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Principio de razonabilidad.

Todo acto administrativo debe de ser manifiestamente razonable, es decir que encuentre su
justificación en preceptos legales, hechos en preceptos legales, hechos, conductas y
circunstancias que lo causan.

La razonabilidad del acto responde al debido proceso de verificación de los hechos que justifican
y la apreciación objetiva que debe valóralos, debe de haber una relación lógica, adecuada y
proporcionada entre en consecuente y los antecedentes.

Principio de informalismo.

Este principio radica en la carencia de formalidades descritas debiéndose interpretar a favor del
administrado, su contenido debe de interpretarse con espíritu de benignidad es decir siempre
lo más favorable al administrado teniendo en cuenta la regla jurídica del in dubio pro actione.

Principio de presunción de veracidad.

Este principio consiste en liberar de la prestación de documentos y aceptando la restitución de


los mismos las declaraciones hechas por el interesado o un representante.

La presunción de veracidad consiste en el deber legal que tiene la Administración Publica de


suponer con carácter provisorio que los administrados dicen la verdad en sus actuaciones en el
Procedimiento Administrativo que intervienen.

Principio de buena fe procedimental.

Este principio consiste en que el procedimiento administrativo debe de desenvolverse de buena


fe de una forma tal que ni los administrados ni la autoridad administrativa puedan incurrir en
actitudes que resulten contrarios al decoro y buen orden que debe imperar en el procedimiento
administrativo.

Principio de celeridad.

Los procedimientos deben de ser rápidos, de modo que en el tiempo mas breve posible se llegue
a una solución fundada, que ponga término al caso suscitado.

En virtud a este principio las autoridades, las autoridades tendrán el impulso oficioso de los
procedimientos y suprimirán los trámites innecesarios.

Principio de eficacia.

Consiste en hacer prevalecer el cumplimiento de los fines y objetivos de los actos


procedimentales y hechos administrativos sobre las formalidades no relevantes, aplicando
criterios de economía y flexibilidad en favor del administrado.

Principio de predictibilidad o de confianza legítima.

La información que debe de brindar la autoridad administrativa sobre los documentos,


antecedentes, estudios, dictámenes, opiniones, datos estadísticos que tengan en su poder
deben de ser suministrados a los particulares que así lo soliciten.

Principio de privilegio de controles posteriores.

Este principio consiste en el poder de fiscalizador que tiene la administración pública, a


posteriori, de comprobar la veracidad de la información presentada por el administrado

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