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Espacio Curricular: EDI 1 Taller de Escritura Académica

Trabajo práctico Nº 4: fichas de lectura e informe de lectura

Fecha de entrega: 24 de noviembre de 2016


Evaluaciones Estandarizadas

En referencia a las pruebas estandarizadas como el “Operativo


Aprender” en Argentina, o las evaluaciones “Enlace”, en México, se presentan
a continuación, las opiniones de Pedro Ravela, junto a otros autores (2008), en
las evaluaciones educativas de América Latina y las opiniones de James
Popham (1999), sobre las pruebas estandarizadas en Estados Unidos.

En primer lugar, respecto de la postura de Ravela (1999), en las


evaluaciones que América Latina necesita, sostiene que las evaluaciones
estandarizadas son necesarias para saber cuál es la calidad de los sistemas
educativos. “Cada vez son más los países de distintas culturas y de diversas
ideologías, que las implementan.” Sostiene, Ravela.

Asume que la evaluación puede ser base para la implementación de


prácticas políticas educativas, para optimizar el gestionamiento de los sistemas
de educación, como instrumento de mediación para el aprendizaje continuo.
Por otro lado, los aportes de las mismas, informan el grado de conocimiento y
las capacidades de los estudiantes.

Aunque, asimismo, debe considerarse, que estas evaluaciones


estandarizadas tienen un límite, en el sentido de que no son indicadores
completos sobre la calidad educativa, las de aprendizajes, y las de logro
educativo tampoco, son los únicos instrumentos de medición cualitativa
relevante.

En conclusión, “las evaluaciones estandarizadas sólo tendrán efectos


positivos sobre la educación, si es concebida y aplicada como mecanismo de
responsabilización pública de todos los actores vinculados al quehacer
educativo”. (Ravela, 2008).

Por su parte Popham, (1999), no opina igual que Ravel, puesto que
desde un inicio, niega y critica la imposibilidad de que las evaluaciones puedan
ser instrumentos para medir o garantizar la calidad educativa.
Sin embargo, según este autor, estas pruebas de aptitudes sí “predicen”
el desempeño de los alumnos de un nivel educativo subsiguiente tal cual son
el SAT-I (Scholastic Aptitude Test) y el ACT (American College Testing
Assessment). Y critica que aun así los consejos escolares continúan evaluando
a sus estudiantes mediante las pruebas de logros.

Por otro lado este autor, reconoce que estas evaluaciones de logros
tienen mérito respecto a la medición de las destrezas de sus alumnos., pero no
para evaluar la calidad educativa. Además Popham comenta que las
compañías que son las que crean y venden los test estandarizados de logros
pertenecen a las grandes corporaciones, y aunque existe una gran diversidad
de propósitos educativos, pertenecientes a las vastas regiones de Estados
Unidos, y por ende una diversidad curricular en ell país, estas corporaciones
igualmente diseñan pruebas de logros “talla única”, y en consecuencia no a
todos les calza y trae como consecuencia un base infundada entre la prueba y
aquello que se enseña.

Las evaluaciones de logros son generales, eliminan ítems importantes, y


lo absurdo de considerar que sus puntajes altos o bajos son originados por la
calidad dela enseñanza, y no toman en cuenta el nivel socioeconómico de los
estudiantes.

Popham propone que los profesores deben conocer a fondo sobre estas
pruebas estandarizadas de logros, organizarse un campaña educativa para
que los educadores, las familias y los diseñadores de políticas educativas
comprendan cuáles son las debilidades evaluativas de las pruebas
estandarizadas de logros y juntar evidencias de las evaluaciones.

Plantea este autor: “Los educadores deben ser responsabilizados. La


enseñanza de los hijos de una nación es muy importante para no darle
seguimiento. Pero evaluar la calidad educativa mediante el uso de instrumentos
de evaluación erróneos es una subversión de la sensatez”.

En conclusión, ambos autores, concluyen exponiendo algo en común,


que las pruebas estandarizadas de logros tienen sus limitaciones, son
generalizadas, y no alcanzan para medir la calidad del sistema educativo.
Bibliografía

 “Referencias bibliográficas y normas de citación”.

 Figueras, C. y M. Santiago (2003). “Planificación”. En E. Montolío


(coord.) Manual práctico de escritura académica, vol. II. Barcelona, 15-
57.

 Nogueira, S. (2003) “El informe de lectura”. En Manual de lectura y


escritura universitaria. Buenos Aires: Biblos, 130-132. (selección)

 “Modelo de ficha de lectura”

 Ravela, P. et al. (2008) “Las evaluaciones educativas que América


Latina necesita”. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, vol.
1, n° 1. (selección)

 Popham, W. J. (1999) “¿Por qué las pruebas estandarizadas no miden la


calidad educativa?” Educational Leadership, vol. 56, n° 6, marzo.
Disponibilidad:
http://www.oei.es/historico/evaluacioneducativa/pruebas_estandarizadas
_no_miden_calidad_educativa_popham.pdf

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