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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

LOGICA JURIDICA

TEMA

“LA NUEVA RETORICA”

ALUMNOS:
ENRIQUEZ BARRETO, Fiorella
FLORES SIGUEÑAS, Karen
LOLI MORALES, Pilar
VALDEZ CRISPIN, Andree
VELASCO PAUCAR, Gladis
DOCENTE:
Dra. Carolina Catillejo Vega
CICLO:
III (TURNO MAÑANA)

HUARAZ- PERÚ

2019
INDICE
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................... 3
LA NUEVA RETÓRICA............................................................................................................. 4
RAZONAMIENTO JURIDICO .............................................................................................. 4
LA LOGICA JURIDICA Y LA NUEVA RETORICA ........................................................... 5
LA NUEVA RETORICA Y LOS VALORES ......................................................................... 6
LA EFECTIVIDAD COMUNICATIVA ................................................................................. 7
PRESENTACION SISTEMATICA DE LA NUEVA RETORICA........................................ 8
RELACIONES PERSONALES CON EL AUDITORIO .................................................... 8
BASES DE ACUERDO Y TIPOS DE ARGUMENTACIÓN ............................................. 8
ALCANCE Y ORGANIZACIÓN DE LA ARGUMENTACIÓN ....................................... 9
CUATRO ASPECTOS PROBLEMÁTICOS DE LA NUEVA RETÓRICA DE
PERELMAN Y OLBRECHT-TYTECA ............................................................................... 12
EL PROBLEMA DEL ESTUDIO DE LOS ARGUMENTOS .......................................... 12
EL PROBLEMA DE LOS MÚLTIPLES AUDITORIOS ................................................ 14
EL PROBLEMA DEL VALOR DE LOS FINES .............................................................. 15
EL PROBLEMA DE LAS TESIS DE PARTIDA ............................................................. 16
CONCLUSIONES ..................................................................................................................... 17
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................................................... 18
INTRODUCCIÓN

La siguiente monografía titulada “La Nueva Retorica”, Razonamiento designa, al


mismo tiempo, una actividad mental y el resultado de esa actividad. El razonamiento, como
resultado de la actividad intelectual puede estudiarse con independencia de sus condiciones
de elaboración. Para lo cual hay que fijarse en la manera como ha sido formulado, el
establecimiento de las premisas y de la conclusión, la validez del lazo que las une,
la estructura misma del razonamiento y su conformidad con ciertas reglas o esquemas
previamente admitidos.

El análisis de razonamientos explícitamente formulados en una determinada lengua fue


emprendido de una manera sistemática en el Organón de Aristóteles, que distinguió unos
razonamientos analíticos y otros dialécticos.

Los razonamientos analíticos son aquellos que parten de unas premisas necesarias o
indiscutiblemente verdaderas y conducen, gracias a inferencias válidas, a conclusiones
igualmente necesarias o verdaderas. Los razonamientos analíticos transfieren la necesidad o
la veracidad de las premisas a la conclusión, siendo imposible que ésta no sea verdadera si
se razona correctamente a partir de aquellas.

Si todos los B son C y todos los A son B, todos los A son C.

Los razonamientos dialécticos, que Aristóteles examinó, se dirigen a guiar deliberaciones y


controversias. Tienen por objeto los medios de persuadir y de convencer por medio
del discurso, de criticar las tesis de los adversarios y de defender y justificar las propias con
la ayuda de argumentos más o menos sólidos. ¿En qué difieren los razonamientos dialécticos
de los analíticos, y el silogismo dialéctico, llamado entimema, del silogismo riguroso de la
lógica formal?.

En el entimema no se enuncia todas las premisas, y aquellas sobre las cuales se funda son
sólo verosímiles o plausibles. Por lo demás, la estructura del razonamiento dialéctico es la
misma del silogismo.

Asi mismo en la siguiente monografía daremos a entender que es lo que es la Nueva Retorica.
LA NUEVA RETÓRICA

Se define como una teoría de la argumentación cuyo objeto de estudio son las técnicas
discursivas que tienden a provocar o acrecentar la adhesión intelectual de los hombres a las
tesis que se les presentan para obtener su acuerdo. También examina las condiciones que
hacen posible el comienzo y desarrollo de la argumentación, así como sus efectos. La
definición señala en qué sentido la nueva retórica es una continuación de la clásica y en qué
se distancia de ella.

RAZONAMIENTO JURIDICO

Dice Aristóteles que la retórica es útil “porque lo verdadero y lo justo prevalecen por
naturaleza sobre sus contrarios, de suerte que, si las resoluciones no se ajustan a lo
conveniente, es forzoso que sean vencidas por su propia deficiencia”.

lo que se hará a través de razonamientos y argumentos, técnicas que deberán aprenderse,


teniendo en cuenta que, para lo primero, no se debe convencer de lo malo y, para lo segundo,
que seamos capaces de refutarlos. Aristóteles denomina entimema al razonamiento retórico.
Es decir, el entimema es un silogismo retórico, un razonamiento cuyas premisas son
simplemente probables.

Para Perelman, “la palabra razonamiento designa, al mismo tiempo, una actividad mental y
el resultado de esa actividad. La actividad mental de la persona que razona puede ser objeto
de estudios psicológicos, sociales y culturales, que pueden revelar las intenciones o los
móviles del que elabora el razonamiento, así como las influencias de cualquier tipo que haya
experimentado y que permitan situar el fenómeno en su contexto”.

El razonamiento, sin embargo, como producto de la actividad intelectual, se puede estudiar


con independencia de sus condiciones de elaboración. Para ello hay que fijarse en la manera
como ha sido formulado, el establecimiento de las premisas y de la conclusión, la validez del
lazo que las une, la estructura misma del razonamiento y su conformidad con ciertas reglas
o esquemas previamente admitidos. Este examen forma parte de una disciplina, a la
tradicionalmente se denomina lógica.
Los razonamientos dialécticos no se dirigen a establecer demostraciones científicas, sino a
guiar deliberaciones y controversias. Aristóteles los estudió en Los Tópicos, La Retórica y
Las Refutaciones de los Sofistas. El silogismo dialéctico lo denomina entimema. En el
entimema no se enuncian todas las premisas -conocidas o aceptadas por el auditorio, y se
funda sobre premisas sólo verosímiles o plausibles, pues éste es el ámbito de la retórica y no
lo cierto, demostrable inequívocamente y universal, que pertenece a la ciencia. La estructura
del razonamiento dialéctico es la misma del silogismo.

Pero mientras que, en el silogismo, las premisas conducen necesariamente a una conclusión
determinada, en el caso del argumento, no se desemboca necesariamente en una decisión
concreta e irrefutable. La consecuencia de un argumento es una decisión que puede ser ésa u
otra diferente, o incluso puede no haber decisión.

LA LOGICA JURIDICA Y LA NUEVA RETORICA

En el acto de aplicación de la ley, mientras los razonamientos jurídicos desarrollados en una


decisión judicial, o administrativa, eran considerados como una simple operación deductiva,
en la cual la solución debía ser apreciada únicamente según el criterio de legalidad, se podía
pretender que una teoría pura del derecho debe ignorar los juicios de valor.

Pero los juicios de valor relativos a la decisión guían, en el fondo, todo el proceso de
aplicación de la ley, por lo que es necesario prestar atención la cuestión de las emociones y
los intereses, es decir, lo subjetivo e incluso irracional, a fin de asegurar que existe una lógica
de los juicios de valor33. El punto de vista positivista limitaba el papel de la lógica del método
científico y de la razón a problemas de conocimiento puramente teórico, negando un uso
práctico de la razón, punto de vista que se oponía a la tradición aristotélica, que admitía una
razón práctica aplicable a todos los campos, desde la ética hasta la política, y que justificaba
la filosofía como búsqueda de la prudencia.

Precisamente en esa tradición aristotélica Perelman defiende la posibilidad de una elección,


de una decisión o de una solución razonable, esto es, un uso práctico de la razón, basada en
un método de lógica formal, si bien admite que no existe una lógica específica de los juicios
de valor, sino diversas técnicas de argumentación. Y aún: A falta de técnicas unánimemente
admitidas, se impone el recurso a los razonamientos dialécticos y retóricos, como
razonamientos que tratan de establecer un acuerdo sobre los valores y su aplicación, cuando
éstos son objeto de controversia. Es la vuelta a la retórica clásica. La vuelta a Aristóteles.

LA NUEVA RETORICA Y LOS VALORES

Siguiendo la definición aristotélica de la retórica, para Perelman es la disciplina que tiene por
objeto el estudio de técnicas discursivas que tratan de provocar y de acrecentar la adhesión
de lo espíritus a tesis que se presentan para su asentimiento.

Esta definición es concretada mediante cuatro observaciones que pretenden precisar su


alcance en la distinción entre retórica y lógica formal:

 La retórica trata de persuadir por medio del discurso. Es decir, no hay retórica cuando
se recurre a la experiencia para obtener la adhesión hacia una afirmación. La retórica
se sirve del lenguaje para obtener esa adhesión, a través de los tópicos y la dialéctica
las técnicas propias del debate y la controversia.
 La demostración y las relaciones de la lógica formal con la retórica: la validez de la
demostración sólo garantiza la veracidad de la conclusión si estamos dispuestos a
reconocer la de las premisas. Pero cuando una palabra se puede tomar en varios
sentidos, cuando se trata de clarificar una noción vaga o confusa, surge un problema
de elección y de decisión que la lógica formal es incapaz de resolver, y hay que dar
las razones de la elección para obtener la adhesión a la solución de la propuesta. El
estudio de los argumentos viene de la retórica.
 La adhesión a una tesis puede ser de una intensidad variable, lo que es esencial cuando
no se trata de verdades, sino de valores.
 Se refiere más a la adhesión que a la verdad. Las verdades son imparciales, mientras
que la adhesión lo es siempre de un auditorio, de las inteligencias a las que el discurso
se dirige.

La noción de auditorio es central en la retórica. Pero no se trata sólo de diferenciar varios


tipos de auditorio. Se trata de construir una nueva filosofía, unas bases nuevas para una
sociedad nueva, en la edad del escepticismo y de la crisis de valores. Se trata, por tanto, de
estudiar las técnicas discursivas que tratan de provocar o de acrecentar la adhesión a las tesis
presentadas a un determinado auditorio. Una nueva retórica que ya no es necesario modelar
sobre una lengua ideal que se caracterice por la univocidad y por la ausencia de vaguedad y
de ambigüedad.

Pero no se trata de buscar, a la manera de Sócrates, el verdadero sentido de las palabras, como
si hubiera una realidad exterior, un mundo de las ideas, a las cuales las nociones deban
corresponder. El sentido de las palabras no es un problema teórico que pueda resolverse
llegando a una solución única, conforme a lo real. Es, más bien, un problema práctico, y
como tal hay que tratar las nociones -las palabras, con sus correspondientes significados-
como útiles adaptables a las situaciones más variadas. Se trata de encontrar, o incluso de
elaborar si fuese necesario, el sentido que se adapte mejor a la solución concreta que por una
razón u otra se preconiza.

LA EFECTIVIDAD COMUNICATIVA
Etimológicamente, la palabra “retórica” procede del término griego rherorike refiriéndose
con ello a hablar o al arte de hablar; y de ahí se utilizó el término rhetor, con el que se hace
referencia al hablante. Su nacimiento se gesta en el discurso democrático, entendiendo por
éste la interacción y la expresión de los mundos posibles. De modo que retórica y pragmática
convergen en tres amplios conceptos: significado, comunicación y contexto las técnicas
discursivas que tienden a provocar o acrecentar la adhesión intelectual de los hombres.

También examina las condiciones que hacen posible el comienzo y desarrollo de la


argumentación, así como sus efectos. La definición señala en qué sentido la nueva retórica
es una continuación de la clásica y en qué se distancia de ella. La nueva retórica continúa la
retórica de Aristóteles en tanto se dirige a todo tipo de auditorios. Abarca lo que los antiguos
denominaban dialéctica (la técnica de la discusión y el debate por medio de preguntas y
respuestas, que trataba principalmente sobre cuestiones opinables), analizada por Aristóteles
en sus Tópicos; incluye el razonamiento que Aristóteles calificaba como dialéctico para
distinguirlo del razonamiento analítico de la lógica formal. Esta teoría de la argumentación
es llamada nueva retórica porque Aristóteles, a pesar de que reconocía la relación entre
retórica y dialéctica, solo desarrolló la primera en función de todo tipo de auditorio

La elaboración de una retórica así concebida tiene un innegable interés filosófico porque
proporciona una herramienta complementaria de la lógica tradicional, que es una técnica de
demostración o de prueba necesaria de acuerdo con las reglas de deducción o inducción. Esto
permitirá a los hombres no solo verificar y probar sus creencias sino también justificar sus
decisiones y elecciones. Así, la nueva retórica, al elaborar una lógica para los juicios de valor,
es indispensable para el análisis del razonamiento práctico.

PRESENTACION SISTEMATICA DE LA NUEVA RETORICA

RELACIONES PERSONALES CON EL AUDITORIO

La argumentación, ya sea que se la llame retórica o dialéctica, siempre se propone persuadir


o convencer al auditorio al que se dirige. Dado que el propósito de toda argumentación es
ganar o reforzar la adhesión de un auditorio. no puede ser concebida de manera impersonal.
Por el contrario, es esencial que se adapte al auditorio para ser eficaz. la persona que presenta
un argumento oralmente o por escrito a un auditorio de oyentes o lectores− debe buscar
construir su discurso argumentativo sobre tesis ya aceptadas por su auditorio. la nueva
retórica puede tratar los temas más variados y dirigirse a los más diversos auditorios. El
auditorio puede implicar solo la deliberación individual interna del sujeto o bien puede
involucrar a otra persona en un diálogo. El discurso puede dirigirse a varios auditorios
particulares o a la Humanidad en su conjunto −lo que podría llamarse el auditorio universal;
en este caso el orador apela directamente a la razón.

La retórica clásica estaba dirigida tradicionalmente a un auditorio compuesto por una


multitud de oyentes generalmente no competentes, reunidos en una plaza pública; la
argumentación, sin embargo, puede estar dirigida a auditorios altamente calificados, tales
como miembros de una academia o alguna sociedad ilustrada. De esto resulta que la eficacia
no es el único medio para juzgar el valor de un argumento, ya que este valor también depende
de la calificación y competencia de los intelectos que se busca persuadir

BASES DE ACUERDO Y TIPOS DE ARGUMENTACIÓN

para tener éxito en su cometido, debe partir de tesis aceptadas por su auditorio y reforzar esta
adhesión por medio de técnicas de presentación que introduzcan los hechos y valores sobre
los cuales se fundan sus argumentos. El acuerdo sobre los valores comunes es general. Así,
la apelación a valores universales como el bien y la belleza, la verdad y la justicia, la razón
y la experiencia, la libertad y la humanidad no dejarán a ninguno indiferente pero las
consecuencias que pueden extraerse de tales nociones variarán con el significado que cada
individuo les asigne. Por eso, un acuerdo sobre valores comunes debe ir acompañado de un
esfuerzo por interpretarlos y definirlos para que el orador pueda adaptar el acuerdo a sus
propósitos. Si el discurso se dirige a un grupo especializado −como un grupo de filósofos o
juristas o teólogos− la base del acuerdo será más específica.

Los argumentos asociativos transfieren la adhesión de las premisas a la conclusión, por


ejemplo, la asociación persona-actos autoriza a pasar del hecho de que un acto es valiente a
la consecuencia de que el agente es una persona valiente. La argumentación conduce a la
disociación de conceptos si la apariencia se opone a la realidad. Normalmente, la realidad es
percibida a través de apariencias que se toman como signos que se refieren a ella. Sin
embargo, cuando las apariencias son incompatibles −un remo en el agua parece quebrado,
pero se lo siente firme al tacto− debe admitirse, si uno ha de hacerse una descripción
coherente de la realidad, que algunas apariencias son ilusorias y pueden conducir a error en
lo que concierne a lo real.

La distinción dependerá de la concepción de la realidad que pueda servir de criterio para


juzgar las apariencias. Se le otorgará valor a cualquier objeto que se adecue a esta concepción
de lo real; inversamente, todo aquello que se oponga a ella, carecerá de valor.

Todo concepto puede ser sometido a una disociación similar entre apariencia y realidad. La
justicia, la democracia y la felicidad reales pueden oponerse a la justicia, la democracia y la
felicidad aparentes. Las primeras, por estar en conformidad con el criterio de lo que realmente
son la justicia, la democracia y la felicidad conservarán el valor normalmente atribuido a
estas nociones. Lo aparente −lo que es tomado como real por el sentido común o por la
opinión no esclarecida− será despreciado porque no corresponde a lo que realmente merece
el nombre de justicia, democracia o felicidad. Por medio de esta técnica de disociación de
conceptos, los filósofos pueden dirigir las acciones de los hombres hacia lo que consideran
los valores verdaderos y pueden rechazar aquellos valores que son sólo aparente.

ALCANCE Y ORGANIZACIÓN DE LA ARGUMENTACIÓN

Un discurso que busca persuadir o convencer. requiere una organización de argumentos


seleccionados, presentados en un orden tal que les otorgue la mayor fuerza. A continuación
de sus análisis de los distintos tipos de argumentos, la nueva retórica se ocupa naturalmente
del estudio de los problemas planteados por el alcance de la argumentación, la elección de
los argumentos y su orden en el discurso.

A pesar de que la prueba demostrativa formal es tanto más admirable cuanto más simple y
breve, parecería que teóricamente no hay límite para el número de argumentos que podrían
resultar útil acumular; de hecho, dado que la argumentación se ocupa no de la transferencia
de la verdad de las premisas a una conclusión sino del refuerzo de la adhesión a una tesis,
parecería eficaz agregar más y más argumentos y ampliar el auditorio. Ya que la
argumentación que ha persuadido a algunos puede no resultar convincente para otros, podría
ser necesario continuar la búsqueda de argumentos mejor adaptados para ampliar el auditorio.

En la práctica, sin embargo, tres razones diferentes señalan la necesidad de limitar el alcance
de una argumentación:

- En primer lugar, la capacidad y la voluntad de un auditorio para prestar atención es


limitada. Un orador no sólo debe hablar o escribir; tiene que ser escuchado o leído.
Poca gente está preparada para escuchar un discurso de diez horas de duración o leer
un libro de mil páginas. En ese caso, o bien el tema debe ser suficientemente
interesante o bien el destinatario debe sentir algún tipo de obligación hacia el tema o
hacia el orador.
- En segundo lugar, se considera poco cortés que un orador extienda un discurso más
allá del tiempo normalmente asignado.
- En tercer lugar, por el solo hecho de estar ocupando el estrado, un orador impide que
otra persona exprese su punto de vista.

en casi todas las circunstancias en las que se puede desarrollar una argumentación. existen
límites que no deben ser traspasados.

los argumentos disponibles, tomando en cuenta las consideraciones siguientes:

primero, los argumentos no tienen todas las mismas fuerzas persuasivas ni actúan de la
misma manera sobre un auditorio. Deben ser considerados pertinentes para la tesis que
sostiene el orador y deben proveer apoyo valioso para ella. Es esencial que no pongan en
cuestión la tesis.
Segundo, existe una interacción constante entre el orador y su discurso; el prestigio del
orador intensifica el efecto de su discurso, pero, inversamente, si sus argumentos son débiles,
se ve afectada la opinión del auditorio acerca de su capacidad intelectual, su competencia o
sinceridad. Por lo tanto, es conveniente evitar el empleo de argumentos débiles ya que pueden
inducir la creencia de que el orador no tiene otros mejores para fundamentar su tesis.

Tercero, ciertos argumentos, especialmente en el caso de un auditorio heterogéneo cuyas


creencias y aspiraciones son bien diversas, pueden persuadir sólo a una parte de este
auditorio. En este caso, deben elegirse los argumentos teniendo cuidado de que no resulten
contrarios a las creencias y aspiraciones de algún sector del auditorio. De este modo, si se
pone énfasis sobre el efecto revolucionario de alguna medida particular. son capaces de
convencer a todos los miembros de lo que podría llamarse el auditorio universal, que se
compone de todos los hombres normalmente razonables y competentes. Una argumentación
que se propone convencer a un auditorio universal es considerada filosóficamente superior
que otra que se propone solamente persuadir a un auditorio particular sin preocuparse por el
efecto que podría tener sobre otro auditorio en algún otro contexto o circunstancias.

los argumentos presentados deben organizarse de acuerdo con un orden particular. Si no,
pierden eficacia, porque un argumento no es débil ni fuerte en un sentido absoluto y para
todos los auditorios sino sólo en relación con un auditorio particular que está preparado para
aceptarlo o no.

En primer lugar, un orador debe tener una cierta cuota de prestigio y el problema en cuestión
debe despertar cierto interés. Si el orador fuera un niño, una persona de mala reputación o
alguien supuestamente hostil al auditorio o si la cuestión discutida careciera de interés para
el auditorio hay muy pocas probabilidades de que el orador sea autorizado a tomar la palabra
o de que sea escuchado. Así entonces, un orador es generalmente presentado por alguien que
cuenta con la atención del público y el orador usará el exordio, la parte inicial de su discurso,
no para hablar sobre su tema sino para ganar la simpatía del auditorio. Los argumentos
eficaces pueden modificar las opiniones o las disposiciones de un auditorio.

El mejor orden, sin embargo, con frecuencia será aquél que se ajusta a las expectativas, ya
sea un orden cronológico, convencional o el orden seguido por un oponente cuya
argumentación debe ser refutada punto por punto.
En todas estas consideraciones −relativas a las técnicas de presentación y argumentación y a
la organización de un discurso− la forma está subordinada al contenido, a la acción de la
mente, al esfuerzo para persuadir y convencer. En consecuencia, la nueva retórica no es parte
de la literatura, sino que se ocupa del uso efectivo del razonamiento informal en todas las
áreas.

CUATRO ASPECTOS PROBLEMÁTICOS DE LA NUEVA RETÓRICA DE


PERELMAN Y OLBRECHT-TYTECA

la novedad del planteamiento de la nueva retórica de Chaim Perelman y Lucie Olbrecht-


Tyteca, que se basa en el estudio de la estructura argumentativa del pensamiento filosófico.
A diferencia de la retórica clásica cuyo centro de interés radicaba principalmente en la
persuasión de los auditorios, en este esquema se propone la idea de que los argumentos,
cualesquiera que éstos sean – filosóficos, científicos, políticos, estéticos u otros. buscan
igualmente persuadir o convencer a un lector o público específico, de tal manera que son
susceptibles de ser interpretados retóricamente.

Por otra parte, Leibniz considera a la persona como un sujeto cuyos actos no son más que
manifestaciones predeterminadas, que, contrastado con el existencialismo, según el cual la
persona se realiza a través de sus actos, la conexión persona - actos – que constituye en el
tratado de Perelman en relaciones de coexistencia dentro de los argumentos fundados en la
estructura de lo real— es esencial tanto para la moral como para el derecho, pues sin ellas las
ideas de imputabilidad y de irresponsabilidad serían incompatibles. De esta manera,
podemos advertir que el aporte de la nueva retórica de Perelman y Olbrecht-Tyteca constituye
una suerte de hermenéutica de la argumentación filosófica.

EL PROBLEMA DEL ESTUDIO DE LOS ARGUMENTOS

Si bien la retórica definida por Aristóteles es el arte de buscar en cualquier situación los
medios de persuasión disponibles para Perelman, En La Nueva Retórica y Los Valores,
precisa que esta definición se concreta mediante cuatro observaciones, o elementos:

UN PRIMER ELEMENTO. - de esta definición es que la retórica trata de persuadir


mediante el discurso, pues cuando se discute sobre el sentido de las palabras, para obtener un
acuerdo a este respecto, es indispensable recurrir a la retórica, pues ésta engloba los tópicos
y la dialéctica las técnicas propias del debate y la controversia.

SEGUNDO ELEMENTO. - que concierne a la demostración y a las relaciones de la lógica


formal con la retórica. La prueba demostrativa es más que persuasiva, pero a condición de
que se admita la veracidad de las premisas de que parte. En esto Perelman es palmario: la
validez de la demostración sólo garantiza la veracidad de la conclusión si estamos dispuestos
a reconocer la de las premisas. Por eso es que el estudio de los argumentos viene de la
retórica.

TERCER ELEMENTO. - la adhesión a una tesis puede ser de una intensidad variable, lo
que es esencial cuando no se trata de verdades sino de valores.

CUARTO ELEMENTO. - se distingue la retórica de la lógica formal en cuanto no se refiere


tanto a la verdad como a la adhesión. Las verdades son imparciales y el hecho de que se las
reconozca o no, sostiene Perelman, no cambia en nada su condición. En cambio, la adhesión
es siempre la adhesión de una o varias inteligencias a las que nos dirigimos. La lógica puede
ofrecer demostraciones a partir de nociones unívocas, es en el lenguaje natural donde reinan
los argumentos y no las demostraciones. Convencer y persuadir, es la tónica de la retórica;
no demostrar, la lógica demuestra. Este es el fundamento retórico de Perelman. Esta
equivocidad del lenguaje permite la interpretación, la búsqueda del sentido, de la razón
suficiente.

Punto de partida:

En el presente estudio analizaremos cuatro problemáticas fundamentales de esta Nueva


Retórica para comprenderla en su contraste con la retórica clásica y las soluciones que plantea
como proyecto de análisis argumentativo. Nuestro punto de partida es que cada tipo de
filosofía y cada metodología valoran un tipo de argumentos y cuestionan el valor de los
demás. Al argumento por las consecuencias. Perelman cita a Bentham: “¿Qué es dar una
buena razón respecto de una ley? Alegar los bienes o males que la ley tienda a producir...
¡Qué es dar una falsa razón? Alegar, a favor, en contra de una ley cualquiera otra cosa que
no sean los efectos, ya sea para bien ya para mal”
las reglas hacen dependerla “El lenguaje es la casa del ser. En su morada habita el hombre.
Los pensadores y poetas son los guardianes de esa morada.

EL PROBLEMA DE LOS MÚLTIPLES AUDITORIOS

No es posible persuadir sin destinatario: supone la presencia de un orador y de un auditorio.


Por eso la noción de auditorio es central en la retórica de Perelman.

Aristóteles analizó los diferentes auditorios por edad y por fortuna. Aristóteles pensaba en la
muchedumbre reunida en la plaza pública, el filósofo no se dirige a estas muchedumbres,
pero igualmente desea convencer con la fuerza de sus argumentos, pero ¿a quién? ¿a quiénes?
De ahí que surja la idea perelmaniana de una argumentación persuasiva o convincente que
pueda dirigirse a cualquier auditorio, sabios o ignorantes, mediante el uso de argumentos que
hayan de ser admitidos por todos, es decir, por un auditorio universal. Así, pues, la nueva
retórica no se limita, como la retórica clásica, al estudio de las técnicas del discurso público
dirigido a una muchedumbre no especializada. La nueva retórica dirige la mirada a la razón,
utilizando argumentos convincentes que deberán ser aceptados por todo ser razonable.

Para persuadir a un auditorio es menester conocer las tesis que éste admite y además el
grado de intensidad que les dan a su adhesión, pues éstas son las tesis que han de suministrar
el punto de partida de la argumentación. Ejemplo: un pesado cuadro en un clavo mal clavado
en la pared. Existe el riesgo de que se derrumbe todo. Así, en lugar de ver que se adoptan
unas conclusiones como consecuencia de la solidaridad que existe entre ellas y las tesis de
partida, son estas últimas las que pueden resultar abandonadas por el auditorio, si las
conclusiones a las que se llega le parecen al auditorio menos aceptables que las tesis con las
cuales se ligan. Hay que distinguir, asimismo, entre los discursos sobre hechos reales y los
discursos sobre valores.

En efecto, mientras los razonamientos demostrativos y las inferencias formales son correctos
o incorrectos, los argumentos y las razones que se dan a favor o en contra de una tesis son
más o menos fuertes y hacen variar la intensidad de la adhesión.
EL PROBLEMA DEL VALOR DE LOS FINES

Un problema filosófico fundamental que plantea Perelman a propósito de la formulación


técnica de los razonamientos consiste en que se busca, mediante la deliberación, un fin y hay
que establecer cuáles son los mejores medios para llegar a él, los obstáculos que hay que
superar, de manera que únicamente los valores instrumentales o derivados son objeto de
deliberación o de una reflexión de la que se desprende la lógica.

Jerarquización de todos los aspectos de lo real, pretendiendo que es objetiva. De tal modo
que lo opuesto a esta ontología elaborada se presenta como error o apariencia y los valores
así descalificados se subordinan a “lo verdaderamente real”. Este procedimiento conduce,
más que a distinguir los valores de las verdades. con el pensamiento de Bentham y su
aritmética de los placeres, se pone fin a las controversias relativas a los valores.

Justamente ya sea mediante la ontología o una ciencia de la conducta, los problemas relativos
a los valores se transforman en problemas relativos a la verdad y los problemas prácticos en
teóricos.

innegable que todos los hombres buscan la felicidad, pero unos la identifican con el placer y
otros con el honor y otros a través de la vida contemplativa o la vida política, para los estoicos
la existencia de un acuerdo que califican de prenociones no impide que haya desacuerdos
sobre los casos de aplicación. “Las prenociones son comunes a todos los hombres. Ninguna
prenoción está en contradicción con otras. ¿Quién de entre nosotros no admite que el bien es
cosa útil y deseable, que es algo que hay que buscar y perseguir en cualquier circunstancia?
¿Quién no admite que lo justo es cosa bella y conveniente? Entonces, ¿en qué momento hay
contradicción? Cuando aplicamos las prenociones a las realidades particulares, cuando uno
nos dice “ha actuado honestamente: es un hombre valiente” y el otro dice “no, es un
insensato”.

la argumentación que trata de justificar y criticar las decisiones, mediante consideraciones de


orden general, sin perjuicio de elaborar a continuación metodologías particulares para cada
una de las disciplinas, indicando de qué modo los fines que persiguen permiten especificar y
precisar los valores y criterios que parecen más apropiados a su realización.
EL PROBLEMA DE LAS TESIS DE PARTIDA

Perelman contrapone la lógica formal a la teoría de la argumentación. En la lógica formal se


parte de axiomas y su objetivo es conducir a un razonamiento demostrativo, se funda en su
evidencia. Sin embargo, eso no ocurre en el ámbito del lenguaje natural, de los conceptos
equívocos. En eso nos advierte claramente Perelman al decir que la argumentación no
contempla exclusivamente la adhesión a una tesis porque sea verdadera.

para el orador cuando se dirige a un auditorio heterogéneo que puede tener diversas opiniones
respecto de su planteamiento. La solución que plantea Perelman es que este orador se funde
en tesis generalmente admitidas y opiniones comunes, que son aquellas que se derivan del
sentido común.

El orador al escoger un punto de partida no hace sino seleccionar una opción entre varias
posibles, otorgándole lo que en teoría de la argumentación se denomina una presencia. Este
concepto que carece de importancia en la lógica tradicional se refiere a una presencia
efectiva, física, como esa historia china que cita Perelman en su Tratado de la
Argumentación:

“Un rey ve pasar un buey que iba a ser sacrificado. Le da pena de él y manda que se le
sustituya por un cordero. Confiesa que le ocurrió porque vio al buen buey y no vio al
cordero”.

El arte de la presentación, en lugar de producir un simple efecto literario u ornamental,


cumple una función persuasiva innegable.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 ARISTÓTELES: Retórica, introducción, traducción y notas de Alberto Bernabé,


Alianza Editorial, Madrid, 2004, 5ª reimpresión (1ª ed.: 1998)
 PERELMAN, La lógica jurídica y la nueva retórica, traducción de Luis Díez-Picazo,
Civitas, Madrid, 1988 (1ª edición: 1979), p. 9.
 María de los Angeles MANASSERO, De la argumentación al derecho razonable. Un
estudio sobre Chaïm Perelman, Eunsa, Pamplona, 2001, p. 189.
 Gomez, M (2012). La Nueva Retorica. Recuperado de:
file:///C:/Users/JOSE/Downloads/RJ_39_I_4.pdf

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