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ANATOMIA del
IMPACTO VIVENCIAL a través de la
PSICOTERAPIA ERICKSONIANA
LA ANATOMIA DEL
IMPACTO EXPERIENCIAL
A TRAVÉS DE LA
PSICOTERAPIA
ERICKSONIANA
VIENDO, HACIENDO, SIENDO
Por Jeffrey K. Zeig, Ph.D.
Traducción
Luis David Guzmán-Moreno, MD, Ph.D.
The Milton H. Erickson Foundation Press
Phoenix, AZ
Derechos reservados 2018
por Jeffrey K. Zeig
Todos los derechos reservados bajo los convenios internacionales y Pan americanos de derecho de
copia. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, ni almacenada en algún sistema de
recuperación, ni trasmitida de ninguna forma por medios electrónicos, mecánicos, de fotocopia,
grabación o cualquier otro, sin permiso escrito previo del autor.
Los nombres y características de identificación han sido cambiados en todo el libro para proteger la
privacidad de los individuos. Cualquier semejanza a alguna persona conocida solo es coincidencia.
Datos de catalogación de la Biblioteca del Congreso
La anatomía del impacto experiencial a través de la psicoterapia
Ericksoniana:
VIENDO, HACIENDO, SIENDO
/Zeig,Jeffrey K.—Primera edición
p. cm,
Incluye referencias bibliográficas
ISBN 978-1-932248-86-9 (pbk : alk paper)
Traducción autorizada por el autor a
Luis David Guzmán-Moreno, M.D., Ph.D.
Publicado originalmente por
LA PRENSA DE LA FUNDACIÓN MILTON H. ERICKSON
2632 East Thomas Rd., Suite 200
Phoenix, AZ 85016
www.zeigtucker.com
Cyn: Te adoro
Soy uno de los muchos con una deuda con Milton H. Erickson M.D., por la
sabiduría y aprendizaje que me ofreció. Y he sido bendecido con estimados
colegas Ericksonianos de los que he aprendido inmensamente, incluyendo a
Stephen Gilligan, Bill O´Hanlon, Jay Haley, Stephen Lankton, Camillo Loriedo,
Cloé Madanes, Ernest Rossi, Bernhard Trenkle, Paul Watzlawick y Michael
Yapko. En este libro, entretejo conceptos que he cosechado de Milton Erickson y
de dichos colegas con mis propios conceptos.
Desde lo más profundo agradezco siempre a mis editores: Marnie McGann
y Suzi Tucker. Marnie: Tu toque cuidadoso y hábil han hecho a los conceptos
que presento en este y otros libros y artículos, más fluidos y entendibles. Suzi;
eres la mejor editora de desarrollo que he encontrado. Tu presencia en mi vida es
una de mis más grandes bendiciones.
El personal de la Fundación Erickson hace mi vida profesional posible.
Gracias a todos los miembros del personal: Rachel Callahan, Chuck Lakin,
Stacey Moore, Leigh McCormick, Marnie McGann, Joshua McLaughlin. Jess
Repanshek, Nate Sorensen y Kayleigh Vaccaro. Joshua: Te agradezco por la
ayuda al compilar las referencias. Chuck: Tus brillantes estrategias de mercado y
tu conocimiento acerca de la producción de libros han demostrado, en repetidas
ocasiones, ser invaluables.
PREFACIO
Entre 1974 y 1976 estuve en la escuela de graduados para obtener mi
Doctorado en psicología clínica. En esa época si uno de los estudiantes de la
facultad me hubiera preguntado acerca de mis aspiraciones profesionales le
hubiera contestado que quería viajar por el mundo y enseñar hipnosis y
psicoterapia. Sin embargo, no esperaba hacerlo tan pronto en la vida, a mis
treintas, pero ese resultó ser el caso. Desde entonces me he tomado miríadas de
oportunidades para dar conferencias a estudiantes en muchos maravillosos
lugares.
Los ímpetus para esas oportunidades principalmente se debieron a haber
sido instruido por Milton Erickson, con quién me encontré cuando yo tenía 26
años. Es imposible imaginar la trayectoria de mi vida si yo no hubiera tenido ese
encuentro. A Erickson le debo mucho de mi felicidad personal y profesional.
Aún hoy, a casi 40 años de su muerte, permanece como parte integral de mi
práctica. También constituye el centro de lo que yo enseño por todo el mundo.
En este libro, presento mi modelo fundamental de enseñanza. Me ha
tomado décadas consolidar mi material, lo cual es afortunado, porque es solo
ahora que me siento con la suficiente confianza en experiencia y sabiduría como
para compartir este modelo.
Tengo la esperanza de que usted disfrute el libro y lo encuentre útil.
Jeffrey K. Zeig, PhD
Phoenix, Arizona.
PREFACIO A LA EDICIÓN EN ESPAÑOL
Jeffrey K. Zeig como legado de Milton H. Erickson, MD.
Es un honor ofrecer al público de habla hispana el tercero en la serie de
libros seminales del maestro Dr. Jeffrey K. Zeig de los cuales me enorgullezco
por haber participado como traductor. Inició la serie con La inducción de la
hipnosis en cuya traducción participó el equipo formidable del eminente
terapeuta de Jalisco Ricardo Figueroa Quiroga, presidente actual del Consejo
Mexicano de Hipnosis Clínica. El segundo texto, Ejercicios psicoaeróbicos, del
que Jeff aceptó mi sugerencia de subtitularlo “Cómo ser un terapeuta de
excelencia”, es una serie de ejercicios destinados a afinar las percepciones del
lector y funciona independientemente de la orientación del terapeuta. Y en
verdad, el resultado de su aplicación es un terapeuta excelente
independientemente de su orientación, ni siquiera tiene que ser un
hipnoterapeuta. Esta metodología la comenzamos a difundir en el Instituto MHE
de San Luis Potosí en México tan pronto pudimos, y es muy efectiva. La verdad,
yo recomiendo comenzar por utilizar este texto antes que los otros dos. Mi punto
de vista es que tienes que ser primero un excelente terapeuta y luego “afinarte”.
Indudablemente la cereza del pastel es el libro que sostienes en tus manos: La
anatomía del impacto experiencial a través de la psicoterapia ericksoniana:
Viendo. Haciendo. Siendo., texto en el que Jeff ofrece la cosecha de sus años de
incansable persecución de la excelencia, y su estudio y aplicación ensanchará los
horizontes para cualquier terapeuta, no sólo para los que usamos hipnosis
ericksoniana, sino para cualquier otra orientación ya que los elementos son
comunes. Este es un texto que pronto será un clásico.
A mitad del libro te encuentras una agradable sorpresa: Jeff categoriza a la
depresión como una construcción social y ofrece una sobria reflexión de cómo
manejarse que nos permite el ahorro de tiempo y de recursos para el terapeuta y
el paciente quedando sólo algunos casos para el manejo medicamentoso.
Hoy, cuando algunos pudieran considerar a la hipnosis ericksoniana como
un cuerpo de conocimiento ya no tan moderno (“ya no vive el maestro”), nos
podemos dar cuenta que este concepto es falso; la hipnosis ericksoniana ha
evolucionado, se transforma día a día. Una de las características más marcadas
del Dr. Milton Erickson, la orientación hacia el futuro, abarcó mucho más que al
período que comprendió su vida física. El legado del gran doctor, su regalo para
el futuro, nuestro hoy, incluye a su alumno más cercano: Jeffrey K. Zeig.
Heurísticas de pensamiento implícito (sugestiones) fueron sembradas en la
mente de Jeff y la estimulación de sus redes neuronales ha sido tal que hasta la
fecha no ha dejado de producir. La hipnosis moderna la representa Jeff. Él
mismo considera que su metodología ha llegado a tal punto de madurez,
experiencia y sabiduría que ya puede ofrecernos su modelo en la manera que
desea; así me lo presentó, además con mucho orgullo, cuando pidió que me
encargara de traducir este libro. Y sé, positivamente, que no va a parar aquí.
Ningún otro como él ha difundido la hipnosis ericksoniana, por obra escrita o
por enseñanza directa. Nadie tampoco ha viajado tanto para eso. Erickson
reinventó sus redes neuronales y nosotros somos los beneficiados.
Las enseñanzas contenidas aquí se pueden aplicar con pocas modificaciones
al campo de la medicina clínica y las diferencias con la psicoterapia las da la
naturaleza algorítmica de la medicina. Podrá encontrar mucho de este enfoque en
mi libro Hipnoterapia: Escritos esenciales en medicina, cirugía y anestesiología
(una versión corta gratuita se puede encontrar en la web).
A finales de los años setenta del pasado siglo comencé a enseñar hipnosis y
de mi primer grupo de profesionales médicos recuerdo que al final del mes de
entrenamiento, un obstetra me abordó y protestó: “Ahora que sé cómo
hipnotizar, ya no puedo hacerlo”. La afirmación fue divertida porque la manera
habitual en que este profesional usaba la hipnosis era la de poner una grabación
que su paciente debía escuchar y en cierto punto él ofrecía sus sugestiones.
Curiosamente le funcionaba, pero el punto es, que conocer los mecanismos
íntimos de la hipnosis lo sobrecargaron y confundieron al punto de hacerlo
inefectivo. No va a ser el caso con la hipnosis a la manera que Jeffrey K. Zeig
propone.
Lector: disfruta la cosecha que Jeff generosamente te ofrece.
Luis David Guzmán-Moreno. MD, PhD.
Neurólogo quirúrgico
Director del Instituto Milton H Erickson de San Luis Potosí, SLP, México
Traductor de Milton H. Erickson
Expresidente y Fundador del Consejo Mexicano de Hipnosis Clínica
Nota de Traducción.
En la versión original de este libro en lengua inglesa, Jeffrey Zeig utiliza de
manera repetida la palabra Realize.
Esta palabra tiene múltiples acepciones que no son utilizadas comúnmente
en la lengua española, ya que en la misma se entiende solamente como realizar,
en el sentido de “llevar a cabo una acción”.
En el texto, la palabra realizar se utiliza con tres acepciones diferentes,
dependiendo del contexto en que se profiere:
1. Realizar: Llevar a cabo una acción.
2. Realizar: Comprender algo de manera clara, en ocasiones de manera
repentina.
3. Realizar: Dar forma a un concepto dentro de sí mismo. Hacerlo propio.
Para facilitar la comprensión por parte del lector, se ha decidido marcar
analógicamente con un asterisco (*) a todas las palabras realizar y sus derivadas
(realización, realizaciones, realizarse, etcétera) siempre que su significado deba
ser entendido en su segunda o en su tercera acepción tal como se establece en
esta nota.
INTRODUCCIÓN
Erickson y sus métodos
Si usted le pidiera a los psicoterapeutas alrededor del mundo que le den los
nombres de los más grandes terapeutas de la historia, es claro que la mayoría
incluiría a Milton Erickson. Entre 1973 y 1980 (año en que murió) tuve la
oportunidad de estudiar con Erickson, lo cual era comparable a aprender
psicoanálisis de Freud o física con Einstein.
Vi a Erickson por primera vez en 1973 en una época en que él era
reconocido por su uso de la hipnosis, pero no era ampliamente conocido en el
campo de la psicoterapia. Para 1973, prácticamente se había retirado. Sin
embargo, los libros que iluminaron su trabajo comenzaron a publicarse en ese
año y el primero de ellos fue Terapia no convencional de Jay Haley (1973). Este
libro posicionó a Erickson como el pionero en la práctica de la terapia breve.
Después muchos profesionales vinieron a Phoenix, Arizona a estudiar con él.
Mis visitas iniciales con Erickson fueron privadas, pero poco después se unieron
otros estudiantes, y el grupo de instrucción se hizo conocido como “los
seminarios didácticos” de Erickson.
Aunque enfermo, Erickson era vivaz y carismático. Su pobre condición
física se debió a que contrajo poliomielitis (conocida comúnmente como polio) a
los 17. Aunque en su juventud fue atlético, la polio le paralizó por un año.
Posteriormente en su vida, tuvo una recaída de la enfermedad (ahora se le
conoce como síndrome post polio) que hizo estragos en su salud general. Sufrió
de deterioro muscular y posteriormente pérdida de coordinación.
El lado derecho de Erickson estaba más afectado que el izquierdo. Si quería
escribir guiaba a veces su mano derecha con la izquierda. Para comer torcía su
torso para llevarse el cubierto a la boca. En la última década de su vida Erickson
estuvo confinado a una silla de ruedas. Cuando le conocí por vez primera, se
dejaba caer de su silla de ruedas al asiento de su consultorio, dándose soporte él
mismo sólo momentáneamente en sus débiles piernas. Sin embargo,
eventualmente ya no podía siquiera hacer eso así que permanecía en la silla de
ruedas.
La visión de Erickson era doble, su audición era pobre y tenía dolor
crónico. Había perdido todos sus dientes y no estaba cómodo con una dentadura
postiza. Era un hombre que había tenido un control de su voz parecido al de un
actor, pero había tenido que reaprender a hablar sin dientes. Erickson también
era daltónico (muy probablemente afligido con daltonismo hacia el rojo y el
verde) y siempre vestía algo púrpura, porque era el color que más apreciaba.
Aunque Erickson fue un genio en sus contribuciones profesionales, lo fue
más en la forma en que llevó su vida. Era el ser humano más impresionante e
inspirador que yo había jamás conocido. En su vida profesional, era un maestro
de la técnica, y como persona era excepcional. Era atento y enfocado, y aunque
siempre estaba soportando el dolor, reía a menudo. Perfumaba sus alrededores
con su sentido de gratitud por estar vivo. Si usted tenía dolor, él tenía más. Si
usted tenía limitaciones, él tenía más; y era feliz.
Inicialmente fui con él para mejorar mis métodos clínicos, pero dentro de
los primeros pocos minutos de conocerle, ser un mejor terapeuta ya no era la
única cosa que me importaba. Me inspiró a ser una mejor persona. Yo quería
estar cerca de él porque sentía que estaba con alguien que había dominado la
vida. Bajo las circunstancias más difíciles, se sobreponía a su propio dolor para
ayudar a otros. Y tenía una forma poco convencional de presentar las ideas.
Mi primera visita a Erickson terminó el 5 de Diciembre de 1973 (Zeig,
1985). En nuestra primera sesión el día anterior, se acomodó en el sillón de su
escritorio, miró al piso y con una voz lenta y bien medida me contó una historia
que tuvo lugar en Nueva Orleans; una ciudad famosa por sus mariscos. Estaba en
un restaurante y cuando le tomaron la orden pidió dos docenas de ostras crudas
en media concha. Luego de terminarse las dos docenas, pidió una tercera,
Cuando se terminó la tercera docena ordenó ¡doce más! Yo no tenía idea alguna
de por qué él me estaba contando esta historia y qué tenía que ver con la
psicoterapia, pero estaba fascinado. Más aún, yo nunca había conocido a alguien
que hubiera comido cuatro docenas de ostras en una sentada. Pero la historia se
puso mejor. Luego de terminarse las 48 ostras, ¡¡ordenó una docena más!! Luego
de ordenar esa docena final, Erickson le dijo al atónito mesero “¿¡Por qué no
habría yo de tener sesenta ostras por mi aniversario sesenta?!” Repentinamente
entendí lo que Erickson me estaba diciendo.
Erickson usaba una manera única de retrasmitir un hecho simple: que el
cinco de Diciembre era su cumpleaños; y él hacía esto empaquetándolo dentro
de una historia. ¿Por qué lo hizo? ¿Me estaba enseñando una manera de ofrecer
ideas, o me estaba orientando a sus métodos estratégicos vivenciales? Quizá
había razones personales para que Erickson me llevase a su aventura del
banquete de ostras. ¿Podría haber contado la historia para su propia diversión?
¿Lo hizo para su propia apreciación estética y para expresar su alegría? Quizá
era una práctica deliberada, como si Erickson estuviera ejercitando su método
anecdótico de mostrar conceptos, un método por el que tenía renombre.
Independientemente de su intención, su efecto en mí fue memorable. Nunca
olvidé el mensaje ni su estilo de presentarlo y desde entonces, le envié ostras en
su cumpleaños.
Hay un principio que Erickson ejemplifica en su historia del banquete de
ostras: Crear experiencias para fomentar realizaciones* memorables. Otros
principios serán delineados a lo largo del libro. Son ideas que han estado
conmigo y que continúan desarrollándose en un sin número de formas.
ACERCA DE ESTE LIBRO
Además de los principios, en este libro usted encontrará un modelo de
terapia breve que puede aplicarse independientemente del modelo preferido de
terapia del profesional. Para ilustrar los principios y las prácticas uso mucho el
problema de la depresión; pero es solamente un ejemplo de cómo los terapeutas
pueden usar este modelo para una amplia variedad de cuestiones psicosociales
que los clientes presentan.
En el capítulo uno, se delinean las bases esenciales de un enfoque
experiencial de la psicoterapia; las cuales están basadas en orientaciones
subyacentes a la hipnosis. El cambio en la terapia se provoca mejor por las
experiencias que la gente vive, no por la información que se recibe. La hipnosis
es, fundamentalmente, un método experiencial, cuyo imperativo es: “al vivir esta
experiencia, usted puede reclamar su habilidad para cambiar o para afrontar las
cosas adecuadamente”. Este libro promueve los métodos vivenciales derivados
de una orientación hipnótica. Los capítulos subsecuentes ofrecen un plan paso a
paso para crear una terapia breve basada en la experiencia.
El capítulo dos ofrece un metamodelo de intervención, basado en cinco
puntos de opción. Es la columna vertebral alrededor de la cual se desarrollan
conceptos en capítulos subsiguientes. El capítulo tres ofrece un método de
deconstruir estados. La deconstrucción (analizar en partes. N del T), puede
fomentar el proceso terapéutico mediante la identificación de metas realizables.
En el capítulo cuatro, se presenta el proceso de mapeo para comprender mejor
los estados problema, estados de solución y los estados del terapeuta.
Una vez que se identifican las metas de la terapia, se puede incrementar la
efectividad personalizándolas a cada cliente , tema que se desarrolla en el
1
capítulo cinco, mismo que incluye enfocar la terapia a través de las lentes del
cliente y hablando el lenguaje experiencial del mismo. El mapeo avanzado se
cubre en el capítulo seis, que provee una perspectiva sistémica más detallada en
el establecimiento de objetivos. Una vez que el clínico tiene una meta y entiende
como ajustarla al individuo, necesitará un método para presentar dicha meta. Los
métodos para presentar la meta a alcanzar son cubiertos en el capítulo siete. El
capítulo ocho discute la combinación de ajuste y envolver para regalo (dorar la
píldora. N del T).
1.
Personalizar el tratamiento al paciente es el tailoring de Zeig. Términos intercambiables usados en
este libro son individualizar, adaptar, ajustar y hasta “cortar a la medida” (N del T).
El capítulo nueve cubre el dramático proceso del cambio y uno de los casos
más creativos de Erickson se presenta en el capítulo diez. El desarrollo del
terapeuta es el tema del capítulo once y el capítulo doce ofrece transcripciones
clínicas que muestran las aplicaciones del modelo.
Este libro es el segundo volumen de una trilogía, cuyas partes pueden leerse
de manera independiente de las demás en esta serie. El primero de ellos es The
Induction of Hypnosis (Zeig 2014), que presenta mi modelo de hipnosis. Muchos
de los ejemplos de este libro desarrollan métodos hipnóticos y pueden hacer
avanzar la práctica de aquellos que usan el trance formal. El tercer libro es
Psychoaerobics (Zeig 2015) que es un método vivencial para el desarrollo del
terapeuta.
CONTENIDO
PREFACIO
PREFACIO A LA EDICIÓN EN ESPAÑOL
Nota de Traducción.
INTRODUCCIÓN
ACERCA DE ESTE LIBRO
CONTENIDO
1. Una terapia de experiencias vividas
2. Un metamodelo de intervención terapéutica
3. Lecciones de la hipnosis— Deconstruyendo los componentes
4. Lecciones de la hipnosis— Estableciendo las metas en la terapia
5. Personalizar1: Evaluación
6. Mapeo avanzado
7. Envolviendo para regalo
8. La cuadrícula de la personalización
9. El proceso de la terapia ericksoniana
10. Terapia para una fobia a volar
11. Ejercicios psicoaeróbicos: Enfoques vivenciales para el desarrollo del clínico
EJERCICIO DE CALENTAMIENTO 3
12. Ejemplos clínicos del enfoque vivencial
Epílogo
Referencias
Sobre el autor
1. Una terapia de experiencias vividas
A una edad relativamente temprana, Milton H. Erickson se consolidó como
un maestro clínico. Al paso del tiempo, agregó cientos de casos únicos a la
literatura clínica; más que nadie en la historia. Freud agregó sólo un puñado.
Freud estaba interesado en por qué la gente es como es; Erickson estaba
interesado en cómo la gente podría cambiar. La orientación de Freud estaba en el
pasado; la orientación de Erickson estaba en el presente y dirigida hacia el
futuro. Individualizaba cada tratamiento e inventaba un nuevo enfoque para cada
situación. Erickson fue un gran modelo profesional para mí y era un
comunicador poco convencional.
Erickson usaba una forma de comunicación que podría ser llamada
evocativa, en contraposición a la comunicación que podría ser llamada
informativa. Es costumbre que los psicoterapeutas den información a la gente.
Por ejemplo, “Fumar es malo para usted, le puede dar cáncer.” O, a menudo,
ofrecen consejo: “Esto es lo que yo pienso que usted debería hacer en sus
relaciones…” Pero, muchos predicamentos humanos no están empoderados por
información o consejo.
Erickson comúnmente ofrecía experiencias a través de historias, metáforas,
juegos, acertijos, tareas e hipnosis. Lo hacía para dar vida a las ideas simples.
He aquí otro ejemplo del abordaje experiencial de Erickson (reportado en
Zeig, 1985 a):
Fumando Pipa
En 1976, cuando todavía estaba yo en la escuela, ya como estudiante
graduado, visité a Erickson. Como parte de mi entrenamiento, yo enseñaba
fundamentos de psicología y veía clientes. En esa época, fumaba pipa. Lo
consideraba un pasatiempo. Tenía yo diferentes pipas, un porta pipas, tabaco
especial, un encendedor de plata y una serie de herramientas para las pipas. Yo
era el arquetipo del psicólogo joven al que yo visionaba como fumador de pipa.
Un día estaba relajándome en el patio trasero de Erickson esperando para
pasar un tiempo con él. Pasó por ahí en su silla de ruedas y me vio fumando mi
pipa. Yo no estaba ahí solicitando ayuda; yo estaba ahí como estudiante. Cuando
llegó el momento de mi clase, comenzó a contarme una historia aparentemente
divertida pero curiosa acerca de un amigo suyo fumador de pipa. Erickson dijo
que su amigo era un tonto, pues no sabía dónde poner la pipa en su boca.
¿Debería ponerla en el centro de su boca? ¿Debería ponerla a un milímetro del
ángulo izquierdo de su boca? ¿Debería ponerla a un milímetro del ángulo
derecho de su boca? ¿Debería mantenerla a la mitad de su boca? Él era un tonto.
Y el amigo era un tonto porque no sabía por dónde o como sacar el humo.
¿Debería soplar hacia arriba? ¿Debería soplar hacia abajo? ¿Debería soplar de
manera difusa o debería soplar en un chorro dirigido? Era un tonto.
Y su amigo era un tonto porque no sabía cómo agarrar la pipa, ¿Debería
usar sus dedos pulgar e índice? ¿Debería usar más dedos? ¿O debería agarrar
fuertemente la cazoleta con todos sus cinco dedos? Era un tonto.
Mientras Erickson contaba la historia yo estaba pensando, “¿Por qué me
está contando esto? He estado fumando pipa un buen rato y no soy tonto.”
Erickson continuó: Y el amigo era un tonto porque no sabía cómo encender
la pipa. ¿Debería usar un cerillo de papel, de madera o un encendedor? ¿Debería
la flama ser puesta hacia la parte posterior de la cazoleta o hacia el frente?
¿Debería la flama tocar el tabaco o asomarse apenas sobre el tabaco? Era un
tonto.
Y el amigo era un tonto porque no sabía dónde dejar la pipa. ¿Debería
colocarla sobre la mesa? ¿Debería ponerla sobre una silla? ¿Debería ponerla en
un estante? ¿Debería seguir sosteniéndola en la mano? Era un tonto.
Este monólogo pareció continuar por una hora. Ya que ahora estoy tan
familiarizado con el trabajo de Erickson, él debió haber terminado la historia
cuando yo sutilmente indiqué que “capté” el mensaje. ( Pude haber asentido con
la cabeza o haber cambiado mi postura).
Días después, estaba manejando a casa hacia el área de la Bahía en el norte
de California. Más o menos a la mitad del camino entre Phoenix y San
Francisco, me paré ante una luz roja y, en ese momento, silenciosamente me dije
a mí mismo, “Ya no quiero fumar pipa. Nunca quiero volver a fumar pipa.” No
hubo síndrome de abstinencia, no hubo incomodidad. Sólo hubo una decisión—
y fue mi decisión. Sólo hubo un logro y fue mi logro.
Erickson había cambiado el trasfondo emocional de mi hábito de
tabaquismo. Yo estaba a finales de mis veintes y era un joven profesional. Lo
último que yo quería era parecer tonto. Mi inconsciente había tomado sus
palabras: “pipa—tonto; pipa—tonto.”
En un sentido, Erickson usó mi mente consciente contra mi inconsciente
porque después de escuchar su historia del amigo tonto, cada que yo pensaba en
tomar mi pipa, no me sentía cómodo sosteniéndola. No estaba seguro de dónde
colocarla en mi boca, cómo encenderla, o cómo debía sacar el humo. Me hice
tan autoconsciente que fumar pipa ya no fue divertido.
Erickson no se dirigió al problema de fumar en pipa per se; solo alteró los
componentes. Y este es un principio ericksoniano básico e importante: No se
dirija a la categoría, diríjase al componente. Un principio relacionado es: cree los
puntos, no los conecte. Es más apremiante si el cliente “conecta los puntos” a su
propio antojo. Cuando Erickson me ofreció intencionalmente un nuevo trasfondo
emocional (“tonto”), yo conecté los puntos.
Quizá usted jugó a “conectar los puntos” de niño. Cuando yo era niño,
acostumbraba colorear los libros de iluminar que tenían páginas de puntos
numerados, los cuales, cuando se conectaban, formaban una imagen. Pero yo
nunca podría determinar la imagen en la página a menos que conectara los
puntos. Cuando lo hacía, surgía repentinamente una gestalt que me encantaba.
Así que, si un cliente se queja diciendo “Estoy procrastinando,” y el clínico
quiere ayudarle, es mejor no dirigirse a la categoría. La procrastinación no es
una cosa; la forman componentes que, de hecho, son procesos. Y más que
interpretar el significado subyacente, un clínico puede ser capaz de alterar
sutilmente el trasfondo emocional.
A menudo cuando los clientes hablan acerca de un problema creen que su
problema es una sola entidad. Tratar un proceso complejo como si fuera una una
entidad puede ayudar a la gente a comunicarse efectivamente, pero podría
también impedir el cambio. Si Erickson hubiera creído que mi tabaquismo fuera
una entidad, y la hubiera tratado como tal, el resultado hubiese sido diferente. En
lugar de ello me orientó a volverme manifiestamente consciente de los
componentes del fumar; la categoría cambió suavemente y me convertí en no
fumador.
Erickson nunca inquirió si yo continuaba fumando. En lugar de eso me
ofreció la oportunidad de entender mi comportamiento contra un nuevo
trasfondo emocional. Ya que yo era astuto usé la oportunidad y fue exitosa. Dejé
de fumar… y fue mi elección.
Tengo un nombre para el método que Erickson usó para ayudarme a dejar
de fumar. Lo llamo “el principio de Farrah Fawcett.” Farrah Fawcett fue una
bella actriz americana que se volvió un símbolo sexual en los setentas. Los
universitarios colmaban las paredes de sus dormitorios con un famoso poster de
ella en traje de baño rojo. Alrededor de esa época yo estaba almorzando con
colegas del hospital donde trabajaba. En la mesa había una popular revista con
una portada reveladora de esta actriz. Uno de los asistentes al almuerzo miró la
fotografía y bromeó. “Sus tobillos son muy gordos.” Otro colega miró la portada
y dijo, “Sus pantorrillas no son de la forma adecuada.” Otro agregó, “Sus
caderas son demasiado grandes para su cintura.” Otro: “Sus senos son muy
pequeños.” Otro: “Sus ojos no están bien.” Para cuando terminó el almuerzo, yo
ya no pensaba que Farrah Fawcett fuera atractiva.
Los componentes crearon sinergísticamente la entidad. Por tanto, si usted
divide una entidad en sus componentes, puede perder la integridad—y puede
destruir la Gestalt; y eso fue lo que Erickson hizo con mi fumar en pipa. Una
sobreexaminación puede desestabilizar un estado cristalizado. Eso es por lo que
yo a menudo pido a los pacientes que experimentan dolor que describan detalles
de su incomodidad, después de lo cual ellos reportan comúnmente una reducción
de su sufrimiento.
Pero debido al principio de John Travolta, el principio de Farrah Fawcett no
es infalible y he aquí un ejemplo.
Más o menos por la misma época en que Farrah Fawcett saltó a la fama,
también lo hizo el atractivo actor americano John Travolta. Un día, yo estaba
almorzando con mi asistente y ocurrió que John Travolta estaba comiendo en el
mismo restaurante. Mi asistente estaba obviamente enamorada y le miraba
insistentemente de tal manera que ya no podíamos continuar trabajando. Su
cuello estaba tan torcido en su dirección que parecía haber desarrollado
tortícolis. Para romper su foco, le explique el principio de Farrah Fawcet.
Después de lo cual ella firmemente dijo, “Eso no funciona para John Travolta.”
(Así, el principio de John Travolta: Cuando se sobre examinan, ¡algunas cosas
son inmunes a perder su integridad!)
Sobre el examen de los componentes de un problema, esa es una heurística;
una suposición simplificadora que es a menudo, pero no siempre, efectiva. Y es
sólo una manera de desestabilizar un problema. Pero el clínico primero debería
crear un mapa del problema y /o solución. En capítulos posteriores se discutirá la
creación de mapas y su uso para decidir las metas del tratamiento. Ahora, vamos
a examinar más a fondo orientaciones comunes a problemas psicológicos.
Una orientación a los problemas
Cuando un cliente llega a la terapia con un problema, una posibilidad de
tratamiento es la de buscar las causas históricas subyacentes. Aunque tal
investigación puede no facilitar el cambio con muchos problemas psicosociales,
la gente instintivamente cree que encontrar la causa del problema ayudará a
resolverlo.
En algunos campos, saber la causa es necesario. En medicina, por ejemplo,
si la queja es una infección, el médico debe saber la causa— el patógeno
específico— para prescribir el tratamiento adecuado. El mundo mecánico es
similar. Si la potencia de una maquina es inadecuada, es imperativo descubrir la
causa para remediar el problema.
Hay una compulsión en nuestra sociedad a encontrar una causa y asignar
una culpa. La gente a menudo culpa a otros, el problema es atribuírselo a alguien
o a algo más.
Pero para ser efectivo en el mundo social y el de la psicología, buscar una
causa y distribuir la culpa es a menudo innecesario. De hecho, encontrar la causa
de un problema social usualmente no conduce a una solución. Cuando las
parejas casadas vienen a terapia, a menudo se culpan uno a otro. Y aún si uno de
ellos está en lo cierto, uso un dicho trillado: “Usted puede o estar bien o puede
estar casado.” Buscar la causa en psicoterapia no siempre es inefectivo. Algunas
veces la comprensión histórica puede ser de valor estratégico para elicitar el
cambio. Por ejemplo, un adolescente podría comenzar a fumar porque sus padres
vigilan la salud, y esto podría ser un acto de desafío y una manera de crear una
nueva identidad. En este caso, el terapeuta podría ayudar a identificar la “causa”
y empujar al adolescente a descubrir pasatiempos positivos totalmente diferentes
de los de los padres y que podrían también ofrecer una nueva identidad. Por
ejemplo, el terapeuta podría ver si el adolescente tiene interés en unirse a una
banda, hacer teatro, crear arte, cuidar animales, cocinar, etcétera.
Los problemas pueden ser examinados desde múltiples perspectivas; y
descubrir la causa “real” de muchos problemas psicosociales podría no ser
posible. Un problema podría ser atribuido a la genética, al trauma, a las
circunstancias, a una mala crianza infantil, o a una combinación de estos factores
o de algunos otros. Y un problema podría ser visto como existente sólo dentro de
un cliente o también podría tener un aspecto relacional. Por ejemplo, el problema
podría existir en un miembro de una pareja, entre los dos miembros de la pareja,
entre un cliente y toda la familia, o en la manera en que la familia interactúa con
una organización, o en la manera en que la familia interactúa con una
organización o en la manera en la que la familia interactúa con la cultura. Así, un
problema puede ser visto como algo que reside dentro, entre o en medio (SIC)
—y todas esas perspectivas son, en alguna medida, relevantes; y todas pueden
ser usadas para facilitar el cambio.
Pero más que buscar una causa para remediar un problema, otra opción es
la de dirigirse a los componentes de ese problema. Como vimos con la manera
en que Erickson trató mi tabaquismo, un problema está hecho de componentes.
Usando los componentes, puede crearse un mapa del problema o de la solución;
y alterar los componentes de un problema puede ser sistemáticamente
significativo.
Los terapeutas pueden buscar soluciones desde muchas perspectivas
diferentes. Y la manera en la que un terapeuta ve el problema determina el
enfoque del tratamiento.
El enfoque experiencial
Una orientación fundamental de este libro es la de que el cliente sufre por
estar atrapado dentro de estados mal adaptativos, y que la terapia funciona mejor
cuando es vivencial. Las experiencias alteran las emociones y el estado de uno
de una forma en la que la información no lo hace. Si usted quiere que alguien
entre en un estado de buen humor, cree una experiencia evocativa; quizá
contando un chiste.
Considérese otro estado: ser responsable. Los padres a menudo quieren
ayudar a sus niños o adolescentes a volverse responsables. Podrían decir a sus
niños que sean más responsables, y algunas veces ofrecen una explicación: “Los
niños responsables consiguen mejores calificaciones. Mejores calificaciones
significa que entras a una buena universidad y que obtienes una buena vida. Eso
explica por qué deberías ser responsable.” Ahora, ¿El adolescente actúa
responsablemente porque se le ofreció información sobre las buenas
calificaciones o las buenas universidades? Muy probablemente no. Pero ¿qué
hacen la mayoría de los padres? Ofrecen consejo e información, y hacen esto de
manera repetitiva aun cuando a menudo quedan decepcionados con los
resultados. La información y el consejo pueden ser usados cuando se sugiere una
tarea simple, pero para elicitar un estado, uno debe crear una vivencia
transformativa.
La mayoría de los niños ya saben que existe la responsabilidad y que se
considera una virtud, un rasgo deseable. Pero diversos factores del desarrollo y
psicosociales pueden obstruir el camino hacia actuar responsablemente. Algunas
veces el protestar facilita la formación de la identidad. Los adolescentes luchan
por crear identidad y, a menudo hacen esto protestando o rebelándose contra las
ideas y las creencias de los padres.
Así que el terapeuta puede ayudar a lograr el acceso al estado deseado, en
este caso, la responsabilidad. Para hacer esto, puede considerar cinco posiciones
de crecimiento y cambio.
Posición 1: la idea. ¿Tiene el adolescente la idea de la responsabilidad? Si
no, esta puede ser enseñada.
Posición 2: realización* del concepto: “Puedo ser responsable,” lo cual es
una internalización de la habilidad. Pero, ¿cómo hacen los adolescentes la
transición de la idea a la realización* conceptual? Debe haber una Experiencia
Evocadora Significativa (EES) que elicite el concepto. Quizá el adolescente
podría cuidar a una mascota. Quizá podría inscribirse a una clase de gimnasia o
enamorarse de alguien y darse cuenta de que, para fomentar la realización* es
mejor ser responsable.
Las ideas son diferentes a los conceptos. Las experiencias empujan la idea
de responsabilidad dentro del concepto de la responsabilidad: “Puedo ser
responsable.”
Posición 3: decisión. Una orientación que representa otro paso en el proceso
de internalización es: “Voy a ser responsable.” Una vez que el adolescente capta
el concepto “Puedo ser responsable” otra experiencia evocativa puede llevar a la
realización* de: “Seré responsable.”
Y esto puede conducir a la Posición 4: “¡Ajá! Estoy siendo responsable,” la
cual es estimulada a entrar en el juego mediante otra EES transformativa. Ese
momento puede ser considerado como una experiencia de referencia, la cual
representa un estado más consolidado. Una experiencia de referencia puede ser
transformativa, lo que no quiere decir que no se necesitará más de una.
Finalmente, la posición 5 es la identidad: “Soy una persona responsable.”
Por supuesto, la meta es una nueva identidad. Las experiencias de referencia se
incorporan para formar una identidad. Por ejemplo, las relaciones y los logros
satisfactorios pueden conducir a la identidad de: “Soy listo,” o “Soy un buen
maestro,” o “Estoy casado.” Pero las experiencias de referencia también pueden
crear identidades inefectivas, esto es, “No soy suficientemente bueno” o “No soy
atractivo.” Las identidades mal adaptadas pueden ser creadas por experiencias
evocativas negativas.
Ya que asumimos identidades que no son necesariamente efectivas, los
terapeutas necesitan tener formas de promover identidades constructivas, y eso
debería hacerse de una manera evocativa. La identidad no cambia usando la
lógica; un cambio de identidad requiere de un momento evocativo.
Fomentar una identidad adaptativa puede ser la meta central en la terapia.
Algunas personas pueden tener que pasar de la idea al concepto, a la decisión, al
estado, y finalmente a la identidad. Pero algunas veces una identidad se puede
materializar a partir de una experiencia evocativa significativa. He aquí un
ejemplo:
Estaba yo conduciendo una clase para terapeutas experimentados y en ella
ofrecí una demostración clínica. El psicólogo que era el sujeto discutiendo el
problema respecto a su consumo de alcohol, hablaba evasivamente acerca de su
meta: “Quizá yo debería beber sólo un vaso de vino.” “O quizá dos estaría bien.”
“Quizá no debería beber nada de vino.” “Quizá no debería beber alcohol en lo
absoluto.” No estábamos haciendo ningún progreso debido a su ataque de
“quizás.” Así que utilicé un principio ericksoniano orientador: Busque una
solución interactiva, una solución que involucre a otros. En este caso me usé a
mí mismo. Dije: “Voy a hacer un acuerdo con usted. No comeré ningún postre
por un año, ¿Con qué se comprometerá usted?” Reconociendo que la
responsabilidad social puede tener un impacto, hice esa declaración para crear
responsabilidad para ambos. Nos comprometimos los dos a una acción
constructiva. Yo era el experto que ofrecía una demostración. Alguien tenía que
cambiar y si no iba a ser el cliente, iba a ser el terapeuta. Pero también hay una
historia detrás:
La mañana anterior a la sesión, mientras yo hacía ejercicio, estaba
escuchando la conferencia de un experto en dietas. Advertía: “No coma azúcar.”
Y pensé “OK. Está bien. Está bien.” Pero yo no tenía la intención de cambiar mi
dieta. No “capté” la idea.
Sin embargo, sin que yo lo supiera, algo se estaba cuajando en una
realización* conceptual transformativa. La siguiente mañana, algo totalmente
inesperado sucedió: mi identidad cambió y me convertí en alguien que no
ansiaba el postre. Eso era sorprendente. Cuando ofrecí la intervención el día
anterior, pensé que sólo usaría el poder de la voluntad y seguiría adelante con mi
compromiso. Pero instantáneamente, cambié mi identidad. Por un año no toqué
el postre. Y todavía hoy, no le doy más que una o dos mordidas al postre. Yo no
sabía que mi identidad cambiaría. Pensé que lograría no comer postre siendo
firme. Pero la experiencia de ese momento en la demostración, suavemente me
transportó a ser una persona diferente: alguien que no quería postre. Cómo
personalmente encontré, no es necesario llevar secuencialmente todos los cinco
pasos para que emerja una nueva identidad, sea positiva o negativa. A veces
podemos saltarnos los pasos y una nueva identidad se formará instantáneamente.
Pero en todos los casos, las identidades se realizan* vivencialmente; y esto no se
logra debido a dar información.
Saber y Realizar*
Asimilar hechos y realizar* conceptos adaptativos requiere de diferentes
procesos. Cuando un cliente viene a terapia, el terapeuta debe valorar lo que el
cliente, de hecho, sabe acerca de su problema y lo que conceptualmente
entiende. Las personas saben ser amables en sus relaciones, saben cómo
desarrollar hábitos saludables y saben cómo actuar responsablemente en el
trabajo o en la escuela. Si un empleado no está motivado o una pareja no está
conectada, puede que sepan qué hacer para mejorar, pero ¿se dan cuenta de lo
que saben y lo ponen en práctica?
La respuesta a la siguiente pregunta es imperativa para la resolución de
muchos predicamentos humanos: ¿Cuál es el puente entre el saber y el realizar*?
La respuesta de Erickson a esta pregunta es que las experiencias vividas crean
dicho puente.
Pero hay una ambigüedad inherente en el abordaje experiencial. Las
experiencias, así como las metáforas, pueden ser ambiguas. Una persona que
está experimentando algo utiliza la interpretación, mientras que con información
dada ésta no se necesita, ya que los hechos tienden a ser concretos.
Considere la historia del banquete de ostras. Erickson me pudo haber dicho
simplemente que el 5 de diciembre era su cumpleaños. En lugar de eso me orilló
a entender algo básico sobre su enfoque: Que él era predominantemente
experiencial. Empacar un mensaje en una historia era un fundamento de su
enfoque experiencial. Tuvo el efecto de hacer el mensaje implícito más vivido y
memorable. Su enfoque evocaba significado porque él no informaba de manera
directa. En la historia inesperada acerca de comer ostras, yo tuve que asumir un
papel activo para descubrir su significado.
Otro principio que era prominente en su terapia era que él orientaba más
que informar o aconsejar. Por ejemplo, no me dijo: “Deje de fumar.” En lugar de
eso, me contó la historia acerca de su amigo fumador de pipa, lo que condujo a
un momento vivencial que me orientó hacia la realización*.
Ser Experiencial
Quizá es una hipérbole, pero no creo que sea exagerado decir que Erickson
era 100 por ciento experiencial en su terapia. También era su manera de ser en el
mundo y de enseñar. Cuando fui su estudiante, él era consistentemente
experiencial. Y su orientación experiencial se derivaba de la hipnosis.
Erickson era un experto en hipnosis, y la hipnosis es en su núcleo, un
método experiencial. Usted no usa hipnosis para ofrecer información. Usted no
usa hipnosis para dar consejo. Usted no usa hipnosis para hacer comentarios
acerca de la historia o de los procesos de alguien. Usted usa la hipnosis para que
el cliente tenga una realización* que lo empodere; para que sean capaces de una
transición a un estado adaptativo. Si los terapeutas se basan en la orientación
experiencial central a la hipnosis, se vuelve natural para ellos ser experienciales
en la terapia. Pueden ofrecer una inducción hipnótica formal, que es
fundamentalmente experiencial. Pero si no es así, todavía podrían trabajar
experiencialmente usando un proceso que Erickson llamaba “trance naturalista.”
Actualmente, estoy escribiendo la biografía de Erickson. He entrevistado a
docenas de personas para el proyecto, incluyendo a tres de sus hermanas, a todos
sus ocho hijos y algunas de sus esposas, así como a unos pocos nietos que le
conocieron. Hablar con la familia de Erickson y con los colegas que le
conocieron ha consolidado mi entendimiento de que Erickson era también
consistentemente experiencial en las situaciones interpersonales— con familia,
amigos, colegas y estudiantes (aunque era didáctico en sus escritos). Cuando
comencé a hacer terapia yo no era así en mi enfoque; pero conforme maduré
como clínico me volví más experiencial.
Hay formas de hacer de la terapia una experiencia para los clientes, y un
buen comienzo es la orientación del terapeuta al entorno clínico. El consultorio
de terapia puede pensarse como un escenario en el cual el terapeuta puede actuar
un drama de cambio. Los terapeutas pueden tener un plan estratégico para
comunicarse con clientes que, por vivir la experiencia terapéutica ofrecida,
pueden ser más adaptables en la vida.
Los métodos experienciales de este libro se derivan de una orientación
hipnótica. Aprender hipnosis puede ser valioso para todos los terapeutas, incluso
si nunca la aplican en la práctica, porque cuando la meta es la realización*
conceptual, los métodos vivenciales pueden promover el cambio. (Para leer más
vea The Induction of Hypnosis, Zeig 2014.)
Estudiar hipnosis tuvo un efecto positivo en mi habilidad como
comunicador. Me enseñó a usar estratégicamente más canales de comunicación.
Antes de aprender hipnosis, fui entrenado en los métodos tradicionales de
terapia: “De mis labios a sus oídos; de sus labios a mis oídos.” El terapeuta le
habla al cliente y viceversa. Tales métodos de terapia podrían ser aplicados
simplemente leyendo una trascripción, ya que las técnicas tradicionales están
alojadas en la comunicación verbal. Sin embargo, Erickson exploró el uso de
muchos canales de comunicación; él no se restringía a las palabras.
Considero a la pintura como una metáfora de la terapia. Las herramientas
del pintor son los pinceles, la paleta de colores y una superficie en la que se
aplica la pintura. Los pintores exploran como esas herramientas pueden ser
usadas para crear algo único e inspirador.
El entrenamiento en hipnosis orilla a los terapeutas a usar las posibilidades
de ese medio— a usar su “paleta de colores”— para ventaja terapéutica. Los
muchos colores que tienen los terapeutas a su disposición incluyen los gestos, la
postura, la proximidad física, el ritmo, tono, la dirección de la voz, etc. Uno de
los discursos que subyace a todos los escritos de Erickson es el uso estratégico
de esos elementos.
Los artistas exploran las posibilidades de su medio, pero su expresión está
confinada dentro de las limitaciones de este. Los pintores normalmente tienen
pintura y lona, los poetas tienen palabras y papel, los coreógrafos tienen
bailarines y un escenario y los dramaturgos tienen historias y actores. Con tales
parámetros, los artistas se esfuerzan para llevar la realización expresiva a nuevos
reinos; su arte está diseñado para elicitar realizaciones* conceptuales.
He aquí un ejemplo de la exploración de Erickson de su “paleta”. En una
inducción neutral con un paciente predispuesto a la cinetosis exploró el sitio de
la voz como una clave capaz elicitar una respuesta fisiológica (Erickson, 1973.)
Con los ojos del paciente cerrados, Erickson simuló la forma en la que alguien
en un bote experimentaría el sonido. Hizo esto moviéndose a fin de cambiar la
ubicación de su voz. Para sorpresa del paciente, se provocó cinetosis. Y Erickson
hizo esto en una época en la que el concepto de interacciones mente / cuerpo
todavía no era popular.
Erickson enseñó cómo un terapeuta puede usar toda su paleta para ayudar a
la gente a empoderarse por sí mismos para ayudarles a realizar* estados
adaptativos y más flexibles. Otro principio ericksoniano es: Comprenda el medio
de comunicación y use su potencial.
Para resumir, en este capítulo se discutieron los siguientes seis principios:
1. Cree experiencias para crear realizaciones*.
El capítulo dos explora un metamodelo de intervención que sirve como
marco de referencia alrededor del cual se organiza este libro.
2. Un metamodelo de intervención terapéutica
Muchos pioneros de la psicoterapia comenzaron por crear modelos de la
personalidad. Para Freud y sus seguidores, una teoría explícita de la personalidad
sirvió como el punto inicial del que se derivarían las intervenciones.
El interés de Freud en la psicología humana fue fundamental. Allanó el
camino al campo de la psicoterapia y fomentó una nueva tendencia histórica: la
gente se interesó en explorar y cambiar los asuntos de la mente. Freud se enfocó
en por qué la gente es de la manera en que es e hizo un admirable trabajo al
explorar esto. Pero, nadie puede asegurar completamente porqué la gente se
comporta de ciertas maneras, ya que los factores formativos son demasiado
complejos como para ser encapsulados por cualquier teoría.
En términos de alcance, la teoría de la personalidad de Freud fue masiva en
comparación a su teoría de la intervención, que estaba basada en la libre
asociación, la interpretación y la clarificación. En contradicción, Milton
Erickson exploró una miríada de métodos para promover el cambio sin una
teoría explicita de la personalidad. Erickson tampoco tuvo una teoría explícita de
la intervención, era ateórico. Con flexibilidad inventaba un nuevo abordaje para
cada cliente.
En este capítulo, intento consolidar el enfoque práctico de Erickson en un
modelo estructurado—un metamodelo - de intervención. Este modelo es un
marco de referencia que puede hacer que se entienda cómo hacer terapia breve
aplicando aspectos del abordaje de Erickson.
A manera de introducción, el metamodelo de intervención se basa en cinco
puntos de opción. Cada punto de opción gira alrededor de una cuestión central.
Los puntos de opción son interactivos ya que se influyen mutuamente.
Establecer objetivos
El primer punto de opción a considerar es el objetivo, pero no es
necesariamente el punto inicial de la psicoterapia. El establecimiento de metas
será delineado aquí y desarrollado con detalle en los siguientes tres capítulos.
La cuestión fundamental para este punto de elección es: “Como clínico
¿Qué debería yo comunicar?” Los terapeutas necesitan entender
estratégicamente qué quieren que sus clientes obtengan. En cada sesión clínica
hay múltiples maneras de formular un objetivo. En otros campos, la formulación
de objetivos puede ser muy simple. Por ejemplo, en medicina, si el paciente tiene
una infección bacteriana, el médico prescribiría un antibiótico. Si el paciente va
con otros médicos, muy probablemente prescribirán también un antibiótico.
Pero, la psicoterapia difiere de la naturaleza algorítmica de la medicina y de los
árboles de decisión que comprenden los estándares médicos de cuidado.
En psicoterapia, si el cliente se queja diciendo “No estoy motivado,”
diferentes clínicos podrían tener objetivos diferentes. Un terapeuta podría decir,
“Vamos a trabajar en cambiar su pensamiento.” Otro podría ofrecer, “Vamos a
comenzar por cambiar su comportamiento.” Un tercero podría proponer, “Vamos
a comenzar por cambiar su actitud.” Otro podría sugerir, “Vamos a explorar sus
relaciones interpersonales para ver cómo esto se relaciona con su problema”
Otro podría decir, “Vamos a examinar su historia para ver porqué usted se siente
sin motivación.” Y todavía otro, “Vamos a comenzar por hacer que la parte de
usted que está motivada dialogue con la parte que no está motivada.”
La terapia está conducida por procesos heurísticos, no por objetivo
universales. En la terapia, el objetivo es a veces definido por el modelo existente
del terapeuta. Diferentes escuelas de psicoterapia se dirigen a objetivos
diferentes. En la terapia cognitivo-conductual, los objetivos difieren de aquellos
estructurados en la terapia familiar y de aquellos en la terapia gestáltica. Es más,
los terapeutas no tienen que aceptar la definición del cliente acerca del problema.
En su lugar pueden negociar objetivos, y esto puede constituir un proceso
terapéutico valioso.
La siguiente es una lista de orientaciones que puede dar cuenta de los
objetivos en la terapia ericksoniana:
1. Promover el cambio experiencial.
1. Ser positivo; enfocarse en las fortalezas y habilidades que crean una adaptación constructiva.
1. Comprender que el cambio sucede en las situaciones de vida del cliente y no sólo en el consultorio.
2. Hipnosis
3. Sugestión indirecta
4. Directrices / Tareas
6. Prescripción de síntomas
8. Ordalía
9. Desplazamiento
13. Confusión
14. Metáforas
15. Símbolos
16. Anécdotas
17. Escultura
Para reportar la experiencia del trance, algunas personas necesitan
experimentar cinco elementos: 1) un foco interno; 2) una alteración en la
intensidad; 3) disociación; 4) un cambio en la capacidad de repuesta; y 5) un
marcador contextual. Nunca sé cuándo un cliente va a decir; “Estoy en trance,”
ni qué va a necesitar para llegar a esa conclusión. Por lo tanto comúnmente
comienzo por poner todos los cinco elementos (o juguetes) en el “escenario”
psicosocial del cliente, y eventualmente yo aprendo los criterios del cliente
haciendo que el trance sea una conversación. Para elicitar la hipnosis el clínico
puede orientar al cliente a los elementos constituyentes. Para promover el
cambio, el terapeuta puede hacer lo mismo con los problemas del cliente o su
solución.
Ahora, la hipnosis no es una cosa; sino una manera en la que las cosas
suceden. Es una compilación de componentes que cambian con el tiempo. La
hipnosis es un síndrome, de la misma manera en la que algunas enfermedades
son síndromes. Por ejemplo, aunque la enfermedad de Meniere es un desorden
físico, lo que técnicamente le hace una enfermedad, es una condición
caracterizada por una serie de síntomas, llamados tinitus, perdida de la audición
e inestabilidad. Hace algunos pocos años, el síndrome de fatiga crónica fue
definido como una enfermedad, pero ya que se caracteriza por una serie de
síntomas, todavía es ampliamente conocida como un síndrome. La hipnosis es
un síndrome porque es una amalgamación contextual psicosocial. Hay tres
elementos intrapsíquicos en la hipnosis: 1) una alteración en la atención, 2)
modificaciones en la intensidad, y 3) la elicitación de la disociación. El elemento
psicosocial es la respuesta del clínico a la implicación. El elemento contextual es
la definición explícita o implícita de la situación. De igual manera, nunca sé lo
que un cliente puede necesitar para informar que es responsable, que se siente
motivado, feliz, curioso, o efectivo en las relaciones.
De aquí que busco los componentes para elicitar esos estados. No los
abordo como una sola entidad. En lugar de eso, entiendo los componentes de
cada estado y me dirijo a los componentes. “Mapeo” los componentes del
problema del cliente y al hacerlo inevitablemente se crea un mapa de los
componentes de la solución.
Es un error epistemológico pensar en la hipnosis o en los problemas
psicosociales solamente como entidades más que como una amalgama
sinergística de componentes que cambian con el tiempo. Y cuando un terapeuta
entiende los elementos de la hipnosis o del problema, es más fácil diseñar una
inducción a la medida. Un proceso similar de deconstrucción puede ser usado
cuando se establecen las metas en la terapia, lo cual se discute en el capítulo
cuatro.
4. Lecciones de la hipnosis— Estableciendo las metas en la terapia
La práctica de la hipnosis estimula al profesionista a entender los estados.
Aún una inducción neutra puede tener un efecto paliativo. Le demuestra al
cliente que puede cambiar sus estados. En este capítulo, nos basaremos en
nuestro modelo de hipnosis para ampliar la comprensión del clínico para
establecer objetivos en la terapia mediante la comprensión de los problemas
como estados que se pueden dividir en componentes.
Alterar los estados puede incluso servir como objetivo al enseñar. He aquí
un ejemplo. Cuando visité a Erickson en los setentas, me quedé en su casa de
huéspedes. Había ahí, en el piso del closet, una caja con viejas grabaciones en
carrete de sus conferencias y le pregunté si yo podía escucharlas y transferirlas a
casetes. Luego, comenté que sus conferencias eran más como inducciones
hipnóticas que instrucción a profesionales. Me explicó, “Nunca escucho esas
conferencias. Usualmente no enseño contenido, enseño para motivar.” (Zeig,
1985 p 6.)
En esa época yo era un estudiante graduado y el foco de mi educación era el
de absorber y regurgitar hechos. Era difícil imaginar que la meta de una
conferencia podría ser la de elicitar un estado. Me tomó mucho esfuerzo digerir
ese concepto.
Un principio fundamental (N° 15) de la elicitación de estados tales como la
hipnosis, es comprender a los componentes y estimularlos a ponerse en juego.
Pensemos en los problemas de la gente desde la perspectiva de un “modelo de
estados.” Si el problema es que el cliente está en un estado maladaptativo— uno
que le es inefectivo al cliente, y a otros—entonces el trabajo del clínico es el de
ayudar al cliente a lograr acceder a un estado adaptativo, lo cual se puede hacer
elicitando los componentes. La hipnosis puede ser considerada como una
construcción de conveniencia; una forma de etiquetar una gestalt. También se
puede considerar un estado. La hipnosis y otros estados son mejor elicitados
usando un proceso heurístico. Pero, comúnmente se utilizan protocolos que
convierten a la hipnosis en un algoritmo.
Heurísticas y algoritmos
Hay una diferencia entre algoritmos y heurísticas. Los algoritmos son una
serie de reglas para resolver problemas; un algoritmo es un medio para informar.
Las heurísticas son estrategias derivadas de experiencias previas; son
suposiciones simplificadoras y por tanto tienden a ser más vivenciales. (Para más
información sobre heurísticas en terapia vea Zeig, 2002.)
Las computadoras trabajan con algoritmos y con un algoritmo siempre hay
una solución concreta. Usar un algoritmo involucra un proceso linear y pasos
lógicos que conducen a un resultado tangible. En muchas situaciones una
computadora hace mejores ejecuciones que una persona. Se le puede enseñar a
una computadora a jugar ajedrez con más habilidad que un individuo porque la
computadora tiene un poder de computación masiva para analizar las
posibilidades inherentes a cada movimiento.
Los algoritmos pueden ser elegantes. Hay una historia apócrifa sobre el
famoso matemático Carl Friederich Gauss. Cuando estaba en la primaria, el
maestro les dio la tarea de sumar los números del 1 al 100. Sin usar la pizarra y
el gis para el cálculo, Gauss simplemente escribió 5050. Todo lo hizo en su
mente. Demostrando su genio matemático a temprana edad, cuando se le pidió
que describiera su proceso, contestó “1 más 100 es 101, 2 más 99, es 101, 3 más
98 es 101, 50 multiplicado por 101 es 5,050.” Gauss demostró un algoritmo
elegante. Pero el comportamiento social no puede ser computado así porque no
hay una respuesta o solución concreta. La felicidad es un proceso, no un
resultado concreto.
La mayoría de los clínicos están entrenados algorítmicamente: He aquí la
formula, siga la formula. He aquí un protocolo, siga el protocolo. El problema
con este método es que el cliente raramente presenta un problema que tenga una
solución concreta. Por ejemplo, si el cliente dice “Quiero ser feliz,” o “Quiero
ser efectivo,“ o “Quiero estar motivado,” o “Quiero tener buenas relaciones,“ no
hay una solución definitiva para este tipo de cosas. Los clientes frecuentemente
están atorados en estados maladaptativos y quieren hacer una transición a
estados de adaptación. Por lo tanto, los clínicos deberían evitar usar algoritmos
en la mayoría de las situaciones. Dado que no hay soluciones concretas a la
mayoría de los problemas de terapia, los clínicos deberían confiar en una
heurística efectiva en lugar de confiar en algoritmos. Una heurística común en
mi terapia es la de crear experiencias que eliciten estados y sub estados.
Considere el problema clínico común de la depresión. Con algunos clientes,
el terapeuta preguntaría “¿Cómo sabe usted que está deprimido?” La pregunta
sería un intento de entender el mapa para entender los componentes de la
experiencia depresiva del cliente. Un cliente podría responder “Sé que estoy
deprimido porque por dentro estoy tan perdido.” Otro podría responder “Porque
no puedo dejar de pensar en el pasado.” Otro podría contestar “Porque no estoy
haciendo nada y me estoy aislando,” o quizá “Porque no tengo energía,” o,
“Porque soy una víctima de la vida.” Así que hay muchos componentes que la
gente experimenta para reportar estar deprimida.
Creando mapas
La tabla 4-1 (que sigue en la página siguiente) es un mapa genérico de la
depresión. Por supuesto que un mapa más valioso sería uno que represente cómo
un cliente específico “hace” su depresión.
Si el cliente “hace” alguna combinación de los elementos de la tabla, el
cliente puede etiquetar su experiencia como “depresión”.
Hay muchas lentes en el universo filosófico. Un médico podría considerar a
la depresión como una enfermedad por insuficiencia de neurotransmisores que
necesita tratarse con medicamentos. En algunos casos esto es cierto. Sin
embargo, la depresión a menudo involucra otros factores. Por lo tanto, el
terapeuta que interviene socialmente debería definir el problema de manera que
pueda tratarse socialmente. Desde la posición de construcción social, la
depresión no existe. La depresión sólo es una categoría. Por tanto el clínico
necesita entender los componentes por los cuales la depresión es mantenida,
porque al hacerlo se facilita la creación de estrategias efectivas.
Tabla 4-1: Depresión
DEPRESIÓN
Está muy enfocada internamente
Vive en el pasado
Es inactiva
Es negativa
Se siente desesperanza, no tiene metas
Es intrapunitiva
Se retira socialmente
Es más de una persona táctil
Es cerrada y depende de juicios
No toma en cuenta sus logros
Absorbe la energía social
Usa la frase “Sí sólo…”
Se siente fisiológicamente un bajón
Existencialmente cree “No estoy bien”
Se siente como víctima
Está limitada en alcance y profundidad
Una vez que la depresión (o la ansiedad u otro problema) es mapeado, se
vuelven evidentes los componentes de la solución. Cuando uno “voltea” el
problema, emerge un mapa de componentes de la solución.
La siguiente tabla (4-2) enlista los componentes de la depresión y de la
felicidad. Aquellos que hacen alguna combinación de elementos en el lado
izquierdo de la tabla muy probablemente estarán deprimidos. Aquellos que
hacen una combinación de elementos del lado derecho de la tabla probablemente
reportarán felicidad.
Una vez que los componentes del estado problema son identificados, es
fácil “voltearlos” y ver los componentes de un estado solución. Cada cliente
“deprimido” tiene una experiencia histórica con componentes que son soluciones
y se les puede despertar experiencialmente.
Tabla 4-2: Depresión y felicidad
Los clínicos deberían mapear los componentes de los estados que
constituyen soluciones. Una manera de crear un mapa es considerar las
distinciones en el funcionamiento humano, incluyendo el comportamiento, la
cognición, el afecto, la actitud, la percepción, excitación somática, postura,
patrones lingüísticos, percepción del tiempo y patrones de relaciones. Cualquier
problema o solución puede ser mapeado usando estos elementos.
Resumen: 1) Cree un mapa del problema 2) Cree un mapa de la solución.
Se ofrecerá un mapa más completo del sistema en el capítulo seis, pero para
continuar desarrollando el concepto de estados, demos otro paso. ¿Qué pasaría si
alguien se despierta por la mañana y dice, “Es un hermoso día. Creo que hoy
seré un psicólogo tradicional.”? O alternativamente, “Es un hermoso día. Creo
que hoy seré un hipnotista tradicional.” Considere los sub estados a los que esta
persona podría entrar:
Tabla 4-3: Sub estados del terapeuta
TERAPEUTA TRADICIONAL HIPNOTISTA TRADICIONAL
Empático Directivo
Atento Autoritario
Acepta Manda
Contenido Sugiere
Educa Imperativo
Inquisitivo Dinámico
Sereno Calculador
Cálido Agitado
Presente Persuasivo
Un terapeuta tradicional sería empático, aceptador, estaría presente, etc. Si
el terapeuta tradicional fuera una clase de músico, sería moderadamente temático
con tonos dulces. Un hipnotista tradicional sería directo, impositivo, mandón,
sugestivo y dinámico. Y si fuera música, sería algo así como Así hablaba
Zaratustra de Strauss. Si alguien se despierta por la mañana y dice, “Es una
hermosa mañana. Creo que hoy seré un terapeuta Ericksoniano,” bien, esta
persona sería vivencial, metafórica, flexible, comprendería los sistemas y estaría
orientada a objetivos. Una metáfora musical para esta persona sería algo con una
estructura subyacente rica y compleja, Para mí, Beethoven. Y cualquiera de esos
estados podría ser deseable para promover el cambio del cliente.
Los siguientes son los componentes de un estado ericksoniano:
Tabla 4-4: Sub estados ericksonianos
TERAPEUTA ERICKSONIANO
Vivencial
Estratégico
Activo
“Guía de turistas”
Flexible
Metafórico (Con una orientación)
Utiliza
Sistémico
Individualiza, adapta al cliente
Envuelve para regalo
Ser terapeuta significa acceder a los componentes para esquematizar un
estado global y, en cualquier momento dado, el terapeuta debería entender el
estado que el cliente desea y activar los componentes apropiados.
El modelo de los estados puede ser usado para examinar y entender la
hipnosis, los problemas, las soluciones e incluso la postura del terapeuta. Por
ejemplo, en el caso de la depresión, el terapeuta podría establecer una
orientación que conduzca a la felicidad. Una manera de proceder podría ser la de
dirigirse a un componente para precipitar en cambio sistémico, creando así un
efecto de “bola de nieve.”
Una vez, Erickson tuvo una cliente que era una depresiva con ideas de
suicidio. Su terapia fue orientarla hacia los componentes de la felicidad, y lo
hizo dándole la tarea de encontrar “un destello de color” durante el día. Él sabía
que ella era muy feliz cuando hacía arte y trabajaba con colores. Así, un chico en
bicicleta se volvió un destello de color. Un avión en sobrevuelo se volvió un
destello de color. Las hojas moviéndose al viento se volvieron un destello de
color. La mujer disfrutó el juego tanto que lo jugaba con sus hijos. Erickson
reportó que este juego fue importante para ayudarle a recobrarse de la depresión.
Las personas deprimidas a menudo se preocupan por su depresión. Pero
cada persona deprimida tiene una experiencia histórica con los componentes de
la felicidad. Como quiera que sea, no sería efectivo si el clínico sólo le dice al
cliente deprimido “Sea feliz porque es un hermoso mundo. Y hay mucho por qué
vivir, así que usted también podría ser feliz.” De nuevo, para afectar los sistemas
humanos, uno no puede usar un algoritmo para elicitar estados. En lugar de ello,
uno crea una experiencia en la que la persona es despertada a algo que dormía.
Es un proceso de elicitar experiencias y recursos, no un asunto de pensamiento
lógico, linear y de ofrecer información. Y ésta es la paradoja de la hipnosis: La
hipnosis puede parecer que es para poner a la gente a dormir, pero el arte es
despertar la persona a capacidades que yacen dormidas.
La siguiente tabla ilustra el modelo de los estados y de las elecciones :
Un terapeuta tiene varias opciones en el modelo de estados: 1) Dirigirse a
los componentes del problema, no a la categoría. 2) Elicitar componentes de
posibles soluciones. 3) Usar hipnosis.
La hipnosis puede ser un puente entre la tierra de los problemas y la tierra
de las soluciones. Piense en un carro que está en reversa. De manera similar los
pacientes a menudo están en “reversa”: son inefectivos. El cliente está
psicológica y socialmente en reversa, limitado en sus alcances. Si el cliente está
en reversa, para agarrar la primera velocidad, debe pasar primero por neutral. No
es necesario pasarse mucho en neutral, pero estar en neutral representa un
cambio en el estado. Si alguien que está en tremenda tensión o con dolor se
mueve a neutral, aún de momento, eso es progreso. La posición neutral es un
trampolín hacía un estado más deseable.
Para los clínicos hay una cuarta opción: Cambie al terapeuta. Pero, otra vez,
esto no significa que el terapeuta le deba referir el cliente a un colega, más bien
es una invitación para que el terapeuta cambie, porque como la hipnosis, el
terapeuta actúa como un puente entre el problema y la solución. Los grandes
psicoterapeutas como Milton Erickson, Virginia Satir y Víctor Frankl, fueron
poderosos, presentes e intensos y el impacto que ellos tenían en sus clientes era
tremendo. Su influencia puede atribuirse a cómo eran ellos con la gente, pero sus
teorías de cambio decididamente eran diferentes.
Y mientras que estamos con el tema del proceso de cambio, vayamos dando
una ligera mirada a la historia de la psicoterapia.
La psicoterapia comenzó con la hipnosis. Freud fue a Francia a estudiar
hipnosis con Charcot porque no había técnicas sociales para tratar problemas
mentales; la hipnosis era todo lo que existía. Pero luego, Freud rechazo la
hipnosis en favor de su método psicoanalítico de libre asociación, el cual
involucraba al paciente reposando en un diván mientras que el analista estaba
fuera de su vista.
Freud vivió en la época Victoriana, así que cuando él decía a los pacientes,
“Venga al consultorio, recuéstese en el diván y diga cualquier cosa que le venga
a la mente.”, era algo completamente bizarro y nunca se había escuchado algo
así. Pero la gente, mejoraba con rapidez.
Freud convirtió la terapia en una “conversación inusual.” El hecho de que
los clientes pagaran a un terapeuta para enfocarse exclusivamente en ellos lo
hace una conversación inusual. Otros ejemplos de terapia como conversación
inusual incluyen pedirle a un cliente que le hable a una silla vacía, o sugerir
hipnóticamente a un cliente que su brazo está levitando pero que no lo
experimentará como algo voluntario.
Usando la metáfora de un árbol, Freud estaba interesado en las raíces. Él
implicaba que si usted entiende las raíces de un árbol, usted cambia al árbol.
Después de la segunda guerra mundial la psicoterapia floreció en los EEUU y
dio nacimiento al tratamiento basado en condicionamiento del comportamiento.
Esta escuela de pensamiento mantenía que si usted quiere que el tronco crezca
en cierta dirección, debe hacer brillar una luz y ese árbol crecerá para allá. Poco
tiempo después se desarrolló el enfoque humanístico. Se enfocó en ofrecer
empatía, en ser genuino y en una auténtica preocupación por el árbol. Ame al
árbol. Aprecie al árbol. Si usted ama y aprecia al árbol, va a crecer. Después se
desarrolló la terapia familiar basada en principios sistémicos y se enfocó en
cambiar el ambiente para cambiar al árbol. Actualmente en EEUU, el enfoque
primario es el de la terapia cognitiva conductual que se inició como la aplicación
de los métodos conductuales a las cogniciones: Cambie la manera en la que el
árbol “piensa”. Erickson representó un foco radicalmente experiencial: Las
vivencias evocativas promueven y enriquecen realizaciones* conceptuales, los
estados adaptativos y las identidades positivas. La meta era la de despertar el
potencial dormido del árbol. Durante los últimos años, la neurobiología afectiva
ha tomado el escenario central de la psicoterapia, lo que ha llevado a avances en
la práctica de la atención plena y la meditación. La comprensión de la genética y
la epigenética puede hacer florecer al árbol.
Algunas viñetas humorísticas de las escuelas de terapia: El paciente le dice
entusiasta al terapeuta “¡Realmente es un hermoso día!” El terapeuta,
psicoanalista y seguidor de Freud contesta: “Me pregunto por qué usted me está
hablando con tanta familiaridad. Quizá usted está confundiéndome con una
figura de su infancia. Quizá usted me está confundiendo con su padre.” El
psicoanalista se enfoca en interpretar cómo el pasado contamina al presente. El
analista sabe que las experiencias del pasado pueden distorsionar el presente. Y
si son analizadas las experiencias del paciente, el paciente puede ya no más estar
plagado por ellas.
Ahora, si el paciente ve a un terapeuta humanista y dice: “Realmente es un
hermoso día,” el terapeuta puede replicar, “Parece que usted se está sintiendo
bien hoy.” La meta de este clínico es la de traer emociones al presente de tal
modo que el paciente pueda entender sus sentimientos y expresarlos claramente.
Si el paciente ve a un terapeuta cognitivo y reporta: “¡Es realmente un
hermoso día!”, el terapeuta podría replicar “¿Cómo llegó usted a esa conclusión?
¿Cuáles son los datos? ” Su enfoque consiste en elicitar el Esquema cognitivo y
las distorsiones que limitan la adaptabilidad.
Ahora, si el paciente le anuncia al terapeuta ericksoniano: “¡Realmente es
un hermoso día! ” la respuesta probablemente será: “Cierto, hoy es realmente es
un día hermoso. Y usted puede hacer una respiración profunda y cerrar sus ojos
y mientras exhala por completo, realmente experimente ‘¡es un hermoso día.’ Y
yo no sé si usted puede tener imágenes de ‘¡es un hermoso día!’, o si usted puede
tener sensaciones de ’¡es un hermoso día!’, o si usted puede tener recuerdos de
‘¡es un hermoso día!’. Y mientras hace otra respiración profunda, usted puede, a
su propia manera, irse hacia adentro y memorizar, ‘Es un hermoso día’ y así
como usted puede pensar hacia atrás, puede pensar hacia adelante. Porque
cuando usted entre a su casa usted tendrá la llave en su mano, y es su llave, y es
su habilidad para abrir la puerta y usted siente la llave hacer click en su lugar, y
de pronto…realmente es un hermoso día.” Y el cliente puede pensar, “Oh Dios
mío, ¿Cómo ocurrió todo esto con mi simple expresión acerca de un hermoso
día?”
Ahora, si queremos alcanzar un área más profunda del cerebro tal como la
amígdala en nuestro sistema límbico, deberíamos usar comunicaciones diseñadas
para impactar esa parte del cerebro. La comunicación experiencial alcanza el
sistema límbico. Los animales se comunican vivencialmente, no mediante el uso
del lenguaje humano. Los artistas también se comunican experiencialmente. Por
ejemplo, la música es una forma de comunicación que influye en nuestras
emociones de una manera que el lenguaje no. El baile, el cine, la poesía, la
pintura, y otras formas de arte fino están también diseñadas para tener una
resonancia límbica. Para alcanzar a nuestros clientes en un nivel más profundo
necesitamos usar la comunicación evocativa para crear experiencias. Crear
mapas mejorará las opciones del terapeuta. También, para fomentar los estados
adaptativos, el terapeuta puede adaptar el mensaje a la naturaleza única del
cliente.
Los principios expuestos en este capítulo son los siguientes:
15. Comprenda los componentes y motívelos a entrar en juego.
16. La terapia debería ser una conversación inusual.
5. Personalizar1: Evaluación
Avance
En medicina, el diagnóstico dicta el plan de tratamiento. Por ejemplo, si un
psiquiatra diagnostica a un paciente con esquizofrenia, le prescribe medicación
específica. Y en medicina, la entidad diagnóstica se trata como una unidad
completa por sí misma. Por ejemplo, una infección es una entidad; la depresión
es una entidad; el cáncer es una entidad, etc. Sin embargo, solamente la
patología de una persona puede ser diagnosticada, no sus activos, incluyendo sus
fortalezas y potenciales.
En la psicoterapia, un diagnóstico implica que el tratamiento que le sigue
será primeramente convencional y que las diferencias de un individuo son de
importancia secundaria, lo que por supuesto no debería ser el caso. M+as aún,
las intervenciones sociales, difieren mucho de las intervenciones físicas porque
el psicoterapeuta puede dirigirse a los componentes más que a las entidades.
Casi siempre en la práctica psicológica, se hace énfasis en la determinación
de un diagnóstico. En lugar de eso yo prefiero pensar en términos de evaluación.
El diagnóstico enfatiza la connotación negativa de la patología, esto es, el
mal funcionamiento de un sistema. La valoración, en cambio, nos invita a pensar
en las virtudes de la persona, así como en sus deficiencias. Y elicitar las
fortalezas puede ser más efectivo que dirigirnos a los problemas. Los términos
“valoración” y “evaluación” son más flexibles y abarcan más que el término
“diagnóstico.”
1.
Personalizar el tratamiento: Personalizar de Zeig. Términos equivalentes en este texto son
individualizar, adaptar, ajustar y hasta “cortar a la medida” (N del T).
El modelo ericksoniano hace énfasis en la personalización del tratamiento.
La hipnoterapia y la psicoterapia pueden ser personalizadas efectivamente si el
clínico valora la “posición” cognitiva, perceptual, emocional, psicológica,
conductual, contextual y relacional del paciente, y luego personaliza la terapia de
acuerdo con esta valoración.
Este capítulo examina las estrategias de valoración que el terapeuta puede
emplear para evaluar la posición del paciente. También presenta una visión
general de cómo el terapeuta incorpora la información para personalizar los
objetivos.
Introducción
Las personas que buscan terapia a menudo se describen a sí mismas como
“víctimas” y se sienten perjudicadas o de alguna manera deficientes.
Frecuentemente usan frases que comunican falta de poder: “No puedo dejar de
fumar”; “No puedo pensar positivamente”; “No puedo tener buenas relaciones”;
“No puedo olvidar mi pasado”; y “No puedo dejar de anticipar mis futuros
fracasos.”
Un terapeuta sabio presupone que el paciente tiene recursos dormidos. Por
lo tanto, los pacientes pueden tener buenas relaciones; pueden dejar de fumar;
pensar positivamente, etcétera. La presuposición es que, en algún punto de la
historia del cliente, ya ha demostrado tales habilidades. La tarea del terapeuta es
la de descubrir la historia constructiva del paciente y elicitar los recursos
dormidos. El terapeuta puede presentarle este conocimiento al paciente y
envolverlo para regalo de tal manera que el paciente pueda darse cuenta y
subsecuentemente asumir la propiedad de él.
Dos cuestiones acerca de la personalización deben ser de la máxima
importancia para el terapeuta: 1) ¿Cuál es la posición del cliente? 2) ¿Cómo voy
a usar esta posición para individualizar las metas envueltas para regalo? Es
nuestro trabajo como terapeutas catalizar la transformación del paciente. Para
hacer esto, debemos entender (hasta donde más podamos) a nuestro paciente y
su problema.
El marco de valoración que aquí presento no tiene semejanza con las
clasificaciones CIE o DSM, las cuales clasifican las condiciones psiquiátricas.
Cómo terapeuta experimentado, estoy más interesado en elicitar el cambio que
en clasificar un desorden y ofrecer un diagnóstico. Así que en su lugar he creado
una valoración que da forma a la base para un plan de tratamiento constructivo.
El esquema delineado en este capítulo incorpora características observables que
pueden ser usadas para guiar la terapia y la inducción hipnótica. Esas
distinciones no sólo sirven como señales de camino para conducir al terapeuta en
una dirección deseable; también pueden ser usadas como recursos.
Este capítulo se dirige a la posición que el paciente asume—a su estilo de
percibir y relacionarse—que puede ser “leído” a partir de una observación
minuciosa. Tal valoración provee al terapeuta de información valiosa para el
tratamiento. El capítulo ocho explica cómo ensamblar las claves reveladas por el
paciente para diseñar y personalizar intervenciones a las que el paciente
responderá mejor.
Una valoración estructural se enfoca en las condiciones existentes, más que
en hipótesis acerca de la etiología. Y por supuesto, la valoración dependerá de la
perspectiva del terapeuta. Las valoraciones e incluso los diagnósticos son
influenciados por la posición de las maneras arraigadas de ver, hacer y
relacionarse del clínico.
Esencialmente, una valoración le ofrecerá al terapeuta una comprensión de
la situación del paciente y le ayudará a individualizar una intervención efectiva y
significativa.
La posición del paciente
En este capítulo, se examina dentro de dos sistemas, cómo una persona
procesa la información sobre su mundo: 1) Categorías de valoración (estilos de
percepción y de relación); y 2) “Ganchos” (valores).
Mi intento por resumir las características de la personalidad y del
comportamiento humano en unas pocas páginas es, por necesidad, generalizado.
Y las distinciones a las que se dirige no están empíricamente validadas. Sin
embargo, estas son distinciones que me han ayudado en mi trabajo clínico.
Personalización
La personalización es una aventura para el terapeuta—un asunto de
entender otra cultura. Cuando personalizamos en la terapia es como si
viajáramos a un país extranjero y esperáramos hacer nuestra visita tan
enriquecedora como lo sea posible aprendiendo algo acerca de la cultura, el
lenguaje, la historia y las atracciones especiales. Nuestros clientes habitan
diferentes geografías y es nuestro trabajo descubrir tanto como sea posible sobre
cualquier cosa que les haga únicos. Usted podría considerar este capítulo como
una guía del viajero que le ofrece frases hechas y consejos perspicaces para
explorar nuevos territorios. El viaje exitoso es sobre- adaptarse: La capacidad de
ajustarse a su medio, en lugar de tratar de hacer de la tierra extraña una réplica
del hogar. Tanto como le es posible, el terapeuta ericksoniano se adapta al
“terreno” del paciente, más que forzar al paciente a conformarse con la
perspectiva subjetiva del terapeuta o su teoría preferida acerca del
comportamiento humano.
En este capítulo veremos el terreno del paciente. En los siguientes
capítulos, exploraremos como se adapta el terapeuta a los diversos paisajes.
Categorías de valoración
Las categorías de valoración entran en dos grupos principales: Intra
psíquicos e interpersonales. El grupo intrapsíquico incluye operaciones
perceptuales y de procesamiento. Las evaluaciones intrapsíquicas e
interpersonales se conducen principalmente de acuerdo a dónde cae el cliente en
un continuum, con los dos descriptores en cada final, identificando los extremos
de las características. Por ejemplo, "Potenciador / reductor" representa los dos
extremos opuestos de un rango de comportamientos—un espectro a lo largo del
cual se ubica el comportamiento del paciente.
He identificado 16 categorías de valoración para que los terapeutas las usen
con los clientes. Sin embargo, no todas las distinciones son necesarias o
importantes para cualquier cliente dado. Para determinar cuáles son las más
significativas en una situación, considere lo siguiente:
1. La categoría de valoración que está más fuera de equilibrio.
Las siguientes categorías de valoración en la Tabla 5-1 son las que yo he
encontrado importantes para mi trabajo. Las he destilado de una variedad de
fuentes. Otros profesionales tendrán diferentes categorías, basadas en sus propias
percepciones y predilecciones. Sin embargo, Erickson no postulaba categorías de
valoración, y sospecho que las encontraría demasiado limitantes; incluso
aquellas tan generales como las que he enlistado. Quizá él tenía categorías
implícitas, pero ninguna que fuera explicita. Erickson ensalzaba la flexibilidad.
Por ejemplo, si reconocía que una persona era más interna que externa, trabajaba
para crear un balance elicitando una orientación más externa, pero él no discutió
este método.
Tabla 5-1: Categorías de valoración.
Intrapsíquicas:
Interpersonal:
Operaciones perceptuales
Estas operaciones son los procesos normales, de flujo libre y
principalmente automáticos. El estilo de atención es una operación perceptual
con dos polaridades salientes: interna/externa y enfocada/difusa.
1. Interna / Externa
¿La atención del cliente tiende a ser más externa o más interna?
Obviamente, hay condiciones específicas alterarán este factor. Por ejemplo,
manejar un auto requiere más atención externa que mirar un atardecer. Sin
embargo, fuera de parámetros contextuales-especificos, un cliente puede preferir
estar en un estado o en el otro.
Erickson estaba orientado externamente en su atención. De hecho, fue uno
de los individuos más externamente orientados que yo he conocido. Quizá los
años de soportar dolor crónico severo hicieron que Erickson se alejara de un
foco de concentración interna, lo que sólo habría magnificado la consciencia de
su incomodidad. Al enfocarse en las minucias del mundo fuera de su cuerpo,
Erickson logró un nivel extraordinario de perceptividad externa. Su habilidad
para observar matices mínimos del comportamiento no verbal en otros es
legendaria.
En contraste, una vez estudié con un terapeuta Jungiano que estaba tan
preocupado con su estado interno que dudo si él sabía el color de los ojos de su
esposa. Tal información le habría parecido sin importancia, comparado a
explorar todos los recovecos y rendijas de su propia psique.
Las categorías de valoración pueden ser usadas en inducciones guiadas y en
la terapia. Usando la información de valoración como un signo carretero, el
practicante podrá crear una inducción para una persona internamente orientada al
hacerle concentrarse en su experiencia interna. (Vea The induction of hypnosis,
Zeig, 2014 para informarse sobre la inducción.) Eventualmente, la inducción
podría moverse hacia percepciones más externas con el intento de elicitar un
cambio perceptual. Como resultado, el paciente podría reportar una experiencia
“realmente diferente”—un resultado conductivo hacia la experiencia de la
hipnosis, y su reconocimiento de experimentar un modo diferente (hipnótico) de
procesamiento. Una inducción para una persona orientada internamente podría
ser algo como esto:
Usted puede cerrar sus ojos e irse hacia adentro, reconociendo algunas de
las sensaciones de comodidad que pueden ser evidentes en su cuerpo. Y
realmente usted no puede saber cómo esas sensaciones de comodidad se
desarrollarán. ¿Las encontrará más dentro de su pecho o en su estómago?¿Se
van a irradiar hacía arriba o hacia abajo?
Luego, dirigiendose externamente:
Ahora, mientras usted nota esas sensaciones de comodidad, no es
realmente importante atender al sonido del aire acondicionado o el tráfico de
afuera.
Note que la inducción comienza con una discusión de la experiencia interna
que es física, antes de moverse hacia experiencias externas que son auditivas. La
inducción podría justamente comenzar igual de fácil con experiencias visuales o
experiencias auditivas internas, dependiendo de la predilección del cliente a ser
más visual o auditivo.
Con alguién que sea orientado externamente, la inducción podría comenzar
en ese final del espectro y moverse hacia una orientación más interna.
Mientras usted está sentado aquí, puede notar el color del escritorio detrás
de mí, o la manera en la que estoy sentado en la silla, pero usted probablemente
no ha reconocido la posición de sus pies en el piso o la manera en la que sus
manos están… descansando… en su regazo. Pero usted puede notar el parpadeo
de sus ojos mientras se cierran los parpados. Porque mientras usted atiende las
cosas que ocurren, usted puede también comenzar a reconocer como sus
pensamientos se van adentro, de tal manera que usted podría recordar una
escena placentera de su niñez o pronto será absorbido en una interesante
ensoñación.
En este ejemplo, la inducción comienza externamente con una orientación
visual y entonces se mueve hacia una experiencia visual interna.
Una tarea para una persona “interna” podría dirigirse a ese componente:
“Tómese un momento para cerrar sus ojos y conseguir una idea de los beneficios
que le puede traer el ejercicio.” Para una persona externa: “El ejercicio al aire
libre es una manera en que usted puede gozar mejor del panorama y de los
sonidos de la naturaleza.”
Como mencioné antes, la rígida valoración de categorías puede serle
problemática al cliente. Si la persona es principalmente interna, podría por sí
misma crear dificultad. Por ejemplo, una persona interna podría tratar de
disminuir el dolor buscando soluciones por dentro. Si un individuo es
diagnosticado como deprimido, el terapeuta más probablemente encontrará que
la orientación del paciente es abiertamente interna. La meta de la terapia podría
entonces ser para ayudar al paciente a desarrollar una orientación más externa.
Por otro lado, aquellos diagnósticados con desordenes del impulso tienden a ser
externos en su orientación. La meta en la terapia para pacientes con este
desorden podría ser desarrollar una más satisfactoria y vívida vida interna. Ahora
bien, ser más externo no es una cura para la depresión. Pero podría iniciar en el
paciente la senda a la reorientación.
En la psicoterapia no hay una herramienta específica para el tratamiento de
una condición. Todos los problemas psicológicos están formados por
componentes. La reintegración es el proceso de construir un estado mediante la
orientación a claves parciales que son componentes de un estado hipnótico o de
solución.
Ahora, por una razón que no es muy entendible, si usted despierta mañana y
se dice a sí mismo, “Es un hermoso día, pero creo que estaré deprimido,” un
buen comienzo sería hacer uno de los componentes de la depresión, esto es,
“estar perdido por dentro” o internamente preocupado.
2. Enfocada / difusa
La mayoría de nosotros tenemos un estilo de atención que flota libremente;
a veces estamos intensamente enfocados; otras veces amorfos. Los pacientes
obsesivos a menudo están altamente enfocados mientras que los pacientes
paranoicos o los adolescentes fuera de control (acting-out) tienen a menudo la
atención difusa. Estos individuos son vigilantes y monitorean sus alrededores y
están a menudo distraidos; vivos ante las minucias en su ambiente.
Una inducción hipnótica por fijación ocular con un individuo enfocado
podría inicialmente consistir en los detalles del objeto de fijación. La misma
indicación para un paciente difuso sería más al azaroza, con el terapeuta guiando
la atención adelante y atrás desde diferentes focos, sensaciones, sentimientos,
comportamientos, etcétera. El terapeuta podría entonces trabajar para elicitar una
respuesta en dirección opuesta a la orientación preferida: difusa para una persona
enfocada; enfocada para una persona difusa.
El siguiente es un ejemplo hipotético de una fijación ocular con una persona
que tiende a ser altamente enfocada:
Hay un punto en la pared que podría interesarle a usted para enfocarlo con
su atención visual. Usted podría tener curiosidad acerca de la forma del punto.
Quizá
Usted está fascinado por el color del punto. Podría parecer como si el
objeto de su atención tuviese más de dos dimensiones.
Virando hacia el estilo difuso:
Pero usted no necesita atender los sonidos de fuera que parecen acercarse
más, y las sensaciones de comodidad que parecen más profundas mientras
descansa en la silla.
Nuevamente, una inducción debería ser diseñada para llevar al paciente
desde su estado acostumbrado a un estado diferente. El terapeuta puede
comenzar por checar el estilo preferido del paciente y moverse en una dirección
que cree este cambio.
He aquí una cuadrícula bidimensional que muestra el estilo de atención:
Tabla 5-2 Estilo de atención
El estilo de atención de un sujeto puede ser interno y enfocado, o interno y
difuso; o externo y enfocado, o externo y difuso.
Sistema sensorial preferido
Bandler y Grinder (1979) hablan del uso de sistemas representacionales en
su modelo de Programación Neuro Lingüística (PNL). Al procesar la
información, una persona puede favorecer inconscientemente uno de tres
sistemas sensoriales : Visual, auditivo, táctil y su lenguaje podría reflejar esta
predilección. Aquellos que perciben al mundo visualmente podrían decir; “Lo
que yo veo…,” “La manera en que veo las cosas…,” “Me parece
que…”Aquellos que procesan la información principalmente auditiva podrían
usar frases como: “Lo que yo escucho...,””Se oye como…,” y “Eso me suena”.
Los individuos táctiles pueden ofrecer: “La reacción de mis tripas es…,”” Mi
sensación sobre el asunto es…,”Mi corazón me dice que…,”
Para ilustrar cómo dichas preferencias sensoriales pueden dar forma a la
respuesta de un individuo a la hipnosis, le ofrezco una historia:
Cuando yo era un estudiante graduado, practiqué una inducción con un
estudiante no graduado que sostenía que durante el trance no estaba hipnotizado.
Sin embargo, cuando le pedí que abriera los ojos y viera una rosa, reportó que
veía la flor imaginaria, y entonces la describió en detalle. Y todavía así negaba
enfáticamente que la visualización de alguna manera era “prueba” de que estaba
hipnotizado. Yo estaba perplejo. Después de un poco de conversación, pregunté
cual era su principal campo de estudio. Era un estudiante de fotografía. La
visualización era una experiencia tan común para él, que la experimentaba sin
ninguna alteración de la volición o involucración subjetiva. Por tanto, él no
reportó la experiencia del trance. El trance es un fenómeno subjetivo que puede
existir al grado que es reportado por el cliente.
Cuando trabajé con el estudiante de fotografía, yo era un practicante novato
en hipnosis y mi técnica era mecánica. Ahora que tengo más experiencia en los
metodos ericksonianos, si tuviera que volver a hacerlo, alteraría mi técnica para
crear una involucración más subjetiva con actividad autónoma sugiriendo
experiencias táctiles (quizá el entumecimiento de un miembro) más que visuales.
Creo que ese énfoque hubiera sido más exitoso.
Hay también variables concomitantes de los sistemas perceptuales
preferidos. Un terapeuta podría reconocer el estilo sensorial predominante de
una persona a través de su comportamiento y su actitud fisica. Por ejemplo, una
persona auditiva, podría dirigir su oído dominante hacia el terapeuta,
concentrándose en cada palabra; una persona visual podría tener un patrón
conspicuo de observar intensamente los alrededores.
En una inducción, el terapeuta puede usar sistemas sensoriales comenzando
con el modo preferido, y luego eventualmente moverse hacia otro sistema
sensorial. De nuevo, el propósito es el de establecer una alteración de la
percepción.
A mediados de los setentas en uno de sus seminarios de enseñanza, observé
a Erickson usar el sistema sensorial preferido de un estudiante. Erickson sabía
que el estudiante era visualmente perceptivo, así que enfocó sus preguntas en la
modalidad auditiva, haciendo preguntas al estudiante tales como, “cuando por
fin estuviste aquí, ¿quién parecía incómodo? ¿Cómo puede usted determinar eso
de lo que fue dicho?” Mi observación fue la de que Erickson estaba esforzándose
en incrementar la flexibilidad del estudiante usando su sistema sensorial
auditivo. Sin embargo, cuando Erickson estaba trabajando conmigo, él notó mi
preferencia auditiva y dirigió su atención hacia el desarrollo de mi percepción
visual. Por ejemplo, una vez él me propuso en teoría: Un hombre está caminando
hacia usted en ropas de calle. Es un policía. ¿Qué nota usted que indique su
ocupación?
Eventualmente llegué a reconocer la sensibilidad de Erickson a los aspectos
de la orientación de uno que estaban fuera de balance. Él pulía un no muy bien
desarrollado aspecto en la gente y utilizaba métodos de envolver para regalo que
les ayudase a reforzar sus habilidades latentes / dormidas. El vivir efectivamente
descansa en desarrollar la flexibilidad para usar un modo apropiado para cada
situación. Tener acceso a varios modos de procesar la información promueve la
adaptación.
Operaciones de procesamiento
El procesamiento involucra la percepción individual del mundo y el
desarrollo de un marco de respuesta. Mientras que la mayoría de nosotros tiene
un estilo de atención automático y de flujo libre, el procesamiento es más
consciente y voluntario. Las tres operaciones de procesamiento principales son:
1) linear / mosaico, 2) potenciador/ reductor, y 3) específico / general.
1. Linear / Mosaico
Erickson alguna vez comparó su estilo de pensamiento con el de su esposa,
describiendo a la sra. Erickson como de un proceso más directo, secuencial y el
suyo como “Un poco de aquí y un poco de allá.” (Zeig,1980) Erickson notó
como sus hijos reaccionaban a las diferencias en el procesamiento suyo y el de la
sra. Erickson. Cuando sus dos hijos mayores estaban jovenes tenían diferentes
estrategias para encontrar los huevos de pascua escondidos. Bert siempre
encontraba los huevos de pascua que su padre escondía, mientras que Lance
siempre encontraba los huevos que su madre ocultaba. La razón para esto era
que el pensamiento de Bert era más mosaico, como el de su padre, mientras que
el pensamiento de Lance era más linear como el de la Sra. Erickson. La
estrategia de ocultamiento del Dr. Erickson era más al azar y la de la Sra.
Erickson era probablemente más sistemático. Una pascua, Bert sorprendió a
todos encontrando los huevos que la Sra. Erickson ocultó. Erickson le preguntó
como lo hizo. Bert respondió, “Fue fácil Papá. Sólo pensé,¿Dónde los escondería
mamá?”
Un pensador linear, que procese secuencialmente, podría decir, “He aquí
diez permisos en la inducción de la hipnosis,”y luego los enlistaría. Por
contraste, un pensador mosaico podría usar anecdotas para ilustrar los mismos
principios. Nuevamente, de acuerdo a las demandas de las condiciones
existentes, los indiviuos deberían ser capaces de moverse fluidamente de un tipo
de procesamiento a otro. Por ejemplo, escribir un libro, involucra usualmente
una estrategia linear. Quizá esto explica por qué Erickson no escribió libros; en
lugar de ello escribió artículos, lo que pudo haberse ajustado más a su estilo de
pensar en mosaico.
Hay una diferencia entre el estilo de atención y el procesamiento. Una
persona puede ser en atención enfocada, pero permanecer como mosaico en el
procesamiento. Esto de hecho, parecía ser la orientación de Erickson. Podía estar
extremadamente enfocado en el paciente, pero cuando procesaba la información
del paciente, todavía era un pensador mosaico.
Una inducción para una persona linear podría comenzar con relajación
progresiva, comenzando en la cabeza y moviendose metódicamente hacía abajo
hacia los dedos de los pies. Para una persona mosaico, la inducción podía vagar
al azar. En este ejemplo, nos movemos de uno a otro:
Ahora, mientras usted relaja su mano, podría querer notar la relajación de
sus dedos. Pero podría también ser interesante como usted relaja sus rodillas,
porque usted no tiene que pensar acerca del relajante sonido de mi voz. Pero
usted puede comenzar a notar las relajadas sensaciones de movimiento en sus
dedos y cómo esas sensaciones de movimiento pueden desarrollarse
progresivamente, y cómo esa sensación comienza en la punta de sus dedos y
continúa hacia las palmas de sus manos y luego a su antebrazo, arriba hasta sus
hombros y después finalmente a su cuello y su cabeza.
En este ejemplo, la inducción se mueve desde un estilo de pensar mosaico a
uno linear. De nuevo,la dirección de la inducción puede moverse del estilo
dominante al no dominante.
Para los propósitos de la terapia para una persona linear, se le pueden dar
pasos secuenciales, mientras que a una persona mosaico se le pueden dar cierto
numero de posibilidades sin ataduras.
2. Potenciador / Reductor
Un potenciador mira un ratón y ve un elefante; un reductor mira un elefante
y ve un ratón. De manera similar, un potenciador reaccionará mucho a un sonido
o movimiento inesperado. Un reductor podría no reconocer el mismo evento.
Los potenciadores suelen armar mucho jaleo por cualquier cosa, los reductores le
dan menos importancia al mismo asunto.
Las gesticulaciones, las frases redundantes y las palabras usadas pueden
disntinguir a los potenciadores de los reductores. El habla del potenciador a
menudo está llena de superlativos y descripciones exageradas, con palabras tales
como “increíble”, “extremadamente”, “fantástico”, regadas en su discurso. Los
potenciadores también muestran gesticulaciones amplias. En contraste los
reductores usan cualificadores mínimizadores tales como, “algo”, “apenitas” y
“poquito” y tienden a minimizar sus gesticulaciones.
Los reductores tienden a ser pragmáticos y los potenciadores tienden a ser
espontáneos. Los reductores son usualmente tranquilos y reservados y los
potenciadores sociales y gregarios. Los reductores son menos emocionales que
los potenciadores. Los reductores son más controlados y rígidos y los
potenciadores son de un espiritu más libre. A menudo los cientificos son
reductores; los artístas, a menudo, potenciadores. Aunque parezca raro,
frecuentemente los potenciadores y reductores se casan entre sí. Pero aunque la
combinación entre ingenieros y artistas puede ser complementaria en algunos
niveles, puede ser problemática en otros. Temprano en sus relaciones ella podría
pensar: “Me sorprende por completo cómo él es tan estable y balanceado.” Él
podría pensar: “Es algo curioso y de alguna manera interesante que ella parece a
veces ser más bien entusiasta.” Pero unos pocos años después, ella le puede decir
a una amiga: “¡ Él es increíblemente aburrido ! ”, y él podría comentar a un
compañero de trabajo: “Me está cansando un poco su histrionismo.”
Considere la terapia para una adolescente descontrolada . Esta persona
puede ser amplificadora y difusa en su estilo de atención. Ella busca
estimulación, escaneando constantemente su medio. Si usted le pide que cierre
sus ojos y se relaje, ella podría inquietarse y preguntar: “¿Ahora qué vamos a
hacer ?” A este tipo de individuo a menudo le falta una sólida vida interna. Sin
embargo, usar hipnosis para ayudarle a desarrollar la habilidad de ensoñarse y de
expandir su capacidad de procesamiento interno podría ser un paso para ayudarle
a cambiar su comportamiento.
Al ofrecerle una inducción a un potenciador uno podría apelar a este estílo
característico:
Esta va a ser la más sorprendente, espectacular y fantástica experiencia
que usted haya alguna vez tenido. Puede ser tan increíblemente relajante hacer
una respiración profunda y realmente dejarse ir de tal manera que usted esté en
un trance profundo.
El abordaje para un reductor es marcadamente diferente:
Usted puede encontrar a la hipnosis un poco interesante. Es posible que
haya algunas cosas pequeñas que ocasionalmente pueda encontrar algo
curiosas. Parece que puedan ser de algún valor para usted en algún momento,
en algún lugar en el futuro.
Note que en esos ejemplos las categorías están siendo usadas para motivar
al cliente. No están siendo usadas para guiar la inducción de una modalidad a
otra. Las motivaciones personalizadas pueden incrementar la complianza
terapéutica.
A menudo, los pacientes saben que hacer, pero no actúan de acuerdo con
ese conocimiento. Los buenos comunicadores elicitan la motivación; no sólo
ofrecen directivas. Por ejemplo, un médico podría decir a un potenciador, “Aquí
está su receta. Esta es absolutamente la mejor medicina para su condición.
Muchos pacientes han tenido tremendo éxito tomandola.” Para un terapéuta
sugiriendo terapia familiar a un reductor: “Usted podría al menos considerar
traer a su familia la próxima sesión. Posiblemente podría ser algo así como una
oportunidad de aprender cómo parecen darle el reconocimiento por lo menos de
algunas de las cosas que ha logrado.”
Una de las más valiosas cosas que he aprendido de mi larga devoción de
décadas al estudio de la hipnosis es el principio de sugerir –>motivar (N° 17).
Cada directiva puede ser seguida de una razón personalizada para llevarla a
cabo.
De este grupo, la más importante característica puede ser la de potenciador /
reductor. Es axiomático que muchos que buscan terapia han desarrollado un
patrón rígido al realzar los negativos de la vida y reducir los positivos. Una
estrategia evidente para ser feliz en la vida es la de realzar los positivos y reducir
los negativos.
3. Específico / General
Algunas personas son más holísticas en su orientación y algunos tienden a
enfocarse más en los detalles. Por ejemplo, si dos personas presencian el mismo
evento, una podría reflejar la experiencia total, mientras que el otro hablaría
acerca de detalles intrincados. Los clientes tienden a hablar en generalizaciones,
por ejemplo, “Siempre estoy incómodo.” ”Nunca llego a tiempo a los lugares.”
“Nunca hago nada a la perfección.”En esos casos se les puede ayudar a
enfocarse ser específicos. El terapéuta puede decir: “¿ No dirías que sólo estás
incómodo cuando ves a tu familia?”o, “Por lo que tú me dices, la mayor parte
del tiempo llegas tarde al trabajo.”
4. Crear / Suprimir / Distorsionar
Las personas son adeptas a crear, suprimir y distorsionar las experiencias.
La experiencia humana es subjetiva. Actuamos ante nuestras propias
percepciones del mundo más que basados en determinaciones objetivas,
cuantificables. Así, el comportamiento humano es altamente idiosincrático. A
veces nos volvemos rigidamente fijos en un estilo, lo que puede precipitar
dificultades psicosociales.
En la práctica de la hipnosis, crear/suprimir/distosionar es de valor
heurístico. Los hipnoterapéutas aprenden a elicitar fenómenos hipnóticos,
incluyendo alucinaciones auditivas, visuales y táctiles que pueden ser positivas o
negativas. La distorsión del tiempo es un fenómeno hipnótico como lo es la
regresión de edad. Un axioma del tratamiento hipnótico es el de aplicar al
problema el fenómeno hipnótico que el paciente exhibe con mayor facilidad. Por
ejemplo, si el problema es el dolor y el paciente puede facilmente lograr
distorsión temporal, él o ella puede incrementar la cantidad de tiempo en que se
siente cómodo y disminuir la cantidad de tiempo en que tiene dolor. Alguien
bueno con la regresión en edad podría regresar en el tiempo hasta antes de que se
presentara el dolor problemático.
En sesiones iniciales de hipnoterapia, los profesionistas podrían explorar
qué fenómeno hipnótico hace mejor el paciente. Entender si una persona puede
facilmente crear, suprimir o distorsionar la percepción puede facilitar el proceso.
Aquellos que son adeptos a suprimir las experiencias podrían fácilmente
experimentar amnesia y /o alucinaciones negativas. Aquellos que distorsionan
las experiencias podrían ser buenos con la distorsión del tiempo. Las personas
que crean las experiencias podrían hacerla bien en la regresión de edad e
hipermnesia (recuerdos vívidos).
Al principio enlisté tres diferentes maneras de usar las categorías de
evaluación: 1) Entender la posición que el paciente toma; 2) Guiar la dirección
de la terapia o de la hipnosis; y 3) Como motivadores. Ahora podemos
considerar dos usos adicionales: 4) Cómo la persona hace el problema y 5)
Cómo alguien hace la solución de ese problema. Por ejemplo, si usted despertara
mañana y se dijera a sí mismo: “Es un día perfecto para deprimirse,” usted
podría usar una serie de categorías perceptuales: interna, tactil y una
incrementación negativa. Pero si usted despierta un día en la mañana y decide
que usted quiere ser como Milton Erickson, usted estará incrementando lo
positivo.
El comportamiento humano es a la vez intrapsiquico y relacional. La
siguiente es otra serie de categorías que son interpersonales y sociales.
Interpersonal (Relacional/ Social)
El comportamiento humano tiene valencia interpersonal. La mayoría de los
problemas terapéuticos son relacionales. Las personas desarrollan ciertas
técnicas y tácticas para interactuar con otras, y la manera en la cual uno
interactua podría tener que ver con las siguientes clasificaciones:
1. Orden de nacimiento
3. Extrapunitivo / Intrapunitivo
1. Orden de nacimiento
El hijo mayor o el único tiende a ser tímido, intelectual, serio, consciente y
conservador. Probablemente no es coincidencia que un alto porcentaje de
psicoterapeutas han sido o hijos mayores o hijos únicos, puesto que esos
individuos en sus años formativos a menudo asumen la responsabilidad de ser
cuidadores de sus hermanos o incluso de sus padres— un rol establecido que es
continuado en su profesión de psicoterapeutas.
Los hijos del medio tienden a ser independientes, rebeldes y gregarios. A
menudo son excelentes en el arte. Los hijos menores pueden poseer las
características de sus hermanos mayores. Pueden ser encantadores, inmaduros,
afectuosos y agradables.
Por supuesto, tales declaraciones acerca de las características del orden de
nacimiento sólo son generalizaciones amplias. Sin embargo esas
generalizaciones pueden ser usadas terapéuticamente para aumentar la sumisión
al tratamiento. Por ejemplo los hijos más grandes a menudo pueden ser
motivados con directivas que los inciten a hacerse cargo de las cosas. A aquellos
que nacen entre dos hijos se les podrían dar directivas paradójicas a causa de su
naturaleza rebelde. Los hijos más pequeños pueden ser motivados haciendolos el
centro de la atención.
Se ha escrito mucho acerca del orden del nacimiento. Aquellos interesados
en seguir esta línea de investigación disfrutarán de Born to Rebel: Birth Order,
Family dinamics, and Creative Lives (1977) de Frank Sulloway.
Cuando los pacientes y los estudiantes consultaban con Erickson él no se
pasaba mucho tiempo tomando su historia. En lugar de ello, comunmente les
pedía que contestaran cuestionarios que le daban a él información detallada
acerca del orden de nacimiento y de si tenían una crianza urbana o rural.
(Zeig,1980,p.32) Las características del orden de nacimiento y las características
de aquellos criados en un ambiente rural o en uno urbano le eran de mucho
significado. Erickson creía firmemente que el orden de nacimiento y dónde se
pasaron los individuos sus años formativos tienen un papel importante en el
proceso terapéutico. (Una explicación de la perspectiva de Erickson en la
diferencia entre una orientación urbana y una rural puede ser encontrada en Un
seminario didáctico con Milton H. Erickson, Zeig, 1980,pp.232.)
2. Crianza urbana / Crianza rural
Erickson creía que la gente que crece en el campo estaba orientada hacia el
futuro, mientras que aquellos criados en la ciudad estaban más orientados hacia
el presente (Zeig, 1980,p.231). Erickson fue criado en una granja y estaba
orientado hacia el futuro. Él podría haber adquirido esta orientación de su padre
que en los 90s plantó arbolitos frutales a pesar de las pocas probabilidades de
siquiera alguna vez verles madurar en arboles cargados de frutas. Los dos padres
de Erickson poseían el rasgo de la orientación futura. Al inicio de su
matrimonio, la madre de Erickson enlató un lote especial de conservas. Le dijo a
su marido que compartiría las conservas en su aniversario 50 de bodas. Cuando
ese día llego, la pareja olvido abrirlo. Luego decidieron abrirlo en su aniversario
75. Desafortunadamente sólo celebraron 73 años juntos y las conservas fueron
heredadas al Dr. Erickson y a su esposa.
Milton Erickson pasó sus años formativos en una pequeña granja en el
Winsconsin rural. La granja existía primordialmente para alimentar a la familia.
Los helados inviernos de Winsconsin eran tan duros que la familia a veces
preservaba alimentos para el invierno. Con sus padres como modelos ejemplares
de orientación futura, no es sorpresa que Erickson mismo fuera tan motivado. En
el primer año de matrimonio le dío a su esposa Elizabeth un regalo que le pidió
abriese en su quinto aniversario de bodas.
Yo personalmente encontré los rasgos del pensamiento a largo plazo cuando
tomé una foto espontánea del Dr. y la Sra. Erickson, su hija Roxana y la recién
nacida de ella, Laurel. Antes de tomar la foto, Erickson insistió en tener en la
foto un búho esculpido en palo fierro. En la foto, sentado en su silla de ruedas,
Erickson está acunando a su nieta en su brazo izquierdo mientras que en su mano
izquierda debajo de Laurel, tiene la pequeña escultura del búho de palo fierro
que le regaló a Laurel para celebrar su nacimiento. Laurel fue cariñosamente
apodada “chillidos” por su madre, ya que el poderoso llanto de la bebé sonaba en
un tono agudo. Así que el regalo de Erickson a Laurel fue a propósito. Sin
embargo, más tarde, durante el día, él me señaló un significado menos obvio de
ese regalo y de por qué la escultura del búho tenía que estar en la foto.
El búho chillante le agrega un tremendo significado a la fotografía. Le da a
usted un sentido de humanidad y amabilidad y seriedad también tremenda. Y es
una cosa muy simple. Y es un búho chillón y aunque ella era una niña grande
relativamente hablando, el búho estaba abajo y ella arriba… y a los 16 años,
cuando ella mire la foto, verá la pequeñez del búho y el gran tamaño de la nena.
Esto se va a reunificar con todo su sentido de ser grande en la preparatoria y los
cálidos recuerdos de ser una bebé con ese pequeño búho chillón. Así que usted
puede ver cómo todos esos recuerdos se colocan juntos sin que se note.
(Zeig,1980,pp.312-313).
Erickson estaba creando una intervención, planeada para tener un efecto 16
años en el futuro. Ahora ¡Esa es una orientación rural! Como un niño de granja,
Erickson entendía que cuando uno planta semillas, no se puede esperar recoger
una cosecha inmediata.
La valoración de la crianza rural y la citadina puede hacerse por los estilos
de lenguaje. Alguien criado en un medio urbano jamás diría, “Salté más rápido
que lo que salta un pollo sobre una mariquita.” Una característica que puede
develar mi crianza como neoyorkino es mi etnicidad judía, porque hay más gente
judía viviendo en el medio urbano que en el rural. También mi psique puede
indicar que me pasé el tiempo leyendo libros cuando niño y no trabajando en el
campo. El acento regional, el estilo de lenguaje, el estilo de vestimenta, la
orientación temporal y las características fisicas pueden indicar una crianza o
rural o urbana.
Recuerdo un caso en el que Erickson usó su entendimiento de las
“estaciones de la vida”. Una mujer me fue referida por la Sra. Erickson después
de la muerte del Doctor. Ella había sido antes una paciente del Dr. Erickson
cuando tenía 18 años. El problema que enfrentaba en esa época era el de que se
caía y no había explicación médica. La paciente, una artista, estaba casada con
un marido duro y controlador que era ingeniero. La manifestación física
(ciertamente una metáfora) de la relación disfuncional de la mujer era de que ella
literalmente no se podía mantener de pie bajo la presión de su dominante marido.
Pero Erickson no hizo esa interpretación, no era su estilo.Le sugirió a la pareja
que considerase el divorcio,pero ellos protestaron diciendo que querían seguir
casados por razones religiosas. Erickson los involucró en planes familiares y la
mujer dejó de caerse. Al final del tratamiento, Erickson le dijo, “Usted no
necesita más terapia ahora. Algún momento cuando usted esté en sus cuarentas
usted puede necesitar más terapia.” Fue cuando ella estaba en sus cuarentas que
buscó más terapia y se hizo mi clienta. Nuevamente se estaba cayendo.
Fue la orientación futura de Erickson lo que le permitió crear su pronóstico.
Cuando ella entró a los cuarentas, el último hijo dejó la casa y ella ya no pudo
controlar a su marido controlador. Mi intervención consistió en involucrarla en
uno de sus intereses—la crianza de perros— lo cual tuvo un efecto saludable.
En conclusión, desarrollar una orientación futura puede enriquecer el
trabajo del terapeuta, así como incrementar la efectividad con los pacientes. La
intervención estructural no está necesariamente atada al aquí y ahora. Y el
cambio no ocurre necesariamente de la noche a la mañana. Al mirar al futuro, el
terapéuta puede anticipar temas que su paciente podría enfrentar y diseñar
estratégias que pueden ser utiles en aquellas coyunturas.
3. Extrapunitivo <--> Intrapunitivo
Las personas pueden ser comparadas con los botones de campanas: algunas
son “salidas” otras son “entradas”. Una persona intrapunitiva es autocrítica, y
dirige las fallas hacia adentro, mientras que una persona extrapunitiva a menudo
culpa al mundo exterior por las desgracias (la gente moderadamente
extrapunitiva parece reportar más felicidad que los tipos intrapunitivos).
Una persona intrapunitiva que durmió de más por la noche se queja: “Oh,
¿Cómo pude haber hecho eso?”. En contraste, la persona extrapunitiva podría
exclamar: “¿Qué le pasa a la alarma de este reloj?”
Una persona intrapunitiva que lea este libro podría pensar, “ No soy lo
suficientemente listo como para absorber toda esta información. Debería
haberme quedado en la escuela. Un pensador extrapunitivo podría pensar, “Este
autor no sabe de que está hablando. ¡Debería investigar más!”
Ya que una persona intrapunitiva a menudo se pregunta, “¿Qué estoy
haciendo mal?”, el terapeuta podría usar este pensamiento común para crear una
inducción:
Su mente consciente puede notar todos los errores que usted hace, pero su
mente inconsciente no puede errar en disfrutar desarrollar comodidad.
El terapeuta también le puede presentar a una persona extrapunitiva algo o
alguien a quién culpar y todavía permitirle a esta persona una posibilidad
constructiva:
Su mente consciente puede notar todos los errores que yo hago, pero su
mente inconsciente no puede errar al disfrutar crear cómodidad.
Note que en estos dos ejemplos la “resistencia” se cirscunscribe a la mente
consciente, mientras que la cooperación se le atribuye al inconsciente.
Una directiva terapéutica para un cliente extrapunitivo podría incluir
elementos que rechazar, ya que la gente extrapunitiva tiene la necesidad de
rechazar y /o criticar. Por ejemplo, un terapeuta que está trabajando con un
cliente extrapunitivo que quiere perder peso podría decir: “Cuando usted era
niño, se le dijo, ‘Termínate todo lo que está en el plato y no juegues con tu
comida,’, lo cual estaba bien en esa etapa de su vida, pero se puede retar a las
directivas. Así que en esta semana, en cada comida quiero que usted no se coma
todo lo que está en su plato y juege con entusiasmo con su comida y sea
creativo, pero hágalo plenamente. Usted dijo que está interesado en la
arquitectura, así que acomode su comida en un modelo de construcción o como
una casa. Y entonces levantese de la mesa y con rebeldía deje algo de la comida
en el plato.” Con esta directiva, el cliente extrapunitivo puede tener la delicia de
rechazar uno o más elementos de la asignación compleja del clínico, mientras
que todavía logra la meta total de modificar el ingreso alimenticio.
El equilibrio es la meta preferida para aquella dinámica intrapunitiva< -- >
extrapunitiva, porque tener la flexibilidad de ser autocrítico puede a veces ser
útil. Sin embargo, en general, críticar y asignar la culpa raramente es algo
constructivo. Como los potenciadores y reductores, los tipos extrapunitivos e
intropunitivos tienden a casarse uno con el otro. Eventualmente, puede resultar
en tensiones maritales debido a estas diferencias de personalidad.
4. Absorber <--> Emitir
Todos hemos visto individuos que, como el sol, emiten sus poderosos
“rayos” de tal manera que iluminan todo alrededor de ellos; llenan la habitación
con energía y luz. Por otro lado, están aquellos que absorben energía,
chupandola como una esponja. Esta cualidad de absorber o de emitir energía es
más evidente en situaciones sociales.
Una inducción para un emisor podría comenzar como sigue:
Escuche, acabo de leer éste libro de Jeff Zeig, y aunque que no soy un
experto, pienso que la hipnosis podría serle útil a usted así que me gustaría
usarla. Pero realmente necesito su ayuda. Ayudeme a ayudarle.
Para un absorbedor:
Usted no va a tener que hacer nada. Yo voy a hacer todo el trabajo. La
experiencia de la hipnosis será como un mensaje psicológico.
5. Capacidad de respuesta directa < -- > indirecta
Algunas personas responden mejor a directivas abiertas. Por ejemplo,
aquellos que estan en el ejército a menudo responden a mandatos directos. Lo
mismo es cierto para oficiales de policia y para bomberos, donde también hay
una cadena de mando. Otros son extraordinariamente receptivos a claves
mínimas, tanto, que podrían inconscientemente imitar el comportamiento de
alguien en su presencia. Si un terapeuta hace una respiración profunda y exhala,
sin siquiera darse cuenta, aquellos que son mas receptivos a claves mínimas
harán lo mismo. Quizá porque ellos han desarrollado neuronas espejo.
Con el individuo que tiene capacidad de respuesta directa, el terapeuta
puede usar un abordaje más autoritario. Con aquellos que responden a claves
mínimas, el terapeuta puede usar un método más permisivo, indirecto.
6. Perseguidor <--> Distanciador
En su teoría de sistemas , Thomas Fogarty (1978) habla acerca de la
cercanía en las relaciones y se enfoca en las dificultades inherentes al desarrollo
de la proximidad emocional en las mismas. Fogarty hace notar dos dimensiones
de movimiento en las relaciones: 1) movimiento hacia los objetos y 2)
movimiento hacia la gente. El distanciador tiende a moverse lejos de le gente y
hacia los objetos. El perseguidor se mueve hacia la gente y le da poco valor a los
objetos.
Más que etiquetar a alguien como “distanciador” o “perseguidor”, los
clínicos pueden usar esas dinámicas como motivadores para crear inducciones.
Por ejemplo, para un distanciador: “La hipnosis puede ser muy valiosa para que
usted logre sus metas, pero tomemos algún tiempo para que considere las cosas
cuidadosamente antes de tomar cualquier acción.” Para un perseguidor:
“empecemos a trabajar lo más rápido posible.”
Algunas personas son como monos; otras como tortugas. Si hay un reto,
cierta gente se mueve hacia adelante, mientras que otras se alejan tímidamente.
Con pacientes que se mueven hacia adelante, el terapeuta podría decir: “Vamos a
hacer un plan ahora”. Para aquellos que se alejan, el terapeuta podría decir:
“Vamos a tomarnos nuestro tiempo y a proceder metódicamente.”
7. Uno arriba <--> Uno abajo
Muchas relaciones diádicas tienen dos roles: Uno arriba y uno abajo. (Pero,
hay relaciones que se basan en mantener una igualdad.) El individuo que está
arriba se hace cargo, y toma decisiones basadas en sus preferencias personales.
Por otro lado, los individuos que son uno abajo monitorean su entorno en busca
de señales antes de actuar. Ellos basan sus decisiones en información externa, y a
menudo responden a las instrucciones (abiertas o implicitas) que vienen del
individuo uno arriba. El terapeuta puede observar ambos rasgos por sus
manifestaciones de comportamiento. Los individuos uno arriba tienden a hacer
contacto ocular firme y tienen una postura más audaz; los individuos uno abajo
son más vacilantes.
La dinámica del poder en las relaciones:
Dinámica complementaria y simétrica
En su libro Communication: The Social Matrix of Psychiatry (1954),
Gregory Bateson, observó que todas las comunicaciones contienen un mensaje
implícito acerca de las relaciones y que todas las relaciones podrían
categorizarse como complementarias o como simétricas. Desarrollaron el avance
de las teorías de Bateson los analistas de la comunicación Watzlawick, Beavin y
Jackson (1967) y posteriormente Haley (1963).
En una relación complementaria, la persona uno arriba controla y define la
relación y la uno abajo responde a las iniciativas de la primera. Las relaciones
complementarias tienden a ser estables. En contraposición las relaciones
simétricas son aquellas en las que los participantes insisten en la igualdad y este
tipo de relación tiende a ser inestable.
Dependiendo de las circunstancias, idealmente una persona puede llenar los
papeles uno arriba o uno abajo en la relación puesto que tener flexibilidad es
esencial para una afiliación funcional. Por ejemplo, cuando doy clase en un
taller, estoy en la posición uno arriba, controlando y definiendo la situación. Pero
durante un descanso, puedo estar uno abajo, aprendiendo ávidamente de un
estudiante. Al enseñar en un taller, yo podría asumir una posición simétrica con
un estudiante estimulante, dándonos a uno y otro una oportunidad de aprender.
Los individuos raramente discuten o negocian abiertamente qué posición
asumirán en la relación. Más bien, automáticamente adoptamos una posición u
otra a los pocos segundos de habernos encontrado con el otro individuo. Las
jerarquías son omnipresentes en el comportamiento animal y son parte de
nuestra socio biología evolucionista.
El posicionamiento jerárquico no está confinado al reino animal. Cuando
estuve en mi programa de maestría en psicología clínica en la Universidad del
Estado en San Francisco, se invitó a los estudiantes a pasar el día en el Instituto
Esalen. Will Schutz, el instructor le dijo a los estudiantes que hicieran una línea
desde el frente del cuarto hasta atrás. No me sorprendío que algunos estudiantes
estuvieran luchando por estar al frente en la línea. Sin embargo me sorprendió
que la lucha por estar al final de la línea fue igual de polémica. Lo más
sorprendente fue que la trifulca era igualmente combativa en el medio.
Algunas veces los papeles en una relación se acomodan contextualmente:
Un socio podría asumir una posición uno arriba en situaciones sociales, mientras
que el otro toma el mando cuando se trata de manejar finanzas.
Las relaciones simétricas, una abiertamente iguales, pueden ser tenues e
inestables cuando las dos partes tratan de resolver el asunto de quién va a
dominar o alcanzar el estado uno arriba. Considere este ejemplo de diálogo en
una relación sistémica:
Persona A: He estado estudiando el trabajo de Erickson.
Persona B: Bueno, también yo he estado estudiando a Erickson.
Persona A: Entiendo que la más importante contribución de Erickson a la
hipnosis es el desarrollo de la tecnica de la confusión.
Persona B: Pero lo que yo entiendo de Erickson sugiere que su más
importante contribución es la técnica de intercalamiento.
Persona A: Bueno, Jay Haley dijo que la confusión es parte de cada
inducción hipnótica.
Persona B: Puede ser , pero el artículo de Erickson acerca de la técnica de
intercalamiento fue más importante.
Esta escalada en la puede terminar en una de tres maneras:
Se resuelve en una relación complementaria dónde una persona se vuelve
una arriba; la otra una abajo. La persona A podría parar la escalada diciendo:
“¿Qué dijo Erickson acerca de la técnica de intercalamiento?”
Hay una explosión y la relación termina. La persona A eventualmente
pierde su compostura y grita: “¡No sabes nada del trabajo de Erickson! Me voy.”
(En relaciones fisica o emocionalmente abusivas, las explosiones y violencia
concomitante pueden ser precipitadas por cosas simples.)
La tercera posibilidad involucra un gobernador que es empleado en el
sistema y permite que la tensión escale sólo a cierto grado.
El gobernador puede ser algo tan simple como un gesto verbal, tal como un
socio cruzandose de brazos. Una vez que se exhibe el gobernador, la pareja
puede o retractarse a un papel más complementario, o pueden cambiar el tema y
así la tensión disminuye.
En una relación funcional entre dos iguales fuertes, a menudo se usa un
gobernador, aunque puede no ser reconocido conscientemente. Las parejas
soportan y admiran la fuerza de cada uno y han desarrollado implicitamente
sistemas en los cuales el estrés es modulado. Paul Carter (1982) observó este
fenómeno en una pareja que comenzó a tener problemas maritales después de
que el marido dejó de fumar. Se descubrió que en este sistema de relación de
pareja, tomar un cigarro era una señal encubierta de que había una tensión
incómoda. Luego de que el marido dejó de fumar, había poco para romper la
tensión cuando surgía. Sin un gobernador, el estrés entre dos personas en una
relación simetrica podía escalar dolorosamente.
Las relaciones simétricas que no son gobernadas pueden romperse
rápidamente. Algunas personas luchan consistentemente para dominar en
relaciones en las que no puede lograrse la igualdad. Un ejemplo de esto es la
lista que mantenía una pareja de cuánto dinero había gastado cada uno durante la
semana. Al final de la semana, hacían un balance para asegurarse de que el
intercambio era justo. Una conversación entre individuos en tal relación podría
ser como sigue:
Él: Está bien, la última vez que salimos, tú pagaste el cine y yo pagué la
cena. Esta vez tú puedes pagar la cena y yo la película.
Ella: ¿Estas seguro de eso? Creo que pagué el cine y la cena. Ahora te
toca.
Las relaciones simétricas pueden estar cargadas con frecuentes choques y
conflictos. Ya que muchos aspectos de este tipo de relaciones están abiertas a la
negociación, las luchas se pueden volver omnipresentes, aún en las minucias de
la vida cotidiana. Muchos terapeutas tienen dificultades al trabajar con parejas
simétricas. Cualquier feedback del terapeuta indicando que la pareja está
involucrada en juegos de poder, usualmente no tiene resonancia. Uno de los
miembros podría responder, “ ¿Lucha de poder? Yo no estoy involucrado en una
lucha de poder. Mi pareja puede estar en una lucha de poder ¡pero yo no!”De
pronto el terapeuta le encuentra a él o ella en una relación simétrica en escalada
con el paciente.
Como ya fue mencionado antes, las dificultades pueden surgir donde hay
una incapacidad para asumir de forma flexible (dependiendo de las
circunstancias) un rol uno arriba, uno abajo o uno simétrico. La gente cae dentro
del hábito de asumir rígidamente un rol estereotipado en todas las circunstancias.
Una vez visité a un profesor europeo tan insistente en mantener una posición uno
arriba que se pasaba mucho de nuestro tiempo juntos corrigiendo mi inglés (debo
agregar que incorrectamente).
Erickson era consistentemente uno arriba en sus relaciones. Yo le conocí
cuando tenía 72 años, así que por lo que observé, la posición uno arriba de
Erickson no era sólo un rasgo de personalidad, sino también por su estatus
profesional, edad y autoconfianza. La riqueza en experiencia de Erickson y su
aguda perceptividad le llevaron a controlar y a definir sus relaciones. Observé a
Erickson en la posición uno abajo sólo en una ocasión. Había yo hecho
inadvertidamente un juego de palabras que le sacó de balance, pero él
rápidamente reconquistó su compostura y me remató con otro juego de palabras.
Su recuperación para reinstalarse en su posición uno arriba fue tan rápida que me
confundí y me sobresalté…tanto que hasta este día no puedo recordar el juego de
palabras que hice.
En su trabajo, Erickson más a menudo era uno arriba, lo que es una
posición común para conducir la hipnosis y la psicoterapia, porque en este
módelo el terapeuta trabaja para elicitar estados adaptativos. Sin embargo, a
veces puede ser benéfico ser uno abajo como estrategia terapéutica.
El gran terapeuta familiar, Carl Whitaker, MD. fue un experto en el uso de
la posición uno abajo. Le visité en 1980 cuando estaba en la residencia en la
Clínica de Orientación Infantil de Filadelfia. El escenario era una clase maestra
en terapia familiar en la que los estudiantes estaban en el circulo exterior y la
familia y Whitaker estaban sentados en el circulo interior. El paciente
identificado era un joven adulto psicótico. A poco de comenzar la entrevista,
Whitaker brevemente cayó dormido. Cuando despertó relató un sueño que de
alguna manera era relevante a la dinámica de la familia. Unos pocos minutos
después, se durmió de nuevo y cuando despertó, reportó
otro sueño que resonaba con la familia. La tercera vez que Whitaker se
quedó dormido, al despertar, el padre del paciente le pidió explicación a
Withaker y él admitió, “A menudo me quedo dormido cuando tengo ansiedad.”
La admisión de Whitaker le permitió a los miembros de la familia que
inicialmente tenían ansiedad sentirse más a gusto. El joven psicótico comenzó a
hablar coherentemente. Para cuando terminó la entrevista, la familia tenía
cohesión. Abrazaron a Whitaker y se despidieron.
Como estudiantes, estabamos desconcertados. Whitaker, el pensador
sistémico consumado explicó: “ La locura solamente ocupa un espacio y un
sistema social.” El comportamiento inusual de Whitaker tiene efectos sistémicos:
El comportamiento de los miembros de la familia cambió y ellos se unieron. En
este caso, el cambio fue facilitado por el terapeuta asumiendo una posición uno
abajo.
Años después Whitaker me contó acerca de la única reunión que tuvo con
Erickson. Erickson estaba dando unas conferencias en Atlanta y Whitaker fue al
aeropuerto a encontrarle. Al subir al auto, Erickson preguntó a Whitaker,
“¿Cuántos niños tiene usted?” Whitaker contestó que tenía seis. Erickson le dijo
a Whitaker que él tenía ocho. Whitaker dijo que desde ese momento se
definieron los roles: Erickson estaba uno arriba y Whitaker era uno abajo.
Erickson estuvo consistentemente en la posición uno arriba, trabajando para
crear experiencias evocativas. Su posición era como la de muchos líderes
religiosos. Como hipnotista su papel era el de elicitar cambios en el estado de
sus pacientes y estudiantes, los cuales requerían un rol uno arriba.
Una vez le pregunté a Erickson si alguna vez se había sentido cansado de
enseñar temas similares. Sorprendido contestó, “No, estoy puramente interesado
en lo que yo puedo aprender.” Estar en la posición de uno arriba no le impedía
aprender. Cuando un cliente es inflexible e insiste en mantener una posición
específica, el cambio puede ser impedido o incluso imposible de lograr.
Decirle a una persona uno arriba inflexible que él o ella se esfuerza para
estar uno arriba, es ineficaz para lograr el cambio. Podría no ser central a la
queja que el paciente trae. Todavía más, la respuesta del paciente podría ser una
metacomunicación con la persona diciendo: “Ese es un comentario interesante ,”
porque este tipo de individuo ha desarrollado hábiles maniobras para detener los
desafíos manifiestos a su firme posición de estar uno arriba.
Algunas personas insisten en estar uno abajo, presentándose a menudo
como una víctima por largo tiempo de exagerados infortunios y otras
adversidades. Por ejemplo, la abuela en este diálogo hipotético:
Nieto: Abuela ¿Cómo estás?
Abuela: Oh, estoy sola.
Nieto: ¿Por qué no sales y conoces alguna gente?
Abuela: Oh, me duelen los huesos y es demasiado lejos como para salir del
vecindario.
Nieto: ¿Por qué no le hablas a algunas personas y les haces venir?
Abuela: Quisiera, pero tú no entiendes. Este lugar es un desastre completo y
no tengo la energía para limpiarlo.
Nieto: ¿Por qué no llamas a alguien y hablan por teléfono?
Abuela: Yo quisiera, pero no puedo oír bien. Y me quita mucha energía.
Examinando de cerca hay una interesante dinámica subyacente de la abuela
que parece estar en posición uno abajo. Mientras que la abuela está claramente
presentándose a sí misma en un rol de víctima, está controlando y definiendo la
relación tanto como lo haría una persona uno arriba. Bateson describe esta
posición como “meta complementaria.” (Haley 1963) Un vínculo meta
complementario ocurre cuando una persona asume una posición una abajo para
realmente volverse uno arriba. Se le llama vínculo porque la persona no se
define o se experimenta como una arriba. En la nomenclatura psiquiátrica
tradicional, éste es el proceso llamado “ganancia secundaria.”
Pero el discutir la ganancia secundaria con alguien raramente produce un
cambio terapéutico. Sí usted le sugiriera a una persona uno abajo recalcitrante
como la abuela, que está controlando la situación usando sus síntomas, ella
replicaría. “¿Qué quieres decir con que yo estoy controlando? ¡Yo soy la que está
sufriendo!”
Durante mi internado de postgrado traté a una mujer que tenía miedo de
aventurarse en las tiendas. Curiosamente su apodo era un sinónimo de
“tienda”. Su marido tenía una personalidad uno arriba. El miedo de la mujer
le ponía más profundamente en la posición uno abajo. Pero, ya que su condición
le evitaba hacer las compras familiares, una tarea que su esposo tenía que hacer,
ella ganaba algo de control en su relación marital, lo que la ponía en la posición
metacomplementaria uno arriba. En esa época yo no reconocía los desequilibrios
en el matrimonio, y el esfuerzo de la esposa para lograr paridad y competencia.
Hoy, si fuese a tratar un caso similar, sugeriría terapia de pareja.
La persona uno arriba no sólo controla y define la situación, también induce
un rol en la persona uno abajo, lo que puede ser funcional o maladaptativo. Los
roles implícitamente asignados a la persona uno abajo podrían incluir ser
estúpido, no querido o incompetente. Pero la persona una arriba podría también
“inducir” en la otra persona roles constructivos, tales como ser inteligente o
creativo.
Ya que la persona uno arriba puede inducir roles y estados adaptativos, es
significativo para la terapia estar en esta posición. Considere a una familia con
una jerarquía perturbada dónde un niño desatado domina a sus padres. Al tomar
control de esta relación, el niño tiene el poder de inducir los roles en los padres
de ser incompetentes e impotentes. En su libro clásico, Strategic Family Therapy
(1981) Cloé Madanes demostró que usar terapia estratégica para alterar las
jerarquías familiares es terapéutico y puede aliviar los síntomas. Puede a menudo
lograrse reacomodar la jerarquía a través de un abordaje de “hemisferio
derecho”, tal como asignar tareas o usar la comunicación metafórica.
Usualmente es de poco valor una discusión directa para cambiar la dinámica
jerárquica poder / status, ya que el competir por la posición no ocurre totalmente
en el nivel verbal consciente, sino que se navega implícitamente. Al
entrevistarnos con alguien no nos decimos: ”Bueno, en esta situación, voy a ser
uno arriba o uno abajo.” Sin embargo, como se expuso antes, esos roles son
determinados en los primeros segundos de un encuentro a través de
comportamiento no verbal tal como el porte, tono, postura, etc.
Intervenciones usando jerarquías
Un principio heurístico (N° 18) es : La psicoterapia puede ser efectuada en
el mismo nivel en el que se generó el problema. Si un problema es generado en
niveles verbales, puede ser resuelto a través de la discusión abierta. Si el
problema se genera en niveles “implicitos” (“inconsciente” o límbico), la terapia
puede ser dirigida ahí. Puede usarse comunicación basada en nuestra evolución
sociobiológica. Los métodos vivenciales se dirijen a y activan centros cerebrales
inferiores. La mayoría de los problemas se generan al nivel de las asociaciones
preconscientes que no son intencionales. Por eso pueden ser etécnicas
terapéuticas efectivas las tareas, metáforas y otros métodos del “hemisferio
derecho“ que usan la “comunicación límbica” y elicitan nuevas asociaciones y
desconectan conjuntos rígidos mal adaptativos. Hacer consciente lo inconsciente
no es el único camino al cambio. Así como el niño que está aprendiendo un
lenguaje lo hace principalmente a través de procesos inconscientes, otros
cambios en el comportamiento humano pueden hacerse sin mediación
consciente.
Paul Watzlawick (1982,p. 150) da un ejemplo excelente de Erickson usando
un método de hemisferio derecho (también reportado en Haley,1973):
Una pareja manejaban juntos un pequeño restaurante y constantemente
discutían acerca de la mejor manera de manejarlo. La esposa insistía en que el
marido debería estar a cargo, porque ella preferiría estar en la casa. El marido
señalaba que ella nunca le dejaría hacer eso porque ella pensaba que sin su
supervisión, él iba a arruinar el negocio. Luego de una detallada exploración de
esta interacción en la que la causa típicamente produce un efecto que se remite
a la causa, Erickson les dio una prescripción de comportamiento. Cada mañana
el esposo iba a ir al restaurante media hora antes que su esposa. Este simple
cambio, aparentemente tan “alejado” del problema “real” lanzó afuera por
completo el mecanismo arraigado de su interacción crónica con un ciclo vicioso
descentrado. Cuando la esposa llegó al restaurante, ella estaba ahora
irremediablemente retrasada en su rutina y el marido ya había completado parte
de sus funciones aparentemente irreemplazables. Ella pronto se dio cuenta de
que podría llegar una hora después, o incluso más tarde y también encontró que
no tenía que quedarse con él hasta la hora de cerrar. Así que ella encontró más
y más tiempo para dedicarse a su casa y él se volvió cada vez más capaz de
manejar por sí solo el restaurante.
Erickson estaba muy atento a los estilos habituales uno arriba y uno abajo, y
a menudo usaba tareas estratégicas, bromas e incluso técnicas de confusión para
romper patrones inflexibles de comportamiento. Puesto que una de las
principales metas de la terapia es elicitar roles más efectivos, es importante que
el terapeuta aprenda a valorar los estilos jerárquicos.
Más aún, los terapeutas deben mantener en mente la dinámica del poder de
la relación terapeuta – paciente. Para inducir el cambio, el terapeuta debe estar
en la posición uno arriba. Además, el paciente está pagandole al terapeuta para
guiar la experiencia en una dirección adaptativa. Y la conversación en la terapia
es predominantemente unilateral, en la que el clínico se enfoca en la situación
del paciente. Si el paciente está consistentemente uno arriba, el terapeuta no va a
tener éxito.
El trabajo del terapeuta es trabajar en nombre del paciente para elicitar el
cambio. Esto sólo puede lograrse cuando el terapeuta está en la posición uno
arriba— controlando y definiendo la relación en una manera derivada del
entrenamiento profesional y de la experiencia. Todavía más, es trabajo del
terapeuta inducir o elicitar estados y roles sociales adaptativos, lo que requiere
controlar y definir las relaciones. Los métodos que ofrecen relaciones
vivenciales son centrales a la terapia efectiva y requiere que el clínico está en la
posición uno arriba.
Usando la dinámica de poder en la personalización de la hipnosis
Al usar una inducción por fijación ocular con una persona uno arriba, el
terapeuta debería comenzar por decir: ¿Ve esa estatuilla en mi escritorio? Sólo
mire en esa dirección general. Esta estratégia le da opciones al paciente. La
persona uno arriba valora hacerse cargo y esta instrucción da la oportunidad de
hacerlo. Todavía más, la opción ofrecida está confinada dentro del marco de la
hipnosis y dentro de los parámetros vagamente definidos por el terapeuta.
Una fijación ocular con una persona uno abajo puede ser más directa: ¿Ve
esa estatuilla en mi escritorio? Mire el reflejo de la luz en la punta y uselo para
enfocar su atención visual.
El terapeuta también puede moverse lejos de la polaridad preferida.
La hipnosis con una persona uno arriba puede progresar de tál modo que el
individuo se sienta cada vez más cómodo en la posición uno abajo. Con una
persona uno abajo, el terapeuta podría asumir una postura metacomplementaria
de también estar uno abajo, para animar implícitamente al paciente a fin de ser
más asertivo.
En 1964, Erickson condujo una inducción con una mujer que tendía a ser
uno abajo. A la mitad de la inducción, repentinamente él le dijo, con una
cadenciosa voz aniñada, “Sabes, mi nombre es Milton. Mi mamá me puso este
nombre hace mucho tiempo.” Al imitar la voz de un niñito, Erickson estaba en
parte, evocando la realización* de la mujer de una relación madre hijo, lo que en
efecto provocó a la paciente a la posición uno arriba y subsecuentemente ella
comentó que Milton era un “bonito nombre.”
Resumen
Las categorías de valoración delineadas en este capítulo son las que yo uso
más a menudo en mi trabajo. Sin embargo existen muchas otras categorias
incluyendo: Afiliativo/Independiente; Espectador/Participante;
Defensor/Atacante; Abstracto/Concreto; Cálido/Frío; Abierto/Cerrado; Basado
en sumisión/Basado en desafío; Consistente/Inconsistente;
Introvertido/Extrovertido; Global/Específico; Flexible/Rígido, etc. Otros
profesionistas tendrán diferentes perspectivas y crearán su propia lista de
categorías de evaluación.
Ahora, no significa que esas categorías son definitivas, sino que se pueden
usar en formas multiples:
1. Como poste indicador que guíe al terapeuta para crear inducciones
hipnóticas efectivas. Para crear una diferencia subjetiva, trabajando con y
contra la polaridad preferida.
Nuevamente, no hay una medida absoluta de dónde puede caer un cliente a
lo largo del espectro de polaridades. Las interpretaciones son estrictamente
dependientes del punto de referencia del terapeuta individual. Por ejemplo, un
terapeuta podría valorar al paciente como externo mientras que otro lo vería
como interno. De hecho, el paciente podría simplemente ser más externo que el
primer clínico— y más interno que el segundo. En la misma vena, un clínico
altamente intrapunitivo podría valorar al cliente como extrapunitivo. En ambos
ejemplos, la distinción se relaciona con las propias características del terapeuta.
La valoración usando esas categorías es un asunto de percepción no de ciencia.
Otro método de valoración involucra el uso de distinciones que identifican
patrones característicos. Algunos patrones se establecen biológicamente.
Patrones de acciones fijas
Un patrón de acción fija es una respuesta instintiva en el comportamiento
animal disparado por un estímulo específico. Este patrón ha sido extensamente
estudiado por los etólogos. Una vez disparado, el patrón no puede detenerse y
debe realizarse hasta que se complete. Un ejemplo es la danza de apareamiento
de algunas especies de pajaros. Aunque algunos expertos pueden no considerar a
los patrones de acción fija como parte del comportamiento humano, hay
procesos redundantes en el ser humano que parecen sorprendentemente
similares.
Imagine por un momento que estamos observado discretamente a un grupo
de personas que acaban de presenciar una crisis seria. En poco tiempo,
notaríamos una respuesta en formas marcadamente diferentes—la capacidad de
respuesta se fragmenta en formas características.
Así, podría haber una respuesta fisiológica: algunos podrían demostrar una
reacción de diuresis; algunos, una peristáltica (sí, en lenguaje popular algunos
podrían “mearse de miedo” y otros “cagarse de miedo”).
También hay diferencias características en estilos de personalidad cuando se
les confronta con una excitación limbica. Una persona podría actuar como león
atrevido; otros como gacelas asustadas; otros como zarigüeyas, que juegan a
ponerse “catatónicos como zarigüeyas”; otros como cervatillos paralizados; otros
retirandose como tortugas; otros como jóvenes animales que quieren correr con
la madre. Cuando se les enfrenta a dificultades serias, característicamente
algunas personas pelean, otras huyen, algunas se pliegan, algunas se congelan,
algunas se esconden, algunas se aferran y algunas se someten y dejan que otros
tomen el mando. Entre los animales, la respuesta más común al peligro es la de
huir.
Habría también una respuesta emocional característica. Dependiendo del
maquillaje emocional y de los hábitos, algunas personas mostrarían miedo,
mientras que otras exhibirían rabia, excitación, frustracion y hasta culpa.
Si los padres de esos individuos estuviesen en la escena, es probable que
podríamos igualarles con sus hijos, basándonos en las estrategias de resolución
de problemas de los padres y de los individuos. Las estrategias a menudo se
transmiten por generaciones. Las estrategias de resolución de problemas
probablemente no son una predisposición genética sino más bien la transferencia
de un conjunto de conductas aprendidas, de patrones de acción fijos que la gente
exhibe cuando observan y reaccionan a sus mundos. Quizá algunos son
epigenéticos. A estos patrones de comportamiento fisiológicos, sociales y/o
emocionales o “herencias familiares” se les puede llamar tambien “ganchos”.
Ganchos
Los pacientes no pueden sólo ser evaluados de acuerdo a categorías de
valoración. Un terapeuta puede también considerar las posiciones o ganchos
característicos de los pacientes, los cuales determinan cómo un paciente
actúa y reacciona. Ganchos específicos conducen a patrones repetitivos y
redundantes de comportamiento a los cuales el paciente comúnmente se adhiere.
Tienen un valor relacional y son a menudo mecanismos que la gente usa para
mantener la homeostasis en una relación.
Fisch, Weakland y Segal (1983) fueron los primeros en escribir sobre el
concepto de “ganchos.” (En subsecuentes publicaciones de sus trabajos, los
autores reemplazaron el término con el de “posturas.”) Aprendí sobre esos
ganchos hace más de 10 años antes de leer el libro de los autores en un seminario
de entrenamiento al que asistí en el Mental Research Institute a principios de los
setentas.
Las categorías de valoraciones que presenté antes tienen un valor
heurístico, pero hay un riesgo inherente en un terapeuta rigidamente adherido a
las categorías. Por ejemplo, podría ser fácil categorizar abiertamente a alguien
como un potenciador, pero dudo si esto tendría valor terapéutico. Es un enfoque
más fluido y flexible pensar en terminos de ganchos de un paciente. Es un asunto
de evaluar la posición que un paciente toma. Como se indicó previamente,
Erickson no estaba interesado en etiquetar o categorizar a los pacientes, pero
implícitamente usaba ganchos para avanzar la terapia.
Un gancho no tiene que ser juzgado como si fuera o positivo o negativo; un
gancho simplemente representa la posición de una persona. He aquí algunos
ejemplos:
1. Ser tentativo.
1. Mentir.
1. Moverse lentamente.
Positivos o negativos, los ganchos son lo que la gente valora. Por ejemplo,
algunas personas pueden estar enganchadas en mentir, dándole valor por lo que
se les pueda brindar, quizá incluso sintiendo derecho a dedicarse al engaño,
mientras que otros pueden valorar la honestidad y sentirse orgullosos de siempre
decir la verdad.
Los ganchos abarcan más que sólo rasgos de personalidad. Erickson una
vez me autografió un libro con la declaración: “Sólo un libro más para rizar su
cabello,” porque él sabía que yo estaba orgulloso de mi pelo y le daba valor a mi
cabello rizado.
Los ganchos pueden haber tenido valor para un cliente en el pasado, pero
pueden no ser adaptativos en el presente. Y todavía más, una vez que un patrón
de comportamiento es iniciado, tiende a continuar hasta que el patrón se
complete.
El concepto de determinar los ganchos de un paciente funciona en dos
niveles: 1) Ofrece al terapeuta una valoración acerca del paciente, y 2) Puede
usarse para personalizar las directivas, con el terapeuta usando ganchos como
herramientas para individualizar el tratamiento.
Hay una tendencia de las personas a comportarse de la manera en que ellos
aprecian y aprecian la forma en que se comportan. Una vez que los sistemas de
valores del cliente son determinados, la terapia puede entonces ser personalizada
para ajustarse a ese sistema; en otras palabras, se enfoca a través de las lentes del
paciente. Por ejemplo, si el paciente valora ser desinteresado, la terapia puede
ser enganchada a ese valor animando al paciente a cambiar para el beneficio de
otros. Para un individuo egoísta, la terapia puede ser enmarcada solamente para
la ganancia personal del paciente.
Los ganchos generalmente son patrones preconscientes. Mucha gente
piensa poco en ellos, o no se percatan de ellos en absoluto. Los pacientes pueden
ignorar sus ganchos de la misma manera que ignoramos informacion de estado
continuo como la música que se toca en una tienda, restaurant o elevador o el
zumbido de un aire acondicionado o el motor de un auto. Sin embargo los
terapéutas deberían estar conscientes de los ganchos porque usarlos puede hacer
avanzar la terapia.
Hay un número infinito de ganchos a los cuales los pacientes pueden estar
apegados. Voy a dar ocho categorías que yo he identificado y que
frecuentemente uso para guiar mis evaluaciones. Esas distinciones pueden
ayudar a los clínicos a contestar la meta cuestión: “¿Qué posición toma el
paciente?” La mejor orientación posible es la de minimizar el uso rígido de
distinciones y enfocarse en la meta cuestión, pero las siguientes distinciones
pueden ser utiles al terapeuta para determinar el mejor tratamiento.
1. Patrones de personalidad/ Roles sociales
Los patrones de personalidad son de facil valoración para el clínico. Tuve
una vez un paciente que era hijo único. Uno de sus padres tenía una severa
incapacidad; el otro, severos problemas emocionales. Desde una edad temprana,
al paciente se le había enseñado a ser “tranquilo,” “cuidadoso, “ y
“responsable.”Aprendió las lecciones bien y se enganchó en esos
comportamientos, y así fue altamente competente en situaciones donde esos
comportamientos fueron valiosos y necesarios. Desafortunadamente, su patrón
de personalidad entorpecia su habilidad para soltarse en situaciones en que
requería diferente repertorio, tal como ser festivo con su familia. Para ayudarle,
también valoré sus ganchos y se enfatizó a través de directivas terapéuticas
(incluyendo hipnosis) la utilidad de procesos que fueran tranquilos, cuidadosos y
responsables, pero conducentes a resultados adaptativos.
Otros patrones de personalidad que los pacientes muestran podrían incluir
sentirse inadecuado, ser crítico, leal, confiado, etcétera. Esos patrones de
personalidad son roles sociales a los cuales uno se habitúa.
2. Patrones de lenguaje
Para establecer el rapport y ofrecer directivas, le es valioso al clínico
entender los ganchos lingüisticos. Ciertos patrones de lenguaje a menudo
acompañan a patrones de personalidad. Por ejemplo, una persona altamente
organizada puede ser extremadamente precisa en su habla, escogiendo muy
cuidadosamente las palabras y las frases.
Los patrones lingüisticos pueden ser terapéuticamente utiles, pero son a
veces dificiles de discernir porque se mezclan a la perfección dentro de la
comunicación del cliente y, como se mencionó anteriormente tendemos a ignorar
información de estado continuo, las redundancias. Algunos clientes de manera
repetida pueden usar cualificadores minimizantes tales como: “un poco,” “algo,”
“sólo tantito,”o “parece.” También, los patrones de lenguaje pueden indicar la
naturaleza del problema del paciente. Por ejemplo, los pacientes ansiosos pueden
usar frases por default tales cómo: “¿Que tal si…?” Los clientes deprimidos
pueden usar frases tales como: “Si sólo…”La comunicación de un paciente
puede estar salteada con palabras de relleno y frases tales como, “Okay, así
que…,” “Quiero decir…,” ”…como…,””Así que de cualquier manera…,” y
“¿…sabes?” Esas pueden parecer declaraciones inutiles, pero para desarrollar
rapport, un clínico puede sutilmente reflejar y utilizar efectivamente las palabras
y frases familiares redundantes y cómodas del paciente. Usar los patrones de
lenguaje del paciente puede también hacer a las sugestiones subsiguientes más
memorables y efectivas.
Otros patrones lingüisticos que los clientes usan, incluyen figuras del habla
y metáforas. Los clientes pueden ser formales en su lenguaje, o usar jerga o
coloquialismos. Y otra vez, el terapeuta puede recoger cualquier expresión que el
cliente usa para avanzar el tratamiento.
Los patrones de lenguaje pueden facilitar la hipnosis. Cuando un individuo
habitualmente contesta “no” cuando se le presenta con una cuestión “sí” o “no”,
el terapeuta puede utilizar este patrón por usar una negación doble o hasta triple
para una directiva terapeutica:
No es que usted no quiera hacer ejercicio esta semana,¿no?
Los síntomas descriptores pueden ser reencuadrados hipnóticamente. Por
ejemplo, si un paciente describe su dolor físico como “quemante, presión, y
dolor exquisito,” en una inducción hipnótica, el clínico puede reencuadrar las
palabras sintomas como palabras hipnóticas:
No hay necesidad de experimentar la presión…de estar comodamente
sentada en la silla. Su mente interna puede monitorizar la presión… de sus
manos descansando en su regazo y hacer los ajustes que pueden incrementar su
sensación de una comodidad en desarrollo. Y usted puede de pronto realizar*
los momentos de comodidad de cuando era una niña, recordando como tenía un
deseo quemante de jugar con amigos y cómo la esquisitez de sus amigos le hizo
sentirse cómoda.
Los micrométodos, tales como reencuadrar a las palabras sintomáticas
como palabras hipnóticas, no son sólo benéficos, sino que pueden trabajar
sinergísticamente con otros métodos.
Cuando comencé mi carrera como terapeuta, yo escribía lo que el paciente
decía en la primera sesión de tal modo que luego podía analizar las redundancias
del lenguaje. Eventualmente, me sintonizé a las redundancias y ya no necesité
registrar más las primeras sesiones, pero fue útil al principio.
3. Ausencias conspicuas
Con entrenamiento, los terapeutas pueden sintonizarse a sí mismos para
notar comportamientos que están conspicuamente ausentes en el paciente. Por
supuesto, “ausencia conspicua”es un oxímoron. Pero cuidado: Lo que está
ausente a menudo es más difícil de percibir que una aberración real.
La ausencia conspicua puede ser psicológica o física. Psicológicamente,
alguien podría tener una ausencia conspicua de asertividad o de otra emoción.
Algunas personas tienen una ausencia fisica. Tengo un amigo cuyos dedos
fueron amputados, pero pasaron semanas hasta que me di cuenta.
Erickson contó numerosas historias acerca de estudiantes que no reconocian
las cosas que deberían haber sido obvias. Por ejemplo, uno de sus estudiantes
trajo con él a su esposa para ver a Erickson y Erickson le hizo notar que la
esposa del estudiante tenía los dedos de los pies palmeados. El estudiante no
había notado antes que su esposa tenía los dedos palmeados, pero todavía más
curioso, la esposa no lo reconoció sino hasta que Erickson se lo hizo notar.
Para compensar la ceguera por falta de atención, Erickson instruía a sus
estudiantes a notar ausencias conspicuas en pacientes al entrevistarse con ellos,
de tal manera que el comportamiento y los problemas del paciente podrían
entenderse mejor. Erickson decía que los estudiantes deberían ser conscientes de
si un paciente tiene buena vista en ambos ojos; si puede oir bien en ambos oídos;
si tiene diez dedos funcionales,etc.
También puede haber ausencias conspicuas en el lenguaje verbal y corporal.
Alguién podría no usar adjetivos y adverbios, o los movimientos corporales
podrían estar restringidos. Quizá falte un comportamiento prosocial como la
sonrisa o la risa. Algunas personas pueden valorar no tener cierta calidad o
comportamiento en su maquillaje psicosocial (emocional/ de
comportamiento/social). Por ejemplo, se pueden sentir orgullosos de que
raramente se enojan o lloran.
4. Patrones no verbales
Los patrones no verbales pueden incluir un intenso contacto ocular o una
evitación de éste. Algunos individuos disfrutan ser tocados, pero otros se alejan
de ello. Los clientes pueden usar gesticulaciones características cuando hablan
que pueden ser amplias o pequeñas, expresivas o crípticas. Las maniobras de
proximidad, tal como acercarse o alejarse de la gente y requerir más espacio
personal son patrones no verbales. El terapeuta puede volverse experto en notar
estas características y más.
5. Operaciones de seguridad
Yo uso el término “operaciones de seguridad” para describir una subclase
específica de comportamientos verbales y no verbales que la gente usa para
promover comodidad psicosocial. Tales conductas podrían ser tan simples como
rascarse la cabeza, jugar con el cabello, estirar las piernas o mascullar “u- uh.”
Sin embargo, las operaciones de seguridad no son necesariamente efectivas para
lograr la comodidad psicológica. Quizá una operación de seguridad fue efectiva
en el pasado, pero a la larga, las operaciones de seguridad raramente tienen una
función adaptativa. Por ejemplo, una compulsión tal como el lavado de manos
(considerado una actividad neutralizadora) puede inicialmente aliviar el miedo
de una persona a contaminarse, pero cuando se hace continuamente, ya no
soslaya el temor, sino que promueve la ansiedad.
Los terapeutas deberían poner mucha atención a los manierismos de los
pacientes, especialmente en situaciones de estrés, esto es, temprano en la primera
sesión. Este es un momento en que los pacientes se sienten con más
incertidumbre y por eso mostrarán activamente operaciones de seguridad Los
terapeutas pueden utilizar constructivamente las operaciones de seguridad de un
paciente cuando realizan una inducción hipnótica o fantasía guiada. Por ejemplo,
si un cliente siempre cruza los brazos sobre su pecho, el terapeuta puede ofrecer
una historia en la que el protagonista supera un problema y entonces de manera
triunfal cruza los brazos sobre su pecho.
6. Tiempo
Las personas tienden a tener una orientación pasada, presente o futura y la
manera en la que alguien se orienta en el tiempo podría contribuir al problema
presentado. De ser así, el terapeuta puede crear un plan de tratamiento usando la
orientación del paciente. Considere al paciente cuya conversación está llena de
referencias al pasado. Estar involucrado abiertamente con un pasado sin cambios
puede contribuir a la depresión. De manera similar, alguien que intensamente
anticipa el futuro, a menudo experimenta ansiedad. Cuando se crea una
inducción para un paciente que está obsesionado con el pasado o con el futuro, el
terapeuta puede intentar reorientarle a enfocarse más en el presente. Por su
naturaleza, una inducción hipnótica tiende a absorber al paciente en la
experiencia inmediata (Vea a Zeig, 2014), y por lo tanto está orientado al
presente.
Pero alguien también puede estar demasiado orientado al presente. Por
ejemplo, si un adolescente está sólo interesado en “lo que está sucediendo
ahora,” él podría fracasar para considerar las lecciones del pasado o estar
consciente de las posibles consecuencias futuras. Este adolescente debería estar
viviendo “a tiempo.” Pero, la posición ideal es vivir “a través del tiempo,” dónde
uno vive en el presente, se dirige hacia el futuro, pero todavía considera las
lecciones pasadas y las consecuencias futuras.
Evaluar cómo alguien se relaciona con el tiempo también puede incluir
notar si una persona prefiere hacer las cosas de manera lenta o rápidamente.
Tales problemas son exacerbados por la manera en la que los individuos usan el
tiempo. La sobrealimentación y la ansiedad están a menudo basadas en hacer las
cosas rápidamente. Para más información vea The time Paradox; The New
Psychology of Time that will Change Your Life por Philip Zimbardo (2009).
7. Requerimientos relacionales
Los requerimientos relacionales son procesos por los cuales los individuos,
abiertamente o en forma encubierta requieren algo de otra persona. Es más fácil
notar un requerimiento relacional cuando se trabaja con parejas o con familias
que cuando se trabaja con un cliente individual. Los ejemplos de requerimientos
relacionales serían los de una persona que de manera irracional requiere que otra
hable de cierta manera (lentamente o de manera distinta); necesitar que la otra
parte exprese vulnerabilidad; consistentemente interrumpir en terapia de parejas
para comentar y explicar el comportamiento de la pareja; demandar asesoría
explicita; y obsesivamente necesitar saber por qué algo es de la manera que es.
A menudo es el caso de que los requerimientos relacionales son un
indicador de angustia psicológica: entre más intenso y demandante es el cliente
con sus requerimientos relacionales, más severo es el problema de personalidad.
De aquí que es importante que los terapeutas identifiquen patrones relacionales.
Muchos clínicos encuentran difícil describir patrones de interacción y
discernir las reglas implícitas que gobiernan las relaciones, especialmente
aquellas que son íntimas. Nuestro vocabulario está diseñado en torno a
descripciones centradas en personas, y no en patrones de interacción. El amor y
la ira se describen primariamente como estados internos, pero esas emociones
también podrían ser patrones de interacción entre personas. Por ejemplo, una
definición interaccional del amor podría ser descrita usando el acrónimo
TOPEFO: Tomar Obvio Placer en la Felicidad del Otro. El amor es un patrón de
interacción en el cuál las partes disfrutan abiertamente cuando la otra parte
significativa está ocupada con algo que disfruta. Una vez que el terapeuta tiene
experiencia en terapia familiar o de parejas, la comprensión sistémica de los
patrones a menudo emerge.
8. Secuencias
Cuando se deconstruyen, las anclas consisten en componentes y secuencias;
no son entidades estáticas. Las anclas son patrones repetitivos y redundantes de
comportamiento que transcurren en el tiempo. En Games People Play (1964),
Eric Berne da una brillante descripción de patrones secuenciales a los que les
llama “juegos.”
Aquí está la formula secuencial para los juegos: Timo + Estratagema --->
Respuesta---> Cambio ---> Confusión---> Mal sentimiento en consecuencia.
Una analogía para explicarlo: Un pez nadando en un lago ve una lombriz
colgando de un anzuelo. El timo es la lombriz colgando designada a capturar la
atención y la “estratagema” en la terminología de Berne es la debilidad (quizás
inatención o hambre) que le permite al pez obviar el anzuelo. El pez quiere el
gusano, así que la respuesta es morderlo. El cambio es cuando se jala el carrete.
Hay un momento de confusión porque el pez no espera el cambio. En esta
analogía, el mal sentimiento que resulta es la muerte del pez.
He aquí una analogía en los negocios: La persona A le dice a la persona B
que le encantaría abrir un negocio, pero no tiene dinero. La persona B ofrece
proveer el financiamiento. La persona A acepta la oferta, pero cuando avanza
con su plan de negocios, la persona B repentinamente retira el soporte
financiero, para el desánimo y la confusión de la persona A que estaba tan
prendida en su entusiasmo que no consideró la historia de la persona B al ofrecer
ayuda en nuevas aventuras de negocios, pero que luego abruptamente se retira
del trato. El plan de negocios de la persona A se cae por completo y la persona
sufre dificultades financieras.
Los juegos que la gente juega están compuestos de pasos secuenciales.
Ahora, una secuencia no es suficiente para evaluar un patrón, pero un terapeuta
con experiencia eventualmente reconocerá un patrón y será capaz de usarlo
terapéuticamente.
He aquí un ejemplo de secuencia:
Paciente: Me estoy sintiendo angustiado, tambaleándome en el borde del
agotamiento.
Terapeuta: Yo diría que ya es momento de unas vacaciones.
Paciente: Es una idea excelente. Pero no me puedo tomar vacaciones. Creo
que me tomaré el fin de semana.
Terapeuta: Un minuto…no podemos hacer un viaje de fin de semana porque
mi esposa está trabajando en un importante proyecto. Pasará un buen tiempo
antes de que siquiera podamos salir un día. Nunca voy a poder descansar. Las
cosas no parecen salirme bien. Todos los demás se toman vacaciones pero
imagino que no me merezco unas vacaciones de verdad.
La secuencia de este paciente puede deconstruirse en seis pasos:
1. Pide consejo por implicación.
En el análisis transaccional, este patrón puede ser etiquetado como el juego
de “Sí-Pero.”
Esta secuencia puede ser usada constructivamente, por ejemplo, al formular
una inducción hipnótica. El principio de utilización (N°19) dicta que cualquier
cosa que el cliente haga para crear un problema puede también ser reconvertido
para crear una solución. La secuencia de un problema puede ser incorporada en
un procedimiento hipnótico mediante el cual los elementos se reformulan
constructivamente y el resultado es constructivo.
La siguiente es una hipotética secuencia de inducción para este paciente:
1. Podría encontrarse cómodo mientras es guiado sin esfuerzo por su mente
interna ...
3. …aunque podría haber ahí otra experiencia tal como un recuerdo o una
imagen que usted piensa que le ayudará a obtener mejor esa comodidad.
Además de crear inducciones hipnóticas, hay otras maneras de utilizar
secuencias. Y, el efecto de la utilización combinada de las estrategias puede ser
sinergístico. Es el trabajo del terapeuta envolver para regalo a los conceptos de
tal manera que el cliente los realice* y entonces asuma estados adaptativos.
Presentar los pasos de una secuencia ofrece insight a los clínicos de cómo la
secuencia puede ser rota. Un objetivo común es interrumpir la secuencia en un
punto débil. Esto se puede hacer agregando un paso. Por ejemplo, en el ejemplo
anterior, en el punto en el que el paciente se entusiasma por el consejo del
terapeuta, éste debería interponer la sugestión de que el paciente haga una pausa,
haga una respiración profunda, acaricie su cara o que se ocupe en alguna otra
acción aparentemente inocente. Cualquier directiva podría ser valiosa en esta
coyuntura, porque una pequeña modificación en la secuencia puede tener un
efecto de bola de nieve para elicitar el cambio.
El terapeuta podría también traer la secuencia a la atención del paciente, y
entonces ambos, paciente y terapeuta pueden desarrollar formas de romper el
patrón total. En psicoterapia, ciertamente hay un lugar para el insight y algunos
pacientes se pueden beneficiar de darse cuenta de un patrón inconsciente.
La octava distinción puede ser útil para hacer una valoración y entender la
posición que el cliente tome. Los “ganchos” pueden también ser considerados
elementos de las categorías de evaluación. Por ejemplo, una persona que está
uno arriba en una relación tiene maneras específicas de relacionarse al tiempo, y
usa formas específicas de lenguaje, patrones no verbales, secuencias, ausencias
conspicuas, requerimientos relacionales y operaciones de seguridad. Hay
también elementos de cualquier patrón de personalidad—adaptativo o
maladaptativo.
En resumen, crear una evaluación es algo básicamente estructural, esto es,
dirigirse a patrones existentes en el presente que pueden ser fundamentales para
decidir las metas del tratamiento, los métodos de envolver para regalo e incluso
procesos terapéuticos. Una evaluación estructural es una forma detallada de
determinar cómo el cliente hace el problema. Para lograr la evaluación, el
terapeuta puede crear un mapa en el cual los elementos pueden ser especificados
para promover el cambio de una manera más efectiva.
Mientras que las categorías de evaluación y los ganchos son un
fundamento, mapas más complejos pueden ser creados para mejorar los
resultados del tratamiento. En el capítulo siguiente regresamos a la depresión
como ejemplo usado en el mapeo complejo.
Los principios de este capítulo:
17. Sugiera--->Motive
18. La psicoterapia puede ser realizada en el mismo nivel en el que el
problema es generado.
19. Cualquier cosa que el paciente haga para crear un problema podría
también ser reconvertida para crear una solución.
6. Mapeo avanzado
Introducción
Una orientación fenomenológica a la “depresión” conduce a ver la
depresión como una construcción social, más que una enfermedad por
neurotransmisores neurales insuficientes. Etiquetar a la depresión como una
construcción social es válido porque le permite al terapeuta crear intervenciones
sociales más que médicas.
Una conclusión radical de ver a la depresión como construcción social es
que la depresión no existe—al menos no como la enfermedad comúnmente
entendida por los profesionales del campo de la salud mental—y tampoco
existen la ansiedad o cualquier otro problema psicosocial.
Mi propósito al hacer esa aseveración herética, claramente en contra de la
tradición prevalente, es ser práctico, no provocativo. ¿Creo que la depresión no
existe? Bueno, sí y no. Mi respuesta depende de lo que es clínicamente
conveniente. Algo que es cierto en un contexto puede no serlo en otro.
Hay grandes y pequeñas verdades. Las pequeñas verdades son absolutas;
las grandes verdades surgen cuando tanto la afirmación como su negación
pueden ser igualmente ciertas. Por ejemplo, en física, la luz no es una
singularidad; puede comportarse como una partícula y como una onda. De
manera similar, los problemas psicológicos, tales como la ansiedad y la
depresión, no son singularidades y pueden asumir diversas formas.
Por ejemplo, un problema psicológico puede ser considerado un estado, un
patrón de interacción, una secuencia temporal redundante, un déficit en una serie
de habilidades, un proceso fisiológico, un estilo psicológico o como un sistema
que incluya a varios de esos factores. Como “mapee” el clínico al problema
define el enfoque de tratamiento usado. Para navegar efectivamente en el terreno
complejo de la depresión, es necesario un mapa, ya que va a dar opciones
relevantes. En este capítulo, animo a los clínicos a crear mapas complejos del
problema presente del cliente ya que al hacerlo así puede llevar a un tratamiento
más rápido y más efectivo.
En este capítulo, mi enfoque está en la depresión, pero todos los problemas
psicológicos pueden ser mapeados. Un terapeuta puede mapear a la ansiedad, a
un mal hábito, a una relación insatisfactoria, etcétera. Las fortalezas de un cliente
también se pueden mapear, algo que pudiera ser útil al establecer metas
enfocadas en la solución.
En este capítulo, desarrollo modelos de valoración fenomenológica e
incluyo indicaciones concomitantes para el tratamiento. También expando la
idea de los mapas fenomenológicos para entender mejor la realidad subjetiva del
cliente. Los terapeutas y los clientes ya tienen mapas antes de que comience el
tratamiento. Esos mapas del problema son la realidad subjetiva del terapeuta y
del cliente, realidad que puede ser limitante. Sin embargo, si el terapeuta crea un
mapa más complejo de un problema, da más opciones para la intervención
social.
Mapas del paciente
Los pacientes tienen títulos simples para los mapas complejos, implícitos
que usan para negociar la vida y crear el orden en un mundo caótico. Sin
embargo, los títulos a menudo son nominalizaciones estáticas que pueden
conducir a reglas rígidas de conducta social. La “nominalización” es cambiar
una palabra que no es un nombre en un nombre. El uso de la nominalización le
permite a uno hablar concisamente. Pero, la nominalización de algo complejo le
puede convertir en una etiqueta, lo que puede obscurecer el proceso dinámico
subyacente. Nominalizar pone limitaciones en el paciente y el terapeuta.
Metafóricamente hablando, es aprisionar a ambas partes. Pero definir un
problema como un complejo de elementos y de procesos, y tratarle como tal,
puede servir como un salvoconducto para salir de la cárcel. Por ejemplo, si el
problema es físico, tratar dicha condición con medicamentos está bien, pero
cuando se usa una intervención social, es un mejor enfoque dirigirse a los
componentes y procesos subyacentes.
La depresión es una nominalización del verbo “deprimir”, o su gerundio
“deprimiendo”. La depresión no es una simple entidad y etiquetarla como tal
puede subsecuentemente evolucionar en la creencia estática de que es una
“cosa.” Creer explícita o implícitamente que la depresión es tangible no ayuda a
crear psicoterapia.
La gente a menudo se refiere a sí misma como “deprimida”, sin darse
cuenta de que su depresión es un proceso complejo, dinámico. Todavía más,
estar deprimido puede convertirse en un estilo de vida codificado, puede
volverse la identidad de uno. Ahora, como clínico yo simpatizo con la
descripción de un cliente de un estado emocional y no descarto una auto
definición limitante. Sin embargo, me esfuerzo por crear una etiqueta diferente,
una que tiene la utilidad de promover un cambio deseado. Para hacer eso, pienso
en términos de cómo el paciente “hace “un problema. Por ejemplo, ¿Cómo se
“deprime” a sí mismo el o la cliente? Al pensar de esta manera, cambio la
nominalización de depresión en dos: componentes y procesos. Ver un problema,
tal como la depresión, formado de componentes y de procesos es útil porque el
componente de un proceso es más fácil de cambiar que una entidad. Los
pacientes a menudo les presentan problemas a los terapeutas como si estos
fueran cosas a modificar. También los clientes abiertamente o en forma
encubierta piden al terapeuta que cure el problema presente, como si el terapeuta
tuviese poderes especiales y el cliente tuviera poco o ningún control sobre la
situación. La terapia es más efectiva cuando el terapeuta le ayuda al paciente a
darse cuenta experiencialmente de que es el autor de su propio guion de vida, no
sólo una víctima pasiva de una enfermedad no modificable.
El modelo de la enfermedad
Categorizar a la depresión como enfermedad puede ser útil para los
nosólogos, los demógrafos, los estadísticos, las compañías de seguros, los
investigadores clínicos, los médicos, los psiquiatras y por supuesto, para la
industria farmacéutica; pero para el psicoterapeuta en la trinchera que hace
intervenciones sociales, tal categorización es de limitado valor heurístico. Un
diagnóstico es un plan de tratamiento. Diagnosticar a un paciente con la
enfermedad de la depresión limita implícitamente el tratamiento a una
intervención médica. Sin embargo, los terapeutas pueden tratar a le gente
ayudándoles a alterar su experiencia. Y pueden hacer esto creando primero una
etiqueta más constructiva, más maleable para el problema de un paciente. Por lo
menos, el terapeuta puede postular que el paciente está en alguna medida,
“deprimiéndose” a través de acción o inacción, porque implica posibilidades de
poder personal.
Una perspectiva contemporánea común es que la depresión es únicamente
debida a disfunción cerebral o a un desequilibrio químico. En psicoterapia no es
práctico tener esa visión restringida porque limita las opciones para la
intervención social. Yo prefiero una perspectiva teleológica, orientada primero a
la flexibilidad terapéutica y a la efectividad. Desde este punto ventajoso, puedo
deconstruir un problema en sus componentes, cada uno de los cuales puede ser
cambiado mediante la intervención social. La deconstrucción crea distinciones
que tienen valor terapéutico y heurístico; sin embargo, se necesita entender la
fenomenología del paciente; el significado implícito de su experiencia vivida.
Antes de explicar los mapas fenomenológicos, quiero ofrecer algunas
reflexiones sobre la práctica contemporánea de la terapia cognitivo conductual
(TCC) porque dará una orientación a la heurística y a los algoritmos.
La terapia cognitivo conductual
La TCC, la aplicación de las técnicas de terapia de conducta a las
cogniciones, es un modelo psicoterapéutico popular para el tratamiento de la
depresión. Abundan los estudios de investigación en TCC que demuestran que
puede causar cambios físicos en el cerebro, Esto no es sorprendente,
considerando que la mente puede cambiar el cerebro. Por ejemplo, cuando nos
enamoramos nuestro cerebro cambia: el sistema límbico entra en una actividad
frenética, se libera mucha dopamina; el hipotálamo se enciende y hay una
actividad reducida en la amígdala, lo que se liga a miedo y al aprendizaje a partir
de los errores.
En el caso de la depresión, la TCC puede ser más efectiva que la
medicación porque las habilidades aprendidas no requieren dependencia al
método de tratamiento, lo que es a menudo el caso cuando se usan
antidepresivos. Desde un punto de vista fenomenológico, el efecto primario de la
TCC es cambiar la experiencia subjetiva. Una vez que la experiencia subjetiva
cambia, el cliente puede tener un nuevo mapa, una etiqueta más positiva y una
mejor manera de organizar las complejidades de la vida social/ psicológica.
Sin embargo, la TCC todavía se enfoca en un modelo médico dónde las
intervenciones son algorítmicas y el árbol de decisión lleva a un resultado.
Ahora bien, no hay nada intrínsecamente equivocado en medicalizar la
psicoterapia a través de enfoques estandarizados; de hecho, muchos clínicos
favorecen un abordaje algorítmico sobre las heurísticas basadas en la
fenomenología. Pero la TCC se enfoca en modificar los pensamientos
automáticos y, ya que los pensamientos automáticos no son siempre primordiales
a la experiencia de la depresión de un paciente, pueden por lo tanto no ser
primordiales al tratamiento.
Fenomenología
El principio de incertidumbre de Heisenberg postula que saber la
localización de una partícula atómica sacrifica información sobre el momentum.
Cuando se le preguntó qué era lo complementario a la “claridad”, el gran físico
Niels Bohr replicó, la “precisión”. La fenomenología es complementaria a la
ciencia. Los científicos usan algoritmos, mientras que la fenomenología se basa
en heurísticas, La ciencia trata sobre la precisión; investiga hechos sobre el
mundo físico. La fenomenología trata sobre la realización* experiencial; es el
estudio de la experiencia vivida. La ciencia trabaja con algoritmos que tienen
conclusión finita. La fenomenología aplica la heurística: suposiciones
simplificadoras conocidas por experiencia, para avanzar en los objetivos.
La gente usa ambos, algoritmos y heurísticas, para negociar sus mundos.
Sin embargo, usar la ciencia para explorar un estado tal como la felicidad tiene
utilidad limitada porque la felicidad no tiene un punto final finito; es un proceso
evolutivo. Con todo, leer poesía puede elicitar felicidad porque los poetas se
dirigen a la fenomenología para promover realizaciones* vivenciales.
Mi énfasis en la fenomenología se debe en gran parte a la práctica de
hipnosis por décadas, construyendo sobre las innovaciones de mi mentor, Milton
H. Erickson MD. Estudiar hipnosis ha sido mi estrella polar para entender los
estados y el significado implícito de la experiencia vivida. El tratamiento puede
verse más fácilmente afectado cuando un terapeuta entiende la estructura
implícita y la composición del estado de la depresión del paciente.
Los terapeutas dedicados a las intervenciones sociales pueden crear mapas
fenomenológicos que iluminen los objetivos que pueden abordarse en forma
social. La discusión actual se enfoca en la valoración más que en las estrategias
de tratamiento, porque la valoración adecuada lleva a un tratamiento efectivo.
Cuando un terapeuta crea distinciones útiles en la fase de valoración, el sentido
común puede guiar la intervención.
Aclarando, una valoración no es un diagnóstico. El diagnóstico concierne a
la patología. Recuerde que la valoración considera tanto a los activos como a los
pasivos. La psicoterapia funciona mejor cuando el terapeuta valora la posición
que el cliente toma, porque la valoración psicológica puede llevar a
intervenciones psicosociales. La valoración se puede enfocar en crear mapas
útiles del problema y de la solución. Uno de mis primeros mapas
fenomenológicos se llamó “Elementos de comunicación.” (Zeig, 1980b) El
modelo de elementos de comunicación se enfoca primariamente en cómo una
persona mantiene un estado adaptativo o maladaptativo.
Elementos de comunicación
Toda comunicación consiste en una constelación de elementos. Thomas
Szasz (1954) indicó que todo síntoma es una comunicación. La siguiente tabla
enlista elementos primarios y secundarios de la comunicación. Los elementos
secundarios se componen de—y modifican a— los elementos primarios. El
número de elementos secundarios es infinito porque son distinciones hechas
desde la posición ventajosa del terapeuta. Esta tabla puede ser usada para
entender la fenomenología de un problema. Un terapeuta puede valorar como un
paciente hace el problema, y entonces puede crear un mapa para la intervención.
Los elementos de comunicación abarcan a 14 componentes. Hay seis
elementos primarios: cognitivo, afectivo, conductual, perceptual, relacional y
fisiológico; y ocho elementos secundarios: actitudinal, contextual, cualitativo,
simbólico, ambiguo, histórico, cultural y espiritual.
La comunicación consiste en un elemento cognitivo (contenido del
pensamiento), un elemento afectivo (la manera en la que una persona siente, que
podría ser encubierta o expresada), y comportamientos concomitantes. Por
ejemplo, si una persona exclama, “¡Realmente es un hermoso día!” El elemento
cognitivo concierne al tiempo, el elemento afectivo es la evidente sensación de
bienestar del individuo, y el componente de comportamiento incluye
gesticulaciones y otros comportamientos paraverbales que la persona exhibe
cuando hace la declaración.
El elemento perceptual concierne a los canales sensoriales usados que
informan la comunicación y la manera en la que son internamente representados.
Un hermoso día puede ser reconocido visualmente y / o sentido físicamente. E
internamente, puede ser representado visualmente o sentido emocionalmente.
La comunicación sucede en un contexto relacional, e indica la naturaleza de
la relación, por ejemplo, si es positiva, negativa o benigna. Todas las
interacciones contienen una declaración implícita sobre el significado de
relación del participante con otra persona o personas. “¡Realmente es un
hermoso día!” puede comunicar: “Puedo estar emocionado con esta relación.” O
“necesito ser superficial en esta relación y hablar sólo de cosas como el tiempo.”
Y toda la comunicación es un evento fisiológico basado en procesos
bioquímicos.
Si los seis elementos primarios fueran tan complejos como la
comunicación, la vida del psicoterapeuta sería pan comido. Sin embargo, incluso
una declaración simple como “¡Realmente es un hermoso día!”, podría ser
simultáneamente recubierta con elementos secundarios tales como las actitudes
que pueden modificar la comunicación. Las actitudes consisten en
comportamientos concomitantes, sentimientos y pensamientos. La actitud de la
persona podría ser positiva, negativa o neutral. Si el cliente dice: “¡Realmente es
un hermoso día!” podría estar pensando “Amo ser positivo y feliz,” o “Decir eso
fue algo estúpido y aburrido,” o “Sólo estoy dejando que todos se enteren del
clima.”
Más aún, la comunicación sucede en un contexto específico y único:
ocurriendo solamente en un preciso momento y en un lugar específico. Los
aspectos cualitativos, tales como la intensidad verbal, el tono y el ritmo,
modifican más los elementos primarios. “¡Realmente es un hermoso día!” es
diferente de “¡REALMENTE ES UN HERMOSO DÍA!” o “Realmente es un
hermoso día.”
La comunicación es simbólica. La palabra “día” es una representación
verbal simbólica de un concepto. La comunicación también puede ser ambigua
al no ser totalmente especificada. Decir: “Realmente es un hermoso día” en
Phoenix Arizona, podría significar que está nublado y lluvioso, porque en
Phoenix hay aproximadamente 300 días soleados al año.
La ambigüedad puede tomar muchas formas. Lo que se dice en un nivel
podría significar algo más en otro nivel. La mayoría de las comunicaciones
(palabras y gesticulación) tienen significados múltiples. Como resultado la
comunicación puede ocurrir en niveles de los que no se dan cuenta ni el emisor
ni el receptor, pero a los cuales ellos pueden responder inconscientemente.
Toda comunicación tiene elementos históricos porque es una representación
idiosincrática de la historia de la persona. Y la comunicación también es una
representación de la cultura en la que la persona vive. Algunos mantendrían que
hay un elemento espiritual para la comunicación, quizá representando el lugar de
la persona; en el “más grande escenario” de la vida.
Mientras que cualquier, síntoma o respuesta terapéutica contiene los
elementos mencionados antes (de comportamiento, cognitivo, afectivo,
perceptual, relacional y fisiológico—y de actitud, contextual, cualitativo,
simbólico, ambiguo, histórico, cultural y espiritual), diferentes escuelas de
terapia se centran en, o valoran ciertos elementos específicos sobre otros. En la
terapia Rogeriana, se enfatiza el aspecto del sentir de la comunicación; en la
terapia cognitivo conductual los elementos mentales son más importantes. Los
seguidores de B.F. Skinner se enfocan en el comportamiento; los terapeutas
familiares se preocupan principalmente en elementos de relación; los Jungianos
se preocupan de los elementos simbólicos, los terapeutas racionales emotivos
conductuales invocan principalmente a las actitudes ; los terapeutas
Ericksonianos valoran la ambigüedad; y el psicoanalista se enfoca en los
antecedentes históricos que nublan el presente. Hay escuelas contextuales de
psicoterapia. Así que parece que, si usted quiere inventar una nueva corriente de
psicoterapia, ¡la única cosa que queda es armar una escuela cualitativa!
Los pacientes a menudo enfatizan un aspecto de su comunicación con la
exclusión de otros y están habituados a su comprensión central del problema.
Cualquier problema en su totalidad, es una comunicación que contiene una
constelación de elementos en evolución. Sin embargo, los pacientes que se
definen a sí mismos como “deprimidos,” por ejemplo, a menudo enfatizan
solamente ciertos elementos. En respuesta a la pregunta “¿Cómo sabe usted que
está deprimido?” algunos pueden describir sentimientos tristes; otros dicen que
les falta motivación; y todavía otros lo saben por su “malos” pensamientos.
Algunos pacientes reportan ver “imágenes obscuras.” Algunos pacientes dicen
que saben que están deprimidos porque están inactivos. Algunos dicen que su
depresión es fisiológica (lo que es verdad en algunos casos). Algunos creen que
están deprimidos porque tienen malas relaciones y algunos explican que están
deprimidos porque se juzgan duramente a sí mismos y, por tanto, tienen baja
autoestima. Para algunos la depresión se circunscribe a un tiempo y lugar
específicos. La depresión se puede atribuir a un trauma del pasado y a recuerdos
negativos. Un cliente puede tener hastío o sentir que está en crisis existencial o
espiritual. La depresión puede describirse en términos simbólicos o metafóricos
tales como “una caída sin fin en un agujero negro.” Por su verdadera naturaleza,
la palabra “depresión” es simbólica porque las palabras son representaciones
simbólicas de objetos, hechos, experiencias, etc. La palabra “depresión” se
deriva de la palabra latina depressionem o deprimere, que significa “empujar
hacia abajo,” lo que es adecuado, ya que algunos pacientes reportan una
sensación de pesadez, o dicen que se sienten con un carga muy pesada.
Heurísticas para la depresión
Un principio terapéutico simple (N°20) es trabajar desde la periferia hacia
Adentro, mediante la valoración de los elementos de comunicación que el cliente
usa para describir la naturaleza del problema. El terapeuta puede escoger un
elemento periférico, y luego elicitar una modificación. La idea es la de hacer un
cambio en un elemento que es menos central a la experiencia de la persona. Este
es un enfoque sistémico en el cual los cambios periféricos pueden rápidamente
convertirse en una bola de nieve y tener un efecto generalizado.
¿Dónde debería un terapeuta comenzar el tratamiento? No con el aspecto de
la comunicación que el paciente enfatiza, porque ese aspecto es más resistente al
cambio; más habituado, más concretizado. Si el paciente describe su depresión
como pensar malos pensamientos, yo podría intervenir sugiriendo una alteración
en la percepción: El clínico puede frecuentemente notar patrones intrincados de
luz y sombra en el ambiente. O, yo podría sugerir que él desarrolle el hábito de
limpiar sus lentes cada hora. Yo podría también sugerir que regularmente ofrezca
a alguien un cumplido. Un cambio aparentemente pequeño en la percepción,
simbolización (“aclarando la visión de uno”), y/o relación puede crear un
momentum positivo.
Otro principio heurístico (N°21) es ofrecer directivas diseñadas para hacer
cambios mínimos en el patrón del paciente, que pueden tener un efecto
acumulativo. La depresión es un sistema complejo de elementos, algunos de los
cuales no son reconocidos por la persona quien se presenta con ellos. Si el
clínico ayuda a cambiar un número significativo de elementos en el patrón de un
paciente, puede tener un efecto sistémico y el estado de depresión puede
cambiar.
Otro principio heurístico (N° 22) es el de usar paralelismos. Los pacientes
tienen recursos no reconocidos para el cambio que pueden ser elicitados. Cuando
la depresión se deconstruye en sus elementos, se le puede hacer evidente al
terapeuta que el paciente tiene una historia de pensamientos cambiantes,
sentimientos, comportamiento, etcétera. El terapeuta puede entonces arreglar una
serie de experiencias paralelas constructivas que ayuden al paciente a realizar*
experiencialmente una historia personal de modificar pensamientos, sentimientos
y comportamientos. Trabajar en forma paralela al problema permite a los
pacientes extraer significado del paralelismo y luego llegar a una realización* en
apariencia autónoma.
Dividir cualquier problema en componentes puede hacer que cambie la
comprensión del clínico de su naturaleza esencial. Para crear intervenciones, es
mejor entender el complejo de la fenomenología que lleva a una persona a
etiquetar su estado como “depresión”, “ansiedad”, e incluso “mala relación.”
La depresión como construcción social
La depresión es una construcción de conveniencia que describe cierta
fenomenología: una serie de eventos implícitos y relaciones que conducen a la
etiqueta de “depresión.”
Como se mencionó antes, los pacientes a menudo enfatizan ciertos aspectos
de la experiencia humana, la cual los puede llevar a etiquetar su estado como
“depresión.” Es aparente que no hay sólo una “depresión.” Los problemas
cambian con el tiempo. Los elementos que son fenomenológicamente descritos
por un paciente evolucionan temporalmente. En una coyuntura, un cliente podría
describir la depresión en términos de pensamientos, y entonces, en otro punto, en
términos de sentimientos.
Nunca sé que necesita experimentar un paciente para declarar “estoy
deprimido.” Cualquiera de los elementos que normalmente constituyen la
depresión, o una combinación de elementos, podría conducir a una persona a
etiquetarse como “deprimida.” Sin embargo, la depresión como la define el
paciente puede no coincidir con la definición que tiene el terapeuta del estado.
Por tanto, un terapeuta debe entender qué quiere decir el paciente cuando clama
estar “deprimido.”
Para entender la experiencia de un paciente, los psicoterapeutas pueden
pensar que son cartógrafos que crean mapas fenomenológicos. Una valoración
adecuada puede contestar las preguntas: “¿Cuál es el mapa fenomenológico de la
depresión de esta persona?” y “¿Cómo ésta persona hace su depresión?” Por
supuesto, la misma pregunta podría ser hecha cuando se trata con cualquier otro
problema psicosocial. El crear mapas ayuda a los usuarios a ir a donde quieren ir.
La meta del proceso de hacer mapas es para mejorar la terapia al especificar
objetivos más fácilmente alcanzables.
Examinar la depresión como una construcción social y crear distinciones
usando elementos de la comunicación es solamente una manera de dividir el
territorio. Pueden hacerse otras distinciones útiles, las cuales ayuden a facilitar el
tratamiento, incluidas las soluciones de mapeo fenomenológico.
Mapeando soluciones
Los mapas fenomenológicos pueden ayudar a los terapeutas a elaborar
estrategias para elicitar soluciones. Si el terapeuta puede determinar el mapa del
problema, una heurística es crear un mapa de la solución invirtiendo los
elementos. Por ejemplo, al contrario de una persona deprimida, una persona feliz
sería externa, presente, activa, positiva, con esperanza, socialmente
comprometida, abierta a nuevas experiencias, orientada hacia metas, visualmente
orientada, positiva en interacción con otros y en un estado de excitación positiva.
La persona feliz también reconoce los logros, emite energía social, usa un
lenguaje interno positivo, no se ocupa en auto culparse ni culpa al mundo por sus
problemas, vive con significado y socialmente asume el rol de un vencedor. Y
por supuesto, hay buenas posibilidades son de que al conectar con cualquier
cantidad de estos elementos la persona pueda llegar a exclamar: “¡Soy feliz! “
En el capítulo cuatro, discutimos un mapa genérico de la depresión y de la
felicidad, y cómo las opciones de la terapia podrían ser logradas de las siguientes
cuatro maneras: 1) desestabilizar los componentes del problema, 2) elicitar
componentes del estado solución, 3) usar la hipnosis como puente entre la tierra
del problema y la tierra de la solución, y 4) usar el estado del terapeuta como un
puente entre el problema y la solución. Desestabilizar un problema puede elicitar
el cambio porque la mayoría de las personas naturalmente desean una sensación
de bienestar y se moverán en esa dirección sin mucha provocación.
Mapas complejos
Con el paso de los años mi procedimiento de evaluación se ha vuelto más
refinado. Ahora creo 5 mapas: 1) un mapa de los estados fenomenológicos del
problema; 2) un mapa de los estados fenomenológicos de la solución, 3) un
mapa de las sensaciones somáticas del problema; 4) un mapa del proceso del
problema y 5) un mapa del patrón de interacción. Esos mapas dan más opciones
al determinar mi estrategia terapéutica.
Hasta ahora, me he enfocado en la fenomenología, en mapear los
componentes de los estados problema y elicitar los estados de solución. Pero las
sensaciones somáticas, secuencias y patrones sociales también pueden ser
mapeados. Si un terapeuta establece a partir de la descripción del paciente que
una porción significativa del problema involucra la identidad física del paciente,
entonces el terapeuta puede trabajar somáticamente, quizá prescribiendo
caminatas o yoga. Un paciente con depresión puede mostrar síntomas
vegetativos, incluyendo pérdida de peso (anorexia inclusive), insomnio, fatiga o
poca energía o inatención. Si este es el caso, el terapeuta puede enfocarse en
promover sensaciones de bienestar.
Los problemas se pueden concebir como secuencias lineares: series
repetitivas de eventos sobre el tiempo. Cuando se discierne el proceso del
problema, se puede aplicar un patrón de disrupción el cual puede conllevar a
agregar o cambiar pasos. Cualquiera de los pasos puede ser modificado o se
puede añadir un nuevo paso para ver si la adición cambia la secuencia. Una
queja tal como “depresión” no es el punto final de la secuencia, porque cambiar
lo que sucede antes y después puede modificar el elemento central.
También se pueden mapear los patrones de interacción. Si el patrón social
del paciente es significativo para el mantenimiento del problema, el terapeuta
puede promover soluciones interactivas involucrando a otros, Vivimos en un
mundo social y nuestro comportamiento es un producto de nuestros patrones de
interacción.
Mapas y estrategias
El mapa de un clínico determina la estrategia de la terapia. Los terapeutas
que se enfocan en problemas debidos a fallas en el desarrollo psicológico usarán
técnicas psicoanalíticas, incluyendo interpretaciones. Si uno mapea déficits,
entonces la psicoeducación podría ser un método de elección. Mapear la biología
conduce al uso de la medicación. Los expertos a menudo privilegian a sus mapas
como verdades absolutas. Pero los mapas son lentes que enfocan y a la vez
distorsionan. Aunque cualquier mapa puede ser valioso, entre más mapas tenga
el terapeuta a su disposición, más grande será la probabilidad de cambio
constructivo. A este se le puede considerar como el principio N°23. La tabla que
sigue ilustra cómo un mapa a menudo conduce a intervenciones prescritas.
Tabla 6-1: Usando mapas para establecer estrategias de tratamiento.
MAPA ESTRATEGIA
Estado (Fenomenología) “Voltéelo” (Elicite componentes)
opuestos)
Signos somáticos Trabajo somático
Secuencia (Proceso) Patrón de disrupción
Patrones sociales Solución interactiva
Mapas tradicionales
Historia Meta comentario; interpretación
Fisiología Medicación
Déficits Psico educación
Análisis de comportamiento Desensibilización; Condicionamiento
A manera de ejercicio para mejorar la efectividad del tratamiento: Tome el
problema de la “depresión”, y usando cada mapa, trabaje esquemas de
valoración hipotéticos e intervenciones concomitantes.
Avanzando en el uso de mapas en la práctica clínica
Cuando se crean mapas, la cuestión primaria que un terapeuta debería
contestar es: “¿Cómo hace esta persona su depresión?”; “¿Cómo esta persona (o
cualquier persona) hace un estado inverso, tal como la felicidad?”
Usando la plantilla, el terapeuta puede crear dos mapas para guiar la
terapia: Uno para el problema y otro para la solución. Crear mapas para
pacientes individuales es una “acción de valoración”; las direcciones para el
tratamiento se hacen evidentes.
El siguiente es un mapa que hice para la depresión de una paciente. Me
ayudó a organizar mi pensamiento y subsecuentemente, a descubrir avenidas
para elicitar el cambio experiencialmente.
Una vez que hice el mapa del problema de esta paciente, pude ver que su
experiencia vivida del problema estaba contenida en su (en mayor parte)
vocabulario interno. De aquí que mi intervención inicial se dirigiera a
componentes que no estaban tan cargados de un significado personal.
Si el mapa tan complejo como el que estoy proponiendo no es suficiente, se
pueden usar otras plantillas.
Tabla 6-3: La fenomenología de la depresión de la paciente X
(Como la paciente X “hace” la depresión.)
I.INTRAPSÍQUICO
INTERNALIZADO
Atención: interna
Sistema sensorial: Táctil, híper consciente de las sensaciones corporales
Imaginería interna: Obscura
Percepción: Suprime las entradas positivas
Proceso perceptual: Incrementa lo negativo y reduce lo positivo
COGNITIVO
Auto destructiva, derrotada, indecisa
Vocabulario interno / encantamiento
“¿Qué está mal conmigo?”
“¡No puedo hacer nada!”
“¿Qué pasa si las cosas no cambian?”
“¡No puedo hacerle frente a nada!”
“¿Por qué tarda tanto?”
“¡Todo es mucho esfuerzo!”
“¿Por qué no he estado pasándola bien?”
“¿Por qué no puedo____?”
Gramática (puntuación): La mayoría de las quejas estaban puntualizadas
por signos de exclamación. Su énfasis verbal era tal que parecía estar
usando signos de exclamación.
Pregunta primaria: “¿Dónde está mi energía?”
Distorsiones cognitivas: “¡Necesito algo mágico que me haga mejor…y lo
necesito ahora!”
Metáfora / Analogía: “Estoy nadando contra la corriente.”
COMPORTAMIENTO N°1
Pereza
COMPORTAMIENTO N°2
A menudo se obliga a hacer cosas
Continúa….
COMPORTAMIENTO N°3
Llorosa por la mañana
Postura / Gesticulación: Hacia adentro, inhibida
AFECTIVO
Se siente vacía, triste, desanimada
Proceso afectivo: Humor inflexible
ACTITUD
Se siente avergonzada, insegura, sin esperanza
Sistema de creencias: “¡No puedo enfrentar a nada!”, “No puedo hacer cosas”
Autoestima: baja, se siente inadecuada, indecisa
Existencial: Nada tiene significado
Espiritual: Fe cuestionable, dudas espirituales
FISIOLÓGICO (SIGNOS SOMÁTICOS)
Sin energía
Biológico/ salud: No disfruta la comida, pérdida de peso
Energía /Nivel de activación: Actividad disminuida
Sensaciones: Siente pesadez de los brazos
TEMPORAL
Preocupada por el futuro
Ritmo: Un poco más lento que lo usual
Expectación: “¿Y qué si no____?”
PROCESO N°1
Hipoactiva, comparado a lo normal
PROCESO N°2
Abrumada y apagada
PROCESO N°3
Ensombrecida
AUSENCIA N°1
Comportamiento asertivo
AUSENCIA N°2
Metas
II SOCIAL / INTERPERSONAL
Expresión social: “Forzada” con la gente
Distancia social: Se retira, falta de involucro social
Culpa: Intropunitiva /Extrapunitiva (Dura consigo misma)
Rol: Impotente, más como niña
Control: Uno abajo/ Uno arriba
Energía Social: Emite / Absorbe (principalmente absorbe energía)
Dirección: Perseguidora / Distancia
Requerimientos de relación: Pide ayuda de manera encubierta,
luego la rechaza
Niveles de depresión
La siguiente es una lista de ocho niveles (distinciones separadas) de
“depresión”, más o menos en orden de incremento de severidad.
1. Determinantes de la situación.
2. Perspectivas existenciales.
3. Negación de la depresión.
4. Sistema de creencias.
5. Problemas de identidad.
7. Preocupaciones suicidas.
8. Desordenes fisiológicos.
Puedo presentarle esta lista a los clientes para determinar el nivel en que
ellos se pueden percibir a sí mismos, o lo uso para ayudar a conceptualizar el
caso. El primer nivel identificado es el de los determinantes de la situación. La
aflicción puede considerarse un determinante de situación, aunque no se
considera depresión per se. Sin embargo, los pacientes pueden hablar acerca de
la depresión cuando experimentan aflicción de situación. Y en la vida, hay
eventos frustrantes que podrían ser depresivos, como perder una oportunidad.
Los pacientes pueden generalizar y reportar “depresión”, pero se les puede
recordar la causa situacional.
La perspectiva existencial del cliente afecta el humor. La depresión puede
ser reportada por los pacientes que sientan que no están viviendo una vida
significativa / con propósito. En tales casos, la logoterapia podría ser una buena
elección.
La depresión puede no ser reconocida por un paciente, o puede ser negada
por completo. Esos pacientes pueden exhibir su angustia subyacente
descontrolándose, abusando del alcohol y/o usando drogas. Algunos evitan
diligentemente la depresión con actividad hipomaníaca.
Algunos pacientes “deprimidos” tienen sistemas de creencias problemáticos
que pueden consistir en proyecciones pesimistas. Para algunos, la depresión es
una identidad, y la terapia se puede dirigir a ese nivel de la experiencia humana.
Luego están aquellos que “quieren querer”, son pacientes con desórdenes del
deseo. Estos pacientes pueden decir lastimosamente: “Quiero querer ser feliz.”
“Quiero querer que se me libere de la depresión.” “Quiero querer sentirme como
que de nuevo estoy viviendo,” En tales casos, el énfasis puede estar en elicitar la
motivación y el deseo de cambio.
Incluso los pacientes con depresión moderada pueden estar en riesgo de
suicidio. Por lo tanto, los terapeutas necesitan métodos para evaluar la severidad
del riesgo y brindar tratamiento. Mapear las tendencias suicidas de un paciente
puede proveer avances útiles. Finalmente, algunas depresiones se deben a una
disfunción cerebral o a un desequilibrio químico y, si este es el caso, necesita ser
tratado como tal.
Resumen
Este capítulo se enfoca en sistematizar modelos de valoración que arrojen
luz sobre la naturaleza de un problema. Los terapeutas pueden crear mapas que
empoderen las intervenciones psicosociales. Los mejores mapas son señales de
camino que indican caminos para las soluciones efectivas, de sentido común.
Para crear intervenciones psicosociales, es mejor considerar a la depresión no
como una enfermedad sino como una construcción social.
Una vez que el clínico crea un mapa para componer una meta (que
comunicar), el clínico necesita una manera de presentar la meta (envolver para
regalo), lo cual es tema del siguiente capítulo.
Los principios en este capítulo:
20. Trabaje desde la periferia hacia adentro.
21. Ofrezca directivas orientadas a hacer cambios mínimos en los patrones
del paciente.
22. Use paralelismos.
23. Mientras más mapas tenga el terapeuta a su disposición, más grande es
la posibilidad de lograr un cambio constructivo.
7. Envolviendo para regalo
Vista previa
Evidentemente, es imposible producir una lista exhaustiva de técnicas de
envoltura para regalo. Sin embargo, en este capítulo, desarrollo 19 métodos que
pueden ser usados para envolver para regalo objetivos terapéuticos. También
sugiero cómo cada procedimiento podría usarse en el caso de la depresión.
Introducción
Una vez que el terapeuta tiene un objetivo en mente, la siguiente pregunta
es: “¿Cómo puedo presentarle esta meta de manera efectiva al cliente?” Si el
terapeuta envuelve para regalo las directivas de manera apropiada, maximizará el
cambio basado en el paciente. La adecuada envoltura para regalo aumenta la
calidad de la presentación y elicita la activación como realizaciones*
conceptuales que son estimuladas a “entrar en juego.” Nuevamente, las técnicas
terapéuticas son simplemente vehículos para despertar realizaciones*; por sí
mismas no curan.
Las 19 intervenciones en este capítulo están diseñadas para activar
capacidades dormidas en el cliente—recursos que el cliente ha usado
exitosamente en el pasado. El estado al que el terapeuta accede cuando ofrece
intervenciones es primordial para promover la adaptación del cliente. El cliente
presenta un problema que puede ser “envuelto para regalo” en un síntoma. Así,
el terapeuta envuelve posibilidades constructivas dentro de una técnica. El
cliente activa en la “desenvoltura” la solución propuesta contenida dentro de la
intervención. Ya que el establecimiento de objetivos es importante, ofrezco una
breve revisión.
Establecimiento de las metas: Revisión
A manera de repaso: Para envolver para regalo las posibilidades, el
terapeuta primero debe tener una meta, un objetivo específico en mente. Las
metas terapéuticas pueden ser establecidas de varias maneras: pueden venir del
cliente y/o del clínico. El establecimiento de los objetivos es altamente
dependiente de la orientación teórica preferida del clínico y a menudo es
idiosincrática. Recuerde, un terapeuta de la conducta puede intentar el
descondicionamiento de la ansiedad del cliente, aunque el cliente se queje de
depresión. Un analista transaccional podría querer discutir con el mismo
paciente un guion de vida. Un terapeuta familiar podría tener como blanco los
patrones de interacción. Y todavía, terapeutas de la misma orientación pueden
tener diferentes métodos para la conceptualización de la meta. Se desprende que
los componentes del cambio no están escritos en piedra.
En ciencia, los expertos definen elementos fundamentales, pero en
psicoterapia no hay unidades fundamentales. Los físicos están de acuerdo en la
existencia de partículas fundamentales tales como protones, neutrones y
electrones. Los psicoterapeutas no concuerdan en las unidades fundamentales del
cambio que podrían incluir comportamientos, percepciones, recuerdos,
relaciones, cogniciones, actitudes, emociones, etc. (Para más información sobre
diferentes escuelas de psicoterapia y las diferencias fundamentales entre ellas,
vea Zeig & Munion. 1990).
La psicoterapia sería un proceso más racional y científico si las metas
pudieran ser formuladas usando estándares claros y uniformes. Sin embargo,
dada la perspectiva única de cada paciente y sus experiencias de vida, es
imposible establecer un estándar universal. Agregue a esta mezcla las
perspectivas profesionales del terapeuta y sus experiencias de vida y resulta una
interacción altamente individual. A través de esta interacción, el terapeuta y el
paciente esencialmente co-crean las metas terapéuticas.
A menudo se da el caso de que las metas son iniciadas por los clientes
porque muchos problemas están dentro del reino del percatamiento y del
entendimiento del cliente. Un cliente puede desear sobreponerse a la depresión o
a un mal hábito o tener relaciones que disfrute más. En muchos casos, el
terapeuta acepta las metas del paciente. Sin embargo, los problemas y las metas
presentadas por el cliente tienden a ser generalizaciones, mientras que las metas
del terapeuta podrían involucrar dirigirse a los componentes del problema del
paciente. Además, un paciente puede no estar totalmente consciente de la
naturaleza del problema. En tales casos, puesto que el terapeuta percibe la
situación del paciente desde el punto de vista del observador, el terapeuta puede
tomar un papel activo en el establecimiento de las metas.
Los terapeutas también pueden darle nueva forma a las metas porque en
psicoterapia las metas son maleables: Si el problema es depresión y el cliente
quiere ser feliz, el terapeuta puede darle nueva forma a la meta sugiriendo
cambios en la percepción, en las relaciones, en la comprensión de la historia y
mediante la búsqueda de excepciones.
En la psicoterapia no hay reglas fincadas de si hay que hacerle explicitas las
metas al paciente, pero aconsejo a los clínicos que chequen los requerimientos
éticos de su disciplina. En el capítulo nueve, discutiré un caso en el que Erickson
reconoció que el paciente no entendía completamente el problema. En ese
ejemplo, él continuó con la terapia sin hacer explícitos los objetivos al paciente.
Algunos terapeutas evitan establecer metas específicas, manteniendo que el
contrato paciente / terapeuta debería tener un final abierto y servir como
experiencia de crecimiento para el paciente. La terapia gestáltica y algunos
abordajes humanísticos / existenciales dan soporte a esta idea.
En este libro, tres orientaciones de establecimiento de metas han sido
presentadas: 1) Dividir el problema en sus componentes; 2) Crear un mapa de
como el paciente crea el problema, y 3) Valorar la posición que el cliente toma.
En la terapia breve, el terapeuta debería esforzarse por crear metas claras,
positivas, concretas, orientando al cliente a vivencialmente lograr acceso a
estados de adaptación. Mucha gente busca la terapia a causa de su incapacidad
de ser flexible para acceder a estados positivos—estados tales como la
sociabilidad, que podría promover una vida más agradable. Lograr acceso al
estado de sociabilidad podría involucrar elicitar componentes hasta que el
momento del cambio “sólo suceda”. Los componentes de la sociabilidad podrían
incluir recordar ejemplos previos de haber sido sociable, de haber participado
con otros en conversaciones, de haber tenido la suficiente energía como para ser
social, de haberse puesto a uno mismo en un medio social, de haber extraído
significado de una situación social y de haber sido positivo. Cada uno de esos
componentes podría envolverse para regalo dentro de un método elegido y
presentado al paciente como una mini-meta, lo que puede conducir a un efecto
sinergístico. De esta manera, los estados son “reintegrados” a través del
ensamblaje de claves parciales. Cuando suficientes elementos son estimulados a
participar, un estado diferente puede emerger repentinamente.
Sin embargo, hay limitaciones potenciales en la promoción de las metas. El
terapeuta sólo puede establecer un clima que incrementa la habilidad del
paciente para lograr una meta fenomenológica o una sub-meta. Al envolver para
regalo una meta dentro de una técnica específica, el terapeuta crea un
“magnetismo social” que mueve el paciente hacia un estado más deseable. Los
métodos terapéuticos están destinados a despertar potenciales y posibilidades, no
están diseñados para trucar o manipular al paciente a renunciar a los síntomas.
Las metas envueltas para regalo son presentes del terapeuta al paciente y el
paciente se puede deleitar en desenvolver los regalos y luego escoger como
usarlos.
Localizando metas
Vamos a continuar con el repaso. Una perspectiva fenomenológica utilitaria
sería la de que las metas terapéuticas pueden ser establecidas por un proceso de
deconstrucción al dividir el problema presente del paciente en sus componentes,
y entonces elaborar los componentes de la solución que el paciente pueda poner
en práctica para contrarrestar los componentes problema y, así, lograr el acceso a
un estado distinto. (Recuerde la heurística: Trate los componentes, no la
categoría) Identificar los componentes de un problema no es una ciencia exacta,
es más un asunto de consecuencia. Los componentes del problema (y/o la
solución) son co-creados a través de la interacción entre el cliente y el clínico.
Este proceso es utilitario; tiene un propósito importante. Los componentes, sin
embargo, no son empíricos—no son verdades. Así, los terapeutas deben
esforzarse en determinar componentes que tengan valor heurístico para efectuar
un tratamiento individualizado. La subjetividad puede triunfar sobre la
objetividad ya que las perspectivas prácticas pueden ser más importantes que las
verdades objetivas.
El terapeuta también puede checar la validez y el pragmatismo de la
deconstrucción. En el caso de la depresión, el terapeuta podría deliberar: “¿Me
clasificaría yo mismo como depresivo si estuviera inactivo, internamente
preocupado, rumiando sobre el pasado, excesivamente crítico de mí mismo y los
demás, y acrecentando las experiencias negativas mientras reduciendo las
positivas?” Si la respuesta es sí, el terapeuta podría establecer componentes de
solución que sean directamente opuestos a los componentes del problema. Pero
primero, el terapeuta podría considerar esta pregunta: “¿Me clasificaría yo
mismo como feliz si fuese activo, orientado externamente, presente,
aceptándome a mí mismo y a los demás y acrecentando las experiencias
positivas mientras que reduciendo las negativas?” Si la respuesta es sí, entonces
el terapeuta puede componer métodos de envoltura para regalo que podrían
estimular a que los componentes de solución participen. Puesto que la sinergia
de los elementos combinados crea el estado de solución, una meta podría ser
elicitar el mínimo número de componentes de solución que permitan reclasificar
el estado del cliente como “felicidad.”
La tabla que sigue revisa cómo el problema de la depresión puede ser
dividido en componentes. En la izquierda, están los componentes del problema
los cuales pueden crear el estado negativo de la depresión; en la derecha están
los recíprocos, o sea, los componentes opuestos (En matemáticas un número X,
puede tener un reciproco que es 1/X.)
Si el paciente puede lograr un número significativo de los componentes
recíprocos, entonces, él o ella podrían reportar ser felices. Una vez que el
terapeuta formula una lista de recíprocos, puede darse cuenta de que un paciente
deprimido tiene una historia de hacer cosas que están en la lista de recíprocos.
Por ejemplo, un paciente deprimido que está inactivo en el momento pudo haber
estado activo en el pasado. El trabajo del terapeuta es envolver para regalo
realizaciones* constructivas de tal manera que el paciente pueda reconectarse
con sus potenciales. Los pacientes no necesitan que se les enseñen habilidades;
necesitan ser despertados a los recursos dormidos.
Tabla 7-1. Componentes del problema y sus opuestos
COMPONENTES DE COMPONENTES RECIPROCOS
LA “DEPRESIÓN” DE LA “FELICIDAD”
Ser inactivo Ser activo
Ser internamente orientado Ser externamente perceptivo
Rumiar el pasado Estar presente, dirigido al futuro
Ser en exceso crítico de sí mismo y de otros Tener una vista constructiva de sí mismo y de
Incrementar lo negativo y reducir las otros
experiencias positivas Incrementar lo positivo y reducir las
Reducir los positivos en general experiencias negativas
Inflexibilidad en el humor Incrementar en general los positivos
Pensamiento global Flexibilidad en la adaptación emocional
Pensamiento específico
Después de que los terapeutas crean una tabla de los componentes de un
problema y los componentes recíprocos, entonces pueden envolverlos para
regalo. Por ejemplo, el terapeuta podría decidir que su meta inicial es envolver
para regalo la idea de ser activo. Podría comenzar por ofrecer una sugestión
directa (la primera en la lista de las intervenciones). Si esto funciona, entonces
no habrá necesidad de continuar con otras técnicas. De esta forma, como
podemos ver, podría ser eficiente intentar primero la sugestión directa.
Las siguientes intervenciones son métodos primordialmente experienciales
que sirven para despertar las capacidades dormidas de los clientes. La hipnosis
es sólo una de las muchas técnicas experienciales de envoltura para regalo y, de
nuevo, el propósito de la hipnosis es despertar al cliente a estados de adaptación,
en lugar de poner la persona a dormir.
Recuerde—en el campo médico, una intervención o técnica puede curar.
Así una técnica específica puede corregir un problema físico. Las intervenciones
sociales son maneras de elicitar el empoderamiento. Por ejemplo, la hipnosis es
una manera de envolver para regalo que, en esencia, promueve una realización*
conceptual de que una persona puede cambiar un estado, lo que puede ser un
paso hacia otros cambios adaptativos en su estado.
Intervenciones para la envoltura para regalo
En el capítulo dos sobre el metamodelo, enlisté 19 diferentes intervenciones
que un terapeuta puede usar para elicitar recursos. Las intervenciones son
comunes a un abordaje Ericksoniano, pero pueden ser usadas para promover
empoderamiento en cualquier escuela de terapia. Nuevamente he aquí la lista de
intervenciones, presentadas más o menos de la más directa (N°1) a la más
indirecta (N°19).
Tabla 7-2. Intervenciones principales
1. Sugestión directa.
2. Hipnosis.
3. Sugestión indirecta.
4. Directrices / Tareas.
6. Prescripción de síntomas.
8. Ordalía.
9. Desplazamiento.
13. Confusión.
14. Metáforas.
15. Símbolos.
16. Anécdotas.
17. Escultura.
18. Comunicación paralela.
Estas intervenciones son formas microdinámicas o macrodinámicas de
envolver posibilidades para regalo. La sugestión directa e indirecta (N°1 y N°3)
son microdinámicas porque son los bloques de construcción de los métodos más
complejos de envoltura para regalo, los cuales se pueden categorizar como
macrodinámicos y consisten de un ensamblado de formas microdinámicas.
Para apreciar las diferencias entre las diversas formas de intervención,
discutiré cada una, usando nuevamente a la depresión como ejemplo.
Una salvedad acerca de las aplicaciones clínicas y del empleo de cualquiera
de las intervenciones discutidas: Los terapeutas pueden preguntarse a sí mismos,
“Sí yo fuera un paciente ¿estaría cómodo si mi terapeuta usara esta intervención
en particular?” Si usted no se sintiese cómodo, entonces no lo use con su
paciente.
1. Sugestión directa
La sugestión más directa que se puede hacer en el caso de la depresión por
supuesto, es: “Sea feliz”. Ya que es improbable que esta directiva sea efectiva,
podría ser mejor sugerir cambiar un componente. Por ejemplo, ya que se ha
demostrado que la actividad física es un factor importante para superar la
depresión, quizá el clínico pueda sugerir: “Tenga actividad esta semana”. O más
específicamente: “Haga una caminata de veinte minutos al día.”
Si el paciente responde a la sugestión directa, no hay necesidad de
continuar la terapia. Si el paciente no responde, el terapeuta podría ofrecer una
sugestión directa más elaborada: “Bien, sé que usted era activo(a) en su niñez,
así que esta semana quiero que recuerde cuánto se divertía y recree esas
experiencias.” Si el paciente todavía no obedece, el terapeuta podría tratar con
una sugestión directa con un razonamiento: “Usted puede tener actividad porque
estamos teniendo un muy buen clima y están ocurriendo muchas cosas en la
ciudad, y pienso que usted disfrutaría estar más tiempo afuera, quizá caminando
o andando en bicicleta.” O el terapeuta podría dar una racionalización diferente,
quizá sugiriendo al paciente leer un artículo acerca del ejercicio y como se
relaciona con la depresión.
Continuar ofreciendo sugestiones directas con otras racionalizaciones es
como dosificar la dosis de algunos medicamentos en los que “más” incrementa
el efecto. Por ejemplo, más sedante da por resultado más sedación. El principio
en física es que más fuerza crea más reacción. Pero en una relación social, “más”
puede no tener el mismo efecto. Gregory Bateson bromeaba con que, si usted
puede patear una roca, podrá computar su aceleración, velocidad y trayectoria;
pero si usted patea un perro, esa es una historia diferente. Los sistemas social y
físico trabajan de manera diferente.
Si alterar la “dosis” de una sugestión directa no tiene efecto, el terapeuta ha
alcanzado el punto de opción: Continúe con más sugestiones directas o trate con
otro método de envolver para regalo, como por ejemplo con hipnosis. Una
sugestión directa envuelta para regalo dentro de una experiencia hipnótica puede
ser más efectiva que la sugestión directa sola.
2. Hipnosis
El concepto de ejercicio, cualquier tipo de ejercicio, puede ser
desmoralizante para algunos clientes. Por ello, se puede ofrecer una directiva en
la que la actividad de “caminar” se “exprese” en una directiva. Por ejemplo, el
terapeuta podría decir, “Supe que hay un parque en su vecindario. Camine hacía
ahí y observe a algunos niños jugar, y entonces dígame que encontró.” De aquí
que la directiva sea indirecta.
Las sugestiones indirectas simples, formales, consisten en insertar una
sugestión de tal manera que se implique la obediencia. Si la meta es volverse
más activo, una presuposición podría ser: “No sé cuándo usted hará ejercicio
esta semana.” En este caso, se presupone ejercicio—el asunto es cuándo. Una
presuposición mucho más compleja sería esta: “Usted realmente no sabe
conscientemente cuánto va a disfrutar hacer una caminata la próxima semana.
Usted estará sorprendido y deleitado.”
Es improbable que una sugestión indirecta simple pueda empujar a un
paciente a lograr una meta terapéutica o mini meta, pero ocasionalmente ocurre.
Franz Baumann, MD (comunicación personal), un renombrado pediatra
practicante de hipnosis, describió un incidente en el que Erickson efectúo un
cambio con una sugestión simple, indirecta. Esto ocurrió en 1960 en San
Francisco donde Erickson había sido invitado a dar una conferencia. Como parte
de su presentación, Erickson llevaría a cabo una demostración de hipnoterapia
con un adolescente incontrolable (quizá paciente de uno de los médicos en la
conferencia).
Erickson sentó al adolescente en el escenario detrás de él, dando frente a la
audiencia. Luego Erickson dirigió su conferencia a la audiencia médica e ignoró
al muchacho. No le ofreció hipnosis directa o terapia. Al finalizar la conferencia,
Erickson finalmente se dio vuelta hacia el paciente y dramáticamente dijo,
“Realmente no sé cómo vas a cambiar tu conducta. Realmente no sé cómo.”
Baumann reportó que esta única y simple sugestión indirecta provocó un
cambio en el comportamiento del adolescente de tal manera que pasó a hacer un
ajuste satisfactorio.
La sugestión indirecta tiene el potencial más grande cuando las sugestiones
se apilan de forma recursiva en apoyo de un objetivo específico. Esto construye
el rango de asociaciones del paciente hasta que la masa de representaciones
elicita el cambio adaptativo. (Las formas de sugestión indirecta están cubiertas
en The Induction of Hypnosis, Capítulo 11, Zeig, 2015.)
Métodos macrodinámicos
Las directivas y tareas estratégicas han sido extensamente desarrolladas por
Jay Haley (1963, 1973) y Cloè Madanes (1984). (Cualquier estudiante serio de
psicoterapia debería familiarizarse con su trabajo.)
El comportamiento humano es dependiente del contexto. Al ofrecer tareas a
los pacientes, los terapeutas toman ventaja de las sutiles maneras en las que las
alteraciones en el contexto y las relaciones modifican el comportamiento, ya que
la terapia dirigida a la tarea puede ser usada para estimular realizaciones*.
Como ejemplo, Erickson usó este tipo de terapia con una mujer rica que
sufría de depresión severa. Su hijo le había contado a Erickson que su madre
pertenecía a una iglesia, pero que no tenía amistades en la escuela, aunque asistía
regularmente a los servicios. La mujer tenía un ama de llaves y un jardinero,
pero rara vez les hablaba. El hijo le pidió a Erickson que visitase a su madre y
viera que podía hacer por ella.
Cuando Erickson fue a casa de la mujer. Notó que tenía violetas africanas
en su solario. Él sabía que estas violetas necesitan mucho cuidado así que le dio
a la mujer lo que describió como “órdenes médicas.” Le instruyó para que
enviase a su ama de llaves al florista el siguiente día para comprar tantas violetas
africanas en tantos colores como pudiese encontrar. Erickson le dijo a la mujer
que esas serían sus violetas y debía cuidarlas bien. También le dijo al ama de
llaves que comprase 200 floreros y 50 macetas, y tierra adecuada. La mujer tenía
que tomar esquejes de sus violetas y propagarlas hasta que tuviera suficientes
violetas para enviar una a cada familia con un recién nacido en su iglesia.
Erickson también le dio la instrucción para que enviara una violeta africana en
cada bautizo, en caso de enfermedad, luego para anuncios de compromiso,
bodas, funerales, etc. Erickson le dijo a ella que las enviase en cada posible
ocasión y que debía contribuir con una docena o más de violetas para cualquier
kermés de la iglesia. La mujer siguió la tarea terapéutica de Erickson y su
depresión se fue. Cuando ella murió casi veinte años después, era conocida como
la Reina de las violetas africanas de Milwaukee.” Erickson comentó;
“Cualquiera que tome a su cargo 200 violetas africanas está demasiado ocupado
como para estar deprimido.” (Zeig, 1980, p.286.)
Un caso similar me fue reportado por un estudiante de Erickson. El cliente
estaba deprimido debido a la naturaleza rutinaria de su vida. Leía libros todo el
día, tomándose descansos sólo para comer. Erickson estaba preocupado por la
salud física del hombre, así como por su salud mental y, por lo tanto, le
prescribió ejercicio. El hombre tenía que caminar a la biblioteca por la mañana y
llevar su lunch. No había necesidad de llevar libros porque había mucho que leer
en la biblioteca. La sección de ornitología fascinó al cliente, y gradualmente
interactúo con otros que frecuentaban esa sección de la librería. Eventualmente
formaron un club de ornitología y el hastío del hombre se evaporó.
A veces las tareas de Erickson tenían significado intrínseco. Por ejemplo,
frecuentemente animaba a los pacientes a escalar el “cerro Squaw” (re bautizado
cerro Piestewa), un punto de referencia de Phoenix, o a visitar el jardín botánico
del desierto. Cuando subían el pico Piestewa, el excursionista debía seguir un
camino rocoso para alcanzar una vista elevada y así tener una perspectiva
diferente. En el jardín botánico, un visitante encontraría evidencia de la
adaptación y de la habilidad de sobrevivir y medrar en un medio ambiente duro.
5. Tareas de función ambigua
Los pacientes a menudo buscan crecimiento y adaptación y tienen la
capacidad de encontrar significado constructivo en tareas benignas; ellos
aprenden haciendo cosas.
La proclividad de Erickson para asignar tareas ambiguas fue identificada y
se escribió acerca de ella en The Answer Within (1983), por Stephen y Ann
Lankton. Este método consiste en dar al cliente una tarea benigna que tiene el
potencial de elicitar realizaciones* adaptativas. Por ejemplo, un cliente
deprimido podría ser instruido para encender una vela cada tarde, cuando la
familia se reúne para cenar; y en la siguiente sesión dar al terapeuta una
explicación de por qué se dio la asignación. Ahora bien, el terapeuta podría no
tener una razón explicita para la asignación, pero puede entender que la tarea
podría estimular algo constructivo en el paciente.
Quizá el paciente reportaría, “Esa fue una gran asignación. Gracias. Nuestra
familia se dio cuenta de que nosotros ya no estábamos haciendo rituales como
encender una vela o bromear en la cena y extrañábamos eso. Esas cosas tenían
mucho significado. Decidimos comenzar a hacerlas otra vez. Y ahora que lo
pienso, encender una vela es llevar simbólicamente de nuevo la luz a nuestra
familia. ¿Cómo sabía usted que tenía que decirme que hiciera esta tarea?” “Era
obvio“, podría contestar el terapeuta. Pero usted no extrajo todo el significado de
mi asignación. Así que continúe haciéndolo y la próxima vez que usted está aquí
usted me puede decir de qué más se dio cuenta.”
6. Prescripción del síntoma
En su manera más simple, la prescripción del síntoma es una directiva para
continuar con algunos aspectos del complejo del síntoma. A un paciente
deprimido se le podría decir que actúe deprimido, que se sienta deprimido y/o
tenga pensamientos de depresión. Un paciente dócil que siga esas sugestiones
podría ganar una medida de control sobre el síntoma. Un paciente desafiante
podría rebelarse contra la prescripción y, consecuentemente ocuparse con un
comportamiento más efectivo. (Rohrbaugh, Tennin, Press & White, 1981).
Con el paciente en oposición, la inversión en la auto dirección puede ser
más grande que la inversión en el síntoma. En cualquier caso, se puede lograr un
cambio en el patrón sintomático. La prescripción del síntoma puede hacerse más
compleja agregando una razón para cumplirla. Por ejemplo, a un paciente
deprimido se le puede decir: “Puede continuar deprimiéndose porque no es el
momento para cambiar. Piense lo que un corredor a menudo hace en una
competencia de pista: antes de comenzar a correr primero se retira antes de
empujar. De manera similar, usted necesita pasarse más tiempo esta semana
retrocediendo y quedándose inactivo antes de moverse hacia adelante dentro de
un nuevo territorio. Usted no sabe que va usted a descubrir porque las perlas se
encuentran en el lodo.”
Recuerde, los métodos terapéuticos tales como prescripción del síntoma
están diseñados para estimular capacidades aún no reconocidas, no para
manipular al paciente de tal modo que no experimente síntomas. Aún más. Hay
contraindicaciones con la prescripción del síntoma. Por ejemplo, yo nunca
prescribiría pensamientos suicidas a una persona suicida. (Antes de usar
cualquier técnica, los clínicos deben ser adecuadamente educados en su uso.)
Aunque otros nombres han sido usados en enfoques similares, prefiero el
término genérico “prescripción del síntoma.” El método ha sido descrito como
“práctica masiva” en la literatura del comportamiento y como “paradoja” en
otras escuelas. En logoterapia, Víctor Frankl (1963) llamó al abordaje “intención
paradójica.” Él acostumbraba estimular el humor, lo que bloquearía la ansiedad
anticipatoria.
La prescripción del síntoma ha sido extensamente examinada en la
literatura de la psicoterapia. Un trabajo clásico en este tema es Paradoxical
Psychotherapy por Weeks y L’Abate (1982). Una concepción de la prescripción
del síntoma aparece en Zeig (1980 a & b).
7. Reencuadre / Connotación positiva
Reencuadre es un término usado por Watzlawick, Weakland y Fisch (1974).
Selvini Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Pratta (1978) usan la descripción
“connotación positiva”.
El reencuadrar involucra cambiar el significado del problema. Esto ofrece a
los clientes la oportunidad de alterar su actitud sobre los elementos sintomáticos.
Por ejemplo: “La depresión puede ser muy importante. Puede ser un tiempo para
la reflexión. Así que cuando usted se está sintiendo ‘deprimido,’ podría
considerarlo como un período para un ‘reposo profundo’ en el que usted puede
recargar sus baterías.”
El reencuadre puede combinarse con la prescripción de síntoma. Por
ejemplo, si la persona deprimida tiene una pareja y es apropiado, el terapeuta
puede ofrecer: “Sería de mucha ayuda si usted pudiera estar inactivo(a) esta
semana y continuase viviendo en su doloroso pasado. Si usted se detiene, su
compañero tendría que pensar en su propio doloroso pasado y le podría traer
recuerdos dolorosos. En este momento, su compañero no tiene la fuerza
suficiente como para lidiar con su pasado y está usando su depresión como
cortina de humo para evitarlo. Por tanto, esta semana, trate de permanecer con
depresión e inactivo hasta que podamos ayudar a su pareja a ponerse más
fuerte.” En esta directiva, la depresión se reencuadra como un acto de acto de
cuidado: proteger a la pareja de confrontar a su propia vulnerabilidad. La
combinación de prescripción del síntoma y reencuadre puede cambiar la función
interaccional del síntoma. (Para información adicional sobre el reencuadre vea a
Bandler & Grinder, 1982.)
8. Ordalías
Jay Haley desarrolló algunos de los más importantes conceptos en el uso de
ordalías en psicoterapia (1984). Erickson condujo un caso prototípico de terapia
de ordalía, reportado por Haley en su libro seminal, Uncommon Therapy (1973).
El caso era de un cliente que sufría de insomnio. Luego de valorar aspectos de la
vida del hombre, incluyendo aficiones, cosas que le gustaban y cosas que
detestaba (una de ellas era pulir pisos), Erickson le pidió que sacrificase ocho
horas de sueño para vencer a su insomnio. El hombre se horrorizó con este
pedido increíble, diciéndole a Erickson que sólo podía obtener dos horas de
sueño en la noche. Erickson dijo que podía renunciar a ocho horas de sueño en
cuatro noches, lo que le pareció bastante razonable al hombre. Se le dijo al
cliente que se pusiera su ropa de noche a la hora de ir a la cama, pero en lugar de
dormirse, se le instruyó que pasara la noche puliendo el piso de madera en su
casa. El hombre llevo a cabo la orden de Erickson por tres noches. En la cuarta
noche, ya que estaba listo para la cama, el hombre decidió descansar sus ojos
unos minutos antes de pulir los pisos. Esa noche durmió ocho horas. Erickson
reportó que el hombre mantuvo el pulidor de pisos en su repisa, sabiendo que si
volvía a tener insomnio, la solución sería la de pulir los pisos. “Ese hombre haría
lo que fuera menos pulir sus pisos por las noches…” Erickson agregó “…hasta
dormir.”
En el caso de la depresión, una ordalía podría conllevar pedirle al cliente
que escribiese una lista extensa de razones para estar deprimido. Por ejemplo, el
terapeuta podría decir, “Me gustaría que luego de cada comida, se siente por
veinte minutos en el más pequeño cuarto de su casa y escriba una lista de
razones para estar deprimido… y sería de mucha ayuda si escribe oraciones
completas con buena caligrafía. Haga una lista diariamente y cuando me traiga
esta lista, podemos analizarla y crear un tratamiento apropiado.”
Hay un automatismo en los síntomas; estos “sólo deben ocurrir.” Programar
un síntoma o síntomas altera esta función, lo que puede tener resultados
constructivos. Más aún, sentarse en el más pequeño cuarto de la casa (muy a
menudo, el cuarto de baño) puede agregar un poco de ironía, porque la depresión
a veces es debida a la creencia del paciente de que su vida “se va por el
inodoro.” Cuando se ejecuta bien y se comparte con el paciente, puede ayudar
ser irónico sobre el problema, pero no aconsejaría ser irónico con el paciente.
Un ejemplo de caso de mi uso de las ordalías se presenta en el capítulo
doce.
9. Desplazamiento
El desplazamiento es a menudo logrado bajo hipnosis formal e involucra
cambiar la localización del síntoma. Erickson (1958) usó el desplazamiento para
mover la extrema sensibilidad dental de un paciente de su boca a su mano. En
uno de mis artículos profesionales iniciales (Zeig, 1974), describí el
desplazamiento de alucinaciones auditivas de pacientes esquizofrénicos agudos
usándolos primero como focos de inducción hipnótica y entonces desplazándoles
dentro de una incomodidad física. Eventualmente, le regresé las alucinaciones al
cliente, moviéndolas de su localización original a puntos diferentes del cuerpo
del paciente, tiempo durante el cual redefiní a las alucinaciones como voces de
las cuales podría haber beneficio.
En la superficie, las técnicas de desplazamiento pueden parecer que están
en el límite de lo bizarro, pero un examen más cercano revela que el
desplazamiento es sólo un método de utilización. Los pacientes desplazan sus
problemas. Por ejemplo, cuando se enfrentan con una dificultad emocional, una
persona podría desarrollar una cefalea; otra un trastorno estomacal. Si el
desplazamiento es un aspecto del problema, puede emplearse en la solución. En
el capítulo diez, discuto en profundidad el tratamiento que Erickson le da a una
paciente fóbica, y en parte incluyó el el uso de desplazamiento (mover la fobia
de una mujer a una silla.)
Técnicas similares pueden ser usadas para desplazar aspectos de la
depresión, quizá la inactividad física general podría ser hipnóticamente
desplazada a partes específicas del cuerpo que parecen inactivas, por ejemplo un
dedo del pie.
10. y 11. Ensayo de fantasías y orientación futura
Las técnicas de imaginación de ensayo de fantasías y orientación futura
están muy relacionadas. Usando imaginería mental vívida, con o sin hipnosis un
paciente puede usar ensayo fantaseado para practicar una solución o un
componente de una solución. El paciente también puede proyectarse a sí
mismo(a) a una época del futuro cuando algún aspecto del síntoma haya
cambiado. Erickson (1954) llamó a esta técnica “pseudo orientación en el
tiempo.” Empleando una orientación futura, el paciente deprimido podría
imaginar volverse más activo, por ejemplo, visualizar jugar tenis con amigos.
12. Cambio de historia
La técnica de cambiar la historia, desarrollada por Erickson en el caso del
Hombre de Febrero, fue descrita por Haley (1973) en Uncommon Therapy y
desarrollada extensivamente por Rossi (Erickson & Rossi, 1989). En el Caso del
Hombre de Febrero, Erickson estableció regresión de edad bajo hipnosis y luego
hacía visitas regulares al paciente en puntos cruciales en su vida, sirviendo como
padre sustituto (llamado el Hombre de Febrero) que le daba al “niño” consejos
paternales que le ayudaría a adaptarse más exitosamente cuando se convirtiera
en adulto. Esta técnica es una manera de cambiar la narrativa, no de cambiar el
pasado. Lo que se cambia es la perspectiva del paciente en esa historia.
La técnica también puede ser modificada para la depresión. Digamos que el
paciente deprimido estaba socialmente aislado en la niñez. Una introyección
inspiradora y positiva (tal como el “Hombre de Febrero” de Erickson) podría
regresar hipnóticamente en el tiempo y dejar mensajes al niño promoviendo la
sociabilidad durante diferentes estados del desarrollo.
13. La técnica de la confusión
Erickson consideraba a las técnicas de confusión y la de intercalamiento
como sus contribuciones más importantes a la hipnosis. Dichas técnicas se
discuten extensivamente en Erickson (1964) y Gilligan (1987). En el concepto
más básico, la técnica de la confusión se usa para romper rígidos patrones de
pensamiento. Primero se crea un período de confusión psicológica (excitación
indiferenciada). Enseguida se ofrece una sugestión concreta. La respuesta puede
incrementarse porque a mucha gente le disgusta la sensación de incertidumbre
generada por la técnica de la confusión y por lo tanto lleva a cabo la primera
sugestión concreta que escuchan para resolver su incomodidad.
Una ilustración simple de esta técnica es la de yuxtaponer conceptos
opuestos, tales como entender un malentendido en lo que podría convertirse en
una conexión alucinante: “Su mente inconsciente tiene maneras de entender
cosas y su mente consciente tiene formas de entender cosas. Y la clase de
realizaciones* conscientes que pueden ser inconscientemente realizadas* son
diferentes de la clase de realizaciones* inconscientes que pueden ser
inconscientemente realizadas*. Y hay mal entendidos básicos. Y la clase de
realizaciones* conscientes que usted puede inconscientemente malentender son
diferentes de la clase de malentendidos conscientes que pueden ser
conscientemente realizadas*. Pero usted realmente no puede realizar* hasta que
usted…aparte tiempo esta semana para ser más activo.”
Como Erickson la concibió, la técnica de la confusión era un ataque
agresivo a las resistencias arraigadas. En sus trabajos posteriores, modificó la
confusión agresiva a desestabilización moderada. Creaba ligeras interrupciones
que elevarían la tensión, durante una inducción o al hacer terapia y luego seguía
con sugestiones concretas. En comparación, con los practicantes tradicionales de
la hipnosis que crean canciones de cuna soporíferas, las inducciones de Erickson
eran como sinfonías con pasajes consonantes y disonantes que modulaban los
niveles de excitación. Y como en las sinfonías, las armonías inestables de
Erickson eventualmente conducen a una armonía estable.
14. Metáforas
La metáfora es una figura del lenguaje que hace una comparación implícita,
implicada u oculta entre dos cosas que aparentemente no están relacionadas. El
uso de metáforas puede ser una herramienta terapéutica valiosa. Por ejemplo, si
un paciente dice, “Mi depresión es como una pesada piedra,” el terapeuta puede
ofrecer una historia metafórica en la que la piedra adquiere vida y pierde mucho
de su peso. Alternativamente el terapeuta podría ofrecer; “Su depresión puede
ser una de muchas piedras que sirven para construir muros, pero también sirven
para construir puentes.” O “Su depresión es una piedra de afilar contra la que
usted puede afilarse.”
Pero las metáforas necesitan no limitarse a técnicas verbales—las acciones
también pueden servir como metáforas. Una metáfora visual puede ser poderosa
porque crea una imagen en la mente de la persona. Por ejemplo, cuando trabajo
con un cliente deprimido, podría sentarme en mi silla tan estirado y alto como
me sea posible y decir “Uno de sus objetivos es el de sentirse como esto.” Un
tema subyacente en muchos de mis seminarios para terapeutas es el uso de la
metáfora. Aristóteles dijo una vez: “Con mucho, la cosa más grande es dominar
el uso de la metáfora.” Y verdaderamente, la metáfora es un fértil campo a
explorar por el terapeuta.
Erickson prefería usar anécdotas de la vida real más que fabricar historias
metafóricas. Algunos terapeutas, incluyendo a Gordon (1978), Gordon &
Meyers-Anderson, (1981) no distinguen entre metáfora y anécdota y usan los
términos de manera intercambiable. Otra valiosa referencia es Gene Combs y Jill
Friedman: Symbol, Story & Ceremony (1990).
15. Símbolos
Los símbolos y los rituales son agentes de cambio extremadamente
valiosos. Erickson usó símbolos en el caso de una mujer que había perdido su
bebé por muerte de cuna (Zeig, 1980, pp.287-288). Para vencer su aflicción,
Erickson le pidió a la mujer que plantase un árbol de eucalipto de crecimiento
rápido en su traspatio y le nombrase “Cynthia”, nombre de su hijita muerta.
Erickson le dijo, “Quiero que vea a Cynthia crecer. Quiero que usted prevea el
día en el que usted pueda sentarse bajo la sombra de Cynthia.” Un año más tarde
el árbol había crecido alto y la mujer, que había estado tan abatida que estaba en
peligro de suicidio, fue capaz de sentarse en el santuario de la sombra y la
comodidad de su “hija.” La mujer también transformó su alguna vez llano
traspatio en un resplandeciente muestrario de florecientes brotes y arboles
incipientes.
Tuve una paciente que sufría de lo que yo pensé que era una depresión
(Zeig, 1992). Sin embargo, ella me explicó que tenía problemas psicosomáticos.
Yo no entendí que sus problemas psicosomáticos estaban enmascarando la
depresión. Así que le pedí a ella que llevase cargada diez días una piedra negra,
y dispusimos una cita a su regreso dos semanas después.
En la segunda sesión, me dijo que había completado la tarea. Le pregunté
que había hecho con la roca por diez días y me contestó: “No sabía para que era
la roca, así que la puse en la biblioteca de mi marido.” Dije, “Pienso que sería
una buena idea si hacemos algo de terapia de parejas e involucre a su marido en
la próxima sesión.”
Intercambié símbolos con esta cliente. Ella me dio un símbolo (su problema
psicosomático) y como algo amable, casi un asunto de cortesía, le regresé un
símbolo: la roca negra que pensé que simbolizaría su depresión. Como se vio
después, el problema no era tanto la depresión como un problema de pareja. Ella
corrigió simbólicamente mi mala interpretación cuando escogió un lugar para
poner la roca.
Mi intervención utilizó un proceso simbólico. Yo podía monitorear la
respuesta a mis tareas simbólicas y ajusté apropiadamente mi método (Zeig,
1992) Un video que muestra a Erickson conduciendo hipnoterapia simbólica está
disponible en www.Erickson-foundation.org. Los rituales son tareas simbólicas
complejas. Más información puede encontrarse en Van der Hart (1983) y
Madanes (1981,1984).
16. Anécdotas
Las historias terapéuticas fueron un pilar de la terapia y enseñanza de
Erickson. La mayoría de sus historias fueron sobre casos exitosos, pero también
él las sacaba de eventos interesantes en las vidas de miembros de la familia,
amigos y pacientes para crear inducciones hipnóticas y herramientas de
enseñanza y para insertar consejos terapéuticos.
Las historias son un fundamento de la comunicación humana. Somos por
naturaleza narradores naturales; también recordamos y respondemos a las
historias. Erickson usó la narrativa toda su carrera como terapeuta y como
instructor. Y a pesar de eso, la narrativa no se enseña comúnmente en los
programas de entrenamiento de las escuelas de postgrado. Cuando comencé a
hacer psicoterapia en los setentas, yo era tímido a la hora de contar historias,
pero gradualmente la narrativa se hizo parte fundamental de mi práctica. Los
pacientes comparten historias con los terapeutas así que así que es natural que
los terapeutas también utilicen historias para ofrecer tratamiento.
La narrativa es un método vivencial que puede provocar realizaciones*
conceptuales. El cliente “desenvuelve” el mensaje en la historia y puede cambiar
efectivamente. La historia es un contexto para pensar/ sentir/ actuar/ relacionarse
de manera diferente.
Las anécdotas pueden ser usadas para guiar asociaciones. El intento es el de
elicitar asociaciones constructivas que van a empujar hacia un comportamiento
más efectivo. Por ejemplo, si un paciente está teniendo dificultades para
experimentar un rango de sensaciones, quizá se beneficiaría de relatos acerca de
flexibilidad emocional. La técnica podría ser invertida para un paciente en
oposición. El terapeuta puede contar historias acerca de gente que es
extremadamente rígida, con el intento de despertar al paciente a su propia rigidez
y subsecuentemente promover el cambio. Tales métodos suscitan autonomía: el
cambio es estimulado desde adentro e iniciado por el cliente. (El uso que hacía
Erickson de las historias se trata en forma extensa en Zeig [1980 y 1985], Rosen
[1982], Lankton y Lankton [1983] y Gordon y Meyers-Anderson [1981].
Las anécdotas son una forma de comunicación paralela. Podría haber temas
que correspondan a los temas del paciente, pero ya que se les removió un paso,
el paciente puede encontrarlos más atractivos y útiles.
17. Comunicación paralela
La comunicación paralela ocurre cuando el clínico comunica una cosa para
crear una asociación con otra. Una metáfora es comunicación paralela. Cuando
Romeo dice: “Julieta es el sol”, está creando un paralelismo metafórico.
Otras formas de comunicación paralela incluyen analogías simples y
complejas. Por ejemplo, la comunicación paralela con un paciente deprimido
podría involucrar hablar acerca de podar las ramas muertas de un árbol, y de
cómo su remoción es necesaria para un nuevo crecimiento. Los juegos y los
acertijos también forman parte de la comunicación paralela. Erickson a menudo
usaba juegos mentales en la terapia y en la enseñanza. Por ejemplo, para
introducir la idea de una perspectiva flexible, Erickson me pidió una vez que le
describiera las formas posibles de ir desde su oficina a la siguiente habitación.
Después de sentir que había agotado todas las posibilidades, Erickson me dijo
que había olvidado una: Podría salir por la puerta trasera de su consultorio a la
casa principal, tomar un taxi al aeropuerto y tomar un avión a New York, luego
uno a Roma, Hong Kong, Honolulu y los Angeles, luego regresar a Phoenix
donde tomaría un taxi para ir a su casa y entrar a la habitación de junto a su
consultorio a través de una puerta lateral. Esta fue una manera festiva, analógica,
de alentar el pensamiento flexible para vencer las limitaciones aprendidas.
Hace algunos años, trabajé en un hospital con un paciente esquizofrénico.
Creía que estar en el hospital quería decir que estaba “loco”. Así que razonó que,
si le liberaban del hospital, eso quería decir que estaba sano.
Desafortunadamente su conducta era tal que no podía ser dado de alta. Tenía una
psicosis bien desarrollada y era un peligro para sí mismo. Le mostré un gráfico y
le pedí que leyera las palabras impresas dentro del triángulo.
“París en la primavera” leyó.
“No.”
“París en la primavera” volvió a decir.
“No.”
“París en la primavera” dijo ya enojado.
“No.” Dije de nuevo. “Lea palabra por palabra.”
“París en la…la primavera”, finalmente leyó de manera correcta.
“Sí, has dejado de ver lo evidente,” contesté.
Desde entonces, cuando sentía que dejaba de ver lo evidente, yo le recordaba
que viese otras posibilidades diciéndole “Regrésate al triángulo.”
18. Escultura.
La escultura es una técnica que a menudo uso tanto en la evaluación como
en el tratamiento; no era algo que Erickson practicase. La escultura de familias
es un método comúnmente usado por terapeutas familiares expertos, como
Virginia Satir y Peggy Papp. La escultura familiar es un método en el que el
terapeuta pide a un miembro de la familia o miembros que hagan una
representación o escultura de otro miembro de la familia o de toda la familia y
de cómo se ven ellos a sí mismos en relación a su familia. Externalizar un
problema o solución puede tener un efecto decisivo. Mucho de lo que procesa
nuestro cerebro se dedica a la visión. Por lo tanto, crear una imagen
tridimensional puede ser un paso terapéutico constructivo.
A veces uso lo que se llama “escultura del terapeuta”. Por ejemplo, le pido
al paciente que de manera figurada me “esculpa” dentro de una representación
simbólica de su depresión. Me paro erguido con los brazos a los lados y luego le
pido al paciente que me dé instrucciones de tal manera que yo acomode mi
cuerpo de tal manera que pueda crear una representación del problema; una
escultura que puede ser estática o kinética. Le explico que quiero entender la
situación del cliente más exactamente. Por ejemplo, el paciente me puede dar la
instrucción de que doble mis brazos con fuerza a través de mi pecho y me
balancee de lado a lado, o que me agache y que me acurruque con fuerza sin
moverme. Luego, yo podría pedirle al paciente que me esculpa en una
representación simbólica de una solución o de un componente de la solución. El
paciente puede ver la solución cuando yo levanto los brazos y los estiro o incluso
si doy vueltas de manera festiva. Mi meta es que el paciente cree una
representación visual externalizada, memorable, que pueda provocar el cambio.
19. Técnica del intercalamiento
La técnica del intercalamiento fue una de las más importantes
contribuciones de Erickson a la práctica de la hipnosis. En un caso de control de
dolor, Erickson uso está técnica cuando metafóricamente habló sobre plantas de
jitomate mientras que continuamente intercalaba sugestiones de comodidad:
“Uno pone en el suelo una planta de jitomate,” comenzó Erickson “Y uno tiene
la esperanza de que va a crecer para ser una planta que dará satisfacción por su
fruto. La semilla absorberá el agua sin gran dificultad porque las lluvias traen
paz y comodidad.” (Erickson, 1966, p.203)
Erickson marcó sus sugestiones de comodidad con cambios en su tono de
voz, convirtiéndolas en directivas implícitas que podrían estimular a entrar en
juego un tren de asociaciones que aliviarían el dolor mientras el cliente es
absorbido en el discurso de Erickson.
Una manera de usar la técnica del intercalamiento es la de crear una
anécdota o descripción de algo que es paralelo al problema del paciente, con el
terapeuta dando sugestiones encubiertas acerca de cómo el paciente podría ver/
pensar en/ hacer las cosas de manera diferente. La técnica de intercalamiento
puede ser extraordinariamente compleja porque puede abarcar anécdotas,
metáforas y formas de sugestión indirecta tales como mandatos intercalados y
presuposiciones.
He aquí una ilustración de la técnica de intercalamiento en el caso de la
depresión. El terapeuta podría ofrecer:
Usted está familiarizado con la experiencia de caminar por un sendero.
Usted tiene una meta…un lugar al que usted quiere ir… un destino que parece
ser factible, pero inesperadamente, una tormenta aparece con sus nubes
obscuras, ominosas. Entonces, hay un repentino aguacero que le hace difícil
continuar…pero…usted quiere llegar a su destino… y usted razona… “sólo
espera, la tormenta pasará” Así que usted… encuentra un lugar seguro…
encuentra un lugar cómodo… y se abraza usted mismo(a) mientras que…espera
la tormenta. Y mientras usted… está protegido(a) del mundo en su refugio
obscuro… usted puede mirar hacia afuera… y ver que las nubes se están
levantando y usted recuerda que la tormenta pasa. Y usted puede disfrutar de
darse cuenta… de que la tormenta limpiará el aire…habrá una frescura y
belleza en el mundo.
Otras técnicas
Erickson usó otras técnicas, incluyendo el uso de fenómenos hipnóticos
tales como amnesia, regresión de edad y sugestión posthipnótica. También usó el
shock, el drama, el aburrimiento y el oxímoron.
Un ejemplo del uso de Erickson del oxímoron es el caso de una mujer que
había sido abusada sexualmente por su padre. Le dijo a Erickson que se sentía
“sucia” y no podía disfrutar del sexo, participando sólo pasivamente. También se
sentía aterrorizada por el pene erecto. Erickson le dijo. “Su vagina puede tomar
un placer perverso al reducir a un pene a un objeto colgante e inútil.” (Rosen,
1982, p.37), lo que empoderó a la mujer a disfrutar sexualmente y satisfacer sus
sentimientos de venganza hacia los hombres.
Conclusión
Erickson inventó las técnicas de confusión y de intercalamiento; no inventó
todos los métodos descritos, aunque contribuyo en mucho a su desarrollo. Y para
el tiempo en que Erickson estaba explicando su utilidad, la mayoría de esas
técnicas eran evitadas por los terapeutas tradicionales. Hoy esas técnicas son la
piedra angular de muchas prácticas clínicas. Erickson rara vez enseñaba técnicas
específicas, pero escribía acerca de ellas, incluyéndolas en su obra con Rossi
(Erickson Rossi & Rossi, 1976; Erickson & Rossi, 1979; Erickson & Rossi,
1981 y Erickson & Rossi, 1989). Erickson principalmente exploró los
parámetros de la sensibilidad de respuesta, trabajando para maximizar respuesta
constructiva y cooperadora a través de sus métodos de utilización. Erickson
formuló un proceso de tres pasos para la terapia contestando estas preguntas: 1)
¿Cuál es la posición actual del paciente? 2) ¿Qué recursos tiene el paciente en su
situación? 3) ¿Qué se puede utilizar para ayudar al paciente a descubrir recursos
internos?
Las 19 técnicas discutidas en este capítulo están entre las intervenciones
principales utilizadas por Erickson. No es necesario que los terapeutas utilicen
todas las técnicas con un paciente; de hecho, hacerlo así daría por resultado una
relación con el paciente mecánica y artificiosa. Sin embargo, el terapeuta novato
puede encontrar de ayuda la lista de técnicas cuando decide cómo hacer la
envoltura para regalo de un objetivo. Si el paciente no responde a una forma de
hacer la envoltura, el terapeuta puede referirse a la lista y escoger otro método.
El componente clave no es la estructura de la técnica misma, sino su
contribución a elicitar una respuesta deseable. No importa cuán elegante sea la
técnica, debe ser recibida por el cliente de tal manera que se pueda poner en
acción.
Cuando mucho, las técnicas son estrategias de utilización. El dictum de la
utilización es: Cualquier cosa que el paciente utilice para mantener una posición
puede ser usada por el terapeuta para promover una buena vida. Por ejemplo, si
un paciente esquizofrénico habla de manera errática para distanciarse, el
terapeuta puede hablar de la misma manera para promover cercanía (Vea Zeig,
1987).
Tenga en mente que estas técnicas principales de intervención pueden ser
utilizadas para elicitar las metas de la terapia o las metas hipnóticas. Por
ejemplo, una metáfora podría ser usada para dirigirse a la meta de la terapia o a
la meta hipnótica, tal como enfocar la atención.
Como se sugirió antes, puede ser un ejercicio útil para el terapeuta escoger
un objetivo terapéutico o un objetivo hipnótico para un caso hipotético y
entonces diseñar métodos de envoltura para regalo utilizando cada una de las 19
técnicas.
Nuevamente para enfatizar, estas intervenciones no tienen como intención
engañar a los pacientes para que detengan sus síntomas. El propósito es el de
ayudar a los pacientes a reconocer capacidades dormidas y recursos internos. Las
técnicas llevan el mensaje implícito del terapeuta: "A través de estas
experiencias terapéuticas, podemos experiencialmente elicitar realizaciones*
conceptuales adaptativas.”
El proceso de presentar una intervención influye en su efectividad. Este
proceso se desarrolla más en el capítulo 9.
En el siguiente capítulo se combinan la envoltura para regalo y la
personalización. Usar los ejercicios sugeridos en el capítulo ocho puede ayudar
al clínico a mejorar los resultados terapéuticos.
Un principio de este capítulo:
24. Cuando los métodos congruentes no funcionan, pueden usarse los
métodos incongruentes.
8. La cuadrícula de la personalización
Introducción
La cuadrícula de la personalización es una herramienta diseñada para
ayudar al clínico a combinar técnicas de envoltura para regalo y evaluación para
aumentar la efectividad. Con esta herramienta el clínico puede aprender a
personalizar una intervención a los aspectos únicos del cliente.
La cuadrícula de la personalización
Una intervención puede acrecentarse enmarcándola dentro de la visión del
mundo de un paciente. Esta cuadrícula no constituye la intervención de la terapia
misma, sino más bien, es un mecanismo para evaluar qué estrategias de
intervención son más apropiadas dadas las características individuales del
cliente.
Como se discutió en el capítulo cinco, pueden usarse categorías de
evaluación y ganchos: (1) como señales de camino para la hipnosis y la terapia;
(2) como recursos; (3) para hablar el lenguaje experiencial del paciente; (4) para
determinar cómo la persona “hace” el problema; (5) para presentar la terapia a
través de las lentes del paciente;(6) como motivadores; y (7) como formas de
describir la microdinámica de la excelencia. En el capítulo siete, 19 tipos de
intervención fueron enlistados de acuerdo a su nivel de dirección/indirección.
Combinar personalización y envoltura para regalo facilita enfocar la terapia
a través de las lentes del paciente. Veamos cómo se puede lograr fusionar ambas
con la cuadrícula de la personalización en nuestro caso de hipotética depresión.
Una sub meta para tratar la depresión podría ser incrementar la actividad.
La tarea del terapeuta sería elicitar en el cliente el reconocimiento del potencial
no explotado, lo que subsecuentemente impulsaría al cliente a utilizar ese
potencial. Para el propio crédito del paciente, la energía potencial se convertirá
en energía kinética. En el último capítulo, vimos como un terapeuta podría
comenzar tal intervención con una sugestión directa. Desde aquí, el terapeuta
podría modificar la envoltura para regalo ofreciendo la sugestión directa bajo
hipnosis. Hay otra opción: Si la intervención no tuvo éxito, el terapeuta no
necesita cambiar las técnicas de envoltura para regalo, sino que, en lugar de ello,
puede refinar la personalización. Este paso podría involucrar usar la posición
experiencial del paciente.
Se vuelve entonces un asunto de triangular tres parámetros: la meta, la
técnica y la posición. El siguiente diagrama ofrece un ejemplo simple:
Tabla 8-1: Cuadrícula de la personalización. Ejemplo uno.
En este ejemplo, la meta es la de elicitar un incremento en la actividad. La
técnica seleccionada es la de la sugestión directa. La postura del paciente es la de
atención interna, así que la técnica de envoltura para regalo puede ser presentada
a través de la posición del paciente de ser internamente orientado. Si este fuese
el caso, el clínico podría ofrecer al paciente: “Tómese un momento para irse
hacia adentro. Si le es de ayuda, incluso puede cerrar los ojos. Es en este
momento de tranquilidad, cuando usted está solo con sus pensamientos, usted se
puede poner en contacto con algunas cosas que puede hacer que serían de valor
personal. Pienso que usted encontrará que una de las cosas que pueden ser de
beneficio definitivo es darse cuenta de las maneras en las que usted se puede
activar más esta semana.”
Otra posibilidad sería la de usar la posición del cliente como motivador. Por
ejemplo, “Me gustaría que usted se dé cuenta que esta semana puede hacer una
hora de caminata a solas, porque es una buena manera de reflexionar de manera
privada y resolver cosas.” (La discusión sobre cómo dar motivadores para las
sugestiones la encuentra en Zeig, 2015. También hay una discusión de las formas
del lenguaje que se pueden usar sin la aplicación de un trance formal.)
Ahora, cambiemos uno de los parámetros: el cliente tiene una orientación
externa:
Tabla 8-2: Cuadrícula de la personalización. Ejemplo dos.
En este caso, el terapeuta podría sugerir que, mirando a su alrededor, el
cliente se puede dar cuenta del beneficio al reconocer cómo otros se ocupan en la
actividad antes de llevar a cabo la tarea de activarse por sí mismo(a).
También se puede usar una orientación interna como motivador con el
paciente al que se le ordenó hacer una caminata de una hora, porque puede notar
“tremendas variaciones en el paisaje y los sonidos.” Al realizar la tarea, el cliente
incluso puede notar que su agudeza visual puede verse incrementada.
Cuando se trabaja con un cliente con “orientación linear,” el terapeuta
podría pedirle que haga una caminata en línea recta—y notar cuan recto puede
caminar a lo largo de esa línea.
Para un pensador en mosaico, la tarea sería la de caminar un sendero con
muchos giros y vueltas, o sólo vagar por ahí. Quizá este cliente se pasaría el
tiempo viendo aparadores, ensoñando o escuchando música. A un potenciador se
le podría prescribir una caminata en la que podría tomar nota de todas las cosas
fantásticas, increíbles y asombrosas. A un reductor se le podría pedir que haga
un paseo y busque las pequeñas cosas, tales como una roca especial, una hoja o
una concha que podrían tener un poco de significado o valor. A una persona
intropunitiva se le podría asignar una caminata difícil porque el reto podría
apaciguar la necesidad de esta persona por auto juzgarse de manera crítica. A la
persona extrapunitiva se le puede pedir que encuentre tres defectos significativos
en su medio, por ejemplo, un área descuidada, drenajes de la calle obstruidos y
señalización inadecuada—cosas que esta persona podría cambiar para hacer una
diferencia. A una persona uno arriba se le podría pedir que, personalmente,
decida dónde quiere caminar, quizá a una localidad conveniente, una tienda de
comestibles ocupada o una cafetería bulliciosa. A una persona uno abajo se le
puede dar instrucciones de que camine a un lugar específico en un tiempo
asignado.
Como para los ganchos, si una persona valora la prudencia, se le podría
pedir que note los peligros potenciales de su caminata, así como cualquier
medida preventiva que pueda tomar para evitarlas. Una persona aventurera
podría ser animada a hacer una caminata para descubrir cosas nuevas.
Por supuesto, el rango de categorías de evaluación y de ganchos es tan
extenso como las variaciones del pensamiento humano, sentimientos,
comportamiento, percepción y relaciones. Más aún, dependen de la posición del
terapeuta y su orientación (discutidas previamente). El proceso de evaluación
involucra la idiosincrasia del terapeuta y cómo el terapeuta interactúa con la
posición y orientación del paciente. Es el trabajo del terapeuta decidir que es más
relevante a la situación inmediata y usar las categorías de evaluación y los
ganchos como lentes y motivadores en la personalización de metas envueltas
para regalo.
Tener a la técnica, a la envoltura para regalo y a la posición como aspectos
de la paleta, significa que el terapeuta tiene una riqueza de opciones de
tratamiento de las cuales escoger. Si una técnica de envoltura para regalo o de
personalización no funciona, el terapeuta no necesita frustrarse o sentirse
perdido. Simplemente puede seleccionar de la cuadrícula otro método o
combinación de métodos. Es importante que el clínico utilice cualquier respuesta
que resulte de la directiva (buena, mala o indiferente) para estratégicamente
avanzar a resultados clínicos constructivos.
Alterando el envoltorio para regalo
Para personalizar el enfoque que se ajuste al paciente, el terapeuta será
flexible cuando se trate de hacer alteraciones. Por ejemplo, el terapeuta podría
mantener la meta de elicitar actividad y luego modificar el método de envolver
para regalo mediante el uso de presuposiciones más que de sugestiones directas.
Si el cliente es interno, el terapeuta podría decir: “Usted realmente no sabe
cuánto puede usted disfrutar de una hora de soledad cuando usted haga esta
semana una caminata… ¿verdad?” Para la persona externa: “Usted realmente no
se da cuenta de cuán benéfico puede ser andar afuera cuando haga un paseo esta
semana… ¿verdad? Y usted puede disfrutar viendo las cosas de manera diferente
en las caminatas matutinas que en las caminatas por la tarde.” (Vea a Zeig, 2015,
respecto a información sobre cómo crear presuposiciones.)
Si el paciente es extrapunitivo, la terapia se puede enfocar a través de esa
lente. Ya que una persona extrapunitiva necesita rechazar algo en la terapia, el
terapeuta podría presentar un método que le permita al cliente la satisfacción de
utilizar una lente crítica bien desarrollada y, sin embargo, ayudarle a activarse
terapéuticamente. Por ejemplo, el terapeuta podría decir, “Esto es lo que quiero
que usted haga esta semana para volverse activo, y quiero que lo haga
exactamente como lo prescribo. Mi experiencia ha sido que esto es, sin duda, la
mejor manera de hacerlo. Quizá es la única manera de hacerlo. A las 8 de la
mañana del sábado, quiero que usted suba hasta [mencione un lugar]. Asegúrese
de llevarse un yogurt con usted. También llévese una naranja. Es mejor
conseguirse una mediana. Cuando usted haya completado la caminata, dedique
media hora para escribir una lista de 10 beneficios que usted obtenga de la
experiencia. Y si usted decide una actividad diferente, por favor, haga una lista
de los diez beneficios que usted pueda obtener de esa experiencia.”
Este tipo de directiva contiene numerosas directrices pequeñas que el
cliente puede rechazar, mientras que al mismo tiempo le motiva implícitamente
para llevar a cabo una actividad—una que el cliente escoja personalmente.
Ahora, el cliente podría decirle al terapeuta en una sesión posterior, “Yo no
escalé esa montaña y no me gusta el yogurt. Pero me pasé unas horas la mañana
del sábado dedicado a mis aficiones.”
De manera similar, aconsejo a mis alumnos que están haciendo su tesis, que
inserten errores gramaticales de tal modo que el comité de tesis tenga algo qué
criticar. Después de todo, el comité necesita algo que corregir y si la gramática
es perfecta, el comité podría lanzarse al contenido.
Los aspectos de una posición u orientación del cliente pueden ser
reconocidos y utilizados por el terapeuta. Por ejemplo, una instrucción para un
cliente inactivo, táctil podría ser: “Esta semana, más o menos a la mitad, tómese
una hora para caminar; o bien, diga tres cosas agradables a su esposa (o a un
amigo, miembro de la familia o extraño). Haga cualquier cosa que usted piense
que le haría sentir mejor.”
Note que las directivas presentadas en este capítulo son metas mínimas.
Para provocar el cambio, es cuestión de que el terapeuta determine el paso
estratégico mínimo que el cliente está dispuesto a tomar. Recuerde el concepto:
Enfóquese en los componentes no en las categorías. La idea es dividir la meta en
componentes y pequeños pasos y luego estratégicamente construir sobre esos
pasos, lo cual puede alterar el sistema más grande. Si el progreso no ocurre,
quizá la meta pueda ser dividida todavía más. Un principio (N°25) al que hay
que atenerse: Si el problema es difícil de vencer y/o las resistencias son difíciles
de superar, divida la meta en componentes y aliente al cliente a dar pequeños
pasos. La resistencia puede ser contrarrestada modificando la meta,
seleccionando un método diferente de envolver para regalo y/o personalizando.
El siguiente ejercicio puede ayudar a los terapeutas a convertirse en
comunicadores más efectivos:
Seleccione una meta y póngala en términos concretos y positivos: Por
ejemplo: “Medite cinco minutos cada día” o “Sonría más cuando esté cerca de su
esposa” o “Haga ejercicio.”
Si es necesario, puede ser usada una meta declarada en forma negativa, tal
como “coma menos,”. Cree una cuadrícula de personalización y enumere varias
categorías de evaluación de clientes y ganchos en la parte superior. A un lado,
complete con varios posibles métodos de envolver para regalo. Ahora, diseñe
una directiva de personalización que fusione la posición del paciente con el
método de envolver para regalo. Una vez que usted haya completado la
cuadrícula y haya establecido estrategias para todas las combinaciones que usted
haya identificado, puede rápida y fácilmente modificar su tratamiento, bien sea
por alterar la categoría de evaluación o el método de envoltura para regalo.
Cualquier combinación puede ser pertinente para un cliente individual. Usted
puede experimentar todavía más afinando sus habilidades para establecer metas
cambiando el objetivo, quizá dividiéndolo en componentes más pequeños.
El ilimitado número de correcciones, modificaciones y alteraciones que
pueden hacerse a una sugestión simple como “sea activo” podría parecer
abrumador para el novato, arrojando a la persona dentro de una clase de parálisis
mental. Sin embargo, tenga en mente que una nueva manera de pensar que al
principio parece imposible, a menudo se vuelve fundamental más tarde.
Déjeme ilustrarle esto con una experiencia personal. Hace años, tomé una
clase de piloteo de planeadores. La primera tarea de mi instructor fue enseñarme
a nivelar el vuelo. Como muchos pilotos principiantes, yo sobre compensaba al
principio. Me tomó algún tiempo aprender cómo evitar la sobrecompensación y
mantener un nivel de patrón de vuelo a una altitud constante.
El siguiente paso fue aprender cómo dar vuelta o lateralizar el planeador.
Un piloto debe aprender cómo controlar el vuelo en tres dimensiones, mientras
que manejar un auto se hace en sólo dos dimensiones. Mi instructor me enseño
como lateralizar dividiendo la acción total en pequeñas partes. También hizo una
lista de los numerosos efectos colaterales indeseables por las acciones
incorrectas. Para lateralizar es necesario ajustar apropiadamente el alerón, el
timón y los flaps. Por supuesto, descubrí de primera mano qué sucedía cuando
yo no hacía esto correctamente. Yo estaba demasiado consciente de cada paso y
otra vez estaba sobrecompensando.
Lo mismo puede suceder en el golf o en el tenis cuando alguien que
comienza está abrumado por las minucias de aprender las bases, aunque la
mayoría de instructores, enseñan dividiendo el proceso en segmentos
manejables. Pero es solamente cuando los movimientos o patrones se mueven de
la memoria de corto plazo a la memoria de largo plazo cuando realmente
comenzamos a lograr la verdadera eficiencia (eso que los atletas profesionales le
llaman estar “en la zona” o “en el flujo.”). Hoy, cuando vuelo en planeador, no
pienso conscientemente acerca de los cambios que se deben hacer. Más bien,
respondo sin esfuerzo a las condiciones cambiantes.
Un terapeuta que trate de trabajar las dimensiones de la cuadrícula de
personalización puede al inicio sentirse como un juglar con demasiadas pelotas
en el aire. Pero al pasar el tiempo, con la experiencia de modificar los
diversos aspectos de la cuadrícula, las decisiones conscientes comenzarán a
fluir hacia la memoria de largo plazo, y el terapeuta se elevará a nuevas alturas,
así como yo lo hago ahora, casi automáticamente y sin esfuerzo en un planeador.
Resumen
En el enfoque de la terapia breve, es esencial que el clínico tenga una meta
claramente definida en su mente. El enfoque estratégico se enfoca en
individualizar el tratamiento hacia un objetivo o meta específica (Haley, 1973), y
esto se logra mejor cuando el terapeuta logra acceso a la visión del mundo del
cliente, aplicando técnicas que utilizan la posición del paciente, tales como las
categorías de evaluación del cliente y sus ganchos.
Sin embargo, este método de combinar metas, métodos de envolver para
regalo y personalización requieren algo de ejercicio en casa por parte del clínico.
El principio de este capítulo:
25. Si el problema es difícil, divida la meta en componentes y proceda con
pequeños pasos.
9. El proceso de la terapia ericksoniana
Visión general
Los psicoterapeutas deben atender no sólo la evaluación del problema de un
paciente y aplicar las técnicas, sino que también al proceso mismo del
tratamiento. Este capítulo examina los aspectos estratégicos de la terapia
ericksoniana en el modelo de tres etapas, que son preparación, intervención y
seguimiento hasta el final (PISF), que se ilustra con una línea del tiempo
hipotética de psicoterapia.
Introducción
Desde la última parte del siglo 20, Erickson y sus técnicas terapéuticas han
ganado una distinción significativa. Las intervenciones de Erickson fueron
meticulosa y lógicamente planeadas, y muchos perciben que él fue un
profesionista extremadamente intuitivo. Erickson improvisaba fácilmente, pero
su espontaneidad fue un subproducto de años de práctica deliberada. Fue uno de
los clínicos más estratégicos de la historia, sintonizado con esmero en la
creación de pasos que avanzaran el proceso. Sus intervenciones eran
teleológicas, orientadas a un futuro constructivo.
Cuando visité por primera vez a Erickson en 1973, yo estaba casado con el
modelo Rogeriano de la psicoterapia. Mi respuesta a los clientes era breve,
usualmente consistía en una frase simple que reflejaba lo que el cliente me había
dicho. Por ejemplo si el cliente decía “estoy triste”, yo respondía, “Se le ve el
bajón.” Gradualmente comencé a darme cuenta de que Erickson hablaba de una
manera más compleja, y a menudo hablaba en triplicado. Él hacía esto entrando,
ofreciendo y luego saliendo. Yo uso a menudo este proceso en la terapia
checando al cliente, sugiriendo algo y luego motivándolo. Una vez que me di
cuenta de cuán efectivo era el método de Erickson, cambié mi manera de
comunicar, personal y profesionalmente.
El modelo PISF: Un esbozo
*Es el SET SÍ del que puede leer en mis previas traducciones de los tres libros
de Erickson/Rossi y los de Jeff Zeig que me ha encomendado. N del T.
Puesto que Erickson ha establecido la obediencia de la paciente con sus
directivas previas, él puede tener más certeza de que ella accederá a la nueva
directiva. Y ya que la paciente ha estado de acuerdo con varias tareas pequeñas,
no fue para ella un gran paso estar de acuerdo con uno más: dejar que el miedo
se deslizara fuera de su cuerpo a una silla verde cercana.
La silla verde era la silla del paciente en el consultorio de Erickson. No era
especialmente cómoda. Si la meta de un paciente era la de estar cómodo, el
cliente crearía esas sensaciones. No iba a ser una función del mobiliario.
Recuerde que Erickson sembró la idea de tener la fobia en la silla. La
cliente había demostrado previamente la habilidad de cambiar el contexto de su
fobia al alucinar en estar en un avión mientras que se encuentra en el
consultorio de Erickson. Por tanto su miedo emergió bajo hipnosis en la silla
verde, no en un avión. Más aún, el acto de desplazar la fobia reflejó el propio
relato de su acostumbrado comportamiento, porque cuando el avión aterrizaba
su miedo se disipaba. Pedirle que permitiera a su miedo deslizarse a la silla fue
el método estratégico de Erickson para que la paciente experimentara el
desplazamiento.
Tan ilógico como parece el método, sólo fue un paso adicional en una
cadena de pasos estratégicos. La paciente había logrado otras tareas diversas:
Irse dentro de un trance; demostrar la fobia en trance; hacer la promesa y hacer
la promesa en el estado hipnótico. Habiendo estado de acuerdo con todas las
peticiones previas de Erickson, ceder a una más—permitir a la fobia deslizarse
a la silla— no parecía una tarea desalentadora para la mujer.
Un componente crucial de la respuesta a esta intervención fue la reducción
en la tensión creada por las declaraciones nada convencionales y sexualmente
matizadas de Erickson a la paciente, y entonces, su énfasis en elicitar una
promesa de ella de “hacer cualquier cosa” que él le pidiera. El efecto de esto
fue doble. Primero, elevó la tensión de la mujer debido a la acción desconocida
que ella tendría que tomar para cumplir su promesa a Erickson. Segundo,
cuando se le presenta la petición de dejar que su miedo se deslice a la silla,
parecía una cosa relativamente simple y posiblemente también un alivio,
comparado con lo que ella tendría que hacer para Erickson. Todo esto sucedió
tan rápido que la paciente no tuvo la oportunidad de examinar conscientemente
la intención de Erickson, que fue diseñada para su beneficio. (Si uno sabe lo que
el mago está haciendo, el efecto es minimizado.) Finalmente Erickson usa la
palabra “ahora” y su énfasis vocal en ella hizo de sus subsecuentes sugestiones
algo más que un mandato.
Erickson: Y ella alucinó el aterrizaje del avión, se despertó del trance y
repentinamente saltó de la silla con un grito y vino corriendo hacía el otro lado
del consultorio diciendo. “¡Están ahí, Están ahí!” (Erickson señala la silla verde.)
Ya que la paciente aceptó la sugestión de Erickson de desplazar sus miedos,
podría parecer que la terapia se ha completado…pero no. Erickson
expertamente provee la preparación y la intervención principal, pero también
está consciente de la necesidad de seguimiento hasta la culminación de la meta.
Ahora, este caso podría haber tenido un efecto contextual adicional, ya que
Erickson lo presentó a los estudiantes de terapia en un seminario de una semana
de duración. La silla verde estaba situada cerca de él y a lo largo del seminario,
cuando él llevaba a cabo demostraciones, hacía que los individuos se sentaran
en esa silla. Quizá alguno de los estudiantes podría pensar. “Esto es ridículo.
No hay un miedo pegado a la silla.” O alguien podría preguntarse, “¿Qué voy a
dejar en la silla de Erickson, en el consultorio de Erickson?”
Erickson a menudo guiaba procesos asociativos que estimulaban
respuestas implícitas. Las técnicas implícitas para despertar representaciones
subyacen en la creación de todo el arte, mismo que es conceptual y no
informativo.
Podemos también confirmar la información de la evaluación. La respuesta
de la cliente al desplazamiento indicó que potenciaba las experiencias, más que
reducirlas.
Después de que la intervención principal fue establecida y llevada a cabo,
es entonces cuando Erickson comienza el seguimiento hasta la culminación de
la meta.
Erickson: llamé a la Sra. Erickson al consultorio y dije, “Betty, siéntate en
esa silla.” (Erickson la señala) Y la paciente dijo, “Por favor, Sra. Erickson, no se
siente en esa silla,” La Sra. Erickson siguió caminando hacia la silla y la paciente
se precipitó hacia adelante para evitar físicamente que Betty se sentase en la
silla.
¿Por qué Erickson involucra a su esposa en este caso? La inducción
hipnótica a menudo usa un proceso que se llama “ratificación” (Zeig, 2014). La
ratificación es un método que presupone que el cliente ha respondido
constructivamente en una dirección deseable. En este caso, Erickson ratificó en
vivo la alteración de la paciente: La paciente demostró que había
experimentado un cambio a través de la hipnoterapia. Al hacer venir a su
esposa, Erickson demostró (“ratificó”) a la paciente que su fobia había sido
removida, no sólo en presencia de Erickson sino también con una extraña.
Sí, involucrar a un familiar en el tratamiento, parece raro y quizá no sea
ético para algunos estándares; pero la familia de Erickson era a menudo
utilizada. Había un efecto que él quería lograr y su esposa estaba disponible, y
ya había sido llamada en otras ocasiones a las sesiones para ayudar.
Erickson: Así que despedí a Betty y me dirigí a la paciente y le dije, “Su
terapia está completa.”
Igual que Erickson había delineado el punto de inicio para la terapia, así él
designaba el fin de la terapia—cuando el marco iba a ser cerrado. Esto
implicaba que lo que seguiría sería insignificante. El paciente no necesita poner
mucha atención a eso: Y la siguiente declaración fue, de acuerdo a Erickson,
entonada suavemente. Pero representó un importante paso terapéutico.
Erickson: “Que disfrute su vuelo a Dallas y de regreso a Phoenix y
llámeme del aeropuerto y dígame cuánto disfrutó de estos viajes en avión.”
Erickson le dio a la paciente la directriz de que disfrutara volar a Dallas y
de regreso a Phoenix, haciendo énfasis en que se la pasara bien. Su declaración
contenía una presuposición: “Llámeme (directiva), y dígame cuanto disfrutó de
estos viajes en avión” (presuponiendo que haría los viajes y los disfrutaría). El
método de Erickson es similar a un “cierre presupuesto,” comúnmente usado
por vendedores, por ejemplo: “Dígame cuántos le gustaría comprar,” lo que
presupone una compra.
Hubo un nivel adicional a la comunicación. La mujer había prometido
hacer todo lo que Erickson le pidiese, lo que incluía llamarle para dejarle saber
cuánto había ella disfrutado de los viajes en avión.
Sin embargo, el seguimiento de Erickson no terminaba ahí.
Erickson: Luego de que ella se fue, hice que mi hija tomase una fotografía
sobreexpuesta de esa silla (Erickson la señala), una poco expuesta y una
adecuadamente expuesta. Las puse en tres sobres separados. Etiqueté la imagen
sobreexpuesta: “El eterno lugar de descanso de sus fobias, miedos, ansiedades y
demonios de tortura lentamente descendiendo al olvido de la obscuridad eterna.”
A la imagen poco expuesta la etiqueté como: “El eterno lugar de reposo de sus
miedos, disipándose completamente en el espacio exterior.” Y a la fotografía
expuesta adecuadamente, la marqué: “El eterno lugar de descanso de sus fobias,
miedos y ansiedades.”
Erickson proveyó no sólo un símbolo para los miedos de la paciente, sino
también un símbolo para el cambio. Él le dio a su paciente algo tangible: un
amuleto, un símbolo conteniendo a sus miedos que podría funcionar como un
sustituto para el vacío creado por abandonar sus miedos. Ella “perdió algo,”
pero en su lugar adquirió algo más. Erickson pudo haber usado palabras tales
como aquellas que la paciente había usado cuando primero le describió a él su
problema, por ejemplo, “demonios de tortura,” Y hay algo sutilmente divertido
y humorístico acerca de las fotografías, lo que pudo haber sido un método para
cambiar el trasfondo emocional del problema. El cambio puede ocurrir
alterando el trasfondo emocional, y no solo al cambiar elementos obvios.
Recuerde, Erickson usó un método similar para ayudarme a dejar de fumar
pipa.
Nuevamente, un miembro de la familia se involucró en el caso. Parecía que
el estilo de terapia familiar de Erickson era ¡involucrar a su familia para
ayudar al cliente!
Todavía más, el regalo de las fotografías de Erickson fue algo que la cliente
no esperaba. Fue un indicador de la presuposición implícita de Erickson de que
su problema había sido tratado. Los clientes aprecian cuando un profesional se
toma esos atentos pasos extra.
Erickson: Le envié las fotografías por correo. Las recibió el miércoles por
la mañana, y el sábado recibí una emocionada llamada telefónica desde el
aeropuerto. "¡Fue magnífico!", exclamó. "Fue completamente maravilloso, la
más hermosa experiencia de mi vida". Le dije: "¿Tendría la amabilidad de contar
su historia a cuatro estudiantes míos a quienes estoy preparando para sus
exámenes de doctorado?" Ella dijo: "Sí". Le pedí que viniera a las ocho.
A las ocho ella y su marido entraron en la casa. Ella rodeó la silla verde
sentándose lo más lejos posible. Mis alumnos llegaron unos cinco minutos más
tarde; uno de ellos comenzó sentarse en la silla verde. Mi paciente dijo: "¡Por
favor, por favor, no se siente en esa silla!".
El alumno dijo: "Ya me he sentado ahí antes. Es una silla cómoda y me
sentaré ahí nuevamente". La paciente dijo: "¡Por favor, por favor, no!” El
estudiante dijo: "Bueno, ya me he sentado antes en el piso; así lo haré ahora, si
así le place.” Ella le dijo “muchas gracias”.
Ella les contó a los estudiantes la historia, inclusive la historia de las
fotografías que le envié. "Llevo esas imágenes conmigo, como cuando usted
lleva un amuleto o algo para la buena suerte como una pata de conejo o una
medalla de San Cristóbal. Fueron parte de mi equipo de viaje. La primera escala
del viaje fue El Paso; yo estaba cómoda y me la pasé preguntándome cuándo
comenzaría la turbulencia del aire. Hubo unos 20 minutos de trasbordo en El
paso. Desembarqué y me fui a un lugar tranquilo del aeropuerto y me metí en un
trance y me dije: "El doctor Erickson te dijo que lo disfrutaras. Ahora haz lo que
el Dr. Erickson te dijo que hicieras.” Me regresé al avión y el viaje de El Paso a
Dallas fue maravilloso. En el viaje de regreso de Dallas, muy arriba, todo lo que
se veía abajo era un banco de nubes con espacios vacíos aquí y allá. Podíamos
mirar a través de esos agujeros la tierra bastante a lo lejos. Fue un viaje
fantástico y hermoso".
En este segmento, Erickson relata cuidadosamente la descripción de la
paciente de su vista hacia abajo a través de las nubes. Este evento confirmó que
la paciente había superado sus miedos. Ahora se sentía segura cuando miraba
hacia abajo desde arriba. Tampoco importaba si la paciente estaba consciente
de las directivas de Erickson o no; todavía las llevaba a cabo y disfrutaba del
vuelo.
Erickson: Dije: “Ahora, me gustaría hacer que usted se vaya dentro de un
trance aquí y ahora.” Así lo hizo. Dije, “Ahora, en este trance quiero que usted
se vaya al aeropuerto en Phoenix, quiero que compre un boleto a San Francisco
y que goce todo el escenario ahí, especialmente la vista de las montañas.”
En esta parte, Erickson aplica una técnica de ensayo por fantasía.
Nuevamente, él emplea la terminología presuposicional que le ha sido útil antes:
que disfrute la vista; y que disfrute en especial las vistas de montaña. Su énfasis
en las montañas siembra la idea de las alturas, alertando y preparando la mente
inconsciente del paciente para la tarea que sigue. Cebar un objetivo futuro
aumenta el acceso al objetivo cuando se presenta más tarde. El método de
siembra de Erickson es semejante al dispositivo literario del presagio. El uso de
tal sutileza es acumulativo; es la diferencia entre algo que es excelente y algo
que es de nivel de maestría.
Erickson: ‘Cuando usted llegue a San Francisco desembarque, rente un
auto y maneje hacia el puente del Golden Gate. Estacione su auto, camine hasta
la mitad del puente y mire hacia abajo.’
Erickson sospechaba que esta paciente tenía otra fobia: Estar en un puente
suspendido. En este caso, él parecía darse cuenta de que el problema presentado
era parte de un problema más amplio, más incluyente y él determinó que era
mejor dirigirse al problema en su totalidad.
Cuando Erickson estaba trabajando conmigo sobre el tabaquismo, dividió
el problema en varios componentes, lo que cambió el trasfondo emocional del
problema. Si él hubiera determinado que mi tabaquismo era parte de un
problema más grande, por ejemplo, de un inadecuado cuidado personal,
probablemente hubiera procedido de manera diferente.
El diagrama 10-1 muestra cómo podría verse el problema de un paciente:
En el eje de las Y, el terapeuta podría moverse hacia abajo, dividiendo el
problema en componentes (Chunk abajo). O el terapeuta podría moverse hacia
arriba en el eje de las Y para determinar si el problema presente es una subserie
de un problema más grande (Chunk arriba). En el eje de las X, un terapeuta
podría moverse hacia la izquierda—al pasado—para encontrar antecedentes
históricos (influencias pasadas).
Un movimiento a la derecha podría ser el futuro y la intervención podría
basarse en una predicción de lo que podría resultar del problema si se dejara
sin tratamiento (inferencias futuras).
Como luego reporta Erickson, la paciente temía estar en un sitio sin medios
de soporte visibles, por ejemplo, dentro de un avión volando a más de diez mil
metros, o en un puente suspendido. Al sugerir que la paciente se pare en el
puente Golden Gate (poniéndola en otra situación que teme) Erickson estaba
intentando confirmar si ella había superado todo su problema. Esta técnica fue
rápidamente seguida por lo que Stephen y Ann Lankton (1983) llamaron una
“metáfora múltiple insertada,” o una historia dentro de una historia.
Erickson: Ahora le voy a contar algo de la historia de ese puente. Los
pilotes que soportan el puente tienen 225 metros de alto. Cuando el puente se
completó uno de los trabajadores que pintaron el puente puso una red de pesca al
final de una larga pértiga y atrapó gaviotas y pintó sus cabezas de rojo. Un día un
reportero con iniciativa publicó una historia en el periódico acerca de una nueva
especie de gaviotas con la cabeza roja. Se llamaba Jake. Todo basado en hechos
reales.
La historia de Erickson fue diseñada para crear excitación y enfado, los
cuales bloquearían el miedo percibido de mirar hacia abajo desde el puente. Los
clínicos pueden desensibilizar una fobia igualándola progresivamente con una
relajación. Por lo contrario, Erickson creaba una experiencia de referencia
bloqueando una respuesta fóbica de gran magnitud con una emoción de enfado
de magnitud similar. Es más fácil moverse de una emoción aguda a otra que
moverse de una emoción aguda a una relajación.
Erickson: Entonces usted mira las olas abajo, la espuma en la punta de las
olas y usted observa a las gaviotas. Luego la niebla le envuelve. Usted no será
capaz de ver nada. Así que usted se regresa en su auto y se va al aeropuerto y usa
su boleto de regreso a Phoenix y se viene desde el aeropuerto directamente hacia
acá.
Despertó de su trance muy rápido y le dijo a los estudiantes, “Debo
contarles sobre mi viaje a San Francisco y acerca del horrible Jake.” Su esposo
dijo: “Sabía que eso no le gustaría.” Ella es una fanática de la ecología.”
(Erickson se ríe.) Y cuando terminó de contar la historia, dijo, “Y me vine
directamente aquí desde el aeropuerto. Oh, dios mío, estuve en trance cuando
hice todo eso, Realmente no fui a San Francisco. Estuve en trance y pensé que
fui ahí.”
Erickson sugirió este ensayo fantástico para ofrecer a la paciente la
oportunidad de descubrir que la terapia había tenido un efecto de bola de nieve
y él había quitado otro problema.
La historia de la gaviota fue más que sólo una distracción. También dirigía
su atención a pensar acerca del “horrible Jack,” en lugar de pensar en el
espacio vacío debajo de ella. Erickson usó el sistema de valores de la paciente—
sus preocupaciones ecológicas—para inducir un enfado que podría ser más
poderoso que su miedo. Y quizá la imagen de las gaviotas de cabeza roja fue
también un medio para sembrar enojo, ya que el rojo a menudo se asocia
simbólicamente con sentimientos de enojo.
Estructuralmente, esto se asemeja a la exitosa intervención anterior, la cual
también incrementó la tensión: La niebla oscurecería su visión.
Erickson: Y es entonces que le hice una pregunta importante, “¿Qué otro
problema se terminó en su viaje a Dallas?” Contestó, “No tenía otro problema…
sólo mi fobia a los aviones.” Dije, “Sí, usted tenía otro problema, un problema
bastante molesto. No sé por cuanto tiempo lo tuvo usted. Ahora ya pasó por esto,
pero dígales a los estudiantes que otro problema era ese.” Ella dijo,
“Honestamente, yo no tenía ningún otro problema. No tengo ningún otro
problema.” Yo le dije, “Sé que usted no tiene ningún otro problema ahora, pero
¿Cuál fue el otro problema que usted resolvió en Dallas?” Ella dijo, “Usted
tendrá que decirme.” Yo contesté, “No, le haré a usted una pregunta y entonces
usted sabrá cuál era su problema.”
En este momento, en su seminario de enseñanza, Erickson pidió
explicaciones a los estudiantes, animándoles a imaginar el “otro problema” de
la paciente. Ninguno pudo.
Erickson: Le dije “Usted tenía otro problema que se corrigió. Ahora cuál
fue ese problema? Le voy a hacer una simple pregunta: ¿Cuál fue la primer cosa
que usted hizo en Dallas?”
Ella contestó, “¿Oh, eso? Me fui a ese edificio de 40 pisos y me he paseado
en el elevador desde la planta baja hasta arriba.” Dije, “¿Cómo hizo el paseo en
el elevador?” Ella respondió “Viajé del primer piso al segundo; salí, tomé otro
elevador y subí al tercer piso; salí, esperé otro elevador y me fui al quinto piso.
Todo el camino hacia arriba en elevador, un vuelo a la vez. Estoy tan
acostumbrada a hacer eso que yo no lo veía como problema.”
Erickson explicó a los estudiantes que él podía deducir los parámetros del
problema de la mujer por su descripción inicial del mismo.
Erickson: Ella dijo, “Me puedo subir al avión. Puedo viajar cómodamente
por la pista de aterrizaje. Me puede transportar por el piso hasta el final de la
pista de aterrizaje. En el momento en el que el avión se eleva, me encierro en la
fobia.” Ella tenía miedo de los espacios vacíos donde no había medios visibles
de soporte. Un avión es un espacio cerrado sin medios visibles de soporte; igual
un elevador.
Le dije, “¿Bueno, cuál era el otro problema?” Ella dijo,” No sé de ningún
otro problema. Si usted lo dice, debo haber tenido otro problema,” Le contesté,”
Usted tuvo otro problema. Ahora está corregido. Cuando usted no estaba
volando, estuvo en auto, autobuses y trenes. Usted no tenía problema en el tren.
Y en el auto o en un autobús, ¿Qué sucedía cuando usted llegaba a un puente
suspendido—uno grande?” Me contestó, “Oh, eso. Solía bajarme al piso,
mantenía mis ojos cerrados y me estremecía. Tenía que preguntarle a algún
extraño, ‘¿Está el autobús sobre el puente?’ “
Mis estudiantes sabían que yo sabía de eso porque yo tenía que hacerle
hacer ese viaje hipnótico a San Francisco y hacerle caminar afuera en el puente.
Y ahora la paciente vive en los aviones. Ella y su marido toman sus
vacaciones volando hasta Australia. Va a Roma regularmente, a Londres, a París.
Y a ella no le gusta quedarse en hoteles. Prefiere dormir a bordo de un avión. Y
todavía tiene esas tres fotografías, y todavía le tiene miedo a esa silla. (Erickson
la señala y se ríe.)
Erickson tiene éxito no solamente en resolver la fobia presente de la
paciente, sino en resolver sus otros miedos. Él intervino en varios niveles y
continúo trabajando hasta asegurarse de que sus patrones mal adaptativos
fueran erradicados. Erickson reconocía que la paciente no tenía en realidad una
fobia al avión, ya que ella no tenía miedo de entrar en el avión. Su fobia
presentada era el ejemplo de un problema más grande.
Una vez que identificó un miedo primario— estar en un espacio sin medios
visibles de soporte—él dedujo que era probable que ella atribuyera reacciones
fóbicas a otras situaciones que eran estructuralmente similares (estar en un
puente suspendido o en un elevador).
Erickson respetaba la necesidad inconsciente de la paciente a disociarse y
a mantener sus otros miedos fuera de su percatamiento consciente. También se
aseguró que su problema presentado estaba corregido antes de traer los otros
problemas a su atención.
Erickson: Verá, usted no escucha. Ella no tenía una fobia a los aviones.
Ella dijo, “Estoy cómoda en un avión. y cuando se eleva, comienzo a
estremecerme.” Y yo sé que cuando un avión se eleva se convierte en un espacio
cerrado sin medio de soporte. Es lo mismo con un elevador. Lo mismo con un
autobús en un puente suspendido. Usted no puede ver el soporte en ningún
extremo, usted mira a la derecha y mira a la izquierda. (Erickson hace un gesto
hacia la derecha y hacia la izquierda.) Usted está en el aire. A bordo de un tren,
ella tiene prueba de apoyo—prueba auditiva—: el chasquido de las ruedas en las
vías, así que ella no tenía ninguna fobia en el compartimento de un tren. Ella
podía escuchar el soporte afuera.
Dos días después en el seminario, Erickson retoma este caso:
Erickson: Bien, con la paciente de la fobia al avión… No tengo que creer
cualquier cosa que alguien me diga. Yo no le creo hasta que entiendo sus
palabras. Cuando ella habló sobre su fobia al avión y me contó que podía
caminar a bordo de un avión y viajar cómodamente hasta el final de la pista de
aterrizaje, pero tan pronto como el avión dejaba el suelo tenía una fobia, pude
entender que ella no tenía una fobia al avión. Ella tenía una fobia a los espacios
cerrados donde alguien más estaba a cargo de su vida, y ese alguien más le era
un extraño: el piloto.
Tuve que esperar hasta que entendí sus palabras. Le hice que prometiera
hacer cualquier cosa, buena o mala. Obtuve esa promesa con mucho cuidado
porque duplicaba su vida a manos de un piloto extraño. Luego le dije,
’disfrute su viaje a Dallas. Goce su viaje de regreso, y dígame cuánto lo
disfrutó.’ Ella no sabía que estaba manteniendo su promesa, pero lo estaba
haciendo. Yo sabía qué estaba intentando yo con esa promesa. Ella no. Y fue
dicho tan gentilmente ’Disfrute el viaje de ida y vuelta.’ Y ella había prometido
hacer cualquier cosa que yo le pidiese. Ella no notó que eso fue lo que le pedí.
(Página 158).
Es claro que en este caso Erickson no removió el miedo de la mujer. En
lugar de ello, lo desplazó. Sí, la solución fue irracional, pero también lo era el
problema. Y, el miedo todavía estaba ahí, tan intenso como siempre, y la
paciente podría regresar a él cada que ella quisiera—regresando de vuelta a la
silla verde. Erickson cambió las características del miedo cambiando su
localización. La paciente no perdió nada—y ganó disfrutar la vida. Una clave
principal (N°26) aplicable a muchos problemas de terapia es alterar la opción,
no quitarla.
Después de la muerte de Erickson, los archivos de sus pacientes fueron
destruidos por su familia. Pero antes de que esto fuera hecho, sucedió que yo vi
uno de los expedientes de este caso. Había información de identificación,
incluyendo la queja de la mujer de una “fobia al avión.” En el expediente había
tres copias de la imagen de la silla verde: una fotografía propiamente expuesta,
una sobre expuesta y una con poca exposición. Es más, conocí a uno de los
cuatro estudiantes graduados que fueron asesorados por Erickson. (Vea a Zeig,
1985 para más información.)
Resumen
Estados Ericksonianos
www.psychoaerobic.org
Copyright 2015 Jeffrey K. Zeig
Postura a desarrollar por parte del Clínico::
Estados de recursos de sintonía empática (resonancia) y valoración
experiencial.
Formato:
Grupos de cinco a ocho participantes.
Roles:
Una persona es el lanzador. Las otras son receptoras.
Método:
El lanzador cuenta un secreto revelador emocional y personal en cuatro o
cinco palabras, pero habla por lo bajo, usando gesticulación, posturas y
expresión facial normales. La persona no hace pantomima. Emite las palabras
usando oraciones completas, pero no habla en voz alta. El secreto puede ser
negativo, tal como algo terriblemente vergonzoso o puede ser positivo, tal como
una experiencia íntima profunda. El secreto necesita evocar fuertes emociones.
Los receptores observan y permiten que sus cuerpos resuenen
empáticamente con la emoción del lanzador. El receptor no debe permanecer
inmóvil, sino moverse constantemente en respuesta a la percepción intuitiva de
su cuerpo a las emociones del lanzador. El procesamiento cognitivo para
determinar las emociones debe limitarse tanto como sea posible. El cuerpo del
receptor puede reproducir discretamente la sensación del lanzador. La valoración
empática de la emoción se lleva a cabo por las posturas con las que responde el
receptor.
Los receptores no miran directamente al que dice el secreto. Usan contacto
ocular indirecto o sólo su visión periférica, quizá enfocándose en la rodilla del
lanzador y observando con foco suave. Cuando el lanzador termina de decir el
secreto, entonces y sólo entonces, los receptores se congelan y se vuelven
estatuas. Manteniendo una postura estilizada retienen su pose final de tal manera
que el lanzador pueda ver la reproducción física de empatía del receptor.
Los miembros del grupo pueden también mirar a la estatua de cada uno con
el objeto de ver cómo los otros miembros del grupo resonaron, pero los
movimientos deberían ser mínimos y la pose final deberá permanecer sin cambio
tanto como sea posible. Los receptores no deberían abiertamente imaginar la
emoción detrás del secreto.
El Siguiente lanzador cuenta un secreto y los receptores “resuenan” con
la emoción del lanzador. Puede ser benéfico para el lanzador y para los
receptores hacer algo físico entre cada serie para desengancharse del papel —
estirarse, caminar alrededor dentro de la habitación, etcétera.
Variaciones:
1. Cuente una historia emocional en lugar de un secreto.
2. Realice el ejercicio en grupos de dos.
3. Cuente el secreto en galimatías, en lugar de en voz baja.
4. Diga el secreto usando sólo una silaba tal como “Bah”, “Ru” o “Li”.
5. El receptor o los receptores pueden imaginar la emoción, mencionándola con
una sola palabra.
6. El receptor o receptores pueden con suavidad reflejar al lanzador como
técnica para discernir la emoción subyacente. Para evitar hacer al lanzador
consciente pueden usarse tres métodos:
(a) En secreto, antes del ejercicio, el líder ofrece instrucciones a los receptores
sobre cómo reflejar las acciones.
(b) Usar un retraso de un segundo antes de reflejar.
(c) Obscurecer este reflejo usando aproximaciones. (Si el lanzador hace un
ademán de apertura, los receptores abren su postura un poquito.)
7. Cada persona describe sucesivamente su estado de entonamiento empático
luego de completar todo el ejercicio: “Sé que yo estaba empáticamente afinado
porque yo___________”. “Supe que estaba empáticamente afinado cuando
yo_____________”. Se puede usar la tabla de estados.
Propósito:
Desarrollar un estado de resonancia emocional implícita/entonamiento
empático; para desarrollar empatía experiencial.
Actitud:
La actitud ideal para participar en los ejercicios PSICOAERÓBICOS es SM
Conclusión