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EL CONOCIMIENTO Y LA VIDA HUMANA

Angie Durley Macias Quiroz


cod. 1911021515
Alexander Hernandez Muñoz
Cod. 1912410138

Noviembre 2019.

Nombre de la Politecnico Gran Colombiano


Introducción a la Epistemología de las Ciencias Sociales
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¿Qué vale más: el conocimiento o la vida humana?

No creemos que el valor del conocimiento tenga que medirse simplemente por sus efectos

utilitarios, puesto que el saber tiene un valor independientemente de que llegue o no a traducirse

en aplicaciones prácticas. El deseo de conocimiento es un impulso esencial de la naturaleza

humana, casi un instinto.

En ​el significado de la existencia humana​, Wilson examina lo que hace que los seres humanos

sean absolutamente distintos al resto de las especies. Buscando el significado de lo que Nietzsche

en su día denominó «los colores del arco iris» en los límites exteriores del conocimiento y la

imaginación, lleva a sus lectores a un viaje, entre la ​ciencia​ y la filosofía para crear un tratado del

siglo XXI sobre la existencia humana, desde nuestros primeros inicios a una mirada provocativa

a lo que presagia el futuro de la humanidad.

La vida humana es valiosa porque la persona humana en sí misma lo es. Pero vivimos con el

cercano riesgo de no captar ese valor, pues nos cuesta percibir que una nota que caracteriza a

toda persona humana es la dignidad. Y como es laborioso dejar la abstracción del concepto y

captarlo encarnado en las personas individuales, buscamos la línea del menor esfuerzo: negar la

dignidad o al menos actuar prescindiendo de ella. El asunto se agrava porque, además de actuar

al margen de esa nota característica de la persona humana, muchas veces pretendemos asignarle

un determinado valor a esta.


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La tendencia actual podría resumirse así: la vida humana vale lo que nosotros queramos que

valga.​ ​Hay acciones que por sí mismas vulneran lo más preciado. Cuando va de por medio la

renuncia de una de las características propias de la persona humana (su humanidad), es necesario

desprenderse de opiniones más o menos autorizadas, pero erróneas o que inducen al error; del

resultado de encuestas que sólo reflejan parcialmente más sentires y gustos, pero que de saberes

y convicciones muestran muy poco. Hay que buscar apoyarse en principios objetivos para salir

de la arbitrariedad a la que conduce la ignorancia. La vida humana vale lo que nosotros

queramos que valga, se afirmaba unas líneas atrás. La vida humana es un valor fundamental y

hay que tener valor para vivirla y para defenderla, más en los actuales momentos donde parecería

que nada vale o que se tasa por dinero, por conveniencias, o por "necesidades".

Uno de los problemas principales que encontramos en la actualidad es la desconfianza en el valor

del conocimiento humano. Sin duda, nuestro conocimiento es muy limitado; pero, con

frecuencia, se interpreta esa limitación como si nunca pudiéramos estar seguros acerca de nada.

Ese escepticismo suele aplicarse, sobre todo, a las verdades morales y religiosas, que se

interpretan, de acuerdo con una postura relativista, como si fueran completamente subjetivas y

nunca fuera posible llegar a conclusiones ciertas.

Es grande el interés de la Iglesia en defender que podemos alcanzar conocimientos verdaderos,

tal como lo afirma el Papa Juan Pablo II: «Para la Iglesia, nada es más fundamental que conocer

la verdad y proclamarla. El porvenir de la cultura depende de esto. Lo recordaba recientemente a

las Universidades católicas en la Constitución apostólica "Ex Corde Ecclesiae" (1990, n.4):
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"Nuestra época tiene una urgente necesidad de esta forma de servicio desinteresado que consiste

en proclamar el sentido de la verdad, valor fundamental sin el cual perecen la libertad, la justicia

y la dignidad del hombre". Tal es la misión primera de la Iglesia, porque es la sierva de Aquél

que se ha proclamado el Camino, la Verdad y la Vida. La Iglesia hace constantemente de

abogada del hombre, capaz de acoger toda la verdad. También anima la investigación que

explora todos los órdenes de verdades, convencida de que todos convergen para la gloria del

único Creador, que es Él mismo la Verdad suprema y la luz de todos los hombres, los de ayer y

de hoy y del mañana».

Muchos piensan que las ciencias sólo proporcionan modelos que siempre están sujetos a

cambios, sin llegar nunca a conclusiones verdaderas. A la vez, la ciencia experimental suele

considerarse como el conocimiento más fiable que poseemos, porque sus modelos pueden

someterse a control experimental y a demostraciones intersubjetivas que son independientes de

las creencias personales. Al combinar estas ideas, se concluye que, si no podemos alcanzar

verdades definitivas en las ciencias, que son consideradas como el mejor conocimiento de que

disponemos, mucho menos se alcanzarán en otros ámbitos, como la filosofía y la religión, en los

que influyen notablemente los factores personales y sociales.


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CONCLUSIONES

1. Por los cambios tan acelerados que se han experimentado en las últimas décadas,

como consecuencia de los avances tecnológicos y la ​promoción​ del libre ​mercado​,

todo evaluado bajo la perspectiva de ​competitividad​, ​eficiencia​, eficacia,

rentabilidad​ y economicidad, se han deteriorado las relaciones humanas, debido a la

nueva jerarquía de valores que se basan más en un bienestar material individual y se

descuida la dignidad de la persona.

2. Comprendimos que los valores son un conjunto de creencias que nos dictan la

forma de conducta más aceptada socialmente.

3. Los valores determinan las normas morales, es decir que los valores establecen un

modelo de conducta aceptable en una sociedad y para garantizar que este modelo

sea observado por los miembros de esa sociedad se emiten las normas que regulan

la actuación del individuo dentro de la sociedad.

4. La relación entre ética y los valores es que la primera es el estudio de los actos

humanos o costumbres y los valores son en sí esos actos o costumbres preferidos o

aceptados por una sociedad.

5. Solo el ser humano tiene conciencia moral porque solo él tiene capacidad o

conciencia de si mismo, de valorizarse y poder juzgar su conducta.

6. Es importante utilizar la brújula de la "conciencia emocional", para evaluar si la

actividad que vamos a emprender vale la pena. Como conciencia emocional se

entiende como la capacidad de reconocer el modo en que nuestras emociones


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afectan a nuestras acciones y la capacidad de utilizar nuestros valores como guía en

el proceso de toma de decisiones.

7. El éxito de las personas en cualquier actividad depende más de las competencias

emocionales que de las capacidades cognitivas.

8. En un mundo tan cambiante encontramos que la flexibilidad, la posibilidad de

adaptarse al cambio es más importante que la experiencia.

9. Entendemos que el ser humano no solamente actúa por razonamiento, también

influyen las emociones y los sentimientos.


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Bibliografía

http://piensachile.com/2005/08/que-vale-mas-el-conocimiento-o-la-vida-humana/

https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/el-conocimiento-de-la-verdad

https://www.bbvaopenmind.com/humanidades/sociologia/recomendamos-el-significado-de-la-ex
istencia-humana-de-edward-o-wilson/

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-31222007000200001

https://www.bbvaopenmind.com/humanidades/sociologia/recomendamos-el-significado-de-la-ex

istencia-humana-de-edward-o-wilson/

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