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Venezuela Universidad
Bicentenaria de Aragua
Vicerrectorado Académico
ANALISIS
Integrantes:
V-25.024.882
Facilitador:
Carl Ramos
nervioso Central, tocar un instrumento o cantar mejora las habilidades cognitivas y favorece la
plasticidad del cerebro, un cerebro musical según estudios de los neuro científicos, tiene una
capacidad de percepción, movimiento, coordinación y audición, que vienen siendo una de todas
las virtudes esenciales de un buen músico e implica que su cerebro cuente con algunas partes
encuentran altamente conectados mediante una estructura de fibras nerviosas que se agrupan
en el denominado cuerpo calloso. También cuentan con un buen desarrollo del cerebelo, que
es la parte encargada de la percepción del ritmo. Además, el simple acto de escuchar música
conectividad entre diversas áreas cerebrales, causando placer por la liberación de dopamina,
así como también lo hace la comida, el sexo y las drogas. A través de la historia de la humanidad
se han encontrado indicios que desde tempranas etapas se hacía música y ha permanecido como
algo inherente en el desarrollo de la historia de los humanos. Por todo lo anterior explicado, la
neurociencia se hace muchas veces esta pregunta: ¿qué le hace la música a nuestro cerebro?
Con el paso del tiempo, la música puede llegar a mejorar las habilidades lingüísticas, la
curación rápida e incremento del optimismo. Y además ayuda a sanar algunas enfermedades
realizado en la Universidad de California en el 2009, se descubrió que existe una parte del
sobresalientes. Es por esta razón que al escuchar cierta canción puede que venga a nuestra
mente alguna etapa o suceso de nuestra vida que nos haya marcado de sobremanera y con esta
funciones cognitivas. Diversos estudios han mostrado que el cerebro del músico es distinto al
de las personas que jamás han llevado a cabo cualquier entrenamiento musical. El hecho de
practicar a diario con un instrumento durante varias horas implica a diversas áreas cerebrales
y funciones cognitivas, lo cual tiene como consecuencia que el cerebro del músico sea
diferente, tanto a funcional como estructuralmente. Cuando una persona con estudios musicales
percibe una melodía está activando una red cerebral muy extensa, ya que se activan áreas de
procesamiento del tono, de control motor y auditivo. Por el contrario, en una persona sin
región occipital medial izquierda. Los autores atribuyen estos cambios a que pueden ser áreas
procesamiento de algunos aspectos musicales se lleva a cabo igual en unos y otros, como el
contorno melódico (hemisferio derecho) o el ritmo (hemisferio izquierdo), pero, por otro lado,
también se constata diferencias entre el procesamiento musical de una persona sin estudios
musicales y una persona músico profesional (violinista), en este caso escogieron una pieza
musical que la persona no músico nunca había oído, pero que para la violinista profesional era
muy familiar y la conocía perfectamente. Hallaron que las áreas que se activan en sus cerebros
son muy diferentes, ya que la persona que no es músico activa áreas del lóbulo temporal
temporal, activa también el lóbulo frontal y áreas premotoras, lo cual nos lleva a pensar que el
cerebro del músico profesional no sólo estaba escuchando la pieza sino que también ‘la estaba
tocando’’. Finalmente, los seres humanos convivimos con la música en todo momento, es un
arte que nos hace disfrutar de tiempos placenteros, activa más partes del cerebro que cualquier
palabras nuestro oído y nuestro cerebro, están más conectados de lo que podemos imaginar.
Referencia:
https://elpais.com/elpais/2015/08/31/ciencia/1441020979_017115.html