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Revista Chilena de Derecho, vol. 38 N0 3, pp.

633 - 638 [2011]


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Recensiones

SANTIAGO, ALFONSO (2010): EN LAS FRONTERAS ENTRE EL DERECHO CONSTITU-


CIONAL Y LA FILOSOFÍA DEL DERECHO. CONSIDERACIONES IUSFILOSÓFICAS ACERCA
DE ALGUNOS TEMAS CONSTITUCIONALES* (BUENOS AIRES, MARCIAL PONS) 232 PP.

Hace unos meses se ha publicado, a Santiago aborda lo que considero el problema


través de la filial argentina de Marcial Pons, más trascendente de la doctrina constitucional
este interesantísimo libro de Alfonso Santiago, contemporánea: la posibilidad de distinguir el
destacado Profesor de Derecho Constitucional Derecho de la política, pero también de separar
de la Universidad Austral de Buenos Aires, don- el Derecho de otras perspectivas disciplinarias
de actualmente se desempeña también como que hoy en día se consideran habilitadas para
Vicerrector. opinar sobre los procesos jurídicos; fruto en
El texto en comento es una recopilación parte a la progresiva aceptación de matrices
de trabajos anteriores que, como el autor dice, postpositivistas como el Legal Theory. La tesis
“pueden ser de interés común tanto para el De- del autor, que sigue en este punto a Herman
recho constitucional como para la filosofía del Heller, puede formularse así: existe una “cons-
Derecho de nuestros días y que son fruto de ese titución jurídica” (CJ) y una “constitución real”
esfuerzo por acercar estas dos disciplinas jurídi- (CR). La primera se refiere a la norma suprema
cas” (p. 18). Su título resulta, además, elocuente del Estado; mientras que la segunda apunta a
sobre el objeto que lo anima, y traduce una de la estructura de poder efectivamente vigente en
las inquietudes académicas más o menos cons- el mismo. La constitución como totalidad sería
tantes del autor a lo largo del tiempo (Alfonso la dialética entre ambas (p. 30). Compara la CJ
Santiago es el responsable, hasta donde yo sé, con la CR del modo en que un plano arquitec-
de la innovadora estructura departamental de la tónico se distingue o se asemeja al edificio real.
Facultad de Derecho de su Universidad, donde La CJ sería equivalente al deber ser, mientras
se ha creado un Departamento de “Filosofía del que la otra expresaría lo que es: “ella expresa el
Derecho y Derecho Constitucional”), que une ser y la normalidad constitucional” (p. 31). Si-
formalmente las dos áreas que el autor pretende guiendo a Bidart Campos, el autor sostiene que
vincular –en nuestra opinión, exitósamente– a el concepto de “constitución formal” se relacio-
lo largo del libro que ahora presentamos. na con el de CJ, y el de “constitución material”
En el primer capítulo, que obra a modo lo haría con el de CR (p. 32). Por esta vía se ad-
de introducción (el prólogo corre a cargo de judican las tesis neoconstitucionalistas su entra-
Rodolfo Vigo, hasta hace poco Presidente de
da en la llamada CJ, surgiendo el concepto de
la sección argentina de la IVR –Internationale
living constitution, que “evoluciona y se adapta
Vereinigung für Recht und Sozial Philosophie–),
junto con el proceso político al que pretende re-
Santiago indica que la obra consta de seis traba-
gir, limitar y encauzar”, dice Santiago recordan-
jos independientes, que versan sobre temas que
do a Néstor Pedro Sagües (p. 35). De este plan-
pueden considerarse de común interés tanto
teamiento surgen los “distintos significados”
para el Derecho Constitucional como para la
que el autor dscubre en la constitución: como
Filosofía del Derecho. De entre ellos me permi-
organización político-jurídica fundamental;
tiré comentar algunas cuestiones que juzgo rele-
como acuerdo de las fuerzas políticas y sociales;
vantes para el debate constitucional y filosófico
como norma jurídica; como instrumento de go-
contemporáneo.
En el primer capítulo, titulado “natura- bierno; como carta de derechos fundamentales;
leza y significados de la constitución”, Alfonso como instrumento de control de poder, y como
cauce del proceso político (p. 37).
Sin perjuicio de los importantes nom-
* Traducción del título: On the borders between bres que se encuentran detrás de esta posición,
Constitutional Law and Philosophy of Law. parecen surgir algunos problemas teóricos que
Iusphilosophical considerations about some me gustaría poner a disposición de los lectores,
constitutional issues. pero también, y principalmente, del autor; jus-
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tamente con el objeto de honrar la idea de este El hecho normativo no es exterior al hombre,
vínculo que Santiago descubre entre la Filosofía y el Derecho propiamente tal constituye en sí
del Derecho y el Derecho Constitucional. Ad- mismo una realidad, no una idea separada, al
vierto de inmediato que estas consideraciones modo platónico.
se encuentran planteadas desde una perspectiva
iusnaturalista del Derecho; que es por lo demás 2. El propio ejemplo del autor muestra,
la que entiendo suscribe el autor del texto en me parece, esta dicotomía forzada. En alguna
comento. Son los siguientes: ocasión, D´Agostino comparó la relación entre
el derecho natural y el derecho positivo con la
1. Me parece que la distinción CJ/CR es que media entre una partitura y su ejecución
forzada, en cuanto parece entender la norma ju- concreta. De modo tal que el segundo es la
rídica como una especie de idealidad abstracta; concreción del primero, según las circuns-
una suerte de “modelo” que busca ordenar las tancias específicas de cada orquesta-sistema
conductas desde el exterior. Sería fácil ceder a la jurídico. Esta imagen muestra con claridad que
tentación de buscar en esto fundamentos idea- lo que existe no es un derecho natural por un
listas, pero creo que en realidad no los tiene, lado, como dice Ollero, y un derecho positivo
porque el autor pone el énfasis en la primacía por otro; sino que un mismo precepto norma-
de lo empírico. Esto puede contener quizás tivo es a la vez natural y positivo. Asimismo, no
una metodología neokantiana, pero eso es otra parece factible que pueda hablarse de una CJ y
cuestión. En realidad, en el fondo de esta dis- otra CR (como si hubiera un derecho natural
tinción parece haber una opción por considerar ideal, y otro real y positivo); salvo que se trate
el Derecho más bien como un hecho (lo “real”); de un simple recurso académico destinado a
mientras que lo “jurídico” discurre por caminos entender los pasos del fenómeno jurídico. La
abstractos y separados de la existencia efectiva. constitución de una nación, así como su dere-
El Derecho recuerda, entonces, a una entelequia cho (porque la constitución es derecho) es si-
que, como no parece asignársele una dimensión multáneamente normativa y eficaz. Esa síntesis
trascendental, “dialoga” con el verdadero “dere- es, justamente, la síntesis de lo real.
cho” (es decir, lo que ocurre, la red de reenvíos
políticos) intentando meterlo en una camisa 3. Como consecuencia de lo anterior,
de fuerza: como dice el autor: “la Constitución no considero adecuado identificar o relacionar
es el principal medio e instrumento concebi- CR con constitución material, si por “material”
do por el Derecho público moderno a fin de se entiende el conjunto de bienes que consagra
lograr su objetivo: someter el proceso político dicho texto legal. Ello, porque hacerlo significa
a reglas jurídicas a fin de conseguir el control otorgarle a esa constitución material un carác-
del poder estatal” (p. 29). De lo afirmado en ter indeterminado, que es justamente lo que
el texto se colige que el énfasis en la eficacia Santiago rechaza explícitamente en la p. 35: “es
de los reenvíos de naturaleza política se funda, este concepto dinámico, pero no indeterminado
en el fondo, en un sociologismo; pero no en de constitución, al que nosotros adherimos”.
cualquier sociologismo, sino en uno que ha Explico esto un poco mejor. Si la CR, es decir,
vaciado el problema de la experiencia humana el real equilibrio de fuerzas políticas y culturales
de cualquier atisbo normativo en el interior del de un Estado, según el autor, se identifica con
hombre. Me parece, entonces, que la diferen- la determinación de los bienes protegidos por la
cia entre CJ/CR no es sustentable, salvo que carta fundamental, el resultado es, a lo menos,
se ceda implícitamente a los parámetros antes de corte comunitarista. Si el autor se declarara
mencionados. La constitución, como cualquier iusnaturalista, debería sostener que la constitu-
otra norma jurídica, no opera como un foco ción material procede en su parte substantiva
de luz exterior que le permite a los operadores de la naturaleza humana; y solo en su parte
del Derecho actuar ordenadamente; sino que la accidental de la cultura o circunstancias de cada
esencia de lo jurídico despunta desde el hecho procedimiento normativo. Por eso que sería de-
mismo de lo real: a saber, la naturaleza humana. seable que desarrollara con mayor precisión qué
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quiere decir cuando manifiesta que “la constitu- jurídico de las normas jurídicas, especialmente
ción es un objeto cultural, y como tal, su senti- en un mundo donde la practicidad del derecho
do configura significativamente su propio ser” anglosajón, por una parte, y el nihilismo de
(p. 37). Si la constitución material es (comple- los juristas de matriz continental por la otra,
tamente) cultural, entonces es indeterminada: el tienden a emborronar las diferencias y con-
concepto de “dignidad humana”, por ejemplo, vertirlo todo en un hecho puramente político.
se puede llenar con cualquier cosa, como quien Una norma jurídica es primaria y fundamen-
vacía una nuez y utiliza la cáscara para guardar talmente una norma jurídica, de tal modo que
caramelos. ¿Sigue siendo una nuez? McIntyre es los elementos que la componen, que pueden ser
muy gráfico sobre esta ambigüedad en las pri- susceptibles de consideraciones extrajurídicas si
meras páginas de Tras la virtud. se los toma separada e individualmente, están
en ella considerados como elementos de esa
4. Cada ciencia tiene su propio objeto norma, y no como realidades abstractas y ajenas
formal, que la distingue de las otras y permite a su horizonte de significado deontológico. Así
obrar simultáneamente sobre los objetos ma- por ejemplo, puede existir una gran pluralidad
teriales sin que ello produzca confusión. Así, semántica, basada en diferencias culturales, de
la física y la biología pueden dirigir sus ojos a, nociones como “adulto” o “menor”; sin embar-
por ejemplo, un mamífero, pero sus focos de go, normativamente no es posible recoger la
atención no entrarán en conflicto, porque una discusión doctrinal, debiendo el Derecho con-
le considera en cuanto ente móvil, y la otra en creto y positivo optar por un sentido específico,
cuanto organismo. El Derecho es también una que es el que adquiere contenido deontológico.
ciencia, y como tal apunta formalmente a una Es verdad, como dice Schmidt citado
realidad exterior considerada desde una cierta por el autor, que la “constitución recoge las de-
perspectiva, con exclusión de las otras. Esa rea- cisiones políticas fundamentales” (p. 37); justa-
lidad exterior es lo que podríamos denominar mente las recoge; no se convierte ella misma en
el “fenómeno jurídico”, que está compuesto un factor político. La distinción es sutil, pero
básicamente por tres elementos: los hechos, las no por eso menos relevante. No es lo mismo
normas y los principios. La perspectiva formal- decir que el derecho positivo es derecho natural
mente jurídica no es ninguno de estos elemen- (en cuyo caso tendría razón el positivismo al
tos aislados; sino la especial visión desde la cual sostener que la tesis iusnaturalista es absurda), a
ellos se combinan para determinar las relaciones afirmar que el derecho positivo recoge al derecho
de justicia dentro del bien común, asegurando natural.
de ese modo la certeza jurídica y el funciona- En el capítulo IV Santiago aborda la
miento de las instituciones. Es por esto que no cuestión de la dignidad y el bien común como
comparto la tesis de Santiago cuando afirma fundamento de las democracias constitucionales
que “su naturaleza (de la constitución) es simul- (p. 69). Su tesis es que el principio de igualdad
táneamente jurídica y política (ni qué decir, so- y dignidad de la persona humana es el que fun-
ciológica, psicológica, antropológica, teórica de damenta y orienta todo el proceso democrático
la cultura, o cualquier otra visión disciplinaria (p. 72). Considera que igualdad y dignidad son
extrajurídica); al menos en el mismo nivel. Es anteriores al parecer mayoritario, al multicultu-
evidente que una constitución no es lo mismo ralismo, al derecho a la diferencia, al pluralismo
que una ley (p. 36), pero la diferencia no reside político y al relativismo ético; posición que sus-
en su tonalidad jurídica, sino en la relevancia cribo sin dudas (p. 73). La cuestión, pues, pa-
de las materias que aborda. Esas materias, sin rece ser más bien determinar cuáles son las exi-
embargo (en especial las garantías fundamenta- gencias que derivan de esta principialidad. Me
les) tienen un valor preeminentemente jurídico; parece muy iluminadora la posición que adopta
solo resbalan hacia el escalón político en lo que el autor, al considerar, como frontis del proble-
se refiere a sus circunstancias particulares, nor- ma, la circunstancia de que las verdades morales
malmente vinculadas con el modo de ponerlas son anteriores a las verdades políticas (p. 74).
en práctica. Me parece necesario afirmar el valor Un poco más discutible resulta, sin embargo, la
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idea de que el procedimiento democrático en la ser traducido en instituciones, que son “los de-
adopción de las decisiones comunes sea el me- licados mecanismos que permiten la integración
dio que mejor responde al principio de la igual de los aportes personales, el tránsito de lo per-
dignidad de la persona humana. Siguiendo las sonal a lo comunitario de un modo acorde a la
consecuencias de este argumento, los colegios igual dignidad de la persona humana” (p. 87),
y las universidades –entre otros– deberían ser que se alcanzan dentro del concepto de bien co-
una especie de asamblea donde los alumnos, mún, rectamente entendido (pp. 90-103).
merced a su dignidad fundamental de personas, En el capítulo V, el autor se ocupa de
pudiendo de ese modo decidir sobre lo que se otro de los temas imprescindibles de la doctrina
les enseña o deja de ensañárseles. Por ello, es constitucional contemporánea: las dimensiones
importante tener en cuenta que la dignidad jurídicas y políticas de la interpretación cons-
no opera como causa directa de las cuestiones titucional. Estima que el Derecho se puede
accidentales, sino que solo se refiere a las subs- entender de dos modos no excluyentes: o como
tanciales. Esto está en la base de uno de los ele- un conjunto de normas; o bien como un con-
mentos más relevantes de la problemática social junto de problemas que deben ser resueltos con
de hoy en día: la crisis de autoridad; o, lo que es justicia para lograr la coexistencia armónica.
lo mismo, la idea tan extendida de que la digni- Este último, estima Santiago, y compartimos
dad significa por sí misma la capacidad de tener su opinión, identifica a la ciencia del Derecho,
opinión veraz sobre todos los temas políticos, que “sigue siendo una ciencia práctica orientada
jurídicos, sociales o culturales sin necesidad de a la resolución de problemas concretos… en un
tener conocimientos específicos. determinado sistema jurídico puede faltar la
Estimo muy loable la pretensión del Constitución y las leyes generales escritas, pero
autor de que la dignidad humana sea el fun- nunca puede faltar para su operatividad la ins-
damento de las modernas democracias cons- tancia de los jueces que deciden y resuelven los
titucionales, pero no puedo estar de acuerdo, problemas concretos que le someten las partes”
en cuanto que la mayoría de estas democracias (p. 107). Con gran sentido común, Santiago
constitucionales viola los derechos más prima- se da cuenta que la hermenéutica no es una
rios de la dignidad humana, como el relativo a metodología autocontemplativa, sino que su
la vida (el aborto); pero también muchos otros objeto es resolver los problemas jurídicos: “toda
(p. 76). La explicación sobre las características interpretación se hace finalmente desde el caso
y condiciones de la personalidad humana que y para el problema que se quiere resolver. La in-
se desarrolla en el texto está dotada de una gran terpretación jurídica es algo más que determinar
capacidad de síntesis, y resulta utilísima para la el sentido y precisar el contenido de una norma
comprensión de la humanidad en su dimensión general” (p. 111). Esta conclusión es muy im-
social. Especialmente relevante me parece la portante, porque los modelos hermenéuticos
afirmación de que dicha dignidad tiene un fun- contemporáneos, como consecuencia de haber
damento trascendente en Dios, como lo reco- suprimido la idea de verdad, tienden más bien a
noce el preámbulo de la Constitución argentina constituirse como un instrumento difusamente
(p. 80). En torno a la cuestión antes señalada, trascendental, que no orientan la acción.
de las exigencias que impone la igualdad y la También me parece muy atinada la
dignidad de la condición humana, Santiago tesis de que la idea del Derecho como normas
tiene razón cuando afirma que “el modo en que vigentes (sistema), y la del Derecho como un
el hombre piensa la organización social depen- modo de resolver conflictos (problema) no sean
de del modo en que conciba la relación con el incompatibles. Lo explica a través de una ana-
otro” (p. 85). Considera que existen al menos logía: “la de la esfera que está apoyada sobre un
tres visiones sobre la relación entre persona y plano. Si bien la esfera se apoya e intersecta en
sociedad política: individualismo, colectivismo un solo punto con la superficie plana, aunque
y personalismo solidario; siendo este último el allí está depositado todo su peso. La esfera es el
único que aseguraría la participación de la co- sistema jurídico. La superficie plana representa
munidad en los procesos políticos; y ello debe el mundo de los problemas humanos, ambos se
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intersectan en un punto concreto: el caso. En namiento jurídico reclama una nueva postura
ese punto único se hace virtualmente presente institucional por parte de los integrantes de las
la totalidad del sistema jurídico” (p. 112). Esto magistraturas judiciales. Se postula una nueva
centra la cuetión hermenéutica en la actividad actitud institucional de los jueces, en particular
judicial, y se pregunta entonces Santiago si los de los tribunales constitucionales, que podría-
jueces desempeñan una función meramente re- mos definir como activismo judicial, con fun-
productiva, o bien crean y cambian el Derecho; damento normativo en los derechos humanos
cuestión también muy debatida, y que resuelve constitucionalizados o reconocidos en los docu-
pronunciándose a favor de la activa creatividad mentos internacionales (p. 173). Este capítulo,
judicial (p. 116). como yo lo entiendo, busca más bien informar
La cuestión de la hermenéutica como sobre qué debe entenderse por neconstituciona-
problema de teoría metodológica, y su aplica- lismo, y cuáles son sus posibles consecuencias;
ción al Derecho, constituyen asuntos filosóficos positivas o negativas (y lo logra a cabalidad).
de la mayor trascendencia, sobre los que se han Quien espere una definición explícita del autor
escrito ríos de tinta. El capítulo que comenta- sobre dichas consecuencias, no la encontrará,
mos pretende, en mi opinión, ofrecer a un pú- al menos en esta obra. Su conclusión es que
blico no especialista una objetiva enumeración “hay que seguir de cerca” esta corriente, para
de las cuestiones pendientes en torno a la inter- potenciar sus virtudes y corregir sus defectos (p.
pretación normativa y la actividad judicial, mas 186).
una breve relación histórica; cosa que creo que Finalmente, el capítulo VII se configura
logra (pp. 115-45). No debe buscarse aquí, sin en torno al tema, tan contemporáneo, del de-
embargo, el análisis de alguna problemática es- recho internacional de los derechos humanos.
pecífica de la hermenéutica jurídica en sentido Comienza con una recapitulación histórica (pp.
técnico, porque no se hallará, ni es el objetivo 190-7), para pasar después a vincularlo con el
del trabajo. principio de legitimidad democrática, en cuan-
Muy interesantes resultan sus conclu- to este nuevo derecho internacional sería una
siones sobre lo político y lo jurídico en la in- reacción contra los totalitarismos de la primera
terpretación judicial: las crecientes demandas mitad del siglo XX. Alfonso Santiago considera
sociales a los jueces, derivadas de la juridización que la legitimidad democrática y el pleno res-
y judicialización de la vida social y política, más peto de los derechos humanos “parecería que se
el aumento de la complejidad, han aumentado exigen mutuamente”. No entra, sin embargo,
el ámbito de poder normativo y político de los directamente en la verdad o falsedad de esta
jueces; correspondiendo a la constitución mo- afirmación, sino que responde oblícuamente,
rigerar y establecer el contexto institucional y afirmando que (si hubiera conflicto entre ellos)
normativo en el que los jueces deben realizar su “nos inclinamos a pensar que es el principio de
actividad interpretativa (p. 163). Esto entronca la dignidad humana el que tiene mayor valor
con lo que se plantea en el capítulo VI. Como ético y jurídico, y, por tanto, corresponde reco-
expresamente se declara, Santiago busca brindar nocerle un carácter supremo” (p. 198). Com-
un panorama general del neoconstituciona- parto esta tesis; sin perjuicio de que me parece
lismo, esta “nueva corriente de pensamiento que la jubilosa asimilación entre dignidad
jurídico”, que tiene su origen y desarrollo en el humana y legitimidad democrática debiera ser
marco de la tradición constitucional europea de objeto de un análisis más detallado.
los últimos cincuenta años (p. 165). Destaca el A continuación se plantea un problema
papel fundamental que desempeñan los jueces muy relevante de este derecho internacional de
en este nuevo modelo, citando autores como los derechos humanos: este se vería demediado
Ferrajoli: el neoconstitucionalismo puede ser en su legitimidad al tratar de obrar por sobre
considerado como la doctrina que alienta un los derechos nacionales, por cuanto estos últi-
modelo de poder judicial activista, que tutele mos sí responderían a una participación demo-
los derechos para lograr su plena vigencia prác- crática más directa; a diferencia de las normas
tica; y Zagreblesky: la nueva visión del orde- internacionales, “la mayoría de las veces ajenas
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y distantes a los principales protagonistas del danos; como proteger la vida, la integridad físi-
debate político democrático” (p. 199). Creo ca o la salud de tales ciudadanos. Comoquiera
que este argumento hace mucho sentido a que sea, creo que tiene razón Santiago cuando
aquellos que, apoyando la nueva normativa sostiene que existen muchos cabos sueltos a
internacional, se declaran al mismo tiempo la hora de aplicar el derecho internacional de
partidarios de definir el derecho como aquello este modo, y cita el debate norteamericano
que produce la mayoría (no me atrevo a decir sobre la cuestión (p. 201). Su trabajo insta a
“los que apoyan el principio de legitimidad de- legisladores, gobernantes y jueces a ser cautos
mocrática”, porque esta noción es plurisémica). a la hora de incrustar en los sistemas jurídicos
Suponiendo que Santiago quiera defender los asteroides de derecho internacional de modo
derechos nacionales, este argumento es muy muy expedito.
apropiado. Por mi parte, y a propósito de la Para no alargar más este comentario, y
reflexión del autor, me gustaría apuntar aquí a modo de conclusiones, puedo decir que se
que quizás conviene también proceder a una trata de un texto enormemente sugerente, que
defensa de los derechos naturales; ya sea que consigue mostrar –aunque sea a través de una
se encuentren en las nuevas normas de derecho visión general– el enorme campo que espera a
internacional de los derechos humanos, o en constitucionalistas y filósofos del Derecho en
los derechos nacionales (semejante a lo pro- la coordinación de esfuerzos. Me parece que el
puesto por el autor al afirmar que el núcleo de trabajo del profesor Alfonso Santiago contri-
los derechos fundamentales de la persona sería buirá con muchas ideas al desempeño de los
indisponible; y en los aspectos secundarios ca- especialistas (y por eso debe ser leído); pero
bría tener más en cuenta la voluntad). En este también porporcionará muchos elementos de
sentido, se me hace un tanto difícil comulgar análisis a las personas que se aproximan de más
con la idea de que la mayoría es la que produce lejos a estas materias, pues explica con gran sen-
el derecho, por cuanto esa mayoría podría verse cillez los problemas más complejos, sin por eso
restringida a respetar, en el curso de esa pro- simplificar sus respectivos contenidos.
ducción, las inclinaciones innatas de los ciuda-
Raúl Madrid*

* Profesor Titular de Filosofía del Derecho, Pontificia


Universidad Católica de Chile. Correo electrónico:
rmadrid@uc.cl

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