestructura y entendiendo las

características del lugar, en un intento por no romper con el paisaje, los bloques del
barrio no son tan altos debido en principio a las normas de propiedad horizontal, que
fueron novedosas para la época, lo que permitió emplazar dichos unidades de forma
armónica en la zona. Las unidades son en forma de barra aislada, que de primera vista
no obedece a una cuadrícula ortogonal, sino más bien fueron dispuestas para
satisfacer temas de accesibilidad a los apartamentos y a la luz natural. De esta forma
se configuraron las calles, que gracias a su jerarquía permite llegar a calle principal,
cumpliendo así con uno de los 4 principios del urbanismo como lo es el circular.

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La técnica y los materiales:

La parte técnica del edificio es muy sencilla debido a sus divisiones modulares, sus
ejes ortogonales, tanto como de los materiales. Se utilizan materiales de bajo costo
para crear viviendas para personas de clase media. Entre estos materiales se usa el
ladrillo que tiene funciones tanto estéticas como estructurales y en algunos casos se
usan pinturas para mejorar la estética de las fachadas.

Los edificios del barrio no superan los cinco pisos de altura y si bien no parezca usan
columnas para sostener la estructura. Esta estructura es de tipo formal, esto quiere
decir que la estructura se esconde en la envolvente y no permiten que las personas
vean a simple vista como se sostiene.

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El habitar:

El diseño arquitectónico del proyecto, se basó en distribuciones muy unificadas de los

espacios a causa del uso de materiales económicos y de fácil aplicación. Por esto, al
hacer el diseño, se pensó específicamente en las necesidades de alojamiento de los
habitantes de cada apartamento y sus disponibilidades económicas puesto que como
se había presentado anteriormente, el proyecto estaba dirigido a la clase media de
Bogotá de 1966.

Por ello, los apartamentos de tipo”dúplex” que conforman el proyecto, están

compuestos por 130 m² distribuidos en, una sala comedor, entre tres y cuatro
dormitorios, tres baños y una posible alcoba de servicio

Esta era pues considerada una “Vivienda Bifamiliar Económica” de una Manzana de 24
solares de 244.80 m² cada uno (12 m de frente y 20.40 m de fondo) para 48 viviendas
y con un área habitable equivalente a 120.96 m² sin incluir los garajes.

En la primera planta se encuentran la sala, el comedor, el dormitorio de servicio con

baño y un baño adicional o baño social para los invitados al apartamento. En esta
planta, también se encuentra un área libre que puede utilizarse como garaje y permite
la salida de los habitantes del hogar hacia los espacios libres que aparean a los
apartamentos entre si. Sin embargo, la planta baja también podía tener un uso
comercial o ser utilizada como espacio de trabajo puesto que la planta alta se
distribuye en referencia a la necesidad de los inquilinos.

Por consiguiente, la planta alta estaba constituida por dormitorios distribuidos según el
gusto y la necesidad de los habitantes del proyecto, creando un ambiente muy versátil.

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Por otro lado la urbanización también está caracterizada por tener amplios espacios
recreativos y comunales que proporcionan comodidad y calidad de vida a las familias
que habitan en el proyecto, creando por consiguiente una mayor individualidad de esas
dentro de este conjunto multifamiliar.

El proyecto inicialmente tenía la finalidad de hospedar a los pelegrinos que recibiría

Bogotá por el Congreso. Sin embargo actualmente tiene la finalidad de hospedar a
familias de clase media.

El conjunto está compuesto por torres de cinco pisos para los apartamentos de cuatro
alcobas, y 15 pisos para los apartamentos de tres alcobas. Esto equivale a un área de
30.329.85 m² construidos, 20% del área total de proyecto, por lo que se verifica que el
área comunal del Conjunto es igual a 12.000.00 m², 7.9% del total, las vías principales
comprenden 14.000.00 m², 9.3% del total y las áreas para el ingreso vehicular, y el
paso peatonal 21.360.00 m², 14.1% del total. Frente a esto se ve que se deja un área
total de 86.844.56 m² de área libre, comprendiendo un total de 546 habitantes, 76 por
hectárea. Por lo anterior, se puede ver que los arquitectos dieron gran importancia al
espacio funcional del proyecto y personal de cada habitante, creando por
consiguiente, un habitar cómodo de cada individuo que vive en el conjunto.

Además, gracias a la gran oferta de espacios libres y comunales, el proyecto propone

un habitar familiar, tranquilo, cómodo y abierto al aire libre, dentro de una zona de la
ciudad muy ventajosa. Esto gracias a que las agrupaciones de edificios que
complementan el conjuntos, crean un espacio central de área comunal y libre rodeado
de una vegetación densa, que acompañado de los amplios andenes y las terrazas con
vegetación proponen un modelo de microciudad en la que el comercio y la vivienda
están unificadas.

Para finalizar, el proyecto fue pensado para alcanzar un modelo de sencillez y

tipificación a causa de la emergencia con la que fue construído y es por esto que se
buscó crear un modelo de diseño que permita la utilización de modelos de
construcción industriales. Por esto se creó un tipo de modelo de partamento que
consiste en 6:40 m de luz y 3.20 entre los muros que separan a las habitaciones.

Es por esto que se puede hablar de un proyecto donde prevalece una sencillez ideal
que logra abarcar todas las necesidades de las personas que lo habitan, garantizando
por consiguiente, su comodidad y bienestar de vida.

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Conclusiones:

El Barrio Paulo VI fue un proyecto conceptualmente moderno, se implementaron ideas

nunca antes llevadas a cabo en Bogotá y tuvo la influencia de muchos ideales de
arquitectos contemporáneos.
La arquitectura nace de lo ya existente, por eso para que se de una buena arquitectura
es necesario el análisis del lugar donde se va construir y tener claro sus antecedentes
para poder satisfacer las necesidades de las personas que viven en ella, la arquitectura
y en especial la arquitectura colombiana es una que nace de su historia y sus
necesidades, si no se construye bajo estos mandatos lo más probable es que sea
inhabitable e inevitablemente sea olvidada en el tiempo. Por eso los arquitectos
Eduardo Londoño y Gabriel Pardo se enfocaron en hacer una arquitectura funcional,
tomando conceptos que ya se habían visto en otros arquitectos y entendiendo
claramente cuales eran las necesidades de la Bogotá en 1960, esto les permitió crear
una arquitectura que prevalezca sobre el tiempo, tanto que hoy en día se sigue
usando.
Entre todas las influenciaste recibieron, se puede ver la influencia del arquitecto
modernista le Corbusier, si bien no encontramos ninguno de los cinco puntos de la
arquitectura de le Corbusier si podemos hablar de la arquitectura del barrio Paulo VI
como una arquitectura funcional, encontramos que está hecha a la perfección para
vivir, la unidad habitacional del barrio Paulo VI no tiene una fachada que narre historias
como vemos en la arquitectura de Antonio Gaudí o de Josep Maria Jujol, tampoco
tenemos un tipo de arquitectura que innove con materiales nuevos como en la de
Victor Horta o tenemos un tipo de arquitectura con planos complejos como en el caso
de los raumplans de Adolf Loos, pero si tenemos una arquitectura donde el vivir es lo
principal. La técnica, así como sus materiales, sus conceptos y su construcción es
simple, casi idéntica al dibujo registrado por le Corbusier de la casa dominó, donde
tenemos una estructura que no modifica el espacio interior permitiendo ubicar los
espacios del uso diario sin ninguna complicación siguiendo la filosofía de “Una casa es
una maquina de vivir”.
Otro concepto que predomina en esta época es el de crear una arquitectura que a su
vez urbanice y cree grandes espacios de zonas verdes, como podemos ver en Paulo
VI y en obras que se desarrollaron de manera contemporánea como el barrio Niza la
intención está en urbanizar y crear viviendas modulares que sirvan para ser habitadas,
esto expresa la preocupación que ya se venía expresando desde épocas antiguas y
que exponentes como le Corbusier retoman y es el hecho de trabajar la arquitectura en
diferentes escalas para poder urbanizar de la mejor manera posible.
Del mismo modo en el que apreciamos esto, se pueden ver las ideas del arquitecto
estadounidense Wright. Entre ellas, encontramos que los dos proyectos, tanto la casa

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de la pradera de Wright como Pablo VI tienen la intención de configurar un hogar para
la población de clase media, siendo por un lado la casa americana prototipo y los
primeros multifamiliares de la capital colombiana. Estas obras respondan a las
condiciones del lugar en el que se construyeron y satisfaciendo las necesidades de sus
habitantes.
De ahí, que es importante hablar de la naturaleza y entender que en ambos sitios está
presente de manera muy relevante. Por un lado, en el conjunto residencial Pablo VI, los
espacios verdes toman especial cuidado y manejo, los arquitectos Eduardo Londoño y
Gabriel Pardo, intentan plasmar un equilibrio entre su entorno natural y los bloques del
conjunto, de forma en que puedan transmitir armonía. Lo mismo sucede con las casas
de la pradera y los suburbios que plantea Wright, pues él al ser un defensor y
exponente de la cultura japonesa transmite la idea de mezclar las casas con el paisaje
y entorno, de forma en que se manifiesten como un complemento y no que irrumpan
con el lugar.
Por otro lado, hay que hablar de la idea de brindar servicios complementarios en
ambos proyectos, la cual se puede ver reflejada por Wright al implementar la idea de
malls como lugares a las afueras de los suburbios en los que las personas tenían la
oportunidad de conseguir productos camino a sus casas y que si bien no se integran
directamente en la construcción de los suburbios es una oportunidad de volver más
integral la experiencia de vivir a las afueras de las ciudades, en las casas de la pradera.
Por otra parte, en Pablo VI, ocurre que se da lugar a servicios comerciales dentro del
mismo conjunto, pues se otorga la oportunidad de que en los mismos bloques de
casas, las personas puedan usar sitios como lugares comerciales sin tener que salir del
conjunto y hacer más fácil conseguir los productos que necesiten, esta idea también
se ve en construcciones como en la Unité d’Habitation de Marseille de le Corbusier
donde todos los servicios se encuentran dentro del edificio.
Si bien, hay varios puntos en común con la arquitectura de Wright, encontramos una
diferencia que permite expresar la naturaleza de la arquitectura del barrio Paulo VI, esta
diferencia es la verticalidad con la cual se construye el conjunto en Teusaquillo. El
arquitecto Frank Lloyd Wright, entendía la importancia de una línea horizontal
ordenadora, la cual la relacionaba con la línea de lo doméstico, de ahí que sus casas
opten por hacer alusión a la línea de la tierra, del firmamento. Esto, a diferencia de los
bloques verticales y ortogonales que se construyen en el conjunto Pablo VI,
permeando y aplicando la idea de que optimizar los espacios es fundamental para
proyectos de conjuntos multifamiliares,era una necesidad brindar la mayor cantidad de
habitaciones en la menor cantidad de metros cuadrados construidos y eso fue lo que
se consiguió.
Consideramos importante hablar de como contrasta la arquitectura del barrio Paulo VI
con otro exponente de la arquitectura moderna, Mies Van der Rohe, para tal motivo,

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nos centraremos en Weissenhofsiedlung, un proyecto de edificios ubicado en Stuttgart,
Alemania, que tuvo la colaboración de arquitectos como Le Corbusier. Esta obra
estuvo caracterizada por la idea de internacionalización y modernidad, en el que se
resaltan y expresan algunas ideas que nacen de la reinterpretación del legado de
Wright.
Para analizar esta obra con el conjunto Pablo VI, es importante reconocer que Mies
logró principalmente implementar la técnica y la estructura regular en esqueleto de sus
proyectos. De esta forma la estructura prevalece sin contemplar las condiciones del
lugar. Caso contrario con lo que puede apreciarse en los bloques del conjunto Pablo VI
que si bien su esqueleto estructural se mantiene, los bloques cambian y se disponen
de acuerdo con las condiciones y necesidades del lugar, a diferencia del proyecto que
Mies Van der Rohe.
Otro aspecto en el que se pueden diferenciar estos proyectos e ideas es la estructura
formal, que para Pablo VI la estructura de los bloques y la envolvente se fusionan en
una sola y no se logra diferenciar a simple vista, caso contrario ocurre con los bloques
de edificios de Van der Rohe en el que se logra apreciar de forma diferenciada el
esqueleto estructural y su envolvente.
Este análisis nos lleva a un último arquitecto que nos permite comprender
completamente la obra de Londoño y Pardo, Alvar Aalto.
Este arquitecto finlandés, se caracterizó por darle más importancia al habitante que a la
misma construcción, basando su arquitectura en cuatro puntos, la naturaleza, el
modernismo, lo clásico y el vernáculo. Gracias a esto, su arquitectura, puede
considerarse por encima de todo, humana y cálida y son estos dos aspectos, los que
influenciaron en su mayoría al proyecto del conjunto residencial Paulo VI.
En la biblioteca Viipuri, uno de los proyectos más importantes del artista Alvar Aalto,
una de las cosas más notables fue el hecho de que el arquitecto le dio mayor
importancia a los niños, diseñando, por consiguiente, un mobiliario distinto para el
usuario infantil. Gabriel Pardo y Eduardo Londoño fueron pues, creadores de un
espacio en el que el sector infantil, era uno de los sectores de habitantes más
privilegiados, y, por consiguiente, de igual manera eran sus familias.
El proyecto, al tratarse de una pequeña metrópolis, otorga gran parte del territorio a la
creación de espacios libres agradables, en los que los niños pueden jugar y pasar el
tiempo libre con sus vecinos, encontrándose en la seguridad de sus casas. Esto, no
solo da una herramienta a los niños para desarrollar su personalidad y crecer en un
ambiente cómodo y agradable, sino que también, apoya en su mayoría, a las familias
que no tenían el tiempo suficiente para llevar a sus hijos a diversos espacios donde
lograran esto. Se concluye de esta manera que los arquitectos Lodoño y Pardo, se
centraron sobre todo en la calidad de vida de los habitantes del proyecto, como lo
hacía Alvar Aalto.

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El uso de materiales locales por parte del arquitecto Alvar Aalto permitió resaltar
elementos como el ladrillo o la madera. Dicho uso tradicional de estos materiales
estuvo presente en el desarrolló del conjunto Pablo VI, caso concreto con es el uso del
ladrillo, apoyando la industria nacional.
En el conjunto residencial Paulo VI, la distribución del espacio es de las cosas más
importantes puesto que se trata de un proyecto muy grande que acoge a 546
habitantes, 76 por hectárea. Sin embargo, esto no fue un problema porque los
arquitectos lograron destinar 20% del área total en las edificaciones y el 80% restante
fue dividido en áreas libres, comunales, entradas vehiculares, vías y andenes para
peatones, logrando, por consiguiente, que el espacio no fuera en su mayoría
edificaciones, sino que se creara un lugar agradable, de espacios muy abiertos y
naturales.
Esto, conecta con la última característica que asemeja la construcción de Paulo VI con
la arquitectura de Alvar Aalto, que como vimos antes también se ve en la arquitectura
de le Corbusier y Wright y es la inclusión de la naturaleza en la construcción. Como se
presentó anteriormente, la naturaleza era de mucha importancia para el arquitecto
finlandés y por eso la incluía en la mayoría de sus proyectos. En el barrio Paulo VI se
puede ver una inclusión distinta desde el punto de vista simbólico, pero con el mismo
grado de importancia ya que si bien en la construcción colombiana no encontramos un
simbolismo, se puede ver que sin los parques y las zonas verdes, el valor urbanístico
sería casi nulo.
Para concluir, el proyecto ganador del premio Eternit y la obra maestra de Eduardo
Londoño y Gabriel Pardo, es una combinación perfecta de la originalidad de ambos
arquitectos y la influencia de otros grandes que en su momento estaban imponiendo
nuevos movimientos, conceptos y percepciones. La mezcla de ideas permitió la
creación de una obra urbanística como el barrio Paulo VI, un proyecto humano,
sencillo, práctico, modular, nacional y universal.

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Bibliografía:

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