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Acceso a la justicia

El acceso a la justicia es un principio básico del estado de derecho. Sin acceso a la


justicia, las personas no pueden hacer oír su voz, ejercer sus derechos, hacer frente a
la discriminación o hacer que rindan cuentas los encargados de la adopción de
decisiones. La Declaración de la Reunión de Alto Nivel sobre el Estado de Derecho hizo
hincapié en el derecho a la igualdad de acceso a la justicia para todos, incluidos los
miembros de grupos vulnerables, y reafirmó el compromiso de los Estados Miembros
de adoptar todas las medidas necesarias para prestar servicios justos, transparentes,
eficaces, no discriminatorios y responsables que promovieran el acceso a la justicia para
todos, entre ellos la asistencia jurídica (párrs. 14 y 15) . Las actividades de las Naciones
Unidas en apoyo de las iniciativas de los Estados Miembros para asegurar el acceso a
la justicia son un componente básico de la labor en la esfera del estado de derecho.

La administración de justicia debe ser imparcial y no discriminatoria. En la Declaración


de la Reunión de Alto Nivel sobre el Estado de Derecho, los Estados Miembros
resaltaron que la independencia del sistema judicial, junto con su imparcialidad e
integridad, es un requisito previo esencial para apoyar el estado de derecho y lograr que
la justicia se administre sin discriminación (párr. 13).

Al fortalecer el acceso a la justicia, el sistema de las Naciones Unidas colabora con


asociados nacionales para elaborar planes y programas estratégicos nacionales para la
reforma de la justicia y la prestación de servicios. Las entidades de las Naciones Unidas
prestan apoyo a los Estados Miembros en el fortalecimiento de la justicia en esferas
como: la supervisión y la evaluación; el empoderamiento de los pobres y marginados
para buscar recursos y reparaciones ante la injusticia; la mejora de la protección jurídica,
la sensibilización jurídica y la asistencia letrada; la supervisión de la sociedad civil y
parlamentaria; la respuesta ante desafíos en el sector de la justicia como la brutalidad
policial, las condiciones inhumanas de encarcelamiento, los prolongados períodos de
detención preventiva, así como la impunidad de los autores de violencia sexual y de
género y otros delitos graves relacionados con conflictos; y el fortalecimiento de los
vínculos entre las estructuras oficiales y oficiosas.

Uno de los principales obstáculos para el acceso a la justicia es el costo de la


representación y el asesoramiento jurídicos. Los programas de asistencia letrada son
un componente central de las estrategias para mejorar el acceso a la justicia. En la
Declaración de la Reunión de Alto Nivel sobre el Estado de Derecho, los Estados
Miembros se comprometieron a adoptar todas las medidas necesarias para prestar
servicios justos, transparentes, eficaces, no discriminatorios, responsables y que
promuevan el acceso a la justicia para todos, entre ellos la asistencia jurídica (párrs. 12
y 14). En diciembre de 2012, la Asamblea General aprobó por unanimidad los Principios
y Directrices de las Naciones Unidas sobre el Acceso a la Asistencia Jurídica en los
Sistemas de Justicia Penal el primer instrumento internacional sobre el derecho a la
asistencia jurídica. Los Principios y Directrices de las Naciones Unidas establecen
normas mínimas para el derecho a la asistencia jurídica en los sistemas de justicia penal
y ofrecen orientación práctica sobre el modo de garantizar el acceso a servicios eficaces
de asistencia letrada en materia penal.

Las Naciones Unidas prestan asistencia en la elaboración y la reforma de las políticas y


marcos nacionales sobre la asistencia jurídica, y apoyan el desarrollo de la capacidad
de los agentes estatales y no estatales que prestan servicios de asistencia jurídica en
asuntos civiles, penales y de familia. El sistema de las Naciones Unidas apoya también
la prestación de asistencia jurídica mediante el fortalecimiento de la capacidad de los
titulares de derechos, el fomento de los programas de asistencia jurídica para
empoderar a los titulares de derechos, en particular los pobres y los grupos marginados,
y el apoyo a la concienciación jurídica y a los centros de asistencia jurídica y campañas
de divulgación pública. A fin de seguir contribuyendo a la base mundial de conocimientos
sobre la asistencia jurídica, el sistema de las Naciones Unidas ha iniciado un Estudio
Mundial sobre la Asistencia Jurídica a fin de reunir datos sobre la situación actual del
acceso a los servicios de asistencia jurídica en todo el mundo.

Garantías

El acceso a la justicia garantiza que las personas puedan acudir ante los tribunales a
reclamar que se protejan sus derechos sin importar su estatus económico, social,
político, migratorio, racial, étnico o de su filiación religiosa, identidad de género u
orientación sexual.

Las personas deben conocer cuáles son sus derechos y cómo funcionan los procesos
legales.

Sin importar su capacidad económica, todos los individuos tienen derecho a obtener
asesoría y orientación legal adecuada y accesible.

La ley y los procesos deben ser justos, equitativos y sensibles a las vulnerabilidades de
las personas marginadas.

Los Tribunales deben ser imparciales, sin perder de perspectiva que la administración
de la justicia no debe estar divorciada de principios como la sensibilidad y el respeto a
las partes

El acceso a la justicia es indispensable para el desarrollo social, económico y político


del País. Para proteger los derechos, satisfacer las necesidades básicas y promover la
participación ciudadana, es necesario garantizar el acceso más amplio posible a la
justicia, implantando estrategias para promover la educación sobre derechos, la
representación legal gratuita y adecuada así como el trato justo e igualitario de quienes
acuden a los tribunales.

¿A quiénes afecta la falta de acceso a la justicia?

La falta de acceso a la justicia afecta particularmente a grupos desaventajados social y


económicamente. Esto incluye a grupos que históricamente han sido marginados, tales
como los sectores pobres, las mujeres, las comunidades negras, inmigrantes y
LGBTTQI y la población confinada, entre otros.

Múltiples factores dificultan el acceso a la justicia en Puerto Rico. A continuación,


mencionamos algunos de los que requieren atención con mayor urgencia.
¿Qué factores afectan el acceso a la justicia?

Pobreza

Escasez de servicios legales gratuitos y adecuados+

Desconfianza en los Sistemas de Justicia

¿Existe un deber de promover el acceso a la justicia?

Sí. La Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Organización de


Naciones Unidas en 1948, reconoce el derecho de las personas a acudir a los tribunales
para proteger sus derechos

Artículo 8: Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales
nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Además de ser un derecho fundamental reconocido internacionalmente, el acceso a la


justicia es parte de la política pública de Puerto Rico. La Constitución del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico reconoce el derecho al trato igual y digno ante la ley.

Sección I: La dignidad del ser humano es inviolable. Todos los hombres son iguales ante
la Ley. No podrá establecerse discrimen alguno por motivo de raza, color, sexo,
nacimiento, origen o condición social, ni ideas políticas o religiosas. Tanto las leyes
como el sistema de instrucción pública encarnarán estos principios de esencial igualdad
humana.

La dignidad humana es inviolable porque las personas, por el simple hecho de ser
humanas, tienen un valor que debe ser respetado. Este valor es igual para todos los
hombres y mujeres, indistintamente de sus diferencias sociales, económicas o políticas.
Ante el acceso a la justicia, esto se traduce en que no puede haber discriminación o
barreras que impidan a algunas personas conocer sus derechos, obtener asesoría legal,
acudir a un tribunal y obtener un remedio justo para su controversia.

¿Cómo podemos fomentar el acceso a la justicia?

Solucionar el problema de acceso a la justicia requiere fomentar cambios en las


estructuras sociales, políticas y económicas que fomentan la desigualdad y la pobreza.
Estas transformaciones son posibles mediante la creación de mecanismos que permitan
la participación ciudadana de los personas y comunidades que históricamente han sido
excluidas, de forma tal que estas puedan contribuir a la formulación de estrategias y
políticas públicas.Fomentar el acceso a la justicia requiere crear las condiciones para
apoderar a esas mismas personas y comunidades, brindándoles la información y
herramientas necesarias para que conozcan la ley, sus derechos y los mecanismos
disponibles para ejercerlos.

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