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Análisis Laboratorio de química

Integrantes: Diego Aparicio


Juan Gonzales
Santiago rubio
Jhonatan Hernández

Curso: 901
Materiales: uva
Levadura
Olla
Dos botellas
Molinillo
Recipiente plástico
Cuchara
Colador
Manguera
Beaker
Azúcar

Objetivos: observar y verificar reacción de fermentación


alcohólica.

Aplicar pautas y procedimientos en la preparación de vinos


caseros
Marco teórico: la fermentación alcohólica un proceso
biológico en ausencia de oxigeno del aire y es originada por
algunos microorganismos unicelares.

El empleo principal de los procesos de fermentación de


bebidas alcohólica son vino la cerveza etc.

Los pasos a seguir para hacer vino son :

Procedimiento: primero limpiemos los recipientes. Después


lavamos y pelamos las uvas
Colocamos en un recipiente plástico y maceramos
para extraer el jugo.

Después agregamos azúcar y revolvemos.


Colocar un beaker 150 ml de agua y disolver la
levadura.

Agregar las dos mesclas en un solo recipiente.


Después lavar las botellas y colocar igual cantidad de
agua y de la mezcla en las botellas.

Y para terminar colocamos la manguera de una forma


que toque el agua y la mezcla y con cinta recubrimos
para que no se despege.
Conclusiones: podemos ver cómo va cambiando su
color y olor al fermentarse también su sabor también
el proceso y como se hace algunos tipos de vinos.

Información de la fermentación

La fermentación alcohólica es un proceso


anaeróbico que además de generar etanol
desprende grandes cantidades de dióxido de
carbono (CO2) además de energía para el
metabolismo de las bacterias anaeróbias y
levadura
Fabricación del vino
El vino es un producto que resulta tan familiar para todos
que a veces no nos preguntamos de dónde viene. Todos
sabemos que se obtiene de la uva y que su proceso de
elaboración comienza con la vendimia, pero, ¿qué pasa
después?

La elaboración del vino es un proceso milenario que con los


años ha llegado a alcanzar un nivel de complejidad y unos
estándares de calidad verdaderamente sobresalientes. Sin
embargo, en esencia, este proceso es el mismo que el que
empleaban nuestros antepasados. Todo gira en torno a la
fermentación del zumo de la uva. Veamos brevemente en
qué consiste el proceso de elaboración del vino tinto a través
de sus diferentes pasos.
La vendimia es la cosecha de la uva que tradicionalmente se
realiza en España entre los meses de septiembre y octubre.
El momento exacto de su recogida será aquel en el que la
uva muestre un estado idóneo de maduración, ya que solo así
se podrá extraer de ella un vino de calidad. Es
particularmente importante el nivel de azúcar que presenten
las uvas, ya que de ello depende la posterior fermentación y
nivel de alcohol que presentará el vino.

En la elaboración del vino tinto se emplean dos procesos


diferentes: el de maceración carbónica(elaboración con el
racimo entero) y el despalillado/estrujado (desgranando los
racimos). El primero es utilizado generalmente para elaborar
vinos jóvenes de carácter muy afrutado y el segundo suele
utilizarse en vinos de mayor calidad que serán sometidos a un
proceso posterior de envejecimiento.. Nos centraremos en el
segundo de ellos, que es el más común en la elaboración de
vinos tintos.

Despalillado

El proceso de despalillado es aquel mediante el cual se separan


las uvas del resto del racimo, lo que se conoce como raspón.
Aunque tradicionalmente esta labor se hacía a mano, lo normal
es que hoy en día se utilice una máquina: la despalilladora. El
objetivo de separar la uva de las ramas y las hojas que pueden
estar presentes en los racimos es que estas dos últimas aportan
sabores y aromas amargos al mosto durante la posterior
maceración.
Estrujado

Una vez desgranado el racimo, los granos de uva se pasan por


una máquina estrujadora o pisadora. El fin de este proceso es
conseguir que se rompa la piel de la uva, conocida como
hollejo. De esta manera se extrae gran parte del mosto del
interior de la fruta, con lo que se facilitará el siguiente proceso
de maceración, ya que el mosto tendrá un contacto mayor con
los hollejos. El estrujado no debe ser demasiado exhaustivo, ya
que hay que evitar que se rompan las semillas de las uvas, algo
que podría aportar amargor al mosto.

Maceración y fermentación alcohólica

Se mantendrán a temperatura controlada macerando durante


unos días. Este proceso de maceración es de gran importancia,
ya que además de permitir la fermentación, propicia que el
mosto adquiera su color, así como otras características, a través
del contacto con los pigmentos propios de los hollejos. Tanto el
color como la estructura final del vino vendrán determinados por
estos elementos que aporta el hollejo: antocianos, taninos, etc.

Posteriormente, en estos mismos depósitos y a través de las


propias levaduras presentes de forma natural en la piel de las
uvas, comienza el proceso de fermentación. Se
denomina fermentación alcohólica ya que en ella, el azúcar de
las uvas termina transformándose en alcohol etílico.
Durante este proceso de fermentación, el dióxido de carbono
sube hacia la superficie produciendo un burbujeo y arrastrando
consigo las partes sólidas de la mezcla. Por este efecto se crea en
la superficie lo que se conoce como el sombrero: una capa
sólida compuesta por hollejos, pulpa y pepitas que flotan sobre
el mosto. Para facilitar que las partes sólidas sigan en contacto
con el mosto se llevan a cabo las labores de remontado: la
extracción del mosto por la parte inferior del depósito para
reintroducirlo por arriba, regando el sombrero; y de bazuqueo:
romper el sombrero de forma manual con la ayuda de una vara
o bazuqueador para que se mezcle con el mosto. El objetivo de
ambos trabajos es que los hollejos transfieran ciertas
propiedades al vino.
Este proceso dura, según el tipo de vino que se pretende
elaborar, entre 10 y 14 días, y debe transcurrir a temperaturas no
superiores a 29 ºC. Al pasar este tiempo, se produce el descube,
mediante el cual se transfiere el líquido a otro depósito.

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