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Es un documento reflexivo para edificar en la Palabra de Dios. No posee frases ofensivas ni palabras obscenas. Puede ser leído por toda clase de público.
Es un documento reflexivo para edificar en la Palabra de Dios. No posee frases ofensivas ni palabras obscenas. Puede ser leído por toda clase de público.
Es un documento reflexivo para edificar en la Palabra de Dios. No posee frases ofensivas ni palabras obscenas. Puede ser leído por toda clase de público.
Desde que fuimos creados por el Todopoderoso, algunos seres humanos, alcanzaron la Bendición de Dios para vivir en el lado claro y de luz de este mundo, a otros, les tocó sufrir, vivir en la oscuridad, y poseer sueños difíciles de materializar y a otros, protagonizar la maldad. ¡Y!, ¿por qué sucede esto, si Dios nos creó a su imagen y semejanza?. La respuesta está en la herencia pecadora que han trasladado de generación en generación, algunas familias. Desde que comenzó a poblarse la Tierra y agruparse el ser humano en familias, no todos eligieron el camino que Dios había previsto para nosotros. En su Palabra, Dios manifiesta, según: Deuteronomio 05: 33 Andad en todo el camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer. Satanás, siempre tiene como objetivo para trastornar la Creación de Dios, volver a sus Hijos contra el Padre Celestial, pero, Dios envió a su Hijo Jesucristo, con el propósito de enderezar los caminos, que el diablo ha torcido, pero, los hombres, no le creyeron. ¡Entonces, a causa de lo trastornado que está el mundo, algunas personas se preguntan: ¿Por qué si es así, algunos de los que se comportan en santidad, sufren y padecen, y los engañadores y mezquinos, a base de mal, engañan y prosperan?. ¡Bueno!, Dios ha demostrado a través de su Palabra y de sus siervos los profetas, que no siempre el camino de los justos, permanece torcido, porque en cada propósito, Dios establece un Plan para todo ser creado.
El Apóstol Santiago, escribió, según Santiago, Capítulo 05:
7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del
Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. 8 Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. 9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta. 10 Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. 11 He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
El mundo actual, saturado de maldades, odia a quienes llevan
esperanza de salvación y de vida acorde a la Voluntad de Dios, porque ese es el mandato de Jesucristo. El Apóstol Pablo, le escribía a su siervo Tito: Tito, Capítulo 03:
1 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades,
que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. 2 Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. En los versos del 5 al 11, le dijo: 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. 8 Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. 9 Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. 10 Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, 11 sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio. Cuando llevamos a las redes estas reflexiones, no son con el objetivo de criticar a nadie en específico, sino para que los seres humanos aprendamos a comportarnos y actuar, según el mandato de Dios, porque los cristianos no deseamos que nuestras familias, hermanos y hasta nosotros mismos, seamos castigados y condenados a causa de nuestro propio actuar. Cristo está llamando al arrepentimiento y a que nos apartemos de los caminos de las tinieblas, pero, satanás, engaña a muchos, haciéndoles ver, que aunque traicionen, hagan mal a otro, roben o maten, no serán condenados, porque el diablo los protege. ¡Eso, es una mentira del diablo, porque la vida y la Palabra de Dios, ha demostrado lo contrario!. En Jeremías 50, dijo el profeta: 31 He aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor, Jehová de los ejércitos; porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré. 32 Y el soberbio tropezará y caerá, y no tendrá quien lo levante; y encenderé fuego en sus ciudades, y quemaré todos sus alrededores. Como reveló Dios al profeta Oseas, por la idolatría que había en aquella ciudad, así también castigará Dios a los hacedores de mal de estos tiempos. Y dice su Palabra en Oseas 04: 8 Del pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan su alma. 9 Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras. 10 Comerán, pero no se saciarán; fornicarán, mas no se multiplicarán, porque dejaron de servir a Jehová. El ateísmo que satanás quiere sembrar en los pueblos de la Tierra, ya está recibiendo la mirada de Dios. ¡Por favor, en el Nuevo Año, obremos a la Voluntad de Dios y amémonos y respetémonos todos como hermanos!, porque, los que obren para bien, serán Bienaventurados, pero, los que obren para mal, pueden ser borrados de la faz de la Tierra. Y sucederá con nuestra generación, como Jehová le dijo a Moisés en Deuteronomio 31: 17 y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí? . ¡No soy yo, quien llama a que nos amemos como hermanos!; yo no puedo castigar a nadie, pero, Dios sí, y Él tiene el poder para hacerlo en cualquier momento. ¡Busquemos paz y Amor, porque se acercan tiempos difíciles para todos, tanto ricos como pobres, negros o blancos, altos o bajitos!. ¡Que Dios les Bendiga!. Amén.