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TEMA:

USO Y ABUSO DE LOS ANALGÉSICOS

NOMBRE: KARLA MAREL MENDOZA COELLO

DOCENTE: DRA. NORMA ZAPATA

CURSO: 5TO F
INTROUDCCIÓN

El dolor se define como una experiencia desagradable hacia los sentidos corporales,

es decir que es sensorial, a su vez, también se podría definir como una respuesta fisiológica

ante cualquier daño del cuerpo, para muchos estas dos cosas son consideradas como una

alarma que indica que sucede algo en el cuerpo humano, por ejemplo, una lesión en algún

tejido.

Por otro lado, se tiene a la inflamación, que es considerada, según el sitio web En

Genérico (2013, párr. 1), como una respuesta originada de la fisiología ante alguna agresión

que consiste fundamentalmente en una vasodilatación local y una acumulación de células

inmunológicas.

Hoy en día las personas disponen de cualquier tipo de fármacos aplicables para estos

dos síntomas explicados anteriormente, ya que estos se usan para reducirlos o aliviarlos

respectivamente. Estos fármacos, o medicamentos, que tratan este tipo de dolores se llaman

analgésicos, y los que tratan la inflamación, se denominan inflamatorios.

Estos se pueden encontrar en cualquier tipo de marca y están entre los medicamentos

que más consumen las personas alrededor del mundo, esto gracias que se usan según la

naturaleza del dolor o enfermedades y síntomas que la población en general tiende a ser muy

vulnerable, razón por la cual, sus ventas en las farmacias no requieren de ninguna receta

médica. Entre los más vendidos, por ejemplo, encontramos al paracetamol y el ibuprofeno.

Pero ¿a que lleva esto?, ¿es tan importante su uso? ¿O simplemente las personas están

abusando de este tipo de medicamentos pensando que se están haciendo un bien para si

mismos?
USOS Y ABUSOS DE LOS ANALGESICOS.

Como ya se mencionó anteriormente, los analgésicos son aquellos fármacos cuyo fin

es el de poder suprimir o aliviar sensaciones de dolor a nivel corporal y sensorial.

Según el mismo sitio web citado anteriormente, Genérico (2013, párr. 3), existe una

clasificación muy habitual de estos analgésicos, de los que se encuentran:

 AINES (antiinflamatorios no esteroideos). – Su uso normalmente es para los

dolores o inflamaciones leves que pueden ser tratadas, además de eso es usado como

antipiréticos. El más conocido, como ejemplo, está el paracetamol.

 Opiáceos Débiles. – Usados para dolores que son considerados moderados, uno de

ellos está, por ejemplo, la codeína.

 Opiáceos fuertes. - Usados para dolores graves, de los que existe tres tipos:

agonistas, antagonistas o agonistas parciales de los receptores opiáceos. Uno de ellos

por ejemplo es la morfina.

 Fármacos coadyuvantes. – Los cuales mejoran la respuesta analgésica, es decir, en

otras palabras, son utilizados para el tratamiento de síntomas que menoscaban la

calidad de vida y empeoran el dolor, siendo útiles, por ejemplo, para eliminar efectos

secundarios de otros medicamentos. Por ejemplo, los anticonvulsionantes o

antiepilépticos.

En general, el consumo de estos analgésicos es bastante seguro, incluso hasta en el

embarazo y lactancia, aun así, es recomendable primero consultar con un profesional antes

de su consumo.

Sin embargo, y gracias al estudio reciente de científicos originarios del Reino Unido, del

Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica, han podido descubrir que abusar de
estos analgésicos provoca un efecto contrario al fin del que se está usando. (HM Hospitales,

2015)

Según estos estudios, lograron concluir que las personas que durante 15 días (o más),

tomen cualquier tipo de calmante para el dolor de cabeza, sufren un efecto rebote, el cual les

provoca dolores de cabeza aún más fuerte. Esto es debido a que el cerebro se acostumbra del

consumo de estos analgésicos para parar el dolor y esto lleva a la necesidad del mismo de

seguir consumiéndolo, la única solución para esto es la desintoxicación, que consiste en

aguantar estos muy fuertes dolores de cabeza generados por el mismo cerebro durante unos

días hasta su desaparición.

Es así como el doctor Pedro Lipszyc (2015), citado por Valeria Chávez (2015),

afirma que "hay una creencia general de que un analgésico es una droga inocua sin efectos

adversos, que se puede tomar cuando uno quiera". "Pero en realidad se trata de un concepto

folclórico, ya que son medicamentos y como tales tienen efectos beneficiosos, pero también

adversos”.

Por otro lado, y según Álvaro Vallejos et al. (2017), gracias a su estudio en pacientes

hospitalizados, logro concluir que “el uso de analgesia combinada en el paciente adulto

hospitalizado ha cobrado un papel relevante en el manejo del dolor, debido al adecuado

control de este utilizando menores dosis de analgésicos, lo que conlleva un menor riesgo de

reacciones adversas” (p. 99).

Aun así, el uso excesivo de estos analgésicos en las personas es un error habitual,

como, por ejemplo, en los pacientes que sufren migraña y cefalea de tensión, estos no están

siempre diagnosticados, o nunca han recibido una valoración clínica y terapéutica que les

haga comprender y tratar su enfermedad. Es por eso mismo que Gabriela Kregar y Ester

Filinger (2004), explican que:


El paciente opta por el uso indiscriminado y desordenado de los analgésicos, con

o sin receta, para paliar en lo posible sus síntomas. Este panorama negativo y

habitual se observa en muchos pacientes con cefalea crónica diaria con abuso de

analgésicos, independientemente de que la causa inicial de la cefalea sea la

evolución de su migraña o el resultado de episodios muy frecuentes de cefalea

tensional. (p. 132).

Según Boyer (2004) el abuso de medicamentos de prescripción es el uso de un

medicamento sin la receta médica correspondiente, de una manera distinta a la prescrita, o

para lograr la experiencia o los sentimientos que provoca. Según el abuso y uso no adecuado

de medicamentos analgésicos es un gran problema en la salud pública. Aunque la mayoría

de las personas toman medicamentos de prescripción de manera responsable.

El mal uso de medicamentos recetados es un problema creciente y puede afectar a

todos los grupos etarios, aunque es más común en las personas jóvenes. Los medicamentos

recetados más frecuentemente usados incluyen analgésicos opioides, sedantes, ansiolíticos

y los estimulantes (Staff, 2016).

Según este mismo autor Staff (2016), nos indica que los signos y síntomas de abuso

de medicamentos dependen del tipo de medicamento específico que se ingiera. Debido a las

propiedades de alterar la mente, los medicamentos de venta con receta que más se consumen

son:

• Los opioides, como la oxicodona y los que contienen hidrocodona, utilizados para

tratar el dolor y como antitusivos.

• Los medicamentos ansiolíticos y sedantes, tales como las benzodiazepinas:

alprazolam, flunitrazepam, clonazepam y diazepam, y los hipnóticos, tales como

zolpidem, utilizado para tratar la ansiedad y los trastornos del sueño.


• Los estimulantes, como el metilfenidato, dextroanfetamina y anfetamina, que se

utiliza para tratar el trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH) y

ciertos trastornos del sueño.

No obstante, y gracias al estudio de los mismos Álvaro Vallejos et al. (2017), citados

anteriormente, encontraron que:

La utilización de analgésicos es más frecuente en los servicios quirúrgicos que

en los servicios médicos, y se identificó que los analgésicos como acetaminofén

y diclofenaco son los más utilizados en el manejo del dolor leve-moderado

evaluado por medio de la EVA, dada su eficacia clínica descrita en la literatura.

Sin embargo, en los últimos años se ha visto un incremento en el uso de

analgésicos opioides de aproximadamente 20% en el manejo del dolor

moderado-severo, buscando tanto disminuir efectos adversos generados por el

uso de los AINE a altas dosis, como también lograr desde el inicio un mejor

control del dolor, así como lo estipulan la Asociación Internacional para el

Estudio del Dolor y la Asociación Americana de Oncología Clínica, quienes han

dejado en evidencia la necesidad de mejorar el control del dolor utilizando

analgésicos opioides. (p. 98-99).

PARACETAMOL

El abuso de ciertos medicamentos de prescripción, entre ellos, el paracetamol ya que

es uno de los medicamentos indicados para el tratamiento de dolor o de la fiebre por ser

barato, bastante seguro y tener una tasa muy baja de efectos secundarios desde que

obviamente, se utilicen las dosis recomendadas.


El paracetamol es un medicamento que tiene acción antipirética y analgésica y, por

lo tanto, una excelente opción para el tratamiento de las enfermedades que causan fiebre o

dolor, especialmente de leve a moderada intensidad (Nora D. Volkow & Volkow, 2012).

El uso de este medicamento es de actividad analgésica y antipirética, sin embargo,

no es antiinflamatoria. Este, al igual que otros fármacos, debe ser ingerido al menos con un

vaso de agua, esto con el fin de evitar molestias estomacales.

Sin embargo, es recomendable no prolongar más de diez días el uso de este mismo,

ni sabiendo que se tiene una fiebre muy alta o dure más de tres días, en este caso, lo mejor

sería visitar un médico.

INFLAMACIÓN Y REPARACIÓN

Como ya se habló anteriormente, la inflamación, es considerada un proceso complejo

e inespecífico, este según Angélica Martinovic (2008) se caracteriza por modificaciones

locales y coordinadas de los vasos sanguíneos y el tejido conectivo; se relaciona con el

proceso de reparación, que consiste en la regeneración de las células parenquimatosas

dañadas, y con la cicatrización, que se caracteriza por la proliferación de tejido fibroblástico.

Es por eso que, para la reparación de la misma, se necesita de un proceso de

reparación, valga la redundancia, de tejido conectivo o fibrosis, de los cuales se distinguen

cuatro etapas:

1. Angiogénesis.

2. Formación de tejido de granulación, por migración y proliferación de

fibroblastos.

3. Depósito de matriz extracelular (colágeno, elastina, etc.)


4. Remodelación u organización de tejido fibroso.

Por otro lado, el paracetamol no inhibe las ciclooxigenasas en los tejidos periféricos,

razón por la cual carece de actividad antiinflamatoria, sin embargo, parece inhibir la síntesis

y/o los efectos de varios mediadores químicos que sensibilizan los receptores del dolor a los

estímulos mecánicos o químicos. (Marisol Olguín Riadi, 2015)

RECOMENDACIONES

Si se está bajo régimen de analgésicos, la página web Arthritis Foundation (2017)

sugiere usar las siguientes medidas de calidad para asegurarse que los está empleando

correctamente y protegiéndose de los efectos adversos.

• El doctor debe advertir de posibles riesgos de complicaciones asociadas a

hemorragias gastrointestinales e insuficiencia renal cuando se recete AINE

(antiinflamatorios no esteroides) o aspirina.

• Si se presenta riesgo de hemorragia gastrointestinal, entonces es recomendable

que el doctor debería recetarle un fármaco para ayudarle a prevenir el sangrado.

• Si no se está tratando con una aspirina de baja dosis y se tiene factores de riesgo

de sangrado gastrointestinal y el médico quiere que el paciente tome un AINE,

también es recomendable recetar un AINE que contenga sustancias de protección

gástrica como misoprostol (Cytotec) o un inhibidor de la bomba de protones.

• Si se toma un AINE y tiene factores de riesgo de sangrado gastrointestinal, se

debiera efectuar un análisis de sangre para ver si presenta anemia antes de

empezar el AINE y luego otra vez durante el primer año.


• Si se tiene factores de riesgo de insuficiencia renal, definidos anteriormente, y el

médico receta un AINE, también es recomendable ordenar un examen de

referencia de creatinina en suero antes de empezar el AINE y al menos una vez

más en el primer año que esté tomando el AINE.

Como ultima recomendación, es importante nunca olvidar preguntar siempre a un

farmacéutico, acerca de estas y otras cuestiones relacionadas con la salud y el medicamento.

Y recordar que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso

global de adecuación, efectividad y seguridad de tratamientos con medicamentos.

CONCLUSIÓN

El uso de estos medicamentos es personalizado, pero para evitar este tipo de

inconvenientes, es mejor evitar la automedicación incontrolada. Ya que el uso

indiscriminado de analgésicos puede traer problemas derivados de su uso indebido y abusivo

como efectos rebotes y muy graves.

Cualquier medicamento independientemente de su perfil riesgo-beneficio puede

tener un uso incorrecto, es por eso que se debe tener un uso correcto del mismo y no abusar

de ellos, aunque se trate de medicamentos que no precisan de receta, aun así, se recomienda

que cuando se acuda a la farmacia y se quiera obtener un medicamento sin receta hay que

tener en cuenta las posibles reacciones adversas y contraindicaciones.


BIBLIOGRAFÍA

Arthritis Foundation (2017). Medidas de calidad para el uso de analgésicos. Recuperado de

http://espanol.arthritis.org/espanol/combata-el-dolor/medidas-

calidad/tratamientos-medidas-calidad-analgesicos/

Boyer, E.W. Dextromethorphan abuse. Pediatr Emerg Care 20(12):858-863, 2004.

En Genérico (2013) ¿Qué son los analgésicos? Recuperado de

https://www.engenerico.com/que-son-los-analgesicos/

Chavez, V. (2015) Analgésicos: los riesgos del consumo excesivo y la automedicación.

Recuperado de https://www.infobae.com/2015/01/08/1619802-analgesicos-los-

riesgos-del-consumo-excesivo-y-la-automedicacion/

Kregar, G., & Filinger, E. (2005). ¿ Qué se entiende por automedicación. Acta Farm.

Bonaerense, 24(1), 130-133.

Marinovic, M. A. (2008). Inflamación, daño y reparación en enfermedades reumáticas.

Medwave, 8(06).

Nora D. Volkow, M., & Volkow, N. (2012). Los medicamentos de prescripcion: abuso y

adiccion . NIDA, 1.

Olguín Riadi, M. A. (2005). Estudios de la interacción entre paracetamol y meloxicam en

dolor térmico agudo.

Staff, M. C. (2016). Abuso de los Medicamentos Recetados – Otra forma de adicción. MTM.

Vallejos Narváez, Á., Calvache, J. C., Ávila, M. P., Latorre, S. I., Ruano, C. A., Delgadillo,

J., ... & Bernal, G. E. (2018). Prescripción de analgésicos y reacciones adversas en


pacientes hospitalizados. Revista Colombiana de Ciencias Químico-Farmacéuticas,

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