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EXP.

Nº : 8109-02
ESCRITO N° : 02
CUADERNO : PRINCIPAL
SUMILLA : LO QUE SE
INDICA.

SEÑOR JUEZ DEL DECIMO PRIMER JUZGADO ESPECIALIZADO


CIVIL DE LIMA:

MARCO ORLANDO JACINTO AYALA, en el


proceso judicial iniciado por el suscrito ante su
despacho sobre Resolución de Contrato, ante
Ud. con el debido respeto me presento y digo:

I. PETITORIO:

Que, no habiendo sido notificado aún con providencia alguna por


la cual se ponga en mi conocimiento la admisión de la demanda
interpuesta por el suscrito mediante escrito número 01, de
conformidad a lo expresamente dispuesto por el artículo 428 del
Código Procesal Civil MODIFICO la misma en cuanto concierne a
la pretensión (objeto) en ésta contenida, los fundamentos de
hecho y de derecho expuestos y los medios probatorios ofrecidos
en dicho acto postulatorio.

En tal sentido, dejo expresa constancia que no modifico con el


presente acto procesal, los sujetos pasivos (demandados)
referidos con mi escrito de demanda, por lo que debe entenderse
que dicho extremo, se mantiene invariable.
Que, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 87 del Código

Procesal Civil, en vía de ACUMULACION OBJETIVA ORIGINARIA

SUBORDINADA proponemos las siguientes pretensiones:

II.1 PRETENSION PRINCIPAL:

Que, solicitamos la Declaración de Nulidad de la Cláusula Trigésimo

Sétima (37) del Contrato de Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02

celebrado mediante Escritura Pública de fecha 7 de octubre de 1994,

modificado por Escrituras Públicas del 26 de octubre de 1995, 18 de

marzo de 1998, 28 de setiembre de 1998, 30 de junio de 1999 y 4 de

junio del 2001, suscritas las cuatro primeras Escrituras Públicas ante el

Notario Público de Lima, doctor Felipe De Osma, y ante el Notario Público

de Lima, doctor Percy Gonzales Vigil, las dos últimas.

II.1.A. PRETENSION ACCESORIA DE LA PRETENSION PRINCIPAL:

Que, como consecuencia del amparo de la pretensión principal

propuesta, se declare la ineficacia de la resolución extrajudicial de pleno

derecho del Contrato de Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02

efectuada por Wiese Sudameris Leasing S.A., mediante carta notarial

remitida a Fima S.A. con fecha 1 de febrero del 2002, a través de la

Notaria Pública del doctor Percy Gonzales Vigil.

II.2 PRETENSION SUBORDINADA:


Que, en caso su judicatura considerase que nuestra pretensión principal

no resulta amparable, solicitamos se declare que la Cláusula Trigésimo

Sétima (37) del Contrato de Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02

celebrado mediante Escritura Pública de fecha 7 de octubre de 1994,

modificado por Escrituras Públicas del 26 de octubre de 1995, 18 de

marzo de 1998, 28 de setiembre de 1998, 30 de junio de 1999 y 4 de

junio del 2001, suscritas las cuatro primeras Escrituras Públicas ante el

Notario Público de Lima, doctor Felipe De Osma, y ante el Notario Público

de Lima, doctor Percy Gonzales Vigil las dos últimas, carece de eficacia

legal.

II.2.A. PRETENSION ACCESORIA DE LA PRETENSION SUBORDINADA:

Que, como consecuencia del amparo de la pretensión subordinada

propuesta, se declare la ineficacia de la resolución extrajudicial de pleno

derecho del Contrato de Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02

efectuada por Wiese Sudameris Leasing S.A., mediante carta notarial

remitida a Fima S.A. con fecha 1 de febrero del 2002, a través de la

Notaria Pública del doctor Percy Gonzales Vigil.

III. DEMANDADOS: La presente demanda se dirige contra:


a) WIESE SUDAMERIS LEASING S.A. (en adelante WSL) a quien se

le deberá notificar en su dirección domiciliaria sita en

Avenida Canaval y Moreyra N° 522, Piso 8, San Isidro.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO DE LA DEMANDA:

III .1. ANTECEDENTES:

1. Con fecha 07 de octubre de 1994, Corporación Pesquera Ilo S.A.

(En adelante CPI) transfirió en vía de contrato de compra venta a

Sogewise Leasin S.A. (hoy, Wiese Sudameris Leasing S.A., en

adelante WSL) dos embarcaciones pesqueras de su propiedad,

denominadas Alberto I y Alberto II respectivamente, las que

posteriormente fueron entregaron en arrendamiento financiero a

CPI, contrato que fue denominado por las partes, Contrato de

Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02. Resulta importante

señalar que, conforme se puede advertir de la cláusula

Cuadragésimo Tercera, los efectos del contrato en cita se

encontraron suspensivamente condicionados a que CPI cumpliera

lo establecido en la cláusula Trigésima Sexta del Contrato de

Arrendamiento Financiero de Instalación de Planta de

Procesamiento de Harina de Pescado, signado con el N°


03.1022.01.011, celebrado entre las mismas partes y en la misma

fecha por CPI y WSL.

2. Posteriormente, habiendo CPI incurrido en causal de resolución,

por no otorgar en la fecha prevista el terreno objeto del contrato de

arrendamiento financiero signado con el N° 03.1022.01.01 (En

adelante Leasing de La Planta), el contrato de arrendamiento

financiero de las embarcaciones signado con el N° 03.1022.01.02

(En adelante Leasing de Las Embarcaciones) no llegó a surtir

efecto jurídico alguno, lo cual generó que tanto CPI como WSL,

tuvieran que celebrar un nuevo contrato a fin de reactivar el

Leasing de Las Embarcaciones, el cual se materializó mediante

la suscripción de la escritura pública de fecha del 26 de octubre de

1995.

3. Ahora bien, debemos precisar que tanto en la Escritura Pública de

fecha 07 de octubre de 1994, como en la de fecha 26 de octubre

de 1995, intervinieron las siguientes personas en calidad de

fiadores solidarios y garantes hipotecarios:

- Alberto Guillermo Liendo Pizarro.

- Olimpia Prado Ccama

1
Cláusula ésta que establecía que los efectos del contrato de arrendamiento financiero de La
Planta, se encontraban suspensivamente condicionados, a que CPI antes del 15 de octubre de
1994, estuviera en actitud legal de transferir a WSL, el inmueble en donde se instalaría ésta,
completamente saneado, y con titulación completa a nombre de CPI.
- Milagros María Liendo Prado

- Hotel Karina S.R.L.

- Varadero Sur Perú S.A.

- Pesquera Maria Milagros S.R.L.

Sin embargo, se deja en claro que la intervención de las personas

antes mencionadas, es meramente enunciativa para los fines de

las pretensiones propuestas con la presente demanda, puesto que

su intervención en los contratos citados, no repercute en lo

absoluto en la decisión que el órgano jurisdiccional deba tomar al

respecto, ante lo cual nos eximimos de abundar al respecto.

4. De igual forma, intervino en la celebración y suscripción de los

contratos, la empresa FIMA, en calidad de cesionaria obligatoria de

CPI, en caso que ésta última incurriera en causal de resolución

contractual por cualquier causa, esto es, de incurrir CPI en alguna

de las causales de resolución previstas en el contrato de Leasing

de Las Embarcaciones, FIMA - a decisión de WSL - debería

sustituirse como cesionaria en la posición contractual de CPI, y

como consecuencia, a partir de dicha fecha, FIMA asumiría ante

WSL todos los derechos y obligaciones de CPI, la que quedaría

apartada de la relación contractual con WSL.

5. Durante el lapso de tiempo en que CPI integró la relación

contractual con WSL en el Leasing de Las Embarcaciones, se


modificaron en dos ocasiones, el citado vínculo contractual,

mediante Escrituras Públicas del 18 de marzo de 1998 y 28 de

setiembre del mismo año respectivamente. Las modificaciones

efectuadas por los citados contratos, versaron sobre cuestiones

ajenas a las pretensiones que con la presente demanda se

someten a tutela (ampliación de la vigencia de plazo del contrato,

número de cuotas y monto de éstas etc.) pero, en estricto, ni la

cláusula que se impugna en vía de nulidad, ni la que establece la

cesión de posición contractual, por la cual WLS puede sustituir a

CPI por FIMA en la relación jurídica obligacional creada a mérito

de la celebración y suscripción del contrato de Leasing de Las

Embarcaciones, sufrieron modificación alguna, más por el

contrario, fueron ratificadas mediante la suscripción de cada uno

de los citados contratos modificatorios.

6. Mediante carta notarial de fecha 25 de febrero de 1999, WLS

informa a CPI que ésta última ha incurrido en causal de resolución

contractual en el Leasing de Las Embarcaciones, al haber

incumplido con el pago de las cuotas correspondientes a los meses

de enero y febrero de 1999.

7. De igual forma, WSL mediante carta notarial de fecha 11 de mayo

de 1999, hizo de conocimiento de CPI su decisión de sustituir a

ésta última, en su condición de arrendataria del Leasing de Las


Embarcaciones, posición contractual que a partir de dicha fecha,

sería asumida por FIMA.

8. Una vez asumida la posición contractual de arrendataria en el

Leasing de Las Embarcaciones por FIMA, ésta conjuntamente

con WSL, modificaron hasta en dos ocasiones, el primigenio

contrato de fecha 07 de octubre de 1994, mediante escrituras

públicas de fechas 30 de junio de 1999, y 04 de junio del 2001. Las

modificaciones contractuales que se refieren en el presente

apartado, se relacionaron a las cuotas del arrendamiento

financiero, al plazo de vigencia del contrato, al importe de la opción

de compra y otros, quedando incólume la cláusula contractual que

con la demanda propuesta se impugna.

9. Finalmente, mediante carta notarial de fecha 01 de febrero del

presente año, WSL comunica a FIMA, que adeudando ésta última

07 cuotas de arrendamiento financiero correspondiente a los

meses de julio, agosto, setiembre, octubre, noviembre y diciembre

del 2001 y enero del 2002, de conformidad a lo dispuesto por el

literal 2 de la cláusula Trigésimo Sétima del Leasing de Las

Embarcaciones, había optado la primera por ejercer la potestad

prevista en dicha cláusula, dando por resuelto el Leasing de Las

Embarcaciones, a partir de la emisión de dicha comunicación,


requiriendo además a FIMA, el pago de la suma de $ 601,261.81,

así como la entrega de la embarcación Alberto I.

III.2. LEGITIMACION ACTIVA:

La circunstancia que justifica la interposición de la presente

demanda por nuestra empresa, tiene su origen en la Escritura

Pública de fecha 17 de mayo del 2000, suscrita por FIMA, CPI,

Pesquera Balsamar S.A.C. Alberto Guillermo Liendo Pizarro,

Milagros María Liendo PradoHotel Karina S.R.L.Varadero Sur Perú

S.A. Pesquera María Milagros S.R.L. ante el Notario Público de

Lima, doctor José Moreyra Pelosi, denominada “Transacción

Extrajudicial, Reconocimiento de Deuda y Constitución de

Garantías”.

En efecto, conforme se puede corroborar del citado documento

público 2 en su Cláusula Quinta, literal 5.2 se establece que “FIMA

se compromete a ejercer la opción de compra en el plazo

establecido en el contrato de arrendamiento financiero N°

03.1022.01.02 por la Embarcación Pesquera Alberto I”; en esa

misma orientación, en el literal 5.3. de la cláusula bajo análisis, se

pacta que “Una vez cancelada la totalidad contenida en el contrato

de arrendamiento financiero N° 03.1022.01.02 y ejercida la opción

2
El cual se adjunta a la presente demanda, con la única finalidad de acreditar que la recurrente
detenta legítimo interés a fin de acudir ante el órgano jurisdiccional.
de compra de la embarcación pesquera por parte de FIMA, ésta se

compromete a la transferencia de propiedad de la embarcación

pesquera Alberto I, siempre que se cumplan los siguientes

requisitos…”.

En consecuencia, valorando que la resolución extrajudicial de

pleno derecho del Leasing de Las Embarcaciones ejercitada por

WSL mediante carta notarial de fecha 01 de febrero último, crea

como consecuencia inmediata, que CPI se encuentre imposibilitada

de acceder a la propiedad de la Embarcación Pesquera Alberto I,

en cumplimiento de los términos contractuales contenidos en la

Escritura Pública de fecha 17 de mayo del 2000, suscrita ante el

Notario Público de Lima, doctor José Moreyra Pelosi, resulta

incuestionable que ésta última empresa, acorde con lo prescrito

por los artículos VI del T.P. y 220 del Código Civil, detenta legítimo

interés económico a fin de recurrir ante el ente judicial,

peticionando la tutela correspondiente.

III.3. CUESTION PRELIMINAR:

En primer término, por fines eminentemente explicativos,

pasaremos a transcribir un extremo de la cláusula Trigésimo

Sétima del Leasing de Las Embarcaciones, que es materia de

impugnación en su integridad con la presente demanda:


“Sin perjuicio de las causales de resolución señaladas

en las cláusulas anteriores la locadora podrá dar por

resuelto el presente contrato, de pleno derecho y sin

necesidad de declaración judicial previa, en los casos

detallados más adelante, bastando para que opere la

resolución que la locadora envíe una comunicación a la

arrendataria por telegrama, telex, fax o cualquier otro

medio a la dirección señalada por ésta en el presente

contrato, manifestando que se ha producido la

resolución del contrato e indicando la causal en que ha

incurrido así como los conceptos y montos exigibles de

acuerdo a lo establecido en el párrafo siguiente”

“La resolución operará en forma automática desde el

momento de emisión de la respectiva comunicación. A

partir del envío de tal comunicación, la locadora podrá

recuperar de inmediato las embarcaciones y exigir

acumulativamente el pago total de las cuotas de

arrendamiento vencidas, sus intereses y penalidades de

mora, los gastos en que haya incurrido, los impuestos

devengados y/o por devengarse, y, atendiendo a la

especial naturaleza del contrato del contrato de


arrendamiento financiero, exigir el pago del íntegro de

las cuotas por vencer hasta la finalización del contrato”.

2. Resulta claro, que los párrafos subrayados en el punto que

preceden, son los que en definitiva sustentan las pretensiones a

proponer.

III.4. DE LA PRETENSION PRINCIPAL:

1. La declaración de nulidad que se peticiona, tiene su base en

hechos de connotación totalmente distinta y que a continuación

pasamos a resumir:

a. El primero consiste en que, al haberse establecido en la

cláusula impugnada, un mecanismo de resolución

extrajudicial basado en que la simple emisión o envío de una

comunicación a la arrendataria, hacía operar

automáticamente y de pleno derecho la resolución

extrajudicial del contrato, se ha incurrido en causal de

nulidad absoluta sancionada por ley, puesto que se

contrarían normas imperativas que interesan al orden

público (Ver incisos 7 y 8 del artículo 219 del Código Civil) y

que por tanto resultan de vinculante cumplimiento,


refiriéndonos a la normas contenidas en los artículo 1374 y

1430 último párrafo del Código Civil.

b. En que, al posibilitarse a la locadora (WSL) que no sólo

pueda hacerse cobro de las cuotas impagas al momento de

producirse la causal que da mérito a la resolución, sino que

además, pueda exigir el pago del íntegro las cuotas por

vencer hasta la finalización del contrato, se está

contraviniendo lo expresamente dispuesto por el artículo

1428 del Código Civil, en cuanto señala que “En los

contratos con prestaciones recíprocas, cuando alguna

de las partes falta al cumplimiento de su prestación, la

otra puede solicitar el cumplimiento o la resolución del

contrato y, en uno u otro caso, la indemnización de

daños y perjuicios”, la cual se constituye en norma

imperativa que interesa al orden público, violentándose por

extensión, lo previsto por el artículo 1354 del Código Civil,

generándose que la cláusula impugnada se torne en nula,

en estricta aplicación de lo previsto por los incisos 7 y 8 del

artículo 219 del Código Civil, esto sin perjuicio, que bajo la

misma base fáctica precisada, se haya incurrido en causal

de nulidad prevista en el inciso 3 del artículo 219 del cuerpo

material antes mencionado.


c. Que, teniendo en consideración que a fin que pueda

considerarse a una cláusula resolutoria expresa (o pacto

comisorio) como tal, y que por tanto sea aplicable la

resolución de pleno derecho prevista en el segundo párrafo

del artículo 1430 del Código Civil, resulta necesario e

imprescindible que ésta se refiera específicamente a

determinadas obligaciones contractuales y no a todas las

obligaciones que se estipulen dentro del contrato (puesto

que de ser así, estaríamos ya no ante una cláusula

resolutoria expresa, sino frente a una cláusula de estilo, en

donde no resultaría aplicable lo dispuesto por el artículo

1430, sino lo previsto por el artículo 1428 del Código Civil)

por lo que, verificándose en el presente caso, del literal siete

de la cláusula Trigésimo Sétima del Leasing de Las

Embarcaciones, que se ha establecido como causal de

resolución de pleno derecho “si la arrendataria

incumpliera cualesquiera de las obligaciones que

asume por el presente contrato” se puede concluir

válidamente, que la supuesta cláusula resolutoria expresa o

pacto comisorio, carece de los requisitos esenciales que la

pudieran hacer reputar como jurídicamente válida, lo que a

su vez conduce, que se incurra en causal de nulidad

prevista en el inciso 7 del artículo 219 del Código Civil, al


transgredirse la norma imperativa contenida en el primer

párrafo del artículo 1430 del Código Civil.

d. Considerando que, conforme se puede advertir de la

cláusula primera de la Escritura Pública de fecha 07 de

octubre de 1994, el Leasing de Las Embarcaciones se rige

por las normas contractuales contenidas en dicho

documento, y por las establecidas en la Escritura Pública

de Declaración de Condiciones Generales de

Arrendamiento Financiero, otorgada por WSL, y extendida

ante notario de Lima, Felipe de Osma con fecha: 19 de junio

de 1986, ampliada y modificada de fecha: 21 de agosto de

1991, y ante el mismo notario, condiciones generales, que

no son más que cláusulas generales de contratación no

aprobadas administrativamente, resultando claro en tal

contexto, que la norma imperativa contenida en el artículo

1399 del Código Civil deviene aplicable al presente caso,

por lo que, considerando que la cláusula impugnada violenta

normas del Código Civil supletoriamente aplicables a los

contratos de arrendamiento financiero, al posibilitar que se

pueda dejar sin efecto la relación jurídica obligacional por

medio de la resolución contractual, y a su vez, exigir el

cumplimiento de la prestación incumplida que en primer

término dio lugar a la resolución del contrato, en clara


transgresión de lo dispuesto por el artículo 1428 del cuerpo

material, contraviniendo además (conforme se explicará en

el numeral quinto del presente apartado) lo previsto por el

primer párrafo del artículo 1430 del citado cuerpo sustantivo,

llegamos a la conclusión, que la citada cláusula en su

integridad, se encuentra incursa en causal de nulidad

expresamente sancionada por los incisos 7 y 8 del artículo

219 del Código Civil.

e. De igual forma, la cláusula Trigésimo Sétima del Leasing de

Las Embarcaciones adolece de nulidad absoluta acorde

con la causal prevista por el inciso 7 del artículo 219 del

Código Civil, puesto WSL no puede resolver el contrato y a

su vez exigir el pago de todas las cuotas del contrato

vencidas y por vencer, ya que un ejercicio de tal naturaleza

implicaría permitir que WSL abuse de su derecho en calidad

de arrendadora del Leasing de Las Embarcaciones, y se

aproveche doblemente del incumplimiento de la

arrendataria, lo cual no puede ser tolerado por el

ordenamiento jurídico, en estricta aplicación de la norma

imperativa contenida en el artículo II del T.P. del Código

Civil.
2. En cuanto respecta, al punto “a” precedente, debemos señalar que

nuestro ordenamiento sustantivo establece sin admitir pacto en

contrario, que toda declaración contractual dirigida a determinada

persona, se considera conocida en el momento en que llega a la

dirección del destinatario (ver artículo 1374 del C.C.).

En tal sentido es que se postula, que la declaración que se

requiere a fin que pueda resolverse de pleno derecho un contrato

según la fórmula que prevé el último párrafo artículo 1430 del

C.C., es una declaración unilateral de carácter recepticio, puesto

que deviene en imprescindible que la misma esté dirigida a la parte

que no cumplió su prestación, de manera que ésta es la única a

quien tal declaración interesa y frente a la cual puede producir

efectos.

En este punto, resulta pertinente efectuar un breve análisis de lo

que para la doctrina, constituyen normas de orden público, y su

relación con las normas imperativas, así como definir lo que en

doctrina se consideran nulidades virtuales, y su existencia como

causal de nulidad dentro de nuestro ordenamiento jurídico

sustantivo, conceptos que serán de aplicación para los demás

hechos que configuran la pretensión principal bajo análisis.


Orden Público: Resulta una cuestión elemental que el

negocio jurídico es la manifestación más clara de la

autonomía de la voluntad, siendo reconocido por nuestra

legislación material, indistintamente, en sus artículos 140 y

1356 como fuente principal de creación de relaciones

jurídicas; de ahí que el ordenamiento jurídico tenga que

otorgar eficacia jurídica a la voluntad de los sujetos cuando

con ella autoregulan sus intereses, determinando el

contenido de la relación creada por el negocio.

Pero dicha autonomía de la voluntad no es absoluta, al ser

el mismo ordenamiento jurídico quien la restringe dentro del

orden público. La definición de orden público ha

evolucionado desde el derecho romano hasta nuestros días,

siendo una de las más aceptadas aquella que lo considera

como El conglomerado de normas destinadas a regular

las relaciones individuales y las de la sociedad en su

conjunto, y, que además constituye la suma de

principios religiosos, morales, políticos y económicos,

predominantes en una sociedad determinada y que son

indispensables para la coexistencia social. Constituye

el instrumento adecuado para que El Estado - tutelador

del bien común - pueda cumplir su función fundamental


por conducto de todos sus órganos de expresión

jurídica, y no exclusivamente del legislador.

En tal sentido, es que se considera en la actualidad, que la

autonomía privada o de la voluntad ha cedido ante el orden

público, pues la necesidad de dar vigencia activa a

principios superiores que integran la vida social y de cuya

aplicación y observancia depende la coexistencia social, ha

dado lugar a una creciente aparición de normas de carácter

imperativo que disminuyen las posibilidades de la voluntad

privada para regular, aisladamente, sus relaciones jurídicas;

ésta necesidad es consecuencia de las transformaciones

sociales y económicas y ha dado lugar, además, a que el

Estado intervenga en ámbitos hasta entonces librados a la

voluntad privada.

Conforme lo señala Messineo 3 “la autonomía de la

voluntad no es ni puede ser ilimitada; por el contrario,

está dirigida a límites, dirigidos a la tutela de los

intereses generales (aspecto social de la autonomía de

la voluntad) y de los intereses de los terceros, los

cuales no se pueden dejar a la merced de la libertad del

individuo”; en igual sentido se pronuncia Betti 4, quien

3
Manual de Derecho Civil y Comercial, Tomo II, pág 340.
4
Teoría General del Negocio Jurídico, pág 47.
refiere que “La autonomía es reconocida por el orden

jurídico, en el campo del derecho privado, como

presupuesto y fuente generadora de relaciones jurídicas

ya disciplinadas, en abstracto, y, en general, por las

normas del orden público, es decir, como actividad y

potestad creadora, modificadora o extintiva de

relaciones jurídicas, pero cuya vida y viscisitudes están

ya disciplinadas por normas jurídicas existentes”.

Asimismo se puede afirmar, que la libertad convencional no

es irrestricta y que sufre las limitaciones que le imponen el

orden público, ya que siendo el acto jurídico fuente de

relaciones jurídicas, puede operar en el ámbito

correspondiente a aquellas, pero con las reservas que la ley

imponga, en cuanto a ciertos elementos propios de tales

relaciones que ésta (la ley) defiende celosamente, de modo

que no acepta que la voluntad del agente creador del acto

jurídico se desvíe de lo ordenado por ella con carácter

imperativo; siendo claro entonces que la autonomía de la

voluntad rige entre las partes celebrantes del acto, pero ella

no puede prevalecer frente al interés de los demás ni frente

a las normas impuestas para la preservación del orden

social.
Resulta por demás ilustrativo transcribir el comentario

efectuado por el maestro León Barandiarán 5 a colación de lo

dispuesto por el artículo V del Título Preliminar del Código

Civil de 1984, en cuanto trata el acto jurídico que contraría a

las leyes que interesan al orden público; en tal sentido

expone el maestro que “En lo que concierne al orden

público se trata de las decisiones legales establecidas

con carácter cogente, porque consagran y defienden

ciertos intereses y fines sociales que el legislador

quiere que sean respetados necesariamente. En el

derecho se da el encuentro de dos grandes principios,

que son como los fundamentos ontológicos para el

hombre en cuanto haya inserto en el mundo del

derecho, y estos dos principios son: La libertad y el

orden. El sujeto jurídico puede actuar en su existencia

con libertad, pues existe el axioma de que nadie está

prohibido de hacer lo que la ley no prohibe. En

consecuencia, funciona la llamada autonomía de la

voluntad. El sujeto puede en términos generales,

celebrar pactos según su voluntad lo quiera, pero ésta

libertad no es absoluta, pues ello representaría la

arbitrariedad y esto no puede ser consentido por el

Derecho, ya que aquella es algo contranaturalmente

opuesto a éste. A esta virtud no se admite pactos que se


5
Proyectos y Anteproyectos de la Reforma del Código Civil, Tomo I, pág 70.
opongan a lo que la ley establece de modo ineluctable;

pues son contrarios al principio de un orden, y aquí el

orden público, que para ciertos asuntos y cuestiones

hace que la ley ponga un veto a la libertad de pactación,

de modo pues que debe prevalecer necesariamente lo

establecido por las normas respectivas con

imperatividad forzosa”. Debemos culminar señalando, que

de la confrontación entre la autonomía de la voluntad y el

orden público en nuestro Código Civil, se pone de manifiesto

que su ordenamiento se integra, de manera clara y

terminante, con normas imperativas, con la noción de orden

público incorporada a ellas (ius cogens) y normas

dispositivas (ius dispositivum) que pueden ser interpretativas

o supletorias; en tal circunstancia la autonomía de la

voluntad permite constituir el acto jurídico y producir los

efectos jurídicos queridos, pero siempre que no colisionen

con las normas imperativas. Finalizando, vale la pena

señalar que, cuando una norma está impregnada de

carácter imperativo, por lo general, ella misma advierte que

el pacto que la contraria tiene sanción de nulidad y, cuando

quiere destacar que no tiene tal carácter, permite el pacto en

contrario. En el primer caso, también se suele usar las

palabras “debe” o “deberá” y, en el segundo, “puede” o

“podrá”, pero en todo caso, a falta de la expresión que


permita identificar el carácter de las normas, será necesario

establecer su sentido en función de si interesa o no al orden

público.

Nulidades virtuales: En nuestro ordenamiento sustantivo,

no sólo existen o son pasibles de declaración de nulidad,

aquellos negocios jurídicos que se encuentren incursos en

alguna de las causales expresamente previstas en la ley, ya

que, conforme lo señala Lohmann(6), “donde dice que la

Ley lo declare nulo, no ha de leerse que forzosamente el

texto debe de contener precisamente la palabra

nulidad”.

Bajo tal pensar es que se conciben las nulidades virtuales o

tácitas, las cuales se definen como aquellas que se inducen

de los principios generales de la nulidad y de las causales

previstas para dar origen a la sanción. Pero estas nulidades

virtuales también tienen su asidero legal, porque reposan en

el principio recogido en la misma ley de que no se puede

pactar contra normas imperativas o que interesan al orden

público o a las buenas costumbres. Sólo dentro de este

contexto cabe declarar la nulidad del negocio contra regla

imperativa.

6
Lohmann Luca de Tena, Juan Guillermo, “El Negocio Jurídico”, Editorial Grijley Pag 542.
Unificando conceptos podemos afirmar, que existe nulidad

virtual cuando se incumplen, trastocan o violentan normas

imperativas, ante lo cual se logra inferir, que el negocio que

vulnere dichas normas imperativas, se excede del limite de

autonomía privada que la ley permite, ya que no puede

prevalecer la voluntad sobre el propio ordenamiento, y de

aquí que tal negocio deba declararse nulo por inválido.

Lohman(7) comentando el inciso 7 del artículo 219 del

cuerpo material señala: “Este inciso es cajón de sastre de

los actos inválidos y permite la declaración de nulidad

de todos aquellos negocios o estipulaciones que no

encajando en ninguna de las anteriores causales, no

merecen tutela legal”.

En consecuencia, es válido aseverar, que estaremos frente a

nulidades virtuales o tácitas, cuando determinados actos

jurídicos vulneren normas de carácter imperativo,

encontrando regulación expresa en nuestro ordenamiento

legal esta clase de nulidades, en lo previsto por el inciso 7

del artículo 219 del Código Civil.

Ahora bien, delimitados conceptos, llegamos a concluir, que toda

declaración contractual que persiga poner en conocimiento de


7
Guillermo Lohmann Luca de Tena, Ob. Cit.g Pag. 542.
determinada persona, cualquier situación relevante dentro de una

relación jurídica obligacional determinada (como la comunicación

que pone en conocimiento la resolución extrajudicial del contrato)

es una declaración unilateral recepticia, que no puede ser materia

de pacto en contrario por las partes, y que por tanto, se constituye

como una norma imperativa que interesa al orden público, puesto

que la ley ha establecido y diseñado de manera clara y sin

ambages, el momento en el cual las declaraciones contractuales

producen efectos entre las partes, y, para los fines propios de la

resolución basada en una cláusula resolutoria expresa o pacto

comisorio, ha creado un mecanismo inderogable que debe

respetarse a efectos que una cláusula de ésta naturaleza, pueda

reputarse como tal, mecanismo éste según el cual, la recepción de

la comunicación por la que la parte interesada informa a la parte

infiel, su decisión de valerse de la cláusula resolutoria expresa, es

el hecho que produce y genera la resolución de pleno derecho de

la relación obligacional creada con motivo del contrato.

En tal orden de ideas, advirtiéndose que en la cláusula materia de

nulidad, se ha estipulado que la resolución operará

automáticamente desde la emisión de la comunicación, es

claro que con dicha disposición, se transgreden las normas

imperativas que interesan al orden público contenidas en los

artículos 1374 y 1430 segundo párrafo del Código Civil, al crearse


un mecanismo alterno al expresamente previsto por la ley, a

efectos de poner fin a la relación jurídica obligacional cuando se

está frente a un contrato con cláusula resolutoria expresa o pacto

comisorio, no obstante ser claro el ordenamiento sustantivo al

establecer, que sólo podrá reputarse resuelto de pleno derecho un

contrato con cláusula resolutoria expresa, cuando se efectúe una

declaración unilateral recepticia por la parte no infiel.

En tal medida es que somos del criterio, que la cláusula Trigésimo

Sétima materia de impugnación, adolece de nulidad insubsanable,

en aplicación de lo previsto por los incisos 7 y 8 del artículo 219

del Código Civil.

3. En cuanto concierne al punto “b” referido en el literal primero, debe

acotarse lo siguiente:

Uno de los efectos naturales de la resolución contractual, conforme

lo establece el artículo 1371 del Código Civil, es el que declarada u

operada ésta de pleno derecho, queda sin efecto la relación

jurídica obligacional creada por la celebración del contrato por

causales sobrevinientes a su celebración, acontecimientos que si

bien inciden la propia relación jurídica, no afectan la estructura del

contrato. Por esa razón se suele calificar a la resolución como un

supuesto de ineficacia funcional, a diferencia de otros fenómenos


como la anulación o la rescisión que se originan por defectos

ubicados en la propia estructura del contrato y que por ello se

califican como supuestos de ineficacia estructural.

Ahora bien, el artículo 1428 del Código Civil establece que “En los

contratos con prestaciones recíprocas, cuando alguna de las

partes falta al cumplimiento de su prestación, la otra puede

solicitar el cumplimiento o la resolución del contrato y, en uno

u otro caso, la indemnización de daños y perjuicios”. Al

comentar Arias Schereiber Pezet8 éste dispositivo señala que “El

sistema establecido por el artículo 1428 es idóneo, pues

confiere al perjudicado por el incumplimiento, la facultad de

optar por: 1. Requerir al incumplido que satisfaga la

prestación a su cargo, o; 2. Solicitar la resolución del

contrato”. En igual sentido se pronuncia De La Puente Y Lavalle 9

al comentar el dispositivo bajo análisis, puesto que refiere “En

realidad, la primera opción, o sea solicitar el cumplimiento, no

es privativa del contrato con prestaciones recíprocas, sino

que se trata de una regla general aplicable a toda clase de

contratos. En cambio, la opción de pedir la resolución del

contrato sólo puede ejercerse en los contratos con

prestaciones recíprocas”.

8
MAX ARIAS SCHEREIBER PEZET, Exégesis, Tomo I, Editorial Ediciones, pág. 204.
9
MANUEL DE LA PUENTE Y LAVALLE, El Contrato En General, Tomo IV, Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, pág. 204.
Es claro en tal sentido, que el ejercicio por la parte fiel de exigir a

la infiel el cumplimiento de su prestación, es optativo, puesto que la

primera se encontrará facultada de elegir entre, exigir el

cumplimiento de la prestación a cargo de su deudora, o resolver la

relación jurídica creada por el contrato, teniendo ambos supuestos

como hecho generador, el incumplimiento voluntario de la parte

infiel, y pudiendo acumular en uno u otro caso, la indemnización de

daños y perjuicios que corresponda.

No obstante a la claridad antes expuesta, debe valorarse que no se

advierte que el artículo 1428 del Código Civil muestre algún rasgo

de los especificados anteriormente (ver punto 2) que nos permita

afirmar, que dicha norma pueda ser considerada como una norma

imperativa que interese al orden público, o lo que es lo mismo

decir, falta las expresiones adecuadas que permitan identificar el

carácter de la norma contenida en el dispositivo antes glosado, por

lo cual, deberemos establecer su real sentido y naturaleza jurídica,

en función de si interesa o no al orden público.

En consecuencia, teniendo en consideración que como antes se ha

expresado, el orden público se define como El conglomerado de

normas destinadas a regular las relaciones individuales y las

de la sociedad en su conjunto, y, que además constituye la

suma de principios religiosos, morales, políticos y

económicos, predominantes en una sociedad determinada y


que son indispensables para la coexistencia social.

Constituye el instrumento adecuado para que El Estado -

tutelador del bien común - pueda cumplir su función

fundamental por conducto de todos sus órganos de expresión

jurídica, y no exclusivamente del legislador, no resulta nada

complicado el establecer, que la norma contenida en el artículo

1428 del Código Civil, es una que interesa al orden público, puesto

que no podría concebirse que la parte fiel dentro de una relación

jurídica obligacional creada a mérito de la celebración de un

contrato con prestaciones recíprocas, pueda simultáneamente

resolver la relación jurídica y exigir el cumplimiento de la prestación

a cargo de su deudora.

Claro, si la parte fiel opta por resolver el contrato, la relación

jurídica obligacional se torna en ineficaz, y en estricta aplicación de

lo dispuesto por el tercer párrafo del artículo 1372 del Código Civil,

las partes deben restituirse las prestaciones en el estado en que se

encontraran al momento en que se produjo la causal que lo motiva,

y si ello no fuera posible, debe reembolsar en dinero el valor que

tenían en dicho momento, mientras que si ésta opta por exigir el

cumplimiento de la prestación a cargo de su deudora o parte infiel,

la relación jurídica obligacional se mantiene vigente, debiendo

restringirse dicha exigencia, a compeler el cumplimiento de la

prestación íntegra asumida por la parte infiel, más la indemnización


de daños y perjuicios, de así considerarlo pertinente la parte

afectada.

En tal sentido, es que somos de la convicción que la norma

contenida en el artículo 1428 del Código Civil - en el extremo que

regula las alternativas que tiene la parte fiel ante el incumplimiento

de su contraparte - es una norma imperativa que interesa al orden

público, en la medida que de no ser así considerada, abriría la

posibilidad que la parte fiel dentro de una relación jurídica

obligacional creada como consecuencia de la celebración de un

contrato con prestaciones recíprocas, pueda conjuntamente dejar

sin efecto la relación jurídica a través de la resolución contractual,

y exigir el cumplimiento de la prestación a cargo de su contraparte,

posición ésta que no se condice en lo absoluto con los principios

morales y éticos que regulan las relaciones individuales y de la

sociedad en su conjunto, y que a su vez son indispensables para la

coexistencia social de los particulares, y que definen lo que en

esencia constituye el orden público.

Por tales motivos, en que consideramos que la cláusula impugnada

en el extremo analizado, adolece de nulidad absoluta, de

conformidad a lo previsto por los incisos 7 y 8 del artículo 219 del

Código Civil.
De igual forma, somos del criterio, que la cláusula impugnada en el

extremo analizado en este punto, adolece de nulidad absoluta, al

amparo de lo previsto por el inciso 3 del artículo 219 del Código

Civil, puesto que su objeto deviene en jurídicamente imposible. La

afirmación antes planteada se sustenta en los siguientes

argumentos:

a. Por la resolución contractual, sea que ésta opere por

declaración judicial o extrajudicialmente, se deja sin efecto la

relación jurídica obligacional creada por el contrato, por

causal sobreviniente a su celebración.

b. Por la declaración judicial de cumplimiento de contrato, el

vínculo contractual o mejor dicho, la relación jurídica

obligacional, se mantiene vigente, siendo obligación de la

parte infiel el dar cumplimiento con la prestación a su cargo,

y de haber sido demandado y amparado, el pago de la

indemnización que se pudiera fijar.

c. En tal sentido, es claro que no se podría concebir que la

parte fiel resuelva el contrato, y que a su vez ésta pretenda

que su contraparte cumpla con la prestación a su cargo,

puesto que tal posición engendraría la posibilidad, que por

un lado la relación jurídica haya quedado sin efecto (por

mérito de la resolución) y que por otro, se mantenga aún


subsistente (por mérito de exigirse el cumplimiento) lo cual

indudablemente se constituye como un imposible jurídico, a

tenor de lo previsto por el inciso 3 del artículo 219 del

Código Civil.

Consiguientemente, al posibilitarse en la cláusula impugnada que

WSL no sólo pueda hacerse cobro de las cuotas impagas al

momento de producirse la causal que da mérito a la resolución

(efecto lógico de la resolución contractual) sino que además,

pueda exigir el pago del íntegro las cuotas por vencer hasta la

finalización del contrato (efecto lógico de exigir el cumplimiento

íntegro de la prestación a cargo de la parte infiel) es claro que se

incurre en causal de nulidad absoluta, al contravenirse la norma de

imperativa que interesa al orden público contenida en el artículo

1428 del Código Civil (incisos 7 y 8 del artículo 219 del C.C.) así

como incurrirse en causal de nulidad prevista en el inciso 3 del

artículo 219 del código material, al ser el objeto que contiene la

cláusula impugnada, jurídicamente imposible.

4. En cuanto respecta al punto “c” del literal 1, a mérito del cual

denunciamos que la cláusula Trigésimo Sétima del Leasing de Las

Embarcaciones no contiene una cláusula resolutoria expresa, sino

una cláusula de estilo, en donde no resulta aplicable lo dispuesto

por el artículo 1430, sino lo previsto por el artículo 1428 del Código
Civil, por lo que la misma se encuentra inmanada de causal de

nulidad absoluta prevista en el inciso 7 del artículo 219 del Código

Civil, debemos abundar señalando lo siguiente.

Conforme lo señala Mosco citado por De La Puente Y Lavalle 10

“Para que se tenga una verdadera cláusula resolutoria expresa

y no una cláusula de estilo, es necesario que se especifique y

concrete que se trata de una cláusula de tal clase, quedando

patente que la voluntad de las partes se ha referido a la

misma, para que de ella se derive la gravísima y excepcional

sanción ipso iure, sin intervención estimativa del juez y sin

posibilidad de dilación, y al propio tiempo, que el

incumplimiento quede bien determinado, esto es, que se

concrete en un suceso de fácil y material comprobación. Para

darse cuenta de ello, basta recordar que éste tipo de cláusulas

tiende a producir inmediatamente la resolución ipso iure del

contrato, con el sencillo presupuesto del incumplimiento

previsto por la cláusula misma, cuya gravedad es sustraída a

la estimación de la cosa. De ahí que se sigue la cláusula en

cuestión, para que surta los efectos que persigue debe

contener claramente precisados: a) la condición previa, es

decir, el incumplimiento que provocará la resolución; b) el

efecto especifico que tiende a producir. Es necesario precisar

este elemento, pese a la disposición legislativa del art. 1456,


10
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Ob Cit, pág. 396.
párr. 2°, para poder asegurar que el tipo de cláusula, que se

quiere emplear, es propiamente el regulado por la ley y no

otro. Referente al primer elemento de la cláusula (la condición

previa) destaquemos que la necesidad de su determinación se

advierte claramente a causa del funcionamiento automático de

la cláusula que consigue la finalidad perseguida sin

intervención judicial. Por lo tanto, resulta cierto que no

quedaría satisfecha esta exigencia cuando se pactase que

cualquier incumplimiento de las obligaciones produciría la

resolución de derecho, ya que en tal caso, faltaría una

determinación precisa del incumplimiento que constituye el

presupuesto o condición previa deseada”

Culmina el comentario al artículo 1430 del Código Civil De La

Puente Y Lavalle 11 señalando que “Según los códigos civiles de

Italia y Perú no cabe otra solución que establecer con toda

precisión cuales son las prestaciones cuyo incumplimiento da

lugar a la aplicación del pacto comisorio (cláusula resolutoria

expresa) quedando excluidas las prestaciones a las que se

haga referencia de manera general, por claros que sean los

términos del pacto respecto de que el incumplimiento de tales

prestaciones da lugar a la resolución de pleno derecho”.

11
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Ob Cit, pág. 399.
En tal orden de ideas, resulta claro que no se ha respetado en la

cláusula impugnada, la condición previa de establecer con toda

precisión que incumplimiento da lugar a la resolución de pleno

derecho, conforme a lo dispuesto por la norma imperativa

contenida en el primer párrafo del artículo 1430 del C.C., puesto

que en el literal 7 de dicha cláusula, se ha hecho referencia

genérica a que el incumplimiento de cualquier obligación a cargo

de la arrendataria proveniente de dicho contrato, da lugar a que la

locadora pueda hacer valer la cláusula resolutoria expresa, lo cual

genera que al no haberse dado cumplimiento a la norma imperativa

antes citada, la cláusula Trigésimo Sétima en su integridad del

Leasing de Las Embarcaciones, se encuentre incursa en causal

de nulidad absoluta, a tenor de lo dispuesto por el inciso 7 del

artículo 219 del C.C., deviniendo en aplicable, conforme fue

materia de análisis previo, el artículo 1428 del C.C. y no el artículo

1430 del citado cuerpo material, ante lo cual WSL a efectos de

poder resolver el Leasing de Las Embarcaciones, deberá recurrir

a la vía judicial.

5. En cuanto respecta al punto “d” del literal 1, preliminarmente

hemos expuesto, que el Leasing de Las Embarcaciones se rige

no sólo por las normas contractuales correspondientes, sino por

las condiciones generales de arrendamiento financiero (cláusulas

generales de contratación no aprobadas por autoridad


administrativa) establecidas por WSL, las cuales han sido

aceptadas y conocidas por la arrendataria, previa a la suscripción

del Leasing de Las Embarcaciones.

En tal contexto, debe establecerse que en los contratos típicos

(como el contrato de arrendamiento financiero) celebrados con

arreglo a cláusulas generales de contratación no aprobadas

administrativamente, no se pasa por el filtro de la regulación

armoniosa de los intereses de las partes conjugados con las

exigencias de la contratación masiva, que es el presupuesto de

dicha aprobación (refiriéndonos tácitamente a las cláusulas

generales de contratación aprobadas administrativamente) lo cual

produce, que no se admitan estipulaciones que resulten contrarias

a las normas dispositivas de cada contrato típico, o sea a esa

regulación ideal elaborada por el legislador para velar

supletoriamente por el equilibrio contractual.

Conforme afirma De La Puente Y Lavalle 12 al comentar el

dispositivo bajo análisis “La razón de ser del artículo 1399 del

Código Civil, es que la falta de aprobación administrativa de

las cláusulas generales determina que todas las normas

dispositivas de los contratos típicos adquieran carácter

imperativo”.

DE LA PUENTE Y LAVALLE, El Contrato En General, Tomo III Fondo Editorial de la Pontificia


12

Universidad Católica del Perú, pág. 227.


Pues bien, resulta incuestionable que la norma contenida en el

artículo 1399 del Código Civil, es una imperativa que interesa al

orden público. En tal medida debe advertirse que la cláusula

Trigésimo Sétima del Leasing de Las Embarcaciones, se

encuentra incursa en causal de nulidad prevista en los incisos 7 y

8 del artículo 219 del Código Civil, puesto que por un lado,

colisiona con la norma imperativa contenida en el artículo 1428 del

Código Civil, al pretender dejar sin efecto la relación jurídica

obligacional creada como consecuencia de la celebración del

Leasing de Las Embarcaciones, y coetáneamente exigir el pago

del integro de las cuotas por vencer hasta la finalización del

contrato, y; por otro, transgrede la norma (a nuestro criterio

también imperativa) contenida en el artículo 1430 primer párrafo

del Código Civil 13 al no respetar la condición previa de establecer

con toda precisión que incumplimiento da lugar a la resolución de

pleno derecho, puesto que en el literal 7 de la cláusula impugnada,

se ha hecho referencia genérica a que el incumplimiento de

cualquier obligación a cargo de la arrendataria proveniente de

dicho contrato, da lugar a que la locadora pueda hacer valer la

cláusula resolutoria expresa o pacto comisorio, la cual se

constituye como una cláusula de estilo, y no como una cláusula

13
Que, de considerarse por algunos como una norma dispositiva, ha adquirido automáticamente
la calidad de norma imperativa, por el hecho de encontrarse regido el Leasing de Las
Embarcaciones, por cláusulas generales de contratación no aprobadas por autoridad
administrativa.
resolutoria expresa, lo cual genera que, al no haberse dado

cumplimiento a la norma imperativa antes citada, la cláusula

Trigésimo Sétima del Leasing de Las Embarcaciones - que

establecía el mecanismo resolutorio extrajudicial del citado

contrato, sea cual fuere la causal en que se sustentara - en su

integridad, devenga en nula.

6. Finalmente, en cuanto respecta al punto “e” del literal 1, cabe

señalar como una cuestión preliminar, que se está frente al

ejercicio abusivo de un derecho, cuando no se observa y respeta,

el principio de buena de lealtad (buena fe objetiva)

contrariando la función perseguida por la norma jurídica que

impone ciertos límites a los derechos subjetivos,

produciéndose una ilicitud sui generis, pues con dicho

comportamiento defectuoso se lesiona un interés no tutelado

por una norma específica.

En tal sentido, cabe advertir que el artículo II del Título Preliminar

del Código Civil, se erige como la norma imperativa por

antonomacia, al declarar abiertamente dicho dispositivo, que la ley

no ampara el ejercicio abusivo de un derecho.

Armonizando los conceptos expuestos en los párrafos precedentes,

debemos observar, que no existe norma legal alguna que


establezca expresamente, si es o no posible que dentro de una

misma relación jurídica, se pueda proceder a dejar sin efecto el

vínculo obligacional mediante la resolución contractual, y a su vez

resulte factible, exigir el cumplimiento de la prestación que en

estricto dio lugar a la resolución contractual.

Nótese que la laguna legal advertida, deberá ser salvada mediante

la aplicación de principios integradores del Derecho, a fin de evitar

que un acto en principio lícito, se convierta por la inobservancia a

la buena fe objetiva que debe reinar en todo contrato, desde su

negociación hasta su ejecución, en un acto ilícito, que a su vez,

atente contra la armonía de la vida social.

Es en este contexto, que no amparando la ley el ejercicio abusivo

de un derecho, mal podría permitir el Juzgador que se presenten

casos como el que es materia de nulidad, en donde se establezca

que sin perjuicio de poder resolver un contrato determinado

extrajudicialmente, la parte fiel se encuentre facultada a exigir

acumulativamente el pago íntegro de las cuotas por vencer hasta

finalizar el mismo, pues de esta forma, se estaría aprovechando

doblemente del incumplimiento de la parte infiel, lo cual constituiría

un claro abuso de derecho.

Consiguientemente, resulta claro que acorde con los argumentos

precedentemente expuestos, la cláusula Trigésimo Sétima del


Leasing de Las Embarcaciones, se encuentra impregnada de

causal de nulidad absoluta, de conformidad a lo previsto por el

inciso 7 del artículo 219 del Código Civil.

III.4. PRETENSION ACCESORIA DE LA PRETENSION PRINCIPAL:

1. Amparada la Pretensión Principal sometida a jurisdicción - esto es,

declarada la nulidad de la cláusula Trigésimo Sétima en su

integridad del Leasing de Las Embarcaciones - el acto jurídico

unilateral impugnado con la pretensión accesoria analizada en este

apartado14 - como consecuencia inmediata y directa de tal

pronunciamiento judicial - deberá ser declarado ineficaz, al carecer

el mismo (negocio) de un aspecto estructural que condiciona la

validez del acto.

2. La afirmación realizada en el punto que antecede, se basa y tiene

sustrato, en la ausencia de uno de los elementos comunes

inmanentes a todo negocio jurídico (elementos que han sido

establecidos por la doctrina moderna, y que a saber son: (i) la

manifestación o declaración de voluntad y; (ii) la causa o finalidad

del negocio) los cuales conjuntamente con los presupuestos

(objeto y sujeto del negocio respectivamente) y los requisitos

(capacidad legal de ejercicio, la capacidad natural entendida como


14
Por la cual se peticiona la declaración de ineficacia de la resolución de pleno derecho del
leasing de las embarcaciones efectuada por WSL mediante comunicación notarial de fecha 1
de febrero del 2002, dirigida a FIMA.
el actuar con discernimiento, la licitud, la posibilidad física y

jurídica, y que la voluntad manifesta no haya estado influenciada

por algún vicio) estructuran todo negocio jurídico 15.

En tal sentido debemos señalar, que la ausencia de posibilidad

jurídica en el negocio jurídico unilateral impugnado, es lo que en

esencia da lugar u origina el petitorio accesorio en trato, puesto

que conforme se puede corroborar del documento que contiene

dicho negocio (Carta Notarial de fecha 01 de febrero del 2002

remitida a FIMA por WSL por la cual se hace de conocimiento de la

primera, que la segunda procede a hacer uso de la cláusula

resolutoria expresa, y por tanto el Leasing de Las

Embarcaciones queda resuelto de pleno derecho) el mismo si

bien deja constancia de una manifestación o declaración volitiva

externa y expresa, no deja de ser innegable, que la misma no

detenta de la juridicidad idónea para regular intereses, puesto que

al ampararse la nulidad de la cláusula Trigésimo Sétima del citado

contrato, resulta incuestionable que WSL no pudo amparar dicho

negocio unilateral recepticio, en una cláusula contractual que

adolece en su integridad de nulidad absoluta, deviniendo

consiguientemente en ineficaz, dicho negocio. Posición que es

tratada por el profesor Guillermo Lohmann Luca De Tena 16 quien

señala que “Puede haber falta de manifestación de voluntad cuando


15
Ver Obra de Lizardo Taboada Córdova, “Elementos de la Rresponsabilidad Civil”, Editorial
Grijley, Pag. 19.
16
Lohmamn Lluca de Tena Guillermo, El Negocio Jurídico, Editorial Grijley, 1997, Pag. 531.
habiendo sujeto y estando acreditada una declaración de voluntad, se le

niege valor jurídico. Dicho de otro modo, no es que falte manifestación

externa de querer, sino que a tal manifestación que formalmente existe,

le falta juridicidad idónea o completa para regulñar intereses y

relaciones jurídicas que el ordenamiento ampare y tutele a plenitud”.

3. Vale pena aclarar asimismo, que la ineficacia cuya declaración se

peticiona, es generada por la ausencia en el acto impugnado, de

uno de los aspectos estructurales que condicionan la formación

válida de todo negocio jurídico, y cuya inconcurrencia, genera la

ineficacia estructural del mismo, o lo que es lo mismo decir, la

invalidez del negocio. Abunda nuestra posición lo opinado por

Taboada17 quien manifiesta “La invalidez es, pues, un supuesto de

ineficacia consecuencia de la ausencia de algún aspecto estructural del

negocio jurídico, y es por ello mismo que invalidez es lo mismo que

ineficacia estructural”.

4. En consecuencia, por las consideraciones antes reseñadas

debemos concluir, que amparada nuestra pretensión principal, la

resolución de pleno derecho ejercitada por WSL mediante carta

notarial de fecha 1 de febrero último por la cual resuelve el

Leasing de Las Embarcaciones, se tornará en un negocio jurídico

unilateral ineficaz en su estructura y por lo tanto inválido

jurídicamente.

17
Lizardo Taboada Córdova, Ob. Cit. Pag. 22.
III.5. DE LA PRETENSION SUBORDINADA:

1. Con la pretensión subordinada propuesta estamos solicitando, que

en caso que su judicatura fallara declarando infundada nuestra

pretensión principal de nulidad de acto jurídico (desamparando por

ende la pretensión accesoria a dicha pretensión) emita

pronunciamiento jurisdiccional declarando al amparo de lo

dispuesto por el artículo 1399 del Código Civil, que la Cláusula

Trigésimo Sétima (37) del Leasing de Las Embarcaciones,

carece de eficacia legal.

2. Partamos señalando que, conforme ha sido acreditado

precedentemente al sustentar nuestra pretensión principal, el

artículo 1399 del Código Civil, es una imperativa que interesa al

orden público, puesto que establece que “En los contratos

nominados celebrados por adhesión o con arreglo a cláusulas

generales de contratación no aprobadas administrativamente,

carecen de eficacia las estipulaciones contrarias a las normas

establecidas para el correspondiente contrato, a no ser que

las circunstancias de cada contrato particular justifiquen su

validez”.

3. Ahora bien, previo a analizar el contenido sustantivo de la

pretensión bajo análisis, debemos anotar que, según la teoría del


acto jurídico adoptada por el Código Civil Peruano, la invalidez

legal (establecida por la ley, distinta a la invalidez jurídica,

entendida ésta última, como una categoría general del negocio

jurídico inexistente o viciado) no está sancionada, de por sí, con la

nulidad ni con la anulación, puesto que la existencia de alguna

estipulación contraria a las normas establecidas para el

correspondiente contrato nominado celebrado con arreglo a

cláusulas generales de contratación no aprobadas

administrativamente (artículo 1399 del C.C.) no determina, en

realidad, la invalidez jurídica de la estipulación, sino sólo su

ineficacia.

En efecto, los únicos actos inválidos jurídicamente son los nulos y

los anulables. Los artículos 219 y 221 del C.C., enumeran

taxativamente los actos nulos y los anulables, de tal manera que

no pueden haber otras causales de nulidad que las indicadas en

dichos artículos. Ejemplificando, no se sanciona con nulidad la falta

de los requisitos necesarios para la validez de la hipoteca, por lo

cual ello no causa su invalidez jurídica o nulidad, Obsérvese que

no obstante que el artículo 140 del C.C. establece que para la

validez (legal) del acto jurídico se requiere: agente capaz, objeto

físico y jurídicamente posible, fin lícito y observancia de la forma

prescrita por la ley bajo sanción de nulidad, esto no significa que la

falta de estos requisitos determine, por si sola, la nulidad del acto,


pues para ello ha sido necesario que los incisos 2), 3), 4) y 6) del

artículo 219 del C.C. sancionen la omisión con nulidad.

Por principio, los actos jurídicos se realizan para que tengan el

efecto jurídico querido por el agente, pero, por determinadas

razones dichos actos no producen los efectos que le son propios.

Entonces se les califica de ineficaces.

La ineficacia de un acto jurídico puede provenir de dos causas: 1)

De la invalidez jurídica del acto; y 2) De causas externas de un

acto válido. Al primer caso se le llama ineficacia estructural o

intrínseca, y al segundo ineficacia funcional o extrínseca.

En consecuencia, cuando el Código Civil Peruano exige un

requisito para la validez (legal) de un acto y no sanciona con

nulidad o anulación la falta del requisito, no está en realidad

declarando, que el acto es inválido jurídicamente (desde que no es

nulo ni anulable) cuando no se cumple el requisito, sino que el acto

es ineficaz funcionalmente, se trata, en realidad, de un mal empleo

de términos.

En tal contexto se puede afirmar, que la declaración de ineficacia

legal de la cláusula del Leasing de Las Embarcaciones que se

peticiona con la pretensión subordinada en trato, importa en

estricto, una de ineficacia funcional.


4. Ahora bien, recordemos que el Leasing de Las Embarcaciones,

fue celebrado - conforme se advierte de la cláusula primera de la

Escritura Pública de fecha 07 de octubre de 1994 - al amparo de

las normas legales concernientes a los contratos de arrendamiento

financiero, rigiéndose éste, por las normas contractuales

contenidas en dicho instrumento, y por las establecidas en la

Escritura Pública de Declaración de Condiciones Generales de

Arrendamiento Financiero, otorgado por WSL, y extendida ante

notario de Lima, Felipe de Osma con fecha: 19 de junio de 1986,

ampliada y modificada de fecha: 21 de agosto de 1991, y ante el

mismo notario. En la misma cláusula primera la arrendataria

expresó su conformidad y aceptación, y voluntario sometimiento a

las condiciones generales de arrendamiento financiero

establecidas en la referida escritura pública, cuyo texto declaró

conocer a cabalidad con diligente anticipación, y manifestó que su

voluntad es que dichas condiciones generales de arrendamiento

financiero regulen la relación materia del presente contrato con

eficacia y fuerza vinculante plenas.

En tal sentido, de la simple lectura de lo previsto por el artículo

1397 del Código Civil, se llega establecer claramente, que éstas

Condiciones Generales de Arrendamiento Financiero, no son

más que, cláusulas generales de contratación no aprobadas


administrativamente, por lo que el artículo 1399 resulta aplicable

a fin de resolver acerca de la pretensión subordinada bajo análisis.

5. Asimismo, adecuando la definición legal transcrita en el numeral 2

del presente apartado, el contrato de arrendamiento financiero, es

un contrato típico y nominado, que se regula supletoriamente por lo

previsto por los artículos 1426 y siguientes del Código Civil (Título

VI, Contratos con Prestaciones Recíprocas). En tal medida, resulta

pertinente citar a De La Puente Y Lavalle 18 quien comentado el

artículo 1399 del C.C., opina que “La redacción del artículo 1399

del Código Civil, si bien técnicamente más adecuada, pone a

la sombra que el objetivo principal de éste artículo es hacer

imperativas, para los contratos a que él se refiere, las normas

dispositivas de los contratos nominados. Por ello hubiera sido

preferible que dijera “contrarias a las normas tanto

imperativas como dispositivas establecidas..”, con lo cual se

disiparía cualquier duda sobre el particular. Muchas veces el

lenguaje debe perder elegancia para alcanzar precisión. El

efecto buscado por el artículo 1399 es que la falta de

aprobación administrativa de las cláusulas generales de

contratación dará lugar a que ellas no puedan modificar las

normas, tanto imperativas como dispositivas, de los contratos

típicos. En otras palabras, la falta de aprobación

DE LA PUENTE Y LAVALLE, El Contrato En General, Tomo III Fondo Editorial de la Pontificia


18

Universidad Católica del Perú, pág. 223.


administrativa determina que todas las normas de los

contratos típicos adquieran carácter imperativo, por lo cual no

tiene efecto alguno el pacto en contrario”.

6. En tal contexto, es claro que las normas del Código Civil que por

supletoriedad se aplican a los contratos de arrendamiento

financiero, son de imperativo cumplimiento al presente caso, al

estar sometido el Leasing de Las Embarcaciones, a cláusulas

generales de contratación no aprobadas administrativamente.

7. Por tanto, es que somos de la convicción, que carece de efecto

legal la cláusula Trigésimo Sétima del Leasing de Las

Embarcaciones, puesto que por un lado (i), colisiona con la norma

imperativa contenida en el artículo 1428 del Código Civil, al

pretender dejar sin efecto la relación jurídica obligacional creada

como consecuencia de la celebración del Leasing de Las

Embarcaciones, y coetáneamente exigir el pago del integro de las

cuotas por vencer hasta la finalización del contrato, y; por otro (ii),

transgrede la norma (a nuestro criterio también imperativa, que de

ser considerada por algunos, como norma dispositiva, ha adquirido

automáticamente la calidad de imperativa, por el hecho de

encontrarse regido el Leasing de Las Embarcaciones, por

cláusulas generales de contratación no aprobadas por autoridad

administrativa) contenida en el artículo 1430 primer párrafo del


Código Civil, al no respetar la condición previa de establecer con

toda precisión, que incumplimiento da lugar a la resolución de

pleno derecho, puesto que en el literal 7 de la cláusula impugnada,

se ha hecho referencia genérica a que el incumplimiento de

cualquier obligación a cargo de la arrendataria proveniente de

dicho contrato, da lugar a que la locadora pueda hacer valer la

cláusula resolutoria expresa o pacto comisorio, la cual se

constituye como una cláusula de estilo, y no como una cláusula

resolutoria expresa, lo cual genera que, al no haberse dado

cumplimiento a la norma imperativa antes citada, la cláusula

Trigésimo Sétima del Leasing de Las Embarcaciones - que

establecía el mecanismo resolutorio extrajudicial del citado

contrato, sea cual fuere la causal en que se sustentara - en su

integridad - devenga en ineficaz.

Nótese, que en caso que no se considerase que la norma

contenida en el artículo 1428 del Código Civil primeramente

referida, es una imperativa que interesa al orden público, dicha

tesis para los fines de la pretensión autónoma en trato, carecería

de relevancia jurídica, puesto que (al igual que el caso del artículo

1430 primer párrafo del Código Civil) encontrándose sometido el

Leasing de Las Embarcaciones a las normas que regulan las

cláusulas generales de contratación no aprobadas

administrativamente, el artículo 1428 del C.C. en caso de ser


calificado como una norma dispositiva, por el sólo mérito de estar

regido por dichas cláusulas generales, adquiere la calidad de

norma imperativa.

7. Finalmente debemos señalar, que la parte final del primer párrafo

del artículo bajo análisis que establece que “A no ser que las

circunstancias de cada contrato justifiquen su validez”, sólo se

aplica a supuestos excepcionales, que por tal circunstancia, no

podrían ser interpretados ni aplicados en vía analógica, por

expresa prohibición de lo dispuesto por el artículo IV del T.P. del

Código Civil, puesto como bien señala De La Puente Y Lavalle 19,

“No debe descartarse la posibilidad de que determinadas

cláusulas generales de contratación no aprobadas

administrativamente, obedezcan a razones justificadas, o sea

que efectivamente agilicen el tráfico masivo de bienes y

servicios, sin perjudicar a los consumidores”.

Nótese, que si bien los contratos de arrendamiento financiero

agilizan el tráfico de bienes y servicio, no deja de ser cierto que en

el presente caso, dicho hecho no podría justificar el notorio abuso

que se ha plasmado en el contrato en perjuicio de la parte

arrendataria, mediante la posibilidad de que no obstante dejarse

sin efecto el vínculo obligacional, la parte infiel tenga que cumplir

con la prestación a su cargo, como si la relación jurídica creada por


19
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Ob Cit, pág. 228.
el contrato, se encontrase aún vigente, lo cual sin lugar a dudas,

repudia y contraviene principios elementales éticos, sociales y

morales que son indispensables para la coexistencia social, que el

Estado protege a fin de evitar situaciones de ésta índole, que no

hacen sino generar una total desigualdad y desproporción, entre

las partes contratantes.

III.4. DE LA PRETENSION ACCESORIA DE LA PRETENSION

SUBORDINADA:

1. Amparada la Pretensión Subordinada, esto es, declarada carencia

de efectos legales de la cláusula Trigésimo Sétima en su integridad

del Leasing de Las Embarcaciones, el acto jurídico unilateral

impugnado con la pretensión accesoria analizada en este

apartado20 - como consecuencia inmediata y directa de tal

pronunciamiento judicial - deberá ser declarado ineficaz, al carecer

el mismo (negocio) de un aspecto estructural que condiciona la

validez del acto.

2. La afirmación realizada en el punto que antecede, se basa y tiene

sustrato, en la ausencia de uno de los elementos comunes

inmanentes a todo negocio jurídico (elementos que han sido

establecidos por la doctrina moderna, y que a saber son: (i) la


20
Por la cual se peticiona la declaración de ineficacia de la resolución de pleno derecho del
leasing de las embarcaciones efectuada por WSL mediante comunicación notarial de fecha 1
de febrero del 2002, dirigida a FIMA.
manifestación o declaración de voluntad y; (ii) la causa o finalidad

del negocio) los cuales conjuntamente con los presupuestos

(objeto y sujeto del negocio respectivamente) y los requisitos

(capacidad legal de ejercicio, la capacidad natural entendida como

el actuar con discernimiento, la licitud, la posibilidad física y

jurídica, y que la voluntad manifesta no haya estado influenciada

por algún vicio) estructuran todo negocio jurídico.

En tal sentido debemos señalar, que la ausencia de posibilidad

jurídica en el negocio jurídico unilateral impugnado, es lo que en

esencia da lugar u origina el petitorio accesorio en trato, puesto

que conforme se puede corroborar del documento que contiene

dicho negocio (Carta Notarial de fecha 01 de febrero del 2002

remitida a FIMA por WSL por la cual se hace de conocimiento de la

primera, que la segunda procede a hacer uso de la cláusula

resolutoria expresa, y por tanto el Leasing de Las

Embarcaciones queda resuelto de pleno derecho) el mismo si

bien deja constancia de una manifestación o declaración volitiva

externa y expresa, no deja de ser innegable, que la misma no

detenta de la juridicidad idónea para regular intereses, puesto que

al ampararse la pretensión subordinada, declarándose la carencia

de eficacia legal de la cláusula Trigésimo Sétima del citado

contrato, resulta incuestionable que WSL no pudo amparar dicho

negocio unilateral recepticio, en una cláusula contractual que


carente de efectos, deviniendo consiguientemente en ineficaz,

dicho negocio. Posición que es tratada por el profesor Guillermo

Lohmann Luca De Tena quien señala que “Puede haber falta de

manifestación de voluntad cuando habiendo sujeto y estando acreditada

una declaración de voluntad, se le niege valor jurídico. Dicho de otro

modo, no es que falte manifestación externa de querer, sino que a tal

manifestación que formalmente existe, le falta juridicidad idónea o

completa para regulñar intereses y relaciones jurídicas que el

ordenamiento ampare y tutele a plenitud”.

3. Vale pena aclarar asimismo, que la ineficacia cuya declaración se

peticiona, es generada por la ausencia en el acto impugnado, de

uno de los aspectos estructurales que condicionan la formación

válida de todo negocio jurídico, y cuya inconcurrencia, genera la

ineficacia estructural del mismo, o lo que es lo mismo decir, la

invalidez del negocio. Abunda nuestra posición lo opinado por

Taboada21 quien manifiesta “La invalidez es, pues, un supuesto de

ineficacia consecuencia de la ausencia de algún aspecto estructural del

negocio jurídico, y es por ello mismo que invalidez es lo mismo que

ineficacia estructural”.

4. En consecuencia, por las consideraciones antes reseñadas

debemos concluir, que amparada nuestra pretensión subordinada,

la resolución de pleno derecho ejercitada por WSL mediante carta


21
Lizardo Taboada Córdova, Ob. Cit. Pag. 22.
notarial de fecha 1 de febrero último por la cual resuelve el

Leasing de Las Embarcaciones, se tornará en un negocio jurídico

unilateral ineficaz en su estructura y por lo tanto inválido

jurídicamente.

IV. FUNDAMENTOS DE DERECHO:

Además de las diversas normas de derecho material y procesal referidas

en el texto del presente escrito, amparo la presente demanda en lo

dispuesto por el artículo VI del Título Preliminar del Código Civil, así como

en lo dispuesto por los artículos I, III, IV y VII del Título Preliminar y

artículos 3, 4, 5, 6, 15, 16, 85, 87, 424, 425, 426, 427 Y 475 incisos 1, 3 y

4 del Código Procesal Civil.

V. MONTO DEL PETITORIO:

Dada a la naturaleza declarativas y de puro derecho de las pretensiones

sometidas a tutela, la presente demanda no puede ser materia de

cuantificación patriimonial.

VI. VIA PROCEDIMENTAL:

Atendiendo a la naturaleza de la pretensión sometida a jurisdicción,

acorde con lo dispuesto por los incisos 1 y 4 del artículo 475 del Código
Procesal Civil, la presente demanda se tramitará en vía de PROCESO DE

CONOCIMIENTO.

VII. MEDIOS PROBATORIOS:

1. Escrituras Públicas de arrendamiento financiero de fecha 7 de octubre de

1994.

2. Escritura Pública de constitución de hipoteca de fecha 10 de Octubre de

1994.

3. Escritura Pública de compraventa de fecha 10 de Octubre de 1994.

4. Escritura Pública de compraventa de fecha 10 de Octubre de 1994.

5. Escritura Pública de compraventa de fecha 10 de Octubre de 1994.

6. Escritura Pública de compraventa de fecha 27 de Octubre de 1995.

7. Escritura Pública de reactivación de compraventa de fecha 27 de Octubre

de 1995.

8. Escritura Pública de ratificación de hipoteca de fecha 27 de Octubre de

1995.
9. Escritura Pública de reactivación de compraventa de embarcaciones de

fecha 27 de Octubre de 1995.

10. Escritura Pública de arrendamiento financiero de fecha 26 de Octubre de

1995.

11. Escritura Pública de modificación de estatutos de fecha 11 de Junio de

1996.

12. Escritura Pública de cambio de denominación social de fecha 11 de Junio

de 1996.

13. Escritura Pública de declaración de fábrica de fecha 25 de Setiembre de

1996.

14. Escritura Pública de modificación de arrendamiento financiero de fecha

16 de Abril de 1997.

15. Escritura Pública de modificación de leasing de fecha 16 de Abril de 1997.

16. Escritura Pública de modificación de arrendamiento financiero de fecha

18 de Marzo de 1998.
17. Escritura Pública de ampliación de arrendamiento financiero de fecha 18

de Marzo de 1998.

18. Escritura Pública de modificación de leasgin de fecha 28 de Setiembre de

1998.

19. Escritura Pública de ampliación de arrendamiento financiero de fecha 28

de Setiembre de 1998.

20. Escritura Pública de compraventa de fecha 20 de agosto de 1999.

21. Escritura Pública de compraventa de fecha 16 de marzo del 2000.

22. Escritura Pública de transacción extrajudicial y otros de fecha 17 de mayo

del 2000.

23. Escritura Pública de promesa de contratar de fecha 18 de mayo del 2000.

24. Escritura Pública de asociación en participación de fecha 05 de junio del

2000.

25. Escritura Pública de transferencia de participaciones de fecha 05 de junio

del 2000.
26. Escritura Pública de compraventa de fecha 28 de junio del 2000.

27. Escritura Pública de poder especial de fecha 09 de noviembre del 2001.

28. Ficha Registral N° 1719063.

VIII. ANEXOS

1.A. Escrituras Públicas de arrendamiento financiero de fecha 7 de octubre de

1994.

1.B. Escritura Pública de constitución de hipoteca de fecha 10 de Octubre de

1994.

1.C. Escritura Pública de compraventa de fecha 10 de Octubre de 1994.

1.D. Escritura Pública de compraventa de fecha 10 de Octubre de 1994.

1.E. Escritura Pública de compraventa de fecha 10 de Octubre de 1994.

1.F. Escritura Pública de compraventa de fecha 27 de Octubre de 1995.

1.G. Escritura Pública de reactivación de compraventa de fecha 27 de Octubre

de 1995.
1.H. Escritura Pública de ratificación de hipoteca de fecha 27 de Octubre de

1995.

1.I. Escritura Pública de reactivación de compraventa de embarcaciones de

fecha 27 de Octubre de 1995.

1.J. Escritura Pública de arrendamiento financiero de fecha 26 de Octubre de

1995.

1.K. Escritura Pública de modificación de estatutos de fecha 11 de Junio de

1996.

1.L. Escritura Pública de cambio de denominación social de fecha 11 de Junio

de 1996.

1.LL. Escritura Pública de declaración de fábrica de fecha 25 de Setiembre de

1996.

1.M. Escritura Pública de modificación de arrendamiento financiero de fecha

16 de Abril de 1997.

1.N. Escritura Pública de modificación de leasing de fecha 16 de Abril de 1997.


1.Ñ. Escritura Pública de modificación de arrendamiento financiero de fecha

18 de Marzo de 1998.

1.O. Escritura Pública de ampliación de arrendamiento financiero de fecha 18

de Marzo de 1998.

1.P. Escritura Pública de modificación de leasgin de fecha 28 de Setiembre de

1998.

1.Q. Escritura Pública de ampliación de arrendamiento financiero de fecha 28

de Setiembre de 1998.

1.R. Escritura Pública de compraventa de fecha 20 de agosto de 1999.

1.S. Escritura Pública de compraventa de fecha 16 de marzo del 2000.

1.T. Escritura Pública de transacción extrajudicial y otros de fecha 17 de mayo

del 2000.

1.U. Escritura Pública de promesa de contratar de fecha 18 de mayo del 2000.

1.V. Escritura Pública de asociación en participación de fecha 05 de junio del

2000.
1.W. Escritura Pública de transferencia de participaciones de fecha 05 de junio

del 2000.

1.X. Escritura Pública de compraventa de fecha 28 de junio del 2000.

1.Y. Escritura Pública de poder especial de fecha 09 de noviembre del 2001.

1.Z. Ficha Registral N° 1719063.

POR TANTO:

Solicito al Juzgado se sirva admitir la presente

demanda, tramitarla con arreglo a su naturaleza, y oportunamente declararla

FUNDADA en todos sus extremos, sea la pretensión principal o la subordinada

que con el presente acto postulatorio se proponen, con expresa condena de

costas y costos.

AL PRIMER OTROSI DECIMOS: De conformidad con lo establecido en el

artículo 80º del Código Procesal Civil, delego las facultades a que se refiere el

artículo 74º del citado código, a los letrados que autorizan; a tal efecto, declaro

estar instruido del alcance de las facultades que delego, y reitero que mi

domicilio es el señalado en la introducción de la presente solicitud.

Lima, 26 de febrero del 2001.


Expediente N° :

Especialista Legal :

Cuaderno : Cautelar.

Escrito N° : 01

Sumilla : LO QUE SE INDICA

SEÑORA JUEZ DEL JUZGADO LO CIVIL DE LIMA:

CORPORACION PESQUERA ILO S.A., en los seguidos contra Wiese

Sudameris Leasing S.A. y Otra, sobre Nulidad de Acto Jurídico y Otro; ante

Usted nos presentamos y decimos:

I. PRETENSIONES CAUTELARES:

En vía de Acumulación Objetiva Originaria Accesoria, solicitamos se nos

concedan las siguientes medidas cautelares:

I.1. PRETENSION CAUTELAR PRINCIPAL:

Que, de conformidad a lo dispuesto por el artículo 682 del Código

Procesal Civil, se nos conceda medida cautelar de INNOVAR, por

la cual, reponiendo el estado de derecho que es materia y sustento

de nuestras pretensiones principal y subordinada contenidas en la

demanda propuesta ante su despacho, se disponga la suspensión


de los efectos jurídicos de la Cláusula Trigésimo Sétima del

Contrato de Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02 celebrado

mediante Escritura Pública de fecha 7 de octubre de 1994,

modificado por Escrituras Públicas del 26 de octubre de 1995, 18

de marzo de 1998, 28 de setiembre de 1998, 30 de junio de 1999 y

4 de junio del 2001, suscritas las cuatro primeras Escrituras

Públicas ante el Notario Público de Lima, doctor Felipe De Osma, y

ante el Notario Público de Lima, doctor Percy Gonzales Vigil, las

dos últimas.

I.2. PRIMERA PRETENSION ACCESORIA:

Que, amparada nuestra pretensión cautelar principal, se nos

conceda de conformidad a lo dispuesto por el artículo 682 del

Código Procesal Civil, medida cautelar de INNOVAR, por la cual,

reponiendo el estado de derecho que es materia y sustento de

nuestras pretensiones accesorias a las pretensiones principal y

subordinada contenidas en la demanda propuesta ante su

despacho, se disponga la suspensión de efectos legales de la

resolución extrajudicial de pleno derecho del Contrato de

Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02 efectuada por Wiese

Sudameris Leasing S.A., mediante carta notarial remitida a Fima

S.A. con fecha 1 de febrero del 2002, a través de la Notaria Pública

del doctor Percy Gonzales Vigil.


I.2. SEGUNDA PRETENSION ACCESORIA:

Que, amparada nuestra pretensión cautelar principal, considerando

que tanto con la pretensión principal como con la subordinada

propuestas en nuestra demanda, estamos cuestionando la validez

del mecanismo resolutorio extrajudicial aplicable para todas las

causales de resolución que establece la Cláusula Trigésimo Sétima

del Contrato de Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02, de

conformidad a lo dispuesto por el artículo 687 del Código Procesal

Civil, se nos conceda medida cautelar de NO INNOVAR, por la cual

se disponga que encontrándose suspendidos los efectos jurídicos

de la cláusula Trigésimo Sétima del Contrato de Arrendamiento

Financiero N° 03.1022.01.02 (dentro del cual se encuentra

regulado el mecanismo resolutorio extrajudicial del contrato en

referencia) la arrendadora o locadora en dicho contrato (sea Wiese

Sudameris Leasing S.A. o cualquier tercero a quien ésta cediera su

posición contractual o sus derechos) se encuentra imposibilitada

de resolver extrajudicialmente el contrato antes citado, mientras no

se resuelva en definitiva mediante sentencia que detente la

autoridad de cosa juzgada, las pretensiones propuestas con la

demanda interpuesta en el principal.

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