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RESEÑA

CLAVES DE LA

ARGUMENTACION

Weston, A. (2005). Las claves de la argumentación. (J. F. Malem Seña, Trad.).

En la formación académica resulta casi imprescindible desarrollar buenas habilidades para argumentar.
Si no somos hábiles para elaborar argumentos, muchos de nosotros podemos vernos en aprietos a la
hora de escribir un ensayo argumentativo, incluso cuando nos vemos implicados en un debate sobre
algún tema de interés. De nuestra capacidad de argumentar se desprende, en cierta medida, el valor y
prestigio que pueda llegar a tener nuestra opinión para los demás. Es por ello que debemos tener unas
bases claras de lo que significa argumentar y cómo hacerlo correctamente. Si entendemos que
argumentar es una clave de nuestra vida académica, entonces, lo mejor es entender también Las claves
de la argumentación: título de la obra de Anthony Weston que nos guiará a través de lo esencial en
materia de argumentación. Mi propósito en este texto es, pues, presentarlo y caracterizarlo. Sin embargo,
antes de entrar en materia, es preciso ponernos en contexto acerca del autor y de la edición que he
reseñado.

Anthony Weston nació en Estados Unidos en 1945 y se ha desenvuelto ampliamente como filósofo,
profesor y escritor. Los temas que más ha difundido son: pensamiento crítico (p.ej. argumentación),
ética, ecologismo y filosofía social. El título original del texto que reseño aquí, A Rulebook for
Arguments, fue publicado por primera vez en 1987. Es un libro que parece no perder vigencia; lo
sospecho así porque que esta 3ª edición fue también una reedición elaborada en el año 2000. Lo más
destacado de esta edición es que, según Weston, está más orientada a las reglas (p. 9) y tiene poco menos
de 160 páginas. Dicho esto, en lo que respecta a esta reseña, abordaré el libro de la siguiente manera:
una primera parte, va del prefacio a la introducción; una segunda, que compone los capítulos centrales
del libro, la divido a su vez en 3 secciones; y una tercera, que es más un apéndice.

La primera parte funciona fundamentalmente para: a) mostrarnos el propósito del libro, que es darnos
una guía introductoria y esencial a la argumentación a partir de reglas –pensadas, mayormente, para
estudiantes–; b) conducirnos a reconocer la importancia de argumentar, apoyándose en lo que es y lo
que no es argumentar; y c) presentarnos la estructura del libro y sus razones. La segunda parte se enfoca
en definir cada una de las 30 reglas que le permitan al lector: a) componer y evaluar argumentos cortos
(1ª sección: capítulos I al VII); b) construir ensayos basados en argumentos (2ª sección: capítulos del
VII al IX); y c) evitar las falacias (3ª sección: capítulo X). Por último, la tercera parte plantea reglas
con las cuales construir y evaluar definiciones.

En este libro, dar un argumento significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una
conclusión. Aquí, un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata
simplemente de una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. En
este sentido, los argumentos no son inútiles, son, en efecto, esenciales.

El argumento es esencial, en primer lugar, porque es una manera de tratar de informarse acerca de qué
opiniones son mejores que otras. No todos los puntos de vista son iguales. Algunas conclusiones pueden

Habiendo abordado brevemente los contenidos del texto, para la caracterización del libro, mencionaré
las opera- ciones que considero más relevantes para su potencial lector. Entre ellas destaco la clara
organización en que el texto establece unas condiciones; me refiero a que Weston aclara que su libro está
pensado para entender primero las reglas de la argumentación, y luego sí pasar al apartado de elaboración
de ensayos; además, nos recomienda no saltarnos los apartados. Las varias operaciones que parecen ser
fundamentales para Weston en cada uno de sus capítulos son: a) definir cada regla y término que usa a
lo largo de sus explicaciones; b) ejemplificar y contraejemplificar cada una de sus afirmaciones que,
dicho sea de paso, además se distinguen perfectamente de los párrafos de conceptualización; c) numerar
las reglas; d) la didáctica de hacer preguntas explícitas a su lector para ejercitar sus habilidades
argumentativas.

En conclusión, la forma en que está estructurado el libro nos permite adentrarnos de forma muy clara
en las bases de la argumentación. Es un libro que, una vez leído, podemos usarlo como un manual de
consulta y remitirnos a cada una de las reglas sobre las que tengamos dudas. Si bien no es su eje, el
apartado sobre las falacias se vuelve un excelente referente para tener a mano cuando escribimos ensayos
argumentativos. Finalmente, junto con esta invitación a leerlo, Weston nos sugiere también un variado
material bibliográfico para aquellos que quieran ahondar más en el campo de la argumentación.

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