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Instituto Caro y cuervo

Maestría en Literatura y Cultura


Curso: ¿La literatura, para qué?
Hélène Pouliquen
Emilia Vásquez Pardo

Las novelas necesitan seres vivos


por mucho que describan paisajes.
Kawabata

El 2 de julio de 1950, Hayashi Yoken, un joven monje de 22 años, deslumbrado

por la belleza del templo Kinkaku-ji1, Pabellón de Oro, decide prenderse fuego

junto con él, dejando como resultado un imponente vacío de belleza. Yukio

Mishima, retoma este inusual acontecimiento para demostrar el alcance que

puede llegar a tener la belleza en la cultura del Japón. No obstante, desde una

mirada psicoanalítica este hecho particular obedece a la transgresión del principio

de placer.

Según la perspectiva lacaniana “el principio de placer es visto como una ley

simbólica2, un mandamiento que puede formularse como “Goza lo menos

posible””, es decir afirma que el sujeto solo es capaz de soportar cierto placer, que

cuando se cruza esta frontera, el placer se transforma en dolor. El placer excesivo

produce goce, que a su vez, en grandes proporciones, genera lo que en

psicoanálisis se denomina la pulsión de muerte. “El goce, es entonces, la senda

1
El Pabellón de Oro
2
Según lacan lo simbolico es….
hacia la muerte” dirá Lacan (S17, 17). El goce que produce la contemplación del

Pabellón de Oro condujo a Hayashi hacia su inmolación, una búsqueda de la

muerte producida por el goce excesivo de la belleza del Pabellón de Oro.

En esta parte interesa centrar la atención en el tipo de belleza presente en el

templo KINNN. Es enervante, deslumbrador, perfecto “resplandecía con mil

fulgores dorados” dirá Mishima (Mishima 2). Podría decirse que es una belleza

insoportable. De acá parte la hipótesis que intentaré comprobar a partir del análisis

de la obra Lo bello y lo triste de Yusanari Kawabata: ¿la tristeza matiza la belleza y

la hace soportable frente a la imperfección del ser3? Para llevar a cabo este

análisis

El Japón de los años 60, tiempo en el cual se desarrolla la acción de Lo bello y lo

triste, está marcado por la posguerra (ampliar idea y buscar referencia). El aire de

esos tiempos trae consigo el deseo colectivo de valorar las costumbres

tradicionales del Japón contraponiéndose al consumismo que la ocupación

capitalista está llevando a cabo. En Lo bello y lo triste, Kawabata resalta a partir de

sus delicadas y sensoriales descripciones la belleza que envuelve la vida cotidiana

en Japón, específicamente en Kioto.

Por lo tanto el presente texto tiene como finalidad dar cuenta de aquellos matices

de tristeza que se presenta en algunas descripciones de belleza que hace

Kawabata a lo largo de su ya mencionada obra. El análisis está divido en dos

partes: descripciones de los paisajes naturales y del sistema de personajes. En

3
Especificar ser
cada parte se resalta el elemento o los elemntos que emplea Kawabata para

matizar la belleza.

Espesa bruma e instantes en la naturaleza

A medida que avanzamos por la obra de Kawabata es posible sentir un paseo

entre algunos paisajes de Kioto y Kamakura. Con sutiles y detalladas

descripciones que él nos presenta, nos sentimos presentes como un testigo más,

ya sea, del florecimiento de un ciruelo, de un cerezo, de unas diminutas y

“brillantes florecillas de un azul intenso” o de un “cielo de cálidos y de

resplandecientes tonos purpúreos”. E inclusive, alcanzamos a percibir las

diminutas gotas que poco a poco van humedeciendo el kimono de Keiko aquella

tarde en la que comprobara que Oki aún amaba a Otoko. No obstante, tanta

descripción placentera, sensorial que Kawabata muestra siempre se ve opacada o

entristecida, bien por la finitud4 de ese instante o bien por otro fenómeno natural

que marca un cambio. Después del esplendor sensorial que ofrecen las flores

blancas del ciruelo o las intensas florecillas azules, se marchitan y mueren. Aquel

cielo resplandeciente se convierte, pronto, en “azul oscuro que palidece hacia un

tono ceniciento” y las pequeñas gotas se transformarán en una lluvia que cae con

fuerza que envuelve en una niebla brumosa. De esta manera Kawabata presenta

la belleza de los paisajes que serán opacados, matizados por su imposibilidad de

perdurar en el tiempo generando una atmosfera de tristeza en la cual están

inmersos los personajes. Así la belleza no es perfecta y por lo tanto soportable.

4
Acalarar desde cual pespectiva filosofica
Kawabata se vale de otro elemento para mostrarnos la belleza de Kioto5 y es la

descripción de los templos y algunos lugares representativos de esta ciudad. Uno

de estos templos es El templo de Chionin6 donde celebran el fin de año y cuya

“magnifica campana antigua” produce “un sonido que parece atronar los aires con

toda la fuerza latente de un mundo lejano”; pero, que a la vez generan que Otoko

se sienta solitaria y sepa que ha envejecido un año más. Nuevamente el tiempo

matizando la belleza, pero, ya no de un fenómeno natural sino de un objeto.

Otoko y Keiko: madurez rebelde y el encanto de la interioridad.

Las complejas relaciones presentes en el sistema de personajes de Lo bello y lo

triste se tejen dentro de una atmosfera de revuelta femenina, en el que sus dos

principales personajes femeninos no siguen los parámetros establecidos por su

sociedad. Ya sea la rebeldía presente por Otoko al decidir no casarse, o bien sea

por el deseo de venganza de Keiko y de su relación lesbiana. En esta parte el

elemento que emplea Kawabata para matizar la belleza femenina es la rebeldía,

en primer lugar pero también el tiempo como en el rimero caso.

Cuando Otoko vio por primera vez a Keiko se la imaginó como una joven

hechicera, “era un brumoso atardecer de primavera y tú parecías flotar en en

pálido azul de la bruma que pendía sobre el jardín” “ la bruma del atardecer

contribuía a crear la sensación de que era una joven hechicera” 113

5
En esta parte es importante recordar la importancia que tiene Kioto como representante….
6
El templo de Chionin ….
Otoko se culpaba de haber hecho de Keiko quien es, incluso de que Keiko hubiera

pasado la noche con OKi114

Pero de pronto los brazos de la muchacha la rodearon y ella se sintió abrazada

por una joven hechicera. Fue como un inesperado impulso de deseo. 116

Mis padres han muerto, yo tomo mis propias desiciones116

El sistema de personajes que presenta el autor de Lo bello y lo triste se

caracteriza por su

Otoko rebelde

Uno se siente solitario cuando suenan las campanas y sab que ha envejecito un

año más. (24-25)

Pero otoko era belleicima alos 39

Keiko vengativa: odia las emociones moderadas, calculadora, durmió con

Oki para comprobar si todavía amaba a Otoko. La sensación de matar la

hace feliz 95

Su cuello era largo y esbelto y sus orejas, de una delicadeza incomparable. En

conjunto era turbadoramente bella (23) Oki pensaba que ese era el momento en

que la turbadura belleza de esa mujer había llegado a su explendor.33

Es de una belleza atemorizante (pag. 48)

Otoko, quiero vengarme 61, quiero destrozar a su familia para vengarte 94

Su perfil es de una belleza intimidante82


Keiko dice, ¿Pero cuánto durará esta belleza? A las mujeres nos entristece pensar

en eso 82

¡Adoro sacrificarme! Quizá esa sea la razón de mi vida… el sacrifio nace del amor.

Del deseo. 83

Pasé la noche con él en un hotel próximo a Enoshima. Me pareció un depravado,

pero cuando pronuncié tu nombre se calmo bruscamente. Todavía te ama y tiene

la concienica sucia. Eso basta para despertar mis celos. 94

De aquella hermosa garganta surgían palabras terribles 96

Otoko, yo no quiero a nadie más que a ti. A ti y solamente a ti. 96… seré feliz

mientras pueda estar contigo… odio a os hombres 96

Manipula con las palabras, (oki) no tardo en comprobar que no era virgen.

Comenzó a embestirla con más dureza.

El encanto de la interioridad

Bajtin dice que hay que ubicar la obra en la cultura y en esta relación si bien todas

las descripciones de la belleza presentes en esta obedecen a resaltar los valores

de la cultura japonesa que se han ido perdiendo la ocupación estadounidense de

la posguerra. Así lo que pretende hacer Kawabata

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