Vous êtes sur la page 1sur 13

CONSTRUYENDO MEMORIA COLECTIVA

ENTREVISTA A RAUL ROCCO ROJAS, Actor, Profesor de Castellano, Guionista y


actual director de la Compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta.

In memorian al actor Omar Awad Vega, “El Turco”. Formatted: Right

¿Cuántas veces muchos de nosotros hemos pasado caminando por la calle Condell- justo
en la esquina que mira a un famoso restaurant de comida china– reconocido más por sus
malas prácticas laborales, que por su destreza en la cocina- sin saber que pasábamos por un
edificio que ampara tras sus murallas, más de cincuenta años de actividad artística en nuestra
ciudad? ¿Cuántos hombres y mujeres comunes, trabajadores, pobladores, no han pisado de
hecho, un teatro en su vida, ni han visto una obra montada, ni han oído hablar jamás de
Brecht, Heiremanns, Jorge Díaz, Ariel Dorfman, Chejov, Büchner, Shakespeare, García
Lorca, Aristófanes, sólo por nombrar algunos grandes dramaturgos?,¿Qué posibilidades
existen hoy en día en nuestra ciudad, y en nuestra patria para que dicha situación se
modifique?, ¿Cuántos de nosotros sabemos que el teatro se encuentra íntimamente ligado a
la historia de las organizaciones obreras en las oficinas salitreras del Norte Grande? ¿Cómo
acercamos el teatro a nuestro pueblonos acercamos al teatro? Para resolver estas
interrogantes, y para conversar de la historia del teatro en Antofagasta, y de los hombres y
mujeres que vivieron y viven de y por él. Para hablar de arte, de proyectos, de historia, de
los que fueron y de los que han partido, y de los que hoy son, hemos llegado hasta el Teatro
Pedro de la Barra a encontrarnos con Raúl Rocco Rojas.

Nuestro entrevistado es un hombre que se mueve con energía, es amable y habla con voz
grave y cultivada. En la medida que se desarrolla nuestra conversación, observamos que hila
las frases con un ritmo particular, casi con celeridad, pero dándose la pausa necesaria entre
idea e idea. Dimana de él una fuerza gravitatoria que gira y se deposita en las paredes
desgastadas del viejo teatro Pedro de la Barra, que conoce como a sí mismo, y con el cual
parecen formar una sola estructura.

¿Quién es Raúl Rocco? ¿Dónde naces, cómo llegas al teatro?

Yo llego por una inquietud que tuve desde niño, desde que era alumno de enseñanza básica,
tenía mucha tendencia a interesarme por lo artístico, por los cantantes, por el cine, y mi mamá
me estimuló bastante ese aspecto, de hecho, me enseñaba canciones, y yo cantaba y comencé
cantando, en realidad, a los 8 años me subí a los escenarios a cantar canciones de Joan Manuel
Serrat, y allí empezó a explotarse mi vena artística, porque participaba mucho yo en las
veladas que hacían en la escuela, siempre y cuando había que hacer algo, yo me ofrecía y me
gustaba, disfrutaba mucho de estar allí en el escenario. Y lo fui alimentando bastante,
motivado por mi mamá también…

¿Todo esto aquí en Antofagasta?

Aquí en Antofagasta, sí, yo soy de acá. Y, la verdad es que yo era el único de la casa que
tenía esas inquietudes, los demás no se interesaban mucho en eso, y cuando llegó la
adolescencia, debido a los amigos que yo tenía en el colegio, varié un poco, entonces me
dediqué al deporte, hice mucho basquetbol en el estadio Sokol, y como que dejé de lado esta
vena que traía de chico, pero una vez que ya salí de cuarto medio, y entré a la universidad,
me volvió otra vez esta inquietud. Y mi mamá me había llevado a mí al teatro de la
Universidad de Chile, sede Antofagasta, que es donde se hacían las obras antes, que está acá,
en calle San Martín, que un tiempo fue el Cine Colón -que daban películas eróticas, allí
mismo. Yo fui a ver mis primeras obras de teatro llevado por mi madre, y me acuerdo que
yo quedaba maravillado. Entonces cuando salí ya de la enseñanza media y me fui a la
universidad, me empecé a inquietar nuevamente y empecé a venir otra vez al teatro, y me
recuerdo que ya ahí me empezó a despertar mucho la curiosidad y tuve la suerte de entrar a
un grupo de teatro de aficionados, que se llamaba “El Errante”, en ese tiempo allí comencé a
hacer con ellos obras de teatro, conocí a la que fue mi mujer durante mucho tiempo, y después
cuando ellos desaparecieron, cuando el grupo se disolvió me quedé con la sensación de que…

¿Faltaba algo?

…Claro, me sentía vacío. Junto con mi polola, en ese tiempo, que fue mi mujer después,
entonces, empecé a saber dónde podía seguir haciendo teatro, y por esas casualidades de la
vida que yo las agradezco enormemente, tuve la posibilidad de ir a ver una obra invitado por
acá, por Teresa Ramos, “Otelo”, que estaban en ese tiempo dando en el Teatro de la Chile, y
después que terminó la obra yo pasé, con mi polola a saludar, y les dije que yo tenía mucha
inquietud, que quería hacer teatro. Y ella me dijo- Anda el lunes, estamos iniciando una obra
nueva, y vayan- nos invitó a los dos. Y desde ese día, no me fui más, no nos fuimos más, en
realidad porque quedamos acá los dos. Empezamos a trabajar con ellos, y a aprender con
ellos en realidad. Hicimos desde el año 81’ hasta el año 85’ que yo salí de la carrera de
Castellano en la Universidad del Norte, donde estaba estudiando, estuve en prácticamente
una especie de academia, era un “hacer para aprender”, y tuve la fortuna, y tuvimos la fortuna
también, porque nos contrataron a los dos, después que salimos, egresamos, nos contrataron
y nos dedicamos a esto, empezamos ya a trabajar en forma profesional…

Fue una suerte providencial…

Providencial, de esas cosas que yo no termino de agradecer, porque sé también que es muy
poca la gente que puede vivir de esto y dedicarse a esto completamente, mucha gente que le
gusta, que tiene que estar haciendo otra cosa y dejar un tiempo libre para poder hacer teatro.
Entonces, en ese sentido, para mí ha sido una maravilla haber podido vivir y dedicarme por
completo a esto.

Eso hace una diferencia sustancial entre las personas, cuando pueden hacer lo que
aman…

¡Claro que sí!.

¿Cómo nace la Compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta que tú diriges?

La Compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta tiene sus orígenes el año 62’,


cuando un grupo de estudiantes del Pedagógico que había en ese tiempo, que fue el germen
de la Universidad de Chile sede Antofagasta, se inquietaron por hacer un grupo de Teatro, y
lo dirigía en ese tiempo, Alfredo Carrizo, estaba allí Teresa Ramos que es una de las pocas
fundadoras que queda. Y ellos empezaron a hacer un grupo de teatro en el que montaron sus
primeras obras, y en ese mismo año 62´ tuvieron la suerte que Pedro de la Barra (i) que estaba
en Arica en ese momento tratando de formar un teatro regional los viniera a ver. Y Pedro de
la Barra, en ese año 62´ vio el estreno que ellos hicieron de su obra…

¿Estamos hablando del Teatro del Desierto?

Del Teatro del Desierto, justamente. Y Pedro de la Barra se dio cuenta de que la fuerza
estaba acá, porque en Arica no había encontrado. Acá había una buena semilla que plantar y
se quedó acá. Él pidió hacerse cargo y comenzó la etapa de profesionalización de toda esa
gente que quería hacer teatro. Pedro de la Barra empezó el trabajo más profesional, contrató
más gente, equipos de profesionales, escenógrafos, maquilladores y se produjo todo el
fenómeno que durante toda la década del sesenta marcó un hito importante acá en
Antofagasta y en el norte. Esa fue la Universidad de Chile, sede Antofagasta, que era la
compañía que en ese tiempo estaba disponible acá haciendo teatro bajo la mano, la dirección
del Premio Nacional de Arte, Pedro de la Barra. Él estuvo hasta el año 74. Después del golpe-
el entrevistado se refiere al golpe militar de 1973- él se autoexilió…hubo mucho cambio en
todo…y la verdad es que él…

¿Sufrió presiones de alguna naturaleza?

También, claro. Finalmente se fue.

¿Adónde se fue?

Se fue a Venezuela, autoexiliado.

¿Fallece en el exilio?

Sí, murió el año 1977, tres años más tarde, producto de un cáncer, allá en Venezuela, y
fueron repatriados sus restos creo que el año noventa y tanto.

Pero, la Compañía siguió funcionando sin él, con sus discípulos. Se llamaba Compañía de
Teatro de la Universidad de Chile, sede Antofagasta, trabajaban en esta misma casona- Raúl
hace relación al edificio de calle Condell # 2495, dónde nos encontramos- y hacían sus
presentaciones en el otro teatro. Y el año 78´, Angel Lattus (ii) se hace director de la
compañía, ya desde esa época, hasta cuando yo entré que fue en el año 81’. Y justo ese año
de 1981 debido a la reforma universitaria, se fusionan las universidades la Técnica del
Estado, con la Universidad de Chile sede Antofagasta, y forman la Universidad de
Antofagasta, por lo cual la compañía pasa a llamarse como se llama ahora, y se empieza a
desarrollar. Cuando yo ingresé el año 81´, ya era Angel Lattus el director, y toda la vida en
que yo he estado acá, hasta hará como ocho años atrás que Angel Lattus tuvo que jubilar y
no podía seguir siendo director, asumió Alberto Olguín (iii), hasta que Alberto se hizo cargo
de la carrera de artes escénicas de la Universidad, y quedé yo como director. Esa es toda la
historia resumida de cómo nació este teatro.
Detengámonos en Pedro de la Barra, hablemos de su legado, mirado hoy en retrospectiva,
porque él marca efectivamente un hito, él viene hasta la ciudad, detecta acá una simiente,
y le da el impulso, ¿cómo lo ves tú, cuál es tú apreciación?

Bueno, yo lo valoro como esos milagritos que me pasó a mí cuando tuve la suerte de estar
justo en ese momento en que me invitaron a trabajar acá y es como esas cosas que coinciden,
que se unen los astros, etc. El hecho que Pedro de la Barra hay podido venir, haya podido ver
y haya decidido quedarse y desarrollar todo eso, porque yo creo que si este teatro, este año
cumple 54 años de vida ininterrumpida, dependiendo y mantenido por una universidad
estatal…

Lo que la hace completamente peculiar...

Sí, sí es un hecho muy singular, y es gracias a esa base que hizo Pedro de la Barra, que era
un gran formador, un gran hombre de teatro que preparó a todos esos discípulos que formó
de una manera tan motivadora que permitió que ellos continuaran con eso.

Yo te lo pregunto porque tú mencionas a Pedro de la Barra, después mencionaste a Angel


Lattus, yo estuve por ahí investigando y me encontré con la tesis de tu hija, Ornella, que
la hizo precisamente sobre la historia de la Compañía de Teatro de Antofagasta, entonces,
me da la impresión que hay un legado, una tradición que ha perdurado, que se ha ido
traspasando de Pedro de la Barra a Angel Lattus, y luego a ti, y a otros discípulos y que
llega hasta tu hija, o sea hablamos de por lo menos tres generaciones.

Sí, y más, yo creo que más. Bueno, de hecho eso es una feliz coincidencia, pero hay mucha
gente más también, está Teresa Ramos (iv) que es una de las fundadoras del teatro, que tuvo
mucha importancia en todo este proceso. Muchos otros que se han ido, o que han muerto,
como Pepe Santander, como el mismo Omar Awad padre, que también fue parte de esa
generación, y un sin número más de gente que ha venido, ha estado un tiempo y se ha ido, de
directores invitados que han venido y que han hecho su aporte, pero sí, hay un legado que se
mantiene, que se transmite. Yo desde el punto de vista de la formación soy discípulo de Ángel
Lattus y de Teresa Ramos, ellos son discípulos de Pedro de la Barra. Yo siempre digo, soy
discípulo indirecto de Pedro de la Barra. Ahora mi hija tuvo la posibilidad de ir a estudiar a
la Escuela de Teatro de la Chile, y eso ya le da otro cariz a ella, también. Ella está trabajando
con nosotros en la obra, el año pasado también trabajó con nosotros en la obra: “La quebrada
de los sueños”, y este año en “La plaza del olvido” que estrenamos pasado mañana.

Eso es algo que te debe causar un tipo de placer especial, ¿no?, tener a la hija de uno,
haciendo lo que uno hace, algo debes haber trasmitido bien…

Sí, sí, algo hicimos, mi ex mujer está también ahí en las tablas, estamos los 3 trabajando ahí,
es una cosa muy preciosa. Nosotros tuvimos la oportunidad de ir a ver su tesis, cuando la
presentó, también fue muy emotivo, porque hablaban de nosotros, estaban Angel Lattus que
estaba ahí también y estaban todos los profesores, y fue maravilloso. Se sacaron un siete los
dos alumnos y ambos son de Antofagasta, mi hija y Pablo López que también es
antofagastino.

Raúl, a propósito de los salarios, los sueldos y estar contratado, nosotros tenemos
entendido que la Universidad de Antofagasta les garantiza vivir del teatro, cosa que no
ocurre con otros teatros ni con otros trabajadores del teatro que tienen que vivir de la venta
de boletería, desde tu punto de vista como actor, como Director de una compañía de teatro,
¿qué significa esto para la mantención de la actividad teatral?

Yo creo que es el ideal para el artista, porque toda la energía que pueda tener se concentra en
hacer aquello que quiere hacer y aquello que es su oficio y que está destinado a hacer. Cuando
uno tiene esa tranquilidad, le permite estar mucho más enfocado en lo que hace y es una gran
garantía. Es evidente que uno no puede depender solamente del dinero, pero todos sabemos
que de eso se vive también. Pero, es también una responsabilidad, es también una motivación
para hacer las cosas lo mejor posible, porque la única manera de que nosotros podamos
justificar toda esta inversión que hace la universidad, con nosotros, hay que demostrarla con
resultados máximos…

Pero eso le da un carácter moral a la actividad teatral, y eso es aún mejor, porque tú lo
haces y sabes que recibes un salario, y eso está bien, ya que eso garantiza, no el dinero
per sé, sino la posibilidad de cubrir tus necesidades para dedicarte a lo que quieres, y eso,
tiene una doble faz, esa que tú señalas, que es interesante, porque rescata no sólo la
responsabilidad frente a la Universidad de Antofagasta, sino frente a la sociedad de
Antofagasta, de hacer lo que tú haces de la mejor manera posible, porque tú mantienes el
legado.

Claro que sí, y es lo que han tratado de hacer todos los que han pasado por acá, y yo creo que
los 54 años lo justifican, el hecho de que nosotros hayamos sobrevivido a la dictadura, es
igualmente una prueba de ello. Nosotros, a propósito de la tesis de mi hija, analizábamos eso,
es porque en la Universidad era tanto el prestigio que teníamos que salieron en defensa de
nosotros, entonces les fue difícil eliminarnos …

Raúl, vamos a retroceder un poco más en el tiempo, considerando justamente lo que


hablaba tu hija en su tesis, y que tiene que ver con la conexión que existió en el Teatro acá
en el norte y las actividades que se realizaban en las oficina salitreras, al alero de las
organizaciones obreras en la pampa, ¿qué nos puede decir tú al respecto?

El teatro per sé es una herramienta de comunicación muy fuerte y efectiva. Yo que he pasado
por todas las etapas de los cambios que han habido desde el punto de vista tecnológico, desde
que uno podía ir al cine a ver una película y tenía que esperar 6 meses más para que viniera
otra, y así, hasta que empezó la televisión, y empezaron los videos, hasta hoy en día, en que
uno puede tener en su computador la cinematografía completa del mundo a su disposición.
Yo viví todo ese desarrollo y viví el teatro también, y lejos de que eso fuera un peligro para
la actividad teatral, me fui dando cuenta de que nada podía comparársele al hecho de estar
haciendo en vivo una actuación frente a un público, o sea la experiencia que pasa el público
sentado en un teatro viendo una obra no se la da ninguna otra cosa, desde el punto de vista
de la actuación…

Por lo demás cada montaje, de una misma obra es distinta, nunca reproduces la misma
obra, aun cuando sean los mismos personajes, los mismos actores…

Exactamente, exactamente, incluso aunque sea el mismo texto, siempre es otro montaje…

Otro momento…

Exacto, y cada función es distinta en muchos aspectos, y por esa fuerza que tiene el teatro
como expresión de comunicación fue utilizada en la época de las salitreras por el movimiento
obrero, para poder educar a la gente, para poder llegar a la gente, para motivar a la gente.
Entonces, ese movimiento que se produjo en la pampa, teatral, llegó de esa forma y se quedó
para que la gente siguiera haciendo teatro. De hecho, la historia de mi ex mujer, tiene mucho
que ver con la pampa, porque el papá y la mamá hacían en la pampa teatro, la mamá era la
actriz, y el papá era el director y el que escribía los textos. Entonces, viene de una familia
teatral de la pampa, y todo eso lo hacían allá en María Elena, Pedro de Valdivia, en todas
esas oficinas donde hacer una obra era un hecho que producía mucho interés porque la gente
no tenía tampoco mucho donde elegir, entonces, llegaba y de hecho, por lo mismo, por lo
que te digo que empezó con los teatros obreros, se produjo una muy buena evolución del
teatro en la pampa, y después toda esa gente que se vino para acá, quería seguir haciendo
teatro y yo creo que de allí está también el hecho de que Antofagasta, que era una de las
ciudades principales donde se venían los ex salitreros haya tenido mucho interés también, y
en estos momentos sea una de las mejores plazas para el teatro que hay en Chile, por toda la
historia nuestra desde el año 62’ hasta ahora en que tenemos teatro permanente, que
ininterrumpidamente tenemos obras todos los años y que llevamos público…

Y el Festival…

Y el Festival Internacional Zicosur que lleva 28 años produciendo teatro, es que se ha creado
un público, que se ha creado una tradición teatral, y aunque no va a ser nunca masiva como
el futbol, es una actividad que crece, y crece proporcionalmente con la ciudad, por lo cual,
ahí hago la relación, o sea, la pampa, lo que se hacía en la pampa y lo que es el resultado acá,
tiene mucho que ver eso, todas esas coincidencias, los que practicaban el teatro que se
vinieron de la pampa y que llegaron acá con esa inquietud, Pedro de la Barra que lo
profesionalizó y que finalmente creó esta compañía que tiene prestigio a nivel internacional
y la Universidad que siempre ha respetado y apoyado nuestra actividad y el deseo nuestro
también de que esto no muera. A pesar que, aquí te planteo una cosa que tiene que ver con
muchas preocupaciones: yo, cuando entré acá, en el teatro habían como diez actores,
contratados, doce diría, había como cuatro técnicos, dos auxiliares, un administrativo, una
secretaria, y actualmente quedamos cuatro actores, uno de los técnicos antiguos, y dos que
están ahí contratados…una secretaria, un auxiliar, nos hemos ido reduciendo, sin que
podamos fortalecer nuevamente la planta, por problemas también que tienen que ver con los
tiempos de hoy y con las visiones de la Universidad, que tiene que darle prioridad a otras
cosas, y es entendible, pero estamos preocupados también porque en este momento no
tenemos actores contratados jóvenes, todos los montajes requieren de un contrato por obra,
y tenemos miedo de que ocurra como ocurrió en Santiago, en el Teatro Nacional, por
ejemplo, que finalmente contratan a un director, ese director contrata un equipo, y están
durante tres meses haciendo una obra que la montan, la dan y después se disuelve y entonces
contratan a otro…

Y se pierde la tradición, se pierde el legado, se pierde la posibilidad de ir traspasando la


experiencia del teatro…

Exacto, entonces ¿dónde nace la esperanza ahora? De que en la restauración y puesta en valor
del edificio- el entrevistado se refiere al edificio donde funciona el Teatro Pedro de la Barra,
declarado Monumento histórico en 1985 y que a partir del segundo semestre del 2016 será
restaurado-, se fortalezca también la planta, esa es nuestra esperanza, debería también la
universidad contratar a gente más joven…

Porque ahora abrieron la carrera de arte escénico…

Claro, y también se va a proyectar hacia allá, pero también allí hay un riesgo, que finalmente
quede como un recinto para la Escuela de Teatro, pero no una Compañía Teatral, como lo es
hasta ahora, también hay un riesgo allí pero eso es lo que nosotros tenemos que velar, para
que la Compañía se vaya fortaleciendo con esta gente que salga pero que mantenga su
quehacer, que es hacer obras para todo tipo de público, de toda índole, desde los universales,
hasta los nacionales, regionales, creaciones nuestras para mostrárselas al público. Nosotros
estamos empeñados ahora en una especie de Trilogía que empezamos este año con “La Plaza
del olvido”…

Por los 106 años de la matanza en la plaza Colón…

Claro, exactamente, que está apoyado por la Ley de Donaciones Culturales de la Escondida,
que nos ha financiado durante tres años, un montaje por año, empezamos con “La Plaza del
olvido”, el próximo año tenemos que seguir con otro tema regional, en que hay que
investigar, que es muy probable que sea a propósito de los inmigrantes que llegaron de hace
mucho años, seguían llegando…
Y que es un tema además que está latente a propósito de los problemas migratorios…

Exactamente, y todo lo que tenga relación con rescatar un poco la historia…

Construir memoria colectiva…

Exactamente, lo mismo que están haciendo ustedes […] ¿No te gustaría saber que dónde tú
estás pisando, mataron a cientos de obreros en el año 1906, porque reclamaban por una
cuestión más justa?

Eso es fundamental para la historia de la humanidad…Si nosotros olvidamos quiénes


somos o de dónde venimos es difícil que construyamos hacia el futuro…

Claro, así es, por eso es que es muy importante, yo me acuerdo mucho ahora que hacíamos
esta obra de la plaza Colón- “La plaza del olvido”- de unas imágenes que una vez vi en un
programa de televisión donde mostraban el mar, y una niñita jugando con el papá en la orilla
de la playa, y de pronto aparecían como sobrepuestas una imágenes de la Segunda Guerra
Mundial, del desembarco en Normandía…

En ese mismo lugar…

Y se fundían las dos imágenes y hacían una leyenda alusiva a la necesidad de recordar lo que
ha ocurrido en un lugar…

Es un poco como aquello con lo que juega Patricio Guzmán en sus documentales, el
también habla de la memoria como la capacidad que nos permite vivir en el frágil tiempo
presente, el que no conoce su pasado no vive en ninguna parte, no trasciende…

Bueno, esa función que nosotros estamos haciendo, desde el teatro, que es una herramienta,
como te decía, efectivísima de comunicación que hace reflexionar. Nosotros lo hemos
comprobado...el teatro como herramienta al servicio de la comunidad, no sólo para
entretenernos…

Bueno, de hecho, destacados estudiosos del teatro como Brecht o Lukacs, se interiorizaron
acerca de la “experiencia teatral” que se produce o que función cumple el teatro para el
que acude a ver una obra…
Ese fenómeno es una cosa curiosa, yo siempre a mis alumnos les explico, les trato de explicar
en realidad, porque alguien viene al teatro y se sienta y le muestran que hay tipo que está
sufriendo, sangrando, o que muere, cuando el espectador sabe que el actor ni puede estar
sufriendo, ni sangrando, ni muere. ¿Qué es lo que se produce?. Eso es “convención teatral”.
O sea, la gente que viene y se sienta, viene dispuesta a que le mientan, y se entrega…

Es más Brecht planteaba que había que llevar lo inverosímil al extremo, es decir que el
que está sentado, sabe que todo eso no es cierto, lo que le permite tomar distancia, y pensar
con mayor claridad…

Con mayor objetividad, aun así el espectador es capaz de emocionarse, llorar, reflexionar,
meditar, por eso es una buena herramienta.

¿Qué ofrece hoy día la cartelera teatral de la Compañía, que están montando hoy día?

Nosotros tenemos en cartelera, que son obras que podemos dar en este momento, si nos la
compran, o nos invitan, tres obras, una es infantil, “El Guirigay, la escuela refrescante” que
es de Jorge Díaz, que estrenamos el año antepasado, y que todo el año pasado estuvimos
dando para estudiantes; tenemos otra obra que estrenamos el año pasado, que se llama: “La
quebrada de los sueños”, que si bien es cierto, no está todo el elenco, pero podemos, de hecho
nos ganamos una gira ahora, por el FNDR (Fondo nacional de desarrollo regional), una gira
regional, así que vamos con esa obra a ir a Calama, a Mejillones, Tocopilla, Taltal, a María
Elena, es una obra que todavía está vigente, de creación nuestra con una temática muy
interesante sobre los profesores normalistas y de unas ánimas que viven en el basural. Y
tenemos la otra obra que estrenamos el año pasado, la segunda, que es “Por sospecha”, del
dramaturgo nacional Luis Rivano, que es un clásico, que lo escribió por los años 70’, y que
la estuvimos dando el año pasado y a principios de éste, funciones que también podemos dar
en cualquier momento, o ir, o si alguien quiere comprarla, también la tenemos. Esas son las
tres que ya teníamos montadas, y la que estrenamos ahora el viernes primero de julio, y
vamos a hacer funciones sábado y domingo, desde ahora hasta fines de agosto. Esa obra es:
“La Plaza del olvido”, que es la que está basada en la matanza de la plaza Colón, pero está
abordada a través del radioteatro, que es un enfoque interesante. Nosotros de la poca
información que teníamos, había un libreto de Manuel Durán Díaz, que escribió hace años y
que era sobre una historia que él creó de la matanza, que explicaba un poco lo que había
ocurrido y el Director que tomó eso, empezó a investigar más y decidió plasmarlo a través
de un radioteatro, entonces, nosotros empezamos haciendo un radioteatro pero nos vamos
involucrando en la historia también, y los actores ya van leyendo a la vez, pero a la vez van
haciendo también, y lo importante, más que a lo mejor la historia de la matanza, es la
reflexión de ¿por qué no se supo?, ¿por qué se ocultó tanto?, ¿por qué no hay una placa
recordatoria?, esa reflexión…

…¿Por qué hay cosas que pareciera que conviniera olvidar? Formatted: Font: Bold, Italic
Formatted: Font: Bold, Italic
¡Exactamente, esa es la idea!

Interesante pregunta. Formatted: Font: Bold, Italic

Y ahora, para terminar, un mensaje para quienes nunca han venido al teatro.

A la gente que no viene al teatro, porque no lo conoce: Acérquese, porque no se va a


arrepentir, nosotros afortunadamente tenemos este proyecto que nos van a remodelar el
teatro, así que en septiembre, tenemos que entregarlo y aproximadamente en un par de años,
esto va a estar maravilloso, con butacas nuevas, con espacios amplios, con todo protegido,
cubierto, etc; pero va a mantener la magia que tiene esta estructura, así que los invitamos,
porque no se van a arrepentir, van a aprender, van a pasarla bien, van a emocionarse, y van
a ver que tienen aquí en Antofagasta, uno de los mejores teatros del mundo.

1. Háblanos del Festival Internacional del Teatro Zicosur Antofagasta


2. Tenemos entendido que la compañía de la Universidad de Antofagasta, garantiza a
los trabajadores del teatro una suerte de remuneración, qué significa esto para uds?
3. ¿Qué rol cumplía el teatro en las oficinas salitreras? ¿qué rol le asignas tú hoy en día?
4. ¿Qué ofrece la cartelera teatral del P de la Barra, hoy por hoy?
5. Hoy el Teatro está de luto, háblanos un poco de la partida de este hombre Omar Awad
Vega.
6. Un mensaje para quienes nunca han venido al teatro.

i
Pedro de la Barra: Premio Nacional de Arte (1952). Es uno de los fundadores del Teatro Experimental de la
U. de Chile (1941), que se considera antecesor del Teatro Nacional Chile.
ii
Angel Lattus Vodanovic: Profesor Normalista, Actor y director de teatro, pampino de nacimiento.
iii
Alberto Olguín Durán: Director, actor y dramaturgo teatral, licenciado en Artes de la Representación. Es el
actual Jefe de la Carrera de Artes Escénicas de la Universidad de Antofagasta.
iv
Teresa Ramos: Actriz, fundadora de la Compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta, discípula
directa de Pedro de la Barra, y directora de la Compañía de Teatro Arlequín.

Vous aimerez peut-être aussi