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RESUMEN – REFLEXIÓN

“El papel del trabajo en la transformación del hombre”

Miles de años han pasado desde nuestra fase primigenia, y a la par que hay diferencias notorias
con ese entonces también hay similitudes en cuanto lo social. No es posible buscar el origen del
hombre, el más social de los animales, en unos antepasados inmediatos no sociales.

Este aspecto tan natural en nosotros dio origen al trabajo, la condición más básica y fundamental
de la vida humana. Ella se manifiesta en el obrar de nuestras manos.

Y la transición a lo que somos actualmente fue producto de la necesidad, como quien dice: “La
necesidad creó el órgano”.

El trabajo comenzó con la elaboración de instrumentos, en sus inicios, como medios para la caza
y la pesca. La dieta del hombre ahora era mixta contribuyendo enormemente a su desarrollo
físico y cerebral. Así también, el consumo de carne en la alimentación significó dos nuevos
avances de importancia decisiva: el uso del fuego y la domesticación de animales.

Primero el trabajo, luego y con él la palabra articulada. El desarrollo general del cerebro va ligado
al perfeccionamiento de los sentidos.

Cuando el hombre se separa definitivamente del mono, este desarrollo no cesa ni mucho menos,
sino que continúa, en distinto grado y en distintas direcciones entre los distintos pueblos y en
las diferentes épocas orientándose en torno a la sociedad.

La capacidad del hombre de adaptarse a cualquier clima y la cooperación del hombre mismo y
de él como parte de la sociedad hicieron que las actividades fueran perfeccionándose y
diversificándose cada vez más. A la caza y a la ganadería vino a sumarse la agricultura, y más
tarde el hilado y el tejido, el trabajo de los metales, la alfarería y la navegación.

Así es como el hombre domina la naturaleza, pero todo ese dominio consiste en que, a diferencia
de los demás seres, somos capaces de conocer sus leyes y de aplicarlas adecuadamente. Lo que
nos ha permitido (en miles de años) en cierto grado poder prever las remotas consecuencias
naturales de sus actos dirigidos a la producción, no así podemos prever las consecuencias
sociales de esos mismos actos.

Es aquí donde se nos plantea el problema de la sociedad actual: todos los modos de producción
que han existido hasta el presente sólo buscan el efecto útil del trabajo en su forma más directa
e inmediata. A la vez que nos propone muy vagamente una revolución que transforme por
completo el modo de producción imperante y con él, el orden social vigente.

Torres Lazo, Luis Miguel Angel

Cod: 15160298

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