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STAR WARS

o el regreso a los orígenes

Por Giancarlo Cappello1

Es harto conocida la historia de que Lucas planificó su Guerra de las Galaxias a


la luz del libro de Joseph Campbell El héroe de las mil caras, que analizaba las
características comunes de los héroes en los mitos de las diferentes culturas
del planeta y acuñaba la idea de la “forja heroica” como clave de toda
narración épica. Pero, ¿en qué medida la apelación a la memoria universal y
las ‘protohistorias’ son la base de este suceso?

El gran impacto de la serie suele atribuirse a las millonarias campañas de


publicidad montadas para cada estreno. Sin embargo, sería reduccionista
quedarse en esa orilla, sobre todo porque el marketing nunca ha salvado del
fracaso a las películas. Detrás hay una historia que funciona y de esa historia
se ha dicho que debe su éxito a los mitos que incorpora, incluso hay quienes se
refieren a ella como un mito moderno. ¿Qué mitos están presentes? Aquí
tentamos alguna aproximación.

De la desilusión a la Fuerza

Cuando se estrenó en 1977, los mitos antiguos no figuraban en agenda. El


mundo andaba preocupado por la recesión económica del petróleo, el conflicto
de Vietnam había terminado y nadie sabía qué iba a ocurrir en la Guerra Fría,
Watergate había minado el orgullo estadounidense, y las dictaduras militares y
los desaparecidos le dolían a Latinoamérica. Pero en medio de la desilusión, en
el seno de lo que algunos llamaban ya la generación perdida, apareció una
cinta que el público aplaudió en diversos pasajes, rendidos a las espadas, la
brujería y los códigos de caballería que se combinaban con viajes espaciales,
armas láser y androides.

Aunque Lucas afirme que Star Wars nunca tuvo propósito social o político, lo
cierto es que cayó como un cuento de hadas anacrónico, una afirmación de
valores tradicionales que soplaba como brisa renovadora en medio del cinismo
reinante: Este mundo puede estar frito, pero cabe la posibilidad de que en otro
tiempo la cosa marche mejor. La trama es tan antigua como la humanidad,
pero el envase en que se presentaba resultó por demás atractivo y eficiente. Y
es que hay historias que tienen el potencial de inspirar a una generación, (La

1
Licenciado en Comunicaciones por la Universidad de Lima y Magister en Literatura por la
Pontificia Universidad Católica del Perú. Se desempeña como guionista de televisión y docente
universitario.

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Ilíada y La Odisea operaron los mismos efectos, igual que el ciclo artúrico o las
chansiones), echando mano del impulso y la esperanza vital que proponen los
primeros relatos, cargados de los valores más puros que en el fondo posee el
hombre.

Para García Gual, un mito “es un relato tradicional que refiere la actuación
memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un tiempo
prestigioso y lejano” Esta definición es una de la que más nos gusta, aunque
Mito sea un término abierto, polivalente, complejo en el uso coloquial y muy
discutido, al punto que los mejores expertos (es el caso del notable G.S. Kirk)
renuncian de antemano a una definición.

Lo más importante de los mitos es que viven en la memoria colectiva de cada


sociedad, que sirven de ejemplo a los hombres y explican la relación de estos
con el mundo. En todos los casos estamos ante pasajes reconocibles, escenas
repetidas, imágenes heredadas que al conjugarse brindan un sentido
específico. Nos vinculan directamente con un tiempo, una acción y un entorno,
aunque se trate de la ficción.

En Star Wars conviven las referencias más sublimes y populares. Está


atravesada de las constantes básicas de la épica y permeada por la influencia
de leyendas clásicas, como Jasón el argonauta y El Caballero del Cisne, por
textos esenciales como la Biblia, por creaciones fantásticas como las de Tolkien
y Herbert, sin desatender por lo menos dos clásicos de la literatura de ciencia
ficción como Stapleton y Simak. Si de bucear se trata, encontraremos desde
referencias judío cristianas y guiños celtas hasta un gran homenaje a El Anillo
de los Nibelungos.

Revisemos algunos de los tópicos de las ‘protohistorias’, como denomina Propp


a las tramas elementales, que se pasean por la galaxia muy muy lejana de
Lucas.

La profecía del elegido


Presente en todas las culturas desde antiguo. Star Wars narra el advenimiento
de un “elegido” que llegará para equilibrar la Fuerza: Anakin Skywalker.

La concepción mística
Shmi Skywalker da a luz un hijo engendrado por la propia Fuerza. Igual que la
María de los Evangelios acepta que el destino de su hijo está lejos de ella. Si
bien no ocurre ningún episodio de anunciación, la llegada del maestro Qui Gon
Jinn sirve para explicar el misterioso nacimiento y su propósito.

La seducción del mal


Como el ángel más hermoso que se rebela contra Dios, como Fausto tranza
con Mefistófeles, como los nueve reyes de los hombres ceden a la tentación del
Anillo Único forjado por Saurón, así el padawan Anakin Skywalker abraza el
lado oscuro de la Fuerza y se convierte en Darth Vader con consecuencias
nefastas.

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El Atentado Original que debe ser redimido por el heroísmo juvenil
Luke y Leia, los hijos de Anakin, deben remediar las faltas de quien ahora es
Darth Vader, como Jesucristo libra a los hombres del Pecado Original
perpetrado por Adán y Eva, como las hazañas de Sigfrido tienen un carácter
expiatorio, pues es hijo incestuoso de Sigmundo y Siglinda.

El conflicto entre el Bien y el Mal / Poder y Amor


Planteado como el conflicto por antonomasia, es el desafío ancestral donde
generación tras generación el hombre ha tomado las elecciones equivocadas.
Es el núcleo principal en muchas de las viejas historias y leyendas y tiene
como sucedáneo el dilema entre Amor y Poder. El arquetipo de este conflicto
subyace en el corazón de la saga.

Star Wars es una lucha entre el Poder, simbolizado por la Estrella de la Muerte
y ejemplificado por las acciones del Emperador Palpatine y Darth Vader, y el
Amor, presente a través de las acciones de Obi-Wan Kenobi, Luke, Leia y Han
Solo. Los personajes son bastantes sencillos, casi maniqueos, a excepción de
Lando Calrissian, una alusión bastante obvia a la figura de Judas y al tópico del
traidor, que acomoda su participación convenientemente.

La Fuerza es “la energía que rodea a los seres vivientes. La vida la crea y la
hace crecer –explica el Maestro Yoda– Está en todas partes, en la piedra por
doquier, dentro de ti”, y está asociada al amor, la solidaridad, el
desprendimiento. Pero existe también "el lado oscuro de la Fuerza", que atrae
a los aprendices Jedi hacia el camino del mal: “el temor lleva a la ira, la ira
lleva al odio y el odio lleva al lado oscuro de la Fuerza”. “Que la Fuerza te
acompañe” es la oración de rigor y parece resumir toda la metafísica en
cuestión. La explicación para el éxito y la trascendencia de la frase (“el Señor
esté con ustedes”) no es nada precisa, pero como indica uno de los libros
oficiales que edita Lucasfilms: “Los críticos más eruditos, al margen de
gustarles o no las películas, siempre se han esforzado por encontrarle a la
frase un significado sociológico, filosófico y teológico que se actualiza cada
cierto tiempo”.

El enfrentamiento padre e hijo


Desde que Cronos y Zeus se enfrentaran por los dominios del Olimpo, el
conflicto entre padre e hijo es eterno y es un conflicto en el que el hijo, al
menos durante un tiempo, no sabe que se está enfrentando a su padre.

En El Imperio Contraataca el público presencia perplejo cómo Darth Vader


corta impunemente la mano de Luke para después informarle “Yo soy tu
padre”. Quizá sea el momento más memorable de la historia, anagnórisis pura,
pico dramático, giro inesperado, revelación conflictiva. El héroe está herido
física y emocionalmente, podría morir, la empatía con la audiencia es absoluta.
Según Campbell, en la mitología clásica, el héroe debe ser mutilado para
despojarse de su vanidad y de sus logros. Si sobrevive dará un salto hacia su

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propia madurez. Este salto es representado por Luke arrojándose al vacío de la
Ciudad de las nubes.

En El regreso del Jedi Luke ya es adulto y busca atraer a su padre al lado


luminoso de la Fuerza. La lucha con el padre es más un duelo de palabras que
de sables láser y el joven Jedi alcanza la máxima expresión de un héroe, aquel
que perdona y ya no ataca, (ofrece la otra mejilla) dispuesto a sacrificar su
propia vida para salvar la de otro. Este es el mensaje que subyace en muchas
filosofías y religiones. Así se cumple la gran profecía, Anakin da equilibrio a la
fuerza al acabar con el Emperador y al mismo tiempo es liberado por su hijo de
la perdición del lado oscuro. Como Sigfrido y Wotan luchan en una de las
cuatro óperas de El Anillo de los Nibelungos. Sigfrido parte la lanza de Wotan y
le perdona la vida.

La Espada Mágica / El talismán


Aunque el sable láser de los caballeros Jedi es uno de los elementos distintivos
de la saga, no ha podido desplazar a la Primera Espada del imaginario épico:
Excalibur, regalo de la Dama del Lago al Rey Arturo de Britania y que lo hacía
invencible siempre y cuando conservara la vaina.

El uso del Sable parecería un anacronismo en el contexto futurista de la


historia, pero está conectada a ese espíritu sobrenatural de la Fuerza y gana su
importancia mitológica al ser usada por los caballeros Jedi. Igual que Arturo se
sirve de la espada de su padre Uther Pendragón para coronarse Rey, igual que
Frodo recibe de manos de su tío Bilbo la espada Dardo para enfrentar su
misión, el joven Luke Skywalker usa la espada de su padre Anakin para
consolidar su madurez.

El héroe huérfano y su maestro


Luke Skywalker es criado por sus tíos, cree que sus padres están muertos. Al
quedarse solo, es acogido y entrenado por el viejo Ben Kenobi. Este es uno de
los pasajes rituales en la forja del héroe. Dependiendo de la historia que se
cuente, el maestro puede ser un mago, un enano, una bruja, un viejo sabio.
Arturo de Britania es educado por Merlín el mago. Sigfrido es educado por
Mime, un enano solitario que vive en los bosques. Al final del adiestramiento,
Sigfrido forja su espada y mata al dragón Fafner. Luke continua su formación
con Yoda, un enano solitario que vive en la jungla del planeta Dagobah. Luke
construye su propia espada y libera a sus amigos.

El símbolo de poder / el objeto valor


La estación de batalla Estrella de la Muerte es el gran símbolo de poder. El
Imperio la ha fabricado para consolidar su dominio en la galaxia, los rebeldes
la persiguen para destruirla. El Anillo de los Nibelungos es forjado por Alberich,
después de renegar y maldecir al amor; es un símbolo que denota poder, ya
que está hecho con la esperanza de conquistar el mundo. Algo que resulta
bastante familiar después de la saga de El señor de los anillos: “un anillo para
atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la tierra de Mordor donde se
extienden las sombras”.

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El Dragón malvado
Jabba el Hutt es la criatura encargada de representar en la saga de Star Wars
al personaje maligno que custodia el tesoro o el objeto modal que el héroe
necesita para librar su batalla final. Posee además, otras de las características
propias de los dragones: mantiene prisioneras a mujeres jóvenes o a vírgenes.
Así, Jabba el Hutt guarda en criogenización a Han Solo, el comandante y amigo
que Luke necesita para acabar con la Estrella de la Muerte, y mantiene cautiva
a Leia.

La persecución de la vida eterna


El Lord Sith revela en el Episodio III su poder para afectar las midi-chlorians y
perdurar en el tiempo. Del lado de los buenos, Yoda inicia a Obi Wan también
en la inmortalidad a través de la meditación. Anakin persigue que Padme burle
la muerte. El tópico recuerda referentes como la Fuente de la Eterna Juventud
o el Santo Grial y está íntimamente relacionado con Gilgames, el héroe
legendario de Sumeria, rey de Uruk, que hace esfuerzos sobrehumanos por
atravesar el océano de la muerte en busca de una vida sin fin, con el destino
trágico de no poderlo conseguir. Y este es el caso, por lo menos, del Lord Sith,
que es derrotado por el redimido Anakin Skywalker al final del Episodio VI.

Los mitos en nuestra galaxia

“Star Wars es puro escapismo”, ha dicho George Lucas y alguien ha reclamado


que el puro escapismo es incompatible con el pensamiento mitólogico que
sostiene el relato. Aquí convendría anotar que Lucas solamente cita, no
interpreta, actualiza, ni relee los mitos, sólo apela a ellos, a la identidad
originaria arquetípica. Es evidente el afán de quedar bien con todos y no
ofender a nadie, es obvio que persigue que todos se identifiquen con algún
personaje o tema: los más pequeños con Yoda, R2 o C-3PO, y los más grandes
con la trasformación oscura del elegido.

Balló y Pérez en su libro La semilla inmortal escriben que George Lucas apela a
los relatos ancestrales con gran oportunidad comercial. En cualquier otro caso
habrían usado términos como ‘influencia’ o ‘recreación’, pero sus argumentos
reniegan de la falta de reinterpretación, reniegan de la repetición. La mitología
reducida a un mero repertorio literario no despierta mucha simpatía, sobre
todo si hay una saturación de elementos recreados: el misterio de la
Inmaculada Concepción, el Mesías, los cuentos de hadas, leyendas
fundacionales, etc.

Pero lo que no se puede negar es que estamos ante una épica que se basa en
la tradición cuentística occidental y lo que Lucas ha conseguido es una síntesis
que conecta con el espíritu de los tiempos que corren, una historia altamente
comunicativa. Porque el mundo de hoy, nuestra galaxia muy muy cercana, es
un tiempo en el que todo lo que estaba escrito ya se cumplió: la bomba, el
hombre en el espacio, el nuevo milenio. Es necesario replantear la noción de
presente y seguramente lo haremos otra vez volviendo al pasado, a las

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narraciones que valorizan el sentimiento humano, la nobleza de espíritu y la
solidaridad del grupo. ‘Que la fuerza te acompañe’, ya es una frase hecha, una
metáfora, un lugar común, una fórmula de la ‘buena onda’ que convoca la
‘buena vibra’ y el ‘chévere contigo’, bienvenida y decodificable en cualquier
contexto, comprensible en cualquier idioma moderno.

Lucas suele repetir que sólo quiso hacer una película como los seriales que
proyectaban los cines de su infancia, una de esas películas blancas con las que
padres e hijos se divertían. Tal vez la clave esté allí, en ese punto y nada más.
El marketing viene después.

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