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HECHOS
Se incautan en poder del imputado 4.8 grs. de marihuana por lo que la Fiscalía
imputa le imputa la comisión del delito de tenencia de estupefacientes para
consumo personal, conforme al art. 14 segunda parte de la ley 23737.
La custión pasa por establecer los límites razonables que resultan admisibles al
amparo de los principios constitucionales consagrados.
FUNDAMENTOS
La norma en cuestión no impone una moral privada, ni un modelo de vida, ni un
ideal de perfección personal. Deja ello librado a la moral, a las convicciones, a
los principios religiosos de las personas y de la sociedad civil. Solo interviene
cuando estas ofenden al orden o a la moral pública o perjudican a un tercero.
SENTENCIA
Atendiendo a las circunstancias particulares del caso, se declara la
inconstitucionalidad de la norma que pena la tenencia de droga para uso
personal, en tanto conculca el artículo 19 de la Constitución Nacional al
invadir la esfera de libertad individual que ella consagra y en virtud de que la
tenencia sometida a juzgamiento no trasluce un peligro concreto o un daño a
derechos o bienes de terceros.
POSTURA PERSONAL
Considero que la tenencia de drogas para consumo personal debe ser penada
por la simple creación de un riesgo, como delito de peligro abstracto.
Es cierto que la CN preserva la esfera de libertad personal e intimidad.
Es cierto que el bien jurídico protegido por la legislación de estupefacientes es
la salud pública y no la individual.
Es cierto que el acto se consuma en la privacidad del hogar, al margen de la
vista o perturbación de terceros. Pero también es cierto que es impredecible la
consucta del sujeto narcotizado mientras perduren los efectos de la droga,
siendo su consucta ajena a su voluntad en la mayoría de los casos.
En esta situación sí hay un riesgo potencial hacia los terceros.
Por otro lado, gran parte de consumidores solventan los gastos de la compra
mediante otros ilícitos, como ser el hurto o robo.
En base a lo expuesto, se estaría despenalizando una conducta que muy
probablemente sea el primer eslabón de una serie de ilícitos que mantienen su
tipicidad.
Sería avalar la conducta pero penar la consecuencia.
Es cierto que la finalidad prevista por el legislador de la ley 23737 era llegar al
vendedor a partir de la persecución del consumidor, y que este objetivo nunca
se cumplió.
También es cierto , en base a la experiencia de otros paises, que el consumo
decrece con su despenalización.
Pero no creo que esta sea la solución.