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Alumno: Carlo Mattiello Icaza

No. de Cuenta: 14059444

Materia: Psicopatología

Grupo: M1

Profesor: María Guadalupe Sumaya Martínez

Fecha: 13 de septiembre de 2014

Título: Entregable Final (Presentación de un caso)


Introducción:

En el presente ensayo se va a analizar el caso de Christine y Léa Papin, dos hermanas


que trabajaban como servicio en una casa burguesa en París. Acto que las localizo
dentro de la psicopatología en el rubro de las psicosis; y dentro de estas la paranoica.

Es un caso de paranoia que afecto a las dos hermanas, y es abordado por Lacan, que
aunque no tuvo contacto real con las hermanas, se dio a la tarea de hacer un análisis, que
sería publicado en una revista surrealista de nombre El Minotauro.

Freud hace su incursión en el estudio de la mente a partir de las histéricas, son ellas las
que nombran y fundan a la escucha de Freud. Lacan a su vez comienza su carrera con
las psicóticas, su caso para la tesis doctoral fue la famosa Aimèe, de la que ya sabemos
bastante, pues fue un hito en su vida y un tema que volvió varias veces a su vida con el
hijo, Didier Anzieu, que se volvió detractor de la corriente Lacaniana después de que este
le dijera no recordar a ninguna Maguerite, (el nombre real de Aimèe). Las hermanas Papin
es un caso que llega al escritorio de Lacan poco tiempo después de haber terminado sus
estudios del caso Aimèe, inclusive estas le aportan información que le lleva a modificar
algunos constructos. Me parece es un tema poco visto, que al ya haber sido expuesto a
los ojos de muchos analistas a lo largo del siglo nos puede ayudar a articular lo aprendido
en la asignatura de psicopatología, desde la definición de una estructura, a su diagnóstico
y su posible tratamiento.

En el presente estudio se va a llevar a cabo el análisis de caso utilizando dos


herramientas diferentes, los criterios diagnósticos, taxonómicos y terapéuticos contenidos
en el Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades mentales, que nos va a
servir como punto de partida común para identificar las características del caso, para
posteriormente utilizar los criterios psicoanalíticos, que buscan incursionar donde muchas
corrientes psicoterapéuticas se repliegan al reconocer un territorio dominado por la
psiquiatría.
Descripción del caso a partir del evento detonante y una descripción de las
hermanas Papin.

Según el análisis forense de la época, resolvieron que el ataque de las hermanas fue algo
repentino, pues la señora Lancelin y su hija, estaban cerca de la puerta de entrada de su
casa, con bolsos de compras regados en el piso alrededor de ellas, inclusive los guantes
aun estaban en sus manos. Los cuerpos sufrieron heridas pre, peri y post mortem, pero lo
que más horror causo fue ver los parpados abiertos de las dos, si en contenido de la
cuenca, contenido que se encontraba en el piso, lejos de su lugar.

Ante la falta de heridas en las hermanas, se llega a la conclusión que el ataque no era
esperado por la señora o su hija, que fue súbito y detonado al parecer por una falla
eléctrica provocada por la utilización de un electrodoméstico (al parecer una plancha), lo
que provocó una mirada mutua entre Christine, la mayor que fue imitada por la hermana
menor, y la señora Lancelin, esta mirada detonó el acto homicida, que fue confesado en
su totalidad por las hermanas, aunque ya no había mucho por ocultar, y su única petición
fue la de permanecer juntas.

En el caso se ve una simetría en los personajes, pues las víctimas eran madre e hija, y las
Papin, aunque eran hermanas, llevaban una relación que más bien podría haber sido la
de madre e hija.

La mirada que la señora Lancelin le dedico al momento del apagón, parece que la había
llevado de forma real a un estado de sumisión, se sintió perseguida, observada y
reaccionó, alienando a la hermana en su frenesí. Lo único que ellas dieron a entender en
la escena del crimen, es que preferían que las muertas hayan sido las mujeres Lancelin,
que ellas.

Las hermanas Papin en realidad son tres, la más grande de ellas, se llama Emilia, y se
había convertido en monja. Clemence, la madre había puesto en práctica la misma
estrategia o la misma conducta con las tres hermanas, a los pocos días de nacer, las
colocaba en la casa da algún familiar, para recuperarlas pasados algunos años y llevarlas
a conventos donde las monjas se hacían cargo de ellas. Emilia y Christine compartieron
tiempo en el mismo convento, y una vez que la mayor había adquirido el hábito, la menor
quería seguirle los pasos, a lo que la madre se reusó, pues no quería perder a sus demás
hijas a ese ente desconocido que se las quería robar. La saco de la casa religiosa para
ponerla a trabajar como servicio en casas de Paris, casas de las cuales la sacaba al poco
tiempo para colocarla en otra, y así sucesivamente hasta que llegó a la casa de los
Lancelin. Por su parte Lèa tuvo una suerte similar, fue puesta en la casa de una tía de
Clemence, de la que fue recuperada a los pocos años para ser puesta en un convento,
del cual también fue retirada para ser puesta a trabajar pues ya contaba con la edad
suficiente, hasta que por la solicitud de Christine fue contratada en la casa Lancelin.

Clemence durante su intermitente relación con las hijas parece querer demostrar que es
ella la dueña o la que tiene control sobre ellas, hasta muestra molestias cuando la mayor
es arrebatada por la fuerza obscura que representa la vida monástica que ha elegido. En
correspondencia con ellas afirma que son perseguidas, y que alguien las quiere
secuestrar, el delirio al parecer ya estaba presente en la madre.

Las hermanas por su parte eran las empleadas perfectas, diligentes, limpias,
trabajadoras, pero eran raras. No convivían con otras sirvientas, ni con jóvenes que las
quisieran pretender, ni con comerciantes, su única salida era la misa de ocho, para la que
se vestían con sombrero y guantes. Su distracción era encerrarse en su habitación en la
casa de los Lancelin, y tejían o bordaban, ropa, vestidos, calzones con encajes, ropa que
parecería de cualquier chica de la alta sociedad francesa de la época, ropa que no
sabemos para quien era, si a nadie frecuentaban que pudiera verla.

Pasados unos años la señora Lancelin les dijo que a partir de ese momento sus sueldos
eran íntegramente para ellas, que su madre ya no podría meter mano como hasta ese
momento y a partir de ahí cortaron relación con Clemence, y en privado comenzaron a
llamar a la señora Lancelin mamá.

El único rasgo destacable que pasó ajeno a la casa Lancelin, es que Christine no
sobrellevaba bien las llamadas de atención, sobre todo las "observaciones" que se le
podían llegar a hacer sobre su trabajo.

Y un evento que pudo prevenir a la familia pero que fue omitido por Rene, el señor
Lancelin; fue que mientras ellos estaban de vacaciones, las hermanas se presentaron en
la comisaría para solicitar la emancipación de Lèa, no supieron explicar de quien o porque
se quería emancipar, solo dijeron que alguien las perseguía y las quería secuestrar, que
no querían salir de la casa Lancelin. Fueron remitidas a otro departamento del gobierno,
quien aviso Rene a su regreso y recomendó las dejara ir, pues no parecían ser normales.

El aviso permaneció en el olvido hasta la noche del crimen.

Al encerrarlas las separaron, y sus declaraciones siempre fueron idénticas, al grado de


pensar que se veía doble, pero pasados unos días Christine comenzó a tener brotes
psicóticos, que semejaban el acto homicida, buscaba sacarse los ojos, o sacárselos a
aquellos que buscaban maniatarla para controlarla, estaba en crisis demandando ver a su
hermana, pues una alucinación se hacía presente y era verla colgada sin piernas, al ver
este sufrimiento la encargada de sus cuidados, le lleva a Lèa, esta la abraza al grado de
hacerla casi desmayar, y levantarle el vestido preguntando si era cierto. Estaba eufórica y
las separaron, poniéndole una camisa de fuerza a Christine. Nunca más volvió a pedir ver
a su hermana. Fue condenada a la guillotina, pero falleció en el manicomio en 1937. Su
hermana fue condenada a diez años de trabajos forzados, después de los cuales salió
libre y se junto a su madre, Lèa falleció en 1982.

Nasio (2000) concluye el apartado: "Tal la historia de las hermanas Papin, hijas de
Clémence: Emilia sería para dios, Christine para la locura y Lèa para su madre."

Hasta aquí la historia y sus repercusiones, a continuación veremos los criterios


diagnósticos que se le aplican y su posible terapia.
El DSM y la Psicosis .

Cuando nos referimos al DSM, lo hacemos con la intención de establecer un punto en


común para de ahí poder avanzar. Este se apega a la concepción más aceptada de la
psicosis en la que debe haber presencia de alucinaciones o ideas delirantes sin darse
cuenta de que estas son en sí mismas manifestaciones patológicas de la mente. Pero a
grandes rasgos la considera como una alteración del ego, con un la presencia de
deterioro en la evaluación del entorno o la realidad.

El DSM ofrece un menú variado de trastornos de los que podemos elegir para encasillar a
nuestras enfermas, tiene esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno
esquizoafectivo, trastorno delirante, trastorno psicótico breve, trastorno psicótico
compartido, trastorno psicótico debido a enfermedad médica, trastorno psicótico inducido
por sustancias y el trastorno psicótico no especificado. Teniendo la esquizofrenia varios
subtipos que son: paranoide, desorganizada, catatónica, indiferenciada y residual.

Los síntomas característicos de la esquizofrenia se dividen en dos: los positivos y los


negativos. Los síntomas positivos tienen entre ellos distorsiones del lenguaje o
pensamiento, percepción, comunicación y conducta, esto es son un exceso o distorsión
de las funciones normales de una persona. Los síntomas negativos por otro lado son la
disminución o la pérdida de las funciones psicológicas de una persona, como pueden ser
disminución o restricción en el ámbito emocional, por ejemplo el afecto aplanado,
problemas en la producción de pensamientos o lenguaje (alogia), y problemas en el
comienzo o seguimiento de conductas dirigidas a un objetivo.

La presencia de ideas delirantes incluye también una gama de posibilidades, las ideas
delirantes son ideas erróneas o que no tienen referente en la realidad y se sostienen
como ciertas, pueden ser persecutorias, autor referidas, de tipo religiosas, somáticas o
grandiosas. Las ideas persecutorias son las que se presentan más frecuentemente,
incluyen ideas en la que la persona es observada, perseguida o acechada por algo o
alguien.

Las alucinaciones se presentan de diferentes formas, pues estamos habituados a ver en


los medios gente que ve cosas o escucha cosas, pero la alucinación puede presentarse a
nivel olfativo, gustativo o táctil. Pero en efecto las alucinaciones auditivas son las que más
comúnmente se presentan.

Los criterios de diagnóstico de la esquizofrenia también incluyen comportamiento


desorganizado, que puede ser infantiloide o impredecible. O el comportamiento
catatónico.

Para poder diagnosticar la esquizofrenia es necesario que se presenten por lo menos 5


ítems durante por lo menos un mes, pero como los delirios o las alucinaciones no duran
tanto tiempo con que se presente un ítem es suficiente para el diagnóstico.

De todos los subtipos de esquizofrenia que hay le vamos a dar relevancia solo a algunos
para no llenar el espacio con los que no tienen que ver con nuestras enfermas.
El subtipo paranoide se caracteriza por la presencia de pensamientos delirantes y
alucinaciones, aun conservando plenamente las funciones, y son de tipo persecutorio, o
ideas delirantes de grandeza o ambas.

Estas ideas o alucinaciones generalmente se alinean en relación a un tema coherente y


dentro del síndrome podemos encontrar ansiedad, ira, irritabilidad o tendencias a discutir.
La mezcla de las alucinaciones, ideas delirantes y predisposición a estas emociones o
conductas lo pueden volver un sujeto con peligro de suicidio o con grandes posibilidades
de ser violento.

El trastorno psicótico compartido folie a deux, es una idea delirante que se manifiesta en
un sujeto y a la vez en otra persona que tenga una relación estrecha con esta persona. A
la primera persona se le llama inductor y tiende a ser la persona dominante de la relación,
se ha notado que al separar a las parejas con delirios compartidos, la persona inductora
continua con la manifestación de alucinaciones y las ideas delirantes, mientras que la
persona influenciada presenta una disminución de los síntomas.

Vemos que las hermanas Papin vistas desde los ojos de la psiquiatría podrían encajar
muy bien en un trastorno psicótico ya sea esquizofrénico, esquizofreniforme, en un
trastorno psicótico paranoide y en un trastorno psicótico compartido.

Y creo pertinente hablar de otro personaje psicótico, otra pieza de esta trama que se
desenvuelve con dos mujeres locas, una Christine, y la otra no es Lèa, que solo peco de
seguir a la hermana es sus delirios, hablamos de Clemence, quien delira también, pero
aparte de forma paranoide, tiene un tipo de delirio diferente el celo típico, en este
generalmente se manifiesta en relación a una pareja o un amante del que se piensa es
infiel en la relación, pero vemos que el delirio es que se las lleven, que puede ser el
anverso de "ellas me quieren dejar", por lo que como los sujetos con este delirio, busca
ejercer una influencia determinante en el otro hasta el grado de coartar sus libertades.

El tratamiento más recomendado desde esta perspectiva es el de proporcionar


medicamentos anti psicóticos, que se conocen como neurolépticos, que ayudan a regular
la química cerebral, que en este tipo de padecimientos produce en exceso la dopamina.
Así como una terapia psicológica, ocupacional y social. Ya que si bien es de vital
importancia que los sujetos dejen de alucinar o de tener pensamientos delirantes, es
relevante buscar una opción que los ayude a reincorporarse a la vida social de la que han
sido separados por sus padecimientos. Se debe capacitar a la familia y a los amigo
cercanos en las características de la enfermedad para que tengas mejores herramientas
para apoyar al enfermo e identificar posibles recaídas, se deben realizar terapias en grupo
y actividades grupales que le ayuden al enfermo a recuperar su rol social, esto puede ser
mediante juegos, o trabajos en grupo, también se le educa en actividades de cuidado e
imagen corporal, de tal virtud que al reincorporarse a la sociedad tenga elementos para
desenvolverse.
Lo psicoanalítico de las Hermanas Papin.

Ya desahogado el nexo que nos une en la dialéctica que nos ocupa, vayamos ahora al
abordaje clínico que tienen los discípulos de Freud. El abordaje va a identificar los
síntomas, pero va a hacer esfuerzos encaminados de forma diferente. Va a considerar lo
que ya se ha mencionado, como la historia, la relación madre-hija, y la de hermana-
hermana, y va a incorporar algo más. El carácter simbólico del síntoma, de la estructura
psicótica para arrojar luz en este caso de psicosis y proponer un camino posible hacia la
cura de los que están organizados en esta estructura.

Cuando nos referimos directamente a los documentos del caso, vemos que hay un tema
constante en la relación madre hijas que afecta directamente Christine, pues siempre
está en la busca de controlarlas, y a la que no pudo, jamás le volvió a hablar. En sus
cartas es constante el miedo de que alguien externo, misterioso venga a robarse a sus
hijas y le retire el control que tiene sobre ellas. También son constantes las
"observaciones" que les dirige, reprendiendo conductas, o corrigiendo las decisiones que
hayan tomado; estas "observaciones" afectan mucho a Christine, convirtiéndose estas en
un detonante del brote psicótico, de la crisis que marca nuestro trabajo; y de las que va a
tratar de escapar.

Uno de los primeros indicios del problema es la búsqueda de separación de la madre, a la


que posteriormente llamará a secas Señora, le dejan de dar dinero, y posteriormente se
presenta el evento de la comisaría. Ahí Lèa, se vuelve para Christine en su deliro una
forma de reflejo de sí misma, un otro yo, que a partir de la influencia que ejerce en ella y
del tiempo que pasan confinadas ayuda a mantener la ilusión, y cuando va a la comisaría
a demandar la emancipación de su hermana a quien en realidad hace la demanda es a su
madre, ya que se ha realizado un desplazamiento metonímico de la palabra madre que en
francés es mère, y la que significa alcalde maire. Así por desplazamiento mere/maire a
quien realmente dirige la demanda de emancipación es a su madre, quien las persigue,
pero en su delirio no lo logra incorporar de forma satisfactoria.

Así ellas acuden a otra instancia, actuando otra vez un síntoma o característica del delirio
paranoide, que es volcar algo en lo contrario, y como el alcalde/maire, no las ayudo, se
convirtió en el persecutor.

Un segundo evento a considerar en el desarrollo del brote psicótico es la sustitución de


Clemence por la señora Lancelin, sustitución que comenzó a darse en día que tomo a la
hermana menor a su servicio por la propuesta de Christine, y el día que la señora
intercedió por ellas en el tema del salarió terminó por llevarse este desplazamiento
simbólico de una madre por la otra, este desplazamiento se lleva a cabo por transferencia,
que al remitirnos al léxico freudiano es una actualización o rememoración, pero más que
de una persona de un sentimiento que se revive con la persona que nos recuerda o emula
esa otra que ha quedado relegada.
La señora Lancelin era completamente diferente a la madre, pero con el tiempo y los
pequeños roces, las "observaciones" que hacía Clemence y que así las llamaba Christine,
comenzaron a filtrarse en la relación con la señora, y los comentarios o llamadas de
atención, estaban reforzando la transferencia, pero ahora de forma negativa, sobre todo
un evento en que la señora pellizco la manga de Lèa para arrodillarla y que recogiera un
papel del piso, eso podría haber comenzado a llevar la transferencia a algo negativo, en
alguien que siendo paranoico nunca iba a dejar de estar vigilante.

Pequeños problemas a los que Christine lograra adaptarse por medio de convertirse en la
madre buena que hace falta y hacerse cargo de la hermana menor, convirtiendo a esta en
una extensión de sí misma.

Y por último el tema de lo escópico, de la mirada que le da la señora Lancelin a Christine,


y que es el símbolo de que ella es una buena madre, pero el menor cambio o
desequilibrio en la fantasía de la joven Papin todo se puede venir abajo, por lo que
mantiene bajo observación la mirada que la mira, haciendo esto un circuito que la
mantiene en la fantasía circuito que al romperse, quebró la imagen, la fantasía y a
Christine.

Los fenómenos paranoicos se desarrollan generalmente la I del ternario RSI (real,


simbólico e imaginario), en que se puede hacer reversible un evento o una emoción en tú
eres yo y yo soy tú. En el momento de la crisis la joven Papin sintió una ira desmedida, y
pensó que la señora la quería despachar, pero ¿qué fue lo que sucedió?

La mirada de la señora Lancelin fue interpretada como un no sirves para nada, como un
no eres nada, no eres la madre que Lèa necesita, que tú necesitas. Al anular así su papel
de la madre amorosa o ideal que la más pequeña necesita, no despoja a Lèa de la madre,
la despoja a ella del ser en que se ha convertido y su fantasía necesita para poder existir.
Y el ensañamiento también fue algo clásico del paranoico, pues las heridas fueron hechas
donde ellas alguna vez fueron heridas, siendo los ojos, la mirada la más agredida, pues
fue la mirada interpretada como "tú no eres nada" la detonó el brote, tu mirada me mata
yo mato tu mirada. Christine murió en el manicomio, se dejo morir de hambre, decía que
no servía para nada y que debía morir. La mirada de Lancelin rebasó su muerte y llegó
hasta la de Christine.

Ahora veamos una alucinación, ella ve a Lèa colgada de un árbol con las piernas
cortadas, esto se es una forma de manifestarse en lo real aquello que no ha podido
simbolizarse, y ¿qué es lo que el psicótico no ha alcanzado a simbolizar? la castración.

El cuerpo mutilado de la hermana representa la castración, la suya que no ha podido


incorporarse, y la alucinación la atormenta, hasta cuando tiene a la hermana en frente la
desviste para validar la alucinación, inclusive en un momento se quiere arrancar los ojos,
pero esto no es lo horrible, lo horrible es que ella debe seguir con la alucinación visual de
la castración que la atormenta, que vuelve en lo real, porque el nombre del padre ha
quedado forcluido.
El nombre del padre, nom du pere, representa la incorporación simbólica de la castración,
de la prohibición del incesto. El padre debe ser el que prohíba el incesto del niño con la
madre mediante la amenaza de castración, limitando así el goce, que desbocado anularía
al sujeto, la falta es lo que mantiene la estructura. Y el papel castrante de la figura paterna
también debe ser hacia la madre, pues el pequeño bebe, puede convertirse en un
sustituto perfecto del significante fálico, y de no haber una interposición entre la madre y
los hijos estos pueden caer en estado psicótico, o fóbico, como se ve en caso Hans
(Juanito) que en realidad tenía miedo de que el padre muriera y lo dejara al arbitrio de una
madre devoradora.

Así el psicótico al forcluir el nombre del padre no se simboliza la castración, Christine en


los brotes tratara de simbolizar de incluir en la estructura simbólica la castración, la
limitante que la extraiga de lo real, pero fracasa, fracasa la entrevista con la hermana, ella
delira y lo hará hasta el día de su muerte.

El tratamiento que se le puede proporcionar a un paciente psicótico dentro de un marco


psicoanalítico no difiere mucho del encuadre a llevar a cabo con las otras estructuras, la
importancia aquí una vez que el sujeto ha llegado a la sesión es a través del discurso
tratar de que el sujeto se introduzca en el ámbito del lenguaje simbólico. Esto es que
caiga en cuenta que su discurso no es real, que es una forma de representar pero que no
incide directamente en la realidad, en el mundo, que su alucinación al no poder ser
representada de forma metafórica en el drama de Edipo vuelve como algo real para
buscar incorporarse.

Esto no quiere decir que la tarea pueda ser sencilla, pues de entrada los psicóticos no es
el tipo de paciente que se presenta a una sesión de terapia, es el tipo de sujeto que es
llevado a un consultorio.

Primero habría que establecer una relación de rapport en la que el sujeto paranoico pueda
confiar en la persona del analista, lo suficiente como para poder hablar con el de sus
alucinaciones, de lo que él siente que es real, o de sus delirios.

Posteriormente el diálogo debe estar encaminado a promover en el sujeto el análisis de


sus contenidos mentales, de su posible significación y de su veracidad en el mundo real.
A partir de que el sujeto caiga en cuenta de que su delirio tiene un significado así como
sus alucinaciones, será capaz de incorporarse a la estructura metafórica del lenguaje,
donde el nombre del padre sirva de dique al exceso de goce, y ponga un límite a la
tensión que el sujeto siente ante la angustia que la indiferenciación con lo real le produce.
Conclusión

En este trabajo hemos presentado un caso de deliro, de paranoia complejo en que no es


solo una persona la que sufre de el trastorno, es el núcleo familiar el que se ve aquejado
por trastornos que aunque tienen un eje en común se manifiestan de forma diferente en
cada uno de los sujetos.

Vemos a una madre que por un lado presenta un delirio paranoico en el que cree que
alguien, una fuerza obscura va a venir a robar a sus hijas, sobre las que ella quiere
ejercer un control absoluto; y por otro lado presenta un delirio celo típico que se manifiesta
por el miedo a la perdida de las hijas y a querer mantenerlas bajo control, se que parece
lo mismo pero uno es el detonante de otro, el miedo a que ellas se quieran ir, es el miedo
que se las roben, que se parece al miedo de eso que la persigue.

Vemos una hija la más grande que a falta de recursos, encontró en el clero las
herramientas para estructurar simbólicamente el nombre del padre y escaparse de la
madre devoradora que la acosa.

La hija de en medio que comparte el delirio y la psicosis como estructura con la madre,
que no ha sido capaz de estructurar simbólicamente la castración y el intento de lograrlo
fracasa, poniendo en juego significantes que la persiguen desde pequeña.

Y por último la hermana más pequeña que estructuralmente no es psicótica pero que a
fuerza de convivencia con la hermana mayor, comienza a compartir el delirio y en el
momento detonante, la crisis que puso fin a la fantasía que se había mantenido hasta
entonces.

Vimos que desde el ámbito de la psiquiatría se puede identificar a partir de encontrar


características de personalidad que estén presentes por cierto tiempo, que tiene tipificado
los tipos de conductas tanto positivas como negativas que caracterizan el trastorno y
propone las medidas necesarias para un tratamiento de los padecimientos.

Vimos que el psicoanálisis tiene también sus propias herramientas diagnósticas para
identificar la etiología de una estructura y que la identificación de la misma es similar a la
de la psiquiatría, ante la presencia de un delirio, es probable que nos encontremos ante la
presencia de una estructura psicótica, y que así como la medicina, también tiene
propuestas metodológicas, congruentes con su propio discurso. Medidas que buscarán
reincorporar al sujeto a la sociedad y nuevamente al ámbito del lenguaje simbólico.
Bibliografía:

Dor, J. (1987). Estructura y perversiones. España: Gedisa.

Fink, B. (2007). Introducción Clínica al Psicoanálisis Lacaniano. España: Gedisa.

Frances, A. (1995). Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales. Barcelona:


Masson.

Medina, E. M. (2014). Psicología On Line. Recuperado el 13 de septiembre de 2014, de psicologia-


online.com: http://www.psicologia-online.com/colaboradores/esther/esquizofrenia1/

Nasio, J. D. (2001). Los Más Famosos Casos de Psicosis. Argentina: Paidós.

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