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ENSAYO

CUENTOS CHINOS -ANDRÉS OPPENHEIMER

LINA MARÍA GUTIÉRREZ PEREZ

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL META


MERCADEO Y PUBLICIDAD
COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR
2019
Situándonos en el principio de este libro, se hace una clara demostración de cómo los países
en vía de desarrollo están jugando un papel muy importante en la economía mundial ya que
son las que próximamente estarán presentes en todos los ámbitos de la economía. El mejor
ejemplo que se puede tomar es China, país que poco a poco se ha ido posicionando y ha
logrado erradicar la pobreza en gran parte de su población con grandes esfuerzos, al abrirle
las puertas a las inversiones tanto nacionales como extranjeras y a su sistema de privatización
de empresas.

Es prácticamente inevitable llegar al punto de comparar la situación actual que maneja China
y la que afrontan la mayoría de países latinoamericanos y pensar en las diferentes opciones
para acabar con esa cadena de situaciones que impide que estos países no salgan de la pobreza
que les envuelve. Aunque es cierto que todos los países que progresan tienen características
políticas, étnicas y poblacionales muy diferentes, parecen tener entre ellos un aspecto en
común y es el gran aumento de “las inversiones productivas” generando con ellas un
crecimiento económico a largo plazo, y la aparición de nuevas oportunidades de empleo, pero
esto es posible en parte gracias a la capacidad que poseen los países de “mantener sus
políticas económicas sin cambiar de rumbo con cada cambio de gobierno” como lo plantea
el autor.

Un problema de varios de los países de América Latina es que se preocupan más por evitar
o espantar la inversión extranjera, viéndola como un problema, mientras que en China
procuran aumentar cada vez más esta inversión mientras la utilizan para crear aumento en la
competitividad y generando una herramienta que contribuye a la disminución de la pobreza.
Entonces, si América Latina se propusiera atraer un fragmento del capital que recibe China
o reunir el porcentaje de las inversiones que los mismos latinoamericanos tienen invertidas
en los bancos extranjeros, daría un paso enorme hacia el desarrollo económico que tanto se
anhela y en un tiempo mucho menor al que se espera ver que esto suceda.

Como latinoamericanos, tenemos una visión enigmática, misteriosa e incluso aterradora de


lo que es la globalización, generando así niveles altos de pobreza. Estos niveles alrededor del
mundo han ido disminuyendo pero sorpresivamente no sucede igual en Latinoamérica. Esto
se debe naturalmente a que en los países que se registra una reducción en la pobreza, también
se evidencia un aumento considerable en la inversión extranjera durante al menos las últimas
décadas. Con sólo decir que sumando la inversión extranjera de todos los países
latinoamericanos y del caribe, no se llega a sobrepasar la que posee China en la actualidad.

En China las inversiones extranjeras han servido y han contribuido a la creación de miles y
miles de fábricas nuevas, generando así diversas oportunidades de empleo, facilitando el
aumento de las exportaciones del país y disminuyendo a pasos agigantados los niveles de
pobreza. Esto ha ayudado a que en las décadas recientes China haya ganado un puesto
importante en el mercado, desplazando a sus competidores, pero para llegar a este punto
China ha tenido que atraer capital por medio de la inversión extranjera y poniendo atención
más a su alrededor que a sí mismos, con el fin de compararse con el resto del mundo y buscar
aumentar su propia competitividad en aspectos como la calidad, la cantidad y el precio.

Pero entonces, ¿qué es lo que impide que América Latina se atreva a implementar una
estrategia similar dirigida a la búsqueda de desarrollo económico? Pues aquí entran a
participar miembros de los altos puestos de cada país latinoamericano, pues ellos siendo
conscientes del atraso de los países, no les interesa en absoluto llegar a cambiar ese sistema
puesto a que este representa un gran beneficio a nivel personal. Sin embargo entre todo esto
también existe algo que no sólo causa inconformismo en la población y es el aumento
descomunal de la delincuencia, la cual se da en muchos casos por la pobreza que se vive en
cada uno de estos países, a la desigualdad que se presenta en la economía y a las expectativas
que se mantienen presentes pero insatisfechas en estas sociedades.

También es importante tener en cuenta que la educación juega un rol importante y esencial
si se quiere lograr el desarrollo económico de un país, de hecho, este fue un punto clave en
el desarrollo de China. Los jóvenes de la sociedad son el futuro del país y por eso se debe
tener privilegio a lograr una mejor educación con la cual se formen profesionales calificados
de mejor manera y que puedan contribuir a la sociedad. Dicho esto, el primer paso hacia el
desarrollo de los países latinoamericanos deberá ser una mejora considerable en la educación,
que garantice educación de calidad y la cual pueda ser accesible para todos los jóvenes. Se
debe tener en cuenta la necesidad de formar personas capacitadas y con ideas frescas e
innovadoras que puedan llevarse a la práctica.

Teniendo todo esto en cuenta, podemos plantear entonces ¿quién se beneficiaría más si se
llega a un acuerdo para estrechar relaciones entre China y los países latinoamericanos? Pues
no hay dudas de que China tiene interés por estrechar dichas relaciones con América Latina
y claramente esto traería consecuencias positivas para algunos de los países
latinoamericanos. La primera se sabe que tiene que ver con los productos agrícolas, pues en
China por su avanzado desarrollo se ha llegado a tener un aumento en el precio de estos
productos, los cuales se presentan en cantidades considerables en estos países. Otra
consecuencia sería el aumento en el turismo chino hacia países latinoamericanos y el
beneficio que esto representa, y como tercer efecto estaría el beneficio de las alianzas
políticas entre China y América Latina en temas como lo sería la reforma de las naciones
unidas.

Sin embargo, aunque lo anterior suena bastante bien, como existen consecuencias positivas
también las hay negativas. Lo primero que entraría a considerarse es el riesgo que corre
América Latina de recibir cantidades extraordinarias de productos baratos que incluso
podrían estar “pirateados”; además de que esta relación tendría base en la extracción de
materias primas, por lo cual la dependencia latinoamericana de los productos agrícolas podría
aumentar, generando que esta región disminuya los esfuerzos por producir exportaciones con
mayor valor agregado. Ahora en tercer lugar, el aumento que se diera en las exportaciones
latinoamericanas no sería duradero, ya que en este momento las empresas y los gobiernos no
poseen la capacidad necesaria para lograr el aumento suficiente de sus exportaciones como
para cubrir la demanda del mercado chino, y para finalizar, las intervenciones que llegara a
realizar China no ayudarían mucho, pues estas no contribuyen al aumento de la capacidad de
exportación de productos con alto valor agregado porque como ya mencioné, la mayoría de
las inversiones estarían dirigidas únicamente a la extracción de materias primas.

Entonces, aparentemente la única opción que tiene América Latina para no seguir quedando
atrás en el mercado mundial es hacer las reformas necesarias poniendo como ejemplo el
progreso que se aprecia en China, para conseguir un mayor nivel de competitividad. Ahora
bien, entre los cambios a realizar se puede mencionar la importancia de flexibilizar las leyes
laborales y mejorar el sistema educativo para crear una mano de obra calificada. De lo
contrario, Latinoamérica estaría destinada a seguir siendo únicamente exportador
principalmente de materia prima, la cual en el mercado mundial se cotiza mucho menos que
los productos terminados.

Entre los escenarios que se mencionan en el libro aparece Venezuela durante el mandato de
Hugo Chávez. Este país se conoce porque tiene riquezas que desafortunadamente no supieron
invertir para el desarrollo de su territorio y en la actualidad el resto de países latinoamericanos
hemos llegado a sentir el peso de la destrucción de la institucionalidad de Estado que les llevó
a embarcarse en el atraso y el empobrecimiento inimaginable.

Ahora en contraste a esa situación, se muestra el crecimiento de países europeos que años
atrás eran muy pobres y ahora son reconocidos como los países más ricos y estables del
mundo. Un ejemplo de esto sería el caso de Irlanda, país que como muchos de Latinoamérica
presentaba un atraso y únicamente era sobresaliente en cuanto a las artes y las letras, y ahora
es una potencia económica con reconocimiento en áreas de la ciencia, la tecnología y el
mundo empresarial.

Pero entonces si los irlandeses han tenido estas similitudes con los latinos, ¿Cómo es que
Irlanda en tan poco tiempo ha pasado de ser un país pobre y típico agrícola, a ser uno de los
países más ricos del mundo, con un gran crecimiento económico, lleno de tecnología de punta
y además, un país con los mejores niveles de calidad de vida?

Pues bueno, Irlanda le apostó a tener escuelas de mejor calidad, dando el gobierno prioridad
a la educación e incentivando el estudio de carreras relacionadas con la ciencia y la
tecnología. Sumado a esto, los periódicos de Irlanda difunden noticias educativas como los
proyectos de investigación que se desarrollan en las universidades y los trabajos que llevan
a cabo los niños en las escuelas, caso contrario de lo que sucede en Colombia por ejemplo,
donde la mayoría de prensa tiene contenido irrelevante o enfocado sólo a la farándula con tal
de vender contenido amarillista que acaba frenando el nivel educativo y se omiten las cosas
que en realidad son relevantes para el país.

Además de que allí hay libertad de expresión para la prensa y demás ciudadanos, no como
aquí que los gobernantes van detrás y enjuiciando a todo aquel que se atreva a divulgar alguna
noticia relacionada con su gobierno, en lugar de prestar atención a los temas relevantes para
el país como lo es la captación de inversiones y el no cerrarle las puertas o complicarle el
camino a los inversores o creadores de empresas con impuestos altísimos, leyes y trámites
que acaban perjudicando al empresario y posteriormente llevando al cierre de varias
empresas, aumentando los niveles de desempleo en la población y elevación en las tasas de
pobreza de la región.

Leyendo este libro y siendo conscientes de la realidad que atraviesan los países de esta región
del mundo, se puede comprender la trampa en la que caen la mayoría de políticos latinos al
representar las ideologías del siglo pasado y que pierden sentido en este nuevo orden mundial.
Entonces, Latinoamérica debe aprender a dejar atrás el populismo y los líderes populistas y
empezar a encontrar las maneras para estimular la economía mediante las inversiones y para
esto cito una parte del libro: “Existen países captacapitales y espantacapitales, los últimos
están destinados al fracaso”. Básicamente lo que pretendo resaltar es que el subdesarrollo
es un problema cultural y su única solución está en el cambio de mentalidad y la ruptura de
paradigmas.

Entonces ya para concluir, a partir de la experiencia que tiene Andrés Oppenheimer en países
como China, Irlanda y Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría se pueden identificar
aquellos popularmente llamados “cuentos chinos”, las mentiras que nuestros gobernantes y
aspirantes a serlo, que sustentan sus discursos en los viejos estereotipos del populismo que a
pesar de sus constantes fracasos sigue siempre muy presente.

La realidad aquí es que pareciera que mientras China, otras naciones de Asia y Europa del
Este están viendo y apuntando sus esfuerzos hacia el futuro, América Latina parece estar
empeñada en ver hacia el pasado y vivir de este.

Si un país logra captar capitales productivos, casi todo lo demás es aleatorio. La ideología de
las naciones es un detalle cada vez más irrelevante: hay gobiernos comunistas, socialistas,
progresistas, capitalistas y súper capitalistas que están logrando un enorme crecimiento
económico con una gran reducción de la pobreza, y hay otros que se embanderan en las
mismas ideologías que están fracasando miserablemente.

Para poner ya punto final a esta reflexión, esta lectura llena de entrevistas a personas y
políticos influyentes de los países que lograron salir de la pobreza y también de los que están
estancados, me da un panorama global de lo que está sucediendo en el mundo y permite abrir
la percepción frente al futuro de toda América Latina y en sus factores a tener en cuenta como
la reducción de la pobreza, la calidad de vida, la educación, el bienestar, las oportunidades
de trabajo, la creación de empresas con propuestas innovadoras, frenar la delincuencia, la
corrupción y generar un ambiente de superación que incentive a los habitantes a ser más
competitivos.

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