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La poesía y lo poético I

Jorge Luís Borges


La Dicha
El que abraza a una mujer es Adán. La mujer es Eva.
Todo sucede por primera vez.
He visto una cosa blanca en el cielo. Me dicen que es la luna,
Pero qué puedo hacer con una palabra y con una mitología.
Los árboles me dan un poco de miedo. Son tan hermosos.
Los tranquilos animales se acercan para que yo les diga su nombre.
Los libros de la biblioteca no tienen letras. Cuando los abro surgen.
Al hojear el atlas proyecto la forma de Sumatra.
El que prende un fósforo en el oscuro está inventando el fuego.
En el espejo hay otro que acecha.
El que mira el mar ve a Inglaterra-
El que profiere un verso de Liliencron ha entrado en la batalla.
He soñado a Cartago y a las legiones que desolaron a Cartago.
He soñado la espada y la balanza.
Loado sea el amor en el que no hay poseedor ni poseída, pero los dos
Se entregan.
Loada sea la pesadilla, que nos revela que podemos crear el infierno.
El que desciende a un río desciende al Ganges.
El que mira un reloj de arena ve la disolución de un imperio.
El que juega con un puñal presagia la muerte de César.
El que duerme es todos los hombres.
En el desierto vi. la joven Esfinge, que acaban de labrar.
No hay nada antiguo bajo el sol.
Todo sucede por primera vez, pero de un modo eterno.
El que lee mis palabras está inventándolas.

Octavio Paz,
El Sediento
Por buscarme, poesía,
en ti me busqué:
deshecha estrella de agua
se anegó mi ser.
Por buscarte, poesía,
en mí naufragué.

Después sólo te buscaba


por huir de mí:
¡Espesura de reflejos
en que me perdí!
Más luego de tanta vuelta
otra vez me vi:

el mismo rostro anegado


en la misma desnudez;
las mismas aguas de espejo
en las que no he de beber;
y en el borde de esas aguas
el mismo muerto de sed.

Octavio Paz,
La Poesía
Llegas, silenciosa, secreta,
Y despiertas los furores, los goces,
Y esta angustia
Que enciende lo que toca
Y engendra en cada cosa
Una avidez sombría.

El mundo cede y se desploma


Como metal al fuego.
Entre mis ruinas me levanto,
Solo, desnudo, despojado,
Sobre la roca inmensa del silencio,
Como un solitario combatiente
Contra invisibles huestes.

Verdad abrasadora,
¿A qué me empujas?
No quiero tu verdad,
Tu insensata pregunta.
¿A qué esta lucha estéril?
No es el hombre criatura capaz de contenerte,
Avidez que sólo en la sed se sacia,
Llama que todos los labios consumen,
Espíritu que no vive en ninguna forma
Más hace arder todas las formas.

Subes desde lo más hondo de mí,


Desde el centro innombrable de mi ser,
Ejército, marea.
Creces, tu sed que me ahoga.
Expulsando, tiránica,
Aquello que no cede
A tu espada frenética.
Ya sólo tú me habitas,
Tú, sin nombre, furiosa substancia,
Avidez subterránea, delirante.

Golpean mi pecho tus fantasmas,


Despiertas a mi tacto,
Hielas mi frente,
Abres mis ojos.

Percibo el mundo y te toco,


Substancia intocable,
Unidad de mi alma y de mi cuerpo,
Y contemplo el combate que combato
Y mis bodas de tierra.

Nublan mis ojos imágenes opuestas,


Y a las mismas imágenes
Otras, más profundas, las niegan,
Ardiente balbuceo,
Aguas que anega un agua más oculta y densa.
En su húmeda tiniebla vida y muerte,
Quietud y movimiento, son lo mismo.

Insiste, vencedora,
Porque tan sólo existo porque existes,
Y mi boca y mi lengua se formaron
Para decir tan sólo tu existencia
Y tus secretas sílabas, palabra
Impalpable y despótica,
Substancia de mi alma.

Eres tan sólo un sueño,


Pero en ti sueña el mundo
Y su mudez habla con tus palabras.
Rozo al tocar tu pecho
La eléctrica frontera de la vida,
La tiniebla de sangre
Donde pacta la boca cruel y enamorada,
Ávida aún de destruir lo que ama
Y revivir lo que destruye,
Con el mundo, impasible
Y siempre idéntico a sí mismo,
Porque no se detiene en ninguna forma
Ni se demora sobre lo que engendra.

Llévame, solitaria,
Llévame entre los sueños,
Llévame madre mía,
Despiértame del todo,
Hazme soñar tu sueño,
Unta mis ojos con aceite,
Para que al conocerte me conozca.

Kavafis,
El Tintero
Honesto tintero, sagrado para tu poeta,
De donde nace la palabra,
Como sombras que te rodeasen
Y que a ti viniesen llenas de una especial simpatía.

¿Dónde encuentra tu tinta tan fabulosas


Riquezas? Cuando las gotas caen
Sobre el papel más radiantes
Que el mayor diamante de nuestra fantasía.

¿Quién te enseño las palabras que añades


Al mundo, las palabras que nos emocionan?
Cuando los hijos de nuestros hijos las lean
Sentirán el mismo calor, la misma alegría.

¿Dónde encuentras esas palabras que hallan eco


En nuestros oídos como si las hubiésemos escuchado
( Desde siempre?
No son palabras extrañas a nosotros
- ya las habíamos oído en otra vida.

Cuando sobre el papel escribes pareces una mano


Que se moviera en el reloj del alma.
Esto determina el momento del sentimiento,
Marca y cambia las horas del alma.

Honesto tintero, sagrado para el poeta,


¿Qué palabras nacieron de tu tinta?
- cómo recuerdo ahora a todas esas otras
que se perderán cuando un oscuro sueño
arrastre a tu poeta alguna noche.
Las palabras siempre estarán dentro de ti; ¿pero qué
( mano extraña
Las encontraría, nos las entregará?
Tú, tan fiel a tu poeta, se las negaría.

Kavafis,
Voces

Amadas, idealizadas voces


De aquellos que murieron, o de aquellos
Perdidos para nosotros como los muertos.

A veces nos hablan en sueños;


A veces la mente las oye en los abismos del pensamiento.

Y, con su sonido, vuelven por un momento


Los sonidos de la primera poesía de nuestra vida…
Como música distante desvaneciéndose en la noche.

Odiseo Elitis,
La Pasión.
II
La lengua me la dieron griega
Y casa pobre, de Homero en las arenas.
Mi único afán mi lengua, de Homero en las arenas.
Allí pargos y percas
Verbos desollados por el viento
Corrientes verdes entre las azules
Cuantas vi. en mis entrañas encenderse
Esponjas y medusas,
Con la voz inicial de las Sirenas
Conchas rosadas con los primeros sobresaltos negros.
Mi único afán mi lengua, con los primeros sobresaltos negros
Allí granadas y membrillos
Dioses con piel oscura, tíos y primos
El aceite vertiendo en las enormes orzas;
Y el soplo de la quebrada que difunde
Olor a mimbre y a lentisco
A retama y jengibre
Con el primer piar de los pinzones,
Dulces salmodias con los primeros ¡Gloria a Ti!
Mi único afán mi lengua, con los primeros ¡Gloria a ti!
Allí laurel y palmas
Incensaciones e incensario
Bendiciendo combates y mosquetes.
En el suelo tendido con mantillas de parra
Humos y brindis
Y ¡Cristo ha resucitado!
Con el primer disparo de los griegos.
Místico amor con la primera voz del Himno.
Mi único afán mi lengua, con la primera voz del Himno.

Rainer Maria Rilke


Progreso
Y otra vez más sonora mi honda vida
fluye, como entre orillas más abiertas.
Se me vuelven las cosas más fraternas,
más contempladas todas las imágenes.
Más de casa me siento en lo innombrado;
con mis sentidos voy, como con pájaros,
desde la encina hasta el ventoso cielo,
y en el día quebrado del estanque
se hunde mi sentimiento entre los peces.

Rainer Maria Rilke


Inicial

Entrega siempre tu belleza


sin calcular y sin decir.
Callas. Y ella dice por ti:
Yo soy. Y viene en mil sentidos,
Y sobre todos llega al fin.

Fernando Pessoa
El Cuidador de Rebaños
I
Yo nunca cuidé rebaños,
más es como si los hubiera cuidado.
Mi alma es como un pastor,
conoce el vino y el sol
y camina de la mano de las estaciones
siguiéndolas y mirándolas.
Toda la paz de la naturaleza sin gente
viene a sentarse a mi lado.
Pero yo quedo triste como una puesta de sol
hacia nuestra imaginación,
cuando enfría hacia el fondo de la llanura
y se siente la entrada de la noche
como una mariposa por la ventana.

Pero mi tristeza es calma


porque es natural y justa

y es lo que debe haber en el alma


cuando piensa que ya existe
y las manos cortan flores sin que ella le importe.

Como un ruido de pedruscos


más allá de la curva de la carretera,
mis pensamientos están contentos.
Sólo siento pena por saber que ellos están contentos,
porque, sino lo supiera,
en vez de estar contentos y tristes,
estarían alegres y contentos.

Pensar molesta como caminar bajo la lluvia


cuando aumenta el viento y parece que llueve más.

No tengo ambiciones ni deseos.


Ser poeta no es una ambición mía
es mi manera de estar solo.
Y si a veces deseo
en mi imaginación, ser un corderito
(o ser el rebaño todo
para andar disperso por toda la ladera
siendo muchas cosas felices al mismo tiempo),
es sólo porque siento lo que escribo ante la puesta de sol,
o cuando una nube pasa su mano por arriba de la luz
y corre un silencio afuera de la hierba.

Cuando me siento a escribir versos


o, paseando por los caminos o los atajos,
escribo versos en un papel que está en mi pensamiento,
siento un cayado entre mis manos
y veo una parte de mi
en la cima de un otero,
mirando hacia mi rebaño y viendo hacia mis ideas,
o mirando mis ideas y viendo mi rebaño,
y sonriendo vagamente como quien no pretende lo que se le dice
y quiere fingir que comprende.

Saludo a todos los que me lean,


quitándome el sombrero amplio
cuando me ven en mi puerta
apenas la diligencia se levanta de la cima del otero.
Los saludo y les deseo sol,
y lluvia, cuando la lluvia es necesaria,
y que sus casa tengan
junto a una ventana abierta
una silla favorita
donde se sienten, leyendo mis versos.
Y que al leer mis versos piensen
que soy alguna cosa natural-
por ejemplo, el árbol viejo
a la sombra de la cual cuando niños
se sentaban, cansados de jugar,
y se limpiaban el sudor de la cabeza caliente
con la manga del babero rasgado.

Fernando Pessoa
El Cuidador de Rebaños
II

Mi mirada es clarísima como un girasol.


Tengo la costumbre de andar por los caminos
mirando hacia la derecha y hacia la izquierda,
y de vez en cuando mirando hacia atrás...
Y lo que veo a cada momento
es aquello que nunca antes había yo visto,
y sé distinguirlo muy bien...
Sé tener el asombro esencial
que tiene un niño si, al nacer,
notara que había nacido en verdad...
Me siento recién nacido a cada momento
a la eterna novedad del mundo...

Creo en el mundo como en una margarita,


porque lo veo. Pero no pienso en él
porque pensar es no comprender...
El mundo no se hizo para que pensáramos en él
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para que lo miráramos y estuviéramos de acuerdo...

Yo no tengo filosofía: tengo sentidos...


Si hablo de la naturaleza no es porque sepa lo que ella es,
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama
ni sabe por qué ama, ni lo que es amar...

amar es la eterna inocencia es no pensar...

Fernando Pessoa,
El Cuidador de Rebaños

A veces en días de luz perfecta y exacta,


en los cuales tienen toda la realidad que pueden tener,
despacio me pregunto a mí mismo
por qué atribuyo yo
belleza a las cosas.

¿Tiene belleza acaso una flor?


¿Tiene belleza a caso un fruto?
No: tienen color y forma
y sólo existencia.
La belleza es el nombre de algo que no existe
que yo le doy a las cosas por el placer que ellas me dan.
No significa nada.
¿Entonces por qué digo de las cosas que son bellas?

Si, aun para mí, que vivo sólo por vivir,


invisibles, vienen a dar conmigo las mentiras de los hombres
frente a las cosas,
frente a las cosas que simplemente existen.

¡Qué difícil ser uno mismo y no ver sino lo visible!

Fernando Pessoa,
El Cuidador de Rebaños
XXXIX

¿El misterio de las cosas donde está?


¿Dónde está que no aparece
siquiera para mostrarnos que es un misterio?
¿Qué sabe el río de eso y qué sabe el árbol?
¿Y yo, que no soy más que ellos, qué sé de eso?
Siempre que miro hacia las cosas y pienso en lo que los hombres piensan de ellas,
me río como un arroyo que suena fresco contra una piedra.

Porque el único sentido oculto de las cosas


es que no tienen sentido oculto alguno,
es más extraño que todas las extrañezas
y que los sueños de todos los poetas
y los pensamientos de todos los filósofos,
que las cosas sean realmente lo que parecen ser
y no haya nada que comprender.

Si, he aquí lo que mis sentidos aprendieron solos:


Las cosas no tienen significado: tienen existencia.
Las cosas son el único sentido oculto de las cosas.

Octavio Paz,
“In/Mediaciones”.
“La experiencia poética… que consiste en ver al mundo como un sistema de correspondencias, un tejido
de acordes, un universo de señales que son llamadas y respuestas, - y a veces, ruptura dolorosa o
resignada, el silencio, el hueco: la ironía, la excepción que es ser hombre. Cierto, no hay que confundir la
“experiencia poética” con la poesía. Este fue, creo, el error de Breton. La materia prima de la poesía, en
el sentido en que los escolásticos usaban esta expresión, es la “experiencia poética” pero el poeta es el que
hace, con esa experiencia, poemas: objetos verbales finitos y, a un tiempo, sensibles y mentales”

Emilio Adolfo Westphalen,


Iluminación y Subversión
“La poesía no pretende revelar, como las religiones y las filosofías, lo que es y lo que no es sino
mostrarnos, en los intersticios y resquebraduras, aquello que escapa a las generalizaciones, las
clasificaciones y las abstracciones: lo único, lo singular, lo personal. Los reinos de las sensaciones y las
pasiones, el mundo y el trasmundo de los sentidos y sus combinaciones, las geografías de la imaginación.
En suma, todo lo que la razón condena como monstruoso y sin sentido y que el sentido común y la moral
denuncian: el secreto a voces que es cada mujer y cada hombre, cada uno distinto, insustituible,
irrepetible. La poesía es la proclamación de los derechos universales de la subjetividad a su propia
particularidad. Para la poesía el hombre no es un animal racional, político o histórico sino un enigma
viviente. Cada hombre y cada mujer es una adivinanza y la poesía es el juego de las adivinanzas. No la
respuesta al acertijo que designa nuestro nombre sino la invitación a vivirlo. En las imágenes y ritmos
del poema nos reconocemos en el enigma que somos. Por esto la poesía no es ni trabajo ni ganancia ni
salario: es gasto y es don. No es producción. Es creación…”

Gastón Bachelard.
“La poesía es una metafísica instantánea. En un breve poema debe dar una visión del universo y revelar el
secreto de un alma, del ser, y de los objetos al mismo tiempo”

Wei Fung
Prefacio mayor a libro de poesía.
“La poesía expresa en palabras el estado de ánimo, la tonada prolonga en canción las palabras, las notas
siguen al canto y las flautas entonadas armonizan con las notas.
La poesía es movimiento del corazón. Mientras yace en el corazón es intención; articulada en palabras es
“poesía”. Cuando se mueve una emoción en el interior, uno la expresa en palabras; encontrándolas
inadecuadas, uno suspira; no contento con esto, las canta en poesía; todavía insatisfecho, las danza
inconscientemente con manos y pies. Las emociones se articulan en sonidos, y cuando estos forman una
pauta (wen), se llama música…”

Yuan Mei,
Poesía
“Poesía es naturaleza personal y basta sacarla de la propia personalidad. Si sus palabras nos conmueven el
corazón, su color maravilla el ojo, su sabor place a la boca y su sonoridad deleita el oído es buena poesía.
Confucio dijo: “si no estudiáis poesía no seréis capaces de hablar”. Dijo también: “La poesía puede usarse
para inspirar”. Ambos dichos se complementan, porque sólo merced a la pericia y sutileza de las palabras
la poesía conmueve e inspira: si las palabras son directas, planas, banales, y trilladas. ¿A quién podrán
inspirar?”

Su Tung-p´o
“Si deseas las palabras de tu poema
sutiles y milagrosas,
nunca te canses de vacío y quietud:
quieto uno puede entender los movimientos de las cosas innumerables
Vacio, uno puede recibir los diez mil mundos”

Observaciones sobre la poesía


Yen-Yü
“La poesía implica un talento especial que nada tiene que ver con los libros; contiene un significado
aparte que nada tiene que ver con los principios de la razón. Y, sin embargo, a menos que el poeta haya
leído mucho e investigado los principios detalladamente, no llegará al límite. Lo mejor es lo que se llama
“no tocar el sendero de la razón ni caer en cepos de palabras”. La poesía canta la emoción y la naturaleza
de cada uno. Los poetas de la época T´ang partían solamente de sentimientos inspirados, como el
antílope que, colgado de los cuernos, no deja trazas. Así alcanzaban el milagro de su poesía, consistente
en una luminosa transparencia que no se puede descomponer; es como sonido en el aire, color en las
apariencias, luna en el agua, o una imagen en el espejo; tiene un número limitado de palabras, pero
significado ilimitado.
En cuanto a los poetas de hoy, vienen con extrañas interpretaciones y conceptos del oficio; así toman la
verborrea por poesía, el mero talento y erudición por poesía, incluso la mera discusión. No es que su
poesía no sea artificiosa y hábil, pero no es la poesía de los antiguos, porque le falta “La música que un
hombre canta y tres hacen eco”. Además en sus obras usan muchas alusiones, pero no están atentos a los
estados de ánimo; cada palabra que usan debe tener una fuente, cada rima un precedente. Cuando los lees
repetidas veces, de principio a fin, no entiendes qué pretenden. Los peores de entre ellos llegan incluso al
grito y al gruñido, lo cual es ir demasiado lejos contra el principio de la magnanimidad. De hecho están
confundiendo lenguaje abusivo con la poesía. Cuando se llega a ese punto se puede decir que el estado de
la poesía es desastroso”.

Persia.
Leyenda sobre el origen de la poesía.
“El rey Beram Gor adoraba a su favorita, la bella Dil Aram, que quiere decir: “reposo de corazón”.
Ese amor era tan grande que había fundido en un solo pensamiento el pensamiento de ambos. Y era tan
profundo que había fundido en un solo corazón ambos corazones.

Beram Gor pensaba como Dil Aram y Dil Aram amaba como Beram Gor.
Y sucedió que una noche, mientras el ruiseñor cantaba a la Rosa de su amor, y la rosa ebria de su amor
entreabría su túnica de pétalos, el rey murmuraba su dicha en los labios de la amada, y ella murmuraba su
gozo en los labios del amado.
Y el placer de Beram Gor era tan semejante a la dicha de Dil Aram, que las mismas palabras en una
misma cadencia se respondían en ecos sobre los labios amantes y daban un mismo ritmo a la caricia de
los besos.

De esas palabras nació la rima, de esos besos el ritmo y la poesía de ese amor”

Odiseo Elytis
Fragmento
“creo que la poesía en un determinado plano de plenitud no es pesimista ni optimista. Representa más
bien un tercer estado del espíritu, en que los contrarios dejan de existir. No subsisten ya contarios en
cierto plano de elevación. Axial, la poesía se asemeja a la misma naturaleza, que no es buena ni mala:
simplemente es. De este modo, la poesía no se subordina ya a las distinciones cotidianas usuales”

Odiseo Elytis
La Poesía como gota de luz mágica y santificadora
Fragmento
El amor a la poesía me vino de lejos y, si se puede decir desde fuera de la literatura. Tomé conciencia de
él un día, mientras vagaba por las salas del museo Británico y me encontré ante un papiro verduzco, si
recuerdo bien con un fragmento de Safo escrito sobre él con bastante nitidez. Después de las pilas de
manuscritos latinos que había devorado en esos años, experimenté un verdadero alivio. Me parecía que el
mundo se ajustaba y entraba en su posición correcta. Esas letras mayúsculas, finas, densas, componían
una representación gráfica cristalina y misteriosa a la vez, que me hacía una señal amistosa a través de los
siglos. Era como si me encontrara de nuevo en una playa de Mitilene y escuchara cantar a nuestra hija del
jardinero”

Odiseo Elytis
La Poesía como gota de luz mágica y santificadora
Fragmento
“Lo que tiene que decir un poeta lo dice a través de su poesía y le aseguro que es el medio indicado.
Cuando quiere “aclarar las cosas”, la magia se pierde. Y el poema se comunica a través de la magia”

Odiseo Elytis
La Poesía como gota de luz mágica y santificadora
Fragmento
“Considero la poesía como una fuente de inocencia plena de fuerzas revolucionarias. Misión mía es
dirigir esas fuerzas contra un mundo que mi conciencia no puede aceptar. Así exactamente, de modo que
por medio de sucesivas metamorfosis pueda llevar a este mundo a la armonía con mis sueños. Me refiero
aquí a una especie contemporánea de magia, cuyo mecanismo conduce al descubrimiento de nuestra
verdadera realidad. Por eso, creo que, con el idealismo como punto de partida, me dirijo hacia un mundo
que no ha sido probado hasta hoy en absoluto. Esperando la obtención de una liberación de todas las
ataduras y de una injusticia que se identificaría con la luz absoluta, soy un idólatra que,
involuntariamente, termina en una santidad cristiana.

Jorge Luís Borges,


Arte Poético,
Fragmento
“… en algún lugar de su obra El origen de la locura en Asia, Frazer cuenta cómo una tribu que invadía a
los Malayos entró en contacto con una desconocida flor roja.
Se reunieron, dice Frazer, en circulo alrededor de ella y extendieron sus brazos para
calentarse.

Tal vez el misterio de la poesía consista en convertir flores en fuego, fundar el mito, atrapar el imposible”.

PO-CHU-YI
Fragmento
“… lo que llamamos poesía tiene como raíz la emoción, por brotes las palabras, la música son sus flores y
el significado es el fruto…”

Cesare Pavesse,
Fragmento
“La poesía no es un sentido sino un estado.
No es un comprender, sino un ser”

Gastón Bachelard
“El hombre es a la vez razón e imaginación”
“Admira Primero. Después comprenderás”

Jean Lescure
“La poesía desconfía del razonamiento”

Saint John Perse


“la oscuridad que se le reprocha no reside en su propia naturaleza que es la de esclarecer, sino en la noche
misma que ella explora: la del alma y la del misterio donde se baña el ser humano”

Jorge Luís Borges


“La poesía… esa sonrisa de las letras”
María Zambrano
“Filosófico es el preguntar. Poético el hallazgo”

Martín Heidegger
“La poesía no es una invención delirante de lo caprichoso, ni un divagar del mero representar e imaginar
hacia lo irreal. La poesía es la leyenda del desocultamiento de lo existente”

Martín Heidegger
“La belleza es un destino de la esencia de la verdad”
“La realidad de verdad del hombre es en esencia poética”

Octavio Paz
Fragmento
“La metáfora es el principal instrumento de la poesía, ya que por medio de la imagen que acerca y hace
semejantes a los objetos distantes u opuestos, el poeta puede decir que esto es parecido a aquello y más
importante aún hay otra metáfora que suprime el cómo y dice “esto es aquello”

“La poesía es una mística de la realidad. El poeta busca en la palabra no un modo de expresarse, sino un
modo de participar en la realidad misma”

Proverbio Chino
"El pájaro no canta porque tiene una respuesta. Canta porque tiene una canción"
Walt Whitman
Fragmento
"Cuando daba mi paseo matutino en Alabama, vi., entre las zarzas, el nido en que la
hembra del sinsonte empollaba sus huevos.
Ví también al macho,
Me paré a escucharlo, muy cerca, cuando hinchaba la garganta y cantaba alegremente.
Y, mientras le escuchaba, se me ocurrió que no cantaba sólo por lo que estaba allí, ni por su compañera, ni
por sí mismo, ni era todo devuelto por el eco,
Sino que, sutil, clandestina, lejana,
Era una orden transmitida y un don secreto para los que nacían”.

Huidobro
"La poesía es un desafío a la razón"

Bachelard
"La poesía es una fuerza de síntesis para la existencia humana"

Fernando Pessoa
Fragmento
"...se tener el asombro esencial / que tendría un niño si al nacer / advirtiese que nació de veras... a cada
momento me siento nacido a la eterna novedad del mundo. /
Creo en el mundo porque lo veo mas no lo pienso, / porque pensar es no entender/
El mundo no se hizo para pensar en él (pensar es estar enfermo de los ojos) / sino para, al mirarlo, estar de
acuerdo.
No tengo filosofía, tengo sentidos. / Si hablo de la naturaleza no es porque sepa qué es, / sino porque la
amo/ y la amo por eso, / porque quien ama / nunca sabe lo que ama /ni sabe por qué ama, y qué es amar...
amar es la eterna inocencia, y la única inocencia, no pensar".

Fernando Pessoa
Fragmento
“El valor esencial del arte consiste en que es el indicio del tránsito del hombre en el mundo, el resumen de
su experiencia emotiva en él; y como el hombre vive más realmente en la tierra por la emoción y por el
pensamiento que la emoción provoca, su verdadera experiencia la registra en los anales de sus emociones
y no en la crónica de su pensamiento científico o en las historias de sus regentes o dueños… el arte y no
la historia es el maestro de la vida…”

Jorge Luís Borges,


Fragmento
“reconozco la literatura de una manera física. Hay algo que cambia en mí. No me atrevo a hablar de la
circulación de mi sangre o del ritmo de mi respiración, pero hay cosas que en seguida siento como
pertenecientes a la poesía… de la misma manera que sentimos el mar, o una mujer, o la puesta del sol, o
la amistad, o la inteligencia de los demás. Es una experiencia inmediata…
Esta impresión inmediata de la poesía o de la inteligencia o de la belleza, es con razón la más valiosa…
creo que sentimos la poesía como la música, como el amor o como la amistad, o todas las cosas del
mundo. La explicación viene después…”

Jorge Luís Borges,


El Sur

Desde uno de tus patios haber mirado


las antiguas estrellas,
desde el banco de
la sombra haber mirado
esas luces dispersas
que mi ignorancia no ha aprendido a nombrar
ni a ordenar en constelaciones,
haber sentido el círculo del agua
en el secreto aljibe,
el olor del jazmín y la madreselva,
el silencio del pájaro dormido,
el arco del zaguán, la humedad,
-esas cosas acaso son el poema."

Jorge Luís Borges,


Fragmento
"Dos deberes tendría cada verso: Comunicar un hecho preciso, (El olor del jazmín y la madreselva, el
silencio del pájaro dormido y tocarnos físicamente como la cercanía del mar"...

Roberto Juarroz
“La poesía es paradójicamente celebración, fervor por la vida, entusiasmo en el sentido griego. Vibración
y hasta canto a veces. No importa que hable del dolor o la muerte, del absurdo o de la nada. Es el
impulso de seguir la narración. Es la mayor intensidad posible de vivir…

Roberto Juarroz

Celebrar lo que no existe


¿Hay otro camino para celebrar lo que existe?

Celebrar lo imposible
¿hay otro modo de celebrar lo posible?

Celebrar el silencio
¿hay otra manera celebrar la palabra?

Celebrar la soledad
¿hay otra vía para celebrar el amor?

Celebrar el revés
¿Hay otra forma de celebrar el derecho?

Celebrar lo que muere


¿Hay otra senda para celebrar lo que vive?

El poema es siempre celebración


Porque es siempre el extremo
De la intensidad de un pedazo del mundo,
Su espada de fervor restituido
Su puño de desenvarado entusiasmo
Su más justa pronunciación, la más firme
Como si estuviera floreciendo la voz

…el poema es siempre celebración aunque en sus bordes se refleje el infierno…


(…nada puede ocultar a lo infinito. Su gesto mes mas amplio que la historia, su paso es mas largo que la
vida”

Jorge Luís Borges,


Fragmento
A unos trescientos o cuatrocientos metros de la pirámide me incliné, tomé un puñado de arena, lo dejé
caer silenciosamente un poco más lejos y dije en voz baja: Estoy modificando el Sahara. El hecho era
mínimo, pero las no ingeniosas palabras eran exactas y pensé que había sido necesaria toda mi vida para
que yo pudiera decirlas. La memoria de aquel momento es una de las más significativas de mi estadía en
Egipto

Roberto Juarroz,
Fragmento
“Extirpar el pensamiento de la creación poética la empobrece sin remedio, pues en el hombre el
pensamiento es irremplazable. La poesía además no es simple razón o simple sentimiento, y es necesario
recuperar para ella la perdida unidad de pensamiento e imagen. En la poesía hay imagen, pero también lo
que podríamos designar paradójicamente como imagen del pensar, o imagen de pensamiento.
Toda la aventura de la poesía es encontrar ciertas imágenes, no explicaciones, que nos den algunas
referencias, algunos rasgos de ese algo inasible… para mí el pensar es juntar lo que alguna vez se dividió”

Yeats
“Si algo puede ser explicado entonces no es poesía”.

Octavio Paz,
Fragmento.
"La poesía, es un penetrar, un estar o ser en la realidad. La verdad del poema se apoya en la experiencia
poética. Esta experiencia reputada por indecible se expresa y comunica en la imagen. La manera propia
de comunicación de la imagen no es la transmisión conceptual. La imagen no explica: invita a recrearla y
literalmente a revivirla. El decir del poeta encarna en la comunión poética."

Octavio Paz,
Fragmento.
"el universo deja de ser un vasto almacén de cosas heterogéneas, astros, zapatos, lágrimas, locomotoras,
sauces, mujeres, diccionarios, todo es una inmensa familia, todo se comunica y se transforma sin cesar.
Una misma sangre corre por todas las formas y el hombre puede ser al fin su deseo: el mismo".

Attar
"Tras de beber los mares / nos asombra/ que nuestros labios sigan tan secos como las playas, / y buscamos
una vez mas el mar para mojarnos en él, / sin ver que nuestros labios son las playas y nosotros el mar."

María Zambrano,
Fragmento
"... la poesía perseguía entre tanto, la multiplicidad desdeñada, la menospreciada heterogeneidad. El
poeta enamorado de las cosas se apega a ellas, a cada una de ellas y las sigue a través del laberinto del
tiempo, del cambio, sin poder renunciar a nada: ni a una criatura, ni a un instante de esa criatura, ni a una
partícula de la atmósfera que la envuelve, ni a un matiz de la sombra que arroja, ni del perfume que
expande, ni del fantasma que ya en ausencia suscita. ¿Es que acaso al poeta no le importa la unidad?
¿Es que se queda apegado vagamundamente, inmoralmente a la multiplicidad aparente, por desgana y
pereza, por falta de ímpetu ascético, para perseguir a esa amada del filósofo: la unidad?”

María Zambrano,
Fragmento
“...El filósofo quiere lo uno, porque lo quiere todo. Y el poeta no quiere propiamente todo, porque teme
que en este todo no esté en efecto cada una de las cosas y sus matices.
El poeta quiere una, cada una de las cosas sin restricción, ni renuncia alguna. Quiere un todo desde el
cual se posea cada cosa, mas no entendiendo por cosa esa unidad hecha de sustracciones. La cosa del
poeta no es jamás la cosa conceptual del pensamiento sino la cosa complejísima y real, la cosa
fantasmagórica y soñada, la inventada, la que hubo y la que no habrá jamás. Quiere la realidad, pero la
realidad poética no es solo la que hay, la que es, sino la que no es: abarca el ser y el no ser en admirable
justicia caritativa, pues todo tiene derecho a ser, hasta lo que no ha podido ser jamás…
… el poeta alcanza su unidad en el poema mas pronto que el filosofo…”

Fernando Pessoa,
Fragmento
“La poesía es asombro, admiración como la de un ser caído del cielo en plena conciencia de su caída y
atónito ante las cosas. Como la de alguien que conociese el alma de las cosas y se esforzara por
rememorar ese crecimiento recordando que no era así como las había conocido, no con esas formas y en
esas condiciones, pero no recordando nada más…”

Octavio Paz

Idea impalpable
palabra impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es

teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en la página,
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan,
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos,
tocar el cuerpo de la idea.

Los ojos se cierran,


Las palabras se abren.

Fernando Pessoa,
Oda

Para ser grande, sé entero: nada


Tuyo exageres o excluyas.
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
En lo mínimo que hagas,
Por eso la luna brilla toda
En cada lago, porque alta vive.

Fernando Pessoa,
No quiero Rosas

No quiero rosas, con tal que haya rosas.


Las quiero sólo cuando no las pueda haber.
¿Qué voy a hacer con las cosas
que cualquier mano puede coger?
No quiero la noche sino cuando la aurora
la hizo diluirse en oro y azul.
Lo que mi alma ignora
eso es lo que quiero poseer.
¿Para qué?... Si lo supiese, no haría
versos para decir que aún no lo sé.
Tengo el alma pobre y fría...
Ah, ¿con qué limosna la calentaré?...

Fernando Pessoa
Poema XXIX

No soy igual en lo que digo y escribo.


Cambio, pero no cambio mucho.
El color de las flores no es el mismo bajo el sol
que cuando una nube pasa
o cuando entra la noche
y las flores son color de sombra.
Pero quien mira ve bien que son las mismas flores.
Por eso cuando parezco no estar de acuerdo conmigo
fijaros bien en mí:
si estaba vuelto para la derecha
me volví ahora para la izquierda,
pero soy siempre yo, asentado sobre los mismos pies.
El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra
y a mis ojos y oídos atentos
y a mi clara sencillez de alma.

Fernando Pessoa,
Si Muero Pronto

Si muero pronto,
Sin poder publicar ningún libro,
Sin ver la cara que tienen mis versos en letras de molde,
Ruego, si se afligen a causa de esto,
Que no se aflijan.
Si ocurre, era lo justo.

Aunque nadie imprima mis versos,


Si fueron bellos, tendrán hermosura.
Y si son bellos, serán publicados:
Las raíces viven soterradas
Pero las flores al aire libre y a la vista.
Así tiene que ser y nadie ha de impedirlo.
Si muero pronto, oigan esto:
No fui sino un niño que jugaba.
Fui idólatra como el sol y el agua,
Una religión que sólo los hombres ignoran.
Fui feliz porque no pedía nada
Ni nada busqué.
Y no encontré nada
Salvo que la palabra explicación no explica nada.

Mi deseo fue estar al sol o bajo la lluvia.


Al sol cuando había sol,
Cuando llovía bajo la lluvia
(Y nunca de otro modo),
Sentir calor y frío y viento
Y no ir más lejos.

Quise una vez, pensé que me amarían.


No me quisieron.
La única razón del desamor:
Así tenía que ser.

Me consolé en el sol y en la lluvia.

Me senté otra vez a la puerta de mi casa.


El campo, al fin de cuentas, no es tan verde
Para los que son amados como para los que no lo son:
Sentir es distraerse.

Fernando Pessoa
Tengo Tanto Sentimiento

Tengo tanto sentimiento


que es frecuente persuadirme
de que soy sentimental,
mas reconozco, al medirme,
que todo esto es pensamiento
que yo no sentí al final.

Tenemos, quienes vivimos,


una vida que es vivida
y otra vida que es pensada,
y la única en que existimos
es la que está dividida
entre la cierta y la errada.

Mas a cuál de verdadera


o errada el nombre conviene
nadie lo sabrá explicar;
y vivimos de manera
que la vida que uno tiene
es la que él se ha de pensar.
Fernando Pessoa
Anarquismo

La noche y el caos forman parte de mi.


Me remonto al silencio de las estrellas.
Soy el efecto de una causa del tiempo,
del Universo [quizás lo excedo].
Para encontrarme, debo buscarme entre las flores,
los pájaros, los campos y las ciudades,
en los actos, las palabras y los pensamientos de los hombres,
en la noche del sol y las ruinas olvidadas de mundos hoy desaparecidos.
Cuanto más crezco, menos soy.
Cuando más me encuentro, más me pierdo.
Cuanto más me pruebo, más veo que soy flor
y pájaro y estrella y universo.
Cuanto más me defino, menos límites tengo.
Lo desbordo todo. En el fondo soy lo mismo que Dios.
Mi presencia actual contiene las edades anteriores a la vida,
los tiempos más viejos que la tierra,
los huecos del espacio antes de que el mundo fuera. "

Fernando Pessoa
El misterio de las cosas
IV
El misterio de las cosas, Dónde está?
Si apareciese, al menos,
para mostrarnos que es misterio
qué sabe de esto el río, qué sabe el árbol?
Y yo, que no soy más, qué se yo?
Siempre que veo las cosas
y pienso en lo que los hombres piensan de ellas,
río con el fresco sonido del río sobre la piedra.

El único sentido de las cosas


es no tener sentido oculto.
Más raro que todas las rarezas,
más que los sueños de los poetas
y los pensamientos de los filósofos,
es que las cosas sean realmente lo que parecen ser
y que no haya nada que comprender.

Sí, eso es lo único que aprendieron solos mis sentidos:


las cosas no tienen significación, tienen existencia.
Las cosas son el único sentido oculto de las cosas.

Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 18.
“Tal vez mi destino eterno sea el de ser auxiliar de tenedor de libros, y la poesía o la literatura una
mariposa que, posándose en mi cabeza, me vuelva tanto más ridículo cuanto mayor fuere su propia
belleza”.

Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 27.
“ La literatura, que es el arte unido al pensamiento y la realización, sin el estigma de la realidad , se me
impone como el fin hacia el que debería tender todo esfuerzo humano, si fuese verdaderamente humano,
y no mera exterioridad animal. Creo que decir una cosa es preservar su virtud y despojarla del terror que,
por desconocida, ella pueda inspirar. Más verdes son los campos en el enunciado que lo que dice que en
su verdor objetivo. Las flores, si fueran descriptas con frases capaces de nombrarlas en el aire de la
imaginación, ostentarían colores de una permanencia de la que la vida celular reniega”.

Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 30.
“Soy todas las cosas, aunque no quiera, en el fondo confuso de mi sensibilidad fatal”.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
58.
Decir una palabra excluye a todas las otras,
abrir un libro cierra todos los demás,
pensar una sola cosa desequilibra al mundo,
amar a alguien es el mayor olvido.

El ejercicio puntual de una sola vida


no podrá tener sentido nunca.

queda sólo encontrar el plural.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
61.
Entre las zonas de las preguntas
y la zona de las respuestas,
hay un territorio donde acecha
un extraño brote.

Toda pregunta es un fracaso.


Toda respuesta es otro.
Pero entre ambas derrotas
suele emerger como un humilde tallo
algo que está más allá de los sometimientos.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical,
8.
Mensaje del azul entre las hojas,
lectura sin la trampa del sentido,
sin el enturbamiento de las significaciones.

Mensaje del silencio cuando no es espera


de ningún otro mensaje,
cuando es sólo una masa desnuda.

Mensaje del gesto más inexperto de tus manos,


olvidadas de ti, de mí, de todo,
de la combinación de tus funciones
que a veces soliviantan el mundo.

Mensaje del azar que se despierta


o quizá del azar que se duerme
y abandona la última vigilancia,
para que lo que ocurre
ocurra como si no ocurriese.
Mensaje sin mensaje.
No hay mayor libertad,
no hay nada más opuesto a la muerte,
no hay encuentro más abierto.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical,
9.
Desde todas las cosas se levantan cantos.
Algunos duermen en el aire
y caen enseguida como semillas huecas.
Otros tropiezan con las otras cosas
y se pierden en ellas.
Y otros encuentran las palabras que vagan
y se funden así con el canto del hombre.

De ese agreste montaje,


de esa insólita mezcla
híbrida como el mundo,
impura como el mundo,
empieza un nuevo canto,
más libre,
más suelto que la vida:
nace el canto del mundo.

Y ese canto reemplaza,


casi un rito clandestino,
la prolongada ausencia
del canto de los dioses.

De los dioses,
que nunca se entendieron del todo con las cosas.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical,
11.
Cada cosa es un mensaje,
un pulso que se muestra,
una escotilla en el vacío.

Pero entre los mensajes de las cosas


de van dibujando otros mensajes,
allí en el intervalo,
entre una cosa y otra,
conformados por ellas y sin ellas,
como si lo que está
decidiera sin querer el estar
de aquello que no está.

Buscar esos mensajes intermedios,


la forma que se forma entre las formas,
es completar el código.
O tal vez descubrirlo.

Buscar la rosa
que queda entre las rosas.

Y aunque no sean rosas.


Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical
27.
Cosidos a no sabemos qué,
con algo más delgado y más fuerte
que una aguja y un hilo,
costura olvidada y perdida,
justamente cuando hemos entrevisto
una meditación más allá del pensar,
una meditación de la letra,
donde cada signo es una pregunta
y cada abismo doblado,
mientras el humo del lenguaje empaña los ojos
y el humo de la vida nos empuja
hacia nuestra propia sombra.

En esta situación
es difícil abrir bien las ventanas
o sacudirnos de encima
el pelaje tinto de la noche
o acurrucar la espera
en las peripecias arrogantes
con que algunas criaturas
tejen sus redes.

En esta situación
es preciso por lo menos
cambiar de lugar las imágenes
y hasta las cosas mismas,
para hacerle lugar
a la campana sonámbula
que anuncia la última
prevaricación de la vida:

La sordera transfigurada
que percibe sólo el canto
que no está atado a ninguna palabra.

En esta situación
sólo queda tratar de romper
la costura perdida
y marchar hacia otra parte,
aunque no exista.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical
33.
El pensamiento palpa el mundo
como un tacto suplente.
O tal vez titular.
las cosas se tocan recién cuando se piensan.
Pensar el mundo es alcanzarlo.

Pero hay noches que crecen en exceso,


días descarnadamente lívidos
y algunos aprensivos claroscuros
donde necesitamos tocar las cosas con los dedos.

Tocar un cuerpo, por ejemplo,


como un tibio talismán contra la muerte.
O tocarse el propio rostro
para confirmar que aún no hemos desaparecido.

El pensamiento es también materia


y la materia pensamiento,
pero la agonía del hombre es todavía algo más.

Es tal vez otro tacto


que ordena sus funciones.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical
50.
Somos el borrador de un texto
que nunca será pasado en limpio.

Con palabras tachadas,


repetidas,
mal escritas
y hasta con faltas de ortografía.

Con palabras que esperan,


como todas las palabras esperan,
pero aquí abandonadas
entre márgenes desprolijos y yertos.

Bastaría, sin embargo, que este tosco borrador


fuera leído una sola vez en voz alta,
para que ya no esperásemos más
ningún texto definitivo.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
Pensar es una incomprensible insistencia,
algo así como alargar el perfume de la rosa
o perforar agujeros de luz
en un costado de tiniebla.

Y es también trasbordar algo


en insensata maniobra
desde un barco inconmoviblemente hundido
a una navegación sin barco.

Pensar es insistir
en una soledad sin retorno.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
19.Fragmento.
“Precisamente,
la poesía y el pensar,
son lo más opuesto a la muerte
porque son sus testigos más fieles”.
Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
71.
un árbol es el bosque.
Tenderse bajo su follaje
es escuchar todo el sonido,
conocer todos los vientos
del invierno y del verano,
recibir toda la sombra del mundo.

Detenerse bajo sus ramas sin hojas


es rezar todas las oraciones posibles,
callar todos los silencios,
tener piedad por todos los pájaros.

Pararse junto a su tronco


es levantar toda la meditación,
reunir todo el desapego,
adivinar el calor de todos los nidos,
juntar la solidez de todos los reparos.

Un árbol es el bosque.
pero para eso hace falta
que un hombre sea todos los hombres.
o ninguno.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía Vertical

Prólogo de un texto que ignoramos,


escribimos la vida
sobre un soporte más frágil que el papel,
sobre una sustancia más huidiza que el agua,
con la sensación irreprimible
de que ese prólogo es decididamente innecesario.

¿será acaso también innecesario


el texto que prolongamos?
y si es así,
¿por qué y para qué fue escrito?

¿O aún no ha sido escrito


y somos nosotros quienes debemos redactarlo?

¿ o el prólogo y el texto son intercambiables


y puede el prólogo convertirse en texto
o el texto reducirse a prólogo?

Roberto Juarroz.
Undécima Poesía
Vertical.

El poema continuo,
La escritura continua,
El texto que nunca se termina
Y nunca se interrumpe,
El texto equivalente a ser.
La vida se convierte
En una forma de escritura
Y cada cosa es una letra,
Un signo de puntuación,
La inflexión de una frase.

Inaugural metabolismo
De una filología
Que ha descubierto un nuevo verbo:
El verbo siempre.

La poesía se escribe siempre,


Vivir se vive siempre,
Algo despierta siempre:
Poema-siempre.

El ser es escritura.

Y una palabra es suficiente


Para toda la acción:
Siempre.
El otro verbo,
Nunca,
Es tan sólo su sombra.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“la poesía siempre es regreso: regreso al lenguaje”.

El sentido primero de la palabra poética.


Antonio colinas.
“Pensamiento y poesía son, pues, de entrada, caminos diversos que conducen a una misma meta, la que
está detrás de la realidad aparente, una realidad enquistada en el misterio”.

El sentido primero de la palabra poética.


Antonio colinas.
“Desde sus orígenes la poesía surge en una atmósfera de magia. En sus inicios la palabra poética es
invocación, ensalmo, amenaza, plegaria…en pocas palabras, podemos afirmar que la poesía es
simplemente el lenguaje del que el hombre se sirve para hablar con los dioses”.

El sentido primero de la palabra poética.


Antonio colinas.
“El pensamiento sería lo debido a los hombres en tanto que la poesía sería lo debido a los dioses”.

El sentido primero de la palabra poética.


Antonio colinas.
“Pensamiento y poesía aparecen unidos de nuevo en la medida en que la armonía es condición que
caracteriza a ambos, que ambos comparten”.

El sentido primero de la palabra poética.


Antonio colinas.
“La poesía rompe, sin más, la razón; la poesía quiebra el pensamiento para seguir su indagación a través
del bosque umbrío, lleno de engañosos espejismos, del conocimiento humano. En definitiva, para que el
poeta pueda crear- según recuerda Platón en su Ión- necesita ‘haber dejado de ser dueño de su razón’”.
El sentido primero de la palabra poética.
Antonio colinas.
“Creo que, en lo esencial, el poeta fundamental no describe, ni divierte, ni testimonia. En lo fundamental,
la palabra poética revela. Aparece así la poesía como una forma de conocimiento…la poesía es el hilo
conductor que une la armonía del ser con la armonía del todo, y en esa unión, y en esa conducción- en esa
prodigiosa analogía- el poeta va haciendo sus preguntas, que obtendrán- o no obtendrán – respuesta”.

El sentido primero de la palabra poética.


Antonio colinas.
“…La poesía sería un medio para ‘solidarizar al hombre con el cosmos’ con un tipo de realidad
‘trascendente e indestructible’ que lo conduzcan en una palabra a la liberación”.
“la poesía deshace la historia, la desvive hacia el ensueño primitivo….”
“la poesía quiere reconquistar el sueño primero, cuando el hombre no había despertado de la caída”.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,
II,
Subrayar la vida con la vida,
como quién subraya la palabra imprescindible
en un texto nacido por azar.

Pero inventar para eso


una línea que dure
más que la vida que subraya.

Una línea más viva que la vida,


como el borde de un cuerpo enamorado
o un pensamiento que se clava en su ser.

O quizá baste una palabra


en el lugar donde el trino del pájaro
se encuentra con el trino del silencio.

La vida es una mezcla


de vida y de no vida.
tal vez baste fundir las dos cosas en una.

y utilizar entonces esa tinta indeleble.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,
III,
¿También se asombra el árbol?
¿también se asombra el animal?
¿También el agua se asombra?
¿También la piedra es asombro congelado?

Quizá las huellas del asombro


Propongan una pista
Para solucionar el enigma.

Y tal vez, al final,


Sólo haya otro asombro,
Como clave de todo.

Roberto Juarroz
Undécima poesía vertical
III.
Detenerse ante el asombro
Que se despliega en el gesto de la rosa
O en la maravillada tertulia
Que entablan los colores y los pájaros
Sobre la franja insegura del atardecer,
Equivale a asombrarse del asombro.

Aparece entonces una nueva inocencia,


Más esencial que la primera.
Sólo en ella germina
El asombro definitivo:
El reconocimiento de las máscaras.

La salvación por el asombro.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía vertical
IV.
Separar lo pegado,
Desunir las sometidas superficies
Y limpiar la sustancia adventicia
Que así las adhería.
Las uniones verdaderas no se pegan:
Sus partes cambian de nacimiento
Y vuelven a nacer de un solo golpe.

Separar lo pegado
Es reclutar la realidad de otro modo,
Convertirlo a lo abierto
Y reemplazar en cada cosa el signo del límite
Por el signo del salto.

Porque tan sólo el salto


Derrota a la caída.
Porque tan sólo el salto une:
Saltar el mismo salto.

Roberto Juarroz
Duodécima Poesía vertical

Periódicamente,
Es necesario pasar lista a las cosas,
Comprobar otra vez su presencia.
Hay que saber
Si todavía están allí los árboles,
Si los pájaros y las flores
Continúan su torneo inverosímil,
Si las claridades escondidas
Siguen suministrando la raíz de la luz,
Si los vecinos del hombre
Se acuerdan aún del hombre,
Si dios ha cedido
Su espacio a un reemplazante,
Si tu nombre es tu nombre
O es ya el mío,
Si el hombre completó su aprendizaje
De verse desde afuera.
Y al pasar lista
Es preciso evitar un engaño:
Ninguna cosa puede nombra a otra.
Nada debe reemplazar a lo ausente.

Roberto Juarroz
duodécima Poesía vertical
40.
También hemos traicionado al agua.

La lluvia no se reparte para eso,


El río no corre para eso,
El charco no se detiene para eso,
El mar no es presencia para eso.

Otra vez hemos perdido el mensaje,


Las vocales abiertas
Del lenguaje del agua,
Su inaudita transparencia palpable.

Ni siquiera supimos
Beber la transparencia.
Beber algo es aprenderlo.

Y aprender la transparencia es el comienzo


De aprender lo invisible.

Roberto Juarroz
Duodécima Poesía vertical
47
Educar las semillas de la nada
Y colgarlas como cuentas transparentes
De las ramas más calladas de un árbol.
Algunas serán llevadas por los pájaros,
Otras se pegaran al viento
Y algunas se hundirán en las miradas
O en las palabras sueltas
Que a veces se arremolinan en el aire.

Y a través de esas limpias mediaciones


Caerán detrás de la sequía,
Torcerán el invierno,
Se alzarán sobre la torre rota
Y hasta quizá germinen sin notarse
Entre los mustios epitafios.

Porque nos hace falta esta cosecha.


Todas las demás se consumen,
Se pudren como la sombra del agua,
Como panes de polvo.

Sólo resta la cosecha de la nada,


Pero antes hay que efectuar la siembra.
Las semillas están en todas partes:
Es preciso enseñarles a brotar.

Hay que educar a las semillas de la nada


Para que puedan germinar como las otras.
Roberto Juarroz
Duodécima Poesía vertical
67.
Voy con mis ruinas a cuestas
Como un caracol con su concha quebrada,
Cuidando los reflejos y las vetas
Que aún brillan en sus restos.

Tal vez pueda con ellos


Hilar otras imágenes
Y dejar que las lleve
El viento las últimas palabras,
Las palabras que saben conversar con las ruinas,
Desdeñar los brillos distraídos
Y aspirar la fragancia de los restos.

Después vendrá la noche


A cubrir lo que quede,
Pero quizá una noche con memoria
O con savias de imágenes quebradas,
Cuyo temblor suplante al tiempo
Y su túnica estéril, ya caída
Como un flojo disfraz
En medio de la noche.

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.

Todo comienza en otra parte.

No importa que algunas cosas


Todavía estén aquí
Y hasta acaben aquí:
Aquí no empieza nada.

Por eso esta palabra, este silencio,


Esta mesa, el florero, tus pasos,
En rigor no estuvieron nunca aquí.

Todo está siempre en otra parte:


Allí donde comienza.

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.

Si pudiéramos dibujar los pensamientos


Como una rama se dibuja contra el cielo,
Tal vez algo viniera a posarse sobre ellos
Como un pájaro en la rama.

Arrastramos un error de sustancia:


Debimos ser materia más concreta
En la palpable red que nos envuelve.

Y para soportar nuestra carencia


Dibujamos estás imágenes errantes
Como ramas contra el cielo.
Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.

Aunque hubiéramos pensado todo,


Querríamos todavía pensar algo más.
Y aunque lo hubiésemos todo,
Querríamos sin embargo ser algo más.

Hasta un dios habrá caída en esta trampa:


La tentación de pensar y ser sin límites.

Tal vez aquí comienza


Una nueva versión de lo imposible.

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.
22.
Naufragio en el espejo.
Cada día nos hundimos algo más
En su agua lisa.

Hasta que cierto día


El exceso de naufragio
Rompa desde adentro el espejo.

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.
26.
Levantar el papel donde escribimos
Y revisar mejor debajo.

Levantar cada palabra que encontramos


Y examinar mejor debajo.

Levantar cada hombre


Y observar mejor debajo.

Levantar a la muerte
Y escudriñar mejor debajo.

Y si miramos bien
Siempre hallaremos otra huella.
No servirá para poner el pie
Ni para aposentar el pensamiento,
Pero ella nos probará
Que alguien más ha pasado por aquí

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.
33.
Las pasiones se pierden,
Salvo una quizá:
La pasión por la pérdida.

Y todo lo demás también se pierde:


La rosa, los humores, tu rostro,
La vida, la ventana, la muerte.
También esta palabra se pierde,
Su lectura, su ruido.

Sólo queda un recurso:


Convertir la pérdida en pasión.

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.
51.
Una flor bajo la lluvia
Parece un pensamiento sumergido en el agua.
Algo no corresponde.
Como en un muñón que imita a una caricia
O una mano cubierta de fango
Que trata de enjugar una lágrima.

Quizá estemos adentro de un sistema


Que necesita equivocarse.

Conferencia de Roberto Juarroz.


Aproximaciones a la poesía moderna.
Fragmentos.
“la poesía, lo hemos dicho tantas veces, como las cosas importantes, decisivas de la vida, no tiene una
definición, como se dice ahora, consensuada, aceptada, respetable. Las cosas grandes no se pueden
definir. El diccionario es una ayuda pragmática, operativa, que a veces nos hace ver un poquito más claro
algún detalle. Pero todas las cosas importantes son prácticamente indefinibles incompletas, por terminar.
Solamente son visibles. Sujetas a una experiencia, a un modo de sentirlas y de hacerlas, como el amor,
como el sufrimiento, como la alegría y la solidaridad, como la poesía.
La poesía es un acercamiento al entender de una vez qué es esta dimensión que para algunos constituye la
pasión más alta de su vida”.

Conferencia de Roberto Juarroz.


Aproximaciones a la poesía moderna.
Fragmentos.
“La poesía consiste, de alguna manera en dar a todas las lenguas las palabras que les faltan, las palabras
que el idioma común no puede decir. La poesía a través de ese trabajo de crear un lenguaje indirecto, un
lenguaje que salta sobre lo gastado y estereotipado y como diría Borges lo fosilizado del idioma toca más
directamente el silencio y la capacidad de entendimiento profundo, que hay sin duda, en todos los
hombres”.

Conferencia de Roberto Juarroz.


Aproximaciones a la poesía moderna.
Fragmentos.
“La poesía además es una invitación, una exigencia que se nos pone delante y por eso a muchas gente le
cuesta tanto. Ella nos pone delante la necesidad imprescindible de detenernos. No de detenernos en la
pasividad, en el simple ocio, en el abandono de la acción, sino detenernos en atender mejor a las cosas, en
prestarles más atención, en poder concentrarnos en un rostro humano, en un dolor, en una alegría, en una
hoja de árbol, en un reflejo en la pared. Sin detenernos en las cosas que jamás conoceremos, dentro de lo
que se puede conocer la realidad”.
Conferencia de Roberto Juarroz.
Aproximaciones a la poesía moderna.
Fragmentos.
“La poesía es una forma de despertar. Es una forma de volver a abrir los ojos, de empalmarnos con lo que
todas las corrientes de filosofía y sabiduría han dicho a través de los siglos: no basta con nacer una vez, es
preciso volver a abrir los ojos; es preciso nacer de nuevo”.

Rainer Maria Rilke. Cartas a un Joven Poeta.


Sobre una poesía sin pureza
“Porque, en el fondo y precisamente en las cosas más profundas e importantes, estamos indeciblemente
solos y, para que uno pueda aconsejar o ayudar a otro, tienen que ocurrir muchas cosas, muchas cosas han
de producirse, toda una constelación de acontecimientos ha de suceder para que por una sola vez el
consejo llegue a buen puerto.”

Pablo Neruda
Hoy es También
Es muy conveniente, en ciertas horas del día o de la noche, observar profundamente los objetos en
descanso: las ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soportando grandes cargas
vegetales o minerales, los sacos de las carbonerías, los barriles, las cestas, los mangos y asas de los
instrumentos del carpintero. De ellos se desprende el contacto del hombre y de la tierra como una lección
para el torturado poeta lírico. Las superficies usadas, el gasto que las manos han infligido a las cosas, la
atmósfera a menudo trágica y siempre patética de estos objetos, infunden una especie de atracción no
despreciable hacia la realidad del mundo.

La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, la agrupación, uso y desuso de los
materiales, las huellas del pie y de los dedos, la constancia de una atmósfera humana inundando las cosas
desde lo interno y lo externo.

Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el
sudor y el humo, oliente a orina y a azucena salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y
fuera de la ley.

Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas,
con arrugas, observaciones, sueños vigilias, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias sacudidas,
idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.

La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo
sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada, la
entrada en la profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y el producto poesía manchado de
palomas digitales, con huellas de dientes y hielo, roído tal vez levemente por el sudor y el uso. Hasta
alcanzar esa dulce superficie del instrumento tocado sin descanso, esa suavidad durísima de la madera
manejada, del orgulloso hierro. La flor, el trigo, el agua tienen también esa consistencia especial, ese
recurso de un magnífico tacto.

Y no olvidemos nunca la melancolía, el gastado sentimentalismo, perfectos frutos impuros de maravillosa


calidad olvidada, dejados atrás por el frenético libresco. La luz de la luna, el cisne en el anochecer,
“corazón mío”, son sin duda lo poético elemental e imprescindible. Quien huye del mal gusto cae en el
hielo.

Pablo Neruda
Antología Poética (Rafael Alberti)

Florece este día de invierno


con una sola rosa muerta,
la noche prepara su nave,
caen los pétalos del cielo
y sin rumbo vuelve la vida
a recogerse en una copa.

Yo no sé decir de otro modo:


la noche negra, el día rojo,
y recibo las estaciones
con cortesía de poeta:
espero puntual la llegada
de las verbales golondrinas
y monto una guardia de acero
frente a las puertas del otoño.

Por eso el invierno imprevisto


me sobrecoge en su accidente
como el humo desalentado
del recuerdo de una batalla:
no es la palabra padecer,
no es escarmiento, no es desdicha,
es como un sonido en la selva,
como un tambor bajo la lluvia.
Lo cierto es que cambia mi tema
con el color de la mañana).

Pablo Neruda
La Poesía

Y fue a esa edad... Llegó la poesía


a buscarme. No sé, no sé de dónde
salió, de invierno o río.
No sé como ni cuándo,
no, no eran voces, no eran
palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.

Yo no sabía qué decir, mi boca


no sabía
nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando
aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura
tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi. de pronto
el cielo
desgranado
y abierto,
planetas,
plantaciones palpitaciones,
la sombra perforada,
acribillada
por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.

Y yo, mínimo ser,


ebrio del gran vacío
constelado,
a semejanza, a imagen
del misterio
me sentí parte pura
del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.

Pablo Neruda.
Adioses

OH adioses a una tierra y otra tierra,


a cada boca y a cada tristeza,
a la luna insolente, a las semanas
que enrollaron los días y desaparecieron,
adiós a esta y aquella voz teñida
de amaranto, y adiós
a la cama y al plato de costumbre,
al sitio vesperal de los adioses,
a la silla casada con el mismo crepúsculo,
al camino que hicieron mis zapatos.

Me difundí, no hay duda,


me cambié de existencia,
cambié de piel, de lámpara, de adiós,
tuve que hacerlo
no por ley ni capricho,
sino que por cadena,
me encadenó cada nuevo camino,
le tomé gusto a tierra a toda tierra.

Y pronto dije adiós, recién llegado,


con la ternura aún recién partida
como si el pan se abriera y de repente
huyera todo el mundo de la mesa.
así me fui de todos los idiomas,
repetí los adioses como una puerta vieja,
cambié de cine, de razón, de tumba,
me fui de todas partes a otra parte,
seguí siendo y siguiendo
medio desmantelado en la alegría,
nupcial en la tristeza,
sin saber nunca cómo ni cuándo
listo para volver, mas no se vuelve.

Se sabe que el que vuelve no se fue,


y así la vida anduve y desanduve
mudándome de traje y de planeta,
acostumbrándome a la compañía,
a la gran muchedumbre del destierro,
a la gran soledad de las campanas.

Pablo Neruda
Barrio sin luz
Se va la poesía de las cosas
o no la puede condensar mi vida?
Ayer –mirando el último crepúsculo-
yo era un manchón de musgo entre unas ruinas.

Las ciudades –hollines y venganzas-,


la cochinada gris de los suburbios,
la oficina que encorva las espaldas,
el jefe de ojos turbios.

Sangre de un arrebol sobre los cerros,


sangre sobre las calles y las plazas,
dolor de corazones rotos,
pobre de hastíos y de lágrimas.

Un río abraza el arrabal como una


mano helada que tienta en las tinieblas:
sobre sus aguas
se avergüenzan de verse las estrellas.

Y las casa que esconden los deseos


detrás de las ventanas luminosas,
mientras afuera el viento
Lleva un poco de barro a cada rosa.

Lejos... la bruma de las olvidanzas


-humos espesos, tajamares rotos-
y el campo ¡el campo verde! En que jadean
los bueyes y los hombres sudorosos.

Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas,


mordiendo solo todas las tristezas,
como si el llanto fuera una semilla
y yo el único surco de la tierra.

Pablo Neruda
Pampoesía

Poesía, estrellado patrimonio:


fue necesario
ir descubriendo con hambre y sin guía
tu terrenal herencia,
la luz lunar y la secreta espiga.

De soledad a multitud la llave


se perdía en las calles y en el bosque,
debajo de las piedras y en los trenes.

El primer sello es condición oscura,


grave embriaguez con una copa de agua.
el cuerpo ahíto sin haber comido,
el corazón mendigo con su orgullo.

Y mucho más que no dicen los libros


repletos de esplendor sin alegría:
Ir picando una piedra que nos pesa,
Ir disolviendo el mineral del alma
hasta que tú eres el que está leyendo,
hasta que el agua canta por tu boca.

Y esto es más fácil que mañana jueves


y más difícil que seguir naciendo
Y es un oficio extraño que te busca
y que se esconde cuando lo buscaron
y es una sombra con el techo roto,
pero en los agujeros hay estrellas.

Pablo Neruda
“Antología Poética” Rafael Alberti.
Entre los espadones de fierro literario
paso yo como un marinero remoto
que no conoce las esquinas y que canta
porque sí, porque como si no fuera por eso.

De los atormentados archipiélagos traje


mi acordeón con borrascas, rachas de lluvia loca,
y una costumbre lenta de cosas naturales:
ellas determinaron mi corazón silvestre.

Así cuando los dientes de la literatura


trataron de morder mis honrados talones,
yo pasé, sin saber, cantando con el viento

Hacia los almacenes lluviosos de mi infancia,


hacia los bosques fríos del Sur indefinible,
hacia donde mi vida se llenó con tu aroma.

Pablo Neruda
En la Torre

En esta grave torre


no hay combate:
la niebla, el aire, el día
la rodearon, se fueron
y me quedé con cielo y con papel,
solitarias dulzuras y deberes.
Pura torre de tierra
con odio y mar lejanos
removida
por la ola del cielo:
en la línea, en la palabra, cuántas
sílabas he dicho?

Bella es la incertidumbre del rocío,


en la mañana cae
separando
la noche de la aurora
y su glacial regalo
permanece
indeciso, esperando el duro sol
que lo herirá de muerte.
No se sabe
si cerramos los ojos o la noche
abre en nosotros ojos estrellados,
si cava en la pared de nuestro sueño
hasta que abra una puerta.
Pero el sueño
es el veloz vestido de un minuto:
se gastó en un latido
de la sombra
y cayó a nuestros pies, deshabitado,
cuando se mueve el día y nos navega.

Esta es la torre desde donde veo


entre la luz y el agua sigilosa
al tiempo con su espada
y me apresuro entonces a vivir,
respiro todo el aire,
me enajena el desierto
que se construye sobre la ciudad
y hablo conmigo sin saber con quien
deshojando el silencio
de la altura.

Xavier Villaurrutia
Reflejos

Eres la compañía con quien hablo


de pronto, a solas.
Te forman las palabras
que salen del silencio
y del tanque de sueño en que me ahogo
libre hasta despertar.

Tu mano metálica
endurece la prisa de mi mano
y conduce la pluma
que traza en el papel su litoral.

Tu voz, hoz de eco,


es el rebote de mi voz en el muro,
y en tu piel de espejo
me estoy mirando mirarme por mil Argos,
por mí largos segundos.

Pero el menor ruido te ahuyenta


y te veo salir
por la puerta del libro
o por el atlas del techo,
por el tablero del piso,
o la página del espejo,
y me dejas
sin más pulso ni voz y sin más cara,
sin máscara como un hombre desnudo
en medio de una calle de miradas.
La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“ la poesía escandaliza siempre debido a un hecho muy simple: porque piensa por su cuenta”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“ En la poesía no hay otro camino que un proceso de pequeña iniciación, no en el sentido de esos
manuales que circulan por ahí para ‘iniciar’ a la lectura o escrituras poéticas, sino en un sentido casi
religioso, es decir como si fuera una especie de preparación para un bautismo. No se trata de que saltemos
de esto a aquello y creamos que, como aparentemente se utilizan los mismos elementos que en otros
géneros (las palabras) no guarda más dificultad que un cuento o un ensayo. Lo que se requiere es cambiar
por completo el ángulo de la visión, romper, fracturar las corazas mentales que nos impiden llegar a las
cosas con plena sensibilidad. Es preciso recrear: en lo posible, quien recibe la poesía debe repetir el
proceso que la ha generado. Ello no quiere decir que coincida exactamente la captación, la concepción
total del poema. No: casi podría decir que debe haber la misma actitud, la misma intensidad, la misma
intuición. Eso hay que ganarlo, y no se gana en un día. Pero todos estos demagogos (que también los hay
en la poesía) pregonan que eso está ganando, que la poesía es para todos. Lo es si cambiamos el mundo, si
cambiamos al hombre. Tal como está, en la mayor parte de los casos (tengamos el valor de reconocerlo) el
hombre no está preparado para leer poesía”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“lo primordial es que la poesía nazca, tenga su condición de nacimiento en un estado de necesidad de
quien la crea”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“la poesía es una fuerza que se impone, inevitablemente, en quien la crea. La palabra a descartar, a
erradicar de un modo perdurable, es ‘producción’. El poema no se ‘produce’, no es un objeto de
consumo”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“¿qué significa el segundo nacimiento? Significa que en un momento dado ocurre como si volviéramos a
abrir los ojos. Hay una primera y una segunda aperturas; un primer despertar y un segundo despertar. Pero
este último supone inevitablemente una serie de cortes, abandonos, renuncias (aunque no me gusta la
palabra ‘renuncia’). Es necesario dejar atrás ese cúmulo de pequeños consuelos de la vida, quizá para
ganar otros más aptos. No es que la poesía sea un bálsamo, pero propicia una intensidad del vivir que
sirve para reemplazar todo lo demás”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“No eludo nada. La poesía (como afirmaba Rilke) es experiencia. Creo además que es visión del mundo.
Como tal, es visión de cada cosa, de lo que nos rodea en este momento, esa maquina grabadora, sus
rostros, estos anteojos, la pipa que estoy fumando, cada detalle del entorno. No hay nada “fuera”, sino
todo traducido, traspuesto, metamorfoseado en otra cosa. La poesía siempre es decir de otra manera. Este
“decir de otra manera” es para mi la mayor posibilidad de decir una cosa mediante otra. La posibilidad de
que algo diga otro algo. Esa otredad que radica en las cosas, pero que está en la entraña, en la médula de
la poesía. Todo lo que los ingenuos creen ausente está, pero de otra manera. A veces es más: se nota muy
claramente un doble estar”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“El hallar lo que no estaba previsto supone la disponibilidad y ella es una de las claves más alta de la
poesía”.
La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“No sé qué está primero para mí, la experiencia de la vida o la experiencia de la poesía (que en última
instancia es también la experiencia de la vida). Se suele dirigir la poesía hacia una vertiente determinada
de la existencia; pero ¿cuál viene primero? No lo sé. Supongamos que son simultáneas. A partir del
momento en que se da la experiencia poética, se confunde con lo vital, se integra. La poesía es un modo
de vida o es nada: si es un modo del lenguaje, de la expresión, es por tanto un modo del ser, no del hacer”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“…entonces empecé a vivir la nostalgia por la aventura de buscar una poesía más ceñida, donde cada
elemento estuviera como algo insustituible y si corriéramos una coma o cambiáramos de lugar una
palabra o un blanco se produjera una pequeña catástrofe; una poesía que no se limitara a cultivar lo
atmosférico o las reacciones sentimentales, sino que tuviera (osara tener) la posibilidad de reunir de una
vez por todas lo que ha sido tan falsamente dividido: el pensar y la emoción”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“Me parece que una de las grandes exigencias de la poesía actual es sentirla como dimensión última del
lenguaje, de la expresión del hombre en las cosas que no pueden decirse de otra manera (porque si no,
sería mejor decirlas de otra manera). Como afirma Eliot, la poesía dice lo que no puede decir la prosa.
Creo que cuesta mucho entender esto; parece un pequeño trabalenguas y por otra parte es tan simple. Una
de las grandes perspectivas, de las grandes apetencias de la poesía moderna es reconquistar la unidad
perdida. Reconquistar, por tanto, esa conjunción de palabra y silencio (el afuera y el adentro de la palabra)
que es el poema”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“La poesía tiene como inmediato, básico, producir una fractura y ésta consiste en quebrar la escala
consuetudinaria, la escala repetitiva, empequeñecida de lo real. Es abrir la realidad y proyectarla en la
escala mayor, entiendo por escala mayor no una abstracción, una hipótesis o una utopía. El hecho mismo
de estar nosotros reunidos en un lugar, es al mismo tiempo estar reunidos en el infinito. Así, eso de lo cual
no nos acordamos, o que sólo vivimos como una escenografía, eso vivido, eso expresado, es el comienzo
de la poesía”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“ … A veces digo que la poesía no tiene su reino en este mundo; evidentemente si uno ve lo que ocurre
alrededor (los poderes, las políticas, las ideologías, toda esa pavada que nos circunda), concluye que la
poesía no pertenece a este mundo. Sin embargo, le pertenece. Ante todo, porque no es tampoco del otro
mundo. La poesía es cosa de hombres, no de ángeles. El poeta no tiene otra alternativa que inventar o
crear otros mundos, la poesía crea realidad, no ficción. Afirmo que la poesía es realidad, y para mi es la
mayor realidad posible porque es la que cobra conciencia real de la infinitud. Así, entiendo aquella frase
tan conocida de William Blake: ‘si limpiáramos las puertas de la percepción, cada cosa aparecería tal cual
es, es decir, infinita”.

Introducción “casi poesía”-


Fragmentos verticales
Roberto Juarroz
“Casi poesía. No siempre la visión y la palabra coinciden hasta la suma del poema. Muchas veces sólo
quedan algunos núcleos o gérmenes o imágenes o roces, como si fueran restos o quizá paradójicas
ganancias de un naufragio. ¿Pero acaso es otra cosa toda la poesía? Tal vez se debiera entonces hablar
aquí de fragmentos caídos, astillas de poemas, gestos de aproximación, trozos de materia poética de
textos que terminaron de nacer. Y consolarse con la idea de que nacer es un proceso que nunca termina”.
POESÍA Y POETA, II LA FIGURA DEL POETA.

En un país extraño,
Fragmento.
Antonio Colinas.
“por eso acudo y bebo en cada sueño,
Hace tiempo que vivo en el país del sueño,
De cada violeta torturada
Por la lluvia y el hosco viento de las estaciones.
Por una violeta la locura,
El silencio y la emoción de lo puro,
El corazón desmemoriado”.

Emily Dickinson
“Yo habito la casa de la posibilidad.
Ella tiene más puertas y ventanas
Que la casa de la razón”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“…todo es transitorio, hemos olvidado la alternativa de detenernos y mirar. Por otra parte, el poeta no
vive entre las nubes, fuera de la tierra; él es tan carnal y tan concreto como cualquier otro hombre; va al
mercado, sufre, envejece, muere, tiene todas las enfermedades, debe ganarse la soldada, la quincena o el
mes. La gente cree que el poeta es más bien un individuo enflaquecido, soñador, que vive en la evasión.
No: vive en la mayor realidad posible. La poesía, para mi, es el mayor realismo posible”.

Jorge Luís Borges.


Yo

La calavera, el corazón secreto.


Los caminos de sangre que no veo,
Los túneles del sueño, ese Proteo,
Las vísceras, la nuca, el esqueleto.
Soy esas cosas. Increíblemente
Soy también la memoria de una espada
Y la de un solitario sol poniente
Que se dispersa en oro, en sombra, en nada.
Soy el que ve las prosas desde el puerto;
Soy los contados libros, los contados
Grabados por el tiempo fatigados;
Soy el que envidia a los que ya se han muerto.
Más raro es ser el hombre que entrelaza
Palabras en el cuarto de una casa.

Jorge Luís Borges


Browning Resuelve ser Poeta

Por estos rojos laberintos de Londres


Descubro que he elegido
La más curiosa de las profesiones humanas,
Salvo que todas, a su modo, lo son.
Como los alquimistas
Que buscaron la piedra filosofal
En el azogue fugitivo,
Haré que las comunes palabras
-naipes marcados del tahúr, moneda de la plebe-
rindan la magia que fue suya
cuando Thor era el numen y el estrépito,
el trueno y la plegaria.
En el dialecto de hoy
Diré a mi vez las cosas eternas;
Trataré de no ser indigno
Del gran eco de Byron.
Este polvo que soy será invulnerable.
Si una mujer comparte mi amor
Mi verso rozará la décima esfera de los cielos concéntricos;
Si una mujer desdeña mi amor
Haré de mi tristeza una música,
Un alto río que siga resonando en el tiempo.
Viviré de olvidarme.
Seré la cara que entreveo y que olvido,
Seré Judas que acepta
La divina misión de ser traidor,
Seré Calibán en la ciénaga,
Seré un soldado mercenario que muere
Sin temor y sin fe,
Seré Polícrates que ve con espanto
El anillo devuelto por el destino,
Seré el amigo que me odia.
El persa me dará el ruiseñor y Roma la espada.
Máscaras, agonías, resurrecciones,
Destejarán y tejerán mi suerte
Y alguna vez seré Robert Browning.

Jorge Luís Borges,


El Ingenuo

Cada aurora (nos dicen) maquina maravillas


Capaces de torcer la más terca fortuna;
Hay pisadas humanas que han medido la luna
Y el insomnio devasta los años y las millas.
En el azul acechan públicas pesadillas
Que entenebran el día. No hay en el orbe una
Cosa que no sea otra, o contraria, o ninguna.
A mí sólo me inquietan las sorpresas sencillas.
Me asombra que una llave pueda abrir una puerta,
Me asombra que mi mano sea una cosa cierta,
Me asombra que del griego la eleática saeta
Instantánea no alcance la inalcanzable meta,
Me asombra que la espada cruel pueda ser hermosa,
Y que la rosa tenga el olor de la rosa.

Jorge Luís Borges


El Cómplice

Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.


Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere.
No importa mi ventura o mi desventura.
Soy el poeta.
Kavafis,
El poeta y la musa

¿Qué extraño destino


De mi fragilidad hizo nacer un poeta?
Mis palabras no sirven; el sonido de mi arpa,
Por muy musical, no es verdadero.

Quisiera cantar los nobles sentimientos,


La virtud y la gloria. Pero sé que son sueños.
Desagradable hallo cuanto miro,
Todos mis caminos son pesadumbre.

La tierra es una esfera artificial y fría.


Y mis canciones aún defraudan esa imagen.
Al amor canto y a la alegría. Miserable parodia,
Arpa miserable, presta a caer en la mediocridad.

LA MUSA

Tú no engañas. Tú visión del mundo


Es verdadera, pero no toda la verdad refleja. Sólo el coro
De tu arpa refleja la Verdad, y en esta vida
Esos coros son nuestra única guía.

Eres el sacerdote de un culto divino. Esa es tu parte


En la belleza y en la alegría. Dulces canciones
Salen de tus labios, tú eres un tesoro de mirra,
Dorada promesa y voz que de lo alto viene.

Kavafis,
Cantante

Alejado del mundo, sólo para la poesía vivía;


Unos versos bellos eran para él todo cuanto
(Ansiaba
La fantasía había construido para su espíritu
Una sólida casa que el destino no abatiría.

Tú puedes pensar, “Tal vida es fría, inútil. Es ridículo


Pensar que vivir consiste sólo en el agradable
Sonido de una flauta, sólo en eso”. O “Mucha sensibilidad
Hay en aquel que nunca luchó por el pan

En la guerra de la vida”. Mas tu juicio


Ilusorio es, e injusto. Porque la naturaleza era
(Divina.
No lo juzgues, pues, con tu lógica, ciega enfermedad.

Las paredes de su casa eran de mágicas esmeraldas


y voces sabias le susurraban, “OH amigo,
medita y canta. Tu corazón es bueno, apóstol místico”.
Odiseo Elitis,
La PasiónVI

El poeta de las nubes y de las olas duerme dentro de mí!


En el pezón de la tormenta está su labio oscuro
Y su alma por siempre en el golpear del mar
Sobre los pies del monte!
Una encina se cae y amargo sopla el tracio.
Pequeños buques dan vuelta al promontorio
Y golpe se vuelcan y se hunden.
Y avanzan de nuevo altos por las nubes
Desde la otra parte de la hondura.
En las anclas se han adherido las algas
En la barba de santos entristecidos.
Hermosos rayos alrededor del rostro
Dan vueltas a la era del mar.
En ayuno dirigen hacía allá sus ojos vacíos los ancianos
Y las mujeres visten su negra sombra
Encima de la cal inmaculada,
Con ellos yo, y agito mi mano,
Poeta de las nubes y de las olas!
En el modesto tarro de los colores mojo
Con ellos los pinceles y pinto:
Los astilleros nuevos
Los ahumados íconos dorados!
Ayuda y amparo nuestro San Kanaris!
Ayuda y ampara nuestro San Miaúlis!
Ayuda y amparo nuestros Santa Mandó!

Odiseo Elitis,
Laudes

Dignum est que existas tú el amargo


El solo el perdido desde antes
Poeta que trabaja su cuchillo
Con su tercera mano inmarchitable:

Porque él es la muerte y él la vida


él es lo imprevisible y él las normas

él es la recta vegetal que talla el cuerpo


él el foco de lente que el espíritu quema

él es la sed después del manantial


él la guerra en seguida de la paz

él es el teórico de las olas de Ión


el Pigmalión del fuego y de los monstruos

él es la mecha que en los labios se enciende


él el ladrón de goces que no se crucifica

él es la oscuridad y él la bella demencia


él lo primaveral de la luz de las lluvias.
Rainer Maria Rilke,
El Poeta

Hora, te alejas ya de mí.


Me hiere el golpe de tus alas.
Solo, ¿qué haré yo con mi boca?
¿Y con mi noche? ¿Y con mi día?

No tengo ni amada, ni casa;


no tengo sitio donde habite.
Las cosas, a las que me entrego,
se enriquecen y me disipan.

El Cuidador de Rebaños,
Alberto Caeiro,
Fernando Pessoa
VII
Desde mi aldea veo cuanto de la tierra puede ver en el universo...
Por eso mi aldea es tan grande como otra tierra cualquiera,
porque yo soy del tamaño de lo que veo
y no del tamaño de la altura que tengo...
(...)

El Cuidador de Rebaños,
Alberto Caeiro,
Fernando Pessoa
IX
Soy un cuidador de rebaños.
El rebaño son mis pensamientos
y mis pensamientos son todos sensaciones.
Pienso con los ojos y con los oídos
y con las manos y los pies
y con la nariz y la boca.

Pensar una flor es verla y olerla


y comerse un fruto es entenderle el sentido.

Por eso en un día caluroso


me siento triste de gozarlo tanto.
Y me tiendo en lo espacioso de la hierba,
y cierro los ojos calientes,
siento todo mi cuerpo tendido en la realidad,
sé la verdad, y soy feliz.

El Cuidador de Rebaños,
Alberto Caeiro,
Fernando Pessoa
XXX
Si quieren que tenga un misticismo, está bien, lo tengo.
Soy místico, pero sólo con el cuerpo.
Mi alma es sencilla y no piensa.

Mi misticismo es no querer saber.


Es vivir y no pensar en ello.

No se lo que es la naturaleza: la canto.


Vivo en la cima de un otero
en una casa encalada y sola,
y ésa es mi definición.

Walt Whitman
“Estoy en camino con mi visión. Soy un vagabundo en un viaje perpetuo”…

Odiseo Elytis
“Cuál es el deber del poeta?. Poner gotas de luz en la oscuridad.”

Porfirio Barba Jacob


Canción Ligera

Si acongoja un dolor a los humildes,


o si miran un valle, un monte, un mar,
dicen tal vez: “dichosos los poetas
porque todo lo pueden expresar”.

¡Ah! Pero en el misterio en que vivimos,


la cotidiana , múltiple emoción
como no encuentra un verso que la exprese,
se ahoga el insepulto corazón.

Y están sin voz el pasmo de los trigos,


el son del viento en pugna con el mar,
la luz que brilla, el grito que se apaga
y el llanto de la noche en el palmar.

Y están sin voz, perennemente mudos,


sin que venga su espíritu a decir,
el sol, la brizna, el niño y el terrible
misterio del nacer y del morir.

Y nosotros, los míseros poetas,


temblando en las riveras de la mar,
vemos la inexpresada maravilla
¡Y tan sólo podemos suspirar!

León de Greiff,
Tergiversaciones,
Porque me ven la barba y el pelo y la alta pipa
dicen que soy poeta…, cuando no porque iluso
suelo rimar –en verso de contorno difuso-
mi viaje byroniano por las vegas del Zipa…,

tal un ventripotente agrómena de jipa


a quien por un capricho de su caletre obtuso
se le antoja fingirse paraísos… al uso
de alucinado Pöe que el alcohol destripa!

de Baudelaire diabólico, de angelical Verlaine,


de Arthur Rimbaud malévolo, de sensorial Rubén,
y en fin… hasta del Padre Victor Hugo
[omniforme…!

¡Y tanta tierra inútil por escasez de músculos!


¡Tanta industria novísima! ¡Tanto almacén enorme!
Pero es tan bello ver fugarse los crepúsculos…
León de Greiff,
Soneto.
Poeta soy, si es ello ser poeta.
Lontano, absconto, sibilino. Dura
lasca de corindón, vislumbre obscura,
gota abisal de música secreta.

Amor apercibida la saeta.


Dolor en ristre lanza de amargura.
El espíritu absorto, en su clausura.
Inmóvil, quieto, el corazón veleta.

Poeta soy si ser poeta es ello.


Angustia lancinante. Pavor sordo.
Velada melodía en contrapunto.

Callado enigma, tras intacto sello.


Mi ensueño en fuga. Hastiado y cejijunto.
Y en mi nao fantasma único a bordo.

Emerson
“El poeta es aquel que llama, el hacedor del lenguaje. El poeta nombra las cosas porque las ve, o porque
se acerca a ellas un paso mas que la generalidad”

Novalis
“El poeta no inventa. Vé”

Octavio Paz,
Fragmento,
“El poeta está para cantar todo lo que la sociedad condena y rechaza.
Esto es: el vértigo de los cuerpos, el vértigo de la muerte,
El vértigo de la dicha.
El paseo con los ojos vendados
Al borde del despeñadero
La risa que incendia los preceptos y los mandamientos”

Octavio Paz,
Fragmento,
“El hombre es un ser que se asombra: al asombrarse poetiza, ama, diviniza.
En el amor hay asombro poetización, divinización y fetichismo.
El poetizar brota también del asombro
Y el poeta diviniza como el místico y ama como el enamorado”

Roberto Juarroz,
Fragmento.
“La poesía y la filosofía se separaron en algún pasaje catastrófico del historia no narrable del
pensamiento. El destino del poeta moderno es volver a unir el pensar, el sentir, el imaginar, el amar, el
crear. Como forma de vida y como vía hacia el poema, que debe plasmar esa unidad”

Fernando Pessoa,
Fragmento.
“Primeramente el hombre en quien imaginación y razón no se habían diferenciado todavía,
pensó por símbolos, por imágenes, por metáforas”
Fernando Pessoa,
Fragmento.
“No puedo entretenerme en la contemplación inocente de las cosas de los hombres, porque el ansia de
profundizar es inevitable y, puesto que mi interés no puede existir sin ella, o ha de morir a manos de ella o
ha de escaparse…. (SIGUE DESASOSIEGO 165)
…no puedo entretenerme con la especulación metafísica”

Octavio Paz

"...Hoy estoy vivo y sin nostalgia.


La noche fluye
la ciudad fluye
transcurro sobre la página que fluye
transcurro con las palabras que transcurren.

conmigo no empezó el mundo


no ha de acabar conmigo.
Soy
Un latido en el río de latidos

Hace veinte años me dijo Vasconcelos


"Dedíquese a la filosofía
Vida no da
Defiende de la muerte"
Y Ortega y Gasset
En un bar en el Ródano
"Aprenda el Alemán
y póngase a pensar
olvide lo demás"

Yo no escribo para matar al tiempo


Ni para revivirlo
Escribo para que me viva y reviva

Hoy en la tarde desde un puente


Vi al sol entrar en las aguas del río
Todo estaba en llamas
Ardían las estatuas, las cosas, los pórticos
En los jardines racimos femeninos
Lingotes de luz líquida
Frescura de vasijas solares
Un follaje de chispas la alameda
El agua horizontal inmóvil
Bajo los cielos y los mundos incendiados
Cada gota de agua
Un ojo fijo
El peso de la enorme hermosura
Sobre cada pupila abierta
Realidad suspendida
En el tallo del tiempo
La belleza no pesa
Reflejo sosegado
Tiempo y belleza son lo mismo
Luz y agua
Mirada que sostiene a la hermosura
Tiempo que se embelesa en la mirada
Mundo sin peso
Si el hombre pesa
¿No basta la hermosura?
No sé nada
Sé lo que sobra
No lo que basta
La ignorancia es ardua como la belleza
Un día sabré menos y abriré los ojos
Tal vez no pasa el tiempo
Pasan imágenes de tiempo
Si no vuelven las horas vuelven las presencias
En esta vida hay otra vida
La higuera aquella volverá esta noche
Esta noche regresan otras noches.

Rilke.

“Dí, OH poeta, ¿cuál es tu quehacer?


-yo celebro-

Mas lo mortífero y lo monstruoso


¿Cómo lo arrostras, como lo soportas?
-yo celebro-

mas lo que no tiene nombre, lo anónimo,


¿cómo lo llamas, no obstante, OH poeta?
-yo celebro-

¿de dónde tu derecho a la verdad,


bajo aquella máscara o este disfraz?
-yo celebro-

¿Y por qué la quietud y el arrebato?,


¿Cómo estrella y tempestad te conocen?
-porque celebro-

Azcuy
“El poeta es el guía natural del metafísico que quiere comprender las fuerzas de uniones instantáneas”

María Zambrano,
Fragmento.
“El filósofo quiere lo uno, porque lo quiere todo. Y el poeta no quiere propiamente todo, porque teme
que en este todo no esté en efecto cada una de las cosas y sus matices.
El poeta quiere una, cada una de las cosas sin restricción, ni renuncia alguna. Quiere un todo desde el
cual se posea cada cosa, mas no entendiendo por cosa esa unidad hecha de sustracciones. La cosa del
poeta no es jamás la cosa conceptual del pensamiento sino la cosa complejísima y real, la cosa
fantasmagórica y soñada la inventada, la que hubo y la que no habrá jamás. Quiere la realidad, pero la
realidad poética no es solo la que hay, la que es, sino la que no es: abarca el ser y el no ser en admirable
justicia caritativa, pues todo tiene derecho a ser, hasta lo que no ha podido ser jamás…
… el poeta alcanza su unidad en el poema mas pronto que el filosofo…”

María Zambrano,
Fragmento.
“Necesidad interior, perentoria e irrenunciable de armonizar la vida con la razón, la realidad con el deseo,
la creencia con la idea, para que mutuamente se corrijan y para que la razón aclare la vida y la vida sujete
a la razón”.
Fernando Pessoa
Si, después que yo muera…

Si, después que yo muera, se quisiera escribir mi biografía,


Nada sería más simple.
Exactamente poseo dos fechas -la de mi nacimiento y
la de muerte.
Entre una y otra todos los días me
pertenecen.
Soy fácil de describir.
He vivido como un loco.
He amado a las cosas sin ningún sentimentalismo.
Nunca tuve un deseo que no pudiera colmar, pues nunca anduve ciego.
Incluso escuchar para mí fue nada más que un complemento del ver.
Comprendí que las cosas son reales y totalmente diferentes una de otra:
Lo comprendí con los ojos, jamás con el pensamiento.
Comprenderlo con el pensamiento hubiera sido encontrarlas
todas iguales.

Un día me sentí dormido como un niño.


Cerré los ojos y dormí.
Y, a propósito, yo era el único poeta de la Naturaleza.

Fernando Pessoa
Yo nunca guardé rebaños.

Yo nunca guardé rebaños,


pero es como si los guardara.
Mi alma es como un pastor,
conoce el viento y el sol
y anda de la mano de las Estaciones
siguiendo y mirando.
Toda la paz de la Naturaleza a solas
viene a sentarse a ni lado.
Pero permanezco triste, como un atardecer
para nuestra imaginación,
cuando refresca en el fondo de la planicie
y se siente que la noche ha entrado
como una mariposa por la ventana.

Pero mi tristeza es sosiego


porque es natural y justa
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa que ya existe
y las manos cogen flores sin darse cuenta.

Con un ruido de cencerros


más allá de la curva del camino
mis pensamientos están contentos.

Pensar molesta como andar bajo la lluvia


cuando el viento crece y parece que llueve más.

No tengo ambiciones ni deseos.


Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.
Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 10.
“Así soy, frívolo y sensible, capaz de impulsos violentos y absorbentes, malos y buenos, nobles y viles,
pero nunca de un sentimiento que subsista, que nunca de una emoción que perdure, y se consubstancie
con el alma. Todo en mí es esta tendencia a ser de inmediato otra cosa; una impaciencia del alma ante sí
misma, como ante un niño cargoso; un desasosiego siempre creciente y siempre igual. Todo me interesa y
nada me atrapa. Prestó atención a todo, soñando siempre; fijo los mínimos gestos faciales de aquel con
quien hablo; recopilo las entonaciones exactas de cada cosa que expresamente dice; pero al oírlo, no lo
escucho, estoy pensando en otra cosa, y lo que menos aprehendí de la charla fue la noción de lo que en
ella se dijo, tanto por mi parte como por parte de aquel con quien hablé. De modo que muchas veces le
repito a alguien lo que ya le repetí, le pregunto de nuevo lo que ya me respondió; pero puedo describir, en
cuatro palabras fotográficas, la tensión muscular con que dijo lo que no me acuerdo, o la inclinación de
sus ojos al oír con la que recibió el relato de lo que yo no recordaba haberle dicho ya. Soy dos, y entre
ambos la distancia-¡Hermanos siameses que no están pegados!”.

Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 15.
“Conquisté, palmo a palmo, el terreno interior que nació mió. Demandé, metro a metro, el pantano en que
me inmovilice nulo. Parí mi ser infinito pero me arranqué a golpes de mí”.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
Me están dictando cosas,
pero no desde otro mundo u otros seres,
Sino, más humildemente, desde adentro.

Pero ¿quién está adentro,


además de estar yo?
¿o tal vez no estoy yo
Y he dejado mi lugar
para que otro me dicte?

Si esto es así,
no importa que el dictado
no lo comprenda nadie.
No importa siquiera
que lo comprenda yo.

Ser no es comprender.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical

Me dirijo palabras a mí mismo,


como si añorase a otro en mí,
caleidoscopio autoverbal
que a menudo me traba
las otras formas de elocución o diálogo.
Y también el silencio
y sus imperceptibles expansiones.

Pero todo ¿Para qué?


no es más que otra variante
de la voz que clama en el desierto.
Sin embargo,
esas palabras que me digo a mí mismo
me preservan de tumores crecientes,
me salvan la sobreluz de lo salvable
y me devuelven la perdida oración,
con este nuevo rito
de rezarme a mí mismo-
porque toda oración es autónoma de su destinatario,
y puede dirigirse hasta una piedra del camino.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía Vertical
10.

Soñé un manuscrito
cuyas líneas se borraban una a una.
Soñé también a quienes lo escribían
-uno era yo-
Y también se borraban uno a uno.

Al despertar
no quedaba ya nadie.
Y había una única línea,
que también comenzaba a borrarse.
Esa línea decía:
sólo dios puede salvar de dios.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“El poeta pregunta siempre angustiado si del profundo pozo de la experiencia humana sedimentada en el
lenguaje surgirá efectivamente y tendrá consistencia la palabra radiante que todo lo ilumina”:

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“Pero el interpelado es el poeta, todo poeta, el hombre poeta, todo hombre. Tiene una visión y nadie ve lo
que él ve”.

Czelaw Milosz.
La Conspiración del Silencio,
Fragmento
“El poeta sueña con ser profeta en su tierra, con hacerse partícipe de su aldea, que para el no es más que
su mundo. Desea reconocer a su gente, sentir sus vivencias como propias, por ello defiende su lenguaje,
su cultura desde cualquier lugar del mundo, porque ante todo su historicidad, su tradición son lo
primordial”.

Czelaw Milosz.
La Conspiración del Silencio,
Fragmento
“El héroe sobrevuela la tierra y la contempla la distancia, desde las alturas, pero es al mismo tiempo
capaz de ver sus mínimos detalles; realizando una doble visión que yo desearía proponer como metáfora
de la vocación del poeta”.
Czelaw Milosz.
La Conspiración del Silencio,
Fragmento
“El poeta reconoce su entorno, vivifica la verdad de su realidad, a través de la contemplación de su
mundo, tanto de su naturaleza, como de su gente, así se reencuentra con su oficio el de nombrar una
realidad y plasmarla para la posteridad”.

Czelaw Milosz.
La Conspiración del Silencio,
Fragmento
“Atributos del poeta: la ansiedad de la contemplación y el deseo de describir lo que ve”.

Czelaw Milosz.
La Conspiración del Silencio,
Fragmento
“El poeta se hace eco de sus antepasados, como hermandad entre una misma cultura, una misma historia,
y en algunos casos el compartir las vivencias de una experiencia similar”.

Czelaw Milosz.
La Conspiración del Silencio,
Fragmento
“El poeta busca y describe constantemente su realidad, desea develar la verdad como su meta final, por
ello esta en constante observación, en constante análisis de todo aquello que ve porque su verdad es
infinita y por lo tanto esta en constante rotación”.

Czelaw Milosz.
La Conspiración del Silencio,
Fragmento
“Las motivaciones del poeta no son verificar precisamente la realidad. Puede darse el
Caso también que pretenda liberarse de ella, y en un lugar diferente, en países que no son el suyo, frente a
otros mares logre recobrar durante breves instantes, su verdadera vocación, es decir la contemplación de
su ser”.

Antonio colinas,
El sentido primero de la palabra poética,
Fragmento.
“dice Einstein en su ensayo “Mi visión del mundo”: la experiencia más hermosa que tenemos a nuestro
alcance es el misterio. Es la emoción fundamental, la cuna del verdadero arte y de la verdadera ciencia…
fue la experiencia del misterio la que engendro la religión ´ Yo he visto siempre este concepto de misterio
como un sinónimo de lo que he venido llamando segunda realidad, es decir, de una realidad que esta
detrás de lo aparente, de la cotidiana, pero que –inaprensible- subyuga y exalta al hombre. El poeta o lo
que Anthony Shaftesbury llamó el segundo Hacedor- sería el encargado de interpretar y de desvelar esa
segunda realidad”.

Antonio colinas,
El sentido primero de la palabra poética,
Fragmento.
“el poeta se mantiene como en vacío, en disponibilidad siempre”.

“El poeta debe luchar y no descansará hasta encontrarse en los orígenes, es decir, ‘en un lugar y en un
tiempo fuera del tiempo, en que el hombre fuera otra cosa que hombre’”.
Roberto Juarroz
Duodécima Poesía vertical
34.
Algunas veces nos sentimos por fin
Asentados en la tierra.
Ella parece entonces nuestra casa.
Y por un momento olvidamos
Nuestros pintorescos atuendos
De seres destinados al exilio.

Quizá por esas pocas horas de arraigo


Sabemos que las cosas
Podrían haber sido de otro modo:
Tener un lugar,
Habitar nuestra casa,
Aunque periódicamente nos expulsa el infinito.

Pero lo mismo en el arraigo o el exilio


Seguimos sin conocer nuestra función,
Quizá porque ignoramos
La función de la tierra.

Roberto Juarroz
Duodécima Poesía vertical
48.
Todas las historias me parecen conocidas,
Todas las intrigas, todos los argumentos.
No lo he vivido todo,
Ni siquiera lo he visto.
No guardo en mis alforjas
El resumen en píldoras
De todo cuanto existe.

Pero todos los rostros me resultan conocidos,


Todas las voces, todos los paisajes.
No me he cruzado con todos los hombres,
Ni siquiera los he oído o leído.
No conservo en mis ojos
El arduo laberinto
De todos los reflejos.

Sin embargo, en el fondo


Hay algo que alguna vez he pensado
O vivido o amado alguna vez,
Casi un relámpago de nada,
Que sin yo darme cuenta
Enhebró un filamento
De todo cuanto existe
Y me ha dejado adentro
La sensación extraña
De haber pensado todo,
De haber amado todo,
De haber tocado todo,
Hasta lo que no existe.

Y también en el fondo
O más allá del fondo
No dejo de escuchar una música
A la que se parecen
Todas las otras músicas,
No dejo de escuchar un silencio
Que pasa como un duende
Por todos los silencios.
Y desde allí se oye claramente
Las ondas detenidas,
Las fósiles mareas
Del silencio futuro,
Del silencio final.

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.
38.
Hoy me duele pensar,
Me duele la mano con que escribo,
Me duele la palabra que dije ayer
Y también la que no dije,
Me duele el mundo.

Hay días que son como espacios preparados


Para que todo duela.

Sólo dios no me duele hoy.


¿Será porque hoy no existe?

Jorge Luís Borges,


Prólogo a Fervor de Buenos Aires.
Fragmento.
“No he reescrito el libro. He mitigado sus excesos barrocos, he limado asperezas, he tachado sensiblerías
y vaguedades y, en el decurso de esta labor a veces grata y otras veces incómoda, he sentido que aquel
muchacho que en 1923 lo escribió ya era esencialmente-¿qué significa esencialmente?- el señor que ahora
se resigna o corrige. Somos el mismo; los dos descreemos del fracaso y del éxito, de las escuelas literarias
y de sus dogmas; los dos somos devotos de Schopenhauer, de Stevenson y de Whitman. Para mí, Fervor
de Buenos Aires prefigura todo lo que haría después. Por lo que dejaba entrever, por lo que prometía de
algún modo, lo aprobaron generosamente Enrique Díez-Canedo y Alfonso Reyes.

Como los de 1969, los jóvenes de 1923 eran tímidos. Temerosos de una íntima pobreza, trataban, como
ahora, de escamotearla bajo inocentes novedades ruidosas. Yo, por ejemplo, me propuse demasiados
fines: remedar ciertas fealdades(que me gustaban) de Miguel de Unamuno, ser un escritor español del
siglo XVII, ser Macedonio Fernández, descubrir las metáforas que Lugones ya había descubierto, cantar
un Buenos Aires de casas bajas y, hacia el poniente o hacia el sur, de quintas con verjas.

En aquel tiempo, buscaba los atardeceres, los arrabales y la desdicha; ahora, las mañanas, el centro y las
serenidad”.
Vicente Huidobro,
Marino

Aquel pájaro que vuela por primera vez.


Se aleja del nido mirando hacia atrás.

Con el dedo en los labios


os he llamado.

Yo inventé juegos de agua


En la cima de los árboles

Te hice la más bella de las mujeres


Tan bella que enrojecerías en las tardes

La luna se aleja de nosotros


Y Arroja una corona sobre el polo

Hice correr ríos


que nunca han existido

De un grito elevé una montaña


Y en torno bailamos una nueva danza

Corté todas las rosas


De las nubes del este

Y enseñé a cantar un pájaro de nieve

Marchemos sobre los meses desatados

Soy el viejo marino


Que cose los horizontes cortados.

Charles Baudelaire,
El Albatros
Por distraerse, a veces, suelen los marineros
Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío surcando los amargos abismos.

Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,


Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,
Dejan penosamente arrastrando las alas,
Sus grandes alas blancas semejantes a remos.

Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!


Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!
¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa,
Aquél, mima cojeando al planeador invalido!

El poeta es igual a este señor del nublo,


Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
Sus alas de gigante le impiden caminar.
Tulio Mario Cuervo Hoyos,
Poeta.

Enamorado de su diaria herida


Él es llama que ignora su ceniza.
Es su sed, caminante y repetida,
Y el olvidado de su propia risa.

Si una palabra, constelada aprisa


Le corona la frente envanecida,
No le cabe la paz en la camisa
Y la guerra le sobra entre la vida.

A bordo de su estrofa preferida


Electriza la tierra redimida
Con la partitura de los ruiseñores.

Y la espada, por fin arrepentida,


Encadena a la vaina enmohecida
La insolencia de sus resplandores.

Fernando Pessoa.
Autopsicografía

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que en verdad siente.

Y, en el dolor que han leído,


A leer sus lectores vienen,
No los dos que él ha tenido,
Sino sólo el que no tiene.

Y así en la vida se mete,


Distrayendo a la razón,
Y gira, el tren de juguete
Que se llama corazón.

Daniel Torres Gómez.


Imagino tu faz tierna y cansada
y te veo silente y abstraído,
agotando esa luz que te fue dada,
ardoroso, añorante y conmovido.

Le das vuelta a las páginas, y vuelan


en tu mente los mágicos albores
sientes cómo, al leer, mil signos rielan
en tu alma, de gestas y colores.

Luego tomas tu pluma, tinta, un pliego,


y en el acto recóndito te anegas,
con tu mente abrasada por un fuego.

Ahí están las palabras con que juegas,


ahí están, como ayer, tu horror, tu ruego,
y el temor de seguir errando a ciegas.
Jaime Sabines
El peatón,
Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas,
alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un
gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta
decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un
poeta.
Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla!
¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un
gran poeta!
Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido.
Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie
se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no
tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible,
o un rayo que les salga de las orejas?
¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido,
o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar,
como cualquiera, de peatón.
¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón.
Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y
tranquila.
.
Pablo Neruda
“Cuadernos de Temuco”.

Poeta,
no supiste cantar la vida provinciana
tú no estuviste adentro, tú no dejaste plena
tu alma de emociones ardorosas y sanas.

Tú cantaste tan sólo mirando tus alturas


y creíste encontrarte con la vida más pura
más sencilla y más buena,
no pensaste en espasmos de desgarrantes penas
que viven como flores sangrantes en la vida
que creíste un atado de emociones serenas
en donde el dolor era tal vez una mentira
y enferma excitación hacia lo artificial.

Pero, Poeta, tú no viviste en el mal


no arrastraste algún carro de dolor por la ruta,
en estas soledades no fuiste soledad,
por aquí no creíste que era una maga bruta
la vida en los senderos de la fatalidad.

No conociste el agrio caminar de los hombres


que están en el veneno de estos crueles rincones
y que son un racimo triste de corazones
apretados y solos.

Cada uno lamiéndose su llaga dolorosa


y mirando cansados como pasan los locos
inciensos profanados de la vida tediosa,
cada uno esforzándose en vivir en sí mismos,
hiriéndose las manos por cortar la marea
de los dolores hondos y de los fatalismos.
pero todos se cansan, se botan en la tierra
estéril y se quedan, se quedan y se quedan...
Carne estéril, humilde conjunción de fracasos
con una sola cuerda tendida en el dolor,
echan más mieles hacia los días que pasaron
y ruegan a la vida que los trate mejor.

Es inútil, se pasan lentamente los días,


se desgastan, se van, pero siempre la vida
echa para los hombres tensión de paroxismos
y gritan, y se quedan... serán siempre los mismos.

Así. Fundiendo al soplo de todos los dolores


todos los escondidos hervideros del ser
y sintiendo el enorme
dolor de vivir solos entre la gente y en
la vida toda, entera.
(Dolor el de los ojos, de no ver el después
detrás de los cansancios de este montón de células
agotadas y ansiosas de revivir más fuertes
pensando en las podridas montañas de la muerte).

Poeta, tú quizás
no sabrías la carga de dolores hundidos
por entre los abismos llenos de soledad,
poeta,
tú quisiste cantar sencillamente
las emociones buenas
pero tú no buscaste los senderos ardientes
prendidos por las cinco lámparas del dolor
y que se hacen más duras en un agrio rincón.

No supiste cantar la vida provinciana,


no todos son ensueños ni rumores de alas,
eso es superficial,
por aquí van los hombres ya cansados de andar
y llevando en los labios como una oración
las hieles tremolantes que les echó el dolor...

César López
“poetas Cubanos Actuales”.
VIII
De este lado está la esperanza, la historia,
justicia.
Del otro lado, aquello que se niega.
De este lado está la voz, el recuerdo, la
obligación
y el muerto que pertenece a cada uno.
Del otro lado, la fiereza y los fugitivos, la sombra
de las emisoras radiales subversivas
De este lado está la construcción de un mundo
y su diseño
De otro lado, lo poderoso y aplastante.
De este lado está el sufrimiento, el desertor,
y junto a la alegría
Está la incomprensión y alguna que otra flor
marchita
y el consumo, calificados ambos de malignos
De este lado está la escasez, el bloqueo, el error
como su consecuencia, está el amor desgarrado
Del otro lado, la muerte dirigida.
De este lado también está la muerte.
Del otro lado, quienes fabrican esta muerte.
De este lado está la irritación, a veces el odio, la
locura
del otro lado, los comentarios, las cenas suculentas,
los viajes sin problemas.
De este lado, algunos predicadores o falsarios,
disfrazados
de lo que les conviene, y los risueños
oportunistas de siempre y contra el tiempo.
Del otro lado, lo que aparentemente concilia y
pacifica
De este lado está el poeta. El poeta.
De este lado, y aunque sea en el silencio, está el
poeta
De este lado se queda. De este lado
siempre ha estado el poeta. De este lado.

Pablo Neruda,
El Poeta

Antes anduve por la vida, en medio


de un amor doloroso: antes retuve
una pequeña página de cuarzo
clavándome los ojos en la vida.
Compré bondad, estuve en el mercado
de la codicia, respiré las aguas
más sordas de la envidia, la inhumana
hostilidad de máscaras y seres.
Viví un mundo de ciénaga marina
en que la flor, de pronto, la azucena
me devoraba es su temblor de espuma,
y donde puse el pie resbaló mi alma
hacia las dentaduras del abismo.
Así nació mi poesía, apenas
rescatada de ortigas, empuñada
sobre la soledad como un castigo,
o apartó en el jardín de la impudicia
su más secreta flor hasta enterrarla.
Aislado así como el agua sombría
que vive en sus profundos corredores,
corrí de mano en mano, al aislamiento
de cada ser, al odio cotidiano.
Supe que así vivían, escondiendo
la mitad de los seres, como peces
del más extraño mar, y en las fangosas
inmensidades encontré la muerte.
La muerte abriendo puertas y caminos.
La muerte deslizándose en los muros.

Walt Whitman
Poetas Futuros.
¡Poetas Futuros, oradores, cantores, músicos futuros!
No me justificaré este día ni responderá por mí,
Pero vosotros, de una generación nueva, pura, atlética, continental,
más grande que todas las generaciones conocidas,
¡Despertad, pues tenéis que justificarme!
Yo no hago otra cosa que escribir una o dos palabras indicativas
Para el porvenir;
No hago otra cosa que avanzar un instante, y luego me vuelvo
Apresuradamente a las tinieblas.

Soy un hombre que, vagando a la ventura y sin detenerse, os


Dirige una mirada casual y vuelve el rostro,
Dejando que vosotros lo analicéis y lo defináis,
Esperando de vosotros lo más importante.

Alex Fleites
Poesía y Práctica.

Los poetas –rezan los manuales-


deben procurarse fuertes emociones
Y así sugieren amores imposibles,
batallas junto al mar,
interminables noches
calculando el pulso de los astros

Sin embargo, he podido notar


que las más intensas vivencias
no me han concedido los mejores poemas
En cambio, los mejores poemas
me han proporcionado
no solo las más grandes alegrías,
sino también
las más oscuras de las desesperanzas
Léase amores posibles e imposibles,
exaltadas victorias y derrotas
y un conocimiento del pasado
que ya quisieran algunos futurólogos

Los poetas –han de ser


corregidos los manuales-
deben procurarse magníficos poemas,
del resto se encarga la vida
que –y esto es
lo verdaderamente mágico-
es el nombre más corriente de la poesía

Nicolás Guillén
Al Margen de mis libros de estudios

Yo, que pensaba en una blanca senda florida


donde esconder mi vida bajo el azul de un sueño,
hoy pese a la inocencia de aquel dorado empeño,
muero estudiando leyes para vivir la vida.

Y en vez de una alegría musical de cantares,


o de la blanca senda constelada de flores,
aumentan mis nostalgias solemnes profesores
y aulas llenas de alumnos alegres y vulgares.

Pero asisto a las clases puntualmente. Me hundo


en la enfática crítica y el debate profundo:
Savigny, Puchta, Ihering, Teófilo, Papiniano...

Así llenan y cubren esta vida que hoy vivo


la ciencia complicada del Administrativo
y el libro interminable del Derecho Romano.

II

Luego en el mes de Junio, la angustia del examen.


Pomposos catedráticos en severos estrados,
y el anónimo grupo de alumnos asustados
ante la incertidumbre tremenda del dictamen

Que juzgará el prestigio de su sabiduría...


Aplaudir aquel triunfo que talento pregona,
y mirar como a veces el dictamen corona
con un sobresaliente una testa vacía.

Deshojar cuatro años esta existencia vana,


en que París es sueño y es realidad La Habana;
gemir, atado al poste de la vulgaridad,

Y a pesar del ensueño de luz en que me agito,


constreñir el espíritu sediento de infinito
a las angostas aulas de una universidad.

III

¿Y después? Junto a un título flamante de abogado,


irá el pobre poeta con su melancolía
a hundirse en la ignorancia de alguna notaría
o a sepultar sus ansias en la paz de un juzgado.

Lejos del luminoso consuelo de la rosa,


de la estrella, del ave, de la linfa, del trino,
toda la poesía de mi anhelo divino
será un desesperante montón de baja prosa.

Y pensar que sí entonces la idealidad de un ala


musical en la noche de mi pecho resbala
o me cita la urgente musa del madrigal,

tendré que ahogar, señores, mi lírica demencia


en los considerados de una vulgar sentencia
o en un estrecho artículo del Código Penal...

Pablo Neruda
(La Rosa Separada)

El fatigado, el huérfano
de las multitudes, el yo,
el triturado, el de cemento,
el apartida de los restaurantes repletos,
el que quería irse más lejos, siempre,
no sabía que hacer en la isla, quería
y no quería quedarse o volver,
el vacilante, el híbrido, el enredado en sí mismo
aquí no tuvo sitio: la rectitud de piedra,
la mirada infinita del prisma de granito,
la soledad redonda lo expulsaron:
se fue con sus tristezas a otra parte,
regresó a sus natales agonías,
a las indecisiones del frío o del verano.

Olga Orozco,
Homenaje a Alejandra Pizamik
Pavana del hoy infanta difunta que amo y lloro

Pequeña centinela,
caes una vez más por la ranura de la noche
sin más armas que los ojos abiertos y el terror
contra los invasores insolubles en el papel en blanco.
Ellos eran legión.
Legión encamizada era su nombre
y se multiplicaban a medida que tú te destejías hasta el último hilván,
arrinconándote contra las telarañas voraces de la nada.
El que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo.
El que los abre traza las fronteras y permanece a la intemperie.
El que pisa la raya no encuentra su lugar
Insomnios como túneles para probar la inconsistencia de toda realidad;
noches y noches perforadas por una sola bala que te incrusta en lo oscuro,
y el mismo ensayo de reconocerte al despertar en la memoria de la muerte:
esa perversa tentación,
ese ángel adorable con hocico de cerdo.
¿Quién habló de conjuros para contrarrestar la herida del propio nacimiento?
¿Quién habló de sobornos para los emisarios del propio porvenir?
Sólo había un jardín: en el fondo de todo hay un jardín
donde se abre la flor azul del sueño de Novalis.
Flor cruel, flor vampira,
más alevosa que la trampa oculta en la felpa del muro
y que jamás se alcanza sin dejar la cabeza o el resto de la sangre en el umbral.
Pero tú te inclinabas igual para cortarla donde no hacías pie,
abismos hacia adentro.
Intentabas trocarla por la criatura hambrienta que te deshabitaba.
Erigías pequeños castillos devoradores en su honor;
te vestías de plumas desprendidas de la hoguera de todo posible paraíso;
amaestrabas animalitos peligrosos para roer los puentes de la salvación;
te perdías igual que la mendiga en el delirio de los lobos;
te probabas lenguajes como ácidos, como tentáculos,
como lazos en manos del estrangulador.
¡Ah los estragos de la poesía cortándote las venas con el filo del alba,
y esos labios exangües sorbiendo los venenos de la inanidad de la palabra!
Y de pronto no hay más.
Se rompieron los frascos.
Se astillaron las luces y los lápices.
Se desgarró el papel con la desgarradura que te desliza en otro laberinto.
Todas las puertas son para salir.
Ya todo es el revés de los espejos.
Pequeña pasajera,
sola con tu alcancía de visiones
y el mismo insoportable desamparo debajo de los pies:
sin duda estás clamando por pasar con tus voces de ahogada,
sin duda te detiene tu propia inmensa sombra que aún te sobrevuela en busca de otra,
o tiemblas frente a un insecto que cubre con sus membranas todo el caos,
o te adrementa el mar que cabe desde tu lado en esta lágrima.
Pero otra vez te digo,
ahora que el silencio te envuelve por dos veces en sus alas como un manto:
en el fondo de todo jardín hay un jardín
Ahí está tu jardín,
Talita cumi.

Pablo Neruda
El Hombre Invisible

Yo me río,
me sonrío
de los viejos poetas,
yo adoro toda
la poesía escrita,
todo el rocío,
luna, diamante, gota
de plata sumergida,
que fue mi antiguo hermano,
agregando a la rosa,
pero
me sonrío,
siempre dicen “yo”,
a cada paso
les sucede algo
es siempre “yo”,
por las calles
sólo ellas andan
o la dulce que aman,
nadie más,
no pasan pescadores,
ni libreros,
no pasan albañiles,
nadie se cae
de un andamio,
nadie sufre,
nadie ama,
sólo mi pobre hermano
el poeta,
a él le pasan
todas las cosas
y a su dulce querida,
nadie vive
sino el solo,
nadie llora de hambre
o de ira,
nadie sufre en sus versos
porque no puede
pagar el alquiler,
a nadie en poesía
echan a la calle
con camas y con sillas
y en las fábricas
tampoco pasa nada,
no pasa nada,
se hacen paraguas, copas,
armas locomotoras,
se extraen minerales
rascando el infierno,
hay huelga,
vienen soldados,
disparan,
disparan contra el pueblo,
es decir,
contra la poesía,
y mi hermano
el poeta
estaba enamorado,
o sufría
porque sus sentimientos
son marinos,
ama los puertos
remotos, por sus nombres,
y escribe sobre océanos
que no conoce,
junto a la vid, repleta
como el maíz de granos,
él pasa sin saber
desgranarla
el sube y baja
sin tocar la tierra.
o a veces
se siente profundísimo
y tenebroso
él es tan grande
que no cabe en sí mismo,
se enreda y desenreda,
se declara maldito,
lleva con gran dificultad la cruz
de las tinieblas,
piensa que es diferente
a todo el mundo,
todos los días come pan
pero no ha visto nunca
un panadero
ni ha entrado a un sindicato
de panificadores,
y así mi pobre hermano
se hace oscuro,
se tuerce y retuerce
y se halla
interesante,
interesante,
ésta es la palabra,
yo no soy superior
a mi hermano
pero sonrío,
porque voy por las calles
y sólo yo no existo,
la vida corre
como todos los ríos,
yo soy el único
invisible,
no hay misteriosas sombras,
no hay tinieblas,
todo el mundo me habla,
me quieren contar cosas,
me hablan de sus parientes,
de sus miserias
y de sus alegrías
todos pasan y todos
me dicen algo,
y cuántas cosas hacen!
cortan maderas,
suben hilos eléctricos,
amasan hasta tarde en la noche
el pan de cada día,
con una lanza de hierro
perforan las entrañas
de la tierra
y convierten el hierro
en cerraduras,
suben al cielo y llevan
cartas, sollozos, besos,
en cada puerta
hay alguien,
nace alguno,
o me espera la que amo,
y yo paso y las cosas
me piden que las cante,
yo no tengo tiempo,
debo pensar en todo,
debo volver a casa,
pasar al Partido,
qué puedo hacer,
todo me pide
que hable,
todo me pide
que cante y cante siempre,
todo está lleno
de sueños y sonidos,
la vida es una caja
llena de cantos, se abre
y vuela y viene
una bandada
de pájaros
que quieren contarme algo
descansando en mis hombros,
la vida es una lucha
como un río que avanza
y los hombres
quieren decirme,
decirte,
por qué luchan,
si mueren,
por qué mueren,
y yo paso y no tengo
tiempo para tantas vidas,
yo quiero que todos vivan
en mi vida
y canten en mi canto,
yo no tengo importancia,
no tengo tiempo
para mis asuntos,
de noche y de día
debo anotar lo que pasa
un insecto color de violín,
pongo el brazo
sobre un pequeño seno
o bajo la cintura
de la dulce que amo,
y miro el terciopelo
duro
de la noche que tiembla
con sus constelaciones congeladas,
entonces
siento subir a mi alma
la ola de los misterios,
la infancia,
el llanto en los rincones,
la adolescencia triste,
y me da sueño,
y duermo
como un manzano,
me quedo dormido
de inmediato
con las estrellas o sin las estrellas,
con mi amor o sin ella,
y cuando me levanto
se fue la noche,
la calle ha despertado antes que yo,
a su trabajo
van las muchachas pobres,
los pescadores vuelven
del océano,
los mineros
van con zapatos nuevos
entrando en la mina,
todo vive,
todos pasan,
andan apresurados,
y yo tengo apenas tiempo
para vestirme,
yo tengo que correr:
ninguno puede
pasar sin que yo sepa
adónde va, qué cosa
le ha sucedido.
No puedo
sin la vida vivir,
Sin el hombre ser hombre
Y corro y veo y oigo
y canto,
las estrellas no tienen
nada que ver conmigo,
la soledad no tiene
flor ni fruto.
Dadme para mi vida
todas las vidas,
dadme todo el dolor
de todo el mundo,
yo voy a transformarlo
en esperanza
Dadme
todas las alegrías,
aun las más secretas,
porque si así no fuera,
cómo van a saberse?
yo tengo que contarlas
dadme
las luchas
de cada día
porque ellas son mi canto
y así andaremos juntos,
codo a codo,
todos los hombres,
mi canto los reúne:
el canto del hombre invisible
que canta con todos los hombres.

Nicolás Guillén
La Nueva Musa
Antes, el poeta era un músico
que frente a la orquesta daba saltos
e imantaba con su batuta
los suspiros de la flauta,
el violín pedigüeño,
los bajos, roncos como unos abuelos
y hasta el tambor inmodesto,
El poeta se embriagaba
en medio del estruendo.
Ahora, el poeta se mete dentro de sí mismo
y allá dentro, dirige su orquesta.

Luís Cernuda
La gloria del poeta

Demonio hermano mío, mi semejante,


te vi. palidecer, colgado como la luna matinal,
oculto en una nube por el cielo,
entre las horribles montañas,
una llama a guisa de flor tras la menuda oreja tentadora,
blasfemando lleno de dicha ignorante,
igual que un niño cuando entona su plegaria,
y burlándote cruelmente al contemplar mi cansancio de la tierra.

Mas no eres tú,


amor mío hecho eternidad,
quien deba reír de este sueño, de esta impotencia,
de esta caída,
porque somos chispas de un mismo fuego
y un mismo soplo nos lanzó sobre las ondas tenebrosas
de una extraña creación, donde los hombres
se acaban como un fósforo al trepar los fatigosos años de sus vidas.

Tu carne como la mía


desea tras el agua y el sol el roce de la sombra;
nuestra palabra anhela
el muchacho semejante a una rama florida
que pliega la gracia de su aroma y color en el aire cálido
de mayo;
nuestros ojos el mar monótono y diverso,
poblado por el grito de las aves grises en la tormenta,
nuestra mano hermosos versos que arrojar al desdén de
los hombres.

Los hombres tú los conoces, hermano mío;


mírales como enderezan su invisible corona
mientras se borran en la sombra con sus mujeres al brazo,
carga de suficiencia inconsciente,
llevando a comedida distancia del pecho,
como sacerdotes católicos la forma de su triste dios,
los hijos conseguidos en unos minutos que se hurtaron
al sueño
para dedicarlos a la cohabitación, en la densa tiniebla
conyugal
de sus cubiles, escalonados los unos sobre los otros.

Mírales perdidos en la naturaleza,


cómo enferman entre los graciosos castaños o los taciturnos
plátanos.
Cómo levantan con avaricia el mentón,
sintiendo un miedo oscuro morderles los talones;
mira cómo desertan de su trabajo el séptimo día autorizado,
mientras la caja, el mostrador, la clínica, el bufete,
el despacho oficial
dejan pasar el aire con callado rumor por su ámbito
solitario.

Escúchales brotar interminables palabras


Aromatizadas de felicidad violenta,
reclamando un abrigo para el niñito encadenado bajo
el sol divino
o una bebida tibia, que resguarde aterciopeladamente
el clima de sus fauces,
a quienes dañaría la excesiva frialdad del agua natural.

Oye sus marmóreos preceptos


sobre lo útil, lo normal y lo hermoso;
óyeles dictar la ley al mundo, acotar al amor, dar canon
a la belleza inexpresable,
mientras deleitan sus sentidos con altavoces delirantes;
contempla sus extraños cerebros
intentando levantar, hijo a hijo, un complicado edificio
de arena
que negase con torva frente lívida la refulgente paz de
las estrellas.

Esos son, hermano mío,


los seres con quienes muero a solas
fantasmas que harán brotar un día
el solemne erudito, oráculo de estas palabras mías ante
alumnos extraños,
obteniendo por ello renombre,
más una pequeña casa de campo en la angustiosa sierra
inmediata a la capital;
en tanto tú, tras irisada niebla,
acaricias los rizos de tu cabellera
y contemplas con gesto distraído desde la altura
esta sucia tierra donde el poeta se ahoga.

Sabes sin embargo que mi vos es la tuya,


que mi amor es el tuyo;
deja, OH, deja por una larga noche
resbalar tu cálido cuerpo oscuro,
ligero como un látigo,
bajo el mío, momia de hastió sepulta en anónima yacija,
y que tus besos, ese veneno inagotable,
viertan en mi la fiebre de una pasión a muerte entre
los dos;
porque me cansa la vana tarea de las palabras,
como al niño las dulces piedrecillas
que arroja a un lago, para ver estremecerse su calma
con el reflejo de una gran ala misteriosa.
Es hora ya, es más que tiempo
de que tus manos cedan a mi vida
el amargo puñal codiciado del poeta;
de que lo hundas, con solo un golpe limpio,
en este pecho sonoro y vibrante, idéntico a un laúd,
donde la muerte únicamente,
la muerte únicamente,
puede hacer resonar la melodía prometida.

Eliseo Diego
YO
El yo que está en la página no es mío,
puede ser tú muy bien y en paz quedamos,
sólo un menudo abismo nos separa,
quién sabe qué tal vez quizás la lámpara,
pero su luz en ti y en mí es la misma,
que esté siempre encendida lo que importa.

Es la memoria en llamas quien alumbra,


las llamas queman tantas cosas tantas,
va el trompo tuyo al fuego con mi sable,
al fuego caen tu pan y mi merienda,
tu azoro vuela con mi asombro en chispas,
mi vida nutre con la tuya al fuego.

El yo que está en la página es rescoldo,


si tuyo o mío al fin qué poco importa,
si mío te calienta ve y abrígate,
si tuyo me ilumina he de abrigarlo,
todo su ser al fin cenizas nuestras,
yo y tú no más la frágil ascua.

Xavier Villaurrutia
Poemas para Lulu Albert- Lazard.
IV
¿Somos nosotros, Lulu, nosotros? ¿Se saludan
en nosotros, quizá, figuras que se fueron?
por nuestros corazones, que tenemos abiertos,
marcha el dios de las alas en los pies,

aquel, lo sabes tú, que lleva a los poetas;


antes aún que sepan de su ser
los ha reconocido, arrebatado
y a lo inconmensurable destinado.

Sólo a un dios se le ha dado este poder


de descifrar lo no querido aún.
Como la noche, con dos días junto a ella,
está él en nuestras vidas, de repente,
lleno de un astro vacilante.

En nosotros, los dos, va en busca del poeta.


y entonces ardes tú, callada, y ardo yo.
Y a través de los claros en los rostros,
él nos lanza sus pájaros tempranos.

Epístola a los poetas que vendrán,


Manuel Scorza
Tal vez mañana los poetas pregunten
por qué no celebramos las gracias de las muchachas;
quizá mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas por donde venía la ardiente cólera.

Yo respondo: por todas partes se oía el llanto,


por todas partes nos cercaba un muro de olas negras.
¿Iba a ser la poesía
una solitaria columna de rocío?

Tenía que ser un relámpago perpetuo.

Yo os digo:
mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras los mendigos lloren de frío en la noche,
mi corazón no sonreirá.

Matad la tristeza, poetas.


Matemos a la tristeza con un palo.
Hay cosas más altas
que llorar el amor de tardes perdidas:
el rumor de un pueblo que despierta,
eso es más bello que el rocío.
El metal resplandeciente de su cólera,
eso es más bello que la luna.
Un hombre verdaderamente libre,
eso es más bello que el diamante.

Porque el hombre ha despertado,


y el fuego ha huido de su cárcel de ceniza
para quemar el mundo donde estuvo la tristeza.

José Eustaquio Rivera


Soy un grávido río,
Soy un grávido río, y a la luz meridiana
ruedo bajo los ámbitos reflejando el paisaje
y en el hondo murmullo de mi audaz oleaje
se oye la voz solemne de la selva lejana.

Flota el sol entre el nimbo de mi espuma liviana;


y peinado en los vientos el sonoro plumaje,
en las tardes un águila triunfadora y salvaje,
vuela sobre mis tumbos encendidos en grana.

Turbio de pesadumbre y anchuroso y profundo,


al pasar ante el monte que en las nubes descuella
con mi trueno espumante sus contornos inundo,

y después, remansando bajo plácidas frondas,


purifico mis aguas esperando una estrella
que vendrá de los cielos a bogar en mis ondas.

Carlos Martín
Uno y Varios.
Soy hombre como todos: uno y varios
con algo de fantasma y de poeta,
el que oculta
, volcán, trompeta
que grita, más que canta, sueños diarios.

Suma en contradicción de milenarios


impulsos, atavismos y secreta
ansia de apaciguar la vida inquieta
rimando sueños, besos y sudarios.

Acaso, sin quererlo, soy un templo,


heredado de Dios, lleno de lodo,
que extraño, en ocasiones, me contemplo,

sin entender por qué, ni de qué modo,


oscuro y entre luces, soy ejemplo
de ser fugaz y absurdo, sobre todo.

Walt Whitman
Canto a mi mismo,
Fragmento.
Soy el poeta del Cuerpo y soy el poeta del Alma.
Los goces del cielo están conmigo y los tormentos del infierno están conmigo.
Los primeros injertos y los multiplico en mi ser,
los últimos los traduzco a un nuevo idioma.

Soy el poeta de la mujer no menos que el poeta del hombre.


Y digo que es tan grande ser mujer como ser hombre.
Y digo que nada es mayor que ser madre de los hombres.

Entorno el canto de la exaltación o de la soberbia.


Ya estamos hartos de plegarias y de zalamerías.
Muestro que el tamaño no es más que crecimiento.

¿Has dejado atrás a los otros? ¿Eres el presidente?


Es una bagatela, cada uno de los otros te alcanzará y seguirá adelante.
Soy el que camina con la tierra y creciente noche.
Llamo a la tierra y al mar que abraza la noche.
Abrázame, noche de senos desnudos, abrázame, noche magnética y fecunda.
Noche de los vientos del sur, noche de las estrellas grandes y escasas.
Noche serena que me llama, loca y desnuda noche de estío.

¡Sonríe, tierra voluptuosa de fresco aliento.


Tierra de los árboles dormidos y húmedos.
Tierra del sol que ya se ha ido, tierra de las montañas de cumbre nebulosa.
Tierra del cristalino fluir de la luna llena, apenas tocada de azul.
Tierra del brillo y de la sombra manchando la corriente del río.
Tierra gris límpido de las nubes que resplandecen y se aclaran para que yo las vea.
Tierra yacente y extendida, rica tierra de azahares!
Sonríe por que llega tu amante.
Pródiga me has dado tu amor, te doy pues mi amor, mi apasionado amor indecible.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“Me preocupa mucho esto de las fidelidades a los núcleos poéticos. Por ejemplo, ¿qué hace el poeta
después de finalizar un poema e incluso un libro, cuando siente esa orfandad, esa aridez a que aluden los
místicos, esas zonas intermedias, esas tierras de nadie? ¿Cómo soportar el retroceso del poema, el
contragolpe de la ausencia del poema? Éste no puede ser programado, uno no puede decir: ‘voy a escribir
un poema esta noche de nueve a diez’. Se dan ciertas condiciones imperativas: uno abandona todo lo
demás, lo que esté haciendo, y se dedica al poema con exigencia de total fidelidad. Pero hay otra fidelidad
que me preocupa, la que se debe a la ausencia del poema”.

LA CREACIÓN, LA PALABRA, LA IMAGINACIÓN,


EL POEMA EN SÍ. III
La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“Digo que la poesía es el mayor realismo posible para provocar esa reacción escandalizada que brota
cuando se alude a lo que hemos olvidado”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“Hablo no sólo de la intuición como un fulgor o un relámpago, sino como una capacidad que va
madurando como fruto, una forma de la atención que se va haciendo cada vez más honda y poco a poco
define las palabras, el modo de combinarlas. El uso del lenguaje por la poesía es un arte combinatorio
infinito, que por otro lado responde al arte combinatorio infinito de la realidad en sí”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“Cuando poema tiene algo de relámpago. Yo no diría que el poema “es” un relámpago, sino que hay en él
un relámpago. Tal es el punto de partida e implica una exigencia, y qué difícil es ser fiel a un relámpago,
es decir que luego el poema se organice, crezca como un organismo en torno a ese relámpago, a esa
pequeña iluminación inicial. Pero que después de ella no venga un acopio más o menos caprichosos, más
o menos virtuosista de quien conoce el lenguaje. No: que las cosas nazcan como nace un organismo,
como nacen en un organismo; que cada célula de paso a otra, que cada palabra y silencio originen otra
palabra y otro silencio, generando ese ciclo, esa unidad que también es un poema”.

Octavio Paz
La Caída
I
Abre simas lo creado,
abre el tiempo la entraña de lo vivo,
y en la hondura del pulso fugitivo
se precipita el hombre desangrado,

¡Vértigo del minuto consumado!


En el abismo de mi ser nativo,
en mi nada primera, me desvivo:
yo mismo frente a mí, ya devorado.

Pierde el alma su sal, su levadura,


En concéntricos ecos sumergida,
En sus cenizas anegada, oscura.

Mana el tiempo su ejército impasible,


Nada sostiene ya ni mi caída,
Transcurre solo, quieto, inextinguible.

II
Prófugo de mí ser, que me despuebla
La antigua certidumbre de mí mismo,
Busco mi sal, mi nombre, mi bautismo,
Las aguas que lavaron mi tiniebla.

Me dejan tacto y ojos sólo niebla,


Niebla de mí, mentira y espejismo:
¿qué soy, sino la sima en que me abismo,
Y qué , si no el no ser, lo que me puebla?

El espejo que soy me deshabita:


Un caer en mí mismo inacabable
Al horror de no ser me precipita.

Y nada queda sino el goce impío


De la razón cayendo en la inefable
Y helada intimidad de su vacío.

RAINER MARIA RILKE


POESÍAS JUVENILES
FRAGMENTO
“ Cuanto quiero a las pobre palabras, que tan míseras
están en lo diario: a ellas , las invisibles
palabras. De mis fiestas les regalos colores:
sonríen, y se ponen alegres lentamente.

Su esencia, que obligaron con mi miedo a entrar en ellas,


se renueva, visible, y todos pueden verlo:
no han andado jamás, todavía el cántico
y entran estremecidas dentro de mi canción”.

RAINER MARIA RILKE


POESÍAS JUVENILES
FRAGMENTO
“ Como los más secretos quiero hacerme:
no pensar las ideas en la frente,
perseguir un anhelo sólo en rimas;
con todas las miradas, sólo un leve
germen dar; sólo un ver con mi silencio.

No traicionar más, todo atrincherarme,


quedarme solo: así hacen los enteros:
tan sólo al prosternarse las ruidosas
gentes, por leves lanzas como heridas,
alzan los corazones de sus pechos
como custodias, para bendecirles.

Calla de puro oír, de puro asombro,


tú, mi más honda vida;
porque ya sabes qué te quiere el viento
antes de estremecer los abedules.

Y una vez que el silencio te haya hablado


concede la victoria a tus sentidos;
a cada soplo, entrégate y concédete:
él te dará su amor, te merecerá.

Y entonces, alma mía, sé ancha y ancha,


que te alcance la vida;
ensánchate como un traje de fiesta
sobre las cosas pensativas”.

RAINER MARIA RILKE


LAS ORACIONES DE LAS MUCHACHAS A MARÍA
FRAGMENTO
“ me aterra la palabra de los hombres.
¡Lo saben expresar todo tan claro!
y esto se llama “perro”, y eso, “casa”,
y el principio está aquí, y allí está el fin.

Me espanta su decir, su juego en broma;


saben todo lo que es y lo que fue:
no hay montaña para ellos asombrosa;
su hacienda y su jardín lindan con Dios.

Siempre os he de avisar: no os acerquéis.


Me encanta oír las cosas cómo cantan.
Yo las toco: son mudas y están quietas.
Vosotros me matáis todas mis cosas”.

EL CUIDADOR DE REBAÑOS
ALBERTO CAEIRO – FERNANDO PESSOA
XIV
No importan las rimas. Raras veces
hay dos árboles iguales, el uno junto al otro.
Pienso y escribo como las flores tienen color
pero con menos perfección en mi forma de explicarme
porque me falta la sencillez divina
de ser todo sólo mi exterior.

Miro y me conmuevo,
me conmuevo como el agua corre cuando el suelo está inclinado,
y mi poesía es natural como el levantarse del viento...

EL CUIDADOR DE REBAÑOS
ALBERTO CAEIRO – FERNANDO PESSOA
XXIV
Lo que vemos de las cosas son las cosas.
¿por qué habríamos de ver algo si fuera otra?
¿por qué es que ver y oír sería ilusionarnos
si ver y oír son sólo ver y oír?

Lo esencial es saber ver,


saber ver sin estar pensando,
saber ver cuando se ve,
y no pensar cuando se ve
ni ver cuando se piensa.

Pero eso (¡tristes de nosotros que traemos el alma vestida!),


eso exige un estudio profundo
un aprendizaje de desaprender
y un secuestro en la libertad de aquel convento
del que los poetas dicen que las estrellas son las monjas eternas
y las flores las penitentes convencidas de un solo día,
pero donde finalmente las estrellas no son sino estrellas
ni las flores sino flores.
Y es por eso que les llamamos estrellas y flores.

EL CUIDADOR DE REBAÑOS
ALBERTO CAEIRO – FERNANDO PESSOA
XLVIII
Desde la más alta ventana de mi casa
con un pañuelo blanco le digo adiós
a mis versos que parten hacia la Humanidad.

Y no estoy alegre ni triste.


Ése es el destino de los versos.
Los escribí y debo enseñárselos a todos
porque no puedo hacer lo opuesto
como la flor no puede esconder el color,
ni el río esconder que corre,
ni el árbol esconder que da frutos.

Helos ahí que van ya lejos, como en una diligencia


y yo ni siquiera siento pena
como un dolor en el cuerpo.

¿ Quién sabe quién los leerá?


¿ Quién sabe a qué manos irán?

Flor, tomo mi destino para los ojos


Árbol, me arrancan los frutos para las bocas.
Río, el destino de mi agua era no quedarme en mí.
Me someto y me siento casi alegre,
casi alegre como quien se cansa de estar triste.

¡ Salgan, salgan de mí!


Pasa el árbol y queda disperso por la naturaleza.
Marchita la flor y su polvo dura siempre.
Corre el río y entra en el mar y su agua es siempre la que fue suya.

Paso y quedo, como el Universo.

ARAÑANDO SUEÑOS
MARTHA L. CANFIELD1

Cuando el sol se levanta en la sabana


y una luz multiforme inunda los balcones
una parte del alma se refugia y se encierra,
la otra viaja en el aire que acaricia los campos
y una ilusión fugaz se enciende y se cancela
vuela sobre la tierra como arado de sueño
se detiene en la copa de la única encina
como gota del agua ausente y anhelada.

El ahogado murmullo de la lluvia anuncia


lo ciega en un momento
la violenta lamentación aguda
ásperamente erótica del asno.
Y los niños que pasan y que corren descalzos
prolongan el suspiro húmedo de la tierra,
abriéndome al costado un canal donde viaja
la memoria quemante de lo que ya es pasado,
su sabor agridulce,
el sospechoso encanto
del acto consumado en su memoria,
palabra construida,
1
Canfield Martha. Orillas como mares. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2004
cristales desafiando
la inflexible tarea del tiempo que es de piedra.

EL CUIDADOR DE REBAÑOS
ALBERTO CAEIRO – FERNANDO PESSOA
XXVII
Sólo la naturaleza es divina, y ella no es divina...

Si hablo de ella como un ente


es que para hablar de ella es necesario usar el lenguaje de los hombre
que concede personalidad a las cosas,
e impone nombre a las cosas.

Pero las cosas no tienen nombre ni personalidad:


existen y el cielo es grande y la tierra amplia,
y nuestro corazón es del tamaño de un puño cerrado...

Bendito sea yo por todo cuanto sé.


Gozo de todo eso como quien sabe que hay sol.

ROBERTO JUARROZ
“Me están dictando cosas
pero no desde otro mundo u otros seres,
sino más humildemente,
desde adentro”

ROBERTO JUARROZ
“definir la poesía es una imposibilidad, una utopía algo que no puede hacerse(…)
la explicación de lo que no se comprende –en este caso, la poesía- sólo es posible, por un único camino, la
creación. La creación sólo es explicable por la creación, así como el amor solo es explicable o
comprensible o ubicable por el amor”

Observaciones misceláneas
Li Chi (1527-1602 d. J.C)
“Quienes saben escribir de verdad no pretenden hacer literatura. En el pecho de un verdadero escritor hay
tantas cosas indescriptibles, extrañas; en su garganta tantas cosas que quisiera articular y no osa, en su
boca tantas palabras que quisiera decir pero no tiene dónde; cuando todas se han acumulado hasta el
límite y por tanto tiempo que no se pueden refrenar, entonces, un día, cuando ve una escena que excita su
emoción, cuando lo que toca sus ojos le hace suspirar, tomará “la copa de vino de otro para apurar sus
propias penas”, dará rienda suelta a sus sentimientos de injusticia y lamentará las desgracias de mil años”

Sobre la poesía
Hsieh Chen (1495-1575 d.J.C)
“La escritura de la poesía se basa en la experiencia interior emotiva y la escena exterior del mundo:
ninguno de los dos por sí solo completa la poesía, ni está en conflicto con el otro. Cuando subimos a las
alturas y dejamos vagar el pensamiento comunicamos en espíritu con los antiguos: nuestros pensamientos
llegan a todas partes y sentimos pena o felicidad. Estos procesos se estimulan unos a otros de modo
casual, conjurando formas donde no existían trazas , evocando ecos en el silencio. La emoción puede
diferir delante del mismo escenario exterior, y su descripción resultará más o menos difícil. Hay dos
cuestiones esenciales en poesía y nada hay mas importante que ellas: lo que se observa de fuera es lo
mismo, los sentimientos que surgen dentro pueden ser distintos. Hay que esforzarse por equiparar lo que
está dentro con lo que está fuera, lo que sale de la mente con lo que penetra. El aspecto del mundo
exterior es el afrodisíaco de la poesía y la emoción es su embrión. Cuando ambos se unen para devenir
poesía, se llega a resumir las diez mil formas en unas pocas palabras y la poesía tiene una fuerza vital (ch
´i) primordial que es un todo indivisible y que rebosa sin límite”

La alegría de escribir
Lu-Chi
“Escribir es en sí una alegría, y los santos y los sabios
lo han venerado desde el tiempo inmemorial.
Porque es Ser , creado trabajando el Gran vacío
Y es sonido surgiendo del Profundo silencio.
En una hoja de papel está contenido el infinito.
Y un panorama sin fin emana de un corazón de un centímetro.
Las palabras a medida que se expanden, son todo evocación;
El pensamiento perseguido hasta el extremo, irá hasta lo más profundo,
Hasta que las flores en pleno esplendor exhalen fragancias que todo lo penetren.
Y las tiernas ramas recorridas por la savia se conviertan en
una jungla de esplendor.
Vientos resplandecientes abren luminosas alas, brisas rápidas
se alzan de la tierra.
Y como aureola entre todas éstas, se alza la gloria del mundo literario”.

El motivo
Lu-Chi
Erguido en el Campo Central el poeta contempla la extensión de todo el universo,
Y en los tomos de la antigua sabiduría su espíritu se regocija y encuentra alimento.
Su lamento ante lo efímero de la vida contempla las cuatro estaciones siempre en evolución,
Y su atención hacia las miles de cosas que crecen le inspiran pensamientos igualmente profundos.
Con las hojas caídas por el rigor del otoño su corazón húndese apenado y cada tierno tallo de la dulce
primavera es una fuente de alegría.
En la escarcha encuentra simpatía en los momentos en que su corazón es de una pureza rígida, o lejos,
lejos, dentro de las mas altas nubes hace habitar su mente.
Los hechos brillantes y magnánimos de los hombres más virtuosos del mundo son sustancia de su
canción, como también la pura fragancia que la bondad mas genuina del pasado ofrece.
Los bosques en flor de cartas y tesoros de gemas poéticas son las cacerías favoritas de su espíritu, en las
que él se deleita en nada menos que la perfección del tema y de la forma de la Belleza.
Así, movido, extenderá el papel y posará el pincel para expresar escribiendo lo que pueda”

El proceso de trabajo
Lu-Chi
… el poeta experimentado hará relucir todos los objetos visibles bajo el sol o la luna;
Tocará todo lo que suene para probar su resonancia.
Convertirá ramajes estériles en lujuriantes follajes que cimbrean.
O, por ondas sin fin, encontrará la fuente remota.
Puede ir desde lo oscuro hacia lo obvio.
O, siguiendo un camino fácil, hallar lo difícilmente obtenible.
Las formas de animales domésticos son iluminadas por la aparición repentina de un tigre,
O, en medio de las gaviotas mecidas por el oleaje emerge la visión de un dragón.
Algunas veces sus ideas fluyen fácilmente con seguros toques y ritmo suave;
En otros momentos, cercado como por obstáculos montañosos, estará irritado.
Pero el pensamiento no cristalizará en palabras jamás dichas o imaginadas hasta que el corazón alcance
una calma transparente
Entonces, los cielos y la tierra encontrarán nueva materialización en la forma deseada.
Y todo se hará plástico bajo la punta de su pincel, que tras la ardiente ansiedad y las vacilaciones se
saturará y lo barrerá todo en una oleada.
Cuando la sustancia de una composición, como el tronco de un árbol,
Es sostenida por la Verdad, el estilo la ayuda para que se cubra de hojas y de frutos.
En verdad, el sentimiento y la expresión no deberían nunca dejar de corresponder,
Igual que cada cambio emocional pone perfiles nuevos en una faz sensitiva.
El pensamiento que crece con alegría estalla en carcajadas.
Cuando se dice una pena, las palabras reverberan con suspiros sin fin;
Tanto si la obra se consigue de golpe.
Como si es resultado del pincel mas deliberado”

ODISEO ELYTIS
Fragmento
“¿…Por qué escribimos ¿ ¿Por qué hacemos poesía? Pregunto de la misma manera que preguntaría: ¿Por
qué amamos? En las mejillas de una joven como en los versos de un poema, desde el que envía al que
recibe no media nada. La traducción se hace sin intérprete y el polvo dorado que queda en nuestros dedos
parece bastante. Sin embargo, si la brisa vuelve a soplar, toda la naturaleza se poblará de miles de
señales. Y el espíritu de lo insaciable que asecha dentro de nosotros abrirá sus labios pidiendo más y
más”…
… he aquí por qué escribo. Porque la poesía comienza allí donde la última palabra no la tiene la muerte.
Es el fin de una vida y el comienzo de otra, que es igual a la primera, pero que va muy a lo profundo, al
punto extremo que ha podido buscar el alma, a los límites de los contrarios allí donde el Sol y el Hades se
tocan. La marcha interminable hacia la luz física que el Logos y hacia la luz increada que es Dios. Por
eso escribo. Porque me encanta obedecer a ése que no conozco , que es mi ser íntegro, no la mitad que va
y viene por las calles”

ALVARO MUTIS
CADA POEMA

Cada poema un pájaro que huye


del sitio señalado por la plaga
Cada poema un traje de la muerte
por las calles y plazas inundadas
en la cera letal de los vencidos.
Cada poema un paso hacia la muerte,
una falsa moneda de rescate,
un tiro al blanco de la noche
horadando los puentes sobre el río,
cuyas dormidas aguas viajan
de la vieja ciudad hacia los campos
donde el día prepara sus hogueras.
Cada poema un tacto yerto
del que yace en las losas de las clínicas,
un ávido anzuelo que recoge
el limo blando de las sepulturas.
Cada poema un lento naufragio del deseo,
un crujir de los mástiles y jarcias
que sostienen el peso de la vida.
Cada poema un estruendo de lienzos que se derrumban
sobre el rugir helado de las aguas
el albo aparejo del velamen.
Cada poema invadiendo y desgarrando
la amarga telaraña del hastío.
Cada poema nace de un ciego centinela
que grita al hondo hueco de la noche
el santo y seña de su desventura.
Agua de sueño, fuente de ceniza,
piedra porosa de los mataderos,
madera en sombra de las siemprevivas,
metal que dobla por los condenados,
aceite funeral de doble filo,
cotidiano sudario del poeta,
Cada poema esparce sobre le mundo
El agrio cereal de la agonía.

POEMAS BREVES SOBRE LA POESÍA

Li-PO
“Es la hora de la poesía.
Escríbela gentilmente sobre el blanco papel
como caen con suavidad los pétalos del árbol florecido”

YOSANO AKIKO.
“Porque mis canciones son breves
la gente cree que atesoré palabras.
Nada he ahorrado en mis canciones.
No hay nada que pueda agregar.
Distinta de un pez, mi alma se desliza sin agallas.
Yo canto sobre un suspiro”

LU CHI
“…. Una composición nace como encarnación de muchos gestos vivos.
Es (como el acto de Tao) la materialización sin fin.
Alcanzar significado depende de a aprehensión de lo sutil,
Y se deben emplear las palabras que mejor sirvan a la belleza”

OCTAVIO PAZ
“La verdad del poema se apoya en la experiencia poética, que no difiere esencialmente de la experiencia
de identificación con la “realidad de la realidad” tal como ha sido descrita por el pensamiento oriental y
una parte del occidental”

MICHAUX
“…La unión del yo y el vino es un poema.
La unión del yo y la mujer es un poema.
La unión del cielo y la tierra es un poema…
Pero el poema que nosotros hemos oído, ha paralizado nuestro entendimiento.
En la pena demasiado grande nuestro canto no pudo proferirse…”

Alejandra Pizarnik
“Aún si digo sol y estrellas y luna me refiero a cosas que me suceden, y qué deseaba yo? Deseaba un
silencio perfecto. Por eso hablo”

Borges
"todas las metáforas son la unión de dos cosas distintas"

Borges
"La metáfora es el encuentro momentáneo de dos intuiciones... no la primitiva comparación de dos
imágenes. El hombre asimilado a la luna, el hombre asimilado a la fiera, no son el resultado discutible de
un proceso mental; son la correcta y momentánea verdad de dos intuiciones"

Borges
"En álgebra el signo mas y el signo menos se excluyen, en literatura los contrarios se hermanan e
imponen a la conciencia una sensación mixta, pero no menos verdadera que las demás"

LEON DE GREIFF
"Voy a incrustarme en el silencio de donde no debí salir jamás"..."quiero catar silencio, mi sola golosina".
ALEJANDRA PIZARNIK
"Silencio, yo me uno al silencio. Yo me he unido al silencio y me dejo decir, me dejo beber..."

ALEJANDRA PIZARNIK
"Hablo con la voz que está detrás de la voz "...

ROBERTO JUARROZ
"Me están dictando cosas,/ pero no desde otros mundos u otros seres,/ sino más humildemente, desde
adentro. / Pero ¿quién está adentro, /además de estar yo?/¿O tal vez no estoy yo/ y he dejado mi lugar/
para que otro me dicte?.

JULIO CORTAZAR
"Por mi parte, tengo la certeza de que apenas las circunstancias exteriores (una música, el amor, un
extrañamiento cualquiera) me aíslan por un momento de la conciencia vigilante, aquello que aflora y
asume una forma trae consigo la total certidumbre, un sentimiento de exaltante verdad. Supongo que los
románticos guardaban para eso el nombre de inspiración, y que no otra cosa era la manía. Todo eso no
puede decirse, pero el hombre está para insistir en decirlo, el poeta en todo caso, el pintor y a veces el
loco. Esa reconciliación con un mundo del que nos ha separado y nos separa un aberrante dualismo de
raíz occidental, y que el oriente anula en sistemas y expresiones que sólo desde lejos y deformadamente
nos alcanzan, puede apenas sospecharse a través de vagas obras, de raros destinos ajenos, y más
excepcionalmente en arrimos a nuestra propia búsqueda..." (aquí cita el poema de attar, puede repetirse
un poco). (Cortazar)

BORGES
Borges, ¿Cómo escribe usted un poema? ¿Cómo le nace?
"No lo sé... a veces siento que algo va a ocurrir. Me pongo en una situación pasiva y espero, y luego
sucede algo, y lo que esperaba se convierte en belleza. Pero ese algo que siento adentro -no sé de dónde
viene-. Yo tengo mi memoria personal e interpreto ese algo profundo en castellano, pues esta lengua es mi
destino. Recibo dones hermosos y misteriosos y los traduzco en endecasílabos, pero sin una estética
porque cada tema tiene la suya. Yo no intervengo en lo que escribo. Me dejo trabajar por la belleza. Mi
único compromiso es con ella. No tengo otros".

PESSOA
"No sé quién soy ni que alma tengo. Cuando hablo con sinceridad no se con que sinceridad hablo. Soy
diversamente otro respecto a un yo que no se si existe (si es esos otros). Siento creencias que no tengo.
Me arroban ansias que repudio. Mi perpetua atención sobre mí perpetuamente me apunta traiciones de
alma a un carácter que tal vez yo no tenga, ni ella cree que tengo.
Me siento múltiple. Soy como una habitación con innumerables espejos fantásticos que distorsionan en
reflejos falsos, una única realidad anterior que no está en ninguno y está en todos. Como el panteísta se
siente árbol e incluso flor, yo me siento varios seres. Me siento vivir vidas ajenas en mí, parcialmente,
como si mi ser participara de todos los hombres..."

RENÉ URIBE FERRER


"la intuición poética aunque inmediata no es instantánea, mejor dicho, se realiza bruscamente en un
instante pero no se agota en él. Exige como complemento la contemplación, que absorbe la totalidad de
nuestro espíritu, nos ayuda a enriquecer la intuición originaria de la realidad . es, a la vez, inmediata e
itinerante. Itinerario que nunca termina de darnos la riqueza del objeto contemplado, ya que éste es
inagotable... esa contemplación embarga al hombre entero frente a un objeto humanamente infinito.
Embarga al hombre entero, porque la intuición poética es a la vez intelectual, sentimental e imaginativa...
imaginativa, ya que en el hombre no hay conocimiento que no esté, más o menos, en una u otra forma,
ligado a los sentidos.... pero así como en el hombre no hay nada espiritual que no esté ligado de algún
modo a los sentidos, tampoco hay en él nada material que no esté impregnado, en mayor o menor grado
de espíritu. Por eso la intuición poética, si brota de la imaginación, tiene también su raíz hondamente
intelectual. Sin una poderosa inteligencia no pueden realizarse grandes ni perdurables creaciones
estésticas.... (hay un tercer constitutivo de la intuición poética... el emotivo o sentimental y no tercero en
orden de importancia... para que un objeto pueda llamarse estético o poético tiene que estar impregnado
de emoción..."
GASTÓN BACHELARD
“una intuición no se prueba, se experimenta.”

BORGES
"Dos deberes tendría cada verso: comunicar un hecho preciso y tocarnos físicamente como la cercanía del
mar" y también esta otra: "un poema debe herirnos"

OCTAVIO PAZ
“En nuestra tierra opaca
cada hombre es Adán:
con él comienza el mundo,
con él acaba.

Entre el después y el antes,


Paréntesis de piedra,
Seré por un instante sin regreso
El primer hombre y seré el último.
Y al decirlo, el instante
-intangible, impalpable-
bajo mis pies se abre
y sobre mí se cierra, tiempo puro”

DENISE LEVERTOV
Oh lenguaje,
virtud del hombre
piedra de toque
desgastada
por una fricción tan torpe.

YANNIS RITSOS
(Fragmento)
“…escribo un mundo;
existo; existe el mundo.
Desde una punta de mi
dedo pequeño corre un río…”

Rafael Maya
Credo.
En cada hora, en cada
minuto silencioso
de mi vida de hoy, de mi vida pasada,
se confirma mi credo luminoso.
Creo en vosotras, Musas
perfectas, caras Musas de mi valle materno,
sonoro de floridas cornamusas,
rico de estío eterno.
Creo en vosotras, claras
musas, de veste púdica, de sandalia ligera
y de manos preclaras.
Vosotras, en mi corta primavera,
de fresco mirto y de laurel naciente
retejiste alígera guirnalda
para ceñir mi frente.
Los campos de esmeralda,
la sangre colina,
el árbol familiar, grave de pomas de oro,
y el agua campesina
vieron, a veces, vuestro alegre coro
y las danzas florales
de vuestros pies, sujetos a la música vasta
que anima todo ritmo terrenal y la casta
teoría de las raudas potencias celestiales.
Hoy que avanzo en la vida,
rojos los pies de pisar el racimo
fatal, roja la mano, roja la frente combatida,
busco con más amor vuestro sereno arrimo,
vuestra potente égida.
Sedme, Musas, propicias.
Yo labraré mis sueños
a la sombra del trípode colmado de primicias,
del arco en que vigilan los números risueños.
Seré fiel al dictado
de vuestros labios, armoniosos de abejas,
derretidos en mieles del cercado,
sabios de cosas nuevas y de sentencias viejas.
Y, por vuestra sandalia, por el flexible cinto
que ajusta vuestro torso juvenil, algún día
he de morir al pie de vuestro plinto
yo, cantor engendrado en la alegría,
hijo de agro próspero y del monte
donde crece el olivo:
¡Tierra de ancho horizonte
y de genio armonioso y pensativo!

FERNANDO PESSOA
LLUEVE EN SILENCIO

Llueve en silencio, que esta lluvia es muda


y no hace ruido sino con sosiego.
El cielo duerme. Cuando el alma es viuda
de algo que ignora, el sentimiento es ciego.
Llueve. De mí (de este que soy) reniego...

Tan dulce es esta lluvia de escuchar


(no parece de nubes) que parece
que no es lluvia, mas sólo un susurrar
que a sí mismo se olvida cuando crece.
Llueve. Nada apetece...

No pasa el viento, cielo no hay que sienta.


Llueve lejana e indistintamente,
como una cosa cierta que nos mienta,
como un deseo grande que nos miente.
Llueve. Nada en mí siente...

FERNANDO PESSOA
ESTO

Dicen que pretendo o miento


En cuanto escribo. No hay tal cosa.
Simplemente
Siento imaginando.
No uso las cuerdas del corazón.
Todo cuanto sueño o pierdo,
Que pronto cae o muere en mí,
Es como una terraza que mira
Hacia otra cosa más allá.
Esa cosa me arrastra.

Y así escribo en medio


De las cosas no junto a mis pies,
Libre de mi propia confusión,
preocupado por cuanto no es.
Sentir? Dejemos al lector sentir!

FERNANDO PESSOA
SÚBITA MANO DE ALGÚN FANTASMA OCULTO

Súbita mano de algún fantasma oculto


entre los pliegues de la noche y de mi sueño
me sacude y yo despierto, y en el abandono
de la noche no diviso gesto ni bulto.

Pero un terror antiguo, que insepulto


traigo en el corazón, como de un trono
baja y se afirma mi señor y dueño
sin orden, sin meneo y sin insulto.

Y yo siento mi vida de repente


presa por una cuerda de Inconsciente
a cualquier mano nocturna que me guía.

Siento que soy nadie salvo una sombra


de un bulto que no veo y que me asombra,
y en nada existo como la tiniebla fría.

Federico García Lorca


Libro de Poemas,
Fragmento.
“La creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen
voces no se sabe dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen. Como no me he preocupado de nacer, no
me preocupo de morir. Escucho a la naturaleza y al hombre con asombro, y copio lo que me enseñan sin
pedantería y sin dar a las cosas un sentido que no sé si lo tienen. Ni el poeta ni nadie tienen la clave y el
secreto del mundo. Quiero ser bueno. Sé que la poesía eleva, y , siendo bueno, con el asno y con el
filósofo creo firmemente que si hay un más allá tendré la agradable sorpresa de encontrarme con él. Pero
el dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo , y mi propio cuerpo y mi propio
pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas”.

Fernando Pessoa,
Libro del Desasosiego,
Fragmento 12.
“ Me quedo pasmado cuando termino algo. Me quedo pasmado y desolado. Mi instinto de perfección
debería impedirme acabar; debería impedirme incluso empezar. Pero me distraigo y obro. Lo que obtengo
es un producto que no resulta de una aplicación de mi voluntad, sino de una concesión que ella hace de sí
misma. Empiezo porque no tengo fuerza para pensar; termino porque no tengo alma para interrumpir.
Este libro es mi cobardía”.

Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 12.
“ En estas impresiones sin nexo, ni deseo de nexo, narro indiferentemente mi autobiografía sin hechos, mi
historia sin vida. Son mis confesiones y sin ellas nada digo, es que nada tengo que decir”.

Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 4.
“ (..) Y en la mesa de mi cuarto absurdo, despreciable, asalariado y anónimo, escribo palabras como quien
salva su alma y me dejo dorar por el ocaso imposible de montes altos, vastos y lejanos, por mi estatua
alzada a cambio de placeres, y por el anillo de renuncia en mi dedo evangélico, joya inmóvil de mi desden
extático”.

Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 6.
“ Escribo, triste, en mi cuarto quieto, solo, como siempre he sido, solo como siempre seré. Y pienso si mi
voz, tan poca cosa en apariencia, no encarna la sustancia de miles de voces, el hambre de decirse de miles
de vidas, la paciencia de millones de almas, sumisas como la mía al destino cotidiano, al sueño inútil, a la
esperanza sin vestigios. En este momento mi corazón palpita con más fuerza por la conciencia que tengo
de que palpita. Vivo más porque sabiéndolo es más lo que vivo. Siento en mi persona una energía
religiosa, una especie de oración, algo así como un clamor. Pero la reacción contra mí se precipita desde
la inteligencia….me veo en el cuarto piso alto de la Rua dos Douradores; me presencio con sueño;
observo, sobre el papel medio escrito, la vida vana sin belleza y el cigarrillo barato que se consume
mientras lo sostengo sobre el secante viejo. ¡aquí yo, en este cuarto piso, interpelando a la vida! ,¡diciendo
qué sienten las almas! ,¡escribiendo prosa como los genios y los célebres ¡ ¡aquí, yo, así!”.

Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 12.
“ ¿Qué hay , en lo que alguien confiesa, que valga o que sirva? Lo que nos ocurrió, lo bien les ocurrió a
todos o sólo a nosotros ; en el primer caso, nunca será novedoso, en el segundo , siempre resultará
incomprensible. Si escribo lo que siento es porque así atempero la fiebre de sentir. Lo que confieso no
tiene importancia, pues nada en verdad lo tiene. Hago paisajes con lo que siento. Ferias con mis
sensaciones. Comprendo bien a las mujeres que bordan por amargura y las que tejen, porque eso es la
vida. Mi tía vieja jugaba al solitario durante veladas eternas. Estas confesiones de mi sentir son mis
solitarios. No las interpreto como quien recurre a las cartas para conocer el destino. No las ausculto
porque , en los solitarios, las cartas no tienen ningún valor. Como se desenreda una madeja multicolor, así
me desenredo a mí mismo, o hago conmigo figuras de hilo, como las que se tejen como un ovillo
desplegado entre los dedos estirados y pasan luego de un niño a otro. Sólo me empeño en que el pulgar no
estropee el lazo que las sustenta . después doy vuelta la mano y la imagen cambia. Y vuelvo a empezar”.

Fernando Pessoa
Libro del Desasosiego,
Fragmento 14.
“ Saber que será mala la obra que nunca estará acabada. Peor, empero que ella, será la que nunca se
empiece a escribir. La que se inicia queda, al menos, iniciada. Será pobre pero real, como la planta
mezquina en la maceta única de mi vecina inválida. Esa planta es su alegría, y a veces también la mía. Lo
que escribo, aún sabiendo que es malo, puede sin embargo dar unos momentos de distracción de lo peor a
uno u otro espíritu apenado o triste. Eso me basta o no me basta, pero de algún modo sirve, y así es toda
la vida”.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
5.
“ el vacío de la mano cerrada
es mayor que el de la mano abierta,
pero no basta abrir la mano
para que disminuya el vacío:
es preciso también abrir el aire que la envuelve,
las sombras de la mano,
el recuerdo de las formas que tuvo.

para abreviar el vacío


hay que abreviar también el mundo”.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
Fragmento 6.
“ Registrar las palabras desde cerca y nunca desde lejos,
como los rostros y la muerte.

Y registrar lo más palpable, las ausencias,


las que siempre lo fueron,
las que nunca lo fueron,
su desafío al ser,
su corrección del ser,
su forma de proteger al ser
desde el oasis del no ser.

Sí. Registrar todos los datos,


aunque no haya quien los descifre.
tal vez al final no haya necesidad de descifrarlos”.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
11.
“ Desgarrar el papel al escribir
para que desde el comienzo
asome por debajo el deterioro,
el desgaste, el hundimiento
al que se debe someter toda escritura.

Esa invalidez original


limará las palabras
y acortará los desahogos,
hasta que surja el hilo retorcido
y ajustadamente abismal
del lenguaje correspondiente al hombre.

Que la escritura desguarnezca


a la mano que simula providencias.
Que la escritura no contribuya a armar la máscara
sino el rostro sin afeites que oficiamos.
Que la escritura enrole en su constancia
la cantera y la piedra,
la secuencia y el término,
la destrucción y el límite”.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
25.
“ Recortar figuras del silencio
como de un cartón de singular consistencia
y armar con ellas un nuevo paisaje,
donde el vaivén de la luz y el trajinar del tiempo
no presionen sobre los imprescindibles circunloquios del
corazón.

Pero recortar después otra figura


de ese cartón más delgado que es la palabra del hombre
y asociarla humildemente a las otras,
no para nombrarlas
sino para dar más color a su misterio.

Y es probable que entonces surja allí otra figura,


recortada no sabremos dónde,
una figura que por fin nos muestre
el rostro desamparado que perdimos”.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
32.
“ La vida tiene una música de fondo.
Nadie sabe reconocer su origen,
pero a veces nos parece recordar su melodía.

Quizá con eso basta


para no sentirnos completamente extraños,
a pesar de que todas las músicas se eclipsen
como soles impotentes
en los tráfagos subrepticios
de los espacios sin sonido.

Aunque casi ni vivamos,


la música de fondo de la vida
nos permite por lo menos
escuchar el vivir”.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
40.
Me fatiga algunas veces
la búsqueda de la palabra irreemplazable,
de la imagen única,
del sesgo que trastorna una frase,
del giro que se recoge
como un golpe de viento diferente.

Y siento entonces el deseo


de tomar simplemente las palabras que pasan,
de copiar apenas las imágenes que caen,
de aplacar por un tiempo el desvelo
y dejar que las figuras se formen
al azar de las morosas corrientes.

El cansancio de lo irremplazable
me hace tomar medidas a la vida,
aunque después las rompa”.
Aurelio Arturo
Palabra
“ Nos rodea la palabra
La oímos
La tocamos
Su aroma nos circunda
Palabra que decimos
Y modelamos con la mano
Fina o tosca
Y que forjamos
Con el fuego de la sangre
Y la suavidad de la piel de nuestras amadas
Palabra omnipresente
Con nosotros desde el alba
O aún antes
En el agua oscura del sueño
O en la edad de la que apenas salvamos
Retazos de recuerdos
De espantos
De terribles ternuras
Que va con nosotros
Monólogo mudo
Diálogo
La que ofrecemos a nuestros amigos
La que acuñamos
Para el amor la queja
La lisonja
Moneda de sol
O de plata
O moneda falsa
En ella nos miramos
Para saber quienes somos
Nuestro oficio
Y raza
Refleja nuestro yo
Nuestra tribu
Profundo espejo
Y cuando es alegría y angustia
Y los vastos cielos y el verde follaje
Y la tierra que canta
Entonces ese vuelo de palabras
Es la poesía
Puede ser la poesía”.

Aurelio Arturo,
Silencio
Cabelleras y sueño confundidos
Cubren los cuerpos como sordos musgos
En la noche, en la sombra bordadora
De terciopelos hondos y de olvidos.

Oros rielan el cielo como picos


De aves que se abatieran en bandadas,
Negra comba incrustada de oros vivos,
Sobre aquel gran silencio de cadáveres.
Y así solo, salvado de la sombra,
Junto a la biblioteca donde vaga
Rumor de añosos troncos, oigo alzarse
Como el clamor límite de un valle.

Ronco tambor entre la noche suena


Cuando están todos muertos, cuando todos,
En el sueño, en la muerte, callan llenos
De un silencio tan hondo como un grito.

Róndeme el sueño de sedosas alas,


Róndeme cual laurel de oscuras hojas
Mas OH el gran huracán de los silencios
Hondo de los silencios clamorosos.

Y junto a aquel vivac de viejos libros,


Mientras sombra y silencio mueve sorda
La noche que simula una arboleda,
Te busco en las honduras prodigiosas,
Ígnea, voraz, palabra encadenada.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
46.
La palabra acompaña al hombre,
como el ladrido al perro
o el aroma a la flor.

¿ Pero quién acompaña al silencio?


¿ y quién a la ausencia?

¿ y a quién acompaña el vacío?

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
53.
Hay que empezar a abandonar cada tanto la escritura
y aprender a convivir con la página en blanco,
con su llanura demasiado lisa,
con su horizonte demasiado abierto.

Hay que dejar en suspenso nuestras figuraciones


para aproximarnos a nuestras transfiguraciones
y dialogar con ellas en el extremo del blanco,
sin tener siquiera la letra como testigo.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
62.
la sangre trepa con un oscuro cansancio
y se recuesta en el perfil de una hoja.
La sangre aprende así a dibujar afuera
para seguir después su dibujo adentro.

El ojo mira con una pesadez de abismos


y se detiene de pronto en el temblor de un barrilete.
el ojo rebota en la gracia
para cerrarse y concentrarla luego
en su propia visión.

La mano se extiende como un animal sonámbulo


y su fatiga tropieza con la dulzura de una piel.
La mano aprende a contar las gotas de la lluvia
para poder cautivar el tiempo transitivo del amor.

La palabra se reconoce en estos movimientos


como el estandarte de la última conquista:
la reconstrucción o reinvención de la luz.
la palabra es una conversación con el mundo.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
64.
Existen ciertas horas
en que parecen traslucirse
la confusión del aire,
la duda de la luz,
el cansancio del agua,
la tristeza de la noche.

Todo equilibrio necesita recostarse


así se tumbará también el último equilibrio
y se derrumbarán
hasta el canto de los pájaros
y la palabra más secreta.

Tal vez sólo subsistan


los restos macerados de una red.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
66.
A veces todo es un pretexto
para que pueda surgir una nueva forma,
una confabulación para que nazca
el milagro de otra formulación de lo ignorado.

Entonces los colores mueren


van tiñendo poco a poco otro color,
los pájaros se callan
para favorecer la espera
y hasta el hombre apoya su oído contra la tierra
para escuchar el nuevo latido.

La inminencia se desprende
de su propio secreto
y un borde del cuerpo infinito
se separa como una arista inaugural,
para alimentar al mundo
como si fuera la primera vez.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
68.
Nos derrumbamos
Sin perder siquiera la costumbre de nuestros gestos,
Por ejemplo mantener los ojos abiertos,
La mano en la posición que toma cuando amamos,
El hueso en su silencio,
La boca en la inminencia
De decir o callar algo.

Tal vez nos derrumbamos


Sin que caiga lo que cada uno es
Y eso siga flotando como una serie de espasmos
Algo más furtivos por el aire.

Puede ser que los gestos que se aprenden no se pierdan,


Aunque sí su aprendiz.
Si es así,
Quizá alguna palabra entre muchas
Puede haber sido dicha para siempre.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
72.
¿ qué borrar primero:
la sombra o el cuerpo,
la palabra escrita ayer
o la palabra escrita hoy,
el día oscuro
o el día claro?

hay que encontrar un orden.


El aprendizaje de borrar el mundo
nos ayudará luego a borrarnos.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
83.
La escritura infecta aquí el paisaje.
Hay más letras que hojas.
La palabra del hombre
se ha convertido en floración parásita.

La escritura cubre así otra escritura


y no deja mirar hacia otro lado,
hacia la fiesta pura de leer en el fondo
el secreto alfabeto que no se deletrea.

Hay que cavar detrás de la escritura,


hasta encontrar la otra, la cegada.
Ya estamos en los últimos renglones
y no hemos terminado todavía el mensaje.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
85.
Estoy preparando mi último poema,
pero mientras tanto me distraigo en los penúltimos.
Sin embargo, todo poema es último.
Pero también lo último puede convertirse en penúltimo.

El tiempo que nos resta es como una respiración,


autónoma y también complementaria de la nuestra.
A veces se ensancha
y a veces se contrae.

El tiempo que nos resta no es siempre el mismo.


Lo último se corre
hacia atrás o adelante.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical,
Fragmento.
“ y hasta el poema es una flor hecha de hambre,
pero es además la única y efectiva sospecha
de que aunque el hambre no deja nunca de ser hambre
es a veces hambre que alimenta”.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical,
13.
Las obsesiones del lenguaje,
como todas las obsesiones,
nos visitan de noche.
A veces, despiertos,
pero casi siempre dormidos.

Entonces desaprendemos
lo que parece que sabemos
e inauguramos
lo que parece que ignoramos.

Por eso
los poemas se escriben de noche,
aunque a veces se disfracen de luz.
O si se escriben de día,
convierten el día en noche.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical,
20.
La iniciativa propia de las cosas,
su ruptura de antiguas servidumbres,
la razón inconclusa de ser cosas,
hace que de repente no lo sean.

Pasan así a existir en otro plano,


a articular los signos de un lenguaje
o asentar la presencia de otro espacio,
a discurrir las formas de lo vivo,
no sólo a reflejarlas,
a corregir su sueño de ser cosas
y soñar otro sueño,
como se otra historia de la vida
u otra historia sagrada:
la de un dios que apoya su mutismo en las cosas.

O las cosas dejan a veces de ser cosas


para perfeccionar por un instante
la inconciencia del mundo.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical
26.
La palabra que llega
como un proyectil envuelto en terco terciopelo
y estalla al ponerse en contacto
con la espera del hombre.
Revela la explosiva epifanía
que se agazapa como un resorte visionario
en el núcleo de las cosas.

La palabra que estalla


puede emerger del centro del lenguaje,
como un ángel verbal
que de pronto se convierte en demonio.
Puede venir del fondo del silencio,
vistiendo solamente
la piel de la locura más callada.
Puede brotar de un texto que da vueltas
adentro de la tómbola del mundo
con la amenaza impar que es todo texto.
Puede surgir del hueco de otro hombre.
De su boca o su sombra,
como un seco rebote del abismo.

Pero cualquiera que sea su origen,


algo salta a la luz en la grieta del golpe:
todo tiende a mostrarse,
a estallar, a expandirse,
a volcarse en lo abierto,
a volverse visible.

La realidad es apofántica,
lo oculto necesita derramarse.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical
28.
El retroceso posterior al poema,
la retirada a lo neutro,
a la tierra de nadie de las intermitencias,
la caída hacia el hueco de atrás de la palabra,
allí donde ni siquiera se sabe
si volveremos a hablar,
equivale a la pérdida del reino,
a la inseguridad del retorno a la tierra verbal,
al abandono del único espacio
donde a veces nos sentimos eternos.

El contragolpe del poema


nos deja a la deriva entre antiguos cansancios,
ecos irresponsables
Que no completan su ciclo
y la cruel deslealtad de las leyendas.

El eclipse se extiende
como un ballet pasmado.
Las palabras semejan alas disecadas.
el callejón de la espera
parece aplastar en cada esquina
cualquier posible advenimiento.

Y es entonces cuando surge a veces


la verdadera contraseña,
la palabra-silencio,
el signo de la fidelidad en las ausencias,
la reapertura hacia el poema,
que ya no depende de su eventual retorno
ni de su definitivo alejamiento.

La finalidad en las ausencias,


la casa más secreta del poema.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical
30.
La guillotina del día
decapita
la nomenclatura triste de las cosas
y todo pasa a tener un solo nombre,
presentido, vertiginoso, impronunciable.

Todo juega el gran juego:


desfilar,
transitar como un gesto de adiós,
temblar, saltar, pensar o no pensar,
sentir, caer, callar el nombre.

Callar el nombre,
decirlo
sin la palabra agreste de un lenguaje.
toda la realidad al fin es esto:
decir un nombre de otro modo.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical
38.Fragmento
“ No permitir que desborde el silencio
para evitar que lo que está detrás
se vuelque con él y lo cubra todo”.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical
40.
Me ha despertado una palabra entre mis labios,
una palabra que parecía pronunciarse a sí misma.

¿ tendrán acaso algunas palabras


la autonomía suficiente
para ejercer su propia iniciativa,
articular los órganos precisos
y ascender hasta la cuesta del sonido?

¿y quizá alguna de esas palabras


no podrá también prescindir de las formalidades habituales,
descartar la fonética
y generarse a solas, por su cuenta?

Tal vez mañana venga otra palabra,


que nadie ha pronunciado.
A entreabrirme los labios desde afuera.
entonces perderé para siempre
la administración fugaz de mi silencio
y el control engañoso de mi voz.

Roberto Juarroz
Novena Poesía Vertical
48.
Para la música oculta en la espuma
debe haber cierto oído de caracol aplastado
o por lo menos algún tímpano dispuesto
para captar otros sonidos que no sean
las rudas cacofonías de los hombres.

El sonido del silencio, por ejemplo,


o el sonido que recubre como sal toda escritura
o aquél cuyas puertas sólo abren ciertas músicas,
ya que toda la música
no es más que el umbral de otro sonido.

Y aunque carezcamos del órgano apropiado,


como también de otros sentidos
para aprehender las ondas sueltas de la vida,
hay sin embargo en nosotros
un minúsculo extremo de algo,
una axial limadura de luz,
una punta quebrada,
que sin saberlo forma parte también de ese sonido-

Partículas de todo caen sobre nosotros,


partículas extraviadas, partículas previstas,
pero también nosotros caemos sobre todo
y a veces nos fundimos con ese último sonido
como la vena transparente
de otro viento que pasa.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
Cuando un lenguaje se extravía en otro lenguaje,
cada palabra o signo
clausura su lugar,
lo disimula
como si alguien cerrara su casa
para que nadie la ocupe o despoje
mientras dure su ausencia.

Pero ningún signo o palabra


vuelve nunca a su sitio.
cuando un lenguaje se extravía en otro,
también el otro se pierde en el primero.

Tal vez por eso


cada palabra o signo
debe volver a nacer constantemente en otra parte.
el lugar de una palabra
es siempre otro.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical

No prestar atención a las palabras,


salvo aquellas que transportan
su propia carga de silencio.
el discurso del hombre es extrañamente opresivo,
pero algunas palabras quedan sueltas
como pájaros que caen de sus bandadas
y que una zona especialmente susceptibles del aire
retiene y congrega.

No prestar atención tampoco a la escritura,


salvo a ciertas páginas desprendidas o rotas
que conservan fragmentos
de algunas historias que no parecen historia
o de un balbuceo con una extraña ilación,
papeles que el viento arremolina en los rincones.

Y ni siquiera prestar atención a lo callado,


porque el silencio del hombre es casi siempre
nada más que un terreno baldío,
cercado por unas tapias lastimosas,
que impiden que lo arrastren las hormigas.

Además de la palabra y el silencio,


el verdadero lenguaje articula otra cosas,
por ejemplo,
el frío sin sosiego que lo hiere.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
Todo poema es una vacilación de la historia.
Cubrir la historia con poemas
equivale a que sus capas se desplacen
más allá de las acciones de los hombres.

El poema también es una acción,


un movimiento del terreno que pisamos,
pero en sentido inverso,
hacia donde casi todo se abstiene.

Allí donde al final va casi todo,


pero en triste y obligado cortejo,
invocando los huesos de la historia,
sus cuaresmales zonas superpuestas.

El poema salta afuera de la historia


como animal de caza
que trastornando el orden de esas capas
pone otra capa encima : lo infinito.

Y entonces el animal de caza


descarta la presa siempre fósil de la historia
y repliega también su propia garra,
para correr por fin al aire libre
Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
27.
Hay días para enmudecer,
para andar entre los otros y las cosas
con la boca vendada por el aire,
para ser de pronto tácito,
como un acontecer que súbitamente
se esfumara en la mitad de un gesto,
como alguien que descubriese un mundo sin voz
y se envolviera con él
como con una capa.

Día para mirarte e irse.


o quizá para no mirarte
o para mirarte como si no te mirase,
pero sin abdicar de los ojos.

Días sólo para callar,


pero sin eludir el trasbordo del ser
que siempre nos urge en todo.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
35.
El corazón ensaya sus silencios,
después de haber probado su sonido,
sus golpes, su compás, su ritmo preso,
su forma de lo vivo.

El pensamiento ensaya sus silencios,


después de recibir tanto silencio
procedente de afuera
como un tenso tejido.

La palabra ensaya sus silencios,


después de combinar todo lo combinable
y hasta casi también lo incombinable,
en la cruz del sonido y el sentido.

En un momento u otro,
cada cosa debe hacer por lo menos
un ensayo que incluya
su propia negación.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
36.
Cuando cesan todos los brindis
suele quedar un silencio en el silencio
o una media voz en la voz
que alude al otro lado de las cosas.

Cuando termina el brindis por el ser


debe empezar el brindis por el no ser,
la diferencia es poca,
sólo tal vez una escueta vibración en el aire.

O quizá cierto gusto tímido en el vino.


pero la copa y la mano son las mismas.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
57.
Los nombres no designan las cosas:
las envuelven, las sofocan.

Pero las cosas rompen


sus envolturas de palabras
y vuelven a estar ahí , desnudas,
esperando algo más que los nombres.

Sólo puede decirlas


su propia voz de cosa,
la voz que ni ellas ni nosotros sabemos,
en esta neutralidad que apenas habla,
este mutismo enorme donde rompen las olas.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
64.
Partir el silencio en pedazos
e inaugurar con cada uno
el cuerpo de una nueva visión.

Partir cada visión en pedazos


e inaugurar con cada uno
el pórtico deslumbrado de un templo.

Partir cada templo en pedazos


e inaugurar con cada uno
el signo acorralado de la nada.

Partir al fin la nada en pedazos


e inaugurar con cada uno
el tronco indivisible del silencio.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
68.
Todo sonido es una provocación,
toda palabra, una ráfaga de violencia.
no entrechocar entonces las cosas,
no juntar nada más que silencios.

Y sí cuando sentimos eso


arribase el poema,
debemos detenerlo o borrarlo.
después de escribirlo
o quizá mejor antes.

Hasta que los silencios vuelvan a abrirse,


como se abren a veces las aguas.

Roberto Juarroz
Décima Poesía Vertical
72.
El silencio cae de los árboles
como frutos blancos,
madurados bajo la piel de otra luz.

El silencio se va amontonando sobre el suelo


y termina por borrar el camino.
el silencio borra todos los caminos,
como la noche o la nieve.

Desaparecen así el comienzo y el fin,


la partida y la llegada,
que se confunden en una sola mancha.

Bajo el silencio
se igualan los extremos.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía Vertical
No se trata de hablar,
ni tampoco de callar:
se trata de abrir algo
entre la palabra y el silencio.

Quizá cuando transcurra todo,


también la palabra y el silencio,
queda esa zona abierta
como una esperanza hacia atrás.

Y tal vez ese signo invertido


constituya un toque de atención
para este mutismo ilimitado
donde palpablemente nos hundimos.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía Vertical
Una escritura que soporte la intemperie,
que se pueda leer bajo el sol o la lluvia,
bajo el grito o la noche,
bajo el tiempo desnudo.

Una escritura que soporte lo infinito,


las grietas que se reparten como el polen,
la lectura sin piedad de los dioses,
la lectura iletrada del desierto.

Una escritura que resista


la intemperie total.
Una escritura que se pueda leer
hasta en la muerte.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía Vertical
Romper también las palabras,
como si fueran coartadas ante el abismo
o cristales burlados
por una conspiración de la luz y la sombra.

Y hablar entonces con fragmentos,


hablar con pedazos de palabras,
ya que de poco o nada ha servido
hablar con las palabras enteras.

Reconquistar el antiguo balbuceo


que hacia juego en el origen con las cosas
y dejar que los pedazos se peguen después solos,
como se sueldan los huesos y las ruinas.

A veces lo roto precede a lo entero,


los trozos de algo son anteriores a algo.
el aprendizaje de la unidad
es aún más humilde e incierto
que lo que sospechamos.
La verdad es tan poco segura
como su negación.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía Vertical
el diálogo con el hombre tiene un límite,
un muro anonadante.
A veces sobreviene el silencio,
o también la locura o la muerte.
Pero otras veces es allí donde se inicia
el diálogo con la ausencia,
ese interlocutor que no responde como el otro.

Sin embargo, también la ausencia responde.


su lenguaje revela otro código,
transversal y transpuesto,
no atado a los circuitos inmediatos,
ni tampoco al recuerdo más o menos sellado
o a las figuraciones o alusiones de estos signos.

El diálogo con la ausencia


es el único diálogo
que va más allá de uno mismo.
aunque el ejercicio comience
con la ausencia que hay en cada uno.

El último paso,
la perfección del diálogo,
consiste en convertirse uno mismo en ausencia.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía Vertical
11.
Una boca sin voz
Pierde también el parpadeo del sabor
Y hasta el lazo trémulo del beso.

La voz es la resurrección permanente,


Sin más taumaturgo
Que el gesto concentrado de existir-

El hombre no vive : resucita.


A cada paso resucita.
Y la voz es su única bandera,
Al borde de todos los sepulcros.

Rainer Maria Rilke,


Fragmento, Adviento.
“ nuestras palabras son bustos de oro
que transportamos por nuestros días,
los dioses vivos descuellan
en el frescor de otras cosas”.

Roberto Juarroz.
Undécima Poesía
Vertical.
Digo palabras frente al espejo.

Unas veces se fugan por el aire.


Otras veces duplican el espejo
y encuentro dos espejos mirándose.
Pero algunas veces
Las palabras entran en el espejo.

Las palabras no han aprendido a reflejarse


porque reflejarse es mantenerse afuera.

El reflejo es el comienzo de la pérdida.

Roberto Juarroz.
Undécima Poesía
Vertical.
Los horizontes se enciman
Como cáscaras superpuestas
De un fruto que no quiere entregarse.

Todo paisaje cubre otro paisaje,


Toda línea, otra línea,
Todo mundo, otro mundo.

También los horizontes de palabras


Se apilan en una torre de horizontes,
En cuya cima hay siempre
Un horizonte de silencio
Y en cuya base hay otro
Sin silencio ni palabra-

Tal vez si pudiera desmontar los horizontes


Como si se pelara un fruto,
Hallaríamos la visión extraviada.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“ Eso es precisamente lo que distingue a la palabra poética: que no se limita a ser un mero indicador que
nos aparta de sí para que lleguemos a otra parte, como ocurre con la moneda corriente o el billete de
banco, necesitados de coberturas; más bien es ese apartarnos de ella una vuelta a la misma. Es la palabra
misma la que da cobertura también a aquello de lo que habla. Esta es la experiencia que todos realizamos
con la palabra poética. Cuanto más familiar nos resulta un fenómeno poético, tanto más expresivo y
presente es el mensaje. La distinción peculiar de la palabra poética consiste en la forma en que se presenta
a sí misma al presentar algo”.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“ el poema se convierte así en la enunciación expresa de todos nosotros. Aunque sean versos lo que
tenemos delante, todos y cada uno de nosotros accedemos a una relación en la que cada cual tiene que
poner de su parte lo que dicha relación le exige”.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“ Lo que el poeta dice a sí mismo como un oráculo de la tierra es que nadie tiene el poder de comunicar
su propia esencia a través de la palabra. Quizá lo sepa uno que vendrá después, uno que reconozca lo que
en su momento estaba presente y desconocido como la gran posibilidad de la vida”.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“ El lenguaje es la respuesta que encuentran los mortales. También es la verdadera y única prenda que
poseemos, aún cuando los dioses estén lejos y ningún espíritu se alce para entonar el canto general”.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“ La relación del poeta con el lenguaje es, para nosotros, regreso al lenguaje, despedida y conocimiento
simultáneos. Pues las palabras nunca son iguales a sí mismas. El poeta siempre ha emigrado de lo
evidente. En el soplo contenido en la falta de respiración, que siempre le ha hecho provocar asombro por
doquier, nace el poema. Nos hallamos ante un asilamiento extremo, pero ¿no se trata también del regreso
a lo que es común a todos? No sólo porque el poeta es acogido por el lenguaje que todos hablamos, sino
porque también lo acompañamos en cada despedida y en cada nuevo conocimiento y, también, porque
una y otra vez abandonamos lo evidente-lo que llamamos pensar- y regresamos a algo que se ha vuelto
distinto-que llamamos conocimiento-, únicamente porque esa es también nuestra manera de andar,
podemos acompañar al poeta en su andadura”.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“la palabra poética es una necesidad primordialísima del ser humano. La palabra poética posee un sentido
que, desgraciadamente, hoy en buena parte ha perdido, pero que, a lo largo de los tiempos como luego
veremos sí ha poseído de forma deslumbradora y sorprendente”.
H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“ La palabra-poética o no- no es otra cosa que música dolorida; música que por estar traspasada por la
experiencia humana del dolor- del dolor de sentir, del dolor de pensar-funde, una vez más poesía y
pensamiento. En definitiva, respirando con el ritmo del poema, existimos en el más alto grado de
conciencia y buscamos la liberación”.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,
II,
no tenemos un lenguaje para los finales,
para la caída del amor,
para los concentrados laberintos de la agonía,
para el amordazado escándalo
de los hundimientos irrevocables.

¿ cómo decirle a quien nos abandona


o a quien abandonamos
que agregar otra ausencia a la ausencia
es ahogar todos los nombres
y levantar un muro
alrededor de cada imagen?

¿ cómo hacer señas a quien muere ,


cuando todos los gestos se han secado,
las distancias se confunden en un caos imprevisto,
las proximidades se derrumban como pájaros enfermos
y el tallo del dolor
se quiebra como la lanzadera
de un telar descompuesto?

¿ o cómo hablarse uno a sí mismo


cuando nada, cuando ya nadie ya habla,
cuando las estrellas y los rostros son secreciones neutras
de un mundo que ha perdido
su memoria de ser mundo?

Quizá un lenguaje para los finales


exija la total abolición de los otros lenguajes,
la imperturbable síntesis
de las tierras arrasadas.

O tal vez crear un habla de intersticios,


que reúna los mínimos espacios
entreverados entre el silencio y la palabra
y las ignotas partículas sin codicia
que sólo allí promulgan
la equivalencia última
del abandono y el encuentro.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,II,
Parece que a veces que sólo queda el espacio del poema
y quizá ciertos rincones de la noche.
Nos ha tocado probablemente la ráfaga de un silencio
que no es este silencio
o la implacable involución de los otros espacios.

La vida cede entonces como un odre gastado,


no sabemos si desde dentro o desde fuera.
el amor es otro dios que se agota,
otro espacio estrujado.
Y ni siquiera el atardecer,
que derrota a los contornos,
nos redime ya los pasos.

A pesar de haber pensado demasiado en la muerte,


no habíamos previsto que además de las cosas
también desaparecen los espacios
y que al desaparecer nos paralizan
en cualquier posición,
pero nunca en la que amamos.

Sólo cuando eso ocurre comprobamos


que únicamente el espacio del poema no se borra,
porque pertenece a otra zona,
como ciertos rincones de la noche:
la zona donde hay algo,
por los menos su cavidad,
que permanece siempre.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,II,
las letras se desmoronan con excesiva rapidez,
como velas de un culto
que no ha encontrado todavía su parentesco con la noche.

Habría que buscar una caligrafía más segura


o escribirlas con tintas de diferentes colores
o utilizar un medio más durable,
para que el sueño de la escritura no se desvanezca
como otro aparecido
en este cortejo ya demasiado frecuentado por fantasmas.

Habría que invocar otra razón de la escritura


o una nueva liturgia que la afirme
u otra forma del trazo,
una prolongación quizá de los secretos dibujos
que había en el origen de las cosas.

O tal vez sería oportuno cambiar la mano que escribe


y enseñarle a la otra mano nuevamente
el oficio del sueño de dibujar la voz,
el sueño de calcar la respiración oculta de las cosas,
de los dioses, los hombres y las cosas.

Enseñarle a la otra mano este oficio incurable


que apenas si ya nos pertenece,
porque se lo hemos contagiado al universo
y ya todo parece escritura
o ya todo parece escribir.

¿ qué importa entonces si la otra mano


ya ni siquiera es nuestra?
Probablemente tampoco importaría
que nosotros mismos dejáramos de escribir.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,
II, Fragmento
“ la palabra que concentra en sí misma sus ecos
y demuestra que ninguna resonancia es necesaria,
que prueban que el paraíso es un terreno repartido,
una flor o un dios diseminado
como una siembra impostergable
entre las multiformes aleaciones
del pensar y las cosas”.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,
III, Fragmento
“el poema es tiempo joven.
Todo a su alrededor se aplasta:
El otro tiempo, el gesto, los bonetes,
El cartón de la fama,
Los convulsivos dioses,
La admiración, el fuego,
Tu mirada, la mía”.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,
III, Fragmento
“ El poema es siempre tiempo joven,
Valija tibia de la vida,
Estuche que preserva la memoria,
Maravillada, intacta,
Ya ni es posible ni imposible,
De aquello que la vida debió ser”.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,III,
Como una música asimétrica
En la que cada audición es la primera,
La elocuencia sin labios de las cosas
Deslumbra el fondo mudo
De donde surgen desnudas las palabras
Y levanta la traba que posterga
Su convocado y necesario advenimiento.

Cada palabra , cada forma


Es un signo de admiración reconcentrado,
Una recatada exclamación,
Como el agua profunda.

Los signos de admiración que se escriben


Deberían ser suprimidos en el lenguaje
Como garabatos parásitos,
Como sofocantes redundancias.
Hasta el silencio mismo es un signo de admiración.
Y el pensamiento otro.

Roberto Juarroz
Undécima poesía
Vertical,
III,
Las palabras no son talismanes.
Pero cualquier cosa puede
Transmutarse en poesía
Si la toca la palabra indicada.

No es asunto de magia ni de alquimia.


Se trata de pensar de otro modo las cosas,
Palparlas de otro modo,
Abandonar las palabras que las usan
Y acudir a las palabras que las cantan,
Las palabras que las levantan en el viento
Como clavos ardiendo en el asombro.

Estacas convertidas en estrellas,


Zapatos para calzar crucifixiones,
Cegueras abiertas en la espalda del día,
Visiones reservadas para volver a despertar,
Ternuras que se postergan para salvar el amor.

Se trata solamente de crear otra voz:


La voz ausente adentro de las cosas.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía vertical
IV.29.
Hay que proseguir el ensayo.
No importa que debamos improvisar,
Que no haya director
Y que la pieza que ensayamos no se estrene nunca.

También la flor es un ensayo,


La palabra es un ensayo,
El silencio es un ensayo,
El amor es un ensayo,
Los dioses fueron un ensayo.

Aunque el anfiteatro esté vacío


Y nos desnuden las ausencias,
Como a la flor la desnuda
El hecho elemental de que todo no sea flor,
Que el aire no sea flor,
Que la luz no sea flor,
Que el tiempo, el pensamiento no sean flor.

Aunque la voz del hombre


Esté llena de huecos
O tal vez sea un hueco,
Hay que proseguir el ensayo.
Es el único modo
De que al menos los otros ensayos
Quizá se estrenen algún día.

Y entonces tal vez ellos nos arrastren .

Roberto Juarroz
Undécima Poesía vertical
IV.
A veces necesitamos un peso suplementario,
Un lastre o hasta un ancla,
Para no desvanecernos en el aire
Como una pirueta anónima.

Retener la palabra y su silencio


Nos adelgaza más allá de los límites
Y ni siquiera el peso del poema
Puede ya sujetarnos.

Es preciso entonces no olvidarse


De poner en el magro equipaje,
Junto a las sombras y las ausencias que sabemos,
Alguna de las piedras que nos han arrojado.

O un puñado tan sólo


De la tierra que aguarda.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía vertical
IV.
Endemoniados por la palabra,
Aunque no existan desde hace mucho los demonios.
Condenados por la palabra,
Aunque no existan tampoco jueces válidos.
Malditos por la palabra,
Aunque hayan cesado los conjuros y los brujos.
Mutilados por la palabra,
Aunque se hayan perfeccionado las prótesis
Y otros lenguajes parezcan aguardarnos.
Silenciados por la palabra,
Que va consumiendo sus últimos rescoldos
Como en un pacto indisoluble.

La palabra es una flecha ardiente


Que llevamos clavada,
Pero afuera está el frío sin límites.

Roberto Juarroz
duodécima Poesía vertical
Sacar la palabra del lugar de la palabra
Y ponerla en el sitio de aquello que no habla:
Los tiempos agotados,
Las esperas sin nombre,
Las armonías que nunca se consuman,
Las vigencias desdeñadas,
Las corrientes en suspenso.

Lograr que la palabra adopte


El licor olvidado
De lo que no es palabra,
Sino expectante mutismo
Al borde del silencio,
En el contorno de la rosa,
En el atrás sin sueño de los pájaros,
En la sombra casi hueca del hombre.

Y así sumado el mundo,


Abrir el espacio novísimo
Donde la palabra no sea simplemente
Un signo para hablar
Sino también para callar,
Canal puro del ser,
Forma para decir o no decir,
Con el sentido a cuestas
Como un dios a la espalda.

Quizá el revés de un dios,


Quizá su negativo.
O tal vez su modelo.

Roberto Juarroz
duodécima Poesía vertical

Interrumpir todos los discursos,


Todos los esqueletos verbales,
E infiltrar en el corte
La llama que no cesa.

Empezar el discurso del incendio,


Un incendio que inflame
Estas rastreras chispas malolientes
Que saltan porque sí,
Al compás de los vientos.

Y entretanto sellar la incontinencia


Del verbo del poder y sus secuelas.
La palabra del hombre no es un orden:
La palabra del hombre es el abismo.

El abismo,
Que arde como un bosque:
Un bosque que al arder se regenera.

Roberto Juarroz
duodécima Poesía vertical
Hay fragmentos de palabras
Adentro de las cosas,
Como restos de una antigua siembra.

Para poder hallarlos


Es preciso recuperar el balbuceo
Del comienzo o el fin.
Y desde el olvido de los nombres
Aprender otra vez a deletrear las palabras,
Pero desde atrás de las letras.

Quizá descubramos entonces


Que no es necesario completar esos fragmentos,
Que no Porque cada uno es una palabra entera,
Una palabra de un lenguaje olvidado.

Y hasta es posible que encontremos en cada cosa


Un texto completo,
Un reservado y protegido texto
es preciso leer para entender.

Roberto Juarroz
duodécima Poesía vertical

El poema convoca al humo


Para encender la lámpara.

Los fuegos apagados


Son el mejor combustible
Para los nuevos fuegos.

La llama sólo se enciende


Con su pasado.

Roberto Juarroz
duodécima Poesía vertical
¿de dónde vienen estas imágenes?
¿ y adónde van estas imágenes?
Nosotros no somos terreno apropiado
Para que aquí se aposenten.

Las imágenes parecen buscar un lugar


Donde poder detenerse
Y nosotros somos arenas movedizas,
Nada más que un lugar de pasaje.

Pero entonces
¿ por qué vuelven las imágenes?

También nosotros quisiéramos detenernos


Y volvernos siempre al lugar
Donde eso no es posible.

Tal vez no somos más que otras imágenes


Que como todas las imágenes
Sólo pueden volver a las imágenes
Aunque no puedan detenerse.

Roberto Juarroz
duodécima Poesía vertical
Las mareas del lenguaje
No tienen siempre el mismo ritmo.
Sus bajantes se producen sin horario fijo
Y nos dejan a veces abandonados en la playa
Desoladamente húmeda,
Con el sordo temor de una retirada
Sin seguro retorno.

Y aunque estemos relativamente acostumbrados


A los descensos aleatorios
Del nivel de las cosas,
Que a menudo nos dejan semivivos
En cualquier inocente encrucijada,
Las retiradas del lenguaje
No nos permiten habituarnos
A esa insólita situación
De náufragos sin naufragio.

Cuando vuelven a subir las aguas,


Cuando el lenguaje regresa a habitarnos,
Sentimos de pronto
Que la definitiva bajante de la vida
Quizá la mayor pena
Será la pérdida para siempre del lenguaje.

Roberto Juarroz
duodécima Poesía vertical
Espacios en blanco.

En el poema,
En la vida,
Quizá también en la muerte.

Pesan más que los otros.

¿ pesará más el color blanco


Que los otros colores?

¿ o los espacios en blanco


Tampoco están en blanco?

Roberto Juarroz
duodécima Poesía vertical
Otro poema interrumpe el poema que escribo,
Reclama su lugar.
Ninguno admite postergaciones.
Son dos hojas urgentes
Brotando superpuestas
En el mismo punto de una rama.

Llega entonces un pájaro


Y se posa en la rama.
También él es un reclamo,
El tercero en la aguja del instante.
Pero de pronto el pájaro canta
Y en su canto no hay antes ni después,
Cabe más tiempo que en el tiempo,
Dos hojas, dos poemas simultáneos,
Dos llamados.
Quizá todo los llamados a la vez,
Sin que ninguno se borre.
Sin que ninguno desplace a los otros.

La superposición de dos poemas y un pájaro


Ha venido a enseñarme
El concierto de todo sobre un punto.

Un orden por encima del orden.

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.
Palabras que me nombran.
Pero todas las palabras me nombran
Cuando yo sé escucharlas.

Ahora debo aprender a decirlas


Para que otros se sientan nombrados
Si acaso las escuchan.

Para nombrar a un hombre


Se necesitan todas las palabras.

Ahora es sólo mi turno

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.
El mar de la palabra
Cubre esta playa sola.

¿ por qué eligió esta playa,


Nada más que esta playa
Y no otra cualquiera?

Tal vez la causa sea


Que algo aquí es diferente:
Todo mar se retira
Al bajar sus mareas
Y aquí será la playa
La que al fin se retire.

Pero entonces el mar


¿ continuará volcándose
Sin playa, en el vacío?
¿ o buscará otra playa
Más segura que el hombre?

¿o el mar de la palabra
Es un mar que se borra
Al borrarse esta playa?

Roberto Juarroz
Decimotercera poesía vertical.
Un poema salva un día.

¿podrían varios poemas


Salvar la vida entera?
¿ o es suficiente sólo uno?
Todo aquello que salva
Plantea este dilema.
Resolverlo es la llave
Del azar de salvarse.

Jorge Luís Borges


Prólogo a Luna de Enfrente.
Fragmento

Poco he modificado este libro. Ahora, ya no es mío”.

Jorge Luís Borges


Prólogo a Ficciones
Fragmento
“ Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explanar en quinientas páginas
una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos. Mejor procedimiento es simular que esos
libros ya existen y ofrecer una resumen , un comentario. Así procedió Carlyle en Sartor Resartus; así
Butler en the Fair Heaven; obras que tienen la imperfección de ser libros también, no menos tautológicos
que los otros. Más razonable, más inepto, más haragán, he preferido la escritura de notas sobre libros
imaginarios. Éstas son “Tlón, Uqbar, Orbis Tertius” y el “Examen de la obra de Herbert Quain”.

Conferencia de Roberto Juarroz.


Aproximaciones a la poesía moderna.
Fragmento
“ Cada poema es un acercamiento, una aproximación, aún en los más grandes poetas. Alguien podría
preguntarme : ¿a qué? . y yo tendría que responderle: si supiéramos a qué, esa aproximación no existiría
más. Sabemos que es la forma más alta, más plena, más intensa de la vida y de la relación con los
hombres”.

Conferencia de Roberto Juarroz.


Aproximaciones a la poesía moderna.
Fragmento
“La poesía consiste, de alguna manera en dar a todas las lenguas las palabras que les faltan, las palabras
que el idioma común no puede decir. La poesía a través de ese trabajo de crear un lenguaje indirecto, un
lenguaje que salta sobre lo gastado y estereotipado y como diría Borges lo fosilizado del idioma toca más
directamente el silencio y la capacidad de entendimiento profundo, que hay sin duda, en todos los
hombres”.

Conferencia de Roberto Juarroz.


Aproximaciones a la poesía moderna.
Fragmento
“ La poesía además es una invitación, una exigencia que se nos pone delante y por eso a muchas gente le
cuesta tanto. Ella nos pone delante la necesidad imprescindible de detenernos. No de detenernos en la
pasividad, en el simple ocio, en el abandono de la acción, sino detenernos en atender mejor a las cosas, en
prestarles más atención, en poder concentrarnos en un rostro humano, en un dolor, en una alegría, en una
hoja de árbol, en un reflejo en la pared. Sin detenernos en las cosas que jamás conoceremos, dentro de lo
que se puede conocer la realidad”.

Conferencia de Roberto Juarroz.


Aproximaciones a la poesía moderna.
Fragmento
“La poesía es una forma de despertar. Es una forma de volver a abrir los ojos, de empalmarnos con lo que
todas las corrientes de filosofía y sabiduría han dicho a través de los siglos: no basta con nacer una vez, es
preciso volver a abrir los ojos; es preciso nacer de nuevo”.

Daniel Torres Gómez.


¿por qué canto?

Pretendiendo descifrar, ingenuamente,


La canción inefable que me ofrece
La mañana, o el día que decrece;
Cuando pienso en los ojos de la ausente

Y la creo para mí, y veo extendido


Su cuerpo en deliciosa piel, e incluso
Por un verso extraviado que, difuso,
Me visita en las noches, sorprendido.

Ya no sé si son miles o ninguna


Esas veces que solo, frente a un puerto,
Vi en silencio el ocaso de la luna;

Y es que el verso me acecha a cada hora,


Y me nutre de la vida en el desierto
Con su faz melancólica y sonora.

Ruben Darío
Yo persigo una forma…
Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
Botón de pensamiento que busca ser la rosa;
Se anuncia con un beso que en mis labios se posa
Al abrazo imposible de la Venus del Milo.

Adornan verdes palmas el blanco peristilo;


Los astros me han predicho la visión de la diosa
Y en mi alma reposa la luz como reposa
El ave de la luna sobre un lago tranquilo.

Y yo no hallo sino la palabra que huye,


La iniciación melódica que de la flauta fluye
Y la barca del sueño que en el espacio boga;

Y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente,


El sollozo continuo del chorro de la fuente
Y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.
Daniel Torres Gómez

Las sílabas caen como gotas, como hoces,


Y golpean el suelo de mi cuarto sombrío
Estoy solo, mas escucho el rumor de las voces
Que reclaman el mando de mi numen tardío.

Esos arduos clamores de los cuales soy presa


En las noches de insomnio, de violenta emoción,
Son los gritos de aquellos que extravió la belleza
Y sus sombras abruman mi precaria razón.

No sé si en una aurora que hoy desgasta el olvido,


No sé si en una noche de misterios colmada,
Me haya sido cedida la palabra apropiada,

La palabra precisa, y yo la haya perdido,


Y hoy cual triste utensilio del absurdo y la nada,
voy a solas, buscando la palabra extraviada.

Rainer Maria Rilke.


Cartas a un Joven Poeta.
Fragmento
“Sobre todo, pregúntese en la hora más callada de su noche: ¿debo escribir? Excave en sí mismo en
busca de una respuesta que venga de lo profundo. Y si de allí recibiera una respuesta afirmativa, si le
fuera permitido responder esta seria pregunta con un fuerte y sencillo “debo”, construya su vida en
función de tal necesidad; su vida, incluso en las horas más indiferentes e insignificantes, ha de ser un
signo y un testimonio de ese impulso”.

Daniel Torres Gómez

Ya no vienen las aves, solamente


hay un vago rumor, es el silencio,
es la voz del milagro que presencio,
son tu voz y tú canto, amigo ausente.

Solo aquí, con mi gran melancolía


con mis sueños, mi lenta desazón,
he leído tu carta, y de alegría
ha llorado mi núbil corazón.

Y es que yo ya lo sé sin preguntarme,


no hace falta que indague en lo inasible,
siento un ansia imperiosa de abrazarme

a la vida, perplejo y anhelante.


una lágrima, un niño, un imposible,
todo aquello me pide que lo cante.
Pablo Neruda
La Palabra
Nació
la palabra en la sangre,
creció en el cuerpo oscuro, palpitando,
y voló con los labios y la boca.

Más lejos y más cerca


aún, aún venía
de padres muertos y de errantes razas,
de territorios que se hicieron piedra,
que se cansaron de sus pobres tribus,
porque cuando el dolor salió al camino
los pueblos anduvieron y llegaron
y nueva tierra y agua reunieron
para sembrar de nuevo su palabra.
Y así la herencia es ésta:
éste es el aire que nos comunica
con el hombre enterrado y con la aurora.
de nuevos seres que aún no amanecieron.

Aún la atmósfera tiembla


con la primera palabra
elaborada
con pánico y gemido.
Salió de las tinieblas
y hasta ahora no hay trueno
que truene aún con su ferretería
como aquella palabra,
la primera
palabra pronunciada:
tal vez sólo un susurro fue, una gota,
y cae y cae aún su catarata.

Luego el sentido llena la palabra.


Quedó preñada y se llenó de vidas.
todo fue nacimientos y sonidos:
la afirmación, la claridad, la fuerza
la negación, la destrucción, la muerte:
el verbo asumió todos los poderes
y se fundió existencia con esencia
en la electricidad de su hermosura,

Palabra humana, sílaba, cadera


de larga luz y dura platería,
hereditaria copa que recibe
las comunicaciones de la sangre:
he aquí que el silencio fue integrado
por el total de la palabra humana
y no hablar es morir entre los seres:
se hace lenguaje hasta la cabellera,
habla la boca sin mover los labios:
los ojos de repente son palabras.

Yo tomo la palabra y la recorro


como si fuera sólo forma humana,
me embelesan sus líneas y navego
en cada resonancia del idioma:
pronuncio y soy y sin hablar me acerca
al fin de las palabras, al silencio.

Bebo por la palabra levantando


una palabra o copa cristalina,
en ella bebo
el vino del idioma
o el agua interminable,
manantial maternal de las palabras
y copa y agua y vino
originan mi canto
porque el verbo es origen
y vierte vida: es sangre,
es la sangre que expresa su substancia
y está dispuesto así su desarrollo:
dan cristal al cristal, sangre a la sangre,
y dan vida a la vida las palabras.

Lalita Curbelo
La Palabra
Detrás de la palabra que no digo
se queda un mundo de ternura
y lluvias torrenciales van cayendo
sobre la piel dormida
Las manos quedan quietas disfrazadas
en un mundo animal y de hojas secas
que el viento va llevando.
A veces yo no sé si soy un algo
vegetal y perdido.
Pero sigo cantando, digo versos
y dejo en la mañana esta antigua
manera de estar viva.
Pero siempre detrás de esto sonoro que
golpea y acaricia
queda la palabra que no digo.

Pablo Neruda
La Gran Alegría.
La sombra que indagué ya no me pertenece.
Yo tengo la alegría duradera del mástil,
la herencia de los bosques, el viento del camino
un día decidido bajo la luz terrestre.

No escribo para que otros libros me aprisionen


ni para encarnizados aprendices de lirio,
sino para sencillos habitantes que piden
agua y luna, elementos del orden inmutable,
escuelas pan y vino, guitarras y herramientas.

Escribo para el pueblo, aunque no pueda


leer mi poesía con sus ojos rurales.
Vendrá el instante en que una línea, el aire
que removió mi vida, llegará a sus orejas,
y entonces el labriego levantará los ojos,
el minero sonreirá rompiendo piedras,
el palanquero se limpiará la frente,
el pescador verá mejor el brillo
de un pez que palpitando le quemará las manos,
el mecánico, limpio, recién lavado, lleno
de aroma de jabón mirará mis poemas,
y ellos dirán tal vez: “fue una camarada”.

Eso es bastante; ésa es la corona que quiero.

Quiero que a la salida de fábricas y minas


esté mi poesía adherida a la tierra,
al aire, a la victoria del hombre maltratado.
Quiero que un joven halle en la dureza
que construí, con lentitud y con metales,
como una caja, abriéndola, cara a cara, a la vida,
y hundiendo el alma toque las ráfagas que hicieron
mi alegría, en la altura tempestuosa.

Pablo Neruda
XLVI
El golpe
Tinta que me entretiene
gota a gota
y vas guardando el rastro
de mi razón y de mi sinrazón
como una larga cicatriz que apenas
se verá cuando el cuerpo esté dormido
en el discurso de sus destrucciones.

Tal vez mejor hubiera


volcado en una copa
toda tu esencia, y haberla arrojado
en una sola página, marchándola
con una sola estrella verde
y que sólo esa mancha
hubiera sido todo
lo que escribí a lo largo de mi vida,
sin alfabeto ni interpretaciones:
un solo golpe oscuro sin palabras.

Pablo Neruda
Oda a La Crítica
Yo escribí cinco versos:
uno verde,
otro era un pan redondo,
el tercero una casa levantándose,
el cuarto era un anillo,
el quinto verso era
corto como un relámpago
y al escribirlo
me dejó en la razón su quemadura.
Y bien, los hombres,
las mujeres,
vinieron y tomaron
la sencilla materia,
brizna, viento, fulgor, barro, madera
y con tan poca cosa
construyeron
paredes, pisos, sueños.
en una línea de mi poesía
secaron ropa al viento.
Comieron
mis palabras,
las guardaron
junto a la cabecera,
vivieron con un verso,
con la luz que salió de mi costado.
Entonces,
llegó un crítico mudo
y otro lleno de lenguas,
y otros, otros llegaron
ciegos o llenos de ojos,
elegantes algunos
como claveles con zapatos rojos,
otros estrictamente
vestidos de cadáveres,
algunos partidarios
del rey y su elevada monarquía,
otros se habían
enredado en la frente
de Marx y pataleaban en su barba,
otros eran ingleses,
y entre todos
se lanzaron
con dientes y cuchillos,
con diccionarios y otras armas negras,
con citas respetables,
se lanzaron
a disputar mi pobre poesía
a las sencillas gentes
que la amaban:
y la hicieron embudos,
la enrollaron,
la sujetaron con cien alfileres,
la cubrieron con polvo de esqueleto,
la llenaron de tinta,
la escupieron con suave
benignidad de gatos,
la destinaron a envolver relojes,
la protegieron y la condenaron,
le arrimaron petróleo,
le dedicaron húmedos tratados,
la cocieron con leche,
le agregaron pequeñas piedrecitas,
fueron borrándole vocales,
fueron matándole
sílabas y suspiros,
la arrugaron e hicieron
un pequeño paquete
que destinaron cuidadosamente
a sus desvanes, a sus cementerios,
luego
se retiraron uno a uno
enfurecidos hasta la locura
porque no fui bastante
popular para ellos
o impregnados de dulce menosprecio
por mi ordinaria falta de tinieblas,
se retiraron
todos
y entonces,
otra vez,
junto a mi poesía
volvieron a vivir
mujeres y hombres,
de nuevo
hicieron fuego,
construyeron casas,
comieron pan,
se repartieron la luz
y en el amor unieron
relámpago y anillo.
y ahora,
perdonadme, señores,
que interrumpa este cuento
que les voy contando
y me vaya a vivir
para siempre
con la gente sencilla.

Pablo Neruda
LX
Verbo.
Voy a arrugar esta palabra,
voy a torcerla
sí,
es demasiado lisa,
es como si un gran perro o un gran río
le hubiera repasado lengua o agua
durante muchos años.

Quiero que en la palabra


se vea la aspereza,
la sal ferruginosa,
la fuerza desdentada
de la tierra,
la sangre
de los que hablaron y de los que no hablaron.

Quiero ver la sed


adentro de las sílabas:
quiero tocar el fuego
en el sonido:
quiero sentir la oscuridad
del grito. Quiero
palabras ásperas
como piedras vírgenes.

Álvaro Mutis
Invocación.
¿Quien convocó aquí a estos personajes?
¿Con qué voz y palabras fueron citados?
¿Por qué se han permitido usar
el tiempo y la substancia de mi vida?
¿De dónde son y hacia dónde los orienta
el anónimo destino que los trae a desfilar frente a nosotros?

Que los acoja, Señor, el olvido.


Que en él encuentren la paz,
el deshacerse de su breve materia,
el sosiego a sus almas impuras,
la quietud de sus cuitas impertinentes.

No sé, en verdad, quiénes son,


ni por qué acudieron a mí
para participar en el breve instante
de la página en blanco.

Vanas gentes estas,


dadas, además a la mentira.
Su recuerdo, por fortuna,
comienza a esfumarse
en la piadosa nada
que a todos habrá de alojarnos.

Así sea.

ELISEO DIEGO
NO ES MÁS

Por selva oscura


Un poema no es más
que una conversación en la penumbra
del horno viejo, cuando ya
todos se han ido, y cruje
afuera el hondo bosque; un poema

no es más que unas palabras


que uno ha querido, y cambian
de sitio con el tiempo, y ya
no son más que una mancha, una
esperanza indecible;

un poema no es más
que la felicidad, que una conversación
en la penumbra, que todo
cuanto se ha ido, y ya
es silencio.

ELISEO DIEGO
LA PÁGINA EN BLANCO
Me da terror este papel en blanco
tendido frente a mí como el vacío
por el que iré bajando línea a línea
descolgándome a pulso pozo adentro
sin saber dónde voy ni como subo
trepando atrás palabra tras palabra
que apenas sé que son sino son sólo
fragmentos de mí mismo mal atados
para bajar a tientas por la sima
que es el papel en blanco de aquí fuera
poco a poco tornándose otra cosa
mientras más crece la presencia oscura
de estas líneas si frágiles tan mías
que robándole el ser en mí lo vuelven
y la transformación en acabándose
no es ya el papel papel ni yo el que
he sido.

GASTÓN BACHELARD,
LA POÉTICA DE LA ENSOÑACIÓN,
APARTE-
“ En efecto, soy un soñador de palabras, un soñador de palabras escritas. Creo leer. Una palabra me
detiene. Dejo la página. Las sílabas de la palabra empiezan a agitarse. Los tónicos se invierten. La palabra
abandona su sentido como una sobrecarga demasiado pesada que impide soñar. Las palabras toman
entonces otros significados como si tuviesen el derecho de ser jóvenes. Y las palabras van, entre las
espesuras del vocabulario, buscando nuevas, malas compañías. Muchos conflictos menores hay que
resolver cuando, de la ensoñación vagabunda se vuelve al vocabulario razonable”.

GASTÓN BACHELARD,
LA POÉTICA DE LA ENSOÑACIÓN,
APARTE-
“ Y es peor cuando en vez de leer me pongo a escribir. Bajo la pluma, la anatomía de las sílabas se
despliega lentamente. La palabra vive sílaba por sílaba, en peligro de ensoñaciones internas. ¿ cómo
mantenerla unida obligándola a sus habituales servidumbres dentro de la frase esbozada, frase que quizás
vamos a tachar del manuscrito? ¿no ramifica la ensoñación la frase comenzada? La palabra es un brote
que pretende dar una ramita. Cómo no soñar mientras se escribe. La pluma sueña”.

GASTÓN BACHELARD,
LA POÉTICA DE LA ENSOÑACIÓN,
APARTE-
“ La página blanca da el derecho a soñar. Si tan sólo se pudiera escribir para uno mismo. ¡qué duro es el
destino del hacedor de libros! Hay que cortar y volver a coser para tener continuidad en las ideas. Pero,
cuando se está escribiendo un libro sobre la ensoñación, ¿no habrá llegado el momento de dejar correr la
pluma, de dejar hablar a la ensoñación en el mismo momento en que uno cree estarla transcribiendo?”.

GASTÓN BACHELARD,
LA POÉTICA DE LA ENSOÑACIÓN,
APARTE-
“ Soy- ¿necesito decirlo?- un ignorante de la lingüística. Las palabras, en su lejano pasado, tienen el
pasado de mis ensoñaciones. Para un soñador, para un soñador de las palabras, éstas están llenas de
locuras. Para empezar, que cada uno piense en ello, que ‘empolle’ un poco una palabra que le sea familiar.
Entonces, la eclosión más inesperada, la más rara, surge de la palabra que dormía en su significación-
inerte como un fósil de significados”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“ El poema se crea. Por supuesto no es una creación como aquella que se atribuye a la entidad divina
(exista o no), es decir ex nihilo, de la nada. No obstante, si es una creación porque toma lo que hay y de
ello hace algo que no hay. Esa es la más alta dimensión del hombre, que todos llevamos escondida en
alguna parte. Para algunos está dormida y lo estará toda la vida, y morirán dormidos (lo cual es muy
triste)”.
La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“ El poema no es un desahogo barato, no es un adorno o una satisfacción hedónica, ni una causa para
ganar prestigio, ni un palabrerío más en un mundo palabrero y verborrágico: el poema es algo que uno
hace o se muere”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“ lo único que puede completar al hombre es su expresión. El ser humano es casi todo expresión. Que se
entienda de una vez: el extremo de esa cualidad básica, esencial del hombre, que es expresarse, es la
poesía. La mayor intensidad y también la mayor necesidad de la expresión”.

Friso Antiguo
Fragmento
Antonio Colinas.
“ La palabra es un recuerdo impuro
Y el corazón un enterrado trueno,
Un huracán de plumas”.
LA POESÍA Y EL LECTOR IV

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz.
“ …comencé a leer poesía muy pronto, tratando de penetrar en el conocimiento de los grandes poetas, que
es la gran escuela para perfeccionar la escritura y la visión del lenguaje. Cuando a veces me preguntan .
¿ cual es el método óptimo para perfeccionar la escritura poética? , respondo que no hay sino un camino:
leer, pero leer con detenimiento, saber detenerse en cada línea, en cada giro, en cada imagen, en cada
elemento, en cada silencio de los grandes poetas”.

Walt Whitman
“Hojas de hierba”.
Tú, lector, palpitas de vida y de orgullo y de amor como yo,
Para ti, pues, estos cantos.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
“ Debemos conseguir que el texto que leemos
nos lea.
Debemos conseguir que la música que escuchamos
nos oiga.
Debemos conseguir que aquello que amamos
parezca por lo menos amarnos.

Es preciso demoler la ilusión


de una realidad con un solo sentido.
Es necesario por ahora
que cada cosa tenga por lo menos dos,
aunque en el fondo sepamos
que si algo no tiene todos los sentidos
no tiene ninguno.

Debemos conseguir que la rosa


que acabamos de crear al mirarla
nos cree a su vez.
Y lograr que luego
engendre de nuevo al infinito”.

Roberto Juarroz
Poesía Vertical,
Los desenlaces provisorios del cuerpo.
su prieto circulo de sensaciones,
su invención del dolor,
son también una forma de revelación.

Leer en el cuerpo
es penetrar en un texto cambiante
cuya exégesis reconoce
una extraña simbiosis
de iluminaciones y hundimientos.
detrás de sus espasmos y sorderas
brota a veces la aguja
que ha enhebrado la clave
de una nueva costura de las cosas.

La consecuencia neta,
además de la vida, la muerte y sus sometimientos
es el código trémulo
de una ignota escritura.

Roberto Juarroz.
Undécima Poesía
Vertical.
Un texto no puede distraerme de otro texto
porque ninguno me distrae de un tercero,
Que llevo en alguna parte
Como un tatuaje que me funda.

A través de ese texto,


Que sin embargo no está terminado,
Leo todos los otros.
O tal vez es ese texto el que los lee.

Y no importa que nunca se complete.


Los textos terminados no nos sirven.
Tan sólo reconocemos lo incompleto.

Si mi texto alguna vez se completase,


Ya no leería ningún otro.
Y entonces quizá si me distrajera:
No leería ni siquiera mi texto.

Roberto Juarroz.
Undécima Poesía
Vertical.
Para leer lo que quiero leer
Tendría que escribirlo.
Pero no sé escribirlo.
Nadie sabe escribirlo.

¿ se tratará de una escritura perdida


O acaso de una escritura del futuro?

Tal vez quiera leer


Lo que no se puede escribir.
O simplemente lo que no se puede leer,
Aunque se escriba.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“ Las explicaciones tienen que desaparecer tras haber evocado lo que significan. Al volver a leer el poema
no hay que acordarse de lo que se ha dicho sobre él, sino tener la impresión de que el poema mismo nos
revela su sustancia. El significado está en las palabras del poema y no en lo que uno haya dicho sobre él.
La interpretación culmina en la desaparición del intérprete y en la presencia exclusiva de lo interpretado,
un ideal que, por supuesto, sólo puede alcanzarse aproximadamente”.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“ El poeta susurra algo al oído del lector, que es todo oídos, termina por asentir: ha entendido”.

H-G-Gadamer
Poesía y diálogo
“ La obra de un poeta no se presenta nunca de una vez. Incluso sin una impresión artística parece situarse
en el instante intemporal, nosotros nunca somos los mismos de antes. Es cierto que cada nuevo encuentro
con una obra, de algún modo y alguna vez, referirá a encuentros anteriores, pero, curiosamente, tampoco
se tratara entonces de un recuerdo del encuentro anterior, desdibujado ya, como un palimpsesto, una
escritura apenas legible todavía detrás del texto que ahora leemos. Cada encuentro tiene sus propias
circunstancias , con su propio trasfondo de resonancias y de sonidos que se extinguen. Las sensibilidades
aparecen y desaparecen, los astros cambian de lugar.

Roberto Juarroz
Undécima Poesía vertical
IV.
Rara vez vuelvo a leerme.
Si lo hago,
Me parece que quien escribió aquello
Fue alguien que se quedo en camino,
Tal vez para esperar mi retorno
O para poder observarnos desde lejos
O tomar él después por caminos secundarios
Para encontrarnos otra vez más adelante.

Releerse es sospechar de algún modo


Que la vida que pasó
Nos aguarda en otra parte,
Como si un hijo pródigo al revés
Esperara en su puerta
El improbable regreso de su padre.

Detrás de cada palabra escrita antes


Asoman como un pueblo furtivo
Todas las palabras que no supimos escribir.
Por eso releerse es hallar,
Más que las visiones que fuimos,
Las visiones que nos reclamaron en vano,
Pero quedaron como algas curiosamente insistentes
Adheridas a aquello
Que sin entenderlo del todo recogimos.

Si el tiempo no estuviese agotado,


Quizá valdría la pena releerse
Nada más que por esas adherencias.

JORGE LARROSA.
LA EXPERIENCIA DE LA LECTURA.
FRAGMENTO.
“ La vida humana es constitutivamente una hermenéutica, una interpretación, una lectura entendida como
juego creador con los signos con los que damos sentido al mundo y a nosotros mismos. y el papel de la
lectura es velar para que esos signos no se dejen absorber como una cosa en el mundo y en el hombre,
sino que puedan abrir nuevas perspectivas del mundo y del hombre. Si la estructura del mundo se
constituye a partir de la estructura del lenguaje y si nosotros no somos más que el sentido que nos damos
a nosotros mismos y a lo que nos pasa, la lectura es un trabajo con y sobre el lenguaje, con y sobre el
sentido, que conduce a la transformación de nuestra manera de ser en el mundo y, con ella, del mundo
mismo. Y cuando la realidad y nuestra propia vida se nos dan en la rigidez cadavérica de lo ya dicho y de
lo ya pensado, la lectura es renovación, apertura y posibilidad, es decir, un poderoso fármaco
revitalizador, una forma de salud”.

Prólogo a la primera edición


Historia Universal de la Infamia
Jorge Luís Borges
Fragmento
“En cuanto a los ejemplos de magia que cierran el volumen, no tengo otro derecho sobre ellos que los de
traductor y lector. A veces creo que los buenos lectores son cisnes
aún más tenebrosos y singulares que los buenos autores. Nadie me negará que las piezas atribuidas a
Valéry a su pluscuamoperfecto Edmond Teste valen notoriamente menos que las de su esposa y amigos.

Leer, por lo pronto es una actividad posterior a la de escribir: más resignada, más civil, más intelectual”.

Prólogo a la segunda edición


Historia Universal de la Infamia
Jorge Luís Borges
Fragmento
“ los doctores del gran vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad. Tienen plena razón
en lo referente a esa mínima parte del universo que es este libro. Patíbulos y piratas lo pueblan y la
palabra infamia aturde en el título, pero bajo los tumultos no hay nada. No es otra cosa que apariencia,
que una superficie de imágenes; por eso mismo puede acaso agradar. El hombre que lo ejecutó era asaz
desdichado, pero se entretuvo escribiéndolo; ojala algún reflejo de aquel placer alcance a los lectores”.

STEVENSON
ENVIO
Ve, librito mío, y a todos desea
flores en el jardín, comida en su mesa,
una jarra de vino, talento
una casa rodeada de césped,
un animado río en su puerta
y un ruiseñor en el sicomoro.

Jorge Luís Borges


“la obra que perdure es siempre capaz de una infinita y plástica ambigüedad; es todo para todos. Es un
espejo que declara los rasgos del lector y también un mapa del mundo. Ello debe ocurrir además
de un modo evanescente y modesto, casi a despecho del autor. Este debe aparecer ignorante de
todo simbolismo”

ACTO DE LECTURA
MARTHA L. CANFIELD

Para Álvaro Mutis

Cada palabra tiene su arista secreta


y sus perfume.
Entre reglones voy
guiándome el sentido
que brota respirando.
Alerta y erizada
entre una línea y otra
del párrafo completo
o de la estrofa entera de tu poema
voy.
Vertiginosas cúspides
donde el cielo que flota y que me arrastra
se derrama.
Tu mensaje lo entiendo más lo aparto.
Y en un sitio de luz
como una recta muda y perfumada
encuentro la palabra detrás de tus palabras.
Me enciendo y me abandono.
Te toco y no te siento.
Te siento y no distingo
tu contorno verbal y verosímil.
Siento la espada de tu letra oscura.
Y el espacio intangible del encuentro
se revela en mi cuerpo:
herida penetrada
en ti regocijada
y en una transformada,
en el sitio de ti que tu discurso me regala.

RAINER MARIA RILKE


EL LECTOR
Mucho he leído ya; toda la tarde
a la ventana, con rumor de lluvia.
Del viento de allá fuera, no oí nada:
mi libro era muy denso.
Lo veía en las hojas, como en rostros
que se oscurecen de reminiscencia,
y en torno a mi leer se pasmó el tiempo.
Las páginas de pronto destellaron
y en vez del triste enredo de palabras
se lee “tarde”, “tarde”, en todas ellas.
No miro todavía fuera: estallan
las largas líneas, huyen las palabras
de sus hilos, escapan a capricho…
ya lo sé: por encima de los plenos
jardines de esplendor, el cielo es ancho;
el sol, una vez más, habrá verano.
Se espera en pocos grupos lo esparcido;
por largas sendas va la gente oscura,
y extraño y lejos, como si importara
más, se escucha lo poco que aún ocurre.

Si levanto los ojos de mi libro


nada me será extraño, y todo grande.
Fuera está lo que estoy viviendo dentro,
y es todo ilimitado aquí y allá:
sólo con que me enrede más en todo,
si se amolda a las cosas mi mirada
y a la sencillez grave de las masas,
rebosa entonces sobre sí la tierra.
parece que la abraza el cielo entero:
el lucero es, allá, la última casa.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“ En la lectura de la poesía hay que descubrirlo todo, y para eso hay que detenerse. Ver de nuevo lo que es
la lectura consuetudinaria, tradicional. Los poetas dicen las cosas más penetrantes”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“al individuo citadino que lee todo a la ligera, al que mezcla la lectura con las imágenes y el ruido de la
televisión, al que no se detiene nunca, Pedro Salinas lo llama ‘leedor’. Es menester, dice, convertirlo en
lector. Y aún más, porque ese proceso no termina ahí: luego de ello hay que transformar al lector en actor.
Esto equivale al momento en que se reproduce en el lector el proceso del creador; hace poco lo he
llamado recreación:
Eso que sucede en quien lee debe ser como sí fuera él mismo quien realiza la obra. Este matiz es
esencial”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“Todo lo hemos experimentado: cuando hay algo que realmente nos fascina a fondo, olvidamos quién lo
hizo y es como si uno mismo lo realizara. Una lectura que va inventando la línea siguiente, y que después
de terminar el poema sigue inventando líneas”.

La fidelidad al relámpago.
Apartes. Roberto Juarroz
“ –No menos que el autor, porque evidentemente la poesía, como forma de experiencia, es para mi la
mayor intensidad posible: es tan intensa como las últimas cosas, incluso la muerte, o más intensa aún que
la muerte. Entonces, ¿cuál es una de las cualidades que más encarnan la poesía en el poeta? Es la fuerza
que tiene y la necesidad que le otorga al vivir. Naturalmente eso debe repetirse en quien recibe el poema.
Sin embargo, para que esa intensidad se repita en el lector y lo aprehenda, hay que comprender que un
poema no puede leerse como se lee cualquier otro género”.
ARTE POÉTICA , V
Jorge Luís Borges.
Arte poética,
Mirar e río hecho de tiempo y agua
Y recordar que el tiempo es otro río,
Saber que nos perdemos como el río
Y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño


Que sueña no soñar y que la muerte
Que teme nuestra carne es esa muerte
De cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo


De los días del hombre y de sus años,
Convertir el ultraje de los años
En una música, un rumor y un símbolo.

Ver en la muerte el sueño, en el ocaso


Un triste oro, tal es la poesía
Que es inmortal y pobre. La poesía
Vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara


Nos mira desde el fondo de un espejo;
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,


Lloró de amor al divisar su Itaca
Verde y humilde. El arte es esa Itaca
De verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable


Que pasa y queda y en cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
Y es otro, como el río interminable.

Vicente Huidobro
Arte poética
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema ;
Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.
El Poeta es un pequeño Dios.

Jaime Gil de Biedma


Arte Poética
a Vicente Aleixandre
La nostalgia del sol en los terrados,
en el muro color paloma de cemento
-sin embargo tan vívido-- y el frío
repentino que casi sobrecoge.
La dulzura, el calor de los labios a solas
en medio de la calle familiar
igual que un gran salón, donde acudieran
multitudes lejanas como seres queridos.
Y sobre todo el vértigo del tiempo,
el gran boquete abriéndose hacia dentro del alma
mientras arriba sobrenadan promesas
que desmayan, lo mismo que si espumas.
Es sin duda el momento de pensar
que el hecho de estar vivo exige algo,
acaso heroicidades -o basta, simplemente,
alguna humilde cosa común
cuya corteza de materia terrestre
tratar entre los dedos, con un poco de fe?
Palabras, por ejemplo.
Palabras de familia gastadas tibiamente.

Adriano Corrales
Arte Poética
1.
En la pared tiemblan
los nombres
con su barrotes

Una
a
una
han sido clausuradas las puertas
para que no se escapen

pero el animal tapiado


respira
por estas piedras

2.

Una navaja
atraviesa
la garganta
de estas palabras

3.

Cuando escribo
un animal espeso como la noche
acecha mis espaldas

espera que lo nombre

nada más peligroso


que su sombra
sobre el papel

Alberto Girri
Arte Poética

Un elemento de controversia
que nos lleve a lo paradojal
tras cada línea, cada pausa;
la ambigüedad a expensas de la convención.
Una premisa constante, la duda,
indagando en la realidad,
buscándola fuera del contexto;
la materia a expensas del lenguaje.
Una síntesis intransferible y bella
con ánimos, bestias, escrituras,
profanados sub specie aeternitatis;
la imaginería a expensas de tormentos.
Una teología creadora de objetos
que se negarán a ser hostiles a Dios.

Alfonso Reyes
Arte Poética
1
Asustadiza gracia del poema:
flor temerosa, recatada en llema.
2
Y se cierra, como la sensitiva,
si la llega a tocar la mano viva.

3
Mano mejor que la mano de Orfeo,
mano que la presumo y no la creo,

4
para traer la Eurídice dormida
hasta la superficie de la vida

Darío Jaramillo Agudelo


Arte Poética
Estamos de acuerdo:
por una vez concedamos que ustedes, los poetas,
tienen la razón; que tienen
toda la razón; sí, las palabras
se gastan, las palabras
envenenan todo lo que tocan.
Digamos que acertaron, que dieron
en el blanco, que cogieron
la cosa por donde era;
digamos que hay palabras metálicas
que si caen desde cierta altura
pueden matar a una persona
y que hay palabras en forma de ceniza
que explotan como pólvora,
y que hay otras palabras que son flores
que se marchitan en un día
—como las de este verso de doble faz,
útil para floreros y promesas—
y que hay otras que se huelen y se tocan y se miran
y palabras detergente
y palabras perfume y que también está la palabra
silencio. Digamos, en fin, que hay palabras
como la palabra caravana o la palabra
sombra, sin mencionar la conocida
rosa. Pero ya estamos llegando
al límite. Las palabras, son palabras, poeta,
y yo no puedo hacer nada por ustedes.

Dolan Mor
Arte poética

"No hables en tus poemas del ruiseñor


de Wilde, ni menciones amor, perfume, labio o rosa"
—me dice en los manuales Ariel Rivadeneira—
y yo evito poner en cada verso escrito
un ala, algún jardín, la luna de Virgilio,
y hasta a veces me niego, sentado
en el alféizar, a mirar las heladas
del invierno en España, porque queman
las ramas de los árboles todos y la niebla
me invita a escribir con nostalgia
"y ese signo, nostalgia, —me dicen
los manuales— es señal del pasado,
y se debe escribir sin alma, con estilo,
igual que si torcieras el cuello
de una garza con desprecio en tus dedos.

"Habla de cibernética y de física cuántica,


menciona blog, pantalla, correos
electrónicos" —me aconsejan los críticos—.
Y yo sumo las cifras o despejo ecuaciones,
digo leyes, neones, sistemas invisibles
que arman genios, científicos.
También menciono genes, vídeos,
ordenadores, y hay instantes, incluso,
que hablo sin meditar y construyo asonantes
al decir aeropuertos, submarinos, aviones
y algún laboratorio (...), móviles, cines, clones.

Pero aunque logre versos posmodernos


siguiendo los consejos de sabios
que hablan de poesía como hablar
de la historia, de mercados, teoremas
que establecen los pliegues en las cuerdas
del tiempo, no he logrado escribir
el poema perfecto, e incluso
cuando leo alguna línea aislada
de Wilde entre las sábanas, y todos
mis maestros (con diplomas de masters
y perfil de doctores) se divierten
en bares o en los pubs de internet,
yo lloro como dama sin remedio
y me jode el viejo de Quevedo,
y me arriesgo, en la cama, a que digan
los críticos en los post o en revistas:
"¡qué anticuado y qué griego se volvió
Dolan Mor leyendo a los antiguos!,
si hasta le creció un día, encima
de las cejas, (en lugar de la gorra
ladeada sobre un piercing) un ramo
de laurel...
Pero logró dos cosas: pasar
imperceptible delante de los hombres,
como dijo Epicuro, y escribir con la espalda
inclinada en la hoja, sin cederle la mano
al influjo variable del tiempo y de las modas".

Fernando Rendón
Arte Poética
I
Mis poemas no se nutrirán de la literatura más que del bosque.
Los personajes de mis poemas no beberán ajenjo más que agua de su nacimiento,
Las raíces de mis poemas serán las raíces de los árboles.
Los protagonistas de mis poemas no serán malditos
o condenados aquí abajo, como los poetas franceses
o como sus rezagados émulos casi un siglo y medio después.

No se suicidarán como los románticos alemanes por un amor perdido


o a la manera de Mayakovski, sitiado por funcionario temerosos de la poesía.

Los personajes de mis poemas serán resistentes,


y sus contenidas lágrimas por los muertos que la realidad asesina
a sangre fría, ante la satisfecha complicidad de millones,
los purificarán en medio de la brutal contienda.

II

Mis poemas no cantarán a la luna ni a la cruel musa.


Era el mal amor el que erosionaba a todos.
Aquellos que habitarán mis poemas
no perderán la razón, aunque estén llenos de locura.
Ellos serán guerreros de corazón inexorable,
con armadura solar, para ajusticiar a la vista de todos
a la tropa innumerable de la inquisición de tinieblas.

Mis poemas no serán marginales,


Ni tampoco habrá en ellos una herida para exhibir.
Ellos no exultarán odio ni rezumarán melancolía.
Y serán como la sonriente serenidad de la mañana
que llega para embriagar e incitarnos a atravesar la puerta
entre la no existencia y la existencia,
pues es la muerte la que gobierna al mundo.
Pero mis poemas no serán metafísicos
ni estarán tocados de ninguna religión pútrida
de las que tienen a millones de almas cautivas
y de rodillas, frente a la mirada de una estatua de piedra,
o ante un oficiante andrógino con corazón de yeso.

III

En mis poemas ¡olvidadas energías del origen!


se sumergirán meteoro en la atmósfera
llevando un dulce sonido lacustre a los oídos.

Se inyectará el alfabeto primordial en los tendones,


y el oro del sueño circunnavegará la sangre.

Por una escala antigua ascenderemos desde el Talón de Aquiles


—donde yacen abandonados los cadáveres de todos los siglos—
hacia la parte de atrás de la cabeza de la gran humanidad.

Y en la lengua secreta de los poetas


una voz emergerá potente desde sus adentros para llamarnos
—desde la boca de todos, en los oídos de todos—
y nos alzaremos desde el principio de los siglos
hasta el porvenir de la estatura de la especie
con la radiante cabellera anegada de rocío
en el esplendor de la rebelión definitiva.

[...]
Gloria Fuertes
Arte poética,

Escribo como escribo,


A veces deliberadamente mal,
Para que os llegue bien.

Gonzalo Rojas
Ars poética en pobre prosa

Lo que de veras amas no te será arrebatado


Voy corriendo en el viento de mi niñez en ese Lebu* tormentoso,
y oigo, tan claro, la palabra "relámpago". - "Relámpago, relámpago" -.
Y voy volando en ella, y hasta me enciendo en ella todavía. Las toco,
las huelo, las beso a las palabras, las descubro y son mías desde los
seis y los siete años; mías como esa veta de carbón que resplandece
viva en el patio de mi casa. Es el año 25 y recién aprendo a leer.
Tarde, muy tarde. Tres meses veloces en el río del silabario. Pero las
palabras arden: se me aparecen con un sonido más allá de todo
sentido, con un fulgor y hasta con un peso especialísimo. ¿Me atreveré
a pensar que en ese juego se me reveló, ya entonces, lo oscuro y
germinante, el largo parentesco entre las cosas?

* Leufü: torrente hondo, en mapuche original. Después, en español,


Lebu, c apital del viejo Arauco invencible como dijera Ercilla en sus
octavas majestuosas. Puerto marítimo y fluvial, maderero, carbonífero
y espontáneo en su grisú, con mito y roquerío suboceánico, de mineros
y cráteres - mi padre duerme ahí -; de donde viene uno con el silencio
aborigen.
Isaac Goldemberg
Arte po/ética con Dios,
I
Reducir a Dios a una sola letra
de ningún alfabeto.
A ningún accidente gramatical.
Tampoco a ningún número
que sea potencia exacta de otro
o que sea exactamente divisible
por sí mismo y por la unidad.
Diseñar un Dios no regido por el azar,
ni por la creación a partir de la nada
ni de Su cuestionada existencia.
Un sistema autosuficiente debe suponer
un cerebro desde donde imaginar
una sola letra de ningún alfabeto,
un solo guarismo de ninguna numeración
un solo umbral donde asome Su ningún único rostro.
II
Detrás de todo hay una matemática,
diríase una turbulencia del tiempo
y de sus cifras.
Así como todo Dios es tanto palabra como razón,
toda poesía no es una sucesión de hechos.
Toda poesía hermana al humano
con la economía de las palabras.
Y todo Dios y todo humano cohabitan
en el mismo tiempo y en el mismo espacio,
donde todo es manejado por el todo poético.
Dioses, humanos, gatos, líquenes, algarrobos
Son acumulaciones de genes poéticos.
Y todo parto poético es el Big Bang
entre todo espacio y todo Dios.
Entre toda nada y Su más íntima condición.

III
Invocar a los dioses del cielo y de la tierra
a todos los rayos activos de luz
a todas las letras de derecha a izquierda
y de izquierda a derecha.
Fijar la vista en el centro de cada una
y seguirlas en sentido anverso
hasta el infinito
salvo en el sueño
o en el presagio.
Desplazar la materia
sin asustar al espíritu
ni volverlo inestable.
Invocar a las voces
sin nombrar la esencia de los dioses
y de las palabras.
Recordar que a quien vivió le será reclamada
la armonía infinita.
Isaac Goldemberg
Arte Poética

A la manera de Paul Celan y Gonzalo Rojas


Ver correr el río bajo un cielo sin nubes
Aguas de otros ríos afluyen al río
que pasa por quien escribe
y quien escribe es la red de los sueños
jalados por la corriente
Agua blanca del sueño la volamos en las alas del ave
Sueño negro del agua lo bebemos en la palabra
¿Qué se escribe cuando se escribe:
la muerte con sol encima del paisaje
o la vida sin sombra debajo de la tierra?
El río traza un camino no se sabe si de sol o de sombra
el sueño empuja las palabras sobre las aguas
que corren ausentes a quien escribe
y quien escribe las mira correr
con ojos que como el sol rehusan hundirse

Javier España
Arte poética

El río incontinente del dolor


se bifurca en el yo inabarcable,
en arte de mí mismo, su escritura.

El culto presentido por la historia


es péndulo que rima el equilibrio:
orden y caos asumen el lenguaje
del verso sin palabra ni acertijo.

La razón es la sangre dividida.


La antítesis del ser es el no ser:
otredad en la herida del espejo.

Javier Heraud
Arte poética

En verdad, en verdad hablando,


la poesía es un trabajo difícil
que se pierde o se gana
al compás de los años otoñales.
(Cuando uno es joven
y las flores que caen no se recogen
uno escribe y escribe entre las noches,
y a veces se llenan cientos y cientos
de cuartillas inservibles.
Uno puede alardear y decir
"yo escribo y no corrijo,
los poemas salen de mi mano
como la primavera que derrumbaron
los viejos cipreses de mi calle")
Pero conforme pasa el tiempo
y los años se filtran entre las sienes,
la poesía se va haciendo
trabajo de alfarero,
arcilla que se cuece entre las manos,
arcilla que moldean fuegos rápidos.
Y la poesía es
un relámpago maravilloso,
una lluvia de palabras silenciosas,
un bosque de latidos y esperanzas,
el canto de los pueblos oprimidos,
el nuevo canto de los pueblos liberados.
Y la poesía es entonces,
el amor, la muerte,
la redención del hombre.

Jorge Eduardo Eielson


Arte poética

He decidido escribir un poema


De cien versos nada más
Y así sin darme cuenta
Tengo ya cuatro líneas negras
Sobre esta página blanca
Que espero sume las necesarias
Antes que se me pasen las ganas
De seguir escribiendo versos
Y comience a mirar la televisión
O a observarme en el espejo
Como lo hago diariamente
Yo que me afeito lentamente
Y cuento mis arrugas con esmero
Esperando vivir largamente
Para de vez en cuando escribir
Algún poema inocente
Posiblemente
Sin mar ni muerte
Y así tengo ya justo veinte
Versos escritos con rima en ente
Que ahora son veintidós
Que es justo la edad en que gané
(Así se dice vulgarmente)
Un premio de poesía
En mi patria el Perú
(Así se dice oficialmente)
Y justo la edad también
En que me enamoré
De una muchacha vestida
En pantalones solamente
Con los cabellos rubios
Y la rima en ones
Como nuestros corazones
Tan jóvenes y tan llorones
Que nos pasábamos las noches
Amándonos en los malecones
Haciendo mil comparaciones
Entre el amor y el mar
El mar y la muerte
El amor el mar y la muerte
Con todas las variaciones
E implicaciones
Hasta volvernos cabezones
Y cerrar la rima en ones
A tropezones
Con cuarenta y seis pálidos versos
Y la tristeza pegada
A la palabra nada
Aunque nada de ello se adivine
En esta rima helada
Mientras se desliza la belleza
En bicicleta de vocales
Bajo la cascada
De consonantes para nada
Sino para completar la ansiada
Suma final de esta composición preñada
De versos tintineantes y vacíos
Que ya nada dicen de la amada
Que ya nada dicen de nada
Porque han perdido la alegría
Para decir te amo te amo te amo
Te amo te amo te amo te amo
De la primavera y de las cosas bañadas
Por la humedad celeste
Cuando una telaraña de oro se extendía
Entre nuestra juventud
Y nuestros primeros versos
Bajo las palmeras o los saxofones
Zapateando en el firmamento
Como Fred Astaire y Ginger Rogers
Mientras a nuestra espalda
En el lugar de la amada
Morían nuestros hermanos sin decir nada
Levantaban una mano cerrada
Y con la otra apretaban el gatillo
Que anunciaba la llegada de la aurora
Y el comienzo triunfal
De la rima en al
Como si escribir fuera tan sólo
Ser fundamental
Tomar un aire doctoral
Colocar la rima al final
De cada verso y pretender
De cada uno de ellos el total
De sonoridad y contenido genial
Sin darse cuenta que la poesía
Huye de los poetas
Como la llama del hollín
Y que al revés de lo que piensa fulano
En la poesía como en la vida
Lo principal (hay que ser inteligente)
No es lo que se queda
Sino lo que se va
Como amablemente enseña el oriental
Y como felizmente he llegado al final
De esta composición magistral
(A causa de la rima en al)
Que ahora consta de noventa y nueve líneas negras
Sobre papel Bond Especial
Jorge Eduardo Eielson
Arte poética II,

Desayunarse
Mirarse en el espejo
Abrir y cerrar puertas
Fumar un cigarrillo
Escribir un poema
No mirar hacia adelante
No mirar hacia atrás
No mirar hacia arriba
No pensar en nada
Seguir fumando cigarrillos
Seguir abriendo puertas
Seguir cerrando puertas
Considerar que el tiempo pasa
Pasar el tiempo considerando
Que el tiempo pasa
Seguir llenando papeles
Escribir versos audaces
Metáforas sorprendentes
Brillantes adjetivos
Escribir por ejemplo
Un automóvil de Astrakhán
Transportará todas las noches
La estatua de Mao Tsé Tung
De la oficina a la alcoba
No escribir sobre la luna
Ni sobre la alcoba
No jugar con el amor
Ni con la rosa
Ni con el dolor
Ni con la prosa
Dibujar un corazón escarlata
Sobre la página blanca
Y pisotearlo con fuerza
O fabricar con gran esmero
Un corazón de madera
Y quemarlo lentamente
En una hoguera
Dejar pasar la gente
Dejar pasar el tiempo
Dejar pasar el mismo
Automóvil de Astrakhán
Con la estatua de Mao Tsé Tung
En la maletera
No mirar hacia adelante
No mirar hacia atrás
No mirar hacia arriba
No pensar en nada
Seguir abriendo puertas
Seguir cerrando puertas
Seguir fumando cigarrillos
Y escribiendo versos
Cada vez más sencillos
Cada vez más ligeros
Como burbujas
O como anillos
De humo celeste
Y pasajero
O como pompas
De jabón amarillo
Sin olvidar la medida
Ni descuidar el sentido
Ni la mermelada
Ni la nada
Ni la metonimia
Ni el oximorón
Ni la rima en on
Tan conmovedora
Y tan segura
Como el corazón
Como el saxofón
Como la basura
Pero eliminando
Sin piedad ninguna
La indisponente
Rima en ina
Demasiado pura
Demasiado fina
En un poema sin amor
Y sin altura
Con olor a pene
Y a vagina
Dejar caer la mirada
Sobre el papel indiferente
Arrastrar toda la vida
Un zapato incandescente
Un pantalón arrugado
Un bigote indecente
Y de la rima en ente
Pasar rápidamente
Sin molestar a la gente
A la rima en atas
Sólo para corregir
Un par de erratas
¿Vivir como las ratas
Y ponerse corbatas
O morir como las ratas
Sin ponerse corbatas?
Arrojar al canasto
Tanto verso incierto
Y con mucho cuidado
Como quien saca una carta
Del propio costado
Escribir muy claramente
Sobre el papel cansado
La palabra muerte
Tomar una cucharada
De leche de magnesia
Bien azucarada
(Excelente para el cutis
La sonrisa y los huesos)
Seguir abriendo puertas
Seguir cerrando puertas
Seguir fumando cigarrillos
No mirar hacia adelante
No mirar hacia atrás
No mirar hacia arriba
No pensar en nada

José Asunción Silva


Ars,

El verso es vaso santo; poned en él tan sólo


un pensamiento puro,
en cuyo fondo bullan hirvientes las imágenes,
como burbujas de oro de un viejo vino oscuro.
Allí verted las flores que en la continua lucha
ajó del mundo frío,
recuerdos deliciosos de tiempos que no vuelven,
y nardos empapados en gotas de rocío.
Para que la existencia mísera se embalsame
cual de una ciencia ignota,
quemándose en el fuego del alma enternecida
de aquel supremo bálsamo, ¡basta una sola gota!

Juan Gelman
Arte poética

Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,

como un amo implacable


me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde sus manos.

A este oficio me obligan los dolores ajenos,


las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.

Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,


rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.

Juan Planas Bennásar


Arte poética

Soy infiel a la soledad,


aunque a veces los ecos afilados de una ira antigua
me revuelvan las entrañas.
Colecciono luciérnagas prendidas como harapos
de los dientes de una sonrisa hambrienta.
Enciendo una tras otra las velas
que se llevan los vientos. Cruzo
los puentes en llamas. Mi lugar
está entre las cenizas y el exilio
del amor.
Hurto de los teclados los olores del amanecer.
Me hablan de tu piel inerte
como la yema rota de un muñón
en pleno abrazo. No quiero
la vecindad de las aguas turbias
ni el cobarde crepúsculo
sellado con un brindis y un falso beso
en una cópula sin algo más
que sangre o dolor.
Voy en busca de un concepto
que nos devuelva la inocencia primera
y nos deje habitar el lugar
anterior al pecado y a la culpa.
¿Es imposible? No lo es.
Acaricio el hielo que se adapta, cabizbajo,
a todos los rincones de la sumisión,
como el polvo multiplica las migrañas
de cualquier lector indiferente,
y construye esta página inverosímil,
terrosa, agrietada, húmeda de sangre
como una mejilla encendida por un beso de acero.
Destrozo el manual obsoleto
que desprecia las rimas de una música interior,
que ruge desmedidos acentos, y me alejo
de las disyuntivas estériles de los presos
y la pobreza entre reglas.
Riego los extensos jardines
con risas y lágrimas.
Construyo mi pedestal con las semillas
abandonadas fuera del tiempo.
No quiero comunicar
sino descubrir
la realidad que nombro y al nombrar invento.
Sé que la creación reclama puertas abiertas.
Padezco una respiración herida
por algún brote de tristeza inesperada,
un hálito maloliente, una inquietud que ignoro.
Un tiempo detenido me habla de otro tiempo
ordinario
en el que ocurren las cosas. Lo nuevo
se multiplica en el interior de los espejos.
Las coordenadas enloquecidas
de tus ojos en los míos. ¿Es imposible?
No lo es.
No necesito explicar nada. Nombrar
es suficiente. Un cielo tullido de alfombras
con pétalos de adormidera, el opio
de la estupidez,
el oprobio de la quietud, la inacción, el temor o la nada.
¿Cacofonías, aliteraciones? La repetición
es sólo aparente. La realidad
carece de formas definitivas
al igual que un poema.

Lucía Extebarría
Topos-Ars poetica

Este espacio nació huyendo de las cosas de este mundo.


Esa presunta realidad no existe, tan sólo se interpreta o se desvela.
No es armonía plena, pues respira en el ritmo encajado entre silencios
y transporta en sus venas toda la sangre y toda la luz del orbe.

No nació contra nada o contra nadie sino que se alimenta sólo de sí mismo
y desde sí transforma la existencia y la hiende con su espada.
Es consuelo, es refugio, es alimento, es sueño, es signo, es arte.
Es vida. Es telúrico astral caligramático mecánico celeste.
Es telúrico astral caligramático. Le toma el pulso al cosmos como un médico.
Es un sistema coherente contingente de la exposición de las claves necesarias.
Es veneno inagotable, es fuente mágica. Es astrolabio y brújula, carta y mapa.
Es a la vez timón y barco, vela y viajero. Y es el mismo propósito del viaje.

No diremos qué es, simplemente que es. Se explica por su esencia.


Refleja bien su tiempo solamente cuando de él se libera.
Armazón y columna de la resistencia, es valiente y adora la aventura.
No conoce servidumbre de paso, derecho de pernada o respeto a un monarca.
Es transmisor, el último (por ahora) eslabón de un cadena.
Una cadena iniciática, un conocimiento esencial en el tiempo.
Que da cuenta de sí sin nombrarse y sin primera persona.
No es lo que da el lenguaje, sino lo que al silencio se le roba.

Manuel Vázquez Montalbán


Arte poética

Ideas lentas como libros


desplomándose, charcos en la calle
chorretes de sangre en las primeras
páginas
piernas, piernas con curva
blanda remontándose y bragas
blancas como un apósito
mortajas
de leacril y dentaduras rotas alguien canta
sapore di mare, sapore
di sale
y en el sudeste asiático
la guerra McNamara cruza el río
se ahorca a un inocente en esta casa
aquí
junto a las tumbas de pioneros
del renacer textil de las betes
i fils
se ahorcan simplemente, europeamente
soy un poeta militante, camarero
un gin tonic
por favor
llega un poeta blando de sangre
más que roja, pide pippermint
y canta
sucede que me canso de ser célibe
marfiles de tus senos, paisajes
de tus lomos deslomados, oscura
sima, oscuro el mundo, pedazos
de brea y olor a paño limpio, un bidet
respondón
y la tierra, tesis sensual
la antítesis de un limonero seco
culpable el capital del furor, uterino
el tablón de salvación
viva la revolución

austero pasa Blas de Otero, romanza


digo lo que quise decir
y no dije
ya está dicho
¡ay Calatrava de Arriba
mulas sorianas, cabras
al monte!
tirad
tirad de España
la España insana a la mar
a la mar, a la mar
tirad, tirad
que también el pueblo nos espera
con ritmo de habanera

y llega
el cartero con una carta de Celaya
(personal)
subo, bajo, lloro, como
amparo la amparable, ira
por no escribir endecasílabos, soy
el que soy, algo buen chico
me gusta la tortilla de escabeche
el pueblo —Sancho fetén—
me canso
de ser buena persona
volverán
las oscuras golondrinas en tu balcón
sus nidos a colgar
pero grita
airadamente López
Pacheco comunero
más comúnmente que nadie
pongo
pongo el pie
pongo el pie sobre
Castilla
silla de España
y no me extraña
palpar la revolución
al son
de la charanga alada
alzada
sobre un millón de muertos
y entuertos
de una generación
suavemente desliza Guillén (Jorge)
sabiduría antigua, sí, pero no, ser
y no ser
no sé, dice, la inquietud
del círculo ser, no ser repollo
cuatro lados tiene un aro, sol
y regadíos manchegos, muerte
geométrica, patadas en los huevos
dictadura y argumento ontológico
dijo el necio en su corazón no hay
gente como la de Tudela
y era
el necio era de Astorga, entidad
del paraguas en un congreso, my dear
my dear my dear, soy
Jorge Guillén lecturer nada argelino
más bien Sartre, la inquietud de la flor
no ser bomba, la inquietud
de la bomba no ser flor
entonces
un ajado sonetista municipal, hipo
condríaco de Cuenca, tal vez de Reus
o de Almería, deleita con sus versos
a histéricos materialistas huecos
ingratamente canto la amargura
soez de Leonor la bien amada
canción que brotó desesperada
verdinegro horizonte de llanura
entre el estiércol caqui castellano
los gallardetes blancos catalanes
la imperial empresa mano a mano
no comprende Leonor tras los cristales

celosías de páginas de anuncios


buenas son las hermanas ursulinas
cantan juntos diecisiete nuncios

mas Leonor cual pequeñísima burguesa


no comprendió al beato progresista
y estableciose de puta a la francesa

envejece el vaso
el gin tonic
anochece húmedamente, imposible
escribir entre brisas de drugstore
rumores de hojas desnudas
pasan
muchachas anchas como lechos
periódicos grises
como despedidas.
Marcos Ricardo Barnatán
Arte poética
By chis, and chis only, we have existed.
T .S. Eliot
La letra más que marcar llamea
Desgarra la esteparia faz del papel
Para ser cuerpo en el tiempo
Madura gacela palpitante.
Un silencio transparente hiere
Es el blanco vacío derramado
El rayo que en vano nombra.
Ahora el fuego ha encendido luces
Para dar significado al eclipse
y desvelar el misterio escrito.
La torpe oscuridad se fatiga.
Siete veces el esplendor dará batalla.
Y la vida y la muerte serán del poeta.

Mario Benedetti
Arte poética

Que golpee
hasta que nadie
pueda ya hacerse el sordo
que golpee y golpee
hasta que el poeta
sepa
o por lo menos crea
que es a él
a quien llaman.

Mario Benedetti
Arte poética

Es un modo de crecer
en lo que dura un suspiro
o maneras de decir
de otra manera lo mismo
que nos enseñan la historia
las estaciones el rió
una suerte de jugar
con formas y contenidos
y regla para quien quiera
violar las reglas del siglo
ingenio contra la asfixia
recurso para el respiro
pero no la vanagloria
ni lo que arrastra consigo
es un modo de entender
o aproximarse al prodigio
con el paisaje en los ojos
y en el alma un calofrió
con la palabra en volandas
o el corazón en añicos
aprendiendo a transformar
lo sobrehumano en sencillo
nadie podrá despojarnos
ni los sueños impedirnos
ni quitarnos lo bailado
ni matarnos lo vivido
ni convertirnos en otro
ni usarnos como testigo
es un modo de sentir
y casi como vivirlo
y si la memoria aprieta
para eso esta el olvido
o trasmutar el recuerdo
en cualquier otro peligro
si es otoño en primavera
si es invierno en el estío
si es desamor en amor
y si es amor en delirio
si es ordenanza en azar
y si es azar en destino
lo malo que poseemos
en lo bueno que perdimos
es un modo de arrojar
por la borda lo prohibido
y aunque extraviemos los nombres
incautarnos de sus símbolos
y archivar al pobre dios
como asunto concluido
es un modo de quedarse
frente a frente con el niño
que fuimos alguna vez
sin saberlo y sin sufrirlo
una forma de asumir
señales muros y mitos
y no morir de nostalgia
ni asomarnos al abismo

Mario Meléndez
Arte poética,
a Juan Luís Martínez
Una vaca pasta en nuestra memoria
la sangre escapa de las ubres
el paisaje es muerto de un disparo
La vaca insiste con su rutina
su cola espanta el aburrimiento
el paisaje resucita en cámara lenta
La vaca abandona el paisaje
continuamos escuchando los mugidos
nuestra memoria pasta ahora
en esa inmensa soledad
El paisaje deja nuestra memoria
las palabras cambian de nombre
nos quedamos llorando
sobre la página en blanco
La vaca pasta ahora en el vacío
las palabras están montadas sobre ella
el lenguaje se burla de nosotros

Nicanor Parra
Arte poética

1% de inspiración
2 de transpiración
& el resto suerte

Pablo Antonio Cuadra


Ars poetica,

Volver es necesario
a la fuente del canto:
encontrar la poesía de las cosas corrientes,
cantar para cualquiera
con el tono ordinario
que se usa en el amor,
que sonría entendida la Juana cocinera
o que llore abatida si es un verso de llanto
y que el canto no extrañe a la luz del comal;
que lo pueda en su trabajo decir el jornalero,
que lo cante el guitarrero
y luego lo repita el vaquero en el corral.
Debemos de cantar
como canta el gorrión al azahar:
encontrar la poesía de las cosas comunes,
la poesía del día, la del martes y del lunes,
la del jarro, la hamaca y el jicote,
el pipían, el chayote,
el trago y el jornal;
el nombre y el lugar que tienen las estrellas,
las diversas señales que pinta el horizonte,
las hierbas y las flores que crecen en el monte
y aquellas que soñamos si queremos soñar.
Decir lo que queremos.
Querer lo que decimos.
Cantemos
aquello que vivimos!

Pablo Mora
Ars poética

Limpiar el poder cuando corrompa


vigilar mientras todos duermen
unir lo posible con lo imposible
mantener abierta la palabra
sacar la flor de las cenizas
llevar el infinito a cuestas
salirle al paso a la mirada
alentar todas las formas
alumbrar la maravilla
encender relámpagos
asombrar al tiempo
descubrir el secreto
sentir las sombras
fundar los sueños
salvar al hombre
amar al viento
decir verdad
seguir puntualmente al sol
sentarse en el lugar del hambre
acordarse del viaje hacia la sombra
dar tiempo al camino a que regrese
despertar a latigazos el silencio
mantenerse como un latido
llevar a peso las palabras
reinar sobre la muerte
revivir cada día
salvarse juntos
festejar la vida
cambiar la vida
transformar la vida
asolear la eternidad
hacer más vivo el vivir
llegar vivos a la muerte
hacer buena la palabra
hacerla arado paz combate
furente empuñada inextinguible
dar con la antigua huella de la paz
con los nuevos caminos de la aurora
salvaguardar al hombre que florece
la trocha que nos lleve al alumbraje

Pablo Mora
Arte poética

grabar el sueño entre los árboles


desentrañar los secretos al asombro
estar en el centro de la vida de por vida
tener mucha imaginación para ver la realidad
asumir absurdos enigmas laberintos y zozobras
perpetuar la gloria del mundo en un grano de maíz
mantener la espada en la trocha que corresponda abrir
compartir la luz al mismo tiempo que la noche oscura
encender lámparas en el túnel de la infamia enloquecida
empuñar las manceras del arado en el lugar apropiado
en el momento apropiado y en la circunstancia apropiada

Pablo Mora
Arte poética
De cara al hombre y a pesar del hombre
en situación tensión en explosión
crispado de oleaje rabia y grito
un arte rastro rostro estrella mar
muy descaradamente azul marino
bandera puerta asilo ventanura
despertador filántropo ecuménico
un arte lluvia trueno huracandad
sonoramente estremecido en luz
como si nunca hubiera de morir
un arte leve múltiple y holístico
un arte a sangre y fuego a paso largo
capaz de amar capaz de armar la paz
capaz capaz capaz capaz capaz

Pablo Neruda
Arte Poética
Entre sombra y espacio, entre guarniciones y doncellas,
dotado de corazón singular y sueños funestos,
precipitadamente pálido, marchito en la frente
y con luto de viudo furioso por cada día de vida,
ay, para cada agua invisible que bebo soñolientamente
y de todo sonido que acojo temblando,
tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría
un oído que nace, una angustia indirecta,
como si llegaran ladrones o fantasmas,
y en una cáscara de extensión fija y profunda,
como un camarero humillado, como una campana un poco ronca,
como un espejo viejo, como un olor de casa sola
en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios,
y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores
- posiblemente de otro modo aún menos melancólico -
pero, la verdad, de pronto, el viento que azota mi pecho,
las noches de substancia infinita caídas en mi dormitorio,
el ruido de un día que arde con sacrificio
me piden lo profético que hay en mí, con melancolía
y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos
hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso

Rafael Cadenas
Ars poética

Que cada palabra lleve lo que dice


Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.
No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni
añadir
brillos a lo que es.
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad.
Seamos reales.
Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis
palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.
Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira,
señálame
la impostura, restriégame la estafa.
Te lo agradeceré, en serio.
Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame,
sacúdeme.
Ricardo Molina
Ars poética,

Tal virgen, recogí mi voz en el silencio


de mi mismo. Los otros van cantando
por callejas nocturnas y su voz como yedra
escala impuramente paredes encaladas
profanando el silencio por balcones y rejas.
Como virgen he puesto mi voz en esa anoche
solitaria y desnuda de los patios,
mientras los otros pasan abrazados
al talle de la luna y confunden su alma
con un vago rumor de putas y de astros.

Ricardo Molina
Ars poética

OH alma mía, sé libre y como águila que azota la plata del aire,
elevándose o descendiendo alternativamente sobre los prados quietos y el
/remolino salvaje del mar
no cuides de los ojos que ciega el vacío luminoso del himno rimado,
y, atenta sólo a tu gozo, suscita nueva agitación, nueva música
hasta ascender a la plenitud de la armonía.

¡Nada de quietud, alma mía!


Danza, lanzada con la tierra a los brillantes espacios.
Reinen sobre el paisaje frecuentado por los rebaños invernales
las voces medidas, como pasto nutricio para una sola estación;
tú no te deslumbres en el húmedo fulgor de las hierbas
y alza sobre la anchura virginal e inviolada
la voz libre y tempestuosa

Rodolfo Godino
Arte poética

El poema busca la mediación:


su móvil aura se anuncia
a la conciencia expandida.
Cuando el desorden refluye,
para encarnarse baja, tránsito
que no cambia ni redime:
sólo hunde la carga que transfiere.
Sin instrucción sobre su curso,
orientado por percepciones,
no circunstancias,
se trama, trastornando todo plan:
ya ha sido fijado por legiones
a las que su clave se otorgó
y con ella la dilución de la vida.
La vida por un murmullo inmortal.
Rodrigo Lira
Ars poétique
Para la galería imaginaria
Que el verso sea como una ganzúa
Para entrar a robar de noche
Al diccionario a la luz
De una linterna
sorda como
Tapia
Muro de los Lamentos
Lamidos
Paredes de Oído!
cae un Rocket pasa un Mirage
los ventanales quedaron temblando
Estamos en el siglo de las neuras y las siglas
y las siglas
son los nervios, son los nervios
El vigor verdadero reside en el bolsillo
es la chequera
El músculo se vende en paquetes por Correos
la ambición
no descansa la poesía
está c
ol
g
an
do
en la dirección de Bibliotecas Archivos y Museos en Artí
culos de lujo, de primera necesidad,
OH, poetas! No cantéis
a las rosas, OH, dejadlas madurar y hacedlas
mermelada de mosqueta en el poema

Rodrigo Lira
Ars poétique, deux,

Porque escribo estoy así. Por


Qué escribí porque escribí 'es
Toy vivo', la poesía
Terminóo con-
migo.
huero V a c u o
gastado e in-nútil ejer-
Cisio: «el adjetivo mata, Matta...!»
Fri-volidad ociosa, tediosa y
Esporádica
-hasta un cierto punto:
sobrevivo a una muerte
que podría vivirse. Ademáas,
la poesía
Me abandona a medio día;
cuando escriba,
no conduzca no
Corra: poesía hay en todas partes
Sólo para n o s o t r o s mueren
todas las cosas el Sol:
bajo nada
Nuevo: decadentismo de tercera
Mano a mano hemos quedado
aoaaooao
los poetas
e
son unos pequeñísimos reptiles:
ni alquimistas ni
albañiles ni
andinistas: bajaron del monte
Olimpo, cayeron de la montaña
Rusa se sa-
caron la cresta paaalabraaa
en la noche ya nada
en la noche ya nada
está en calma Poetry
May be Hazardous1 to Your
Health
¡OH, Poesíiah!
Il nostro
Ayuntamiento
k
acaba/
aa

Roque Dalton
Arte poética
A Raúl Cardoso
La angustia existe.
El hombre usa sus antiguos desastres como un espejo.
Una hora apenas después del crepúsculo
ese hombre recoge los hirientes residuos de su día
aconjogadamente los pone cerca del corazón
y se hunde con un sudor de tísico aún no resignado
en sus profundas habitaciones solitarias.
Ahí tal hombre fuma gravemente
inventaría las desastrosas telarañas del techo
abomina de la frescura de la flor
se exilia de su misma piel asfixiante
mira sus torvos pies
cree que la cama es un sepulcro diario
no tiene un cobre en el bolsillo
tiene hambre
solloza.
Pero los hombres los demás hombres
abren su pecho alegremente al sol
o a los asesinatos callejeros
elevan el rostro del pan desde los hornos
como una generosa bandera contra el hambre
se ríen hasta que duele el aire con los niños
llenan de pasos mínimos el vientre de las desaventuradas
parten las piedras como frutas obstinadas en su
solemnidad
cantan desnudos en el cordial vaso del agua
bromean con el mar lo toman jovialmente de los cuernos
construyen en los páramos melodiosos hogares de la luz
se embriagan como Dios anchamente
establecen sus puños contra la desesperanza
sus fuegos vengadores contra el crimen
su amor de interminables raíces
contra la atroz guadaña del odio.
La angustia existe sí.
Como la desesperanza
el crimen
o el odio,
¿Para quién deberá ser la voz del poeta?

Tulio Mendoza Belio


Arte poética

Cuerpo el poema, cuerpo la palabra


cuerpo, cuerpo la noche del sentido
en que llegan a mi cuerpo sonidos
como por obra de un abracadabra.
Allí aguardas en espera que se abra
la puerta del vocablo que conmueva,
das caza a toda pieza que se mueva
y desechas aquella que no ladra.
Te empeñas en buscar la buena nueva
que anuncie de algún modo ese destello
que destape el oído de los sordos.
Te pasas sin dormir la noche entera
mientras pones tu sangre como sello
y bebes el poema sorbo a sorbo.

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