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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS ANDES

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS CONTABLES Y


SOCIALES
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

ASIGNATURA: Criminología
TEMA: Modelos de la Criminología
DOCENTE:
ESTUDIANTE: Aguirre Otani, Elena
SEMESTRE: 2019- I
CICLO: V
AÑO: 2019
CÓDIGO: 201700431D

ABANCAY – APURÍMAC
DEDICATORIA
Este presente trabajo está dedicado
primeramente a Dios y a mis padres que me
impulsan a seguir mis metas y que cada día
triunfe
INDICE

Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 5
LA MODERNA CRIMINOLOGIA CIENTIFICA MODELOS TEORICOS EXPLICATIVOS DEL
COMPORTAMIENTO CRIMINAL ..................................................................................................... 6
EL MODELO CLASICO LIBERO ARBITRISTA DE LA OPCION RACIONAL Y TEORIAS SITUACIONALES
DE LA CRIMINALIDAD .................................................................................................................... 7
MODELO CIENTIFICO-POSITIVISTA .............................................................................................. 11
MODELOS BIOLOGICISTAS........................................................................................................... 20
CONCLUSIONES ........................................................................................................................... 22
BIBLIOGRAFIA .............................................................................................................................. 24
INTRODUCCIÓN

Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es un fenómeno muy representativo


desde el siglo pasado, la delincuencia juvenil es uno de los problemas
criminológicos que crece cada día más, no solo en nuestro país, sino también en
el mundo entero; es una de las acciones socialmente negativas que va a lo
contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres creadas y aceptadas por la
sociedad. La delincuencia juvenil es un fenómeno social que pone en riesgo la
seguridad pública de la sociedad, así mismo va contra las buenas costumbres
ya establecidas por la sociedad. La delincuencia juvenil es un fenómeno de
ámbito mundial, pues se extiende desde los rincones más alejados de la ciudad
industrializada hasta los suburbios de las grandes ciudades, desde las familias
ricas o acomodadas hasta las más pobres, es un problema que se da en todas
las capas sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización.
LA MODERNA CRIMINOLOGIA CIENTIFICA MODELOS TEORICOS
EXPLICATIVOS DEL COMPORTAMIENTO CRIMINAL

Tradicionalmente se ha asignado a la criminología, en otras, la función de


explicar científicamente el crimen elaborando modelos teóricos que
esclarezcan la etiología y génesis de este problema social y comunitario. Y la
Criminología lo ha intentado desde sus inicios, con mejor o peor fortuna,
siguiendo muy diversos caminos:

La Criminología clásica y neoclásica

TABLA 1. POSTULADOS DE LA ESCUELA CLÁSICA 1. Igualdad El hombre


ha nacido libre e igual en derechos, ya que la igualdad entre desiguales es la
negación de la propia igualdad. 2. Libre albedrío Si todos los hombres son
iguales, en todos ellos se ha depositado el bien y el mal; pero también se les ha
dotado de la capacidad para elegir entre ambos caminos y si se ejecuta el mal,
es porque se quiso y no porque la fatalidad de la vida haya arrojado al individuo
a su práctica. 3. Entidad delito El Derecho Penal debe volver sus ojos a las
manifestaciones externas del acto, a lo objetivo; el delito es un ente jurídico,
una injusticia; sólo al derecho le es dable señalar las conductas que devienen
dificultosas. 4. Imputabilidad moral Como consecuencia del libre arbitrio, base
de la ciencia penal para los clásicos: si el hombre está facultado, para discernir
entre el bien y el mal y ejecuta este, debe responder de su conducta habida
cuenta de su naturaleza moral. Expresa Carrara que la ley dirige al hombre en
tanto es un ser moralmente libre y por ello no se le puede pedir cuenta de un
resultado del cual sea causa puramente física, sin haber sido causa moral. 5.
Método deductivo Teológico, es decir, finalista.

La Criminología positivista

El positivismo está estrechamente ligado a la búsqueda metódica sustentada


en lo experimental, rechazando nociones religiosas, morales, apriorísticas o
conceptos abstractos, universales o absolutos, Lo que no fuese demostrable
materialmente, por vía de experimentación reproducible, no podía ser científico.
El positivismo se expandió exitosamente, como un pensamiento progresista,
revolucionario, capaz de sacar al mundo del atraso y del oscurantismo religioso
o supersticioso de los siglos precedentes. El hombre y la ciencia serían artífices
de todas las explicaciones y los descubrimientos, capaces de superar todas las
enfermedades, los obstáculos sociales y hasta la propia naturaleza.

En el Marco de la Sociología criminal

La Sociología Criminal, como disciplina criminológica, se debe al sociólogo y


jurista italiano Enrico Ferri (1856-1929), representante de la escuela positivista
del Derecho Penal quien, a partir de la tercera edición, dio ese título a su
famoso libro Los nuevos horizontes del Derecho y del procedimiento penal
(Bolonia-Italia, 1881); Ferri incluyó en la nueva ciencia, no solo a la
Antropología y a la Estadística Criminales, sino a las Ciencias Pedagógicas, la
Penología, e incluso al Derecho Penal del que decía era solo un capítulo de la
Sociología Criminal. Finalmente, diversas corrientes de la moderna criminología

EL MODELO CLASICO LIBERO ARBITRISTA DE LA OPCION RACIONAL Y


TEORIAS SITUACIONALES DE LA CRIMINALIDAD

EL MODELO DE LA OPCIÓN RACIONAL a diferencia de las teorías etiológicas


de la criminalidad del modelo científico positivista no se remota al pasado para
buscar las causas ultimas del delito. Precisamente por su herencia naturalista
(dogma del libre albedrio) hace abstracción deliberada de los factores que
pueden haber influido de la decisión delictiva (predisposición de este, pulsiones
internas, frustraciones, etc) negándoles en todo caso relevancia causal,
etiológica

Podemos resumir la teoría del delito como elección racional (Q. Wilson y R.
Herrasteis) en un principio que todos conocemos, y es que todos nosotros,
como seres humanos, nos encontramos en más de una ocasión ante el dilema
de si ser “buenos” o “malos“, de si actuar “bien” o “mal“… y estas teorías
explican que finalmente nos decantamos por un lado o por otro según cuales
sean los beneficios que podemos conseguir al ser “malos” y cuáles son los
riesgos que corremos si finalmente actuamos así. Debemos de partir de la idea
de que los autores de la teoría del delito como elección racional no consideran
que la acción delictiva sea una reacción frente a la frustración, o sea debido a
influencias sociales únicamente, sino que es debido (al menos principalmente)
a una elección racional. De todos modos, vamos a profundizar más (eso si, de
forma general) sobre ese proceso de elección racional.

En estas teorías se defiende que muchas personas desarrollan una


“mentalidad criminal” al valorar si podrían beneficiarse de situaciones ilegales.
Por poner un ejemplo, Clarke y Cornish publicaron en 1985 un “modelo de
inicio de conducta delictiva” referente a los robos, en los que explicaban todo el
proceso que se desarrolla y todos los aspectos influyentes desde el inicio hasta
la decisión de robar. Entre ellos está:

Los factores antecedentes como la educación recibida, el temperamento, la


clase social, etc.

La existencia o no de experiencia delictiva previa

La valoración de opciones, según el grado de esfuerzo, la inmediatez de la


recompensa, la severidad del posible castigo…

La complicación, la facilidad de la oportunidad, la urgencia de la necesidad…

La disponibilidad para cometer los robos.

Comprenderemos mejor este modelo con un ejemplo. Supongamos que un


sujeto socialmente correcto, responsable, necesita dinero urgentemente. No
tiene factores antecedentes conflictivos. El sujeto encuentra 2 posibilidades
para obtener su necesidad de dinero: Trabajar en un negocio que le han
ofrecido, con un bajo salario, cobrando dentro de un mes, o robar. En ese
momento, esa persona desesperada por conseguir dinero, encuentra la
posibilidad de robar un bolso que se encuentra en un banco del parque, y
que intuye que realmente guarda una alta cantidad de dinero.

En este caso, la elección racional muestra que existe una gran posibilidad de
que el sujeto decida robar. Pongo este ejemplo para que el lector pueda
comprobar que la elección racional no es una idea única, en la que “el
delincuente de siempre robará, y el ciudadano formal no“. De hecho, podría
haber puesto un ejemplo contrario. Un toxicómano que no esté pasando una
necesidad urgente de dinero, ante una oportunidad de robo, se detendrá a
pensar si realmente merece la pena el esfuerzo y riesgo en ese momento, y es
posible que ante un riesgo elevado prefiera ganar el dinero realizando alguna
actividad legal.

Así lo explicaron Cornish y Clarke en el modelo expuesto arriba, haciendo


especial énfasis en que la conducta delictiva es intencional y racional,
influenciada por las necesidades y deseos, y que la toma de decisión es
específica para cada delito, no se trata de delincuencia general, cada delito
tiene su propósito y su posible beneficio

¿Cómo prevenirlo?

Conociendo pues el funcionamiento de la elección racional, podemos pensar


en formas de prevenirlo. Está claro que cuanto mayor sea la recompensa
(material y no material) de las actividades no delictivas, y menores sean las
recompensas (materiales y no materiales) de las actividades delictivas, menor
será la tendencia a cometer delitos. Y pensándolo un poco, esas “recompensas
delictivas” no responden solo al valor material, sino como hemos visto antes,
responde a 2 principios: El de inmediatez (¿en cuánto tiempo puedo
conseguirlo?) y el de certeza (¿tengo seguridad de conseguirlo?). Por tanto, a
la hora de comprender los factores que influyen en la elección racional,
podríamos resumirlos, de forma muy general, en la valoración que haga el
sujeto de: Las ganancias/pérdidas que se esperan, su inmediatez o no, y su
certeza o incerteza.

De acuerdo con todo lo dicho, y entendiendo la dificultad de “disminuir la


inmediatez” de los delitos (siempre será más rápido robar un coche que ahorrar
para comprarlo…), hay que enfocar el problema de otro modo: la reducción de
la inmediatez y el aumento de la certeza de recompensas de las actividades no
delictivas reducirá el comportamiento delictivo (junto con otros muchos
factores, por supuesto, como los factores pro sociales, vigilancia, etc).

Cornish y Clarke tuvieron en cuenta todo esto para desarrollar 25 técnicas de la


prevención situacional del delito, que podéis consultar (y comprenderéis
perfectamente tras leer todo lo anterior) en esta imagen con ejemplos incluidos.

Tal vez pienses que la delincuencia no siempre responde a elecciones


racionales. O que la elección racional puede fallar y cometerse igualmente el
delito aun cuando se aumenta el riesgo y se reducen las ganancias. Con este
artículo no busco ni mucho menos decirte que estás confundido y que ésta
teoría guarda la verdad absoluta. Ten en cuenta, siempre que leas teorías
criminológicas, que en cada momento estás leyendo “una de muchas”, y que
no se trata de buscar la exacta, sino de conocerlas todas para así poder
conocer y entender mucho mejor todo lo relacionado con los delitos.

No olvides echar un vistazo a la entrada sobre el crimen como oportunidad


delictiva [enlace no disponible], la cual recoge teorías similares a la elección
racional, pero enfocadas hacia las posibilidades delictivas que nos rodean y
nos “incitan” a cometer delitos.

El modelo que ahora se examina no es un modelo unitario y monolítico. A


coge aportaciones de muy distinta procedencia, acuñadas en marcos históricos
también diferentes. Nace, sin, duda, con el pensamiento de la ilustración que
profesaba una imagen del hombre como ser racional y libre, y una concepción
consensual del orden social (filosofía del contrato social), que asumió la
llamada Escuela Clásica.

Prescindiendo de los antecedentes remotos del paradigma de la opción


racional en el mundo ilustrado y clásico y de los modelos disuasorios que
articulaban el sistema de penas de aquel, muy arraigados en el pensamiento
penal tradicional, suele considerarse muy representativa de este análisis la
obra de Wilson y Herrenasteis, lade Clarke y Cornish y Becker, entre otros.
Punto de partida es la tesis de que al ser humano se comporta de manera u
otra dependiendo de las expectativas que asocia en términos de beneficios y
costes (no solo económico) a su conducta, lo que servirá también para la
delictiva.

Tres suborientaciones criminológicas responden fundamentalmente a las


premisas del modelo de la opción racional: El denominado Neomodernismo
o escuela neoclásica, de acusado sesgo economicista, las Teorías de las
Actividades Rutinarias, que acentúan la relevancia etiológica del factor
oportunidad y por ultimo las Teorías Especiales, heredadas de la tradición
ecológica, que subrayan la del medio o entorno físico poniendo de relieve
particular atractivo criminógeno de determinados lugares.

1)Teoría de la opción racional – como “opción económica”


(economicchoice): los, modelos de orientación economicistas
neoclásicos.

La concepción del delincuente como individuo racional y libre que opta por el
crimen en virtud de una decisión guiando por criterios subjetivos de utilidad
tiene larga tradición en la criminología

2)Teoría de las actividades rutinarias (teoría de la oportunidad)

La teoría de las actividades rutinarias vinculada la racionalidad la opción


delictiva al factor oportunidad, al contexto situacional del autor. Es pues una
teoría situacional más, que acentúa la relevancia de los factores temporales y
espaciales de una parte, y el fracaso del control social, formal e informal, de
otra, cuando explica la génesis del delito.

3)Las teorías especiales

MODELO CIENTIFICO-POSITIVISTA

Analizo bajo este amplio epígrafe un vasto y heterogéneo de teorías


explicativas del crimen, de ciertos crímenes, o de aspectos parciales del crimen
que tienen en común sus pretensiones etiológicas. Participan, pues del
conocimiento análisis causal explicativo del positivismo criminológico, aunque
en la actualidad este se ha flexibilizado y sus enfoques otorgara simplistas y
Mono causales han devenido más complejos, de la mano de un lenguaje
estadístico que mitiga el determinado radical der los pioneros de la Secuela
Positiva.

El criterio clasificatorio de los Manuales Alemanes y norteamericanos clásicos


en la materia.

El Positivismo Criminológico nace a finales del siglo XIX, como fruto de una
nueva era científica, en contraposición a la anterior etapa, la etapa pre-científica
o más conocida como la Escuela “Clásica” de la Criminología. Esta escuela
estaba conformada por teorías con cierto rigor y conocimientos bien fundados,
pero que al final quedaban en meros conceptos aislados y experiencias
derivadas del saber, concibiendo el crimen como un hecho individual y aislado,
sin dar importancia al entorno social. Esta concepción iusnaturalista, incapaz de
ofrecer soluciones a la hora de diseñar políticas de prevención criminal y lucha
contra el delito y que optaba por postulados metafísicos y filosóficos dio paso a
una nueva era, el Positivismo Criminológico. Esta etapa se funda con la Escuela
Positiva Italiana, cuyos mayores exponentes son Garófalo, Lombroso y Ferri. Su
mayor diferencia y a la vez crítica hacia la anterior escuela, la Escuela Clásica,
eran el hecho de basar sus paradigmas y sus métodos en lo científico,
enfrentando el método abstracto y deductivo, el cual logra inferir algo observado
a partir de una ley general, frente a su método empírico e inductivo, el cual extrae
conclusiones generales a partir de premisas particulares, basándose en la
observación de los hechos registrados. Es por ello, por lo que los positivistas
negaron ese carácter científico a las disciplinas filosóficas propiamente dichas
CRIMIPEDIA: Positivismo criminológico 3 El positivismo criminológico está
estrechamente ligado a la búsqueda metódica sustentada en lo experimental,
rechazando nociones religiosas, morales, apriorísticas o conceptos abstractos,
universales o absolutos, Lo que no fuese demostrable materialmente, por vía de
experimentación reproducible, no podía ser científico. El positivismo se expandió
exitosamente, como un pensamiento progresista, revolucionario, capaz de sacar
al mundo del atraso y del oscurantismo religioso o supersticioso de los siglos
precedentes. El hombre y la ciencia serían artífices de todas las explicaciones y
los descubrimientos, capaces de superar todas las enfermedades, los obstáculos
sociales y hasta la propia naturaleza (C. Elbert, 1998) La Escuela Positiva
Italiana se caracterizó por presentar dos direcciones bien diferenciadas, por un
lado la vertiente antropológica de Lombroso, la cual explicaba el delito como un
producto de la predisposición biológica del individuo y por otro lado la sociológica
de Ferri, la cual asumía la existencia de factores sociológicos subyacentes pero
con un objetivo común, como es la robustez del método científico y la
inevitabilidad del progreso científico. Dos conceptos muy ligados a la creación
del Positivismo fueron el Utilitarismo y el Racionalismo. Para el primero, la
moralidad de cualquier acción o ley está definida por su utilidad para los seres
en su conjunto más amplio. Así, desde una vertiente económica se puede
entender como la satisfacción de las preferencias, mientras que por otro lado, en
una vertiente moral podría tratarse de la felicidad del individuo. Para el segundo,
cuyo origen trata de las primeras etapas de la filosofía occidental, y cuyo máximo
representante fue René Descartes, daban una vital importancia al papel de la
razón en la adquisición del conocimiento. Se establece así una una
subordinación de los fenómenos sociales a las leyes de la naturaleza, así como
el uso permanente y el sometimiento de la imaginación a la observación; la
naturaleza relativa del espíritu positivo y la previsión racional, como destino de
las leyes positivas. (Comte, A.,) A diferencia de la Escuela Clásica, cuyas leyes
tienen su origen en razonamientos metafísicos, el Positivismo Criminológico
centró sus bases en las leyes naturales, en la naturaleza física, basando sus
conocimientos en la objetividad de la realidad observada y dando sentido a los
datos obtenidos mediante esa observación empírica mediante la interrelación de
éstos. Esta es la verdadera esencia de la corriente positivista, la forma de llevar
la investigación o el método. Este método, como hemos dicho anteriormente se
trata de un tipo inductivo-experimental y válido para fenómenos naturales y
sociales. Francisco Javier Comte (1798 -1875) fue el padre creador de la
corriente positivista, la cual afirmaba que la verdadera fuente del saber son los
hechos, la experiencia y la observación detallada, objetiva y causal de esos
fenómenos experimentales, mediante la aplicación de los pasos del método
científico. Este método se trata de un saber sistemático, lógico, objetivo y
autocrítico, dando lugar a una reflexión metódica sobre la creación del
conocimiento científico. A su vez, sigue unas pautas muy concretas para
alcanzar todo el rigor que se le exige, que son la circunscripción a un tema
escogido, dentro de un marco teórico determinado, la realización de una
hipótesis como planteamiento o enunciado a una solución posible y por último,
la recolección de datos y su posterior sometimiento al contraste y a su
conclusión. Para Comte, este tipo de filosofía era una respuesta al pensamiento
que centraba su importancia en Dios y cuya intención principal consistía en
liberar al hombre de la idea falsa del mito y la tradición. El positivismo fue también
un intento para conseguir lidiar los conflictos sociales de esa época tan
convulsionada. Se trataba, por lo tanto, más de una necesidad para lograr la
reforma de una nueva organización del saber y una nueva epistemología, que
llevase al hombre al conocimiento guiado por el único sentido que es la razón.
De esta manera, Comte consideraba necesaria la desaparición de una visión
cósmica tradicional, de corte teológico, en beneficio de la racionalización de
todos los procesos relacionados con la vida del hombre. Otra diferencia entre la
Escuela Clásica y la Escuela Positiva es que para la primera el delito, entendido
como la conducta típica, antisocial, culpable y punible, es entendida como un
ente jurídico abstracto, que no se haya conectado de manera alguna al
delincuente y demás características asociadas a éste. Este argumento fue
defendido por E. Ferri a la hora de destacar la importancia del Positivismo, ya
que las concepciones clásicas para la disminución de la criminalidad habían
fracasado, y el aumento de la delincuencia era evidente. Y es que para Ferri
(1887) “la escuela positiva consiste en lo siguiente: estudiar al delito, primero en
su génesis natural, y después en sus efectos jurídicos, para adaptar
jurídicamente diversos remedios a las varias causas que lo producen los que, en
consecuencia, serán eficaces.” A raíz de estas críticas, E. Ferri desarrolló su ley
de la saturación, de la cual se extraía la idea de que cada año el nivel de
criminalidad estará determinado por variables físicas y sociales en relación con
factores endógenos y exógenos del individuo. CRIMIPEDIA: Positivismo
criminológico 5 Esta idea dio fuerza al concepto natural del delito, el cual no se
limita sólo a la definición legal del delito, incluyendo al delincuente no como
sujeto activo de la acción, sino como el núcleo de todo el fenómeno, con unas
características biológicas, psicológicas y sociales determinadas, dando lugar a
la idea de que “no existe el delito sino el delincuente”. A partir de esta base, se
entiende que el delito, entendido como acción antisocial es una consecuencia de
la peligrosidad del criminal. Una de las mayores aportaciones de la Escuela
Positiva Italiana fue la del enriquecimiento conceptual y de conocimientos a la
hora de diseñar los tipos criminales y sus posteriores clasificaciones. Una de las
mayores y más conocidas clasificaciones pertenece a Cesare Garófalo,
considerado el padre del positivismo biológico, el cual desarrolló su teoría del
hombre criminal, por el cual atribuía al hombre criminal un estado atávico y de
regresión a estados evolutivos anteriores. Mientras que, en la Escuela Clásica,
sus autores mantenían la idea de que no existían diferencias entre el hombre no
delincuente y el delincuente, manteniendo así la idea de igualdad del género
humano, para la Escuela Positiva sí que se consideraba el delincuente como un
ser distinto al hombre no delincuente. Esta era la razón por la cual no había de
castigarse el hecho en sí mismo, sino más bien al autor del delito. Es por lo tanto
esencial, que para poder castigar a los sujetos se tenga en cuenta algún criterio
de medida a la hora de aplicar dicho castigo, por lo que se crea el concepto de
peligrosidad o “sensibilidad del autor”. Este concepto guiaba el tratamiento
necesario para que el delincuente lograra la reinserción completa y superase su
necesidad delictiva, basándose en penas indeterminadas, pero a su vez imponía
también una individualización de la pena, convirtiéndose en conceptos actuales
en nuestros códigos penales. Así, en la Ley Orgánica 10/1995 de 23 de
noviembre del Código Penal, en su artículo 6, se justifica que las medidas de
seguridad se fundamentan en la peligrosidad criminal del sujeto al que se
impongan, exteriorizada en la comisión de un hecho previsto como delito.
Además, estas medidas de seguridad no podrán resultar ni más gravosas ni de
mayor duración que la pena abstractamente aplicable al hecho cometido, ni
exceder el límite necesario para prevenir la peligrosidad del autor. Esta
peligrosidad venía dada por una serie de procesos físicos y sociales complejos,
y que se fundamentaba en una filosofía determinista, negando la libertad en
virtud de la convivencia social. En este sentido, Thomas Hobbes (1651) defendía
que la sociedad es la que impone las reglas para equilibrar los intereses y deseos
individuales, ya que, en caso de no existir esa delimitación, el hombre entraría
en un estado de libertad completa, lo que le llevaría a llevar a cabo acciones
caóticas. CRIMIPEDIA: Positivismo criminológico 6 El determinismo también
sienta sus bases en los factores biológicos, como son aquellos que marcan el
comportamiento del individuo en base a su condición genética y cómo influye
ésta en los sistemas sociales a través de proceso evolutivo. Otro determinismo
importante es el ambiental o educacional, donde se afirma que la educación es
la causante de todas nuestras conductas, eliminando de forma casi total el factor
genético que pueda influir en estas. Uno de los grandes defensores de esta
disciplina fue B. F. Scanner, cuya obra más importante y que sentaría los pilares
del conductismo fue The Behavior of Organismos: An Experimental Análisis, en
1938. Este determinismo, característico de la Escuela Positiva, era la idea
contraria que defendía la Escuela Clásica con su libre albedrío, el cual trataba a
todos los hombres por igual, dejándolos elegir a su voluntad entre el bien y el
mal, sin que existan causas ajenas e impuestas a su voluntad. Respecto a la
prevención, el Positivismo aboga por una prevención especial, centrando su
eficacia en que el delincuente no vuelva a reincidir, a partir de un tratamiento
orientado a las necesidades propias y específicas de cada delincuente. Es por
ello por lo que dan gran importancia a los exámenes periciales de médicos,
sociólogos y psicólogos, los cuales destacan como imprescindibles a la hora de
poder evaluar correctamente al delincuente y establecer el nivel de peligrosidad
que alcanza. Este examen daría respuesta real a las necesidades criminógenas
del individuo y, por lo tanto, las pautas correctas para su posterior tratamiento.
Esto conduce a la idea central de que serán más útiles siempre las políticas
centradas en la dinámica del delito, que la aplicación de leyes o penas que se
implanten en el sistema judicial. Para ello, Ferri idea los sustitutivos penales, que
son medios de prevención social centrados en factores económicos, políticos,
educativos y familiares. Este concepto llevó a la idea de que se debían
reemplazar las cárceles, por ser una causa de criminalidad y no de remedio, ya
que es en las cárceles donde se forman individuos resentidos hacia la sociedad
y al salir de las cárceles cometen delitos más atroces como una venganza a la
sociedad que los condenó. Uno de los autores más influyentes en el nacimiento
del pensamiento positivista dentro de la Escuela Italiana fue Lombroso (1835 –
1909). Cesare Lombroso fue médico, psiquiatra, antropólogo y político, y fue el
mayor impulsor de la ideología de la antropología aplicada, tal y como dejó
patente con su obra “Tratado antropológico experimental del hombre
delincuente” publicado en 1876, donde sentó las bases de la Criminología
moderna. Lombroso hizo una teoría del delincuente basada en datos
antropométricos, formulada a partir de sus análisis durante largos años a través
de autopsias, informes médicos y observaciones en distintas cárceles europeas.
CRIMIPEDIA: Positivismo criminológico 7 A su vez, estableció una tipología para
dividir a los delincuentes en seis tipos distintos: 1- El delincuente atávico. Se
trataría de una subespecie de humano, degenerado y atávico. Esta regresión
como organismo humano nació a raíz de unas investigaciones al examinar
cráneos de distintos delincuentes. Para Lombroso, estos estigmas se
transmitirían por herencia. 2- El loco moral. Este tipo se trataría de una especie
de idiota moral, que no puede elevarse a comprender el sentimiento moral y que
tuvo una educación muy deficiente durante la infancia. Se consideran ciegos
morales, porque su retina psíquica es o se transforma en anestésica. Y como
falta en ellos la facultad de utilizar nociones de moral, los instintos latentes en el
fondo de cada hombre toman en él ventaja. 3- El delincuente loco, que a su vez
desemboca en distintos tipos como el delincuente alienado, alcohólico, histórico
y mattoide. La diferencia conceptual entre el delincuente loco y el loco moral
consiste en que el delincuente loco moral ha cometido un delito con plena
responsabilidad y enloquece después en la prisión, mientras que el loco
delincuente son enfermos mentales que delinquen sin la necesaria capacidad de
entender y querer. 4- El epiléptico. En este caso se trata de individuos violentos
y agresivos. No padecen ninguna enfermedad mental declarada, ni el clásico
estado alcohólico. Cometen delitos gravísimos sin experimentar después,
remordimientos, coincidiendo al referirse a determinadas sensaciones (vértigos,
temblores, pérdida del control, etc.) durante el acceso comicial. Algunas
características peculiares de estos delincuentes son: la destructividad,
precocidad sexual y alcohólica, obscenidad, sonambulismo y estados
crepusculares, rapidez de cicatrización de las heridas, tendencia a la
holgazanería, canibalismo, vanidad, cambios de humor, amnesias frecuentes o
propensión al tatuaje. 5- El delincuente ocasional, que a su vez pueden ser
pesado criminales, criminalices y habituales. Este tipo de delincuente es uno de
los tipos donde menos se profundizó y por lo tanto menos poder conceptual tiene.
6- El delincuente pasional. Estos delincuentes tienen hace un uso de la violencia
como forma de pasión, ya sea sentimental, ideológica, religiosa o de cualquier
otro tipo. CRIMIPEDIA: Positivismo criminológico 8 Esta tipología la fue
mejorando durante años, introduciendo nuevas características, y posteriormente
añadiendo nuevos tipos, como fueron la criminalidad femenina y el delito político.
Respecto a la delincuencia femenina, Lombroso publicó “La donna delincuente,
la prostituta e la donna nórmale”, donde consideraba la prostitución como un
fenómeno atávico de la mujer y alternativo de la criminalidad. Este tipo d
CRIMIPEDIA: Positivismo criminológico 9 Otro concepto que acuño Ferri fue el
de los sustitutivos penales, capaces de desarrollar programas político criminales
de lucha y prevención del delito, sin necesidad de entrar en juego el Derecho
Penal. Por lo tanto, esta lucha debería llevarse a cabo a través de acciones
reales y científicas que anticipen la barrera de los poderes públicos, incidiendo
sobre los distintos factores sociales criminógenos con el fin de neutralizarlos.
Estos podían ser desde factores económicos, religiosos y educativos hasta
políticos, legislativos o familiares. Toda esta idea hizo que Ferri defendiera la
Sociología Criminal por encima del Derecho Penal, como instrumento de lucha
contra el delito. Esta Sociología Criminal estaría conformada por la Psicología
Positiva, la Antropología Criminal y la Estadística Social. Respecto a las
tipologías referidas a los delincuentes, Ferri añadió otra más, en este caso el
delincuente involuntario. El tercer autor que más impacto tuvo en el Positivismo
Criminológico fue Garófalo (1852-1934). Fue jurista, magistrado y uno de los
mayores defensores del movimiento denominado Positivismo moderado.
Garófalo se hallaba en una posición intermedia entre Ferri y Lombroso, no
llegando a decantarse ni por la antropología ni por la sociología criminal. Uno de
los primeros conceptos introducidos por el autor fue el de “delito natural”, donde
trataba de definir el concepto que era y siempre había sido el delito, a través del
tiempo, las costumbres y los distintos pueblos. Es decir, trataba de dar un
concepto sobre lo que es delito por naturaleza. Para llevar a cabo esta tarea,
Garófalo comenzó a investigar los distintos hechos a través de las distintas
épocas y pueblos, pero con el requisito específico de que siempre fueran
considerados como delitos tales acciones. Pero en este aspecto surge un gran
inconveniente, que es la dificultad para diferenciar los hechos considerados
como delitos, ya que distintas acciones en un determinado momento no fueron
las mismas en todos los tiempos, y se da el caso de que, hechos que hoy son
delitos, no lo eran en la antigüedad. Para evitar este fallo metodológico, Garófalo
cambió el objeto de su estudio, y en vez de investigar los hechos tal cual,
comienza a investigar qué sentimientos lesionan los delitos. Esta idea había
surgido con anterioridad al haber observado que los delitos lesionan
sentimientos, por lo que podrían existir sentimientos perdurables, cuya lesión
siempre hubiese sido considerada como CRIMIPEDIA: Positivismo criminológico
10 ilícita; y su tarea lo lleva a la conclusión de que existen dos tipos de
sentimientos, cuya lesión la humanidad siempre consideró delito: el sentimiento
de piedad y el sentimiento de probidad. Esta definición, sin embargo no fue bien
recibida por la doctrina, ya que resulta casi imposible elaborar una lista universal
de delitos y sobretodo unido a conceptos tan ambiguos como estos dos
sentimientos. Otro concepto introducido por Garófalo fue el de la teoría de la
criminalidad, la cual entiende que es fundamental la herencia endógena psíquica
o los llamados instintos, ya que la mayoría de los delincuentes tienen una
variación psíquica. A pesar de negar la existencia directa de un criminal de base
antropológica, reconoce que existen algunos datos morfológicos relevantes a la
hora de describir un tipo criminal. Por lo tanto, el delincuente para él se trataría
de un ser con una carencia vital dentro de la esfera de la moral, con una
personalidad totalmente alterada. Por último, el concepto más importante
introducido por Garófalo fue el del fundamento del castigo. En este sentido, los
derechos del individuo quedarían subordinados al orden social. Al igual que el
medio elimina a los organismos que no son útiles o las características de una
determinada especie como hace la selección natural a la hora de desarrollar o
mantener dichas características, el Estado debe ser el encargado de inoculizar
al delincuente que no sea capaz de adaptarse al medio social en el que se
encuentra viviendo. Este tipo de pensamiento justificó en gran medida distintas
penas que siguen vigentes en pocos Códigos Penales, pero que en su día se
aplicaron severamente como es la pena de muerte o el destierro. Un aspecto
importante a tener en cuenta, antes de aplicar dichas penas, era la necesidad de
estudiar las características concretas de cada individuo respecto de la aplicación
de ésta, sin que entraran en juego la proporcionalidad de la pena o la prevención.
La idea de resocialización o reinserción se trataba de una meta imposible, al
entender que la base orgánica y psíquica del individuo impedía tal hecho. La
Escuela positiva también tuvo sus repercusiones a nivel nacional, siendo en
nuestro país Dorado Montero y Bernardo Quirós sus mayores exponentes.
Dorado Montero intentó aunar la filosofía correccionalista con los postulados de
la Escuela Positiva. Luchó por un derecho no represivo o protector de los
criminales, cuyo propósito era modificar la voluntar criminal. Era un defensor de
la "Pedagogía correccional", la cual entendía que los delincuentes estaban
desprovistos por completo del castigo de sentido represivo y doloroso, animado
tan sólo de una finalidad tutelar y protectora. Fue también un gran CRIMIPEDIA:
Positivismo criminológico 11 defensor de la supresión del Derecho positivo,
siendo uno de los primeros autores en formar parte de la Criminología Radical,
la cual provenía de la crítica al poder punitivo con los marcos ideológicos que
reclaman cambios sociales y una reestructuración en la sociedad profunda,
viendo al Derecho Penal como un mero instrumento de control social de las
clases hegemónicas o poderosas para someter y controlar a las desposeídas.
Por su parte, Bernardo Quirós empleó un método de trabajo eminentemente
empírico en sus investigaciones sobre la criminalidad de su tiempo, destacando
la importancia de factores antropológicos y sociológicos.

MODELOS BIOLOGICISTAS

Orientaciones biologistas radicales y moderadas

Las orientaciones biológicas que a continuación se exponen arrojan muy


elevado nivel de empirismo, déficit inevitable, sin embargo, de muchas
construcciones sociológica. No obstante, el potencial de abstracción de las
mismas e más reducido que en aquellas.

Crisis del dogma de la equipotencialidad: la aportación de las orientaciones


biologistas

Pero, con sus limitaciones y condiciones, el enfoque bilógico tiene su ligar y


función en el seno de la criminología científica interdisciplinaria. Pues en su
tratado biológico y genético es uno de los componentes del continuo y fecundo
proceso de interacción, proceso abierto y dinámico en el que se inserta la
conducta del hombre.

Áreas y aportación de las principales investigaciones de orientación biologicista

Baste aquí con una breve exposición de las áreas donde se han realizado las
principales investigaciones biológicas, con las síntesis de sus postulados. La
Antropometría, Antropología

La moderna Psicología ha elaborado cuatro modelos fundamentales:


 los biológicos conductuales
 los de aprendizaje social
 los del desarrollo moral y del proceso cognitivo
 los factorialistas de rasgos o variables de la personalidad.
CONCLUSIONES

Luego del estudio de todo este compendio teórico, se puede observar el como
todos y cada uno de estos autores, desde los inicios del siglo pasado han venido
tratando de interpretar el porqué de la delincuencia. Observamos también que
estas teorías, se abocaron al problema de la delincuencia desde varios ángulos,
como por ejemplo los factores sociales, educativos, familiares y culturales, entre
otros. Pero llegando a las mismas conclusiones (basadas en la población y
muestra específica para cada uno de ellos), propias de las naturalezas teóricas
en sus estudios. Desde el punto de vista criminológico, son una herramienta vital
a la hora de referenciar u obtener los basamentos teóricos necesarios para llevar
a cabo cualquier estudio o investigación en esta área, permitiendo así la
comprensión de todos y cada uno de los posibles escenarios que se puedan
presentar, basados en rangos de edades, con textos socioeconómicos
determinados y hasta de factores geográficos. Particularmente, el estudio de
todas estas teorías en su conjunto permitirá solventar cualquier vacío hipotético,
dejado por el uso o aplicación de una sola teoría. Si bien no se puede negar que
se nace con unos genes, éstos no son determinantes de la personalidad y,
por consiguiente, no son ciegos depositarios de las futuras acciones, a no ser
que existe una lesión orgánica irreversible que limite el campo y el modo de la
relación. Los errores adictivos pueden ser diversos: desde la tolerancia
indiscriminada ola sobreprotección hasta el abandono, la severidad y la violencia
educativa. Todos ellos pueden constituir el caldo de cultivo de diversos
trastornos, entre las que cabe contar la conducta antisocial juvenil. Es evidente
que la labor de rescatar a estos niños y adolescentes, debe coordinar un buen
número de campos, pero solo de esta manera puede resolverse el problema. Los
centros de formación de padres, los servicios de higiene mental, el club de ocio
en el barrio y la asistencia por medio de profesionales sociales como asistentes
sociales, psicológicos, monitores de

grupo, centros excursionistas enclavados dentro del ambiente donde el

muchacho vive, son elementos validos cuyos resultados están por probar, ya que
nuestras sociedades urbanas no lo han puesto en práctica; pero en los pocos
intentos que se han llevado a cabo en el ámbito experimental, los resultados han
sido esperanzadores. Se debe realizar una labor preventiva que posibilite un
mayor acceso a la cultura y al deporte en los suburbios urbanos y que a la vez
sea capaz de la pobreza cultural de los jóvenes
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