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Kim Tae Ho, coreano, padre.

Un hombre de carácter fuerte ante la sociedad, pero el más dócil y cariñoso con su única
hija, fruto del amor con su difunta esposa. Quedó viudo con tan solo 2 años de
matrimonio, cree severamente que el amor de verdad lo encuentras una sola vez en la
vida, razón por la cual no se ha vuelto a casar en años. Con Si Hyeon mantiene una
relación estable, sin embargo, con el paso del tiempo durante el proceso de
adolescencia de su hija, la comunicación que existía ha ido deteriorándose poco a poco,
debido a ciertos episodios un tanto difíciles entre la vida de ambos.
Shantell Hedg, americana, madre.
Si Hyeon nunca conoció a su madre, ya que esta falleció el día en el que la pequeña Si
Hyeon nació por complicaciones en el parto.
Un día jueves 5 de Agosto del año 1999, nació la hija un magnate de los cosméticos muy
reconocido en su país y de una sencilla mujer del sur de California, en San Francisco,
siendo la novena hora del día, conocía por primera vez el mundo Kim Si Hyeon, o como
su madre había decidido llamarle, Selene. Ese mismo día, el gran magnate perdía al amor
de su vida, pero consigo obtenía uno de los mayores orgullos de su vida, su pequeña
hija.
Kim Si Hyeon creció con todo el amor y atención que podía darle su padre, su tía paterna
y su prima, asistió a una de las mejores escuelas primarias de Corea, así también fue
cultivada en clases extras, como piano, danza e idiomas. Más tarde, abrumada por la
sobreprotección ofrecida por sus familiares con quienes había crecido, su vida tomó otro
rumbo. Una Si Hyeon de 12 años se dedicaba a saltarse clases, tomarse el día y perderse
hasta altas horas de la noche, entre esas salidas esporádicas conoció a su mayor
perdición, un joven muchacho 5 años mayor que ella, de quién se había enamorado
perdidamente. Aquella relación, no parecía nada bien ante los ojos de quienes la
rodeaban, sin embargo, tres años de relación le eran suficiente para dejar a su familia
atrás y escapar a Busan con aquel muchacho. Las primeras semanas para Si Hyeon
fueron las más felices, aunque constantemente recibía llamadas su padre y tía que
nunca respondía, no le importaba para nada, ella era feliz a su modo. Sin embargo, con
el paso de los meses aquella relación se volvió oscura, llenando de muchas heridas el
corazón de una joven Si Hyeon de 15 años que conocía por primera vez el dolor y la
oscuridad. Ocho meses después, huyendo de lo que le atormentaba decidió
reencontrarse con padre, quién le recibió con los brazos abiertos. Terminó sus estudios
a distancia y actualmente, con un poco de ruego a su padre, cursa en la Universidad
Nacional de Seúl la carrera de Ingeniería Comercial.

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